Revista de Información y Debate n Tercer trimestre de 2011 n Nº 47 www.revistapueblos.org
Miradas
Minería en América Latina: el filón del siglo XXI > Resistencias y post-extractivismo > Minería transfronteriza en Centroamérica > Transnacionales en Colombia >
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PUEBLOS
revista de información y debate
Nº 47 (II época) Tercer trimestre de 2011
Fundada en 1995
Segunda época n 2002
Editada por
Paz con Dignidad C/Gran Vía, 40 n 5º n Oficina 2 n 28013 n Madrid
Coordinador
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Responsable
Andrea Gago Menor
Consejo Editorial
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redaccion@revistapueblos.org
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Clara Alonso, Paula Cabildo, Mª José Comendeiro, Laura Daudén, Miguel Ángel Morales Solís, Alba Onrubia, Alejandro Pedregal, Beatriz Tostado
Entidades colaboradoras
Portada del número 47
Zvezdelina Stoyanova La crisis ha inspirado a Zvezdelina Stoyanova la ilustración de portada de este nuevo número de Pueblos, y el artículo de Sandra Ezquerra incluido en el dossier central, “Movilizaciones que en Europa dicen basta”, ha concretado algunas de las ideas planteadas. Formada en Bulgaria y afincada desde hace nueve años en la ciudad de Toledo, esta diseñadora e ilustradora intenta también aportar su granito de arena desde el ámbito de la enseñanza. A pesar de todas las dificultades, Zvezdelina recuerda una cita de Einstein y ve con esperanza esta crisis mundial: la crisis “es la mejor cosa que puede ocurrir a gente y pueblos”, pues obliga “a buscar soluciones, a ser creativos, y nos brinda la oportunidad de avanzar”.
Justicia i Pau de Cataluña, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional
Diseño y maquetación: Andrea Gago Menor Agradecimientos
A Urbano de la Cruz, Erika González, Isidro Jiménez, Miriam Martínez, Silvia Pérez, B. Riobó, Blanca Valencia y a todas aquellas entidades y personas que han hecho posible la elaboración de este número.
Depósito legal: M.47.658-1999. ISSN: 1577-4376
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SUMARIO
4 5 9 12 14 27 43 49 57
EDITORIAL
15-M, el rescate de las conciencias ...................................................................................................... 4
OPINIÓN
Ramón, te quedas de pensamiento (María González Reyes y Pedro Ramiro) ......................... 5 Lo que el vecino mezquino piensa de las nucleares (Andrea Gago Menor) ............................... 6 Después de las elecciones: empezar desde el principio (Manuel Monereo) ............................... 7 Se decía ayer... Étienne de la Boétie y la servidumbre voluntaria en el capitalismo actual (Valentín Moreno) .................................................................................. 8
ENTREVISTA
Ana Patricia Aristizábal, delegada de derechos humanos de la Personería de Medellín: “Denunciamos la existencia de esas dos ciudades: la de quienes lo tienen todo y la de quienes carecen de todo” (Andrea Gago Menor) ............................................................ 9
OBSERVATORIO DE MULTINACIONALES
Alianzas público-privadas para el desarrollo. ¿Por qué lo llaman cooperación cuando quieren decir negocio? (Pedro Ramiro y Silvia M. Pérez) .......................................... 12
MIRADAS: MINERÍA EN AMÉRICA LATINA
Transnacionales extractivas en América Latina. El filón del siglo XXI (Erika González) ............ 14 ¿Hacia el post-extractivismo y el buen vivir? Minería y resistencias en América Latina (César Padilla) ............................................................................................. 16 Minería transfronteriza en Centroamérica (Edgardo Mira)......................................................... 20 Política minera, transnacionales y perspectivas de la resistencia en Colombia (Andrés Idárraga Franco) ........................................................ 23
DOSSIER: CRISIS CAPITALISTA Y ALTERNATIVAS
Crisis y contrarrevolución neoliberal (Nicolás Angulo) ............................................................... 28 Movimientos en tiempos de crisis. China y EE UU se encuentran en África (Laura Daudén) ..... 30 El rostro del desarrollo de Brasil. Pese al crecimiento acelerado del gigante, persisten las antiguas contradicciones sociales (Juliana Dal Piva y Laura Daudén) ............... 33 Movilizaciones que en Europa dicen basta (Sandra Ezquerra) .................................................. 36 El ejemplo de la lucha por la Renta Básica de las Iguales y mucho más. Movilización social en tiempos de crisis (Colectivo Alambique) ............................................... 39 Recursos (Redacción Pueblos) ................................................................................................. 42
COMUNICACIÓN
Comunicación para la interculturalidad en tiempos digitales (Estrella Israel) ............................. 43 Esa presencia insidiosa llamada publicidad (Antonio Caro) ...................................................... 47
COOPERACIÓN Y EDUCACIÓN
Nuevos paradigmas en la cooperación española (Pablo José Martínez-Osés) ........................ 49 Experiencia: Aprender a comer, aprender a vivir. Comedores escolares ecológicos: una alternativa hacia la soberanía alimentaria (Neus Garriga, Jordi Mateu y Nacho Rubio) ....... 52 Educación para el desarrollo: Transformar-nos y transformar desde lo educativo (Gloria Sosa) ............................................................................................... 54
CULTURA
Leer a... Gabriele del Grande (Clara Alonso) ............................................................................. 57 Mohammed Umar: “La debilidad de muchos países musulmanes radica en el modo en que tratan a sus mujeres”. Reseña: Amina. (Clara Alonso) .................................................. 58 Nuevas publicaciones (Redacción Pueblos) .............................................................................. 59 Ayer y hoy del flamenco: arte anónimo y colectivo (Pedro-Antonio García Villodres) ............. 60 Metrópolis. Recomponer y regalar un clásico (José Alberto Andrés Lacasta) .......................... 62 Cannes, el esperpento o el cine (José Alberto Andrés Lacasta) .............................................. 64
Información y Debate n PUEBLOS n Tercer trimestre n 2011 n 3
EDITORIAL Las propuestas que han saltado a la calle se venían reclamando desde distintos foros y colectivos. Recordamos algunas de ellas.
Privilegios de la clase política
15-M, el rescate de las conciencias Redacción PUEBLOS
C
on más de cuatro millones de personas en el paro, aproximadamente el 20 por ciento de la población activa (y el 40 por ciento de las y los jóvenes); con algunas familias cuyas casas se las lleva el banco (el mismo que recibe dinero público); con decenas de imputados en las listas electorales; con PYMES y autónomos que tienen que echar el cierre; con el debilitamiento de las inversiones en los servicios públicos; con ejecutivos que en época de crisis obtienen suculentos beneficios mientras se ha incrementado considerablemente el número de familias que tienen que acudir a entidades solidarias a pedir ayuda para poder comer o pagar la luz; con tanta gente con serias dificultades para llegar a fin de mes… Con este panorama nada halagüeño: ¿Cómo es que las calles no están llenas de gente protestando? ¿Qué nos pasa que no reaccionamos? ¿Cómo puede ser que los jóvenes sean tan pasotas y los adultos tan pasivos? ¿Cómo es que nadie hace nada? Todo esto se preguntaban los medios, asombrados, y nos preguntábamos nosotros y nosotras, extrañados de que no se encendiera la llama. Y se encendió, sin casi aviso, y nos dimos cuenta de que ni tan pasivos ni tan pasotas ni tan de quejas de bar (de esas que se olvidan una vez que se sale por la puerta). No, la indignación cruzó a la calle, desde los bares, las casas, las bibliotecas, las oficinas, la universidad, el andamio, el colegio, los supermercados… Entonces ocurrió que muchos de quienes se quejaban de la aparente in-
diferencia no daban crédito a lo que veían y escuchaban. Nuestros dirigentes, tan seguros de que convencerían a la gente de la apremiante necesidad de las “magníficas medidas” que desde fuera (con la connivencia de unos cuantos de dentro) se animaba a tomar y que, tranquilos, que así todo iría mejor, se echaron a temblar. La masa ya no era aquel elemento informe que, robotizada, cumplía y consumía de manera obediente las tareas impuestas por “el sistema” y por “los mercados”. Se pusieron nerviosos porque aquellos sujetos con vocación de ciudadanos y ciudadanas, y no de meros consumidores (que entre sus ritos tienen el consumo del voto cada cuatro años), comenzaron a reclamar juntos, de manera ruidosa y visible, más democracia y más verdadera; más participación en los asuntos comunes, en los asuntos decisivos de la gestión de su pueblo, de su ciudad, de su comunidad, de su país… Menos “todo para el pueblo, pero casi sin el pueblo” y más “entre todos construiremos lo que es bueno para el pueblo”. Se puede estar más o menos de acuerdo con algunas de las propuestas del movimiento 15-M y de Democracia Real Ya, y ya se verá cómo evoluciona todo ello; con tiempo, trabajo e ilusión, y con todas las dificultades a las que haya que hacer frente. Pero desde luego estas movilizaciones han dado ya, y están dando, una gran lección de democracia y de rescate de aquella máxima de Descartes: “Pienso luego existo”. Quien tenga oídos, que escuche.q
4 n 2011 n Tercer trimestre n PUEBLOS n Información y Debate
- Equiparación del salario de representantes electos al salario medio. - Eliminación de la inmunidad asociada al cargo. Imprescriptibilidad de los delitos de corrupción.
Contra el desempleo
- Reparto del trabajo, fomento de la conciliación y reducciones de jornada.
Derecho a la vivienda
- Expropiación del stock de viviendas construidas para colocarlas en el mercado en régimen de alquiler protegido. - Dación en pago de las viviendas para cancelar las hipotecas.
Servicios públicos de calidad
- Contratación de personal sanitario. - Contratación de profesorado. - Transporte público barato, de calidad y ecológicamente sostenible. - Recursos sociales locales: aplicación efectiva de la Ley de Dependencia, redes de cuidadores municipales, etc.
Control de entidades bancarias
- Prohibición rescates e inyecciones de capital a entidades bancarias. Banca pública bajo control social. - Devolución a las arcas públicas por parte de los bancos del capital público aportado. - Sanciones a los movimientos especulativos y a la mala praxis bancaria.
Fiscalidad
- Aumento del tipo impositivo a las grandes fortunas y entidades bancarias. - Eliminación de las SICAV (Sociedad de Inversión de Capital Variable). - Control real y efectivo del fraude fiscal y de la fuga de capitales a paraísos fiscales. - Tasa a las transacciones internacionales.
Libertades y democracia participativa - Protección de la libertad de información y del periodismo de investigación. - Referéndos obligatorios y vinculantes para las cuestiones de gran calado. - Modificación de la Ley Electoral: sistema representativo y proporcional. - Democracia interna en los partidos.
Reducción del gasto militar Fuente: http://www.democraciarealya.es
Beatriz Tostado, colaboradora de PUEBLOS.
OPINIÓN
Ramón, te quedas de pensamiento
“M
María González Reyes y Pedro Ramiro*
e pongo a ello sin saber muy bien cómo saldrá. He estado pensando mucho estos días en qué es lo que quería decir. Me venía a la mente (y al corazón) un montón de cosas, y bueno, no sé, espero poder ordenarlas mínimamente y que cobren sentido al contarlas”. Así comenzaba la carta con la que Ramón Fernández Durán se despedía hace unos meses de sus familiares, amigos y compañeras: en ella, contaba por qué había decidido abandonar el tratamiento de “quimio” y afrontar el proceso para tener una muerte digna, además de hacer un repaso a “una vida privilegiada e intensa que va tocando a su fin” e invitarnos a una fiesta en Pelegrina, cuando él ya no podría estar, “para celebrar que la vida sigue y es muy bella, aunque sea dura (o muy dura) a veces”. Y así empezamos también estas líneas, tratando de condensar en pocas palabras tantas reuniones, manifestaciones, encuentros y risas compartidas con Ramón, tratando de no dejar fuera nada de lo vivido en estos últimos meses, tan intensos, en los que hemos podido leer y comentar sus últimos libros y despedirnos de él. Recordar a Ramón es escribir sobre una trayectoria política y vital marcada por el compromiso y la coherencia. En los setenta participó activamente en organizaciones de barrio y una década después impulsó el movimiento contra la OTAN, en los noventa, promovió las movilizaciones Desenmascaremos el 92 y 50 años bastan. Las otras voces del planeta, contra el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), así como el Movimiento contra la Europa de Maastricht y la Globalización Económica, acontecimientos que abrieron camino a lo que más tarde se conocería como movimiento antiglobalización. Y fue clave en la fundación en 1998 de Ecologistas en Acción, organización de la que formó parte conformándose como uno de los principales referentes del ecologismo social. Entre sus libros destacan títulos como La explosión del desorden (1993), El tsunami urbanizador español y mundial (2006), El crepúsculo de la era trágica del petróleo (2008) y La quiebra del capitalismo global: 2000-2030 (2011). Pero Ramón Fernández Durán no
sólo es una referencia indiscutible por su legado escrito: este ingeniero de caminos dejó su plaza de funcionario para dedicarse a tejer redes dentro de los movimientos sociales y así contribuir a crear esos otros mundos posibles. Siempre atento y receptivo a las diferentes opiniones, Ramón era escuchado y respetado porque era un compañero, y porque sus escritos estaban enmarcados en una práctica cotidiana que los envolvía de coherencia. Nunca olvidó que sostener el tejido social requería también de tareas como fregar los platos, hacer turnos en la barra cuando se organizaban fiestas para recaudar fondos, pintar pancartas o (esto ya más por placer que por otra cosa) disfrazarse cuando tocaba ir de manifestación. Su vida ha sido un ejemplo de simplicidad voluntaria, demostrando que es posible caminar sobre la tierra sin aplastarla y, al mismo tiempo, dejar una huella imborrable en todos los que tuvimos la ocasión de conocerle. Maestro en el arte de explicar el papel de la economía financiera en el sistema actual y de unir causas con consecuencias para desenmascarar las supuestas bondades del “proyecto europeo”, en su carta decía: “Me da algo de pena desaparecer en estos momentos en que la historia parece que se acelera, determinada cada vez más por la crisis energética, ecológica y climática que amenaza al planeta y a las sociedades humanas. Sobre todo la primera, a corto plazo, pues el principio del fin de los combustibles fósiles, a punto de empezar, va a suponer una ruptura histórica total”. A la vez, en el libro al que se dedicó en los últimos tiempos y que constituye su testamento político1, comentaba que “quizás puedan aparecer nuevas dinámicas socio-políticas y sobre todo culturales, si las sabemos impulsar, que puedan llegar a frenar y revertir toda esta sinrazón”. En la despedida, a la que pudimos asistir las personas que formamos parte de las redes que con tanto mimo tejió Ramón durante toda su vida, una compañera entonó una canción de Labordeta, la Albada de la ausencia: “Aunque me voy, no me voy. Aunque me voy, no me ausento. Aunque me voy de persona, me quedo de pensamiento”. Seguirás con nosotros, compañero.q
1 Fernández Durán, Ramón: La quiebra del capitalismo global: 2000-2030, Libros en Acción, Virus y Baladre, 2011.
* María González Reyes y Pedro Ramiro son miembros de Ecologistas en Acción y de la Asociación Paz con Dignidad.
Información y Debate n PUEBLOS n Tercer trimestre n 2011 n 5
OPINIÓN
Lo que el vecino mezquino piensa de las nucleares Andrea Gago Menor*
E
J. Kalvellido.
l vecino mezquino es ese que se alegra de tener una casa más grande que la tuya o un coche más moderno (o de tener coche y de que tú no lo tengas, aunque sea porque hayas decidido que no quieres, que no te hace falta). Que presume de móvil o de cualquier artilugio con tripas electrónicas que se tercie, o que se sonríe si en su empresa “la gente de arriba” le ha dado una palmadita en la espalda o le ha subido cuatro duros el sueldo si a ti te han despedido. No deja que se le noten mucho estas alegrías, pero a veces no puede remediarlo… y te das cuenta. De este tipo de vecina o vecino es fácil saber quién se aprovecha, aunque él ni se lo imagine y piense que es libre, que tiene una gran personalidad y que, por supuesto, es mucho más listo que tú (infeliz, que eres un infeliz). De Fukushima siguen llegando noticias. No todos los días y tampoco ocupando portadas, como al principio, pero siguen llegando. Han pasado más de tres meses desde el terremoto, el tsunami y las primeras alertas en la central nuclear, y para nada la información que recibimos es más tranquilizadora1. De hecho, es posible que sea precisamente por eso, porque revela que no se ha cerrado el problema, que no se puede ni pensar en pasar página, por lo que no se le da una cabida mayor en determinados medios. Para no “alarmar innecesariamente”, nos imaginamos que argumente el lobby pronuclear, donde el entrecomillado hay que entenderlo como “para que no siga aumentando el número de personas en contra, que nos quedamos sin negocio”2. Si las manifestaciones en Alemania fueron
claras, mucho más lo fue el referéndum de junio en Italia: del total de la población que votó (un 57 por ciento), el 95 apostó por un futuro sin nucleares. (¿Podríamos interpretar “por un futuro”, a secas, o nos acusarían de panfletarios?) La ignorancia y la mezquindad se encuentran en algún punto indefinido. A las y los expertos que mienten sobre los peligros, las posibilidades de negocio y los costes reales de la energía nuclear habría que aplicarles otras palabras, como corrupción, inmoralidad o maldad. Porque no es mezquino intentar convencer a la población de localidades pequeñas, con altas tasas de paro, de que la construcción de un Almacén Temporal Centralizado (ATC) les traerá trabajo y prosperidad: es una mentira que encierra soberbia y desprecio por las personas y por el medio ambiente. O que nos digan que las nucleares reducirían nuestra dependencia del exterior (claro, es que contamos con abundante uranio y su explotación es totalmente inocua); o que la nuclear es una energía “barata” y la solución al cambio climático. También, puesto que hablamos de gente que supuestamente sabe mucho de ciencias, es perverso, y no estúpido, que intenten colarnos que se puede construir “un almacén definitivo” para residuos nucleares3. Quizás el punto exacto en el que se crucen en el tema de las nucleares la ignorancia y la mezquindad sea ese en el que nuestros vecinos no expertos cierran los ojos ante el envío de residuos a las zonas más pobres del planeta. ¿Piensan de verdad que el aire respeta fronteras? Porque si es que de verdad consideran que tienen más derecho que la gente de otros países a vivir, nos saltamos ya de nuevo de la mezquindad a la inmoralidad... y prefiero pensar que es cosa más cercana a la ignorancia lo que les afecta. Aunque cueste y desespere, quizás podramos convencer a nuestros vecinos mezquinos de que hay otras alternativas a la nuclear y de que no la necesitamos. Pero, como al poder no se le puede convencer sino vencer, habrá que ver qué herramientas tenemos para que a tantas y tantos mentirosos interesados se les caiga (al menos) la cara de vergüenza y se retiren.q *Andrea Gago Menor forma parte del Consejo de Redacción de Pueblos - Revista de Información y Debate.
1 “Japón se prepara para las secuelas de Fukushima en la población. El Gobierno controlará la radiactividad de dos millones de personas durante tres décadas. Tres meses después de la catástrofe, la central sigue fuera de control”, El País, 25/06/2011. 2 “El 70% de la población considera que las nucleares son peligrosas y el 60% se declara antinuclear”, 10/06/2011. Ver: www.greenpeace.org. 3 “Lo que sí da miedo”, Ecologista, n. 69, verano 2011: “Decía un titular de El País en 2009 que se está construyendo en Finlandia el primer almacén definitivo para residuos nucleares”.
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OPINIÓN
Después de las elecciones: empezar desde el principio Manuel Monereo*
U
na de las cosas que he aprendido de la cultura de la izquierda italiana es la importancia de caracterizar bien la fase político-social en la que se vive y comprender cómo ésta organiza los comportamientos y las percepciones de los actores sociales. Uno de los grandes problemas de la izquierda social, sindical y política es que no tiene en cuenta la fase o, mejor dicho, los cambios de fase de los últimos años: sigue respondiendo con los mismos clichés, con las mismas manidas razones de siempre y con una incapacidad superlativa para entender lo que pasa. Cada vez entiendo mejor a los viejos sociólogos (realistas y reaccionarios) que hablaban de las inercias burocráticas, del concepto de la clase política y de la circulación de elites como mecanismos del funcionamiento del sistema. Una de las características del cambio de fase cuando, como ahora, cambia para peor, es que las dinámicas burocráticas tienden a eludir la realidad, a no afrontar los problemas y a seguir con el “trán-trán” de lo menos malo, sin saber que cuando se rompe la normalidad y viene la excepción casi siempre lo peor acaba siendo lo menos malo. Se trata, precisamente, de esto: estamos en un “periodo de excepción” decretado por la plutocracia (el finanzcapitalismo del que habla Luciano Gallino), es decir, de la suspensión del derecho y el despotismo de los “poderes salvajes” (Luigi Ferrajoli). Cuando el presidente (liberal) de la patronal dice que la legislación laboral es hija del franquismo y nieta de la República no sólo falsifica la historia, sino que les dice a nuestro responsables y moderados sindicatos de clase lo que les espera: o aceptan el dictado o ellos (la patronal y su gobierno del PP) les ajustarán las cuentas en negociación colectiva, subvenciones, liberados, horas sindicales y todo aquello que configuró cierto tipo de sindicalismo en el pasado. No hay que equivocarse: el objetivo real es cercenar los derechos colectivos, suprimir las libertades sindicales y terminar por romper los pocos bastiones que quedan de trabajo con derechos. Hablar de “Estado social” y “de constitución del trabajo” en la España de la Unión Europea es engañar y engañarse, atragantarse de palabras vacías que presagian la derrota de las clases trabajadoras. ¿Dónde está el problema? Estamos en un fin de ciclo (económico, social y político) y los poderes de facto están rompiendo unilateralmente con el pacto político-social mediante el que se fundó el llamado Reino de España y su Constitución, con la anuencia activa o pasiva de la clase
política, acompañada y legitimada por unas instituciones “representativas” privadas de poder y subordinadas a los intereses generales definidos por “Europa”, es decir, la dictadura de la oligarquía financiera alemana y francesa. El pasado no volverá y hay que afrontar con lucidez y coraje moral una fase caracterizada por la reacción sistemática y coordinada de los poderes fuertes contra los derechos sociales y sindicales de la ciudadanía. Hay mas realismo, inteligencia y dignidad en esos miles de jóvenes (y no tan jóvenes) que denunciaron en plena campaña electoral el dominio de los poderes económicos y la corrupción moral de la clase política, que en tanto cargo público, sindical o partidario que, desde un supuesto pedigrí histórico, conocimiento y experiencia, desprecian y critican a quienes dicen la verdad. Es una verdad que ellos mismos en algún momento de sus vidas creyeron y defendieron, y ahora tienen que soportar la “terrible molestia” de que no dejen pasar sus coches oficiales o de que les piten en parlamentos o ayuntamientos. La lección es de veracidad: ¿la soberanía reside en el pueblo?, ¿la ley es igual para todos?, ¿los derechos fundamentales sociales están vigentes en este país? Se van suprimiendo derechos y se va creando un modelo de sociedad que debilita estructuralmente a las clases trabajadoras con el fin de impedirles actuar como sujeto socio-político. Para ello es necesario suprimir las conquistas laborales, mercantilizar los bienes públicos y desproteger a las personas: crear “fuerza de trabajo libre” para la esclavitud asalariada, que decían los clásicos. En resumen, paradoja de los tiempos, Europa se latinoamericaniza (su modelo social y político) y América Latina se europeíza. Las elecciones lo han dejado todo meridianamente claro. El debate real del poder y de la clase política (PSOE, PP y las burguesías nacionalistas) ha sido hasta ahora la rotundidad y el ritmo del ajuste. Lo que se gana con el PP también es claro: un golpe de Estado (con rescate o sin él) contra los derechos sociales y sindicales, privatizar nuestro raquítico Estado social y poner a disposición de los grupos oligárquicos la riqueza social. A la izquierda (social, política y cultural) no lo queda otra que “leer” bien la fase, organizar la resistencia, unirse desde la pluralidad y reconstruir sus vínculos sociales. Objetivo: construir una fuerza alternativa de oposición. Mañana es tarde.q *Manuel Monereo Pérez es politólogo, investigador del Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS) y colaborador de El Viejo Topo.
Información y Debate n PUEBLOS n Tercer trimestre n 2011 n 7
OPINIÓN n Se decía ayer...
Étienne de la Boétie y la servidumbre voluntaria en el capitalismo actual Valentín Moreno*
“Sembráis vuestras cosechas para que él las estrague; amuebláis y remozáis vuestras casas para proveer sus saqueos; criáis a vuestras hijas para que tenga con qué saciar su lujuria; criáis a vuestros hijos para que lo mejor que pueda hacerles sea llevarlos a sus guerras, conducirlos a la carnicería, convertirlos en ministros de sus codicias y ejecutores de sus venganzas; enderezáis vuestras personas a que pueda entregarse a sus deleites y solazarse con sus viles y sucios placeres; os debilitáis a fin de hacerle más fuerte y más inflexible para ataros en corto. Y de tantas indignidades que las mismas bestias, o no las sentirían, o no las soportarían, vosotros podéis libraros si intentáis, no ya libraros de ellas, sino simplemente querer hacerlo. Resolveos a no servir más, y seréis libres.” Étienne de la Boétie, Discurso de la servidumbre voluntaria o Contra el uno (1576). Paula Cabildo
C
uando miras en tu interior y ya no te reconoces, cuando dejas de creer en la victoria de la humanidad sobre lo absurdo, cuando tus actos te delatan de continuo y trabajan contra quien eres: has dejado de ser libre. Probablemente seas más lúcido pero también más cobarde. El capitalismo estraga las cosechas devorando soberanías y engullendo los alimentos que podrían paliar el hambre en el mundo para regurgitarlos en forma de futuros muy rentables que hacen inmensamente ricos a los Maquiavelos de este mundo1, virtuosos siempre en pro del poder. El capitalismo, mala conciencia socialdemócrata o cínico neoliberal, saquea las viviendas de los pobres, les estafa y compromete de por vida atándoles al yugo de una hipoteca que no pueden pagar, dejándoles los bolsillos vacíos del poco dinero que poseen y trocándoselo por bolsas llenas de burbujas de aire, mientras que el ogro filantrópico del capitalismo, cínico socialismo o mala conciencia liberal, recompensa la avaricia de los ricos, añadiendo a sus cuentas muchos ceros y a sus cuentos muchas aes2. 1 José Manuel Naredo, Luces en el laberinto, pág. 152, Los libros de la catarata, 2009. 2 Hace referencia a la calificación triple A (AAA) de las agencias de rating (como Moody’s, Standard & Poor’s o Fitch).
8 n 2011 n Tercer trimestre n PUEBLOS n Información y Debate
El capitalismo revienta niñas y niños para que le cuadren las cuentas. Envía al matadero a adolescentes de los barrios bajos, a minorías de los suburbios, a defender el dinero de los codiciosos. Bombardea, ametralla, arrasa: ejecuta sus venganzas cuando sus tiranos hijos de puta ya no les sirven y les cambian por otros ministros de sus codicias. El capitalismo nos ha debilitado a fin de hacerse más fuerte envolviéndose en el disfraz ideológico de la única racionalidad posible: su superstición del crecimiento económico promueve la progresiva explotación y uso masivo de la biosfera, la corteza terrestre, la hidrosfera y la atmósfera… De no reaccionar a tiempo, ni las bestias sentirán ni soportarán tantas indignidades, ni las humanas bestias tampoco podremos sentir nada en el vacío: ni siquiera permanecerán lágrimas en la lluvia… Cuando una persona es libre, su pensamiento y su acción son coincidentes. Entonces la fe mueve montañas: la fe de la razón ahormando la fuerza de la moral en invencible vendaval, incontenible, contra toda tiranía y opresión. Resolvámonos a no servir más, y...q *Valentín Moreno es colaborador de Pueblos - Revista de Información y Debate.
ENTREVISTA
Ana Patricia Aristizábal,
delegada de derechos humanos de la Personería de Medellín Ana Patricia Aristizábal, fotografiada por Alba Onrubia García.
“Denunciamos la existencia de esas dos ciudades: la de quienes lo tienen todo y la de quienes carecen de todo” Andrea Gago Menor*
Forma parte de un equipo que se dedica a vigilar la conducta oficial y proteger y promover los derechos humanos en Medellín, el centro de negocios más grande de Colombia, una ciudad de más de dos millones y medio de habitantes en la que el 10,2 por ciento de la población vive en la indigencia y el 38,4 en condiciones de pobreza1. La abogada Ana Patricia Aristizábal, delegada de derechos humanos de la Personería de Medellín, nos habla del día a día de su trabajo y de los problemas más graves de la ciudad y el futuro del país.
A
na, ¿qué es una personería?, ¿qué trabajo haces allí? - Las personerías son entidades locales que cuentan con muchísimos años en la legislación colombiana. Cada uno de los más de 1.000 municipios del país tiene una personería, y en 2005 las autoridades de Medellín hicieron una apuesta por crear en el marco de la suya una unidad para los derechos humanos que trabaja las 24 horas del día. Acompañamos a la ciudadanía en sus peticiones y quejas hacia los distintos entes del Estado; recibimos las quejas de la población que se tiene que desplazar, de las personas agredidas por la fuerza pública; ayudamos en la búsqueda de los servicios
de salud, que son bien complejos y que están bien difíciles, y en las denuncias en contra de los actores armados, que enviamos a la Fiscalía General. También hacemos verificaciones de casos de derechos humanos y contamos con un grupo de investigación social que elabora cada año un informe donde damos seguimiento a temas como el derecho a la vida, la libertad, la integridad personal, la educación, la salud, los derechos de las mujeres, de la comunidad indígena, de la población LGTB... Trabajamos unas 58 personas, entre auxiliares, conductores, investigadores, abogados, etc. Medellín tiene aproximadamente dos millones y medio de habitantes, todos los días
Información y Debate n PUEBLOS n Tercer trimestre n 2011 n 9
ENTREVISTA llega gente desplazada. En una ciudad tan grande y con tantos problemas, esto requiere un grupo humano grande y una apuesta política. - ¿Es clara esa apuesta? ¿Ha habido choques con las administraciones o intentos de cerrar las personerías? - Cuando Uribe Vélez llegó a la presidencia en 2002 hizo todo lo que estuvo a su alcance para eliminarlas, pero no pudo. Lo tenía que hacer a través de un referéndum, que se hundió, y encontramos mucho apoyo. Son tan importantes las personerías que antes de que las alcaldías se escogiesen por elección popular, algo que empezó a hacerse en 1988, los representantes en los municipios de la sociedad y de las comunidades no eran los alcaldes, eran los personeros. Lo que sí ocurre en los municipios en los que se hace un verdadero trabajo de veeduría y de control es que sí existe cierta tensión con las autoridades locales. - La imagen que llega a Europa de Medellín coincide con la de Colombia, compleja y contradictoria. ¿A qué Medellín se asemeja más la ciudad, a la pobre y violenta de La vendedora de rosas de Gaviria o a la de los eventos de negocios? ¿Es otra? - En Medellín perviven estas dos ciudades. Podríamos decir que no es una ciudad, que son dos, completamente distintas. Por un lado está ese Medellín internacional de las cumbres, imparable y que genera buenas condiciones para determinadas personas; pero por otro está el de la mayor parte de la población, que sufre el desempleo, la pobreza, la miseria, que vive en condiciones difíciles, infrahumanas. El conflicto armado continúa en Medellín, se sigue presentando, convulsiona la vida de la gente, presiona, desplaza y asesina, y violenta a las mujeres. Todo eso sigue existiendo siguiendo la suerte de lo nacional, porque no es un asunto sólo de Medellín sino de las grandes ciudades. - Según datos oficiales, en los últimos años han mejorado mucho los índices de desempleo e indigencia en la ciudad, a pesar de que siguen
siendo más elevados que la media colombiana. ¿Lo ves así? - Es muy compleja la situación en cuanto a derechos sociales, económicos y culturales. Si en los derechos civiles y políticos hay problemas, en esto también. Medellín recibe muchísima población desplazada. El desempleo pervive, sigue existiendo la pobreza, las condiciones de salud no son las mejores precisamente… La miseria duele muchísimo. Denunciamos continuamente la existencia de esas dos ciudades: la de quienes lo tienen todo, el 21 o 22 por ciento de la población, y la de quienes carecen de todo. Aunque la administración hace un esfuerzo, no hay una política de empleo clara, no se apuesta por la superación de la pobreza absoluta, ni en Medellín ni en otra ciudad de Colombia que yo conozca. Las políticas son asistenciales desde lo nacional y lo local, buscan paliar los problemas, pero no hay un programa del que puedas decir: “mire, con esto hemos reducido así los niveles de pobreza”. - ¿Y la violencia contra la mujer? - En el derecho a la vida nos falta mucho para llegar a una situación aceptable. Perviven actores armados que le dan continuidad a lo paramilitar, que también están vinculados al negocio de las drogas y a la toma de algunas rentas legales. La conflictividad en Medellín es una mezcla, está manejada por unos actores que, digamos, son unos híbridos, no queremos llamarles paramilitares netos pero tampoco bandas criminales. Hacen que el conflicto permanezca y que deje miles de víctimas de homicidios, de desplazamientos forzados. Hacen que haya una violencia sexual contra la mujer diferente a la histórica de siempre, que continúa existiendo y también es muy grave. Esta violencia la utilizan los actores armados como forma de esclavizar a mujeres. Se las llevan muy niñas, las tienen esclavas en sus casas y las utilizan sexualmente, y sus familias no pueden recuperarlas porque igual son amenazadas. Es la degradación absoluta del conflicto, porque utilizan la violación como un mecanismo de fuerza, de castigo, hacia la mujer.
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- ¿Es muy grande la implicación de los jóvenes en esta violencia? - Muchos de los actores armados tienen entre 18 y 26 años. No tenemos ese censo, pero lo vemos cuando vamos a los barrios, o por los índices de violencia en homicidios, amenazas y desplazamientos. Se podría decir que son los jóvenes los que están resultando más afectados por el conflicto, pero en los grupos armados hay mucho adulto, que son los manejan los hilos de este poder. - Antioquia es uno de los tres departamentos que reciben casi la mitad de los fondos destinados a cooperación internacional por la Unión Europea y la AECID2. Además es una de las regiones con más inversión de multinacionales. ¿Crees que puede haber alguna relación? - Antioquia ha estado muy afectada por el conflicto armado, y en esa medida ha habido inversión extranjera en diversos programas y proyectos. Una de esas inversiones se ha hecho precisamente en mi región de origen, el oriente antioqueño. Ahí se llevó a cabo el II Laboratorio de Paz, dentro de las estrategias de la UE de apoyo a países en conflicto. Los 23 municipios se vieron impactados por estos recursos… Pero de eso a que se hayan cambiado las condiciones hay un camino muy largo, no ha cambiado nada, aunque fuese interesante la inversión. También puede ser cierto que las inversiones tengan algo que ver con la búsqueda de procesos transnacionales, de multinacionales, aunque me parece difuso. Vale la pena que ustedes como europeos hagan ese análisis y que nosotros, como países objetos
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Puede ser cierto que las inversiones [en cooperación] tengan algo que ver con la búsqueda de procesos transnacionales, aunque me parece difuso
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ENTREVISTA
Ana Patricia Aristizábal, fotografiada por Alba Onrubia García.
Es la degradación absoluta del conflicto, utilizan la violación como un mecanismo de fuerza, de castigo, hacia la mujer
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de subvenciones, también lo hagamos, para que no pequemos de inocentes o de demasiado perspicaces. - En mayo se conocía la decisión de la Corte Constitucional de respaldar la restitución de tierras a las comunidades de Las Pavas en el Sur de Bolívar. ¿Qué opinas al respecto? - Una de las consecuencias más dramáticas de lo que ha vivido Colombia en los últimos tiempos es el tema del desplazamiento forzado y el despojo de tierras. No es una práctica nueva, ha sido utilizada tanto por los terratenientes como por los grupos armados ilegales. Que hoy en Colombia se esté hablando en serio de restituir las tierras a los campesinos es un avance que hay que celebrar. Pero hay una gran discusión sobre la restitución de tierras a miles y miles de desplazados, que lo son a veces por efectos per se de la guerra pero a veces también porque los terratenientes han utilizado la guerra y la violencia para acceder a tierras gratis e incrementar sus posesiones. Todo parece indicar que se
va a aprobar la Ley de Víctimas3, y la discusión es cómo el Estado va a garantizar realmente que esas tierras se devuelvan con seguridad. Está muy en entredicho. Urabá es uno de los territorios más ricos de Colombia, una de las zonas que ha sufrido de manera más perversa los efectos de la guerra y de las desigualdades. Allí el despojo de tierras ha sido sistemático y permanente. En los últimos años, hablando de la reparación, el Estado ha tratado de devolver unas tierras… Y esto ha sido todavía más sangriento, porque las personas a las que les devolvían fueron asesinadas en Urabá. Parece ser que quien hable de la recuperación de tierras, del regreso a sus lugares de origen, sobre todo en Urabá, corre un peligro mayor al que corre cualquier víctima en Colombia. Los grandes terratenientes, que han adquirido la tierra de manera ilegal e ilegítima, no quieren soltarla. Esto no es tan sencillo como que hay dos o tres actores armados de poca monta, el tema de las tierras obedece a una situación de gran calado y muy grave. - En todos o en alguno de los aspectos que hemos comentado, ¿puede ser positivo el cambio de gobierno? - Hay una continuidad con respecto a propuestas anteriores. Hay un cambio de tono, sin duda, aunque no creo que incida mucho en el fondo, en lo que pueda pasar a nivel social, político o económico. Hay un statu quo que va a permanecer, y el presidente hace parte de ello, a pesar de que sea importante el paso de un estilo un tanto “terrateniente” a otro un poco más diplomático. No sé si va a cambiar algo con los falsos positivos4, por ejemplo, porque es un momento distinto en el accionar de los grupos. Pero en las fuerzas armadas y en la policía nacional faltan muchísimas purgas… - Asombra ver las imágenes de las condiciones en las que viven determinados militares condenados por
violaciones de los derechos humanos… Son como hoteles de lujo. - Sí, creo que se han difundido en todo el mundo. Más parecen de hoteles, y con delitos mucho más graves que algunas de las personas que están hoy en los centros de reclusión comunes, hacinados. Colombia tiene un problema de cárceles gravísimo. El Instituto Nacional Penitenciario no ha querido entender que, por más que son delincuentes que han perdido su libertad, tienen una dignidad humana. En las cárceles se vulneran de manera flagrante los derechos humanos. Bellavista, en Medellín, está construida para 2.500 personas y en este momento tiene 7.000. Los servicios de salud no se prestan de la debida forma y las condiciones de hacinamiento agravan la situación, los problemas de alimentación, de insalubridad. En las cárceles de mujeres, las relaciones homosexuales están totalmente limitadas. Los guardas, los directores, y también el personal femenino, ven un beso entre mujeres como un acto obsceno, que debe ser sancionado, castigado. Es la mentalidad patriarcal. - Con respecto a la crisis internacional, ¿qué se está haciendo? - Juan Manuel Santos habla de muchas cosas, de sus famosas locomotoras… Pero habrá que ver cómo funcionan. La crisis nos afecta mucho, muchísimo. Hemos tenido una ola invernal que se ha convertido en una catástrofe nacional y que ha profundizado la problemática social. Esperar que la pobreza en Colombia se supere en cuatro años… No lo veo tan posible. Bueno, todos los milagros pueden suceder. - A pesar de todo, eres optimista. - He leído que para que haya milagros se necesita un determinado pensamiento. En algún momento se hicieron milagros. Vamos a ver si ahora…q *Andrea Gago Menor forma parte del Consejo de Redacción de Pueblos - Revista de Información y Debate.
1 Informe sobre la situación de los derechos humanos en la ciudada de Medellín, 2011. Personería de Medellín. 2 La Cooperación Internacional en Colombia. Un estudio sobre la intervención del Estado español y la Unión Europea . Paz con Dignidad, Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL), Madrid, diciembre de 2010. 3 La Ley de Víctimas de la Violencia y Restitución de la Tierra se aprobó a comienzos de junio de 2011. 4 Ejecuciones extrajudiciales por parte del ejército de personas que son presentadas como muertas en combate.
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OBSERVATORIO DE MULTINACIONALES
Alianzas público-privadas para el desarrollo
¿Por qué lo llaman cooperación cuando quieren decir negocio? Pedro Ramiro y Silvia M. Pérez*
“Star*Cola, una multinacional de refrescos, necesita tener acceso a fuentes de agua potable en los países donde están establecidas sus fábricas. Asociándose con un proyecto de USAID cuyo objetivo es mejorar el acceso a agua potable, esta compañía puede aportar su experiencia, equipos y fondos para mejorar los sistemas públicos de tratamiento de agua y puede ayudar a lanzar una campaña de marketing para generar una demanda popular que reclame el acceso a agua potable. A cambio, este proyecto de USAID facilitará a Star*Cola un acceso legítimo a los funcionarios de gobierno y a un equipo de ingenieros que aseguren que los proyectos de infraestructura efectivamente son construidos. Con el paso del tiempo, Star*Cola consolidará una reputación de empresa ‘verde’, y el reconocimiento de su marca crecerá, algo que estimulará la demanda global de sus productos”.
L
a Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) utiliza este ejemplo para presentar su programa de alianzas público-privadas, una “combinación innovadora de intercambio de recursos” con la que “Star*Cola podrá mantener y expandir sus servicios y USAID será capaz de alcanzar con mucho más éxito su objetivo de facilitar el acceso al agua potable”1. En realidad no se trata de un caso figurado: una de las más sólidas alianzas de la agencia estadounidense con el sector privado es la que mantiene con CocaCola, compañía con la que ejecuta en 22 países de todo el mundo el programa Water and Development (WADA), con los mismos objetivos que en el citado ejemplo de “Star*Cola”. Con fines y resultados similares, USAID mantiene “alianzas globales de desarrollo” con corporaciones transnacionales como Wal-Mart, Starbucks, Chevron, IBM y Kraft. Desde que la agencia puso en marcha su programa de alianzas público-privadas hace diez años, esta herramienta se ha convertido en una de sus principales estrategias de cooperación y financia-
ción, y hoy dispone de 1.000 alianzas con más de 3.000 empresas.
Las empresas como actores de desarrollo
Sirva este caso para ilustrar una de las cuestiones centrales que, en los últimos años, está marcando la agenda de la cooperación internacional: el aumento del papel de las grandes empresas en las políticas de cooperación. Ya lo dice el actual Plan Director de la Cooperación Española: “Uno de los actores cuya integración en el sistema de cooperación para el desarrollo es fundamental y supone un reto por su potencial como actor de desarrollo es el sector privado empresarial”. Para poder llegar hasta aquí, las grandes empresas, por una parte, han ido amoldando su discurso a los conceptos que rigen las políticas de los organismos internacionales (Objetivos de Desarrollo del Milenio, lucha contra la pobreza, respeto de los derechos humanos), mientras los donantes multilaterales y bilaterales, por otra, han venido trabajando sobre cómo combinar los objetivos empresariales
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con los defendidos desde las instituciones que trabajan por el desarrollo humano. Desde la perspectiva empresarial, las teorías que proporcionan el soporte conceptual para esta reconfiguración del rol del sector privado en el desarrollo son las de “la base de la pirámide”: un modelo de negocio asentado en la idea de que “de la creación conjunta de un mercado en torno a las necesidades de los pobres puede resultar el alivio de la pobreza”, con el que se pretende convertir en consumidores a las dos terceras partes de la población mundial, ahora excluidas de la sociedad de consumo. Eso sí, tal y como afirma Prahalad (el autor de referencia sobre “negocios inclusivos”), esas oportunidades de negocio “no pueden aprovecharse si las empresas grandes y pequeñas, los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil, las agencias de desarrollo y los mismos pobres no trabajan unidos, con una agenda compartida”2, de ahí que las corporaciones transnacionales hayan apostado por establecer alianzas con administraciones públicas y ONG para expandirse a esos nuevos mercados.
OBSERVATORIO DE MULTINACIONALES “Nuestro tiempo exige una nueva constelación en la cooperación internacional: gobiernos, sociedad civil y sector privado trabajando juntos en pro de un bien colectivo mundial”, afirma Ban Ki-moon3. Y es que parece claro que, como dice su secretario general, para Naciones Unidas el sector empresarial debe ser un actor principal en la erradicación de la pobreza y, como se enuncia en el ODM número 8, en “fomentar una alianza mundial para el desarrollo”. Por eso ha venido promoviendo en sus cumbres y discursos “el potencial de las empresas al servicio de los pobres”4. Al mismo tiempo, las instituciones financieras internacionales también han desarrollado herramientas para trabajar en la consolidación de alianzas público-privadas. Basta comprobar cómo, en los últimos años, el peso del sector privado en sus programas ha crecido notablemente: según la Plataforma 2015 y más, “la financiación del sector privado por parte de los bancos multilaterales de desarrollo aumentó diez veces desde 1990, desde menos de 4.000 millones de dólares hasta 40.000 al año”5. Todo ello se ha traducido, asimismo, en los acuerdos alcanzados en esta década6 en las diversas cumbres internacionales sobre desarrollo, siempre argumentando la necesidad de una mayor financiación de la ayuda y de contar con el knowhow de la gestión privada para mejorar su impacto y eficacia. Por su parte, las agencias de cooperación de los países centrales han creado organismos específicos para el desarrollo de alianzas público-privadas y muchas de ellas han adaptado sus mecanismos de financiación para facilitar la incorporación de las compañías con ánimo de lucro. En el
Revista Pueblos
Alianzas público-privadas
caso de la cooperación española, ya en el II Plan Director (2005-2008) se incluían menciones a las “iniciativas de colaboración entre el sector público y el sector privado” con el fin de “conjugar los esfuerzos de la empresa privada y del Estado para la consecución de objetivos de desarrollo en los países socios”. Finalmente, en el III Plan Director (2009-2012) se concretó la línea estratégica de “fomentar el diálogo, la coordinación y la acción conjunta entre el sector privado, el sector público y las organizaciones de la sociedad civil”.
Ongd y capitalismo inclusivo
“La novedad de este instrumento recomienda abordar su puesta en práctica de forma gradual y progresiva, comenzando con la puesta en marcha de experiencias piloto que permitan ir generando buenas prácticas y los aprendizajes necesarios para su óptima utilización”, dice el Plan Director vigente. Ya se están dando las primeras asociaciones conjuntas de
1 “Intersección de intereses. USAID y el sector privado”, presentación de Global Development Alliances en la página www.usaid.gov. Traducción de los autores. 2 Prahalad, C.K.: La fortuna en la base de la pirámide: Cómo crear una vida digna y aumentar las opciones mediante el mercado, Granica, Barcelona, 2005. 3 Ki-moon, Ban: “El Pacto Mundial y la creación de mercados sostenibles”, discurso plenario en el Foro Económico Mundial, Davos (Suiza), 29 de enero de 2009. 4 Comisión sobre Sector Privado y Desarrollo: “El impulso del empresariado. El potencial de las empresas al servicio de los pobres”, PNUD, Naciones Unidas, Nueva York, 2004. 5 Tricarico, Antonio: “Privatización de las finanzas europeas para el desarrollo: el rol del Banco Europeo de Inversiones”, en Las políticas globales importan, Anuario 2010 de la Plataforma 2015 y más, 2011. 6 Entre otras, en las cumbres sobre financiación del desarrollo, como las de Monterrey (2002) y Doha (2008), y en los Foros de Alto Nivel sobre Eficacia de la Ayuda de París (2005) y Accra (2008).
este tipo: el pasado verano, por ejemplo, se acordó constituir una alianza público-privada en la región peruana de Acobamba entre la Secretaría de Estado de Cooperación, tres empresas (Telefónica, BBVA y Santillana) y cuatro ONG (Ecología y Desarrollo, Entreculturas-Fé y Alegría, Ayuda en Acción y Solidaridad Internacional). “Ten la visión de algo grande. Pero empieza con algo que puedas manejar, que pueda ser flexible y que puedas ir construyendo según vayas aprendiendo”, dice Denise Knight, responsable del programa WADA de Coca-Cola. Y parece que eso es lo que están haciendo las empresas y los organismos públicos, aunque para completar el triángulo del “capitalismo inclusivo” necesitan contar con el tercer vértice: las organizaciones de la sociedad civil. Llegados a este punto, el debate está servido: empresas como CocaCola, Wal-Mart, BBVA o Telefónica, denunciadas por haber cometido graves delitos contra los derechos humanos, ambientales, civiles o laborales, ¿deben ser las encargadas de configurar la agenda de las políticas oficiales de desarrollo? Y, sobre todo, ¿pueden las ONGD trabajar por la defensa del desarrollo humano sellando alianzas con transnacionales acusadas precisamente de vulnerar los derechos que lo posibilitan? q *Pedro Ramiro y Silvia M. Pérez son investigadores del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) – Paz con Dignidad.
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MIRADAS
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Minería en América Latina
Las transnacionales extractivas en América Latina
El filón del siglo XXI Erika González*
El enorme valor que tenían los recursos naturales en el siglo XIX determinaba su carácter estratégico en el comercio internacional. Ahora, en pleno siglo XXI, la escalada de precios de las materias primas y su enorme demanda impulsan de nuevo un fuerte extractivismo en América Latina. Las principales beneficiadas son, como en épocas anteriores de la historia, las grandes corporaciones transnacionales.
L
a masacre se calificó como “el año de los tiros”. Este lamentable hecho tuvo lugar cuando terminó una manifestación de trabajadores mineros y hombres y mujeres del campesinado que protestaban contra la minera transnacional Rio Tinto, de origen inglés. Las condiciones laborales semiesclavistas, la deforestación y las toneladas de gases tóxicos expulsados, procedentes de la quema al aire libre de los minerales, fueron los desencadenantes de dicha movilización. Los cargos políticos del gobierno local rechazaron cualquier reclamación a la compañía: no podían tomar ninguna decisión que la perjudicase pues prácticamente todos ellos estaban relacionados, de una manera u otra, con la compañía. El hecho de que el ejército abriera fuego contra una muchedumbre concentrada al finalizar la manifestación sólo puede ser explicado por esta connivencia1. “El año de los tiros” podría haber ocurrido en la actualidad en ciertos países de África, Asia o América Lati-
El Cerro Rico (o la Boca del Infierno, como se le conocía en el siglo xvi) en Potosí, Bolivia. Melchor María Mercado, Álbum de paisajes, tipos humanos y costumbres de Bolivia (1841-1869).
na, donde las grandes compañías multinacionales se aseguran, por todos los medios, el control de los territorios ricos en recursos naturales estratégicos. En realidad este hecho aconteció en el municipio de Minas de Riotinto, Huelva (España) el 4 de febrero de 1888. Podría parecer exagerado comparar la minería de hace más de un siglo y la actual, y es verdad que hay muchas diferencias (está perseguido el empleo de niños y niñas, hay una mínima regulación ambiental y laboral, etc.). Pero también hay paralelismos, como la importancia estratégica de los recursos naturales para la economía mundial y los actores que la impulsan y se benefician de su explotación: las corporaciones transnacionales. En el caso de la minería, las mayores compañías de hoy son las mismas que a
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finales del siglo XIX: la transnacional australiana BHP Billiton, por ejemplo, resultó de la fusión entre BHP (creada en Australia en 1885) y Billiton (creada en Holanda en 1860), mientras la sudafricana Anglo American fue creada en 1917 y la multinacional británica Rio Tinto en 1873. ¿Cómo es posible que a principios del siglo XXI el extractivismo y el control del territorio sean claves en el comercio internacional? En 2010, los recursos naturales concentraron el 43 por ciento de la inversión hecha por las transnacionales en América del Sur2. Esta atracción hacia el sector primario tiene mucho que ver con el aumento del precio de las materias primas. Por ejemplo, el oro en los últimos cinco años ha incrementado su precio en un 150 por ciento3, así que
Minería en América Latina n MIRADAS explotar este mineral, y otros como el cobre y el carbón, está suponiendo una fuente extraordinaria de ingresos para las compañías multinacionales. El hecho de que estas empresas aumenten un 45 por ciento sus inversiones en la exploración de minerales, como el oro y el cobre4, ilustra su rentabilidad. América Latina es, por cierto, la principal receptora de estas inversiones.
El frente extractivo en América Latina
Los intereses de las transnacionales en la región latinoamericana han ido cambiando según las expectativas de ingresos crecientes, según las leyes que condicionaban su actividad y según las políticas que dictaban las instituciones financieras internacionales. En la década de los ochenta y noventa, los gobiernos latinoamericanos, siguiendo las máximas del Consenso de Washington (desregular, liberalizar y privatizar), pusieron a la venta las grandes empresas públicas del sector servicios. Y lo hicieron en condiciones muy ventajosas para los capitales foráneos: precios de venta inferiores al valor de las empresas, posibilidad de gestión en oligopolio o, incluso, en monopolio, desregulación ambiental, social y laboral, reducción de la fiscalidad, etc. Esta especie de saldo de empresas causó un aumento muy significativo de la inversión extranjera en el área de servicios, es decir, llegaron multitud de compañías transnacionales comprando todo lo que se vendía. La procedencia de estas corporaciones se situaba en Europa y los capitales españoles, entre otros, adquirieron entonces un considerable protagonismo. Su gran tamaño, procedente de las privatizaciones y fusiones que tuvieron lugar en el Estado español durante los noventa, permitió el salto transatlántico en lo que se podría denominar el “segundo desembarco”5. De esta forma se hicieron con el control de importantes sectores económicos de América Latina, como la banca, las telecomunicaciones, la electricidad, los seguros y el turismo. Hoy se siguen dando fusiones y adquisiciones muy importantes en el ámbito de los servicios: la mayor compra
en 2010 fue la que realizó Telefónica sobre la compañía brasileña Vivo6. Pero, en general, una vez finalizada la oleada de privatizaciones la inversión extranjera cayó en el sector terciario y creció en el de recursos naturales. Y es que la maquinaria que reduce el coste de la extracción, los tratados bilaterales y regionales de protección de inversiones, la mínima fiscalidad y la ausencia de marcos regulatorios para el control de las multinacionales ponen en bandeja a las grandes empresas la obtención de ingentes beneficios mediante la explotación y exportación de las materias primas. El protagonismo actual de los recursos naturales en los flujos comerciales y de inversión también se debe a la demanda de los países del Norte y a la creciente clase consumidora de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Aunque, además, entran en juego los fondos de inversión que, después de generar burbujas especulativas con desastrosas consecuencias sociales y ambientales en el sector de las tecnologías y la vivienda, ahora se dirigen a las materias primas, ya sean minerales, hidrocarburos o alimentos.
El espejismo de la desmaterialización de la economía
La imagen de una mina a cielo abierto en Perú, los campos petrolíferos de Bolivia o la infinita extensión de soja en Paraguay choca frontalmente con la tesis de la desmaterialización de la economía en los países del Norte global. La terciarización de la matriz productiva y el desplazamiento de la industria a los países del Sur promueven en los países del Norte la percepción social de la eficiencia y la reducción en la dependencia de estos recursos. Nada más lejos de la realidad, el incremento exponencial en el consumo
de productos tecnológicos, la elevada demanda de productos agroindustriales o la intensificación del comercio global, entre otras cuestiones, demanda una imparable búsqueda de más minerales, más hidrocarburos, más suelo para la agroindustria, más agua. Ante el avance del frente petrolero, minero o sojero se repite el mismo testimonio, como si quienes hablaran formaran parte de una misma comunidad, de un mismo territorio. Celina, joven de la localidad de Yanta, situada en los Andes peruanos, afirma: “Si la minería (transnacional Majaz-Río Blanco) entra acá destruye todo, destruye el medioambiente, el agua, si no hay agua no podríamos vivir”. En Guatemala, durante una protesta frente a la embajada canadiense, un campesino, megáfono en mano, grita: “¡Vamos a seguir luchando para que [la transnacional] Montana Marlin ya no esté en nuestro pueblo destruyendo nuestra naturaleza!” Un líder social afrocolombiano habla como testigo ante el Tribunal Permanente de los Pueblos, que juzga a las multinacionales de la minería por la violación de derechos humanos en Colombia, en este caso a la transnacional Glencore: “Que por favor se asiente un castigo, se señale una culpabilidad para que cesen los atropellos, las injusticias. Ojalá que se cerrara definitivamente esta empresa para que nuestra naturaleza y nosotros podamos convivir en paz”7. Se repiten las denuncias pero también las luchas en multitud de lugares separados por miles de kilómetros: en Ecuador, Argentina, Chile, Brasil, Bolivia, México, Panamá... Y cada vez en más territorios.q *Erika González es investigadora del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) - Paz con Dignidad.
1 Ferrero Bwyco, María Dolores: “Los sucesos de Riotinto de 1888 según los directores de la Rio Tinto Company Limited”, Revista Historia Industrial (14, 1998). 2 CEPAL: La inversión extranjera en América Latina y el Caribe, 2010, Santiago de Chile, Naciones Unidas, 2011. 3 Datos obtenidos de la Bolsa de Metales de Londres (LME) y Kitco. 4 CESCO: Tendencias de exploración mundial 2011, Canadá, Metals Economics Group, 2011. 5 Ramiro, Pedro: “Multinacionales españolas en América Latina: nuevas estrategias para extenderse a nuevos mercados”, Pueblos - Revista de Información y Debate, número 43, julio de 2010. 6 El valor de la compra asciende a 9.743 millones de dólares. 7 Testimonios obtenidos de la web Defensa Territorios de Entrepueblos; del documental Extrayendo vida. Resistencia indígena a la explotación de recursos naturales (Alba Sud y ACSUD Las Segovias); y del vídeo TPP Capítulo Colombia. Multinacionales, recursos naturales y Guerra Sucia, editado por la Asociación Campesina de Antioquia.
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MIRADAS
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Minería en América Latina
¿Hacia el post-extractivismo y el buen vivir?
Minería y resistencias en América Latina César Padilla*
El incremento de las actividades mineras en América Latina no ha cesado desde mediados de los 90. La región atrae cerca del 27 por ciento de las inversiones en este sector y hay muchos proyectos por comenzar. Varios países basan sus exportaciones en la minería y otros de la región intentan sumarse a esta lista.
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hile y Perú encabezan el ranking de los países mineros por excelencia, mientras Colombia intenta poner en marcha su “locomotora minera” para ser parte del club y Argentina lucha por competir por las inversiones de las grandes transnacionales del rubro. Bolivia, país tradicionalmente minero, ha logrado este año dinamizar su anquilosado sector, alcanzando cifras de exportación de minerales que comienzan a acercarse a las de exportaciones por hidrocarburos. Un esfuerzo por nacionalizar la minería y reformar leyes sectoriales intenta dar nuevos bríos a la actividad, cada vez más en manos del Estado.
La tentación minera
Lo cierto es que la minería ha ido formando parte de las estrategias extractivas de la mayoría de los países de la región, independientemente de la orientación política de sus gobiernos y de si han sido o no tradicionalmente países mineros. El escenario económico internacional, por otro lado, ha sido propicio para el fortalecimiento de la actividad minera por la alta demanda de mine-
Marcha de mujeres mineras en La Paz. Fotografía: Sucre Indymedia (www.sucre.indymedia.org).
rales por parte de los países asiáticos, lo que ha elevado el precio de metales no preciosos, como el cobre, a cifras históricas. Además, en tiempos de crisis el oro se convierte en valor refugio y aumenta su demanda en la medida que protege los activos en moneda frente a una crisis monetaria generalizada. Tanto la orientación extractivista de la casi totalidad de los países de América Latina como el comportamiento de los mercados internacionales, tendientes al crecimiento de la demanda y de los precios, han ido
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consolidando un escenario propicio para una mayor expansión de la minería en la región. Los diferentes países han optado por aprovechar este escenario para lograr mayores ingresos por atracción de Inversión Extranjera Directa y exportaciones de minerales, acentuando en muchos casos el rol primario exportador con escaso valor agregado. A pesar de las señales que indican que en muchos casos el extractivismo puede provocar la llamada enfermedad holandesa1 y que la abundancia de materias primas está asociada a
una suerte de maldición que perpetúa la pobreza y la dependencia2, la mayoría de los gobiernos están apostando por esta estrategia de crecimiento económico, ya sea para aumentar el crecimiento o para pagar deudas sociales, en el caso de los gobiernos de izquierda.
Rechazo de las comunidades y resistencias
Por otro lado, la presión sobre los territorios ha ido provocando cada vez mayores rechazos de las comunidades locales y más conflictos con las empresas mineras y los Estados. Los indudables y ya conocidos impactos provocados por la minería han permitido que cada proyecto esté siendo acompañado de un rechazo comunitario. La percepción, cada vez más generalizada, de que la minería afecta al ambiente, agota las fuentes de aguas, contamina el entorno y está llena de peligros por las sustancias tóxicas que utiliza, hace que el cuestionamiento crezca de manera constante. Si sumamos las promesas y engaños sobre desarrollo, empleo y dinamización de las economías locales, además del atropello a los derechos humanos, la imposición de proyectos, la criminalización de la oposición a la actividad, los desplazamientos forzados o la ocupación de territorios ancestrales, la minería se torna una actividad cada vez menos aceptada por las comunidades locales. Muestra de esto ha sido la profusa proliferación de los conflictos socioambientales no bien se anuncia un proyecto futuro. Este proceso de rechazo ha tenido como consecuencia el fortalecimiento de los movimientos antimineros, su proliferación y el incremento de diversas estrategias de lucha. En los últimos cinco años hemos visto un claro aumento en la conformación de organizaciones de resistencia a la minería, y a este proceso se han sumado importantes intelectuales y otros sectores como la iglesia católica de los países de América Latina donde subsisten movimientos ligados a la Teología de la Liberación, para los que el cuidado de la creación juega un importante rol.
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Minería en América Latina n MIRADAS
La presión sobre los territorios ha ido provocando cada vez mayores rechazos de las comunidades locales y más conflictos con las empresas mineras y los Estados
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La resistencia a la minería en un contexto de mayor conciencia ambiental se enfrenta a los cercos mediáticos y a descalificaciones oficiales de todo tipo, donde ni siquiera las medidas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) logran incidir. Es, tal vez por esto mismo, que la resistencia a la minería se esta haciendo cada vez más “desde abajo”. Son las mismas comunidades las que han ido poniendo mayores límites a las actividades mineras. Los casos exitosos de resistencia, que dicho sea de paso aumentan con el tiempo, son aquellos sostenidos con las acciones de las mismas comunidades. La institucionalidad ha tenido que responder a las demandas comunitarias con medidas de diversa índole. El rol jugado por los pueblos indígenas y sus organizaciones ha supuesto un papel fundamental en las estrategias de defensa del territorio. Tanto Bagua, en Perú, como la resistencia en la amazonía ecuatoriana contra los proyectos extractivos, son una clara muestra de ello. También lo son las luchas de resistencia indígena a la minería en Guatemala y, recientemente, en Panamá3.
Estrategias
La “internacionalización” de las luchas es una expresión del avance de los movimientos de resistencia a la minería. Al provenir las inversiones y operaciones mineras de empresas transnacionales, la búsqueda de solidaridad para la denuncia de los diversos casos de amenaza o atropello a los derechos de las comunidades locales
ha trascendido las fronteras. Ha trasladado aspectos legales y morales involucrados en los conflictos hacia Canadá, Europa o Estados Unidos; y en un futuro no lejano también deberán incluirse China, India, Corea y otros países considerados nuevos actores mineros transnacionales. No obstante, siempre existe un componente de resistencia local fundamental. Las denuncias en tribunales de países de los que provienen las inversiones mineras, la visibilización de las injusticias en las asambleas de accionistas y las solicitudes de retiro de fondos de pensiones en inversiones mineras forman parte de las estrategias empleadas cada vez con mayor frecuencia. El uso de instancias internacionales como Naciones Unidas y, especialmente, la CIDH, han sido estrategias usadas de forma recurrente. En terreno se han desarrollado las llamadas “consultas ciudadanas”, consultas comunales para demostrar el rechazo masivo a una determinada actividad minera. El resultado de dichas consultas está aún en entredicho, ya que cuando son ejercidas bajo el derecho reconocido por el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) existe mayor legitimidad formal que cuando no es el caso (pese a que la OIT no ha sido suficientemente clara respecto a las decenas de consultas comunales organizadas en Guatemala ni tampoco a las de Perú y Argentina). La resistencia pacífica pero activa se ha transformado también en un instrumento efectivo para reclamar derechos frente a una actividad minera. La ocupación pacífica de terrenos, vías o edificios forma parte de acciones directas organizadas generalmente tras la negación de los derechos reclamados a diversas instancias. Estas formas de acción se han debilitado en algunos países producto de la criminalización (promovida por parte de empresas y gobiernos) de la protesta social.
Criminalización
Perú y Ecuador muestran procesos importantes de criminalización de la protesta social, con cientos de encausados, mientras que en Colombia,
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Minería en América Latina
México y otros países de América Central se usa la violencia directa, generalmente a manos de grupos irregulares o de sicarios al servicio de intereses transnacionales o de sus aliados nacionales. La ausencia, negligencia o inoperancia del Estado también debe considerarse, en estos casos, una forma indirecta de criminalización.
Articulaciones
Los procesos de articulación han contribuido de manera fundamental a las acciones de resistencia y de organización frente a los atropellos de la minería en América Latina. La solidaridad entre las comunidades y organizaciones de apoyo, tanto técnicas como de derechos humanos y ambientales, es una expresión de estos procesos. El intercambio de información, la elaboración de estrategias conjuntas y las campañas iniciadas de manera articulada apoyan la resistencia de las comunidades afectadas por la minería. Estas articulaciones no sólo abarcan la región de América Latina sino que incluyen también, y cada vez más, a organizaciones del hemisferio norte. Se trata de expresiones de la glocalización de las luchas antimineras en la región4. En la actualidad encontramos campañas contra empresas como VALE, Newmont, Barrick Gold, Godcorp; y otras, más generales, como la preparada contra el uso del cianuro en la minería de la región.
Extractivismo transversal
Tanto los países con regímenes neoliberales (como Chile, Perú y Colombia) como aquellos vinculados a la izquierda o socialismo del siglo XXI (Ecuador, Bolivia, Venezuela, Argentina, Uruguay y Paraguay) ponen sus energías en el crecimiento económico basado en las actividades extractivas. Muchas comunidades y actores sociales críticos depositaron grandes esperanzas en gobiernos alternativos pensando que, por justicia social y ambiental, además de por soberanía y respeto a las comunidades, la minería recibiría un tratamiento cuidadoso, revisando sobre todo las actividades mineras transnacionales y sus malas prácticas.
De manera contraria a lo esperado, el extractivismo está plenamente vigente y firmemente instalado en los gobiernos alternativos, que justifican los efectos negativos de la minería bajo pretexto de pago de deudas sociales históricas (sin duda merecidas por los sectores empobrecidos y postergados de la sociedad). El concepto de “sacrificio” referido a la destrucción ambiental y social en beneficio de la minería se usa en algunos países para justificar una supuesta necesidad extractiva nacional.
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El extractivismo ilimitado ha llevado a grupos crecientes de América Latina a confrontar este estilo irracional de crecimiento económico empobrecedor con las alternativas reales pero también con las utopías reales
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Bolivia, por ejemplo, que cuenta con un amplio sector de minería artesanal o pequeña, denominada “minería cooperativizada”, no ha logrado cambiar de manera fundamental su visión de la gran minería transnacional. La renacionalización de la mina Huanuni, privatizada en tiempos de gobiernos neoliberales y revertida al Estado por el gobierno de Morales, nos muestra una visión aplicada a la operación minera, en términos socioambientales, idéntica a cualquier actividad minera transnacional. Muestra de esto son las denuncias de comunidades de la ribera del río Huanuni o de los lagos Uru Uru y Poopo, que sufren vertidos de desechos mineros a su cauce y cuenca, vertidos que afectan la actividad agrícola tradicional o la pesca artesanal en los lagos mencionados. San Cristóbal y la dis-
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puta por el agua muestra un fenómeno similar en Potosí.
Algunos casos:
la minería como estilo de vida
Se dice que la minería suele ser incompatible con otras actividades, sobre todo con actividades sustentables. También se menciona que una vez que se ha optado por la explotación minera no hay vuelta atrás. Pero, ¿en qué medida son ciertas tales afirmaciones? La experiencia muestra que la mayoría de las actividades mineras eliminan la existencia o, al menos, ponen en riesgo otras actividades. Si miramos en un mapa las zonas mineras abandonadas vemos que, en ocasiones, sólo con gran dificultad y esfuerzo se logran desarrollar otras actividades post-minería. La contaminación, destrucción y acidificación de las fuentes de agua suele ser un aspecto que conspira para que los sitios mineros abandonados sean lugares fantasma, sin habitantes. Esta es la enorme preocupación que aqueja a los habitantes de Challapata, en el departamento de Oruro (Bolivia), una comunidad agrícola muy productiva que abastece gran parte de las necesidades de básicos vegetales y lácteos. Este fenómeno productivo, en pleno altiplano, a casi 4.000 metros de altura y con un clima extremo, se ha logrado gracias a la construcción de un embalse y mediante un cuidadoso sistema de riesgo y distribución de aguas administrado por la comunidad. La amenaza de la instalación de una mina de oro, apoyada por el Gobierno, ha puesto en alerta a la comunidad, que se opone tenazmente a su instalación. Los agricultores y ganaderos de Challapata saben que la minería excluye actividades agrícolas y lecheras a medio y largo plazo. Químicos como el cianuro de sodio y diversos metales que expuestos al ambiente contaminarían el entorno les han obligado a oponerse a la mina. Y, desde luego, sus aprehensiones no son inventos ni campañas del terror sopladas al oído por ecologistas intransigentes. Saben lo que significa la minería, ya que la han observado desde los inicios de
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La ‘internacionalización’ de las luchas es una expresión del avance de los movimientos de resistencia a la minería
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la ciudad y no dudan de la legítima opción de defender un estilo de vida agrícola. Otro interesante caso es el de Coro Coro, en La Paz. Una empresa coreana, junto con el Estado boliviano, reprocesan desechos mineros. El proyecto, reiniciado después de que la mina fuese abandonada, no cuenta con la licencia social de las comunidades aledañas.
¿Hacia el post-extractivismo?
Este caso y el anterior muestran que el extractivismo no obedece a un modelo de desarrollo ideológico dividido entre las tradicionales derechas neoliberales y lo que algunos han llamado “izquierdas neoextractivistas”. No está en la visión de esos gobiernos el concepto “post-extractivismo” y, si lo estuviese, se asocia sólo al agotamiento de los recursos naturales, específicamente a los no renovables. No obstante, el post-extractivismo comienza a instalarse en la discusión frente al fracaso del extractivismo como estrategia de desarrollo. Se transforma en exigencia de las comunidades afectadas por la minería frente a los oídos sordos de los gobernantes de la región. Para presionar hacia el cambio de paradigma del extractivismo al postextractivismo se usan diversos argumentos que van desde el convenio 169 de la OIT hasta el colapso del planeta y el sumaj kausay (el buen vivir) originario como alternativa. El extractivismo ilimitado ha llevado a grupos crecientes de América Latina a confrontar este estilo irracional de crecimiento económico empobrecedor con las alternativas reales pero también con las utopías reales. Los procesos de restricción e, inclu-
Detalle del sello de correos conmemorativo del 25 aniversario de comibol.
so, prohibición de la minería como modelo central de desarrollo han ido cobrando fuerza en la región. La ley que prohíbe la minería en Costa Rica, el fracaso de la modificación de la ley minera en Panamá, la negativa a otorgar una indemnización en el caso Cabañas de El Salvador, la propuesta Yasuní en Ecuador y el cuestionamiento al proyecto de GreyStar en el páramo santandereano en Colombia, así como otros ejemplos, son muestras de éxitos, aunque parciales, de los movimientos críticos u opuestos a la minería en América Latina. Las ideas sobre post-extractivismo están aún en pañales. No obstante, han ido cobrando fuerza frente a un escenario plagado de recurrentes cri-
sis (como la última crisis financierainmobiliaria), creadas y criadas dentro del sistema capitalista. Tal vez el fortalecimiento de las propuestas post-extractivistas disminuya el vértigo al vacío de quedar sin alternativas. Tal vez lograr entender el sumaj kausay, y atreverse a vivirlo, es parte de las claves para superar las crisis socioambientales provocadas hasta ahora por el extractivismo extremo e irracional y por un capitalismo que se niega a reconocer límites. Al menos aparece como una esperanza para los pueblos de América Latina y del mundo.q *César Padilla es coordinador del Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina (OCMAL).
1 Nombre general que se le asigna a las consecuencias dañinas provocadas por un aumento significativo en los ingresos de un país logrado a través de las ganancias por la explotación de un solo recurso natural. 2 Acosta, Alberto: La maldición de la abundancia, Abya Yala, Quito, 2009. 3 Veánse ejemplos de estas luchas en la página web del Observatorio de Conflictos Mineros en América Latina (www. ocmal.org). 4 Bebbington, Anthony, et al.: La glocalización de la gobernanza ambiental, Universidad de Manchester, 2007. (Documento de trabajo que forma parte de la investigación Civil society and the political ecology of rural development in the Andean Region).
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Minería en América Latina
Minería transfronteriza en Centroamérica Edgardo Mira*
El tema de la minería transfronteriza no puede abordarse de manera simplista y relacionándolo únicamente con la existencia de proyectos que se localizan en la zonas fronterizas, es decir, con la delimitación física, política y administrativa entre los países. Tradicionalmente las fronteras han sido vistas como punto de finalización y punto de partida entre países, como focos de conflictos y de inestabilidad: tanto es así que los conflictos entre países se concretizan a partir de las fronteras.
A
l analizar la minería desde la perspectiva de las fronteras entre países se soslaya algo que es fundamental: la interdependencia entre los países, la convivencia que existe entre las comunidades, pero también entre los territorios, entre los recursos hídricos... En una frontera, en realidad, hay una unidad de territorio, de cultura, de economía, de política, etcétera.
Derecho internacional
y minería transfronteriza
Por lo tanto, para analizar la minería transfronteriza es necesaria la perspectiva del derecho internacional, sobre todo el relacionado con el agua y el enfoque de cuenca, dado que la minería requiere para su proceso productivo grandes cantidades que suelen tomarse de aguas superficiales o subterráneas. El concepto básico de cuenca plantea que se trata de “una unidad geográfica e hidrológica conformada por un río principal y todos los territorios comprendidos entre el naciente y la desembocadura de ese río”. A partir de lo anterior, el concepto de cuenca establece o determina varios componentes, entre los que se encuentra la existencia de: 1) un río; 2) un territorio; 3) personas y seres vivos; 4) acuíferos asociados a recursos hídricos subterráneos (esto es importante porque, aunque pueden estar
Protestas contra la minería metálica en el lago Guija, en la frontera entre El Salvador y Guatemala. Fotografía: Ceicom
delimitados en la cuenca por su condición de ser subterráneos, pueden también superar más de una cuenca, pero en todo caso lo que el concepto nos está diciendo es que siempre que hay aguas superficiales también hay aguas subterráneas); 5) una línea costera si es que el río desemboca en el mar; y, 6) territorios adyacentes. Lo anterior indica que aquellos ríos y otros cuerpos de agua que se encuentran en las fronteras adquieren una categoría especial: son en esencia cuencas transfronterizas, compartidas, internacionales, conceptos que se han venido reflejando en el desarrollo del derecho internacional. Este esfuerzo de desarrollo conceptual se concretó durante la Con-
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ferencia de Helsinki, en el año 1986, aceptando que no se puede hablar sólo de cuencas unilaterales sino que es necesario incorporar la realidad de los Estados, ya que la inmensa mayoría de ellos, alrededor del mundo, tienen por lo menos una cuenca que comparten con otros países. Esa es la novedad: el reconocimiento de que intervienen dos o más Estados. Asimismo, la Conferencia de Helsinki no sólo avanzó en la definición de la cuenca de naturaleza transfronteriza o compartida, sino que también definió o identificó los recursos incluidos en este concepto: 1) los cursos de las corrientes principales asociadas a los ríos; 2) los tributarios, es decir, los ríos que hacen que el río princi-
Minería en América Latina n MIRADAS pal tenga un mayor cauce; 3) los lagos que forman parte de esos ríos; 4) el subsuelo, que hay que tener muy en cuenta en el debate que se realiza en torno a la minería; 5) el suelo, la flora, la fauna silvestre y los otros recursos naturales; 6) las aguas subterráneas; y, 7) la zona costera y marina. Lo anterior permite dimensionar la importancia y la complejidad que implica adoptar el concepto de cuenca transfronteriza, estableciéndose con claridad que no se trata sólo de los ríos, sino que tenemos que ver en ambas riberas lo relativo a los elementos mencionados.
Soberanía compartida
Se acepta que los Estados que comparten un río tienen soberanía compartida sobre el mismo, y este concepto es clave porque las decisiones que se tomen sobre ese río también deben ser compartidas. Esto implica, entonces, que ningún país puede tomar decisiones unilaterales sobre el agua de una cuenca compartida. Es cierto que hay Estados que no aceptan esta noción (como Guatemala, que más bien se aferra al concepto de soberanía de cuenca), lo que supone la unilateralidad del país en cuestión para decidir sobre los recursos hidricos que se encuentran en su territorio, incluyendo aquellos que tienen una connotación transfronteriza. Existe, sin embargo, un andamiaje jurídico, el derecho internacional sobre el agua, que no sólo permite identificar la trascendencia de estas problemáticas transfronterizas sino que también nos brinda herramientas de análisis. En primer lugar, nos facilita herramientas para buscar una mayor integración, alejándonos del concepto tradicional de las fronteras como puntos de conflicto y de separación de países (pues el concepto de cuenca nos da la oportunidad de verlo más como un factor integrador, visión que tiene mucha validez cuando se trata de organizaciones sociales y comunitarias). Además, nos ofrece argumentos importantes para desarrollar la defensa del territorio, que también es compartido, a partir de la delimitación de las cuencas transfronterizas,
en función de la vida y de los ecosistemas.
Las Fronteras de Centroamérica
Respecto a Centroamérica, lo primero que debemos decir es que, desgraciadamente, esta pequeña región se dividió en cinco países, unos grandes y otros pequeños. A El Salvador le tocó ser el más pequeño de todos. La región tiene una extensión de 523.160 km2, con una población aproximada de 36 millones de personas. Cuenta con 23 cuencas consideradas transfronterizas, lo que representa el diez por ciento de las cuencas de este tipo a nivel mundial y se debe a la fragmentación del territorio. Estas 23 cuencas transfronterizas de Centroamérica representan el 37 por ciento de todo el territorio de esta región, es decir, 193.569,2 km2, y suman el 40 por ciento de todas las áreas protegidas de Centroamérica. Esto implica que es necesario analizar la concentración poblacional, lo territorial y los recursos localizados e identificados en las zonas transfronterizas a fin de considerarlos adecuadamente en un proceso de gestión centroamericana.
Amenazas y minería transfronteriza
En términos de amenazas se presenta un proceso creciente de sobreexplotación de los recursos naturales, degradación y sedimentación de los suelos, así como contaminación de los cuerpos de agua. Además, se identifica un proceso creciente de dependencia de proyectos de generación hidroeléctrica, de tal forma que los ríos son vistos como generadores de energía. Otra amenaza la constituye la práctica de disposición inadecuada de desechos sólidos y la explotación a gran escala de árboles maderables de la poca reserva de bosques de la región. El modelo de producción basado en agroquímicos es muy común en la zona transfronteriza (por ejemplo, en la zona de Asunción Mita, en Guatemala, la producción a gran escala de melones, y, en Costa Rica, de piña). Así, encontramos en las diferentes zonas de la región procesos productivos
basados en agroquímicos que ocasionan severos daños a los ecosistemas. En resumen, estas son las principales amenazas que se configuran en la región y que llevan cierto tiempo desarrollándose, afectando cada vez más las condiciones de vida de las poblaciones que residen en esas zonas. Sin embargo, es necesario plantear que en los últimos años en Centroamérica, al igual que en otras regiones del mundo, se ha venido expandiendo una amenaza aún mayor: la explotación minera, que pone en situación de riesgo las cuencas transfronterizas centroamericanas. Esto podría suponer un “jaque mate”, dado que la explotación minera, con mucho, es más dañina respecto a las amenazas señaladas anteriormente por las afectaciones a corto plazo y los impactos socioambientales a largo plazo.
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Los Estados que comparten un río tienen soberanía compartida sobre el mismo, y este concepto es clave porque las decisiones que se tomen sobre ese río también deben ser compartidas
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Lo que se sabe de la explotación minera no permite siquiera considerar la posibilidad de que exista una tecnología “amigable” con el medioambiente. Toda industria extractiva y, desde luego, la minería metálica, afecta al medioambiente. En qué magnitud y en qué tiempo, depende de las condiciones del subsuelo y de la forma en que se desarrolle la explotación, pero la contaminación del agua y la liberación de metales pesados es inevitable. Asimismo, la probabilidad de que se produzca el drenaje ácido de minas a medio o largo plazo es altísima. Observando la situación de los proyectos mineros a nivel centroamerica-
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Mapa minero de Centroamérica. Elaborado por Ceicom y Revista Pueblos.
De acuerdo a la información de las propias empresas, en estas zonas pueden existir más reservas de oro y de plata que se encuentran en el punto de mira de las transnacionales
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no, comenzando con la República de Guatemala, identificamos dos proyectos. Uno, conocido como Mina Marlin, está en explotación. Es propiedad de la empresa transnacional Goldcorp y se localiza en San Miguel Ixtahuacán y Sipakapa, ambos municipios de San Marcos en situación transfronteriza con México. De acuerdo a denuncias hechas por el Ministerio de Medio Ambiente de Guatemala, ya ha realizado descargas hacia cuerpos de aguas compartidos con México. El otro proyecto es el conocido como Cerro Blanco, propiedad de la misma empresa, localizado en el municipio de Asunción Mita, departamento de Jutiapa, fronterizo con El Salvador, en proceso de construcción y que iniciará las operaciones en el próximo año. Frente a este proyecto las organizaciones sociales y comunidades de El Salvador y Guatemala están desarrollando acciones de resistencia e incidencia para detenerlo definitivamente, dado los daños previ-
sibles a cuerpos de agua compartidos como el río Ostua y el lago de Guija.
Otros proyectos en cuencas centroamericanas
En el caso de Costa Rica y Nicaragua encontramos el Proyecto Crucitas, que está en territorio costarricense pero que seguramente terminará afectando al río San Juan. Aunue este río se reconoce como nicaragüense, este proyecto se encuentra en su cuenca, que abarca a los dos países. Respecto a El Salvador, Honduras y Guatemala, en el mapa se puede visualizar cuál es la perspectiva que tenemos de cara al avance de los proyectos mineros en la región. Si revisamos algunos datos específicos para estos tres países, encontramos que del total de su territorio (en conjunto forman una superficie de 242.000 km2), casi 72.000 km2 están concesionados para explotación minera, la mayor parte en Honduras y Guatemala. En Honduras hay 155 concesiones que representan 35.000 km2, mientras que en Guatemala existen 120. Entre Honduras y El Salvador se identifican 41 proyectos mineros en la zona fronteriza, y, entre Guatemala y El Salvador, siete. Uno de ellos es de uranio y está ubicado en el municipio de Esquípulas en Guatemala; mientras que, en segundo lugar, tenemos el de Cerro Blanco, un proyecto minero que cuya explotación durará quince años. En el mapa se identifica cómo todo el área norte de El Salvador es zona
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de explotaciones mineras, así como la zona sur de Honduras y la noroccidental de Guatemala. Es decir, que, si bien en la actualidad se conoce la existencia de siete proyectos mineros en Guatemala y de 41 en Honduras, esos no son todos porque, de acuerdo a la información de las propias empresas, en estas zonas pueden existir más reservas de oro y de plata que se encuentran en el punto de mira de las transnacionales. Todos estos proyectos comprometen el futuro de los principales cuerpos de agua del país, como el río Lempa, el lago de Guija, el río Torola o el Goascaran, que se localizan en cuencas compartidas, unas con Guatemala y otras con Honduras.
Lucha estratégica
Por esa razón, la lucha contra la minería transfronteriza adquiere un carácter estratégico de primer orden. Necesitamos trasladar nuestra lucha como país más allá de nuestras fronteras. En ese sentido la idea de la cuenca y el derecho internacional se vuelve fundamental para entender que este tema trasciende el ámbito de los gobiernos, pues es además un asunto de las comunidades, que tienen el deber de desarrollar y fortalecer su resistencia. Es necesario contar con una estrategia de difusión amplia del impacto de los proyectos mineros en las zonas transfronterizas, demandando la intervención de los países implicados en la búsqueda de una solución a favor de los pueblos y no de los intereses de las grandes transnacionales, depredadoras del medioambiente. No se debe soslayar el rol de las comunidades, de la población, pero se debe reconocer que los gobiernos y otras instituciones internacionales de Derechos Humanos y de defensa del medioambiente pueden y deben jugar un rol más activo e importante. Por tanto, es necesario continuar en la búsqueda de entendimientos, de alianzas entre las organizaciones sociales y de la institucionalidad, para lograr revertir estos proyectos transfronterizos nocivos para los pueblos de la región.q * Edgardo Mira es miembro del Consejo de Directores del Centro de Investigación sobre Inversión y Comercio (CEICOM) de El Salvador.
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Política minera, transnacionales y perspectivas de la resistencia en Colombia Andrés Idárraga Franco*
En el 2005 el gobierno de Uribe en Colombia puso en marcha el plan “Visión 2019. Colombia como un país minero”. Según este plan, Colombia debería estar en el 2019 entre los tres primeros países latinoamericanos con mayor Inversión Extranjera Directa (IED) en el sector minero. Además, en esta hoja de ruta se sostiene que la iniciativa privada es la única capacitada para producir e impulsar el desarrollo. Decenas de empresas transnacionales mineras se están implantando en Colombia desde entonces. Este artículo analiza los impactos y las resistencias a esta nueva forma de explotación de los recursos minerales en Colombia. Mujer de la comunidad afrodesdendiente de La Toma (Cauca), una de las poblaciones amenazadas por la expansión de la gran minería en Colombia. Fotografía: Network in Solidarity with Afro-Colombian Grassroots Communities (http://otrascolombiashistorias.blogspot.com).
A
finales de la década de 1990 el sector minero de Colombia se encontraba en declive. Esta situación se conjugaba con la dificultad que tenían los inversores privados mineros para depositar en grandes proyectos sus capitales debido al conflicto social y armado y a la llamada inseguridad jurídica (expresada en la permanencia de normas restrictivas y el aún alto protagonismo estatal en la economía), algo que, con la entrada de la Constitución política de 1991, se ha venido disminuyendo.
Con la llegada de Uribe Vélez, en 2002, se agudiza la militarización de los territorios (lo que ya había comenzado el gobierno anterior con el Plan Colombia), al tiempo que los precios internacionales de algunos minerales, como el oro y el carbón, entran en ascenso. La securitización de los territorios continuó a partir de 2005 con la ejecución de la segunda fase del Plan Colombia, con la estrategia de Recuperación Social del Territorio - RST. Esta estrategia se ejecutó teniendo como referente la Doctrina
de Acción Integral (guerra política y militar), desarrollada desde los Centros de Coordinación y Acción Integral (CCAI), que situaron la acción cívico-militar del Estado en las zonas con más altos índices de confrontación armada o con mayor presencia de grupos ilegales que, en la época, coinciden con zonas de reservas comprobadas de petróleo y de algunos minerales metálicos y no metálicos. En el 2005 el gobierno presenta la política de Estado “Visión 2019: Colombia como un país minero”, que,
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como apuesta estratégica en materia económica, definió las metas y los parámetros a partir de los cuales se profundizaría la actividad minera en el país. Entre otras cosas, propuso como meta que Colombia se encuentre, al llegar a 2019, entre los tres primeros países latinoamericanos con mayor Inversión Extranjera Directa (IED) en el sector minero, estableciendo además que la iniciativa privada es la única capacitada para producir e impulsar este desarrollo. Esto ha generado la llegada de decenas de empresas privadas a territorio colombiano, desde la canadiense Barrick Gold hasta la sudafricana AngloGold Ashanti. En este contexto militar y de política minera, en la década del 2000 encontramos un país prácticamente inexplorado en el sector minas (excluyendo hidrocarburos), con baja presencia (pero en ascenso) de multinacionales en el sector y una creciente demanda de productos energéticos y de metales preciosos a nivel internacional. En el periodo 2002-2005 se comienzan a evidenciar conflictos (ambientales, culturales, económicos, políticos, sociales) a causa de la entrada de los proyectos mineros en los territorios. Militarmente, desde el año 2005, nueve zonas y 53 municipios son intervenidos en el marco de la estrategia de RST. Por su parte, la IED pasó en el mismo periodo de 466,2 millones de dólares en 2002 a 2.157,2
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En el periodo 2002-2005 se comienzan a evidenciar conflictos (ambientales, culturales, económicos, políticos, sociales) a causa de la entrada de los proyectos mineros en los territorios
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millones en 2005 y a 2.994,1 millones en 20091.
Contexto económico minero
El comportamiento del Producto Interior Bruto (PIB) comienza su repunte en 2002, alcanzando en ese año los 20.381 millones de pesos y llegando en 2010 a 30.130 millones. La evolución de la balanza de pagos, según el Banco de la República2, muestra que en 2010 las exportaciones de carbón sumaron 6.015 millones de dólares y crecieron un 11,1 por ciento debido, por un lado, al aumento de las cantidades vendidas (5,3 por ciento), que se destinaron principalmente a China, Estados Unidos, Holanda y Reino Unido, y, por otro, al incremento de un 6,1 por ciento en su precio de exportación. A su vez, las ventas de ferroníquel ascendieron a 969 millones de
Comportamiento del Producto Interior Bruto (PIB) minero en Colombia para el periodo 2000-2010. Fuente: Banco de la República de Colombia. Gráfico elaborado por el autor.
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dólares y se incrementaron en un 33,3 por ciento, comportamiento explicado por el alza de los precios de venta del producto a pesar de la reducción (en un 17 por ciento) en las cantidades exportadas, que se enviaron en su mayoría a China, Estados Unidos, Holanda e Italia. Lo anterior, según el gobierno, es el resultado de una política de “confianza inversionista” que ha llevado al país a una invasión del capital transnacional minero. Según el informe sobre política monetaria y cambiaria de 2010 del Banco de la República, el flujo neto por IED en la economía colombiana el año pasado fue de 6.760 millones de dólares (el 2,4 por ciento del PIB), concentrado principalmente en las actividades de petróleo y minería que, juntas, absorbieron el 72,7 por ciento (4.917 millones de dólares) de los aportes del capital extranjero.
Política minera y empresas transnacionales
Para la consecución de las metas establecidas en 2005 en política minera se ha puesto en práctica una serie de medidas (reformas legislativas) y estructuras (distritos mineros) que, de la mano de la legislación vigente en la materia, han logrado atraer capitales transnacionales, fundamentalmente de Canadá (52,7 por ciento), Sudáfrica (24,4), Suiza (9,8) y Estados Unidos (6,3 por ciento), que en 2009 concentraron las mayores inversiones en el sector, seguidos de países como Australia, Brasil e Inglaterra que, juntos, sumaban alrededor del 6,8 por ciento. Por su parte, en el mes de diciembre de 2009, la International Resources Investment Corporation (IRIC) de Canadá entregó un informe para el gobierno de Colombia en el que planteó que “cualquier cambio negativo en las políticas mineras/tributarias puede tener serias consecuencias económicas que irían en detrimento de la inversión y de lo que se pretende dentro de la política de mejoramiento de la productividad y competitividad del sector minero colombiano”3. Esta cuestión fue acatada por el gobierno y concuerda con la reforma del Código de Minas en 2010 (Ley 1382)4, que fa-
Minería en América Latina n MIRADAS vorece abiertamente a la gran minería y permite, entre otras cosas, la integración de títulos mineros con un solo Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y Plan de Trabajos y Obras (PTO). Estas cuestiones, en la práctica, sólo se pueden realizar con altas inversiones económicas, a las que difícilmente pueden acceder comunidades y pequeños o medianos empresarios que dependen de esta actividad. Sin embargo, la discusión no se puede restringir a un asunto de acceso por parte de capitales nacionales (pequeños y medianos) al sector. Aunque el primer paso es retomar la soberanía sobre los recursos minerales, no es suficiente en la medida en que quedan muchas cuestiones sueltas que la producción nacional(izada) no resuelve. Nos referimos a los impactos ambientales, a los económico-culturales y a los impactos sobre la salud. En cuanto a los primeros, hay que destacar que la minería es una actividad destructiva en sí misma y que resulta imposible restaurar acuíferos contaminados o zonas de recarga destruidas, así como paisajes. Por otro lado, mediante este modelo de desarrollo se pretende que la economía colombiana dependa sustancialmente de la minería, algo que llevaría a que miles de personas cambiasen su vocación productiva, pasando por ejemplo de ser campesinos “libres” a mineros dependientes y precarizados laboralmente. Los impactos sobre la salud y la calidad de vida, por último, son bien conocidos, máxime cuando estamos frente a una política que favorece la gran minería, que, mezclada con el corrupto y privatizado sistema de salud, llevaría a la muerte a miles de colombianos, fundamentalmente a las personas empobrecidas.
Las resistencias
Las alarmas en el interior de grupos organizados de afrodescendientes, campesinado, indígenas y algunas comunidades urbanas hoy están encendidas por la amenaza que se cierne sobre sus territorios y sus vidas a causa del proyecto minero y de la militarización. Sin embargo, con excepción de la gran minería, presente desde
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Solicitudes de títulos mineros en colombia hasta diciembre de 2010. Mapa: Reclama colombia (https://sites.google.com/site/tierraminada/home/mapas).
Las alarmas en el interior de grupos organizados hoy están encendidas por la amenaza que se cierne sobre sus territorios y sus vidas a causa del proyecto minero y de la militarización
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hace décadas en el departamento de la Guajira y La Jagua de Ibirico (por las que Colombia es el cuarto productor mundial de carbón), así como de Cerromatoso en el departamento de Córdoba (por la que el país es el tercer productor mundial de níquel y cuarto de ferroníquel), productivamente nos encontramos en un momento de exploración con baja explotación de minerales por parte de transnacionales, incluso seis años después de expedida la política de Estado minera y de la implementación de la estrategia de RST. De ahí que la organización política y social para enfrentar la minería transnacional sea tan incipiente como el estado de los proyectos de explotación: estamos en el comienzo del conflicto.
De las recientes inversiones extranjeras para minería que están ad portas de iniciar el proceso de explotación sobresale el proyecto La Bodega, de la canadiense Ventana Goldcorp, que, en el departamento de Santander (noreste), espera comenzar la explotación de las 3,5 millones de onzas de oro inferidas a finales del 2012, con una producción anual de 301 mil onzas durante los primeros seis años y una vida de mina de catorce años5. Algo similar sucede con la alianza y fusión de capitales de la sudafricana AngloGold Ashanti (AGA) y la canadiense B2Gold Corp., quienes firmaron en febrero de 2008 un acuerdo de entendimiento vinculante consistente en la adquisición por parte de la B2Gold de derechos sobre algunos proyectos mineros de la sudafricana. La peligrosa alianza para el bienestar de las comunidades se concentra en los proyectos mineros de Gramalote, Quebradona y Miraflorez6, todos en contratos de riesgo compartido (joint venture) con la AGA. “Las pruebas metalúrgicas iniciales indican que en Gramalote se puede trabajar con los procesos tecnológicos de lixiviación con cianuro”7. En el caso del proyecto Quebradona, “el programa de exploración tiene por objeto determinar la posible existencia de depósitos de oro de bajo grado con un gran tonelaje que pudieran ser susceptibles de ex-
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MIRADAS
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Minería en América Latina
plotación minera a cielo abierto y de técnicas de extracción mineral a bajo costo”8. Las demás empresas (Golden Amera, CVS Exploration, Greystar, Coalcorp Mining Inc, Barrick Gold Corp, Río Tinto Limited, Cambridge Mineral Resources, De Beira Goldfields, Muriel Mining, Colombia Goldfields y Antofagasta o Vale do Rio) continúan valorizando sus títulos, mientras avanzan en los PTO que ordena la legislación minera, al tiempo que “desgastan” la resistencia. No tienen prisa. Su capital en las bolsas internacionales sigue reproduciéndose aun sin actividades de explotación. En este contexto, la discusión desde los sectores económicos y sociales organizados que se oponen a esta política del gobierno y a la consecuente persecución política a las comunidades en medio de la militarización, han convergido en torno a la soberanía nacional como una de las primeras (y más necesarias) medidas para hacer frente las transnacionales. De ahí que hoy confluyan en torno a la Red Colombiana Frente a la Gran Minería Transnacional (RECLAME) decenas de organizaciones que hacen minería artesanal, esto es, sin ninguna ayuda mecánica9; otras que no son tan intensivas en capital pero sí en mano de obra, que podríamos llamar pequeña minería; y otras con una mayor inversión económica y un área de intervención mayor a la anterior, que podríamos denominar mediana minería. Se pueden identificar, por tanto, comunidades, pequeños y medianos empresarios que, en este caso, están organizados para hacerle frente a la gran minería que impulsa el gobierno colombiano. Unos lo están porque sus
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La lógica extractiva encuentra en el sector de minas el espacio para favorecer la acumulación privada en manos de empresas transnacionales
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lógicas comunitarias, culturales y territoriales, ligadas a lo ancestral, están juego, y otros, no menos valerosos, quizás porque sienten que su economía privada y sus niveles de consumo se encuentran en peligro.
A largo plazo
Alrededor de este frente social de resistencia a la minería transnacional también se puede observar una visión económica distinta y una lucha estratégica (a largo plazo) contra el capital financiero y transnacional. Es decir, un planteamiento que permita que comunidades empresariales y rurales que dependen de esta actividad (al estilo de las teorías de la década de 1960 o de tipo neo-keynesiano, que no cuestionan al capitalismo sino que buscan mantenerlo “regulado”, sometido a reglas que atenúen sus impactos, que pretenden “humanizarlo” con reglas de justicia económica y redistribución) puedan trascender la lógica extractiva y se replanteen otros caminos para la realización del desarrollo humano y el buen vivir. Estas posturas, que están más por la defensa del negocio minero privado que del territorio, la autonomía co-
munitaria, la soberanía alimentaria o la sustentabilidad, están en constante tensión dentro de RECLAME y, en el marco del discurso por la soberanía, no evidencian ni resuelven la exclusión socioeconómica, ni los impactos negativos de la industria extractiva, es decir, la base de la dominación del capital y de la visión hegemónica del desarrollo. Por otro lado, tampoco reivindican el derecho de las comunidades a la participación directa y decisoria sobre los proyectos extractivos que se desarrollan en sus territorios. La lógica extractiva en la que se asienta la estructura del capital encuentra en el sector de minas el espacio para favorecer la acumulación privada en manos de empresas transnacionales. Ellas son las dueñas mundiales del negocio, y de esta situación no escapa Colombia, que limita al máximo lógicas cooperativas y de asociación colectiva por, entre otras cosas, los altos niveles de inversión sobre los cuales está diseñada la política minera. Esta es la discusión central: ¿cómo garantizamos nuestros derechos colectivos creando caminos que se aparten de las lógicas del capital? Avanzar a fondo en la crítica a la doctrina economicista del desarrollo hegemónico es parte de la tarea del movimiento social que le hace frente a la gran minería transnacional, así como establecer otros tipos y formas de propiedad sobre los medios de producción y distribución, y restringir, así, las posibilidades de apropiación privada de lo colectivo y de lo público.q *Andrés Idárraga Franco es abogado, docente universitario e investigador de la Corporación para la Educación, el Desarrollo y la Investigación Popular del Instituto Nacional Sindical (CEDINS) de Colombia.
1 Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), Ministerio de Minas y Energía, 2010. 2 Banco de la República de Colombia, Evolución de la balanza de pagos en 2010 . Disponible en: http://www.banrep.gov.co/informes-economicos/ine_inf_bala.htm. 3 IRIC: Apoyar la política de mejoramiento de la productividad y competitividad del sector minero colombiano, 2009. 4 Días antes de terminar este escrito, la Corte Constitucional de Colombia declaró inconstitucional dicha ley por no haberse consultado con las comunidades afrodescendientes e indígenas en el marco del Convenio 169 de la OIT, con efectos tan sólo a partir del año 2012, lo que le da tiempo suficiente al gobierno para crear otra ley que contenga este requisito. 5 La compañía fue creada en el año 2006 bajo el nombre de Widcat Silver Corporation. El 14 de febrero de este año, el multimillonario brasileño Eike Batista adquirió por medio de su empresa AUX Canada Acquisitions Inc. el 80 por ciento de la Ventana Goldcorp (ya era dueño del 20 por ciento). 6 Gramalote está aproximadamente a 230 km del noroeste de Bogotá y a unos 80 km al noreste de Medellín, capital regional del departamento de Antioquia. La propiedad de oro Quebradona se encuentra aproximadamente a 220 km al noroeste de Bogotá y a unos 60 km al sur-suroeste de Medellín. La propiedad de oro Miraflores está aproximadamente localizada a 190 km al oeste-noroeste de Bogotá y a unos 55 km al norte de Pereira, la capital regional del departamento de Risaralda. 7 B2Gold, El nuevo jugador en el sector del oro, 2008. Disponible en: www.b2gold.com/uploads/brochure/04-01-08_Spanish.pdf. 8 Ver cita 7. 9 La ley 1382 delimitó la minería artesanal a aquella que se denomina barequeo. Consiste en extraer minerales con una técnica artesanal, con bateas a la orilla de los ríos, en no más de 200 metros de longitud y con una producción máxima de 10 metros cúbicos. Cualquier actividad minera que supere estas dimensiones y requisitos no se considera artesanal.
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Es viable poner en crisis www.revistapueblos.org los arquetipos hegemónicos y ello se puede hacer en lo cotidiano, en el aquí y el Cerramos este dossier de Pueblos el día en elahora, que lascomo y los diputados abordan otro calendario más de el paso griegos a privatizaciones y de subidas de impuestos que han de aprobarse para que la Unión Europea no bloquee el nuevo un proceso de construcción plan de ajuste. Los titulares de los grandes grupos de comunicación acerca de las protestas de la población griega de poder legitimado en, el giran alrededor de las mismas ideas una y otra vez: disturbios , violencia ira, batalla campal... Para variar, estamos tejido de acuerdo con las palabras escogidas, y por eso dedicamos estas social páginas a analizar los disturbios (suena hasta Revista de Información y Debate
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suave) que han provocado y provocan la incapacidad y desvergüenza de la clase política europea; la violencia de los recortes contra las personas más desprotegidas y menos responsales de la crisis; la ira de quienes tienen el poder económico contra el ser humano y toda forma de vida en el planeta; y la batalla campal entre las empresas multinacionales, las bolsas mundiales y actores más clásicos como las potencias neocoloniales y los ejércitos. También, por supuesto, a plantear el debate sobre luchas y alternativas, pues ahí estamos. Redacción Pueblos.
Crisis capitalista y alternativas 27 n 2011 n Tercer trimestre n PUEBLOS n Información y Debate Zvezdelina Stoyanova.
Contrarrevolución neoliberal > China y EE UU en África > *Nombre apellido apellido es xxxx en xxxx y colabora con xxxxxxxxxxxxxxx. El rostro del desarrollo de Brasil > 1 Actuam acchui inc res se caucitili, aute fecum sediena, C Catuam oris? quononsce patui se tumus, que tasdam Movilizaciones > ocaelabem, coenducii fachilinir inuliam es maxim sena vesimo in aucibest? Ahalicae ad reien sid detEuropa graritam implicaet vem peridetrae impribus boniam. 2 Actuam acchui inc resiam. Luchas por la RBis 3 Cctuam acchui inc res se caucitili, aute fecum sediena, C Catuam oris? quononsce patui se tumus, que tasdam ocaelabem, coendus boniam. y mucho más > 4 actuam acchui inc res se caucitili, aute fecum sediena, C Catuam oris? quononsce patui se tumus, que tasdam ocaelabem, coenducii fachilinir inuliam es maxim sena vesimo in aucibest? Ahalicae ad rei sid det graritam implicaet Recursos > vem peridiam.
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Crisis capitalista y alternativas
Crisis y contrarrevolución neoliberal María José Comendeiro.
Nicolás Angulo*
La reciente crisis financiera en los países ricos ha puesto en evidencia las consecuencias previsibles, pero negligentemente ignoradas, de la excesiva especulación financiera por parte de los bancos y empresas transnacionales privados. Estos, en connivencia con muchos dirigentes estatales y gubernamentales, han evitado una vez más su estrepitoso colapso mediante la expropiación de cuantiosos fondos del sector que consideran “obsoleto”, el sector público, sin reconocer el fracaso de las medidas pro sector privado que han impuesto y siguen imponiendo bajo la estela de uno de los emblemas de la globalización neoliberal: la “gobernanza”. De este modo aseguran la continuidad de las formas de dominación neocoloniales por todo el planeta.
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a actual mundialización o globalización, predominantemente comercial y financiera, desborda las fronteras estatales para facilitar la libertad de circulación de capitales pero no de personas, y consiste básicamente en “mundializar” los valores e intereses de los grupos y fuerzas hegemónicos que dominan la producción y el mercado bajo una versión ultraliberal y ultraconservadora: el neoliberalismo. Dichos grupos y fuerzas están constituidos por los Estados más ricos y poderosos, encabezados por Estados Unidos (EE UU) y su fuerza militar; la Unión Europea (UE) y sus Estados miembros; las organizaciones financieras, comerciales y militares internacionales bajo su dominio y control, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), la Organización Mundial del Comercio
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(OMC), la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el G8 y el G20, entre otros; todos ellos al servicio y bajo la tutela de las empresas y los bancos transnacionales privados. contexto geopolítico neocolonial
En este nuevo episodio histórico del capitalismo se acentúa el carácter imperial y neocolonial de las fuerzas hegemónicas, sucesoras de las antiguas potencias coloniales. En este sentido, la globalización neoliberal trata de imponer modos de dominación como el comercio injusto y desequilibrado avalado por la OMC, que consiste en forzar la apertura de los mercados de los países pobres a las mercancías y capitales procedentes de los ricos (de sus empresas y bancos transnacionales); mientras que los países ricos mantienen sus barreras proteccionis-
tas a las mercancías procedentes de los pobres; pero no así a los beneficios y capitales obtenidos y acumulados (en muchos casos de manera fraudulenta y criminal). Es decir, la denominada fuga de capitales y su blanqueo en los países ricos y sus paraísos fiscales. La interdependencia global que exalta la ideología neoliberal trata de encubrir las relaciones de subordinación y dominación que dicho modelo implica, pues no se trata en absoluto de una interdependencia recíproca en la que las ventajas y los beneficios sean equitativamente repartidos. Además, el crecimiento económico no sólo no mejora la situación de los más empobrecidos, sino que incluso la empeora, al implicar crecientes desigualdades económicas y sociales, así como una concentración cada vez mayor de la riqueza en manos de unos pocos sin
mejorar los índices de desarrollo social (educación, salud, igualdad de género y protección ambiental). Asimismo, dicho crecimiento económico continúa destruyendo los ecosistemas naturales, deteriorando el medio ambiente y alterando el clima de manera acelerada, ignorando que los recursos naturales son limitados.
Especulación y crisis
Las espasmódicas y recurrentes crisis que, a modo de sacudidas, acompañan a los procesos de acumulación de capital desde los inicios históricos del capitalismo repercuten sus peores consecuencias en los más desfavorecidos: paro y precariedad laborales, aumento de las desigualdades económicas y sociales, empobrecimiento, etc. La crisis actual ha tenido como epicentro el mundo financiero y repercute en todos los ámbitos económicos y sociales; afecta de lleno al núcleo de las fuerzas dominantes de la metrópoli capitalista, donde se ubican los grupos hegemónicos del sistema económico mundial. Se trata de una crisis financiera cuyas causas tienen mucho que ver con la actividad predominantemente especulativa a la que se dedican los grandes bancos y empresas transnacionales, facilitada por otro de los emblemas de la globalización neoliberal: la libertad de circulación de capitales y la financiarización de la economía. El desmesurado incremento del capital en circulación no se corresponde en absoluto con la economía real o productiva. En lo que se refiere al Tercer Mundo, se favorece que los capitales especulativos abandonen los países de alto riesgo (es decir, los más empobrecidos) con la misma rapidez que entraron, hundiendo, a la mínima señal de alarma, aún más en la miseria a las personas más pobres. Esto sucedió en el decenio de los noventa en los países entonces denominados tigres asiáticos (Tailandia, Indonesia, Taiwán, Corea, etc.), elogiados desde la metrópoli como modelo de crecimiento económico y “prueba” del éxito de las políticas neoliberales. Dicha crisis se simultaneó con otras similares en América Latina (México,
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Crisis capitalista y alternativas n DOSSIER
La desfavorable correlación de fuerzas actual facilita a los más poderosos acelerar y profundizar la contrarrevolución neoliberal
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Brasil, Argentina) y en países como Rusia y Turquía, ante la pasividad de las instituciones financieras internacionales, pues son crisis periódicas, cíclicas y consustanciales al sistema económico dominante. Ahora le ha tocado el turno a la metrópoli. Por su propia naturaleza, el capital privado financiarizado se inclina por la mayor rentabilidad en el menor plazo y por la garantía de que las ganancias obtenidas sean “repatriadas” a los lugares de “origen” en vez de reinvertirse allá donde se consiguieron. Paradójicamente, quienes tanto abogan por reducir los gastos sociales y por la disminución de la intervención de los poderes públicos con fines redistributivos se encuentran ahora con los bolsillos repletos de dinero público gracias a decisiones de dirigentes políticos que, una vez más, obedecen a quienes realmente les han colocado en dicho puesto. Si se hubieran aplicado a sí mismos las normas de “gobernanza” que tanto han promovido y preconizado bancos y empresas transnacionales para los menos competitivos, simplemente hubieran desaparecido por incompetentes.
Socialización de pérdidas
Los poderes públicos que tan generosamente se han comportado con las entidades privadas abocadas a la bancarrota por su nefasta gestión no han exigido apenas responsabilidades civiles y penales a sus directivos, que suelen cobrar sumas astronómicas como indemnización por su cese pero no dudan en facilitar el “despido libre” de sus trabajadores para “reducir costes”. Asimismo, dichos poderes
públicos disminuyen la tributación de las rentas más altas, pero no de las más bajas, cargando sobre estas últimas la factura de la crisis: socialización de pérdidas frente a privatización de ganancias. Y más grave aún es que los cuantiosos recursos así recibidos (las cifras se cuentan por billones de dólares o euros) se hayan concedido sin exigir prácticamente nada a cambio; es decir, no sólo sin exigir responsabilidades por actuaciones notoriamente negligentes, sino sin tan siquiera obligar a que se lleven a cabo profundas reformas estructurales en el funcionamiento de los bancos y empresas transnacionales para evitar que en el futuro vuelvan a repetirse los mismos hechos o similares (ello implicaría reconocer el fracaso de las políticas neoliberales pro sector privado). Sin embargo, tal reconocimiento jamás se producirá mientras dicho fracaso siga pagándose con dinero público. Otro ejemplo histórico de cómo el capitalismo se sirve del Estado para perpetuarse y fortalecerse. Lamentablemente, la desfavorable correlación de fuerzas actual facilita a los más poderosos no sólo pasar la factura de la crisis a quienes menos culpa tienen, sino también acelerar y profundizar la contrarrevolución neoliberal iniciada en los países capitalistas tras la crisis de la década de 1970, con la entrada de Ronald Reagan en el gobierno de EE UU y de Margaret Thatcher en el de Gran Bretaña (que mermaron paso a paso los avances y derechos sociales logrados tras la II Guerra Mundial mediante políticas económicas redistributivas de corte keynesiano, aunque siempre sometidas a relaciones de producción, comercio y consumo capitalistas). El regresivo pacto social aceptado y firmado recientemente en España por los sindicatos mayoritarios es un ejemplo del tipo de contrarreformas fiscales, laborales y sociales en curso, con el aplauso del FMI y del Sr. Botín.q *Nicolás Angulo Sánchez es doctor en Derecho, autor de Derechos humanos y desarrollo al alba del siglo XXI (Cideal, Madrid, 2009) y de El derecho humano al desarrollo frente a la mundialización del mercado (Iepala, Madrid, 2005).
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Crisis capitalista y alternativas
Movimientos en tiempos de crisis
China y EE UU se encuentran en África Laura Daudén*
En los últimos meses asistimos a la desastrosa intervención militar en Libia. Mucho se ha dicho sobre la importancia estratégica de ese país para el suministro de petróleo, y no es para menos: según la Energy Information Administration de Estados Unidos, el país tiene 46,5 mil millones de barriles de reserva (10 veces la capacidad de Egipto), por lo que es la mayor economía petrolera de África. Poco se ha dicho, sin embargo, acerca de cómo la batalla va redibujando las influencias en el norte del continente. Aunque estemos lejos de querer buscar paralelismos con la Guerra Fría, no podemos dejar de ver qué intereses políticos y económicos se defienden y cuáles son amenazados: la evacuación de 35 mil trabajadoras y trabajadores chinos dice mucho sobre quién está del lado amenazado.
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ese a que China y Rusia hayan perdido la oportunidad de vetar la intervención en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (más por mantener cierta “rectitud” en su postura internacional que por creer en la efectividad de la operación), las dos potencias han lamentado públicamente el uso de la fuerza por parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Detrás de esa postura de China se encuentra la preocupación por sus enormes inversiones en el país. Además de abrir camino para que los contratos de explotación de petróleo sean renegociados a favor de Occidente, la intervención afecta directamente a sus importaciones de crudo (tres por ciento del total de 20101). Como afirma Pepe Escobar, la intervención en Libia da a los países occidentales diversas posibilidades: un dictador fácilmente demonizable, un gobierno
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títere en la era post-Gaddafi, una base militar crucial para el Africom2, cargas de excelente crudo barato y la posibilidad de alejar China de Libia3.
Recordando Sudán
Los negocios fueron un poco más fáciles en Sudán, donde se vio un claro cambio de postura respecto al gobierno de Omar Al-Bashir por parte de China. Antes de que la partición del Sur se convirtiera en algo inevitable, fueron empresas chinas las que construyeron la infraestructura para la extracción del crudo (el oleoducto de 1.650 quilómetros desde el sudoeste hasta Port Sudan es un claro ejemplo). Fueron ellas, también, quienes montaron el nuevo aeropuerto de Jartum (750 millones de dólares) y el acueducto de Arbat que desvía agua del Nilo para Port Sudan (373 millones de dólares)4. El suministro de armas
al gobierno fue constante: “A medida que las sanciones estadounidenses e internacionales se intensifican, la influencia china en Sudán se refuerza”5. Con la salida de la compañía estadounidense Chevron en 1992, China pasó a controlar el petróleo en Sudán, hizo del país uno de sus principales aliados en el continente y empezó un amplio programa de inversión. Pero las presiones crecieron al volverse la situación de Darfur cada vez más dramática y visible. En 2005 se decidió llevar a referéndum la independencia del Sur (movimiento fuertemente apoyado por los Estados occidentales), en contra los intereses de Al-Bashir. Pero ahí, en ese Sur rebelde, estaban los recursos, y Pekín tuvo que adaptar a conveniencia el discurso de la neutralidad: empezó a negociar con los líderes del Movimiento Sudanés de Liberación Popular (SPLM, por
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En todos los rincones, EE UU y China se encuentran en medio de disputas que no se deben, en realidad, a nada más que la lucha por el control de los recursos y la influencia
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US Army, octubre de 2009. Kenia. www.flickr.com.
sus siglas en inglés), que luchaba por la independencia. En 2008 instaló un consulado en Juba, la capital del Sur, y en noviembre de 2010 lo convirtió en embajada. Acordaron diversos proyectos antes mismo de la oficialización de la independencia: China se encargaría de la construcción de infraestructuras diversas y, por supuesto, de dar salida a las materias primas6. En el caso de Sudán, la cooperación se adaptó fácilmente a los cambios de la política y el principio de no-injerencia se mostró más flexible que en la teoría. En Libia ya no será así de sencillo.
El factor de la interdependencia
Los casos de intereses en África que se superponen a lo largo de la historia (como Libia y Sudán) son apenas una muestra de una realidad que alcanza todo el continente. En todos los rincones, EE UU y China se encuentran en medio de disputas locales, políticas, medioambientales, humanitarias y, especialmente, económicas; disputas que no se deben, en realidad, a nada más que la lucha por el control de los recursos y la influencia. Pero esas disonancias no llegan al discurso oficial. En un encuentro en
Washington en enero de 2011, la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, y el ministro de Relaciones Exteriores de China, Yang Jiechi, debatieron acerca del alineamiento de las dos potencias. Aunque la interdependencia económica es extraordinaria (China es el mayor detentor de títulos de deuda pública americana y la mayor parte de sus reservas están en dólares) y las respectivas políticas económicas se afectan mutuamente, los dos representantes mantuvieron el previsible discurso de la cooperación. “Yo creo que las relaciones chinoamericanas están en el camino cierto. Nos enfrentamos a desafíos comunes y estamos disfrutando de oportunidades iguales”, dijo el ministro chino7. Pero esas palabras ocultaban varias cuestiones: se estima que el superávit comercial de China llegue a los 270 billones en 2011; Estados Unidos acusa a Pekín de mantener artificialmente devaluada a su moneda para garantizar beneficios en el comercio y China, a su vez, acusa a EE UU de imprimir más dinero para debilitar al dólar y reforzar sus exportaciones. La interdependencia es un factor crucial para entender de que manera están encadenadas las dos economías. Como explican Diego Pautasso y Lucas Kerr de Oliveira, “mientras los capitales sostienen los déficits por medio de la compra de títulos del Tesoro, el mercado chino proporciona un espacio dinámico de acumulación para sus multinacionales. Las contradicciones derivan de las ganancias
diferenciadas producidas por la interdependencia. Es decir, el relacionamiento bilateral tiende a debilitar la economía estadounidense (…) a la vez que permite a China fortalecer su capacidad diplomática, por su condición de acreedora”8.
Y es que surge el Africom
Las disputas económicas son apenas parte de la cada vez más compleja relación entre China y EE UU (hay que tener en cuenta, entre otras cuestiones, las presiones para que Pekín asuma una actitud más enfática con relación a Corea del Norte). Y las dos naciones dan claras señales de que la fuerza militar no está fuera de juego, sino todo lo contrario. Los gastos militares de China han crecido a un ritmo de dos cifras en la última década. Estados Unidos, a su vez, vincula cada vez más su ayuda a lo militar. Como apuntan los periodistas franceses Serge Michel y Michel Beuret9, “hace diez años, el Pentágono controlaba el tres por ciento de los fondos de la U.S. Agence for International Development; ahora mismo controla el 22 por ciento”. Pero la posibilidad de un conflicto real entre los dos sólo se tornó visible (para algunos, apenas es cuestión de tiempo) cuando en 2007 George W. Bush dio visto bueno para el inicio de las actividades del Africom. Este comando oculta en sus pautas (siempre maquilladas por la ayuda al desarrollo, el servicio humanitario, el incremento en las capacidades de gestión locales y la guerra al terror) la clara defensa de las fuentes de energía y el aislamiento de China. Conviene recordar el firme reproche de Muammar Gadafi, en el marco de los Estados del Sahel, a la creación de una base del Africom en su país o en las cercanías (una más de las nada casuales circunstancias de la historia). Progresivamente, China empezó a participar más activamente en las misiones de la ONU en el continente y a mandar más observadores e instructores hasta comenzar, en 2008, a montar sus propias bases militares. La República Democrática del Congo y Angola ya recibieron sus cuarteles. Según los datos de abril del Departa-
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Crisis capitalista y alternativas
mento de Misiones de Paz de la ONU, China posee 2.037 cascos azules, de los que 1.575 se encuentran en operaciones en África. Hoy, China es el miembro del Consejo de Seguridad de la ONU que más soldados ha enviado al continente. La presencia militar de China en África se diferencia bastante de la americana, tanto en términos geográficos como de estrategia. EE UU da prioridad a la región del Cuerno, al Sahara-Sahel, de manera general,
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La presencia militar de China en África se diferencia bastante de la americana, tanto en términos geográficos como de estrategia
US Army, octubre de 2009. Kenia. www.flickr.com.
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y al Golfo de Guinea, garantizando el suministro de petróleo. China, por otro lado, apuesta por sus socios más próximos para el suministro de materias primas: Zimbabwe, Zambia y Sudán (donde viven cerca de cincuenta mil ciudadanas y ciudadanos chinos). Estados Unidos tiene por delante, pues, el desafío de recomponer su hegemonía en el continente frente al avance chino. Esa hegemonía, que se remonta al inicio del sigo XX, ya se encuentra bastante fragmentada por el creciente sentimiento antiamericano y estancada por los problemas económicos domésticos. Además, cuando hablamos de EE UU en África hablamos de seguridad energética, un factor siempre crucial para su estabilidad y ampliación de su zona de influencia. En números, África es responsable del 19 por ciento de las importaciones de crudo. En el caso de China, esa parcela sube al 24 por ciento10.
¿Y los intereses africanos?
Pese a la creciente rivalidad entre ambas potencias y a la consecuente militarización, parece difícil que se enfrenten en un conflicto directo, que difícilmente beneficiaría a alguien. Por ahora, la guerra de discursos y acuerdos parece mucho más factible. Pero, ¿cómo afecta eso a la población africana? Sin entrar a hablar de los beneficios o maleficios de la penetración china, es necesario evaluar hasta qué punto la búsqueda de esos intereses de orden estrictamente particular están afectando el desarrollo de los países y sus pueblos. Es cierto que, ante la amenaza, Occidente reacciona hablando a través de sus políticos, periodistas y expertos. Gran parte de los informes y
1 Escobar, Pepe: “The Africa Star Wars”, AlJazeera, 26/04/11. Disponible en: http://english.aljazeera.net/indepth. 2 African Command o Comando del Ejército de EE UU para África. 3 Ídem. 4 Michel, Serge, y Beuret, Michel: China en África, Alianza Editorial, Madrid, 2009. 5 Ídem. 6 Hardenberg, Donata: “China: A force for peace in Sudan?”, AlJazeera, 11/01/11. Ver: www.aljazeera.english.net. 7 “US and China meet on trade”. AlJazeera, 06/01/11. Disponible en www.aljazeera.english.net. 8 Pautaos, Diego, y Oliveira, Lucas: “A Segurança Energética da China e as Reações dos EUA”, en Contexto Internacional, Vol. 30, N. 2, Rio de Janeiro, 2008. 9 Ver cita 3. 10 British Petroleum, 2010: BP statistical review of world energy 2007. 11 Chidaushe, M: “China’s grand re-entrance into Africa – Mirage or oasis?”, en African perspectives on China in Africa (Editado por Manji, F. y Marks, S. Fahamu, Nairobi y Oxford, 2007). 12 Rocha, J: “A new frontier in the exploitation of Africa’s natural resources: the emergence of China”, en African perspectives on China in Africa (Editado por Manji, F. y Marks, S. Fahamu, Nairobi y Oxford, 2007).
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de las noticias tratan de enfatizar el oscurantismo de los tratados y la falta de importancia que China da a temas como la democracia y los derechos humanos a la hora de hacer negocios. Lo resalta aunque, claro está, esa no sea su verdadera preocupación. Por su parte, China sigue haciendo promesas y ampliando su aproximación horizontal e interesada. Pero, hablando de economía, ¿qué aproximación no lo es? ¿Es mejor su propuesta que la presentada por Occidente? Así como a África se le presenta el reto de administrar en beneficio de la población los ingresos de las exportaciones, conviene a China buscar y adoptar formas menos oportunistas. “China proyecta una actitud gentil, amigable y cuidadosa que representa para muchos africanos un bienvenido contraste con la explotación, la relación vertical e intransigente que caracterizó el acercamiento occidental”11. Como expone John Rocha, “las perspectivas de desarrollo en África están limitadas por su fuerte dependencia del sector primario (…). Esa situación se agrava con un sistema internacional distorsionado que facilita la explotación de materias primas pero inhibe y restringe el comercio de productos transformados provenientes de África. Hasta el momento, China no muestra cualquier desvío significativo de esta enraizada práctica internacional”12. Es imprescindible prestar atención a todas estas dinámicas para ir previendo lo que pasará en los próximos años. La ruptura de la hegemonía occidental en África supone nuevos retos y pautas para la investigación y, sobre todo, pide un acercamiento menos dualista, más crítico y plural. Ya no hablamos del Sur contra el Norte, sino de relaciones bastante más complejas. De todos modos, la pregunta fundamental a la hora de nortear los razonamientos sitúa a los pueblos africanos en el centro: ¿Qué papel quieren tener en el mundo los países africanos? Ahora, en el momento en el que el mundo más lo necesita, África debe poder decidir.q *Laura Daudén es colaboradora de Pueblos - Revista de Información y Debate.
Crisis capitalista y alternativas n DOSSIER
El rostro del desarrollo de
Brasil
Pese el crecimiento acelerado del gigante, persisten las antiguas contradicciones sociales Juliana Dal Piva y Laura Daudén*
Las noticias que venían del norte del país asustaron a las y los brasileños la noche del martes 15 de marzo. Uno de los mayores proyectos de infraestructuras del Plan de Aceleración del Crecimiento (PAC)1, carro insignia de la presidenta Dilma Rousseff, estaba paralizado: las obras de la central hidroeléctrica de Jirau, a 130 kilómetros del Estado de Rondonia. Las primeras informaciones sobre lo que ocurría en medio de la selva amazónica eran confusas y hablaban de una pelea entre operarios y conductores de autobús. Más tarde surgió una inmensa lista de quejas de los veintidós mil trabajadores sobre las condiciones de la constructora responsable de la obra, Camargo Correia, una de las mayores del sector en el país. Como golpe final, un incendio destruyó completamente los alojamientos en el almacén de obra. Hubo que abandonar el lugar.
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l escenario caótico en el que se transformó la central de Jirau durante casi un mes apenas comienza a verse más claro. En un reportaje de Fábio Fujita, la revista Piauí llama al levantamiento de los trabajadores de Jirau “la primera revuelta obrera del Brasil en el siglo XXI” y relata, mediante testimonios, cómo la única ley respetada era la del capataz durante el turno de trabajo. Muchos llegaron hasta allí al haber recibido una oferta de trabajo de 900 reales (390 euros), pero en realidad no se superaban los 700 (305 euros). Nunca se pagaron las horas extras, aunque muchas personas trabajaran de domingo a domingo. Y, a pesar de que era ilegal, al campamento de los supervisores (que no compartían instalaciones con los operarios) llegaban prostitutas, drogas y bebida.
Brasilia, febrero de 2011. Foto: Diego Mendonça.
Esa era la situación de Jirau, que, junto con la central de San Antonio, constituirá el Complejo Hidroeléctrico de Rio Madeira. Se calculaba que una vez terminadas las dos obras (2012), estas hidroeléctricas serían capaces de producir juntas 540 MW/h y ganancias diarias de 8,5 millones de reales (3,7 millones de euros). La empresa Camargo Correia dijo que no sabía si conseguirá cumplir el cronograma después de los estragos. Los trabajadores volvieron a suspender actividades a mediados de abril: parte de las reclamaciones fueron atendidas por la constructora, pero se despidió a cuatro mil personas simultáneamente. Si Jirau fuera la única obra del Plan de Aceleración del Crecimiento que suscitase protestas públicas Dilma Rousseff estaría feliz, pero no
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es el caso. Mientras intentaba resolver la situación de los trabajadores de Jirau, el gobierno brasileño recibió una petición de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para la suspensión inmediata del proceso de otorgamiento de licencias de la Usina2 Hidroeléctrica de Belo Monte en Rio Xingu (PA), la mayor obra del PAC, con un presupuesto aproximado de 25,8 billones de reales (11,2 billones de euros). La paralización buscaba proteger a las comunidades costeras y a los pueblos indígenas que se verían gravemente afectados. El Palacio del Planalto3 y el Itamaraty4 recibieron la comunicación de la OEA como un ultraje a la soberanía nacional brasileña y calificaron las denuncias de “injustificables”.
La vía desarrollista
Los recientes acontecimientos contrastan significativamente con la onda de optimismo creada en torno al crecimiento económico de Brasil. En 2010, el Producto Interior Bruto (PIB) aumentó un 7,5 por ciento, el tercer incremento mayor del mundo y una cifra desconocida desde 1986 para la población brasileña. La crisis mundial de 2008 se superó en Brasil con un alto incentivo al consumo, financiado por el gobierno, y el entonces presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, llegó a hablar de crisis de “pequeña ola”. Entusiasmada, la revista británica The Economist dedicó una portada al elevado desarrollo brasileño en noviembre de 2009. “Brasil takes off” o “Brasil despega”, tituló. Advirtió, sin embargo, que Brasil necesitaba enfrentar la arrogancia y encarar la burocracia, pues podría frenar el ritmo de crecimiento. Al pensar en cómo Brasil prepara su desarrollo para los próximos años (como sede de la Copa de 2014 y de las Olimpiadas de 2016) es fácil encontrar esa arrogancia. Ya se contabilizan 40 muertes de trabajadores en las obras de la primera etapa del PAC, la mayoría debidas a descargas eléctricas, desprendimientos o caídas. De cualquier forma, el gobierno sigue invirtiendo. Poco antes de lanzarse como candidata a la presidencia,
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El mismo día que se aprobó el nuevo Código Ambiental fueron asesinados los líderes José Claudio Ribeiro da Silva y Maria do Espirito Santo da Silva
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Dilma Rousseff anunció el PAC 2 en marzo de 2010, con una promesa de inversiones todavía mayor en nuevos sectores de infraestructura (1,59 trillones de reales, 694 billones de euros, entre 2011 y 2014). Después de las elecciones, la realidad interrumpió los planes de la nueva presidenta. La inflación creciente obligó a hacer de nuevo las cuentas. Una de las primeras medidas anunciadas por el Gobierno después de la toma de posesión de Dilma fue el recorte de 50 billones de reales (21,8 billones de euros) de presupuesto de la Unión Federal, es decir, de todos los ministerios. Oficialmente, el Gobierno dice que las inversiones previstas para los programas sociales, entre ellos el PAC, permanecen.
De recortes y oposición
Fue posible sentir el efecto ya en la aprobación del salario mínimo. El gobierno lo fijó en 545 reales (238 euros), pero los trabajadores pedían 560 (244 euros). Fue la primera prueba de fidelidad política de la base en la Cámara, en la que Dilma Rousseff tie-
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Mientras la oposición discute, se divide y lucha por más poder dentro de cada una de las siglas, el Gobierno cumple su proyecto de desarrollo
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ne amplia mayoría de representantes. La propuesta del gobierno fue aprobada con facilidad, ya que la oposición, capitaneada por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y por el Partido Demócratas (DEM)5, no consiguió hacer frente. Más que eso. Desde la derrota en las elecciones de octubre de 2010, el PSDB del ex-candidato a la presidencia, José Serra (el mismo partido del expresidente Fernando Henrique Cardoso), no logra reconstruir su unidad nacional. Los dos principales núcleos del partido en San Pablo y en Minas Gerais pelean para lograr la hegemonía y cruzan acusaciones sobre quién fue culpable de la pérdida del Palacio del Planalto. Sin embargo, el liderazgo del senador de Minas Gerais, Aécio Neves, surge casi como natural para desagrado de Serra, quien intenta a cualquier coste no desarticular su grupo de apoyo para una eventual tentativa de disputar la presidencia. En el DEM la situación es todavía más caótica: corre el riesgo de dejar de existir. Uno de sus principales líderes, el alcalde de San Pablo, Gilberto Kassab, resolvió abandonarlo y crear el Partido Socialdemócrata (PSD), llevándose a la mayoría de los grandes nombres del antiguo grupo político. Mientras la oposición discute, se divide y lucha por más poder dentro de cada una de las siglas, el Gobierno cumple su proyecto de desarrollo.
El rostro de la pobreza
y el crecimiento
Sin una alternativa unificada al desarrollismo que gobierno y oposición adoptan como bandera, las políticas que han supuesto un incremento en el mercado interno han pasado sin ningún tipo de revisión; sin un norte claro, las políticas para fomentar el consumo interno son un fin en sí mismas. Exactamente por eso, hoy representan, también, uno de los mayores desafíos para el gobierno de Rousseff. Cuando hablamos de capacidad de consumo no nos referimos a la reducción de las desigualdades sociales (que están más bien vinculadas a la inclusión ciudadana de la gran mayoría de la población que, históricamente,
Crisis capitalista y alternativas n DOSSIER En cuanto al mercado interno, el crecimiento ha ido de la mano a la oferta de crédito (lo que no representa una reducción en las tasas de interés de los bancos, las mayores del mundo, que siguen generando lucros récord)7. Sólo en Tuíra Kayapo protesta ante Aloysio Guapindaia, el entonces presidente de la 2010 la oferta de Fundación Nacional del Indio (Funai), contra la construción de la presa de Belo Monte. Brasilia, 2009. Foto: AP/Eraldo Peres. www.flickr.com. crédito creció un 16,4 por ciento. Un constituye “nuestra periferia”). Según dato interesante: son los consumidoLe Monde Diplomatique Brasil6, el 45 res de baja renta los que han alzado la por ciento de la riqueza del país aún cifra. Todo ello favoreció el resurgise concentra en manos de cinco mil miento de la inflación, antigua y temifamilias, un número todavía más sig- da conocida de las y los brasileños. En nificativo cuando se aclara que apenas los últimos 12 meses, el Índice Nacioun 3,4 por ciento de la carga tributaria nal de Precios al Consumidor (IPCA) brasileña incide sobre el patrimonio. ha registrado un aumento de 5,65 por De hecho, resulta complicado leer ciento. La desvalorización del dinero entrelíneas los informes económicos afecta especialmente a los más pobres, que se muestran con orgullo cada año con menos recursos para protegerse. presupuestario. Cuando hablamos del Además, se ahorra cada vez menos Brasil que salió de la pobreza habla- y la renta familiar está cada vez más mos de las clases llamadas D y E, que comprometida con el pago de deudas. suman 67 millones de personas (el Casi 40 por ciento de las familias di35 por ciento de la población total). cen no encontrarse en condiciones de Esas personas viven con 8,14 reales pagar sus deudas, y se calcula que el al día (3,50 euros). No se suman a la incumplimiento de los pagos llegue al lista de las personas en situación de ocho por ciento este año. pobreza extrema porque la línea que Todo eso contrasta con la postudivide ambos grupos se cambio ofi- ra asumida por el país externamente: cialmente a los 1,20 euros diarios. Brasil se declara ahora país donante, Pero un reciente estudio del Instituto no receptor de ayuda. Entre 2005 y Brasileño de Geografía y Estadística 2009 ha recibido 1,48 billones de dó(IBGE) muestra que esa pobreza si- lares frente a una donación de 1,88 gue teniendo cara y lugar: la mayoría billones de dólares. El cambio en la de la población brasileña en situación participación de Brasil en el escenade extrema pobreza es negra, joven y rio internacional también se ve en la vive en la Región Nordeste. creciente internacionalización de sus
empresas (Vale, Petrobrás y Odebrecht son ejemplos de transnacionales con sede en Brasil que están invirtiendo masivamente en Asia y África). Durante la era Lula (2003-2010) las exportaciones se triplicaron.
Lo que las cifras no muestran
Pero en el desarrollo contradictorio de Brasil hay espacio para más imágenes que números. Muy ilustrativa es la aprobación el 23 de mayo del nuevo Código Ambiental. Su discusión en el Congreso creó polémica y su votación fue presionada por la poderosa bancada ruralista8, preocupada con el fin del plazo para pagar por la deforestación indebida. Ahora, amparados por el nuevo Código Ambiental (que aún debe pasar por el Senado y puede sufrir el veto de la presidenta), los grandes dueños de tierras contarán con una amnistía y su tasa de corte de bosque nativa va a crecer, todo ello en beneficio del agronegocio y de la ganadería. Por una injusta sincronía, el mismo día que se aprobó en el Congreso el nuevo Código Ambiental fueron asesinados los líderes José Claudio Ribeiro da Silva y Maria do Espirito Santo da Silva. La pareja luchaba contra la explotación ilegal de madera en la Amazonia Paraense y era considerada un exponente del más verdadero ambientalismo brasileño. Presos en una emboscada, seguramente fueron víctimas del mismo sistema que también mató a Chico Mendes y a Dorothy Stang9. Sus muertes dicen mucho sobre el país que se construye entre presas, bosques y metrópolis.q *Laura Daudén es colaboradora de Pueblos - Revista de Información y Debate. Juliana Dal Piva es reportera de la revista brasileña Istoé.
1 El Plan de Aceleración del Crecimiento (PAC) fue lanzado por el expresidente Lula e idealizado por su ministra-jefa de la Casa Civil (Presidência da República Federativa do Brasil), la ahora presidenta Dilma Rousseff, en 2007, con una inversión de 106 billones reales (46 billones de euros). 2 Central. 3 El edificio público donde se encuentra el despacho del presidente de la República de Brasil. 4 El Itamaraty es la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil. 5 El Demócratas (DEM), cuya antigua denominación era Partido del Frente Liberal (PFL), se considera el principal partido de la centroderecha política de Brasil. 6 Caccia Bava, Silvio: “Recuperar as perdas”, Le Monde Diplomatique Brasil, mayo de 2011. 7 Apenas en el primer trimestre de 2011 el Itaú ha alcanzado un lucro de 3,53 billones de reales (1,54 billones de euros). El español Santander se encuentra en el cuarto lugar, con un lucro de 2,071 billones de reales (cerca de 905 millones de euros). 8 Los llamados “ruralistas” integran un grupo de presión política formado por grandes productores de tierras. En general, defienden las políticas agro exportadoras y la flexibilización de las leyes ambientales. 9 Líder sindicalista y ambientalista, Chico Mendes fue uno de los grandes defensores de la Amazonia y del trabajo de las poblaciones locales. Pese a que eran públicas las amenazas que sufría, el gobierno no le dio protección y en 1988 fue asesinado. Dorothy Stang, misionera, fue asesinada en Brasil en 2005. Miembro de la Comisión Pastoral de la Tierra, luchaba por los derechos de las y los trabajadores del campo, por la reforma agraria y por el respeto a la naturaleza. Ambos asesinatos fueron ordenados por hacendados.
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Movilizaciones que
en Europa dicen basta Sandra Ezquerra*
Después de tres años realizando análisis sobre la crisis desde la izquierda social y política nos hemos puesto de acuerdo en varias cosas. Hemos coincidido en que la crisis es estructural y que responde a las contradicciones del sistema capitalista. También, en que estas contradicciones se han traducido en las últimas décadas en la agresiva implementación de políticas neoliberales que, entre otros efectos, han provocado una grave erosión de los derechos de los trabajadores y trabajadoras, han derivado en la devolución de una parte importante de la reproducción y el cuidado a las familias (léase mujeres), han disminuido la participación de los salarios en las rentas estatales y han facilitado la reducción de las inversiones productivas y la desregularización del mundo financiero.
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as políticas “anticrisis” impuestas en el Estado español desde 2008 responden a la misma filosofía de décadas previas y en los últimos años hemos asistido cada vez más indignados e indignadas a la imposición de diferentes medidas. En primer lugar, al rescate público de los bancos. En segundo lugar, al amago de crear empleo con recursos públicos, un amago que no duró demasiado y que, además, estuvo centrado en un sector, la construcción, que no sólo es marcadamente masculino (por ende, se ignoró el impacto que la crisis estaba teniendo en el empleo femenino), sino que además ha demostrado ampliamente su insostenibilidad económica, social y ecológica. En tercer lugar, el gobierno de Zapatero, en línea con las directrices de Bruselas y de las instituciones financieras internacionales, ha contribuido al reciclaje de una vieja leyenda neoliberal,
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la crisis fiscal, que sirve de coartada para la socialización de las pérdidas creadas en los últimos años. Medidas supuestamente coyunturales como la congelación de pensiones, los recortes en las ayudas a la dependencia y a la cooperación, los tijeretazos en los salarios públicos o la eliminación de empleos públicos, entre otras, están teniendo un severo impacto en las clases populares, las personas mayores, los trabajadores y trabajadoras. Cabe destacar, a su vez, sus efectos desproporcionados sobre las mujeres a raíz de nuestra posición económica particularmente vulnerable y de nuestra gran presencia laboral en el sector público. Además, como resultado de nuestra identificación histórica con el cuidado seremos nosotras de nuevo quiénes, con nuestro trabajo silencioso y altruista en el hogar, recojamos los pedazos de un Estado del Bienestar que se desmorona por momentos.
En cuarto lugar, el gobierno nos ha obsequiado en el último año con una reforma laboral y una reforma de las pensiones que sitúan a la clase trabajadora en una situación aún más vulnerable. Finalmente, también hemos observado el avance de la reforma de la negociación colectiva y la privatización de las cajas. Los mal llamados mercados hacen sonar el silbato y el gobierno de Zapatero se apresura obediente a acatar su dictamen.
El impacto de las anticrisis
Es difícil decir qué otras medidas diseñarán para apaciguar una crisis fiscal que todos ellos, mano a mano, han creado y que parece poder conducirnos a otra hecatombe supuestamente aún mayor: el riesgo de ser rescatados como lo han sido Grecia, Irlanda y Portugal. Todo esto, a grandes rasgos, constituye el escenario al que nos hemos enfrentado durante los tres últi-
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Plaza de Sol. Madrid, 2011. Foto: Alfonso Sánchez Ramírez.
mos años y seguimos enfrentándonos en la actualidad. Como decíamos, es necesario visibilizar la “devolución” de responsabilidades de reproducción y cuidado por parte de las administraciones a los hogares y familias (de nuevo, léase mujeres) como importante eje de análisis de las políticas “anticrisis” y de la evolución de la economía internacional. Así como las políticas neoliberales se muestran eficaces para inclinar la balanza a favor del capital frente a la clase trabajadora, las medidas de austeridad social tienen una gran incidencia en cargar a las mujeres con responsabilidades que deberían ser equitativas, colectivas y públicas. Todas estas estrategias garantizan al sistema capitalista la extracción de recursos de salarios, impuestos, pensiones, cuerpos y vidas de trabajadores y trabajadoras (sean reconocidas y/o remuneradas o no) para sobrevivir a su muerte anunciada. A pesar de todo, parece que tenemos que permanecer calladas ante un chantaje donde silencio sumiso casi deviene en sinónimo de patriotismo, y donde nuestros sacrificios son justificados porque salvarán a la economía patria de un desmoronamiento a
la griega, irlandesa o portuguesa. A diferencia de Portugal y Grecia, no obstante, en el Estado español ha brillado por su ausencia hasta mediados de mayo una movilización social en consonancia con las agresiones sufridas. A pesar de que sufrimos ya casi tres años de sangría, lo que ha caracterizado la situación hasta hace bien poco ha sido la desolación de mucha gente tras la enésima traición de las cúpulas sindicales, la incertidumbre y la falta de dirección de la izquierda.
¿Hacia dónde queremos ir?
Pero ya va siendo hora de dejar de regodearnos en la desesperanza. Deviene cada vez más urgente preguntarnos hacia dónde queremos ir y cómo pensamos llegar. Y nuestro destino ha de ser una salida a la crisis y la construcción de una nueva sociedad que no estén basadas en la lógica del beneficio y la explotación; que no se construyan sobre la dominación y la opresión y que no dependan de la destrucción del planeta para sobrevivir. Nuestro recorrido debe tener tres dimensiones: la ideológica, la política y la social. En el terreno ideológico o discursivo se nos presenta un reto que, a pesar de ser enorme, resulta imprescindible
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enfrentar. Llevamos tiempo diciéndolo pero habrá que seguir repitiéndolo de manera tozuda y quizás en formatos más fáciles de entender o creer: la actual salida a la crisis no es la única posible. Existen vías de izquierdas, radicales, solidarias y sostenibles para enfrentarnos a ella. Estas vías son más legítimas, realistas, factibles, deseables y justas que las que nos están imponiendo. Otras batallas que tenemos que librar en este terreno son, en primer lugar, la de rechazar la falacia de que la lucha en lugares como Francia, Reino Unido o Grecia para derribar las medidas ultraliberales no ha servido de nada: dicha falacia únicamente contribuye a que la gente se quede en su casa derrotada de antemano. Hay que contrarrestarla insistiendo en que los movimientos sociales en todos esos países han bloqueado algunas medidas y, además, han ayudado a crear redes, confianzas, acumular fuerzas y formar a gente joven en la cultura del disenso y la reivindicación. En segundo lugar, hay que luchar contra la cosificación de entidades aparentemente anónimas, abstractas y omnipotentes como los “mercados”, el “poder financiero”, los “rescates” o las “medidas dolorosas”. Los mercados están constituidos por empresas y personas con nombres, apellidos e intereses concretos, con capacidad de influencia, con decisiones determinadas que, a su vez, tienen consecuencias reales en las vidas de millones de personas. Pongámosle cara al poder financiero y dejemos de hablar de él como si de un ser divino se tratara, denunciemos que lo que ellos llaman
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Lo que ellos llaman “medidas dolorosas”, como lo podría ser una mera indigestión, son en realidad verdaderas tragedias en las vidas de las personas
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Madrid, 2011. Foto: Alfonso Sánchez Ramírez.
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Es necesario visibilizar la “devolución” de responsabilidades de reproducción y cuidado por parte de las administraciones a los hogares y familias como importante eje de análisis de las políticas “anticrisis”
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“medidas dolorosas”, como lo podría ser una mera indigestión, son en realidad verdaderas tragedias en las vidas de las personas, de las familias, de las comunidades, del planeta. En definitiva, recuperemos la capacidad de definir, de nombrar y denunciar la realidad tal cuál es. A veces el nombre hace a la cosa y necesitamos librar esta batalla no sólo para entender el mundo sino también para inventar, imaginar y transmitir a los y las que nos rodean nuevas maneras de transformarlo. Esta batalla es la que nos permite trabajar nuestro segundo terreno: el político. ¿Quién ha decidido que no es posible prohibir los despidos en empresas con beneficios? ¿Por qué no se ha aprovechado la reciente reforma laboral y del Régimen General de la Seguridad Social para integrar a todos los trabajadores y trabajadoras que no disfrutan de los mismos derechos que el resto? ¿Qué nos impide exigir una prestación de desempleo indefinida?
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¿Acaso el sentido común, lejos de la ortodoxia neoliberal que nos repiten cada día los medios de comunicación mayoritarios, no nos dicta que una medida anticrisis innegociable ha de ser una mejora sustancial de los servicios públicos? Reivindiquemos que estas son las únicas salidas que aceptamos, atrevámonos a formular medidas verdaderamente transformadoras y que ayuden a concretar nuestra batalla en el terreno ideológico. Nos ahogan bajo la amenaza que hay que pagar la deuda para paliar la impaciencia de los señores mercaderes. ¿Acaso no nos podemos empezar a plantear, como han hecho en otros lugares, que podemos rechazar este chantaje? Ya que la deuda se está pagando con nuestros impuestos, de la pérdida de nuestros empleos, de los recortes en nuestros salarios, de la desaparición de servicios sociales que tanto necesitamos y queremos preservar, ¿no es absolutamente legítimo que tengamos capacidad de decidir que no queremos pagar la deuda? Exijamos una auditoría transparente de la deuda y decidamos qué parte es legítima y qué parte no. Exijamos también la creación de empleos socialmente útiles, necesarios y sostenibles. La crisis puede servir para repensar el modelo económico: aprovechemos para fortalecer el Estado de Bienestar. Esta apuesta no sólo contribuiría a crear empleo sostenible sino que además permitiría avanzar en el reordenamiento de nuestras prioridades sociales y políticas, ya que estaría basada en la centralidad del bien común, el bienestar y la solidaridad. Todo ello contribuiría no sólo a mejorar la presencia de las mujeres fuera del hogar y la familia sino que fortalecería la capacidad de los hombres para implicarse de manera equitativa en las tareas de cuidado. Reivindiquemos también de esta ma-
nera la urgencia de reducir la jornada laboral sin alterar por ello los salarios, tanto para repartir el empleo como para reorientar los usos del tiempo y dar una mayor centralidad al tiempo social, personal, familiar, político, de ocio y de descanso. ¿Y para cuándo una reforma fiscal progresiva a escala europea? ¿Cómo es posible que en estos momentos los impuestos de patrimonio, el de sucesiones y el de donaciones favorezcan a los más ricos o corran el riesgo de desaparecer en algunos lugares? ¿Por qué no gravar de forma más severa los bienes de lujo y no penalizar en absoluto los bienes de subsistencia? ¿Por qué no eliminar las deducciones en el impuesto de sociedades? De igual modo, ¿qué impide gravar las transacciones financieras que no se orienten a inversiones duraderas o que resulten en desinversión a corto plazo? ¿Por qué no obligar a la devolución de cualquier subvención pública a las empresas con beneficios de explotación que trasladen centros viables? El tercer terreno de batalla es el social. Tenemos que estar en la calle mucho más y seguir trabajando por la articulación y la unión de distintas luchas que, aunque parezcan inconexas, se encuentran profundamente relacionadas. Hay que tomar el espacio público para reivindicarlo como nuestro y utilizarlo para dejar claro que si no nos hemos callado hasta ahora no lo haremos tampoco en los tiempos que han de llegar: reivindiquemos las calles, plazas y barrios como lugares de encuentro, denuncia y creación de alianzas. Dialoguemos y discutamos, y sigamos haciendo mucho, muchísimo ruido. Nos sobran la fuerza, la ilusión y, sobre todo, la razón. Las revueltas en el mundo árabe han sido las primeras del siglo XXI pero no serán las últimas. El levantamiento de los y las indignadas en el Estado español está moviendo a gente, cosas e ideas. También está sirviendo de detonador para numerosas movilizaciones en todo el mundo, porque la suerte no está echada.q *Sandra Ezquerra es socióloga. Este artículo resume y actualiza el texto presentado por la autora en el Foro Social de Madrid el 6 de mayo de 2011.
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El ejemplo de la lucha por la Renta Básica de las Iguales y mucho más
Movilización social en tiempos de crisis Colectivo Alambique*
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uando hablamos de movilización social en tiempos de crisis no podemos dejar de hacer dos consideraciones previas. La primera es que una gran mayoría de personas ya estaban en situación de precariedad y exclusión social antes de 2007, momento en el que comenzaron las crisis mundiales: inmobiliaria, energética, financiera y de la alimentación. El porcentaje de personas bajo el umbral de la pobreza en el Estado español nunca ha bajado del 19 por ciento, más de ocho millones de personas1. La precariedad y la exclusión, por tanto, eran ya proyectos vitales de nu-
Campaña “Vivir Dignamente es un derecho”, 2010-2011. Foto: Alambique.
Sabemos que el modelo social y económico ha fracasado, que es necesario avanzar y no retroceder en la mejora de las condiciones de vida de todas las personas… Sentimos que tenemos que organizarnos y movilizarnos, pero nos encontramos con diferentes dificultades para ello, algunas internas, propias de nuestro modo de actuar, y otras externas, a las que a veces es complicado hacer frente. En este artículo intentamos abordar estas cuestiones partiendo de una propuesta concreta: la lucha por la Renta Básica de las Iguales (RBis). merosas personas (precariedad y exclusión en lo económico, pero también en lo afectivo, en lo vital). La crisis ha venido a limitar aún más los recursos para buscarse la vida, y su permanencia en el tiempo está haciendo aún mayor el fracaso social que ya se vivía en muchos de los barrios periféricos de las ciudades y pueblos del Estado. La segunda consideración a tener en cuenta es que muchas de las iniciativas de movilización social que se están dando ahora forman parte de procesos de cambio y transformación que llevan ya un largo recorrido. No están motivadas tanto por este momento
concreto, ni por un despertar ante los diferentes recortes que se han dado y se van a dar, como por el hecho de que nacen de la necesidad de construir otro modelo social y económico.
Naturaleza y dificultades
para la movilización social
La movilización es un medio (junto con otros y en coherencia con ellos) para promover, contribuir e impulsar la transformación social. Nos movilizamos para apoyar, cuestionar, denunciar y proponer alternativas2, así como para visibilizar la pobreza y la exclusión social. Pero, al plantearnos iniciar
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algún tipo de movilización, encontramos determinadas dificultades (externas y en nuestras formas de hacer) que ponen trabas a nuestras acciones. En primer lugar, es habitual la discusión sobre cuándo es el mejor momento para plantear acciones. Es aquí donde se evidencia nuestra falta de agenda propia: en muchas ocasiones nos hacen reaccionar agresiones puntuales, o las acciones y tiempos aquellos contra quienes nos movilizamos. Preparamos acciones cuando llega una cumbre europea o algún ministro/a, pero echamos de menos el plantear propuestas e iniciativas propias. Tal vez esto sucede porque en ocasiones no enmarcamos nuestras acciones en procesos sino que vamos buscando las coyunturas que creemos son mejores para responder ante las diferentes agresiones del sistema. Otra cuestión tema que nos frena es la obsesión por el número. ¿Cuántas veces no oímos eso de “o somos quinientos o con veinte hacemos el ridículo”? Este planteamiento, esta trampa del número, nos bloquea y no deja de responder a la lógica del modelo social. ¿Puede el número ser excusa para no denunciar los recortes? La falta de participación en nuestros colectivos es otra de las dificultades. No hay una cultura de participación y horizontalidad en nuestros valores individuales y eso se refleja en las prácticas colectivas. A ello se suma la necesidad habitual de etiquetar y buscar referencias en las otras personas y grupos para establecer relaciones, en vez de mostrarnos abiertos y abiertas a trabajar y buscar lo común. Hay cuestiones externas que también nos bloquean a la hora de querer salir a la calle. Por un lado se encuentra el constante intento de manipulación y utilitarismo por parte de otros grupos y personas. Seguro que todas y todos recordamos asambleas en las que nos sentimos manipulados, o instrumentalizados por aquel partido político o colectivo cuando estábamos en una acción que creíamos necesaria. Por otro lado, influyen mucho también las continuas trabas y censuras legales a cualquier acto de denuncia pública, como las ordenanzas cívicas
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Muchas de las iniciativas de movilización social que se están dando ahora forman parte de procesos de cambio y transformación que llevan ya un largo recorrido
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que intentan impedir actos en el espacio público (pegada de carteles, reparto de información en la calle, etc.) Estas son sólo algunas de las dificultades. Es importante que seamos capaces de reconocerlas para ir construyendo respuestas en la calle: la movilización forma parte de un proceso más amplio de transformación social.
Características
de la movilización social
Como hablábamos antes, en ocasiones las acciones de movilización no logran mover a muchas personas. No es que no sepamos a dónde vamos, o que parezca poco concreto: es cuestión de montar estrategias a medio-largo plazo, en clave de proceso. Estas acciones se enmarcan en procesos más amplios, que, por ejemplo, tratan de visualizar la falta de derechos sociales, las situaciones de pobreza y exclusión social, el fracaso del modelo social y la necesidad de ir construyendo otras realidades. Es lo que ocurre con los grupos de diez a quince personas, en algún caso más, que se juntan en diferentes plazas y pueblos del Estado español reivindicando derechos sociales para todos y todas. Las personas que participan son las protagonistas, son las que han decidido movilizarse. Conocen el objetivo, el o los porqués, el para qué, el cómo… No acuden a una manifestación genérica, a una llamada general de alguna gran organización. Y aunque sean pocas se puede hacer mucho. Esta afirmación nos ayuda a liberarnos del bloqueo del número. En este momento de debilidad del sistema, las
diferentes acciones de movilización social que nos planteemos tienen la posibilidad de incidir de manera importante en lo más próximo. Aunque quienes participan en las movilizaciones sean protagonistas, no estamos pidiendo derechos para un solo grupo. Pedimos para todas las personas, no para unas pocas: estamos exigiendo cuestiones para mejorar nuestras condiciones de vida y las de las demás personas. Sólo así podemos hablar de cambio social, lo contrario son privilegios de algunos. Es imprescindible darse cuenta de que para poder mantener un nivel continuado de movilización las propuestas tienen que estar basadas en el “enredo”, en la coordinación en red, en las relaciones y trabajo conjunto. Con unos acuerdos mínimos y un respeto a los ritmos distintos, pero con objetivos comunes. Tal vez este “enredo” no nos garantice gente en la acción, pero sí posibilitará la organización, difusión, acompañamiento y evaluación de movilizaciones. Por otro lado, dada la cantidad de mensajes que una persona recibe al cabo del día, es necesario ser ingeniosos para llamar la atención. Hay que buscar la creatividad con contenido: que el “espectáculo” no eclipse el mensaje en toda su profundidad. Al trabajar con colectivos con pocos recursos hace falta agudizar todavía más la imaginación, pero con pocos recursos se puede hacer mucho. Tenemos que ser conscientes de que la desobediencia, como acto consciente, colectivo y público, va a estar presente de un modo u otro cuando iniciemos procesos o acciones de movilización social. Esta desobediencia es la que va a evidenciar la necesidad del cambio de la situación injusta que denunciamos o exigimos, y, a la vez, es la que va a provocar la represión. Hay que prestar atención.
Hacia la RBis
Como ejemplo de movilización social queremos analizar a continuación la propuesta por la Renta Básica de las Iguales (RBis)3, un tema al que resulta complicado acercarse por la existencia de muchas propuestas con matices
Crisis capitalista y alternativas n DOSSIER por los derechos sociales y la redistribución de la riqueza, que demuestran las posibilidades de la RBis y que nos dan muchas pistas acerca de los pasos iniciales para desarrollar la propuesta desde la movilización social. Los estudios de viabilidad de RBis se plantean como procesos de reflexión, enfocados hacia la acción, útiles para personas y grupos que ya realizan un trabajo concreto. Estos estudios, que huyen de lo meramente académico y de las simulaciones, parten de la realidad que ya existe en barrios, pueblos y ciudades, generando relaciones durante el propio proceso de investigación. Como ejemplos podemos señalar los de RBis en Alfafar4 (Valencia) y en La Orotava5 (Tenerife), que ocupan un lugar dentro del engranaje de luchas colectivas y de trabajo desde lo comunitario por hacer la vida viable a las personas que forman parte del barrio. Son el complemento de una lucha más global y serán herramientas útiles en las luchas y movilizaciones que se plateen en el futuro6. Por otro lado, las oficinas o puntos de información pretenden acercar la
Acción “24 horas por los derechos sociales”. Foto: Alambique.
diferentes. De hecho, incluso diferentes administraciones plantean dispositivos de rentas mínimas para las personas en situaciones de carencia. La propuesta de la RBis responde a una pregunta clave para la transformación: ¿Cómo planteamos el paso de los dispositivos del Estado del Bienestar de sometimiento y control a otros que generen cambio social? La Renta Básica de las iguales (RBis) es el derecho que tiene cada ciudadano y cada ciudadana, por el hecho de nacer, a percibir una cantidad periódica para cubrir sus necesidades materiales. Determinadas características, estructurales y de opción política, la convierten en algo más que una declaración de principios: es un instrumento de acción política y social, así como en un mecanismo que garantiza la redistribución de la renta. Las mayores dudas y reticencias hacia la propuesta de la RBis las generan su implementación y financiación. Para responder a estas preguntas existen ya distintas herramientas, como los estudios de viabilidad, las oficinas y puntos de información o las campañas
1 Ver la Encuesta de condiciones de vida que publica cada año el Instituto Nacional de Estadística (INE). 2 Tomada de la reflexión de Mosaiko, Red sobre Educación para el Desarrollo y Educación Popular. 3 La RBis ha de ser individual (no familiar); universal (no contributiva y para todas las personas); e incondicional (independiente del nivel de ingresos y del mercado de trabajo). La cuantía ha de ser por lo menos igual al umbral de pobreza y recibir cada persona la misma cantidad. Una parte de la RBis se percibiría en mano y la otra en forma de bienes de uso colectivo, mientras que la mayoría de las prestaciones sociales actuales sujetas a control y gasto burocrático quedarían refundidas en la RBis. Como instrumento de lucha, esperamos que la RBis se convierta en un patrimonio de los movimientos anticapitalistas. Mas información en www.sindominio.net/renta-basica. 4 VV.AA.: Vivir donde quieras. Estudio sobre la viabilidad social y económica de la Renta Básica de las Iguales en el municipio de Alfafar (País Valencià), Baladre y Zambra, con colaboración de CGT, octubre de 2010. 5 López Trujillo, Zebensui, y Sáez Bayona, Manolo (coords.): Por el derecho a una vida digna. Estudio RBis en La Orotava, Libreando, Baladre y Zambra, con colaboración de CGT, Iniciativa por La Orotava y Asamblea Canaria por el Reparto de la Riqueza, abril de 2011. 6 Koordinadora de Kolectivos del Parke: “Desde el Parke frente a la crisis social”, Cuadernos, escribir para informar, leer para actuar, nº 16, Zambra – Baladre.
información sobre los recursos y las ayudas sociales a la gente partiendo de que son un derecho al igual que lo es la educación o la salud. Buscan romper la idea de “culpabilización individual” que socialmente se plantea y devolverla desde una lógica de injusticia social. A la vez, estas oficinas permiten conectar con la realidad que vive mucha gente y con la respuesta y recursos para la inclusión social que dan los servicios sociales, así como generar movilización social, contribuyendo a visualizar las situaciones injustas y denunciando que son insuficientes las respuestas que se dan si queremos caminar hacia la justicia social. Estas acciones de visualización y denuncia, articuladas en campañas por los derechos sociales o por la redistribución de la riqueza, empujan a pasar de las rentas mínimas como instrumentos de cohesión y control a la RBis como herramienta para el cambio social. En esta línea están funcionando iniciativas como la del colectivo Berri-Otxoak en Barakaldo (desde 1997); el Punto de Información y Denuncia EnConTrasTe en Palma Palmilla (Málaga); el Punt d’Informació sobre Drets Socials La Canyota en Xátiva; la Oficina de Información sobre Derechos y Recursos Sociales La Espiral (Colectivo Alambique) en Xixón; la Oficina de Coia (Vigo); la Asamblea Canaria por el Reparto de la Riqueza y el Punto de Información de La Casa en la Orotava (Tenerife), o las distintas oficinas de Cataluña. Son iniciativas que desde realidades y contextos concretos y particulares proponen la movilización hacia la Renta Básica de las Iguales desde la exigencia de los derechos a unas rentas suficientes. Los ejemplos de acciones de movilización social son innumerables. Desde el colectivo Alambique esperamos que estas reflexiones ayuden y animen el debate y la discusión sobre nuestras prácticas para intentar ir transformando nuestra sociedad “despacito y por la orilla”.q *Alambique (http://asociacionalambique.blogspot.com) es un colectivo de lucha contra la exclusión social de la ciudad de Xixón. Denuncia desde 2003 de manera formal las causas de la exclusión social y visibiliza sus consecuencias. Se coordina con otros colectivos del Estado en Baladre (www.coordinacionbaladre.org).
Información y Debate n PUEBLOS n Tercer trimestre n 2011 n 41
DOSSIER n Crisis capitalista y alternativas
“
Es viable poner en crisis los arquetipos hegemónicos y ello se puede hacer en lo cotidiano, en el aquí y el Redacción PUEBLOS ahora, como el paso a un proceso de construcción Libros y cuadernos Chidaushe,en Miguel de poder legitimado el : “China’s grand re-entrance into Africa – Mirage or oasis?”, en African perspectives on China in Antentas, Josep Maria, y Vivas, Esther: Resistencias globatejido social Africa (Editado por Manji, F. y Marks, S. Fahamu, Nai-
RECURSOS
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Artículos
Alba Rico, Santiago “Indignados sin fronteras: ¿será la pri-
”
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Audiovisuales
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42 42 nn 2011 2011 nn Tercer Tercer trimestre trimestre nn PUEBLOS PUEBLOS nn Información Información yy Debate Debate
COMUNICACIÓN
Comunicación para la
inter culturalidad
El objetivo de este artículo es reivindicar la interculturalidad como un valor comunicativo aplicable al universo mediático y a la interacción cotidiana en aquellas sociedades que buscan un modelo social más justo y menos discriminatorio. Se dirige a los receptores que, en cualquier lugar, son capaces de cuestionar preconceptos y apariencias, así como de establecer puentes que aspiran principalmente a la superación de las diferencias tanto económicas como de cualquier otra índole. Transformar la diferencia en una oportunidad de conocimiento es una posible definición de interculturalidad.
en tiempos digitales
Estrella Israel*
E
n estos tiempos digitales, de ciudadanías multiculturales, comunidades virtuales, diversidad sociocultural, progresos tecnológicos, crisis políticas y económicas, catástrofes naturales y desastres medioambientales el objetivo intercultural se plantea en sentido amplio; en la articulación de mecanismos con vistas a un adecuado conocimiento del otro que se torne en reconocimiento recíproco. Conocimiento que comprende simultáneamente educación y comunicación. La interculturalidad como cualidad y lo intercultural como adjetivo se han extendido en las dos últimas décadas aplicándose inicialmente a la educación; después se han ido ampliando paulatinamente a acciones que implican a países o regiones con un pasado de conflicto, a los grupos minoritarios y pueblos indígenas, a las diásporas, a los movimientos migratorios o a las organizaciones sociales. Además se han ido incluyendo en áreas tan diversas como la compe-
María José Comendeiro.
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COMUNICACIÓN tencia lingüística, la promoción de la salud, las políticas públicas (incluidas las relaciones internacionales), el turismo o las organizaciones no gubernamentales, por enunciar sólo algunos de los ámbitos donde el concepto ha encontrado adecuaciones más o menos fructíferas, con el vector común de la “diferencia”. En el ámbito educativo, el propósito intercultural es transcendente para la sociedad en su conjunto cuando se nutre de los valores humanos de igualdad, respeto, tolerancia, pluralismo, cooperación y corresponsabilidad social. Junto al reconocimiento de los derechos personales es importante el reconocimiento de las diversas culturas y lenguas, así como la atención a la diversidad y el respeto a las diferencias. En los centros educativos, aspectos como la no segregación, la lucha activa contra toda manifestación de racismo o discriminación y la superación de los prejuicios y estereotipos son asuntos básicos. Como indica el antropólogo argentino Alejandro Grimson, “la diversidad aparece a la vez como dificultad y condición de la comunicación. La dinámica de la interacción cotidiana se vincula a necesidades, intereses e incluso coyunturas; como un campo de interlocución, como un conjunto de principios implícitos que los actores sociales incorporan como sentido común, algo compartido”1.
Desigualdad,
disparidades y medios
El diagnóstico de países pobres y países ricos, de economías emergentes y en estado crítico, los desfases globales y locales, el cuarto mundo en el primer mundo, la desigualdad y la imposición, suelen aparecer en interacciones cotidianas y en estrategias (des)informativas. Partimos de la constatación del desequilibrio en el discurso comunicativo y en la representación mediática, en la distribución de los recursos materiales. Aparezcan o no en los medios, muchas son las tareas pendientes: desempleo, pobreza, hambre, enseñanza no universal, desigualdad entre géneros, mortalidad materno-infantil, VIH-Si-
da, paludismo y otras enfermedades, falta de sostenibilidad del medio ambiente, ausencia de desarrollo… Una relación de grandes problemas sobre los que trabajar desde una ciudadanía que se quiere intercultural. Y hay que hacerlo siendo conscientes de que las imágenes del mundo que consumimos dentro de la agenda mediática están marcando nuestra percepción de lo que sucede tanto en entornos próximos como lejanos, así como los temas “importantes”, sobre los que “hay que reflexionar”. Desde hace dos décadas el concepto de diversidad cultural se estudia vinculado con la emergencia de la inmigración y la movilidad (sociedades en movimiento, sociedades en conflicto). De ello surge en el ámbito comunicativo el concepto de comunicación intercultural, cuyo objetivo es buscar caminos para el diálogo, la convivencia y la pluralidad. Los procesos migratorios son en ocasiones voluntarios pero, en la mayoría de los casos, están forzados por razones económicas, étnicas, políticas o medioambientales. Y si se habla de la diversidad cultural, esta no puede ser analizada con las mismas variables en unos espacios que en otros. Por ejemplo, en Latinoamérica se trata de la convivencia particularmente de las poblaciones indígenas, afrodescendientes y comunidades minoritarias, considerados por la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos como los colectivos que se encuentran en una situación de riesgo de exclusión social. En Europa, sin embargo, lo que está en la agenda política es el debate sobre la libre circulación (personas gitanas, rumanas, norteafricanas…) y la seguridad de los Estados. Dos experiencias vividas en Madrid por mujeres afrodescendientes nos llevan a la reflexión. La primera nos dice: “Yo cuando quedo con alguien en la Gran Vía no sólo llevo un libro en el bolso, sino que lo saco y lo leo para evitar confusiones, porque se me acerca la gente para preguntarme cuanto cobro, no sé si les pasará a las blancas también”. En la misma línea se encuentra el relato de Sibebi: “Lle-
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“
La diversidad cultural se refleja en manifestaciones cuando somos observadores (espectadores) del comportamiento de otros (los miramos); el sentido intercultural busca la correspondencia en las miradas
”
vé a uno de mis hermanos pequeños al parque de atracciones, en la Casa de Campo (…) Me paraban coches, estaba con mi hermano de seis años, y me paraban los coches. Y yo tenía que mirarles y les decía: ¿es que no tenéis vergüenza?”
De lo cultural
a lo intercultural
Para desarrollar acciones interculturales lejos de las etiquetas, tan al uso en el marketing político, uno de los aspectos que hay que delimitar es precisamente la diferencia entre diversidad cultural y diversidad intercultural. La diversidad cultural es un diagnóstico de la variedad de culturas presentes a escala global; mientras que la diversidad intercultural es la oportunidad de reflexionar y buscar los medios para que el diálogo intercultural y entre las y los ciudadanos fortalezca el respeto a la diversidad en esta compleja realidad de nuestras sociedades, en las que coexisten distintas identidades culturales y creencias. Mientras que la diversidad cultural es yuxtaposición, la intercultural es comunicación entre culturas. La primera es convivencia; la segunda, intercambio. La cultural remite al conocimiento; la intercultural es reconocimiento recíproco. La diversidad cultural se refleja en manifestaciones cuando somos observadores (espectadores) del comportamiento de otros
COMUNICACIÓN de lo visible del iceberg; no podemos hacer de la interculturalidad un eslogan y conformarnos con las apariencias, que resultan engañosas. Se habla del iceberg de las culturas como lo que vemos en manifestaciones visibles (gastronomía, entorno, lenguaje, costumbres, rituales, comportamientos, indumentaria…) frente a lo que se queda en el fondo y no percibimos (atribución de roles, tradiciones, actitudes, status, valores, creencias o nivel de socialización).
Tiempos digitales
y de ruidos interculturales
María José Comendeiro.
(los miramos); el sentido intercultural busca la correspondencia en las miradas. Finalmente, en el primer rango se pone el acento en la visibilidad; mientras que en el segundo se busca la profundización. El hecho de que una sociedad o un espacio geográfico sea multicultural no garantiza que en él se viva la interculturalidad: al contrario, esta diversidad presagia todo tipo de conflictos. El concepto intercultural no es monolítico sino que, por el contrario, es dinámico y se refleja en la pluralidad de ámbitos en los que se puede aplicar: el interétnico, el interreligioso y el intercultural en sentido amplio se vinculan con el concepto de diversidad, que implica diferencia respecto a un modo dominante social o culturalmente. La interculturalidad es una cualidad frágil, pero necesaria desde el
planteamiento de encuentro con el otro al que alude el periodista y escritor Ryszard Kapuscinski: “participar en el mundo multicultural exige madurez y fuerte sentido de identidad”. No vamos a entrar a fondo en debates terminológicos sobre interculturalidad, multiculturalidad o diversidad cultural, pero sí conviene recordar (siguiendo al filósofo y antropólogo Néstor García Canclini) que multiculturalidad es aceptación, de facto, de lo heterogéneo, mientras que la interculturalidad implica que los diferentes lo son en las relaciones de negociación, conflicto y préstamos recíprocos. La interculturalidad debe abarcar a todos “los otros” y no confundir la apariencia con “la cultura” como identidad. Este desplazamiento de la diversidad cultural a la intercultural requiere de una consideración del concepto de cultura en profundidad, no un análisis
Los tiempos digitales plantean debates sobre la ausencia de privacidad, la clonación, reproducción, fragmentación, serialización, trivialización, fabricación de rumores… También los plantean sobre otras claves, como el intrusismo, el amateurismo y la fabricación de mensajes desinformativos. Al mismo tiempo, se contempla la oportunidad de la libertad de acceso, la libertad de circulación de los productos comunicativos, la creatividad, la interconectividad, la interactividad y la cultura digital para todas las personas. La sociedad global ha transformado los modos de interacción social, el mercado, las voces de la sociedad, la distribución del poder y los modos de producción (incluidas las “nuevas propagandas”). Así, con la globalización comunicativa surgen dos fenómenos interrelacionados: el que denominamos “marketing global” y, en íntima relación con este, la “cultura popular internacional”, el universo de popularidad, que alimenta tanto los autoestereotipos como los heteroestereotipos en la sociedad del espectáculo. De hecho, las tendencias prevalentes siguen siendo la visualización de los dramas personales, la etnificación del delito, la patentización de las privacidades (cuando no de intimidades) en sociedades sacudidas por los conflictos o la crisis económica y por el poder creciente de los nuevos medios. A estas alturas ya nadie discute el tremendo poder de penetración o de impacto que nos han llevado del periódico al supermercado, de fórmulas
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COMUNICACIÓN tradicionales a una carrera por ser el primero en engordar las cifras de google analytics2. Parece que todas las estrategias son válidas para conseguir ser “el más visitado o comentado” o linkeado, más twitteado que leído. Una nueva meritocracia que se resume en los Trending Topics, es decir, en los temas de moda, los diez más mencionados por los usuarios y usuarias de Twitter en determinado momento. Actualmente, tanto las buenas causas como los ruidos interculturales o distorsiones en la representación mediática de la diferencia se pueden exponer a escala planetaria. Las variables diferenciadoras y, por tanto, fuentes de posibles discriminaciones, son al menos diez: género-sexo, edad, clase social (por extensión, pobreza y desempleo), discapacidad, orientación sexual, apariencia física, religión, enfermedad, pertenencia étnica y origen. A mayor número de variables respecto a un modelo dominante sociocultural, la discriminación aumenta con el cruce de diferencia cultural y exclusión social en un proceso de reducción, generalización y estigmatización (infravaloración, desprecio, rechazo, deshumanización y sentimiento de amenaza; alcanzándose la agresión en casos extremos).
Relatos, respuestas y movilizaciones
Trabajar para la interculturalidad, para la educación y la comunicación intercultural, implica tanto a las instituciones públicas (políticas de integración) como a los medios y profesionales de la comunicación (principios éticos y buenas prácticas), y necesita de organizaciones sociales y de ciudadanía activa para la movilización y la denuncia. Estos actores tienen además ahora nuevos instrumentos de participación democrática gracias al desarrollo tecnológico: disponemos de un enorme potencial en este proceso y los grupos sociales que estaban tradicionalmente excluidos de los canales de comunicación pueden participar en la producción de la información a través de espacios que estimulan contenidos generados por los usuarios. La ciudadanía hace uso de Internet como canal
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Las redes sociales ayudan, aunque también hay que ser prudentes con respecto a otros posibles usos: la misma tecnología puede ser utilizada igualmente por grupos antidemocráticos que promueven estrategias del odio o difunden mensajes discriminatorios
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de comunicación tanto para promover la relación entre sus miembros como para alentar acciones de protesta. El carácter democrático y participativo de este sistema conecta con las aspiraciones de la mayoría de las y los ciudadanos. Encontramos una serie de características comunes tanto en los movimientos como en la red: carácter interactivo o bidireccional, horizontal, autónomo, global, movilizador y difusor de culturas alternativas. Además, la red resulta un canal alternativo accesible a numerosas voces antes silenciadas y que se oponen a intereses particulares de los grupos económicos y políticos dominantes; compartiendo la posibilidad de ser un vehículo de identidades que reaccionan contra el poder centralizado. Así se explica la interacción de efectos de movimientos de protesta a escala mundial e incluso experiencias como las concentraciones simultáneas en distintos lugares. Ahora las y los ciudadanos comparten tácticas y estrategias, haciendo buenas las afirmaciones del filósofo y sociólogo Pierre Bourdieu3 sobre la televisión, y se crean noticias mediante
la organización de actos públicos, se convocan concentraciones y se incrementa el grado de espectacularidad de estas. Los mensajes en red actúan frecuentemente en complicidad con los medios de comunicación de masas. Como vaticinaba el sociólogo Manuel Castells, a través de las comunicaciones globales las minorías pueden llegar a ser mayorías; la descentralización y deslocalización de las comunicaciones favorecen la democratización, y la red de relaciones informales posibilita desde la caída de gobiernos hasta el nacimiento de subculturas. Se transforma así el viejo circuito unidireccional de emisor a receptor en uno nuevo en el que todos y todas tienen la posibilidad de crear, de producir mensajes y no sólo de consumir. Hoy, las personas de diferentes sociedades y culturas rompen el aislamiento y comienzan a derribar las barreras que se erguían entre ellas. Las redes sociales ayudan, aunque también hay que ser prudentes con respecto a otros posibles usos: la misma tecnología puede ser utilizada igualmente por grupos antidemocráticos que promueven estrategias del odio o difunden mensajes discriminatorios. Además de la interculturalidad, otra de las grandes oportunidades es la interactividad. Cualquier usuario puede evaluar, jerarquizar, enlazar-vincular, comentar-responder, entrevistar, cooperar, conversar, votar o crear contenidos. Reportajes e historias de vida interculturales y sociales que cuestionan versiones institucionales y reivindican una pluralidad de miradas e interpretaciones, buenas prácticas, observatorios de ruidos interculturales y denuncia de las discriminaciones que perviven, son algunas de las acciones para la interculturalidad en estos tiempos.q *Estrella Israel Garzón es periodista y doctora de Ciencias de la Comunicación. estrella.univ@gmail.com, www.interdiversity.blogspot.com.
1 Grimson, Alejandro: Interculturalidad y Comunicación, Grupo Editorial Norma, Colombia, 2001. 2 Instrumento de medición del tráfico de usuarios tanto en cantidad como en modo, calidad y procedencia. 3 Bourdieu, Pierre: Sobre la televisión, Anagrama, Barcelona, 1997. “Aquellos que creen que basta con manifestarse sin ocuparse de la televisión se arriesgan a equivocarse: hay que producir cada vez más manifestaciones para la televisión, es decir, que sean de naturaleza tal que interesen a la gente del medio teniendo en cuenta lo que son sus categorías de percepción y así, conocidos, amplificados a partir de ellos, recibirán su plena eficacia”.
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Publicidad n COMUNICACIÓN
Esa presencia
insidiosa
llamada
publicidad
Antonio Caro* María José Comendeiro.
Los expertos no se ponen de acuerdo. Recibimos a diario mil, mil quinientos, tres mil mensajes o (dicho con mayor precisión) presencias publicitarias. Más allá de las disquisiciones cuantitativas que, en la práctica, no conducen a ninguna parte, lo que está fuera de cualquier duda es que nuestra vida, la de cada uno de nosotros y nosotras, transcurre de la mañana a la noche, en cualquier ambiente donde nos encontremos y cualquiera que sea nuestra actividad, sumergida en una especie de líquido espeso y envolvente al que llamamos publicidad.
P
ara tener idea de qué significa la presencia de la publicidad, hay que partir de precisar qué se entiende por publicidad. Publicidad son, evidentemente, esos bloques de anuncios interminables que nos amargan el visionado de cualquier película televisada en las cadenas que viven de la publicidad (y para las cuales lo realmente importante es precisamente eso: la publicidad). Pero publicidad son también los luminosos paneles comerciales que decoran las marquesinas de las paradas de los autobuses urbanos, los inmensos anuncios que cubren cada vez con mayor frecuencia edificios enteros en el centro de nuestras ciudades, los parasoles patrocinados que nos protegen del sol en cualquier terraza o, mucho más allá de todo ello, las botellas de refresco estampadas con el logotipo y las características visuales de la marca exhibidas sobre la mesa de uno de sus veladores, las cajetillas de tabaco que sus ocupantes han dejado tal vez al
lado de su consumición o, incluso, el logotipo de las marcas de moda que esos mismos consumidores ostentan bien visibles sobre su indumentaria. Dicho con otras palabras: vivimos inmersos en publicidad. Como ya lo expresara hace ahora medio siglo un publicitario francés en una frase que ha hecho fortuna: “El aire que respiramos es un compuesto de oxígeno, nitrógeno y publicidad”.
Hartazgo...
y rebelión contra la publicidad
No es por ello de extrañar que todas las personas nos rebelemos con más o menos acritud, e incluso sin ser conscientes de ello, contra esa presencia apabullante de la publicidad. ¿Por qué la publicidad (a pesar de estar sumergidos en ella o precisamente por ello) nos irrita, nos incomoda, huimos de ella como gatos escaldados siempre que podemos y, como dicen reiteradamente las encuestas, todos estamos en nuestro fuero interno hartos de ella?
En primer lugar, porque la publicidad exhibe continuamente ante nuestros ojos (y, en definitiva, ante nuestro deseo) una catarata ilimitada y siempre renovada de nuevos productos, maravillas tecnológicas, viajes ensoñados a cualquier rincón del planeta, servicios bancarios que cuidan como un ángel de la guarda de la rentabilidad de nuestro dinero... Una catarata que choca necesariamente con el carácter limitado (cualquiera que este sea) de nuestro nivel de rentas. No hay economía privada capaz de traducir a un comportamiento económico efectivo esa prodigalidad publicitaria que continuamente condena al desuso teléfonos móviles que eran el último grito hace apenas seis meses o que tapiza nuestra existencia de deseos por definición insatisfechos, impregnando nuestras pertenencias de un poso de obsolescencia que deja la puerta continuamente abierta a nuevas adquisiciones. Es el exceso publicitario, que choca de manera inevitable
Información y Debate n PUEBLOS n Tercer trimestre n 2011 n 47
COMUNICACIÓN
n
Publicidad
con nuestras limitaciones, tanto económicas como vitales, lo primero que tal vez nos irrita y nos incomoda de la publicidad. Sin embargo, hay que andarse con ojo con este sentimiento: el exceso publicitario, en la medida que nos abruma y nos desazona, a la vez nos seduce. Fingimos que estamos hartos, pero al tiempo nos amamos a nosotros mismos sintiéndonos reflejados en (o más bien abducidos por) ese cuerpo perfecto que luce el atuendo de moda. Y aunque proclamemos ante nuestro círculo íntimo que “a nosotros la publicidad no nos afecta”, que tire la primera piedra la lectora o el lector que no se ha sentido a sí misma/o vistiendo ese vaquero de marca que tan bien se ajusta a los perfiles del modelo. Al margen de esta capacidad de seducción difícilmente confesable, lo cierto es que el exceso publicitario nos produce malestar por poco que seamos conscientes de nuestras limitaciones.
Dictadura impalpable
Hay, tal vez, una segunda razón más profunda. Cuando nos sentimos inmersos en publicidad, cuando experimentamos nuestra existencia diaria orquestaba por esa presencia insidiosa de los anuncios que nos acompañan a dondequiera que vayamos, sentimos en nuestro foro interno que alguien nos ha expropiado, a través de la publicidad, de nuestra facultad para decidir libremente qué es aquello que deseamos, que necesitamos y que, en definitiva, consumimos. Es como si una dictadura impalpable estuviera poniendo a nuestro alcance, a la altura de nuestra mano, cuando paseamos por el supermercado o cuando ojeamos una revista, esas marcas que nos atraen sencillamente porque la publicidad nos las ha hecho familiares. No existe, tal vez, ninguna razón para que un slip de Calvin Klein sea objetivamente preferible a otro adquirido en un mercadillo a un precio diez o quince veces menor (y porque algunos espabilados han descubierto hace tiempo esta obviedad, es bastante probable que el de mercadillo ostente de manera fraudulenta idéntica “marca” adherida a una prenda que, a veces, ni
“
Conforme la marca desplaza al producto, es el sistema capitalista el que está convirtiendo en instrumento de extracción de plusvalía el más humilde de nuestros actos de consumo
”
siquiera la firma es capaz de distinguir de la “original”). Tampoco existe ninguna razón para que una determinada marca de leche sea cualitativamente mejor que otra de marca blanca, quizás elaborada por la misma empresa. Es la constancia de la publicidad, el hecho de que los fabricantes de determinados productos dediquen tal vez el cincuenta por ciento de su presupuesto a actividades de publicidad y de marketing, la única razón para que, en la gran mayoría de las ocasiones, los productos así distinguidos nos parezcan más fiables, mejores que los llamados genéricos. Estos, productos no publicitados, que tradicionalmente amparaban su calidad en razones objetivas (lugar de procedencia, calidad intrínseca), han ido desapareciendo uno tras otro de los anaqueles de los establecimientos. Cuando nos experimentamos hartos de publicidad, cuando huimos sin tan siquiera ser conscientes de esta marea que nos anega a diario, estamos de alguna manera reclamando esta libertad de decisión perdida acerca de lo que consumimos, de lo que necesitamos, de lo que deseamos, de aquello en lo que invertimos o nos gustaría invertir nuestro dinero.
La atracción del sistema
La presencia insidiosa de la publicidad ha cavado un foso entre nosotros y la realidad de los productos. Funciona como un cristal reflectante a través del cual lo no publicitado no vale, no está a la moda, no es cool. Por eso, cuando preferimos un producto de
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marca blanca a otro de marca publicitada (“blanca” quizás porque precisamente su colorido publicitario es sensiblemente menor) estamos de alguna forma ganando una pequeña batalla frente a esa dictadura insensible. Cuando exhibimos ante nuestros colegas una cazadora Giorgio Armani sin confesar que la hemos comprado en un mercadillo (y que se trata, claro está, de una imitación), nos estamos beneficiando de la imagen construida por la publicidad con relación a la marca… sin pagar esa especie de impuesto añadido al producto que implica el gasto en publicidad. Pero el hecho de que el objetivo de la publicidad sea construir marcas y, más todavía, que constituya el instrumento imprescindible para que la marca haya desplazado al producto como referente de nuestro consumo, nos pone en la pista de la razón más profunda por la que probablemente nos sentimos hartos de publicidad (aunque, no lo olvidemos, seducidos a la vez por ella). A través de esta inmersión publicitaria experimentamos en lo más recóndito de nosotros mismos el porqué de esta sustitución (que es a la vez una expropiación) del producto por la marca. Dicho de la manera más simple: conforme la marca desplaza al producto, es el sistema capitalista que nos gobierna el que está convirtiendo en instrumento de extracción de plusvalía el más humilde de nuestros actos de consumo. La seducción que nos producen las marcas es hoy la medida exacta de la atracción que el sistema ejerce sobre nuestras conciencias. Tal es la razón de la presencia asfixiante de la publicidad. Tal es la razón de que sea ese cristal reflectante según el cual lo no publicitado sencillamente no vale. Y tal es la razón de que luchar contra la presencia apabullante de la publicidad, preferir los productos no publicitados, resistirnos frente a los cantos de sirena de las marcas, sean maneras de liberarnos a nosotros mismos del sistema que nos aplasta a diario.q *Antonio Caro es profesor titular jubilado de la Universidad Complutense de Madrid, codirector de la revista Pensar la Publicidad y colaborador de Diagonal. Su último libro es Comprender la publicidad (Blanquerna, Barcelona, 2010).
COOPERACIÓN Y EDUCACIÓN
Nuevos paradigmas en la cooperación española Pablo José Martínez-Osés*
Las reformas en el campo de la cooperación española, los cambios en el sistema internacional de ayuda y a la agenda global al desarrollo, así como la eclosión de la crisis financiera y las nuevas dificultades de las organizaciones sociales, son los temas principales que centran este artículo. Son asuntos que han influido e influyen de manera reveladora en las transformaciones en el ámbito de la cooperación.
V
Paula Cabildo.
ivimos tiempos de cambios que afectan también de forma significativa a la Cooperación Española, aunque, por varias razones, no parece riguroso hablar de nuevos paradigmas. En primer lugar, venimos de un periodo de significativas reformas que trajo consigo la esperanza de situar la cooperación
internacional española a la cabeza de los mejores sistemas. Pero este conjunto de reformas parece haber tocado techo sin lograr consolidar algunos de sus aspectos fundamentales. En segundo lugar, se están produciendo cambios significativos que afectan al sistema internacional de ayuda y a la agenda global de desarrollo y que inciden en la cooperación española. En tercer lugar, la crisis financiera y su carácter multidimensional están contribuyendo a reorientar instrumentos y presupuestos para ajustar el déficit recortando gasto público. Además, la gestión de estos ajustes está deteriorando la credibilidad y la capacidad de los gobiernos para aventurar reformas audaces que precisan de un gigantesco capital político. Por último, también el sector de las organizaciones sociales vinculadas a la solidaridad internacional se en-
frenta a nuevas dificultades relacionadas con la pérdida de interlocución y la reducción de financiación del sector público. Esto, unido a sus dificultades tradicionales para ampliar su base social y formar un contexto de movilización, lo sitúa ante una coyuntura con más dudas que certezas, como refleja su escasa influencia para retomar la agenda para la consolidación de una política pública de cooperación objetivada en el Pacto de Estado contra la Pobreza, firmado en 2007 por todos los partidos políticos. Por estas razones, el momento actual se define mejor como un periodo de reacciones al conjunto de limitaciones exógenas y endógenas que afectan a las capacidades de diferentes actores para retomar el impulso creativo y de reforma que exige la construcción de un nuevo paradigma de cooperación. Señalamos a continuación los aspectos esenciales mediante los que se está reaccionando al complejo contexto actual, tratan-
COOPERACIÓN Y EDUCACIÓN do de valorar el panorama de riesgos y oportunidades.
Período de reformas inconcluso
Pasada la mitad del periodo de vigencia del III Plan Director de la Cooperación Española (2009-2012), siguen en marcha algunos procesos de mejora del sistema, en especial los referidos al marco de planificación de la ayuda, que trata de ajustarse a los principios de la Declaración de París sobre calidad y eficacia. La puesta en marcha de la metodología de los marcos de asociación país (MAP) y la aprobación de los primeros enfoques sectoriales constituyen los principales hitos de la renovación del instrumental de planificación de la cooperación española. Aunque es pronto para evaluar sus resultados, cabe destacar dos elementos que dificultan seriamente que el alcance de dichos procesos sea cercano al esperado. El primero, de carácter político, se refiere al relativo fracaso de la propuesta de concentración de los flujos de la ayuda española, lo que exigía una mayor retirada de territorios y sectores que se basaba en la esperada mejor coordinación con otros donantes en el marco de la denominada división del trabajo. Debido a la aún extensa nómina de países prioritarios, el sistema español trata ahora de realizar varias decenas de MAP con otros tantos países. Esto supone una exigencia que excede notablemente sus capacidades y podría convertir la metodología empleada en superflua, puesto que los procesos se guían más por el cumplimiento formal de la misma que por su utilización para promover resultados cualitativamente diferentes en términos de apropiación y alineamiento, principalmente. La segunda dificultad se refiere a la participación de actores implicados en dichos procesos, cuya convocatoria, más preocupada por la amplitud que por la complicidad demostrada para con los objetivos del desarrollo, ha situado en la misma mesa de planificación a actores con visiones a menudo contrapuestas. La fuerte presencia de representaciones de los intereses de la internacionalización empresarial española en algunos de los
MAP supone un riesgo para la propia política pública de la cooperación. Esta incorporación responde a una visión de los intereses españoles que se relaciona mejor con posiciones realistas del papel de nuestro país en la agenda de desarrollo que con una visión cosmopolita que antepone los intereses globales y la acción colectiva exterior coordinada a las acciones encaminadas a consolidar ventajas para los negocios patrios. Es un conflicto de visiones que persiste en el seno de los gestores de nuestra política de cooperación, que siguen siendo fundamentalmente funcionarios del cuerpo diplomático. En este sentido, es preciso recordar que la insuficiente reforma del Estatuto de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (2007) apenas modificó el perfil profesional de nuestro aparato institucional, evitando la constitución de una agencia con capacidades y competencias acordes a los retos. La exigencia de conocimientos interdisciplinares y la imprescindible visión cosmopolita que precisa la cooperación no encuentra un diseño institucional ni de capacidades adecuado; la reforma fundamental del sistema sigue pendiente.
Cambios en el sistema
internacional de ayuda
Ni los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM, 2000), como consenso de mínimos para la agenda internacional de la ayuda; ni el proceso de incorporación de los principios de mejora de eficacia y calidad a raíz de la Declaración de París (2005); ni los acuerdos entre los donantes en materia de financiación para el desarrollo (2002 y 2008) han logrado los resultados esperados hasta el día de hoy. Las limitaciones son cada vez más serias a medida que se superan o acercan los plazos otorgados para el cumplimiento de cada uno de los compromisos. El sistema internacional de ayuda no ha logrado superar un modelo caracterizado por la verticalidad, la asimetría, la imprevisibilidad, la arbitrariedad y la discrecionalidad que guían los flujos de la ayuda. Además, la aparición con inesperada fuerza de
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La fuerte presencia de representaciones de los intereses de la internacionalización empresarial española en algunos de los marcos de asociación país supone un riesgo para la propia política pública de la cooperación
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nuevas (y heterogéneas) prácticas, denominadas en general “cooperación Sur-Sur”, ha traído al centro del debate una nueva pugna por la influencia del conjunto de donantes tradicionales sobre territorios y políticas del mundo en desarrollo. Lejos de observar en estas nuevas prácticas un motivo más para acelerar el conjunto de transformaciones acordadas, la aparición de la cooperación de los países emergentes suele considerarse desde el Norte una amenaza seria a la influencia y el poder que ejercían los donantes tradicionales a través de las peores prácticas de la ayuda. La consideración de esta amenaza está contribuyendo a justificar retrasos e, incluso, el carácter superfluo de las reformas planteadas al sistema para resolver su escasa orientación a la lucha contra la pobreza y su incapacidad para contribuir a generar sistemas de gobernanza global que puedan garantizar bienes públicos globales.
Crisis de financiación
y reafirmación del crecimiento
El carácter multidimensional de la crisis está afectando seriamente a las posibilidades de generar nuevos mecanismos de financiación y nuevas instituciones de gobierno global. La respuesta generalizada de los países, especialmente de los más industrializados, que están siendo golpeados con dureza en sus economías reales,
COOPERACIÓN Y EDUCACIÓN
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Paula Cabildo
La aparición de nuevas prácticas, denominadas en general “cooperación Sur-Sur”, ha traído al centro del debate una nueva pugna por la influencia del conjunto de donantes tradicionales sobre territorios y políticas del mundo en desarrollo se está caracterizando por centrar los espacios de cooperación en el sostenimiento de marcos de liberalización comercial y de estabilidad financiera, sin atender ni resolver las principales causas que generaron la crisis. Los gobiernos de los países más ricos están demostrando que tienen serias dificultades para concertar medidas relativas a la regulación del mercado financiero global, a la imposición de impuestos globales que contribuyan a reducir la opacidad del mundo especulativo, y a superar la impunidad de los operadores de los mercados de valores. Apenas cuentan con capacidad de carácter nacional para imponer ajustes estructurales en sus marcos normativos. El retroceso en materia de derechos sociales y de bienestar ciudadano es gigantesco, y el argumento que lo justifica se basa únicamente en recuperar la senda del crecimiento económico, que ya había demostrado su carácter insostenible por razones ambientales y de justicia social. La respuesta que los gobiernos están proporcionando en materia de cooperación supone por un lado la focalización en aspectos más centrados en el crecimiento y en las inversiones (como el lamentable Green Paper sobre política de desarrollo de la Unión Europea), y en instrumentos y modalidades que no generen déficit. Estamos ante un nuevo crecimiento de la ayuda reembolsable, de la que España es un claro ejemplo. A diferencia de
El debate de las ONG
comienzos de los noventa, cuando se favoreció la internacionalización de las multinacionales españolas, ahora se centra en dedicar grandes cantidades del presupuesto a la compra de capital a través de los mercados financieros. Ya en 2010 España realizó operaciones de cooperación reembolsable por importe de 539 millones de euros, alcanzando el 12 por ciento del total de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), un incremento espectacular al tratarse de una práctica novedosa en nuestro sistema. De esa cantidad, 161 millones se destinaron a la compra de participaciones en siete fondos privados, algunos de capital de riesgo. La cooperación española se suma a la práctica de otras agencias europeas de invertir dinero público en fondos privados especulativos con tal de no generar déficit público. Pero cuando las participaciones son destinadas a facilitar crédito a países empobrecidos a través de un organismo multilateral, este contribuirá a elevar la deuda de esos países. Esta práctica del gobierno español incumple límites cuantitativos (como el máximo del cinco por ciento de reembolsable del total de AOD) y conceptuales (gestión de la deuda y endeudamiento de países empobrecidos con criterios de desarrollo), que habían sido parte fundamental del consenso entre representantes políticos y organizaciones sociales.
”
Las organizaciones no gubernamentales también tratan de reaccionar a los tiempos cambiantes. Durante años han perdido capacidad para irrumpir en las agendas políticas (ocupadas en mantener espacios de aparente negociación y en sostener sus estructuras, víctimas de la misma concepción del crecimiento que está en la raíz de la crisis), pero en los últimos tiempos se intensifican los debates y las reflexiones colectivas que tratan de responder a la necesidad de recuperar espacios de reivindicación y movilización. Conscientes del laberinto en el que la profesionalización mal entendida las ha sumido, los recortes de los presupuestos públicos pueden empezar a considerarse una oportunidad para prestar más atención a las capacidades de influir en las agendas políticas que en la prestación de tan numerosos servicios. No se trata de un debate fácil, pero antes o después se impondrán las raíces del movimiento, la capacidad de articulación social y política de individuos que construyen marcos colectivos de actuación para la transformación de las condiciones sociales y políticas. Las ONG pueden revisarse y reconstruirse desde una visión compartida que sitúe las políticas públicas en el centro de las posibilidades para la equidad y la justicia. Por encima de la inversión, de las cantidades y de la ratio económica.q *Pablo José Martínez Osés es coordinador de la Plataforma 2015 y más (coordinación@2015ymas.org)
Información y Debate n PUEBLOS n Tercer trimestre n 2011 n 51
COOPERACIÓN Y EDUCACIÓN
Aprender a comer, aprender a vivir Comedores escolares ecológicos: una alternativa hacia la soberanía alimentaria Neus Garriga, Jordi Mateu y Nacho Rubio* Foto: Entrepobles
Cuando hablamos de soberanía alimentaria nos referimos al derecho a decidir quién y cómo produce los alimentos y cómo los consumimos. Es un concepto que conlleva promover y apostar por el desarrollo rural de los pueblos y, como consumidores, escoger qué alimentación queremos, por lo que resulta imprescindible encontrar espacios de producción y consumo sostenible. Los comedores escolares son uno de los espacios en los que se pueden poner en práctica estas ideas.
E
ntendemos por soberanía alimentaria el derecho de los pueblos, comunidades y países a definir sus propias políticas sostenibles de producción, distribución y consumo de alimentos, con el objetivo de garantizar el derecho a la alimentación para toda la población, basándose en la pequeña y mediana producción y respetando las culturas y la diversidad1. Contiene una doble vertiente: es, por un lado, una apuesta política, y, por otro, un concepto que nos ayuda a visualizar y analizar el actual modelo agroalimentario en aras de construir una alternativa en cuanto a la producción, distribución y comercialización de los alimentos. Para llevarla a la práctica se hace necesaria una reflexión crítica sobre el funcionamiento del modelo agroalimentario y la realidad del campesinado. En cuanto al funcionamiento del actual modelo agroalimentario, pode-
mos intentar responder a cuestiones básicas como las siguientes: ¿qué estamos comiendo?, ¿qué procedencia tienen los alimentos?, ¿cómo y quién los produce?, ¿en qué condiciones?, ¿qué comíamos antes?, ¿qué comeremos?, ¿por qué hemos abandonado el interés por lo que comemos?, ¿por qué damos la responsabilidad de nuestra alimentación a grandes multinacionales? Todo ello sin olvidar que estamos perdiendo una alimentación sana y saludable y el hábito de consumir productos frescos y de temporada. Por otro lado, sabemos que en el mundo existe suficiente alimento para abastecer al doble de la población mundial actual, pese a lo que más de 1.000 millones de personas pasan hambre permanente. Paradójicamente, en los lugares en los que se produce la mayoría de alimentos es en los que la población es más pobre (de los 1.200 millones de personas más pobres, el
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75 por ciento son campesinos y campesinas). Recordemos que la alimentación es un derecho fundamental del ser humano y que la Tierra proporciona suficientes recursos naturales para toda la humanidad. Los latifundios se extienden por las tierras más fértiles, el agua se está privatizando y aproximadamente 1.700 millones de personas no pueden acceder a este recurso.
Espacios hacia un
desarrollo rural sostenible
Es imprescindible encontrar espacios que nos permitan ir avanzando hacia un desarrollo rural sostenible, en el que el campesinado disponga de recursos y herramientas para producir y el consumidor pueda decidir qué quiere comer y dónde lo compra. Se dibujaría así un escenario de posibles intercambios directos entre la persona que produce y la que compra, y de respeto a la tierra y a sus ciclos.
Experiencia n COOPERACIÓN Y EDUCACIÓN
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Desde una experiencia local puedo solidarizarme con el campesinado más cercano, pero también con el de todo el mundo
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Uno de estos espacios posibles son los comedores escolares ecológicos (CEE). Este tipo de experiencias, tanto en Europa como en el Estado Español, se están abriendo paso con mucha fuerza. Ahora bien, ¿qué nos aportan? • Fomentamos el desarrollo del mundo rural a partir del consumo de alimentos ecológicos y de proximidad, fortaleciendo el tejido social de cada zona, incentivando una producción agrícola planificada (gracias al contacto directo entre el campesinado y la escuela) e impulsando la necesidad de organizarse y crear redes. • Beneficiamos la salud infantil. Además de ofrecer alimentos libres de residuos, no transgénicos y nutritivos, se revisan los menús: más legumbres, verduras y frutas, menos platos pre-cocinados, exceso de fritos, proteína animal y bollería industrial. • Reforzamos la educación de la comunidad escolar y el trabajo en equipo. Los CEE permiten que la educación sea vivencial dentro y fuera de la escuela, que todos los actores participen, que cada uno de ellos sea protagonista del aprendizaje y se propiciemos un cambio de actitudes a partir de una educación crítica y transformadora. La cotidianidad nos per-
mite reflexionar sobre cómo funciona el modelo agroindustrial y sobre las alternativas. • Defendemos el medio ambiente. La producción agraria ecológica respeta el medio y sus ciclos naturales propiciando un equilibrio estable, mantiene y aumenta la biodiversidad y potencia un uso responsable de la energía y de los recursos naturales. • Revalorizamos el trabajo en el cuidado y la alimentación como parte del cuidado de las personas. Este trabajo, tradicionalmente asignado a las mujeres, es un ámbito tan básico e imprescindible para la reproducción de la vida humana y para el funcionamiento económico y social, como invisibilizado e infravalorado. Debe servir también para superar las divisiones sexistas del trabajo. • Apostamos por la solidaridad. Desde una experiencia local puedo solidarizarme con el campesinado más cercano, pero también con el de todo el mundo.
La experiencia en Cataluña
Las primeras experiencias de comedores escolares ecológicos se dieron antes de 2007, aunque eran iniciativas muy incipientes y algunas no llegaron a funcionar. A finales de ese año se realizan las primeras charlas relacionadas con los CEE. De ahí surge la necesidad de una mayor coordinación entre las personas y entidades, se convoca la primera asamblea (enero de 2008) y surge la Taula de treball d’alimentació escolar ecològica2. La Taula está formada por un conjunto de personas y entidades agrupadas para colaborar en el ejercicio y la extensión de los CEE, siguiendo criterios de proximidad y estacionalidad en el aprovisionamiento de los alimentos. Priorizamos aquellos pro-
cedentes de la pequeña y mediana agricultura local, artesanos y elaboradoras comarcales, y empleamos criterios agroecológicos para contribuir a la soberanía alimentaria de Cataluña. La adhesión de Entrepobles a la Taula nos ha permitido conocer muy de cerca la realidad en Cataluña de este tipo de experiencias, sus necesidades, objetivos, problemas e ilusiones. A partir de aquí ha surgido todo un trabajo conjunto y un debate muy rico que se ha ido plasmando en distintas actividades, materiales y acciones. Algunas de las acciones que hemos realizado conjuntamente son: • Aportaciones y seguimiento de las acciones relacionadas con los CEE previstas dentro “Pla d’Acció per a l’alimentació i l’agricultura ecològiques”. • El manual ¡A comer!, para la introducción de los alimentos ecológicos en las escuelas, elaborado a partir de nuestras experiencias y aprovechando la riqueza que otorga la diversidad de la Taula. La edición de este trabajo de incidencia hacia las administraciones se ha realizado desde el Plan de Acción de Producción Agraria Ecológica. • La organización de las jornadas “Aprender a comer, aprender a vivir” por Entrepueblos y la Taula (Barcelona, 2008, y Tarragona, 2010). De las últimas ha surgido una mesa de trabajo local para impulsar este tipo de experiencias. Sin duda la tarea fundamental que ha realizado la Taula es el trabajo en red y la ayuda que nos hemos aportado unos a otros a la hora de implantar los CEE en nuestros territorios. Esperamos que la experiencia se expanda a otros territorios.q *Neus Garriga, Jordi Mateu y Nacho Rubio son miembros de la Associació Entrepobles (Entrepueblos).
1 En el año 1996, de manera paralela a la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, tiene lugar el Foro Mundial por la Seguridad Alimentaria. En este Foro, Vía Campesina, que agrupa a centenares de organizaciones campesinas de los cinco continentes, lanzó la idea de la soberanía alimentaria. 2 La Taula (Mesa de trabajo de alimentación escolar ecológica) está formada por las siguientes entidades: A.M.P.A. Puigberenguer de Manresa, F.A.P.A.C. , Serveis Educatius Pam i Pipa, Montanyanes, Cooperativa el Rebost , A.D.V. de Producció Ecològica del Montsià - Baix Ebre, A.D.V. de Producció Ecològica de Ponent, A.D.V. Ecològica Gent del Camp, L’Era (Espai de Recursos Agroecològics), Fundació Futur, A.P.R.O.D.I.S.C.A., Entrepobles, CEDRICAT, Consell Comarcal de l’Urgell, Consell Comarcal del Pallars Sobirà, Consell Comarcal del Montsià, Ajuntament de St. Cugat del Vallès, Associació Menja Sa. 3 Plan de acción para una alimentación y agricultura ecológicas. Grupo interdepartamental coordinado por el Departamento de Agricultura, Alimentación y Acción Rural, y en el que también han participado los departamentos de Economía y Finanzas, Educación, Innovación, Universidad y Empresas, Medio Ambiente y Vivienda, Presidencia y Salud.
Información y Debate n PUEBLOS n Tercer trimestre n 2011 n 53
COOPERACIÓN Y EDUCACIÓN
Educación para el desarrollo:
transformar-NOS y transformar desde lo educativo Gloria Sosa*
María José Comendeiro.
En el marco de la educación para el desarrollo se engloban diferentes formas de hacer educación, relacionadas con algún aspecto de la situación mundial, que adquiere matices diferenciados según el colectivo u organización que la lleve a cabo. Desde el CALA (Colectivo Alternativo de Aprendizajes) defendemos una educación para el desarrollo (EpD) ligada a la transformación. Es decir, para nosotras y nosotros, la EpD adquiere sentido en la medida en que supone una lucha contra la discriminación y contra la dominación en todas sus manifestaciones, incluidas, y preferentemente, las más cotidianas.
E
l Colectivo Alternativo de Aprendizajes integra la educación para el desarrollo dentro de un concepto más amplio, el de educación transformadora, ya que no puede haber desarrollo si no existe una transformación de las múltiples formas de violencia estructural y directa que existen tanto a nivel global como a nivel local. Existen dos razones fundamentales por las que la educación transformadora es necesaria: la actual situación mundial y los diferentes modelos educativos.
Sin posibilidad para el desarrollo personal , local y global
El sistema actual está en crisis, lleva en crisis muchos años, pero cada vez urge más su transformación. Se trata, en cierto sentido, de una carrera contrarreloj para evitar que los daños que este sistema está causando sean aún más difícilmente reversibles.
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Por una parte, se trata de un modelo en el que una minoría se apodera de los beneficios del trabajo y los recursos de una mayoría. La maximización de los beneficios de esa minoría lleva a una agresión sin precedentes a la vida de la inmensa mayoría. Lejos de evitar o paliar la crisis, eso no hace sino agudizarla y, a su vez, dicha agudiza-
COOPERACIÓN Y EDUCACIÓN ción desemboca en un intento mayor de agresión en una especie de espiral sin fin. La violencia del sistema se ejerce a través de una discriminación en tres sentidos: en cuanto a bienes y servicios (la más visibilizada), en cuanto a la participación, es decir, al poder para decidir sobre nuestra vida y nuestra realidad; y, por último, en cuanto a consideración social. No sólo la discriminación en el acceso a bienes y servicios es cada vez más fuerte, sino que también está llevando a una perversión de los sistemas de participación políticos, que se revelan como cáscaras vacías de contenido, como sistemas de manipulación burdos y desvergonzados. El mantenimiento de la brutal discriminación económica está conduciendo a un incremento de la discriminación política. Ambas pretenden asentarse en una discriminación social que intenta quebrar cualquier posibilidad de resistencia y de alternativa. Por otra parte, se han traspasado ya todos los límites medioambientales y de explotación de recursos... La reacción de la minoría privilegiada ante la crisis no pretende sino arrasar con ellos. Hay muchos más aspectos importantes de la crisis, desde los que impiden un desarrollo personal, como el pensamiento único, la crisis de los cuidados, la pérdida del tiempo libre...; aspectos que tienen que ver con el desarrollo local, como la realidad de las zonas rurales, la deslocalización tanto económica como cultural, la pérdida de redes sociales, etc.; y por supuesto la situación a nivel global, con la carrera de armamentos, una economía basada en las finanzas y las especulaciones, la explotación laboral y el poder de las multinacionales...
Necesitamos des-educarnos para el desarrollo
Esta situación mundial se mantiene gracias a nuestra complicidad, que en gran parte se potencia a través de los diferentes modelos educativos existentes tanto a nivel formal como no formal e informal. Para nuestra idea de la EpD, el concepto de complicidad es central, tanto el de complicidad activa (comportamientos directos de co-
laboración con la discriminación y la dominación) como, sobre todo, el de complicidad pasiva (comportamientos sin los que el sistema no podría sostenerse: consumismo, docilidad o insolidaridad, entre otros). En una sociedad en la que los modelos educativos fueran horizontales; generaran autonomía; propiciaran la cooperación, la conciencia crítica y la implicación en la realidad; respetaran la diversidad y la entendieran como fuente de riqueza; o relacionaran lo que ocurre a nivel local y global; no haría falta trabajar de forma específica la EpD, ya que estaría implícita dentro del propio modelo educativo. Pero, desgraciadamente, nos encontramos en la mayoría de los casos que, más allá de la buena voluntad y la lucha de muchas educadoras/es, los modelos educativos nos educan para ser cómplices activos/as o pasivos/as de un sistema desigual, violento e injusto. Desde la infancia hasta la vejez se nos suele educar para un consumo acrítico. Aunque resulta más claro cómo se hace esto desde la educación informal, también se realiza desde la no formal y la formal: se asimila la felicidad y el prestigio social a la capacidad de consumir, evitando en este planteamiento la reflexión sobre qué consecuencias tiene nuestro consumo y de dónde proviene lo que consumimos. El tiempo de ocio se asimila a “tiempo para el consumo”, por ejemplo, y desde la educación formal en pocos casos se trabaja esto de una forma consciente, relacionando nuestros hábitos con la situación mundial, no solamente desde lo cognitivo, sino también desde lo emocional, lo conductual y lo ético. Los modelos convencionales educan para la obediencia, no sólo a la hora de “hacer lo que hay que hacer” (y “bien”), sino aprender lo que hay que aprender (la versión “verdadera” y “única”), sentir “lo que hay que sentir” y expresarlo “como hay que expresarlo”, etc. Existen pocas experiencias, aunque muy interesantes, de una educación para la desobediencia crítica, consciente y constructiva. Otros de los aspectos de la educación convencional que creemos que
favorece la complicidad de las personas con el modelo económico, político y social actual es la uniformización de las diferentes culturas, necesidades educativas y ritmos de forma subordinada a una visión eurocéntrica y androcéntrica de la realidad. Dentro de los modelos educativos convencionales se ofrece una educación basada en lo urbano, ni adaptada ni pensada por y para el mundo rural. En muchos casos esto provoca la infravaloración y el desconocimiento de la realidad que se vive en los pueblos, así como el olvido de la relación con el propio medio natural y social, basada en el conocimiento y en el aprecio.
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La educación para el desarrollo adquiere sentido en la medida en que supone una lucha contra la discriminación y contra la dominación en todas sus manifestaciones
Resistir y crear
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Nuestro enfoque y nuestro trabajo real de educación para el desarrollo persigue “educar para cambiar aquí y ahora”, para dejar de ser cómplices. Creemos que es básica una educación en dos sentidos: • Educar para resistir a los diferentes procesos de discriminación y dominación, tanto si somos las víctimas como las o los ejecutores o, también, espectadores pasivos o activos. • Educar para crear, para abrir procesos de creación de nuevas realidades con menor violencia, para lograr modelos alternativos, nuevas formas de relacionarnos, de vivir, de sentir... Para conseguir un desarrollo humano sostenible resulta necesaria una educación transformadora, un proceso
Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2011 n 55
COOPERACIÓN Y EDUCACIÓN
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Todas las personas que nos planteamos un modelo de vida diferente estamos en lucha con el mismo sistema que hemos absorbido: nos hemos criado en el capitalismo, y la primera educación para el desarrollo es ir desaprendiendo a nivel individual, a veces recibiendo apoyo, a veces dándolo
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educativo y participativo, continuo, generador de una ciudadanía activa y solidaria, con una conciencia crítica y constructiva. Todas las personas que nos planteamos un modelo de vida diferente estamos en lucha con el mismo sistema que hemos absorbido: nos hemos criado en el capitalismo, y la primera educación para el desarrollo es ir desaprendiendo a nivel individual, a veces recibiendo apoyo, a veces dándolo. Existe un descontento, una lucha interna de muchas personas a las que no les gusta cómo está el mundo, y nuestra idea de educación para el desarrollo es apoyar esa lucha.
Lo que demuestra otro tipo de educación posible
Ante los modelos educativos convencionales existen muchos grupos y organizaciones que tienen otra manera de trabajar, que tienen otras prioridades, que realmente confían en el trabajo en EpD como herramienta transformadora. Muchas de esas iniciativas parten de un buen diagnóstico de la realidad en la que trabajan y de una interrelación con el contexto. Estas organizaciones conocen la realidad local y adaptan su trabajo a ella; tienen en
cuenta las perspectivas sociocultural, de género y medioambiental; cuentan con recursos locales e institucionales; trabajan con otros colectivos y/o instituciones y adecuan sus proyectos a una necesidad social. En muchas de sus iniciativas se incluye la dimensión Sur: se crean canales de comunicación y acciones conjuntas entre voces del Sur y del Norte y se facilita una participación real y equitativa de las personas y asociaciones del Sur. Sus experiencias trabajan procesos continuos y constantes, cuestionan el sistema económico capitalista y el modelo neoliberal y sus impactos, defendiendo otros valores. Los procesos de transformación pasan de lo personal a lo colectivo y de lo local a lo global, pues pretenden generar ciudadanía global crítica y ofrecer alternativas de futuro.
No somos sólo lo que decimos...
La educación para el desarrollo, como decíamos, va mucho más allá de ser una simple cuestión de contenidos. Como características metodológicas de especial importancia queremos resaltar las siguientes: • Pretende ser integral, transformadora. Entiende el aprendizaje como un proceso que abarca las dimensiones cognitiva, actitudinal y afectiva de la persona. • Atiende a la relación educador/a y educando, pues esa relación es lo que queda, lo que transforma. Es importante tratar a los grupos como presente, como sujetos, con respeto, cariño y sinceridad. • La metodología debe tener una vertiente interior, de felicidad y satisfacción personal. Nuestros propios grupos son los primeros lugares en los que practicar nuestra metodología. Como “no somos lo que decimos, sino lo que hacemos”, nos parece básico creernos lo que hacemos, pensar que es útil para otras personas y para nosotras y nosotros.
• Una pedagogía de la indignación. Conocer las situaciones de injusticia puede provocar indignación, que no es un fin en sí misma, sino un motor para la acción, para la implicación y la transformación. • Una metodología socioafectiva que, apoyándose en vivencias personales y grupales, parta de lo emocional para pasar a la reflexión y a la acción. • Una metodología participativa y colectiva que apoye formas de funcionamiento de grupo en las que se potencie el desarrollo personal y grupal, se cuide el clima, la comunicación, la toma de decisiones y la regulación de los conflictos. • Una metodología dinámica, motivadora y flexible, que promueva la participación y que se trabajen aspectos fáciles y difíciles de forma divertida y creativa, adaptándose a la realidad de cada grupo. • Una educación que genere compromisos desde y para la acción, que promueva la reflexión personal y colectiva sobre la propia acción para poder lograr la integración y el cambio. • Un aprendizaje desde, en y para el conflicto. Partimos de conflictos que nos afectan, para gestionarlos y aprender de ellos: los conflictos personales, grupales ointernacionales forman parte de nuestra vida cotidiana y, a través de su regulación, mejoramos. • La intervención debe ser “facilitadora”, participativa y horizontal, pues el protagonismo es del grupo. El aprendizaje debe estar ligado a la implicación, para poder transformar la realidad en la que vivimos hacia un mundo más justo, equitativo y respetuoso: educar desde y para la acción para hacer realidad ese otro mundo posible.q *Gloria Sosa es miembro del Colectivo Cala (Colectivo Alternativo de Aprendizajes). E-mail: cala@nodo50.org.
1 Aspectos metodológicos consensuados entre la Asociación Educativa Barbiana de Córdoba y el CALA, presentadas en la mesa redonda sobre metodología del 2º Encuentro de Buenas Prácticas de Educación para el Desarrollo (del 3 al 7 de diciembre de 2010, Alburquerque, Badajoz).
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Libros n CULTURA
Paula Cabildo.
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Clara Alonso*
E
l poder de las palabras. Siempre me he asombrado del poder que tienen las palabras, las palabras pronunciadas de cualquier manera, las cuidadosas, las dichas de manera rotunda, las gritadas, las susurradas… Todas provocan, todas tienen una reacción en el que las escucha o las lee. Lo queramos o no, lo reconozcamos o no, seamos o no capaces de mirar y darnos cuenta, la palabra es provocadora. Así es la palabra de Gabriele del Grande. Rotunda y verdadera, doblemente provocadora, porque aparte del espíritu provocador intrínseco de la palabra, él tiene el objetivo de sugerir al lector que algo ocurre a su alrededor. Que lo que le cuentan no es verdad. Así de rotundo y de magnífico. Quien lee sus libros y sus artículos, quien escucha sus entrevistas, no queda indiferente. Se lo cree, y además quiere seguir leyendo, enterándose de lo que pasa. Marmadou va a morir. El exterminio de inmigrantes en el Mediterráneo (Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, Madrid, 2009) es el relato valiente de un joven periodista que durante tres meses sigue la pista de sus coetáneos a lo largo del Mediterráneo, desde Turquía al Magreb y hasta Senegal, en el esfuerzo de ser testigo y dar testimonio de lo que él llama la “generación víctima de un mapa”. Lo suyo es también un grito de alarma sobre una tragedia negada. Este libro supone un gran reportaje que cuenta la vida de las víctimas de la inmigración clandestina, la invasión “imaginaria” y los nuevos guardianes de un cementerio llamado Mediterráneo. Gabriele del Grande es un joven toscano (nacido en 1982), con estudios universitarios (licenciado en Bologna en Estudios Orientales), colaborador de prensa (escribe en L’Unità, Lettera27…) y comprometido (ha fundado el observatorio sobre las víctimas de la inmigración Fortress Europe)… Así es que sabe lo que dice. No habla de lo que ha aprendido en los libros, aunque le sirva para analizar la 1 Presentación de Belén Gopegui del libro Marmadou va a morir en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, mayo de 2009. 2 Movimiento 15-M.
historia de los países que se han aprovechado de las colonias y que ahora no dejan entrar a sus ciudadanos y ciudadanas; habla de lo que ha visto, vivido, y de lo que le han contado las personas que viven todos los días esta tragedia. No tiene pelos en la lengua (y eso a estas alturas se agradece), pero no pierde el espíritu delicado y sencillo de quien sabe que está contando cosas del alma de mucha gente. En Il Mare di Mezzo. Al tempo dei respingimenti (El mar de en medio. En el tiempo de los rechazados, de próxima aparición en Editorial Popular), Gabriele prosigue su crónica sobre las víctimas de la “acogedora” Europa que blinda sus mares y fronteras. Él dice: “San Agustín era africano. Hoy, ¿qué fin habría tenido? Quizás deportado a Libia. O quizás perdido en el mar. O quizás recluido en un centro de internamiento para extranjeros”. Tres años de investigación, un viaje entre la memoria y la actualidad que hace que el lector aguante la respiración desde el comienzo del libro hasta la última página. Un número de testimonios y de historias que hacen la Historia. Desde el principio conoceremos a los padres y hermanos de jóvenes que cruzan el mar en una pequeña embarcación, y a los jóvenes a través de los ojos de las familias que explican el porqué de su partida, pero que no se explican el porqué de su desaparición, ni por qué las autoridades no dan cuenta de su paradero, no dicen qué ha pasado con ellos. En la era del conocimiento y de la información, es importante estar atentos a personas como Gabriele del Grande. Nos dan “otra” información que nos abre las puertas a otro conocimiento. Como afirmó la escritora Belén Gopegui en la presentación de Marmadou, los libros de Gabriele nos van cargando de electricidad y puede que muchos “cargados de electricidad” y organizados “puedan lograr lo que no lograrían cincuenta cúpulas, ni cien correos electrónicos, ni quinientas obras de caridad”1. A la vista está2.q *Clara Alonso es colaboradora de Pueblos - Revista de Información y Debate. (claracinta@gmail.com)
Información y Debate n PUEBLOS n Tercer trimestre n 2011 n 57
CULTURA
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Libros Título: Amina. Autor: Mohammed Umar. Editorial: Popular, Madrid, 2010.
Reseña: Amina
Mohammed Umar: “La debilidad de muchos países musulmanes radica en el modo en que tratan a sus mujeres”
Clara Alonso*
Amina es una mujer de Nigeria. Es de clase alta, culta, con estudios y sensible, y la elección de este personaje es uno de los grandes aciertos de esta novela. Mohammed Umar ha creado un personaje poderoso, que no representa a la mayoría de las mujeres nigerianas, para así poder acompañar a Amina en un viaje interior, de evolución y crecimiento personal, que hace que desde el punto de vista occidental se entienda mucho mejor la situación de discriminación y aislamiento que sufren las mujeres en países como Nigeria.
A
mina es una novela conmovedora que cuenta la historia de una mujer que desafía las restricciones de la vida que le ha tocado y, al hacerlo, ayuda a cambiar algo más que su propia vida. La narración recorre la condición jurídica de las mujeres musulmanas, las limitaciones impuestas por las convenciones tradicionales y religiosas, las restricciones en sus actividades económicas, las humillaciones... Todo ello es consecuencia del dominio masculino en las relaciones personales. Va tejiendo un entramado en el que vamos conociendo la forma de vida de la sociedad nigeriana desde diferentes puntos de vista. Desde la visión de las mujeres más progresistas y las que acatan sin problemas el dominio masculino y la tradición, a la visión de los hombres que no se resignan a una pérdida de poder sobre sus mujeres… Los que entienden el mundo occidental y lo comparten, pero… ¡Ay! Sus mujeres… Amina y su amiga Fátima logran la simpatía del lector a través de una representación muy creíble y real de la mujer musulmana contemporánea, que tiene poco que ver con la imagen que los medios de comunicación mayoritarios reflejan. El libro está escrito con una gran pasión, que se transmite al lector o lectora desde las primeras páginas. El discurso narrativo es eficaz y hace que el lector se implique directamente, que perciba que es partícipe de un trozo de la historia que en estos momentos están escribiendo multitud de mujeres (y también hombres, por qué no) en muchos
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países musulmanes. El lector experimenta a través de estas páginas que la realidad que nos plantean es susceptible de ser cuestionada y que hay esperanza en el futuro. Mohammed Umar nació en Azare (Bauchi), en Nigeria. Estudió periodismo y economía política. Aunque esta es su primera novela, despliega una gran maestría en reflejar lo que otros sienten, y no son pocas las personas que consideran que Umar debe ser considerado como un pionero en el feminismo africano. Tiene muy claro lo que quiere contar y cómo contarlo, y es rotundo en sus afirmaciones: “la debilidad de muchos países musulmanes radica en el modo en que tratan a sus mujeres”, “si estas son débiles, pobres y analfabetas, el resto de la sociedad lo será igualmente, porque ellas son los cimientos de cualquier comunidad”. Amina ha sido traducido ya a 44 idiomas y galardonado con el Muslim News for Excellence in Arts 2010. Ha tenido destacadas críticas por parte de importantes autoras, como Fatema Mernissi: “Amina, como una bella melodía, mantiene el ritmo incluso cuando los hechos más violentos suceden. Pienso que esto es lo que hace especial este libro. La melodía continúa incluso cuando la furia y la ira se hacen más evidentes”. Amina es un canto a la desobediencia y a la valentía de muchas mujeres que día a día, con su trabajo y esfuerzo, apuestan por un mundo diferente, más justo y alegre.q *Clara Alonso es colaboradora de Pueblos - Revista de Información y Debate. (claracinta@gmail.com)
Libros n CULTURA
Nuevas publicaciones Redacción PUEBLOS
Milu
Manuel Rivas y Aitana Carrasco. Kalandraka, 2010.
Milu nos relata las vivencias de una niña en apuros. Es la voz de muchos niños y niñas que atraviesan situaciones de desventaja social y que no pueden disfrutar de su derecho a vivir en familia, pero a la vez nos recuerda que existe un lugar para la esperanza. Milu enseña a los niños y niñas que la vida no es igual para todas las personas, y que mientras unas ríen otras pueden estar sufriendo; y enseña a los adultos que la infancia es una responsabilidad de todos, y un compromiso. Milu colabora con la Fundación Meniños.
¡Indignaos!
Stéphane Hessel. Prólogo de José Luis Sampedro. Destino, 2011. Alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica. Resulta paradójico que esta llamada a los jóvenes venga de un hombre de 93 años, miembro de la resistencia francesa y gran defensor de los derechos humanos, y que el prólogo lo haga José Luis Sampedro, con 94 años, que insta a “no sucumbir a la distracción mediática”. Hessel afirma que “las razones para indignarse pueden parecer hoy menos nítidas o el mundo demasiado complejo”, pero siguen ahí, en la dictadura de los mercados, en el trato a los inmigrantes, a las minorías. Apela a “una verdadera insurrección pacífica contra los medios de comunicación de masas”, pues no proponen otro horizonte que el consumo, el desprecio hacia los más débiles y hacia la cultura, la amnesia generalizada y la competición. Otra paradoja: el mensaje se ha convertido en libro, el libro en éxito editorial de un gran grupo de comunicación...
¿El mejor de los mundos? Un paseo crítico por lo que llaman “democracia” Pascual Serrano. Icaria, Barcelona, junio de 2011.
La mayoría de las personas de los países desarrollados están convencidas de que viven en el mejor sistema posible. Creen que eso que denominan “democracia” debe ser la máxima aspiración de una sociedad, y, por supuesto, no dudan de que es democracia lo que ellos tienen. La idea es mostrar las miserias, desmanes y aberraciones que el capitalismo ofrece como sinónimo de democracia, no con la intención de reformar el sistema o parchearlo, sino de combatirlo, ya que es incompatible con el humanismo y la decencia. Pascual Serrano fue cofundador en 1996 de Rebelión (www.rebelion.org) y asesor de Telesur. Colabora en una decena de publicaciones españolas y latinoamericanas sobre temas de política internacional y comunicación, como Público, Le Monde Diplomatique y Diagonal.
La semilla de la sensatez / La llavor del seny
Pedro Polo Fernández. Escola de Formació en Mitjans Didàctics, Palma de Mallorca, 2011. El autor recopila en este libro, editado en castellano y catalán, artículos escritos para el periódico mallorquín Última Hora. El objetivo: hablar, como dice el prólogo, “del ejercicio del miedo, de las estrategias que utilizan los que no quieren perder sus privilegios y de la falta de interés por parte de quienes gobiernan, sean de una posición o de otra, que no quieren hacer cambiar el futuro”. A lo largo de la obra repasa temas de educación, religión, sindicalismo, política y economía, prestando especial atención a la crisis mundial y a su impacto sobre las personas más empobrecidas. Desde La semilla de la sensatez, el sindicalista y profesor Pedro Polo reflexiona y anima a reflexionar sobre la necesidad de emprender con energías renovadas una verdadera transformación social.
Información y Debate n PUEBLOS n Tercer trimestre n 2011 n 59
CULTURA
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Música
Ayer y hoy del flamenco: arte anónimo y colectivo Pedro-Antonio García Villodres*
Paula Cabildo.
Lejos del flamenco que conoce en la opinión pública (casi siempre mezclado con estilos más actuales como el pop, el jazz, o la música latina, y más dependiente de una percusión pegadiza que incluso acaba ahogando los dos elementos esenciales del flamenco, la guitarra y el cante), pervive la esencia de una manifestación artística que ha recorrido cinco siglos de historia en nuestro país y que va más allá de un estilo musical. Es la muestra viva de una forma de sentir, de sufrir y de vivir que nos adentra en el fondo más oculto de la esencia humana.
E
n noviembre de 2010, con motivo de la celebración institucional de un famoso equipo de fútbol, se pudo presenciar una faceta distinta del cante flamenco. En un salón de actos lleno y en presencia de los jugadores y dirigentes, el cantaor José Mercé interpretó el himno del club, un evento seguido por televisiones y reporteros gráficos de medio país. Esta actuación refleja la proyección cultural, pero sobre todo comercial, que han alcanzado algunos artistas del flamenco en el mundo de la música, llegando a generar (el mismo José Mercé, pero también Paco de Lucía o Diego el Cigala) una gran repercusión mediática con el lanzamiento de sus discos. Ello evidencia el apoyo de potentes casas discográficas y asegura futuras giras en grandes teatros y certámenes de música, o incluso la postulación del artista para recibir premios. Esta proyección comercial con la que el flamenco cuenta actualmente dista mucho, sin embargo, de las condiciones reales en las que durante el último tercio del siglo XIX se desarrolló como actividad profesional. En este período el flamenco estuvo ligado habitualmente a condiciones de vida muy precarias, como muestra el retrato que realiza de los primeros artistas Félix Grande en su libro Agenda flamenca: “Recorrían a pie o a lomos de un rucio los caminos de Cádiz, de Sevilla y de Huelva para actuar en los casinos o en las tabernas, comían (cuando tenían) pan y queso bajo los puentes, y al entrar en los pueblos cambiaban sus alpargatas de viaje por unas botas limpias para estar decentitos. Y antes aún, los gitanos de Triana, de Jerez, de Cádiz,
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de Utrera, de Lebrija, de Alcalá, de los Puertos, recorrían Andalucía la Baja en las épocas de las cosechas o de las romerías cambiando sus primitivas seguiriyas, sus iniciales soleares, sus tonás legendarias por algún alimento, algún regalo y un par de metros de suelo jornalero donde tumbarse a dormir bajo un cielo de estrellas”. Esta reflexión nos recuerda que los primeros artistas eran gente errante dispuesta a recorrer cualquier lugar en busca de sitios donde demostrar y “vender” su cante. Esta tesitura, o más bien necesidad, supuso el acercamiento al público de un cante que había sido cultivado siglos atrás siempre de puertas para adentro; en el interior de las minas, de las cuevas, o de la cárcel. El complejo mundo de sentimientos que se construye en torno a estos lugares alberga una mezcla de miedo, llanto, tristeza, y dolor, un mundo de sentimientos de marginalidad y miseria que siempre estuvo unido a la trayectoria del flamenco y que nunca se olvidó durante su traspaso paulatino al campo profesional. Podríamos establecer un paralelismo claro entre la situación de estos primeros cantaores y los comienzos de una de las estrellas flamencas más mediáticas de nuestro tiempo, Camarón de la Isla. En uno de los temas de su Antología inédita, su tío presenta al artista, que entonces contaba tan sólo con dieciséis años, como un gitano que canta con sentimiento trágico, “como los gitanos cuando les duele esa fatiga”. En realidad, la infancia de Camarón, uno de los más grandes creadores de la etapa contemporánea del flamenco, no parece distar mucho de la de aque-
Música n CULTURA llos pioneros del cante hondo que se ganaban el sustento a través sus coplas. Pasó la infancia entre sus vecinos de la calle del Carmen, en San Fernando, cambiando sus cantes por boniatos y racimos de uvas e incluso por platos de comida en la famosa Venta de Vargas.
Contenido lírico
Aunque hayan cambiado las condiciones en las que se desarrolla el flamenco, las características formales permanecen totalmente reconocibles. El cante flamenco se divide en diversas estructuras melódicas, denominadas palos. El texto citado más arriba menciona dos de ellos, los más antiguos: soleares y seguiriyas, que se distinguen por su carácter hondo y trágico. Si realizáramos una secuencia estratigráfica1 musical, ambos palos aparecerían en los sedimentos más antiguos de la historia del flamenco. Otros, más evolucionados y más reconocibles, como la bulería, la alegría, la rumba, o el tango, aparecen asociados en cambio con la fiesta por su ritmo más alegre, que facilita el jaleo, las palmas y la unión con otra de sus formas expresivas características (junto al cante y la guitarra), el baile. El contenido lírico que llena estas estructuras formales es una poesía sencilla, espontánea y sin artificios, cercana en algunos casos a los proverbios o sentencias populares, con las que se logra captar sutilmente experiencias arraigadas en el folclore andaluz. Un ejemplo vivo son las narraciones sobre experiencias en los caminos, donde se demuestra de nuevo al carácter marginal y fundamentalmente errante de la población que le da origen: “Con roca de pedernal yo me he hecho un candelero, pa’ yo poderme alumbrar porque yo más luz no quiero, yo vivo en la oscuridad” o “Ay, yo soy aquel, pobre caminante que con su petate siempre a cuestas va, yo voy andando, camino adelante, siempre buscando donde descansar”. Estas bule-
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El flamenco hace referencia a una experiencia individual pero, sobre todo, común y anónima, porque es una búsqueda del fondo último de la existencia humana, donde laten las emociones más radicales de nuestra naturaleza
Bibliografía:
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Martínez Hernández, José: El cante flamenco. La voz honda y libre, Almuzara, Córdoba, 2005. Grande, Félix: Agenda flamenca, Editoriales Andaluzas Unidas, Sevilla, 1985.
1 Estudio de los estratos arqueológicos, históricos, lingüísticos, sociales, etc. (primera difinición aportada por el Diccionario de la Real Academia Española).
rías, sin embargo, se asocian con un contenido de menor trascendencia que la de los palos más solemnes, como las tonás, las seguiriyas o los tarantos, con letras que aluden a la pobreza, a la estancia en presidio (penal o calabozo) o a la tragedia, normalmente asociada al trabajo en la mina: “En la boca de una mina a una mujer vi llorar, con dos niños chiquititos que sólo decían papá, había muerto el pobrecito ya” o ”Ay, dime qué llevas en el carro que tan despacio caminas, llevo al pobre de mi hermano, que un barreno en la mina le ha cortado las dos manos”.
Expresión cultural colectiva sin nombres propios
Cuando después de descubrir sus aspectos formales principales intentamos atrapar finalmente la esencia del flamenco, los estudios no dejan lugar a dudas: se trata de un arte de transmisión oral transmitido de generación en generación que ha ido recogiendo la experiencia vital de la cultura andaluza durante los últimos cinco siglos. Dado que se trata de un cante traspasado por las familias de modo hereditario, la investigación acerca de su origen es complicada. Pero, precisamente, en esta dificultad radica el poder del flamenco, en su historia más arcaica de la que nacen sus temáticas (el dolor, la deshonra, la muerte, la pobreza), que nunca están identificadas con una persona en concreto, con un rostro reconocido por todos, con un apellido o familia determinada. El flamenco hace referencia a una experiencia individual pero, sobre todo, común y anónima, porque es una búsqueda del fondo último de la existencia humana, donde laten las emociones más radicales de nuestra naturaleza: la soledad, la culpa o el desamor, entre otras. Según explica el experto José Martínez Hernández, la grandeza del flamenco estriba precisamente en dos rasgos principales: “Por una parte se debe a una capacidad para acoger en su seno una riquísima gama de estados afectivos y emocionales, a su condición de música mestiza de origen popular, especie de crisol donde se han fundido multitud de experiencias vitales. Por la otra, el flamenco ha superado cualquier localismo o particularismo y ha devenido en convertirse en una música universal con capacidad para dirigirse a todos los hombres. Así pues, nada tan ridículo como querer recluir el espíritu inasible de esta música en un solo lugar o en un reducido grupo de personas”. En realidad detrás del flamenco y de sus coplas no se sitúan autores concretos sino una letra popular que narra experiencias comunes. Las personas que las hacen suyas acaban formando parte de ese fondo cultural añadiendo nuevos matices. Su puesta en escena adquiere mayor riqueza cuanta más gente participa, canta y baila, transfiriéndole ese carácter de experiencia comunitaria característica del flamenco; mientras que la práctica de individuos singulares, integrados en grupos más o menos extensos, ha llegado a construir una expresión artística colectiva que trasciende fronteras.q *Pedro-Antonio García Villodres es profesor de Filosofía de secundaria.
Información y Debate n PUEBLOS n Tercer trimestre n 2011 n 61
CULTURA
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Teatro
Recomponer y regalar un clásico
Metrópolis José Alberto Andrés Lacasta*
Fotografía: Alberto Rodrigálvarez.
Metrópolis, la futurista película que Fritz Lang estrenó en 1927 con guión de su mujer Thea Von Harbou, fue adaptada en 1997 al teatro por el incipiente grupo aragonés Che y Moche, que por entonces (suponemos) no debía de tener muy claro su futuro profesional en la industria del espectáculo pero sí una energía, una clarividencia de ideas y un estado de gracia creativa que les ha hecho llegar hasta nuestros días con un proyecto absolutamente consolidado y una tarjeta de presentación artística impecable.
P
ara darse un homenaje, coger fuerzas (o perderlas del todo), muchos años después decidieron retomar aquel proyecto que tantas alegrías les dio, recomponerlo y regalarnos una nueva propuesta, que nos ha vuelto a dejar con un sabor de boca y unas ganas de querer más de lo mismo fantásticas. Debemos advertir que, a priori, nos producen cierto reparo aquellos espectáculos teatrales que se anuncian con una amalgama de lenguajes (teatro, vídeo, música, danza, efectos especiales…), pues en no pocas ocasiones acaban siendo un zurriburri de cosas desnortadas y complicadas de digerir. Por si fuera poco, algunas de las últimas adaptaciones al teatro de obras maestras del cine no han sido muy acertadas, producidas más al calor de una taquilla fácil que de un trabajo de investigación y relectura serio. Pero, en este caso, el equilibrio, la precisión y el empaque del espectáculo están perfectamente salvados, defen-
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didos con un oficio dramatúrgico y técnico muy destacable que evidencia un gran trabajo de preparación y dedicación. Efectivamente, finalizada la obra de teatro hemos visto Metrópolis, la Metrópolis de siempre, y la de ahora, la de Fritz Lang, e, indiscutiblemente, la de Che y Moche. El reto no era cualquier cosa: Metrópolis es una película tan brillante como compleja. No es sólo un gran cuento que, como tal, presenta una linealidad argumental muy simple y que acaba derivando en un cuerpo de interpretaciones y metáforas que apelan directamente a lo más básico de la vida, independientemente de su mayor o menor categoría ética. Además, es la obra cumbre del cine expresionista alemán (junto con los Olvidados de Buñuel, declarada Patrimonio de la Humanidad), que no sólo recogió a modo de manual los elementos más característicos del prolífico cine de los años 20 sino que, con su magnífico presupuesto, sirvió también de enlace hacia nuevos ámbitos y caminos más comerciales, liderados por la poderosísima e innovadora productora alemana UFA (Universum Film Aktiengesellschaft). No podemos situar este cine a la cola de las demás artes expresionistas (la pintura, la escultura o la arquitectura de aquellos tiempos). El cine recoge la esencia expresionista referida al protagonismo de la subjetividad del autor, concepción del mundo, compromiso directo con el entorno, frustraciones, denuncias o deseos (que en el caso del teatro derivó en dramaturgos tan rotundos como Piscator o Brecht); y porque, además, reproduce conjuntamente una estética, una gestualidad, un contexto, una emotividad y
Música n CULTURA una franqueza en el lenguaje que las otras artes no fueron capaces de aunar en un mismo formato. Sin duda, esta película de Fritz Lang es la mejor muestra de ello, junto con El gabinete del doctor Caligari, de Robert Wiene, o Fausto y Nosferatu, de Murnau. Pero, además, Metrópolis es la película de entreguerras por antonomasia, con Rusia saliendo de su Revolución cada vez más reforzada frente a una Alemania recién derrotada, con una República de Weimar en franco proceso de desequilibrio social y político, aprovechado sin pudor desde el partido nazi, y con un descompensado modelo de desarrollo industrial entre máquina, trabajador y empresario. Es una película muda y en blanco y negro, con lo que ello supone tanto para la configuración y trabajo de los personajes (con una gestualidad, una mímica y una caracterización muy exageradas) como para el complejo trabajo de luces y sombras que acompañan y envuelven el lenguaje, la metáfora y la dramaturgia. Por todo ello, salir airoso de esta empresa, contando con una hora escasa, más de 20 músicos y músicas en directo, siete actores y actrices, once bailarines y una producción de tráiler y medio, no era una cuestión baladí. Pero, tozudos e inteligentes, estos aragoneses han resuelto un espectáculo formidable, con un recorrido esperamos que todavía sea de larga distancia y con varios reconocimientos, entre otros el Max al Espectáculo Revelación 2010.
Fuerza expresiva y significado
Metrópolis es un juego de dicotomías. Buenos y malos, trabajadores y empresarios, ricos y pobres, amor y desamor, ciencia y corazón, cielo y tierra, desarrollo y subdesarrollo. En uno de los lados de ese mundo dividido y descompensado se encuentran los poderosos, que viven en una gran ciudad, con unos rascacielos imponentes y ostentosos de arquitectura futurista (mezcla de homenaje a la incipiente Nueva York y a los arquitectos expresionistas alemanes como Walter Gropius, Van der Rohe o movimientos como Deutscher Wekbund), donde Fredersen impone su mano dura y condescendencia. Quizás este rocambolesco fasto es lo que más desdibujado queda en el montaje de Che y Moche, que apuesta por una versátil escenografía con una plataforma cenital central y un cuidado y milimetrado juego de luces que, a veces, no acaba de evocar este ambiente de opulencia. Sometidos a este grotesco tirano, en
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Una puesta en escena directa a la yugular de quien haga una lectura en clave contemporánea sobre el valor del trabajo, el mundo del capital, el desarrollismo sin humanismo, la representación colectiva o la ubicación exacta del bien y del mal
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un entramado de catacumbas y galerías, una impersonal e ingente masa de obreros trabaja en el subsuelo sin descanso con horribles máquinas que requieren de gran esfuerzo en un ambiente mugriento, oscuro e insano. Es en esta representación donde el montaje coge una fuerza inusitada. Aparte del mencionado juego de luces, un grupo de bailarines, coreografiados por Elia Lozano, nos mete en ese ambiente denso de impersonalidad, de masa, de sometimiento. Es acertadísimo el concurso de estos bailarines a lo largo de la obra (pese a que en ocasiones el escenario aparece excesivamente abigarrado), con una técnica de mucha solera y un desarrollo interpretativo muy alineado con el canon gestual del cine mudo. Freder (Carlos Alcolea), hijo de Fredersen (Alfonso Pablo), conoce a la bella María (Ingrid Magriñá), una especie de asistente social de la ultratumba laboral, y, lógicamente, se enamoran. Fredersen sigue a María y asiste horrorizado al espectáculo de los trabajadores vejados. Al enterarse de tan inapropiado enamoramiento, y gracias a Rotwang (Jesús Llanos), un torticero científico, tienden una trampa al ingenuo mancebo con un malvado clon-robot de María. La cosa acaba con la firma de la paz social, un maniqueo abrazo entre empresarios y trabajadores y María y Freder comiéndose a besos. La obra se desarrolla detrás de un enorme tul transparente situado en primer término y que no ejerce de cuarto tabique, por suerte, pero en el que se proyectan los subtítulos propios del cine mudo y algunos fragmentos de vídeo. El resultado en escena es absolutamente cinematográfico, mientras que la evolución de los personajes, con su gestualidad, los constantes juegos de luces, la atención a los subtítulos, la rotundidad de las masas obreras contorsionándose y recordándonos las pinturas de Kokosckha, Smith Rotluff e incluso Egon Shiele, equilibran esta puesta en escena tan personal y sincera como directa a la yugular de quien haga una lectura en clave contemporánea sobre el valor del trabajo, el mundo del capital, el desarrollismo sin humanismo, la representación colectiva o la ubicación exacta del bien y del mal. Para finalizar quiero hacer mención especial a la actrizbailarina (María) Ingrid Magriñá, a la que me creí hasta el tuétano y cuya interpretación, desde un oficio muy bien aprendido y mostrado, me pareció de un entregado y sincero que no suele ser habitual. También me gustaría destacar la partitura de Víctor Rebullida, que, a pesar de haberse recuperado recientemente la banda sonora original de la película completa, apostó por una nueva creación a pentagrama blanco. El trabajo quedó redondo y espero que se edite y distribuya pero que, a la vez, Metrópolis se pueda interpretar siempre con música en directo. Por último, quiero resaltar el trabajo del director, Joaquín Murillo, y del equipo técnico y creativo de Che y Moche en general. Este escrito está repleto de adjetivos buenos (es una suerte que te dejen escribir de las cosas que te gustan): son todos para vosotros. Enhorabuena y mucho ánimo.q *José Alberto Andrés Lacasta es colaborador de Pueblos - Revista de Información y Debate. Correo-e: andres.lacasta@gmail.com.
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CULTURA
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Cine
Cannes, el esperpento o el cine José Alberto Andrés Lacasta* Cannes, 2011. Fotografía: Leonor Villaluenga.
Era la primera vez que acudía al Festival de Cine de Cannes (no sé si la última). Os voy a contar algunas impresiones, quizás poco originales, de lo que vi y padecí tanto dentro como fuera de las salas de cine. Puede que no sea propio, cuando uno decide escribir un artículo de esta naturaleza en primera persona, y mucho menos cuando la cosa va de cine, empezar por el final, pero el colofón de todos estos días de periplo “cannino” es que en este festival empieza la magia o, mejor dicho, sólo hay magia, cuando se apaga la luz y empiezan las proyecciones, y tampoco siempre.
C
uando la productora para la que había cerrado un guion y colaborado en la ayudantía de dirección durante el rodaje me comunicó que me invitaban al Festival de Cannes (que se celebró del 11 al 22 de mayo), la alegría fue inmensa. Quienes me acompañaron y tutelaron fueron muy pacientes, generosos y condescendientes conmigo, e hicieron de esta experiencia motivo de refuerzo de nuestra ya inquebrantable amistad. Pero a mi vuelta sigo con un diagnóstico que podríamos llamar “ojiplático” por lo allí vivido y que denota una ingenuidad y un perpetuo estado de bisoñez por mi parte muy preocupante y muy poco práctico para muchos órdenes de la vida, no sólo el cinematográfico. No es que sea nuevo en esto de los festivales de cine, todo lo contrario, pero desde luego Cannes supera al resto con muchos cuerpos de ventaja, entre otras cosas porque, además de ser el mayor certamen y el mayor mercado del cine mundial, es, sin duda, un esperpéntico circo de exhibicionismo, de ridícula ostentación y de puesta en escena del segregacionismo más atroz y lacerante entre los muy ricos y el resto. Entre otras literaturas, blogs o artículos que consumí en los días previos (para ir bien preparado
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a la cita y no dejar en evidencia continua a mis ya citados tutores), leí, con algo de desdén por no ser un tipo de prosa por la que siento devoción, el libro de Paulo Coelho El vencedor está solo. A pesar de mi inusual desgana en esta lectura, a la postre resultó en ocasiones una acertada guía de viaje sobre algunas claves de manejo social, usos diarios, ámbitos donde se cuece el cine y cónclaves donde de lo único que no se habla es de cine (que efectivamente existen y por cierto son los más concurridos), y a los cuales, por supuesto, no estaba invitado. En este libro, a Igor, uno de los personajes principales, le dicen sobre el objeto del festival lo siguiente: “Olvida las películas. Cannes es un festival de moda (…) La moda no es más que una forma de decir pertenezco a tu mundo, utilizo el mismo uniforme que tu ejército, no dispares en esta dirección”. Efectivamente, es un buen resumen de lo que, más allá del cine, es este Festival de desmesuradas y opíparas fiestas en hoteles, carpas, playas privadas, yates y villas; de botox, de prostitución de lujo, de “chanel, cocaína y don perignon”; de ociosos y oscuros cónclaves de políticos, diplomáticos, empresarios y financieros de todo pelaje e intencionalidad, donde incluso a veces hay alguien del
mundo del cine; de cenáculos en los que a golpe de talón, se decide, por un lado, qué ocio cinematográfico vamos a poder consumir el año que viene, y por otro, qué películas se van a quedar sin remedio, y a veces sin justicia, en vía muerta… En la alfombra roja algunas estrellas del cine se prestan a ser tratadas con un arcaico protocolo real, a comparecer y exhibirse al galope ante todo tipo de medios y siniestros personajes, a ataviarse con ridículos y carísimos trajes y joyas, y, por supuesto, a no saltarse el guion ni hacerse los listos so pena de ser marginados. Hay decenas de tristes y lelos aspirantes a una gloria efímera en las escaleras enmoquetadas. Ataviados o ataviadas con el traje que se compraron para la boda de su mejor amigo, se colocan en los costados de las perfumadas comitivas de los engalanados, blandiendo un cutre papel donde se lee “un invitation s´il vous plait”. Hay sofocantes y angustiosas colas que rematan con un protocolo de identificación, cacheo y demostración continua de inocencia ante docenas de gorilas y malcarados, a las que las y los “profesionales” del cine nos tenemos que someter cada vez que pretendemos entrar a una sala (sin alfombra roja), condicionados por nuestra acreditación o indumentaria y sin posibilidad de reclamación. Y hay, también, epatantes y descorazonadoras hordas de adolescentes que, “a grito pelao”, se desplazan en masa de un lado a otro de la Croisette, iphone en mano, a la caza y captura de una foto… con quien sea, casi da igual, con tal de que lleve traje largo o esmoquin.
Aunque... También hay cine
Pero además de todas estas cosas, en Cannes hay cine y, para más retranca, lo digo por la retorcida escenografía antes descrita, cine de autor. No sé por qué maldito e injustificado prejuicio, cuando le hablan a uno de cine de autor tiende a imaginarse una filmografía más bien marginada y huidiza de la industria del ocio en masa y del cine bullanguero y de merendola; con una temática y una subjetividad más profunda y crítica, fuera de determinados cánones dramatúrgicos y técnicos, y con un apego a la realidad social o una lectura de la misma. Por todas estas cosas, tiendo a pensar en personas mal dados a compadrear en manifestaciones culturales de ostentación, incómodos en ambientes de chusco nivel intelectual y de intranscendencia, gustosos de participar en ámbitos cinematográficos más periféricos y marginales, e incluso con clara tendencia a ser de izquierdas (¿?). Pues, efectivamente, lo mío es una actitud infantil y un malsano prejuicio porque, precisamente, la paradójica celebración por antonomasia de este cine de autor se desarrolla en el plató más frívolo y despampanante que uno pueda imaginar. El Festival de Cannes. Y yo en medio de todo esto, como Paco Martínez Soria en La ciudad no es para mí. Hemos visto pasear por distintas secciones las películas de Kim Ki Duk, los hermanos Dardenne, Mohammad Rasoulof, Nanni Moretti, Julia Leigh, Aki Kaurismaki, Lynne Ramsay, Gus Van Sant, Robert Guediguian, Jodie Foster, M Hazanavicius, Terrence Malick, Jaffar Panahi o
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Cuando le hablan a uno de cine de autor tiende a imaginarse una filmografía más bien marginada y huidiza de la industria del ocio en masa; con una temática y una subjetividad más profunda y crítica, y con un apego a la realidad social
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el genial y torpe lenguaraz Lars Von Trier, por ejemplo. Pues sí, todos, ellos y ellas, representantes de un cine muy personal y de una visión original e irrepetible, en Cannes, con mayor o menor suerte y acierto. Dan zarpazos desde el cine a diestro y siniestro a políticos, establishments, convenciones sociales, zonas oscuras ocultas, hipocresías, injusticias, cotidianeidades, vidas rotas, vidas rehechas, etc. Hay que esperar a que se apague la luz para reconciliarte con estos autores y su obra. Destaco dos elementos que me han llamado la atención especialmente. En primer lugar, la magnífica oportunidad de ver cine, conocer otras cinematografías y retomar la carrera de autores a los que, por desgracia, por temporadas se les pierde la vista, que supone el Marché du Film (el gran mercadillo del cine mundial) y, sobre todo, el Village International. Del Marché me quedo con el Short Film Corner, una suerte de tablón de anuncios donde los autores acreditados cuelgan el afiche de su obra y a turnos ocupan el acotado espacio de su pasillo invitando a los acreditados a acceder a las mini salas y ver su película. Es de los sitios más auténticos, espontáneos y frescos del Festival de Cannes, y una delicia dejarse llevar una mañana entera (por supuesto sin decirles a los jóvenes cineastas que tú pintas menos que ellos y ellas en este negocio) por los tirones de brazo que te dan con el objeto de que se vea su obra cuantas más veces mejor. Y vi, ciertamente, algunas joyitas.
De Oriente, compromisos y revueltas
Por otro lado, de lo visto, leído y escuchado en el Village, y haciendo la triangulación precisa con las películas seleccionadas en las distintas secciones oficiales del Festival, constato el proceso de crecimiento en cantidad y calidad de lo que por abreviar llamaremos cines árabes. Empaparme de los nuevos logros y perspectivas de este cine, sobre el que llevo escribiendo varios años, y sobre el que las mejores revistas de cine y críticos están empezando a caer en la cuenta, supuso una vía de escape balsámica y gratificante para mi solaz durante esos días. No es nuevo hablar del elemento de tracción creativa en los países de Oriente Próximo que ha supuesto el cine iraní, con la familia Makhmalbaf y Kiarostami al frente, y que sigue en un estado de hipercreación muy interesante, pero sin duda tienen relevo. De lo iraní visto quiero destacar la premiada en categoría menor en la sección Un
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Se decide, por un lado, qué ocio cinematográfico vamos a poder consumir el año que viene, y por otro, qué películas se van a quedar sin remedio, y a veces sin justicia, en vía muerta…
Cannes, 2011. Fotografías: Leonor Villaluenga.
certain regard, Bé Omid é Didar, de Mohamad Rasoulof, que no pudo acudir a recoger su premio (lo hizo su mujer) porque, al igual que el cineasta Jaffar Panahi, se encuentra sometido a arresto domiciliario en Irán por el contenido y la forma de su cine. De Panahi se pasó el documental In Film Nist, que narra un día en la vida del cineasta recluido en su casa. No tiene nada de chicha, nada que ver con su filmografía, y se hace interminable, pero digamos que se trataba de un visionado más de solidaridad y militancia que de gusto. Las figuras de Panahi y Rasoulof fueron recordadas y aplaudidas durante varios actos del Festival, que hizo público un comunicado de denuncia y solidaridad con ellos, y todas las personas engalanadas y esmoquinadas (que dudo que algunos y algunas conocieran en profundidad la obra de estos cineastas) se emocionaban mucho e, incluso, a veces se levantaban para aplaudir (buena ocasión para, de paso, auparse el palabra de honor, mirar el móvil o hacer un barrido general para alcahuetear). Pero dentro de lo que he mal llamado cines árabes quiero hacer una mención especial al que desde hace cinco años está saliendo desde Palestina, Jordania y Líbano, con autores y, sobre todo, autoras con un discurso cada vez más alejado del documentalismo realista y reivindicativo a secas, y que están optando por la ficción y por trasladar el punto de vista y de crítica a la situación que viven a
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ópticas mucho más intimistas y cercanas a la cotidianeidad. El Village tomó clara nota de lo que desde allí está emergiendo. De Túnez resalta la sobrecogedora película documental Plus Jamais Peur, de Habib Attia. De Egipto, Le cri d´une fourmi, dirigida por Sameh Abdel Aziz, y 18 days, de diez cineastas egipcios que han desarrollado otras tantas historias inspiradas en la revolución de este país. Dado el impacto de esta película en Cannes en sus primeros pases, tuvo un pase especial de noche, muy emotivo, en el área de Cinema à la plage. Fue una de las pocas ocasiones en que las y los ciudadanos de Cannes (que los hay) tuvieron la posibilidad de ver cine gratis y sin acreditar en la Croisette, más allá de la periférica y acotada sección Cinephiles. Para cerrar la sección “árabe” quiero hacer referencia a una película dirigida por el rumano Radu Mihailneau que se titula La source de femmes, que compitió en la sección oficial. No es el tipo de película sesuda, dura y transcendente que suele gustar en Cannes, por lo que hubo gran división de opiniones sobre su calidad y su contenido; pero debo de decir que a mí me pareció bonita y que se puede ver, aunque tenga errores de guion y de interpretación de los secundarios muy tremendos y el tono y la trabazón se encuentren descompensados. Narra cómo un grupo de mujeres de una desarraigada villa declaran una huelga de amor a sus machistas maridos. Merecerá la pena ir a verla en su estreno nada más por la sinopsis y por los actores principales, encabezados por la incombustible Hiam Abbas (ahora directora de cine) y el palestino Saleh Bakri (hijo del veterano intérprete Mohammad Bakri, un actorazo de tomo y lomo). Además de todo esto, vi otro buen pellizco de películas… Oslo. 31 August (Joachim Trier), Elena (Andrey Zviagintsev) y Le gamin au veló (hermanos Dardenne) fueron las que más me gustaron, además de las de Nanni Moretti, Habemus Papam (no para el palmarés, pero sí para verla sin condiciones) y Michel Hazanavicius, The artist (un vendaval de optimismo y alegría impagable, como para verla veinte veces seguidas). ¿La de Terrence Mallick? No la vi, nos fuimos a comer una pizza, una pena. ¿Y la de Almodóvar? Pues sí, la vi, Elena Anaya fantástica, pero la dejamos para septiembre, a ver si recupera…q *José Alberto Andrés Lacasta es colaborador de Pueblos - Revista de Información y Debate. Correo-e: andres.lacasta@gmail.com.
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