Renovemos el edificante legado de la Sagrada Familia SEMANARIO DE LUZ u SÉPTIMA ÉPOCA
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Maracaibo, del 21 al 27 de diciembre de 2008
AÑO 6 / No. 345
RPPLUZ 2003/01/001
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En Navidad y durante todo el año
Navidad es tiempo de buenas nuevas y todos anhelamos recibirlas, en especial nuestros pequeños que esperan la llegada del Niño Dios. Es el cumpleaños del Cristo Rey y paradójicamente el festejado no recibe los regalos sino que los entrega sin reservas, porque el sentido más profundo de la Navidad, su verdadero valor, no es recibir sino compartir y si lo hacemos en familia el gozo se hace mayor. En este tiempo de Adviento tanto adultos como niños deben hacer un esfuerzo de cumplir metas muy puntuales: ser más cordiales, no decir mentiras ni improperios, ser más honestos, de querer más a la gente y tratarlos con más cariño, no negarles al menos una sonrisa. Esos deseos que se convierten en compromiso constituyen el mejor de los regalos para Dios, en especial el que nos compromete a amar a nuestros semejantes como a nosotros mismos. En navidad, la concesión de amar se hace ilimitada y así debe ser todo el año porque sólo del amor nace la vida y gracias al amor la humanidad podrá librarse de una vida de miseria. Es propicia esta fecha para invitarlos a abrir sus corazones y sus hogares y reflexionar sobre la necesidad que tiene el pueblo de Venezuela de fomentar una mayor unión, fraternidad y amor durante el venidero año que se avizora difícil y de muchas vicisitudes para la humanidad. Las exigencias de los tiempos futuros nos alientan a ser más profundos y celosos en nuestras creencias para mantenernos firmes ante el cumplimiento de los principios de la cristiandad. Amémonos más y avivemos ese afecto en nuestras familias y semejantes. Dejemos a un lado las desavenencias y busquemos las coincidencias poniendo menos énfasis en nuestras ambiciones y mayor atención en el bien común. Acerquémonos más a nuestros hijos. No los dejemos solos y compartamos con ellos sus éxitos y desalientos para que ellos sepan transmitir esa solidaridad con sus semejantes. Intentemos en 2009 romper ese aislamiento que la sofisticación tecnológica nos ha impuesto a padres e hijos. Reduzcamos esas largas jornadas de horas frente al computador o una pantalla de televisión para convertirlas en tiempo de compartir en familia. Que sea esta una promesa de año nuevo que todos nos empeñemos en cumplir.
Fotos: Moraima Andrade/CNP 6552/Prensaluz
Espléndidamente, cada 25 de diciembre, la fiesta de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo llega para recordarnos la importancia de santificar nuestros hogares día a día con el cariño de un auténtico ambiente cristiano de entrega, solidaridad y amor por el prójimo. La gran familia universitaria suma deseos, voluntades y esperanzas para que en estas fiestas navideñas y de fin de año Venezuela se distinga inmensamente como un país de hogares unidos, solidarios y liberados de las penas del antagonismo, del egoísmo materialista y la hostilidad política. La familia es el bien más valioso de la humanidad. Es así como el domingo siguiente a la conmemoración del nacimiento de nuestro Señor, la Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia para renovar en los hogares la sencilla doctrina de vida que guió los primeros años de existencia del Mesías y que lo prepararon, con infinito amor y fe, a asumir la dura tarea de redimir a la humanidad con su pasión, muerte y resurrección. En esta edición especial de Navidad y con la guía espiritual del presbítero Ovidio Duarte, párroco de la Iglesia Padre Claret, en Maracaibo, ahondaremos en las valiosas enseñanzas que la Sagrada Familia nos ha legado y que destacan con extraordinaria pureza durante las fiestas navideñas. La sabiduría y el ejemplo de vida de San José, la Virgen y el Niño contrastan en un mundo de afanes personalistas que ha dejado a un lado los valores de la cristiandad, en especial el nuevo mandamiento que nos dejó Jesús: amaos los unos a los otros. El milagro de la navidad es precisamente el prodigio de la entrega, de hacer a otros felices y compartir esa dicha con los semejantes. Por ventura, los milagros reales, esos que nos sorprenden por la capacidad de sacrificio y abnegación que tienen algunas personas, se siguen manifestando en nuestros tiempos y en todas partes. No obstante esos milagros de amor no logran borrar ni anteponerse a la ola de consumismo frenético, individualismo y egoísmo que estremece al mundo entero y que avanza como una carga de indiferencia que hace cada vez más insensible a la humanidad y la aleja de los valores fundamentales de la doctrina cristina como la piedad y el amor por el prójimo. En Navidad también el consumismo eleva su grosera presencia y distorsiona ese principio de compartir con una retahíla de contradicciones. No se regala por amor sino por compromiso. Las familias discuten para decidir en dónde y con quién pasar estos días de regocijo y lejos de compartir participan en una suerte de contienda desmedida que impone el con-
Les deseamos lo mejor para estas fiestas . Que en navidad todos reciban un regalo invaluable: el amor que sólo se vive en familia. sumo y la envidia. Inclusive hasta el menú navideño es centro de diatribas. Pero ese “lado oscuro” de la Navidad tristemente está en los celebrantes y es ajeno al sentido más puro de las fiestas de
la Natividad. Al contrario, la Navidad exige que saquemos lo mejor de nosotros. Una buena fiesta requiere esfuerzo, esmero y dedicación pero sobre todo mucho amor.
Oración de Navidad
Padre, celebramos la Navidad, El día en que tu Hijo, por amor a nosotros, se hizo hombre y nació de una mujer, la Virgen María. Ese Niño nos reúne, alrededor de la mesa que vamos a compartir llenos de alegría, de esperanza, de amor y de paz, porque Él nos hace sentir más que nunca, familia. Por eso te pedimos que nos bendigas y bendigas el pan que tu Amor nos ofrece. Y te pedimos por aquellos que no tiene pan, que no tienen casa, que no tienen trabajo,
por aquellos que no tienen familia, que no tienen paz, porque les faltas Tú. Te rogamos porque renueves nuestros corazones y nos brindes tu paz… Nos fortalezcas para que nuestra unidad sea indestructible… Que nos permitas tener cerca de nuestro corazón a nuestros amigos y familiares ausentes… Para que nos impulses como Iglesia, a renovar nuestra patria a través del matrimonio y la familia…
Te bendecimos, Señor! Amén.
Necesitamos en esta celebración entregar nuestros mejores presentes como un acto gratificante y no como una obligación agobiante, de trámites y sobre todo de dinero malgastado.
Comisión Reestructura de la Dirección General de Comunicación de LUZ
Ruego a la Virgen
Por mediación de María, tu Madre y nuestra Madre, te rogamos que el corazón de cada venezolano sea un humilde pesebre, donde Jesús pueda nacer. Y así, superando todo lo que nos divide, seamos capaces de construir una patria de hermanos.
Se enciende el cuarto cirio… ¡Alegraos, ha llegado nuestro Dios! 2
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Parroquia Universitaria Foto: Moraima Andrade/CNP 6552/Prensaluz
Este domingo, a pocos días del nacimiento del Mesías, vivimos a plenitud el Adviento. La familia se reúne en torno a la Corona en la que brillan los cuatro cirios encendidos como una fogata que aviva nuestros corazones ante la inminente llegada de Nuestro Señor. Este domingo también los seguidores de la Nueva Era (New Age) seguro celebrarán la llegada del Espíritu de la Navidad, una tradición tomada del paganismo. No obstante sin Jesús no hay Espíritu de la Navidad. Él es la única luz y salvación. El 21 de diciembre no llega ningún Espíritu de la Navidad. La luz es Jesús y sólo tenemos que abrir los corazones, no las puertas de la casa, para que entre en nuestras vidas y nos traiga paz y salvación. La Navidad es renovación de esa fe y esperanza. Todo niño que nace es símbolo de la confianza de Dios en el hombre y es una confirmación, al menos implícita, de la esperanza que el hombre alberga en un futuro abierto a la eternidad de Dios. A esta esperanza del hombre respondió Dios naciendo en el tiempo como un ser humano pequeño. San Agustín escribió: “de no haberse tu verbo hecho carne y habitado entre nosotros, hubiéramos podido juzgarlo apartado de la naturaleza humana y desesperar de nosotros” En realidad, si falta Dios, falla la esperanza. Todo pierde sentido. Es como si faltara la dimensión de profundidad y todas las cosas se oscurecieran, privadas de su valor simbólico; como si no destacaran de la mera materialidad. Está en juego la relación entre existencia aquí y ahora y lo que llamamos el más allá. El más allá no es un lugar donde acabaremos después de la muerte, sino la reali-
Coordinación de Extensión entrega juguetes a Fundación Innocens y a Amigos del Niño con Cáncer Mañana 22 de diciembre
Prensa CCE Foto: Prensa CCE
La Coordinación de Extensión (CCE) de la Universidad de Zulia (LUZ) en vísperas de Navidad y cumpliendo con la responsabilidad social de la institución realizará este 22 de diciembre una importante donación de juguetes a las fundaciones Innocens y Amigos del Niño con Cáncer, del municipio Maracaibo. La profesora Carmen Montes Williams, a cargo de la Coordinación Central de Extensión de LUZ informó que gracias a las donaciones de los trabajadores de LUZ, se hará entrega de los juguetes a estas fundaciones que velan por el bienestar de los niños con cáncer y sida. También informó que el próximo año la Coordinación de Extensión de LUZ buscará traspasar fronteras y llevará su mano amiga a diferentes comunidades de la región y del occidente venezolano. Evento en la Guajira El pasado 11 de diciembre, la Coordinación Central de Extensión visitó por tercer año consecutivo la comunidad de
Alitasía, en el municipio Mara, con la finalidad de organizar actividades recreativas para la comunidad, así como la donación de juguetes y alimentos para los niños de la región. La titular de la CCE, expresó con mucha satisfacción que este evento denominado Una Sonrisa para los Niños y Niñas Wayúu logró sembrar con amor y alegría una transformación en esos pequeños desatendidos y en muchos casos en condiciones de pobreza extrema. De igual forma resaltó el apoyo y la colaboración institucional de la Dirección de Servicios Generales, la Dirección de Desarrollo y Servicios Estudiantiles (Didse), la Facultad Experimental de Ciencias (FEC), el Vicerrectorado Administrativo (VAD), la Dirección de Cultura (Grupo de Títeres Chímpete-Chámpata), así como también el respaldo de los estudiantes de la Universidad del Zulia, de la Universidad Experimental “Francisco de Miranda” y el Instituto Politécnico “Santiago Mariño”, junto con los patrocinantes: Fundacite-Zulia, BOD, Banco Central de Venezuela, Jospin, Lácteos Sur del lago, Pastelitos Monserrate, Polar y Pepsi.
En este cuarto domingo de Adviento, celebramos el nacimiento del Hijo de Dios.
dad de Dios, la plenitud de vida a la que todo ser humano, por decirlo así, tiende. A esta respuesta del hombre Dios ha respondido en Cristo con el don de la esperanza. Este 25 de diciembre de nuevo llega Jesús espléndido y con muchos regalos: salvación, paz, alegría, bienestar familiar y personal. En las postrimerías de este tiempo de Adviento sería bueno que cada creyente también se planteará un
reto: qué regalo le daré yo a mi Señor que está celebrando su nacimiento. A pocos días del 25 de diciembre invitamos a nuestros lectores a reflexionar y a decidir el mejor regalo que puedan hacerle como individuos, como familia, como ciudadanía, a nuestro Señor en esta importante fecha. La alegría, la paz y el amor de Cristo, que viene a salvarnos, esté con todos ustedes.
El pesebre: altar de estirpe santa Liliana Mata-Díaz/CNP 6090/Prensaluz Foto: Moraima Andrade/CNP 6552/Prensaluz
Entrega de juguetes por parte de la Coordinación Central de Extensión en Alitasía.
En el año 1223 San Francisco de Asís dio origen a los pesebres o nacimientos que actualmente conocemos, popularizando entre los laicos una costumbre que hasta ese momento era del clero. “El primero que hizo un nacimiento de Jesús en el siglo XII fue sin duda San Francisco de Asís. A partir de entonces la iglesia escenificó el nacimiento como un producto de la fe cristiana y de su devoción por el humilde pesebre donde nació el Salvador”, explicó el padre Laudi Zambrano, estudioso de la Biblia y mentor del Centro de Estudios Bíblicos Santo Tomás Moro. Gracias a la iniciativa de San Francisco la costumbre de construir los nacimientos o belenes se hizo popular. La experiencia del santo de Asís fue vivamente descrita por Juan de Greccio, quien por su amor a Cristo había abandonado la milicia. “Tres años antes de su muerte, se dispuso Francisco a celebrar, con la mayor solemnidad posible, la memoria del nacimiento del Niño Jesús, a fin de excitar la devoción de los fieles. Mas para que dicha celebración no pudiera ser tachada de extraña novedad, pidió antes licencia al sumo pontífice; y, habiéndola obtenido, hizo preparar un pesebre con el heno correspondiente y mandó traer al lugar un buey y un asno. Son convocados los hermanos, llega la gente, el bosque resuena de voces, y aquella noche bendita, esmaltada profusamente de claras luces y con sonoros conciertos de voces de alabanza, se convierte en esplendorosa y solemne”. Francisco celebró sobre el mismo pesebre la misa solemne y predicó después al pueblo allí presente sobre el nacimiento del Rey Pobre a quien llama Niño de Bethlehem.
I. Primera Lectura: Col 3, 12-17 Lectura de la carta a los Colosenses: Dios los ama a ustedes y los ha escogido para que pertenezcan a su pueblo. Vivan pues revestidos de verdadera compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia. Tengan paciencia unos con otros, y perdónense si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes. Sobre todo revístanse de amor, que es el perfecto lazo de unión. Y que la paz de Cristo dirija sus corazones, porque con este propósito los llamó Dios a formar un solo cuerpo. Y sean agradecidos. Que el mensaje de Cristo esté siempre en sus corazones. Instrúyanse y anímense unos a otros con toda sabiduría. Y todo lo que hagan o digan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre, por medio de Él. Palabra de Dios. Todos: Te alabamos, Señor.
Consagración de los hogares a la Sagrada Familia de Nazareth
Después de la lectura de la Oración del Pesebre se canta “Noche de Paz”, mientras el menor de la familia coloca al niño en el nacimiento.
misas de aguinaldo y los nacimientos vivientes en las escuelas. Hoy queremos obsequiarle a las familias zulianas una hermosa oración para ser rezada en familia, alrededor del pesebre en la Noche Buena. Oración del pesebre La Virgen da hoy a luz al Eterno. Y la tierra ofrece una gruta al Inaccesible. Los ángeles y los pastores le alaban, y los magos avanzan con la estrella. Porque Tú has nacido para nosotros, Niño pequeño, ¡Dios eterno! Sólo hoy será Navidad si en ti y en tu familia nace de María el Señor Jesús.
Una costumbre que mantiene su fervor Lamentablemente la agitada vida en las ciudades ha conspirado no sólo contra el pesebre, sino también con otras costumbres como las parrandas, las
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Todos santiguándose dicen: En el nombre del Padre, del Hijo y del
Publicación fundada por el rector Francisco Eugenio Bustamante en 1898 Deposito Legal pp. 76-1721
Dirección General de Comunicación (DGC)
Espíritu Santo. Amén.
Luego el padre de familia dice: Señor Dios, Padre nuestro, que tanto amaste al mundo que nos entregaste a tu Hijo único nacido de María la Virgen, dígnate bendecir este nacimiento y a la familia cristiana que está aquí presente, para que las imágenes de este Belén nos ayuden a profundizar en la fe. Te lo pedimos por Jesús, tu Hijo amado, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Asimismo podemos ofrecerle al Señor Jesús una prueba de fe concreta haciendo caridad con nuestros hermanos más pobres.
AUTORIDADES RECTORALES
DIRECCIÓN GENERAL DE COMUNICACIÓN
Rector JORGE PALENCIA PIÑA Vicerrectora Académica JUDITH AULAR DE DURÁN Vicerrectora Administrativa MARÍA GUADALUPE NÚÑEZ Secretaria encargada MARÍA JOSÉ FERRER
Margarita Sánchez Ferrer Coordinadora General María Rincón de González Magaly Ramos Lizyllén Fernández Miembros Departamento de Prensa prensaluz@gmail.com
Nueva sede rectoral de LUZ. Piso 10
Apartado 526
Coordinadora de Publicación LILIANA MATA-DÍAZ lmata@luz.edu.ve Jefa de Fotografía MORAIMA ANDRADE moandrade@luz.edu.ve
Maracaibo, estado Zulia (Venezuela)
II. Segunda Lectura: Lc 2, 15-19 Lectura del Santo Evangelio de San Lucas: El día del nacimiento de Jesús, los pastores que habían escuchado el mensaje del ángel comenzaron decirse unos a otros: –Vamos, pues, a Belén a ver esto que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado. Fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el establo. Cuando lo vieron se pusieron a contar lo que el ángel les había dicho acerca del niño, y todos los que lo oyeron se admiraban de lo
Corrección y edición CÉSAR EDUARDO PÉREZ cepvister@gmail.com
Redactores MARLY MUÑOZ B. mmunoz@luz.edu.ve NAYARITH GUTIÉRREZ nayarithmabel@hotmail.com
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que decían los pastores. María guardaba todo esto en su corazón, y lo tenía muy presente. Palabra de Dios. Todos: Te alabamos, Señor. III. Plegaria de consagración. Padre Celestial, que has preparado el hogar de José y María para la llegada de tu Hijo, Jesucristo, nosotros (decir los nombres de todos los miembros de la familia) queremos consagrar nuestra familia a la Sagrada Familia de Nazareth. Queremos que en nuestro hogar nos empeñemos en realizar el plan que has trazado para nuestras vidas. Danos la gracia de esforzarnos en practicar en nuestra vida diaria los valores y las virtudes que son necesarios para hacer que: - el amor venza nuestra tendencia al egoísmo; - la cooperación y la solidaridad venzan nuestra tendencia a competir entre nosotros.
Concédenos que nos esforcemos en ser responsables en el trabajo, en el estudio, en el cumplimiento de nuestros deberes como personas y como familia. Queremos que, según el ejemplo de Jesús, de María y de José, tengamos en cuenta lo que Tú quieres de nosotros, al tomar nuestras decisiones.
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Impresión y distribución: Diario La Verdad
¿Qué valores transmite la Sagrada Familia a los núcleos familiares de hoy? SEMANARIO DE LUZ u SÉPTIMA ÉPOCA u AÑO 6 / No. 345
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Por sus características, la familia de Jesús en su tiempo fue muy atípica. Se asemejaba más bien a una familia europea o norteamericana de hoy, con apenas un hijo. Su conformación no fue la más idónea y tuvo que eludir no pocos obstáculos. Primero, el líder de la familia, San José, ignoraba el prodigio de la concepción inmaculada de María por obra y gracia del Espíritu Santo. Ese hecho indiscutiblemente generó fricciones entre la pareja y la amenaza del repudio se mantuvo latente hasta la intervención del ángel enviado de Dios que evita la ruptura. “Sin embargo, desde su singularidad, son muchos los valores que transmite a la humanidad este grupo familiar. Tenemos el ejemplo de José y su madurez al aceptar esa situación extraordinaria generada por la inmaculada concepción de María. Y Ella, una adolescente de apenas 13 o 14 años, con un gran sentido de responsabilidad y compromiso, acepta esa colosal misión sólo guiada por la fe: hágase en mi según tu palabra. Aceptó su designio con la mayor sensatez”, explica el presbítero Ovidio Duarte, párroco de la Iglesia Padre Claret de Maracaibo. “Y Jesús, el Hijo de la Sagrada Familia también es ejemplo de humildad porque siendo el Mesías, siendo Dios, estuvo siempre sujeto y obediente a sus padres”. Todos esos valores insertos en la familia de Jesús es necesario traducirlos al tiempo moderno. “Esa comprensión y madurez de José para resolver un dilema tan grande en su vida como el embarazo de María contrasta hoy con la actitud de tantos padres de hoy que apelan a la violencia para resolver problemas cotidianos e irrelevantes. Resalta también la responsabilidad estoica con la cual la joven María asumió su maternidad extraordinaria y que es digna referencia para tantos adolescentes que asumen el embarazo de manera irresponsable. Otros valores fundamentales de la Sagrada Familia son la obediencia y el respeto de
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Jesús hacia sus padres, un ejemplo para los niños y jóvenes de hoy.
Familia en la buenas y malas No fue fácil para una familia tan paradójica, tan disímil como la de nuestro Señor Jesucristo superar momentos tan convulsos y sortear un sinnúmero de adversidades y de pruebas tan apremiantes como la huída a Egipto. Cada miembro de esta familia, de esta sagrada unión, cumplió un papel en su tiempo y esa trayectoria sigue proyectándose sobre una humanidad altamente tecnificada, dominada por el consumismo y el individualismo y desprovista de cualidades elementales como la solidaridad y la piedad por el ser. “¿No valdría la pena copiar conscientemente el modelo de la familia de Nazareth?, se auto interpela el presbítero Duarte. “En especial cuando la mayoría de los hogares copian modelos familiares distorsionados que difunden irresponsablemente las grandes cadenas de medios. Estos modelos, con muchísima frecuencia, son dañinos, porque conducen a rupturas de la convivencia”. Por supuesto imitar las virtudes del hogar de Nazareth en el contexto de hoy no significa recrear las condiciones de vida de los tiempos de Jesús. “Se trata de vivir hoy esos valores tan importantes en la relación familiar, como la honestidad, la compresión, la sinceridad, la madurez, la obediencia, la comunicación, el cariño, entre otros, que nunca se vuelven anticuados porque no envejecen”. Son valores tan necesarios hoy como en los tiempos de Cristo. “Consagrar nuestros hogares y familias a los valores que marcaron la existencia de Jesús, José y María significa moldear nuestras vidas con las virtudes precisas para levantar una familia verdaderamente cristiana”. Recomendamos a las familias a motivarse cada día y a prepararse espiritualmente mediante los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía. “Que destinen espacio para compartir en familia y tiempo de paz y recogimiento en la fe”.
En honor de la Bienaventurada Familia
Meditación extraída de la colección Una cita con Dios, Adviento y Navidad, por Pablo Cardona. La colección puede adquirirse en www.beityala.com.
Después que se marcharon, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y estate allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y huyó a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del Profeta: De Egipto llamé a mi hijo. “José, el líder de la familia, obedece los planes divinos sin rechistar, con una fidelidad exquisita y la Madre, María, cómo debió sufrir la noche de la huida a Egipto pues el Niño era muy pequeño y el viaje muy largo. Había que escoger –de entre los enseres familiares– sólo lo imprescindible. Además, estaban persiguiendo a Jesús... ¡Para matarlo! Pero no salió de tu boca ni una mueca de enfado, ni una palabra de rebeldía. Tu sonrisa calmada y el silencio de Jesús –que dormía plácidamente– llenaba aquel hogar de paz, de alegría, de luz, en medio de aquella oscura noche. Al pensar en los hogares cristianos, me gusta imaginarlos luminosos y alegres, como fue el de la Sagrada Familia. El mensaje de la Navidad resuena con toda fuerza: gloria a Dios en lo más alto de los cielos, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad . Que la paz de Cristo triunfe en vuestros corazones, escribe el apóstol . La paz de sabernos amados por nuestro Padre Dios, incorporados a Cristo, protegidos por la Virgen Santa María, amparados por San José. Esa es la gran luz que ilumina nuestras vidas y que, entre las dificultades y miserias personales, nos impulsa a proseguir adelante animosos. Cada hogar cristiano debería ser un remanso de serenidad, en el que, por encima de las pequeñas contradicciones
diarias, se percibiera un cariño hondo y sincero, una tranquilidad profunda, fruto de una fe real y vivida. El matrimonio no es, para un cristiano, una simple institución social, ni mucho menos un remedio para las debilidades humanas: es una auténtica vocación sobrenatural. Sacramento grande en Cristo y en la Iglesia, dice San Pablo, y, a la vez e inseparablemente, contrato que un hombre y una mujer hacen para siempre, porque –queramos o no– el matrimonio instituido por Jesucristo es indisoluble: signo sagrado que santifica, acción de Jesús, que invade el alma de los que se casan y los invita a seguirle, transformando toda la vida matrimonial en un andar divino en la tierra. Los casados están llamados a santificar su matrimonio y a santificarse en esa unión; cometerían por eso un grave error, si edificaran su conducta espiritual a espaldas y al margen de su hogar. La vida familiar, las relaciones conyugales, el cuidado y la educación de los hijos, el esfuerzo por sacar económicamente adelante a la familia y por asegurarla y mejorarla, el trato con las otras personas que constituyen la comunidad social, todo eso son situaciones humanas y corrientes que los esposos cristianos deben sobrenaturalizar. La fe y la esperanza se han de manifestar en el sosiego con que se enfocan los problemas, pequeños o grandes, que en todos los hogares ocurren, en la ilusión con que se persevera en el cumplimiento del propio deber. La caridad lo llenará así todo, y llevará a compartir las alegrías y los posibles sinsabores; a saber sonreír, olvidándose de las propias preocupaciones para atender a los demás; a escuchar al otro cónyuge o a los hijos, mostrándoles que de verdad se les quiere y comprende; a pasar por alto menudos roces sin importancia que el egoísmo podría convertir en montañas; a poner un gran amor en los pequeños servicios de que está compuesta la convivencia diaria”.
“La familia es nuestra primera escuela de fe” 4
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Presbítero Ovidio Duarte:
“La humanidad necesita fortalecer una nueva moral que nazca de los valores fundamentales del hogar: amor y respeto. Una moral sin represiones ni amenazas, que se refuerce en la escuela, en la universidad, en la iglesia y a través de los medios de comunicación social”, asegura el párroco de la iglesia Padre Claret de Maracaibo.
El Padre Ovidio Duarte, párroco de la Iglesia Padre Claret y un ardoroso impulsor de la pastoral familiar. Liliana Mata-Díaz/CNP 6552/Prensaluz Moraima Andrade/CNP 6552/Prensaluz Fotos: Moraima Andrade/CNP 6552/Prensaluz
Matrimonios cada vez más efímeros, paternidad y maternidad irresponsable, embarazo precoz, violencia doméstica, delincuencia juvenil, son algunas huellas de la gran crisis que afecta a la principal célula social: la familia. De hecho el modelo tradicional de familia, con un padre, madre e hijos, pasa actualmente por un proceso de desestructuración en el mundo occidental. Ahora son muchos los hogares con padres separados, con niños en continuo vaivén, sin la referencia paterna o materna en su domicilio cotidiano. Cómo inculcar en los jóvenes de hoy, provenientes en un alto porcentaje de esos hogares disfuncionales, con unos padres cada vez más ausentes del hogar, la sabiduría necesaria para establecer exitosamente los núcleos familiares del futuro y evitar que cometan los mismos errores que han vivido en el seno de sus hogares rotos. “Ese es tal vez uno de los mayores retos que tiene la iglesia y las instituciones fundamentales para sacar de la crisis al núcleo social más preciado e importante de la humanidad: la familia”, asegura el presbítero Ovidio Duarte, párroco de la Iglesia Padre Claret, enclavada en la calle 78 (Dr. Portillo) con avenida 3E, en Maracaibo. En esta parroquia se desarrolla actualmente un interesante programa de preparación al matrimonio
La familia es el núcleo más preciado del la humanidad.
que tiene como guías a parejas con una larga experiencia en el matrimonio, algunas con más de 20 años de casadas. “Este programa se estableció previamente en Bogotá y lo estamos impartiendo en Maracaibo a los jóvenes quienes además de recibir la enseñanza cristiana conocen de viva voz la experiencia invalorable de estas parejas”, explica el presbítero Ovidio Duarte. Esta especie de interacción con matrimonios experimentados les muestra a los más jóvenes cómo es posible alejar los riesgos del divorcio y la disolución al asumir una sexualidad más responsable y un mayor acercamiento de las parejas y familia a la orientación espiritual y enseñanzas cristianas, dándole un nuevo rumbo a sus noviazgos y matrimonios. “En nuestra parroquia ese programa ha dado excelentes resultados que pueden extenderse hacia otras comunidades organizadas. Los jóvenes, en esta suerte de laboratorio vivencial, aprenden la trascendencia de formar hogar y lo más importante de preservar la unión en el tiempo con calidad de vida en la relación de pareja”. En cada taller participan de 15 a 20 parejas que en principio, en especial los hombres, son reacios y muestran dudas pero al finalizar la experiencia quedan gratamente comprometidos a mejorar gracias a los consejos y vivencias que reciben en cada sesión. “Si pudiéramos multiplicar este tipo de actividad en todas la ciudad, en todo el país, con los jóvenes que desean formar sus familias o salvar
sus matrimonios creo que estaríamos haciendo una gran labor social porque la tasa de divorcios entre matrimonios jóvenes es alarmante”. Del 27 al 29 de octubre, la Parroquia Padre Claret, organizó el foro titulado ¡Familia feliz o te devolvemos el valor! “Contamos con ponentes de talla internacion como el presbítero Gilberto Gómez, quien vino desde Bogotá, de Caracas Manuel Barroso, el presbítero Alejandro Moreno, los licenciados Marisol Montiel Cristalino, José Gregorio Morales, Margarita Uzcátegui y los esposos Maxula y Héctor Rodríguez, profesores de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab). En el foro se analizaron y discutieron temas tan importantes como el ser padres en momentos de crisis, el ser y quehacer de la pastoral familiar y los factores que amenazan a la familia hoy. “Al final el día 29 se realizó un programa de televisión que se grabó con la periodista Idania Chirinos en donde quedó clara la necesidad que tiene la sociedad en general de emprender acciones ante el grave desgaste y desmejora de la institución familiar”. Familia: núcleo en riesgo social “En Maracaibo a las familias no se les ofrece ni sitios ni espacios para recuperarse, para emerger de sus crisis. Por eso desde nuestra parroquia quisimos abordar el tema familiar, sus principales problemas y los escenarios o alternativas de solución que pueden ofrecerse a las familias para su fortalecimiento y defensa ante los problemas y presiones del día a día que tanto erosionan a la unidad familiar”, asegura Duarte. La familia en los tiempos modernos ha sufrido quizá como ninguna otra institución la acometida de las transformaciones amplias, profundas y rápidas de la sociedad y de la cultura. “Tiene que haber más amor en la familia, menos castigo, menos presión y más amor. Dejar que los chicos y chicas se rían o lloren cuando tengan que hacerlo. Que expresen sus sentimientos sin cortapisas. También es preciso rescatar la comunicación con los hijos, hablar con ellos, aconsejarlos permanentemente, abrazarlos, besarlos”, recomienda el padre Duarte. “En Venezuela es difícil que un padre bese a sus hijos o que los hijos besen a su padre. Después que los chicos alcanzan cierta edad esos gestos de cariño se pierden por causa de modelos impuestos que objetan esas gestos de ternura” Pero el problema más grave es el distanciamiento que se establece entre padres e hijos al ser cada vez menos el tiempo de interacción entre ambos. “Los padres se han dejado imponer la presión de la rutina y no se dedica el tiempo suficiente para cultivar en los hijos valores tan básicos como el respeto, la soli-
La formación de valores en la familia empieza desde las enseñanazas que los padres transmiten a los hijos.
Con Jesús, María y José tenemos el mejor ejemplo de familia.
daridad familiar y el amor hacia los suyos y al resto de la comunidad”. “El problema es que no hay comunicación, no hay diálogo con los hijos. Hoy el principal interlocutor con los jóvenes es internet, el facebook, el teléfono celular, la televisión, la radio, el dvd, el ipod, es decir los adelantos tecnológicos dominan la rutina de los hijos y han desplazado la voz cantante del papá y de la mamá”.
Ruptura familiar El nivel de oportunidad o estatus social y educativo no necesariamente libra a las familias del menoscabo y la disolución. Inclusive una familia ciñéndose a una estructura esperada: padre, madre, hijos y también abuelos puede carecer de los valores que realmente denotan el verdadero sentido de la unidad y alianza familiar: convivencia, horarios comunes, empatía, afectividad,
solidaridad. En muchas familias lo único común es el techo bajo el que duermen. Esas son familias en crisis. “Lo que comienza como un noviazgo bellísimo se pierde con la rutina matrimonial y no se mantiene el respeto y el amor en la pareja que termina maltratándose. De allí a la ruptura hay un paso”. Otro factor que influye en el rompimiento y crisis familiar es la falta de una práctica religiosa constante. “Las parejas se alejan de Dios. Luego del matrimonio eclesiástico y de hacer votos de fidelidad ante el Señor, la pareja no regresa a la iglesia. Cada vez es más distanciada su visita al templo y su relación con Dios. Sólo vuelven como pareja para el bautizo del primer hijo y luego cuando el chico hace la primera comunión. De manera que es un contacto con Dios demasiado esporádico”.
Para el padre Duarte, los padres se han dejado imponer la presión de la rutina y descuidan los valores.
La gran crisis de la familia es que simultáneamente no hay un crecimiento en el amor de pareja y en la relación de ésta con Dios. “Ese deterioro tiene como principal consecuencia el rompimiento de la comunicación entre la pareja y por consiguiente entre los hijos. La familia entra en crisis, no hay diálogo y se sustituye en muchos casos las comunicaciones por la violencia y los insultos. Ese camino sólo conduce a la ruptura”. “Hay un televisor por cada habitación o por cada hijo. En nuestra época había un solo aparato en el centro de la sala y en su derredor se reunía la familia. Hoy por hoy, esta misma sociedad se ha encargado de disgregar o dispersar a la familia. Por ejemplo, hoy no podemos almorzar juntos porque todos los miembros del grupo familiar tienen horarios diferentes y difícilmente padres e hijos coinciden en las comidas. Entonces, ¿cómo bendicen los alimentos?, ¿cómo se bendice la mesa en ese hogar? Tampoco se han estimulado en los sitios de trabajos y empresas principios que estimulen a los padres a ser más responsables con sus hijos y a pasar más tiempo con ellos. “Prevalece la productividad de las organizaciones sobre el bienestar del trabajador y de su familia”. Tal vez en Venezuela por apatía política hemos permitido que los padres y las madres trabajadoras pierdan sus derechos y sean vistos en el seno de las organizaciones como poco productivos al tener compromisos familiares que cumplir. “Es importante que los movimientos sociales a favor de los padres,
El padre Duarte asegura que la formación de valores en el hogar es más importante que la de la escuela.
y mujeres”. En las escuelas se imparten muchos conocimientos en Matemática, Química, Lenguaje y otras asignaturas pero esas enseñanzas realmente no van a forjar directamente los alumnos como personas. “Hace falta más enseñanzas que se traduzcan en humanidad. La educación en Venezuela se ha quedado en lo técnico y necesita ahondar en la formación humanista pues la educación, tal como se viene advirtiendo desde el Concilio Vaticano II, se viene secularizando y poco a poco se va alejando de Dios, se va deshumanizando”.
de las madres, de las familias, se hagan sentir con mayor peso en las instancias de poder como la Asamblea Nacional”.
En el hogar se construye la nueva humanidad Para el padre Ovidio Duarte la humanidad ha venido transformándose con la influencia de una moral perniciosa, de miedo, impuesta por una sociedad altamente individualista y no colectiva. “Hay una moral del miedo que se opone a la moral de valores. Frente a una sociedad excesivamente egoísta se impone una moral de actitudes que no se ha profundizado y expresado en los jóvenes. Más bien se ha tratado de imponer un estilo de vida lleno de presiones por destacar en lo individual dejando por fuera valores fundamentales como el respeto a los demás y la solidaridad”. En la conformación de esa moral de valores, el padre Duarte considera que la formación en el hogar, en el seno familiar, tiene mayor peso que la que reciben los niños y jóvenes en las escuelas. “El grueso de la responsabilidad corresponde a las familias, a papá y mamá en la casa”. Realmente una familia es aquella que independientemente del nivel económico, social y de que sea sólo el padre o la madre la referencia, ofrezca una seguridad y un continuo afecto a sus hijos. Que les imparta valores, con una educación asertiva y un reparto justo de responsabilidades personales y familiares. Ya San Josémaría Escrivá, en su
La misión de la familia es hacer feliz a sus miembros, señala el presbítero Ovidio Duarte.
obra Es Cristo que Pasa, nos advertía la importancia de proteger, de preservar la unidad de la familia a través de su cuidado diario con esmero. “Santificar el hogar día a día, crear, con el cariño, un auténtico ambiente de familia: de eso se trata”. Para el padre Ovidio Duarte la familia es nuestra primera escuela de
fe y sobre sus bases se construye el futuro de la humanidad. “Allí nos inculcan los primeros valores que orientarán nuestra existencia. Allí aprendemos a ser honestos y responsables; a ser fieles y actuar con justicia, generosidad, paciencia y bondad”. Lamentablemente a esas cualidades se imponen los llamado antivalores que nos alejan de Dios. “La humanidad enfrenta su carga negativa y el efecto de factores contraproducentes como la desunión, el egoísmo, el hedonismo y del goce individual desenfrenado que desencadena problemas crónicos en el mundo como el mayor número de divorcios, alcoholismo y la drogadicción, factores que afectan primordialmente a la población más joven”. Asegura que en medio del deterioro social se impone el rescate de la familia como escuela de virtudes “y como fuente de bienestar y de tradiciones”. Para Duarte toda familia tiene como principal misión hacer feliz a sus miembros. “Ese es su plan principal y cada uno de sus integrantes debe esforzarse en lograrlo con amor y con virtudes como la generosidad, la lealtad y el respeto”. El hogar es la institución que provee una educación moral a los hijos. “Se cree que la única institución donde pueden recibir educación son las escuelas pero definitivamente es en el hogar donde se moldea la personalidad de hombres
Reencuentro con Dios Frente a la decadencia de la institución familiar no se puede asumir una actitud fatalista. “La enorme cantidad de matrimonios que se separan, el incremento de jóvenes que optan por vivir en pareja lejos de Dios, sin unirse en matrimonio y también el alto porcentaje de matrimonios que aunque siguen unidos han perdido su condición de casados, no puede hacernos pensar que la humanidad está indefectiblemente perdida”, asegura el padre Ovidio Duarte, párroco de la iglesia Padre Claret. “Nos hemos acostumbrado, últimamente, a escuchar hablar de la crisis de la familia como institución y frente a esa realidad la iglesia no puede ser indiferente sino activar una serie de programas y alternativas para llegar con éxito a las jóvenes parejas y reconciliar a las familias que se han distanciado de la palabra de Dios y de sus enseñanzas”. “Mientras se mantenga el amor que todo lo puede, como decía el apóstol Pablo y la fe en el Señor, la familia se fortalece. Sólo el amor y la fe dan sentido a la vida porque en definitiva la familia es una consecuencia del amor de un hombre y una mujer y a partir de esta circunstancia los seres humanos se integran para sentirse amados, protegidos, comprendidos y apoyados, dándose entonces las condiciones ideales para una vida digna y satisfactoria y un adecuado crecimiento e integración a la sociedad en concordancia con los principios de la cristiandad”. Lo triste, agrega el presbítero Duarte, es que la ruta signada por el materialismo y de espaldas al Señor sólo conduce a la insatisfacción y separa a hombres y mujeres de lograr lo más ansiado en la vida: la felicidad. “A las familias en crisis, a los matrimonios en ruptura, se abre el camino del reencuentro con el Señor. Es un camino de santidad que no falla y se apoya con la fuerza de la fe en Cristo”.
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Enseñanza de San José para la vida cristiana
Maracaibo, del 21 al 27 de diciembre 2008
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Santísima Virgen pudo aventajarlo. Toda su vida fue verdaderamente una vida de fe, un acto continuo de fe.
Fervor La prontitud de la voluntad en el servicio de Dios. San José, siervo bueno y fiel, siempre vivió y trabajó por hacer con perfección y diligencia la voluntad de Dios, aunque le ocasionara grandes sacrificios. Los que aman como San José están dispuestos a sacrificar todo cuanto el Señor les pida.
Amor al prójimo El amor con que amamos a Dios y el amor con que amamos al prójimo es un solo amor: son dos ramas de una misma raíz porque si al prójimo no le amamos por Dios y con Dios no le amamos con amor verdadero. El amor de San José a Dios es el mayor que se puede encontrar después de la Virgen María; su amor al prójimo, por tanto, es también el mayor después del de la Reina del Cielo.
Versión: Liliana Mata-Díaz/CNP 6090/Prensaluz (Tomado de la obra San José, un ejemplo para todo padre) Fotos: Moraima Andrade/CNP 6552/Prensaluz
La figura de San José, esposo de la Virgen María, puede pasar desapercibida en el texto de la Sagrada Escritura, sin embargo, su ejemplo constituye un paradigma claro de santidad para todos los cristianos. “José y su serena actuación se contrapone ante tanta violencia familiar de estos tiempos y contrasta con el machismo, esa rémora impuesta por una sociedad matricentral que levanta a sus hijos con la misma mentalidad machista de sus padres y abuelos”, advierte el padre Ovidio Duarte, párroco de la iglesia Padre Claret. Para el presbítero Duarte es propicio hacer un proceso de diagnóstico y de búsqueda de caminos más edificantes en la formación familiar. “La sociedad de hoy realmente necesita de un San José y de una Virgen María más concientes de su rol como padres. Hemos dejado por muchos siglos, por mucho tiempo que en la sociedad el hombre siga cumpliendo su rol de macho y que no sea un caballero sino más bien un factor de violencia doméstica”.
Meditación para la vida Imaginemos por un instante el sufrimiento de José ante la duda que lo atormentaba al ver a María, su amada esposa embarazada, sin poder comprender con la razón lo que había sucedido. Y sin embargo, aceptó la misión de padre adoptivo del Señor, sin protestar, misión que supo cumplir a cabalidad hasta el final de sus días. José, con su acatamiento generoso y valiente de la voluntad de Dios, es el modelo inagotable de todos los esposos y padres cristianos, al aceptar con discreción, paciencia y amor infinito su misión de esposo de María y padre adoptivo de Jesús, dándoles así el hogar digno que Él y Ella necesitaban. Señor Jesús, José tuvo que sufrir el tormento de las dudas, pero las enfrentó anteponiendo a sus naturales impulsos el respeto y la consideración que
Oración a San José
debía a la mujer buena que era su esposa. Y con paciencia, amor, generosidad y valentía asumió su paternidad a pesar de sus propios sufrimientos.
Oración San José ayúdanos a todos los padres de familia a asumir las dificultades, desprendimientos y sacrificios que conllevan nuestra misión de esposos y padres para unirlos a tu cruz redentora. Danos generosidad, responsabilidad, prudencia y perseverancia, para nunca claudicar en nuestra misión de esposos y padres, a pesar de las angustias, responsabilidades, dudas y desvelos que nuestra familia pueda ocasionarnos. Pero especialmente te pedimos que nos ayudes a aceptar, tal como San José, con valentía, la voluntad de nuestro Padre celestial. Amén.
provocó el llanto de Jesús, con cuánta mayor razón lloraría Jesús ante la tumba del varón bueno y justo que lo acompañó por varios años y estuvo dispuesto a enormes sacrificios para protegerle su vida.
Virtudes de San José Fe Es una virtud sobrenatural que nos inclina a creer todo lo que Dios ha revelado y la Iglesia nos propone. Es la virtud sobre la que se apoyan todas las demás virtudes, pues sin ella no participamos de la vida de la gracia. San José creyó con una fe tan viva que sólo la
Prudencia Es la virtud que dirige todas las cosas a buen fin. Ninguna virtud obra sin que ella le ordene el modo y el tiempo en que debe hacerlo. La prudencia sirvió de guía a san José para llevar a cabo felizmente la misión del Señor de ser custodio de Jesús y esposo de María, a pesar de los grandes trabajos y contradicciones que halló a su paso. Fortaleza Es una firmeza de ánimo, una presencia de espíritu, contra todos los males y contrariedades. La vida de San José, después de la de Jesús y María, fue la que mayores contradicciones experimentó; debía ser también varón fuerte. Belén, Nazaret, Egipto, demostraron el
Pureza San José fue custodio de Cristo Jesús, y verdadero esposo de la más pura criatura, María Madre de Dios. San José apareció a los ojos de Dios adornado con tanta pureza que el Señor le confió sus más grandes tesoros.
Pobreza Bienaventurados son los pobres de Cristo, que viven desprendidos de los bienes de este mundo y dan a sus hermanos aún de lo preciso. San José tenía ante sí el ejemplo de María y el ejemplo de Jesús, hijo de Dios, que para predicar el desprendimiento y amor a la pobreza se hizo pobre, teniendo por cuna un pesebre en su nacimiento. Vivió pobre San José y dio de su pobreza a los más necesitados.
Paciencia Es esta una virtud que nos hace sobrellevar con alegría y paz todos los males de la vida por amor de Dios. Es necesaria la paciencia para alcanzar el cielo; y no hay virtud de más frecuente ejercicio desde que existe el pecado. En la vida de San José hubo muchas penas pero él padeció con paz, con alegría y completamente resignado a la voluntad de Dios. Conformidad con la voluntad de Dios Todos tenemos absoluta necesidad de esta santa virtud, pues con ella nuestra vida se hace un cielo y sin ella se vuelve un infierno. San José, modelo acabado de todas las virtudes, lo es especialmente de la conformidad con la voluntad de Dios. Toda su vida sembrada de alegrías y de penas, es escogido por Dios Padre para que hiciese sus veces en la Sagrada Familia, asociado a la suerte de Jesús y de María, practicó constantemente esta virtud.
Juan Pablo II y San José El domingo 17 de marzo de 2002, durante el Angelus en la Ciudad del Vaticano, el pontífice Juan Pablo II destacó la extremada discreción de San José, esposo de la Virgen María, y patrón de la Iglesia universal. “Siempre estuvo a la escucha del Señor, tratando de comprender su voluntad, para obedecerla con todo el corazón y con todas sus fuerzas. Por este motivo, el evangelio lo define como hombre justo (Mateo 1, 19). El justo, de hecho, es una persona que reza, vive de fe, y trata de hacer el bien en toda circunstancia concreta de la vida”. “La fe, alimentada por la oración: este es el tesoro más precioso que nos transmite san José. En su senda se han puesto generaciones de padres que, con el ejemplo de una vida sencilla y laboriosa, han impreso en el espíritu de sus hijos el valor inestimable de la fe, sin el cual cualquier otro bien corre el riesgo de ser vano. Ya desde ahora quiero asegurar una oración especial a todos los papás, en su día: pido a Dios que sean hombres de robusta vida interior para cumplir de manera ejemplar su misión en la familia y en la sociedad”, finalizaba el Papa Juan Pablo II, recordado como El Peregrino.
Muerte de José Jesús fue aprendiz de José y, después de él, fue artesano en Nazaret. José murió seguramente antes de que Jesús iniciara su vida pública. De hecho los evangelistas no vuelven a mencionarlo. De María el texto dice que “guardaba fielmente en su corazón todos esos recuerdos”. Lo que parece indicar que Ella ya se encontraba sola con Jesús. Es razonable pensar que, al llegar el momento de su muerte, José contaba con la presencia amorosa de su Hijo y de su Esposa. Hay muchas formas de morir, pero ésta es sin duda la más envidiable. Por esa razón la tradición cristiana ha consagrado a José como el Patrono de la buena muerte. Meditemos en la profunda tristeza que experimentó María al despedirse de su esposo, el varón justo y prudente que estuvo a su lado en sus momentos más difíciles y le dio todo su apoyo y su amor para poder cumplir la misión que Dios Padre le señaló: dar a luz al Hijo de Dios y velar por Él durante su infancia y juventud. Y al mismo tiempo pensemos en la tristeza de Jesús al haber perdido a su padre, quien aunque no le dio la vida biológica, sí le dio vida con su amor y entrega de jefe de hogar y padre responsable. Si la muerte de Lázaro el amigo
Patrón de la Iglesia, jefe de la Sagrada Familia, te elijo por padre y protector en todo peligro y en toda necesidad. Descubre a mi alma la pureza de tu corazón, tu santidad para que la imite y tu amor para agradecerte y corresponderte. Enséñame a orar, tu que eres maestro de oración y alcánzame de Jesús por María la gracia de vivir y morir santamente. Amén.
heroísmo de la fortaleza del Santo, que sufrió con constancia todos los dolores y trabajos de su vida.
En honor de San José Adoración a San José Dios te salve José, lleno de la gracia divina, bendito seas entre todos los hombres y bendito es Jesús, el fruto de tu virginal esposa. San José, destinado a ser padre del hijo de Dios, ruega por nosotros en nuestras necesidades; dígnate socorrernos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. Salve, José, hombre justo, esposo de María y padre virginal de Jesús. Tú eres bendito entre los hombres, y bendito es el Hijo de Dios que a ti fue confiado. San José, padre de la gran familia de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
San José que estás en Belén, enséñanos cómo estar sin molestar; cómo avanzar sin pisotear; cómo colaborar sin imponer; cómo amar sin reclamar; cómo luchar frente a tanta desesperanza. Dinos, José que estás en Belén, cómo se vive siendo la “sombra del Padre”; cómo se hacen cosas fenomenales desde un segundo puesto; cómo se sirve sin mirar a quien; cómo se sueña
sin más tarde dudar; cómo morir a nosotros mismos; cómo cerrar los ojos, igual que vos, en los brazos de María. Explícanos, José que estás en Belén, cómo se es grande sin exhibirse, cómo se triunfa sin aplausos, cómo se progresa sin publicidad, cómo se alcanza la gloria desde el silencio. Vos, que estás en Belén, buen José, ¡enséñanos a adorar! Amén.
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modelo extraordinario de fe, caridad y unión con Cristo
Los Dogmas de María
La fe católica nos propone cuatro dogmas acerca de la Virgen María:
Maternidad Divina: La Iglesia confiesa que María es verdaderamente la Madre de Dios. Este dogma fue proclamado desde el siglo V, en el Concilio de Éfeso. María es aclamada bajo el impulso del Espíritu Santo como “la madre de mi Señor”, desde antes del nacimiento de su Hijo (Cf. Lc 1,43). Es Madre de Dios por haber engendrado por obra del Espíritu Santo y dado a luz a Jesucristo. No en cuanto a su naturaleza divina, sino por su naturaleza humana, asumió en la Encarnación.
Inmaculada Concepción: La Iglesia reconoce que María, llena de Gracia por Dios, fue preservada sin mancha de pecado original desde su concepción, por una singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente, y por estar predestinada a ser la Madre de Dios. Esto es lo que confiesa el dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado en 1854 por el Papa Pio IX. Aunque sus advocaciones son múltiple, la Virgen María es una sola.
eminente y del todo singular de la Iglesia, incluso constituye la figura de la Iglesia”. (Cf. LG 53. 63).
Versión Liliana Mata-Díaz/CNP 6090/Prensaluz (Tomado de la obra Madre de Dios y Madre nuestra ¿Por qué?) Fotos: Moraima Andrade/CNP 6552/Prensaluz
Los católicos sentimos un especial cariño y veneración por la Virgen María. Es muy importante conocer el motivo del Culto a María, para realizarlo de manera consciente y madura y poder dar testimonio con él de nuestra fe en Cristo y del deseo de imitar las virtudes vividas por nuestra Madre del cielo. En el mes de diciembre la Iglesia celebra dos grandes fiestas dedicadas a la Virgen María: La Inmaculada Concepción, el día 8 y la Virgen de Guadalupe, el día 12. La primera, de la Inmaculada Concepción, es una fiesta que se originó con el hecho de la aceptación del Dogma del mismo nombre. “La Virgen asumió su Inmaculada Concepción como lo que fue: una bendición y no como una carga. En los tiempos en que vivió la Virgen uno de los aspectos más tristes y más dolorosos para una mujer era el no poder concebir un hijo. Las viudas y los huérfanos no contaban para nada en la sociedad judía de entonces, eran poco menos que unos parias, al igual que las estériles que eran relegadas y rechazadas. En contraste, la concepción era digna de admiración y regocijo por ser una bendición de Dios. Tener un hijo significaba que Dios había posado sus ojos en esa mujer. El embarazo, desde el punto de vista social, era admirado, aceptado y celebrado”, explica el padre Ovidio Duarte, párroco de la iglesia Padre Claret. La única razón de rechazo del embarazo era que el mismo se consumara fuera del matrimonio y ese fue el caso específico de María. “Sin embargo, José actuó muy responsablemente y con un gran sentido de trascendencia. Él vio mucho más allá de su tiempo y la intervención divina lo hizo aceptar el significado de esa concepción y la llegada del Mesías prometido”. La fiesta del 12 de diciembre (La Virgen de Guadalupe) merece de parte de los católicos latinoamericanos un lugar especial. María ha escogido sólo tres lugares en el mundo para manifestarse físicamente y uno de ellos es México. El culto a María Es el amor que sentimos por la Virgen María. Este amor, nace de la admiración que le tenemos por ser “la llena de gracia”; este título fue dado a María en la “Anunciación”, Evangelio de San Lucas, Capítulo 1, vers. 26-38. Su vida de obediencia, de fe y de fidelidad nos impulsa a desear imitarla, también nos anima, pues siendo ella humana, logró la meta que todos perseguimos: por Jesucristo, con el Espíritu Santo, volver a la casa del Padre Celestial. En la Sagrada Escritura, San Lucas pone en palabras de la misma María, Madre de Jesús, el anuncio de la forma en que los hombres la veríamos: “Celebra todo mi ser la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en el Dios que me salva porque quiso
Advocaciones María se representa de diferentes formas, con imágenes y vestidos distintos y con nombres también muy variados. A estas representaciones se les llama advocaciones o dedicaciones por los diferentes atributos que tiene María y por los lugares en donde han tenido lugar sus apariciones, o en donde se la venera. María, la Inmaculada, la Madre de Dios, es una sola: la Virgen María. No hay que confundirse pensando que se trata de varias personas, aunque la llamemos, María de Guadalupe, Fátima, Virgen del Carmen, Auxiliadora, del Rosario, Lourdes, etcétera. Ninguna advocación es “más milagrosa” que otra, ni puede interceder de mejor manera por nosotros. Nuestra devoción es hacia la única Virgen María que cuida e intercede por sus hijos con su amor de Madre y espera de nosotros que seamos fieles seguidores de su Hijo, Jesucristo.
mirar la condición humilde de su esclava, en adelante, pues, todas las generaciones me llamarán bienaventurada” (Lc. 1,4648). Vemos en este texto que se anuncia cómo en adelante la figura de María, sería importante para “todas las generaciones”. Es el motivo por el que los cristianos le rendimos un culto especial que se llama de Veneración. El cuidado y protección de María se ha hecho sentir en la Iglesia desde sus comienzos, cuando el día de Pentecostés, ella se encontraba en medio de los apóstoles temerosos, rezando con ellos y animándolos en espera del Espíritu Santo. Desde entonces los hombres se sienten queridos y protegidos por una Madre amorosa que intercede por nosotros ante Dios y que nos guía con su ejemplo de vida para seguir a Jesucristo su Hijo hasta nuestro destino eterno.
Veneración de la Virgen Desde los tiempos más antiguos se venera a la Santísima Virgen con el título de “Madre de Dios” y “Madre de la Iglesia”, bajo cuya protección se acogen los fieles en todos sus peligros y necesidades. María, con cualquiera de los nombres o advocaciones que le llamemos, es la misma Virgen María, Madre de Dios y Madre Nuestra. El culto que se dedica a María se llama de veneración y es total y esencialmente diferente al culto de adoración que se da a
Jesús, al Padre y al Espíritu Santo. La piedad popular y las diferentes fiestas litúrgicas dedicadas a la Madre de Dios han de favorecer la fe y la adoración que debemos a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Los cristianos creemos que ella además intercede por nosotros como lo hizo en las “Bodas de Caná” (Jn. 2, 1-12). Ante nuestras necesidades María pide ayuda a Jesús en nuestro nombre, pero sobre todo nos invita, como lo hizo entonces: “Hagan lo que él les mande”. María, con su ejemplo, nos impulsa a seguir a Jesús, a obedecer la voluntad del Padre y a ser dóciles a la acción del Espíritu Santo.
Modelo de fe Al anuncio de que ella dará a luz al “Hijo del Altísimo” sin conocer varón, por la virtud del Espíritu Santo, María respondió por la obediencia de la fe (Rm. 1,5). Segura de que nada hay imposible para Dios dice: “He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra” (Lc. 1, 37-38). María aceptó la voluntad divina de Salvación, sin que ningún pecado se lo impidiera, se entregó a sí misma por entero a la persona y obra de su Hijo, para servir por la gracia de Dios al misterio de la Redención. (Cf. Concilio Vaticano II, LG 56). Por su total adhesión a la voluntad del Padre, a la obra redentora de su Hijo, a toda moción del Espíritu Santo, la Virgen María es para la Iglesia el modelo de la fe y de la caridad. Por eso es “miembro muy
Apariciones La Virgen María se ha hecho visible en algunas ocasiones por personas de distintos lugares, sin embargo, no todas sus representaciones se deben a una aparición. Hay imágenes de María que han surgido de la imaginación de alguien que le tiene especial devoción; otras se atribuyen a sueños o visiones de hombres santos que desean compartir con los demás su admiración por la Virgen; hay pinturas y esculturas de artistas famosos que representan a María, ya sea como Madre, ya como discípula fiel de Jesús, o como Hija del Padre en actitud de oración, o resaltando cualquiera de sus virtudes. Todas las representaciones de María son hermosas; sin embargo, hay tres imágenes de las que se puede asegurar que son producto de una visión real de alguien elegido por ella para darse a conocer físicamente: son las imágenes de las tres veces que María se ha aparecido, de manera comprobada, a lo largo de la historia de la Iglesia. Hasta ahora la Iglesia reconoce oficialmente tres apariciones de la Virgen María: La Virgen de Guadalupe, en México, en diciembre de 1531 a Juan Diego. La Virgen de Lourdes, en Francia, entre febrero y julio de 1858 a Bernardette Soubirous. La Virgen de Fátima, en Portugal, entre mayo y octubre de 1917 a Lucía, Francisco y Jacinta. En las tres apariciones la Virgen María habla del amor que como Madre tiene a todos los hombres y sobre todo recomienda que confiemos en Dios Padre y que seamos fieles a las enseñanzas de Jesucristo. Pide la conversión y la oración constante y muestra su gran preocupación por la salvación de todos los hombres. Como vemos, la principal preocupación de María es interceder por los hombres y lograr de nosotros aquella invitación que hizo en las bodas de Caná: “Hagan lo que Él les mande” (Jn. 2, 5).
La Asunción de María: La Virgen Inmaculada, preservada libre de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, “fue llevada a la gloria del cielo y elevada al trono por el Señor como Reina del universo”. (Cf. LG 59). Este dogma fue proclamado por el Papa Pío XII en 1950. La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos. La Perpetua Virginidad: Otro dogma acerca de María es que Ella es siempre virgen. La Iglesia ha confesado esta verdad desde las primeras formulaciones de fe: “Jesús fue concebido en el seno de la Virgen María únicamente por el poder del Espíritu Santo”, afirmando también el aspecto corporal de este suceso, “Jesús fue concebido sin elemento humano, por obra del Espíritu Santo” (Concilio de Letrán, año 649).
Oración a la Inmaculada Virgen María
Santísima Virgen, yo creo y confieso vuestra Santa e Inmaculada Concepción pura y sin mancha. ¡Oh Purísima Virgen!, por vuestra pureza virginal, vuestra Inmaculada Concepción y vuestra gloriosa cualidad de Madre de Dios, alcanzadme de vuestro amado Hijo la humildad, la caridad, una gran pureza de corazón, de cuerpo y de espíritu, una santa perseverancia en el bien, el don de oración, una buena vida y una santa muerte. Amén
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Jesús de Nazaret,
Maracaibo, del 14 al 20 de diciembre de 2008
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Versión Liliana Mata-Díaz/CNP 6090/Prensaluz (Tomado y adaptado del libro Las crisis de Cristo, G. Campbell Morgan, Ediciones Hebrón - Desarrollo Cristiano) Fotos: Moraima Andrade/CNP 6090/Prensaluz
En consonancia con la luminosidad de su ser, Jesús de Nazaret reúne tantos títulos como lo admite la trascendencia de su existencia: es el Hijo del Hombre, Cristo, El Mesías, el Niño Dios de Belén, el Redentor, el Divino Niño. Su divina concepción abre el camino a la existencia más singular y gloriosa de la humanidad: la vida y obra redentora de Cristo. El influjo sobrenatural del Espíritu Santo se extendió al nacimiento de Jesucristo preservando la virginidad de María y derramándose sobre el mundo. “En el sexto mes fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de nombre José, de la Casa de David; el nombre de la virgen era María. Y presentándose a Ella, le dijo: Salve, llena de gracia, el Señor es contigo. Ella se turbó al oír estas palabras y discurría qué podría significar aquella salutación. El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado la gracia ante Dios, y concebirás en tu seno y darás a luz a un hijo, al que pondrás de nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y le dará Dios el trono de David, su padre, y reinará en la casa de Jacob por los siglos...” (L 1-26,33) En verdad, los cristianos nunca vamos a conocer el día y el mes exacto del nacimiento del Mesías pero cada 25 de diciembre, fecha litúrgica mas no histórica, recordaremos que encarnó entre nosotros para establecer una nueva alianza: todos podemos salvarnos. “Jesús nació en Belén de Judá y no sabemos ni el día, ni el mes sino aproximadamente el año de su nacimiento. Es una confirmación histórica que Herodes El Grande murió el 4 AC –entre los meses de marzo y abril–. Mateo en su evangelio dice que Herodes persiguió a los niños de dos años para abajo lo que no podría indicar que Jesús tendría máximo unos dos años de edad y eso nos remontaría su nacimiento al año VI AC”, explica el padre Laudi Zambrano, estudioso de las escrituras bíblicas. Los especialistas fijan el nacimiento de Jesús entre el año VI y el año VII antes de nuestra era. De manera que Jesús no murió de 33 años como lo afirma la Iglesia tradicional sino más bien cuando murió tendría entre 36 a 37 años. Las fiestas del nacimiento de Jesús van a generar un período litúrgico muy especial y los cristianos católicos comenzamos el año litúrgico con el tiempo de Adviento, es decir los cuatro domingos antes del 25 de diciembre en los cuales los cristianos nos preparamos para celebrar la Navidad y alimentamos la fe con textos bíblicos que anuncian la venida del Mesías: los textos proféticos del antiguo testamento. Según el evangelio de Mateo, Jesús de Nazaret es pariente de la Casa Real de David a través de José. El evangelista hace un salto con la genealogía de José:.....”Y Jacobo engendró a José, el esposo de María de la que nació Jesús llamado Cristo”. El padre Laudi Zambrano, del Centro de Estudios Bíblicos Santo Tomás Moro, explica cómo en José se rompe la genealogía para indicar la relación matrimonial entre José y María haciendo hincapié en la maternidad de María y no en la paternidad de José, defendiendo de esta manera el misterio de la encarnación: Jesús no es hijo de hombre sino de Dios. “Así pues según el profeta Miqueas, en el capítulo V, verso primero, El Mesías tendría que nacer en Belén de Judá, en el sur de Palestina, a diez kilómetros de Jerusalén porque David había nacido en Belén. Si Jesús es de la Casa de David tenía que nacer en Belén”.
la existencia más luminosa y trascendental del universo
Concepción virginal No puede haber duda respecto a la enseñanza de la Iglesia ni respecto a la existencia de una primitiva tradición cristiana que mantiene la virginidad perpetua de Nuestra Señora y consiguientemente el nacimiento virginal de Jesucristo. El misterio de la concepción virginal es además enseñado por el tercer Evangelio y confirmado por el primero. Según San Lucas (1, 34-35), “María respondió al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón? El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios”. La relación (sexual) con el hombre se excluyó en la concepción de Nuestro Señor. Según San Mateo, a San José, cuando estaba perplejo por el embarazo de María, le dijo el ángel: “No temas tomar contigo a María tu esposa, porque lo concebido en ella viene del Espíritu Santo” (1, 20). Por eso al dar gracias a Dios que nos ha dado a su Hijo, debemos dar gracias también a la Virgen María y a San José. Con su “Sí”, tanto el de María, como el asentimiento, obediencia confianza y humildad de José dan una gran lección al mundo porque abren no sólo sus oídos a la palabra del Señor sino que sus corazones están dispuestos a escuchar y obedecer sin titubeos la palabra del Altísimo y convertirse en humildes instrumentos de su inmensa gracia.
Cristo, de niño a hombre Cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, el cual le había sido puesto por el ángel antes de que fuese concebido (Lc. 2,21). En exacto cumplimiento de las demandas de la ley hebrea, Jesús fue circuncidado a los ocho días de edad. De este mo-
Viacrucis de la Sagrada Familia Pastoral Familiar de Bogotá. Texto preparado por Claudia Naranjo de Duque y revisado por el Pbro. Gilberto Gómez
Para Jesús, el camino de la cruz comenzó antes de que Él naciera. La sombra de la cruz se proyectó sobre su vida durante todos los días de su paso por la tierra. Jesús, Hijo de Dios hecho hombre, había venido a redimir a los seres humanos y para eso quiso revestirse de nuestra carne mortal, para habitar entre nosotros y poder así compartir con nosotros nuestras miserias y sufrimientos. Vivamos este viacrucis como familia y en familia. Por la señal de la Santa Cruz .. Acto de contrición... Jesús mi Señor y mi Redentor.... 1ª Estación: La duda atormenta a José. V/ (Padre o Madre de familia) Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R/ (Todos contestan) Pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
“El nacimiento de Jesús fue así: Su madre, María, estaba comprometida con José. Pero, antes de que vivieran juntos, quedó esperando
por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, era un hombre correcto, y no queriendo desacreditarla, pensó firmarle privadamente un acta de divorcio. Estaba pensando en esto, cuando el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, descendiente de David, no temas llevar a tu casa a María, tu esposa, porque la criatura que espera es obra del Espíritu Santo. Y dará a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Palabra de Dios Padre Nuestro.... Dios te salve María.... Gloria al Padre.... 2ª Estación: No encontraron alojamiento en Belén. V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R/ Pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo
“En esos días, el emperador dictó una ley que ordenaba hacer un censo en todo el imperio. Este primer censo se hizo cuando Quirino era gobernador de Siria. Todos iban a inscribirse a sus respectivas ciudades. También José, como era descendiente de David, salió de la ciudad de Nazaret de Galilea y subió a Judea, a la ciu-
dad de David, llamada Belén, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. Cuando estaban en Belén, le llegó el día en que debía tener su hijo. Y dio a luz a su primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en una pesebrera, porque no habían hallado lugar en la posada.” Palabra de Dios Padre Nuestro.... Dios te salve, María... Gloria al Padre...
3ª Estación: El bebé Jesús es condenado a muerte por Herodes y parte al exilio. V/ Te adoramos oh Cristo, y te bendecimos. R/ Pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
“Después que partieron los magos, el Ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: -Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise; porque Herodes buscará al niño para matarlo. José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre y se retiró a Egipto. Permaneció allí hasta la muerte de Herodes. De este modo se cumplió lo que había dicho el Señór por boca del profeta: “Yo llamé de Egipto a mi hijo.”
do, quedó incorporado exteriormente a su relación con el pacto que Dios tenía con Israel. El segundo hecho corresponde a su presentación en el templo y dedicación como primogénito de su madre al propósito y servicio de Dios. El tercer hecho registra la huida a Egipto; y el cuarto, el regreso a su propia tierra y pueblo. «Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor» (Lc 2.22). «Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate, y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo» (Mt 2.13–15). «Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del niño. Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel. Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá; pero avisado por revelación en sueños, se fue a la región de Galilea, y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno» (Mt 2.19–23). En el libro, Las crisis de Cristo, de G. Campbell Morgan, se reconocen elementos claves en la historia de la infancia de Jesús. “El primero es la identificación de Jesús con el pueblo de Dios bajo el pacto, y esto se puede apreciar por medio del símbolo de separación y pureza. El segundo hecho es su dedicación a una obra especial y específica, la cual se percibe a través de su presentación en el templo. El tercer acontecimiento es el traslado a Egipto como parte de un programa divino para proteger a Aquel que Dios había separado para sí mismo. Y el cuarto hecho es el regreso a Nazaret para experimentar esa vida humana que progresaría de la inocencia hasta la santidad. Este sería el lugar de la probación normal que acontece al hombre y que era necesaria para su desarrollo”. Con respecto a la niñez de Jesús, todos los hechos registrados se encuentran en el Evangelio según Lucas: «Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él» (Lc. 2, 40). Finalmente el bautismo del Hijo de Dios simbolizó la transición de su vida privada a la pública para así continuar con el plan divino de la redención. En el bautismo, Jesús se entregó a sí mismo como sacrificio y ofrenda. Los cielos abiertos, la paloma que descendió y la voz viviente, cada símbolo y su propio significado, se unieron para declarar la perfección de Aquél que se sometió a la fase más importante en el propósito de Dios: la redención por sacrificio.
Entre tanto Herodes, al ver que los Magos lo habían engañado, se enojó muchísimo y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y sus alrededores, de acuerdo con los datos que le habían proporcionado los Magos”. Palabra de Dios Padre Nuestro.... Dios te salve, María... Gloria al Padre...
4ª Estación: María y José sufren por la pérdida de Jesús. V/ Te adoramos oh Cristo, y te bendecimos R/ Pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua y cuando cumplió 12 años fue también con ellos para cumplir con este precepto. Al terminar los días de la Fiesta, mientras ellos regresaban, el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo notaran. Creyendo que se hallaba en el grupo de los que partían, caminaron todo un día, y después se pusieron a buscarlo entre todos sus parientes y conocidos. Pero como no lo hallaron, prosiguiendo su búsqueda, volvieron a Jerusalén.
Después de tres días lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas. Al encontrarlo, se emocionaron mucho y su madre le dijo: “ Hijo, ¿por qué te has portado así? Tu padre y yo te buscábamos muy preocupados.” El les contestó: “¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que tengo que estar donde mi Padre?” . Palabra de Dios. Padre Nuestro.... Dios te salve, María... Gloria al Padre...
5ª Estación: María y Jesús sufren por la muerte de José. V/ Te adoramos oh Cristo, y te bendecimos. R/ Pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo Volvió con ellos a Nazaret, donde vivió obedeciéndoles. Su madre guardaba fielmente en su corazón todos estos recuerdos. Mientras tanto, Jesús crecía y se iba haciendo hombre hecho y derecho, tanto para Dios como para los hombres. Palabra de Dios