A cordura privada, locura pĂşblica.
(pocas carreteras, varios viajes)
Yo muchas veces viajĂŠ, sin moverme de mi cama.
Desde que recuerdo, mi máquina de viajes ha sido la misma: un volkswagen del 68, de esos que nunca conocieron el aire acondicionado, ni la puerta del maletero. La máquina no será moderna, pero es infalible: médanos, lagunas, derrumbes, rebaños inesperados, caminos sin asfaltar; ha sorteado de todo. Antes el capitán era mi papá, luego de su muerte, le tocó a mi mamá ascender de puesto,
Acá pensé poner “la ciudad, recorrerla también es un viaje”, pero como en la relectura se me hacía muy cursi, preferí no darles esa información y no colocar nada.
La carretera: es el otro personaje. Carreteras oscurĂsimas, carreteras empinadas, carreteras bloqueadas, repletas de chicharras que meten miedo de noche. Yo, yo siempre voy junto a la ventana.