PAQUITO, EL SUPER MOSQUITO
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PAQUITO, EL SUPER MOSQUITO
Paco era un mosquito muy inquieto. Le gustaba volar de aquí para allá y tomar el sol en los tejados de las casas. Desde lo alto miraba las nubes y soñaba con ser un gran avión. Pero sin duda, lo que más le apasionaba era comer. No había ni un día que no picara un apetitoso dedo, de esos que llevan las uñas pintadas o anillos de colores. -¡Cuanto más brillante sea el dedo mejor!-decía Paco.
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Un día, decidió empezar con su comilona diaria. Vio a una niña que tenía un dedo con un anillo amarillo, muy amarillo. A toda velocidad, Paco voló
hasta la mano y pinchó el dedo. De repente, sintió un fuerte dolor en su puntiaguda boca.
¡CRACKKK! -¡Ayyy! ¡Qué dolor!- gritó Paquito con el hocico arrugado. Se dio cuenta de que en vez de pinchar al dedo, picó al anillo. Estaba duro como una piedra y sabía
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a rayos. No se lo podía creer, su puntería siempre era perfecta, pero ahora había fallado. Paco se fue de esa mano malhumorado. Cuando llegó a su casa, su madre le preguntó: -Paquito, ¿qué te ha pasado en el hocico? Parece que un camión te lo hubiera aplastado.- le dijo su madre preocupada. -Es que he apuntado mal, y en vez de picar un dedo he picado el anillo que llevaba- le contestó. La mamá de Paco se quedó pensando un rato. Siguió preguntándole: -¿Tú ves bien, Paco?-le dijo. -Sí- respondió. Pero su madre parecía no estar muy segura. Pensó que quizás necesitaba gafas, así que lo llevó al médico para asegurase. Cuando Paco y su madre llegaron a la consulta se sentaron hasta que el
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doctor les atendiese. En la sala de espera había muchos mosquitos, unos con escayola, otros con tos y pañuelos llenos de mocos e incluso mosquitos con gripe. No tardaron mucho en ver al médico. Tenía una bata blanca y unas gafas grandes. Sentó a Paco y lo colocó en frente de un póster lleno de letras y dibujos. Unas eran de color negro y otras de muchos colores. -A ver, Paquito, dime qué letra es esta.- le dijo el doctor señalándola en el póster. -Creo que la "b.-le contestó. -¿Y está?- le volvió a insistir. -Ummm....La ñ.- le dijo muy seguro. No había acertado ni una letra. El doctor se acercó a Paco y le sonrió. Ya sabía que le pasaba. -Necesitas ponerte gafas- dijo.
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Paco se compró unas gafas de colores. Le encantaba ponérselas. Se imaginaba que era un piloto de avión que volaba por las nubes. Ya no era un mosquito sin puntería. Ahora era Paquito, el súper mosquito.
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