“Old to new” MERA · VELLA ¿Por qué surge MERA · VELLA? Ubicado dentro del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, un área de marcado carácter paisajístico debido a su geología singular, su fauna variada y su flora exuberante. Paraje natural que convive con once núcleos urbanos en los cuales se ha producido un descenso de población. Pero es en el municipio de Santa Pau donde se produce una mayor caída demográfica y abandono del medio rural, como consecuencia del desarrollo de las grandes ciudades. Para contrarrestar el abandono y su fenómeno paralelo de éxodo rural, la propuesta desarrolla un sistema que propicie la regeneración del entorno. Para asegurar el futuro del medio rural, recuperar su tejido deteriorado e impulsar su identidad única a través de la incorporación de nuevas actividades productivas basadas en la gastronomía, la fauna y la vegetación. Se propone la creación de una nueva comunidad basada en los principios de “Design for Ecological Democracy” de Randolph Hester. La vida comunitaria está estrechamente relacionada con el entorno que la rodea; lugares naturales y dinámicos donde tiene lugar la interacción social. Se comienza por la creación de tres sendas, cada una dedicada a una faceta del medio natural: la senda jardín, debido a las orquídeas silvestre; la senda de las aves para conocer la fauna local, y la senda gastronómica tributo a los típicos “Fesols”. Cada una tendrá una materialidad diferente, pero siempre respetando el medio. Son sendas a gran escala que recorren una vasta extensión del territorio, usando conexiones existentes y mejorando presentes rutas de senderismo. El recorrido tiene cierta función pedagógica. Se guía a través de una señalética natural como el color de las hojas de los árboles, su forma o un pavimento diferente. Estas hebras van uniendo una red de edificios abandonados y ruinas que se catalogan. Los vacíos-ruina, huellas de construcciones pasadas, se reconstruyen y convierten en focos de actividad, generando nuevas dinámicas que mejoran el tejido urbano consiguiendo la reactivación colectiva, a diferentes escalas, de los espacios no estructurados del municipio. Se colocan distintas infraestructuras realizadas en madera, producto local para potenciar la capacitación de la mano de obra y el uso de materiales km 0. Su diseño por medio de pórticos triangulados ayuda en la estabilidad de la estructura sin necesidad de arriostramientos en el plano del pórtico.
Se potencia la autoconstrucción, favoreciendo el sentimiento de comunidad y se prevé su futuro desmontaje o cambio de ubicación, gracias a uniones mecánicas. Son estructuras versátiles que permiten un cambio de forma de acuerdo con las necesidades. Por último, se realizan las intervenciones en las masías. Aquellas en mejor estado de conservación se convierten en focos socioeconómicos, mientras que las que se encuentran en ruinas se consolidan como pequeños jardines espontáneos, espacios públicos para la comunidad. Mas L’Aulet Gran y Mas L’ Aulet Petit, edificios de carácter agrario de 1760, son ocupados por el paisaje. Su armazón de piedra se invade de luz y matices, creando atmósferas tonales en cada espacio. La luz entra en los edificios inundando y moldeando los espacios. El color los convierte en un paisaje interior donde se interactúa. Los talleres surgen como escenarios, grandes espacios diáfanos donde trabajadores y visitantes conviven. Desde estos paisajes, las masías renuevan su valor, donde el color es protagonista. Se busca potenciar el contraste entre el cascarón macizo de la masía y la ligereza de la intervención. Se utiliza la madera, para dar un aspecto natural y cálido; chapa perforada como un guiño al mundo industrial del que se parte; y metacrilato cuando la prioridad es el paso de luz. Al mismo tiempo, se reciclan objetos del pasado agrícola de las masías, como silos para almacenaje de grano, o comederos de ganado; y se transforman en nuevos artilugios que contribuyen a la creación de ambientes coloridos y a la bioclimatización de los espacios. Se atiende al ciclo del agua, utilizando el agua de lluvia recogida de las cubiertas que se llevan a unos aljibes centrales donde se purifica por medio de plantas macrofitas para su posterior uso en riego de jardines. Se crea un núcleo central desde donde nacen todas las instalaciones. Con este proyecto se pretende dotar de una identidad a edificios abandonados desde la luz y el color atendiendo a la naturaleza y a sus necesidades sociales. Santa Pau se reactiva como un entorno de generación de conocimiento colectivo, que permite que este permanezca y se reproduzca. Un espacio de formación comunitaria. Una arquitectura activa que sirve de apoyo para la gestión popular del hábitat.
“Old to new” MERA · VELLA Macarena González Carrasco Diciembre 2018
MUCHAS MACARENA
GRACIAS GONZALEZ