PUNKROUTINE JAVIER IBARRA & BENJI CÁRDENAS
RELATOS POR: JAVIER IBARRA BENJI CÁRDENAS ILUSTRACIONES: PAKO RAMÍREZ ANA TURRUBIATES CECI PEÑA MORI CROSSOVER DISEÑO EDITORIAL / PORTADA: MARCELA FRAUSTRO CONTACTO: punxroutine.tumblr.com punxroutine@gmail.com ESTE FANZINE SE REALIZÓ DURANTE SEPTIEMBRE DEL 2012.
“Punk Rock should mean freedom, liking and accepting everything that you like, playing whatever you want, as sloppy as you want as long as it’s good and has passion.” PAGENINETYNINE “Big business it don’t like you. It don’t to things you do. You got no money. So you got no power. They think you’re useless. An’ so you are – Puuuuuuunnnnnk!” THE CLASH “We could hang out, riding our bikes. I’d shave your head and you could help me with my spikes.” SATANIC SURFERS Ya no me queda nada, ya todo lo perdí, mi mente y mi identidad y las ganas de vivir. Una novia que no me quería, un auto que no funcionaba y de mi casa ni se diga, ya no me queda nada. CONTRAKAOS But I still feel young, I caught a bad infection, I’m aging in slow motion. NONE MORE BLACK We didn’t choose this life, this life chose us long ago. BELVEDERE Are we enemies of the state? Or idealist bourgeoisie? NOFX Can’t change the future when living in the past, so do what you want, I’ll decide my own history NO USE FOR A NAME
Nacido en la gran capital y bautizado en la sagrada iglesia de la Cienciología como JAVIER JAVIER, fue nombrado el anticristo por diversas fuentes poco confiables. Desde muy temprana edad desarrolla una habilidad superhumana en la máquina de escribir que heredó de su padre Javicho, quien en su lecho de muerte le confesó –eres el hijo bastardo de Rodrigo Fresán– JAVIER JAVIER llora de felicidad junto a su moribundo padrastro y corre al norte del país bajo una nueva identidad. Cambia su nombre a Javier Ibarra, con minúsculas. Coquetea con el ambiente homosexual a base de rumores y se moderniza abandonando la vieja maquina de escribir pero no los vinilos. Continúa escribiendo perturbadores relatos influenciados por el emo ruidoso, el straight edge ocacional y las bicicletas sin frenos. Se dice que aún puedes contactarlo diciendo la palabra JAVIER tres veces frente a un espejo, pero su delgadez extrema lo hace invisible para los que tienen poca fé en él.
XMILOX GOES TO NEW YORK XBrotherhoodsX era el grupo en donde toqué la batería. Lo poco que aprendí a tocarla fue gracias a mi hermano mayor. Rodrigo me involucró un poco en el punk. Durante la época en que esa música lo era todo para él y sus tres amigos. Su banda se llamaba Los Mantras; después cambiaron por The Sea Monkeys y al final, antes de no tocar más, fueron Terrorismo Multidimensional de las Piscinas. Él y sus tres amigos aparte del punk; también vivieron obsesionados por el libro de un escritor argentino que narraba la historia de México a su manera: mexicaniforme. Fue por eso que siempre utilizaron referencias de ese libro para su grupo y yo lo utilicé para relatar esto. A Los Mantras –que así decidí llamarlos para siempre; porque los otros nombres que vinieron después nunca me gustaron tanto como el primero y original–, los veía y escuchaba como lo máximo. No me refiero a que Los Mantras hayan triunfado. Convirtiéndose en una banda pionera y de cliché “Happy Punk” con sus vídeos en MTV. Pero tampoco eran unos malditos punx de UK o unos estúpidos punx de USA. Los Mantras eran unos punx de alcantarilla, de From the Guts of Santa Catarina. Tocaban en patios, cocinas, garajes y en salas o habitaciones de la ciudad. Eso y otras cosas más, era lo que mi hermano platicaba cada domingo que visitábamos a la abuela. Ella, siempre y durante la comida preguntaba por Los Mantras. Podría decir que se convertían en el tema que se ponía en la mesa. Yo era cinco años menor que Rodrigo. Él cursaba la preparatoria y vivía su época punk a su manera. Los Mantras llamaban mucho la atención de nuestros vecinos por la manera en que vestían; casi idénticos a algunos punx consagrados de otras partes del mundo. Yo apenas era un mocoso que disfrutaba de las matemáticas y jugaba a las canicas en los recreos de la primaria. Ellos me llamaban Milo. Ensayaban en nuestro hogar, los viernes al salir de la escuela y los sábados por la tarde. Al principio no me importaba que me llamaran así. Pero el alias llegó hasta mis propios amigos de la primaria e incluso a mis padres y a mi abuela. Entonces toda la gente comenzó a llamarme de esa manera. Un día fui y entré a la habitación de Rodrigo. Quise saber quién o qué era Milo. Le pregunté, y él eligió uno de sus tantos vinilos coleccionables que tenía en dos cajas diferentes; cada una estaba dividida por 7” y 12”. Rodrigo lo colocó en el tocadiscos que tanto les rogó a nuestros padres. Un gasto que, para ellos fue un anacronismo, fue como tirar dinero a la basura. Pero nuestros padres no entendían nada del punk; aunque creo que entendían más que yo. Sonó la primera canción del Lado A, era “Myage” del disco debut de Descendents: “Milo Goes to College”. La portada de ese vinilo, era un simple dibujo de un sujeto con anteojos similares a los míos, camisa y corbata. En ese momento lo entendí: Milo se parecía a mí y yo era casi idéntico a Milo. Yo –desde que nací–, he utilizado anteojos como los de ese dibujo. Si mi hermano a los cinco años ya hubiera sido un fanático de Descendents, tal vez Milo sería mi nombre real.
Después de escuchar “Myage” escuchamos todo el Lado A y todo el Lado B. Cuando Rodrigo cambió la cara del vinilo, se escuchó una voz «I want to be stereotyped, I want to be classified»; era la canción de: “Suburban Home”. Canción que se convirtió en mi preferida. Le pregunté a mi hermano que era lo que decían al principio, yo no sabía inglés. Me explicó que era una referencia a “intentar” ser diferente por la vida; como ser un punk o algo así. Pero yo pensaba que Rodrigo siempre era más que esa frase. Él se concentraba en Los Mantras las veinticuatro horas del día y yo me concentraba en las matemáticas y en cuidar mis anteojos durante las mías. Él insistió algún tiempo en enseñarme a tocar punk en la batería. Ritmos que aprendí rápido y que fueron los únicos que pude tocar. Rodrigo y yo, de vez en cuando pasábamos el tiempo como hermanos. El practicaba para tocar mejor la guitarra y yo lo ayudaba manteniendo la batería acelerada durante algunas canciones de Descendents; fue lo que logramos tocar juntos. La única ocasión que pude ver un show de Los Mantras. Fue durante el viaje en moto que realizaron nuestros padres por la república mexicana. Viajaron por la carretera como lo habían prometido un día en que aún cursaban la preparatoria; antes de que mi madre quedara embarazada y tuvieran que casarse primero por el civil y después por la iglesia. Pero con los años y cuando yo nací; decía mi abuela que ese matrimonio mejoró, incluso con ese viaje que tuvo que postergarse para realizar uno de sus sueños de cuando fueron jóvenes, cuando prometían todo en esos días de romance núbil sin futuro. Rodrigo organizó un show en nuestro hogar. Los Mantras diseñaron un flyer –un dibujo que en realidad era algo estúpido: en el venia mi fotografía de la primaria con unos lentes y una corbata hechos a plumón, que decía “Milo Loves Mathematics”. Tocaron en la sala y algunos punx me preguntaban si acaso era yo el dibujo del flyer. Y mi hermano, antes de tocar la última canción de la noche –un cover que fue “Suburban Home”–, me señaló y me dedicó la canción. A la mitad de ella yo estaba sujeto al ventilador de la sala; colgaba de él y todos los punx me pedían que brincara, que les escupiera y que los insultara bailando. Disfrutaban de mi compañía, al verme llorar de miedo y rebeldía imberbe por encima de ellos. Olían mal, no dejaban de escupirme cariñosamente, sudaban en mí, pero cuidaban de mis anteojos mientras yo le rogaba a Rodrigo que los moliera a guitarrazos. No tenía idea qué era todo eso que ocurría en la sala de nuestro hogar. Desconocía el término de stage diving, pogo y la catarsis sonora que los punx experimentaban en un show así. Después de presenciar a Los Mantras por primera y última vez. Decidí que lo mío eran las matemáticas. El punk era un deporte que se peleaba con mis anteojos. Rodrigo dejó de tocar y creo que también de escuchar punk. Entró a la universidad y vendió su guitarra y todos sus vinilos. Nuestros padres decían que finalmente había madurado. Él ya era un alumno de psicología, un universitario que no llegaría al salón de clases con el cabello decolorado, perforaciones y tatuajes. Mi hermano siempre deseó tener todo eso para ser un punk pleno y consagrado. Siempre lo decía cuando regresábamos de visitar
a la abuela. Del único de Los Mantras que supimos que fue algo así, fue del bajista; Marty Mcfly le decían, nunca supe su verdadero nombre. Él ahora aparece en MTV y tiene todo eso que soñaban: el cabello decolorado, perforaciones y tatuajes. Su banda se llama Time Enough at Last y dicen tocar punk aunque hagan playback en los programas de moda. Rodrigo y yo sabemos que Marty Mcfly se vendió pero es feliz y podría convertirse en uno de los punx consagrados de From the Guts of Santa Catarina. Supusimos que ese nombre lo propuso él. Time Enough at Last era un capítulo de la serie americana The Twilight Tzone: el favorito de Los Mantras; el que siempre veían después de ensayar los viernes y los sábados. Y ese capítulo que también era uno de los favoritos del escritor argentino que narraba a México a su manera. Del otro guitarra/vocal y el baterista, ya no volvimos a saber nada. Mi hermano se convirtió en un psicólogo con especialidad en adolescentes, se enamoró de la prima lejana de su mejor amigo universitario –un chileno llamado Roberto que vino de intercambio escolar y decidió quedarse acá para toda la vida; tratando con pacientes que se derretían en sus propias alcantarillas. Rodrigo, al finalizar su maestría, y la cual título: “Fuertes aletargamientos, decibeles provocativos y menores de edad abducidos por el movimiento punk: La generación perdida”. Se fue a vivir a Francia con María-Marie. Se casaron en From the Guts of Santa Catarina; y en su boda, fue la última vez que Rodrigo tocó la guitarra; y Marty Mcfly vino de su nube de punkstar y tocó el bajo y yo toqué la batería. Interpretamos “Suburban Home”. Antes de que partieran a Francia y yo a New York. Mi hermano me abrazó y lloró. Al parecer el alcohol y el hecho de que cruzaría el mundo por amor; lo hizo beber de más The Kraken Black Spiced Rum. Me regaló una playera de Descendents; su playera favorita, la de “Milo Goes to College”. Yo me convertí en un corredor de bolsa. Un Doctor que fue mi maestro en la universidad me ofreció trabajar con él en la Wall Street de New York. Tanta era mi vocación por las matemáticas, que habían logrado su cometido para mí. Nuestros padres no sufrieron tanto por la partida. Les regalamos una poderosa motocicleta Harley-Davidson. Ellos se convirtieron en unos renegados motociclistas y equiperos del Hell Angels Motorcycle Club. Primero visitarían a Rodrigo en Francia. Después vendrían a New York. De esa manera vivirían felices, vivirían por siempre enamorados. A Rodrigo y a mí no nos preocupaba tanto que recorrieran el Mundo por carretera. Nuestros padres en su Harley-Davidson, eran el uno para el otro; renegados o no renegados. Pero sí, y por siempre abrazados en la misma y poderosa motocicleta. Ellos, en donde quiera que estuvieran; eran amor puro que se había jurado en el altar de una iglesia, por la falla de un anticonceptivo apenas a los veinte años. Entonces eran el motor de su poderosa motocicleta Harley-Davidson. Mi vida en New York era: a la alza o a la baja del Dow Jones (se caía o subía el Dólar). Amaba mi trabajo, amaba que las matemáticas me habían llevado hasta la Wall Street. Un fin de semana traté de relajarme un poco. Porque eran la monotonía de rentar películas de ciencia ficción y comprar fast food. No salía de mi departamento hasta que el despertador del día lunes me hiciera intentar que el dólar no se desplomara más de lo normal. Ese fin de semana recordé una plática que sostuvieron Los Mantras en nuestro hog-
ar. Hablaban de un fantástico lugar que estaba en New York. No recordaba el nombre pero inmediatamente busqué en www.google.com «lugar de culto punk en New York». Salió CBGB’s. Apunté la dirección y esa noche fui al lugar del que alguna vez hablaron Los Mantras. Invité a un nuevo compañero de trabajo pero creo que fue mejor que él ya tuviera otro compromiso. Nunca había estado más allá de la esencia del punk que en aquel show en la sala de nuestro hogar. Pensé que por primera vez estaba en uno verídico. No supe el nombre de la banda que tocó esa noche pero allí estaba todo lo que hablaban en nuestro hogar. Tomé un par de cervezas y me mareé un poco; era el momento de regresar a mi departamento. A la salida vi un flyer parecido al que Los Mantras habían hecho con mi fotografía. Pero ese era uno original de Descentents. Ellos se presentarían en el CBGB’s el próximo viernes. Le tomé una foto para enviársela a Rodrigo. Seguro él iba a estar orgulloso de que asistiría al concierto de su banda favorita. El día del concierto llevé puesta la playera que mi hermano me regaló. La bolsa se desplomó y algunos corredores saltaban de los edificios. Yo no podía saltar, Descendents tocaría por la noche. Llegando al CBGB’s, mi anteojos combinaban con mi camisa de trabajo abierta y con Milo asomándose de mi pecho. Yo no era el único que tenia anteojos así. Llegué a pensar, que los punx que había visto en el show de Los Mantras, ya eran una estirpe en extinción. Eran escasos los que tenían las cabelleras decoloradas, perforaciones y tatuajes. La mayoría de esa noche, tenían los anteojos de Milo y estaba seguro que no escupirían al estar bailando las canciones. Incluso el vocalista de Descendents también tenía los mismos. El concierto fue la mejor experiencia que pude vivir en New York; alejado de la Wall Street. Recordé tantas cosas que escuché y vi pasar en From the Guts of Santa Catarina. No sabía la letra perfecta de todas las canciones. Me limité a intentar cantar sólo las canciones que Los Mantras tocaban y las que yo aprendí en la batería. Al salir del CBGB’s choqué de frente con un musculoso punk. Parecía que había ido al concierto de Descendents a ejercitarse. Tenía unos tenis New Balance, una bermuda deportiva de color negro, un jersey de los Knicks y una gorra de los Yankees. Sin dejar de lado los otros detalles; que tenía tatuajes en todo el cuerpo y que incluían una X en cada una de sus manos. Con la música a todo volumen, indicando el cierre del concierto, no lograba escuchar lo que me decía ese musculoso punk. Me limité a decirle «I’m sorry», pero al parecer tampoco me escuchó. Afuera me quedé pasmado por toda la gente que Descendents había reunido. Y el musculoso punk con las X’s en las manos vino hacia mí. Pensé que me golpearía o tal vez me escupiría en la cara. Pero lo que hizo fue preguntarme donde había conseguido mi playera. Le dije que era un regalo de mi hermano. Después me preguntó si era mexicano, porque hablaba muy mal inglés; le dije que sí. Al parecer le agradé a ese musculoso punk. Su nombre era XJonny EdgeX, vocalista y líder social de XBrotherhoodsX. Él era un neoyorkino que formó a ese grupo diez años atrás. Pero todos sus integrantes habían salido de la banda por algo que se limitó a explicarme. Era el único integrante verdadero que quedaba. Ellos tenían cuatro giras europeas y dos por Sudamérica. De hecho me preguntó
si había ido a verlos al Café Iguana. XBrotherhoodsX tocó en From the Guts of Santa Catarina y yo ni por enterado. Y su discografía contaba con cinco discos en su haber. Me preguntó si tocaba algún instrumento; le dije que un poco de batería, pero que tenía ya mucho tiempo que no lo hacía. Me propuso tocar con él; que sería el latino de la banda. Al siguiente pago en mi trabajo me compré una batería y me comuniqué con XJonny EdgeX. Él ya había reclutado a otros cuatro sujetos para reencarnar a XBrotherhoodsX. Llegaron a mi departamento todos juntos, igualmente vestidos y con las mismas X’s en las manos. Conectaron sus guitarras y le pregunté a XJonny EdgeX si tocaríamos canciones de Descendents o de XBrotherhoodsX. Dijo que tocaríamos hardcore, entregando nuestras vidas y que correría por nuestras venas esa pasión que sería nuestra arma. En mi mente quise saber que era el hardcore pero él comenzó a gritar al ritmo de unas guitarras que sonaban bastante potentes. Propuse mejor hablar sobre el tema y desarrollar ideas para comenzar a construir canciones. XJonny EdgeX y los otros cuatro sujetos decían que sólo teníamos que hablar del straight edge y de las calles de New York. Me volví a preguntar en mi mente, pero ahora queriendo saber que era el straight edge. Por más que quería hablar con Rodrigo y comentarle que ahora era el baterista de XBrotherhoodsX. Decidí que fuera una sorpresa. Teniendo grabadas las primeras canciones, le haría llegar un demo a su casa en Francia. Investigué que era la música hardcore y que era straight edge. Entré a diferentes páginas y fui a diversas librerías alternativas y anarquistas de New York. Estudié para poder opinar al siguiente ensayo. Me aprendí de memoria los nombres de los iconos, sus ideologías, los grupos en los que habían tocado y las canciones que ya eran himnos XglobalizadosX. De lunes a viernes (hasta salir del trabajo), era un corredor de bolsa; y de viernes (al salir del trabajo), hasta el último segundo del domingo, era un hardcore/ straight edge que tocaba la batería con XBrotherhoodsX. En el segundo ensayo, les abrí la puerta de mi departamento sin mis anteojos. Estaba vestido idéntico a ellos y también tenía unas X’s en mis manos. Esa mañana salí en busca de unos lentes de contacto, unos New Balance y un jersey de los Knicks; no quise comprar una gorra de los Yankees, nunca me gustaron, y la bermuda deportiva ya la tenía, pero no dormiría más con ella; en sé momento se convirtió en mi bermuda hardcore. XJonny EdgeX me abrazó y me dijo «XTú ya eres de nuestra familia, por siempreX». Comenzamos a ensayar y propuse tocar alguna canción mítica y callejera de Madball: “Pride (time are changing)”. Salió a la perfección; la tocamos tres veces más y ya estábamos listos para intentar congeniar cada uno con nuestros instrumentos, ya éramos una XfamiliaX. Esa tarde hicimos una canción. XJonny EdgeX la tituló “XFor my friendsX”. Al anochecer, él –como vocalista y líder social de XBrotherhoodsX–. Nos ordenó salir a cenar. Terminamos en un restaurant orgánico. Fue la primera
vez que comía algo sin carne; esa noche me declaré vegano. XJonny EdgeX había pasado de ser freegan a convertirse ahora en crudívoro, los cuatro sujetos también eran veganos. Los siguientes fines de semana de mi vida en New York fueron de esa manera. Le agregué unas X’s a mi alias: XMiloX. En tres meses logramos hacer diez canciones. Las cuales grabamos en el estudio de uno de los integrantes de la banda H2O. Se lo hice llegar a Rodrigo y me preguntó en que andaba metido. Ya no pude explicarle, ya iba retrasado a la grabación del videoclip de la canción “What happened?”. XJonny EdgeX tenía tanta influencia y tantos XamigosX, que hizo que apareciéramos allí. La presentación del sexto disco de XBrotherhoodsX: “Destroy all the insanity of the streets”. No pudo haber sido mejor; H2O y Madball serían nuestros teloneros. Ahora entendía el poder de XBrotherhoodsX en el mundo del hardcore, ahora entendía el liderazgo social de XJonny EdgeX. Esa noche disfruté de lo apasionante y karateca que son los conciertos. No me pude resistir y entré a una rueda de la fortuna llamada ciricle pit; en donde no tuve que cuidar de mi lentes pero si tenía que seguir cuidando de mi rostro. Lo otro llamado sing along; no lo pude llevar a cabo, no quería quedar como un estúpido cantando en una parte que no correspondía. Todos se golpeaban pero todos eran una XfamiliaX. Después de la presentación del disco. Estuvimos celebrando en el hogar de la madre de XJonny EdgeX. Estaba toda la XescenaX, toda la XfamiliaX reunida que por sus venas corría el sentimiento puro del hardcore. Su madre coció diferentes vegetales y los puso sobre la mesa. El agua de tamarindo que preparó estaba deliciosa. XJonny EdgeX me había advertido de su inolvidable sabor. Mientras todo el XgremioX se divertía en la casa. Una bella y ruda y tatuada chica llamada XCarolineX se acercó a mí y me preguntó cómo había conocido a XJonny EdgeX; le dije que él me habló afuera de un concierto de Descendents. Yo le pregunté lo mismo; y me dijo que había sido su novia durante los cinco discos que tenían antes. Pero que ahora eran muy buenos amigos. Comenzó a hablarme sobre ella y XJonny EdgeX; como si aún lo amara y no pudiera sacarlo de su mente. Me contó algunos secretos de él. El porqué la XgenteX en New York lo respetaba y admiraba tanto. Yo desconocía que sus padres habían sido precursores del straight edge en New York. Que su padre fue brutalmente asesinado por un grupo de skinheads nacionalistas que acostumbraban ir a los conciertos de Agnostic Front a patear punx con la punta de sus Dr. Martens. El señor fue interceptado por cincuenta skinheads unas calles antes de su hogar; lo patearon hasta dejarlo inconsciente y después le dieron el tiro de gracia con sus cabezas blancas. Él aún es repudiado por un pequeño grupo de skinheads nacionalistas que permanecen en New York. Se ganó cierto repudio por haber entrado al cuartel secreto de esos sujetos y marcarle al Hitler que posaba en un cuadro –el cual ellos veneraban a diario– dos inmensas X’s en las manos y una playera sobrepuesta de Minor Threat. Se dijo que, Adolf Hitler o, XAdolf HitlerX… “got the Straight Edge…”. Así corrió el rumor por los suburbios y durante aquella
época llamada Youth Crew, a la que perteneció su padre. En cambio, su madre pasó de la disco fever al mosh pit de los 80’s. Ella fue una popular porrista de la New York University mientras el padre se encargaba de liderar al equipo de american football como quarterback titular. Surgió el amor, los años pasaron y XJonny EdgeX nació un 17 de octubre –el designado National Edge Day–. Entonces, desde su gestación ha tenido el straight edge. Nunca ha consumido alguna droga –legal o ilegal–. Incluso el día de su cumpleaños se dedicaba a golpear a borrachos, junkies, adictos a la nicotina e inclusive a machos y pornográficos. También ha tenido una dieta vegetariana desde siempre; desde los residuos de alimentación que acostumbraba dejar su madre durante los nueve meses de gestación. Y XCarolineX terminó con esos secretos; diciéndome que ellos nunca hicieron el amor, que nunca lo vio masturbarse viendo pornografía o ella se lo haya hecho, o que supiera que visitaba puteros. Después de escuchar todos esos secretos, no podía creer que XJonny EdgeX me hubiera invitado a formar parte de XBrotherhoodsX. La celebración terminó alrededor de la media noche; y me despedí de cada uno de los XpresentesX como si fueran mis XamigosX de toda la vida –XJonny EdgeX insistía que éramos una XfamiliaX–. Durante mi vida como corredor de bolsa; en una reunión que tuvimos en uno de los muchos Starbucks que existen a los alrededores de la Wall Street. Se acercó a mí otra chica. Ella era Bianca. Me preguntó si yo era el baterista de XBrotherhoodsX. Ella –una esquelética y acalorada chica alrededor de los quince años– me pidió una fotografía mientras volvía a preguntarme otra cosa; si sabía algo de XJonny EdgeX durante ese día. A lo que yo quise saber qué era ella de él –supuse que podría ser su sobrina–; y Bianca me dijo que eran amigos, amantes o algo así; no pude entenderlo muy bien. Ella se parecía tanto a XCarolineX físicamente y también porque comenzó a contarme algunos secretos acerca de ellos dos. Me dijo que había perdido la virginidad entre las X’s tatuadas de XJonny EdgeX una noche de películas sobre pandillas. Que XJonny EdgeX era el vocalista de hardcore más pervertido con el cual había estado. Que le gustaba que lo llamaran “little teddy bear” mientras le provocaban un orgasmo con la herramienta llamada handjob. Que la invitaba todos los días a la casa de su madre; la cual la recibía con un kit completo de condones de diferentes sabores y dildos de diferentes tamaños. Que por eso me preguntaba si sabía algo de él. Porque ese día no le había marcado a su celular. Me quedé sin palabras; sólo me limite a decir que en cuanto viera a XJonny EdgeX le pasaría ese recado. Salí del Starbucks y marqué el teléfono de Rodrigo. Le pregunté si había investigado algo acerca del hardcore y el straight edge. Hablé por horas con mi hermano; no me explicó mucho porque él nunca fue straight edge en su época de punk; y que tampoco alguno de Los Mantras lo había sido. Pero recientemente había visto en Internet el nuevo videoclip de Time Enough at Last, en donde Marty Mcfly tocaba el bajo con unas X’s en sus manos –tal vez como buen plan de marketing de las grandes disqueras–.
El próximo viernes por la noche, XBrotherhoodsX tendría un con-
cierto junto a Terror; una de las bandas más callejeras de Los Angeles. Pero antes tendría que ir a otra reunión el día jueves en el mismo Starbucks. Y en un momento inesperado e incomodo, XJonny EdgeX y Bianca salían del baño. Ella se acercó a saludarme y él me vio que tenía un frapuccino en mis manos. XJonny EdgeX nunca se acercó a saludarme; salió del Starbucks y Bianca corrió tras él. Quise salir también pero la reunión había comenzado. Entré al baño y olía a filmación reciente de fantasía sexual. Mientras orinaba, abrí la página oficial de XBrotherhoodsX en mi Black Berry; y la nueva noticia decía: «Les comunicamos que esta tarde, Milo ha decidido abandonar a la XfamiliaX de hardcore XBrotherhoodsX. Ya que por la mañana nos envió un mensaje en el cual informaba que ya no era un XmiembroX más de la fuerza straight edge. Así que pedimos una disculpa a todos los que asistirían a presenciar una batalla más siendo impulsados por nuestra arma que es el hardcore. Pero allí estaremos presentes, porque seguimos firmes y en pie de guerra; y porque el hardcore es XfamiliaX y Terror son nuestros XhermanosX». Atte. XJonny EdgeX
Yo desconocía que el café era una droga para XJonny EdgeX. Así terminó mi etapa como baterista de XBrotherhoodsX. Creo que me deprimí un poco. Esa noche salí a comprar un six pack de Heineken, me quité los lentes de contacto y volví a mis anteojos de Milo; y minutos después, abrí una cerveza y escuché un disco de Descendents llamado: “Everything Sucks”.
CÁNDIDO V Aquella noche, fue la última como Lucas. Al despertar sería Cándido. Próxima estrella del video casero en Monterrey. Todo a consecuencia de la última aventura por los puesteros de reforma, días antes de que Protección Civil rumbara a la verga a los comerciantes. Mi amigo “El Muerto” y yo terminamos de compras ahí, una tarde como de C°37 bajo la sombra. El Muerto era un adicto al porno que le ibas perdiendo el asco de saludarlo de mano; él ya era de las grandes ligas, veía vídeos demasiado bizarros y asquerosos, todos contra todos. Después de que El Muerto terminó de elegir no sé cuantas películas; yo sólo podía recordar dos que el vendedor mencionó mucho. Ellos ya se conocían de tiempo atrás. El Muerto lo saludó muy efusivamente, se dijeron groserías y hasta se dieron un fuerte abrazo; como si fueran los mejores amigos de toda la vida. Lo que El Muerto tal vez no llegó a entender, es que sólo era su mejor cliente. Una película era de un viejo arrugado y una enanita con elefantiasis y verrugas en la espalda, perdidos en las profundidades del lago en la isla de Palau. El vendedor dijo que teníamos que escuchar lo que decía el viejo arrugado acariciando las verrugas. La otra película, era de un africano vistiendo una botarga en forma de pene albino, el cual terminaba en los clítoris de 101 spring breakers vacacionando en Sierra Leona. El vendedor dijo ser lo más Sci-fi que había visto en la industria, que ojalá pudiéramos entender el efecto especial del verdadero pene africano con la botarga del pene albino, entrando y saliendo de una actriz a otra. Cuando explicaba todo eso, yo sentía tantos nervios de que la gente que pasaba lo escuchara; ya era demasiado raro estar eligiendo películas detenidamente. Antes de irnos, el vendedor nos dijo que había comenzado una compañía de vídeos caseros, las grabaciones eran en un Motel en la calle de Villagrán. Todo lo que ellos dos habían estado diciendo en mi atención y en mi intriga, terminó llevándome directo a la casa de El Muerto. Me hice pendejo, no le dije nada; que quería ver las películas o algo así. Ya sabía que llegando a su casa, se encerraría en su cuarto para ver algunas escenas con audífonos puestos y unos tecates rojos para mitigar el calor. En su casa le pedí un poco de agua, seguí haciéndome pendejo y de la nada me preguntó si quería ver lo que el vendedor había dicho, hasta escupí el agua. Me compartió un audífono, un tecate bien helado y yo fui quien le puso seguro a su puerta. Fue demasiado asqueroso, quizás mi iniciación en el porno tenía que ser más suave, en el Golden Channel de cablevisión, a la media noche. Al otro día depilé todo mi cuerpo, traté de asolearme lo mayor posible y le dije a El Muerto que me acompañara al Motel. Presenté mi primer examen y mi última película porno. Días después, El Muerto vino a mi casa y me enseñó la película, el titulo: “Cándido V”. La portada era la envoltura clásica de los chocolates Carlos V, pero con una vieja enmascarada y vestida de látex asomándose detrás de mí, lamiéndome la mejilla derecha y limpiando con una servilleta el semen que había explotado de mi pene; el cual, jamás entró y salió como el africano.
Mocho Cota: Desayuna «Gnomos», merienda «Midgets», come «Gnomos» disfrazados de «Midgets», y cena luchadores mexicanos «Midgets» disfrazados de «Gnomos». Y esos hombrecitos de menuda anatomía –en su asquerosa boca– son triturados al masticar. Peregrinando al abismal paraíso –a ese agujero negro de encías sangrantes y dientes podridos y deformes–. De todo un longevo y riguroso estilo de vida perturbado. Los hombrecitos de menuda anatomía, muerden o alcanzan a pellizcar los dedos de Mocho Cota; como último consuelo o como única esperanza a no terminar siendo ese cometido de glotonería o decadente apego a gente débil y sensible. Al preciso momento de ser elegidos –viendo la inmensa saciedad con la que babea y elige a cada uno de ellos– atrapados entre sus dedos incompletos. Y lloran los hombrecitos de menuda anatomía, despavoridamente, tratando de olvidar que estarán por fragmentarse en el paladar de un espectacular nativo de FROM THE GUTS OF SANTA CATARINA. En esos instantes masticables, es cuando los hombrecitos de menuda anatomía, microscópicamente, vuelve a convertirse en leche polvo. Comienzan a diluirse en la saliva biliosa de Mocho Cota y también a suplicar y sobrevivir. Deliran en efímeros sueños, añoran ser arrogados al vacío absoluto; romperse, desaparecer, ser algo posible que pueda huir de tan inmensa glotonería. Pero eso sí. Nunca perdiendo esa pasión y tampoco desprendiéndose del orgullo que cada uno siente al pertenecer a ese clan de gente pequeña, gente sin limitantes, sin clases sociales y viviendo en mundos similares de la Fisher-Prices. Los hombrecitos de menuda anatomía, simplemente son una corta ilusión que dura menos que los disparos de las fotografías. Descansan siempre en pequeñas pesadillas que los conllevan a eclipsarse en las muelas y en los dientes de Mocho Cota. En mordidas despavoridas, en una extraña afición por eructar lo que dicen sus últimos suspiros, diciendo «adiós: nunca más nos volveremos a ver». Mocho Cota, el ex luchador profesional y, el ahora, punk suicida que vive en las alcantarillas más peligrosas y calientes de From the Guts of Santa Catarina. Es cuando, ahí –en esos sitios de honor y mal olor– los hombrecitos de menuda anatomía terminan en moribundas gárgaras que provienen de un inodoro somático: su estomago ácido. Qué triste final de menos de 64 cm de estatura. Ahogándose en torbellinos de orines y heces fecales. Desechos fisiológicos que son arrojados gracias a las adicciones alimenticias por esos seres mitológicos; con sólo la plena anomalía de alcanzar a ser considerada una persona de talla baja en todo el mundo, en la vida real y en cualquier época existente, por existir o que ya esté impresa. En donde se pueda leer o
escuchar hablar de que Mocho Cota era un excéntrico y buen luchador, y que ahora, es un legendario punk suicida que se aferra a no ser un viejo feo. Que vive rondando las alcantarillas con su muy extraña dieta apetitosa. Cocinando a esos hombrecitos de menuda anatomía a las brazas de alcantarilla, en la estufa solar de cualquier verano en From the Guts of Santa Catarina. Desde niño, ha tenido otra fuerte obsesión por el enigmático mundo oriental. Ha estado buscando la operación perfecta para rasgar sus ojos. Lleva años internándose en cabinas secretas de cibercafés –en cuartuchos baratos que huelen mal y que están pegajosos por todos lados– chorros de semen y envolturitas de dulces y tetrapacks de jugos Tampico citrus punch. Excéntrica combinación y enorme gama de gustos vislumbrando entre las cuatro paredes que resguardan a los cibernautas arriba de sus naves Internetgalacticas, intentando llegar a sitios desconocidos. Y en una misión de esas. Dispara con el mouse y lo controla con lo poco que podría llamársele dedos; eso que le queda en su mano derecha. Hasta dar con un juego de bisturís que están muy baratos y que también tienen el detalle de ya venir desinfectados por permanecer cinco años en el congelador de un refrigerador Mabe. Y que ahora, a punto de hacer su sueño realidad, residen en el planeta llamado MercadoLibre. Mocho Cota los compra e imprime unas hojas en las cuales viene paso por paso los procedimientos para rasgarse los ojos frente al espejo de un sanitario, sin secuelas posteriores a contraer infecciones o quedar bizco. No tiene espejo, pero tiene el reflejo de un charco de agua sucia y comienza a rasgar sus ojos. Grita, pero son alaridos de emoción. Cantos primaverales que hacen que las ratas y las tortugas ninja en las alcantarillas vayan hacia él. Lo observen reclinado al reflejo de ese charco y lo alienten a terminar lo más rápido posible con eso que se ve tan doloroso. En algunos gritos, Splinter –la rata gigante y samurái– se apiada de él y lo ayuda cambiando de una hoja a otra. Cowabunga gritan todos. Cowabunga. Aparentemente ya es un oriental de alcantarilla. No se ve nada mal, tampoco da miedo. Mejor manda traer pizzas –Torino’s Pizzas, las mejores de From the Guts of Santa Catarina–. Y las ratas se roban algunas rebanadas, comen como nunca lo han hecho y se alejan, les vale madre. Ya no tiene dinero, pero está feliz, se ve bien. Va y empeña ese juego de bisturís ya ensangrentados a la casa que está a un costado de la plaza principal de From the Guts of Santa Catarina. Y con esos cuantos pesos que logran darle, le alcanza para comprar cuatro caguamas, logrando que la celebración se postergue un poco más. Hasta llegar al punto de ebullición de cuando el alcohol comienza a repercutir en lo que uno dice y hace: la hora mala copa. Pinche borrachera, de torna en torna, de alcantarilla en alcantarilla. Por cualquier rincón de From the Guts of Santa Catarina. Ya con toda la cualidad mala copa y con ojos de cotorra rasgada, a consecuencia de tan excéntrica operación. Fácilmente podría hablar en japonés, sentirse bien vergas. Por todo el tiempo que esperó deseado tener esos ojos asiáticos, de alcantarilla, acá, bien pinches mamalones. Desde aquella mañana inocente en la que fue un niño normal, para que, hasta el día de hoy, haya dejado de serlo al 100%. A consecuencia de ese programa que lo encontró a él. Prendió el único televisor que vegetaba en la casa de sus padres, en el cual gustaba tanto de ver ese canal
en donde pasaban documentales y programas especiales. Lástima que ese canal de televisión vendió todos sus derechos a Multimedios Televisión y la programación se convirtió en una horripilante cadena que iba de: Noticieros Locales, Vivalavi, Futbol al Día, La Casita de las Muñequitas, Acábatelo, Las Noches del Futbol, Aficionados, El Show de Bely y Beto, Noches de Coliseo, Pura Energía y Shopping Time. Pero que antes de esa firma ejecutiva que ocasionó que los cerebros en From the Guts of Santa Catarina se secaran más rápido. Pudo ver un documental acerca del campo de concentración que los soldados japoneses ocuparon en China «Hei Tai Yang 731». Durante La Segunda Guerra Mundial y durante diez años de tormento y asesinatos a gente que dejo de arrugarse, gente que estuvo fría y llena de bichos raros, debajo de la tierra. Y Mocho Cota, con lo que alguna vez fue tan poderoso, con un VHS. Lo grabó y así podía volver a hacer sufrir a esa gente a su complacencia, en una videocasetera conectada a ese viejo televisor que ya no existe más que en su imaginación. Aún y con el ruidoso movimiento de la perilla y con la bella imagen de la antena parabólica, dejando para la posteridad un reloaded verídico y brutal, cuantas veces fuera necesario. Esa enajenación con «Hei Tai Yang 731». Va en busca de la creación de ataques bacteriológicos a sitios que le son completamente desagradables. Rosearía por completo todo el municipio de San Pedro Garza García. Gustaría desaparecer a ese mundo superior en donde las alcantarillas huelen bien, tienen alarmas antirrobo y cuentan con caballerizas en vez de ratarizas. Y que la alcantarilla okupa donde convive siempre –la alcantarilla más grande que está situada en Cananeas– pueda ser bautizada con nuevos muebles y decoraciones a consecuencia de ese ataque planeado. Así, pueda presumir y ser arrogante con ese nuevo cuerpo bacteriológico 731, con esas hazañas anti-capitalistas y con cosas pretenciosas que fácilmente podría ofrecer a cantineros para que le fíen caguamas de por vida; que lo mantenga en un estado de salud de la clase: “SOY PUNK, DE LOS TRUE, DE MI BARRIO PARA EL POGO, Y DEL POGO PARA EL BARRIO”. Y pueda lograr obtener su status social con una nueva anatomía amarilla. Que le haga realidad el mito nipon de genitales pequeños; caminando siempre por una alfombra de algas marinas vistiendo a su hogar, dándole los buenos días, las buenas tardes y las buenas noches. Mientras vomita una mezcla de hombrecitos de menuda anatomía y cerveza apócrifa traída de Mcallen, Escandinavia o de Japón; como sus favoritas, las Sapporo. Esas que siempre ha visto morir de frío en los congeladores del H-E-B. Las que nunca ha podido tener. Mocho Cota, ahora –quien sabe como chingados– recibe paquetes “Made in Japan” los últimos viernes de cada mes. Podría ser que la compra de ese juego de bisturís en MercadoLibre traían esa promoción –Robots, Sushi, Hentai, Geishas, tatuajes de Koi fish, llaveros de luchadores de Sumo, juguetes Yakuzas (ciclistas de Keirin), terremotos, tsunamis y más–. Con todos esos lujos podría comenzar a pensar que eso dejará de ser un sueño; y que la migraña que lo condena eternamente, algún día pueda ser pulverizada con una cajetilla completa de Alka Seltzer “Made in Japan” –algo que espera le pueda llegar– y diluirlos en Red-Colas “Made in Japan”. Bajo el anhelo de que los dolores estomacales de Gnomos y Midgets ya caducados, desaparezcan.
Con toda esa motivación material en su vida. Es como tal vez podría quitarse por completo la venda que adorna sus ojos. Y esperar a que se acumule un poco de agua sucia; verse a sí mismo, y alegrarse de la perfecta rasgadura que tiene, y diga: “Arigato, sigo odiando el culo gordo de La Chapina”. El culo gordo de la única novia que ha tenido en su vida. La única mujer que intentó amarlo, la única mujer que lo ha visto desnudo y el único culo gordo por el que sus dedos incompletos han pasado suavemente; acariciando una piel reseca y con estrías acumuladas de una vida de cualquier comelona y devoradora de hombres y chocolates. El antiguo televisor de sus padres, funge como un adorno en esa alcantarilla preferida; ya es un artefacto de completa veneración, si fuera posible, todos tendrían que persignarse de frente a esa reliquia. Después de la hazaña –del cambio facial– logra arreglarlo. Hace que se puedan ver programas de alto impacto y de alta estupidez. Y con esos ojos rasgados, todo es más comprensible en el reflejo de la programación de Multimedios Televisión –en las tomas morbosas y el rating que está presente en los cuerpos voluptuosos de las morras que bailan la música que les pongan y las haga moverse con cachondez; abriendo las piernas de vez en cuando y haciendo desfiguros que les deje caer el vestido de la parte superior: chichis y pelos y besitos cachichurris–. El televisor hace un juego perfecto con lo que queda del grosor de los ojos de Mocho Cota; se fusiona bien, y la nitidez y el nuevo documental sensacionalista acerca de Issei Sagawa –en el infierno de Monterrey– parecen afinar los asuntos pendientes que tenía consigo mismo. Él ha sido un fiel fanático hacia aquella pequeña especie rara y caníbal del Japón; es un gusto que viene de familia, de generación en generación. Mocho Cota, de poder, habría hecho una carrera de luchador profesional llevando el nombre de su ídolo de todos los tiempos: Issei Sagawa. Algo que para la empresa de lucha libre, no fue nada llamativo, y al contrario, era demasiado peligroso por traer problemas y actos sexuales y caníbales en las butacas de las arenas del país. Y cuando salen a la luz los temas acerca de Issei Sagawa, es algo de lo que Mocho Cota siempre se la vive discutiendo con sus compadres El Cóndor y El Anquilla, de ¿cómo hubiera sido su carrera bajo ese nombre? y ¿cuál fue la verdad sobre aquel homicidio caníbal en el que Issei Sagawa estuvo involucrado? Desconoce el divulgado nombre de Renée Harteveltin. Se pregunta quien chingados es ella. Cuestionamientos que le vienen mientras escucha a su banda favorita de punk japonés, los Jellyroll Rockheads, en El Mexicano, agarrando el pedo. A una esquina de El Mexicano llega Charlie Montana, y no deja de gritarle de piropos a las meseras y a los culitos punx que están velando en cebada como él. Durante su visita exprés a From the Guts of Santa Catarina, por un concierto que estuvo sold out en el Rock Amerika. Charlie Montana, estrictamente, y más podrido que nunca de tanto vomitar su adictivo Jack Daniels rebajado con néctar de los Dioses. Vive sus últimos minutos en El Mexicano, dejando recuerdos y olores en lo que ha denominado como El Rincón de los Rockstars. Sale en hombros, victorioso, transparente y a
punto del desmayo. Por los golpes que le ha propinado la mezcla tan magistral. Más los toques finales de un pequeña porción de la extraña sal de la bahía: una sal muy común de las montañas blancas de From the Guts of Santa Catarina, pero desconocida al mismo tiempo y la cual tuvo frente a sus manos. Charlie Montana –en ciertos síntomas incomplejos– tampoco puede soportar las imágenes del cuerpo mutilado de aquella extraña obsesión de amor por parte de Issei Sagawa, proyectándose en un pequeño televisor que cuelga de una esquina. Y que ocasiona que la noche se vuelva demasiado gore. Hay cabezas de marrano volando de mesa en mesa, y hay cuerpos enteros de cabritos que aún chillan o siente miedo de algo tan omnipotente para sus ojos que quien sabe donde estén. Charlie Montana muere como Jimi Hendrix. Una semana después de su noche en El Mexicano. Los viejos amigos de El Amaya y Aknez Massacre 68. Se lo hace saber a Mocho Cota, enviándole una carta desde La San Felipe de Jesús –DICEN, AHÍ DONDE NACIÓ EL MOVIMIENTO PUNK–. Mocho Cota, sin la brisa de sudor de drogadicto característica de su inseparable y fiel compadre El Cóndor, piensa profundamente en cómo podrá reaccionar a esa terrible noticia. Sus pensamientos son interrumpidos por creer que el canibalismo y la necrofilia que Issei Sagawa llevó a cabo, en realidad fue a la estrella porno Rebeca Linares –el amor platónico de Mocho Cota–. Y es por eso, que así le llega la gran admiración hacia el consentido e hijo de familia japonesa Issei Sagawa; por esa mujer que lo es todo para él, esa mujer desconocida pero completamente admirada. Y que el pequeño valiente que según Mocho Cota terminó con la belleza natural de ella, con el cuerpo perfecto de esa española despampanante: antes de los pechos grandes, la monotonía de los anales, las asfixiantes orgías y las cifras multidimensionales en dólares en los que se revolcaba con cualquier aparato reproductor masculino. Dijo, Mocho Cota: “Fue un genio al devorarla a la naturalidad, seguro con esas dos prótesis de silicona, él también estuvo demasiado cerca de morir. Así no habría misterio ni turismo en Kōbe y París”. Es lo que repite y repite todos los días, viendo y masturbándose con el único vídeo porno que tiene de ella. De la noche a la mañana, decide que el punk ha muerto, porque ya nadie escupe a los escenarios, nadie tiene una cadena que va de la nariz a la oreja y nadie se pierde en las drogas porque ahora los que se dicen ser punx, son felices o musculosos. Entre eso y tantas cosas que han sucedido durante algunos años que han pasado, Mocho Cota asesinó al punk. Y termina intentando convertirse en un refinado Mod de From the Guts of Santa Catarina. Durante todo ese tiempo ha permanecido inmerso en un aburrimiento a consecuencia que ahora, cree habitar en una mierda de ciudad –Kortatu, la última banda de punk vasco se lo dijo al principio y al final de la última canción de punk que escuchó– y al salir a las calles, lo comprueba y se hunde en las profundidades líricas del recuerdo de esa canción. Dado ese nuevo pensamiento; hoy en día se siente un chico moderno de algún barrio de Londres. Una ciudad que no existe allí –ni existirá– pero un Londres que ocurre en cada una de sus prendas de vestir, y que lo limita con su formal apariencia a ser considerado un chico moderno –aparentemente guapo– de From the
Guts of Santa Catarina. Conduce una vieja motoneta; no es ningún scooter débil, estético y afeminado, no es una Vespa o Lambretta. Mocho Cota, apenas y puede conducir una motoneta que sacó en abonos chiquitos en Elektra. La confeccionó un poco y la tiñó de color celeste, así podría sentirse un poco más hermosa, más incontrastable al momento de encender el motor y andar haciendo ruido por las alcantarillas. Así vive Mocho Cota. Paseando, intentando encontrar a su verdadera lover e intentando hacer que pase de largo ese pensamiento de que habita en una mierda de ciudad. Mientras siente el cariño, la supuesta respiración y las vulgaridades que Rebeca Linares podría decirle al oído, abrazándolo mientras el conduce. Pero ella ya se encuentra dentro de un ataúd; aún así se siente querido, escucha como es que le canta al oído, gimiéndole con pleno amor de cualquier nominación a mejor actriz porno: “I WEAR ZOOT SUIT JACKET WITH SIDE VENTS FIVE INCHES LONG, I HAVE TWO-TONE BROGUES YEAH YOU KNOW THIS IS WRONG”, DE THE HIGH NUMBERS. Mocho Cota, ya es considerado el espécimen más guapo de From the Guts of Santa Catarina. Aunque sigue ocultando sus dedos incompletos; ya que si se enterasen su nuevo batallón de hermosos Mods que formó a causa de llamar tanto la atención. Podría ser considerado un completo Rocker y tendrían que patearlo y azotarlo en las frías aceras de un Londres activado con Resistol 5000. Los fines de semana, finge ir al pub donde toquen sus nuevos ritmos favoritos (Jazz, R&B, Soul and Rockstady), y las canciones ya clásicas de sus agrupaciones como: Small Face, The Animals, The Zombies and Zoot Money. Ese pub inexistente en From the Guts of Santa Catarina –por tan desvariado viaje y demasiadas pastillas que lleva Mocho Cota en una chamarra Adidas que le vio a Liam Gallagher– afirma que los dueños de dicho pub son Fanny Kauffman y Lee «Scratch» Perry. Ella como barman y él como dj. El cerebro de Mocho Cota –después de tanto tiempo– comienza a tronar. De tanto inhalar pegamento, todo tiene sus consecuencias. Pero él seguirá drogándose hasta que tal vez su cerebro deje de tronar para siempre; y a nadie le importe lo que digan las canciones que pone Lee «Scratch» Perry. Todo estará bien, mientras pasen por las mesas cigarrillos, mezcal –marca tinieblo–, litros de cerveza… ¿y la mariguana? ¡Esa es para los malditos Hippies! Opiniones de Mocho Cota, perdido en su mundo de pastillas, en su vida feliz y moderna. Simplemente, no quiere volver a ser un viejo feo que comience a olvidarse lo que es la diversión. Lo que quiere –más bien, lo que desea– es una patineta Powell Peralta, una clásica y con la que pueda llegar en su motoneta a intentar hacer trucos con los niños y adolescentes y no tan forever young. Estacionar su motoneta en donde la pueda ver; y deslizarse en su tabla y sentir sus huesos otra vez resistentes. Quiere estar bajo los síntomas de lo que dicen es La Vasca –ciertos síntomas que llegan de un momento a otro al cuerpo humano; algo que los científicos, los curanderos y los pedófilos sacerdotes, no han podido descubrir. Los científicos, seguirán en sus laboratorios, horas infinitas. Los curanderos, se mudaran a Chalma o Catemaco.
Y los pedófilos sacerdotes, seguirán dándoles por el culo a todos sus monaguillos–. Mocho Cota será feliz todo lo que dure inhalando cemento en las alcantarillas. Algún día todo sucederá. Algún día alguien se atreverá y hará un collage sobre un ring de lucha libre; con un poco de todo lo que se cuenta en ésta canción que es una historia urbana hecha un relato de la vida podrida. La historia de una vida de un viejo que no quería dejar de ser joven. Algún día Mocho Cota explicará todo esto, lo que conlleva a ser un punk suicida. Algún día… En From the guts of Santa Catarina.
BENJI CÁRDENAS Norteño y fanático de NOFX y del punk rock mundial. Aunque ahora, únicamente escucha las bandas de la Fat Wreck Chords. Famoso por haber ido a la preparatoria con spikes morados y por tocar en casi todas las fiestas de aquella época vaquera. Se rumoraba que nadie hacia canciones raspadas y tan rápidas en la guitarra como él. Sociólogo vetado de la universidad por eso del “Live Fast, Die Young”; y quien es aún un adolescente con unos shorts dogpile que dicen “el mejor papá del mundo”, y que sobrevivió gracias al disco de Pump up the Valuum, el cual lo adoptó y le dijo ser el Hijo bastardo de Carver, de quien piensa es un detective, y como amigo imaginario de Fat Mike, desde aquel concierto en Monterrey, y como amante de Palahniuk, porque hace poco se enteró que es puto, y como paranoico e inteligente suicida por culpa de Cronenberg. Ahora vive enfermo de cinefilia y no parece tener cura para ese mal. Espera algún día poder escribir un guión de película en donde todos los personajes den un chingo de lastima.
EXPLOTADO! Cuando sonó el teléfono yo seguía dormido. Escuché el tono mientras soñaba “radio” de Rancid, pero la versión de NOFX, el intro reggae de la canción es perfecto para usar de tono en el celular. En mi sueño, la canción del teléfono me hizo visualizar a la banda tocando en un salón de clases de mi secundaria, aunque los músicos eran irreconocibles. Tardé un par de segundos en despertar y darme cuenta que alguien llamaba. Era Serge. Le contesté torpemente aún medio dormido. -buenoNo estoy seguro si contesté así, como dije, estaba medio dormido. -Benji, qué haces?- dice Serge del otro lado de la línea. -me estaba despertando- miento. -wey- me dice -hay malas noticias-. Antes de continuar con lo que me dijo Serge debo mencionar algunos eventos que recordé sobre la vida de Marty al terminar esa llamada. Y creo que para tratar de evitar cabos sueltos, también debo aclarar quienes son Serge y Marty. Marty es mi mejor amigo desde que teníamos 13 años, nos conocimos en la secundaria, su verdadero nombre es Martín. Ahora estamos cerca de cumplir 28 y nuestra amistad se hizo cada vez más estrecha con el paso del tiempo. Comenzamos a tomar y fumar al mismo tiempo, fuimos a la misma prepa y competíamos por ver quién conseguía más mujeres. Comprábamos discos como los geeks compran tarjetas de colección. Cada vez que escuchaba un buen álbum le llamaba para decirle que lo comprará, y él lo hacía, igual que yo cuando él me recomendaba alguna banda nueva, no importaba si yo no conocía una sola canción, confiaba en su criterio ciegamente y nunca me había decepcionado. Probamos ácido por primera vez juntos en mi casa escuchando Tom Waits y viendo el final de “2001 odisea del espacio” una y otra vez. La primera vez que fuimos con una puta fuimos juntos. Conocimos a nuestras actuales novias al mismo tiempo en una fiesta, eran amigas también. Salíamos a fiestas los 4 juntos. Íbamos a bares donde vendieran la cerveza más barata y nos embriagábamos. Una vez casi intercambiamos pareja pero nuestras novias no quisieron. Rentamos un departamento juntos, Marty y yo, hasta que el decidió que era hora de vivir con Sara. Cuando él se mudó con ella a un departamento nuevo, Ana se mudó conmigo. Nuestras novias se embarazaron casi al mismo tiempo. Ahora mi hija Any juega con su hijo Diego.
Serge es el hermano menor de Marty. Su verdadero nombre era Sergio, pero, al igual que a Marty, le cambiamos el nombre para que sonara más californiano. Serge toca la guitarra, toca tan rápido y sucio que siempre ha sido mi ejemplo a seguir en la música. Hemos tocado juntos en un montón de bandas, nosotros tres, Serge, Marty y yo. Aclaradas sus identidades puedo proseguir con los eventos que recordé de la vida de Marty. Cuando éramos adolescentes Marty y yo siempre pensamos en trabajar. Queríamos tener dinero para comprar cds y cerveza. El único trabajo para alguien de nuestra edad era en el viejo y conocido Mcdonalds (o derivados). Fuimos juntos a la entrevista. Marty consiguió el trabajo, yo no. Marty trabajó ahí durante un par de días. Marty, al igual que todos los empleados de Mcdonalds, era explotado al máximo. Trabajaba como imbécil y recibía un sueldo de insulto, y cuando cometía un error en la caja, le rebajaban el dinero de su sueldo. Marty no soportó ser explotado y renunció, no sin antes despedirse de su jefe, escupiéndole en la cara. Esto último gracias a una apuesta que le propuse. -ya voy a renunciar hoy- me dijo -ya no aguanto a ese pendejo- se refería a su jefe. -te doy 50 pesos si antes de renunciar le escupes en la cara al culeroNunca le pague esos 50 pesos. Recordé también cuando íbamos a comprar discos usados y camisetas con una gran A al frente y parches con el logo de nuestras bandas favoritas. Rudy, el sujeto del puesto de camisetas tenía el cabello teñido de azul y un peinado explotado, tipo Sid Vicious pero mucho más exagerado. Cuando le preguntamos cómo lograba que su cabello se mantuviera parado, nos decía “usen grenetina o jabón para lograr el cabello explotado. También funciona para mohawks y spikes”. Pero a Marty y a mí no nos importaban los mohawks y los spikes, sólo queríamos tener el cabello explotado, como Rudy. En una ocasión The Exploited tocó en la ciudad, yo sólo conocía una canción de ellos “sex and violence”, no me gustaba mucho pero Marty era gran fan de ellos así que fuimos a verlos. Había poca gente pero hasta la fecha ha sido el show más rudo y sucio al que he ido. Marty estaba extasiado, y no sólo por el éxtasis que tomamos antes del show, sino porque realmente le gustaba esa banda. Cuando Serge llamó esa mañana yo estaba dormido. Cuando vi que era Serge esperé que no fuera una llamada sin importancia. Si me levanto para contestar, espero que al menos sea algo importante. -hay malas noticias- dijo Serge
-qué paso?-…falleció MartyDebieron pasar unos 2 segundos antes de responderle, pero fue suficiente para despertarme por completo y darme cuenta de que era una muy mala forma de iniciar la mañana. Y le respondo: -no mames-no es broma weyYa no se qué chingados decirle, que se supone que se debe decir después de una noticia así? -Benji!!!-cómo?- pregunto, creo que eso es lo que cualquiera preguntaría -le explotó una granada-…qué?-ven por favor wey, Sara está muy mal, avísale a Ana y si puedes a los demás, yo ya no puedo con estoCuelga inmediatamente después de decir esto y yo me quedo acostado, apoyándome con un brazo en la cama con el teléfono todavía en la oreja. No estoy completamente seguro de si entiendo lo que está pasando. No estoy seguro de si realmente contesté el teléfono o si sólo soñé que lo hice y todo esto es una de esas raras pesadillas. No estoy seguro de lo que tengo que hacer a continuación. Me levanto y voy a la cocina, Ana está leyendo una revista de diseño de interiores. La expresión en mi rostro es indistinguible a la de cualquier otro día. -quién te habló?- pregunta. -Serge-para qué?-para decirme que falleció MartyAna finge no creerme, suelo hacer ese tipo de bromas comúnmente, Marty lo hacía todo el tiempo también, decir algo sumamente grave como si no tuviera importancia y luego reírnos como pendejos. Ana nunca se tomaba en serio las cosas que decíamos, ya nos conocía bien, demasiado bien como para reconocer que esta vez no estaba bromeando. Ana rompió en lágrimas. Los siguientes minutos hago algunas llamadas a otros amigos para avisarles y luego Ana llama a su madre para que pase por Any al kínder. Luego salimos rumbo a casa de Marty, perdón, rumbo a casa de Sara. Es extraño que cuando alguien te llama para avisarte que tu mejor amigo
murió porque le explotó una granada, lo primero que recuerdes sean situaciones relacionadas con la explotación laboral que sufrió, y el peinado explotado que le gustaba, y su banda favorita llamada The Exploited. Sé que debí haberme puesto tan mal como Sara, llorando inconsolable, digo, mi mejor amigo estaba muerto, nunca más iba a volver a verlo. Pero la verdad es que me encontraba muy calmado, estaba triste, SÍ, definitivamente! pero bastante calmado. Mi mejor amigo murió, que se supone que debo hacer? Y la forma en la que sucedió, era demasiado extraño, como si su vida hubiera estado basada en esa palabra. EXPLOTADO. Cuando llegamos a casa de Sara, Serge nos recibió en la entrada, lo abracé e inmediatamente se soltó a llorar en mi hombro. No sabía que decirle. -lo lamentoPuta madre, no pude decir algo mejor que eso?, el puto cliché del cine, mi única referencia a la muerte. Serge siguió desahogándose unos minutos más. Cuando se tranquilizó un poco fue y abrazó a Ana, mientras yo escuchaba los gritos de Sara que provenían desde adentro de la casa. -Sara esta incontrolable wey- me dice Serge -ve a verla y a ver si puedes tranquilizarla por favorEntro a la casa, el pequeño Diego está jugando en la sala, es muy pequeño para entender lo que está pasando. Ni yo entiendo bien lo que está pasando. Sara está en la recamara, cuando entro la veo caminando de un lado a otro llorando de una manera en la que nunca antes había visto llorar a nadie, esta gritando desesperada y lanza cosas a la pared con mucha fuerza. La recamara es un desastre y puedo notar que ha estado lanzando cosas ya desde hace un rato. Me quedo ahí parado sin saber que decir o hacer, no sé como acercarme a ella. Espero a que arroje lo que tiene en la mano y me acerco con cuidado. La tomo por los hombros e inmediatamente hunde su rostro en mi pecho y llora aún con más fuerza que Serge hace unos minutos. La abrazo. No sé qué decir, no volveré a usar el cliché que use con Serge, así que simplemente me quedo callado. Ana entra a la recamara y en cuanto Sara la ve me suelta y la abraza a ella y sigue llorando. Ana le dice: -lo siento muchoAsí es, Ana también recurre a un cliché de película, pero eso no es todo, ahora viene el siguiente
-todo va a estar bien- le dice, como si no hubiera sido suficiente con el cliché anterior. La tensión en la recamara es demasiada, así que voy a la sala con Diego. Lo observo sin que él se dé cuenta y pienso en lo duro que seria para él si fuera un poco mayor, creo que tiene suerte de ser tan joven en una situación así. No comprender lo que sucede, como yo, pero sin la responsabilidad de sentir que debes de entender lo que está pasando. La presión de que tienes que hacer algo pero no saber que, la presión de que tienes que reaccionar. -hubo otra persona herida en la explosión- dice Serge mientras entra en la sala sin que yo me dé cuenta -es una mujer, sólo sufrió heridas leves en una pierna- dice -cuando le preguntaron en el hospital sobre lo que sucedió dijo que estaba en la parada del autobús y que había una caja de zapatos tirada. Dijo que Marty estaba parado justo a un lado de la caja y que lo vio pateándola, después de eso escuchó la explosión y se vio tirada en el suelo sangrando. Dijo que después de eso no vio a MartyLa verdad es que Marty voló en pedazos, estaba demasiado cerca de la granada que el mismo hizo estallar con una patada. Pero el sólo pateó una pinche caja de zapatos. Quién chingados se iba a imaginar que había una puta granada adentro?!!! Durante las siguientes horas fueron llegando familiares y amigos de Marty y Sara, todos llorando o con ojos rojos que mostraban haber estado llorando unos minutos antes. Los abrazos, el pésame, las lágrimas. Todo eso. Sara ya no estaba histérica, ahora estaba extremadamente tranquila, inmóvil casi, con la mirada perdida. Yo estaba sentado en la cocina, tratando de mantenerme lejos de todo el movimiento. Le pedí a Ana que mantuviera alejados a los que trataran de acercarse a mí, todos nuestros amigos sabían que después de Sara yo era el más cercano a Marty, le dije a Ana que si trataban de entrar a la cocina les dijera que estaba muy mal y que no quería hablar con nadie, pero la verdad es que estaba bastante tranquilo. Desde el lugar en el que estaba podía escuchar las pláticas de los presentes. Hablaban de los preparativos para el funeral, hablaban de anécdotas banales sobre Marty, hablaban de la inseguridad en la ciudad y de como uno ya no puede salir ni a su trabajo sin correr el riesgo de morir. Escuché a Serge contándole a Ana que Marty y Sara habían estado discutiendo muy fuerte justo la noche anterior, parece que Marty había estado tomando hasta muy tarde en un bar y cuando llegó a casa, Sara lo recibió con algunos gritos. Habían discutido hasta altas horas de la noche y cuando Marty salió a trabajar por la mañana, Sara seguía muy molesta con él. Creo que eso explicaba un poco la escena de Sara arrojando cosas en su recamara. La escena que yo interpreté como desesperación, era algo completamente distinto. Era una escena de arrepentimiento. Arrepentimiento e impotencia. Pero quien iba a imaginar que tu novio saldría a trabajar para nunca volver.
No se puede culpar a nadie por lo que sucedió, creo yo. Escuché a alguien diciendo que Marty estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado, pero yo pienso que lo que estuvo en el lugar equivocado fue la granada que lo hizo explotar, no Marty. Pasamos toda la noche en casa de Sara, aún y cuando todos ya se habían marchado uno por uno. Nos quedamos Ana, Serge y yo. Al día siguiente hicieron una misa en honor a Marty y el clásico velorio. Su familia era muy católica, pero Marty era ateo. Yo no quise asistir a ninguno de los dos eventos porque sentí que era un insulto hacia Marty. Toda la cuestión religiosa, en honor a una persona que dedicó su vida a la blasfemia, una persona que, de existir dios, seguramente fue a parar directo al infierno. Mi única plegaria hacia Marty sería, “sepárame un buen lugar junto a ti” porque seguro yo también estoy destinado a ir hacia abajo. Ana decidió ir sola al velorio, y apenas estuvo un rato ahí cuando me llamó bastante seria pidiéndome, casi exigiéndome que fuera, que todos estaban preguntándole por mí. Decidí ir un rato. Esperaba un ambiente sombrío, con un montón de familiares de Marty que yo no conocía llorando y dándose el pésame unos a otros, pero cuando llegué, me llevé la sorpresa de que no era el ambiente sombrío que yo esperaba, era mucho peor. Sara lloraba abrazada al ataúd vacío como si Marty estuviera dentro. Pero era simbólico, el cuerpo de Marty había quedado regado en mil pedazos por la calle. No había nada que sepultar. Estuve soportando bastante rato la situación, pero cuando escuché al pequeño Diego preguntando por su papá, tuve suficiente. Tomé a Ana del brazo y le dije: -nos vamosAl parecer mi tono fue tan firme que ella inmediatamente se puso de pie y salimos del lugar, sin decir nada a nadie. No dijimos palabra alguna durante el trayecto a casa, y al llegar, Ana fue directa a la regadera. Yo fui a la computadora y la encendí. Abrí itunes y lo primero que vi fue el último disco de Bad Religion que había descargado la noche anterior. Puse el track 1, me pareció bastante bueno, pensé en regresarlo para volver a escucharlo pero inmediatamente comenzó el track 2 con un intro bastante potente y melódico. Me di cuenta que estaba a punto de escuchar un gran disco. Y lo primero que pensé fue en llamar a Marty para decírselo.
NOCTURNA Vol. 2 1. Seguramente han visto algún chick flick con la misma historia que voy a contar. Se ha contado mil millones de veces. No estoy exagerando, ya las conté. Es una historia de 2 enamorados. Perdón, es una historia de un enamorado y otro más o menos. El enamorado soy yo. Por eso cuento la historia. Si fuera el más o menos, no perdería mí tiempo en esto. Ahí les va. Hace 2 años conocí a esta chica, súper sensual y todo. Usaba lentes y parecía bibliotecaria. -hey- le dije Ella me miró por encima de sus lentes. -pareces bibliotecaria- le dije Ella sonrió. -te gusta Tom Waits?- me preguntó, señalando mi camiseta. Me quedé callado un rato. -hey- me dijo -perdón- le dije -sí me gusta Tom Waits, te gusta a ti?-lo amo- me respondió Es raro encontrar a alguien que le guste Tom Waits. De hecho es raro encontrar a alguien que conozca a Tom Waits. Eso me dio confianza. La invité a salir. etc. etc. etc. Después de eso pasó justo lo que se imaginan. Nos enamoramos, nos hicimos novios bla bla bla. Teníamos una relación abierta y podíamos acostarnos con quien quisiéramos sin ningún problema. Pero conforme avanzó el tiempo, yo no tenía espacio en mi mente para otras mujeres. Ella era todo lo que necesitaba. 18 meses después de conocernos, hace casi 6 meses, ella me dejó. No me dejó por otro ni nada feo. Me dejó porque tuvo que irse del país. No es que fuera inmigrante ilegal o algo así. -me dieron la beca- me dijo Yo me quedé callado un rato.
2. Conocí a esta hermosa bailarina de ballet. Nunca había conocido una de esas. -estudio ballet desde niña- me dijo -viví en Francia un tiempo y estoy considerada una de las mejores bailarinas del país“que arrogante es” pensé. -pero no sé porque me consideran así, yo conozco muchas bailarinas que son mucho mejor que yo- dijo “que sencilla es” pensé. La invité a salir. Ella dijo que sí. -te gusta Tom Waits?- le pregunté -quién?3. Estábamos en el sofá, besándonos y eso. Yo le acaricié el cuello, porque me gusta acariciar el cuello cuando beso a alguien. Ella se recostó en el sillón sin dejar de besarme. Me puso encima de ella. Yo me dejé llevar. Soy de mente abierta. No hay pedo. Metí la mano dentro de su blusa y comencé a acariciarle los pechos. Estábamos en posición incómoda así que ella abrió las piernas y yo me puse en medio. Mi pene rosaba con su vagina. Pero nos estorbaba la ropa. La levanté salvajemente y seguí besándola, ella sentada sobre mí. Yo en medio de sus piernas de bailarina. Ella subía y bajaba su cuerpo sensualmente mientras yo trataba de desabrocharle el brasier. Estaba batallando mucho pero fingí que no. Cuando por fin logré desabrocharlo, ella se quitó la blusa y quedó sólo en pantalones. Yo se los quité. Con esos no batalle nada. 4. -ya olvídala wey- me dice mi amigo -ya pasó un chingo de tiempo-apenas van 6 meses no mames- le respondí -por eso wey, ya es un chingo. Apoco no te vas a aplicar con la bailarina esa que dijiste?-pues se supone. Vamos a salir el viernes, pero no dejo de pensar en aquella-a la verga aquella!5. Fuimos al cine y a cenar. Como dios manda. Yo elegí la película “Shame”. Creo que verle la vergota a Michael Fassbender la puso a tono. Después de cenar fuimos a su casa. Ella vive sola.
-vamos a tu casa- me dijo -mejor a la tuya- le dije -mi casa la están fumigandoLa verdad es que yo vivo con mis padres. Cuando llegamos a su casa, me invitó a tomar una copa de vino elegante que sabía horrible. -no hay un oxxo por aquí?- le pregunté -se me antoja una caguama bien fríaElla rió, y me dijo que era muy gracioso. Yo no estaba bromeando. Seguimos bebiendo vino elegante hasta emborracharnos. Luego nos fuimos al sofá. 6. -a la verga aquella!-vato- le dije -vato-QUÉ!-no puedo mandar a la verga lo que siento por ella pendejo. Si pudiera ya lo habría hecho-pinche joto7. Con la bailarina ya en tanguita, comencé a quitarme la ropa. Sí! Todavía no me la quitaba!! NO MAMES!!! Ella me quitó la camiseta de Elvis Costello que llevaba puesta ese día. Ella pensaba que era de Weezer. Quedamos en calzones los dos. Ella me pidió que siguiéramos en su cuarto. Traté de llevarla cargada. No pude. Caminamos. Ya en su cama seguimos besándonos y yo lamiéndole los pezones y todo. Le hice a un lado la tanga y comencé a acariciarle el culo. Le estimulaba el clítoris por fuera y por dentro de la ropa interior hasta que ella se la quitó. Comencé a lamérselo, a mordisquearlo, ella estaba ardiendo de pasión. Me saqué la verga sin quitarme los calzones y ella comenzó a mamármela. No lo hacía muy bien. -métemela- me dijo Se acostó y abrió las piernas. Yo estaba de pie, porque me la estaba mamando y eso. Me subí encima de ella y se la metí. Estaba bien resbalosa porque ya nos habíamos babeado todos, así que no batallé para nada. -métemela por atrás- me dijo PUES COMO NO! Se la saqué para que se volteara y metérsela por el culo.
Entonces miré la mesilla junto a su cama. Un libro de Paulo Coelho y encima de él unos lentes. -Y eso?- le pregunté -también te gusta Paulo Coelho?- me preguntó -CLARO QUE NO!- le respondí -pero no me refiero a eso, no sabía que usaras lentes-quieres que me los ponga?- me dijo mordiéndose el labio inferior de forma pseudo sensual No le respondí ni nada pero ella se los puso de todas formas. Parecía una bibliotecaria. -ya métemela- me dijo Yo me quedé callado un rato. Mi erección se bajo completamente. Traté de disimularlo y comencé a jalármela mientras le lamía el culo. Pero mi mente estaba en otro lugar. Me detuve. -por qué te detienes?- me pregunta y voltea a ver mi pene flácido. -perdón- le dije -no sé qué me pasa- CLARO QUE SABIA!!! -si no te gusta por atrás le podemos seguir por adelante- me dijo -no es eso- le dije -en serio discúlpameElla se tiro boca abajo en la cama. Con los lentes aún puestos. Yo miraba su hermoso cuerpo imaginando que era el de alguien más. Deseando que fuera el de alguien más. Putos lentes! -discúlpame pero creo que ya no se me va a parar- le dije –quieres que te lleve a tu casa?-ESTA ES MI CASA!- me dijo. Y se quitó los lentes. Me puse mi camiseta de Weezer y me fui.
PUNK ROCK ELITE
PUNK ROCK ELITE ‘somos enemigos del estado o somos la burguesía idealista?’ The Marxist Brothers. -aquí están- saca una de las botas de abajo de la cama -Dr. Martens color azul marino, talla 9.0. PRUEBATELAS!-no mames! está bien pesada- le digo -ya sé, siente la textura suaveTiene la marca grabada en la parte superior de la bota, son muy suaves y puedes sentir la calidad rozando tus dedos. -tiene la etiqueta de Bouncing Soles y todoLe doy la vuelta para ver las suelas totalmente limpias, sin estrenar. -$1800 ya con envío- me dice -DUDE, tengo que comprarme unas ya!-SI WE! yo voy a ordenar otras la próxima semana, unas grises-VATOOOO, yo quiero unas moradas o algo-A HUEVOOOOOOO!- dice -A HUEVOOOOOOO!- digo Se arrodilla junto a la cama y busca el par. Vemos Daria en la televisión. Daria ve Sick Sad World. Nosotros vemos Sick Sad World. -las voy a estrenar hoy- me dice -le voy a poner las agujetas bien- le digo -para que se vean mas punk rockSe levanta de la cama y toma una toalla rota y una camiseta sucia de Black Flag. -me baño rápido- dice -ahí está el control de la tele por si quieres ver otro episodio-está bien nice que hayan puesto Daria en Netflix- le digo -ya sé- me dice -estás pagando con la tarjeta de Santander o Banorte?Roberto vive en este departamento desde hace un par de días, esta es la primera vez que lo visito. Se cambió acá después de tener una discusión con su padre. Su padre se parece al bajista de The Hives. -Santander- me responde
Es un departamento grande, muy cerca de casa de sus padres. Tiene pocos muebles, un colchón viejo en una cama de madera, la ropa sucia en el suelo y la ropa limpia en una caja de cartón, una colección muy grande de discos y DVDs en otra caja, dos sillas poco confiables, la pared cubierta de posters de Hellcat Records y Rancid, una ventana sin cortinas y tres televisores de alta definición. Tengo en mi mano el control remoto del nuevo Samsung Smart TV de 44 pulgadas. -mira- le digo mientras busco en mi bolsillo -me acaban de dar la Santander Black Unlimited con 30mil de crédito-te dije que no tardarían en ofrecértela- me dice, al mismo tiempo que toma la tarjeta para verla -se ve hermosa nuevecitaLa deja caer en el colchón mientras yo le pongo las agujetas a sus Dr. Martens. Tomo la tarjeta y la guardo en mi bolsillo. No uso cartera, nunca he usado. Roberto entra al baño. -ESTÁ SÚPER NICE TU NUEVA TELE WE, TE MAMASTE!- le grito fuerte para que me escuche desde el baño -YA SÉ WE!!!- me responde -ME PASÉ DE VERGA CON ESA!!!El ruido de la regadera se mezcla con nuestros gritos y con la música de los créditos de Daria. Salgo a la lista de vistas recientemente en Netflix. Futureworld, Community, Tiny Forniture, Adaptation… Sigo revisando las diferentes categorías por un rato sin saber que elegir hasta que Roberto sale del baño. -está súper fresa tu tele- le digo -ya sé- me dice -ya no necesitas conectar el X360 para ver Netflix- le digo -ya sé- me dice -renovaste Xbox live?-sí- me dice mientras se seca el cabello -siempre juego onlineSelecciono un episodio de Community mientras Roberto se viste. -ten- le paso las Dr. Martens -ya le puse las agujetas-YEAH!- me dice Se pone las botas y se mira en el espejo un rato. -me siento bien poderoso, me dan ganas de patear a alguien-ya vámonos- le digo -tenemos que ir a comer antes, no he comido nada- me dice -compramos unos hot dogs y un slurpee en el seven-creo que ya no venden slurpees- le digo -desde hace como un millón de
años-si venden- me dice -los volvieron a sacar con otro nombre-mejor vamos a un lugar menos chafa, vamos a estrenar la nueva tarjeta, yo invito-bueno- me dice Salimos del departamento. Caminamos hacia la estación más cercana del metro. Roberto, yo y las Dr. Martens. Justo antes de salir a la avenida, Roberto se detiene, abre su mochila y saca una lata de pintura. -espera- le digo mientras un carro pasa junto a nosotros. Espero a que se aleje -ya daleRoberto pinta una ‘A’ de color rojo en la pared gris. Guarda la lata en la mochila. -ya- dice Seguimos caminando. -ayer me hablaron del banco- le digo -me dijeron que esta no tiene cobro por anualidad de por vida y puedo disponer de efectivo en cajeros sin comisión-en la otra cuanto te cobran?-el 10% por retirar efectivo-y te la mandaron a tu casa en un día?-no- le digo -me ofrecieron llevarla a la casa o si quería recogerla en la sucursal más cercana, elegí recogerla yo-hubieras pedido que te la llevaran a tu casaAbordamos el metro rumbo al centro. La mega marcha comienza a las tres, aún tenemos suficiente tiempo para comer y ver algunas cosas en Mixup y Gandhi. -ayer estaba en soriana- me dice Roberto -iba entre el pasillo de la cerveza, ya llevaba algunas cosas en el carrito y de repente recordé ‘qué pedo, que estoy haciendo?’ el boicot contra Soriana!!!-NO MAMES- le digo -dejé el carrito en medio del pasillo y salí a tomar un taxi we!-NO MAMES WE! jajaja- le digo -NETA WE! le dije al taxista ‘lléveme al HEB’ SACAS?- me dice -preferí pagar taxi de ida y vuelta a cambio de tener mi conciencia tranquila-te hubieras ido en camión- le digo -JAJAJAJAJAJAJA-JAJAJAJAJAJAJALlegamos al centro comercial. Caminamos al área de comidas. Yo hablo por mi Iphone a Superlinea Santander para activar mi nueva tarjeta de crédito. No es que realmente tenga que hablar, afortunadamente los servicios de Su-
perlinea son totalmente automatizados, sólo marco mi código de cliente y las opciones numéricas que me va ofreciendo en el menú. Es mucho mejor que hablar con una persona. -vamos a McMurder- me dice -mmmm... mejor a Carls- le digo -quiero que pruebes la Southwest Patty Melt, es la mejor hamburguesa que he probado desde la cuarto de libra del Mc-hubiéramos ido al otro Carls- me dice -hay mejores instalaciones que aquíPasamos junto a Pizza Hut, Murder King y KFC hasta llegar a la fila para el Carls. -Buen día, bienvenidos-Me das dos combos Patty Melt por favor-combo sencillo o Six Dollar?-sencillo-papas criss cut?-quieres criss cut?- le pregunto a Roberto -yo no, gracias- me dice -unas criss cut y otras normales- le digo al cajero -algo más?-es todo-serían $179Aquí viene el momento que esperaba con ansias. Busco mi tarjeta negra reluciente en mi bolsillo. Lo hago como si no importara. Se la entrego sin mirarlo a la cara. -desea redondear un peso para…-no gracias- lo interrumpo Me entrega el ticket de compra para firmar, junto con una copia para mí. El poder de mi firma me hace sentir como un semidiós… como un dios. -en un momento le llevan su orden- me dice Buscamos un lugar en donde sentarnos. Uno desde donde podamos ver a las indefensas jovencitas que, acompañadas de sus amigas adolescentes, hacen compras impulsivas en tiendas de ropa y accesorios y demás tonterías innecesarias. Consumismo puro en el centro comercial. El Templo de las corporaciones y las compañías multinacionales. -me caga el redondeo- me dice Roberto -ya sé we, a mi también- le digo -es un fraude corporativista a los ojos de todos-impuestos y eso- le digo -sí, no mamesNos miramos sin saber que mas decir.
Buscamos alrededor. -ahorita vamos a Gandhi a buscar las obras del Bakunin- le digo -si we, ya las quiero comprar, luego te acompaño al Mixup- me dice -WE! ya quiero que veas The Other F Word-lo busqué para descargar, pero la calidad era muy mala-no lo descargues we, ahorita lo compramos-lo sacó Oscilloscope, verdad?-si we!!! ojalá esté disponible en blu ray-aquí tienen- el mesero nos entrega la charola -desean algún aderezo o condimento?-podrías traernos salsa buffalo por favor?Comemos lento, sin platicar mucho. Observamos jovencillas y señoras de apariencia joven acompañadas de sus jovencillas y sensuales hijas. -mira a esa MILF- me dice Roberto -UFFFF- le digo -está riquísima-su hija también-MILF & daughter-JAJAJAJAJA-JAJAJAJAJATerminamos de comer y vamos a hacer nuestras compras. Bakunin agotado. The Other F Word sólo disponible en dvd. Mal día. Salimos del centro comercial con las manos vacías. Caminamos al punto de reunión. Ya se ve mucha gente con mantas y carteles mal hechos. -hubiéramos traído un cartel o algo- le digo a Roberto Nos metemos entre la gente, buscando a alguien conocido pero no encontramos a nadie. -no mames que entre toda esta pinche gente no hay nadie de nuestros amigos- le digo a Roberto -ya sé, nosotros somos los únicos que andamos de activistas siempre-ya sé- le digo -mira!Señalo hacia donde esta una hermosa nena de cabello rojo y botas militares. No son Dr. Martens. -we vamos con ella- me dice Roberto Nos acercamos un poco. Y le digo: -Esta verguisima tu cabello-
-gracias- me dice y sonríe -Manic Panic Wildfire, verdad?-SIII!- me dice -cómo sabes?-yo solía pintármelo de ese mismo color- le digo -pero tienes el cabello bien negro- me dice -o es pintado?-CLARO QUE NO!- le digo -es negro natural, cuando me lo pintaba con Manic Panic tenía que decolorarlo como tres veces y cada dos semanas cambiaba de colorYa son casi las 3, la marcha está por comenzar. Se reunió mucha gente, pero la verdad yo esperaba muchos más. Un hippie con un megáfono pasa junto a nosotros. -A VER, ATENCIÓN POR FAVOR! VAMOS A CAMINAR HASTA LAS OFICINAS DEL PRI. POR FAVOR LES PIDO QUE TODOS ORDENADOS, CAMINEMOS POR LA CALLE, NO POR LA BANQUETA, TENEMOS QUE IR POR UN SÓLO CARRIL Y TRATEN DE CAMINAR RÁPIDO PARA NO ESTORBAR EN LOS CRUCES. ALGUNOS DE NUESTROS COMPAÑEROS ESTARAN RECOGIENDO PAPELES Y BASURA Y TENEMOS MUCHAS BOLSAS POR SI ALGUIEN MAS QUIERE AYUDAR. TAMBIEN TRAEMOS CINTA PARA LOS QUE TRAEN HOJAS CON INFORMACION, PEGUENLAS EN LOS TELÉFONOS PÚBLICOS Y PAREDES EN DONDE YA HAYA PUBLICIDAD PEGADA, POR FAVOR NO LAS PEGUEN EN PAREDES O PUERTAS DE NEGOCIOS. SI VAN A REPARTIR VOLANTES CON INFORMACIÓN, HAGANLO EDUCADAMENTE. CUANDO LLEGUEMOS A LAS OFICINAS DEL PRI, LES PEDIMOS QUE POR FAVOR SE MANTENGAN TRANQUILOS, NO QUEREMOS PLEITOS NI NADA. VA A HABER OFICIALES DE TRANSITO EN LAS CALLES POR LAS QUE PASEMOS PARA CUIDARNOS PERO TAMBIÉN CUIDENCE USTEDES, NO QUIERO ATROPELLADOS! VAMOS AVANCEN, AVANCEN!-neta van a recoger basura?- le digo a Roberto -no mames- me dice -qué pedo con estos pseudo hippies?-qué tiene de malo?- nos pregunta la pelirroja -no se les hace medio pendejo recoger basura cuando andan por ahí pegando hojas de papel y repartiendo volantes que van a terminar en las calles y tapando las alcantarillas?- le digo -además de que recoger basura se ve bien pinche naco- dice Roberto -le quita toda la seriedad a la marchaLa pelirroja nos mira sin saber realmente que responder. -mmm… pues… mmm… recogemos basura para demostrar que no somos unos desmadrosos nada más… y para que vean que realmente queremos cambiar a México… queremos un México más limpio y así…Roberto y yo la miramos sin decir nada. -es neta?- digo -que hueva- dice Roberto
-y qué pedo con eso de que no hagan desmadre en las oficinas del puto PRI?digo -ya sé- dice Roberto -pues la idea es mantener esta marcha de forma pacífica, sin vandalismo ni violencia, los del gobierno todo lo quieren solucionar con violencia y queremos demostrar que nosotros no somos como ellos- dice la pelirroja -pues a los del gobierno no les va a importar mucho mientras las cosas se mantengan pacificas- dice Roberto -si ellos están dispuestos a ensuciarse las manos, creo que nosotros también deberíamos estar dispuestos a hacerlo- digo yo -los de arriba hacen su desmadre sabiendo que la única respuesta de nosotros serán marchas pacificas que no les afectan en lo más mínimo a ellosdice Roberto -las marchas ya están contempladas en el sistema- digo yo -por eso el gobierno las permite- dice Roberto -porque las marchas no cambiaran el status mientras sean pacificas- digo yo -ve lo que pasa alrededor del mundo- dice Roberto -en Egipto por ejemplo- digo yo -ahí la gente se hizo escuchar porque no actuaron de forma pacífica- dice Roberto -ya sé- digo yo -sí- Dice Roberto La pelirroja nos mira como si fuéramos unos extravagantes. No dice nada. -vámonos a la casa wey, que hueva- dice Roberto -si we, a la verga con esto- digo yo Tomamos un taxi de regreso. Roberto paga. Llegamos a mi casa, no hay nadie. Entramos directo a mi cuarto. Roberto enciende la pantalla LCD de 37 pulgadas que no es nada comparada con su Samsung LED Smart TV. -ten weLe lanzo el control del Playstation 3. -ya terminaste InFAMOUS 2?- me pregunta -ya we! te mamaste-los dos finales?-si we, están VERGUISIMA!Roberto entra a Playstation Store. -mira we! ya viste que hay Summer Sale-no mames!Me acerco a ver los títulos.
-NO MAMES! Crysis en 13.99!!! la semana pasada lo iba a comprar en 19.99-c贸mpralo we!-espera vato, checa el precio en membrec铆as de Playstation Plus, igual y me compro la de 6 meses, me conviene porque me dan un chingo de descuentos, juegos gratis, full game trials y acceso a contenidos exclusivos, entre muchos otros beneficios-.