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TOLEDO / El hijo de pueblo
El hijo del pueblo
Vida, pasiรณn y obra 1
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CRONOLOGÍA DE UN LIDER 1934 1936 1946, 28 de marzo 1951 1955 1963 1970
1976, mayo 1978 1978, diciembre 1985 1987 2000, julio
Don Anatolio Toledo llega de Lima. Se casan los padres de Alejandro Toledo y viven en Lince. Nace Alejandro Toledo en un pueblo cercano a Cabana, en las alturas andinas del departamento de Ancash. Alejandro ingresa a estudiar transición en la escuela de Cabana. La señora Margarita Manrique viaja, acompañada de sus hijos, desde Málape de Cabana y de allí a Huallanca, donde toman el tren para trasladarse a Chimbote. Alejandro Toledo se convierte en corresponsal escolar del diario La Prensa y logra entrevistar al candidato Fernando Bealunde Terry, quien finalmente ganó las elecciones. Alejandro se gradúa en la Universidad de San Francisco. Ese mismo día recibe la triste noticia de que un gran terremoto ha causado una tragedia en el Perú. Se gradúa de doctor en la Universidad de Stanford y comienza sus estudios de postgrado en setiembre de 1970 y los termina en mayo de 1976. Parte hacia su primer trabajo como Ph. D. en las Naciones Unidas en Nueva York. Regresa al Perú en 1978, acompañado del amor de su vida, Eliane Karp. Parte a dar conferencia en México. Ingresa a ESAN. Se opone a estatización bancaria de Alan García Encabeza la Marcha de los Cuatro Suyos para derrotar a la dictadura de Fujimori. DERECHOS DE EDICIÓN RESERVADOR IMPRESO EN EL PERÚ
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El Pachacútec del tercer milenio
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onvertido en el Pachacútec del tercer milenio, en el fragor de la lucha del pueblo contra la dictadura fujimontesinista, Alejandro
Toledo encarna la esperanza de millones de peruano para una patria en la que no haya más pobreza y en la que se logre rescatar y revalorizar
la dignidad los más necesitados, secularmente olvidados y oprimidos. Gran parte de los textos de esta revista fueron redactados por el propio
Toledo en su libro autobiográfico “Las cartas sobre la mesa”, por ello aparecen el primera persona.
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Cabana,
la cuna de un luchador
Historia de Alejandro Toledo, su origen humilde y su entrañable Cabana en las alturas ancashinas
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i madre era hija de campesinos del distrito de Cana, provincia de Pallasca, en Ancash. El lugar se encuentra a 4 500 metro de altura, es decir, apenas a un paso de la puna. Los terrenos cultivables son escasos y la pobreza era y sigue siendo moneda corriente. En general, los recuerdos de ese tiempo lejano han llegado a mí fragmentados y reducidos a lo esencial, como corresponde a la vida dura y áspera de una familia campesina.
Cultivábamos quinua, choclos, habas y trigo. Algunas familias criaban cabras y los más ricos tenían una o dos vacas. Mi madre se llamaba Margarita y, para ser exactos, nació en Ferrer, que es un caserío a 45 minutos a pie, a media hora en burro desde Cabana. La familia hacía ese viaje todos los sábados o domingos para surtirse de lo que la tierra no daba. Era la vida dentro de una economía de trueque, en un lugar apartado de la sierra del Perú. Llevaban al pueblo dos o tres sacos de
papas o maíz y regresaban a casa con kerosene, fideos, sal, azúcar… ¿Cuánto ha cambiado el mundo desde entonces? Mucho. Pero el pequeño mundo en el que nació mi madre, y más tarde nací yo, apenas lo ha hecho. Al efectuar este recuerdo observo como el empobrecimiento del campo cambió el destino de mi familia y el mío. La explicación que el abuelo encontraba al empobrecimiento creciente apuntaba inevitablemente a la migración.
Don Anatolio Toledo y doña Margarita Manrique acompañados de sus hijos en la idílica Cabana
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TOLEDO / El hijo de pueblo Mis padres Anatolio Toledo y Margarita Manrique en Lima.
Viejos, mis queridos viejos un romance en la capital Historia de Don Anatolio Toledo, su primera llegada a Lima y cómo empieza a trabajar de albañil. En ese entonces conoce a Margarita Manrique y ambos, enamorados, se casan.
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i madre llegó a Lima alrededor de 1934… Hay en mi familia una fusión de culturas y sangres que el reflejo de esa migración. Mi padre nació en Nazca, la abuela era una morena de Ica y el abuelo un cholo de Ayacucho, de la provincia de Coracora. Mi padre Anatolio Toledo trabajó en la chacra junto con sus hermanos y a los 7 años comenzó a estudiar. A los 14 años quedó huérfa-
no y cuatro años después abordó un camión que hacía el trayecto Nazca-Lima… Ya instalado en Lima, su vida dio un gran vuelco cuando entró a trabajar con un primo que era albañil. Comenzó como ayudante en una empresa de ingenieros que tenía varias obras en construcción, primero lo colocaron en la avenida Brasil, que en ese entonces estaba en plena expansión. Trabajó allí durante seis años… Fue en
esa época que conoció a mi madre. Mis padres se casaron en 1936. La pareja vivía en una casita en Lince. Ambos trabajaban hasta que llegó
el primer hijo, Luis. Tres años después tuvieron mellizos, Jorge y Germán, por lo que la vida continuó allí mientras la familia crecía.
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TOLEDO / El hijo de pueblo El nacimiento de un pueblo. Anatolio Toledo colocando las bases de la escuela del pueblo joven San Isidro. Alejandro en primer plano a la izquierda.
Me voy pa’l pueblo y todos regresaron a Cabana
La figura del abuelo, hombre autoritario y protector, llevó a la familia Toledo a viajar a Cabana, retornando al terruño en busca de un mejor porvenir
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e vez en cuando llega de Cabana el abuelo trayendo sacos de papa y maíz. Era un personaje complicado, sin duda autoritario, muy celoso de su hija y nunca faltaron los tropiezos con mi padre. En una de sus tantas visitas, en 1942, el abuelo vino decidido a llevarse a la familia. “Oiga –le dijo a mi padre-, mi hija puede ser pobre, pero en su tierra nunca le faltará de comer”. Se acercaba el 25 de julio, día del patrón de Cabana, Santiago el Mayor. Hacía muchos años que mi madre había salido de su pueblo y ella también lo extrañaba. Hubo una conversación y mi padre cedió. Partían a Cabana. Fue una decisión fundamental. Al principio fue la fiesta. Comenzó el 18 de julio y continuó hasta el 5 de agosto. En realidad mis
padres estaban haciendo una migración curiosa. Ellos iban de la costa a la sierra. Adaptarse a esa vida fue al principio muy difícil para él. El día comenzaban muy temprano: a las cuatro de la
mañana había que subir a la compuerta, traer agua y poder regar las parcelas. Allí conoció el frío cortante de la puna.
pasó por un proceso de serranización. Aprendió los secretos de la vida de esa tierra y se curtió ante la dureza del clima.
En cierta forma mi padre
La Segunda Guerra Mundial impactó en lejanas comarcas. Se descubrió el tungsteno, que era la última palabra para la aleación de los metales. En los cerros había vetas de tungsteno, oro y antimonio. Hasta allá fue mi padre a solicitar un trabajo, era albañil y los campamentos mineros se levantaban a toda prisa. En Lima un maestro albañil ganaba dos soles cincuenta, pero en las minas el pago era de dos soles los hombres sembraban la chacra en la temporada y luego partían a trabajar en las minas.
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El cholo vio la luz en las manos de su padre
Emotivas circunstancias en que Margarita Manrique da a luz a su hijo Alejandro, atendida en el parto por su esposo Anatolio Toledo, quien tuvo que dejar su trabajo en la construcción del Cañón del Pato para ir en su ayuda
TOLEDO / El hijo de pueblo sola con sus hijos y tenía verdadero terror de que se produjera otro accidente. Cuando mi padre recibió la noticia del inminente parto, pidió permiso en el campamento e inició el regreso a casa con toda rapidez. Felizmente no hubo percances. Dos días después del arribo, atendida por él, mi madre tuvo un parto normal. Era el 28 de marzo de 1946.
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n 1946, Anatolio, mi madre, estaba trabajando en el campamento para instalar a los obreros de la hidroeléctrica del Cañón del Pato. Un día de marzo de ese año recibió una llamada telefónica de mi madre. Ella se encontraba en avanzado estado de gestación, pero de todas maneras viajó en mula diez o quince kilómetros hasta llegar a una hacienda donde se hallaba el único teléfono de la región… La llamada traía un mensaje: mi madre estaba por dar a luz. Del Cañón del Pato y Cabana había un trecho que se hacía en ferrocarril y otro a mula o a pie. Coincidió que en esos días se había producido un terrible accidente: los cablecarriles que cruzaban un cerro se habían roto, causando la muerte de muchas personas. Mi madre estaba
La familia Toledo Manrique en foto para el recuerdo 7
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TOLEDO / El hijo de pueblo Con mis padres, también Nancy y Joel, poco antes de mi partida Chimbote 1963.
Las locas ilusiones en busca de un porvenir
Los recuerdos son imágenes que marcan la vida. Desde niño, Alejandro Toledo supo enfrentar los retos que le marcaban la pauta de una niñez apremiada por las carencias materiales, pero rica en experiencias de una familia laboriosa y unida.
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veces me veo en la chacra, muy temprano en la mañana, con algo de frío pero contento, ayudando a mis padres en la cosecha de ocas. Otro recuerdo muy antiguo, éste sí era muy serio para mí, es el de ayudar a mi madre a dar a luz a uno de mis hermanos. Mi madre era el partero, pero en esa temporada estaba trabajando y en las minas. Mis hermanos y yo, que entonces tenía cuatro años, tuvimos que hacer frente a la situación. Había un balde de agua caliente donde desinfectamos la tijera y cortamos el cordón umbilical. Además, con el agua caliente, había que lavar al recién nacido para sacarle una delgada capa de grasa. Se trataba de un procedimiento delicado, porque la criatura era muy frágil y nosotros inexpertos.
Estuve consciente de mi pobreza desde los cuatro años. Por razones que en realidad no me explico, percibía esta situación personal, familiar y grupal. Yo notaba en el pueblo de Cabana toda la inclemencia del abandono. Veía a la gente doblegada, sentada en la plaza, mirando pasar el tiempo. Los hombres y las mujeres llevaban la resignación en la plaza, mirando pasar el tiempo. Los hombres y las mujeres llevaban la resignación en la mirada, pero también había otros que sentían dentro de sí una furia enorme ante la miseria, unas ansias desesperadas de hacerle frente. Son imágenes que se fijan en la imaginación y luego ya no se pueden borrar. He visto morir a los niños… ¿Por qué mi casa era diferente? Por fuera era idéntica a todas las demás, estaba rodeada de contornos desolados, pero además había una calidez especial. Nunca percibí resignación en mis padres ni en ninguno de nosotros frente a la pobreza extrema.
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Entre esteras
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en la urbe del pescado
Empieza otra etapa en la vida de la familia Toledo Manrique. Emigran de Cabana a Chimbote, donde el padre había logrado asentarse. El encuentro en la estación de Chimbote, entonces convertida en caleta de pescadores, fue muy emotivo y ellos se instalaron en una humilde construcción de esteras del pueblo joven San Isidro
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los cinco años fui a la escuela en Cabana. Había que salir muy temprano y caminar hasta el,pueblo en compañía de mis hermanos. Allí hice la transacción y el primer año de primaria, pero en ese tiempo algo importante estaba sucediendo a nuestro alrededor.... Después de la guerra del mineral de las minas tenia menos demanda. Las minas de carbón cerraron y el trabajo comenzó a escasear. Mi Padre un día partió con mi hermano mayor Luis hacia Chimbote. Nosotros estábamos acostumbrados a verlo partir, pero también a verlo llegar y lamentamos esta larga estadía. Por fin,
mucho meses después, llego mi hermano Luis con la consigna de mi padre: partimos todos hacia Chimbote. Había que preparar el camino, llevamos ocho sacos de papas y maíz que eran todo nuestra capital inicial en Chimbote. Recuerdo que cerramos la puerta y partimos. Alguien nos había prestado algunas mulas que cargamos con los sacos. Entonces comenzó el arreo. Un perrito chusco, al que llamamos Limón, también nos acompañaba. De Malape a Cabana a Tauca, de Tauca hacia abajo. Caminar desde las tres de la mañana para llegar a las dos de la tarde a Huallanca, en tren
y lo perdimos. Pero íbamos preparados, mi madre sacó de las alforjas la comida, había trigo y cancha. El viaje desde Huallanca hasta Chimbote demoraba cinco horas. Ese viejo tren de principios de siglo, que arrastraba unos cuantos vagones destartalados, fue i primer
contacto con la modernidad tecnológica.
La casa familiar, por fin completamente terminada.
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El mar
lo marcó para siempre El horizonte marino chimbotano marcó las primeras experiencias de Alejandro con la inmensa riqueza hidrobiológica del Perú, en pleno auge de la pesca costeña en esa región, pero no por ello dejó de marcas en él nuevas experiencias, esta vez al sentirse corriendo en sus orillas.
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himbote era una caleta de pescadores (pero estaba a punto de convertirse en una increíble ciudad,
Con el Cardenal Cushing durante su visita a Chimbote llena de desorden y vitalidad) que recuerdo vivamente. Los pescadores salían en chalanas y traían su carga, que era para el consumo humano. Mi hermano mayor nos había amenazado perentoriamente: “Mucho cuidado con meterse al mar porque te
jala y mueres”. Desde luego no sabía nadar. Me acuerdo metiendo un pie en el agua, con mucho cuidado, lentamente. Luego, poco a poco, fuimos entrando a la orilla, ganando confianza, hasta que de pronto habíamos descubierto la maravilla del mar. Fue un día inolvidable
de juegos, carreras por la orilla y atrapar en la arena húmeda muy-muys y maruchas, que son unas conchitas con las que se preparaba caldo. Desde entonces el mar fue un sustento para la familia y siempre lo extrañe cuando viví lejos de él.
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El lustrabota
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una chamba inolvidable Cuando cambió su vida y empezó a labrarse en la portuaria ciudad, desde la rudeza del trabajo infantil, para “hacerse hombre” a punta de su esfuerzo, desempeñándose como lustrabotas.
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uando cambió su vida y empezó a labrarse en la portuaria ciudad, desde la rudeza del trabajo infantil, para “hacerse hombre” a punta de su esfuerzo, desempeñándose como lustrabotas. Tengo en la memoria la noche en que unas doscientas familias tomamos el terreno público donde levantaríamos nuestras casas. Con su habitual determinación, mi madre se puso al frente. Las mujeres y los niños íbamos adelante, ya que, teóricamente, los policías no golpeaban o lo hacían con menos fuerza a esta avanzada. Al día siguiente, amaneció u nuevo barrio de esteras y abanderas peruanas, un barrio que había nacido y crecido en una sola noche, con una fuerza incontenible. La invasión se llamó Santiago Apóstol, porque la mayoría de las doscientas familias veníamos de la sierra de Ancash y el santo patrono de Cabana era Santiago.
nosotros lo sentíamos dolorosamente. Esta experiencia desbalanceó el precario equilibrio económico de la casa. Mi hermano mayor y los dos mellizos que lo siguen tuvieron que hacer frente a la situación. Fue por esta temporada en que yo, que ya tenía seis o siete años, salí por primera vez a lustrar zapatos en la calle
Recién llegado de Chimbote, a los cinco años. Abajo lustrando los zapatos a un señor.
Con todo, como mi padre era uno de los líderes del barrio, la represión cayó con más peso sobre él y sobre el otro dirigente, don Manuel García, quien se negó a dar los nombres de los otros organizadores. Ambos fueron a l cárcel varias veces, por breves temporadas, aunque 11
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Recibiendo el saludo del alcalde de Chimbote el día de la inauguración de la escuela del barrio 1959.
El sueño de chibolo ser presidente del Perú
Una niñez llena de privaciones y esperanzas, bajo el calor de sus amorosos padres, forjaron su vida. Tuvo un sueño: ser presidente del Perú
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os padres de familia hicieron infinitud de gestiones ante las autoridades hasta que por fin expidieron la ansiada Resolución Directoral por la que se creaba la Escuela Mixta 3107. Era apenas un local de un rancho alquilado a cargo de la maestra Carmen de Gutié-
rrez. Allí hice nuevamente el primer año de primaria, mientras el patronato de padres de familia comenzó a construir el nuevo local. Adobe tras adobe, las nuevas aulas se levantaron y cuando ya estaba en segundo de primaria, llegó el día de la inauguración. Los
moradores invitaron al alcalde de Chimbote, un señor de apellido Zúñiga, quien no tenía un brazo, y hasta al subprefecto, que unos años antes nos había enviado a la policía y asistió muy orondo a la gran ocasión. La maestra me encargó dar el discurso en nombre de los alumnos.
Fue la primera vez que tuve que hablar en público. No recuerdo qué dije, ni siquiera el pánico que seguramente sentí, pero fue un gran día para todos, del que todavía quedan algunas fotografías amarillas.
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La letra con sangre entra
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el palmetazo imponía su ley Su paso por el colegio Minerva permite hacer una reflexión sobre el problema educativo en el país
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n día mis padres decidieron cambiarme de colegio. Alguien les había hablado sobre la escuela que el profesor Arsenio Vásquez Salazar tenía cerca de la poza con sapos y renacuajos que tanto nos llamaban la atención. Era la escuela Minerva, cinco salones húmedos rodeados de pantanos, pero donde se impartía una educación disciplinada, férrea, que no estaba muy de acuerdo con
lo que aspiraban mis padres para nosotros. No sé si el colegio tenía un lema, pero el más exacto, escrito sobre la puerta, habría sido: “La letra con sangre entra”. Reconocer esta realidad no disminuye en nada mi afecto y gratitud para con el viejo colegio Minerva, en donde mis hermanos y yo terminamos la primaria. Salíamos al frente y el profesor preguntaba desde su pupitre: n Guzmán, 5 x 8.
Guzmán no sabía, le tocaba el turno a Pérez: n 5 x 8 = 40 Entonces, Pérez era el encargado de darle cinco palmetazos a Guzmán. Tal vez he olvidado muchas de las lecciones que teníamos que repetir de memoria, pero aún recuerdo estas palmetas de madera, dura y sólida, con varios agujeros en el centro. La educación en el Perú
nunca ha sido un ejercicio analítico que inculque en los jóvenes el espíritu crítico y el razonamiento. No se enseña el hábito de la lectura, mucho menos el poder expresar las ideas como sucede en otros sistemas educativos, en los que el alumno debe elaborar por escrito sus propias reflexiones. En la época en que yo estudié creo que se guardaba cierta exigencia que con el tiempo se ha perdido.
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Y se hizo periodista
fue corresponsal de La Prensa Convertido en corresponsal del diario de Baquíjano, tuvo una anécdota especial al entrevistar al entonces candidato Fernando Belaunde Terry, quien finalmente ganó las elecciones de 1963.
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o cursaba el tercer año de media y un acontecimiento nacional vino a cruzarse de cierta manera en mi vida. Ese año se realizaron las elecciones generales que finalmente dieron el triunfo a Fernando Belaunde Terry. Paralelamente, la Asociación de Profesores de Periodismo organizó una competencia entre los colegios de Chimbote. Cada centro educativo, luego de un concurso interno, elegía a un representante que pasaba a la final. Desde tiempos de la escuela Minerva, me había gustado escribir composiciones, así que participé en el concurso que finalmente gané. El premio para el ganador del concurso interescolar de periodismo consistía en ser nombrado corresponsal del diaria La Prensa. De esta manera, en tercero de media, me vi investido de este título de corresponsal que me colocaba como espectador privilegio de esta intensa campaña. Las entrevistas se realizaban en el hotel Chimú, un lugar que siempre ha sido significativo en mi vida. Al principio, cuando era lustrador de zapatos, no me dejaban entrar, ni siquiera podía acercarme a la puerta. De pronto había autorización para entrevistar a estos importantes señores. Las conferencias de prensa se realizaban en el lobby de entrada, pero luego yo pedía una entrevista que luego se me concedía, ya que La Prensa pesaba. Para un muchacho de mi edad y con el escaso mundo que tenía a cuestas, conocer a los candidatos fue una experiencia transcendente. Recuerdo especialmente la entrevista con Fernando Belaunde, quien entonces estaba en todo su apogeo. Esa fue la primera vez que escuché hablar de la Reforma Agraria.
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Agarró viaje a EE.UU
Enseñando en la Universidad de Harvard, 1953. Arriba en plena campaña electoral
se fue para estudiar becado A través del Rotary Club de Chimbote, Alejandro logra alcanzar el sueño de todo adolescente: una beca para estudiar en el país más poderoso del planeta
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ucedió que una organización de Estados Unidos ofreció una beca para un estudiante peruano que acabara de terminar la secundaria. Era apenas por un año y había que competir con todas las escuelas y colegios nacionales… postulé a la beca. Obtuve cartas de recomendación del director, del profesor de literatura y del profesor de política económica. Recordando mis
tiempos de corresponsal de La Prensa, se me ocurrió que una carta del presidente Belaunde podría hacer la diferencia. De esa manera, un buen día me vi subiendo a un ómnibus de la empresa Chinchaysuyo con rumbo a Lima, acompañado de un hermano mayor. Fue la primera vez que llegué a Lima. La ciudad me pareció inmensa. No sé por qué razón me impresionaron mucho las
casas en los cerros. Nos alojamos en la casa de una tía, hermana de mi abuelo, que vivía en Zárate.
del colegio San Pedro me manda llamar a su despacho y anuncia que me habían otorgado la beca por un año.
El atrevimiento surtió efecto. No sé cómo mi nota llego hasta Belaunde, quien escribió una carta muy sencilla, recordándome como periodista de la provincia y agregando unas breves líneas sobre Chimbote.
En el bolsillo tenía toda mi fortuna: ciento diez dólares que me debían llevar de los arenales de Chimbote a las verdes colinas de California. Además, llevaba conmigo varios regalitos colectados durante una fiesta de despedida en mi casa.
En julio o agosto el director
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Con el equipo de futbol de la Univesidad de San Francisco
Pisó mucha pelota
estudió en la tumultuosa década del 60
Sorpresas tras sorpresas, Alejandro se ve envuelto en la gran protesta juvenil norteamericana de la década del 60
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legamos a una gran fuente de agua en el centro de la universidad (de San Francisco), donde un tumulto grande estaba reunido. Sin saberlo, había caído en el centro del movimiento de protesta que sacudió al a sociedad norteamericana durante esa década. El tumulto se había congregado porque un grupo del movimiento Panteras Negras. Se vivían intensamente el clima de los años de Vietman, la lucha por los derechos civiles de los negros, la reivindicación de las minorías y todo el contexto cultural y político de los años sesentas. La Universidad de San Francisco había sido hasta 1964 sólo para hombres. Acababa de abrirse y volverse mixta, recibiendo a muchachas que generalmente acababan de egresar de los colegios católicos. Se trataba de una universidad de mucho pres-
tigio, muy costosa, elitista y pequeña. Los alumnos eran gente de mucho poder económico. Además, la universidad se caracterizaba por mucha apertura a los extranjeros. Allí estudiaban los hijos de los reyes destronados de Europa, de los jeques de Arabia, de los presidentes de Filipinas y de los ministros de Sudamérica. Alrededor del cuarenta por ciento de la población estudiantil era extranjera. Allí conocí algunos peruanos, con los que rápidamente entablé buenas relaciones. Entre ellos yo era el único serrano y provinciano; en otras palabras, el único que no tenía plata. Pero las distancias disminuían frente al hecho de tener todos una patria en común. De todas maneras, apenas tenía tiempo para frecuentar estos amigos peruanos porque debía estudiar y trabajar.
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l hombre que resultó providencial para torcer ese destino que parecía cantado fue el profesor Woo. Un día me llamó a su despacho, quería conversar conmigo para saber qué planes tenía para el futuro. Le conté que mi determinación era regresar, le expuse mi real situación. Woo se opuso tajantemente, dijo que era un enorme error dejar los estudios a medio camino y me instó a postular al postgrado. Gracias a él, se abrió de un momento a otro la perspectiva de especializarme en los estudios de Economía que ya había iniciado en la universidad de San Francisco.
Un terremoto en plena graduación
Al terminar el cuarto año, parecía que mi destino estaba decidido. Debía regresar al Perú y poner punto final a los estudios. Era una realidad cruel, pero tenía que encararla: mis recursos financieros no daban para más El día del doctorado en la Universidad de Stanford.
Terminaron los estudios en la universidad de San Francisco. El Perú se había clasificado para el mundial de fútbol en México y no eran pocos los peruanos que vivían en el extranjero que planearon darse un salto hasta León, donde debía jugar la selección peruana. Al fin llegó el día de la graduación, allí estaba toda la universidad, comenzando por el rector, las autoridades, los profesores y todos los compañeros. Desde luego, en un rincón de la platea estaban mis viejos amigos de Chimbote, Nancy, Joel y George, quienes tanto habían hecho para que ese día fuera posible. Pronuncié el discurso, luego vinieron los aplausos, los abrazos y las felicitaciones de rigor. Todo era felicidad. Apenas bajé del estrado, recuerdo que alguien me hizo un comentario sobre sismo que se había producido en el Perú se había producido un gran terremoto, el epicentro estaba en Ancash, se trataba de una tragedia. Fueron días de mucha tensión, principalmente preocupante por inquietantes noticias sobre sus familiares hasta que supo que estaban bien. Entonces, reinició sus estudios académicos hasta doctorarse en la universidad de Stanford. 17
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Eliane
Junto a Eliane, la mujer de su vida.
su gran amor
Desde que se conocieron un flechazo unió sus vidas
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legó por primera vez al Perú en 1978, junto con Alejandro, su novio, y no le fue problema identificarse con la familia Toledo Manrique que la acogió como una hija más entre los dieciséis hermanos. Eliane Karp es belga de nacimiento, hija de judíos que tuvieron que padecer la horrenda experiencia de la Guerra Mundial, pero formada en un hogar muy unido supo salir adelante. Mientras cursaba estudios conoció a Alejandro, quien empezó hablándole de José María Arguedas y su “Yawar Fiesta”. Ella cursaba estudios en la universidad de Stanford, en California,
y había leído a Cortazar y García Marquez, él le habla del autor peruano de “Todas las sangres”, el flechazo no se hizo esperar y el amor unió sus vidas. Fruto del amor nació Chantal, quien ahora cuenta con 18 años. Eliane trabaja indesmayablemente junto a su esposo, se le ve en las marchas y actuaciones, sonriente, dulce y afectuosa, estrechando saludos con mujeres humildes, siempre dispuesta a oír sus pedidos y junto a Alejandro encabezando la lucha popular por la reivindicación del “Perú profundo”.
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El Perú siempre estuvo en su corazón.
El Olor del terruño lo trajo de vuelta
Hacía mucho tiempo no regresaba al Perú. Como todos los peruanos en el extranjero, extrañaba la patria, pero sufría mucho por no ver a su madre que ya estaba enferma
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n día tomé la decisión, decisión, debía regresar al Perú siquiera para verlo por un momento. El encuentro con la familia fue muy emotivo, habían pasado tantos años. Recuerdo que llegué con el pelo largo, como era normal tenerlo en esos tiempos en Estados
Unidos. Para mis padres, en cambio, debió representar un verdadero choque. Apenas fue una rápida, feliz y dolorosa visita. Llevamos a mi madre al hospital Loayza, luego a la clínica Anglo Americana, pero el tratamiento para su dolencia costaba muchísimo dinero
y no teníamos. De nuevo regresamos al hospital Loayza. Alejandro había vuelto a su patria porque extrañaba el terruño, era una corta pero intensa visita en la que al hecho de reencontrarse con sus seres queridos se sumaba la preocupación
por la salud de la autora de sus días. Había venido para volver a sentir el calor de los suyos, para revivir sus experiencias y reencontrase con amistades de la infancia, pero finalmente, debía partir y dejar el Perú para continuar sus estudios en el extranjero. 19
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Doloroso adiós falleció su madre
Un hecho trágico envuelve su vida, emprende el viaje desde la lejanía del país del norte para acompañarla en su última morada, junto a sus seres queridos.
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ecuerdo la voz de mi padre en el teléfono. En ese momento sólo tenía una cosa en mente: verla por última vez. Les pedí que demoren el entierro. Aguanten un día y llego, les dije. Debía tomar la ruta más larga, por Miami. Llegué a Lima al atar-
decer de un día de octubre. A tomar un colectivo, que es lo más rápido para llegar a Chimbote. Pero el colectivo no se llenaba y los carros no querían salir si no tenían los asientos completos. Estuve allí tres horas esperando. Pensaba en mi madre y en
los míos aguardándome. Tres horas infinitas, por último no aguanté más, decidí pagar los dos asientos adicionales con tal que partir de inmediato. Llegue a Chimbote a las cinco de la mañana, a las once enterramos a mi madre. Allí estábamos todos
otra vez reunidos, mis hermanas, mis hermanos y mi padre. Él estaba destrozado, siempre tuvo una relación muy intensa con mi madre. Nosotros hemos sido dieciséis hijos, todos de la misma madre y del mismo padre.
Misa ofrecida por la salud de Alejandro Toledo y Eliane en la capilla del colegio Inmaculada, que fue oficiada por el padre Ricardo Morales, quien celebra su matrimonio Koki Toledo y Ferderico Vargas (cortescia de Caretas) 20
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TOLEDO / El hijo de pueblo Sede de la Universidad de Stanford
Stanford lo llamó
se codeó con grandes expertos Junto a estudiantes de diversas nacionalidades, destacó por su talento y profundidad de ideas sobre temas de economía internacional
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abía que continuar. Comencé mis estudios de postgrado en setiembre de 1970 y los terminé en mayo de 1976. A la mitad de la segunda maestría postulé al doctorado, me aceptaron y reconocieron todos los cursos de maestría como parte del programa de doctorado. Entonces, comencé a pensar en la tesis. Era relativamente fácil elaborar una con los datos de la realidad, los grupos chicanos, por ejemplo, pero yo quería hacer una tesis sobre el Perú. La propuesta de mi tesis (vinculada al uso de los censos y los cambios que se producen en la inversión de los recursos humanos, el empleo, el crecimiento y la desigualdad de la distribución de los ingresos)
ya había sido aceptada por los profesores de Stanford y vi en este viaje al Perú la ocasión para recolectar los datos necesarios. Cuando mi estadía en Lima terminó, tenía miedo que alguien en el aeropuerto retenga ese material. Al llegar a Stanford sabía que tenía oro en polvo en las manos. Mis profesores no lo podían creer, se trataba de una información de primera mano de la que se podían sacar muy valiosas conclusiones.
Presidiendo el Club Hispano Americano de la universidad. 21
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El primer trabajo
con lo mejor de las Naciones Unidas
Alejandro logra aprobar su tesis en Stanford y empieza a trabajar en las Naciones Unidas
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n 1975 tuve un breve paréntesis en ese tiempo de trabajo nocturno y solitario, rodeado de máquinas silenciosas. El profesor Martin Carnoy, quien era mi jefe de tesis y ahora es mi colega y amigo íntimo, iba a dar una conferencia en Paris, en la OCED, y quería que yo presente los resultados preliminares de esa tesis que estaba en plena elaboración. Por primera vez crucé el océano y fui a Europa. Fueron tres semanas en las que viajé por Holanda, Alemania e Inglaterra. Regresé a Stanford con
el propósito de terminar mi trabajo. Al fin pude defender la tesis, que fue aprobada. Al día siguiente partí hacia mi primer trabajo como Ph. D. en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Era mayo de 1976. Estuve tres meses en esa colmena humana que es Nueva York. Antes de que se cumpla el contrato, me enviaron a Buenos Aires para trabajar en un proyecto conjunto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la UNESCO y la CEPAL.
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Su vida académica:
Stanford, Harvard, el BID, el Banco Mundial Una destacada labor le permitió dejar huella en los principales centros académicos de nivel superior del país y del exterior
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egresé al Perú en 1978. Había pasado trece años desde que me fui. Poco después, mientras estaba en Lima, recibí una invitación para participar en una conferencia en Río de Janeiro que organizaba el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Entre los asistentes se encontraba uno de los gerentes de Estudios Económicos del BID que me invitó a dar otra conferencia en México. Mi esposa había partido a la Universidad de
Stanford para concluir sus tesis de Ph. D. en Lingüística sobre el surrealismo francés. Decidí acompañarla y en diciembre de 1978 partí a dar esta conferencia en México. Tuve la suerte de que mi antiguo asesor de tesis, Martín Carnoy, me invitara como profesor visitante a Stanford. Hacia julio de 1979 se presentó una oferta muy atractiva en el Banco Mundial, debíamos partir a Washington. En el Banco Mundial yo
era el encargado de seguir las políticas económicas de tres países latinoamericanos: Guatemala, Uruguay y República Dominica.
Banco Interamericano de Desarrollo
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Dejo billetón por amor al Perú
Dejó un alto cargo internacional donde ganaba seis mil dólares mensuales para trabajar en una vieja mesita del Ministerio de Trabajo y con un sueldo de doscientos dólares
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l regreso de la democracia al Perú llenó de entusiasmo a muchos que estábamos afuera. Se abría una nueva posibilidad para el país. Algo habíamos aprendido en todos estos aos, algo que podría ser útil en nuestra propia tierra. Manuel Ulloa convenció a Richard Webb, quien me pidió que regresara con él al Banco Central de Reserva. Pero, simultáneamente, Belaunde había buscado a Alfonso Grados, quien me propuso que lo acompañara en el Ministerio de Trabajo. Para abreviar, finalmente llega-
mos a un acuerdo. Yo regresaría al Perú para hacer el enlace entre el Ministerio de Economía, el Banco Central y el Ministerio de Trabajo. Había que hacer compatibles las decisiones de política económica del Ministerio de Economía y Finanzas, la política monetaria de BCR y el área social a cargo del Ministerio de Trabajo.
El amor por el Perú lo trajo de vuelta.
Volver al Perú se había convertido en la meta más anhelada y ahora, en esta primavera democrática, que auguraba mejores tiempos, se me ofrecía la oportunidad de regresar.
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n el origen de todo había un sentimiento de rebeldía ante los hechos consumados que reivindico claramente. Al principio actué con la máxima cautela, busqué algunos amigos altamente preparados, cambiamos ideas, teníamos la certeza de que aún era posible hacer algo. Así se fue conformado el equipo pequeño, pero muy eficiente. Allí estaba Máximo Vega Centeno, de la Universidad Católica, Jorge Dubroski, un economista argentino que enseñaba Econometría en la Universidad de Lima, Juan Julio Witch, sacerdotes jesuita, profesor de la Universidad del Pacífico que tenía una vasta experiencia en el Instituto de Planificación y estaba haciendo un Ph. D. en la Universidad de Harvad, Martha Rodríguez, quien terminaba su Ph. D. en Boston, y Norberto García con un doctorado en Oxford, quien llegó como un apoyo técnico del Programa Regional de Empleo para América Latina y el Caribe, que es una oficina de la OIT con sede en Santiago de Chile.
El Plan Toledo
Se proponer cambiar el Péru, generar trabajo productivo, “poner a trabajar” a todo el país para sacarlo adelante y acabar con la pobreza, la falta de vivienda, de una atención de salud adecuada para los más pobres, dar confianza al inversionista nacional y extranjero, reinstitucionalizar el país y consolidar la democracia suficientes para desatar una tormenta de proporciones. De pronto, el llamado Plan Toledo –así bautizó El Observador a este trabajo que en realidad era la obra de unequipo- estaba en todos los titulares. La primera reacción que recibí fue una llamada telefónica de Alfonso Grados. El presidente Belaunde lo estaba llamado con insistencia.
El día de la entrega del Plan Toledo al ministro Leguía.
El tiempo se agotaba, pero yo no quería dejar las cosas a medio hacer. Patricio Rickets fue nombrado ministro de Trabajo, pero apenas pasaron dos meses y Belaunde decidió hacer un cambio: Rickets pasó al a cartera de Educación, a Trabajo llegó Leguía. A él me tocó entregarle el documento de doscientas páginas que finalmente elaboramos. Organismos una reunión en el ministerio, invitamos a la gente de la AID y al director regional de la OIT. Decidí hacer públicas las conclusiones que durante tantos meses habían aguardado en la congeladora del ministerio de Economía. Dos periódicos, el Latin América Report, que se escribe en Inglaterra, y El Observador de Lima tomaron la noticia y fueron más que 25
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Tímidos pininos en la turbulencia política
Llegado el momento en que se vuelva a trabajar en el Perú, con todos sus conocimientos y experiencia, incursiona en la política destacándose como crítico observador y analista de la vida nacional
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ías después tuve una reunión por separado con el presidente Fernando Belaunde. Conversamos más a fondo, me preguntó sobre los detalles del plan y sobre las circunstancias del debate político que se había armado. Era claro que Fernando Correa lo mantenía informado al detalle. Explícitamente me preguntó si el ministro Rodríguez Pastor estaba al tanto de la propuesta. “Doctor Toledo, -me dijo- me gustaría que usted converse con el Ministro”. “Hace cuatro meses le entregué el reporte, un resumen ejecutivo y los anexos meto-
dológicos”– le contesté. Entonces me preguntó, ¿estaría usted preparado para cooperar con nosotros en la puesta en práctica de este programa?
Siempre tuvo como objetivo servir al país.
Le respondí que no había sido el espíritu que había guiado al grupo en la preparación del plan. Belaunde sabía que yo estaba muy cercano a Alfonso Grados Bertorini, quien por esos días era el candidato del gobierno en las elecciones para la Alcaldía de Lima. Por el momento no volvimos a tocar el tema. No despedimos poco después.
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Un capítulo especial mi vida en ESAN
La crisis ministerial que se incubaba desde hacía largo tiempo terminó por estallar. Cayó el Gabinete Schwalb, renunció Carlos Rodríguez Pastor, todos los ministros presentaron su carta de renuncia. El presidente Belaunde ratificó a la mayor parte de ellos. En la cartera de Economía fue nombrado Guillermo Garrido Lecca
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abían sido meses de intensa presión sobre mi vida personal, aproveché una invitación de la Fundación Friedrich Ebert de la Social Democracia Alemana para dictar una conferencia en Bonn sobre la deuda externa del Perú. Había tenido que postergar otras invitaciones, las reuní todas e hice un ciclo de conferencias de Inglaterra, Bélgica y Holanda que me mantuvieron durante un mes afuera.
Cuando regresé la presión había pasado y podía dedicarme a los temas que en verdad me interesaban. En 1985 la ESAN me hizo una propuesta que no podía rehusar. Dejé la Universidad del Pacífico para comenzar en la ESAN, un paso poco frecuente, porque mi nueva institución es una escuela de administración y negocios y yo tengo una formación económica que aparentemente no encajaba en mi nuevo
destino. Sin embargo, la gente de la ESAN fue extremadamente generosa conmigo, proporcionándome todos los grados de libertad y nombrándome para dirigir el Instituto de Desarrollo Económico (IDE). Desde 1980 había tomado una decisión de vida que involucraba regresar para trabajar por el Perú. Eso es lo que siempre había querido hacer y es lo que hago desde entonces.
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Nunca quiso ser ayayero
se puso a estatización bancaria de Alan
Alan actuó con su habitual impremeditación. Preparó la ley con Daniel Carbonetto y algunas otras personas, eran muy pocos. Ningún ministro estaba al tanto, apenas fueron tres o cuatro allegados a los que hizo por Dios y por su madre que guardarían el secreto
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i alguien se enteraba de lo que estaba preparando, se llenaría de dinero en veinticuatro horas. Trataban de evitar las corridas para que los banqueros no tengan tiempo de sacar su dinero al exterior.
Con firmeza y claridad se opuso a la estatización bancaria de Alan Garcia
Así se frustró esta ingenua ilusión. Desde ese momento el gobierno perdió su capacidad creativa y comenzó a actuar a la defensiva. Alan estaba convencido de que los empresarios, utilizando los medios de comunicación, lo querían destruir por completo, ya que les había tocado el punto más sensitivo: el bolsillo. La atmósfera nacional se enrareció. Aunque yo compartía el diagnóstico de hacer más accesible el crédito, no estaba dispuesto a ser cómplice de un error de tales proporciones. Un domingo, en el programa televisivo “Panorama”, me entrevistó Jaime Bayly. Di mis opiniones honradamente, pero al final quedó claro que yo estaba en contra de la privatización. Recibí una andanada de ataques por eso. Los allegados al hombre dejaron de hablarme. Los antiguos elogios a mi persona se tornaron súbitamente en ácidas críticas.
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TOLEDO / El hijo de pueblo Junto a Eliane karp en plena lucha para denunciar al fraude fujimorista
La lucha
contra dictadura Empieza la batalla que marca su vida en la lucha contra la dictadura fujimontesinista hasta acabarla
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nte los sistemáticos abusos perpetrados por la dupla Fujimori-Montesinos y que pusieron en marcha una oscura campaña rereleccionista, en medio de la corrupción generalizada de las altas esferas del poder que había consumado el fraude electoral, y dados los efectos devastadores de un política económica entre los más pobres y las clases medias, con el incremento del dominio de la cúpula militar en sociedad y los gruesos errores en materia de seguridad nacional, diferentes grupos de oposición encabezados por Alejandro Toledo
y la participación masiva del pueblo peruano lograron acabar con el agonizante régimen que daba sus últimos estertores. Es así como, en este gigantesco esfuerzo de la colectividad, se logró gestar el auténtico movimiento popular que puso en marcha las bases para la reconstrucción de un país democrático y más justo para todos. Esta cruzada para la reconstrucción democrática puso la alerta para que se sumaran los esfuerzos de jóvenes, clubes de madres, universitarios, obreros, intelectuales y
se fue consolidando la oposición, mientras ante el mundo entero se denunciaba los avances del plan de Alberto Fujimori para quedarse en el gobierno más allá del 28 de julio de 2000, puesto que el fraude de había allanado el camino para perpetuarse en el poder. Se puso al desnudo las maniobras de la mafia montesinista en los organismos electorales y la falsificación de un millón de firmas para la alianza oficialista Perú 2000, así como el uso sistemático de los recursos del Estado para la campa-
ña re-reeleccionista, violando la Ley Electoral. Liderazgo de una lucha. El liderazgo de Alejandro Toledo encabezando la lucha contra la dictadura fujimorista fue tal que las denuncias por el fraude electoral y las movilizaciones populares en aumento iban convirtiéndose en un escándalo nacional e internacional, esto aceleró la salida de Fujimori y el enjuiciamiento a los integrantes de la cúpula militar autores de negociados millonarios en la adquisición de armas y en otros aspectos de la vida nacional. 29
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os días 26, 27 y 28 de julio estalló el descontento popular. En una gran movilización de masas proveniente de todos los puntos de la
República, que convergieron hacia Palacio de Gobierno, encabezada por Alejandro Toledo, la cual se denominó “Marcha de los Cuatro Su-
yos”, el pueblo dijo no a la dictadura. En una acción desbordante de reafirmación democrática, los líderes de la oposición y demás entidades que conforman la resistencia realizaron esta multitudinaria expresión de protesta y rechazo a la injusta elección y proclamación del Ing. Alberto Fujimori como presidente del Perú por tercera vez consecutiva.
El pueblo se alzó de la mano con Toledo para decir BASTA y derrocar la dictadura.
Los Cuatro Suyos la marcha por la democracia Uniendo los puños de millares de peruanos, se alza incontenible la marcha por la justicia y la democracia. 30
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TOLEDO / El hijo de pueblo Elementos infiltrados en la marcha, siguiendo las oscuras consignas de terror y muerte de la mafia fujimontesinista, intentaron desdibujar el propósito revitalizador de la democracia, ocasionando graves daños al a propiedad y ataques de edificios públicos, siendo incendiado el local del Banco de la Nación, con un saldo doloroso de seis vigilantes muertos y que luego
se demostró que había sido causado por agentes del gobierno de facto para generar el caos entre la población. La Marcha de los Cuatro Suyos significó un hito en la lucha por la democracia y permitió demostrar en las calles la voluntad popular con el lema: “Feliz 28. Abajo la dictadura, nuevas elecciones: VENCEREMOS”.
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Por los caminos del Perú y el mundo
Ensimismado en los grandes temas nacionales, el recorrer los caminos del Perú profundo le hace tomar contacto directo con sus pobladores y conocer sus necesidades
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l contacto permanente con el pueblo permite a Alejandro Toledo recoger las inquietudes de los moradores de las diversas regiones de nuestra patria. En la costa, sierra y selva, atravesando valles y en las alturas andinas, reabre las compuertas de un diálogo cálido y vibrante, en un acercamiento que nutre su agitada, febril, confundido con millares de hombres de rostros curtidos pro el duro trabajo, mujeres y niños humildes de los pueblos siempre olvidados de nuestra patria.
En un peregrinar infatigable recibe calurosas bienvenidas y preside mítines apoteósicos, en los que anuncia, con su voz ronca y pausada, pero a la vez firme y estentórea, cual eco de los andes, que estamos a las puertas de una nueva etapa en la dignificación de los desposeídos, olvidados por gobiernos que nunca fijaron su mirada en los pueblos del “Perú profundo” que empiezan a despertar, convertidos en una poderosa fuerza generadora de transformación hacia el logro de la justicia social.
Dialogando con el entonces presidente de Brasil, Lula Da Silva.
Con el exmandatario Norteamericano Bill Clinton.
Con el exmandatario Norteamericano George Bush.
Cordial diálogo con nuestro recordado Papa Juan Pablo II
En una reunión con Don Juan Carlos y Doña Sofía.
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El Plan del Cholo
Estos son los grandes compromisos del gobierno de Alejandro Toledo
Chamba para todos Esta será la prioridad absoluta del gobierno de Alejandro Toledo, para lo cual anuncia que se creará la Comisión Nacional para el Fomento del Trabajo, integrada por todos los sectores involucrados en la generación de
empleos, la capacitación y las organizaciones de trabajadores.
Casas baratas Se crearán hipotecas para construcciones de casa cuatro mil millones de dólares y se edificarán 400 mil viviendas económicas para favo-
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TOLEDO / El hijo de pueblo recer a las familias menos pudientes.
Aumento para los maestros El gobierno del Perú Posible duplicará al final los sueldos de los maestros con 15 y 20 años de experiencia y en los próximos cinco años se duplicará el presupuesto nacional de educación, de 14% a 30% del presupuesto total al llegar al 2006.
No a la pobreza Para llevar con orgullo el nombre de peruanos, debemos terminar con la miseria y con la indiferencia para con los pobres. No podemos aceptar una sociedad
con peruanos de primera, segunda y hasta quinta clase. Necesitamos crear una conciencia solidaria que aumente la igualdad de oportunidades
Reactivación a forro Al concluir nuestro gobierno queremos crecer entre el 6% y 7% al año de manera sostenida. Se reactivará la inversión privada para que constituya por lo menos el 20% del total del crecimiento de la economía.
Más billes para municipios Hoy un 3,8% del presupuesto nacional lo administran
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los dos mil municipios. Al término del gobierno del Perú Posible, por lo menos el 15 por ciento del presupuesto público será administrado por las municipalidades.
Wawa Wasi para chibolos Mejoramiento la cobertura y servicios de la Wawa Wasi. Pondremos especial prioridad en la salud maternoinfantil y en el desarrollo de programas de prevención y promoción en salud. Ade-
más, se transferirá a los municipios los programas de desayunos escolares.
Jermitas protegidas Promoveremos un compromiso de la toda la sociedad con las mujeres y las madres. Ampliaremos sustancialmente la cobertura y el acceso a los establecimientos de cuidado infantil. Redactaremos de cuidado infantil. Redactaremos y propiciaremos una ley de protección de los derechos de la
mujer y otra que sancione la violencia intra-familiar.
No a la impunidad El gobierno del Perú Posible institucionalizará y asumirá las recomendaciones de la Comisión de la Verdad. No permitiremos la impunidad
alienta el delito.
Manos limpias En el Perú, ahora más que nunca, necesitamos que todos pongamos el hombre pero que nadie meta las manos. Al gobierno ser irá a servir y no a servirse. 35
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ALEJANDRO TOLEDO – CIUDADANO DEL MUNDO RECIBE HOMENAJE EN LA INDIA EL 23 DE OCTUBRE – 2015
“PREMIO HUMANITARIO” INSTITUTO DE CIENCIAS SOCIALES DE LA UNIVERSDAD DE CALINGA. Alejandro Toledo recibió el PREMIO HUMANITARIO, fue ovacionado a través de miles y miles de aplausos, porque la vida del Dr. Alejandro es UNA LEYENDA. El Premio Humanitario lo reconoció como un ÍCONO DE ESPERANZA Y ASPIRACIONES de millones de afectados por la pobreza y aborígenes indígenas de personas en todo el mundo. El Premio Humanitario honró, reconoció a un hombre que viene de los Andes, de ascendencia indígena que por primera vez en la historia de Sudamérica es elegido democráticamente Presidente en 500 años. Alejandro Toledo es un hombre EXCEPCIONAL que contribuye a la sociedad en diversos ámbitos relacionados con cuestiones sociales,
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distinguiéndose así como un verdadero DEMÓCRATA HUMANITARIO. Una persona brillante en el ámbito Académico, siendo uno de los pocos Académicos Humanitarios que incursionó en América. Un Visionario hombre, Defensor de los Derechos Humanos, un ciudadano Ilustre, sobresaliente, exitoso en el mundo. Recibió 75 HONORIS CAUSA en grandes universidad del MUNDO. Recibió Homenaje por sus OBRAS, la admiración por su preocupación por el hombre común en general, acaba de publicar hace 06 meses BEDT CÉLEBRE, el libro más vendido en el mundo y será publicado en 12 idiomas. Deja una MARCA INBORRABLE en cada campo en la que trabaja.
Alejandro Toledo elogiado por sus primeros estudios en la sierra andina luego se graduó en la Universidad Stanford, donde obtuvo sus Maestrías y Doctorados, también fue Consultor en las Organizaciones Internacionales, como la Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de desarrollo, la Organización de Trabajo, es un GRAN ECONOMISTA POR EXCELENCIA.
“Los invito a soñar con el fin de tener éxito, pero sueña con los ojos abiertos y no se trunquen por la imposibilidad de sus sueños, tenemos un montón de cosas en común”
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