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MATERIAL

FORMACIÓN POLÍTICA CURSO NACIONAL 2010

POLÍTICA / CREACIÓN Memoria del 1er presencial 3 y 4 de septiembre de 2010 Villa Warcalde, Córdoba


El presente documento recoge lo trabajado en el primer presencial del Curso de Nacional de Formación Política implementado por el Centro MAPAS en 2010. Su desarrollo está compuesto de notas y transcripciones de producciones, planteos e intervenciones del encuentro. Se trata de un insumo interno para el trabajo pedagógico. Equipo MAPAS

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1. Presentación........................................................................................................... 4 1.1 Crear política / Politizar creación ...................................................................... 5 2. La política como creación, acá y ahora .................................................................. 7 2.1 Trabajo de grupos ............................................................................................. 8 Grupo 1: Principal novedad política hoy en Argentina......................................... 8 Grupo 2: Una pregunta política hoy en Argentina ............................................... 9 Grupo 3: Sede y apoyo de la anti-política en Argentina .................................... 10 Grupo 4: Subtítulo para éste encuentro............................................................. 11 Grupo 5: Criterios para emprender un recorrido de formación política.............. 11 2.2 Devolución ...................................................................................................... 13 2.2.0. Consideraciones metodológicas.............................................................. 13 2.2.1. Lo político ≠ la política ............................................................................. 13 2.2.2. La discusión política hoy ......................................................................... 15 2.2.3. Sujetos e identidades .............................................................................. 16 2.2.4. La realidad y lo real ................................................................................. 18 2.2.5. Contra el abortismo político..................................................................... 18 2.2.6. Pregunta por el Estado............................................................................ 19 2.2.7. Antipolítca: atravesar el fantasma ........................................................... 20 2.2.8. Las implicancias de la creación colectiva ................................................ 21 2.2.9. Diálogo / conflicto .................................................................................... 22 3. Atravesar la anti-política ....................................................................................... 24 3.2. Trabajo grupal................................................................................................ 32 4. creación colectiva y construcción de hegemonía ................................................ 39 4.1. Introducción a texto sobre hegemonía compleja............................................ 40 4.2. Trabajos grupales .......................................................................................... 43 4.2.1. Lectura orientada a trayectos formativos................................................. 43 4.2.2. Lectura orientada a articulación política .................................................. 46 4.2.3. Lectura orientada intervención en políticas públicas .............................. 48 4.2.4. Lectura orientada a capacidades dirigenciales y conducción de procesos políticos y organizacionales............................................................................... 50 5. Propuesta de trabajo ............................................................................................ 51

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1. PRESENTACIÓN

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1.1 Crear política / Politizar creación Nos encontramos haciendo mapas que nos invitan a recorridos. Si se levanta la etiqueta de lo que uno dice cuando se presenta aparecen muchas referencias más. Tiene que ver con exponer lo que hasta hace muy poco señalamos como “gran diversidad”. Desde el equipo MAPAS apreciamos la diversidad pero también queremos superar la lógica de afirmarse en la “diversidad” y “compartir experiencias”. Porque en gran medida la diversidad es un eufemismo para la fragmentación. Muchas veces, la diversidad le da coartada a la desigualdad. En este momento, hay cosas que se mantienen y otras que cambian a la hora de presentarnos. También hay referencias que faltan. Un dato interesante de los que nos vamos encontrando en estos espacios es que es un momento de toma de partido. Otras palabras que antes funcionaban para cerrar discusiones o evadirlas están siendo cuestionadas. Es un momento en el país en que muchos grupos, colectivos y personas están en un proceso de politización. Eso que antes era una mala palabra es justamente lo que nos convoca hoy. Estas ruedas que hacemos son, en buena medida, para volver a poner palabras que durante muchos años estuvieron fuera de nuestras conversaciones. Al mismo tiempo entrecomillar y cuestionar palabras que por muchos años nos contuvieron pero ahora nos ponen un techo. Esperamos que estos días de formación puedan ser un espacio y un tiempo en donde tener comunicaciones de calidad. Este es un momento en donde se habla y se comunica mucho, pero la calidad de las conversaciones, la mayoría de las veces, es baja. Por distintas razones. En general, cuanto más se habla de política explícitamente menos se habla políticamente. La cuestión de la política y lo político atraviesan las conversaciones y suceden en otro plano. Nos encontramos en este país donde hay fuertes tomas de partido e inquietudes. Se multiplican espacios de debate, formación y construcción política. Con los más diversos formatos. En distintos lugares. En muchos sentidos, la cuestión de tomar partido no es estrictamente nueva. Tenemos el desafío de hacer procesos fuertes de politización que sean novedosos. Originales: en términos de reencontrarse con nuestra historia y un largo y rico repertorio. Una manera de hablar sobre lo que nos pasa y lo que somos de la cual nos tenemos que hacer cargo. Es un legado. CURSO DE FORMACIÓN POLÍTICA 2010 – Memoria del 1er presencial

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Es en esa clave que emprendemos este espacio y tiempo de formación: 1. Necesitamos tiempo calificado… 2. …con confianza y cierto conocer… 3. …que nos permita dudar para decidir, abrir buenas preguntas para la acción. Dudar incluso de aquello que tengamos como certeza más fuerte. No para abandonarlas, si no para construirlas históricamente. Decidirlas y convertirlas en certidumbres. La política empieza en el momento de la responsabilidad, no de las formas que evidencian nuestras convicciones. Para construir una serie de conversaciones que nos permita tomar decisiones con responsabilidad. El momento de la política y la decisión es donde uno suspende la formación y pega un salto que necesariamente tiene algo de “salto al vacío”. Sin embargo, en estos espacios de formación pueden servirnos preparar la energía, la fuerza y la musculación para el salto. Y hacerlo con sentido. Nada nos va a evitar que el salto sea al vacío; pedir que sea seguro el panorama para dar un salto es una postura antipolítica. Tenemos el desafío de dar saltos en el vacío con sentido. Animarse a explorar. Los grandes mapas son los de los viajeros. Antes de un buen mapa hay un camino recorrido pero no trazando aún. *** El ciclo tiene tres grandes bloques: política / creación, política / conflicto, política / construcción. En realidad creación, conflicto y construcción son inseparables en la acción. De todos modos vamos a aventurarnos a hacer un énfasis diferenciado en cada instancia. Este primer encuentro, donde abordamos la política como creación, es el más filosófico de la serie. Implica redefinir la forma de hacer y pensar política. Sacudirse nociones del sentido común y otras formulaciones que nos vienen y tomamos de distintos “lugares”; para ver la realidad que nos rodea en su plena contingencia: atravesada por relaciones de poder, por decisiones y tomas de partido, por conflictos.

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2. LA POLÍTICA COMO CREACIÓN, ACÁ Y AHORA

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2.1 Trabajo de grupos Grupo 1: Principal novedad política hoy en Argentina

La novedad política hoy en Argentina… La novedad son espacios de discusión, de reflexión, políticos. Reconocimiento de lo generando y las organizaciones que a lo largo de los años. Se va empezando a visualizar en ejemplos como el del Foro de Agricultura Familiar. Participación que se genera como forma de ejercicio de la libertad real, de involucramiento de las organizaciones. Mayor acceso a la información con la cual se puede construir e interpretar realidades. Algo que se puede que ver potenciado por la ley de medios pero incluso a partir de otras iniciativas se empiezan a ver realidades antes no visualizadas. Decisiones transformadoras desde el Estado nacional que esconden todavía espacios donde van haciendo agua. Distancia entre lo que existe y las necesidades reales.

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¿De qué novedad política estamos hablando? ¿Una construida con los medios de comunicación o una construida en el lugar desde lo local? También: una nueva construcción de hegemonía o, en todo caso, la visualización de posibilidades de construcción de otro mundo posible. Todos los esfuerzos de construcción tienden a cuestionar, por ejemplo, el paradigma neoliberal con el cual se lee e interviene en la realidad. Al punto que hay sectores que piensan de la misma manera ¿Es culpa de Tinelli? Necesidad de partir de otro enfoque, más colectivo, más democrático. En esa discusión la palabra hegemonía como mala palabra. El rescate de ese tipo de palabras hace que el pequeño esfuerzo de cada uno en cada lugar sume a una construcción mucho más grande, con otros problemas, otras situaciones, otro escenario. Y la pregunta sobre el modelo de Estado que nos proponemos. Pensando al Estado como una herramienta y no como un adversario. Una novedad política es también que estemos hoy acá.

Grupo 2: Una pregunta política hoy en Argentina

Discutiendo desde las prácticas: ¿Qué modelo de estado queremos? En los últimos tiempos, hay claramente dos modelos, antagónicos. Pero también están cruzados en momento. Qué modelo económico, cómo se van a distribuir los medios de producción, para que realmente el sector popular pueda participar. Intervención de Feno: Estado como pregunta madre pero se va particularizando en los diferentes ítems tocados. CURSO DE FORMACIÓN POLÍTICA 2010 – Memoria del 1er presencial

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Hay un cambio de paradigma en las políticas públicas pero los sectores populares no siempre están a tono, para hacer una lectura en código de poder. Están un poco desarticulados, hay políticas públicas y se podría avanzar mucho más rápido con un campo popular más estructurado.

Grupo 3: Sede y apoyo de la anti-política en Argentina

Toda acción es política, inclusive la antipolítica. Hay acciones que promueven que se naturalicen las cosas. Hay un sistema antipolítico, poder económico concentrado, industria, agronegocios, sector financiero, escuela, medios, iglesia, familia patriarcal. Esas instituciones están fragmentadas, no todas la institución familia iglesia es tan en bloque, está atravesada por distintitos pensamientos, etc. Pero son cosas fragmentadas.

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Grupo 4: Subtítulo para éste encuentro ¿Cual es la interpretación q tenemos de política / creación? Hubo varios puntos de vista. Diferentes opiniones. Hicieron preguntas distintas llegando a ciertas respuestas para llegar a la pregunta asignada mediante extractos Política de creación para la acción colectiva y dentro de este marco, qué es la construcción? Algunos integrantes consideraban extraer todo lo político de procesos políticos anteriores y volcarlos en esta construcción… Empezar a cambiar lo que es la participación de lo que es la política, incluir la acción colectiva. Es una parte de la creación la acción colectiva, necesitamos la participación y la dinámica de la persona que esta en política dentro de un partido o dentro de organizaciones sin fines de lucro.

Grupo 5: Criterios para emprender un recorrido de formación política

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Espacios de construcción de diálogo son importantes. Distintas formas de ejercicio de la política en diferentes contextos. Realidades y formas de entender la política incluso opuestas. Es bueno poner en juego los disensos. Evitar el riesgo de estar todos de acuerdo o de no poder escucharnos.

Poder pensar la política a escala. Tener en cuenta variables: tiempo, contexto, escenarios. Tener visión de los escenarios donde estamos situados y cómo son las matrices políticas. Ver que los espacios de formación tengan proyección a escala.

Pensar en los sujetos. A quines van destinados.

Definir y fortalecer los espacios democráticos. Discusión sobre donde está el poder real.

Ningún concepto de estos puede ser cerrado. Vale más quedarse con preguntas. Pregunta tramposa: en cada lugar y en cada escala uno acaba pesando criterios diferentes. En mi lugar de vida es una cosa, en Villa Warcalde es otra. David: No errarle a centrarse en la clave política. En lugares como la academia hay una tendencia a desmarcarse de la política y lo político. Néstor: Lo limitado como dinámica

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2.2 Devolución 2.2.0. Consideraciones metodológicas La formación, si es política, por definición puede fallar. Propuestas de criterios de evaluación un espacio de formación política: 1. Estemos atentos a la calidad de las conversaciones. Ver qué implica que una conversación tenga calidad. Eso sirve para pensar que toda la dinámica de la sociedad para politizarse se mide, se cuaja o se juega en la calidad de las conversaciones que podamos tener. 2. En formación y también en política, existen dos extremos: a) La idea de que tenemos que hablar todos y compartamos la diferencia. Podemos llegar así al cuarto encuentro; puede parecer prolijo si hacemos suficientes afiches y dinámicas. b) El otro extremo es el de traer especialistas que hagan exposiciones, incluso traer un grupo musical para el final. Es decir una serie de conferencias más o menos estructuradas y suficientes power points que puedan aparentar cierto grado de conocimiento. Todos hemos estado en muchas de las dos. Aunque lo que proponemos no es una “tercera vía”, les proponemos trabajar mucho haciendo el esfuerzo de cortar, destripar y hacer una nueva síntesis de las cosas que vayamos diciendo en grupos. Vamos a trabajar en un punto intermedio entre el trabajo grupal y la exposición. Es un ejercicio más riesgoso no traer un “power point” e ir ordenando lo que sale y definiendo grandes núcleos que nos permitan pensar. A veces es más difícil porque exige más al conjunto. Otrora, se decía que esto era hacer “técnicas de educación popular”. Somos bastantes críticos de esa tradición “clásica” pero sí reconocemos que hay ahí algo valioso vinculado a poder trabajar con los emergentes y poder conceptualizar a partir de lo que traemos, tomado como punto de partida. Ahí y con ese material se puede construir un pensamiento colectivo. En política, ni siquiera podemos decir que hay saberes políticos: porque lo que es un saber es porque ya se saboreó, es una experiencia; pero la política es lo que va más allá de la experiencia, adviene. Tampoco es un conocimiento sobre la política. Uno puede estudiar ciencia política, pero no puede estudiar política. La política sólo es política en el momento en que es un pensamiento. Tiene algo disruptivo. Aparece de la nada: exige una especie de gesto filosófico original. No por nada, en la tradición occidental, la política democrática aparece al mismo tiempo que la filosofía. Estrictamente, en occidente, la política se empieza a pensar en Grecia al mismo tiempo que la filosofía. Ahí hubo un núcleo.

2.2.1. Lo político ≠ la política

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Frente al planteo de “todo es política” le ponemos un pequeño matiz (que no es tan pequeño): sí, puede ser; peor quizás lo que pasa es que “todo es político”, pero la política es una cosa rara, sucede sólo de vez en cuando. Es, en cierta forma, extraordinario, no pertenece al orden de lo ordinario. Pasa cada tanto. Hay quienes dicen que en la historia la política aparece como lagunas. Cornelius Castoriadis –autor grecofrancés– dice que la política ocurrió tres veces en la historia de occidente en la Grecia: del siglo V antes de Cristo, en la revolución francesa y con el movimiento obrero organizado del siglo XX. Y nada más. En sus últimos años (Castoriadis murió en los ’80) se preguntaba “dónde más”. En vez de plantearse que todo es política, proponemos plantearse al revés: casi nada es política. Esto implica poder hacer un gran esfuerzo colectivo, pero también individual, para sacar la política del medio de la comunidad humana, del grupo. Esto tiene que ver con la distinción entre la política y lo político. No son lo mismo ¿Cuál es la diferencia? Todo es político pero casi nada es política. Toda la realidad social está constituida por lo político: atravesada por el conflicto, el poder, la hegemonía, el antagonismo, la contingencia. Es decir, todo está atravesado por las relaciones de fuerza. Pero la política aparece cuando se levantan unas voces y aparecen unas conciencias y un preguntarse que mete el dedo en la yaga, pregunta por eso y plantea “esto no necesariamente tiene que ser así, vamos a hacer una acción conciente y colectiva para formarnos nuestras propias leyes”. Es el gran gesto de los griegos: “Los dioses están, pero no hay verdad revelada, nosotros nos vamos a dar nuestras propias leyes”. Es una gran herencia. No es la única, pero es quizás la principal que tenemos: construir un “nosotros” que decide que hacer con las cosas. Y sin eliminar a los dioses, si no poniéndolos en su lugar. Incluso, los griegos tenían tan claros que todos podían decidir que sorteaban y no elegía ni votaban. Decían “todos podemos”. No necesitaban el consenso de la mayoría; todos podían conducir la asamblea. Si estuviéramos en otras instancias podríamos hacer referencias a otras culturas y otras civilizaciones, pero para nuestra herencia ahí aparece nuestra definición de la política: un momento en que un conjunto decide “nosotros vamos a plantearnos nuestras preguntas y vamos a darnos nuestras propias leyes”. Uno podría decir que lo político es lo que traemos y la política es lo que llevamos. Es un poco desfasado en un par de cosas, pero sirve como criterio pedagógico. Aún aquellas cosas sobre las que tenemos mayores certezas, las podemos considerar como algo “cuajado”. Y que lo traemos acá para decirnos: “¿Estas son las preguntas que queremos hacer? ¿Estas son las respuestas que nos queremos plantear? ¿O podemos hacer otras?” La política empieza cuando uno se hace esas preguntas y pone en riesgo las respuestas que tiene. También nos podríamos preguntar en qué medida nuestro país viene de lo político y está invitado, vamos haciendo un proceso a asumir la política. Uno podría fechar CURSO DE FORMACIÓN POLÍTICA 2010 – Memoria del 1er presencial

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momentos puntuales cuando movilizado por la política.

lo político “dado” fue interpelado, interrogado,

2.2.2. La discusión política hoy Los espacios de discusión hubo siempre. De charla, debate, programa político, encuentros, participación, intercambio. ¿Cuál es la novedad? ¿Cuáles son las características específicas de los espacios de discusión hoy? ¿Qué hace que haya política en los espacios de discusión hoy? En primer lugar que se ponga en cuestión, en discusión efectiva, los poderes fácticos. Aquellos que aparecen como “lo dado”, como “la realidad”, como un mandato. Cosas que antes no se discutían se discuten. Y no sólo se discuten de palabra, son interpelados y se toman decisiones que les ponen límites. Se puede discutir si son suficientes o si podrían ser más. Lo que es necesario reconocer es que desde el momento en que se habla de lo fáctico (de lo que se muestra como dado) ya le estamos poniendo límites. Porque esperan seguir ocultos sin que se hable de ellos. O que de ellos ya se sepa lo que tienen que decir. Incluso cuando lo que tenemos para decir es, por ejemplo, “es opresor”. Ese tipo de afirmaciones no los cuestionan. ¿De qué sirve por ejemplo, decir que el FMI es opresor en nuestros espacios? La discusión efectiva empieza cuando se le pone un límite material. No sólo una palabra: una palabra que se plasme. La discusión de lo fáctico es una gran característica, una gran novedad y un dato de entusiasmo en esta etapa. Podemos hacer la lista a nivel nacional: Fuerzas armadas, medios de comunicación, la Iglesia Católica, el empresariado, los organismos multilaterales.

Estos debates se hacen en el espacio público. Cuando nos enseñan en la escuela de donde viene la palabra política siempre nos han dicho que viene de polis, del nombre de la ciudad, de la comunidad política. Sin embargo hay otra etimología, que no es excluyente, que dice que la palabra política viene también de polemos, polémica. No habla sólo del consenso de la ciudad, habla también del conflicto constitutivo que la atraviesa. Y esa es la gran diferencia de la política de hoy. Ahí pasa algo. Los que vinimos, por ejemplo, de organizaciones sociales: ¿cuántos de nosotros venimos de una historia signada por la idea de hacer redes con todos? Esa es la formula que se queda en la idea de política sólo como construcción de la polis: “Tiremos todos para el mismo lado”, “querámonos todos”. “Dialoguemos”, dice la Iglesia Católica. “Defendamos los intereses de la patria”, dicen las fuerzas armadas. “Garanticemos el crecimiento y la institucionalidad”, dice el empresariado. “No vaya a ser que se rompa el diálogo”. La polémica es un diálogo pero no así nomás. Es un diálogo de ruptura.

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2.2.3. Sujetos e identidades Se dice en esta etapa que las demandas y reclamos de los grupos han sido escuchados. Estamos de acuerdo con eso. Pero es necesario ahí agregar una más para pensar en términos políticos la cuestión: no hay sujeto a priori o “sujeto principal”. Es una fórmula que nos encontramos mucho. A veces aparece bajo nombres como “organizaciones sociales”, “movimientos sociales”, “la comunidad”, “la gente”. Distintas formulaciones según la matriz ideológica. La mayoría de las veces hay ahí una suposición de que la política comienza cuando se escucha a cierto actor predeterminado y al hacerlo se realiza una especie de voluntad general. Desde nuestro lado, el vicio puede ser hacia el lugar de las organizaciones sociales: suponer que esta etapa es buena porque nosotros –que “somos los buenos”– fuimos escuchados y entonces se realizan nuestras maravillosas propuestas. Algo de eso hay, pero no solamente. Una parte de los avances que vivimos tienen que ver, por ejemplo, con las organizaciones sociales. Pero sólo una parte, no es sólo eso. Incluso, en no poca medida los cambios que hemos vivido vinieron de arriba y no de abajo, aunque no nos guste. Pensar que lo que pasa es “bueno” porque nos escucharon a nosotros aborta una parte de nuestro pensamiento complejo sobre la política. Lo que funciona ahí es un pensamiento moral autocentrado. Si la cosa es interesante es porque irrumpe algo o alguien que modifica las relaciones de fuerza. Y no porque aparezca un sujeto preconstituido.

En algún punto vale decir también que no hay una identidad predeterminada. Solemos sentir demasiado cariño por concepto de identidad. Por ejemplo, la gracia que puedan tener las organizaciones sociales en esta etapa es en la medida que puedan abandonar su identidad. Lo bueno que se va logrando en algún punto está siendo con nuestra identidad, pero también a pesar de nuestra identidad. En todo caso, hay que ver los nuevos núcleos de identidad que se pueden construir. Ver que identidad no es necesariamente un concepto productivo políticamente. La gracia política del momento es ir más allá “las organizaciones sociales”, “el pueblo”, “las bases”. No importa que sea como movimiento obrero, organización campesina, red barrial. La política se da cuando hay alguien que dice “no importa lo que yo soy originalmente, lo que apuesto ser”. Lo nuevo, lo que rompe. Intervención: Recordando a Castoriadis, en este planteo lo que aparece son las categorías de los instituido y lo instituyente. Lo bueno no es que se escuche lo que somos si no que queramos ser otra cosa. Intervención: Estas planteando la identidad como algo fijo.

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Lo interesante es que eso que parecía que era nuestra identidad, nuestro lugar nuestra característica, nuestra costumbre (por ejemplo: “levantar a los pobre de su pobreza”), a dejado de ser lo que tenemos que hacer. Aquello que rompe la identidad es lo interesante en la política y no lo que la afirma. La política lleva a la identidad otros rumbos. Y para eso hay que romperla. Intervención: No coincido. Por ejemplo, en la lucha indígena, que se respete su identidad ha sido un logro. Hay, por ejemplo, un excelente discurso del presidente de Ecuador, Rafael Correa, hablándoles a los indígenas. Les advertía que cierta forma de defender sólo lo indígena, iba contra las posibilidades políticas del pueblo ecuatoriano. Acá puede pasar lo mismo. Incluso con otras reivindicaciones, como la de matrimonio igualitario, hay que ponerles algún límite. (En realidad, lo interesante del movimiento gay es que pone en cuestión su identidad de movimiento. Pasa de luchar por el reconocimiento de la diferencia a exigir ser igual. Incluso con muchos debates al interior del movimiento). Las identidades son algo así como lugares, aldeas, en los que nos sentimos seguros. El tema es como las ponemos, por ejemplo, con la “aldea” más grande que es el país (si es que “aldeas” se trata, ya que no es una metáfora adecuada para lo que estamos discutiendo). Es decir cómo es la relación de las identidades cuanto tenemos que ver en una escala mayor, una identidad política mayor. La política nos tensiona a dejar de estar seguros en nuestra aldea. Intervención: Es complejo porque la identidad ha sido por muchos años la herramienta de lucha política de muchos sectores. La lucha desde las identidades, desde lo local, desde las demandas particulares, nos han traído hasta acá. La pregunta que hay que plantarse es, de acá en más, para ir por más igualdad, ¿cuánto nos sirven? No se trata de decir que las identidades no sirven, interrogarlas sobre en qué medida sirven. En otro extremo, si se exacerban las identidades particulares corremos el riesgo de terminar en el planteo de Alfredo De Angelis: cada pueblo cultiva su propia soja, se hace sus propias escuelas, ayuda a sus propios pobres, en nombre de una identidad rural en este caso. Intervención: También es cuestión de que concepto de identidad estamos usando. Hay un concepto de identidad reaccionario que a veces tiene coloridos “progres” que para ser asumido políticamente tiene que ser puesto en cuestión. Una formula arriesgada de esto tienen que ver con decir: en política hay elección no identidad. La política tiene su centro en la decisión. En nuestros espacios (muy formateados por los ’90) viene habiendo una apología de las “raíces”. Los seres humanos no tienen raíces, tienen piernas. El derecho a elegir prima por el derecho a las raíces.

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Intervención: La complejidad y la ambigüedad que el concepto plantea nos permite decir que la identidad tienen que ver con el derecho a elegir. La pregunta es cómo le hacemos el lugar al asombro en política. Si no, sólo nos quedamos con que se cumplan nuestras viejas demandas. Es una triste política. Intervención: hay que ir transformado el concepto. Lo nuestro es un concepto mentiroso porque cuando uno piensa la identidad familiar a parecen miles de identidades. Intervención: Identidad es una herramienta de resistencia. La identidad ha sido una herramienta de resistencia. Las herramientas que necesitamos ahora en Argentina ¿son de resistencia?

2.2.4. La realidad y lo real

El mayor acceso a la información. Lo que hay más no es más acceso si no más capacidad de ponerla en cuestión. Lo determinante no es que hay más acceso a la información, sino que hay más posibilidades de ponerlas en cuestión. Lo cual no quita que parte de estas posibilidades tiene que ver con que accedemos otras informaciones. Durante un montón de tiempo hemos tenido en espacios de formación y organización una parte de “análisis de la realidad”. La realidad tienen que ver con lo político. Desde la política lo que viene no es la realidad, sino lo real. La realidad es la construcción que tenemos hecha, incluso la más crítica y analítica. Lo interesante en política es lo real. Aquello que dice: “todo esto es un armado, hay una decisión o varias que proponen otra cosa”. Y eso es lo que interroga. Lo importante es desafiar el análisis de la realidad siendo fieles a lo real que, en general, nos viene de afuera, nos cuestiona, nos mueve. Por mucho tiempo dijimos que los cambios iban a venir de la nueva política. Al final, vinieron de otro lado. Eso es lo real. (Incluso mucha nueva política propone ningún cambio).

2.2.5. Contra el abortismo político Todavía falta. Claro que sí. Pero el “todavía falta”, puede ser una forma de abortismo político. Si todavía falta no es porque no se haya eso lo suficiente. El tema es que en política no hay “todo” predeterminado. Lo que está mal en el planteo es que ya está predeterminado el todo que habría que cubrir. Ubiquemos donde

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aparecen las conversaciones en done aparece el “todavía falta”: En la zona muy ambigua entre la invitación a seguir luchando y a decir “está todo igual”. Y casi siempre terminamos cayendo para el lado negativo. En política no hay todo. El todo nunca va a ser. Por ejemplo, es algo típico del Movimiento campesino que no adscriben a una decisión hasta que no hayan consultado con todos los paisanos y lo acuerden entre todos. Es una típica forma abortiva de decisiones, en todas las instituciones. Conclusión: nunca se toma ninguna decisión.

2.2.6. Pregunta por el Estado

La pregunta es ¿qué Estado?, ¿qué modelo de Estado? ¿Qué pasa en la acción política en un país como el nuestro? Hay algo sujeto de preguntas, emitidor de preguntas, es la historia que nos pregunta: “¿Qué has hecho con tu Estado?”. Sin duda hay un núcleo ideológico, económico, político, identitario, de memoria. Algo que circula en el discurso militante es esto de los dos modelos. Por un lado, valoramos el discurso militante. De la misma manera, decimos que además de tener un discurso militante, necesitamos tener un discurso de políticos. Hay mucho más que dos modelos. Pero, en algún punto, nosotros para volver a la militancia que tenga componente político tenemos que decir que no hay nada más que dos modelos, hay mucho más que eso. Y hay que organizar la interpelación en muchas más preguntas, con muchos más matices, para hacer un discurso que interpele de manera efectiva. Es difícil renunciar a las pequeñas conquistas. Entonces, ¿se pueden hacer grandes conquistas sin renunciar a las pequeñas? O, a la hora de las grandes conquistas, ¿qué hacemos con las pequeñas? Se puede plasmar un eje que para grandes conquistas hay que usar las pequeñas pero también es necesario trascenderlas. Y trascenderlas a veces es renunciar. Las conquistas son un paso para dar otro paso. Todo el abanico de preguntas que tenemos para hacernos es sobre qué pasa con el Estado cuando el campo popular se va estructurando y como ese nuevo diálogo que tiene una fuertísima historia en Argentina y la asunción del Estado con el campo popular y del campo popular con el Estado. Es la historia centralmente del peronismo. Cuando la historia se adensa, toda la historia se recapitula y sus momentos más densos vuelven. Por eso estamos en la discusión que tiene tantos núcleos, de esta

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discusión no dada, y de este hecho político central en la historia argentina y en la historia personal y colectiva: la relación del campo popular y del Estado marcada por la irrupción del hecho político singular por antonomasia que es el peronismo.

2.2.7. Antipolítca: atravesar el fantasma

Hay una palabra con mucha historia. Es nuestro viejo gran enemigo en las fórmulas: lo malo es el sistema. Antes se habrá dicho: “El sistema es opresor, es explotador”. Ahora, se dice que el sistema es anti-político. Tanto antes como ahora es cierto. Nuestra pregunta es cómo funciona, dónde se reproduce y dónde, cómo y cuándo nosotros consentimos la anti-política. Consentimos nosotros, y no otros, esa antipolítica. Una conclusión fácil sería decir que el sistema es algo externo a nosotros, es malo. Pero, no llegar a descubrir el punto donde nosotros somos también esa máquina, donde estamos atravesados, y no sólo somos víctimas de un sistema sino que en un punto somos militantes de la anti-política, sabiéndolo o no.

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El sistema no es monolítico y debemos vernos ahí. En sentido restringido y en sentido más amplio, es decir, en qué medida es el pueblo, e incluso la militancia, la que es neoliberal en política. Los neoliberales somos nosotros. Y no es que nos viene de la televisión, pasa por la televisión. La anti-política lo que hace es evitar una y otra vez que aquello que vemos como realidad muestre su característica de construcción política. O sea, naturaliza lo político. La política es el darse cuenta y lo político es la política hecha por otros y que se naturaliza. Lo que hace la anti-política es centrar nuestra atención como si el poder lo tuvieran los político y el Estado. Esa es su gran estrategia. Intervención de participante: quería plantear la reproducción de sistema desde otro lado, los esfuerzos que muchas veces hacemos para salirnos de determinado paradigma en cuanto a no poner el objetivo en acumular entre pares, y cómo la reflexión y las consecuencias de todo eso, empiezan a ser cuestionadas y muchas veces tenemos que dar la razón y me parece que no tenemos espacio para poder ir viendo cómo avanzamos. Acumular, trepar y joder al otro: ¿se va a poder hacer política sin hacer eso? Acumular, confrontar con otro, por lo tanto joderlo y trepar son constitutivos de cualquier construcción de poder. Es diferente la discusión moral o familiar sobre eso de esta discusión política sobre eso. Y allí donde hay política, hay que trepar, hay que joder al otro y hay que acumular. Esto no quiere decir que en la política no hay ética. Ver cómo distinguimos las instancias: la familiar, la cercana, la moral. La ética, la moral, la anti-política, el clientelismo… ¿es genuino el clientelismo? Son cosas que hay que poner en discusión. La cuestión está en ver cuáles son los límites. ¿Qué es la moral? ¿Qué es la política? Se puede decir: la política es todo aquello que no es la moral. Para atacar la anti-política, tenemos que decir: política no es moral. Es otra cosa, ni mejor, ni peor. Mientras somos analistas críticos hacemos política sin clientelismo, sin trepar, sin poder. Entonces, cuando estamos en la resistencia, vamos por la nueva política, pero cuando hay que hacerla, cuando hay que gobernar y ganar elecciones, hay que aliarse con este y con el otro y es el fin de la pureza. En hacer real, hay un conceder.

2.2.8. Las implicancias de la creación colectiva Creación para la acción colectiva. ¿Qué quiere decir? Primero, para la acción, no para el análisis. Y colectiva, como lo es una realidad compleja de 40 millones de personas entre las cuales encontraremos tantos para gobernar o para ser gobernados, como santos. Es para la concreción, para la crudeza de lo limitado. Ojalá fuera lo colectivo de todos nosotros. Pero ha dos problemas, uno son todos los demás sectores populares, y están los otros. Por ejemplo, hay gente que se imagina que hacer un país nacional y popular es hacer un país sin empresarios y sin medios de comunicación.

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Entonces, hay que plantear la ambigüedad constitutiva de lo colectivo. Lo colectivo no es la maravillosa música del pueblo, es el colectivo real con todas sus complejidades. Y, además, es un colectivo atravesado por el antagonismo. El colectivo no es sólo de lo popular, sino como un conjunto social atravesado por la división de intereses y por el antagonismo, por lo tanto por el conflicto y la pelea. En algún lugar hay que poner al poder concentrado, no lo podemos extirpar. Hay que subordinarlos, no eliminar. Lo que pasa es que los poderes fácticos muchas veces sienten que ceder sus privilegios es ser eliminados. También, hay una fantasía perversa de pensar un país de pobres para todos los pobres, hay algo que quedó de los ´90. Por ejemplo, en vez, de un país, hagamos una red de trueque. Eso es algo que quedó y que no nos deja ir por más. Todo lo que es ir por más supone una especie de costo que todavía no estamos dispuestos a pagar porque parece que hay algo impuro. Y eso impuro es nuestro futuro. Entonces, hay una auto negación de nuestro futuro. No sabemos procesar los avances. Cuando nos ponen a hacer diagnósticos o análisis, nuestra capacidad de celebrar problemas es fenomenal. Ahora, los avances sólo entran en la lista como excepción. La capacidad de procesar los avances es muy limitada en nuestra cultura política. Un gran desafío que tenemos es celebrar los avances para poder consolidarnos. Porque cómo vamos a consolidar los logros que no hemos celebrado. Porque ahora hay que defenderlos. Pero, primero, habrá que reconocerlos como logros, celebrarlos y después juntar fuerzas para dar batalla para que sigan. La síntesis entre la política y alegría hay que hacerla de nuevo en Argentina. Sin duda la matriz religiosa está muy fuertemente en su versión antigua y en sus versiones recientes. Y también están las versiones secularizadas. Da mandatos e incluso a veces permea la política social. La política social que todavía está atravesada por el paradigma de lo pequeño: micro crédito, micro emprendimiento, micro ciudadanos. Hay algo que viene en ese mandato que las mayorías populares están llamadas a una ciudadanía menor. Así como ahora estamos diciendo tematicemos la alegría como cuestión política, hace tres o cuatro años discutíamos tematicemos el alivio como logro. Porque apenas era un alivio. Ese alivio era un dato político fundamental. ¿Qué significa comprender el proceso de alivio que vivimos? ¿Qué significa asumir los atisbos de alegría que se viven? ¿Cómo se transforma eso en entusiasmo político? ¿Cómo diferenciamos la euforia del entusiasmo? La euforia está bien, pero necesitamos un crudo entusiasmo. O sea, una alegría que se traduzca no en una mega euforia superficial, sino en un entusiasmo que nos lleve por apuestas políticas ciertas.

2.2.9. Diálogo / conflicto Por un lado hay que dialogar; sin embargo, vamos a recordar qué hacen todos los que predican el diálogo en la esfera pública argentina y qué significa eso: Grondona, la Iglesia, Cobos. Hay algo de la acción política que significa romper el diálogo. Unos

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textos de pedagogía dicen que en vez de hacer una pedagogía dialógica, hay que hacer también una pedagogía diabólica. Porque la palabra símbolo es lo que junta y el diábolo es lo que separa. Cómo traer a nuestro espacio de diálogo una asunción fuerte del conflicto. De los conflictos que hay que asumir adentro y afuera, que nos atraviesan. Sólo se puede generar un consenso desde una posición de fuerza. El consenso sucede porque se construye con algún toque de fuerza, se construye la posición de fuerza que permite avanzar. Sólo se soluciona con un consenso que tiene dentro una cuota de subordinación del otro. No buscamos sólo el acuerdo entre nosotros, sino que damos algún supuesto que hay que construir algo que va más allá que es ser fieles a algunas verdades políticas. Es cuestionar nuestros consensos. Intervención participante: si te sentás a dialogar con otro, tiene que haber una transformación y a veces tenemos miedo de transformarnos en eso, nos cuesta mucho sentarnos a dialogar con eso que no queremos ser, tenemos miedo a resignar, tiene que ver con la ética. ¿Cómo tomamos esos riesgos? En la medida que vamos tomando forma política pasamos a ser otros. Y pasamos a tener quizás algunas de esas cosas feas que tienen los que hoy día llamamos, los políticos. Y los primeros que nos van a señalar van a ser nuestros compañeros y hay que pagar ese costo. Cuando se le señala al que se politiza que traicionó, en realidad es cierto, pero no en el sentido ético, sino en el sentido político. Traicionó en el hecho de que nosotros siempre tenemos que estar en organizaciones horizontales, en espacios pequeños, en los lugares de resistencia, nunca en el Estado, ni con plata. Para politizarse hay que traicionar eso. Pero no es una traición ética, es una traición política a la inercia. Este es un momento donde todos nosotros nos vamos trasformando en ese otro que es una generación adulta en términos políticos. Es un momento de llegar a la adultez. Nos ha tocado la oportunidad de entrar a una fase de adultez política. Es cruda la adultez. Pero, es interesante y se puede ser político y feliz. Podemos vivir un tipo de felicidad personal y colectiva, asumiendo ese crudo desafío que nos plantea el conflicto político tal cual se presenta en la Argentina hoy.

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3. ATRAVESAR LA ANTI-POLÍTICA

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Construir otra visión de la política implica, en cierta forma, hacer un silencio: Acallar en nosotros el pensamiento instituido sobre la política. Es importante poder cuestionar y desactivar las visiones anti-políticas que funcionan a la hora pensar y actuar. Se trata de un quiebre que hay que hacer. Una interrogación que invita a ser abierta. Sin ella, los esfuerzos de construcción –incluso lo más “bien-intencionados”– vuelven a caer en una especie de pozo ciego quedando por fuera de toda posibilidad e politización. Se trata del riesgo persistente de un discurso que menciona a la política y a lo político pero vuelve a recaer una y otra vez en lo social. Una mirada, una comprensión, unos esquemas para actuar, esquivan la política al proponerse evitar los conflictos y resolver los problemas en vez de profundizarlos. La única manera de ir más allá (o más acá) de la antipolítica es asumiéndola y atravesándola. Ese es al menos el punto de partida. Cuestiones en torno a la ubicación/referencia de las dinámicas y los actores

1 La política no es un dominio aparte de la realidad. Cuestionar la suposición de que la política es un subdominio o un subsector de la realidad. En vez de ver, por ejemplo, a lo político separado de lo social y lo económico, el desafío poder ver como la política es algo que atraviesa y configura esas dimensiones de la realidad. Es común, por ejemplo, pensar que las organizaciones sociales hacen acción social y no necesariamente política, cuando en realidad la organización ya está atravesada por la cuestión política. También se suele ver a la política como “algo más”. Sin embargo, la política es lo que define a todo lo demás. En ese sentido, la política es “algo menos”, algo que atraviesa todo pero definiéndolo, dándole su lugar.

2 La política no es algo de otros. Hay formulas muy arraigadas que, incluso en momentos históricos como el actual, plantean que la política es cosa de otros y no de nosotros. Muchas veces hay actores que hace política insistiendo que vienen de otro lado (por ejemplo: “venimos CURSO DE FORMACIÓN POLÍTICA 2010 – Memoria del 1er presencial

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de lo social, de los movimientos sociales”). La forma más vulgar y evidente de este pensamiento decir que la política es solamente algo de los políticos. Ese planteo nos involucra y se desentiende de la cuestión política al tiempo que nos circunscribe a lugar de las víctimas. Sin embrago, la política no es algo de otros. Desde el momento que nos preguntamos por ella nos involucra a nosotros.

3 La política no es sólo cosa de los políticos. Decir que la política es cosa de los políticos nos pone a nosotros en el lugar de no políticos. Todos los actores sociales están involucrados, explícita o implícitamente, en política. Cuando eso se evade, en nombre de que “la política es cuestión de los políticos” se cargan las tintas sobre el dirigente y el político “profesional”, dándole vía libre a otros actores políticos. Por ejemplo, la iglesia católica, los medios de comunicación, las empresas tienen “agencia” política y participan del escenario de relaciones de fuerza y de poder. Es necesario prestar atención especialmente a los que tienen el poder económico concentrado. Ver cómo hacen política los actores económicos.

Cuestiones en torno a la valoración-comprensión de las acciones (y sus límites)

4 La política no es cuestión de buenos y malos. Hay una fuerte tendencia que trae a la política, una y otra vez, la cuestión de la moral. Aborda a la política desde el binarismo del bien y el mal al tiempo que evalúa a la política desde la óptica de los valores. Funciona en versiones conservadoras y también están las versiones progresistas. Incluso tiene sus versiones utopistas. Fórmula Walt Disney nosotros somos los buenos y los otros son los malos. Trae calificativos morales al ámbito de la política. Esto no quiere decir que cualquier práctica vale. Pero sí quiere decir que lo que juzgamos no es si nos cae simpático, lo que juzgamos es qué hace, para qué sirve y qué intereses defiende. A diferencia de la moral, la ética pone en juego el mandato de hacer las cosas lo mejor posible dentro de los propios límites. El problema de la moral es que no tiene límites, todo tiene que ser puro y bueno de manera total. La discusión sobre los límites es central, porque la política es el reino de la limitación.

5 La política no es cuestión de pureza.

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La política es barro. El puritanismo es una de las derivaciones moralistas sobre la política y pone por delante la idea de la pureza. Abraza ingenuamente la esperanza de que se puede ser puro y político. Tiene que ver con el honestismo (la idea de que la política y la gestión estatal deben estructurarse en torno a la honestidad y la trasnparecnia) o el franciscanismo (la idea de que los gobernantes deben ser austeros al estilo de San Francisco de Asís). Tiene también sus versiones eticistas y tecnocráticas: Si es suficientemente técnico, si hay procedimientos correctos, si se presentan proyectos y se planifica por escrito con un guión detallado de cada paso que hay que dar, entonces va a ser puro y no va a estar contaminado. Otro amigo del puritanismo es el utopismo exacerbado que confunde el deseo de transformación con la idea de que puede haber un mundo donde el mal sea eliminado. En realidad lo que se está queriendo eliminar es el poder.

6 La política no es desinteresada. La política se hace de intereses en disputa. Es recurrente la mirada que entiende que la política es como construir una comunidad en donde se suspenden los intereses en nombre del bien común. Es un pensamiento que atraviesa todo el espectro político y sus actores. Funciona también en la antipolítica progresista o de izquierda. En política, siempre hay intereses de por medio. Muchas veces se niega esto al descalificar a la política porque hay “negocios” o “negociados” (término más despectivo aún). Sin embrago, en política siempre hay “negocio”. Es por eso que se hace necesario suspender los abordajes “morales”: la pregunta es cómo nos metemos nosotros en el negocio. Cuando se descalifica a la política desde este putno de vista, lo que se hace es construir una exhortación que nos dice que “nosotros no nos metamos en negocios”. En realidad lo que está en juego en el llamado negocio son intereses. Y, en la medida en que nosotros queramos defender nuestros intereses, tenemos que meternos en “negocios”. Se trata de evitar el tema del negocio como pura descalificación. Y ver qué tipo de negocio, a quién beneficia, cuánto y con qué calidad, con qué reglas de juego… Hay que ser capaces de “hacer negocio” en los dos sentidos de la frase: por un lado, saber tomar y conceder; y por otro lado, lograr cosas concretas que sean un “buen negocio”. Los compromisos también están en juego. A veces construir compromisos tiene que ver con negociar y, además, el compromiso que hace falta no sólo para llevar adelante una política, sino para construir actores, tiene que ver con hacer que la propuesta que uno genera sea negocio para el otro. Negocio en términos de resultados, y negocios subjetivos, hasta negocio psicológico. Si uno quiere sumar a otros a la propuesta tiene que ser negocio en términos de que le entusiasme, de que le sirva para su día a día.

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Cuestiones en torno a la cultura cotidiana

7 Sacudirse las definiciones escolares de la política. Hay un dispositivo de reproducción de la antipolítica que se monta fuertemente sobre las definiciones escolares de la política. No es sólo lo que dice el manual o el programa, es mucho de lo que dice la escuela y reproducen los docentes. Ahí donde el aparato y la cultura escolar presentan un formato de lo que sería la política, que en realidad es anti-político. Por ejemplo: todo lo que se reproduce en “instrucción cívica”, la materia que más ha cambiado de nombre en la historia de la currícula argentina (ahora el nombre es más amigable con nosotros, pero el caballo de Troya sigue siendo fuerte). Otra parte menos evidente de estos mecanismos está relacionada a la ritualidad de los símbolos patrios. Romper con las definiciones escolares que suelen responder al “deber ser”. A veces, la educación y la escuela tienen una tendencia a generar ciudadanos obedientes. Es como una doble contradicción de la escuela: por un lado, habilita para entrar a la vida pública, construye ciudadanos; pero, por otro lado –y sobre todo la escuela que está atrapada con formulaciones antiguas o de los años ´90, de ideologías conservadoras– reproduce ciertas estructuras relacionadas con la obediencia y el orden. Está también en el ámbito escolar la concepción –que permean todas las miradas de la realidad– de la sociedad como una gran familia. Eso, tiene que ver con la fuerte hegemonía cultural católica (dicho rápidamente, la idea de que los individuos forman familias, las familias forman barrios, los barrios forman comunidades y éstas forman la Nación). Tan efectiva es esta manera de pensar que no importa todo político, sin importar su “signo”, la tiene que poner a circular para ganar legitimidad. Son definiciones que, por supuesto, trascienden la escuela.

8 Sacudirse las definiciones de los medios de comunicación sobre la política. Hay definiciones de la política que se fabrican, amplifican y rediseñan en el ámbito de los medios masivos de comunicación. Mucho de lo que decimos sobre la política de las cosas que decimos sobre la política son las que escuchamos en la tele y la radio. Los medios de comunicación y el periodismo en particular son muy anti-políticos porque defienden los negocios de otros. No sólo en el editorialista, sino por ejemplo, en los noticieros, el movilero. Es interesante ver como se relacionan con las definiciones escolares. Lo que hay que

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ver no sólo cómo esto es perverso, sino hay que analizarlo en su positividad, ver qué provee esto. Por ejemplo, lo que tenemos que preguntarnos es qué le provee Tinelli al gran conjunto de la población. En el tema de la seguridad, muchas veces no llegamos a ver que en todo el discurso facho le ofrece un lugar donde la población siente que ejerce su ciudadanía, el miedo puesto como bandera política ofrece un lugar de pertenencia, ofrece una oreja y una voz que nosotros no logramos ofrecer…

9 Deshacerse de las interpretaciones del sentido común “callejero”. Las imágenes escolares y las televisivas se transforman en el sentido común cotidiano. Hay una concepción sobre la política y lo político que viene del sentido común y atraviesa las conversaciones cotidianas de la sociedad. Es necesario deshacerse de las versiones y el repertorio disponible para pensar la política que nos viene de un complejo de sentido común formateado por el neoliberalismo. No son versiones inocentes de la realidad y la política; están atravesadas por ciertas relaciones de poder. Es necesario comprender este sentido común y su funcionamiento para poder “correrse” de él. Esto implica, también, ubicar los espacios de la interacción cotidiana donde se reproduce una mirada antipolítica. Eso que se reproduce en el taxi, en la cola del banco, en almacén… ¿Qué manera de estar en la polis vive el taxista para acabar teniendo el discurso que tiene? El problema no son los taxistas, es nuestro pueblo.

Cuestiones en torno a núcleos ideológicos

10 Correrse de la idea que pone primero la armonía social, la paz y el orden. El pensamiento que espera que la sociedad sea el reino de la paz y la armonía es anti-político. Meterse en política implica cierto desorden, rompimiento de la paz; implica conflictos. Muchas veces se refiere a la sociedad democrática como sinónimo de la paz y la armonía. En Argentina, por ejemplo, la recuperación democrática de 1983 estuvo marcada por el canto de la juventud radical: “somos la vida, somos la paz”. La garante de la prédica de la paz y la armonía en nuestro país es la Iglesia Católica. Desgraciadamente los obispos no están solos en ese te trabajo. La idea de que la sociedad tiene que estar en paz, y que no deben existir conflictos, reproduce, una y otra vez, la anti-política.

11 Desnaturalizar la demonización y las valoraciones negativas del Estado.

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Funciona en distintos niveles un dispositivo de demonización y valorización negativa que ve siempre al Estado como un opresor. Muchas veces se plantea en versiones que aparecen como más blandas: burocrático, vertical, ineficiente. El Estado es presentando así como enemigo del pueblo y, en última instancia, como el mal. Esto tiene su historia, se fue construyendo. Recapitular esa historia es condición para ver cómo se la va desarmando. Es necesario poder ver también qué es y cómo funciona el Estado. Sobre todo y más que nada: ver cómo el Estado está atravesado por la política y lo político. El Estado sigue los intereses de quienes lo conducen. En cierta forma es posible afirmar “el Estado es de todos”, siempre y cuando se recuerde que está conducido por aquellos que elegimos. Necesitamos generar una idea de qué es el Estado, cómo funciona, para qué sirve, quiénes están al frente del Estado, cómo se llega, para qué sirvió en cada etapa del país… Muchas veces, a nivel cotidiano, en las organizaciones sociales, por ejemplo, se dice que es “pura burocracia”. Resurge muy fácilmente en estos tiempos la idea de que hay que “arreglarse solos”, hacer autogestión. Eso nos deja arrinconados y sin la principal herramienta de acción política de los trabajadores que es tener un Estado que trabaje a favor de sus intereses.

12 Saber que la participación siempre es parcial, no es todo y los que participan siempre defienden un interés. No se puede tener una mirada inocente de lo que es la participación. Pensar la participación como pura horizontalidad y sin conducción es una forma de antipolítica. Las ideas simplonas y despolitizadas de la participación sirven para darnos coartadas diciendo que algo no funcionó porque la gente no participó. Es necesario tener una mirada realista de la participación: Saber que algunos espacios son virtuales y otros son reales; que el tiempo siempre pesa; que cuando se toman decisiones políticas de escala no se puede conformar a todos; y que no todo lo que surge de la participación vale sólo porque haya salido de un proceso participativo. Es importante dar cuenta de los límites de los procesos participativos y asumirlos así, que sean lo mejor posible, pero reconocerlos como limitados. El desafío es el de poner en su justo lugar la cuestión de la participación. Circula muy fuertemente la idea de que si participa lo suficiente todas las cosas van a ser buenas. Y que todo lo malo sucede porque no se participa lo suficiente. Por ejemplo, a las políticas sociales se les pide que sean participativas porque así van a ser buenas. La idea de un participacionismo que aborta, que anula, que tiene la fantasía de que se puede evitar el ejercicio del poder. Puede ser participacionismo, horizontalismo, democratismo extremo. A veces toma el formato elegante de la democracia participativa. También funciona cuado se plantea que sólo se puede hacer política si se es “protagonista”. Es otra versión de una fantasía de transparencia, de no opacidad.

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Las valoraciones diferenciales sobre la participación son otro mecanismo bien fuerte de despolítica. Mezcla el participacionismo con la idea de que la participación solo vale si es desinteresada y si es pura. Si no hay ningún choripán de por medio.

*** ¿Cómo se sale de una cárcel perfecta? Pensando una cárcel más perfecta y buscando, después, las diferencias. Cada uno de estos mecanismos tiene sus brechas. Son brechas, por un lado, conceptuales, de discurso, pero también y sobre todo son brechas que abre la dinámica social concreta. Como la hegemonía de la antipolítica no es total, tenemos que encontrar las brechas sobre las cuales trabajar.

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3.2. Trabajo grupal Consigna 1. ejemplos 2. como funciona 3. qué brechas

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Feno: ¿Qué es lo que actúa a la hora de censuar la acción política? ¿Por qué hay que aclarar por ejemplo que no es partidaria? Santiago: Algo que obtura Néstor: Hay algo que se reproduce de diálogo de sordos. Una mirada que tenemos que revisar. Porque actúan unas valoraciones recíprocas que aún en el intento de superar el tabique que separa lo reproducen. En cuanto a los partidos es importante recuperar todo lo que tienen de grandes tradiciones históricas. Desde la extracción más combativa de los partidos hay una mirada sobre las organizaciones sociales como la periferia de la historia. Desde las organizaciones hay algo de oscuro en el nudo de la política. Teresita: Aquellos mecanismos que están funcionando que hacen que algo sea funcional a determinados sectores. Feno: propiedad de quién son esos logros - : la discusión tienen el riesgo de quedar en diálogo de sordos. No poder construir algo diferente. Una lógica diferente de pensar de pensar lo político. Teresita: imposibilidad de construir un nosotros Ana: Cómo se construye el nosotros. De alguna manera tenemos que identificarnos. Lo que me motivó a salir del estado de crítica permanente fue identificarme con algunas medidas. Diciendo yo también quiero festejar algunas cosas. Riesgo de caer en el lugar común de permanente crítica y construcción de otras lógicas. Participar políticamente en partido es algo que hecho, como también disentir. Néstor: Vamos armando una ronda donde hablamos como nos reconocemos en un estadio general de la identidad que tiene que ver con generar una identidad política. Hay algo de de construir una identidad, pero es una identidad distinta a una identidad particular. Algo que funciona con una serie de préstamos y también de concesiones. Y finalmente con una dinámica de reconocimiento recíproco y también con una circulación. Una lógica de cómo identificarse en términos políticos que no es la misma que otras. Lo político y la participación política. Una cuestión de clase que me atraviesa. A los sectores populares les puede ser malo más por la promesa incumplida que por la corrupción. En la clase media sucede al revés. Es necesarios reconocernos en esos lugares para ver de donde vienen los Les traslado cuestión interna que no puedo resolver. Me da la impresión que no existe una política que no sea partidaria. Lo que si me parece que tal vez no hay. Lo que creo que no terminamos de poner en cuestión es la lógica de los partidos políticos. Que es lo que hace que sean expulsivos. La honestidad o la deshonestidad

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atraviesa todo. Si uno no habla de los aparatos se nos pasa un lugar donde pasa un montón de cosas. Néstor: Tres cosas distintas que parecen lo mismo: 1. Tomar partido 2. Partidos políticos con su formato jurídico y su tipo de práctica… Decimos que son expulsivos ¿podemos decir 3. La forma partido. Siempre existe que la forma partido aunque no esté la estructura partidaria. Por ejemplo, un gran diario puede asumir esa forma.

Néstor: Es una acción transformadora pero también tiene que proveer un orden. Ana: Cuanto del discurso de los que venimos de las provincias. Está cristalizado y no se dice explícitamente Pensar cuanto de lo nacional tracciona en las provincias…. La construcción de nosotros implica un ellos.

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Quien objetiva la subjetividad. Y cómo. Como no se da el punto en cual la clase en conflicto porque no daba ese quiebre o clic en la toma de conciencia. Que es lo que pasa que unos quiebres ante el conflicto y nosotros sí. Como igualamos y sentimos la clase trabajadora y vamos trabajando esos procesos.

Ana:- dejamos paz y armonía por la certeza de tener confianza en algunas cosas. Marcial: cuando dicen los políticos, hay que participar hay que ver que tipo de participación tenemos. Los partidos políticos ofrecen una participación solo para las elecciones. Cual es la participación efectiva que podemos esperar realmente del conjunto de la población en este escenario efectivo. Discurso construidos y roles asignados. Uno se va colocando en ellos. También hay roles asignados que son asumidos y no nos ponemos en el lugar del otro. Y no tratamos de comprender en qué lugar se pone el otro Ana: ¿De verdad creen que no participa la sociedad? Hay muchas clases de participación, que quizás no es lo que nosotros nos gusta y preferimos no verlo. También tenemos que pensar qué es lo que estamos proponiendo frente a eso. No se trata de una sociedad achatada. Por ejemplo, en mi pueblo todos participan para los santos. Yo no creo que las clases populares no tomen decisiones… hay roles hay naturalizaciones y hay elecciones. Que sepan que tienen dos o tres certezas y que las elijan. -

Sumar a la idea de Ana. Como no se genera por ahí el clic cuando existe un mecanismo de construcción de discurso, de asignación de normas y construcción de roles. La alienación de nuestra subjetividad es el no problema, la no pregunta, la no duda. Estamos todos ahí. Desde doña rosa hasta el académico en una identidad.

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cuando pensábamos lo de la brecha también pensábamos como desde la política puede interpelar las certezas para ser puesta en cuestión. Tampoco reproducir eso para que queden como lo que debe ser en forma cristalizada.

Néstor: Alertarnos de ciertas fórmulas que provienen del mundo religioso y tienen que ver con un espíritu redentor. Como si viniéramos de otro mundo y tratando de redimir a un conjunto oscuro… “La gente de base con la que nosotros trabajamos”… ¿Qué sería eso? Qué sería “la gente”, qué sería la “base”, qué sería “nosotros”. Hay algo ahí en la forma… Algunos vendríamos a redimir… eso deberíamos analizarlo. Porque aborta el pensamiento. Ahí hay algo sobre como se construye políticamente que implica pensar donde nos ponemos nosotros. Necesitamos sí una distancia que es la de la reflexividad y la toma de riesgo. Pero necesitamos hacerlo desde un lugar que no sea la matriz de la redención. Que pone al otro en lugar de víctima. Hay algo de ética política.

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La formula que dice que el problema es cultural está buena… Cuanto un militante dice que algo es un problema cultural lo que dice es que no lo va a solucionar. ¿Cómo agarramos políticamente el tema cultural? Marina: algo que me está estallando mucho en la cabeza… soy profesora y me preocupa la educación. Hoy están pasando cosas en la educación y si no las vemos y tenemos el riesgo de hacer diagnósticos terroríficos. Si no somos capaces de ver esas brechas estamos haciendo diagnósticos impotentes. Ver las cosas como están. Néstor: Aporte de crudo materialismo histórico, ver lo concreto…. No ver el ideal ver lo concreto… En diferentes momentos pero no como instantes… momentumm … lugares donde se hace fuerza. Una cosa es decir “la educación” pero otra cosa es ver “dónde se hace la currícula”, “dónde se forma el maestro”, “cuanto comió el pibe antes de ir a la escuela”… Así todas las categorías referidas a sujetos, a pecosos, a sistemas, toman materia. Paso de pasar de la visión social a la visión política. Ver los actores concretos. Decir acá ahora. Teresita: ¿Qué me está ofreciendo Tinelli a mí que otros espacios no me están ofreciendo? Anécdota de freire… no nos ponemos en el lugar del otro y no vemos las condiciones materiales del otro.

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La antipolítica es una política en sí. O fue en algún momento. Eso está instalado en la gente, en la cultura de la gente. Lo que está faltando es hacer el salto de la “cárcel perfecta” visualizar mejor las brechas. En pensar inclusive una estructura de gobierno o de estructura diferente. Hernán: Cuando planteábamos en nuestro grupo programas como o678 son programas de alguna manera te permiten sentarte a descansar y digerir de otra manera la información política. Néstor: Ni el mejor 678 va a tener la necesaria cuota de procacidad que Tinelli ofrece y hay que ofrecer procacidad. La política no se hace nomás con la conciencia racional.

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4. CREACIÓN COLECTIVA Y CONSTRUCCIÓN DE HEGEMONÍA

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4.1. Introducción a texto sobre hegemonía compleja En la anti-política hablamos sobre lo que hay que tratar de neutralizar o romper. Vamos a dar un salto y vamos a ir hacia la construcción, confiando que es posible y necesario hacer una construcción política en Argentina. Hace unos ocho años preparamos un material en la Puna que son los 12 puntos sobre construir poder. Una gran parte del trabajo consistió en centrar los esfuerzos, la reflexión en qué significaba construir poder, por un lado, y por otro, ampliar la ciudadanía. Eso nos llevó a la formación política, pero los caminos que ha emprendido gran parte de la sociedad y sus desafíos van por delante de lo que venimos pensando. Si bien hay mucho que hacer, nos pone en desafío no sólo a construir poder, sino poder traducir en una construcción política esa fuerza social de una manera tal que esté a la altura de las circunstancias. Las oportunidades que se han abierto son mayores que aquellas que estamos en condiciones de aprovechar. Encontramos otra fórmula sobre que no bastaba (ni basta) el puro construir poder, porque muchas veces aparece como una consigna vacía de política. Del 2008 en adelante, nos parece que hay una inflexión que puso a la vista los conflictos, los límites, y que hay que ir por más. Cómo tomar un talante distinto, un talante de alegría en la construcción y de rigurosidad en el sentido de que viene un tiempo en el que nos toca ser jovenmente adultos en una etapa de construcción. Estos años van a ser la primavera política que nos toca vivir. ¿Cómo ver esa construcción en tiempo presente? De construir poder a una hegemonía más compleja Hace falta una práctica política más profunda. Un poco necesitamos el cotillón y el folclore de la militancia, pero también hace falta ir por más complejidad. Hegemonía en griego significa el rey, entonces hegemonizar significa lo mismo que reinar. La hegemonía es cómo se construye en un espacio social la capacidad de que un grupo social pueda capitalizar y, con una dosis de consenso importante, representar como grupo particular los intereses de un grupo general. El horizonte, el objetivo y la materia de la práctica política es construir una hegemonía. Se refiere a la calidad y el horizonte político que debemos tener, que desarrollamos en 12 puntos1: 1

El desarrollo completo puede encontrarse en el material Nº 1 de este curso o en www.mapas.org.ar CURSO DE FORMACIÓN POLÍTICA 2010 – Memoria del 1er presencial

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1. Fragmentación. Para ver la construcción de hegemonía de manera compleja, hay que tomarse en serio la fragmentación. Ver que de un lado hay diversidad y del otro desigualdad. Tomar ese punto con crudeza y ni entregarse en nombre de la diversidad a reproducir la fragmentación, ni tampoco suponer que uno va a resolver el problema de la fragmentación. Ver cuáles son las condiciones de la fragmentación de toda la sociedad argentina, en particular de los sectores populares; ver cómo se produjo; ver cómo está y ver cómo se constituye algún tipo de articulación. 2. Hegemonía / ideología. No basta quedarse con lo ideológico. Asumir con crudeza la trascendencia de lo hegemónico respecto a lo ideológico. Ir a lo profundo de la vida cotidiana, de la experiencia de los conjuntos de la población, y ahí trabajar. ¿Cuáles son las cuestiones básicas, elementales que hay que tener en cuenta? 3. Persistencias. El neoliberalismo no es nada más una “cosa mala”, sino que es algo que funciona y que da respuestas. Superar supone asumir lo que se provee, un sentido general para las vidas particulares, una manera de soñar, de adquirir recursos, una manera de trabajar. 4. Cuadros. Tomamos una metáfora del gesto de Kirchner de bajar el cuadro de Videla y que destaca este enfrentamiento sistemático del kirchnerismo a los poderes fácticos. Pero hay que completar el gesto viendo qué cuadro subimos. Es interesante cuando uno de los gesto del Bicentenario fue ese salón de cuadros dentro de la Casa Rosada. Cómo se construye hegemonía entre todos. La metáfora de subir cuadros significa poner imágenes que orienten y que den sentido. 5. Pueblo donde está. Cotidianeidad y capitalidad. ¿Cómo se está presente en todas partes? 6. Placer. ¿Cómo ofrecer no sólo luchas y transformaciones y no repartir distinto las expectativas? 7. Lineal, literal, leal. ¿Qué significa no ser lineal, ni literales y no tener ideas tan elementales de la lealtad? Por ejemplo: “Clarín miente”, es una frase lineal que no alcanza para la construcción. No ser literal en el sentido de que no basta con traer todo el folclore de consignas de ’73. Y sobre las ideas inmediatas de lealtad, se refiere a no pensar la construcción a todo o nada. 8. Repertorio. Ampliar los repertorios. En las maneras de construir, en las consignas que se proponen, en las imágenes, hay que ampliar los repertorios. El repertorio actual que orienta la construcción política es una combinación de una serie de cuestiones sacadas pos 2001; otro bloque que es “salgamos de los ‘90”; otro que es “superemos la dictadura”; y otro bloque que es “reconstruyamos un modelo con burguesía nacional, industria y mercado interno”. De ahí, sale el repertorio político y militante. Qué decimos, qué

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proponemos, qué prácticas, de dónde sacamos para ampliar lo que se propone. 9. Bajo continuo. Primeras tácticas y grandes estrategias. ¿Cómo resolver de manera distinta esto que se dice a veces: “Necesitamos un modelo”? ¿qué se puede ofrecer como marco del proyecto? 10. Sujeto sujeto. No se puede esperar que haya un actor que nos salve del trabajo de construir el sujeto que hace la transformación o la acción política. Uno no puede esperar ese sujeto redentor que nos diga: “Por acá va la transformación”. ¿Qué significa construir el actor? 11. Baila, juega, batalla. Es una crítica al exitismo y, al mismo tiempo, una necesidad de fortalecer la mirada sobre la necesidad de hablar. Hay que estar preparado para todas las contingencias porque hay que ir por más. 12. Costos. Nada evita los costos de una construcción. Entonces, ¿con qué se paga la construcción política: costo subjetivo, costo material, costo de tiempo, de aprendizaje…? ¿Cómo hacemos para generar una masa crítica, entusiasmada, en el conjunto del campo popular, para que podamos pagar ese costo? Por ejemplo, nada nos va a evitar que, en algún momento, tengamos que desarmar las grandes organizaciones, instituciones o partidos, para armar lo que hay que armar ahora.

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4.2. Trabajos grupales 4.2.1. Lectura orientada a trayectos formativos

Elementos a tener en cuenta para proyectos de formación política y el para qué. - Recuperar las prácticas vivenciales de los sujetos para poder partir desde ahí. - Revisar los conceptos, de uno mismo - Ver los sentidos y lógicas en los procesos y en los contextos - Ponerse en lugar del otro NO ES SER EL OTRO - Discutir las nociones de desarrollo Si tenemos que pensar un trayecto de formación… En el para qué: - En la formación tienen que ver con el para quién. Ver ahí cuanto de la definición del otro nos define y cuanto no. - Construir conciecia crítica ¿Qué consecuencias políticas tiene?

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Cuando hablamos de la fragmentaron nos preguntamos como buscar en lo fragmentado lo que nos uno con los otros. Múltiplo común mínimo: trabajar sobre ese algo que nos une. Cómo construir nuevos procesos organizativos sin peder la identidad. Construir proyectos políticos que den respuesta a la vida cotidiana. Cómo vivimos y como les damos distintos sentidos a la distancia entre lo local y lo macro. Siempre pensar lo individual en el marco de lo local y lo local en el marco de lo general. Empoderamiento como encontrarse con la política. No sólo trasformar, si no asumir el poder que te da encontrarse con la política.

David: Formarse políticamente tiene que ver con qué posicionamiento tiene uno toma, también para asumir el poder. Tiene que ver con cual es el sentido de formarse políticamente ¿Cuál es el saldo que nos queda a nosotros como organizaciones? Ahí me parece que eso no está muy claro. Una pregunta que queda abierta. Comentarios: En nuestros ciclos anteriores esta era la salida fundamental: formar formadores. En esto de recuperar las prácticas y de ver las vivencias… En las líneas de vida de las personas o de los colectivos, ver poder descubrir que hay momentos, hay oportunidades, hay quiebres de politización. Descubrir con qué tienen que ver esos quiebres. Momentos en los que se pasa a otro estadio de politización individual y colectiva. Por ejemplo: para la generación que ahora está en los 40, en el momento de finalización de la formación secundaria y de comienzo de la universitaria. Ahí hubo algo… Si uno revisa eso, puede ve cual son las zonas donde hay que intervenir para que esas oportunidades de politización no se pierdan. ¿Cuál es nuestra formación como formadores? ¿Qué hemos tenido la oportunidad y la disposición de leer? Hay que revisarlo porque como hemos atravesado muchos años de apología de la práctica el rechazo a la teoría ha hecho que nos perdamos lecturas. Los conceptos se revisan con reflexión pero también con estudio. Renovar nuestro marco teórico. En la relación pedagógica y la relación política hay un desafío fundamental. La relación pedagógica supone intervenir en la autonomía del otro. Por ejemplo en lo generacional. En la política eso se confunde más aunque hay una parte en la que se cruza. Asumir el riesgo. Muchas veces, en nombre del respeto de la autoría del otro. No hay pedagogía y no hay política. No sólo revisar las nociones de desarrollo si no ir más allá de ese paradigma. Todo ese repertorio de cosas en sus distintas versiones pertenecen a un paradigma de desarrollo. Fuerte interrogante para la larga tradición de la educación popular. Es muy valiosa pero para ser fiel a ella hay que ser capaces de abandonarlas.

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Crítica: Muchas veces el estilo de criticidad que circula en sectores intelectuales es de prescindencia política. La formula actual es el “apoyo crítico”, que en general termina siendo un no apoyo. En argentina sólo es crítico el pensamiento que condena, si apoya no es crítico, es cierto o ve y se hace el sota. Claudica. Esta bueno cambiar eso por la inteligibilidad de los conflictos, luchas, avances, límites. El tema de unidad en la diversidad. El tema es cómo se suman las fracciones. Ahí debemos ver qué significa articular que no sea construir redes. En el pensamiento de Ernesto Laclau Construir hegemonía y tareas de articulación son sinónimos. Tiene que ver cómo se hegemonizan las fracciones en una unidad. ¿Será gradual el proceso? ¿Puede ser de otras formas? ¿Hay repentinismo en formación política? ¿Hay quiebres? Hay algo de lo gradual que viene del desarrollismo. Feno: Importante la idea de construir una noción de Estado. Lo otro que es muy valioso y destacable es la idea de asumir poder. Cuando imagina trayectos formativos en lo político se plantea donde quiere que terminen esos procesos. Situar la formación y ponerles objetivos puntos de inicio y de llegada, compromete. Emprender la formación es emprender también lo nuevo. Uno cree que en cuanto a la formación uno irrumpe y crea nuevas condiciones para volver a pensar lo que necesitamos para el tiempo histórico. Un desafío a término para poder abordar lo que queremos construir. Juan: Status quo… donde estamos y a donde queremos llegar. Hay una cuestión de la clase trabajadora que estuvo media ausente en esta afirmación. La cuestión de la fragmentación tiene que ver algo con eso. Tiene que ver con reconocernos como trabajadores.

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4.2.2. Lectura orientada a articulación política

Distintos momentos en los procesos de articulación 1. hacer un mapeo de los actores. Conocer al otro hace que nos conozcamos a nosotros mismos. Hay una fantasía de que la articulación es entre iguales cuando en realidad es entre diferente. Sobre todo al nivel de las relaciones de fuerza. Importante ver los objetivos finales y pensar estratégicamente. Ver el ejemplo de Moyano. 2. poder decidir con quienes articular (una decisión a tomar). 3. Atravesar los fantasmas (de la antipolaca). Dejar de lado purismo. 4. Ver diferencias y acuerdos. Para poder articular hay que ser capaces de negociar. Lo que nos interesa es afianzar y producir cambios. Uno de los ejercicios más duros pero de lo más interesante. 5. Organicidad. Tanto en términos internos como externos. Que más allá de los particularismos los objetivos se cumpla. La articulación como una cuestión de interrelación que para poder sobrevivir . Fútbol como metáfora. El futbol pone a todo el pueblo como parte integral. Cunado los de la cancha pueden articular es sólo porque los de afuera empujan. El placer es

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compartido por todos. En ciertos aspectos el otro somos todos. No es lo mismo trabajar para los trabajadores si no con los trabajadores. Néstor: Tenemos una idea de articulación despolitizada, bastante moral, que es la idea de construir redes. Articular es más que construir redes. Es otra cosa porque supone asumir la asimetría, y que uno construye contra alguien. Saber que tenemos que pasar por la construcción de redes, pero que tenemos que ir más allá. Porque mucho de lo que hemos hecho es jugar a las visitas. Elimina la cuestión del conflicto que hay que construir con la articulación o la reduce a la mera incidencia en política pública. La articulación como concepto político y como lectura de momento, tiene que ver con el trabajo como articulador social, la función del sindicalismo como matriz organizativa y como espacio político y el destino o las posibilidades articuladoras de movimiento obrero organizado en Argentina para la próxima etapa política. En general, una gran parte del campo popular ha tenido rumbos separados del sindicalismo. Pero, es innegable que una gran parte de lo popular se juega en el punto del movimiento obrero organizado. Un espacio del reencuentro de eso, desde los ’90 hasta ahora, ha sido la CTA. Feno: convencernos y ser conscientes que articular es actuar sobre lo diferente. Sobre lo mismo no es articulación porque es lo mismo. Si no estamos con capacidad, con vocación, con ganas o interés de afrontar eso, mejor no. Comparando con el partido de fútbol, rara vez un arquero puede definir bien. Actuamos sobre zonas diferentes. A veces pensamos la articulación como todos iguales, con el mismo paso, todos uniformados, cantando lo mismo. Eso me parece que nos pone en otro paradigma que no es este. Pero sí tener la capacidad de reconocernos conjunto, parecidos, iguales, yendo para el mismo arco, y tenemos para ir por más. Correrle a este planteo de articulación, la palabra actores, porque a veces decimos: “Articular actores”. Articular más allá del actor, de la organización, de los intereses, la ideología y los derechos. Por ejemplo, la Asignación Universal por Hijo atraviesa de una forma diferente la articulación. Reconocer ese derecho para todos los chicos. Néstor: No sólo los actores se articulan, sino que se articulan las ideas, las organizaciones, los sueños, las expectativas. La fiesta es lo que articula el tiempo. Genera núcleos de sentido que articula el tiempo disperso y la lucha dispersa. Nos va tocar redoblar la lucha, pero al mismo tiempo, necesitamos celebrar los logros, diseñar las fiestas o proponerlas, no nos puede ayudar a transcurrir ese tiempo bisagra como va a ser este año, el siguiente y el próximo periodo. Participante: usando la misma metáfora del fútbol, es importante saber quién es el árbitro, el que pone las reglas, y por otro lado, ver si los espectadores festejan el gol de Palermo o el gol del equipo. Néstor: con el condimento de que en la política, a diferencia que en el fútbol, en el juego se definen las reglas. Seba: darse la tarea de construir eso que nos une, esos denominadores comunes. Por ejemplo, si uno quiere construir articulaciones entre los agricultores familiares y los camioneros de Moyano, ese denominador está por construir. Hay que darse la

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tarea de los intereses, la negociación, de lo más concreto que va ser el denominador común. Es decir, los denominadores comunes que necesitamos, no están dados, hay que construirlos.

4.2.3. Lectura orientada intervención en políticas públicas

Participante: Consigna: elaborar propuestas para la intervención en y desde políticas públicas. Para la implementación veíamos tres grandes puntos: -Elaborar estrategias -Implementarlas -Tener una fuerte representatividad y negociación de los actores intervinientes. Consideramos importante el análisis de la crítica y de reconocimiento. Darle valor al ensayo y error, mirándolo desde un lugar positivo. CURSO DE FORMACIÓN POLÍTICA 2010 – Memoria del 1er presencial

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Participante: A nivel de tiempo la estrategia tiene la posibilidad de ser más dinámica, que lo estático, enlatado, que es un programa. Uno a veces estira los programas y los hace entrar, pero las políticas públicas no deberían ser así. En cuanto al repertorio, en este momento el Estado nacional toma algunas demandas históricas, también hay políticas públicas o leyes que son negociaciones necesarias para sectores dentro de las distintas clases sociales. Por ejemplo, la ley de Matrimonio gay no es tan popular como una Asignación Universal por Hijo. Son cuestiones que se van trabajando en medio de esa negociación que se va teniendo para captar sectores sociales. En relación al bajo continuo, o el son que tiene que ir sonando de acá en adelante es la misma política pública, es decir, que pueda trascender los gobiernos y que se quede impresa. Participante: las políticas públicas si bien son cosas enlatadas, tienen que estar sometidas a ensayo y error. Cómo vamos haciendo para correr esos límites que ya tiene. Néstor: el tema del repertorio es ¿Qué tenemos para decir y hacer? La capacidad de cantar muchas canciones y ponerles a todas su propia voz, pero sin que pierda su esencia de procedencia. La mirada inversa es que, muchas veces, el campo popular está fragmentado, y cómo la actual gestión que articula tiene un repertorio de prácticas, de ser muy lineales, de ser muy literales en algunas cosas, y de tener el concepto de lealtad muy duro, la idea es preguntar cómo renovamos ese repertorio. Tenemos un repertorio limitado para pensar porque, por ejemplo, nos dicen políticas públicas e inmediatamente pensamos en políticas sociales. Pero, esa es sólo una parte. Nuestro repertorio de políticas públicas está acotado al modelo de políticas focalizadas de los años ’90. Está, también, el repertorio de cómo hacemos distinciones, por ejemplo, en el marco de cierta política de intervención con sectores sociales empobrecidos, etc. para decir cómo hablamos de nosotros lo primero que nos sale es decir que están los técnicos y los dirigentes. ¿Cómo intentamos otro repertorio de distinciones? Si incorporamos otras distinciones en el repertorio, podemos enriquecer las discusiones. Casi todo nuestro repertorio es de matriz neoliberal, ahí tenemos que hacer algo. Feno: una novedad importante de este tiempo histórico es que podemos estar discutiendo cotidianamente más ideología, y lo segundo es que se le pudo dar significado a la política pública. Veníamos con la privatización de la política. Estamos muy diseñados con el neoliberalismo y, aun así, tenemos mejores diseños de política pública que implementación. Tenemos mucho para andar ahí, en ese trayecto. No es casual que la fragmentación y el vaciar de contenido muchas palabras, fue en detrimento de políticas públicas donde se expresan los derechos del pueblo. Un ejemplo concreto de cómo volver a instalar una discusión, ideología, política pública, es poder discutir el salario en la mesa del salario. Néstor: Pensar la política pública y dentro de eso las políticas particulares, no sólo como líneas de acción, sino como escenario de constitución de actores. Si uno mira al pasado, la estrategia de política pública de Perón, respecto al trabajo, fue el escenario de constitución de su fuerza política. No ver sólo el programa que baja,

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sino el escenario donde se constituye el actor. Y preguntarse si el mundo del trabajo más las políticas públicas y quizás las sociales, no son acaso los dos escenarios de articulación de actores que tenemos por delante. Y cómo se van cruzando para rearmar esa articulación entre el conjunto del campo popular de los que tienen trabajo y los que no lo tienen. Conecta con lo de bajo continuo, lo que hace suceder en la vida concreta de las personas la Asignación Universal por Hijo, va a constituir un bajo continuo en el sentimiento popular de los próximos años. Abandonemos todo lo que estamos haciendo y concentremos las fuerzas en politizar ese espacio.

4.2.4. Lectura orientada a capacidades dirigenciales y conducción de procesos políticos y organizacionales. Participante: No reconocernos como blanco y negro, sino con la posibilidad de reconocernos con algunos grises y que los grises, probablemente, sean votos concretos y claros. ¿Cómo negociamos cosas y podemos reconocernos con los diferentes? Poder ver grises que son brechas de unión, son lugares donde nos podemos encontrar. Participante: si en el mismo horizonte aparece la necesidad de ir reformulando el bloque histórico, ese lugar de lo que no sea blanco y negro, va a ser cada vez de mayor riqueza para poder hacer un espacio de mayor transformación. Néstor: Analizando el stock de dirigentes que tenemos, o pensando en los que necesitamos, cuántos vamos a tener para hacer este distinto tipo de cosas. Algunos van a tener que estar en esa zona de seducción que es bailar; hay que otros que van a tener que estar más en juego; y otros van a tener que pegar con las armas que juegan. Si pensamos lo que tenemos, lo que necesitamos, lo que le puede competer a cada uno de nosotros, ¿tenemos de todos esos? ¿Cuáles son nuestras organizaciones de batalla? ¿Cuáles son nuestros dispositivos organizativos de bailar, de seducción? La contrapartida de pensar en organizaciones y dirigentes, es pensar en las grandes mayorías porque por definición, los organizados y los dirigentes son pocos. Romper nuestra fantasía sobre la politización generalizada, en términos de militancia o participación en las organizaciones. Poder ver con claridad y realismo que con organizaciones y con dirigentes, la tarea que hay es reformular, ampliar y, eventualmente, crear la elite democrática popular que pueda acompañar los próximos años. Respecto al tema de los costos, preguntarse ¿Cuánto tiempo? ¿Cuánto dinero? ¿Cuántas personas? Por ejemplo, si en vez de pensar en las diferencias entre CGT y CTA, pensamos en la gran masa de trabajadores no sindicalizados que hay, ¿Cuántos son?, ¿Cuánto tiempo?, ¿Cuánta plata tenemos que poner para sindicalizar a un porcentaje? Sabiendo que estamos gastando en cosas que no nos sirven.

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5. PROPUESTA DE TRABAJO

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1 Ubicar temporalmente reciente cuándo y cómo cuajaron los aspectos que se han estado debatiendo sobre la anti-política Por ejemplo: a. El puritanismo en política: ¿Quiénes fueron sus ejecutores? ¿Qué momentos históricos hicieron que hubiera un nudo que irradio hacia el presente esa cuestión? b. La demonización del Estado en Argentina… Se trata de una propuesta para ver con densidad histórica el presente. Ver que no se trata de fatalidades, que no son cosas que están en la cultura, que no se trata de meros datos de la realidad, sino que han sido cosas reales que han ido cuajando e institucionalizándose. Casi al punto de transformarse en puras verdades. Pero, toda verdad es producida por un poder. Es una operación de poder que hace que algo parezca verdadero, natural, objetivo, invisible o incuestionable. 2 Abordaje sincrónico: Ver el presente, viendo los actores sociales, los espacios geográficos, las dinámicas institucionales, la dinámica actual de los sectores

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populares. Ver los 12 procesos de la hegemonía compleja. Por ejemplo, ver dónde se está ampliando el repertorio de las consignas políticas o pensar qué pasa con la línea de los costos. Si, por ejemplo, suponemos que es importante que los movimientos cuajados en los ’90 y principios del 2000 si esos se tienen que encontrar con el movimiento obrero organizado, ¿dónde puede suceder? ¿cuánto “costaría”? Buscar en el eje del presente dónde están esas dinámicas. Localizarlas, ponerles lugares, nombres, espacio/tiempos institucionales, organizativos, geográficos donde reconocemos en el campo popular núcleos donde se va gestando un tipo de construcción de poder político que esté a la altura de las circunstancias. 3 Ver el tiempo siguiente, que también se “amontona” en el presente. Lo que adensa el presente es que el futuro está en las zonas de decisión sobre las que hay que trabajar. Pensar un arco hacia adelante pero que cuaja en nuestro presente ampliado, donde tanto las proyecciones de esto y lo que hacemos para combatirlo, como las dinámicas más fecundas pueden ir gestando dinámicas de construcción política. Donde va tomando forma la política, y donde vamos tomando forma como actores. Señalar cómo se cruzan las proyecciones y las persistencias de la anti-política con el trabajo de distintos actores.

Respecto al abordaje de las distintas escalas: Romper cierto imaginario sobre cómo se relaciona lo local con lo nacional, lo micro y lo macro, o lo local, lo provincial y lo nacional. Hay 3 maneras de pensarlo: a. Pensar que una cosa está dentro de la otra. b. Son círculos distintos. Hay cosas que pasan en lo local, cosas que pasan en lo medio, y cosas que pasan en lo nacional e interaccionan pero son esferas distintas. c. La realidad es una sola. Es un espacio univoco atravesado por dinámicas que se plasman en el espacio donde vivimos, pero donde cuajan como iniciativas están las distintas escalas. Nos parece que hay que tratar de pensar así, para ver de un solo vistazo todas las escalas. Otro concepto es la multi escalaridad, que es subir y bajar de escalas. Pensar en concreto y ponerle lugar a las cosas, pero no queremos disminuir la escala.

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