Diseño Gráfico y de Carátula Julian Rodriguez C. Carátula Plano de Sopó y los alrededores de 1600-1650 aprox. Archivo general de la nación, ref: 459A Diagramación e impresión Editorial JL Impresores Ltda
Un viaje tras las huellas de la ocupación humana Arqueología de Sopó
Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Antropología Observatorio del Patrimonio Cultural y Arqueológico OPCA
2014
Jerónimo Valderrama Fonseca Alcalde
Pablo Navas Sanz de Santamaría Rector
Eduard Leonardo Chirivi Guzmán Secretario de Cultura
Hugo Fazio Vengoa Decano Facultad de Ciencias Sociales
Mauro Arturo Díaz Cortes Coordinador de Proyectos Bibliotecarios y Patrimoniales
Alejandro Castillejo Cuellar Director Departamento de Antropología Luis Gonzalo Jaramillo E. Profesor Asociado Gestor-Director Observatorio del Patrimonio Cultural y Arqueológico OPCA Departamento de Antropología Rosa Eliana Del Pilar Ortiz Castro Asistente OPCA Diseño de mapas y planos Irene Rincón Sarasti Corrección de estilo
Contenido Presentación ................................................................................................................................................................ 7 Introducción …………………………………………………………………………………………………………………… 8 Agradecimientos ……………………………………………………………………………………………………………… 10 Arqueología y Sociedad: contexto y alcances del estudio de la ocupación humana en la cuenca baja del río Teusacá ………………………………………………………………………………………………. 13 ¡Arqueología en acción! El trabajo de campo …………………………………………………………………........ 17 La historia de la ocupación humana: resultados iniciales …………………………………………………....... 20 Período de Cazadores – Recolectores – Horticultores ………………………………………….......................... 20 Período Herrera ………………………………………………………………………………………………………………. 21 Período Muisca Temprano…………………………………………………………………………………………........... 22 Período Muisca Tardío ……………………………………………………………………………………………….......... 22 Período Posconquista …………………………………………………………………………………………………......... 23 Arqueología Urbana de Sopó ………………………………………………………………………………………....... 24 Demografía regional ……………………………………………………………………………………………………....... 25 El futuro… una agenda colectiva ……………………………………………………………………………………....... 26 Bibliografía citada y de referencia general ……………………………………………………………………........... 29
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Presentación El Centro de Historia de Sopó se complace en presentar esta cartilla informativa que da cuenta del proceso y la importancia del proyecto "Sopó en Contexto", liderado y desarrollado por la Universidad de los Andes, como un trabajo para identificar los asentamientos humanos en el territorio del Municipio de Sopó. Esta primera entrega que se socializa ahora, permitirá conocer al ciudadano los descubrimientos realizados, como parte de la dinámica de divulgación, apropiación y reconocimiento del patrimonio arqueológico de Sopó. El acercamiento directo a la información de "Sopó en Contexto" en uno de sus componentes, deberá despertar el interés de la comunidad en general por la preservación de los valores culturales y por el afianzamiento de la identidad local, que se fortalece mediante los descubrimientos y estudios del pasado, por medio de los vestigios humanos que reposan en todo el territorio municipal y que gracias al interés académico, administrativo, político y cultural de los diferentes actores involucrados, permite acceder a ese
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escrito histórico que nos habla de los antepasados, de sus constumbres, de sus formas de vida y de un legado silencioso que gracias a la arqueología podemos disfrutar; y que de lo contrario, permanecerían ajenos para nosotros, los habitantes de este maravilloso valle de Sopó. Animamos con sentido de aprecio a que todos los que en este proyecto han intervenido, continúen con el mismo entusiasmo del primer día; y nos comprometemos a acompañarlos en las nuevas etapas de este largo, pero satisfactorio camino científico, histórico y cultural. Gracias a cada uno de los profesores, estudiantes, directivas académicas, alcaldes, secretarios de cultura, habitantes, propietarios de fincas; y a todos aquellos, quienes de una u otra forma han contribuido con su voluntad, durante ocho años, para que este proyecto se haya desarrollado y pueda continuar en el tiempo, como una forma de construcción colectiva de memoria patrimonial. Esperamos que al leer esta cartilla informativa, surjan muchas preguntas, inquietudes; que se aviven los deseos por
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conocer más, por saber más, por avanzar en este camino de la memoria que esconden nuestros antepasados. Continuemos con nuestra voluntad de contribuir positivamente en la comprensión colectiva de la importancia de la arqueología y sus descubrimientos, animando la consciencia del común para que se apropie del conocimiento y se identifique cada día más, con las raíces ancestrales sin desconocer las influencias y aportes de otras culturas que de una manera u otra, se involucraron con nuestros antepasados.
Sé parte de este maravilloso mundo de la arqueología, de la memoria, de la historia y del patrimonio cultural; leyendo, preguntando, apoyando y acompañando a los exploradores del pasado. Nuevamente Gracias, nuestro respeto, apoyo y solidaridad a los restauradores de la memoria de Sopó. Recuerden que la Historia la construimos todos.
Presidencia del Centro de Historia de Sopó.
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Introducción Luis Gonzalo Jaramillo E. Profesor Asociado Departamento de Antropología Universidad de los Andes
Sin lugar a dudas, los cumpleaños son momentos especiales para desear buenos augurios y compartir buenas noticas. Y por ello hoy, en la celebración de los 361 años de la fundación de Sopó, queremos unirnos en el festejo con la entrega de esta cartilla que ofrece una nueva mirada sobre la historia más antigua de la región, basada en los resultados de la primera fase del programa Sopó en Contexto - Componente Arqueológico. Este texto busca, de una forma ágil e ilustrativa, mostrar cómo la arqueología ha logrado consolidar un cuerpo de información que permite, de manera cohe-
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rente, ofrecer una perspectiva sobre esa historia muy antigua que antecede a la fundación de Sopó y, al hacerlo, dejar en evidencia lo que nos falta aún por conocer. De manera especial, el texto busca mostrar la importancia del patrimonio arqueológico, de su conservación e investigación, y por ello pretende ser también un llamado al trabajo conjunto para lograr su protección, para incentivar su estudio desde las escuelas y colegios, así como desde los hogares. Pero si usted se está preguntando ¿de dónde surge este estudio? o ¿qué es “Sopó en Contexto”?, unas pocas explicaciones son
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pertinentes: Sopó en Contexto es un programa de investigación a largo plazo que vienen adelantando el Departamento de Antropología de la Universidad de los Andes y la Alcaldía de Sopó desde el año 2006. Tiene el propósito de contribuir al conocimiento y valoración del patrimonio cultural del municipio, que busca apoyar el desarrollo socio-económico de la región. Sopó en Contexto está organizado en función de 4 componentes: 1) Valoración del Patrimonio Arqueológico Municipal; 2) Tradición Oral/Memoria Colectiva;
En cada componente se han hecho avances significativos, los cuales pueden consultarse en http://opca.uniandes.edu.co/ es/index.php/investigacion/ proyectos-en-curso/sopo-encontexto
3) Educación Formal e Informal; y 4) Economía y Desarrollo. El objetivo es que en cada uno de estos temas se desarrollen productos concretos en la forma de estudios monográficos, material divulgativo, planes de manejo y
desarrollo, entre otros. Esta cartilla, como parte del Componente 1, está centrada en la arqueología regional, la cual permite explorar la totalidad del tiempo de actividad humana en la región. Por lo tanto este estudio sirve de columna vertebral a todo el programa de Sopó en Contexto. La investigación arqueológica se ha desarrollado bajo una perspectiva metodológica de carácter regional sistemático, que tiene como base un sistema de información geográfico (SIG). Los aspectos técnicos serán objeto de una presentación detallada más adelante.
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Agradecimientos Muchas personas e instituciones han hecho posible la entrega de esta cartilla. En Sopó, los alcaldes Mauricio Romero, William Octavio Venegas R. y Jerónimo Valderrama Fonseca, junto con sus respectivos subsecretarios de
ducción de esta cartilla, la gestión y entusiasmo de Mauro Arturo Díaz Cortes, Coordinador de Proyectos Bibliotecarios y Patrimoniales, ha sido muy importante. Queremos destacar el apoyo de Oscar Mesa, Fabio Pinzón, Rodrigo Arias, Josefina Aya, el Párroco Ignacio Acosta Amaya, Don Pedro Nel Ariza y Doña Lilia Cortez de Ariza. No es menos importante reconocer el apoyo de la gran mayoría de propietarios y administradores de fincas, quienes dieron consentimiento para que la investigación fuera posible.
Cultura Sandra Liliana Restrepo, Jaime David Clavijo Poveda y Eduard Leonardo Chirivi Guzmán, han sido actores centrales en este proceso. A Sandra Liliana le corresponden los créditos de haber propiciado el acuerdo de cooperación con la Universidad de los Andes en materia de patrimonio cultural, marco en el que surgió el programa Sopó en Contexto. En la presente administración, y en particular en la pro10
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En la Universidad de los Andes ha sido muy importante el apoyo del Departamento de Antropología, particularmente en la organización de la Escuela de Campo en Arqueología que durante más de tres años (entre 2006 y 2009), ofreció cerca de 120 cupos para estudiantes; asimismo, por el uso de los laboratorios de arqueología.
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En la Facultad de Ciencias Sociales, Francisco Zarur, Mauricio Bello y Heidy Casas del CESO, fueron importantes en la administración de los recursos del fondo FAPA, invertidos en diversas actividades y tareas de éste programa. De igual manera queremos destacar el apoyo de la Vice decanatura de Investigaciones actual en la preparación de este manuscrito y del Informe Final. Un reconocimiento especial es para Ricardo Ferrer D´Paola, egresado del programa de maestría en Arqueología y Antropología Biológica, quien coordinó buena parte de las actividades de campo y quien, junto con Lina María Campos Quintero, participó en las etapas de la clasificación del material cerámico. Un
reconocimiento también para Pedro Fabián Pérez, Eiver Miguel Durango Loaiza y Rosa Eliana del Pilar Ortiz Castro, en la producción y análisis geográfico (SIG), así como en la preparación de los mapas que acompañan esta cartilla. Pero sobre todo, queremos reconocer el trabajo y empeño de los estudiantes, de pregrado y de maestría, en su mayoría de la Universidad de los Andes, pero también de la Universidad Nacional y de la Universidad Militar, que conformaron un grupo de trabajo nutrido y perseverante: Alejandro Amaya, Alejandro Chaves, Alejandra Jaramillo, Alexandra Londoño, Alfonso López, Ana María Bermúdez Alfaro, Angee Mónica Ramírez Jiménez, Ángela María Rodrí-
guez, Ángela María Velásquez, Camila Gómez Osorio, Camilo Cesar Gómez Chaparro, Candela Giraldo Lara, Carlos Villalobos, Catalina Mora, Claudia Liliana Ríos, Claudia Marcela Almendra Ortiz, Daniel Giraldo, Daniela Osorio, Darío Pérez, David González, Diana Acosta, Edna Catalina Serrano Pérez, Eiver Durango Loaiza, Eliana Hernández, Eliana Sofía Romero Díaz, Gabriel Calderón, Germán Andrés Mc Allister Andrade, Ginna Jiménez, Ginna Viviana Jiménez Reyes, Gonzalo Jara, Guillermo García Parra, Javier Antonio Silva, Jorge Enrique Córdoba Currea, Jorge Huertas, Juan Carlos Velasco, Juan Felipe Rincón Piñeros, Juan Manuel Guerrero Rodríguez, Juan Pablo Ortega Llanes, Juan Pablo Roberto Barbosa, Juan Sebastián Bastidas, Juanita Pérez Guerrero, Julián David Gutiérrez Catama, Laura Catalina Rodríguez, Laura Paloma Leguizamón, Lina María Campos Quintero, Lina María Gómez Morales, María Lorena Garay Guevara, Lorena Parra Velásquez, Luis Felipe Raguá, Luz Alejandra Lizarazo Field, Maday Romero Martínez, Margarita Talero Martín, María Alexandra López Cerquera, María Angélica García, María Angélica Guerrero, María Angélica Rodríguez, María Camila Marín, María Cristina Salas Cerquera, ARQUEOLOGÍA DE SOPÓ
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Angélica Rodríguez, María Camila Marín, María Cristina Salas Cerquera, María José Montana Correa, Mayra Constanza Cuellar Sánchez, Miguel Aguilar Díaz, Natalia Camacho Bohórquez, Natalia Lozada Mendieta, Natalia Pérez, Natalia Pulido Ronchaquira, Nidia Lucero Rueda, Paloma Leguizamón, Paloma Sandoval, Paola Becerra, Paola Espejo, Patricia Pardo, Paula Vanegas, Pedro Rivera, Ricardo Borrero Londoño, Ricardo Ferrer D´Paola, Santiago Forero Latorre, Silvia Tibaduiza Sierra, Tomas Guzmán, Valentina Peña Motta, Vanessa María Guaracao Muñoz, Verónica Trimmiño Marroquín, Viviana Cadena, William Armando Vargas Ordoñez. Como hemos señalado, la inves-
Como hemos señalado, la investigación no está concluida, razón por la cual esperamos que en próximos cumpleaños podamos seguir compartiendo más noticias sobre la investigación arqueológica, así como los resultados de otros de los componentes, los cuales nos ayudaran a consolidar día tras día una perspectiva comprensiva, una perspectiva de “Sopó en Contexto”.
Luis Gonzalo Jaramillo E. Profesor Asociado Departamento de Antropología Universidad de los Andes Bogotá, Mayo 30 de 2014
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Arqueología y Sociedad contexto y alcances del estudio de la ocupación humana en la cuenca baja del río Teusacá.
La palabra 'arqueología' generalmente es tomada como sinónimo de 'objetos viejos' o 'antigüedades', que resultan interesantes o atractivas solamente para una porción pequeña de la población salvo, cuando estas evidencias arqueológicas son monumentales o percibidas como tesoros, es decir que tienen un valor económico/monetario específico. En nuestro país, donde estos “tesoros” pueden ser objetos en oro o esmeraldas -como ocurre en el altiplano Cundiboyacense-, es difícil despertar un interés amplio por las evidencias arqueológicas que forman el patrimonio arqueológico, mientras prevalezca esta percepción monumentalista y de “tesoro”. Afortunadamente hoy, gracias a la legislación cultural vigente, sabemos que tanto la arqueología
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En arqueología, la convención AP (antes del presente), se refiere al año 1950 que se utiliza como estándar para especificar cuándo ocurrió un evento, al utilizar la datación por radiocarbono o Carbono 14. Otra forma utilizada es la de presentar las fechas como a.C (antes de Cristo) o d.C (después de Cristo), en las que se asume el nacimiento de Jesucristo como año cero.
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como el patrimonio arqueológico, se alejan claramente de esa perspectiva. De acuerdo con el artículo 3° de la ley 1185 de 2008, el patrimonio arqueológico “… comprende aquellos vestigios producto de la actividad humana y aquellos restos orgánicos e inorgánicos que, mediante los métodos y técnicas propios de la arqueología y otras ciencias afines, permiten reconstruir y dar a conocer los orígenes y las trayectorias socioculturales pasadas y garantizan su conservación y restauración…”. De acuerdo con lo anterior, la arqueología es la ciencia que permite la reconstrucción de las sociedades del pasado en una amplia escala temporal, a partir del estudio de una vasta gama de evidencias materiales, que incluye tanto artefactos —las cosas producidas o modificadas por los humanos como vasijas, herramientas, adornos corporales collares o narigueras, etc. —, como rasgos —las modificaciones hechas al paisaje o suelo por acción humana como tumbas, fogones, basureros, caminos— y ecofactos —los materiales orgánicos acumulados en el suelo como consecuencia de la actividad humana como restos de carbón o madera, polen, restos de plantas y de animales, etc. —. ARQUEOLOGÍA DE SOPÓ
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Por lo anotado, entonces, el patrimonio arqueológico se refiere a un amplio y diverso conjunto de evidencias materiales y no exclusivamente estructuras funerarias (tumbas), que son el tipo de evidencias alrededor de las cuales se ha generado esa mirada sesgada de lo arqueológico como “tesoros”. Entre estas evidencias, generalmente los restos de la basura indican la ubicación de las áreas de vivienda o talleres, compuesta por fragmentos de vasijas y recipientes en cerámica, porcelana, loza, vidrio, fragmentos de instrumentos hechos en piedra o desechos de la producción de estos. Otros productos hechos de materiales orgánicos como canastos, telas o ropa, también pueden ser parte de este registro arqueológico, pero por su naturaleza pere-
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cedera, tienden a descomponerse rápidamente y solo en condiciones especiales se conservan, por ejemplo en cuevas, o en lugares muy áridos o muy fríos. Todas estas evidencias, sin ser monumentales, constituyen verdaderos “tesoros” para reconstruir la historia del poblamiento en cualquier región. Razón por la cual, es importante documentar su existencia y mitigar el impacto negativo —actuando dentro de los marcos legales y técnicos que hoy establece la legislación colombiana— que eventuales obras de infraestructura puedan causar sobre ellas. Por ejemplo, la construcción de carreteras, oleoductos, urbanizaciones, etc. Así, se puede decir que el com-
ponente arqueológico del programa Sopó en Contexto, es una investigación con dos propósitos principales. Por una parte, profundizar en el conocimiento de las dinámicas poblacionales en el territorio Cundiboyacense —desde las épocas más antiguas hasta el presente—. Por la otra parte, es también un estudio que busca diagnosticar el potencial En cuanto al interés por conocer las evidencias de las sociedades antiguas que habitaron el territorio de Sopó, debemos señalar que Sopó se asienta en una región donde se han hallado las evidencias más antiguas de presencia humana en el altiplano Cundiboyacense, en el sitio de El Abra —municipio de Zipaquirá) —, fechadas hace unos 12.000 años AP.
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Posteriormente, en época de la conquista española, la zona era ocupada por poblaciones como las de Sopó, Cueca y Meusa, que ostentaban una posición central en la geografía política muisca, al estar relativamente cercanas al gran centro político y religioso del Zipa, ubicado en Bacatá —hoy Funza—, y a lugares de gran importancia ritual como Guatavita. Por otra parte, la historia tricentenaria de Sopó permite también conocer aspectos de la sociedad colonial y republicana, como los relacionados con la incorporación de las poblaciones indígenas al régimen colonial y la resistencia indígena. Estas investigaciones pueden servir para ayudar a entender la actual situación de la tenencia de la tierra en esta región. En esta cartilla se resumen los resultados del estudio que próximamente saldrá publicado con el titulo: “Sopó en Contexto: Estudio arqueológico y documental sobre el poblamiento de la cuenca baja del río Teusacá - Volumen 1”. Este documento, expondrá en detalle la investigación realizada y cons-
tituirá la primera visión de carácter regional sobre la ocupación humana de la cuenca baja del río Teusacá, desde una perspectiva temporal de largo alcance. Una investigación que ha permitido dimensionar la trayectoria de ocupación de la zona del actual municipio de Sopó, describiendo los patrones de asentamiento y estimando el nivel de población, para ver su evolución desde épocas prehispánicas.
cuando se hagan intervenciones sobre el suelo y subsuelo. Es decir, nuestro estudio no “libera” las zonas donde no se encontraron evidencias, ni tampoco aquellas donde sí se hallaron. No obstante, la información que recogimos sí puede ser utilizada por la alcaldía y la comunidad soposeña en general para tomar decisiones en esta materia y proceder apropiadamente cuando se conceden licencias de construcción.
Antes de entrar en detalles, debemos enfatizar que el estudio realizado no sustituye a los estudios que por ley deben adelantarse
De manera puntual, como se ve en la Figura 1, nuestra investigación permitió descubrir 210 sitios arqueológicos( área en amarillo) en una zona de 36,6 km cuadrados investigados(linea roja), compuestos por 293 colecciones individuales de materiales, generalmente fragmentos de cerámica, loza, cerámica vidriada, vidrio y líticos. Dentro de esa zona, algunos predios que suman aproximadamente 5 km cuadrados no pudieron ser investigados por falta de permisos —áreas en azul—. No obstante, la investigación ha logrado gene-
FIGURA 1 ARQUEOLOGÍA DE SOPÓ
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rar una primera perspectiva sobre el proceso de ocupación en la cuenca baja del río Teusacá y esto es lo que presentaremos a continuación. Ahora bien, ¿cómo se hizo la investigación? ¿Cómo se encontraron los sitios? ¿Qué tan antiguas son las evidencias? Estás preguntas y otros interrogantes sobre la historia antigua de Sopó serán resueltos en las páginas siguientes.
Algunas normas y documentos que reglamentan y explican la protección del Patrimonio Arqueológico en Colombia .
Ley 1185 de 2008
· Decreto 763 de 2009 ·
“Régimen Legal y Lineamientos Técnicos de los Programas de Arqueología Preventiva en Colombia” Instituto Colombiano de Antropología e Historia –ICANH.
· “Lineamientos Constitucionales y Legales para la Protección del Patrimonio Arqueológico Colombiano - Dirigido a Autoridades de las Entidades Territoriales: Departamentos, Distritos y Municipios” (ICANH). Estos documentos están disponibles en la sección “Legislación Patrimonial” del portal web del Observatorio del Patrimonio Cultural y Arqueológico OPCA (http://opca.uniandes.edu.co/es/index.php/legislacion-delpatrimonio/legislacion-nacional/indice-legislacion-colombiana.
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¡Arqueología en Acción! El trabajo de campo.
Detalle de foto aérea con la zona del casco urbano de Sopó.
Para saber desde cuándo y cómo ha sido el proceso de ocupación del territorio, y conocer además que tipo de sociedades lo han habitado, sus patrones de asentamiento, y el volumen de las poblaciones, debimos realizar un estudio conocido como reconocimiento regional sistemático de cobertura total.
Estudiantes preparando los mapas y fotos aéreas que usaran en la temporada de campo. Biblioteca Municipal de Sopó, Agosto de 2006.
Esto quiere decir que a partir de una cartografía de la zona, en especial de ampliaciones de fotografías aéreas de la región, equipos de personas recorren la totalidad de los predios o fincas en busca de evidencias de actividad humana. Esta búsqueda se hace revisando cualquier alteración del suelo que permita precisar si hay evidencias arqueológicas o no. Estas recolecciones de superficie se realizan en las huertas de las casas, los cultivos, los campos arados, los caminos y áreas removidas por la actividad del ganado, etc. Cuando las zonas están cubiertas de pastos se hacen pequeñas excavaciones de 40 cm de lado para verificar la presencia de ARQUEOLOGÍA DE SOPÓ
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Imágenes de los grupos de estudiantes haciendo recolecciones de superficie en un camino de herradura y en un cultivo de duraznos.
varios lotes, tanto de recolecciones de superficie como de pruebas de pala. Una vez se concluye la investigación de campo, se inicia el trabajo en el laboratorio donde se analiza toda la información recuperada. Esta tarea fue realizada en los laboratorios de la Universidad de los Andes, donde las evidencias recuperadas se encuentran almacenadas y protegidas. El análisis de las evidencias recuperadas requiere de una fase
restos de artefactos, conocidas como pruebas de pala. En estos casos, primero se retira el pasto en bloque, y luego se retira la tierra y se coloca sobre plásticos donde es revisada manualmente.
trar los hallazgos. Todo lo hallado se empaca en bolsas de plástico debidamente marcadas con números consecutivos. A estos paquetes se les conoce como 'lotes' y en un sitio puede haber
La profundidad promedio de estas excavaciones es de 60-80 cm, aunque en muchos casos en la zona de Sopó, a los 40 cm se encuentra la tierra culturalmente estéril, es decir, sin evidencias de actividad humana. La regla seguida en campo fue la no de avanzar más de 50 m sin tener una indicación sobre la presencia de materiales arqueológicos. Una vez que se termina de revisar la tierra, la cual se extrae en unidades de 20 cm, se hacen los registros necesarios, incluyendo dibujos y fotografías. Finalmente, se vuelve a tapar el hueco con el bloque de pasto para evitar futuros accidentes a la gente o a los animales. En la investigación de campo se utilizan formularios para regisSecuencia de fotos que muestra diferentes aspectos en la excavación y registro de una prueba de pala.
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Lista tipos cerámicos de tradición alfarera indígena
Detalle de las estanterías con las colecciones cerámicas, Laboratorio GB 303, Marzo de 2014
Mosquera Roca Triturado
Mosquera Rojo Inciso
Tunjuelo Laminar
Funza Cuarzo Abundante
Zipaquirá Desgrasante Tiesto
Desgrasante Gris
Tunjuelo Arenoso Fino Pintado
Tunjuelo Cuarzo Fino
Chocontá Arenoso Burdo
GDT
Funza Roca Triturada
GDT Bruñido
Funza Laminar Duro
GDT Rojo Abundante
Ráquira Desgrasante Arrastrado
GDT Arrastrado O Trapeado
Desgrasante Arrastrado Grueso
GDT Moderno
Desgrasante Arrastrado Fino Panorámica del Laboratorio GB 303, Marzo de 2014.
importante en la cual se le asigna una edad o antigüedad específica. Esto se hace utilizando como referente las tipologías cerámicas ya establecidas para el altiplano Cundiboyacense.
Mosquera Roca Triturado GDT Bruñido
Una vez hecha la clasificación es posible hacer mapas en los que se representen las áreas con materiales de los diferentes periodos, y así, al comparar las distribuciones en cada mapa, entender como ha sido el proceso de ocupación humana. GDT Ofrendatarios
En el altiplano Cundiboyacense se utiliza un esquema cronológico que reconoce 5 periodos principales:
Funza Roca Triturado
Períodos y rangos temporales para la zona Muisca Cazadores-Recolectores-Horticultores Herrera Muisca Temprano Muisca Tardío Colonial Posconquista Republicano Moderno
16.000 a.C - 500 a.C 500 a.C - 800 d.C 800 d.C - 1.200 d.C 1.200 d.C – 1.600 d.C 1.600 d.C – 1.810 d.C 1.810 d.C – 1.900 d.C 1.900 d.C – 1.950 d.C
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La historia de la ocupación humana: resultados iniciales Esta sección presenta los resultados iniciales de nuestro estudio regional. En este sentido, es necesario señalar que la investigación en campo se suspendió en el momento en que la falta de permisos hacía difícil mantener un nivel de resolución como el requerido para un reconocimiento
regional sistemático. Así, después de tres años de actividades en campo, nos concentramos en el análisis de la información recobrada, proceso que nos ofreció resultados importantes y algunos insospechados, como ha sido la localización de varias comunidades que podrían homologarse
con los antiguos asentamientos de Sopó, Cueca, Meusa y Teusacá. Pero estos hallazgos tienen antecedentes que debemos conocer y por ello empezaremos este viaje por la historia de Sopó, remontándonos a la época más antigua.
Período de Cazadores-Recolectores-Horticultores: Representa la etapa más antigua de la presencia humana y está asociada arqueológicamente con la producción y restos de artefactos hechos en piedra o líticos, en hueso o cornamenta de venados. Esto, para hablar de aquellos artefactos que por su naturaleza se logran conservar bien en el tiempo. Los grupos de la zona seguramente usaron muchas otras cosas como madera, cuerdas, pieles, etc., que no perduran. Si bien en nuestro estudio encontramos algunos artefactos líticos, estos no creemos que se asocien con épocas tempranas sino más bien con épocas tardías, tomando como criterio de evaluación la forma o morfología de los artefactos y los contextos en que se hallaron — esto es, con qué otras cosas estaban asociados—.
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Lasca en chert. Y posible fragmento de volante de huso; obsérvese el orifico tallado en el centro.
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Sinembargo, no podemos olvidar que en cercanías a Sopó se han descubierto varios yacimientos de gran importancia para el país como son los sitios El Abra en el municipio de Zipaquirá, Tibitó en el municipio de Tocancipá y Chía III en el municipio de Chía. El Abra es un abrigo rocoso, con una fecha alrededor de 12.400 a. C - unos 10.400 años AP (Correal et al. 1970), el cual aún representa el sito más anti-
guo de la sabana de Bogotá. En este lugar se encontró un conjunto de artefactos en piedra, asociados con huesos de animales y fragmentos de carbón vegetal. Las evidencias de Tibitó, un sitio a campo abierto (Correal, 1981), por su parte, consisten en artefactos de piedra, artefactos de hueso y restos de mastodontes, caballo americano y venado,
fechados hacia el año 11.700 AP. Por último, en el abrigo rocoso de Chía III (Ardila, 1984), fechado entre 7.500 y 5.000 años AP, se hallaron además de entierros humanos, artefactos en piedra y hueso. Aunque en Sopó no se encontró evidencia directa de estos grupos muy antiguos, no se puede descartar que en el futuro aparezcan.
Período Herrera
Con el paso de los siglos, las evidencias arqueológicas de todo el altiplano Cundiboyacense comienzan a mostrar como rasgo característico la presencia de grupos humanos que además de fabricar instrumentos de piedra, producían vasijas cerámicas y cultivaban el maíz, junto con otras plantas, en forma regular.
A estos grupos, que fueron identificados como antecesores de los muiscas, se los conoce con el nombre de “Herrera”, en relación con la “Laguna de la Herrera” en Mosquera —Cundinamarca—, zona donde la arqueóloga Silvia Broadbent encontró evidencias para proponer su existencia en 1960.
En Sopó, nuestra investigación encontró 23 sitios Herrera - áreas en amarillo cuya distribución se observa en esta imagen. La muestra cerámica asociada es de 60 fragmentos, 50 del tipo Mosquera Roca Triturado y 12 del tipo Mosquera Rojo Inciso.
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En el 2011 realizamos una investigación detallada en tres de los sitios encontrados (Brujas, Carrizalito y Meusa—, los cuales permitieron reconocer que en cada
asentamiento seguramente se localizaban entre 2 y 4 viviendas, y que como hecho común, en todos estos sitios hay evidencias de áreas con suelos negros, for-
mados a partir de la actividad humana, que se relacionan con huertas (Ferrer, 2011).
Período Muisca Temprano comunidad 1
comunidad 2 comunidad 4
comunidad 3
En este período ocurren cambios en la alfarería que han sido tomados como prueba de que habrían llegado otras gentes a la región, procedentes quizás de la zona del Magdalena. No obstante, si este es el caso, o si como argumentan otros se trata de una evolución a partir de lo “Herrera”, es algo que está todavía en discusión.
En Sopó se registran menos sitios que en el Período Herrera, pasando de 23 a 17, con un porcentaje de ocupación también menor (solo 7,62 ha). Las evidencias arqueológicas están representadas en 50 fragmentos cerámicos, 14 del tipo Tunjuelo Laminar, 15 del Funza Cuarzo Abundante y 21 del Zipaquirá Desgrasante. Desde el punto de vista de la
Período Muisca Tardío La investigación ha mostrado que para este período se registra un incremento exponencial de la población y se localizan 165 sitios que cubren 112,69 ha. Estos sitios fueron identificados a partir de la presencia de los tipos cerámicos Tunjuelo Arenoso Fino Pintado, Chocontá Arenoso Burdo, Funza 22
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Laminar Duro, Desgrasante Gris, Tunjuelo Cuarzo Fino, GDT, GDT Rojo Abundante y Funza Roca Triturada, los cuales en conjunto suman ahora 1787 fragmentos. Pero quizá más interesante que el número de sitios y la extensión
distribución espacial, no se observan concentraciones importantes y los sitios aparecen sobre las mejores tierras desde la perspectiva agrícola. En general, este periodo estuvo caracterizado por un volumen de población muy bajo, el cual ocupó la región con un patrón de asentamiento disperso.
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del área que cubren, es el hecho del patrón observable en términos de la distribución de los asentamientos. Aquí se ven claramente tres concentraciones de sitios, equidistantes los unos de los otros, con algunos sitios pequeños aislados entre los asentamientos y otros más ubicados de forma dispersa en otras zonas.
Al mirar con atención en la zona de Meusa, donde en el pasado se han encontrado importantes vestigios arqueológicos en la forma de entierros humanos y artefactos cerámicos entre otros (Langebaek y Zea 1983; Botiva y Celis 2012), los sitios son más pequeños pero en conjunto definen también una comunidad.
Esta distribución general de sitios y las concentraciones en particular son muy llamativas, pues podrían asociarse con los pueblos de indios que describen varios documentos coloniales denominados como Sopó, Cueca y Meusa.
Se podría señalar que en lugar de tres grandes conjuntos poblacionales tendríamos cuatro, al asociar uno de estos con Meusa. Otro podría corresponder con el de Teusacá, siendo el mejor candidato para esta asociación el identificado como Comunidad 4,
ubicado en inmediaciones del río Teusacá. Los otros dos asentamientos deberían, en teoría, relacionarse con Sopó -el del norte o Comunidad 1-, y con Cueca -el del este o Comunidad 2-. Esta posible interpretación obviamente está relacionada con lo que sucede en el período siguiente, en particular en la etapa de la Colonia, debido a que en este período se funda y desarrolla el casco urbano de Sopó. El cual, con el paso del tiempo, ha ido creciendo y sepultando las posibles evidencias arqueológicas existentes en esa zona.
Periodo Posconquista Este período se extiende a partir de la década de 1550 en adelante. Se trata de una época en la que, además de algunos tipos de alfarería de tradición indígena como Ráquira Desgrasante Arrastrado, Desgrasante Arrastrado Grueso, Desgrasante Arrastrado Fino, GDT Bruñido, GDT Arrastrado o Trapeado y el GDT Moderno, aparecen la cerámica vidriada, la loza, el vidrio y la porcelana. Productos que, siendo de tradición española o traídos por estos, empiezan a conformar una parte importante del registro arqueológico, llegando a ser el mayor componente con el tiempo. Como se ve en la imagen con la distribución de sitios, en este período disminuye el número de sitios —de 165 a 134—, lo que se refleja también como una dismi-
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nución en el área ocupada, siendo ahora de solo 92,36 ha. A pesar de la disminución, estos cambios son menos dramáticos que los registrados entre el Muisca Temprano y el Muisca Tardío. En cuanto a la distribución de la población, es claro que aunque todavía se notan las concentraciones, cabe preguntarse: ¿Cuál es la evidencia arqueológica de la zona donde hoy está el casco urbano de Sopó?
Ejemplos de vidrios de diferentes épocas
Loza decorada técnica “transferencia”
Cerámica vidriada pasta salmón
Arqueología Urbana de Sopó Para responder a esta inquietud, en 2009 se realizó una investigación en 13 predios, ubicados dentro de la zona que corresponde a la parte más antigua del casco urbano. En ellos fue posible hacer recolecciones de superficie o excavar pruebas de pala, para identificar la posible ocupación de estos espacios con anterioridad a la fundación del pueblo. El estudio permitió confirmar que en el subsuelo existen evidencias de fragmentos cerámicos que indican una ocupación anterior al establecimiento del casco urbano. Es posible ver como a partir de la Colonia, en estos 24
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Solar de la Casa Cural, donde se observan varios grupos de estudiantes excavando pruebas de pala.Arqueología Urbana de Sopó
espacios se han acumulado diferentes clases de materiales como vidrio, porcelana, materas, tejas, ladrillos, etc., así como por ejemplo antiguos pisos de patios. En el futuro, estas investigacio-
nes dentro del casco urbano deberán compaginarse con los datos que ofrecerán los estudios que se harán a partir del análisis de otras fuentes documentales. El Archivo Parroquial es una de
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estas fuentes, cuyo diagnóstico de conservación es una tarea en la que el programa de Sopó en Contexto también ha venido trabajando, para lograr que su debida conservación se materialice en corto plazo.
Tres momentos en la excavación del corte estratigráfico CUS_015 -01 en Sopó, por Ángela Rodríguez en 2008.
Demografía regional
Plano de Sopó y los alrededores de aproximadamente 1600-1650. Archivo General de la Nación, Ref:459A.
La paleodemografía o el estudio de la demografía en épocas antiguas es una tarea difícil, ya que generalmente se debe hacer con base en documentos imprecisos, generalmente combinándolos con informaciones derivadas
por ejemplo de la arqueología. En nuestra investigación, precisamente hemos tomado esta última dirección. Por eso hemos combinado observaciones sobre el tamaño de las áreas ocupadas
con datos de censos del siglo XVI, y así hemos establecido unos cálculos de población por hectárea ocupada y del número de personas por unidad doméstica. Este análisis indica que en el período Herrera la población ARQUEOLOGÍA DE SOPÓ
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podría haber estado entre 76 y 152 personas, entre 38 y 76 para el Muisca Temprano, entre 563 y 1126 para el Muisca Tardío y entre 461 y 923 para el Poscontacto. Con base en estos cálculos, se estima que mientras para el período Herrera la población era de aproximadamente 2 a 4 habitantes por kilómetro cuadrado, en el Muisca Temprano decrece a 1 y/o 2, para luego aumentar exponencialmente hasta alcanzar un promedio de 15 a 30 personas por kilómetro cuadrado.
Diagrama del número de hectáreas ocupadas en Sopó, por periodo.
Como habíamos señalado, la llegada de los españoles trajo consigo cambios importantes y aunque hay una disminución, esta no aparece, al menos en
estos registros arqueológicos, como sustancial, pues se estima que habitaron entre 15 y 25 personas por kilómetro cuadrado.
pues el inventario sistemático de las evidencias de la actividad humana es un primer paso necesario para una buena gestión cultural.
historia de esta región. Si bien no se trata de la primera investigación arqueológica, sí es, a diferencia de las realizadas previamente (Bolinder 1937; Langebaek and Zea 1983; Botiva y Celis 2012; Erigaie 2012), de una naturaleza diferente. Esto se debe a que la investigación en curso identifica las evidencias existentes de manera sistemática, para luego, utilizando las herramientas de la arqueología en primera instancia y las de la etnohistoria en segundo término, hacer inferencias sobre las características de las poblaciones que han ocupado el territorio; sobre su organización social y económica, sobre la demografía, etc.
El futuro…una agenda colectiva Reconstruir la historia de las poblaciones humanas es una tarea que va más allá de la curiosidad académica, ya que hoy en día tiene que ver también con la conservación del patrimonio histórico y cultural. En esta tarea, la arqueología, de la mano con otras disciplinas como la historia, juega un papel central,
El programa de arqueología regional desarrollado en Sopó ha permitido establecer una perspectiva nueva para entender la
Para alcanzar este propósito, el estudio ha generado también una mirada analítica en la que esas distribuciones de población son analizadas en función de variables como los 26
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tipos de suelos, fuentes de agua, pendiente del terreno, entre otros. De esta forma se puede entender de mejor manera cómo ha sido este espacio geográfico en el pasado y cómo los humanos han interactuado con él transformándolo. No obstante, aunque hoy tengamos esta perspectiva de largo alcance, que se remonta probablemente a unos 10,000 a 12,000 años de antigüedad, somos conscientes de que aún falta mucho por investigar. Por una parte, sería deseable poder completar la investigación en las áreas donde no fue posible ingresar por falta de permisos, así como ampliar el área de estudio en la margen suroccidental del municipio. Para lograrlo
se requiere del compromiso de las autoridades locales y nacionales, sobre todo, de los propietarios de los predios. Por otra parte, y con la información recuperada sobre los patrones de asentamiento por períodos, sabemos dónde adelantar investigaciones sobre las comunidades y sobre las unidades domésticas individuales. Este proceso nos permitirá compilar los datos esenciales para caracterizar cada vez, de mejor manera y con más precisión, la historia de la actividad humana en la región de Sopó, desde sus inicios muy antiguos hasta el presente.
gación queremos en poco tiempo poder iniciar excavaciones con la participación de estudiantes de antropología y del municipio. En una excavación de este tipo es posible vincular a personas no especialistas para que, con una guía adecuada, puedan participar en múltiples tareas de campo y de laboratorio. En este orden de ideas, estaremos apoyando e incentivando la participación de más estudiantes de Maestría y de Pregrado en antropología y arqueología, para que realicen investigaciones que ayuden a complementar lo que hemos iniciado. Tareas todas estas que habrán de contribuir a ubicar a "Sopó en Contexto".
De acuerdo con las intenciones de nuestro programa de investi-
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