Misterios y verdades

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Presentación

Esta obra surge de la recopilación de las audiciones radiales “Invitación a lo Desconocido” y “La Voz del Zohar”, realizadas por el Maestro Rolland durante los años 1990 al 93. Las mismas han sido transcriptas y revisadas manteniendo el lenguaje de comunicación oral y respetando el particular decir del Maestro. El vastísimo contenido presentado en este libro se divide en dos partes, una correspondiente a cada audición y se organiza siguiendo un orden cronológico de los sucesivos programas. “Invitación a lo Desconocido” fue un espacio en el que el Maestro Rolland se dedicó principalmente a los sucesos paranormales que formaron parte de sus propias vivencias, las historias inexplicables de sus innumerables consultantes y hasta los hechos históricos que aún hoy se mantienen rodeados de misterio. Con distinto carácter, las audiciones de “La Voz del Zohar” se inclinan más hacia la comunicación con aquellos que conocen y practican el Kabash o los que están en la búsqueda de un camino espiritual, incluyendo, por supuesto al oyente casual quien puede aprender una maravillosa forma de ayudarse a sí mismo a través de la meditación con Dabraká. Misterios y Verdades, se conforma así como un material sumamente interesante, proponiendo un abanico de temas salidos de los relatos que integran la sorprendente casuística del Maestro. Sin duda el lector encontrará en estas páginas, respuestas a sus inquietudes y enseñanzas que le ayuden a superarse y transitar por el camino de la mística. 11


LA VOZ DEL ZOHAR

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9/12/89 Vamos a hablar del tema de la reencarnación a través de casos de la vida real. Hoy, les voy a hablar del caso de la madre de una Maestra de nuestro Centro. Una señora muy querida, una mujer a quien yo le tuve un aprecio muy especial. Le gustaba mucho la mística y tuvo una hija muy mística y que le gustaba mucho la videncia y tuvo una hija vidente. Pero lo que más interesa es el fenómeno de reencarnación de esta señora. Tuvimos muchas conversaciones, porque éramos muy amigos y un día me dice: “Sabes Maestro, el día que más me gusta es el día en que nació tu hijo, el 15 de Agosto, el día de Santa María. Tú no sabes qué importante es para mí ese día y cuánto quiero a ese hijo tuyo. ¿Sabes, Maestro, que siempre quise tener un hijo que naciera el 15 de Agosto? Bueno, pero no fue así. El Destino no quiso que ninguna de mis dos hijas nacieran ese día”. Pero una vez, estando con ella, que estaba muy mal anímicamente, por problemas personales que posiblemente todos tenemos, quise animarla. Estuvimos hablando, hablando y hablando y quedamos en que le iba a hacer una regresión y así, llevarla a otra vida, para ver quién fue. Eso le fascinó. Su semblante cambió. Ya estaba totalmente animada. Se había olvidado del gran problema que estaba viviendo y me dijo: –¡Bueno! ¿Cómo lo hacemos Maestro? –Tú te recuestas y vamos a concentrarnos en una palabra. Muchos de ustedes ya conocen este tipo de experiencias y habrán visto cómo la hacemos nosotros. Entonces, se concentró y en un momento, abandonó la realidad que estaba viviendo y se fue a otra vida. Otra vida, que posiblemente debió ser en el siglo XVIII en Italia. Todo lo que ella me hablaba y los lugares que me describía, a través de la regresión, eran de Italia. También había un varón rubiecito, de ojos celestes, 15


pelo corto, que era su hijo. Yo le pregunté: “¿Cómo se llama tu hijo?” Y ella me decía: “Tito” Nunca me voy a olvidar de Tito, el niño, el hijo que ella tenía en otra vida. Ahora les quiero contar un poquito lo que sucedió. Esta señora, que tuvo dos hijas, tuvo varios embarazos que perdió. Cuando una de las hijas, estaba creciendo, en un acto inconciente, le cortaba el cabello y la peinaba igual que a un varón. Cuando la niña dormía, ella la acariciaba y la quería nombrar de otra forma, pero ella no lo recordaba. Un día, yo le pregunté: –¿El nombre de Tito a usted le suena? –Bueno, tengo un pariente Tito –me respondió. Nada más. Yo pensé, lo extraordinaria que es esa experiencia, que arranca un pedazo del alma, de vidas anteriores nuestras y que nosotros, en un plano conciente no recordamos. Hay que ir por el Túnel del Tiempo y por el Túnel de la Mística, para encontrarnos con esas vivencias. En un momento,cuando ella estaba internada en el Sanatorio, porque estaba muy mal, porque tenía una enfermedad incurable muy avanzada, me dijo: –Quisiera encontrarme con Tito –Tito ¿Y quién es Tito? Ella balbuceó algo que no entendí. Ya estaba fuera de la conciencia. ¿Y saben qué día murió? El 15 de Agosto.Una gran coincidencia. Una fecha que tanto le gustó para el nacimiento, la tomó en la muerte. Nació otra vez en la muerte. Estos casos son sumamente interesantes. No les agrego nada. Solamente les doy la emoción con que los he vivido. Como místico tuve estas experiencias y no siempre las he tomado en un plano psicológico. No busco siempre una excusa psicológica para todos los problemas humanos. No quiero entrar en eso. Busco a través de otra ventana, una ventana que tiene mucha luz: la Luz de la Mística. No tengo que andar siempre por la Psicología, aunque sea mi especialidad. Por eso digo que, cuando ella peinaba a su hija como varón, era porque en otra vida tenía un hijo varón y lo sentía así. 16


Les voy a contar otro caso, que arranco de mi memoria de todas las vivencias que he tenido como místico. Una vez, una señora me dijo: –Maestro, como no puedo tener hijos y soy muy católica, el Padre me aconsejó que adopte, porque a través de la adopción puedo manifestar mis sentimientos de madre y también realizarme como madre. Aunque no sea un hijo salido de mi propio vientre, creo que lo voy a querer igual. Yo quería que usted me dijera, me aconsejara, porque ahora, que hace dos años que estoy esperando un niño para adoptar, tengo la suerte de que hay dos, dos a la vez. Quisiera que me orientara cuál de los dos debo elegir. No se puede elegir. Uno era rubio y el otro morocho. Uno tenía 8 meses y el otro un año y medio. –¿Cuál de los dos me aconseja adopar? –El de 8 meses. Mi consejo no resultó, porque, cuando lo fue a buscar, al de 8 meses ya se lo habían entregado a otra señora y ella se tuvo que quedar con el de año y medio. Pero lo tomó mal, porque quedó, lamentablemente, bajo la influencia de lo que yo le había dicho. A los que nos gustan los niños, los niños nos conquistan y a ella, poco a poco, la fue conquistando y mi consejo fue quedando atrás. ¡Gracias a Dios que fue quedando atrás! Pero un día, estando ella en su casa, escuchó un llanto y enseguida pensó que su niño estaba llorando, pero cuando llegó al lado de su camita, vio que el niño no lloraba. Ella pensó: “¡Qué raro. Me estoy imaginando cosas o es que estoy tan sensible que también lo escucho cuando no llora”. Un día, le pasó algo muy especial. El marido se había quedado dormido frente al televisor. Le tenía que dar un remedio y ella pensó que lo tendría que despertar en ese momento, pero después razonó que no podría tomarlo una 17


hora más tarde. Cuando lo fue a despertar, su marido estaba muerto. Ella tuvo el presentimiento de que una hora más, podría ser tarde. Cuando ella pensó en una hora más, también pensó que podía ser tarde, que lo tendría que despertar en ese momento. Fue una premonición y después de esa desgracia, empezó a sentir miedo de sus presentimientos. Un día, que su hijo ya estaba grande, tenía unos 10 años, fué a la escuela y ella, en su casa, sintió que su hijo estaba lleno de sangre. El guardapolvo estaba lleno de sangre. Ella pensó “Otra vez está sangrando por la nariz”, porque el niño tenía ese problemita. Cuando le pasaba eso en la escuela, lógicamente, que su túnica blanca se ensangrentaba, entonce, ella salió corriendo de su casa y se fué a la escuela. Al llegar, le dijeron: –“¿Señora, le avisaron?” –“No. Nadie me avisó. ¿Le sale sangre de nuevo?” –“No” –“¿Le sale sangre de la nariz?” –“No. Se cayó y se dió un golpe muy grande en la cabeza. De un momento a otro está por llegar la Ambulancia y no sabíamos qué hacer con el niño”. Ese niño recibió un golpe tan grande en la cabeza, que quedó muy mal. Ya no pudo ir a la escuela y empezó a entrar como en un retardo y ahí ella se acordó de mí. Después de tantos años, yo ya me había mudado. Buscó mi nueva dirección y cuando me vino a ver me contó lo que le había sucedido a su hijo. Pero, lo más interesante, lo más raro, era que ese niño hablaba de cosas incoherentes, pero dentro de la incoherencia había una coherencia, algo inexplicable. En vez de llamarla por su nombre, la llamaba por otro nombre y lo mismo sucedía con todos los que iban a su casa. “¿De dónde saca esos nombres? Y también me dice que su padre tiene una espada”. Cuando yo miré al niño y él me miró, sentí que su aura estaba en el pasado y que no vivía más en el presente. Desde ese golpe, que era como un golpe del Destino, había vuelto a un pasado. No era un retardo. Hablaba de cosas que había 18


hecho. Le costaba aprender en la escuela y tuvo que ir a una escuela especial, pero allí tampoco lo querían, porque era rebelde, agresivo. Por lógica, pues él vivía en otro mundo, en otra existencia. Por eso, cuando hablamos de reencarnación, yo les hablo de cosas vividas, de los fenómenos que he vivido y que en una forma, también he sentido como míos

17/12/89 Este caso que les voy a contar, marcó mi vida, porque no fue un caso en el cual me consultaran sobre situaciones paranormales o sobre vivencias para las que no tenemos una explicación lógica. Era el año 1951. Estaba en Montevideo, porque era donde generalmente pasaba el verano. En invierno estaba en Buenos Aires, estudiando. En ese año, conocí a una chica. Yo era muy joven y ella tendría dos o tres años menos que yo. Llevaba en su cuello un Sión, pero no era descendiente de judíos. Eso me llamó mucho la atención y quise saber por qué usaba una Estrella de David sin ser judía. ¿Qué significaba para ella esa pequeña joya? Cuando la conocí más, le pregunté y me contestó que trató de conseguirla porque sentía que la necesitaba. A ella le gustaba, igual que a mí, la Psicología. Nos pasábamos noches enteras hablando de Freud, de Jung y de tantos otros Psicoanalistas. Sus padres no estaban y nosotros nos quedábamos estudiando y hablando hasta las cuatro o las cinco de la mañana y muchas veces nos quedábamos dormidos, cansados de tanto estudiar y hablar. En un momento, ella tuvo una gran pesadilla. Estaba acostada en la 19


cama y se puso a gritar: “¡No voy a dejar de ser judía! ¡Seguiré fiel a Jehová!”. Yo pensaba: “¿Qué le pasa a esta muchacha?” Al día siguiente, todo su cuerpo apareció con marcas de latigazos. Ella me dijo que había vivido un momento de la Inquisición Española, en la época de Torquemada y que eso lo sigue viviendo y que es su gran pesadilla. Por eso su necesidad de tener un Sión. Yo me encariñé mucho con esa chica y tenía en mi mente y en mi corazón, la idea de casarme con ella. Ella era muy sensible. Los dos estábamos en el mismo mundo, hablábamos de los mismos temas, teníamos los mismos sueños. Era la mujer ideal para mí y creo que yo era el hombre ideal para ella. Pero un día, consultó a una señora que tiraba las cartas, que le dijo: “El hombre que está a tu lado es tu Destino, pero es un Destino fatal para ti. Nunca olvides que, en la fecha más importante para él, será tu muerte”. Ella le preguntó: “¿Cuál es la fecha más importante que él tiene?”. La señora le contestó: “Ya lo sabrás, porque será el día de tu muerte”. La mayoría de ustedes saben que yo tengo un Guía Espiritual, que se llama Astenkeph. En todas las cosas que me han resultado difíciles de comprender y que no tenían una explicación en mi vida, yo consultaba y consulto con ese Espíritu maravilloso, que fue una Sacerdotisa en el Antiguo Egipto, en la época de Akenatón, en la época monoteísta de Egipto. Entonces le pregunté si lo que la joven me contó del Tarot, era cierto, Mi Espíritu calló y eso era como si reconociera que era verdad. No me lo confirmó, pero tampoco lo negó y sentí una gran tristeza. ¿Por qué va a morir ella en el día más importante para mí? ¿Saben cuál es el día más importante de mi vida? El 18 de Setiembre, el día que me Inicié, el día que me recibí de Maestro, el día que mi alma se unió a la Mística y se unió al Más Allá. 20


Esta joven empezó a sufrir de tuberculosis. Como si fuera hoy, aún me acuerdo. La llevaba a un Dispensario y por último, tuvo que ir al Fermín Ferreira, que en ese entonces estaba en Rivera y Larrañaga (donde hoy está Montevideo Shopping). Yo la visitaba todos los días y el Médico me decía que no me acercara al aliento de ella, porque en ese entonces, la tuberculosis era una enfermedad mortal. Yo le pedía al Espíritu que me acompaña, que la salvara, pero no había respuesta. Todo indicaba que la fecha era el 18 de Setiembre. El 17 de Setiembre, un día antes, la vi muy mal y el 18 de Setiembre sentí que mi Espíritu me decía: –“Tienes que casarte con ella”. –“Astenkeph ¿y cómo me caso con ella?” –“Tienes que casarte con ella porque en otra vida fue tu esposa. Prende una vela y casa tu alma con el alma de ella, frente a Dios. Hoy es el día, porque en este día tiene que irse casada. Ella, en otras vidas, murió joven. ¡Fue tantas veces castigada! Y siempre murió a la misma edad. No puedo cambiar su Destino. Yo no soy Dios”. Prendí una vela, la tomé de las manos y le pregunté: “Tú quieres casarte conmigo, frente a Dios?” Ella respondió: “¡Sí! Es lo que más deseo. Este casamiento me recuerda otro en el que me casé contigo para siempre”. Nos casamos ese día y murió, un poquito pasado el 18 de Setiembre. Yo quería, a toda costa, alargarle unos minutos la vida. ¡Hacía tantas meditaciones, le pedía tanto a Dios! Pero, si no hay cambio, es porque las cosas tienen que ser así. Estoy seguro que su alma sigue viviendo y que nos volveremos a encontrar otra vez, porque el casamiento de las almas nunca se rompe. En cada reencarnación nos volveremos a encontrar y volveremos a estar juntos.

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Les voy a contar otro caso. Una pareja me consultaba constantemente porque, se sentían frustrados. Desde que se habían casado no habían funcionado sexualmente. ¿Por qué no podían tener relaciones? El hombre estaba un poco escéptico, como diciendo, “A mi nadie me puede solucionar mis cosas”. Pero un día, yo estaba frente a ella y sentí una barrera que no podía cruzar y no sabía por qué. ¿Por qué este caso no adelanta? ¿Por qué este caso no avanza?, me preguntaba. En ese momento sentí el mensaje del Espíritu que me acompaña: “Ellos son hermanos. Hermanos con el mismo padre y la misma madre. Son tan hermanos porque fueron hermanos en otras vidas. Se atraían como hermanos, pero nunca pueden ser marido y mujer. No sigas ayudando lo que no se debe ayudar”. Ahí, en forma elegante,renuncié a ayudar a esa pareja. Después de un tiempo, la encontré a ella por 18 de Julio –¿Cómo le va? ¿Y su marido? –Hace años que estamos separados. Me casé con un hombre que me hace muy feliz y mi ex esposo también es feliz.. Nos queremos mucho y siempre buscamos una excusa para encontrarnos, para tomar un café juntos. Yo quiero a sus hijos y él quiere a los míos. Maestro ¿ a qué se debe que nos seguimos queriendo, si cuando estábamos juntos estabamos frustrados?” Yo sabía la respuesta pero no se la podía decir. Son secretos que se guardan hasta la muerte. Les voy a contar otro caso. Esto ocurrió en Villa Crespo, en Buenos Aires, cerca de la calle Canning, que hoy tiene otro nombre. Había un hombre mayor que siempre que pasaba por su casa, él estaba sentado en la puerta y me invitaba con caramelos. Ustedes pensarán que yo era un niño y por eso me daba caramelos, pero no es así. Yo tenía más de veinte años. 22


En aquel entonces, la gente se sentaba afuera de sus comercios. El hijo era tendero y el padre se sentaba en la puerta de la tienda de su hijo y cada vez que pasaba me invitaba. Me extrañaba, pero no quería herirlo y aceptaba. Pero un día, quise saber por qué el me daba los caramelos. Me detuve y le dije: –Señor ¿por qué cada vez que paso usted me está esperando para darme caramelos? Él me respondió: –¿Quién eres tú, que yo estoy esperándote para darte caramelos? En mi vida esperé tanto a una persona como te espero a ti. Espero que pases y cuando no pasas, averiguo por qué es que no vienes, para saber si estás enfermo, si estás sano. No te conozco. Ni sé tu nombre. ¿Por qué te busco?” Ni él ni yo sabíamos por qué nos buscábamos. Muchas veces, nos sentimos atraídos por una persona y no sabemos porqué y si encontramos el por qué, es siempre un justificativo. ¡Nos queremos autoconvencer de tantas cosas, que nosotros sentimos! ¡Tantas veces atribuímos virtudes y cualidades a las personas que nos atraen, para justificar que vamos hacia ellos! Esto nos sucede o nos ha sucedido a todos. La verdadera explicación es, que nuestras almas se buscan y necesitan encontrarse y eso no lo podemos entender racionalmente.

24/12/89 Muchas personas piensan que, el primer Dios del hombre fue un árbol. Otras, dicen que fue una piedra. Yo creo, que el primer Dios del hombre es el mismo Dios que está hoy. El que cambió fue el hombre y al cambiar él, cambió la forma en que ve a Dios, cambió las imágenes que se hace de Él. Creo también que, a lo largo de la evolución humana, han cambiado no sólo las imágenes de Dios, sino también las doctrinas, las teologías, los sistemas de pensamiento, las 23


filosofías sobre ese Dios, pero Dios es el mismo siempre, el mismo Dios Creador, el mismo Dios de Fuerza. Nosotros no podemos concebir un Dios que no sea Creador, porque estamos dentro de una Creación y necesitamos explicación para esa Creación. A lo largo del tiempo el hombre ha ido madurando, evolucionando, y esa idea de cómo es Dios y de cómo no es, choca contra algo que también ha permanecido a lo largo de la Historia: cómo él lo siente. El hombre de hoy, tiene un desarrollo intelectual, científico y técnico, muy grande, diferente al de hace cinco mil años atrás. Pero, ese hombre que hoy está en un laboratorio, haciendo investigaciones, cuando en su vida privada tiene una necesidad, una enfermedad, cuando tiene un hijo sufriendo, va a apelar a esa capa espiritual que está por debajo, digámoslo así, de toda la capa intelectual, racional, que hay en cada uno de nosotros. El ser humano continúa teniendo sentimientos y continúa queriendo comunicarse con lo desconocido, con lo infinito y esa comunicación no la busca en el plano racional, científico. La busca en aquellos momentos de su vida en que vive un drama, una tragedia y ahí descubrimos que detrás de un pensador, de un filósofo, en momentos de desesperación, hay otro hombre, otro ser humano que se había olvidado de que existía. Probablemente más ingenuo (en el buen sentido), más puro, más transparente. Ese es el momento en que se da cuenta de que es un ser humano que sufre y que precisa que lo Divino intervenga, para que su vida tenga otro sentido, otro valor y para que haya otra fuerza que pasando a través de él, llegue a sus hijos, a su círculo de personas queridas. Muchas veces, espera que esa ayuda llegue hasta su misma profesión. En San Pablo, me fue a ver un matemático dedicado al Álgebra. Estaba escribiendo una tesis y me dijo que estaba trancado. 24


–¿Cómo trancado?, le pregunté –Sí. Me tranqué y no puedo continuar con la tesis. –Necesito algo que me ayude a salir de esta encrucijada. ¡No encuentro la solución! Entonces pusimos en práctica una Meditación que había aprendido con mis Maestros y que lo iba a ayudar a encontrar el camino de su propia creatividad, para poder seguir adelante en su trabajo. Él estaba como aquel río al que se le pone un obstáculo y no encuentra cómo seguir su curso. Comenzó a hacer la Meditación al mismo tiempo que seguía trabajando en su tesis y en menos de un mes encontró la respuesta. Ese ejemplo fue muy significativo para mí, porque me demostró, con su representante del mundo académico, para poder llegar por el camino de la ciencia, tuvo que ir hacia la Mística. Este es un ejemplo entre tantos otros del mundo científico, como pueden ser Albert Einstein o Isaac Newton, grandes hombres de la ciencia, que en algún momento fueron a buscar su inspiración en algo que estaba más allá de la razón que no era ciencia, que era mística. Nuestra Escuela no es una Escuela de Filosofía de Dios, una Escuela de sentir a Dios. Sentirlo en ese misterio que lo rodea y que no deja comprenderlo. Así lo sentimos en la Naturaleza, en otras personas, en el Universo, en esas noches estrelladas, en las cuales, mirando hacia el firmamento, experimentamos tantas cosas que no podemos explicar. ¿Cuántas veces, al sonar el teléfono ya sabemos quién es la persona que nos llama? ¿Cómo pudimos saberlo? ¿Cuántas veces, pensamos en una persona y de pronto nos encontramos con ella?. Estos son ejemplos de la vida cotidiana. 25


Uno de los grandes problemas que tiene el hombre, es que no encuentra el camino para ir más allá de la razón. No somos racionales con lo que nosotros amamos, somos emocionales. Nos guiamos por sentimientos y ese mundo, es otro mundo. Es la puerta de entrada para sentir a Dios, ese Dios que no cambió nunca y que siempre está latiendo cada día, esperando que nosotros vibremos junto a un hermoso misterio lleno de lenguajes, que se llama Creación.

7/1/90 Hoy fue un día en que nuestra audición se dedicó mucho al niño por el día de Reyes. ¡Quién no tiene un niño adentro! Un niño, que muchas veces lamentablemente, fue castrado o no lo dejaron ser y al crecer empezó a jugar con su propia vida. Esto es muy triste. Hoy les quisiera contar una experiencia, que posiblemente a muchos padres les habrá sucedido. Unos años atrás, era un cinco de enero y no tenía el dinero para comprar regalos. Era costumbre, casi una tradición para mí, ir a “8 de Octubre” de noche y comprar los juguetes, para que mis hijos al levantarse tuvieran sus regalos, ya que ellos esperaban a los Reyes Magos con toda ilusión, poniendo el pastito y el agua para los camellos. En mi bolsillo no estaba el dinero. Ustedes saben que nunca le pido a mi Espíritu Guía, algo material. Yo creo que lo espiritual y lo material no combinan, son como el aceite y el vinagre, muy difícil de mezclar. Si le pido es para aliviar el sufrimiento de las personas. Muchas veces me dicen: “Maestro, ¿no podría solucionar nuestros problemas económicos?” Y yo digo: “No, no puedo”. Me vi entonces muy triste ese día. Fui a mi escritorio. Me senté frente a la mesa y pensé: “¡Qué lástima! No tengo 26


dinero”. Pero, como en un acto de magia, frente a mí apareció un sobre que decía: “Maestro, esto es para tus niños”. No reconocí la letra. Yo, que reconozco la letra de todos los que están cerca de mí. Nunca supe quién me puso ese dinero. Pero ahora les voy a contar lo que pasó. Compré juguetes y todavía sobraba dinero, entonces seguí comprando. Entre los que tenían más valor, había un modesto yo-yo. Para comprarlo, no necesitaba ningún milagro ese día. Me acuerdo como si fuera hoy. Uno de mis hijos, dejó de lado todo los juguetes y el único que lo hizo feliz, fue el yo-yo. Esto para mí fue una gran enseñanza. No solamente con dinero podía hacer feliz a mis hijos. No hubiese necesitado aquel sobre, aquel milagro… sin embargo lo deseé. Te quiero contar otra situación, que para mí fue una vivencia importante. Había días en que yo acompañaba al Padre Sacarello en Don Orione, ese Padre que para mí, merecía ser Papa. Uno piensa: ¿quién soy para decir quién debe ser Papa? Pero ese sacerdote, lo merecía por su corazón, por su dedicación a esos niños olvidados del mundo, hasta muchas veces olvidados por Dios. Un día, hablando justamente con él, me decía:”Mire, Maestro Rolland, yo no sé cómo solucionar el problema de los Reyes Magos. No es fácil con estos niños con problemas, cada uno sufre por algo, muchos son enfermos, tienen retardos. ¿Cómo llegar a ellos? ¿Cómo comprenderlos? Yo lo entendí al Padre Sacarello. ¡Si lo habré comprendido! Aunque me fui sin darle una respuesta, porque en ese momento, yo tampoco la tenía. Pero miren lo que pasó. Pasé frente a un niño, que estaba en su cunita, un niño con grandes problemas. Me acerqué y lo 27


miré. Tenía justo en mi mano una birome. Él quería sacármela. Entonces se la di. Ustedes no saben, lo feliz que fue ese niño escribiendo constantemente sobre las sábanas, con aquella birome. Entonces pensé: “¡Tengo que contárselo al Padre Sacarello”! Él vino a verlo. “¡Ah qué hermoso!”, dijo. “¡Con tan poco se puede hacer feliz a alguien, con tan poco!” Cuando nuestro corazón está cerca de lo más grande, que es el sufrimiento, muy poco, puede significar mucho. Les voy a contar ahora una anécdota. Hace dos años atrás en mi chacra, quise crear una calle de “Los Maestros”. Se me ocurrió plantar rosas y rosas, muchas rosas. Había un señor, que era muy entendido en jardinería, en huerta y me decía que las estaba plantando fuera de fecha y que no iban a “prender”. Yo ya había preparado la tierra y plantado todos los gajos, a los lados de toda una calle. Después de todo ese trabajo pensé: ”¿Y ahora no van a prender?” Entonces se acercó uno de mis hijos más pequeños, tenía alrededor de dos años y clavó una estaquita de rosa. La hundió en la tierra imitándome. Trabajar junto a los hijos, tratar de hacer cosas juntos acercándose a la naturaleza, es la mejor forma de comunicarse con ellos. Al verlo hacer eso, ¡sentí el mensaje! El jardinero no estaba en lo cierto, no importaba la fecha. Lo que importaba era el homenaje que yo quería rendir a mis Maestros. Las rosas iban a prender. Si ustedes supieran, mis queridos oyentes, ¡cómo prendieron esas plantas! ¡Qué hermosas rosas dieron! Plantadas fuera de fecha, prendieron igual. ¡Es que puse tanto corazón! Con tanto sentimiento pedí, por favor que crecieran, que vivieran, que el milagro se diera, que mi deseo se hizo realidad.

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Un día hace muchos años atrás, una señora que había perdido a su hijo pequeño, de unos ocho o nueve años, vino a visitarme, preguntándome si yo sabía comunicarme con la muerte, con los espíritus. Puede ser que yo tenga algo de espírita, pero todos tenemos algo de eso. ¿Quién alguna vez no sintió a un padre muerto o a una madre? Muchas veces parece que los sentimos de nuevo en casa. Nos podemos comunicar con los seres queridos muertos y vivos a una distancia que está más allá de la vida. Pero en fin, el caso es que esta señora, quería que yo la ayudara a comunicarse con su hijo, quería sentirlo aunque sea un minuto y hacerle llegar un regalo en ese día especial para todos los niños. Yo, que había estado negándome a esa petición, en un momento cedí, frente a aquella madre, ya que soy padre y comprendí por lo que estaba pasando. Quise ayudarla para que lograra ver y sentir a ese niño que estaba en el Más Allá. La tomé de las manos y ella bajó la cabeza como si alguien le estuviese enseñando a meditar. Le pregunté cómo se llamaba el niño y juntos nos concentramos en la meditación Semezit Ra. En un momento empezó a gritar que lo estaba viendo, que lo estaba sintiendo. ¿Les cuento? ¡Hasta yo lo sentí! Ustedes dirán que puede ser sugestión. Hay tantos fenómenos síquicos dentro de nosotros y que muchas veces nos hacen sentir o ver situaciones inexistentes. Pero ¿Quién puede probar lo inexistente? ¿Quién puede probar que no fue real lo que esta señora, vio y sintió? Yo creo que cuando se trata de personas que no están enfermas mentalmente, la realidad es la que se siente, nadie puede comprobar si es real o no. ¿Quién puede comprobar lo que es un sentimiento, lo que es el amor, extrañar a alguien, sentir a la distancia el dolor o el 29


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