El origen de la escritura puede encontrarse en la necesidad de comunicar y dar permanencia a los pensamientos. La necesidad de memorizar la información, de conservar el saber a través del tiempo y el espacio nos parecen cosas naturales. Sin embargo, el hombre inventó las escritura a lo largo de una serie de etapas preparatorias y en un largo proceso: adaptación de la imagen a la idea, primero, y de la imagen a una serie de sonidos, después.
Según las investigaciones, la historia de la escritura comenzó en Sumer en el IV milenio A.C., ya que existían grandes ciudades en medio del fértil valle del Éufrates, una administración muy desarrollada que cobraba tributos y un mercado cada vez más próspero. Por todo ello, tal vez los hombres comenzaron a sentir la necesidad de dotarse de un sistema de escritura.
Las primeras tentativas de escritura no fueron más allá del pictograma, es decir, del dibujo esquemático de los objetos que se querían representar, por ejemplo: una espiga para significar la cebada; un pájaro, para las aves, etc. Después los escribas mejoraron este sistema gráfico empleando imágenes estilizadas, metáforas para indicar conceptos, esto es, los ideogramas. Por ejemplo, un signo que representara una boca podía querer indicar no sólo la boca en sí misma,
En los siglos siguientes los sumerios llegaron a poseer una escritura capaz de traducir, no solamente las imágenes y conceptos, sino también sonidos, representados por signos o incisiones en forma de cuña, que dio origen a la escritura cuneiforme. Hacia el año 2500 A.C. esta escritura permitió la redacción de textos literarios (mitos, epopeyas, fábulas etc.).
La evolución de la escritura se explica además por razones de tipo material. La utilización de una caña con corte oblicuo orientó la escritura hacia signos muy destacados y angulosos; las líneas quebradas se impusieron rápidamente sobre las líneas curvas. En el IV milenio, los sumerios escribían sobre tablillas de arcilla de pequeño tamaño (4 x 4 cm) que sostenían en el hueco de la mano. Pero con el tiempo, los escribas prefirieron utilizar tablillas mayores que debían sujetar con el antebrazo. De esta forma fue cambiando la orientación de los signos y se fue escribiendo en líneas
La piedra de Rosetta es parte de una antigua estela egipcia de granodiorita. En el decreto aparecen tres textos: el superior consta de 14 renglones escritos en antiguos jerogl铆ficos egipcios, el texto medio consta de 32 renglones en egipcio dem贸tico y el texto inferior consta de 53 renglones en griego antiguo.
La escritura hierática es casi tan antigua como los jeroglíficos grabados en piedra y se empleaba para necesidades de la vida cotidiana, permitía una transcripción rápida en madera o papiro , sirviéndose de un pincel o una caña. La escritura demótica, que aparece en el 700 a.C., deriva de la anterior y se extinguió hacia el siglo V.
El texto se compone de tres Las principales ventajas para su desciframiento fueron: lenguas: el egipcio clásico en forma de jeroglíficos; el Reconocer que la piedra ofrecía el mismo texto en tres idiomas distintos con sus tres demótico, que continua el escrituras correspondientes (1799). Por anterior; y el griego, tanto era de carácter plurilingüe. propiamente dicho. La primera traducción completa del texto griego apareció en 1803. Sin embargo, pasaron veinte años antes de que fuera anunciado el desciframiento del texto egipcio por JeanFrançois Champollion en París en 1822.
Que el texto demótico usaba caracteres fonéticos para deletrear nombres extranjeros (1802);
Que el texto jeroglífico hacía lo mismo, y que había similitudes generales con el texto demótico (Thomas Young, 1814)
Que el texto contenía nombres extranjeros con caracteres fonéticos, que también fueron usados para deletrear palabras egipcias (Champollion, 1822-1824)
Desde sus orígenes hacia el 2700 a. C .hasta su desaparición, comporta una combinación de signos que representan una idea (ideogramas) y signos que representan un sonido (fonogramas). Su empleo no derivó nunca hacia una representación puramente fonética . Los jeroglíficos se leen de arriba abajo o de derecha a izquierda, o incluso de izquierda a derecha; siempre llevan algún signo que indica el sentido de la lectura.
En las costas del MediterrĂĄneo oriental se desarrollĂł la Ăşltima etapa de la escritura: el alfabeto, inventado por los fenicios, descendientes de los cananeos. Se escribe linealmente de derecha a izquierda y cuenta con 22 signos, todos ellos consonantes.
Cadmo, el mítico fundador de Tebas, en Grecia, trajo consigo según la leyenda, 16 letras, a las que se unirían rápidamente 8 más. La mitología corrobora, pues , el origen fenicio del alfabeto griego, introducido, según se cree a comienzos del I milenio A.C. Pero a los griegos se les ocurrió añadir cinco vocales a las consonantes fenicias para anotar los sonidos característicos de éstas.
El alfabeto griego dio origen, en la Edad media , a los alfabetos gótico, copto y a los de tipo eslavo, entre éstos, ante todo al cirílico, creado en Bulgaria tras la conquista ortodoxa por el obispo Cirilo; también dio lugar al alfabeto rúnico escandinavo.
Nuestro alfabeto latino procede del griego, pero no se conoce su evolución concreta ni cuanto debe al etrusco. El alfabeto latino costa de 23 letras y alcanzó su forma definitiva en el siglo I, divulgándose por Occidente con la expansión del Imperio romano. Este alfabeto se impuso primero en la península itálica y después en todo el Occidente antiguo.
El alfabeto árabe consta de 28 consonantes, de las cuales 22 proceden del antiguo alfabeto semítico. Junto con el hebreo cuadrado, es el único alfabeto consonántico que se utiliza en la actualidad.
La invención de la escritura representó para la humanidad una adquisición tan revolucionaria como pudo ser el hallazgo del fuego o el desarrollo de la agricultura. En efecto, gracias a la escritura, los hombres pudieron comunicarse en lo sucesivo con sus semejantes a distancias superiores a las que permitía el alcance de la voz humana y también edificar sociedades más complejas. La escritura aporta a la lengua hablada la permanencia , incluso la eternidad. La escritura permitió el cálculo y como consecuencia, se abrieron las puertas de la ciencia.
En países como Japón y China aún se escribe con pequeñas imágenes. Muchas de ellas simbolizan una palabra entera y la representación de cada objeto o idea implica numerosos signos. Para escribir en chino, por ejemplo, hay que aprender unas cuatro mil imágenes. La mayoría ha sido simplificada para escribir más rápido, aunque esto dificulta deducir su significado. Pero algunas son fáciles de interpretar , como el signo japonés que parece una sombrilla abierta y significa exactamente eso.