Web del Museo Torres García, New York de Joaquín Torres García y Chat GPT
Fotografía
Catálogo web del Museo Torres García y autoría propia
ISBN: 978-84-9916-901-9
Depósito Legal: 143-597
Impreso en Uruguay
Imprenta Universidad Ort
Joaquín Torres García Biografía
Joaquín Torres García, nacido en Montevideo en 1874, fue un pintor autodidacta de ascendencia catalana que desarrolló una vocación artística única. Tras mudarse a Barcelona con su familia en 1891, fue influenciado por la cultura mediterránea y comenzó a rechazar el realismo. Durante su etapa en Europa, desarrolló su “Arte Mediterráneo” y exploró el muralismo. A partir de 1916, su obra empezó a enfocarse en los ritmos de la modernidad, relacionándose con artistas de vanguardia como Rafael Barradas. En 1920, Torres García se mudó a Nueva York, donde su arte integró tipografía y elementos gráficos que reflejaban el dinamismo visual de la metrópolis moderna.
En 1926, se trasladó a París, donde fundó el grupo “Cercle et Carré” y se sumergió en las vanguardias europeas. Su obra se volvió constructiva, estructurada en líneas ortogonales basadas en la sección áurea, buscando un equilibrio entre razón e intuición. En 1934, regresó a Montevideo para impulsar un movimiento artístico con su teoría del Universalismo Constructivo. Fundó la Asociación de Arte Constructivo y el Taller Torres García, consolidándose como mentor de jóvenes artistas hasta su muerte en 1949, dejando un legado artístico que trascendió fronteras.
Torres García en Nueva York, 1920
Descubrimiento de sí mismo
“Varié de rumbo y en vez de marchar de cara a la arqueología le volví la espalda para observar cuanto había en la realidad en la que vivía. Y entonces entré de lleno en un mundo nuevo, inagotable.”
Convencido de que el artista debe poner su obra al compás del tiempo en que vive, Torres García se establece en Nueva York entre 1920 y 1922, buscando la ciudad que le descubra una nueva forma de pintar, la forma que correspondiera con su contemporaneidad. No emprende un viaje de estudios ni de turismo; al igual que la primera vez que el artista cruzó el atlántico se trata de una emigración, ahora con su esposa y tres hijos, hablando muy poco inglés y en condiciones económicas poco favorables se embarca en Le Havre, en el vapor Leopoldina rumbo a Nueva York.
Le Havre, vapor Leopoldina
Diseño para la portada de su libro
El descubrimiento de sí mismo
Tinta sobre papel
1917
Nueva York en los años 20
“Todo me pareció interesante, (...) pero en las cosas vivientes descubrí otra armonía, otra música, otro ritmo; y entonces fue cuando por primera vez pensé en esta gran ciudad de New York, la ciudad más ciudad, en la que más intensamente se siente el tiempo presente.”
Al llegar a Nueva York, Torres García se ve deslumbrado por el entorno urbano, con sus edificios altos, sus calles siempre llenas de gente, y la constante actividad. Lo impresionó el dinamismo, la febril vida cotidiana, el enorme esfuerzo dirigido a tener suceso, es decir ganar dinero.
Allí el artista interactuó de primera mano con la vanguardia que floreció en los años 20. El estallido de la Primera Guerra Mundial había generado una oleada de partidas desde Europa hacia Nueva York, que incluyó a muchos exilados franceses, como Jean Crotti, Marcel Duchamp, Albert Gleizes y Francis Picabia. Mientras que Europa era vista como el Viejo Mundo, Estados Unidos era proclamado como el país del futuro.
Siguiendo la naturaleza de su carácter, Joaquín Torres García pronto estableció contactos. Conoció, entre otros, a los artistas Joseph Stella y Marcel Duchamp, y a coleccionistas como Katherine Dreier y varios miembros de la familia Whitney, luego fundadores del Whitney Museum.
La Ciudad Estímulo
“Casas rojas, amarillas, grises. – Anuncios – fijos, móviles, luminosos, acústicos, vibrando siempre, sin dejar reposo a la sensibilidad. – El puerto – visión extraordinaria – realidad cubista – futurista – geometría – rojo, negro, ocre – humo, agua oleosa, cables, sirenas, banderas, señales – mil rostros humanos asomados en el gigante transatlántico – mil lenguas diversas en letras – brea – alquitrán – millones de chimeneas humeando.”
En Nueva York, Torres García incursiona en múltiples medios; pinta, hace murales, acuarelas, collages, juguetes y esculturas en madera.
El deslumbramiento que le provoca la ciudad más moderna y dinámica de su tiempo está bien documentado en su libro “New York.” En sus primeras páginas, es una vertiginosa expresión de poesía visual en la que formas, colores, letras y cifras desfilan frente a los ojos del artista. La ciudad misma se convierte en una fuente inagotable de inspiración que transforma su enfoque artístico.
Port of New York
óleo sobre cartón
56,5 x 81,3 cm 1923
46,5 x 34 cm
Landscape of New York
Óleo sobre lienzo
1920
New York Street
Óleo y collage sobre cartón
45,7 × 60,8 cm 1920
Landscape of New York City Óleo sobre cartón 1921
Barco blanco y negro recortado
óleo sobre cartón
35 x 5 cms
1921
“…solo aquí, en New York, es posible resolver ese gran problema de arte. Olvide a Europa, nada de lo que allá hace vibrar a tantos espíritus puede servirle a usted. Usted va a hacer algo nuevo, porque está en New York. No tenga otra idea que esta ciudad.”
Para Torres García, sus trabajos de este período eran impresiones sintéticas de una Nueva York distorsionada, a la vez expresionistas y geométricas, y plasmaban una visión personal que había alcanzado viviendo en la ciudad. En esta obra, la agitada vida de la ciudad es una amalgama de fachadas de edificios, automóviles, trenes elevados, barcos de vapor, pasajeros y letreros comerciales que se yuxtaponen en planos superpuestos con múltiples perspectivas. Su experiencia neoyorquina lo ayudó a establecer la matriz estructural y la construcción de formas que más tarde incorporaría a sus composiciones de los años 30.
Joaquín Torres García con su disfraz,1921 (izq.)
Réplica del disfaz (der.)
Con el entusiasmo del neófito se refiere a Nueva York como “mi ciudad – la ciudad más Ciudad.”, registrando la idea de los neoyorquinos de que su ciudad es el centro del mundo. Ve a la ciudad en sí como una gran obra de arte. Y su entusiasmo era tal que pintó sobre su propio overall de trabajo: “New York”, en grandes letras a la altura de las piernas, y a la altura del pecho dibujó la esquina de Broadway y la calle 42, junto a la que escribió “world’s center” cuando Joseph Stella, fundador de The Society of Independent Artists lo invita a la fiesta de disfraces de 1921 en el hotel Waldorf Astoria.
“El edificio de The New York Times se encontró bailando entre las formas del disfraz de Joaquín Torres García, el artista español que dibujó Nueva York en su propuesta de vestuario. Se sentó sobre Bowery, llevaba el edificio del Times en su pecho justo sobre la calle 42, y el Bronx corría arriba en su espalda detrás de su cuello.”
The New York Times
Business Town Óleo sobre cartón montado sobre tela
46,3 x 56,2 cm 1920
En las calles de Nueva York, Torres García cumple la premisa de atrapar pictóricamente el dinamismo de la ciudad moderna en el plano.
El movimiento de personas, carros y caballos se impone a la estructura de la ciudad. La sensación de profundidad se genera mediante la entonación del color. Aparece la línea negra con una función que será cada vez más relevante en la obra de Torres García.
En Síntesis de New York se produce un paso más en ésta dirección. En un entramado visual urbano que ahora sí es totalmente plano, todos los objetos han sido reducidos a formas muy simplificadas. Lo que dibujan las líneas es a la vez la representación de objetos y un grafismo que parece una escritura, y esa ambigüedad se potencia con la inclusión de letras, números y palabras, de las cuales BUSINESS domina el centro de la obra, y no por casualidad.
33,8 × 48,5 cm 1920
Bird’s Eye View Gouache y acuarela sobre cartón
Páginas de libreta de Nueva York
Acuarela sobre papel 1920 (p.18 a 25)
La Ciudad Afiche
“El anuncio publicitario – ineludible- pesa tanto y más que la arquitectura. El anuncio invade la pared – en las anchas fachadas – en lo alto de las altas casas –en cualquier muro – en cualquier superficie alta o baja – en mil formas – en mil dimensiones. – Invade el periódico – sin dejar espacio para otras cosas. Invade las revistas – sin que quede lugar para nada más...”
La relación de Torres García con la ciudad afiche, como la llama en algún momento, no solo fue visual, sino también profundamente filosófica. En sus escritos, dejó constancia de su visión crítica sobre la sociedad americana y su obsesión con la tecnología, el progreso y el materialismo.
Nueva York, que inicialmente lo encandila, no solamente no es el lugar en que puede vivir de la pintura que ella misma inspira, sino que, y esto es lo grave, esa sociedad es incompatible con el arte.
Aladdin Toys: El arte del juego
Ferroviario Madera pintada cinco piezas
22 x 8 x 5,5 cm 1928-30
Réplica de la caja e instrucciones del catálogo original
Torres García comenzó a diseñar juguetes transformables en Europa, pero fue en Nueva York donde este proyecto tomó forma más definida y comercial. Allí fundó Aladdin Toys, una empresa dedicada a la producción de juguetes de madera. Con diseños simples de bloques, figuras humanas, barcos y aviones en colores primarios, los juguetes buscaban estimular la creatividad infantil y enseñar los fundamentos del equilibrio, la proporción y la construcción. Aladdin Toys tuvo un éxito moderado, permitiendo a Torres García sostenerse económicamente mientras continuaba desarrollando su arte. A través de estos juguetes, plasmó su convicción de que el arte debía ser accesible y formar parte de la vida cotidiana, principios clave que influirían en su teoría del Universalismo Constructivo, uniendo el arte y la vida en un todo coherente e integrado.
Cuatro Personajes Madera pintada 1922
Desenamoramiento
Torres García tuvo opiniones contradictorias en muchos terrenos durante el correr de los años. Algunas de las razones de tan repentino desencanto con Nueva York las nombró en Historia de mi vida, donde refleja que el entusiasmo de la atracción fue una forma de contrarrestar el rechazo, el que terminó primando.
Tanto la duración de la estadía como la decisión de la partida aparecen expuestas como el momento más dramático de sus dos mitades contrapuestas. Así como la ciudad le confirmaba que era posible encontrar en la modernidad la fuente legítima de un nuevo arte, esa misma modernidad era radicalmente ajena a los sentidos y los valores que sustentaron siempre su concepción del arte.
En 1922, después de dos años en Nueva York, Torres García decide regresar a Europa, instalándose primero en Italia y luego en París, donde finalmente encontró un entorno más compatible con sus inquietudes artísticas. Fue en París donde desarrolló plenamente su teoría del Universalismo Constructivo y donde, en 1930, fundó el grupo vanguardista Cercle et Carré, un espacio donde pudo articular sus ideas sobre el equilibrio entre intuición y razón, y donde su obra comenzó a madurar hacia una mayor abstracción geométrica.
“Hemos dicho que New York atrae y rechaza a la vez, y Torres estuvo de continuo en esa alternativa.”
Decorados y personajes para teatrito Acuarela sobre cartón 1922
Un legado que trasciende el tiempo
En 2015, el Museo de Arte Moderno (MoMA) en Nueva York realizó una exposición retrospectiva del artista, Joaquín Torres-García: The Arcadian Modern, una de las exposiciones más completas del artista en Estados Unidos. Con más de 190 obras, la muestra resaltó el papel de Torres García como puente entre las vanguardias europeas y latinoamericanas, explorando su trayectoria desde el modernismo mediterráneo hasta el Universalismo Constructivo. Este regreso simbólico reafirmó su influencia global y su impacto en el modernismo americano, inspirando a artistas como Barnett Newman y Louise Bourgeois, y consolidando su relevancia en la historia del arte moderno.
Otras exposiciones
Stuart Davis, J. Torres-García, Stanilaw Szukalski, Whitney Studio Club, Nueva York, 1921.
Exposición de Arte Constructivo, Riverside Museum, Nueva York, 1940.
Torres-García, New York 1920–1922, Philippe Briet Gallery, Nueva York, 1987.
Este catálogo se publica en conmemoración del 150 aniversario del nacimiento de Joaquín Torres García.Realizando un recorrido a través de su estancia en Nueva York (1920-1922). 9 781234 567897