Estas dos minas fueron demarcadas en 1917, poniéndose en funcionamiento al siguiente año. Tras una explotación irregular, se hizo cargo de las mismas en 1960 la Cooperativa BATOSA, compuesta por un grupo de mineros que la trabajaron con gran escasez de medios y personal hasta 1991, año en que la cooperativa entraría en quiebra, cerrándose así la última mina de interior de aquella cuenca. En 1993 fueron subastadas todas sus propiedades. En 2005, la empresa Prominas intentó nuevamente su explotación.