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MÁLAGA
Martes 06.10.15 SUR
La integración social de los ‘sin techo’, principal reto de las ONG malagueñas La decena de asociaciones que trabajan en la Puerta Única centran sus esfuerzos en dar un tratamiento global al problema: desde la comida a un trabajo :: ANA PÉREZ-BRYAN MÁLAGA. «La exclusión social de las personas sin hogar es la peor de las exclusiones que se pueden sufrir». Lo dice Francisco Sánchez Heras, director de Cáritas Diocesana Málaga, agarrándose a la experiencia de llevar años en la primera línea de esa atención a los ‘sin techo’. Coinciden en su diagnóstico los representantes del resto
de colectivos que forman parte de la Puerta Única –un proyecto pionero que suma el trabajo de una decena de ONG y de la administración local–, que asumen como reto común la atención a las personas que viven al raso. En Málaga se calcula que alrededor de un centenar de personas duermen en la calle cada noche. Aunque cada uno tiene con una problemática diferente, el hecho es que existe un perfil bastante definido en el que no sólo destaca la «cronificación de la situación», sino también cuadros añadidos de problemas psíquicos o adicciones. «Para ellos lograr una vida normalizada no es fácil y también es complicado ganarse su confianza porque han sufrido mucho», asegura el
trabajador social de Málaga Acoge Nardin Alghouch, cuyos esfuerzos en su labor como representante de la ONG en la Puerta Única se centran sobre todo en la población extranjera.
Oportunidades Este proyecto colectivo trata de abordar el problema de los ‘sin techo’ desde una perspectiva integral, por ejemplo con el servicio de integración laboral que ofrece Arrabal, que a lo largo de este año ha atendido a 156 personas y de ellas el 20% ha logrado un empleo. «A veces las condiciones del trabajo no son muy estables, pero al menos sí han tenido la oportunidad», asegura el responsable de comunicación de Arrabal, Francisco Palma, que
pide un ejercicio de responsabilidad personal en el uso de los términos que se refieren a este colectivo: «Mejor persona sin hogar que indigente». Precisamente el trabajo en todos esos frentes es el que defienden instituciones como la del Comedor de Santo Domingo, que atiende a una media de 200 personas por servicio y cuya directora, Ángeles Martín, es una firme defensora de la estrategia de enseñar a pescar mejor que proporcionar peces. «Desgraciadamente hay mucha beneficencia», lamenta Martín, que sin embargo apuesta por una «labor liberadora» hacia la persona sin hogar que pasa por «hacerle confiar en sus capacidades». «Muchas veces se acomodan y piensan que no son ca-
paces porque nadie les ha dicho ‘Adelante, arranca tu vida porque en lo que necesites voy a estar yo’», añade la responsable de este servicio social. Más allá de las ayudas que ofrecen ‘in situ’ las ONG una vez que la persona sin hogar recurre a ellos, existen iniciativas como las de Cruz Roja y su proyecto ‘Interperie’, que desde hace cuatro años ofrece asistencia a los ‘sin techo’ tres veces a la semana gracias a una unidad móvil que se desplaza a los lugares donde duermen. «Entre enero y agosto hemos atendido a 306 personas y hemos realizado 3.055 intervenciones», afirma el responsable de comunicación de la institución, Miguel Pradas. El hecho de que una parte de este colectivo no acepte la ayuda del ‘sistema’ no ayuda a su integración, de hecho muchos de ellos son usuarios de Ángeles Malagueños de la Noche, cuyo presidente, Antonio Meléndez, prefiere recurrir a la causa primaria del problema. «Aquí no preguntamos ni pedimos nada a cambio. Si tienen hambre, les damos comida», zanja.
De la Torre: «No somos insensibles, pero es una cuestión compleja» La oposición reclama un refuerzo de los servicios sociales para atender a los indigentes, aunque sin propuestas concretas :: F. JIMÉNEZ MÁLAGA. En una ciudad que dispone de 259 camas para personas sin hogar hay cerca de un centenar de indigentes que duermen en la calle. Ante esta realidad, los grupos políticos en el Ayuntamiento de Málaga coinciden en la necesidad de que la labor de los servicios sociales se refuerce para intentar llegar a quienes de forma voluntaria se quedan fuera de los servicios de acogida, pero también parecen estar de acuerdo en no tener clara cuál es la fórmula
para conseguirlo cuando al margen de problemas económicos aparecen trastornos psíquicos y adicciones. «Es un asunto en el que venimos trabajando desde el programa de Puerta Única y no somos insensibles, pero es una cuestión compleja de acogida y de educación», reconocía el alcalde, Francisco de la Torre, quien remarcó que «hay recursos» y precisó que en el caso de las chabolas ubicadas bajo el puente del Carmen «hay chicos que han pasado por el albergue pero no cumplen la disciplina», refiriéndose a cuestiones como consumo de alcohol. En este sentido, señaló que «hay un problema educativo», ya que «a veces son chicos inmigrantes y es más difícil actuar con eficacia cuando no han recibido mensajes de lo perjudicial que es consumir alcohol de joven». Desde la oposición, los socialistas inciden en la necesidad de refor-
zar los servicios sociales para atender las necesidades de estas personas. «Es necesario realizar un adecuado mapa de servicios sociales comunitarios que dé respuesta a las necesidades territoriales y poblacionales de nuestra ciudad», propuso la portavoz del PSOE, María Gámez.
Asesoramiento y asistencia Para Málaga Ahora hay que ir más allá de ofrecerles plaza en un albergue. «Hay que prestarles asesoramiento y asistencia para ver qué tipo de problema padecen y a partir de ahí tratar de ayudarles. Es necesario conocer las circunstancias de cada persona, y si hay inmigrantes irregulares dejarles claro que no deben de tener miedo y que sepan que es por su seguridad», expuso Ysabel Torralbo, quien también reclamó una mayor coordinación entre el Servicio Andaluz de Salud y
Francisco de la Torre, ayer. :: ÑITO SALAS el Ayuntamiento para atender a las personas que reciben el alta hospitalaria y no tienen un techo. Por su parte, el viceportavoz de Ciudadanos, Alejandro Carballo, expresó su «pesar por la realidad paralela que acontece prácticamente mezclada con la Málaga turística y
pujante» y reclamó que se refuercen los servicios de trabajo social «para que la atención urgente pueda realizarse acorde con la demanda, que prácticamente se ha duplicado con la crisis». Este periódico también intentó recabar sin éxito la postura de Málaga para la Gente.