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De pequeños intercambios a estrechar vínculos
Cuando inicié mi actividad como voluntaria en Málaga Acoge me movía el deseo de poder brindar una sonrisa y buena actitud a todas las personas que se acercaban a solicitar información al área de acogida y de esta manera, haciendo honor al nombre, acogerlos.
A medida que transcurría el tiempo me daba cuenta de que también existía esa sonrisa y buena actitud en el seno de la entidad, entre las personas que la integran y todos los involucrados, y que mutuamente nos nutríamos y reconfortábamos con estos pequeños gestos y quizá aliviábamos así los momentos del día a día.
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Luego pasamos de esos pequeños gestos e intercambios de palabras a estrechar y fortalecer nuestros vínculos a través de un espacio de encuentro junto a las familias solicitantes de protección internacional. En este espacio compartiríamos y elaboraríamos de forma colaborativa experiencias e identificaríamos dificultades que afrontan hoy en la crianza de sus hijos en un contexto que les resulta nuevo y
M Laga Solidaria
al que aún se están adaptando como migrantes. De esta manera, se creó el taller de crianza positiva para padres e hijos.
La crianza nos enfrenta a retos constantes y podría complejizarse cuando elementos de un nuevo contexto se suman al rol de los cuidadores y ante un sistema y realidad social que exige de cierta manera que se integren rápido por el bienestar de sus hijos.
Desde mi posición de voluntaria llena mi corazón saber que brindo un espacio de expresión de su sentir, de intercambio de palabras de aliento o el entendimiento de las situaciones a las que se enfrentan en la crianza. Asimismo, me alegra poder acompañarles en la expresión de sus emociones y aliviar las tensiones propias de la dinámica familiar. Considero que ahí se encuentra el elemento sanador y de integración social que tiene este espacio, diseñado para y por los padres y sus hijos.
Qué necesarios son estos espacios de encuentro en el seno de una comunidad que entreteje a sus distintos participantes y qué importante es que los nuevos integrantes, que incluyen los colectivos más vulnerables, puedan sentir apoyo, y dentro de este escenario, los padres y los hijos. Es vital poder ser escuchados como padres e hijos y así alinear sus propias necesidades de manera comprensiva y conjunta en el proceso de adaptación.
Me llena de satisfacción y alegría ser participe de este taller de Málaga Acoge donde se engrana el sentir de padres e hijos dentro de su proceso de adaptación, validando y reconociendo en todo momento el rol fundamental que cada uno ocupa como agente integrador de esta sociedad.
Este trabajo se puede lograr porque en la entidad pueden identificar las experiencias y capacidades de las personas voluntarias, en mi caso soy psicóloga clínica, y así crean la oportunidad de brindárselas a las personas que acompañan en sus programas.
Quisiera ofrecer una mirada de reconocimiento a todos los participantes que asisten con gran motivación a los talleres a Málaga Acoge por impulsar distintas actividades para lograr una mejor integración entre la esperanza y la realidad. Además, espero también desde mi posición como migrante brindar y compartir mi experiencia con generosidad y empatía.
Mi mejor retribución es poder sentir y ver el deseo que tienen los padres de querer ser mejores en su rol. Cada vez que tengo oportunidad les digo que todo cambio parte de la motivación y la búsqueda de espacios que les permitan encontrar herramientas y recursos de afrontamiento en su transitar como padres y, de esta manera, seguir construyendo vínculos parentales sanos. Esperanza, finalmente me quedo con esta palabra, porque toda la experiencia me brinda la esperanza de seguir construyendo una sociedad mejor.