18
Lunes 19 de Enero de 2015 | MÁLAGA HOY
MÁLAGA COSTA ◗ VÉLEZ-MÁLAGA
● Unas
cincuenta mujeres inmigrantes reciben formación a través de un proyecto que permite establecer una red de apoyo en sus vidas diarias
saron por la Axarquía 1.200 personas, y alrededor de 850 en Fuengirola. “Este programa es importante porque es necesario apoyar a mujeres inmigrantes en situación de vulnerabilidad bien por tener hijos a su cargo, por violencia de género o por otras circunstancias y que, además, residen en municipios de la provincia donde los recursos a los que pueden acceder son bastante menores que los existentes en la capital. Además, el proyecto permite fortalecer una red de apoyo para estas mujeres”, señaló el director de Málaga Acoge, Alejandro Cortina. “El Programa de IntervenAlejandro Cortina Director de Málaga Acoge
REPORTAJE GRÁFICO: MAYTE CORTÉS
Es importante porque es necesario apoyar a mujeres en situación de vulnerabilidad”
Las mujeres, en uno de los talleres.
Preparadas para todo Mayte Cortés VÉLEZ-MÁLAGA
Son bastante resolutivas. Siempre lo fueron porque no les ha quedado más remedio obligadas por las circunstancias que vivieron en sus países de origen. Muchas de ellas acaban de llegar a España y otras lo hicieron hace un tiempo. Se manejan en lo cotidiano porque son valientes y dispuestas, pero no es suficiente. No sólo se trata de superar la barrera idiomática o de saber cómo conseguir un determinado certificado, ahora son plenamente autónomas. Ellas tomas las decisiones. Con esa filosofía vuelve el Programa de intervención integral con mujeres en el ámbito familiar que Málaga Acoge puso en marcha en la Axarquía y en Fuengirola. “Lo que el plan intenta es proporcionar a las mujeres una visión integral para todos los ámbitos de su vida. Les ayudamos a
posicionarse de otra forma”, explicó Noemi Góngora, trabajadora social responsable del proyecto en Málaga Acoge Axarquía. En concreto por las instalaciones de Torre del Mar han pasado más de 50 mujeres que buscan esos cambios sustanciales que les ayudarán a estructurar su vida de forma más independiente. La mayoría de ellas son de Marruecos y del África subsahariana. Hay muchas de Argelia, Nigeria, Senegal o Siria. También del este de Europa y procedentes de argentinas, Bolivia y Paraguay. La mayoría son mujeres de entre 27 y 40 años. Muchas ellas
víctimas de la violencia machista, algunas con el estigma de haber ejercido la prostitución, pueden tener algún tipo de discapacidad o trastorno mental, o son mujeres con cargas familiares que se encuentran solas y sin las herramientas suficientes para sacarlos adelante y ser felices. El plan no tiene un fin asistencial o caritativo, la idea es que cambien de mentalidad y además de atender todas sus rutinas diarias saquen tiempo para dar un paseo en la playa, contar con una amiga que pueda recogerle a los niños si les sale un imprevisto, aprender trucos para la
economía doméstica o mejorar la comunicación en el ámbito familiar y de la pareja, entre otras atenciones. “En la mayoría de las ocasiones han quedado relegadas al cuidado familiar y hay que trabajar también el ocio. También tienen que aprender a decir que no y a marcar límites o habilidades sociales que les ayudarán a mejorar en el ámbito laboral, de la pareja o con sus propios hijos”, cita como ejemplos Góngora. Estas acciones son independientes al apoyo laboral, jurídico e idiomático que siempre encuentran en Málaga Acoge. De hecho, el pasado año pa-
ción Integral con mujeres en el ámbito familiar pretende igualmente favorecer el acceso, participación e implicación de las mujeres inmigrantes en todos los ámbitos de la vida social, así como promover actuaciones para la prevención de la violencia de género”, agregó. Así según explicó Góngora todo empieza con una primera entrevista donde se les explica los objetivos y servicios del proyecto. En una simple conversación se detectan sus necesidades, problemas y se conocen sus demandas. A partir de entonces comienza un trabajo individualizado con ellas que sobrepasa una mesa de oficina entre ella y la técnica. De forma mucho más amena y divertida se organizan talleres de risoterapia, clown o sobre economía participativa donde fluyen problemas compartidos, ideas, anhelos donde se generan entornos de confianza. También han aprendido a crear una red de apoyo, que muchas ya las tenían sin saberlo, tan simple como contar con alguien para que se quede con sus hijos si hay que hacer un trámite burócratico, para ceder un pantalón que se ha quedado pequeño o para tomar un café.