Producción de soja en argentina

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Producción de Soja en Argentina

Esta legumbre tiene propiedades que la mayoría ignora. Ideas para agregarla a nuestra dieta. El cultivo del poroto de soja tuvo su origen en China hace más de 10.000 años, en donde ha sido reverenciado por su gran versatilidad y por sus beneficios nutricionales. La soja era considerada una de las cinco semillas sagradas junto con el mijo, la cebada, el trigo y el arroz. Soja en Argentina ¿Qué es la soja? Este cultivo es una leguminosa proveniente de China (más precisamente desde 5.000 años a.C.) al igual que todas las demás leguminosas, la soja también tiene la capacidad de fijar el nitrógeno del aire a las raíces del suelo, a partir de la simbiosis, es decir este proceso de beneficio mutuo, realizada junto a una bacteria que vive gracias a él y vive en la planta. Esta se denomina “risobium japonicum”. Este cultivo responde a un ciclo lumínico, debido a que posee una hormona que desencadena un ciclo de floración, y por ende su ciclo está determinado por la latitud. Esto es lo que fijará las distintas variedades de soja, es decir según su madurez. Por lo general existen 10 o más variedades por cada grupo de maduración. La soja es un cultivo muy explotado por lo que deja muy poca superficie sin utilizar, es decir al descubierto y sin descansar la misma, por ello es conveniente que rote este cultivo con especialmente trigo, porque los rastrojos, le aportaran materia orgánica al suelo, como ser carbono y nitrógeno. El ciclo de vida de este cultivo, va de 5 a 6 meses, y por lo general los tipos de labranza que se emplean para su siembra son la convencional, es decir, arado, disco vertical cincel, entre otros; o la difusión masiva de la siembra directa, como la nueva técnica innovadora. En este ciclo se utilizan distintos productos, por ejemplo: herbicidas (control de plagas), insecticidas, funguicidas, cura semillas y fertilizantes. La agricultura, y en especial este tipo de cultivo se han vuelto muy rentable durante los últimos años en nuestro país, en detrimento de otras actividades primarias como la ganadería y la lechería, que poseen más limitantes que este boom. Ello tiene su explicación en mayor medida en los estables precios que ofrece el mercado internacional. Sin embargo, esta actividad tiene sus desventajas, por ejemplo: genera despoblamiento en las áreas utilizadas y debido a la alta tecnificación, entre otras cosas.


Su boom Hacia la década de 1970, este cultivo y la agroindustria relacionada con su procesamiento, comenzaron a crecer rápidamente. Esto se debe a un aumento de la demanda mundial de granos de soja y sus derivados. Estos últimos se vinculan por su incorporación como complemento de la alimentación animal en Europa y porque el mayor consumo mundial de aceites vegetales, es entre ellos el de soja. Sin embargo, lo más sobresaliente de la agricultura argentina desde 1996, fue el increíble crecimiento del cultivo de soja transgénica, año el que justamente se permite el uso de esta semilla. Desde aquí nuestro país evidencia un acelerado crecimiento de su superficie cultivable como de su producción sojera. Esto se debe gracias a que este cultivo transgénico, va acompañado de un paquete tecnológico, por lo general esta alude a una siembra directa y al uso de herbicida glifosato, logrando así que se aumente los rendimientos y a su vez, disminuya los costos de los productores. Ahora bien, este paquete se logra porque la soja transgénica contiene un gen resistente al glifosato, que permite controlar las malezas sin afectar directamente al cultivo y así, por lo tanto aumenta sus rendimientos. En cambio, la siembre directa posee ciertas ventajas, pero un detrimento de esta es que como la tierra no se ara, el control de malezas debe realizarse con mayor uso de herbicidas. Por ello estas dos cuestiones dentro de un mismo paquete, permiten una asombrosa y beneficiosa combinación. Además en los últimos años, la frontera agrícola se extendió por todo el país, debido a esta fórmula sorprendente. Así, este cultivo tuvo su expansión en provincias como Chaco, Salta, Tucumán, Formosa, Misiones, Santiago del Estero y la Pampa, consideradas anteriormente marginales, en cuanto a su punto de vista agronómico; y en las provincias de la región pampeana. Lo más sorprendente es que este cultivo desplazó a otros muy característicos, comos ser el algodón, el arroz, la caña de azúcar o los cítricos, debido a sus altos y beneficiosos precios para su exportación. No obstante desplazó cultivos, sino que también, penetró en áreas consideradas poco provechosas desde el punto de vista de la rentabilidad económica, tal es el caso de los bosques nativos como el caso del departamento 9 de Julio en la provincia de Santa Fe, donde desaparecieron en casi diez años, 100.000 hectáreas de esta flora particular. Actualmente, la cosecha de esta oleaginosa hace que Argentina se inserta en el mercado mundial como uno de los principales productores sojeros. Tal es así, que el incremento de esta en 2009/2010 alcanzaría un nuevo récord comparado a campañas anteriores (aproximadamente 52 millones de toneladas), con una superficie sembrada estimada en 19 millones de hectáreas, sin embargo este fue en base a la disminución de áreas sembradas con trigo.


EVOLUCIÓN DE LA MOLIENDA DE SOJA EN TN Año Tn. 1986 4.458.047 1990 6.627.379 1995 9.103.046 2000 17.030.932 2005 21.594.917 La superficie cultivada en las provincias productoras es del 23% en Bs.As., 28% en Córdoba, el 25% en Santa Fe, el 10% en Entre Ríos. Producción industrial La etapa industrial del complejo sojero y el de otras oleaginosas se desarrolla principalmente en plantas aceiteras e incluye: 1. a) La molienda de granos, de la que se obtienen aceites cortos (para uso industrial) o refinados (para consumo humano). Del total de la molienda de granos oleaginosos, e 88% corresponde a la soja. 2. b) La obtención de subproductos, que son residuos sólidos provenientes de la extracción de aceites. Si para la extracción de aceites se usan procesos químicos, se obtienen harinas para consumo humano o animal; si se utilizan prensas, se obtiene un residuo denominado expeller. Del procesamiento de harinas y expellers se obtienen pellets, comprimidos de alto contenido proteico. Tanto expellers como pellets se destinan al consumo animal. Existen en el país 47 plantas aceiteras que industrializan el 75% de la soja que se produce. La mayoría de estas plantas se ubican en la principal zona de producción y especialmente cerca de los puertos de embarque, dada la fuerte orientación exportadora de este complejo. En la última década, estas industrias se han modernizado y han aumentado su capacidad de procesamiento: hoy tienen una capacidad de molienda de 93.000 toneladas diarias. Uno de los procesos experimentados en el complejo de la soja ha sido la fuerte concentración económica en la industria aceitera: del total de plantas aceiteras sólo poco más de 10 son responsables de los mayores volúmenes de producción y exportación. Por otro lado, el sector no escapó al proceso de “extranjerizacíón” de la industria, que se manifiesta en la compra de compañías locales por parte de grandes empresas transnacionales.


Comercialización Los granos producidos en los establecimientos agropecuarios son comprados por acopladores o cooperativas que luego :s venden a los exportadores o a las empresas aceiteras. En los últimos años se ha difundido la “agricultura de intrato”, que consiste en un arreglo entre el productor y la industria, según e! cual el productor produce lo que la industria le demanda (asegurándose así la venta de la producción) y la industria le provee los insumos necesarios. La fuerte competencia en el mercado ha llevado a las grandes empresas a adoptar estrategias de integración “hacia adelante”, es decir, hacia el desarrollo de las áreas de comercialización, almacenamiento e infraestructura portuaria. Estas grandes empresas han realizado importantes inversiones en instalaciones portuarias (como plantas industriales e instalaciones de carga y descarga), además de flotas de transporte por carreteras, flotas mercantes, ferrocarriles, centros de acopio, etc. Todas estas inversiones tienen por objeto disminuir los costos de comercialización de las empresas. El 85% de la producción de aceites y e! 95% de los subproductos se exportan. Una lista de 13 empresas, de las cuales cinco son transnacionales, es responsable del 99% del total exportado por el complejo. En el mercado interno, la comercialización está dominada por la gran distribución minorista de las cadenas de hiper y supermercados. LA SOJA EN LA ALIMENTACIÓN: Hoy en día es el alimento más cultivado en el mundo entero, y sobre el que se han realizado mayor cantidad de estudios que lo relacionan con la buena salud. La soja es la legumbre con mayor concentración de proteínas (entre un 35 a 40 por ciento), que son de excelente calidad ya que contienen todos los aminoácidos esenciales que nuestro organismo necesita. Es por eso que, en épocas de crisis y sobre todo en países en vías de desarrollo, la soja ha sido señalada como el reemplazo ideal de las carnes. Por su parte, el aceite de soja es principalmente una grasa poliinsaturada (ayuda a disminuir el colesterol) y aporta ácido linoleico, un ácido graso que el organismo necesita y no puede producir por sí solo. Además, este aceite posee vitamina A, E, del complejo B y minerales como fósforo, calcio, magnesio, hierro y cobre. También aporta fitonutrientes como las isoflavonas que tienen una actividad hormonal comparable con los estrógenos, importante para la salud de las mujeres, en particular, y la del corazón. Decenas de estudios médicos relacionaron a las isoflavonas con la reducción de los síntomas de la menopausia, la disminución en la pérdida ósea y el efecto protector contra las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, el consumo elevado de isoflavonas, sobre todo en forma de suplementos, no es recomendable en niños menores


de 5 años, ni en mujeres que están en riesgo o padezcan cáncer de mama, o cualquier otro cáncer hormono-dependiente. Como si fuera poco, el aporte de fibra de esta legumbre es contundente: nueve gramos de fibra cada 100 gramos de soja, lo que implica que al ingerirla brinda sensación de saciedad y ayuda a regular la función intestinal. Gracias a la gran versatilidad de la soja pueden prepararse con ella variados platos. Para su elaboración, primero hay que lavar los granos, remojarlos por alrededor de 12 horas (una parte de soja en cinco partes de agua), cambiar el agua al menos una vez, y cocinarlos durante una hora. Al cocinarse, la soja se ablanda, pero no llega a deshacerse por completo. Los granos enteros pueden usarse en rellenos, en guisos, ensaladas; en forma de harina, con ellos pueden prepararse galletitas, tortas y budines. Como leche, la preparación de postres, flanes, salsa blanca y quesos. ¿Cómo incorporar la soja en nuestra alimentación? Ya sea por el mito del largo tiempo para la cocción de los porotos, por el desconocimiento de su manejo, o por las molestias intestinales que pueda ocasionar, lo cierto es que la soja no está presente en la mesa así como la carne o el pan. Sin embargo, su incorporación a la alimentación diaria. (Fuente Consultada: Revista Selecciones Julio 2009) Fuente: Geografía Mundial y los Desafíos del Siglo XXI, Editorial Santillana CONCIENCIA, Revista semestral de Divulgación Científica, 2004. Universidad Nacional del Litoral. Artículo periodístico en Taringa “Cosecha récord de soja en Argentina”. Profesora de Claudia Nagel Geografía:


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