Mente Sana

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MENTE SANA

08 – 14 deAbril de 2018

FISIOLOGÍA DE LAS EMOCIONES

CONOCE 4 CLAVES PARA GESTIONAR EMOCIONES ¿QUÉ ES LA ALEGRÍA?

TIPOS DE EMOCIONES


MENTE SANA 3

EMOCIONES

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TIPOS DE EMOCIONES

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ALEGRÍA

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MIEDO

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CLAVES PARA GESTIONAR LAS EMOCIONES

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DISGUSTO

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LA IRA

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FISIOLOGÍA DE LAS EMOCIONES

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TRISTEZA

13 EL DOLOR PALABRAS DE LA EDITORA

María Alexandra Barboza C.I: 25.627.729 Expediente: HPS-16100191V Sección: ED01D0V

La mente comprende el conjunto de capacidades intelectuales de una persona, como la percepción, el pensamiento, la conciencia y la memoria; es también la parte del ser humano donde se desarrollan estos procesos. El concepto de mente comprende el conjunto de actividades y procesos, tanto conscientes como inconscientes, de carácter psíquico. Es lo que nos permite tener conciencia subjetiva. Como tal, no ocupa un lugar físico, de allí que sea un concepto abstracto. Se la asocia generalmente con el cerebro, que es el órgano en el cual tienen lugar estos procesos, pero se diferencia de este en que, mientras la mente es estudiada por disciplinas como la psicología y la psiquiatría, el cerebro es abordado desde la biología en función de los procesos físicos y químicos que tienen lugar en él. “Mente sana, cuerpo sano” es un aforismo que hoy en día se utiliza para hacer referencia a la necesidad de cuidar por igual la salud del cuerpo y de la mente.


EMOCIONES La psicología siempre se ha interesado por las emociones, porque éstas influyen en nuestro pensamiento, nuestra conducta e incluso nuestra salud mental. Es por eso que el concepto de inteligencia emocional ha ido ganando terreno en las últimas décadas y palabras como validación emocional, regulación emocional o gestión emocional nos resultan cada vez más familiares. Está demostrado que la inteligencia emocional mejora nuestro bienestar y nuestro rendimiento. En este artículo hablaremos de las emociones y cómo se clasifican estas manifestaciones humanas. Son una experiencia efectiva que se genera por un estimulo que percibe el individuo, bien sea un objeto, persona, lugar, suceso, o recuerdo importante; pueden ser agradables o desagradables dependiendo del estimulo, y pueden cambiar pensamientos, conductas y respuestas fisiológicas del sujeto. Las emociones son pasajeras y gracias a ellas se generan los sentimientos. Para comprender mejor por qué las emociones son fundamentales, debemos señalar que el ser humano es el único que ha desarrollado un complejo sistema de emociones que otros seres vivos no poseen. Mientras podemos mencionar emociones que tienen que ver con lo físico, lo corporal o lo orgánico como TEORÍAS DE LAS por ejemplo el miedo, la alegría, la tristeza o el enojo, y que todos los animales poseen en mayor o menor grado, el ser EMOCIONES humano cuenta además con un grupo de emociones propias y exclusivas. Gracias al desarrollo de la psicología y las Teorías fisiológicas: afirman ciencias que estudian la mente humana se pudo comprender que respuestas intracorporales que las emociones son centrales para comprender el son las responsables de las comportamiento, la manera de pensar y de actuar de una emociones. persona. En esto influyen un sinfín de elementos como la Teorías neurológicas: plantean historia familiar, la región donde se vive, la realidad que la actividad en el cerebro económica en que la persona vive, el acceso a una vida lleva a respuestas emocionales. social plena o no, etc. Todos estos elementos delimitan las Teorías cognitivas: proponen emociones básicas y complejas de una persona y la hacen que pensamientos y otras única frente al resto por lo cual terminan convirtiéndose actividades mentales son ellas en un elemento importantísimo de nuestras responsables de la formación identidades. Cada individuo experimenta una emoción de de las emociones. forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta.


FUNCIÓN DE LAS EMOCIONES La principal función de las emociones consiste en ser la guía para poder elegir nuestras respuestas ante las diferentes situaciones que se nos presentan en la vida. Un mismo acontecimiento puede producir diferentes sentimientos y su expresión generar distintas realidades. En general, todo sentimiento, aunque no se exhiba abiertamente, es una comunicación, que influye en la naturaleza de los vínculos que construimos con los demás. A las emociones, generalmente, no las elegimos, ya que aparecen como consecuencia de la percepción de un cambio en el ambiente. Su presencia, por lo tanto, está más determinada por los acontecimientos que por la voluntad. Pero una vez surgen, podemos hacer con ellas varias cosas, como negarlas, inhibirlas, falsearlas, disimularlas, controlarlas o simplemente sentirlas y expresarlas abiertamente. En todo caso, cada una de ellas cumple una función concreta. La ira, por ejemplo, nos hace apretar los dientes frente a los obstáculos de la vida, y ayuda a colocar los límites a los demás cuando la propia libertad se ve en peligro; el miedo sirve para protegernos de los peligros; la alegría, para fortalecer la autoestima y compartir; la tristeza permite reparar el alma y elaborar el duelo; el asco, impedir lo inaceptable. En general, las principales funciones de los sentimientos y las emociones son: Servir de guía para las conductas, connotar la situación como positiva o negativa, preparar el organismo para la acción, construir el sentido de la realidad y la identidad, facilitar el autoconocimiento, ayudar a dar significado a cada situación y a cada tipo de relación interpersonal, contribuir a la construcción de vínculos y relaciones, comunicar el estado de ánimo, marcar la dirección de los procesos de atención y de memoria. En todos los seres humanos existe una tendencia al desarrollo personal, habitualmente promovido por el deseo y la curiosidad, que suele conseguirse con mayor facilidad cuando somos capaces de fluir con la vida conectados al presente y a nuestras emociones, con la confianza en nuestro propio organismo como referente interno de actuación. 4


TIPOS DE EMOCIONES Los diferentes tipos de emociones y sentimientos que experimentamos los seres humanos han sido agrupados por la psicología en dos grandes bloques. Los criterios para construir estas categorías fueron el momento temporal en la vida del individuo, donde por primera vez se puede observar la expresión de cada tipo de emoción. Muchas de ellas están presentes desde el mismo nacimiento y son compartidas con los demás seres vivos. Las otras son consecuencia de la socialización. Pero, ¿cómo se clasifican las emociones? Existen distintos tipos de emocione, a continuación puedes encontrar una lista con una breve explicación de cada una de ellas. Emociones primarias o básicas: Las emociones primarias también se conocen como emociones básicas, y son las emociones que experimentamos en respuesta a un estímulo. Para Paul Ekman, afirmó que las emociones básicas son 6: tristeza, felicidad, sorpresa, asco, miedo e ira. Todas ellas constituyen procesos de adaptación y, en teoría,

existen en todos los seres humanos, independientemente de la cultura en la que se hayan desarrollado. Las emociones secundarias son un grupo de emociones que siguen a las anteriores. Por ejemplo, cuando experimentamos la emoción básica de miedo después podemos sentir las

emociones secundarias de amenaza o enfado, dependiendo, claro está, de la situación que estemos viviendo. Las emociones secundarias son causadas por normas sociales y por normas morales. Dependiendo del grado en que las emociones afectan al comportamiento del sujeto, éstas pueden ser o bien positiva o bien negativas. Las emociones positivas también se conocen como emociones saludables, porque afectan

positivamente al bienestar del individuo que las siente. Favorecen la manera de pensar, de razonar y de actuar de las personas. Por ejemplo, la alegría, la satisfacción, la gratitud no provocan una actitud positiva frente a la vida y nos hacen sentir experiencias que nos ayudan a sentirnos bien. Las emociones negativas son opuestas a las emociones positivas, porque afectan negativamente al bienestar de las personas. También se conocen como emociones tóxicas, y suelen provocar el deseo de evitarlas o evadirlas. El miedo o la tristeza son algunos ejemplos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que este tipo de emociones, en pequeñas cantidades y relativa baja intensidad, no son perjudiciales. De hecho, forman parte del proceso de aprendizaje, ya que gracias a ellas nuestra memoria emocional nos ayuda a recordar las consecuencias que tienen ciertas conductas (o exponernos a ciertos contextos). Dependiendo de cada situación, las mismas emociones y sentimientos pueden ser considerados apropiados o inadecuados. 5


A L E G R Í A La alegría es una emoción de las denominadas positivas, por su capacidad para producir conductas de aproximación. Este sentimiento surge ante la idea de que todo esta bien, e invita a la celebración, al deseo de compartir con lo demás, estableciendo nexos de unión entre las personas para satisfacer las necesidades de afecto y pertenencia. En psicología, se ha relacionado la alegría con personas extrovertidas y se ha demostrado su efecto positivo en la facilitación para evocar recuerdos agradables e incrementar la flexibilidad mental y la creatividad. En su sentido más profundo, el sentimiento de felicidad surge ante la idea de estar de acuerdo con la vida que uno lleva y con la certeza de tener las capacidades suficientes para conquistan los sueños y resolver los problemas que surgen en el camino. En este caso, la alegría cursa con sentimientos de buena autoestima y fuerte identidad. La alegría, es cuando se satisfacen plenamente las necesidades. Es decir, viene cuando la persona se siente satisfecha y realizada.; es un estado de grata satisfacción espiritual y física. Ser feliz significa autorrealizarse y alcanzar las metas propias.

La felicidad aumenta actividad cerebral, aumenta la energía, disminuye los sentimientos negativos, libera las tan positivas endorfinas u hormona de la felicidad. Las emociones positivas liberan las hormonas y neurotransmisores de la satisfacción, el placer y la relajación que son serotonina, gaba, endorfinas y dopamina. La amígdala se encarga del procesamiento y almacenamiento de reacciones emocionales; mientras el sistema límbico lleva adelante respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales. Se lo relaciona con la atención, memoria, sexualidad y las reacciones emocionales (alegría, irá, miedo, placer, tristeza). En el Sistema Nervioso Autónomo, la felicidad se caracteriza por inducir modificaciones en los siguientes sistemas e índices fisiológicos: actividad respiratoria, musculatura, esqueleto, aumento de tensión muscular y frecuencia respiratoria. La aceleración de la frecuencia cardiaca, moderada elevación de la presión sanguínea, ligero descenso del volumen sanguíneo y de la temperatura superficial. La frecuencia cardiaca permite diferenciar la felicidad de la ira el miedo y la tristeza. Los músculos superciliar, orbicular del ojo, piramidal, canino, elevador común, cigomático menor, cigomático mayor y masticadores intervienen en la alegría. Cuando nos reímos movemos más de doscientos músculos del cuerpo. Generamos una limpieza emocional e irradiamos una subida de corriente sanguínea en el rostro que activa la producción de colágeno. 6


MIEDO El miedo es una emoción básica que motiva conductas de protección, tanto para la supervivencia física como para la psicológica. En el primer caso, su objetivo principal es preservar la vida, por lo que se activa ante la percepción de un peligro para el organismo. Frente a cualquier amenaza, existen con cuatro tipos de respuestas diferentes; evitación, inmovilización, ataque y huida. El miedo es considerada una emoción primaria, porque no precisa de aprendizaje y se puede observar en los seres vivos desde el nacimiento, a través de sus reacciones de sobresalto ante determinados estímulos. La función psicológica de miedo, reside en evitar un daño personal que lesione la identidad y la autoestima, y señala la necesidad de poner un límite, tanto a los actos ajenos como a los propios. En relación con el deseo, el temor funciona como señal anticipadora, que permite

procesar la información más a fondo antes de tirarnos a la piscina. La psicología ha descrito dos tipos de personas, que no han conseguido mantener un buen diálogo con sus miedos, y tienden a utilizar siempre la misma estrategia de afrontamiento; la personalidad fóbica; que se queda paralizada, y la contra-fóbica, que se lanza sin pensar. La capacidad para soportar y gestionar el miedo está en función de los primeros aprendizajes. Las personas que estuvieron expuestas a elementos estresantes durante mucho tiempo, por ejemplo, suelen desarrollar ansiedad, definida como una hipersensibilidad a cualquier estímulo amenazante, presentando mayor nerviosismo. Este fenómeno se demostró en experimentos de psicología con animales, a los que se les sometía a situaciones de estrés, sin aviso ni posibilidad de escapar, donde se pudo comprobar las consecuencias negativas para su salud.

FISIOLOGÍA DEL MIEDO   

     

Aumento de la frecuencia cardíaca. Aumento de la presión arterial. Hipoalgésia. (bloqueo de la sensación de dolor en el organismo) Vasoconstricción. (disminución de la temperatura) Sudoración. Sequedad de boca Dilatación de las pupilas. Aumento de la tensión muscular Incremento de la frecuencia respiratoria. Mayor conductancia en la piel.

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DISGUSTO El asco, aversión o disgusto es considerado una emoción básica e innata (como el miedo o la ira) que aparece en el ser humano desde el momento de nacer, sin necesidad de aprendizaje. Su principal función es la de movilizar conductas de rechazo ante estímulos corrosivos, tanto para la salud física como para la psicológica. El asco no sólo surge ante elementos que contiene sustancias nocivas y contaminantes para el organismo, también se despierta cuando algo amenaza el bienestar psicológico, entendido como la posibilidad de mantener una idea positiva sobre nosotros mismos. La sensación de repugnancia, por tanto, preserva los límites humanos y nos protege de sentir baja autoestima. En el ámbito individual, sentimos rechazo por alguien cuando su conducta implica una falta de respeto y/o atenta contra nuestra dignidad. El asco es el guardián que mantiene fuera todo lo inaceptable, impidiendo la identificación con otro individuo, cuando sus actos trasgreden la ética. En el ámbito grupal, sentimos rechazo cuando ciertas personas atentan contra los valores compartidos, mediante actos que impiden la adquisición de un sano sentido de pertenencia. La corrupción política, por ejemplo, genera aversión a todo el sistema y produce repulsa e indignación, porque amenaza la idea valiosa que nos representa a todos. El ser humano se construye mediante los mecanismos de imitación e identificación y el asco impide que se incorporen al auto-concepto elementos que des-dignifiquen y dificulten la construcción de una sana identidad. Cuando observamos conductas inaceptables, la emoción de asco se activa para protegernos. Como toda emoción, la aversión produce un impulso para la acción, en este caso de separase de la situación, persona u objeto que la ocasiona. Las expresiones faciales que acompañan esta emoción han sido ampliamente estudiadas: nariz arrugada, labios superiores elevados y comisuras de la boca hacia abajo. Cuando la sensación de asco es muy fuerte, la lengua se asoma entre los labios. 9


LA I R A Es una emoción básica y universal, porque está al servicio de nuestra supervivencia y cualquier miembro de la especie experimenta ira. Es una reacción emocional que puede variar en intensidad, siendo claramente uno de los sentimientos más complejos del ser humano que puede generar en el individuo diferentes tipos de manifestaciones. En ella se ponen en funcionamiento tres tipos de respuesta: Corporal (En el cuerpo se activa la defensa, el ritmo cardiaco aumenta al igual que la respiración se acelera. Los músculos se tensan y el flujo sanguíneo se dispara), cognitiva (Cuando se presenta una situación, esta por si sola no tiene ningún valor emocional, es la valoración personal que se hace de ella la que le confiere un significado) y conductual (La conducta en estas circunstancias está orientada para defendernos y se genera una energía interna que mueve a la "destrucción" de aquello que se interpone). La forma natural e instintiva de expresar el enojo es responder de manera agresiva. El enojo es una respuesta natural que se adapta a las amenazas, e inspira sentimientos intensos, con frecuencia agresivos, y conductas que nos permiten luchar y defendernos cuando nos

sentimos atacados. Por lo tanto, para sobrevivir es necesario un determinado grado de enojo. Por otro lado, no podemos atacar físicamente a cada persona u objeto que nos irrita o molesta. Las leyes, las normas sociales y el sentido común imponen límites respecto de cuán lejos podemos permitir que nos lleve nuestro enojo. Las personas utilizan una diversidad de procesos conscientes e inconscientes para lidiar con sus sentimientos de enojo. Las tres reacciones principales son expresar, reprimir y calmarse. Expresar sus sentimientos de enojo con firmeza pero sin agresividad es la manera más sana de expresar el enojo. Para hacerlo, debe aprender cómo dejar en claro cuáles son sus necesidades y realizarlas sin lastimar a otros. Ser firme no significa ser prepotente ni exigente; significa respetarse a sí mismo y a los demás. La amígdala cerebral es otra de las estructuras del sistema límbico, es también llamada el centro de las emociones básicas. La amígdala es una estructura situada en la parte interna del lóbulo temporal medial. Su papel está relacionado con la respuesta emocional, sin embargo está más orientada con las emociones negativas tales como el miedo o la ira. 10


FISIOLOGÍA DE LAS EMOCIONES Las emociones están situadas en varias partes del cerebro. Las respuestas cognitivas se sitúan en el córtex cerebral, principalmente en el área prefrontal. A su vez implican cambios de conducta, del sistema nervioso autónomo y cambios neuroendocrinos, los centros cerebrales implicados en estos procesos se sitúan en regiones subcorticales, en el sistema límbico y tronco cerebral. La amígdala es una estructura cerebral situada en el sistema límbico que históricamente se ha relacionado directamente con las emociones. Tiene el tamaño y forma de una almendra y la estimulación eléctrica directa en humanos produce reacciones subjetivas de miedo y aprensión. El sistema nervioso autónomo es el encargado de la activación fisiológica de la persona. Es un mecanismo básico de supervivencia que nos permite movilizar muchos de los recursos disponibles para una rápida actuación. Ante la percepción de una amenaza se activaría el sistema nervioso autónomo simpático

que produciría una serie de cambios en las vísceras que están detallados a continuación. Mientras que si no hay percepción de amenaza y todo transcurre con tranquilidad, permanece activado el sistema nervioso parasimpático. El sistema límbico también llamado cerebro medio, es la porción del cerebro situada inmediatamente debajo de la corteza cerebral, y que comprende centros importantes como el Hipotálamo , el hipocampo y la amígdala cerebral entre otros. Su función es regular las emociones, de ahí sus numerosas conexiones con estas estructuras nerviosas. Anatómicamente y funcionalmente el sistema límbico y el hipotálamo están íntimamente relacionados. Originalmente se ha atribuido al sistema límbico como vestigios primitivos de un primer comportamiento animal de ira y miedo y que posteriormente la corteza cerebral recubrió. Se vincula a un comportamiento agresivo Las conductas emocionales gatilladas desde

el sistema límbico tienen un claro correlato visceral que se explican por las conexiones entre el sistema límbico y el hipotálamo, región en la cual se ubican los centros que regulan esos parámetros. Normalmente cuando pensamos en emociones nos viene a la cabeza la idea de un sentimiento, sin embargo, en el estudio de la conducta es necesario observar que realmente una emoción, es una pauta de repuestas fisiológicas que dan lugar a una conducta determinada y que van acompañadas de un sentimiento, por lo que el sentimiento es algo secundario en las emociones. Las emociones tienen tres componentes: conductual (todas las acciones que lleva a cabo un ser vivo ante una situación determinada que desencadena una emoción), neurovegetativo (todos los cambios en el sistema autónomo que permiten que tenga lugar una conducta) y hormonal (contribuye a fortalecer los cambios neurovegetativos).


TRISTEZA Es una emoción que generalmente surge ante las pérdidas que sufrimos en la vida, de ahí que sea tan intensa como profundo sea el vínculo con lo perdido. Es un dolor generalizado en el cuerpo, pero sobre todo en el alma. La tristeza no es negativa, no es anormal ni está mal sentirla. A diferencia de las demás emociones, la tristeza está caracterizada por una falta de energía. En un primer momento es vivenciada como un dolor paralizante que no nos deja fuerza para actuar, sino tan sólo para llorar y así sacar el dolor. Nos deja el ánimo aplanado, casi sin expresiones ni deseos. Es una clase de dolor emocional o estado afectivo provocado por un decaimiento espiritual y expresado a menudo mediante el llanto, el rostro abatido, la falta de apetito, la lasitud etc. A menudo nos sentimos tristes cuando nuestras expectativas no se ven cumplidas o cuando las circunstancias de la vida son más dolorosas que alegres. El sentimiento opuesto es la alegría. La tristeza puede ser también un síntoma del trastorno médico de la depresión o la distimia, que se caracteriza, además de por un abatimiento general de la persona, el descenso de la autoestima y los sentimientos de pesimismo, desesperanza y desamparo, por una tristeza profunda y crónica, esto es, duradera en el tiempo. El organismo y el cerebro requieren más oxígeno y más glucosa durante estos procesos emocionales. Se siente estresado y colapsado de sensaciones y emociones, de ahí que necesite más “combustible” para poder funcionar, un estado que a nosotros, dado ese gasto energético, nos provoca más cansancio. La tristeza agota y cuando estamos muy cansados ni siquiera podemos dejar caer las lágrimas. Nadie puede llorar durante un día entero, es un acto que puede realizarse en pequeños episodios, pero no de modo continuado. Es un hecho curioso, pero cuando atravesamos estos procesos de tristeza el cerebro deja de recibir en la misma intensidad la sensación del dulce. Disminuye el número de receptores en la lengua y las personas no captamos del todo el sabor, de ahí que solamos comer más, qué busquemos más cosas dulces porque no acabamos de encontrar el mismo placer que antes. Cuando vivimos estos periodos de marcada tristeza, el cerebro deja de producir serotonina a un nivel que se considera adecuado. Y un déficit en este neurotransmisor supone que puedan aparecer a medio o largo plazo las temidas depresiones, las obsesiones compulsivas e incluso pequeños ataques violentos. El cerebro es una máquina compleja que, ante situaciones de estrés, ansiedad, miedo etc, altera su producción de neurotransmisores, y esto siempre afecta a nuestra conducta. 12


EL DOLOR Definición El dolor es una señal del sistema nervioso de que algo no anda bien. Es una sensación desagradable, como un pinchazo, hormigueo, picadura, ardor o molestia. El dolor puede ser agudo o crónico. Puede ser intermitente o ser constante. Puede sentir dolor en algún lugar del cuerpo, o sentir dolor generalizado. El dolor es una sensación molesta que limita la habilidad y la capacidad de las personas para realizar actividades cotidianas. Actúa como una señal inicial de advertencia de que algo no funciona bien en el organismo. El dolor es la percepción de una sensación molesta y desagradable en una región del cuerpo por causa interior o exterior. También se considera como un sentimiento intenso de pena, tristeza o angustia que se padece en el ánimo. Todo tipo de dolor es asociado con una abstracción y/o elaboración de información sensorial. Es por ello, que el dolor es una sensación subjetiva y difícil de tratar, donde la única que nos puede informar con precisión es la 13

propia persona que lo padece. Manifestaciones fisiológicas El dolor es subjetivo, y la diferencia con el sufrimiento es que este es la tolerancia al dolor. Para valorar el dolor hay que conocer sus características para que el especialista indique el mejor tratamiento. La escala numérica del dolor lo cuantifica del 0 al 10 como si fuera una constante vital más, según la percepción del paciente sobre su intensidad. Sin embargo, puede estudiarse según sus tipos; El dolor agudo es la consecuencia sensorial inmediata de la activación del sistema Nociceptivo, una señal de alarma disparada por los sistemas protectores del organismo; se debe generalmente al daño tisular somático o visceral y se desarrolla con un curso temporal que sigue de cerca el proceso de reparación y cicatrización que la lesión causa; si no hay complicaciones, el dolor desaparece con la lesión que lo originó. Por otro lado, el dolor crónico es aquel dolor que persiste más allá de la lesión que lo originó y que permanece una vez que dicha

lesión desaparece; generalmente, el dolor crónico es un síntoma de una enfermedad persistente cuya evolución, continua o en brotes, conlleva la presencia de dolor aun en ausencia de lesión periférica. La distinción entre ambos tipos de dolor es importante debido a que el dolor crónico es el resultado del agudo, el crónico es el resultado de mecanismos fisiopatológicos distintos a los del agudo. Pero la diferencia más importante es la relación entre lesión y dolor, una relación casi siempre presente en los dolores agudos y que desaparece o es difícil de precisar en el dolor crónico. De igual forma, las manifestaciones físicas también pueden estudiarse por el dolor somático y visceral: El dolor somático es aquel que afecta a la piel, músculos, articulaciones, ligamentos o huesos; se trata de un dolor bien localizado, circunscrito a la zona dañada y caracterizado por sensaciones claras y precisas. El dolor visceral está producido por lesiones que afectan a órganos internos,


por lo que es la forma de dolor que aparece más frecuentemente como consecuencia de enfermedades y es síntoma habitual en la mayor parte de síndromes dolorosos agudos y crónicos de interés clínico. Manifestaciones psicológicas El dolor emocional es una experiencia subjetiva en la que la persona tiene una herida que nadie ve. Las causas pueden ser diferentes: una ruptura de pareja, un cambio de ciudad, el despido de un trabajo, otros. Independientemente de la causa, tiene su origen en no saber gestionar el cambio de vida y por no disponer de los recursos necesarios para afrontar la nueva situación. El dolor psicológico puede parecer lo mismo que el dolor emocional, pero no es exactamente así. El dolor psicológico es el que conoce como somatización del dolor, que tiene su origen en un estado emocional (estrés, ansiedad, tristeza, otros) y se refleja a nivel a nivel físico o en forma de enfermedad. Respuesta psicofisiológica El dolor es una experiencia sensorial y emocional muy desagradable que hemos sentido todos alguna vez. Afecta la vida de los individuos causando serios problemas físicos y psicológicos. El «proceso del dolor» se inicia con la activación y sensibilización periférica donde tiene lugar la transducción por la cual un estímulo nociceptivo se transforma en impulso eléctrico. La fibra nerviosa estimulada inicia un impulso nervioso denominado potencial de acción que es conducido hasta la segunda neurona localizada en el asta dorsal de la

médula, estamos hablando de la transmisión En el proceso de modulación, en el asta dorsal de la médula, intervienen las proyecciones de las fibras periféricas y las fibras descendentes de centros superiores. La transmisión de los impulsos depende de la acción de los neurotransmisores. Por último, tiene lugar el reconocimiento por parte de los centros superiores del SNC (Sistema nervioso central) o integración. Trastornos del dolor El trastorno por dolor, se caracteriza por la presencia de dolor en una o más partes del cuerpo con una intensidad suficiente como para modificar la calidad de vida. Se trata de un dolor intenso que dificulta el desempeño de estas personas en áreas tan importantes de su vida como el trabajo o las relaciones personales. Los lugares más habituales donde aparece el dolor son: cabeza, abdomen, pecho y espalda aunque puede verse afectada cualquier parte del cuerpo. En ocasiones existe alguna enfermedad física que pueda explicar este dolor, pero en ocasiones el dolor se debe exclusivamente a factores psicológicos. Es muy frecuente que las personas que padecen un trastornos por dolor, presenten también algún trastorno del estado de ánimo o de abuso de sustancias. Este trastorno es bastante frecuente en la población en general. En los niños y adolescentes el síntoma más habitual es el dolor abdominal, que se da en un 10-30% de los niños. De este grupo, el 80-90% no presenta ningún trastorno físico que pueda explicarlo. 14



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