En el universo humano y en el trasegar de la vida coexisten infinidad de movimientos que han propiciado dar cuenta algunas veces, y otras alcanzar la creación artística como lo registra para esta ocasión la muestra propuesta por la artista guanentina en su obra, alegoría escultórica que explora acerca de la figura que se detiene a pensar y no le es indiferente un mundo dominante ya establecido y esculpido por una relación simbiótica que se manifiesta en un sistema finito construido para la sociedad humana según su imagen.
La representación de expresiones de la naturaleza en un mundo cotidiano recrea la búsqueda de lo transparente y silencioso de un inconsciente humano que se halla condenado a ser congelado en piedra en los siglos venideros.