El agua, cuna de civilizaciones. El ser humano en su recorrer por el mundo buscó los lugares donde hubiese agua. Las grandes civilizaciones se establecieron en Mesopotamia, es decir, entre los ríos Tigris y el Eufrates. El río Nilo fue fundamental para Egipto, ya que sus crecidas anuales le permitieron desarrollar la agricultura. Los egipcios domesticaron el Nilo e hicieron canales y lagunas para aprovecharla en cada crecida. Fue en el río donde colocaron a Moisés en una cesta, y así fue descubierto por la hija del faraón. Lo mismo pasó con Sargón, que lo pusieron en una canasta de caña y lo colocaron en el río Eufrates. En sus orillas se fundaron grandes ciudades-estado, como lo fue Babilonia, dando así nacimiento a grandes civilizaciones. Pero el agua en algunas culturas ha servido de castigo, como lo encontramos en el Génesis, el agua inundó todo, y
esta historia la encontramos en muchos otros pueblos. Asimismo, el agua es purificadora y tiene una función de ritual en muchas religiones, como son el bautizo y la ablución. El judaísmo, el hinduismo, el islamismo y muchas religiones cristianas recurren al agua para sus rituales. Tenemos ríos sagrados como el Ganges en la India donde van los hinduistas a purificarse. Los ríos Amarillo y Azul, en China que juegan un gran papel en el desarrollo de la agricultura, sin embargo, a veces las crecidas de estos ríos aportan destrucción y calamidades. En el valle del Indo se desarrolló la agricultura y, así, alimentó a los grupos humanos que vivían en ese lugar. También tenemos lagos y mares, que han contribuido al desarrollo de los pueblos.
ALFONSO JIMÉNEZ CALZADA 2ºF