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El agua malgastada en España Lucila Noel Alberghina 4º ESO. España gasta demasiada agua. Se sitúa en el duodécimo puesto de los países que gastan más agua en el mundo. La causa de esto es que la gente no ahorra el agua, sino que la malgasta. Los países que encabezan la lista de los 12 mayores consumidores de agua son EEUU y China, ya que consumen más del 21% del agua que hay en el mundo. Según los estudios que se han ido haciendo durante los últimos años, se ha llegado a la conclusión de que una persona gasta más o menos 1.24 millones de litros al año, más de la mitad del agua que cabe en una piscina olímpica. El gasto de agua es imprudente. A veces no nos damos cuenta de que una de las principales causas del malgasto de agua en casa se debe a hábitos que no son siempre los más adecuados, como utilizar el lavavajillas cuando está medio vacío, bañarse en vez de ducharse y lavarse los dientes con el grifo abierto. Si añadimos posibles fugas, el despilfarro puede ser aún mayor.
Y es que este líquido es un recurso al que estamos acostumbrados y
del que a veces sufrimos carencias, sobre todo durante la época estival y en la franja sur de nuestro país. Aunque mucha gente no lo pueda valorar, ya que es un recurso del que abusamos diariamente, el agua, es uno de los recursos más importantes e indispensables que tenemos. Cada vez malgastamos más el agua dulce, y deberíamos tener en cuenta que no hay tanta agua dulce como agua salada, así que no deberíamos abusar de ésta. Otra cosa que deberíamos tener en cuenta es que nuestro cuerpo necesita agua, los animales necesitan agua, todos los seres vivos la necesitamos, y nosotros que estamos considerados con una inteligencia superior a la de los animales, la estamos malgastando. Ya no debemos ahorrar solo por nosotros, sino también por todos los seres vivos de la tierra, animales, plantas, insectos, porque, si seguimos así, algún día no quedará nada de estas maravillas de nuestro planeta. Nuestro planeta está así de contaminado por nuestra culpa, ya es hora de que empecemos a cuidarlo y quererlo, porque al fin y al cabo, nosotros vivimos en él.