Aurora
Érase en un castillo, una reina y un rey que esperaban a su primera hija.
VivĂan en un ambiente donde abundaba la felicidad y el respeto.
Pasados los nueve meses , los reyes anunciaron la llegada de la nueva princesa, a la que llamaron Aurora. El pueblo se alegrĂł tanto, que decidieron convertir ese momento en una fiesta.Â
Ese día Aurora recibió muchos regalos, entre ellos tres mágicos dones, otorgados por las hadas del reino. El primero que le concedieron, fue el don de la inteligencia
En segundo lugar, la valentía.
Y el tercero y más especial de todos, fue el poder elegir a su mayoría de edad, un deseo que ella anhelara.
En medio de un gran remolino, apareció un hada que no había sido invitada. Ella se llamaba Maléfica, y su enfado se remontaba años atrás , a causa de una decisión tomada por el rey, que la hizo abandonar su reino. En este momento de enfado, decidió maldecir a Aurora con el don del descaso, el cual a ella le habían arrebatado. Este don consistiría en que Aurora, a los 18 años, se pincharía con una rueca y caería en un sueño durante 100 años. Después de esto, desapareció.
Para evitar el terrible destino, los reyes decidieron mandar a un pequeño prado a su hija junto a las hadas madrinas, las cuales se encargarían de cuidarla hasta los 18 años.
Pasado este tiempo, le contaron a la princesa la verdad. Enfadada a causa de haber pasado su vida sin sus padres, quiso ir a hablar con ellos para saber las razones de haberla separado durante tanto tiempo.
Al haberle contado la verdad a la princesa, esta se enfadó con ellos por haber decidido sobre su vida, y por haberse comportado tan mal con Maléfica que le perjudicara a ella. Aurora decidió usar su deseo, para reducir los 100 años a 1 año y que la única condición para despertarla fuera que lo hiciera la persona con el corazón más altruista.
Paseando por el castillo, se vio mágicamente atraída hacia el sótano, donde misteriosamente apareció una rueca.
Aurora luchó con todas sus fuerzas contra su destino, pero la magia fue más valerosa y pudo vencerla, por lo que ella tocó la aguja y cayó en un sueño profundo.
Fueron pasando todo tipo de personas, de ricos a pobres, pero ninguno llenaba sus expectativas. Un día, llegó el pastor del pueblo, el cual no tenía nada pero siempre ofrecía todo.
El joven se acercó a la princesa, y la zarandeó suavemente llamándola por su nombre. El hechizo identificó la benevolencia y humildad del corazón del joven y consiguió que Aurora pudiera despertarse después de tanto tiempo.
Maléfica al ver el despertar de Aurora, se enfureció tanto que se convirtió en un gran dragón, para arrasar con el reino por no haberse cumplido su maleficio. La princesa se armó de valor y montando en su corcel, se dirigió hacia el peligro con el fin de establecer la paz, de nuevo en su pueblo.
Gracias a la ayuda prestada por las hadas, que proporcionaron un dardo mĂĄgico con el cual dormir a MalĂŠfica y convertirla en humana de nuevo.Â
Una vez pasado el efecto del dardo, el hada y la princesa decidieron sentarse a hablar y solucionar las cosas.
Acordaron, que ya habĂa pasado mucho tiempo, que era el momento de iniciar una nueva era, en la cual no exista la rivalidad y se puedan dar segundas oportunidades.Â
La princesa Aurora perdonó a Maléfica por haberla hechizado. Maléfica perdonó al reino por haberla desterrado. Una vez olvidados los rencores, iniciaron una amistad que duraría por mucho tiempo. Gracias a esta historia, los habitantes de esta historia aprendieron que el rencor no te lleva a ningún lado y que las palabras pueden ser el mejor hechizo para solucionar los conflictos y que todo el mundo es dueño de su propio destino.