MIRAMOS UN CUADRO Y... describimos, inventamos, dialogamos, aprendemos y compartimos lo que vemos y sabemos.
El objetivo de estas narraciones no era otro que con pequeñas descripciones los alumnos y alumnas fueran capaces de imaginar pequeños diálogos referentes a obras de arte, fotos, paisajes, etc; que cada uno debía elegir libremente. Los trabajos se han elaborado en casa, en algunos casos con los padre y madres, escrito a ordenador en el aula (algunos ya lo traían escritos en un pen). Los realizados individualmente se han proyectado sobre la pizarra digital y toda la aportado su punto de vista sobre el cuadro descrito por el compañero. Por lo tanto, decir que todas las narraciones llevan una parte realizada colectivamente complementado mucho las percepciones descritas individualmente.
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Hemos practicado la crítica de una obra de arte. No es fácil realizar este trabajo ni siquiera para mí como maestro, pero todos y todas hemos aprendido. ¿Cómo lo hemos hecho? He intentado dar unas simples pautas para la observación de las obras: fijarse en los planos y descripción de los mismos; resaltar colores y contrastes de los mismos; describir las escenas que se observan; enumerar personajes de las obras, posiciones y poses o actitudes de los mismos; observaciones sobre sus vestidos, rostros, sus manos, cabeza, pelo, nariz, ojos, etc. Es decir: qué vemos, qué creemos que es, qué sentimos... Es evidente, que para describir determinadas obras es necesario situarlas históricamente. Las obras de Picasso, Goya y Velázquez escogidas por los alumnos ya habían sido visualizadas y comentadas en clase en distintas circunstancias. Pero, con la idea de dar unas pautas a los niños y niñas para realizar cualquier trabajo, en el aula hemos consultado algunas páginas de internet, las hemos leído y explicado y hemos entresacado algunos datos que los alumnos han introducido en sus narraciones. Algunas obras descritas se repiten ya que más de un alumnos o alumna las han escogido. Lo he respetado, pero en esas narraciones las aportaciones que los niños y niñas han realizado colectivamente clase se repite en las mismas. Habría que destacar que, a veces, ha ocurrido, que los mismos alumnos han compartido las investigaciones que individualmente habían realizado; es el caso del trabajo realizado por Silvia sobre el cuadro de Las Meninas de Velázquez que ha compartido con Ángela la descripción de los personajes que ella había realizado en casa. Hemos aprendido socializando los conocimientos. En fin, un trabajo, en el que la labor del maestro, también, está presente en la forma en que se ha realizado la investigación, en la corrección de las mismas y en el hilvanado de las aportaciones colectivas con el trabajo individual realizado. Algunos han utilizado localismos al estilo del trabajo que realizamos el curso pasado. El maestro, Manuel López Vega. Almonte, Febrero de 2014. Proyecto Educativo “Aula Abierta”. Taller de Creación Literaria en Vivo.
“Nelson Mandela” Con sus pelos rizados y canosos, su cara achocolatada y arrugada, sus pequeñas cejas marrones como dos aves sobre sus ojos de lucero y ojeras cargadas de penas por las injusticias; su nariz grande y chata, sus orejas alargadas, sus labios grandes y hermosos, carnosos oscuro, sus frente amplia y brillante. Así es el aspecto de Nelson Mandela. Nació el 18 de julio de 1918, en Umata (Sudáfrica). Sus padres fueron Henry Mandela y Nose Keni, ambos de la etnia xosha. Estudió derecho en la Universidad de Fort Hare. Cuando tenía 23 años consiguió trabajo en un estudio jurídico de Johannesburgo. Poco después, se unió al Congreso Nacional Africano (CNA), una organización que hacía campañas pacíficas contra la discriminación y excesiva explotación que sufrían los negros sudafricanos. En 1943, Nelson Mandela fundó la Liga Juvenil y organizó movilizaciones de protesta contra el sistema de segregación racial denominado “apartheid”. El gobierno blanco reprimía a sangre y fuego a los manifestantes, por lo que en 1961 Mandela fundó una organización llamada “Umkhonto we Sizwe” ("Lanza de la Nación") con la cual pasó a la lucha armada. Pero al año siguiente fue capturado en Johannesburgo, lo sometieron a juicio y lo condenaron a cadena perpetua. Tenía 46 años cuando fue llevado a la prisión de la isla Robben, frente a Ciudad del Cabo. En los siguientes años sus seguidores continuaron luchando contra el “apartheid” dentro y fuera de Sudáfrica. Muchos gobiernos del mundo empezaron a exigir la libertad de Mandela y la abolición de la segregación racial. Winnie Mandela, propagó los ideales de su esposo y lideró muchas movilizaciones que buscaban su libertad. En 1990, el presidente moderado Frederik de Klerk liberó a Nelson Mandela, quien ya tenía 71 años. En los siguientes meses, ambos líderes negociaron la eliminación del “apartheid”, que quedó derogada oficialmente en 1991. Posteriormente, los dos fueron galardonados con el Premio Nobel de la Paz en 1993. En 1994, Mandela fue elegido presidente de Sudáfrica y gobernó hasta 1999. En este periodo se esforzó por reconciliar a los sudafricanos y contribuyó en el cese de varias guerras del continente, como en Zaire. Luego se retiró de la vida política, pero su opinión seguía siendo consultada en asuntos importantes de su país.
A finales de 2012, su salud se deterioró rápidamente por una infección pulmonar. A partir de junio de 2013 permaneció en estado crítico, hasta que falleció en Johannesburgo el 5 de diciembre de 2013. Toda esta información la leí en internet con mi padre, con el que mantuve la siguiente conversación: - ¿Te gusta papá? - Sí, hijo. Es una buena investigación. - Gracias. - Desde luego es un descubrimiento. Me he llevado horas y horas para preparar preguntas sobre mi trabajo. -¡Buen trabajo, hijo! Me encanta que te guste investigar las cosas. -¡Pues, adiós! Me voy al colegio a ver si le gustan a los niños y al maestro. Alberto Laino Aliau.
“Las Meninas” Un grupo de amigas fuimos a Madrid de excursión a visitar el museo del Prado. En una de las salas vimos un magnífico cuadro de Velázquez. Una de mis amigas preguntó muy intrigada a la guía: - ¿Cómo se llama este cuadro? - Son Las Meninas, de Diego de Velázquez, también lo llaman la familia de Felipe IV. Es un cuadro muy famoso con seis damas y tres varones con trajes de época. Las paredes estaban llenas de cuadros y a los pies de las damas descansaba un perro. - ¿En qué año lo pinto? - Lo pintó en el año 1656. La guía nos explicó, muy amablemente como era el cuadro; que al fondo había una puerta abierta, con un hombre como bajando la escalera por donde entra la luz del cuadro lleno de sombras. En el centro está la Infanta Margarita. El hombre es el guarda-espalda de Margarita, situado a la derecha del cuadro, va elegante y con ropa oscura, como de luto. Se ve muy bien por la luz del día que entra por la puerta. A la izquierda un hombre con bigote y un pincel; es un autorretrato de Diego Velázquez, el pintor; parece que se asoma y escucha lo que dicen las Meninas a la Infanta. Los vestidos son elegantes, parecen que pesan poco y tienen volantes y encajes. María, la menina que está a la izquierda tiene el pelo largo, castaño, rizado, con lazos y le ofrece una bebida a la Infanta con su traje hermoso celeste. Isabel tiene el pelo largo con tirabuzones, tiene en el pelo flores y es alta y fina, parece que realiza una reverencia a la Infanta, mirándola con amabilidad. Maribarbola es la enanita y tiene el pelo largo, ondulado, rubio y brillante; la cara chata y el vestido azul marino con encajes blancos parece que mira fijamente al pintor. Nicolás, el niño que pisa el perro, hace compañía a la Infanta Margarita. El perro es un mastín; está echado como durmiendo. Detrás de Isabel está la niñera Marcela, vestida como una monja, que parece que habla con el guarda espaldas de Margarita. Cuando salimos, una de mis amigas preguntó: - ¿Os ha gustado ? - Todas con una sonrisa dijimos que “sí” y quedamos para volver otro día. Ángela López Delgado.
“Adorables perritos” El mes pasado, mientras daba una vuelta con mi amiga, nos encontramos unos perritos dálmatas metidos en una cestita llena de grandes y coloridas hojas de otoño. Estaban como jugando. Estos perritos son muy bonitos y chiquititos, tienen muchas manchas negras. Parecen dos peluches que en el otoño juegan a esconderse entres las hojas que se caen de los árboles; hojas rojas pálidas y verdes apagados, que se encienden y deslumbran con la blancura de los dos perritos. Tienen las miradas perdidas mirando el horizonte, como curioseando el paisaje lleno de fauna que hay entre las ramas de los árboles sin hojas del Chaparral. Les hicimos una foto y cuando llegamos a casa nos pusimos a observarla y a hablar de ellos: - ¡Son unos perritos muy bonitos! - ¡Verdad que sí! Tienen toda la pinta de haber nacido hace poco. - Parecen que son muy juguetones; ¿tendrán dueños? - Pues, no sé; pero creo que sí tienen. -Es verdad, no se quién se atrevería a dejar abandonados unos perritos así de bonitos, juguetones y chiquititos. -Pues sí. Yo los habría cogido, pero no me atreví, no fuese a ser que los dueños estuviesen allí y me tomaran por ladrona. Dentro de un ratillo nos podemos acercar de nuevo a ver si están allí todavía. Si están allí podemos cogerlos; y uno para cada una. - ¡Vale! No me parece mala idea. Cuando pasó un rato nos acercamos, otra vez, a ver si estaban allí esos perritos tan chiquititos y... Sí, allí estaban, pero esta vez había una mujer y un hombre cerca de la cesta y como no sabíamos si eran los dueños le preguntamos. Mi amiga y yo, nos liamos a decir quien de las dos iba a preguntarles, y como ni ella ni yo queríamos ir porque nos daba vergüenza, no tuvimos más remedio que ir las dos. Al final terminé preguntándoselo yo: - !Hola, queríamos saber si eso perros son vuestros¡ Es que los hemos visto antes sin nadie y nos dieron lastima. - Pues, sí. Son nuestros. Es que antes los hemos dejado aquí para ver lo que hacían, pero nosotros estábamos vigilando, gracias por preocuparos por ellos. ¿Queréis jugar con ellos un ratito? - !Vale, si no os importa...¡ Después de haber estado un rato jugando nos fuimos y se lo contamos todo a nuestros padres que estaban en un bar tomando café. Angélica Díaz Ortiz.
“Narración sobre un cuadro” He visto un cuadro en mi casa y me ha llamado la atención. Me han gustado mucho sus colores apagados, ocres, teja y grises; sus flores parecen que se mueven, hay muchas flores de girasoles; algunos caídos y otros tiesos que resaltan entre las otras flores del jarrón. Tienen un precioso tallo verde, muy fino como una rama de árbol. El jarrón es blanco y marrón con forma de huevo y su fondo es de los mismos colores que los de el jarrón, lo que produce un contraste precioso. Tuve una conversación con mi madre sobre él: -Mamá, ¿has visto este cuadro? -Sí, es precioso, y sobre todo, me gustan sus colores. ¿Sabías que es una copia de Van Gogh, pintada por tu tío Matías Jesús? -Ah, no lo sabía, y ¿quién es Van Gogh? -Pues, hijo, Van Gogh es uno de los más famosos pintores holandeses. Nació en 1853. Cuando cumplió los veintisiete años decidió que quería estudiar arte en Bélgica. En 1888, Van Gogh fue a Francia; allí se sintió impresionado por los colores y los contornos de la tierra. En quince meses creó más de 200 pinturas y 100 dibujos. Pintaba con grandes brochazos, usando colores brillantes y cálidos. Pero Van Gogh se puso enfermo, y las pinturas que hizo antes de morir nos muestran que sus sentimientos habían cambiado. Los colores que utilizaba eran más oscuros, y su apariencia física triste y furiosa. Actualmente, podemos ver pinturas de Van Gogh en museos de todo el mundo. Mi padre, al escuchar esta conversación, se pasó un buen rato observando el cuadro y nos contó que era un cuadro muy famoso, llamado “Los girasoles”. Antonio José Maraver Landero.
“Cuadro marismeño” Este cuadro con un cielo nublado de color azulado me gusta mucho. Me imagino que es la Marisma. El toro blanco con sus ojos adormecidos mira al cielo y da un suspiro. El otro, negro, está comiendo hierba de la marisma llana. Son robustos y fuertes con cuernos blancos como la leche, los cuales, resaltan en el cuadro puntiagudos como espadas. Son de color blanco como la nacar y negro como el carbón y el azabache; de pelaje brillante con manchas marrones como los troncos de los árboles. Al fondo, el yegüerizo rígidamente montado a caballo, me imagino su ropa “empolvorizada” por el polvo de la tierra como cuando traen las yeguas en La Saca. Somos tres compadres: Antonio, Miguel y Luís Miguel; los cuales dejándonos llevar por la aficción marismeña comentabamos: − Antonio le dice a Miguel: ¡Iyoo! ¿tú has visto ese cuadro de allí? − Miguel respondió: No. No lo había visto. Pero ahora que lo veo me gusta mucho. − Entonces dice Luis Miguel: -A mí también me gusta porque me da un ambiente “andalu”. − Es verdad. Con esos toros marismeños y esos yegüerizos. ¡Como se nota que ese es un cuadro marismeño! -dijo Antonio. En eso llega Alberto (otro compadre) y dice: - ¡Yojaa! ¿De qué habláis? Respondieron los tres con la mirada puesta en la pared y Antonio dijo: - De ese cuadro marismeño que hay ahí. -¡Ostras¡ ¡Qué cuadro más bonito! ¡Cómo se nota que es “andalu”! -¡Yoooo! Eso es lo mismo que he dicho yo. Entonces los 4 compadres fueron a la “marisma rociera” y Antonio exclamó: - ¡Qué bella es la marisma con sus toro y caballos, yeguas y vacas! ¡Qué belleza! - ¡Cuánta razón tienes amigo!, ¡Cuánta belleza marismeña!- añadieron Miguel, Luís y Alberto. Antonio José Díaz Medina.
“El Piano” Un día, dos amigos de la misma clase, José Manuel y Daniel fueron a una galería de arte. Estaban expuestos cuadros de los pintores más famosos de España: Picasso, Goya, Dalí, Velázquez, El Greco y Miró. El que más le gustó a Daniel fue un cuadro de Picasso llamado "El Piano". Picasso nació en 1881 y murió en 1973. - ¡Oye!¿Ves ese cuadro?-dijo Daniel. -¿Cuál? - preguntó José Manuel. -¡Aquel de la izquierda! -¡Ah, sí! Lo veo. ¿Qué pasa con él?- dijo José Manuel. Daniel, lleno de sabiduría le respondió: - Es el cuadro de Picasso, lo hizo en 1957. Lo que tú ves es cubismo. El cubismo es hacer un dibujo con formas asimétricas. -Bueno, pues ¡Investigaré sobre Picasso! - Constestó José Manuel. Y así hicieron. Buscaron toda la información sobre Picasso y su obra de arte. Al día siguiente llegaron a clase y el maestro les preguntó: -¿Habéis visto algún cuadro? José Manuel y Daniel respondieron: -¡Sí! !Nosotros hemos visto un cuadro de Picasso!- respondieron al unísono. El maestro les dijo que lo íban a describir entre todos el cuadro que habían investigado ellos. Los compañeros y compañeras de clase dijeron: “ Es un cuadro para imaginar, con sus notas negras como la noche, con un gran piano. Cuadro cubista con fondo azul y marrón, sus pedales parecen cuerdas de guitarra. El polígono naranja se parece al pianista con bigote, hambriento y cansado después de tocar el piano”. César Mihai Cismaru.
“Mi primer Platero”
Estaba en mi casa jugando con mi hermano después de cenar cuando : “¡Acostarse niños!” - dijo mi madre. Mi hermano y yo nos fuimos a la cama y mi hermano le dijo a mi madre : -Mamá léenos el primer libro que leyó mi tata. Entonces, mi madre cogió con sus manos finas y suaves el libro de “ MI PRIMER PLATERO “ qué como dijo mi hermano fue el primer libro que yo leí . Mi madre comienza a leer : -Platero era un burro pequeño, peludo y alegre… A su vez, comenzó a describir la imagen de la primera página: “Platero juega con las flores, mariposas y pájaros. La ternura de su piel y de su hocico huele a campo y atrae a los animales e insecto, a los que oye con sus grande orejas puntiagudas, donde está posada una mariposa; el cielo celeste le hace compañía y sus ojos de azabache miran al pajarito amarillo. Su barriga “engrandecida”, su rabo fino, peludo, sus patas pequeñas, su pelaje blanco como el algodón. Platero está rodeado de un mundo de colores: azul, blanco, amarillo, rosas, negros, verdes, rojos... colores de primavera, colores de otoño, colores de invierno, colores de verano...” Entonces mi hermano me dice : - ¿Tata, cuándo leíste este libro te gustó? - Claro que sí. De tanto como me gustó lo he leído por lo menos 10 veces ¡¡Me encanta !! - dije yo , preguntándome a la vez si me lo había leído tantas veces como dije. Mi madre sigue leyendo : -Platero era el amigo inseparable de Juan Ramón Jiménez … Cuando le pregunté a mi hermano : -Pablo, ¿tú quieres que éste sea, también, el primer libro que leas? -¡¡Sí, sí, tata me encantaría!!- Dijo muy sorprendido y feliz. Cristina Hermoso Larios.
“Diego Ventura, rejonea un toro” El caballo toldo es grande y bonito con dos pequeñas orejas y una alargada nariz... ¡Parece que se quiere comer al toro, con un trote corto y ágil llevando en sus patas unos protectores negros! El rejoneador va vestido de flamenco, con unos zahones marrones engrasados. Con una cara de feroz, la mano por encima de la cabeza. Agarra la banderilla que clavará sobre el morrillo del toro. Las banderillas son azules, blancas y rojas. El toro negro con una cola larga, fina y peluda, con dos cuernos, y cuatro pezuñas grandes y gordas. ¡Tiene una pedazo de barriga...!; y con fuerza se dirige al caballo queriéndole matar con sus cuernos. El toro mirando lo que hace el caballo y el rejoneador se lanza para clavar la dura banderilla en su morrillo. Tras un gran recorte magnífico a la cara del toro negro, fuerte y rápido de pelaje invernal y de noche; con sus patas cortas y ágiles y los dos pitones afilados se lanza contra el caballo, pero el valiente caballo lo esquiva con clase y majestuosidad con su mirada fija al toro; porque está domado para que haga eso por su domador estrella. La plaza es grande, hay muchas personas y los burladeros son de color rojo que resaltan sobre el ocre de la tierra. Las personas gritan, lloran, etc; porque Diego Ventura les gustan y dicen:”¡Olé, olé y olé! Están la gente asombrada, con “ojos como platos”; centrando toda su atención en el rejoneador, el toro y el caballo. Este cuadro descrito con ayuda de mis compañero de clase lo mirábamos yo y mi amigo Pepe. Le dije a mi amigo: - ¡Hola, Pepe! ¡Qué bonito! - ¡ Hola, Curro!¡Es verdad! - ¿Vamos a ver la corrida de toros?
- ¿Cuándo? - Pues mañana. - ¡Vale, me llevaré pipas! - !Adiós, ya nos vemos mañana! - !Hasta mañana! Al día siguiente, los amigos se encuantran para asistir como espectadores a la corrida de toros: - ¡Yoja, Pepillo!, ¿Cuánto dinero llevas? - 50 € - constestó Pepe - ¡Iyo, igual que yo!. Estoy nervioso por llegar ya a la plaza, porque no me imagino lo bonita que tiene que ser la corrida. - Pues sí, compadre, sí. Ya dentro de la plaza: - ¡Mira! Ese primero es Diego Ventura - Yo quiero un autógrafo suyo y una foto. - ¡Vamos a acercarnos! - ¡Sí! - ¡Hola, Diego Ventura!¿Nos podrías dar una foto tuya con un autógrafo? - ¡Pues, claro! - ¡Gracias! - ¡Gracias! - ¡Mira, mira, mira, mira... qué pedazo de caballos! - Sí, de pelo toldo. Y sonando aplausos se llevan muerto al bravo toro, engañado por el caballo y el rejoneador. Curro Gómez Bejarano.
“Tres músicos o Músicos con máscaras, de Pablo Ruíz Picasso” Se encuentran Luís y Sara en la biblioteca y se le ocurre a Luís hablar de un cuadro: - ¡Hola! ¿Qué tal amigo?. Dice Sara a Luís. - ¡Muy bien! - ¿Has visto esa obra tan famosa de Picasso llamada “Tres músicos”? - Sí, la conozco. - ¿Qué te parece si la describimos Luís? - Me parece bien Sarita. - En la obra se ven muchos instrumentos y un libro de notas. - Sí. Instrumentos como un piano. - Un violín. - Una flauta. - Y un acordeón. - Así es. La obra es picassiana, es decir, cubista. - Los músicos llevan como máscaras. Se ve todo muy cuadrado y triangular. - Un músico lleva la mitad del bigote blanco y la otra negra. - Los colores son muy apagados. Menos el traje de arlequín. - Sí. A mí me encanta. ¿y a ti? - A mí también. - Bueno. ¿Nos vemos mañana? - ¡Vale! - Hasta mañana. Una vez que se fueron le explica la madre de Luís a Luís que el cuadro es como “un rompecabezas que desmonta a los músicos en mil piezas”. Uno toca el clarinete, con sus dedetes y otro el violín con notas sin fin. Parecen un pirata, un cawboy y un monje disfrazado. El cawboy tiene piernas cuadradas, el pirata una corta y otra larga, el monje tiene las piernas tapadas. Encima de ellos está la partitura de bonita escritura blanca. El fondo es de color dorado con el techo marrón. Fernando Espina Saavedra.
“La Monalisa” Me llevé toda la tarde mirando el cuadro. Notaba cosas que no sabía decir. Me acosté y soñé: “La Monalisa tiene detrás un río muy bonito con su fauna y tiene dos tigres detrás. Su cara es muy blanca y muy vieja y tiene un cocodrilo que causa mucho terror. Tiene una risa tan fina como el viento, pelo rizado y el cuello muy largo. Tiene los ojos marrones y la nariz muy grande. Aquel día me soplo el mar y me dijo: - ¿Quién es esa persona ? Respondí: - Es la Monalisa, ¿no lo sabes? y me dijo - ¡Ah! Si. Es verdad. -¿ Y tú quien eres? - Soy tu subconsciente. Me tengo que ir. Más tarde hablamos - me dijo El sol iluminaba a La Monalisa y abría su belleza. Detrás hay una serpiente y da muchísimo terror. De repente me hablo más y me dijo: - ¡Hola! - ¡Hola! ¿Ya volviste? -Sí, oye ¿eso de atrás qué es? - Es el sol. -¡Ah! Sí. Es verdad. - Bueno, voy a describir a La Monalisa. ¡Chao, subconsciente! Me desperté preocupado. Me levante y me fui a la escuela y se lo conté al maestro. El maestro me ayudó a comprender el cuadro y me dijo que lo había pintado Leonardo Da Vinci, un genio del Renacimiento. Posteriormente, entre todos mis compañeros de clase realizamos estas observaciones: “La Monalisa tiene los brazos muy cortos y el cuerpo grande. Es una mujer muy guapa. Parece que me vigila,que me mira de reojo; sonríe a quien la mira. A veces, te produce miedo por donde te mira y te asusta porque no tiene cejas, ni pestañas o a penas se notan. Además, tampoco se nota por la sombra de sus ojos. Tiene unos ojos grandes y castaños de anchos párpados sombríos; la mirada parece apagada, adormilada, tranquila, atenta, fija, aunque, cuando la miras parece que mueve los ojos. Da la impresión de que está firme y enfadada. Su pelo marrón rojizo está cubierto por un velo que es largo y liso; está peinada con raya en el centro de la cabeza. Tiene una frente amplia, sin arrugas, luminosa. Tiene la nariz larga y fina; la boca sonriente de labios finos y carnosos. La barbilla circular e iluminada. La cara resplandece en luz sobre el color liso del pelo. Tiene el cuello oscuro y blando. Su
vestido de gran escote con pecho grande iluminado por la misma luz de su cara. Sus manos grandes con grandes dedos que parecen hinchados; apoyadas una encima de la otra da la impresión de que es una gran señora, una gran dama. Su vestido es de color oscuro, de tejido fino y con anchas mangas de color igual que su pelo. Sobre el hombro tiene un pañuelo. El paisaje es de color oscuro apagado y montañoso; el cielo es amarillo olivo. Hay un lago oscuro tenebroso que atraviesa su verdoso bosque que pueden ser chopos; a lo lejos se ve un puente de madera con barandillas, pero puede ser de piedra”. Farly Cuella Lanza.
“Mi foto” - Oye, Antonio, ¿te gusta mi foto de cuando era pequeño? -le dijo Giani a su primo Antonio. -Sí. Me gusta mucho porque el paisaje es muy bonito porque te rodean esas flores de colores amarillos, blancos y rosas. -Sí. Tienes razón, primo. Es muy bonita. A mí lo que más me gusta de la foto es que tengo detrás mía un árbol grande y una palmera. -¡Vaya! Pues no me había fijado antes. -¡Ja, ja, ja, ja, ja... ! Mira que no fijarte en ese árbol tan grande, hombre. La palmera es un poco pequeña pero tampoco es para no verla. - ¡Je, je, je, je, je...! Tienes razón. Es un palmito ¡Oye ,oye, oye, que yo también salgo, hombre! Sí, pero tu foto es más pequeña. - Eso no tiene nada que ver lo importante es que salimos los dos. -¡ Ja, ja, ja, ja,...! ¡Je,je,je,je...!- reímos los dos. Entre bromas y risas, entre mis compañeros y yo, al ver la foto, añadimos: “El cielo claro, transparente, que se vuelve añil. Sobre el que se dibuja el paisaje de primavera. Es un pinar. Entre las jaras donde estoy yo con flores blancas y luminosas, hay pinos altos con sus ramas y yo con mi pequeñez. Me imagino el campo lleno de animales que no se ven: ciervos, liebres.... ¡Todo el mundo de Doñana!
Giani Gabriel Barbu.
“El nacimiento de Adán”
El sábado pasado me pregunté qué cuadro escoger para realizar un trabajo para la escuela que el maestro había encargado, cuando de repente me sopló en viento y me dijo: - Coge uno de Miguel Ángel. Le respondí – Pero, ¿Cuál? -El cuadro que te guste más- me respondió Así que me puse a buscar cuadros de Miguel Ángel cuando un cuadro me llamo la atención y así voy a explicarlo. “Observo un hombre apoyado en una roca o montaña queriendo darle la mano a un señor viejo con una túnica rosa con mucha gente detrás de él, pero a lo lejos se veía como si fueran truenos”. Pero a lo de repente me pregunté ¿qué hace un hombre desnudo en una montaña o roca? Al instante me sopló el viento y me dijo: - Es para que tengan piedad de él y... Dije yo: - ¿Y el hombre de la túnica? y me dijo el viento - ¿Es que no lo ves? - Le intenta ayudar- dije yo. - ¿Para qué le ayuda? Y respondió el viento - Para que se una a ellos. - ¿A ellos...? ¿A quienes? - A esas personas: niños y bebes que están detrás del hombre de la túnica- contestó el viento - ¿Y esos truenos? - ¿Te miento o te digo la verdad?- respondió el viento. - ¡La verdad! - dije yo - No son truenos, son relámpagos. Y así acababa el cuadro que había descrito en casa. Pero, cuando llegué al colegio y conté la historia y vimos en la pantalla digital el cuadro de Miguel Ángel los compañeros de clase comentaron: “El hombre
despelotado es Adán que recibe la mano de Dios como símbolo del origen de la vida del primer hombre. Está en una montaña que significa la Tierra. Dios está rodeado de ángeles, que están en el cielo que parece que le da todo su poder a Dios volando. Su cuerpo es fuerte como un atleta y Dios simboliza la sabiduría, que a su vez simboliza la experiencia; y todo ello sobre un fondo blanco luminoso”. Luego el maestro añadió que el cuadro es un fresco que se encuentra en la Capilla Sixtina del Vaticano. Fue pintado por Miguel Ángel y es una interpretación de la fábula de las Sagradas Escrituras de cómo Dios creó al primer hombre, Adán, al que le dio vida con un soplo divino.
Henrry Barja Veizaga.
“Estadio Santiago Bernabeu” El Santiago Bernabeu es un estadio de fútbol. Ese estadio pertenece al Real Madrid. Es muy grande y en esta foto se juega la Champions. Por la puerta entran dos niños y dicen: -
Mira Adrián, qué grande es este estadio. ¡Pues sí. Sí que es grande! – contestó Adrián. Bueno, el estadio ya se está llenando de gente. Sí, ¿nos sentamos? ¡Vale! – dijo Hugo. Vamos a ver como los jugadores juegan. Sí. Juegan muy bien. El partido se va terminar, mejor nos vamos, ¿no? Sí, vámonos que ya es tarde.
Este diálogo me imaginaba sentado en la grada y viendo como el Real Madrid ganaba nuevamente. Y en ese momento me di cuenta de algunos detalles de la foto. El estadio tiene un césped grande, bonito y hermoso. Parece que se va jugar un partido de Champions. Las líneas blancas dividen el campo en distintas zonas: córnet, área, punto de penalti, centro del campo, etc. ¡Me gustaría conocer a los jugadores del Madrid! Las gradas son gigantesca. Caben unos 75.000 espectadores y las escaleras anaranjadas parecen como rayos de luz que salen desde el césped. En mis oído oigo: “¡Gooool, de Cristiano Ronaldo!”
Hugo Pérez Domínguez.
“La noche estrellada” Es un cuadro muy vivo y lleno de
color, aunque, represente la noche. Las estrellas parecen soles que iluminan todo el cielo y hay unas especies de nubes que parecen olas marinas. Debajo de todo este cielo colorido hay un pueblo pequeño y oscuro. Me llama la atención que en un lado del cuadro hay una especie de árbol, montaña o torre oscura. - Este cuadro tiene colores azules muy vivos y colores oscuros – dije yo. - ¡Que extraña representación de la noche con tanta luz!- me dijo mi prima. - Sí, es verdad. Me pregunto qué será esa torre oscura. - No lo sé, sólo se ilumina el contorno. - El pueblo parece pequeñito. -Sí, pero se ve alegre. Seguimos hablando y nos imaginamos que: “Las olas parecen envueltas en rayos de luz; olas que se rompen en la montaña”. Parecen olas de aire, de color añil, estrelladas. El cielo está repleto de estrellas doradas, hermosas y brillantes que parecen que alumbran a la montaña, a la noche, al pueblo... Abajo parece que hay un río blanco, amarillento, azulado y sin fin que crean las olas. Delante hay como un árbol, como una llama, como una torre... Lo que me he imaginado es que esa especie de torre es una melena de una mujer hermosa movida por el viento y arriba de esa larga melena o torre me imagino a un troll mirando el paisaje. Abajo el pueblo parece submarino, diminuto con sus casas, con su iglesia, con su campo cultivado y su gente durmiendo. Todo esto es un paisaje lleno de cascadas azules.
Isabel Fernández Arangüete.
“Mi trabajo de la Hello Kitty” Hace dos cursos, cuando estaba en cuarto de primaria, realicé un cuadro de la Hello Kitty en la clase de plástica. Cuando lo terminé y llegué a casa se lo enseñé a mi madre y tuvimos la siguiente conversación: Mi madre: - ¡Qué bonito! Yo: - ¡Sí, es muy bonito! Mi madre: - ¿Lo has hecho tú? Yo: - Si mamá, lo he hecho yo en la clase de plástica. Mi madre: - ¿Cómo lo has hecho? Yo: - Lo he hecho con azúcar de colores. He pasado un dibujo a un lienzo con un punzón. Luego he puesto pegamento sobre el dibujo y lo he rellenado con azúcares de colores. Mi madre: - Pues te ha quedado muy bien, me gusta mucho. Yo: -Pues, si te gusta te lo regalo. Mi madre: - pues muchas gracias por el regalo.
Es una hermosa gatita, blanca de ojos azules y nariz amarilla; no tiene boca. En su cabeza tiene un precioso lazo. Su pelaje parece suave; orejas pequeñas redondeadas. Es dulce, tiene mucha dulzura, pero da miedo porque no tiene boca. ¿Si no tiene boca como se comunica con los otros gatos?; ¿qué tipos de lenguajes hablara?; Pienso que comunica con la mirada, con las patitas, con las orejas dobladas o poniéndolas tiesa. Está sobre un rojo corazón con el que quiere expresar cariño, amor, alegría. Es una imagen llena de ternura. Jessica Rocío Martínez Aragón.
“El cafelito” Yo y mi primo Luís estábamos merendando en el salón de mi casa cuando él dijo: -¡Qué dibujo tan chulo! -¿A que sí?; Es de Mariscal, un pintor muy famoso que sólo hizo 100 copias. Ésta que nosotros tenemos es la 66. - ¿Dónde la comprasteis? - No, no la compramos. Fue un precioso regalo que nos hizo nuestro amigo Juan Miguel. - ¿Y qué significa el dibujo? - Representa la parte más familiar de la casa:el salón. Cuando nos reunimos toda la familia alrededor de una taza de café. - Bueno, primo. Después de esta merienda tan agradable… (En ese momento toca el timbre, es mi tío Juanma diciendo :¡ Nos vamos Luís!) - Me voy primo. - Buen viaje, Luís. Cuando se fue mi primo volví al salón y seguí mirando el cuadro y pensé sobre los detalles del mismo: “Parece que el café está muy caliente y humeante, con su olor intenso, agradable, se nos hace la boca agua al imaginar su sabor; parece que paladeo su sabor rico e intenso que me quema la garganta; parece un café de media tarde; lo sujetan dos manos grandes de mujer con uñas blancas y lo hace con cuidado para que no se le derrame; se dirige a la mesa del salón que, también, podría ser, el salón de un hostal o una cafetería. El salón es muy colorido; presenta colores vivos como naranja, azul, amarillo y blanco. Se ve el comienzo de una escalera de caracol y un arco de medio punto que descansa en una columna de mármol y al fondo muchos cuadros decoran la pared. Un ventanal circular que imagino que da a un campo lleno de flores bonitas y con muchos animales. El suelo parece de red; sillones de colores y muy cómodos; una lámpara, una mesa circular con un paño azul, un sofá azul, con una mesita que parece la huella de un pie y me imagino que es un filete de ternera que se parece a Plakton. Juan Estévez Carrera.
“La Rendición De Breda o Las Lanzas” Titulo:La Rendición de Breda o Las Lanzas Pintor:Diego Velázquez. En:1634 Oleo sobre lienzo:Barroco 307 cm x 367 cm Museo Del Prado de Madrid (España)
Yo estaba en mi casa cuando un amigo llamó a la puerta para jugar. Le abrí; entró y vimos el cuadro de la Rendición de Breda. Y empezamos a describirla: - Es un día nublado de cielo gris. Es un cuadro muy bonito y hermoso donde se ve un acto de paz con la entrega de las llaves - dije yo. Mi amigo contestó - Es verdad al final se ven muchas tropas con picas y con escopetas. Parece que hace frío. - Sí. Es muy bonito porque es la “Rendición de Breda”. ¿Te acuerdas que este cuadro lo vimos en la escuela?- dije yo. - La ciudad de Breda se rinde al ejército español y al Reino de Los Austria. Van vestidos de forma elegante. - Sí. ¿Aparece Diego Velázquez en el cuadro?. - Sí. Aparece en el cuadro porque era soldado el ejército español y de Los Austria. Además, le cortaron la mano y le llamaron “El manco de Breda”. -No, no. Eso no es así. Te has confundido con Cervantes. En clase aprendimos, que Miguel de Cervantes Saavedra en la Batalla de Lepanto fue el que perdió la mano y le llamaron el “Manco de Lepanto” -¡Ah! ¡Es verdad! - Pues, sí. - Sí. Además, fíjate, que una persona tiene sangre en la camisa blanca. Destacan las lanzas de los españoles largas, marrones, puntiagudas; ensangrentadas lanzas asesinas, matadoras... de personas en la guerra. - Hay mucho humo en Breda. Eso significa que ha habido una batalla. Los holandéses llevan pocas armas, pero en sus puntas lleva banderitas. Hay dos caballos marrones; uno es del general Spinola y otro, que sólo vemos la cabeza, es un caballo de los holandéses. - Sí. Hay mucho humo negro de Breda porque supongo que las casas están ardiendo por la batalla. - Es muy bonito este cuadro y para mí lo más llamativo es la entrega de las llaves
como signo de paz y de la Rendición de Breda. Los hombres llevan sombreros en la cabeza o en las manos. Tantos los soldados españoles como los holandeses comentaban lo ocurrido. - Los holandeses estaban liderados por la familia de Guillermo de Orange. Luchaban para independizarse del Imperio de España. Felipe IV reconquistó Breda tras conquistarla los holandéses. Las tropas españolas estan representadas por Ambrosio Spinola, que después de haber vencido a los holandeses recibe la llave de la ciudad de Justino de Nassu como acto de rendición. - Da la impresión de un acto respetuoso, sin humillación; un acto pacífico. - Los dos protagonistas están en el centro del cuadro. Parecen que están hablando como amigos. - Pero, Nassu se arrodilla para entregarle la llave pero el capitán español lo impide diciéndole que no se arrodille. A pesar de haber tenido una guerra. -¡Vámonos a jugar!- le dije a mi amigo Luís Miguel Martín González.
“Mi gato” Le saqué una foto a mi gato llamado Manchitas, para hacer el trabajo que mandó el maestro de una descripción con diálogos. Era una foto preciosa y divertida. Mi hermano, que estaba junto a mí, la vió y no pudo contener la risa y me la pegó. Así que dijo: -¡Qué gracioso es!¿Sabías que los gatos duermen de día y cazan de noche? Y le contesté-¡Sí y son muy buenos cazadores! De repente, nos llamó la atención sus ojos brillantes y bonitos. Mi hermano dijo: -¡Me encantan sus manchas negras y blancas! -Pues sí. Pero lo que más me gusta de él es su cuerpo suave y peludo. -A mí, también. Tengo la sensación de que es el mejor gato del mundo. Seguí haciendo el trabajo y me gustó mucho la experiencia de hacer una descripción con la foto de mi gato tan lindo y risueño con el que siempre sueño. El gato es blanco con manchas negras; ojos ovalados verdes; orejas puntiagudas y nariz rosa. Parece un peluche peludo con pelo muy brillante porque en él se refleja el sol. Su boca pequeña con bigotes blancos y largos. Está tendido sobre una alfombra de esparto en mi mesa de madera. Es hermoso, tierno, adorable, dulce, suave como el algodón, cariñoso, juguetón y agradable. Cuando digo estas cosas recuerdo el texto de “Platero” de Juan Ramón Jiménez. Es mi mascota y se llama Manchitas.
María de La Rocina Laino Bustamente.
“Noche estrellada sobre el Ródano” Es un cuadro muy bonito. Cuando lo miras parece que te estás sumergiendo en un mar de color. Se representa muy bien la luz de los farolillos en el agua y las personas paseando por la orilla, al lado de las pequeñas barcas. Vicent Van Gogh pintó este cuadro. A pesar de haber utilizado varios colores claros ha representado muy bien una noche estrellada sobre el río. Ha utilizado tantas tonalidades en el cielo, en el agua y en la tierra que parece que en el fondo del cielo hay un castillo dibujado. Incluso las estrellas parecen soles. Con esta descripción comenzó este diálogo, entre mi madre y yo, para hacer el trabajo que el maestro había encargado: - Mamá, ¿qué te ha parecido el cuadro de Van Gogh? - Me ha parecido muy bonito, ¿ cómo decías que se llamaba? - Se llama "Noche estrellada sobre el Ródano". Se representan muchos colores, ¿verdad? - Sí, tiene mucho color y mucha luz. - Ha pintado muy bien la noche estrellada sobre el río. - Es verdad. Tienes razón. Sobre todo es un gran pintor. A todo mi trabajo individal, realizado en casa; mis compañeros aportaron estos comentarios sobre el cuadro: “Al fondo hay una ciudad iluminada, es una noche de cielo estrellado. Abajo está el río como un espejo y a su orilla una pareja de enamorados. Los colores vivos de la ciudad resaltan sobre el fondo negro de las casas, las luces de la ciudad que parecen llamas se reflejan en el mar como rayos amarillos que le dan color mientras que los barcos navegan. Las estrellas amarillas, también, se reflejan en el espejo del agua destacando en el cielo de color añil azulado. Todo está construido pincelada a pincelada en lineas rectas, sin curvas como en el otro cuadro que describió mi amiga Isabel Fernández. Debe ser una ciudad hermosa. Junto a las dos barcas de la orilla hay como una fuente de luz amarilla que ilumina a los enamorados que pasean bajo la noche estrellada”. María José González Alba.
“Ezechiel” Bueno, no sé por donde empezar, si hablando de Ezechiel o de su pintor. La verdad es que es muy fácil hablar de Ezechiel. Fue un sacerdote profeta hebreo, exiliado en Babilonia que ejerció su ministerio entre el 570 y el 595 a.C. durante el cautiverio de Israel en Babilonia. Este cuadro fue pintado por el gran Miguel Ángel en 1510 en un lienzo muy especial, para mí único. Está pintado en el techo de La Capilla Sixtina Del Vaticano (Roma). Es del estilo del Renacimiento Italiano y por eso al estar pintado en un techo es un fresco. Yo no he tenido la suerte de verlo en persona pero si la suerte de tener una imitación de este cuadro en casa de mi abuela. Su nombre en hebreo significa “Dios fortalece”. Escribió un libro que se titula “Libro de Ezechiel” y en él cuenta las visiones que Dios le revelaba. Entre ellas cuenta que la ciudad santa de Jerusalén será invadida por pueblos extranjeros. Miguel Ángel lo pintó para enseñar las revelaciones del pueblo de Israel. Parece un hombre fuerte y listo porque su realismo es perfecto. Está decorada con estatuas desnuda al estilo Renacentista, como las hacían los griegos y los romanos (esto ya lo estudiamos en la Escuela el tema de la “Época de los Descubrimientos”) Desde pequeño siempre me ha transmitido, no se bien lo qué es, pero cuando lo comento con mi madre siempre acabamos con puntos de vista diferentes: -Mama, ¿Te impresiona este cuadro? -Pues ,claro que me impresiona, Miguel . -¿Por qué, mamá? -Por el movimiento ¿No lo ves, hijo? -¡Ah sí!Es como si la ropa la empujara el viento. -El colorido, también, me gusta Miguel. -Es verdad el rojo de su túnica es único, mamá ¿No te gusta el realismo del cuadro?
-Pues claro que me gusta, ¿te has dado cuenta la perfección en su cara, sus manos, sus pies, su ropa? -Tienes razón mamá. Es perfecto. -Sí, pero lo perfecto seria verlo una vez más contigo. J. Miguel Espina Márquez.
“El duelo a garrotazos o la riña, de Francisco de Goya”
Esto es un duelo a garrotazos que simboliza el enfrentamiento que existe entre los hombres que a través de la violencia, el conflicto o la guerra quieren resolver sus problemas (ya el año pasado trabajamos este cuadro en la Escuela). Vemos a dos hombres enterrados hasta las rodillas que llevan dos fuertes garrotes. La luz que pasa entre las nubes alumbra a los dos hombres peleando. Al fondo se ve un pequeño pueblo o un río. Su cara está ensangrentanda; parece que están casi muertos pero no se rinde; ellos siguen luchando como si nada. Los hombres se están pegando con todas sus fuerzas. Su ropa es de pantalones ajustados, camisas rotas llenas de sangre y una chaquetilla marrón. Están muy sucios y son campesinos. En el cielo hay sólo colores fríos como el celeste con nubes blancas y blandas; y paisaje apagado. En la parte izquierda hay una montaña marrón y pequeña. Es un día triste. La montaña parece un perro muerto o dormido. Yo creo que están en el campo con mucho frío. Es desagradable, representa la maldad de las locuras que hacen los hombres, algo terrorífico, injusto, violento, triste, penoso, tenebroso, etc. -Tú hoy si que estás para que te peguen. - Pues, hoy, tú sí que vas a sufrir de dolor. (Dándole garrotazos en la cabeza y en la barriga) - “Po te lo vas a ganar hoy tú”. -¡Ay! ¡Te vas a enterar! Y así dura la lucha hasta que se maten.
Milagros Beatriz Freire Carbo.
“La
Monalisa”
Dos niños, dos amigos, un día de primavera en el campo se llevaron una copia de un cuadro para describirlo. Era un cuadro de una mujer que parecía china y con un paisaje verde con muchos árboles y arbustos. Empezó Fran y siguió Luís. - Parece que me vigila, mira de reojo, sonríe siempre, parece que se burla. Produce miedo porque te sigue siempre. Con esos ojos sin cejas y sin pestañas, con sombra en sus ojos. Es una mujer seria. - Mira, tiene un velo en el pelo largo. Su frente amplia e iluminada, sin arrugas. Ojos grandes y castaños con mirada apagada, tranquila y oscura. Nariz larga y fina. Boca sonriente, labios finos y carnosos. Barbilla iluminada. La cara sobresale del pelo. Cuello oscuro y corto, gran escote, pechos grandes iluminados. Manos grandes, hinchadas y bonitas. Es una mujer de la burguesía de aquella época pintada por Leonardo Da Vinci. - ¿Y el vestido? El vestido es oscuro y parece de tejido fino, con mangas anchas y arrugadas sobre los brazos. - ¿Y el paisaje? El paisaje apagado, montañoso, con luz de fondo, cielo amarillo verdoso con un río que atraviesa las montañas como una carretera; y cruza un bosque húmedo, como el Arroyo de La Rocina de Doñana. ¿Has visto el puente? Sí, a lo lejos hay un puente de madera pero puede ser de piedra como el puente romano de Niebla. - ¿A ti te gusta el cuadro de La Monalisa? - Sí, porque parece que te mira, vayas donde vayas, y el paisaje es muy bonito. Lo de su mirada es muy, pero que muy divertido. - ¿Te has fijado lo que parece el fondo? - Sí. Parece que la mujer está delante de otro cuadro. - ¿Y sabes de dónde es? - No. ¿Y tú? - Yo no lo sé, pero es de una ciudad muy rara. - Tiene la nariz muy larga. - Sí, y los ojos achinados. - Bueno. ¿Nos vamos a casa? - ¡Venga, vamos! Luís y Fran se fueron para sus casas y al otro día se vieron otra vez y quedaron para describir otro cuadro, porque les encantó. Pablo López Romero.
“Las Meninas” Una tarde de invierno, en el Museo del Prado de Madrid, una chica rubia de ojos azules se paseaba observando las magníficas obras de arte, hasta que una en especial le llamó la atención. El cuadro se titulaba “Las Meninas”. Llena de curiosidad le preguntó a su guía: -¡Qué cuadro tan bonito! ¿Quién lo pintó? -Es un cuadro de Diego Velázquez, pintado en 1656. Es una de sus obras más importantes. -¿Quién es esa niña de pelo largo, liso y rubio que está en el centro de la imagen vestida con un brillante vestido blanco con encajes y flores de colores? -Ésta es la Infanta Margarita, hija de Felipe IV, cuando tenía cinco años. Está acompañada de las meninas que son sus damas de honor, las que llevan vestidos grandes, pesados y celestes, y con el pelo en tirabuzones y con lazos azules. María es la que está agachada junto a Margarita, ofreciéndole una bebida e Isabel es la que está a su izquierda. -¿Quiénes son esas dos pequeñas personas que están junto a la ventana? -Son Nicolás, el chico vestido de rojo con el pelo largo, y la enana Maribárbola, la señora de pelo moreno y reluciente, vestida de azul, que le hacen compañía a la princesa. - ¡Oh, qué perro mastín más grande y peludo hay durmiendo frente a Nicolás! ¿Está intentando despertarle? -Sí, ¿Ves ese señor que está al fondo en las escaleras frente a la puerta, vestido de negro muy elegante? Él es el guardián del castillo. -Lo veo. Pero, ¿Quién es esa monja que está detrás de Isabel? -Ella es la niñera, Marcela, que está charlando con el guardaespaldas de Margarita. Si te fijas en la pared del fondo verás que está repleta de cuadros, pero destaca el retrato de los reyes y padres de Margarita, Felipe IV y Mariana de Austria. -El señor que está al fondo a la izquierda sujetando una paleta de colores frente a un enorme lienzo, vestido con ropa oscura con una cruz roja estampada en el pecho, pelo largo y bigote, es el autor del cuadro, Diego Velázquez, ¿verdad? -Sí, cierto. Es muy bonito como la luz que entran por la ventana y la puerta iluminan toda la habitación, haciendo que todo brille. Bueno, adiós, aquí se acaba la visita. -Adiós, y muchas gracias. Y la chica sonrientemente se fue a su casa muy feliz. Silvia Martínez Hartmann.
“La mujer desnuda” Es un cuadro de fondo azul acelestado donde aparece una mujer que parece que expresa sus sentimiento de una forma desnuda. Parece que está triste porque está escondiendo la cabeza como un niño que llora por la regañina que le echa su madre. Es un cuadro donde la mujer enseña su cuerpo sin vergüenza. Al revés, parece que se manifiesta por algo y yo como soy muy curioso le digo a mi madre : - Mamá; ¿porque los niños nos avergonzamos al ver estos cuadros donde salen personas desnudas ? - Hijo, a ustedes os avergüenza, porque no entendéis el significando de las cosas . Este cuadro esta pintado con acuarela, muy suave porque se ve que en los tonos parece que está como acuoso. En realidad, no sé ni cuándo ni quién ni como lo pintó porque el maestro nos mandó a hacer un trabajo y realizando búsquedas de un cuadro en la web vi este que me gusto mucho. Al principio lo dudé por lo que dije antes en el diálogo porque se que el día que el maestro ponga la foto los niños se van a reír. - Mamá, ¿crees que sería éte un buen trabajo? –Hijo, lo que un buen trabajo es el esfuerzo que le dé cada uno. Cuando llegué a clase y le enseñé el trabajo al maestro le gustó mucho, pero cuando puso el cuadro en la pizarra digital algunos compañeros de clase, como Henrry, empezaron con las risas y comentaban: “las tetas” , “se les ve las tetas”... Al final, el que quiso, realizó comentarios que recojo a continuación: “Es una mujer desnuda y delgada y se ve el perfil de los pechos. Puede estar llorando o pensativa. Pelo largo, rojo y brillante recogido con un mechón que se le cae a la cara; piel blanca como la leche, brazos largos y grandes cruzados formando como un ocho en las rodillas y sobre ellos está echada su cabeza; piernas largas y delgadas, pies grandes donde sus tobillo huesudo sobresalen; entre su espalda curvada y sus rodillas está apretando el abdomen. Parece que se acaba de duchar y está pensativa en el cuarto de aseo y me hace sentir pena, tristeza, miedo...” “Está en una posición fetal”, añadió la Maestra de Práctica, Marta Rocío Larios Camacho, que ayer llegó al cole y va a estar con nosotros hasta el mes de mayo. José León Maraver.