Murales Kané

Murales las calles de Lima se llenan de color.

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KENÉ, la palabra que en shipibo significa diseño.

El Kené, es el diseño artesanal propio de la comunidad indígena amazónica Shipibo-Konibo, un diseño significativo para la cultura indígena.

En esta comunidad se caracteriza la producción artesanal y textil, y gracias a que se siguen plasmando este arte en ellos, el Kené sigue vigente. Un ejemplo de ello son las mujeres del “Colectivo Shipibas Muralistas”, quienes crean murales a base de kené en distintos espacios de Lima.

El antropólogo Francesco D’Angelo Piaggio y Zoyla Mainas quienes forman parte de este gran proyecto, nos cuentan su experiencia en el proyecto conformado, en su gran mayoría, por mujeres que provienen de distintas comunidades de Pucallpa, pero que migraron a Lima entre los últimos veinte y diez años, para establecerse en la zona conocida como Cantagallo. Ellas, realizaban artesanías para venta y obtener ganancias de ello; sin embargo, dejaron de tener ingresos con el tiempo, por lo que recurrieron a contactar al antropólogo D´Angelo, quien les ayudaría a generar ingresos a través de su arte hecho en murales.

Es así que empiezan a generar oportunidades a través de la exposición de su arte en círculos más privilegiados. Actualmente su meta es pertenecer a un circuito o mercado de arte contemporáneo.

“El kené es nuestro diseño antiguo, lo hacían nuestros antepasados. Es algo que no podemos dejar de hacer para que no se acabe nuestra costumbre. Por eso estamos enseñando a nuestros hijos y damos talleres a las personas que quieran aprender.” Zoyla Las personas que pertenecen al pueblo shipibo ven o inspiran el kené a través de distintas visiones. Lo ven en sueños, en ceremonias o luego de tomar plantas medicinales.

El propósito de transmitirlo en murales es causar impacto frente a la violencia que existe en esta ciudad. Buscan quitarle la venda a la gente que socialmente y culturalmente ha aprendido a ponérsela para no ver lo diferente.

En consecuencia, siempre se considera pintar los murales en distintos medios y soportes. Reproducirlo de tal manera que no acabe con el mismo pueblo shipibo, sino que se comparta con otras audiencias. Así se logrará que las personas sean conscientes de que ellos existen y que la riqueza radica en la diversidad.

Es interesante y motivador la perseverancia con la que se intenta enseñar y difundir este arte y queda en nosotros ignorar o formar parte de las manifestaciones culturales

Torres Jazmin

de nuestro país.