CUERPOS CRUZADOS Retratos de la experiencia Drag y LGBTQ+
Agrdecimientos Maria Paulina Jaramillo Agradezco: A quienes desnudaron sus almas y con nosotros un fragmento de sus experiencias en imágenes y textos, a mi familia y amigos que nunca me abandonan, a mi compañera de equipo por su paciencia.
Vanessa Díaz Deseo agradecer a las personas que nos enviaron sus proyectos creativos y confiaron en nosotras para publicarlos. A la profesora Yenny, quien, a pesar de las dificultades, nos acompañó durante el proceso y nos brindó las herramientas para realizar el webzine. A Paulina, mi compañera de equipo, por su paciencia y ser una increíble persona, por no darse por vencida en esta empresa y sacar este proyecto adelante conmigo, apesar de que soy complicada. A mi papá por ser siempre un pilar en mi vida. A mi familia y amigos que me dieron ánimos para superar esta situación tan difícil por la que estamos pasando todos.
¿Qué es Cuerpos Cruasexua El objetivo de este fanzine consiste en visibilizar la experiencia de las personas que hacen parte de la comunidad LGBTQ+ y Drag a través de producciones creativas que nazcan desde su percepción propia de la identidad y del mundo. Cuerpos Cruzados busca que las manifestaciones artísticas ilustren la realidad de vivir y ser parte de estas comunidades en una problemática sociedad. Esto se consigue a partir de los cuerpos cruzados. Van a contra corriente; algunos de las construcciones sociales y otros de identidades personales. Se ven cruzados, incluso, por sus propias experiencias – optimistas en unos, negativas en otros- que dejan marcas, cicatrices, que los quebrantan y les permiten construir lo que son.
Son cruzados porque no entran dentro de la linealidad establecida por nuestra sociedad. Se abren un sinfín de caminos cuya definición es difícil y cada vez más amplia, pero no imposible. Donde se desdibuja un límite, y la dicotomía de lo blanco y negro deja de existir. En su lugar, aparece una enorme tonalidad de grises que pretenden definirse y encontrar un lugar en el círculo cromático que es la sociedad, Buscamos visibilizar lo que hace única la experiencia de ser y pertenecer a una parte de la sociedad que creemos diferente. Nos enfocamos en ver la diferencia no como algo que nos separe, sino como una posibilidad de entablar conexión, conocimiento y empatía. Los cuerpos se cruzan de distintas maneras, no siguen los convencionalismos culturales o morales. Nosotros mostramos que, si bien sus cuerpos están cruzados, son lo que deberían ser.
¿Carta clon o la asexualidad? En las cartas de amor de las colegialas se cargan la libido, la ligereza de un amor volátil en las palabras clonadas… copia de la copia de la grafía robada un paradójico estándar… una joven se enamora de la idea, pero niega a sentir.
Camila M. Pineda
Sistema binario Uno cero
cero Uno
0 uno cero cero Uno cero cero cero Uno 0 Uno cero cero Uno cero cero uno cero cero ‌ Suspiro binario o Tal vez un poema de amor
Camila M. Pineda
¡¿QUE QUÉ?! Inser Hawerd “¡¿QUE QUÉ?!” Fueron las dos palabras que escuché gritar a mi mamá cuando había acabado de decirle que Juan David había sido mi novio. Yo estaba acostado, mientras ella me preguntaba por qué él era tan importante para mí, pues evidentemente no sabía que yo era gay, ni tampoco se esperaba que el chico con el que yo estaba saliendo últimamente, en realidad no era un amigo, sino que había sido mi novio. Siempre me había considerado como una persona que sabía lo que sentía, claro con lo que quería, y que conocía su identidad sexual; pero fue en los ojos de sorpresa de mi mamá que vi cómo todo lo que creía se iba desvaneciendo ante su mirada de confusión. Por eso decidí repetirle lo que había dicho, “Juan David es tan importante para mí porque fuimos novios”. De alguna manera en mi mente ya había planeado cómo saldría el momento, mi mamá dándome un abrazo o diciéndome que no había problema, que podríamos viajar al otro día y podría despedirme de él antes de que se fuera del país. Sin embargo, no fue así.
“¿Yo qué le he enseñado a usted?”, me dijo ella, de una manera demasiado agresiva. En lo único que pensé en ese momento fue en cómo siempre había tenido una idea de mi salida del clóset muy romantizada; creía que iba a ser con mis papás, sentados en una mesa, yo siendo feliz, sintiendo el apoyo de todos, pero en ese momento fue todo lo contrario. No respondí a eso a pesar de estar sintiéndome destruido por dentro, porque de alguna manera ya sabía qué era lo que me esperaba luego, sabía que habían cosas que no debía pasar por alto por el sentimiento. Para mí esa fue una preguntaba que no venía al caso, pues tenía tintes de ser una pregunta homofóbica. Mi mamá se paró de la cama, cayéndole lágrimas de sus ojos. A partir de ese momento el tiempo empezó a transcurrir de manera más lenta. Mi mamá se dirigió al baño, y desde mi pieza, la cual está al otro lado de la casa, se escuchaban sus lágrimas y sus gritos, sentía como si me hubiera muerto para ella.
Un minuto después llegó mi hermana a la habitación, reclamándome y preguntándome qué putas le había dicho ahora a mi mamá. Mi hermana ya sabía que Juan David había sido mi novio, entonces no me preocupaba decirle la misma frase que le dije a mi mamá. La respuesta fue diferente, pero me hizo sentir igual de mal: “Usted si es estúpido, ¿cómo le va a decir eso en este momento?”, salió de la pieza enojadísima, mientras yo cada vez me convencía más de que nunca hubiese habido un momento ideal para salir del clóset.
Luego de que mi hermana saliera de la pieza entró mi papá, me puse nervioso. “¿Qué pasó?”, me preguntó preocupado, así que le dije “mi mamá me preguntó que por qué Juan David era tan importante para mí, y pues le dije que fue porque era mi novio”. Se le notó su cara de shock, y su respuesta fué que fuera a hablar con ella, que estaba inconsolable, así que eso hice.
Mi mamá estaba sentada en la taza, con las manos en la cara y se escuchaban sus gritos. Me puse más nervioso, así que no sabía qué decir, lo único que salió de mi boca fue un “Ma”, pero no hubo manera de seguir, pues su respuesta fue empujarme y gritarme “lárgate para la mierda”. En ese momento sentí cómo todo se derrumbaba, cómo todo en mí se desbordaba. Alguna vez había hablado con una amiga acerca de cómo fue la salida del clóset de su novia, y en ese momento recordé en lo que ella tanto me insistió: “Muy posiblemente tus papás van a llorar, pero vos no podés llorar, vos tenés que estar seguro, porque eso les da seguridad a ellos”, así que luego de eso, solo me fui a mi pieza y sentí como 3 lágrimas caían, solo respiré, me las limpié y me acosté a escribirle a mi mejor amigo. “Mejor amigo quería contarte que mi regalo de Navidad ya me llegó, fue mi salida del clóset, sin embargo, siento que el niño dios me trajo el regalo incompleto, porque mi mamá me dijo que me largara para la mierda, hablaré con él porque quiero mi regalo completo”.
El resto del día 25 de diciembre del 2019 transcurrió aún más lento, luego de tal show a las 4:30 am, no pude negarme a no irme con ellos esa madrugada, tomé las cosas que había empacado y me monté al carro, donde el ambiente no mejoró tampoco, traté de no hablar pues todos sabíamos que el ambiente estaba tenso por lo que yo había dicho, sentía cómo al yo decir algo mi mamá hacía como si nadie estuviera hablando, sentía que me había muerto para ella. En el camino hacia Manizales fue como si estuviera haciendo un recuento de mi vida, pensando sobre mí, sobre mis cosas, decisiones, pero sin arrepentirme de ellas, porque cada una de las cosas que hice, dije y viví, fueron las que me llevaron a ese momento.
En la noche, cuando estábamos en Pereira, mi papá me preguntó que si ya había arreglado las cosas con mi mamá, mi respuesta fue que no eran cosas fáciles de arreglar, que no era tan fácil de hablar, “¿Qué fue lo que le dijiste?”, me preguntó, y en ese momento mi vida se frenó de nuevo, mi papá durante todo el día había sido amable, me había abrazado y había estado normal conmigo, pero ahora no podía creer que tendría que pasar por lo que pasé en la mañana, porque él no me había entendido, “le dije que Juan David es tan importante para mí porque fuimos novios”, abrió sus ojos, pero luego de eso se empezó a reír, era una risa sincera, y nos empezamos a reír los dos, “Cómo así Inser, ¿a usted no le gustan las mujeres”, yo solo negué con la cabeza, y él dijo entre risas, “Y usted va diciendo eso así como así?”, y yo asentí. Esa noche llegué a una conclusión de todo ese 25 de diciembre lleno de sorpresas, gracias a esa última pregunta que me hizo mi papá, y era que las cosas no mejorarían de un día para el otro, o quizá no mejorarían, pero yo sí tenía que mejorar, no podía ocultarme o reprimirme más, siempre iba a tener una salida del clóset y tenía que empoderarme y decir con total seguridad “Soy Inser Hawerd, y soy gay”.
Mi mamá se quedó en Pereira con su familia, y el resto nos íbamos para Ibagué con la familia de mi papá, a pasar el resto de las vacaciones. Lo que pasó de ahí en adelante no fue mucho, la relación siguió tensa entre mi mamá y yo, y hablábamos de vez en cuando y relativamente poco. Siempre me preguntaba cómo estaba, y yo siempre decía que bien, pero realmente me sentía destruido porque la persona a la que tanto amaba me había mandado para la mierda. No obstante, la verdadera prueba fue el 19 de enero, donde nos sentamos a hablar mi mamá, mi papá y yo, y donde les dije con seguridad que soy gay, pero el panorama no mejoró. Mi mamá solo dijo que iba a ser algo que ella no entendería y que no apoyaría, me sentí de nuevo en la inmunda, pero mi vida no tendría que frenarse por eso, debía seguir sintiéndome seguro de lo que soy.
Ese nombre que duele Anónima
Aun recuerdo como era tenerla cerca de mí, era una sensación tan nueva y abrumadora, que al tratar de recordarla siento que no logró atrapar los recuerdos suficientes. Todo llega en desordenados fragmentos que me aturden, al darme cuenta de la gran mentira que fue todo. Después de un tiempo mirarla dolía; el cuerpo me fallaba al ver cómo tan solo una semana habían sido suficientes para que me olvidara. Yo seguía aún llorando por ese primer amor que había sido muchas cosas, menos esperado, pues me enamoré de una mujer. Cuando Borges escribió “El amenazado”, se debió sentir, así como yo, porque “el nombre de una mujer me delata/ Me duele una mujer en todo el cuerpo.” Creo que una parte de mí siempre supo, desde el instante en que la miré a los ojos, que esto iba a pasar, que me iba a destrozar el corazón. No por nada que dijese o hiciese; fue sólo un pensamiento que se quedó haciendo ecos en mi mente, desde el día en que la conocí hasta el día en que me rompió en mil pedazos.
Todo pasó de forma extraña, el tiempo con ella fue un tiempo diferente a todo. Sólo fueron tres meses, pero se sintió como una eternidad en la que me convencí a mí misma de estar feliz, aun cuando cada día después de verla yo volvía casa en el último tren con la cara pintada por una multitud de tonalidades rojizas que aparecen cuando lloro.
Su mundo y el mío eran, y aún lo son, diferentes. El suyo es demasiado brillante, ruidoso… es demasiado para alguien como yo que ni siquiera sabía quién era realmente. Pero el amor era algo demasiado nuevo para mi, y más aún haberlo encontrado en una mujer. Tal vez ella supo con sólo mirarme, que yo sería una presa fácil… No sé si en algún momento podré volver a sentir lo que sentí por ella, no sé siquiera si debería querer volverme a sentirme así…
Poco a poco me fui perdiendo, sus miradas ya no aceleraban mi corazón; sólo despertaban esa solitaria herida del tiempo llamada nostalgia que se abría paso en mi pecho, dejando una sensación de vacío. Aun dolía el recuerdo de cuando creí que todo era verdad. Lentamente me fui perdiendo, al ver cómo sus ojos miran otros rostros con ese brillo que alguna vez pensé mío. Cuando sus labios sustituyen mis besos por otros, sin remordimiento; un sentimiento de angustia se esconde en mi mirada, mis ojos siempre la encuentran, y vuelven a ella una y otra vez, aunque yo no quiera. Ella fue efímera, felicidad pasajera, que tras una corta temporada emigró; su sonrisa fue luz temporal.
LA GONORREA QUE SE ROBÓ MI CORAZÓN Ken
Mirar hacia atrás y recordar cómo se sintió mi cuerpo, cómo se elevó mi mente, cómo se detuvo mi corazón y cómo se iluminó mi alma con el simple hecho de que mi piel entrara en contacto con la tuya, es solo un vil recordatorio de que no eres mío. Porque lo recuerdo, lo revivo infinitas veces en mi cabeza y aún así, jamás lo volveré a tener. Intentar convencerme de que estás súbitamente fuera de mi mente y de mi corazón es tan absurdo como pretender que algún día, en algún capricho irracional del destino, llegues a mis brazos. Y es que en realidad trato de borrar los restos de tu toque en mi cuerpo, me fuerzo a desdibujar la sonrisa que aparece al ver tu foto, al recordar tus besos o simplemente al pensarte; pero aun más importante, me culpo por cada lágrima que derramo inmediatamente después. ¿Por qué me culparía? Yo no hice nada malo, mi único error fue, tal vez, amarte, y es que me cuesta incluso decirlo, porque suena absurdo, ¡ridículo!,
llegar a amar a alguien sin que él te dé razones, es estúpido dejarse dominar tan profundamente en solo un par de días. Pero bueno, ¿cuándo ha sido racional el Daniel enamorado? Es muy frustrante, porque siempre he sido un hombre de razones. Lo más curioso, y a su vez frustrante, es la incógnita, la duda, de si este caudaloso río de sentimientos tienen su origen en ti o en un Sebastián ficticio e imposible que yo mismo fabriqué en medio de mi desesperada necesidad de amor y cariño. Realmente, ni siquiera entiendo por qué escribo esto, ¿a quién pretendo hacerle entender este dolor? Evidentemente a ti no, o por lo menos eso espero, pues ya me quedó completamente claro lo irrelevante que soy para ti. Me llenó de ira y tristeza al entender que tanto sufrimiento es en vano, que así te lo revelará, no te importaría. A lo mejor, debo aprender a vivir con esto, pues el tiempo se ha encargado de mostrarme que no importa lo que pase... Mi corazón siempre será tuyo.
ME EXTRAÑO CONTIGO Y ANTES DE TI Pablo Tabares Rodríguez
I. Abro los ojos, me miran, pero en casa no se enteran, que cómo estoy, que qué tal mi vida, las amigas y el ciclo de una ciudad encontrada en su uso. Camino, llevo mis días en el bolsillo, el tiro de aquel disparo que lo cambió todo y me lo trago todo, porque así es mejor, porque, bueno… lo siento, pero, ¿y entonces? No es fácil digerir un primer amor y menos cuando te mató de esa manera: “Ojalá no hubiera sido tan cobarde” pienso, pero, el que lo maté fui yo. El tiempo ya no me pesa, tengo las fronteras de mi patio abiertas hacia la calle, avanzo, me detengo, me cuestiono, me abrazo por partes. Esta es la historia metafórica de un corazón nacido en la ciudad, de una búsqueda temprana de un amor tardío, de un amor que me costó, de un descubrimiento de una identidad que acompaña mi esencia natural y que la adorna como si germinara en el fondo de mis angustias. Es una línea de tiempo de colores y sensaciones que comprenden la oportunidad de poner en palabras los sentimientos tan tácitos que ahora florecen desde y para el alma.
Quizás un comienzo borroso sea una tarea apurada y compleja para un sentimiento encontrado en el fondo de cada esencia humana, pero de cierta manera, todos recordamos, de manera onírica o sustanciosa, la forma en que se significó un primer amor, o varios, puesto que amamos cosas nuevas a cada rato, y siempre, desde una manera nueva, única e impetuosa. Es así, pues, que nacemos con cada amor, sea este una proeza o un acto de rebeldía para el deber ser del alma, la cual está destinada a ser lo que debe ser. Esta es la historia de mis primeros amores.
II. Podría usted perdonar un alma curiosa, que, aunque vencida por el miedo es incapaz de negar su verdadera naturaleza. Vería que lo siento, vería que sigo acorralado, quizá usted no lo sepa, pero, no sé vivir. Y mis esfuerzos no han contado mucho los últimos años. Es distinto, lo sé, pero, ¿tengo filo en mi mirada? ¿O acaso le apuñalo con indiferencia y odio? Sepa que mi intención no es rechazarlo, el actuar de un corazón herido puede ser misterioso en algunos casos. No sé si se trata de mirar bien, o yo de permitirme a usted. Pero, qué se suponga que yo deba hacer, el terror ha germinado en mi corazón; y sí, terror a gente como usted, que siendo yo, no cree de igual forma. ¿Sabe algo curioso? Soy egoísta. Creo en mi alma y no en la de alguien más; no alguien como yo, aclaro. ¿Tienen todas las sonrisas gratas respuestas? Desearía que sí. ¿Hasta qué punto existe la perfección? Si es que existe, claro. ¿Y dónde no? ¿Estaré perdiendo mi tiempo? Pareciera que sí, no daré el primer paso, no me abrazo nada. Lamento verle y no ir corriendo, no aventurar un cruce de acciones premeditadas, impulsos y latidos de sensaciones que erizan el aura y de seguir aquella vocecita sub-consciente –y quizás psiquiátrica– de “ve, hablale pues”.
Vivimos entre flores y nubes del mismo valle azul y grisáceo, nos cubre la solemne agonía de las noches en que los cristales han cesado toda gota de licor. Somos hijos de la mañana, somos semillas de familias que con lágrimas condenan. Rompemos la cultura. Nos educamos en tendencias egoístas, nos cuestionamos y juzgamos como lo hacen los correctos; somos “contra-natura”.
Estaba un poco perdido; confuso quizás sería un término acorde al encuentro que uno tiene con uno mismo cada periodo de tiempo. Es que… de verdad, ¡ponerse a sentir es una cosa terrible! uno no sabe en qué momento todo se volvió como si fuera relevante, “que vaina” pienso, y es que no hay instrucciones para esto, o si las hay, pues que me digan dónde. Porque, al final, yo seguí caminando.
III. ¿Qué hicimos con el amor qué teníamos? La respuesta es distante, corta el aire, desmorona mi humanidad, no soy para nada, no soy para nadie, no para mí. Llegaste en el mar y te sentaste en las montañas frías, pero todo lo diste cálido. Ahora no está. Ahora estoy aquí, con las carreteras vacías por tu ausencia, con un tiquete viejo en el bolsillo y una terminal que ya no es mía. ¿Qué si duele? –Breve. Sólo cuando me quiero angustiar y disponer a no ser tan fuerte. Esto si me pesa. Lastimas mi corazón nene, ¿Lo sabías? Lo lastimas con tu amarillo, con tu barba hecha churruscos, con tu remera y tu ramo de flores. Me lastimas con esos ojos, que son míos, con tu boquita apretada y con la luna en la espalda. Me lastimas.
¿Por qué si nos amamos tanto no estamos mejor, no florecimos? Me visitas cada noche sin mi permiso, llegas, te quedas como si para siempre y me haces volver a creer. Despierto, te marchas, no estás, escucho tu voz, estoy en trance. Quiébrame con tu ausencia, aléjame de mi dependencia que, oh cuerpo que eres tú. Huye, escápame de mí. Hazme sentir que no me necesitas.
Me hiciste abrazar todo lo que soy y todo lo que he sido, eso debería salirme muy caro.
¿Ahora qué hacer?
IV. Primero, respirar; segundo, recogerse el alma; tercero, encorajar el corazón; cuarto, no tengo idea. Ah, eso sí, apreciar mi humanidad que, ahora doliente, frecuenta la ventana, la cotidianidad, los pasos. ¿Es muy fuerte? Quema el aliento sin necesidad de un respiro. Se han pasado unos cuantos caminos, y se siguen pasando, en la ciudad encontrada en su uso. Ya no frecuentan las apariciones espectrales, susurros perdidos de puertas semi-abiertas que fueron en algún momento encuentro y provocación de nostalgias. Corremos en la acera, nos vestimos con las nubes y partimos en el bus de las 12:30. El semáforo da la señal, verde, ponemos marcha al sur. Me abrazo, me abrazo mucho, encontramos libertad en la brújula interna y no miro atrás. El amor se me fue hasta los pies y de ahí no hay pisada que no resista mi entrega a lo que quiero. Ser, sentir y crear. Los amores llegan ahora por botella con mi forma y me acaricia el sol. Somos historia. Soy historia.
IV. Primero, respirar; segundo, recogerse el alma; tercero, encorajar el corazón; cuarto, no tengo idea. Ah, eso sí, apreciar mi humanidad que, ahora doliente, frecuenta la ventana, la cotidianidad, los pasos. ¿Es muy fuerte? Quema el aliento sin necesidad de un respiro. Se han pasado unos cuantos caminos, y se siguen pasando, en la ciudad encontrada en su uso. Ya no frecuentan las apariciones espectrales, susurros perdidos de puertas semi-abiertas que fueron en algún momento encuentro y provocación de nostalgias. Corremos en la acera, nos vestimos con las nubes y partimos en el bus de las 12:30. El semáforo da la señal, verde, ponemos marcha al sur. Me abrazo, me abrazo mucho, encontramos libertad en la brújula interna y no miro atrás. El amor se me fue hasta los pies y de ahí no hay pisada que no resista mi entrega a lo que quiero. Ser, sentir y crear. Los amores llegan ahora por botella con mi forma y me acaricia el sol. Somos historia. Soy historia.
Presentación de autores Camila M. Pineda
Se identifica como asexual. Es estudiante de Estudios Literarios en la UPB.
Inser Hawerd
18 años, estudiante de Licenciatura en Filosofía y Letras en la UPB.
Ken
Soy un rumor, un conjunto de casualidades que no tienen rumbo ni fundamento. Deambulo de aquí para allá esperando que alguien se percate de mi presencia. No se de donde vengo ni hacia dónde voy, pero sigo avanzando, impulsado por la esperanza de que algún día todo cobre sentido.
Pablo Tabares Rodríguez
23 años años y del municipio de Bello.
Anónima
Una niña a quien le da pena hasta el nombre.
Ilustración por Laura Isabel Hernandez Ospina Fotografías cortesia de Vladimir Ramírez, fundador del colectivo New Queers on the Block. Tiene dos personajes: vlodymery y la tía Gladis. Drag instagram es @vlodymery. Las fotografías en proceso de maquillaje fueron tomadas por la fotógrafa @aniaskorek en 2019 para la Marcha del Orgullo Gay.