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La urgencia de una formación más adecuada de los sacerdotes, seminaristas y laicos

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TALLER 17

Leer el Numero 86 y responder la pregunta

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La urgencia de una formación más adecuada de los sacerdotes, seminaristas y laicos

86. Como corolario de esta propuesta, no se puede pasar por alto la urgencia de una formación más adecuada de los sacerdotes, seminaristas y laicos (incluidos los matrimonios) en el ministerio de acompañamiento de los jóvenes al matrimonio. Abordar sistemáticamente la

formación y actualización de los sacerdotes/ religiosos y agentes de pastoral, con vistas al catecumenado matrimonial, es indispensable para superar los viejos hábitos y capacitarlos en un estilo de acompañamiento, así como en el conocimiento de contenidos (teológicos, morales, bioéticos y espirituales) adecuados a la realidad de las parejas de hoy, que a menudo ya están conviviendo y tienen hijos cuando se

acercan a la Iglesia para casarse.

En muchos contextos pastorales, en particular, se ha hecho indispensable una formación de los seminaristas y de los sacerdotes más centrada en los nuevos desafíos de la pastoral matrimonial y familiar, incluidas las cuestiones relacionadas con la moral sexual, la moral conyugal y la bioética, que ahora forman parte de la vida cotidiana de las familias en muchas partes del mundo. Para una efectiva y eficaz participación de los cónyuges como agentes de pastoral, es indispensable comprender el vínculo de complementariedad y corresponsabilidad eclesial que existe entre el ordo sacerdotalis y el ordo coniugatorum, para abrir la acción de los sacerdotes a una mayor colaboración con los laicos y las familias, reconociendo sus significativas funciones pastorales en las parroquias y a nivel diocesano. A menudo, lo que falta en muchas realidades locales es precisamente la posibilidad de que los cónyuges tengan espacios para actuar en la pastoral, como cónyuges. En efecto, es indudable que para expresar el carácter misionero de la pastoral matrimonial, junto al acompañamiento específico de los pastores, es necesario el testimonio de las familias y de los cónyuges: en este sentido, no es bueno separar ecclesia docens y ecclesia discens, precisamente por la rica y concreta experiencia de vida nupcial y familiar que poseen los matrimonios.

Preguntas

para profundizar

1. ¿Cómo se puede motivar la adecuada formación de los seminaristas y de los sacerdotes para que acojan positivamente estos procesos? 2. ¿Cómo darle más protagonismo a las familias en la pastoral familiar?

3. ¿Qué espacios de formación podemos empezar a desarrollar para que los esposos vivan su protagonismo en la pastoral de la Iglesia?

Importante formular un compromiso, nombrar responsable de la próxima reunión, hacer un compartir y una oración comunitaria.

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