Historia del SGC - Cap03 1938-1968

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CAPÍTULO

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El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968 «Con la fundación del Servicio Geológico Nacional llega para Colombia el despertar de los estudios geológicos. […] Bien se puede asegurar que el progreso de nuestro país en los últimos años debe valorarse más por el adelanto de los conocimientos geológicos que por el avance de las vías de comunicación». Cruz et al (1971)

Creación del Servicio Geológico Nacional Según palabras de José Royo y Gómez en el borrador de su informe sobre el Museo (1950, véase el Anexo II: “Catálogo del fondo documental José Royo y Gómez”), la CCN «prácticamente había desaparecido» en 1938, y era casi nula la actividad geo‑ lógica básica e investigativa del Estado. Así pues, a pesar de los antecedentes y esfuerzos mencionados en los capítulos anteriores, los miembros del SGNC encontraron en 1939 que Colombia no había alcanzado un“desarrollo”científico, tecnológico y de infraestructura suficiente. Parti‑ cularmente, en aquella época, las referencias científicas colombianas seguían siendo obras ancladas en el pasado que, aunque validadas por el mundo europeo, no esta‑ ban inscritas en el podium de la ciencia paradigmática, a pesar de que esto no deba considerarse en sí mismo como una condena. El contraste entre las necesidades del Estado y de las “potencias extranjeras” ‑dado al auge de la exploración petrolífera y minera- y la falta de instituciones es‑ tatales de investigación, puso en evidencia la ausencia de un servicio geológico que evaluara y validara los trabajos presentados ante o por el Departamento de Minas y Petróleo del Ministerio de Industrias, y que, además, adelantara investigaciones propias.


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▲  Decretos de conformación del SGNC, tomados del Diario Oficial: a y b) Decreto 2404 de 1938 (31 de diciembre) por el cual se organiza el Departamento de Minas y Petróleos del Ministerio de Economía Nacional


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El Gobierno del presidente Eduardo Santos no tardó en darse cuenta del vacío institucional que obstaculizaba el conocimiento del territorio y la explotación de sus recursos. Ante tal situación, se realizó un nuevo intento en este sentido, aprove‑ chando la creación del Ministerio de la Economía, que remplazó el Ministerio de Industrias. Mediante el Decreto 2404 de diciembre de 1938, que empezó a regir a partir del primero de enero de 1939, se creó en categoría de sección, dentro del área de Ingeniería General, el Servicio Geológico Nacional, pero esta vez «con una orga‑ nización diferente […] y con funciones más apropiadas a una entidad como ésta», según palabras de Royo y Gómez en el borrador de su informe de 1950. En este punto cabría preguntarse si el Servicio Geológico fue realmente la pro‑ longación de la Comisión Científica Nacional. La respuesta es afirmativa, al menos parcialmente. Según relata Royo y Gómez en un documento titulado El Servicio Geológico Nacional (1944, véase el Anexo II), «en 1938 se organizó esa Comisión Cientí‑ fica [la CCN], creando 3 comisiones de terreno que deberían contar con un geólogo y un ayudante cada una, además de un geólogo-jefe, un geólogo-consultor y un en‑ cargado del Museo y Laboratorio. De momento, no existía personal con quien cubrir esas plazas pero, de hecho, sirvió esto de base para el Servicio Geológico Nacional». Si bien el SGNC se perfiló como una “nueva entidad” y su posterior historia así lo ratifica, en el articulado que la constituyó figuraba específicamente que debería coordinar y continuar los trabajos realizados por la CCN, además de que reflejaba el mismo espíritu que había dado origen a ésta en 1916. En el Artículo 3º del Decreto 2404 de 1938 (diciembre 31) se anotaba que corres‑ pondía al Departamento de Petróleos, y específicamente al Servicio Geológico, los siguientes asuntos: «Su principal función es la de levantar el mapa geológico del país, con las investigaciones económicas consiguientes; coleccionar las muestras y organizar el Museo Geológico; rendir informe pormenorizado de todas sus exploraciones a la Sección Técnica [del Departamento de Petróleos], cumplir las observaciones y solicitudes que de dicha Sección reciba». Con relación al personal, el Decreto 2404 estableció los cargos y sueldos que se aprecian en la Tabla 8.   Tabla 8.    Personal del Servicio Geológico 1939 Cargo

Sueldo

Geólogo jefe

$ 350.oo

Geólogo consultor

(a contrato)

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Cargo

Sueldo

Geofísico

Geodesta

$ 300.oo

Director del Museo Geológico

(a contrato)

Petrógrafo

(a contrato)

Ayudante de petrógrafo

$ 250.oo

Paleontólogo

(a contrato)

Tres comisiones integradas así: Geólogo jefe

$ 360.oo

Geólogo ayudante

$ 300.oo

Topógrafo

$ 250.oo

Así, sería un grupo de 13 a 14 profesionales en diversas áreas de las ciencias de la Tierra el que debería afrontar la tarea del conocimiento geológico sistemático del territorio colombiano. A este personal habría de sumarse un geólogo perteneciente a la Sección Técnica. Por fin se contaría, al menos en ele papel, con un personal me‑ dianamente suficiente para tal fin. Benjamín Alvarado Biester fue nombrado geólogo jefe, al tiempo que trabajaba como Jefe de la Sección Técnica en la Comisión de Estudios de la Riqueza Minera. A mediados de abril de 1939, llegó desde Francia al país el geólogo y paleontólogo español José Royo y Gómez quien fue el segundo profesional del SGNC. En sus propias palabras: «no había más geólogo, integrando aquella Comisión Científica Nacional, que Benjamín Alvarado Biester [nombrado Geólogo-Jefe, a la par que la‑ boraba como Jefe de la Sección Técnica en la Comisión de Estudios de la Riqueza Minera], y el resto del personal (algún topógrafo y dibujantes) estaban confundidos con el del Departamento de Petróleos, en el Ministerio de Economía Nacional. El Laboratorio y Museo geológicos [a 1944 Laboratorio y Museo Petrográficos de la Sección 4ª, pero pertenecientes entonces al Departamento de Petróleos] llevaban años sin funcionar y el que suscribe no tuvo inconveniente en desescombrarlos y ponerlos en marcha, al mismo tiempo que ejercía las funciones de Geólogo, Jefe de Comisión de Terreno», cargo que asumió en abril de 1939. B. Alvarado, sintetizó sus propias ideas y las planteadas en diversos proyectos presentados con anterioridad (por personajes como Roberto Scheibe, Emil Grosse, John W. Butler y Julio de Mier Restrepo) en un plan para reorganizar el Servicio el cual presentó junto con su Informe anual de junio de 1939. En él, estableció un orga‑ nigrama con 3 grupos principales: Geología Económica, Geología de Petróleos y Geología Aplicada a la Ingeniería, y los grupos auxiliares, de Laboratorio y Museo,


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Archivo-Publicaciones y Secretaría. Sin embargo, la ausencia de algunos profesiona‑ les especialistas y la necesidad de personal en otras dependencias, no consideradas en el decreto, obligó a ajustar ligeramente el organigrama general: se obviaron los cargos de geodesta y geofísico, e incluyeron los de jefe de publicaciones, dibujantes, secretaria y preparador. A estos 2 personajes se sumaron otros científicos extranjeros que entraron a formar parte del SGNC entre 1939 y 1940. En el Plan reorgánico para el SGNC (Al‑ varado y Mendoza, 1939) se lee que: «Por falta de personal competente, los nuevos cargos de técnicos especialistas se cubrieron con personal extranjero bajo contrato» y continúa describiendo el personal y los cargos respectivos «como geólogo consultor el doctor Thomas Clemens; jefe de museo y laboratorio, el doctor José Royo y Gómez […], luego debió encargarse también de la jefatura de los trabajos de la Comisión de Ingeniería Geológica; el doctor Wallace G, Fetzer como geólogo asesor en los métodos y sistemas empleados en el U.S. Geological Survey y a su vez jefe de la segunda comisión dedicada a la exploración de petróleo. A principio de 1940 formó parte del Servicio Geológico el geólogo Víctor Oppenheim, para encargarse de la comisión de estudios geológicos regionales, destinados al levantamiento del mapa geológico, labor que a su vez, permitió la prospección de los depósitos minerales de interés económico. A fines del mismo año, entró el geólogo suizo doctor Eduard Raymond para la Sección de Geología Económica». En febrero de 1940 se aprobó la modificación sugerida por B. Alvarado en cuan‑ to a la planta de personal, la cual quedó de la siguiente forma: un geólogo-jefe del Servicio, un mecanógrafo, un jefe de publicaciones, 2 dibujantes, 3 geólogos, 5 to‑ pógrafos, un petrógrafo, un petrógrafo ayudante.

Etapas del Servicio Geológico Nacional (1938 – 1968) Hubiese sido que, al menos entre 1938 y 1958, la escisión ideológica en los gobiernos colombianos (liberales y conservadores) causase cambios en la situación general de la ciencia y la tecnología, particularmente en la institucionalización de la geología, un sector íntimamente ligado a las políticas gubernamentales con relación a los re‑ cursos minerales y energéticos. Sin embargo, los cambios fueron más de orden buro‑ crático y personal que de tipo ideológico, tal como se colige de las similares políticas intervencionistas de liberales y conservadores, más orientadas al inversionista ex‑ tranjero que al nacional. Por ejemplo, durante el Gobierno de Mariano Ospina Pérez

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FALTAN IMAGENES

▲  Proyecto de organización del SGNC 1939: a) Estructura del Departamento de Petróleos, Sección Técnica; b) Organigrama del Servicio Geológico Nacional


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se suprimieron algunos impuestos a los inversionistas foráneos, se dieron facilidades para que las corporaciones transnacionales tuvieran más ingerencia en las decisio‑ nes relacionadas con la transferencia de tecnología, y se suavizó la legislación. Ésto permitió que se vincularan con sus capitales a la llamada“segunda fase de industria‑ lización en Colombia”para producir bienes y capitales, estimular la exploración y ex‑ plotación de nuevos pozos, y la construcción del oleoducto Barrancabermeja-Puerto Berrío (Del Hierro, 1950, Poveda, 1979; Tovar, 1984). Sin embargo, la acción política que más directamente influyó en la institucio‑ nalización de la geología en Colombia (al margen de la creación del SGNC bajo el gobierno liberal de Santos) fue la reversión al Estado de la Concesión de Mares, para ser administrada por la Empresa Colombiana de Petróleos (ECOPETROL). Al mismo tiempo, se construyó el oleoducto Puerto Salgar-Bogotá, y se inició la del de Puerto Berrío-Medellín. La refinería de Barrancabermeja se benefició con varias partidas extranjeras. La educación profesional de los dirigentes conservadores de esta época, Ma‑ riano Ospina Pérez y Laureano Gómez, ambos ingenieros (el primero de minas y el segundo civil) y con alguna experiencia laboral en esos campos, se expresó clara‑ mente en su interés por el desarrollo de las obras públicas y de la ciencia aplicada, con injerencia directa o indirecta del SGNC en la ejecución de estudios. Se puede decir que las diversas épocas de agitación socio-política en Colombia marcaron el devenir del Servicio Geológico Nacional, que sufrió varias reestructu‑ raciones y cambios en sus prioridades y objetivos. Cada gobierno o dirección mo‑ dificaba o dejaba inconclusas las iniciativas del anterior, o simplemente agregaba otras prioridades, afectando también a la empresa privada (Safford, 1985). Esta situación permite diferenciar unas etapas institucionales e hilar mejor la historia del SGNC. Algunos períodos coinciden con cambios de nombre (Instituto Geo‑ lógico Nacional de Colombia y División de Estudios Geológicos) sin que por ello haya cambiado su finalidad, que en resumen fue el estudio geológico del país, la elaboración de la carta geológica correspondiente y la evaluación de la riqueza minera, incluyendo los yacimientos metálicos, no metálicos, hidrocarburos y aguas subterráneas.

Etapa entre 1938 y 1947 Aspectos estructurales y administrativos. El SGNC, creado a la sombra del Ministe‑ rio de la Economía, fue adscrito en 1940 a la Sección Técnica del nuevo Ministerio de Minas y Petróleo que reemplazó al Departamento que había funcionado en el Ministerio de Industrias, con el objetivo de robustecerlo tanto en personal como en

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▲  Algunos integrantes del SGNC 1940-1948: a) José Royo y Gómez y Benjamín Alvarado B.; b) R. A. Stirton y Alejandro del Río; c) Vicente Suárez Hoyos y Roberto Sarmiento Soto; d) Topógrafo Manuel I. Varón y un representante del invaluable personal auxiliar de campo (foto de José Royo y Gómez)


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dependencias auxiliares, como laboratorios. En su nueva ubicación, el SGNC recibió un gran apoyo por parte del nuevo ministro, aunque este traslado administrativo sig‑ nificó que el Servicio orientara su labor casi exclusivamente a la geología económica, a pesar de conservar los objetivos dispuestos en su nacimiento. Pasados más de 3 años desde su fundación, a mediados de 1942, el SGNC fun‑ cionaba, aunque no como deseaban su director y el personal profesional, quienes trabajaron para aprovechar el respaldo de los Ministros de Minas y Petróleo Juan Pablo Manotas y Néstor Pineda. Con el paso del tiempo el Servicio creció a partir de sus 5 primeros integrantes, pues se fueron agregando, y en ciertos casos substituyendo a algunos de aquellos, los jóvenes geólogos nacionales, ingenieros que regresaban de los Estados Unidos en donde habían estudiado becados por el Ministerio, quienes deberían prestar al menos 4 años de servicio al Gobierno por compensación de tales becas. Ellos eran: el ingeniero José Sandoval (M.Sc. en Petrología de la Universidad de Columbia); el ingeniero de minas José Vicente Suárez Hoyos (Geología general, Universidad de Minnesota); el ingeniero Gilberto Botero Restrepo (Postgrado en Paleontología en la Universidad de Chicago); el ingeniero Luís Alejandro del Río (Postgrado en Geofísi‑ ca, Universidad de Colorado); y el ingeniero de minas Hernán Garcés G. (Geólogo general, Universidad de Chicago). Con el nuevo personal profesional especializado, el SGNC logró la organización proyectada en su creación y, después de 24 años de esfuerzos, el Gobierno contaba con una institución compuesta por profesionales extranjeros y colombianos especia‑ lizada en el estudio de la geología y sus aplicaciones prácticas. Así, en 1944, el SGNC contaba con una planta de 10 profesionales: los geólogos Benjamín Alvarado, Ro‑ berto Sarmiento Soto, Gilberto Botero Restrepo, Alejandro del Río, Hernando Gutié‑ rrez, Fernando Pava Silva, Clímaco Palau, Edouard Reymond, José Royo y Gómez, y el ingeniero Vicente Suárez Hoyos. No cabe duda que el SGNC, a la altura de 1944, era un cuerpo ya formado que había demostrado con creces su capacidad e idoneidad para el trabajo que se le había encomendad; había llegado «el momento oportuno para darle mayor estabilidad y para concederle un margen de facilidades que permitan el desarrollo total de sus actividades en pro del progreso y la economía nacionales […]», según palabras de Royo y Gómez (1944). Más allá de lo netamente científico expone que una de las necesidades perentorias era la de «consolidar la obra realizada estableciendo de‑ finitivamente el “Servicio Geológico Nacional” como tal entidad y darle categoría de Sección dentro del Ministerio». No olvidó la importancia de equipos de campo, laboratorios, talleres y de la Biblioteca, haciendo hincapié en la necesidad de man‑ tener e incrementar el intercambio y consecución de publicaciones, especialmente de las referentes a Colombia y países aledaños, así como libros de textos, journals,

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Microhistoria 2

Creación de la Biblioteca del Servicio Geológico Nacional de Colombia

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demás del personal técnico y científico del SGNC, algunos de los que se podrían denominar “grupos auxiliares” desarrollaron una labor importante en la institucionalidad de la geología colombiana, y crecieron a partir de los primeros pasos de 1939.. Es el caso de la biblioteca, de los laboratorios y el Museo, y del grupo o sub-sección de Publicaciones (sin lugar en el organigrama de Alvarado de 1939 y sin funciones específicas). Las labores inicia‑ les de este grupo, que se convertiría posteriormente en lo que serían las dependencias de Archivo y Dibujo Cartográfico, se llevaron a cabo gracias al trabajo adicional y voluntario de topógrafos y geólogos del SGNC, quienes colaboraban con la función básica de preparar las futuras publicaciones de los informes técnicos en la CEGOC, así como la catalogación de in‑ formes, mapas y fotografías aéreas. En 1943 se llevó a cabo el inventario del material (tres mil planos y fichas correspondientes), mediante una labor oficial ejecutada por el cartógrafo del Ministerio, Antonio Tomic. Los servicios de esta dependencia derivaron hacia la reproducción heliográfica solicitada por las entidades privadas y oficiales (especialmente el Ministerio de Minas y Petróleo), y más adelante al dibujo cartográfico y la producción física de diversas publicaciones de INGEOMINAS. El Laboratorio, el Museo y la Biblioteca tienen como protagonista común en sus pri‑ meros años a José Royo y Gómez. Sin embargo, en el caso del Museo Geológico su historia detallada será expuesta en el Capítulo 5 pues es considerada por el autor de esta obra como uno de los sucesos científicos más interesantes que se sucedieron bajo el amparo del SGNC. A continuación se dedicará un breve espacio a la reseña del devenir de la Biblioteca Geoló‑ gica y del Laboratorio. La Biblioteca. El primer bibliotecario del SGNC fue, indirectamente, José Royo y Gómez, quien dispuso de unas obras generales y algunas especializadas de geología, petrografía y mineralogía encontradas en una vitrina de lo que era el salón de muestrario de rocas, cuando se proponía organizar un museo. Según lo escrito por Royo, en uno de sus informes admi‑ nistrativos del 20 de enero de 1940, eran « […] algunos muy buenos e indispensables para nuestros trabajos, siéndome grato reconocer que su hallazgo me produjo intensa alegría», sin embargo, « […] aunque buenos, eran deficientes». En sus propias palabras, los objetivos de su tarea al respecto eran completar la bibliogra‑ fía colombiana que, «faltaba casi toda […] y de los países próximos, así como monografías relacionadas con el tipo de minerales, rocas y fósiles que se encuentran en Colombia. De


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boletines y revistas especializadas (véase la microhistoria “Creación de la Biblioteca del Servicio Geológico Nacional de Colombia”). Como ya había ocurrido en años anteriores con otros personajes, Royo y Gómez hace un llamado -que se repetiría en el futuro- para el «mejoramiento económico del personal, al mismo tiempo que una mayor estabilidad y más beneficios de carácter social. Si existen diferencias o ventajas económicas para algunos, deben desapare‑ cer, pues a la larga resultas odiosas y un semillero de discordias». Tal como lo había propuesto Alberto Lobo-Guerrero Dussán en 1934, Royo y Gómez aboga porque se estableciera un sistema de concurso y de méritos para acceder y escalar posiciones en la institución, ya que había que tener en cuenta que el Servicio «no es un simple organismo burocrático, sino que lo es más científico y técnico, y que por lo tanto re‑ quiere un cuidado especial». Con ello, el geólogo y paleontólogo español pretendía que el SGNC «dejara de ser la incubadora en donde se forman dibujantes, topó‑ grafos (y tengo la seguridad de que lo mismo ocurrirá con los geólogos) [cosa que efectivamente ocurrió], que luego son aprovechados por las compañías petroleras, o por otras entidades particulares y hasta oficiales. Cuando el personal empieza ser eficiente empieza a ser solicitado de varios lados con el señuelo del mayor sueldo, de la concesión de cesantía, de seguro, etc., siendo muy humano el que se dejen arrastra por él». Royo y Gómez se atreve a proponer una reestructuración organizativa, reco‑ mendando una figura que solo vendría a volverse realidad al fines de la década de 1970 como es la de una Junta o Consejo, en este caso «constituido por el personal científico y técnico de primera categoría, a cuyo cargo estaría la creación de planes y proyectos de trabajo y su distribución, así como la resolución de cuestiones de orden interno». Una recomendación mucho más general, es quizá la más importante ofrecida por Royo y Gómez en esta propuesta: «Las finalidades y naturaleza del trabajo del Servicio Geológico deben fijarse con toda claridad para que sirva de orientación en las labores a realizar y al mismo público en general», algo que, lamentablemente, no fue asimilado por los Gobiernos de turno a lo largo de varias décadas siguientes. Por otra parte, también incluyó el clamor por un «local propio y “adhoc” en donde no solo se trabaje holgadamente sino que se tengan los elementos apro‑ piados. Local luminoso y adecuado para poder dibujar y confeccionar secciones, mapas, etc., de todos los tamaños, talleres de preparación de fósiles y de rocas, laboratorio para ensayos mineralógicos preliminares, laboratorio fotográfico y en general cuanto se juzga indispensable en un Servicio de esta naturaleza que por ser nacional debe ser modelo». Continúa su descripción del edificio y sobre todo del Museo haciendo una declaración de intensiones pensando en un verdadero archivo de los materiales geológicos que posee Colombia, con base en las colec‑

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paleontología especialmente no había casi nada». Entre tanto, el Departamento de Petróleos del Ministerio de Economía, del que dependía el SGNC, contaba con una modesta biblioteca que contenía ejemplares de revistas y obras que Royo, después de una revisión llevada a cabo en el mes siguiente a su llegada (mayo de 1939), juzgó de interés para la labor que se propo‑ nía establecer en el Servicio. Así, logró que un buen número de estas obras fueran trasladadas al laboratorio, y para completar el inicio de la primera biblioteca del SGNC, hizo un pedido de libros, entre ellos la colección paleontológica sobre América del Sur de Steinmann, dando indicaciones incluso de las librerías de anticuarios de dónde podrían encontrarse. En esta misma línea, a mediados del mes de agosto, Royo efectuó suscripciones para el SGNC en varias revistas especializadas, algunas de las cuales ya se recibían en el De‑ partamento de Petróleos, según consta en el Informe de la labor realizada en el Museo y Laboratorio geológicos desde mayo de 1939 a enero de 1940 y en documentos varios. La‑ mentablemente los pedidos hechos fueron cancelados, pero Royo los renovaba constante‑ mente. Por otra parte, demandó material bibliográfico a los colegas con quienes se relacionó en Colombia, especialmente los extranjeros. Así puede leerse en una carta dirigida en 1941 a Alexander Westmore: «Mucho le agradeceré que no se olvide de su promesa de hacer que me remitan de “Smithsonian Institution” las publicaciones sobre paleontología […]», y a la Es‑ cuela Politécnica Nacional del Ecuador (ambos documentos reposan en el Fondo José Royo y Gómez (FJRyG) del Museo Geológico de INGEOMINAS, véase el Anexo II: “Catálogo del fondo documental José Royo y Gómez”). En el FJRyG reposan aún algunos ejemplares de revistas, separatas y catálogos de los libros solicitados y recibidos por la biblioteca. La labor bibliotecaria de Royo se extendió a la elaboración de fichas bibliográficas de libros y artículos de revistas, así como del fichero de autores y materias. A este respecto, es claro que su primer contacto con este tipo de manejo bibliográfico lo tuvo en la biblioteca del Centre d’Estudis Catalans que visitó durante su estadía en Barcelona, antes de partir a Francia con motivo de la pensión en el extranjero 1924-1925 (de la JAE); Royo describe en su diario de pensión para la fecha del 29 de octubre, que la biblioteca « […] es inmensa y con la particularidad que el lector busca el libro que desea en los ficheros, que los hay por autores y materia, en estas se llega a minuciosidades, y luego el mismo lector va al armario y se coge su libro. Esto sólo ya indica un estado grande de civilización que honra a Cataluña». En aquellos primeros años, la biblioteca fue creciendo con el aporte de los diversos pro‑ fesionales que trabajaban en el SGNC, de algunos intercambios y donaciones menores, pero sobre todo con la disciplina administrativa de Royo y Gómez, quien además compiló la pri‑ mera bibliografía geológico-geográfica de Colombia (1943) con 900 datos sobre publicacio‑ nes varias (libros, revistas, planos y notas) sobre el territorio colombiano, publicada como “Bibliografía Geológico-geográfica de Colombia” publicada en el Estudio Técnico 3 del Ins‑ tituto Colombiano de Petróleos (1942) y posteriormente en el tomo VI de la CEGOC (1945), en cuyo preámbulo escribe que, «Desde que día comienzo, hace 3 años y medio, a mis trabajos en el Servicio Geológico Nacional, me he preocupado, en las horas libre, de recoger cuantos datos bibliográficos existieran sobre la geología de Colombia. Como muchas veces es difícil separara los trabajos geográficos de los geológicos y aquellos son, además, indis‑ pensables para éstos, los fui reuniendo todos al mismo tiempo. Dentro de los geológicos he


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ciones existentes y en las por llegar, pues consideraba que sin ello, sería imposible fijar la riqueza del país y mucho menos implementar los planes de divulgación al público que también proponía. Un año después, la Sección de Edificios Nacionales del Ministerio de Obras Pú‑ blicas presentó los planos para la construcción del edificio que albergaría al SGNC en un lote de la Ciudad Universitaria de Bogotá. Un año antes, en 1944, ya se co‑ nocían unos planos correspondientes al anteproyecto, realizados por el arquitecto Leopoldo Rother, que incluían un Museo Petrográfico que no llegó a construirse y el Laboratorio Químico Nacional, y cuyos originales reposan en el Museo de Historia de la Arquitectura“Leopoldo Rother”ubicado en la Universidad Nacional en Bogotá. En el mismo año 1945, la Sección de Edificios Nacionales del Ministerio de Obras Públicas presentó los planos del proyecto para la construcción del edificio que alber‑ garía al SGNC en un lote de la Ciudad Universitaria. Royo y Gómez propone la siguiente planta de personal para el SGNC: Un geó‑ logo jefe, 5 geólogos, un paleontólogo, un petrógrafo-mineralogista, un geofísico, un encargado del museo, 5 geólogos ayudantes, 3 ingenieros auxiliares, 5 topógra‑ fos, un cartógrafo, 6 dibujantes, un oficial de archivo, 4 mecanógrafos, 2 chóferes, un conserje-cartero. Además anota que se agregarán los ayudantes, preparadores y personal subalterno que se considere indispensable según las necesidades, y que cuando fuera necesario se contrataría personal científico y auxiliar supletorio por el tiempo que se considerara conveniente. Antes de finalizar 1944, las recomendaciones de Royo y Gómez tuvieron eco parcial en el Gobierno ya que, con motivo de la reorganización de Ministerio de Minas y Petróleos, el Servicio Geológico fue designado como Sección Quinta, y se procuró ampliar la plantilla del mismo. Igualmente se creó el cargo de Geólogo Sub‑ director (mediante Decreto 872 de abril 14). En diciembre ocurre el retiro de Benjamín Alvarado de la dirección para dedi‑ carse a los trabajos de prospección en Paz del Río como consultor. Alvarado no sería el último profesional que tras pasar por la institucionalidad pública pasó luego a la empresa privada. Esta situación ha sido persistente en la institucionalidad geológica colombiana, incluso en la actualidad, debido, entre otras cosas, a las condiciones salariales, a la discontinuidad administrativa que no facilita el afianzamiento de los objetivos científicos y, por ende, el desarrollo de proyectos de investigación con‑ tinuados. Con la salida de B. Alvarado se cerraba una etapa del SGNC, la de su nacimiento, no en vano José Royo y Gómez escribió a Enrique Hubach que: «el Dr. Alvarado y somos como sus padres» (9 de noviembre de 1950, véase el Anexo II). Las visiones de estos 2 personajes fueron validas e influyentes en el medio ins‑ titucional y gubernamental, y aunque los alcances hayan sido desbordados pron‑ tamente por el crecimiento del Servicio, su planteamiento y ejecución permitieron

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comprendido, como es natural, a los paleontológicos, los mineralógicos y petrográficos, los mineros y los sismológicos. Los títulos se han ordenado por el orden alfabético de los autores y revistas, en espera de hacer una nueva distribución por materias […] El Doctor Benjamín Alvarado, Jefe del Servicio Geológico Nacional, había iniciado por su parte una recopilación parecida y ahora, al presentar este trabajo a la División de Geología y Geofísica del Instituto, le he agregado algunos datos tomados de aquella, especialmente de carácter minero, que faltaban en la mía […] pasan de 800 los títulos que figuran en esta lista, que, con seguridad, no es aun completa […] Con este fin es mi deseo completarla y suplir los defectos que en ella puedan existir», cosa que cumplió con la publicación de las «Adiciones y Correcciones a la Bibliografía geológico, geográfica y minera de Colombia” como separata del tomo VIII de la CEGOC (1950). Royo y Gómez no dejó su labor bibliotecaria (ad honorem) durante los 8 años que le restaban en el SGNC y en Colombia, pero cedió el paso a Segundo Echavez Balmacea, quien fue nombrado como bibliotecario con el objetivo de organizarla técnicamente, en vista de la envergadura que iba adquiriendo, llegando a procesar más de un millar de textos y un núme‑ ro igual de revistas, aplicando el sistema decimal americano Dewey. En 1947 el Sr. Echavez dejó la biblioteca al ser nombrado jefe de la nueva Sección de Almacén creada en la reestruc‑ turación del SGNC llevada a cabo por Roberto Sarmiento Soto. La biblioteca —dirigida por pocos meses, hasta noviembre de 1947, por Hernando So‑ lano Pérez— extendió sus servicios a todo el personal del Ministerio y a entidades petrole‑ ras, y vio incrementado el material de consulta gracias a la renovación y ampliación de las suscripciones a revistas especializadas (30 según las listas que se conservan de la época), la compra de libros técnicos y fomentando el intercambio de publicaciones con otras institucio‑ nes dentro y fuera del país. La biblioteca reflejó, como otras secciones del Ministerio, la falta de continuidad en los planes institucionales. Muestras de ello fueron tanto el peregrinaje que por Bogotá sufrieron sus instalaciones, a la sombra del SGNC, como por el hecho de que quedó acéfala por varios meses ya que a la salida del Sr. Federico Ospina, quien reemplazó por pocos meses al Sr. Solano, su puesto no fue ocupado por otro funcionario. Estas condiciones llevaron a que la biblioteca viviera una etapa de receso y decadencia hasta 1955. La Sra. Alicia Venegas Leyva, a la sazón bibliotecaria de la Facultad de Ingeniería, fue lla‑ mada por el Ministro de Minas y Petróleo Pedro Manuel Arenas, por sugerencia del Director del Instituto Geológico Nacional Enrique Hubach. Ella logró rescatar la biblioteca de su de‑ cadencia hasta llevarla a traspasar las funciones primarias y transformarla en un importante centro de información geológica a nivel suramericano. Según reza en la Memoria del Ministro de Minas y Petróleo al Congreso de 1959, a la fecha se había cumplido parte de los objetivos del programa propuesto para el mejor funcio‑ namiento de la biblioteca en los años de 1958 y 1959, tales como el traslado a un local y mue‑ bles adecuados, la adquisición de un microfilm, la publicación de la Bibliografía de informes del servicio geológico, del Boletín Geológico, y las planchas, hasta lograr que su aparición fuera regular ya que, a la fecha, el último Boletín que salió correspondía al año de 1957, y continuamente se recibían solicitudes de los números posteriores a éste. Se anota además


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una sinergia entre diferentes instancias de la sociedad que facilitó la continuidad del intento, a pesar de sus dificultades. El Decreto 15 de 1945 (20 de enero) nombró como director al geólogo y geofísico Alejandro del Río, quien ya era miembro del SGNC en calidad de geólogo y, poste‑ riormente, de subdirector, cargo al que accedió Roberto Sarmiento Soto. El Servicio aún carecía de suficiente personal capacitado para adelantar los prin‑ cipales programas, enfocados en 2 áreas: la geología básica general y la geología económica. Como ya se ha mencionado, el regreso de geólogos colombianos espe‑ cializados en Estados Unidos facilitó la continuidad de las secciones y programas del SGNC. Sin embargo, se atendían más consultas externas que programas de in‑ vestigación internos, a menos que fueran realizados por los funcionarios de manera paralela a las labores cotidianas. En 1946, un nuevo grupo de 4 geólogos colombia‑ nos fueron becados (en algunos casos becas-crédito) por el Gobierno nacional para especializarse en el exterior. Cabe destacar que, durante la administración de Alejandro del Río, se dio un salto cualitativo en el equipamiento instrumental del SGNC, que se quedaba obso‑ leto y funcionaba con demasiados contratiempos. Para ello se adquirieron equipos para los laboratorios de petrografía, paleontología y geofísica, así como instrumentos útiles en la exploración de minerales radiactivos. Sin embargo, no se tuvo en cuenta la capacitación necesaria del personal para el manejo de algunos de estos equipos que fueron subutilizados o quedaron inutilizados. Finalizando 1946, el SGNC vuelve a cambiar de director, esta vez debido a que el Ministerio de Minas y Petróleos contrató a Alejando del Río como asesor técni‑ co en geología y geofísica. Roberto Sarmiento Soto, hasta entonces Subdirector del Servicio, fue promovido como Director. De igual forma, fue ascendido al cargo de Subdirector a Gilberto Botero Restrepo. La plantilla original sufrió bajas importantes en sus componentes iniciales, aun‑ que, como en los años anteriores también fue reforzada paulatinamente con la con‑ tratación de profesionales extranjeros que se unieron a los que ya eran reconocidos en Colombia por trabajos anteriores (por ejemplo, Enrique Hubach y Robert Wokit‑ tel), y el paulatino aumento de geólogos y especialistas colombianos. A propósito de ello, José Royo y Gómez (1944, véase el Anexo II) propuso que «los geólogos y demás técnicos o científicos que terminen con aprovechamiento sus becas en el extranjero deberían trabajar como ayudante de los ya existentes, por lo menos durante uno o 2 años, hasta que se capacitaran de las modalidades de la Geología de Colombia, tan diferentes de la América del Norte. Por ello deberían crearse los puestos de geólogo ayudante o auxiliar». Abogando por la enseñanza de la geología en el país Royo y Gómez recalca que ello permitiría al Ministerio de Minas «que los becados que envía

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que la mayoría de ejemplares de publicaciones que conformaban la biblioteca se recibían por el sistema de canje, por lo que se solicitaba presupuesto suficiente para que los trabajos realizados por el SGNC fueran conocidos y divulgados. El Tomo IX de la Compilación de los estudios geológicos oficiales en Colombia recogió el trabajo que realizó la Sra. Venegas en 1960 sobre la bibliografía de los informes técnicos realizados por el SGNC, además de otros estudios geológico-mineros aparecidos en diver‑ sas publicaciones que formaban parte de la colección que reposaba en las estanterías de la biblioteca. La labor de la señora Venegas se extendió hasta mediados de 1973, coincidiendo con la creación de la Sección de Documentación y Sistematización del Instituto Nacional de Investigaciones Geológico-Mineras (INGEOMINAS), que en aquel momento había supues‑ to la agrupación del Servicio Geológico Nacional (renombrado como División de Estudios Geológicos), el Inventario Minero Nacional y el Laboratorio Químico Nacional, con todo y su biblioteca especializada en química y ciencias afines, que funcionó de forma paralela a la Biblioteca de Geología. La nueva bibliotecaria, Carmenza Barrera (a quien debemos buena parte de la reseña histórica aquí contada), ocupó el cargo de directora hasta finales de 1979, cuando pasó a diri‑ gir la biblioteca de química del laboratorio. En este mismo año se crean las bibliotecas de las sedes regionales, que junto con las bibliotecas de geología y química reforzaron la labor de los investigadores, de los estudiantes y de la sociedad colombiana interesada. 52. Dependencias de la Biblioteca


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al extranjero llevasen una base de conocimientos de que, en general, carecen ahora, con lo que podrían aprovechar y acumular con más fruto las enseñanzas geológicas que en sus respectivos centros les dan». Aspectos técnico-científicos. A partir de 1939 fueron numerosas las comisiones científicas y técnicas por todo el país, principalmente orientadas a las zonas con interés económico, al menos en los primeros años del SGNC. Por entonces, las co‑ misiones que arrojaron mayor información científica tuvieron un marcado tinte eco‑ nómico, bien sea por su aplicación directa en la búsqueda de materias primas (como fue el caso de las comisiones a Antioquia, Caldas, Huila, Valle del Cauca, Caquetá y Putumayo, realizadas entre 1939 y 1943), en la solución de problemas de infraestruc‑ tura (acueductos, carreteras y otras obras civiles) o en la prevención y mitigación de riesgos geológicos (deslizamientos y problemas ambientales, esencialmente). Sin embargo, en estas mismas comisiones, los geólogos del SGNC lograron re‑ copilar una importante cantidad de información básica sobre la geología de las re‑ giones estudiadas, de manera que los informes estaban compuestos de una serie de sub-informes que abarcaban diversas temáticas como la tectónica, la estratigrafía, la bioestratigrafía, la paleontología, la geología económica, incluso con aportes impor‑ tantes en áreas como la etnografía o la sociología. Entre 1941 y 1943, a raíz de los problemas generados por la Segunda Guerra Mundial, el SGNC recibió la orden de investigar los depósitos de mineral de hie‑ rro en Colombia, llegándose a explorar los depósitos de La Pradera, Pacho, Nemo‑ cón, Guasca, Guatavita, La Calera y Titirita (Cundinamarca); Sevilla (Magdalena); El Imán y Río Luisa (Tolima); La Plata (Huila) y Morro Pelón (Antioquia). Pero quizá el acontecimiento más importante fue el descubrimiento y posterior cuantificación de los yacimientos de hierro oolítico de Paz del Río, lo que hizo posible el montaje y puesta en marcha de la Siderúrgica Nacional del mismo nombre en 1954. En el campo de la geología regional, la estratigrafía y la paleontología, la deno‑ minada Comisión de Vertebrados (entre 1944 y 1945) fue la más importante realiza‑ da en el primer lustro del SGNC, y quizá en su primera década. Los aportes de este trabajo no sólo se apreciaron en el conocimiento paleontológico del Mioceno colom‑ biano (especialmente de los vertebrados) sino que se realizó el estudio estratigráfico más detallado de las formaciones fosilíferas del valle del Magdalena, de forma que permitió la correlación de los sedimentos continentales. La labor de recolección de muestras también fue un objetivo fundamental, y su cumplimiento permitió la conformación y afianzamiento de la Sección Paleontológi‑ ca del Museo Geológico del SGNC y, con ello, desarrollar las labores propias de un centro de este tipo. Entre el material recolectado que se conserva en el Museo hay esqueletos completos de vertebrados, catalogados como pertenecientes al Terciario,

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▲  Planos del anteproyecto de la sede de Servicio Geológico Nacional y Museo Petrográfico por ese entonces del Laboratorio Químico Nacional: a) Distribución general de dependencias; SGNC (a1), Museo Petrográfico (a2), Laboratorio Químico Nacional (a3), Geofí‑ sica (a4), Petrografía (a5); b) Plano general de acceso al SGNC y segunda planta; c) Planos del edificio del SGNC, primera planta; d y e) Detalle del Museo Petrográfico (Cortesía del Museo de Historia de la Arquitectura “Leopoldo Rother”)


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época Mioceno medio superior, (mamíferos, restos de peces de varias clases, distin‑ tas formas de cocodrilos de varios tamaños, caparazones de quelonios o tortugas y huesos de aves) y numerosos ammonites, hojas y xilópalos. Royo y Gómez (1944), encargado del Museo, comenta con respecto a los fósiles que: « […] son base necesaria de las investigaciones geológicas estratigráficas, no se podía estudiar en el país, excepto por las compañías petroleras que los mantenían en secreto. El Ministerio tenía que mandarlos al extranjero para que fueran clasificados y, cuando no se perdían tardaban en llegar los resultados de tales determinaciones. Desde que me incorporé al Ministerio me encargué de estos estudios y los fósiles son clasificados y estudiados con la mayor rapidez posible para que los demás geólogos puedan concluir sus trabajos con los mejores resultados […] las rocas, cuyo reconocimiento principal se hace al microscopio, no eran estudiadas debidamente y su clasificación se hacia a ojo con grandes probabilidades de que se cometieran errores. Igualmente, el que suscribe puso en marcha las máquinas que hacia secciones delgadas y preparaciones micrográficas, reunió el material indispensable e inició en la confección de aquellas al personal que actualmente sigue dedicado a ello (sres. Martínez y Delgado). De este modo se han podido estudiar científicamente, y se continua estudiando, gran número de rocas y minerales con resultados magnífico. En la actualidad hasta las compañías petroleras acuden al laboratorio para la confección de sus preparaciones de rocas». Los convenios internacionales, interinstitucionales y multilaterales (sector pú‑ blico y privado) permitieron la interacción de diversos profesionales en esta comi‑ sión, en la que participaron de forma destacada el español José Royo y Gómez como geólogo-paleontólogo, Manuel I. Varón como topógrafo y el invaluable José E. Perico como explorador auxiliar, según consta en la resolución firmada por el entonces Mi‑ nistro de Minas y Petróleos Néstor Pineda. Los resultados de los trabajos de campo, que duraron un año, fueron estupen‑ dos. Los paleontólogos R. A. Stirton (de la Universidad de California, Berkeley) y J. Royo y Gómez exploraron las regiones de Carmen de Apicalá, Coyaima y Chaparral (en el Departamento de Tolima); y Villavieja (en el Departamento de Huila). Quizá el logro más importante de la Comisión, desde el punto de vista del SGNC, fue fijar la sucesión de fauna de vertebrados durante el Mioceno inferior. El español desa‑ rrolló una labor fundamental complementaria a la del estadounidense, no solo en la parte paleontológica, sino que gracias a su experiencia en bioestratigrafía permitió la correlación de las capas miocénicas con las otras unidades colombianas de interés y otras hacia el norte de América meridional. Éstos resultados fueron obtenidos a

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▲  Propuesta de reorganización del SGNC y modelo de decreto presentado por José Royo y Gó‑ mez (1944), a quien se aprecia en la foto ofreciendo una conferencia sobre geología de España en Bogotá.


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partir de los hallazgos y datos del trabajo de campo realizado en Villavieja (véase la microhistoria “La Comisión para vertebrados, Historia de un trabajo científico multilateral y continuado”). Con relación a la geología general, se comenzaron a elaborar mapas geológi‑ cos de los departamentos a escala 1:500.000. En 1943 Víctor Oppenheim publicó un croquis muy poco detallado denominado Primer mapa geológico generalizado de Colombia y en ese mismo año se escribió un borrador de los trabajos preliminares de esta obra (Alvarado y Royo y Gómez, 1943) con el nombre de Breve y senci‑ lla explicación del croquis geológico general de la República de Colombia (Escala 1:2’000.000). Sin embargo, desde el punto de vista de los objetivos que debe ofrecer un servicio geológico, el principal producto de la actividad del equipo de 7 geólogos del SGNC en los primeros años (1941-1944) fue el Mapa Geológico General de la República de Colombia a escala 1:2’000.000. Posteriormente, en 1944 se terminó un mapa de mucha mejor calidad en el que, a pesar de que existen nombres destacados en su elaboración, fue un trabajo de conjunto. Royo y Gómez (1944) escribíó que, «ahora se tiene un croquis a pequeña escala que puede servir de guía y, por el cual, ha dejado de ser Colombia del pequeño grupo de países que aun carecen de mapa geológico. Pero esto no basta, es necesario tenerlo a mayor escala y hay que perfeccionarlo de modo que deje de ser croquia y pase a ser un verdadero mapa». El mapa y el informe final fueron publicados como un informe técnico del SGNC en la CEGOC, Tomo VI, anexo 1 (1945) (véase la microhistoria “Mapa Geológico Ge‑ neral de la República de Colombia 1944”). Su importancia radica en los aportes al conocimiento del territorio, del desarrollo minero e institucional del país mediante la síntesis de todos los estudios geológicos llevados a cabo hasta el momento sobre el suelo y el subsuelo colombiano. Sin embargo, los grandes proyectos tenían que ver con la exploración de mi‑ nerales lo que fundamentó una serie de expediciones que, además, sirvieron para ir conociendo la geología regional y la estratigrafía de las regiones. Por otra parte, se realizaron varios estudios de ingeniería geológica, yacimientos minerales y com‑ bustibles y geofísica, patrocinados por empresas públicas para obras civiles y de sa‑ neamiento, para las empresas petroleras y mineras, para municipios con problemas de movimientos en masa y deficiencias en el abastecimiento de agua, entre otros. A todo lo anterior podría agregarse, además, la colaboración tan frecuente del SGNC a los trabajos del Instituto de Fomento Industrial, tales como los hierros de Cundina‑ marca, de Paz del Río, etc., a los del U.S. Borrad of Economic Warfare, así como a las secciones de Aguas del Ministerio de Economía Nacional y de Ingeniería Sanitaria del Trabajo, al de Obras Públicas y a otras entidades oficiales.

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▲  Fotos de la Comisión a Antioquia (1939); exploración de arcillas refractarias para la industria cerámica; en ellas aparece el ayudante Díaz en diferentes puntos: a) Estratigrafía terraza alta de carretera Rionegro-El Retiro; b) Terraza o Plan del Perú (Llano de Ovejas) con Guillermo Botero de la Escuela de Minas; c) Fábrica de aisladores, examinando el material; d) Muestreando arcillas en Santuario; e) Dique de Pegmatita en la Carretera La Unión-Abejorral


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José Royo y Gómez describió muy bien la idea que del SGNC tenían sus integrantes, al escribir en su documento de 1944 que: «En Colombia falta mucho por hacer en geología. Se ha atendido más a la parte de aplicación, al aspecto económico, que al científico, sin tener en cuenta que sin este último no puede resolverse el primero. Este es uno de los motivos por los cuales la geología económica del país no se conoce debidamente y sus estudios no han podido dar los resultados que se apetecían. Las empresas petroleras, a pesar de su carácter utilitario, no pueden despreciar la parte científica y se ven obligadas a efectuar estudios puramente especulativos para luego pasar a los de índole práctica. La confección de un mapa detallado geológico del país es absolutamente necesario […] Hay que tener además mapas geológicos detallados, por lo menos, de aquellas regiones que tengan mayores posibilidades mineras. Debe averiguarse la estructura del país a base de secciones geológicas y de columnas estratigráficas que son la verdadera base para el conocimiento de su geología. Estos estudios traerían de la mano el descubrimiento de nuevas riquezas mineras y el reconocimiento de las ya conocidas, permitiendo así efectuar una valorización real del subsuelo. Se podría además, de este modo, el archivo y catalogación exacta de los minerales y rocas que posee el país y saber cuáles son aprovechables y cuáles no, permitiendo así fijar, sobre una base efectiva y no de fantasías, su riqueza minera […] No hay que olvidar también que, para poder controlar las industrias petrolíferas o mineras presentes y futuras, necesita el Estado conocer las reservas que el país tiene de esas materias y su distribución geográfica, así como tener personal competente que pueda ejercer ese control, el cual, como es natural ,debe estar en manos de los mismos colombianos». Así pues, los objetivos estaban claros, la intensión intensa, faltaría el compro‑ miso gubernamental de apostar por el mediano y largo plazo, por la continuidad y por el afianzamiento de una ciencia abierta a la comunidad científica mundial, pero autónoma y autogestionada, basada en su mayor riqueza: sus ciudadanos. Los in‑ convenientes no dejaron de aparecer, algunos de ellos con suficiente contundencia como para hacer tambalear la Institución, pero tampoco dejaron de solventarse, y el Servicio Geológico se mantendría y se afianzaría como entidad prestadora de servi‑ cios y de investigación. Sea como sea, la repercusión de los estudios del SGNC era cada vez mayor y, de paso, consolidaba el prestigio social de la Institución. La mayoría de los informes realizados por el SGNC en esta etapa fueron publi‑ cados en la Compilación de Estudios Geológicos Oficiales en Colombia, Tomos V (1942), VI (1945) y VII (1947) (véase la Tabla 9), y en el Boletín de Minas y Petróleos (espe‑ cialmente en los números 121 de 1939 a 144 de 1940).

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Microhistoria 3

La Comisión para vertebrados

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Madden, R. H., Savage, D. E., y Fields, R. W. (1997), Traducción del texto “A History of Vertebate Paleontology in the Magdalena Valley”. En: Vertebrate Paleontology in the Neotropics. The Miocene Fauna of La Venta publicado por Smithsonian Institution (1997)”

on anotaciones del autor de este libro y textuales del informe “Los Vertebrados del Ter‑ ciario Continental Colombiano” por José Royo y Gómez separata de la Revista de la Acade‑ mia Colombina de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales, Volumen 6, número 24 de 1945. Los párrafos entre corchetes corresponden a estas anotaciones, y a su vez los «entreco‑ millados» a las citas textuales de Royo y Gómez]. [José Royo y Gómez (1945) hizo la siguiente descripción del Terciario colombiano: «Las formaciones terciarias de origen continental en Colombia ocupan enromes extensiones de terreno, tanto en las zonas bajas y llanas como en las montañosas o de las cordilleras; alcan‑ zan además con frecuencia espesores de varios miles de metros. Su importancia económica es también grande, pues debido a la naturaleza de sus rocas (conglomerados, areniscas y arcillas principalmente), a su espesor y los plegamientos que han sufrido constituyen exce‑ lente receptores del petróleo que pueden llegar a formar depósitos de incalculable valor in‑ dustrial», y anota sobre el material fósil asociado a estas litologías que, «Los estudios que con anterioridad se han efectuado sobre los vertebrados terciarios colombianos son bien pocos y, por falta de suficiente material, ninguno de ellos ha servido para fijar de modo definitivo la edad de los estratos. Su reseña se hará a continuación, como es natural, se descartan de ellas todas aquellas citas o notas […] en las que se dan como terciarios, vertebrados que, en realidad, pertenecen al Cuaternario». A continuación se ofrecen los antecedentes científicos de la Comisión para Vertebrados, así como la descripción de la misma, a partir de las dos fuentes citadas arriba que, aunque difieren en algunos aspectos puntuales, ilustran muy bien la historia de lo que fue la prime‑ ra gran comisión científica multilateral y programática que desarrolló el SGNC, además de constituirse en fuente de material y conocimiento geológico y paleontológico, y de referente de un área de investigación y una especie de escuela que se prolongó en el tiempo. 53. Publicaciones producto de la Comisión de Vertebrados: a) José Royo y Gómez, Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales, 1945; b) R. A. Stirton y D. E. Savage, Separata del Tomo VIII de la CEGOC, 1950


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Tabla 9.    Informes publicados de la CCN entre 1939 y 1947 (CEGOC) Estudio o informe Geología económica de la región Paipa - Duitama - Santa Rosa de Viterbo, en el Departamento de Boyacá. Inf. 353. Roberto Sarmiento Soto, 1941. 52 p., 2 anx., 4 pl., 7 fot., 2 mapas. Datos para la geología económica de Nariño y alto Putumayo. Inf. 313. José Royo y Gómez, 1941. 126 p., 2 apen., 2 fig., 35 fot., 1 mapa. La cuenca del Río Mayo y su formación granatífera (Departamento de Nariño). Inf. 314. José Royo y Gómez, 1941. 27 p., 8 fig., 6 fot., 1 mapa. La cuenca hidrográfica del Juanambú, Departamento de Nariño. Inf. 311. José Royo y Gómez, 1941. 39 p., 4 fot., 6 cort., 4 mapas. Yacimientos de azufre en el Departamento de Nariño. Inf. 320. José Royo y Gómez, 1941. 6 p., 1 fig., 2 fot., 1 mapa. Contribución al conocimiento de la geología del valle superior del Magdalena (Departamento del Huila). Inf. 329. José Royo y Gómez, 1942. 66 p., 2 apen., 1 cdr., 24 fot., 12 cort., 3 mapas. Los deslizamientos del “Valle de Tenza” y el proyectado embalse para el acueducto de Guateque (Departamento de Boyacá). Geología y Paleontología de la región. Inf. 310. José Royo y Gómez, 1941. 39 p., 4 fig., 12 fot., 7 cort., 1 mapa. Las explotaciones de materiales rocosos y el ornato y seguridad de Bogotá. Inf. 327. José Royo y Gómez, 1941. 11 p., 4 fot., 2 cort. Fósiles devónicos de Floresta (Departamento de Boyacá). Inf. 319. José Royo y Gómez, 1941. 7p. Informe sobre los yacimientos de azufre del macizo del Ruiz, en los Departamentos de Caldas y Tolima. Inf. 295. Edouard Reymond, 1941. 18 p., 2 fig., 2 fot, 2 mapas. Informe sobre una misión geológica en los departamentos de Magdalena y Atlántico. Inf. 298. Edouard Reymond, 1942. 42 p., 1 cdr., 2 fot., 6 mapas. Fósiles del Terciario marino del norte de Colombia. Inf. 321. José Royo y Gómez, 1942. 26 p. Geología del Departamento de Magdalena. Inf. 278. Víctor Oppenheim, 1941. 12 p., 1 mapa. Comisión geológica de Caldas. Inf. 112. Wallace G. Fetzer, 1941. 40 p., 2 fig, 2 fot., 2 mapas. La destrucción de la población de La Paz (Boyacá) y su futuro emplazamiento. Inf. 222. Enrique Hubach y Benjamín Alvarado, 1933. 7 p., 1 mapa. Exploración del yacimiento de manganeso de “El Tabor”, municipio de Agrado(Huila). Inf. 23. Benjamín Alvarado, 1943. 14 p., 4 fig., 1 mapa. Exploración del yacimiento del mineral de hierro de La Plata (Huila). Benjamín Alvarado y Roberto Sarmiento Soto, 1942. 6 p., 1 fig. Exploración del yacimiento de hierro de Rovira (Tolima). Inf. 29. Benjamín Alvarado y Roberto Sarmiento Soto, 1942. 6 p., 1 fig. Yacimientos de fosfatos de “El Salitre”, “La Pradera”, Municipio de Subachoque (Cundinamarca). Inf. 515. Benjamín Alvarado y Roberto Sarmiento Soto, s.f., 9 p., 2 fig., 1 mapa. Reconocimiento geológico de la represa de Teatinos, Samacá (Boyacá). Inf. 395. Vicente Suárez Hoyos, 1942. 18 p., 2 anx., 5 fig., 2 fot., 2 mapas. La zona de deslizamientos del Parque Nacional, Bogotá. Inf. 393. Vicente Suárez Hoyos, 1942. 5 p., 1 lam. Reconocimiento geológico de la región del Guavio, Gachalá (Cundinamarca). Inf. 399. Vicente Suárez Hoyos, 1943. 39 p., 1 anx., 6 fig., 3 mapas. Fósiles carboníferos e infracretáceos del oriente de Cundinamarca. Inf. 333. José Royo y Gómez, 1943. 50 p., 7 lam., 6 fig.

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Antecedentes de la Comisión de vertebrados La historia de las investigaciones paleontológicas del Mioceno colombiano del valle del Río Magdalena se inició con los esfuerzos de recolección de Maurice Antoine Rollot, mejor co‑ nocido como el Hermano Ariste Joseph de las Escuelas Cristianas de La Salle. En 1923 los hermanos Ariste Joseph y Nicéforo María llevaron a cabo una expedición científica en el valle del Magdalena colectando especimenes zoológicos y fósiles de invertebrados, vertebrados y plantas. De acuerdo con su ruta de mapeo, ascendieron el valle hacia la parte sur hasta al‑ canzar Girardot donde las Escuelas Cristianas de la Salle tenían un colegio. Los vertebrados fósiles colectados por los residentes locales en el denominado grupo Honda en varias locali‑ dades del valle superior del Magdalena fueron traídos al colegio por estudiantes. El hermano Ariste Joseph transportó este material a su regreso al Museo del Instituto La Salle en Bogotá (Ariste Joseph y Nicéforo María, 1923, en KAY, Richard F. et al., 1997: “Vertebrate Paleontolo‑ gy in the Neotropics. The Miocene Fauna of La Venta, Colombia”). Por medio de correspondencia diplomática con J. B. Reeside, Jr., del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) en Washington, el Hermano Ariste Joseph embarcó los ver‑ tebrados fósiles, mamíferos y especímenes de plantas del valle superior del Magdalena hacia el Museo Nacional de los Estados Unidos en intercambio de literatura científica relacionada con geología minera y del petróleo. Entre los fósiles recibidos en Washington entre septiembre de 1922 y octubre de 1924 estaban los relacionados como USNM 10889, el tipo de Caiman neivensis (Mook), colectado en algún sitio entre Neiva y el Río Bache (Mook 1941; Lagnston, 1965) y el USNM 10870 el tipo del Metaxytherium ortegense, colectado en agosto de 1920 en el Municipio de Ortega (Tolima). Otros especimenes de esta colección incluyen material de vertebrados y mamíferos procedente de Coyaima, Aipe, Neiva, La Unión (posiblemente entre Neiva y Villavieja), y cerca al pueblo de Villavieja. [Por otra parte, según José Royo y Gómez, «El primero en efectuar un estudio sobre un mamífero del Terciario colombiano fue el especialista español en mamíferos vivientes y fósi‑ les, profesor Ángel Cabrera (1929), Jefe del Departamento de Paleontología de la Universidad de la Plata (Argentina)». Se trataba «de una rama mandibular incompleta de un astrapotérido que pertenece a las colecciones de aquél museo y de cuya procedencia tan solo se sabe que fue encontrada en los terrenos del Departamento del Huila». Era «una especie nueva, que denominó Xenastropotherium kraglievichi …»]. Los esfuerzos por recolectar vertebrados fósiles en el valle del Magdalena fueron reno‑ vados en la década de 1930 a medida que el Gobierno colombiano y las compañías petro‑ leras empezaron a estimar las reservas minerales y petrolíferas del valle. Enrique Hubach descubrió mamíferos fósiles en las partes altas del sureste del pueblo de Coyaima mientras estudiaba la geología de las planicies bajas del Tolima para la Comisión Científica Nacional o más exactamente para el Departamento de Minas y Petróleo del Ministerio de Industrias. [«La formación en que se encontraban la denominó piso de Coyaima creyéndola dife‑ rente al Honda. En nuestros estudios actuales, 1945, hemos podido comprobar que aquellos


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Estudio o informe Exploración de unos yacimientos de cuarzo en Muzo, Boyacá. Inf. 89. Alejandro del Río, 1942. 2 p. Yacimiento de zinc del Municipio de Junín, Cundinamarca. Inf. 91. Alejandro del Río, 1943. 4 p., 1 fig., 1 mapa. Molibdenita en el Departamento del Tolima. Inf. 514. Alejandro del Río, 1943. 3 p., 1 mapa. Estudio preliminar sobre las pegmatitas que contienen mica, en el Departamento de Norte de Santander. Inf. 41. Gilberto Botero, 1943. 39 p., 10 fig., 11 fot., 1 cdr., 4 mapas. Yacimiento de manganeso de la quebrada “La Loma”, Municipio de Santa Bárbara, Departamento de Antioquia. Inf. 43. Gilberto Botero, 1943. 9 p., 4 fot., 2 fig., 1 mapa. Yacimiento de cromo “El Carmelo” (Municipio de Envigado, Departamento de Antioquia). Inf. 44. Gilberto Botero, 1943. 10 p., 2 fot., 2 map. Yacimiento de antimonio “Pajaritos” (Cajamarca, Tolima). Inf. 45. Gilberto Botero. 1943. 7 p., 2 fot., 2 map. Yacimiento de antimonio “La Ceja” (Cajamarca, Tolima). Inf. 47. Gilberto Botero, 1943. 3 p. Yacimiento de plomo de “Coromoro” (Santander). Inf. 46. Gilberto Botero, 1943. 6 p., 1 fot., 1 map. Yacimiento de molibdeno “La Cocora” (Coello, Tolima). Inf. 49. Gilberto Botero, 1943. 3 p., 3 fot., 1 mapa. Yacimiento de molibdeno “Las Nevadas” (Cajamarca, Tolima). Inf. 48. Gilberto Botero, 1943. 5 p., 1 fig., 1 mapa. Algunos apuntes sobre la mina “El Zancudo” y sus posibilidades como fuente de abastecimiento de minerales de arsénico y antimonio (Titiribí, Antioquia).Inf. 50. Gilberto Botero, 1943. 10 p., 1 fig., 2 mapas. Comisión geológica de los departamentos de Magdalena y Atlántico, regiones de Ciénaga y Piojó. Inf. 296. Edouard Reymond, 1943. 14 p., 2 anx., 3 mapas. Yacimiento de hierro del Espíritu Santo, en Sevilla. Departamento del Magdalena. Inf. 269. Vicente Mutis, 1943. 14 p., 1 anx., 1 fig., 3 cdr., 2 mapas. Fuentes minerales y yacimientos de carbonato de calcio de Santa Rosa de Cabal (Río San Ramón). Inf. 113. Wallace Fetzer, 1942. 18 p., 2 map. Fósiles del Barremiense Colombiano. José Royo y Gómez, s.f. 36 p., 6 lám., 6 fig., 1 tb. Un Comatúlido fósil nuevo del Cretácico de Cundinamarca, Colombia. Inf. 484. Austin H. Clark, 1944. 8 p., 1 lám. Mapa geológico general de la República de Colombia., Esc. 1:2’000.000 y breve explicación. 1945, 21 p., 20 lám. y el mapa. Bibliografía geológica, geográfica y minera de Colombia. José Royo y Gómez, 1945. 117 p. Inf. 639 Yacimiento de cobre en Natagaima. Inf. 297. Edouard Reymond, 1944. 29 p., 1 mapa. Informe geológico Central Hidroeléctrica del Río Buey, Municipio de Abejorral, Antioquia. Inf. 363. Benjamín Alvarado y Roberto Sarmiento Soto, 1944. 15 p., 6 fot., 4 cort., 1 mapa. Reconocimiento geológico de los sitios para el proyecto de la central hidroeléctrica del Río Zulia. Inf. 364. Benjamín Alvarado y Roberto Sarmiento Soto, 1944. 10 p., 2 fot., 1 cort., 1 col., 2 mapas. Reconocimiento preliminar de unos yacimientos de fosfatos en el Municipio de Soatá (Boyacá). Inf. 358. Roberto Sarmiento Soto y Hernando Parra, 1943. 8 p., 2 fot., 1 cort., 1 mapa. Central hidroeléctrica del Río Lebrija, Departamento de Santander. Inf. 33. Benjamín Alvarado y Alejandro Del Río, 1944. 20 p., 5 fig., 7 fot., 2 mapas. Deslizamientos de Jericó (Departamento de Boyacá). Inf. 94. Alejandro Del Río, 1944. 5 p., 2 fot., 1 mapa. Estudio preliminar sobre el yacimiento de caliza entre Corrales y Nobsa (Departamento de Boyacá). Inf. 95. Alejandro Del Río, 1944. 9 p., 2 anx., 2 fot., 2 fig., 1 mapa. Deslizamientos de Umbita (Departamento de Boyacá). Inf. 93. Alejandro Del Río, 1943. 6 p., 4 fot., 2 fig., 1 mapa. Investigaciones realizadas en las vecindades de la ciudad de Cúcuta donde se adelantan trabajos para obtener agua artesiana. Inf. 406. Vicente Suárez Hoyos, 1944. 10 p., 6 cort., 1 mapa.

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mamíferos son en realidad miocenos, y que el nombre de piso de Coyaima debe considerarse como sinónimo de formación Honda. Con este último nombre parece que se designa allí a la serie Gualanday o Terciario inferior»]. Por otra parte, Gerardo Botero (1937)] « dedicó su tesis de grado al primer “Bosquejo de Paleontología Colombiana” que fue un valioso aporte al conocimiento de los fósiles del país. Se publicó en 1936 y se reimprimió en 1937» con un] mapa preliminar indicando la ocurrencia de vertebrados fósiles más al sur, al este del Río cer‑ ca de Villavieja [que «debido a los escasos conocimientos que por entonces se tenían de este grupo colombiano de fósiles, se incluyen como del Terciario superior muchos mamíferos que en realidad son pleistocenos»… «En 1936, el Hermano Nicéforo María, del Instituto La Salle, descubrió en las inmediaciones del caserío de “El Rodeo”, a unos 15 kilómetros al W. de Cú‑ cuta (Norte de Santander) un cráneo de gran crocodílido que conservaba las mandíbulas con casi todos los dientes y la primera vértebra cervical. Con este motivo se publicó una reseña con varias fotografía de tan interesante hallazgo en el Boletín del Instituto»]. Una exploración más intensiva de las reservas de petróleo en el valle superior del Mag‑ dalena antes de la Segunda Guerra Mundial llevó a descubrir más fósiles [«En 1940 el profe‑ sor H. G. Sthelin, renombrado especialista suizo en mamíferos fósiles publicó un interesante estudio sobre una porción de maxilar con 4 molares de un animal mucho más pequeño que el anterior, encontrada»] por H. M. E. Schürmann [«geólogo de la Compañía de Petróleos Shell en la formación Honda (Mioceno)»], exactamente en la finca Llano Redondo cerca al Carmen de Apicalá (Departamento del Tolima). [«Se trataba igualmente de un mamífero nuevo para la ciencia, de un roedor con cierto parecido en la forma a los castores, al cual de‑ nominó Scleoromys schürmanni»]. (Sthelin, 1940). En marzo de 1940 [«Al tiempo de publicarse el trabajo del profesor Stehlin» anterior‑ mente mencionado], de campo en busca de los recursos minerales del Departamento del Huila, José Royo y Gómez, como funcionario del SGNC, descubrió meteorizados de los es‑ tratos de la formación Honda (Alvarado, 1940, 1941; Royo y Gómez, 1941; 1942ª, 1942b) [«un molar superior izquierdo del Scleromiys, menos desgastado que los estudiados por Stehlin; en el mismo yacimiento encontré un premolar superior izquierdo de notoungulado y diver‑ sos restos de crocodílido y de tortugas gigantescas, algunos de los cuales, además de aquellos molares, aparecen citados y figurados en mis estudios sobre el Huila (1941 y1942). En la serie Gualanday superior encontré un diente de crocodílido en el Tabor, municipio de Agrado, así como unos restos de anfibios anuros y de crocodílidos en San Alfonso, Villavieja, que también se citan en aquellos estudios. A través de esta parte del Desierto de la Tatacoa, siguiendo la cresta de un grueso canal de areniscas, a través de un terreno escasamente vegetado —tal como documentó en sus notas de campo archivadas en el fondo que lleva su nombre del Museo Geológico de IN‑ GEOMINAS en Bogotá— Royo y Gómez descubrió vertebrados fósiles en 4 localidades a lo largo del transepto San Alfonso-Villavieja: a) al norte de la Quebrada Totumo; b) al sur de la Quebrada Totumo y al oeste de Cerro Gordo; c) en “un oasis del desierto” justo al norte de la Quebrada Pechoyo; d) justo al norte de la casa San Nicolás. Estas ocurrencias fósiles fueron descritas y algunos de los mamíferos fósiles y otros restos de vertebrados fueron ilustrados en diversas publicaciones (Royo y Gómez, 1942ª, 1942b, 1946).


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Estudio o informe Reconocimiento geológico de algunos yacimientos minerales en Santander, Departamento del Cauca. Inf. 503. Vicente Suárez Hoyos, 1945. 14 p., 1 anx., 4 mapas. Deslizamientos en Salamina (Departamento de Caldas). Inf. 409. Vicente Suárez Hoyos, 1945. 7 p., 2 fot., 1 mapa. Yacimiento de cobre “El Tascón” municipio de Anserma, Caldas. Inf. 490. Gilberto Botero, 1945. 3 p., 1 mapa. Yacimiento de antimonio “La Palma”, municipio de Riosucio, Caldas. Inf. 489. Gilberto Botero, 1945, 4 p., 1 mapa. Yacimiento de cobre y molibdeno “La Plombagina”, Municipio de Anserma, Departamento de Caldas. Inf. 497. Gilberto Botero, 1945. 4 p., 2 fot., 1 mapa. Reconocimiento preliminar del yacimiento de cinabrio “El Quindío”, Municipio de Cajamarca, Departamento del Tolima. Inf. 496. Gilberto Botero, 1945. 10 p., 2 mapas. Informe sobre las explotaciones rocosas del Municipio de Bogotá. Inf. 331. José Royo y Gómez y Hernando Parra, 1942. 27 p., 12 fot., 1 plano de Bogotá. A Rodent and a Peccary from the Cenozoic of Colombia. Inf. 518. R. A. Stirton, 1946. 6 p., 1 lám. The first Lower Oligocene vertebrate fauna from northern South América. Inf. 523. R.A. Stirton, 1946. 15 p., 3 lám.

Etapa entre 1947 y 1951 Aspectos estructurales y administrativos. A pesar de las dificultades, el Servicio Geo‑ lógico Nacional de Colombia logró hacerse un nombre como entidad investigadora y, a la vez, prestadora de unos servicios cuya demanda crecía. Hacia 1949, su or‑ ganización interna resultaba insuficiente e inadecuada para hacer frente a la labor encomendada, razón por la cual su director, Roberto Sarmiento Soto, se empeñó en realizar una reforma organizativa que hiciera más funcional y eficaz la Institución. La reforma fue planteada como se aprecia en la Tabla 10.   Tabla 10.    Estructura del SGNC según reorganización de 1949 División de geología general • • • • •

Petrografía Paleontología Museo y laboratorio Estratigrafía Mapa geológico

División de geología económica • • • •

Ingeniería geológica Yacimientos minerales Combustibles Geofísica

Administración • • • • • • • •

Biblioteca Publicaciones Cartografía y dibujo Almacén Mecanotaquígrafas Transporte Mensajería Otros

Los profesionales del SGNC que darían vida a esta estructura eran los geólogos Alberto Sarmiento Alarcón, Hernando Gutiérrez y Marino Arce Herrera, el geólogo y petrógrafo José Sandoval, el geólogo y paleontólogo José Royo y Gómez, y el hi‑ drogeólogo Wolfgang Diezemann.

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[«El doctor Carles C. Mook publicó en 1941 otro estudio importante sobre unos restos de un crocodílido gigantesco que se conserva en el Mueso Nacional de los Estados Unidos, en Washington, que proceden de la comarca anteriormente indicada entre Neiva y el Río Baché y que fueron entregados por el Doctor Rollot. Estos restos de crocodílido llegaron al Museo mezclados con fósiles del Cretácico inferior por lo cual fueron asignados a la mis‑ ma edad. Convencido de que no podían corresponder al cretácico inferior, sino más bien al Mioceno, a cuya edad pertenecen los estratos que conforman aquel territorio, tuve que hacer una rectificación (1942) de la que remití una copia antes de publicarla a mi amigo el doctor Westmore, Director de aquel Museo y Secretario de la Smithsonian Institution, solicitándole al propio tiempo datos sobre la litología del fósil y de la roca matriz. El estudio que se hizo allí atendiendo a mi petición les llevó al convencimiento de que efectivamente era un fósil del Terciario y no del Cretácico. El doctor Mook estudia allí unos fragmentos de maxilar, hueso dentales, varias piezas aisladas de las partes posteriores de las ramas derecha e izquierda de la mandíbula inferior, 6 vértebras bastante bien conservadas y varios trozos de costilla. Probablemente pertenecerán a esta misma especie, en parte o en su totalidad, los numero‑ sos restos de crocodílido de gran tamaño que, con el profesor Stirton, hemos encontrado en Carmen de Apicala (Tolima) y en la región de Villavieja (Huila)»]. [«En1941el geólogo del Servicio doctor Roberto Sarmiento, estudiando los yacimientos de fosfatos de Santa Rosa de Viterbo (Boyacá) encontró pequeños fragmentos de huesos que, con otros fósiles de la región, se me entregaron para su clasificación (1942). Entre aquellos restos pude distinguir una cabeza incompleta de fémur, otra de una especie de metapodio y un pedazo de cuerpo de vértebra que parecían pertenecer a mamíferos de pequeña talla. Su edad, por el estado de la fosilización y forma de yacer, podía oscilar entre el Terciario Superior y el Pleistoceno inferior… También en 1941, en ocasión de mis estudios geológicos por el Departamento de Nariño, descubrí en un corte de la carretera cercano a la Chocha Verde, en el municipio de Tangua, la parte posterior o proximal de la rama izquierda de una mandíbula inferior de un mamífero del tamaño de un tapir o danta, que probablemente será nuevo para la ciencia» … «En mis trabajos geológicos por el Departamento de Bolívar he encontrado en el Mioceno continental, de facies semejantes a la formación Honda del valle del Magdalena, algunos fragmentos de huesos de reptiles (1944), parte de un caparazón de una tortuga pequeña y un molar y 2 incisivos de un roedor». Royo y Gómez reunió todos los datos conocidos con anterioridad a los estudios de la Comisión Geológica de Vertebrados en una relación de yacimientos o de localidades distribuyéndolos por departamentos y dentro de cada uno de éstos por municipios]. [Sin embargo, los trabajos que más directamente influyeron para la creación de de la Co‑ misión para Vertebrados fueron los de] George R. Hyle de la Richmond Petroleum Company [quien] cartografió buena parte de la geología de superficie del valle superior del Magdalena. Durante su trabajo de campo en 1938, Hyle descubrió vertebrados fósiles en varias locali‑ dades, mientras que sus estudios inéditos abarcan varios mapas de la geología de superficie, incluyendo: a) el del anticlinal del occidente de Neiva (1:25.000) donde mostró 2 localidades de vertebrados fósiles y un sitio de una planta macrofósil; b) del área de Villavieja-Baraya (1:50.000) en julio de 1940; c) del área de Aipe (1:25.000) en agosto de 1940; d) del área de


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En el primer trimestre de 1949 sucedieron 2 hechos importantes en la estructura orgánica y en la labor científica del SGNC: la creación de la Sección de Servicios de Aguas Subterráneas y la División de Yacimientos de Combustibles. A Roberto Sarmiento Soto lo relevó temporalmente en la dirección del SGNC el geólogo Vicente Suárez Hoyos, quien fue nombrado mediante el Decreto 1936 de 1950 (6 de junio) por el ministro de minas Manuel Carvajal Sinisterra. Sin embargo, el 7 de diciembre del mismo año, por decisión gubernamental y mediante el Decreto 3639 de 1950, fue designado como director el geólogo Enrique Hubach. Aspectos técnico-científicos. La Sección de Servicios de Aguas Subterráneas fue creada en febrero de 1949 bajo la orientación del hidrogeólogo Wolfgang Dieze‑ mann, quien se desempeño como jefe de la misma hasta 1955. Con la nueva sección se pretendía diseñar y desarrollar un plan sistemático para conocer el potencial de todo el territorio colombiano, empezando por la Sabana de Bogotá, y garantizar el suministro de agua en época de verano. Los proyectos estatales para la búsqueda y el suministro de agua para los centros urbanos no eran en 1949 un hecho novedoso en el panorama colombiano. Se podrían nombrar varios proyectos al respecto, incluso en la época de la Comisión Científica Nacional, aunque con poca participación de la misma. Por ejemplo, en 1927, durante el gobierno de Miguel Abadía Méndez (1926-1930) se creó una comisión para el estudio y construcción de obras para la dotación de agua potable en diversas zonas donde se desarrollaba la denominada obra de la colonización, por ejemplo, en La Guajira. En 1928, el ingeniero hidráulico alemán H. G. Eberlin, quien era agente de la casa Siemens Bauunion, firmó un contrato con el gobierno para realizar estudios en La Guajira, primero a nivel exploratorio general en toda la península, y después con la construcción de pozos de extracción en zonas consideradas potencialmente explo‑ tables. Fue así como Eberlin construyó 6 pozos con mecanismo de molino de viento, con capacidad de 360.000 litros diarios, más otros de menor capacidad y bombeo manual. Las obras, que concluyeron en 1931, incluyeron la adaptación de lagunas para almacenamientos de agua y la construcción del acueducto de San Antonio. Otros geólogos del SGNC también realizaron estudios de geología aplicada a proyectos hidráulicos e hidrogeológicos. Por ejemplo, Vicente Suárez Hoyos realizó estudios sobre las fuentes termales de la zona sur del Cerro o Loma de Suba (1945) sobre los que ya había trabajado E. Hubach (1938), sobre los que después trabajaría Royo y Gómez (1946) quien además adelantó estudios conducentes a proveer agua potable a ciudades como Manizales (1940), Pasto (1942), Sincelejo (1944), y, espe‑ cialmente, Bogotá (1939-1951), abordando aspectos muy variados que incluían la hidrogeología (abastecimiento de Girardot, 1945; Caño Loro, Cartagena, 1947). Tam‑ bién realizó estudios de aprovechamiento hidráulico para irrigación (El Carmen de Bolívar 1939), y otros estudios sobre manantiales minerales y termales (en El Tambo,

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Gigante-Yaguará (1:50.000) a 5 km al oeste de Hobo, donde fueron encontrados vertebrados fósiles en el Grupo Honda.

Se prepara la Comisión para Vertebrados Los vertebrados fósiles colectados por George Hyle mientras cartografiaba la geología de superficie del valle superior del Magdalena en 1938 fueron enviados por William Effinger de la misma Richmond a la atención del Museo de Paleontología en la Universidad de California (UCMP), en Berkeley, y recibidos el 9 de noviembre de 1939. Tales fósiles de mamíferos die‑ ron origen a la que quizás sea la primera expe ca adicional fue también obtenida de la Gulf Oil Company, la Richmond Petroleum Company, Socony Vacumm Oil Company, y la Texas Petroleum Company. La información sobre las localidades fósiles fue obtenida de los geólo‑ gos y paleontólogos de éstas y otras compañías [Royo y Gómez anota que «la comprensión y afán de con que fue acogido este distinguido profesor en el Servicio Geológico Nacional y muy en especial por el entonces director, el geólogo Benjamín Alvarado, y por los que cono‑ cíamos con anticipación su valiosa labor científica. Con el fin de que el trabajo fuera lo más completo posible se solicitó con éxito los datos que sobre los yacimientos de vertebrados fósiles poseyeran las Compañías petroleras que efectúan trabajos geológicos en el país y a las que por lo tanto también interesaban los resultados que se obtuviesen. Al mismo tiempo el profesor Stirton, por su parte, consiguió de aquéllas una ayuda económica que hacía más factible aun los trabajos»]. La paleontología de vertebrados en Colombia fue fuertemente apoyada en la parte final de la década de 1940 y los primeros años de la década de 1950 por Roberto Sarmiento Soto, director del SGNC. El geólogo y exdirector del mismo Servicio, Benjamín Alvarado, tuvo es‑ pecial interés en el trabajo propuesto y recomendó sumar a la investigación de Stirton a José Royo y Gómez como geólogo y paleontólogo, y al topógrafo Manuel I. Varón. El bosquejo básico del acuerdo de Stirton con el SGNC está registrado en documentos oficiales del Go‑ bierno (Informe del Ministro de Minas y Petróleos del doctor Alejandro Del Río, 1945, direc‑ tor del SGNC, en la Memoria anual dirigida al Congreso). Alvarado ayudó en la obtención de presupuesto para los gastos de campo del personal colombiano y para el uso de un vehículo de campo. [«A propuesta del doctor Alvarado, el proyecto primitivo del profesor Stirton fue modificado“en el sentido de incluir la recolección de ejemplares en el terreno, efectuando un estudio más utilizables para el mejor conocimiento de la geología general y para sentar las bases serias con qué fijar la edad y la correlación de los sedimentos continentales de tanta importancia para el País”. De este modo el Ministerio cooperaba gustoso y a más de abonar los gastos, se ofrecía mi colaboración, sugerida también por el profesor Stirton, como geólogo del Servicio, para que, además de coadyuvar en las exploraciones y excavaciones, me encar‑ gara de efectuar los trabajos de geología general que tendieran a definir la posición estrati‑ gráfica de cada una de las localidades en donde se recolectaran los vertebrados fósiles». «También se acordó que el resultado de estas investigaciones fuera editado por el Mi‑ nisterio en una obra de formato apropiado y que constase de 2 partes, una primera geológica


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Sandoná, Consaca, Túquerres - Sapuyés, Mallama, Chiles, Ipiales, Rumichaca y San Miguel – Ricaurte en Nariño, Putumayo y Amazonas, 1942). Diezemann realizó numerosos estudios de reconocimiento en sitios y munici‑ pios de la Sabana: Cajicá, Cota, Chía, Madrid, Bogotá Tocancipá, Mosquera, Bosa, Engativa, Soacha, Funza, Gachancipá, Nemocón, Usaquén y Suba (Lobo-Guerrero, 2006). De estos reconocimientos surgió un estudio sobre las Aguas subterráneas de la Sabana de Bogotá, estudio que Royo y Gómez y utilizaría en 1950, así como otros tantos que fueron publicados en el Boletín Geológico a partir de 1955. Con Die‑ zemann se puede hablar de uno de los, no muy abundantes, casos de creación de escuela en un área específica del SGNC. No cabe duda que otros investigadores realizaron estudios hidrogeológicos pos‑ teriores a la conformación de la Sección de Servicios de Aguas Subterráneas. En 1954 se vinculó al SGNC el hidrogeólogo Jaime López Casas, en 1955 el hidroquímico Carlos I. Delgado, en la década de 1960 el Msc. Alberto Álvarez Osejo, y otros más. Entre tanto, se entrenaban técnicos y perforadores, se importaron o fabricaron tala‑ dros, tomamuestras, sondas eléctricas, rejillas, bombas, equipos de resistividad, etc. (Lobo-Guerrero, 2006). La División de Yacimientos Combustibles inició labores en marzo de 1949 con el objetivo de localizar, clasificar y estimar la calidad, potencialidad y reservas de hulla del subsuelo del país. La División trabajó en los departamentos de Valle del Cauca, Cauca, Santander, Nariño y Magdalena mediante comisiones orientadas por el téc‑ nico español Germay. Los servicios que en el área de petróleos brindaba el SGNC se vieron incremen‑ tados con el encargo del Ministerio de realizar el concepto geológico y geofísico en los documentos de propuestas y contratos sobre petróleo de propiedad nacional, para efectos de control de exploración y explotación. Con relación a la ingeniería geológica, vale anotar que ya era un área sobre la que se tenía interés y se habían adelantado trabajos aislados, esencialmente atendiendo solicitudes expresas de municipios o para obras de ingeniería civil como acueductos, carreteras, presas y embalses, bien para suministro de agua o producción de energía. Para ello, se destacaba a alguno de los geólogos del Servicio, quien emitía un concep‑ to técnico o informe que, en algunos casos, excedía los requerimientos particulares de la obra o la zona que se estudiaba. Los estudios para la central hidroeléctrica del Río Buey en Abejorral (por B. Alvarado y R. Sarmiento S. en 1944), para los proyec‑ tos hidroeléctricos Río Bobo y Río Sinú (por J. Royo y Gómez, 1942 y 1944), para la estabilidad de laderas en varios municipios, para el proyecto del acueducto de Bogotá y para la construcción de la Avenida Circunvalar de Bogotá (por el mismo Royo y Gómez entre 1948 y 1951), o el estudio de reconocimiento geológico para el proyecto del embalse del Río Frío en Zipaquirá (por Vicente Suárez Hoyos, 1950),

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a mi cargo y otra paleontológica al del doctor Stirton. Los ejemplares recolectados serían remitidos a la Universidad de California para su preparación y estudio por el doctor Stirton, y de ellos, los que fueran únicos permanecerían en las colecciones de aquel centro, pero remitiendo sus moldes o reproducciones, juntamente con los duplicados, al Servicio Geo‑ lógico Nacional. Una vez fijada así la colaboración, se elevó la propuesta correspondiente al entonces Ministro de Minas, doctor Pineda, quien con un espíritu altamente comprensivo la acogió con verdadero interés y dictó inmediatamente la Resolución número 355 (de octubre de 1944) en la que se nos confería aquella comisión juntamente con el topógrafo Manuel I. Varón. A ella se unió el chofer L. A. Camargo. Además de los gatos de transporte, de mate‑ rial y de jornaleros, cuya administración también se me encomendó, el Servicio Geológico prestó»]. Primera temporada de campo. [«Resueltos todos los trámites administrativos se dio co‑ mienzo en seguida a los trabajos de campo que, con ligeras interrupciones, continuaron hasta casi fines del mes de abril. Se dio comienzo con una exploración preliminar, llevaba a cabo por el profesor Stirton y por mí, en la zona montañosa de Mosquera (Cundinamarca) en donde habían aparecido los restos de mamíferos cuaternarios que se conservan en el Museo del Instituto La Salle en Bogotá, en el Colegio de los Salesianos del mismo Mosquera y, al parecer, en el de Historia Natural de Chicago (antes Field Museum)»]. Striton, Royo y Gómez y sus colegas empezaron el trabajo de campo en un estrato Terciario del Departamento del Tolima en octubre 13 de 1944 [«valle medio-superior del Magdalena empezando por el terri‑ torio de Carmen de Apicalá en la cuenca terciaria de Melgar, y siguiendo con los de Coyaima y Chaparral en el Departamento del Tolima, para terminar con el Norte del Departamento del Huila, especialmente en la comarca de Villavieja»]. Siguiendo la descripción de Stehlin de Scleromys schurmanni, establecieron su primer base en el pueblo de Carmen de Apicalá colectando en la “Formación Honda”, al norte del pueblo. Los primeros fósiles colectados en esta área incluyeron fragmentos de un esqueleto de tortuga, dientes de cocodrilos, un diente y fragmentos de uso de un ungulado, a los cuales se les otorgaron números de campo, de acuerdo con el sistema empleado por Royo y Gómez. Durante los siguientes días de octubre encontraron piezas de peces, coprolitos (heces) de perezoso (Orden Edentata), notoungula‑ dos, astrapoteridos, y dientes adicionales del roedor Scleromys, hallados en un estrato en las cercanías de Carmen de Apicalá. 54. Mapa y croquis de localización de trabajos de la Comisión para Vertebrados 1944-1946

El 8 de noviembre de 1944, los 5 miembros de la expedición se trasladaron de Carmen de Apicalá al poblado de Coyaima en el valle del Río Saldaña. Siguiendo el descubrimiento original de Hubach prospectaron varias pequeñas colinas al este y al sur del pueblo con afloramientos de arenisca, conglomerado y capas de lodolita roja. Fueron encontrados, me‑ teorizados de estas capas, una variedad de fósiles fragmentarios incluyendo un interaterido notoungulado, roedores, eses de perezoso, armadillo, toxodonte, gliptodonte, astrapotherio, cocodrilo, tortuga, peces y gasterópodos de agua dulce. Como es común en el caso del Mio‑ ceno del valle del Magdalena, la tortuga y el cocodrilo representaron la mayor cantidad de


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son algunos ejemplos de ello. E. Hubach también adelantó estudios sobre algunos deslizamientos en la época que trabajó en el Departamento de Minas y Petróleo, en la década de 1920. Casi veinte años antes de que en 1968 se reuniera en Bogotá un simposio espe‑ cífico sobre esta rama de la geología, con el patrocinio del Ministerio de Obras Públi‑ cas, el SGNC ya había participado en otros eventos sobre este tema. Por ejemplo, en 1949 en el II Congreso Nacional de Ingeniería realizado en Cali, con la presentación de las ponencias Contribución a la riqueza mineral de Colombia por el Servicio Geo‑ lógico Nacional por Jesús Bueno y Mapas geológicos de Bogotá y del centro y sur de su Sabana, y breve explicación por José Royo y Gómez, en ambos casos con notables apuntes de ingeniería geológica. En este congreso se presentaron otros trabajos in‑ teresantes sobre el tema. Por otra parte, después de más de 10 años, el SGNC contaba con el Museo Geológico en el que trabajaba Royo y Gómez desde su llegada en 1939, y que entró en funcionamiento en 1947 (al menos para visitas concertadas de escuelas). En 1950 estaba prácticamente montado, antes de que en 1951 su gestor dejara el Servicio para irse a Venezuela. A la par del Museo, habían desarrollado una labor importante los laboratorios de paleontología, de petrografía y mineralogía, que institucionalizaron sus servicios asociados al Laboratorio Químico Nacional (entre 1939 a 1949) y luego al SGN de manera directa (véase el Capítulo 5, “Creación del Museo Geológico de Colombia José Royo y Gómez, 1939 – 1951”). A pesar del camino recorrido y de los notables logros alcanzados, el SGNC arras‑ traba las dificultades económicas de siempre y falta de suficiente personal, una situa‑ ción que tuvo un punto álgido en 1950. Así lo expresa Royo y Gómez en una carta casi personal (pero enviada con membrete del Ministerio de Minas y Petróleo) a su colega y amigo Enrique Hubach (futuro Director del SGNC), en noviembre de 1950: «Mi deseo sería colaborar el mayor tiempo posible y ayudarle a sacar el Servicio del atolladero en que se encuentra» (9 de noviembre de 1950, véase el Anexo II). Los informes realizados por el SGNC en esta etapa, que fueron publicados en la Compilación de estudios geológicos oficiales en Colombia, se aprecian en la Tabla 11.

Tabla 11.    Informes del SGNC, publicados entre 1947 y 1951 en la CEGOC Estudio o informe Tomo VIII (1950) Geología de la isla de Tierra Bomba, Cartagena, y estudios del abastecimiento de Caño de Loro mediante aguas subterráneas. Inf. 615. José Royo y Gómez, 1947. 30 p., 2 fig., 2 mapas. Posibilidades de aguas subterráneas en las regiones secas de Cúcuta (Santander del Norte). Inf. 631. Wolfgang Diezemann, 1949. 14 p., 3 fig., 1 cort., 2 mapas.

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especimenes recolectados. Basados en su estudio sobre los restos de un interaterido, Stirton (1935b) concluyó que la “fauna Coyaima” era distinta y más antigua que la del Desierto de la Tatacoa más al sur. Siguiendo una noticia allegada por W. C: Hatfield de la Texas Petroleum Company, el grupo prospectó un afloramiento del Grupo Gualanday cerca de Chaparral, al oeste de Co‑ yaima en el piedemonte de la Cordillera Central (Stirton 1947ª, 1958ª). En la finca de Severo Hernández en las márgenes de la quebrada Tuné, Stirton y Royo y Gómez encontraron fósiles de peces, anfibios, tortugas, cocodrilos, un perezoso, un posible condilartro, un proteroterio litopterno, un toxodontido y un diente aislado y roto de un astrapotheria. En la base de esta asociación Stirton (1953b) infirió una edad oligocénica para esta fauna. Los vertebrados fó‑ siles fueron recuperados en una capa discontinua de grava al interior de un canal menor de arenisca. El lecho fósil debió haber sido muy pequeño ya que fue extraído en 6 días. Repeti‑ das visitas de grupos de la Universidad de Duke entre 1985 y 1990 adicionaron un pequeño diente de cocodrilo al material conocido. 55. Labores de excavación en diversos frentes de la Comisión para Vertebrados (1944-1946)

La hepatitis colocó a Stirton bajo cuidado médico en Bogotá a finales de 1944, pero en enero regresó al campo con Royo y Gómez y un grupo de profesionales del SGNC. [«En la segunda quincena de abril de 1945 fue agregado a la Comisión el doctor Gilberto Botero, geólogo del Servicio, con quien el profesor Stirton hizo la excavación de un plesiosaurio y de otros restos de reptiles del Albiense o formación Villeta media de Leiva, Departamento de Boyacá)»] En aquel momento se establecieron en el pueblo de Villavieja, para emprender —el 13 de junio de 1945, junto con José Royo González (hijo de Royo y Gómez), Manuel I. Varón, el invaluable José E. S. Perico, y 2 jóvenes locales— camino hacia el noreste de Villavieja por el camino San Alfonso, siguiendo la huella de Royo y Gómez en una exploración preliminar. El grupo prospectó a ochenta minutos de Villavieja, en el primer afloramiento del Mioce‑ no en donde Manuel Varón y José Royo González descubrieron parte de un esqueleto y un cráneo incompleto de un mono fósil, descrito y nombrado como Cebupithecia sarmientoi por Stirton y Savage (1951; notas de campo de Stirton de 1944-1955). El descubrimiento de Cebupithecia podría ser el más significativo relacionado a un vertebrado fósil en el Desierto de la Tatacoa. El descubrimiento ayudó a Stirton a obtener la ayuda financiera de Associates in Tropical Biogeography en la Universidad de California; además, junto con el hallazgo de otros fósiles de monos, motivó posteriores expediciones al Desierto de la Tatacoa, incluyendo a expedicionarios de la Universidad de Kyoto, del Fiel Museum of Natural History y de la Universidad de Duke. Entre 1944 y 1949 Stirton y Royo y Gómez desarrollaron una estratigrafía informal en el Desierto de la Tatacoa, reconociendo las subdivisiones de la Formación Honda, como la unidad del Mono, areniscas ferruginosas, capas rojas inferiores y más. Esta nomenclatura fue posteriormente suplementada y refinada por Fields (1959) y empleada por Savage y HenaoLondoño en 1950?, y fue seguida por Langston (1965) y otros investigadores.


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Estudio o informe Reconocimiento del área de La Calera - Sopó - Guatavita - Guasca, Cundinamarca. Inf. 158. Enrique Hubach, 1927. 10 p., 1 lám. (cortes), 2 mapas. El área petrolífera cretácea de la Cordillera Oriental en especial de Cundinamarca y Boyacá. Inf. 161. Enrique Hubach, 1927. 16 p. Informe geológico sobre el proyecto de la planta hidroeléctrica del Río Anchicayá (Valle del Cauca). Inf. 398. Vicente Suárez Hoyos, 1943. 9 p., 1 pl., 2 mapas. Reconocimiento geológico del sitio para el proyecto de embalse de Río Frío, Municipio de Zipaquirá (Departamento de Cundinamarca). Inf. 401. Vicente Suárez Hoyos, 1947. 11 p., 3 cort., 1 col., 2 mapas. Informe geológico sobre la Isla del Morro, Bahía de Tumaco (Departamento de Nariño). Inf. 624. Hernando Gutiérrez, 1948. 25 p., 7 fig., 5 fot., 1 mapa. Canal de irrigación de Capitanejo (Santander). Inf. 531. Roberto Sarmiento Soto, 1946. 25p., 1 fig., 2 cort., 3 mapas. Estudio sobre las condiciones geológicas de estabilidad del puerto de Zambrano en el Río Magdalena, para el efecto de la construcción de obras de defensa del mismo. Inf. 511. Gilberto Botero, 1946. 15 p., 16 fot., 3 cort., 1 mapa. Estudio para el abastecimiento de aguas de regadío en el Municipio de Tibasosa, Departamento de Boyacá. Inf. 527. Gilberto Botero, 1946. 20 p., 1 fig., 14 fot., 1 mapa. Reconocimiento geológico del área comprendida por los municipios de Belén, Cerinza, Corrales, Floresta, Nobsa y Santa Rosa de Viterbo (Departamento de Boyacá). Inf. 534. Gilberto Botero, 1946. 65 p., 70 fot., 1 cort., 1 col., 2 mapas. Adiciones y correcciones a la bibliografía geológica, geográfica y ninera de Colombia. Inf. 741. José Royo y Gómez, 1950. 30 p. A New Monkey from the La Venta Miocene of Colombia. R. A. Sirton and F. Savage, 1949. 10 p., 7 lám. Tomo XI. 1993 Sobre el Ordoviciano de Antioquia. Gerardo Botero, 1940. 9 p., 2 fig. Fósiles del Cretáceo inferior de Santa Rosa de Viterbo, Departamento de Boyacá. Inf. 486. José Royo y Gómez, 1945. 10 p. Yacimientos de carbón en Colombia. Inf. 710. Benjamín Alvarado y Roberto Sarmiento Soto, 29 p., 7 cdr., 1 fig. Tomo XV. 1993 Los metales del platino. Inf. 15. Benjamín Alvarado B. 1938. 44 p., 10 fig.,4 tab. Informe sobre la zona de Tejares comprendida entre el Parque Nacional y la Calle 46, al Oriente de la Carrera 7 en Bogotá. Inf. 25. Benjamín Alvarado B. y Hernando Gutiérrez. 1944. 27 p., 4 fig., 2 tab. Informe sobre algunas explotaciones de piedra en la ribera sur-oriental del Río San Cristóbal, Bogotá. Inf. 27. Benjamín Alvarado B. 1944. 13 p. Informe sobre los agrietamientos de edificios de Chapinero (Bogotá). Inf. 34. Benjamín Alvarado B. Y José Royo y Gómez. 1940. 8 p. Exploración de la región de Puracé, Departamento del Cauca. Inf. 243. Enrique Hubach y Benjamín Alvarado B. 1932. 34 p. Informe geológico sobre el proyecto de la hidroeléctrica del Río Buey. Inf. 28. Benjamín Alvarado B. y Roberto Sarmiento. 1943. 40 p., 10 fot., 1 fig., 1 mapa. Informe geológico general sobre los yacimientos de hierro y carbón de Guasca (Cundinamarca). Inf. 458. Benjamín Alvarado B. y Roberto Sarmiento. 1943. 93 p., 21 fot., 2 cdr., 2 tab. Contribución al conocimiento de la riqueza minera de Colombia. Inf. 679. Benjamín Alvarado B. 1942. 112 p. Algunos problemas geológicos en construcción de vías de comunicación. Inf. 16. Benjamín Alvarado B. 1936. 24 p., 13 fig., 1 tab.

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Al final de la temporada de campo 1944-1945, Stirton remarcó en sus notas de campo que 6 meses de trabajo adicional en el área podrían ser provechosos. Aunque la primera temporada de trabajo de campo de la paleontología de vertebrados en el valle superior del Magdalena había sido un gran suceso, cada expedición posterior probó su éxito. Muchos de los vertebrados fósiles colectados durante ésta y subsecuentes expediciones, con asociación entre el UCMP y el SGNC, reposan en el Museo de Paleontología de la Universidad de Cali‑ fornia, aunque importantes especimenes también pueden ser encontrados en el Museo Geo‑ lógico José Royo y Gómez de INGEOMINAS en Bogotá. [Según royo y Gómez, «El número total de ejemplares recogidos ha sido verdaderamente grande. Seleccionados por el profesor Stirton, se separaron lo que había de remitirse a la Universidad de California, y los restantes, entre los que figura un esqueleto sin cráneo del gigantesco megaterio del Cuaternario, que‑ daron definitivamente en las colecciones del Servicio Geológico Nacional, en cuyos talleres paleontológicos los estoy preparando para su exposición en nuestro Museo». En el diario personal de Royo del año 1950 anota la recepción de fósiles de Berkeley]. Los resultados publicados por Royo y Gómez y Stirton abrieron los ojos de la co‑ munidad científica internacional a la importancia de los vertebrados fósiles de esta área colombiana. [«… el resultado obtenido por esta Comisión ha sido óptimo, tanto en el sentido paleontológico como en el geológico. Los restos de vertebrados fósiles, aunque se han recogido unas cuantas toneladas, no se han agotado en las regiones exploradas y además, por falta de tiempo se han dejado de visitar otras muchas localidades en donde se tiene la seguridad de la existencia de tales restos. Es decir, que aun queda mucho por hacer en los trabajos de exploración y excavación de los yacimientos de vertebrados fósiles colombianos. El mismo profesor Stirton, admirado por la riqueza de los fósiles encontra‑ dos y de la posibilidad de nuevos e interesantes descubrimientos recomendó al Servicio Geológico Nacional la continuación de estas investigaciones con toda intensidad, para las que él sigue brindando también su valiosa colaboración». Royo incluyó en su informe “Los Vertebrados del Terciario Continental Colombiano” (1945) la paleogeografía de Colombia durante el Terciario]. Segunda temporada de campo. Siguiendo el acuerdo original con la Tropical Oil Com‑ pany para correlacionar el Cenozoico no marino de Colombia, Stirton regresó a Bogotá en mayo de 1946 para una segunda temporada de campo dedicada casi exclusivamente a la prospección del extenso Terciario cartografiado en las vecindades de Villavicencio, en los lla‑ nos orientales de Colombia. Entre mayo y agosto trabajó con cuadrillas de sismógrafos en esta zona, y en mayo 18 aprovechó la oportunidad de volar desde Bogotá a Villaviencio sobre los llanos más occidentales entre el piedemonte del Terciario, y las planicies de las llanuras. Entre mayo y julio, los esfuerzos de Stirton se vieron menguados a causa de la lluvia, que en forma de torrenciales aguaceros aplazaron la prospección por las crecidas de los ríos que entorpecían los viajes, a pesar de lo cual colectó muchos vertebrados vivientes, no encontró fósiles al este de la Cordillera. Ante estas circunstancias, y por solicitud de la Tropical Oil Company Stirton, Stirton prospectó, por breve tiempo, las capas oligocénicas-eocénicas de valle medio del Mag‑ dalena entre el 24 de julio y el 10 de agosto en busca de vertebrados fósiles. Junto con el


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Etapa entre 1951 y 1953 Aspectos estructurales y administrativos. La siguiente reorganización del SGNC se produjo durante el gobierno conservador del Presidente Laureano Gómez (marzo de 1951), cuando se creó el Ministerio de Fomento, en el que se funden los ante‑ riores ministerios de Minas y Petróleos, y Comercio e Industrias. Este movimiento institucional reubicó de nuevo al Servicio en el Departamento de Minas y Petróleo, y lo reorganizó internamente, mediante el Decreto 3758 de 1951 (21 de diciembre). Aunque son encontradas las opiniones al respecto de esta reestructuración, se debe destacar la ampliación de las divisiones existentes, así como la creación de seccio‑ nes orientadas a la cartografía geológica y a la prestación de servicios relativos a la prospección de hidrocarburos. Así pues, se crearon las secciones de Fotogeología, Paleontología (con sus dependencias de Palinología y Micropaleontología), y Petro‑ grafía (con sus divisiones de Petrografía de Sedimentos y Microquímica). Indiscuti‑ blemente, este crecimiento en el papel (véase la Tabla 12) demandaba un crecimiento real de la Institución.   Tabla 12.    Estructura del SGNC según reorganización de 1952 Sección

Encargados

Especialidad y/o cargo

Geología general y Económica

José Sandoval Roberto Wokittel

Geólogo y petrólogo Geólogo e ingeniero de minas

Fotogeología

J. Kaizer H. C. Raasveldt

Fotogeólogo Fotogeólogo

Hidrogeología

Wolfgang Diezemann

Hidrogeólogo

Petrografía

Wolfgang Nelson

Petrógrafo

Petrografía de sedimentos y microquímica

Alfonso Hernández M.

Químico mineralógico del Laboratorio Químico Nacional

Estratigrafía y Paleontología

Hans Bürgl

Geólogo y Micropaleontólogo

Documentación geológica (Museo Geológico)

Luís F. Rincón Saenz Edgard Aldana

Conservador de petrografía y encargado del Museo Geológico Conservador de paleontología y geología estratigráfica

En octubre de 1951 fueron anexados al SGNC los laboratorios nacionales de fomento minero de Pasto, Ibagué y Quibdó, así como la planta metalúrgica de Me‑ dellín, con el objetivo de llevar a cabo la labor regional de las secciones de Minas y Geología del Ministerio de Fomento. Pero, quizá los sucesos institucionales más significativos de este período fueron: a) La aprobación de la partida presupuestal del Gobierno, mediante el Decreto 1706 de 1952 (julio), para la construcción del edificio donde funcionaría el SGNC en un

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geólogo Waldo W. Waring, prospectó los horizontes de invertebrados fósiles de La Cira y Mugrosa. El 3 de agosto encontraron, en un nivel bajo de la Mugrosa, una madíbula de astrapoterido erosionada con un segundo molar inferior roto, el único mamífero fósil re‑ cuperado ese año. En 1949, Stirton regresó al valle del Magdalena en compañía de Allen Millar (zoólogo de vertebrados de la Universidad de California), Herbert Mason (botánico de la Universidad de California), y el estudiante graduado Robert W. Fields. Este último junto con Diego HenaoLondoño y José Perico, así como otros empleados del SGNC, apoyados en parte por fondos de Associates in Tropical Biogeography, llevaron a cabo estudios de campo de la estratigrafía, la botánica y la zoología del valle superior del Magdalena, especialmente en cercanías del Desierto de la Tatacoa. Stirton, Fields, Henao-Londoño y Perico colectaron muchos impor‑ tantes vertebrados del Mioceno durante un período de más de 6 meses entre enero y junio de 1949 y contribuyeron de forma importante a la lista taxonómica de la paleofauna de La Venta. En febrero de 7 Diego Henao-Londoño descubrió la mandíbula de Stirtonia (“Ho‑ munculus”) tatacoensis al este de la quebrada Tatacoa. En abril 5, Robert Fields, prospectando en las vecindades de la localidad donde fue en‑ contrado el mono Cebupithecia, descubrió las mandíbulas derecha e izquierda de un nuevo pequeño primate, el cual Stirton (1951) denominó Neosaimiri fieldsi; también descubrió ele‑ mentos pertenecientes a un pequeño armadillo y la mandíbula derecha de un roedor. El mis‑ mo día encontró un molar aislado y un incisivo de un primate. En su diario Field plasmó la curiosidad que le despertaba saber cómo sería recibida la noticia por parte de Stirton, «puedo imaginar cómo reaccionará con los dos nuevos monos», escribió. De regreso a Berkeley, Fields hizo escala en Chicago para visitar a Bryan Paterson en el Field Museum. Fields enseñó a Patterson los nuevos primates y un extraño diente de “con‑ dilartro” o “pirotera” encontrado cerca de Cerro Gordo. En Chicago Fields aprendió de Pat‑ terson que los nuevos primates no estaban relacionados con el Homunculus Santacruciano y que otros elementos de la fauna de La Venta eran morfológicamente distintos de aquellos de los Santacrucianos. Entre los más importantes trabajos de Fields en 1949 se destaca una descripción de la geología de los “badlands” de La Venta (Henao-Londoño and Fields, 1949; Fields 1959). Con el apoyo continuo de Associates in Tropical Biogeography, Donald E. Savage junto con O. P. Pearson (zoólogos de vertebrados), S. Smith (Botánico), Diego Henao-Londoño, J. B. Perico, y otros empleados del SGNC realizaron un trabajo de campo en el Desierto de la Tatacoa en el verano de 1950 (Savage 1951b; 1952). Entre los objetivos de este trabajo estaba la exploración de la periferia del desierto. A pesar de la severa restricción de gasolina para el automotor que les transportaba, a la vez que azota la denominada “violencia”, el grupo programó su trabajo entre mayo y julio, logrando encontrar y colectar espléndidos cráneos de cocodrilos antes desconocidos del Grupo Honda y numerosos coprolitos de perezoso y excelentes material de leontinidos y astrapotera (Savage, notas de campo no publicadas). La mayoría de la colección de vertebrados fósiles de las badlands de La Venta que están en el Museo de Paleontología de la Universidad de California fue preparada por W. Langston y D. Savage. La productividad científica que esta colección inspiró es prodigiosa. Además de los


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lote en predios de la Ciudad Universitaria, contiguo a las dependencias del IGAC y del Laboratorio Químico Nacional, cuyo proyecto había sido presentado en 1945; b) la creación, en enero de 1953, del Boletín Geológico como medio de divulgación mensual de los resultados de las investigaciones geológico-mineras del SGNC, si‑ guiendo la tradición de la CEGOC (de publicación extraordinaria), idea propuesta a E. Hubach por el Ministro de Fomento Rodrigo Noguera Laborde; c) el impulso dado a la exploración geológica básica y la cartografía sistemática, que se prolongó, al menos, hasta la salida de E. Hubach en 1957. El Decreto 1463 de 1952 (1 de julio), que nombró como subdirector del SGNC a Jesús A. Bueno por su trayectoria en geología aplicada a la minería y la labor adelan‑ tada en el Laboratorio Nacional de Fomento Minero de Pasto, puso en evidencia el gran interés del Servicio por la actividad minera. Por ésta época, el país aun no dispo‑ nía del número suficiente de profesionales de las geociencias, para poder atender las solicitudes y requerimientos, tanto de las entidades públicas como privadas, en los diferentes campos (investigación, trabajos de terreno, atención al cliente, educación, etc.). Por tal razón, en 1952 el Gobierno colombiano, aconsejado por el Director del SGNC, E. Hubach -quien además tenía en mente dar un impulso especial a algunos departamentos del Servicio-, contrató algunos investigadores extranjeros, como ya había sucedido en ocasiones anteriores. Los investigadores deberían trabajar un período mínimo de 2 años, adelantar labores específicas en diversas áreas, así como ayudar a formar personal profesio‑ nal nacional que, además, se vería favorecido por las posibilidades de estudio en el exterior. Los investigadores que llegaron al SGNC fueron el geólogo y micropaleon‑ tólogo austriaco Hans Bürgl, el palinólogo holandés Thomas van der Hammen, el fotogeólogo canadiense H. C. Raasveldt, el petrógrafo norteamericano Wolfgang H. Nelson y el ingeniero de minas alemán Robert Wokittel. Aspectos técnico-científicos. Pese a las dificultades de presupuesto y personal, en el año 1952 la obra del SGNC no era para nada despreciable: el Mapa geológico de Colombia a escala 1:2’000.000; mapas geológicos de los departamentos de An‑ tioquia, Cundinamarca, Magdalena, Nariño, Norte de Santander, Santander, Tolima, Guajira y Atlántico; y 915 informes geológicos sobre temas de geología regional, paleontología, geología económica, ingeniería geológica e hidrogeología que abar‑ caban varias zonas del país. Por otra parte, las nuevas secciones empezaban a funcionar con el trabajo (aún individual) de los expertos extranjeros traídos por E. Hubach. Por ejemplo, el geólogo y micropaleontólogo, Doctor en geología y paleontología, Hans Bürgl, discípulo de Eduard Suess, recaló en Colombia luego de una prolífica carrera de casi 20 años en la industria petrolera que lo llevó por Egipto, Rumania, Checoslovaquia y de regreso en su Austria natal. Hombre ajeno a polémicas de política, credo o religión, su vida

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documentos ya citados, la colección de la Universidad de California inspiró muchas tesis de postgrado y otros estudios científicos. 56. Algunos protagonistas de la Comisión para Vertebrados: a) R. A. Stirton; b) José Perico y Alejandro del Río (?); c) José Royo y Gómez; d) Auxiliares de campo; e) investigadores en la década de los años 70

Como se ha mencionado antes, otros esfuerzos colectores del material fósil del Mioceno se presentaron entre 1950 y 1985, entre los que se destacan los nombres de los investiga‑ dores: José Antonio Calderón Avendaño (Villavieja) junto con Robert Hoffstetter, Jaume de Porta y Fernando Etayo-Serna en 1966. Precisamente éstos últimos investigadores, junto con J. B. Perico, y como funcionarios del SGNC y fondos del CNRS y el Museo Nacional de Histo‑ ria Natural de París, visitaron el área nororiental de Villavieja donde hicieron una interesante colección de fósiles de vertebrados, incluyendo culebras, roedores, xenarthans, notoungu‑ lados y litopterns de los estratos aflorantes en la Quebrada La Venta cerca de los Mangos (Hoffstetter 1967ª, 1967b, 1970ª, 1971, 1976; Hoffstetter and Rage 1977; Hoffstetter and Soria 1986). La colección fue dividida: una porción reposa en parís, parte en el Instituto de Ciencias Naturales en Bogotá y parte en la Universidad Industrial de Santander. En 1980 Hoffstetter volvió a visitar el área de Villavieja con F. Etayo y D. García de la Universidad Nacional de Colombia y la colección lograda ese año reposa en el Instituto de Ciencias Naturales en la Ciudad Universitaria en Bogotá. Otros personajes que trabajaron en la zona fueron Franklyn B. Van Houten del Depar‑ tamento de Geología de la Universidad de Princeton ejerciendo como director de varios estudiantes en sus tesis doctorales sobre la geología del Terciario del calle superior del Mag‑ dalena, incluyendo el Grupo Honda (Van Houten and Travis 1968; Wellman 1970; Anderson 1972; Howe 1974; Van Houten 1976). La colección obtenida en este trabajo de campo incluye algunos grandes fósiles de mamíferos que reposan en el Museo de Historia Natural Peabody en la Universidad de Yale (New Haven - Connecticut). Ernst L. Lundelius, Jr. , de la Universi‑ dad de Texas en Austin, visitó brevemente el área en 1972 con Van Houten y lograron confor‑ mar una pequeña colección, la cual está ahora en el museo de la Universidad de Texas. Fernando Etayo, profesor de geociencias y miembro del Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia en Bogotá ha mantenido su interés en la paleontología de vertebrados del área. Su interés en la fauna de La Venta, en particular, aumentó durante sus estudios en la Universidad de California (Berkeley) donde obtuvo el Ph. D. El Instituto de Ciencias Naturales aloja algunos de los vertebrados fósiles del Micoceno del Grupo Hon‑ da que fueron colectadas en 1966 y 1980. Alberto Cadena, profesor de mamología y miembro del Instituto de Ciencias Naturales, también estuvo involucrado en el estudio de vertebrados fósiles, especialmente de pequeños mamíferos, en colaboración con las expediciones de la Universidad de Kyoto (Setoguchi et al. 1986), iniciadas en 1977 y continuadas en la década de 1980, y dirigidas primero por Kondo Shiro y posteriormente por Nogami Yasuo y con el apoyo del Ministerio Japonés de Educación. Kubet Luchterhand del Museo de Historia Natural Field de Chicago, con el apoyo de la Nacional Geographic Society, conformó una pequeña colección de vertebrados fósiles de la


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familiar, social e intelectual (expuesta en sus escritos filosóficos) nunca fue limitada por cuestiones. Bürgl arribó en 1952 con el objetivo, propuesto por E. Hubach, de organizar la investigación geológica en los departamentos de Estratigrafía y Paleontología. Pasa‑ do el tiempo, decidió permanecer en el paraíso que él proclamaba, con pasión, haber encontrado en Colombia, «un lugar donde todo estaba por descubrir», motivación suficiente para llevar a cabo su fructífero, aunque por desgracia relativamente corto, trabajo científico, realizado hasta su muerte en 1966. Dio un especial impulso al de‑ sarrollo de la Sección de Paleontología que inició Royo y Gómez. Esta labor fue com‑ partida con la docencia como profesor del Instituto de Ciencias y posteriormente del Departamento de Geociencias de la Universidad Nacional, creado en 1956. Por otra parte, Bürgl fue de los personajes que no escatimó comentarios elogiosos, dirigidos a sus colegas europeos, sobre el esfuerzo que realizaba el Gobierno colombiano por adelantar estudios geológicos. H. Bürgl realizó un gran número de estudios e informes, muchos de los cuales permanecen inéditos. Según Espinosa (1994), entre los informes del SGNC figuran unos 25 en donde figura como único autor y 7 como primer autor. Afortunadamente, su obra original está bien conservada en los archivos que, con celo y orgullo, conser‑ va su familia en espera de un estudio detallado. Sus investigaciones abarcaron as‑ pectos variados como los yacimientos minerales y minería, con marcado énfasis en la estratigrafía y la paleontología, la mayoría publicados en el Boletín Geológico (entre 1954 y 1967). No obstante, su principal obra, Historia Geológica de Colombia apa‑ reció en la Revista de la Academia de Ciencias, y es un trabajo vigente en casi todos sus aspectos. Entre sus principales estudios se cuentan el Catálogo de las Amonitas de Colombia. Parte I, Pulchellidae (1956) y Bioestratigrafía de la Sabana de Bogotá y alrededores (1957). En cuanto a estudios de geología económica se deben citar El Descubrimiento de Petróleo en Tolú, Departamento de Bolívar (1954), Condiciones Geológicas de las Minas de Esmeraldas de Muzo (1955, publicada por Domínguez en 1965), y Recomendaciones Respecto a la Explotación de Esmeraldas en Muzo y Coscuez (1959). Otros trabajos pueden apreciarse en las Tablas 13, 14 y 15. Por otra parte, la Sección de Estratigrafía y Paleontología amplió sus actividades a la paleobotánica, esencialmente a la palinología, con la llegada de Thomas van der Hammen quien realizó grandes contribuciones científicas tanto en el SGNC (y pos‑ teriormente al INGEOMINAS) como en publicaciones ocasionales, en su mayoría en el Boletín Geológico. Sus trabajos han permitido establecer una división zonal muy completa del Cretáceo superior y del Terciario colombianos, y relacionarlos con los mismos períodos de otros países tropicales (Botero, 1978). Entre sus trabajos más importantes se cuentan: Periocidad climática y evolución de floras del Maestrichtia‑ no y del Terciario (Boletín Geológico del SGNC, 1957) y la Estratigrafía del Terciario

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Formación Villavieja en 1980. Esta pequeña colección está ahora en el Field Museum e inclu‑ ye el espécimen tipo del mono Mohanamico hershkovitzi (Luchterhand et al. 1986). Carlos Villarroel del Departamento de Geociencias de la Universidad Nacional de Co‑ lombia, organizó varios viajes de campo de geología y paleontología al Desierto de la Tata‑ coa desde 1985 y logró confeccionar una importante colección de los vertebrados fósiles del Grupo Honda en el departamento (Villarroel y Guerrero 1985), así como descrito Mamíferos fósiles del Plesitoceno tardío de los suelos superficiales en el Desierto de la Tatacoa (Villarroel et al. 1989). La Universidad de Duke e INGEOMINAS iniciaron una prospección anual en el Mio‑ ceno del Grupo Honda en 1985 bajo la dirección de Richard F. Kay, con el apoyo de la Na‑ cional Geographic Society (1985 y 1986) y la U.S. Nacional Science Foundation (1987-1989, 1990-1992). En este proyecto participaron grupos multidisciplinarios de ambas instituciones, aunque también colaboraron en los trabajos de campo y en la investigación científica la Uni‑ versidad de Oklahoma, el Field Museum of Natural History (Chicago), el Museo de Ciencias Naturales de la Plata (Argentina), la Southern Methodist University (Texas), el Institute of Human Origins (Berkeley) y la Universidad Nacional de Colombia (Bogotá). La colección conformada en los 7 años de trabajo alcanzó 3272 especimenes catalogados de más de 140 localidades en 52 niveles estratigráficos diferentes en el Grupo Honda, y reposa en el Museo Geológico José Royo y Gómez de INGEOMINAS he incluye material representativo de casi todos los vertebrados, especialmente, fósiles de pequeños mamíferos. Finalmente, Richard L. Cifelli (Universidad de Oklahoma) y Anne H. Walton (Southern Methodist University) establecieron un programa de tamizado y prospección de campo de todo el Desierto de la Tatacoa en búsqueda de pequeños vertebrados, usando las facilidades del laboratorio de geología de la empresa petrolera Hocol en Campo Tello. En resumen, los vertebrados fósiles de La Venta han sido y continúan siendo un material de interés disponible para científicos de argentina, Colombia, Canadá y los Estados Unidos. El último trabajo es el de “Vertebrate Paleontology in the Neotropics. The Miocene Fauna of La Venta, Colombia. 57. Parte del material fósil encontrado por la Comisión para Vertebrados en diversas localidades


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y Maestrichtiano continentales y tectogénesis de los Andes Colombianos (Boletín Geológico del SGNC, 1957). En el campo de la geología económica se destacó el ingeniero alemán Robert Wokittel, quien había estado vinculado como profesor a la Escuela de Minas de Me‑ dellín, y se integró al Servicio Geológico formando parte de la Sección Geología General y Económica. Como Paleontólogo, H. Wolfgang hizo aportes de gran valor en el estudio de las rocas ígneas y metamórficas. Sus trabajos más conocidos son los cortes Geológicos en las cordilleras Central (Ibagué – Armenia) y Occidental (Cali – Buenaventura), publicadas en el Boletín Geológico. (Espinosa, 1984). H.C. Raasveldt, tuvo el mérito de introducir en el país las nuevas técnicas de fotointerpretación geológica (Espinosa, 1984:241), trabajos que cubren gran parte del territorio del país, siendo publicados en cuadrángulos o planchas, escala 1:1.000.000, las cuales fueron básicas y fundamentales en la elaboración de la cartografía geológica, adelantada tanto por las instituciones del Estado, como por las empresas privadas.

Etapa entre 1953 y diciembre de 1957, Instituto Geológico Nacional de Colombia (IGNC) Aspectos estructurales y administrativos. A principios de 1953, todavía durante el gobierno interino de Roberto Urdaneta Arbeláez, el SGNC sufrió una nueva reorga‑ nización. Según el Decreto 738 de 1953 (12 de marzo, 3 meses antes del golpe militar de Rojas Pinilla) se efectuó otra reestructuración del Ministerio de Fomento. Parti‑ cularmente el SGNC requería una organización suficiente y apropiada para afrontar los retos que imponía la cada vez más desarrollada industria petrolera y la necesidad creciente de recursos mineros. La reestructuración institucional le asignó el nombre de Instituto Geológico Na‑ cional de Colombia y le permitió crear más plazas para investigadores nacionales y extranjeros (principalmente europeos). En esta época se vincularon al IGNC profe‑ sionales colombianos, entre otros, el hidrogeólogo Jaime López Casas y el ingeniero de minas Jesús Antonio Bueno. No obstante, es justo anotar que las reestructuracio‑ nes no lograron paliar la permanente falta de continuidad de objetivos y métodos de trabajo, como tampoco lograron la consolidación de una escuela de geólogos nacida del SGNC que trascendiera en el largo plazo, esencialmente, por la falta de incentivos que hacía que los profesionales colombianos emigraran rápidamente a la empresa privada, después de un corto paso por las instituciones públicas. Precisamente, esta dificultad parece que fue percibida por el Subdirector del IGNC, Jesús A. Bueno, cuando en 1957 presentó el informe geológico 1234 con ob‑

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▲  Diversas Comisiones del SGNC (1939-1951): El topógrafo Manuel I. Varón a) En las pla‑ yas de Tolú (1944) y b) en Montería (1944); c) El Hato – Nazareth (1939); d) Abastecimiento de aguas para Cartagena, exploración en Caño del Loro (topografía y geofísica); e) Balsillas (Cerros de la Usca – Huila); f) Cerro de Santa Elena – Albán (Fm. Guadalupe); g) Sincelejo (1944); h) Cerro de La Popa (Cartagena, 1943); i) San Rafael /Sabana de Bogotá (1950)


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servaciones para un plan de ordenamiento de las labores técnicas del IGNC. Es evi‑ dente que se pretendía una organización estable y suficiente que diera prioridad a la investigación sistemática, superando lo urgente, coyuntural y accidental, como había sido siempre el objetivo desde la ya lejana CCN. Sus propósitos no se cristalizaron, al parecer interrumpidos por un nuevo cambio de gobierno y por el retiro de la direc‑ ción del IGNC de Enrique Hubach, después de 7 años ejerciendo este cargo. Aspectos técnicos y científicos. Entre los logros más importantes de este pe‑ ríodo se debe destacar la iniciación de la publicación del Mapa geológico de Colom‑ bia por cuadrángulos, que comienza con la plancha L-9 Girardot, a escala 1:200.000, publicada a todo color en 1956. A partir de los resultados científicos se puede colegir que la Institución logró una buena reorganización tanto en el área geológica como en las aplicadas a la explora‑ ción y explotación de hidrocarburos y minería, así como mayor protagonismo en el ámbito social público y privado. Sin embargo, una evaluación más detallada y pro‑ funda sobre el éxito del IGNC requiere de una perspectiva que sólo puede obtenerse desde los acontecimientos posteriores. Además de los estudios ya mencionados, Enrique Hubach realizó una labor in‑ vestigativa importante que abarca una gama completa de áreas de la geología como la estratigrafía, la tectónica y la geología económica y la hidrogeología, influenciado por las teorías de Eduard Suess. Se suman a los estudios de Hubach ya relacionados para el período entre 1924 y 1939, los 111 informes realizados en la etapa del SGNC, entre los más importantes la Estratigrafía de la Sabana de Bogotá y sus alrededores (1957), la Creación del piso de Cáqueza y la Contribución a las unidades estratigráfi‑ cas de Colombia (1957, Informe 1212). Otros estudios relevantes son los de geología económica e ingeniería geológica como el de Yacimientos de mineral de hierro, de carbón y de caliza como base de la industria siderúrgica (publicado en el Boletín Geológico, vol I, 1953) y el Proyecto del Río Teusacá destinado a abastecimiento de agua pura para Bogotá (CEGOC, Tomo VII, 1946). También son importantes otros estudios que no fueron realizados para la CCN o el SGNC, sino para otras institu‑ ciones públicas, entre los que se destaca uno, para el Instituto de Fomento Industrial (IFI) denominado Aspecto geológico y económico del yacimiento de carbón del Cerrejón, Departamento del Magdalena (1947). Según anota Armando Espinosa (1994), hasta 1960 aparecían en la bibliografía de los informes del SGNC 170 informes con autoría única de E. Hubach y 39 como primer autor. Los más destacados fueron publicados en la CEGOC. A esta cifra hay que sumar los trabajos publicados en el Boletín Geológico, la Revista de Ciencias del Suelo, el Boletín de Historia y Antigüedades, el Boletín de Minas y Petróleo, los trabajos hechos para le Shell Oil (1938-1946?) y los textos no publicados. Todo ello,

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▲  Diversos recortes de prensa que muestran la repercusión de los trabajos del SGNC en la socie‑ dad colombiana de la época (1939-1951)


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además del análisis científico validado con los años, da idea de la jerarquía e impor‑ tancia de este científico para el conocimiento geológico de Colombia. Los informes realizados por el SGNC en esta etapa, que fueron publicados en la Compilación de Estudios Geológicos Oficiales en Colombia, se aprecian en la Tabla 13, y en el Anexo I los publicados en el Boletín Geológico.   Tabla 13.    Informes del SGNC, publicados entre 1951 y 1957 en la CEGOC Estudio o informe Tomo XL. 1993 Contribución al conocimiento geológico de la región ígnea entre Prado, Dolores, Alpujarra y Natagaima, Departamento del Tolima. Wolfgang Nelson, 80 p., 15 fig., 10 tab. Inf. 904. Fuentes saladas del municipio de Nimaima, Departamento de Cundinamarca. Inf. 1237. Jaime López Casas, Alvaro Murcia Aguilera, 1957. 12 p., 1 fig. Minerales radiactivos en Colombia. Jesús Emilio Ramírez, 1956. 6 p., 5 fig. Tomo XVL. 1994 Prospección de yacimientos de metales en la región del Río Andagueda (Chocó). Inf. 854. Wolfgang Diezemann. 1952. 36 p. 2 anx. Apuntes sobre la geología y los carbones de la Serranía de San Jerónimo, Córdoba. Inf. 1200. Hans Bürgl. 1956. 24 p. 8 fig., 7 fot., 1 mapa. Geología de los alrededores de Subachoque, Cundinamarca. Inf. 1224. Hans Bürgl. 1957. 37 p. 11 fig. 9 fot., 1 col., 2 cort. Contenido fosilífero de la Sabana de Bogotá y sus alrededores. Inf. 1189. Hans Bürgl. 1956. 68 p. 19 pl., 1 mapa. Fósiles marinos Maestrichtianos de Usaquén-Sopó y el desarrollo del Senoniano en los alrededores de Bogotá. Inf. 1283. Hans Bürgl. 1957. 39 p., 2 pl., 1 col., 2 tab. Los deslizamientos a lo largo del acueducto de Socorro, Santander. Inf. 1068. Hans Bürgl. 1954. 16 p., 3 fig., 6 fot. Algunas observaciones geológicas en los alrededores de Vélez, Santander. Inf. 795. Hans Bürgl. 1954. 9 p. 1 pl. Moluscos miocenos del borde llanero de la Cordillera Oriental. Inf. 1119. Hans Bürgl y Margoth Barrios M. 1955. 9 p. 1 pl. La microfauna de la perforación Ranchería 1. Inf. 1134. Hans Bürgl. 1955. 18 p., 1 col., 1 cort., 1 mapa. El descubrimiento de petróleo en Tolú, Bolívar. Inf. 1015. Hans Bürgl. 1954. 22 p., 7 fot., 2 pl. Tomo XVIL. 1994 Yacimientos importantes de caliza para cal agrícola en Colombia. Inf. 769. Enrique Hubach. 1951. 20 p. El suelo y la roca en Colombia. Inf. 1070. Enrique Hubach. 1954. 27 p.

Etapa entre diciembre de 1957 y julio de 1960, Servicio Geológico Nacional de Colombia Aspectos estructurales y administrativos. Para reemplazar a Enrique Hubach fue llamado por el nuevo Gobierno (Decreto 1395 de 1957 – julio) Benjamín Alvarado

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Microhistoria 4

El Mapa Geológico General de la República de Colombia, 1944

l conocimiento de la constitución geológica de un país se plasma en el Mapa Geológico que es su documento de identidad internacional, un documento vivo en permanente perfec‑ cionamiento y ampliación. Sin lugar a dudas, la elaboración de una carta geológica moderna del país fue, sobre el papel, el objetivo más importante planteado para la institucionalización de la geología en Colombia, desde la fundación de la CCN hasta la actualidad. No obstante, los esfuerzos por alcanzar este objetivo han sido discontinuos y se han visto relegados en al‑ gunos momentos a jugar un papel subordinado a la exploración de los recursos minerales del territorio colombiano, sin desconocer la utilidad que la cartografía geológica de prospección y económica tiene sobre la cartografía geológica básica. Al respecto, en el informe sobre la labor de INGEOMINAS, desde 1916 hasta 1987, ela‑ borado por Alberto Lobo-Guerrero Uscátegui, se puede leer: « Difícilmente se puede concebir algún proyecto en cualquiera de las áreas citadas [prospección de minerales, incluyendo los combustibles fósiles; geología para inge‑ niería de obras civiles; riesgos geológicos, e hidrogeología, entre otras], que no deba contar como pre-requisito obligatorio con un buen mapa geológico». La Comisión Científica Nacional comenzó con un notable interés por la cartografía geo‑ lógica básica, a pesar de que ésta fue dirigida hacia las zonas donde las urgencias generadas por la necesidad de georecursos conducían los estudios. Esto produjo que tal investigación fuera errática y no sistemática como R. Scheibe y Ricardo Lleras Codazzi la concebían. Sin embargo, si se analiza su producción cartográfica de la CCN, así como muchos trabajos an‑ tecedentes, se aprecia que los estudios y sus mapas, al menos antes de 1933, eran esencial‑ mente científicos y de geología básica. En general el provecho de esta información en el estudio de los yacimientos minerales es relativo para la época, pero sin duda, el aporte a la conformación del primer Mapa Geológico Generalizado de la República de Colombia en 1945 y los posteriores es indudable. Pero se ha de comenzar por el principio. De acuerdo con lo escrito en los Antecedentes de la “Breve Explicación del Mapa Geológico de la República de Colombia” (1945). En el siglo XIX «se habían confeccionado varios mapas geológicos que, si bien no eran exclusi‑ vamente de Colombia, comprendían toda la América del Sur y, por tanto, marcaban rasgos generales de su geología. Estos mapas, sin embargo, no pasaban de ser simples bosquejos,


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Biester, quien debería hacerse cargo, por segunda vez, de la dirección del IGNC o Sección Quinta del Ministerio de Minas y Petróleo. J. A. Bueno siguió ejerciendo la subdirección hasta su nombramiento como director de la Sección de Minas del Ministerio. En estos años, los problemas descritos para la década anterior no ha‑ bían desaparecido. Como en aquella época, y en ocasiones anteriores, el Servicio afrontaba la escasez de presupuesto (o al menos la mala destinación y gestión del mismo) y de personal especializado. Sin embargo, había una diferencia con los años anteriores: se empezaba a avizorar una nueva etapa de la Institución, pues desde el Ministerio se entendía para qué servía el Servicio Geológico, además de que ya existía el IGAC, lo que facilitaba la labor de cartografía sobre bases topográficas más confiables. Se entraba pues en un proceso de transformación que tardaría en conso‑ lidarse aun hasta los primeros años de la década de 1960. Si se mira en retrospectiva, la creación de la CCN y el SGNC, se recordará que uno de los principales objetivos de la investigación geológica sistemática oficial en Colombia fue el inventario de riquezas mineras. En el año 1958 aún faltaba mucho por hacer en este aspecto. Es indudable que se había avanzado bastante con rela‑ ción a 1916, pero no lo suficiente, y se había hecho erráticamente con interrupcio‑ nes constantes, sin una proyección continua, dando saltos según las coyunturas del momento. La tímida relación entre los sectores público y privado, tampoco se había consolidado, salvo en contados casos, esencialmente en lo referente a la prestación de servicios para el estudio y utilización de materia prima. Estos reiterados y renova‑ dos objetivos fueron los que se quisieron alcanzar con una reorganización del IGNC, dentro de una más amplia reestructuración del Ministerio, según el Decreto 365 de 1957 (11 de diciembre). En un párrafo extraído de un memorando interno al Ministro a raíz de la reorga‑ nización proyectada para 1957 se ponía que: «El mayor tropiezo que encuentra el Servicio Geológico Nacional es el referente a personal técnico especializado, debido a la poca remuneración que el Servicio ofrece. El Ministerio ha tratado de subsanar esta deficiencia enviando al exterior ingenieros graduados a especializarse en los distintos ramos, los cuales se comprometen, una vez regresados al país, a prestar su colaboración en el Gobierno por un período de más o menos 4 años. Durante el tiempo de servicio en la entidad oficial, es claro que estos profesionales adquieren experiencia a través de los distintos trabajos que les toca desarrollar; pero el Ministerio sólo aprovecha de manera fugaz esta preparación y experiencia, porque el técnico, apenas cumple su contrato, se desplaza a la industria privada, donde encuentra mejor retribución para su trabajo. En estas condiciones cuando podrá el Servicio Geológico Nacional prestar los eficientes y completísimos servicios que debiera brindar».

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puesto que los estudios geológicos del continente no estaban más que en sus comienzos y en consecuencia faltaban muchos datos para que se les pudiera considerar como verdaderos mapas geológicos». En la Tabla C se aprecian los principales mapas geológicos preliminares de Colombia, que junto con lo descrito en los capítulos 1 y 2 de este libro son evidencia de que «el desarrollo de los estudios geológicos en el país, el desenvolvimiento de su minería, y el progreso de sus obras públicas, se su agricultura y de otras ramas de la técnica moderna demandaban, desde hacía algún tiempo, un mapa geológico lo más detallado posible que sirviera de guía o de orientación para aquellos diversos trabajos».

Tabla C.    Mapas geológicos de preliminares de la geología colombiana Mapa Mapa de la Nueva Granada

Autor / Observaciones

Lugar y fecha

Boué

París, 1844

Joaquín de Acosta

París, 1847

d’Orbigny

París, 1847

Foeterle Mapas varios Berghaus

Gotha, 1856 Con explicación de Marcou

1875

Con datos de Steinman

1892

“Mapa Geológico de la Gran Colombia” , bosquejo, Esc. aproximada 1:8’000.000

Hermann Karsten

1856, 1886

Reproducción del mapa de Karsten en el Atlas Geográfico e Histórico de la República de Colombia

Agustín Codazzi, Manuel M. Paz y Felipe Pérez.

1889

Plancha “Colombia Geológica” en el Atlas Completo de Geografía Colombiana

Francisco José Vergara Impreso por la Imprenta Eléctrica de Bogotá.

1906

“Mapa geológico Sintético de Colombia”, Esc. aproximada 1:2´700.000

Tulio Ospina

1912

Croquis Geológico de Colombia, Esc. 1:4´000.000

Ricardo Lleras Codazzi (¿?)

1919

Mapa de la región Andina de Colombia Esc. aproximada 1:17’000.000

L. G. Humtley y Shirley Manson Incluye un corte geológico-estructural desde el norte de Buenaventura al Lago de Maracaibo.

1922

“Croquis Geológico de Colombia”, Esc. 1:2’300.000.

Juan de la Cruz Posada Con compilación de datos personales y de otros investigadores (CCN).

1928

Mapa geológico del continente con inclusión de Colombia en su Geología de Suramérica

H. Gerth

Berlín, 1932/35


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

Algunos aspectos novedosos que se recuerdan de esta reforma fue la redenomi‑ nación como Servicio Geológico Nacional de Colombia, como Sección Séptima del Ministerio; la Sección de Geología Minera fue denominada como geología econó‑ mica; además se incrementó el personal geocientífico, que pasó de 4 a 19 geólogos distribuidos en 5 sub-secciones: Museo, Hidrogeología e Ingeniería Geológica, Geo‑ logía Económica, Fotogeología y Estratigrafía (paleontología, paleobotánica, petro‑ logía y mineralogía). En septiembre de 1958 fue designando en la dirección del SGNC, en reemplazo de B. Alvarado, el Ingeniero geólogo Fernando Paba Silva (Decreto 1643 de 1958, de agosto 27), quien había sido parte del SGNC desde hacía más de una década atrás. Otra propuesta de reestructuración fue presentada por el nuevo director. Otro evento importante del año 1958 fue la inauguración de la sede propia de la Institución en el edificio actual de la Ciudad Universitaria en Bogotá, después de 8 años que el Ministerio inició la construcción, aunque sin contar con los recursos aprobados para su construcción ($400.000). Sin embargo, Benjamín Alvarado, en su segunda dirección, puso todo su empeño en sacar adelante el proyecto que finalmen‑ te contó con la financiación de ECOPETROL, y que redimió al SGNC del peregrinaje que sufrió desde su conformación, y del que fueron víctimas todas sus secciones y personal. Las sedes que ocupó fueron las del Capitolio Nacional (1917), el Barrio Los Mártires (1923), la Calle 15 con carrera 9ª en el Barrio La Capuchina (1940) y a la Calle 53, carreras 5ª y 6ª (hoy en día no existen esas casas) y carrera 15 entre calles 9 y 10 (1950). Parque de los Mártires, donde hoy en día existe la edificación, dentro de una Zona Militar. Finalmente fue traslada a la Sede actual, ubicada en la Diagonal 53 No. 34 – 53, en predios de la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional de Colombia – Sede Bogotá. En 1956 se trasladó la Sección de Estratigrafía al bloque norte, con sus depen‑ dencias de Paleontología y Paleobotánica; no así la de Petrografía, por falta de do‑ tación. La instalación de las secciones del SGNC, que venían funcionando en las casas de la calle 53 entre carreras 5ª y 6ª, tampoco fue una tarea sencilla y libre de complicaciones debido a los costos que demandaban las adecuaciones y la instala‑ ción misma..En el mes de julio de 1958 se trasladaron al resto del edificio, ya termi‑ nado, las secciones de Geología Económica, Hidrogeología e Ingeniería Geológica, Fotogeología y la Dirección. Quedaban aún por fuera, por falta de local, el Museo Geológico y los laboratorios de Petrología y Petrografía, dependencias indispensa‑ bles para el normal funcionamiento del Servicio. A pesar de que el edificio carecía de los servicios básicos, como luz, agua y teléfono, tanto el personal técnico como el de asistentes y colaboradores laboraron en estas condiciones, según la Memoria del Ministro de Minas y Petróleo al Congreso de 1959.

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Como se ha dicho antes, la aspiración nacional (al menos de algunos de sus dirigentes) de desarrollar una cartografía geológica, que se había puesto de manifiesto ya desde la con‑ formación de la Comisión Científica Nacional (1916), se vio nuevamente reforzada cuando en el Plan Reorgánico para el SGNC. Desde el año de 1939 se inició un trabajo que vio la luz por primera vez en 1944, entre tanto, ocurrió lo siguiente. A principios de 1940 se contrató al geólogo Víctor Oppenheim para encargarse de la Co‑ misión de Estudios Geológicos Regionales destinados al levantamiento del Mapa Geológico y para determinar los rasgos geológicos que gobiernan la acumulación de minerales de interés económico. Posteriormente, Alvarado encargó al geólogo Suárez Hoyos la labor de reducir a una sola escala el material cartográfico de los informes resultantes de las comisiones y visitas de campo, muy dispares unos de otros, empezando con ensayos de mapas departamentales, labor que llevaron a cabo, en sus horas libres, los dibujantes y topógrafos del SGNC. La obra terminó siendo dirigida por José Royo y Gómez quien con su capacidad como estratígrafo y especialmente su organización, método y capacidad de trabajo como biblió‑ grafo y sintetizador de información, aprovechó al máximo la que estaba disponible, bien sea primaria, resultado del aporte de los geólogos que trabajaban en el país y de su propia exploración de campo, o secundaria que hubiera que rescatarla del ostracismo de los archivos nacionales e internacionales. «En 1943 Víctor Oppenheim publicó en la Revista de la Academia Colombiana de Cien‑ cias Exactas Físicas y Naturales, un croquis denominado “Primer Mapa Geológico Genera‑ lizado de Colombia” a escala 1:2’000.000. Con rasgos muy generales y grandes manchones figuraban en él los terrenos Terciario, Cretáceo, Jurásico (Girón) y Paleozoico y las rocas íg‑ neas meso-cenozoicas y las ígneas y metamórficas pre-mesozoicas. No se distingue sin em‑ bargo el Cuaternario, ni las rocas volcánicas modernas».

60. “Primer Mapa Geológico Generalizado de Colombia” (1943), por Víctor Oppenheim – Servicio Geológico Nacional (escala 1:2’000.000)

La labor del SGNC y sus integrantes dio como resultado un borrador de los trabajos preliminares del Mapa Geológico de Colombia (Alvarado y Royo y Gómez, 1943) con el nombre de Breve y Sencilla Explicación del Croquis Geológico General de la república de Colombia (Escala 1:2’000.000). El Mapa y su memoria fueron publicados como un informe técnico del SGNC (Alvarado y Royo y Gómez, 1944) y en la Compilación de los Estudios Geológicos Oficiales de Colombia, T. VI, anexo 1. Bogotá, 1945. La información que figura en el mapa geológico general de la República de Colombia, fue obtenida de las publicaciones existentes sobre geología del país, de los informes suministrados por las compañías petro‑ leras que trabajaban en el territorio nacional y de los estudios realizados por el personal de geólogos que colaboraba en el Servicio Geológico. Royo y Gómez redactó casi exclusivamente el texto explicativo del mismo con la parti‑ cipación de Benjamín Alvarado, texto que acompañó la edición del mapa hecha por el Banco de la República. En esta memoria explicativa se hacía una introducción general para después dedicarse a la descripción de rocas, terrenos, edades, etc. de la geología colombiana. El texto


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

Por otra parte, el sitio para el Museo Geológico estaba previsto y haría parte inte‑ gral de los tramos terminados del edificio. A pesar de que en 1958 se había reservado una partida del dinero cedido por ECOPETROL en 1957 para iniciar su construcción, esta obra no se realizó debido a que la Contraloría General de la República resolvió suprimir dicha partida, dejando por este motivo desarticulado el Servicio Geológico. El Museo Geológico siguió funcionando en su antigua sede (Carrera 15 con calle 9), donde José Royo y Gómez lo dejó instalado en 1951. A pesar de logros, como la sede propia y las esperanzadoras reestructuraciones, la situación presupuestal del SGNC al final de la década de 1950 era precaria. En la Memoria del Ministro de Minas y Petróleo al Congreso en 1959 se puede leer: «Hasta la fecha las comisiones de estudio se han limitado, por las dificultades fiscales, al estudio de yacimientos aislados y a colaborar con aquellas entidades oficiales y particulares que sufragan los gastos que demandan las comisiones. Este sistema no debe continuarse, porque en esa forma no se valora en toda su magnitud los estudios que hace el Servicio Geológico, y porque en cierto modo es una competencia desleal para con las empresas particulares que se dedican a las exploraciones y prospecciones geológicas, y porque además el interesado pide que se reserve el estudio por un tiempo mientras financia la explotación [...] Considero que todo trabajo del Servicio Geológico se debe cobrar [por otra parte] Las publicaciones del Servicio Geológico Nacional, el Boletín Geológico, la Compilación de Estudios Geológicos Oficiales, y las planchas fotogeológicas del mapa geológico del país, llegan a casi todas partes del mundo por el sistema de canje, pero en el territorio patrio su distribución es gratuita. Sería aconsejable fijarle un precio a cada una […] para cubrir los gastos de las publicaciones siguientes y asegurar los compromisos (canjes) con las entidades similares extranjeras». La deplorable situación financiera no solo era a nivel institucional, sino también a nivel de la planta de empleados que cobraban sueldos muy bajos, impropios de cualquier institución científica de la importancia de un servicio geológico. En un momento dado, toda la planta de profesionales presentó renuncia colectiva, no irre‑ vocable, con el fin de presionar a las directivas a mejorar los salarios, aumento que se logró aunque de manera muy parcial. Bajo estas circunstancias, se agudizó la crónica salida de personal en la búsque‑ da de mejores condiciones de trabajo. Tal situación limitaba las comisiones de campo e impedía la publicación de productos documentales (Boletín Geológico, CEGOC, monografías y planchas geológicas). Es importante destacar un párrafo extraído de la misma Memoria del Ministro de Minas y Petróleo al Congreso en 1959, que recuerda lo planteado 23 años atrás por Alberto Lobo-Guerrero Dussán, palabras que también

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■  La Historia de INGEOMINAS (1916-2006)  90 años de geología oficial en Colombia

iba acompañado de una profusión de fotografías, casi todas salidas de las cámaras de Royo y Gómez (eximio fotógrafo de campo) y de copiosa bibliografía que éste mismo rescató en su función ad honorem de bibliotecario del SGNC y en su empeño por dotar al Museo y al SGNC de las publicaciones especiales y periódicas más actualizadas, así como las de los estudio çs antecedentes sobre la geología colombiana. La publicación del Mapa Geológico General de la República de Colombia a escala 1:2’000.000 fue muy bien recibida por la sociedad colombiana y por entidades científicas nacionales y extranjeras, hecho que quedó reflejado en la publicidad que del hecho hizo la prensa colombiana y, especialmente, al otorgársele al SGNC el Premio Lorenzo Lleras Co‑ dazzi por parte de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, por considerarse una gran contri‑ bución al progreso del País.

61a. Mapa Geológico General de la República de Colombia, escala 1:2’000.000 publicado por el SGNC (1944).

En la memoria del mapa se planteaba que el mapa geológico no fue considerado «como una obra definitiva» pero que sí constituía una base científica cuidadosamente elaborada que se irá modificando a medida que las circunstancias lo permitan y los conocimientos geológi‑ cos del país avancen para facilitar la Subdivisión Estratigráfica que figura en el mapa y exhibir las estructuras más notables que presentan los estratos. El Servicio Geológico continuará su labor y tratará de hacer publicaciones sucesivas de mapas de escala mayor con la geologías de cada uno de los departamentos de Colombia, para mostrar en más detalle los rasgos geo‑ lógicos del territorio nacional». Tal como se puede apreciar en la Tabla D, este último objetivo se cumplió

61b. a) Diploma entregado que acredita el Premio “Lorenzo Lleras Codazzi (1945); b) En el recuadro inferior, recorte de prensa sobre la entrega del Premio. Se aprecian de izquierda a derecha a los geólogos del Servicio José Royo y Gómez, Benjamín Alvarado, Alejandro del Río y Vicente Suárez Hoyos; al centro el Ministro de Minas y Petróleos.

Tabla D.    Mapas geológicos de departamentos (inéditos en su mayoría). Base cartográfica: Mapas de la Oficina de Longitudes. Departamento /Escala Autor

Lugar y fecha

Antioquia (Esc. 1:500.000)

1946

Atlántico, Bolívar (Córdoba) (Esc. 1:500.000)

1946

Boyacá (Esc. 1:500.000)

1946

Chocó (Esc. 1:500.000)

1946

Cundinamarca (Esc. 1:500.000)

1946

Magdalena (Esc. 1:500.000)

1946

Nariño (Esc. 1:500.000)

1946


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

se repetirían más de 30 años después, cuando INGEOMINAS estaba bajo la direc‑ ción del geólogo Luís Jaramillo Cortés: «La buena marcha de la División [DEG] y el normal desarrollo industrial del país exigen profesionales especializados, pues sin ellos no se puede atender debidamente los distintos frentes de investigación que debe acometer la División, pero para el Servicio Geológico Nacional, la consecución de suficiente personal técnico capacitado ha sido y sigue siendo un problema capital que requiere soluciones inmediatas, aumentando las remuneraciones actuales a límites que sean justos y que guarden relación con la categoría que ocupa un geólogo. Actualmente se contratan en el exterior técnicos extranjeros para suplir las necesidades, porque para el personal profesional nacional la retribución por sus servicios no es justa; sin embargo, al personal extranjero se le contrata con asignaciones en dólares que equivalen en muchos casos a 4 veces el sueldo que devenga el personal colombiano. Esta diferencia de sueldos, tan marcada, hace que el geólogo nacional tenga que estar alerta a mejores posiciones en otras entidades oficiales y particulares para poder llevar una vida decente, acorde con su preparación, capacidades y el medio en que debe vivir. La remuneración justa acabaría con la inestabilidad del personal técnico nacional […] a esto se debe el que durante [1958] el Servicio Geológico haya contemplado las vacantes de más de cinco técnicos que no se pudieron reemplazar a tiempo, por las escasas asignaciones que se les ofrecen. El remedio efectivo es el aumento de sueldos para todo el personal que sirve en las dependencias del Servicio Geológico Nacional». Aspectos técnico-científicos. Producto de todas las dificultades presentadas, en 1959 se realizaron 45 comisiones de terreno, lo cual da un promedio (pírrico para una entidad de este tipo) de 5 comisiones mensuales, que no se hubieran podido realizar sin los aportes particulares. La verdad era que, como en las pasadas décadas, las actividades geológicas recaían en pocas personas (generalmente un profesional por sección). Estas debían atender una infinidad de solicitudes y con tal variedad de especialidades, que no era posible de modo alguno profundizar en ningún tema. Además, contaban con escasa bibliografía especializada y débil apoyo de labora‑ torios geológicos especializados, según los requerimientos de la época, más por la carencia de personal técnico especializado que por la carencia de equipos. Esta situa‑ ción generaba una gran profusión de informes por parte de los pocos profesionales del Servicio, si bien muchos de ellos han sido y tendrán que ser revaluados por las siguientes generaciones de investigaciones. Espinosa (1984) consideró que la etapa entre 1951 y 1960 como “la Edad de Oro del Servicio Geológico de Colombia” Aunque esta etapa fue productiva en lo relacionado con el avance sobre el co‑ nocimiento básico de la geología de la parte andina de Colombia (litoestratigráfica

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■  La Historia de INGEOMINAS (1916-2006)  90 años de geología oficial en Colombia

Departamento /Escala Autor

Lugar y fecha

Norte de Santander (Esc. 1:500.000)

1946

Santander (Esc. 1:500.000)

1965

Tolima (Esc. 1:500.000)

1965

Valle del Cauca (Esc. 1:500.000)

1966

Guajira (Esc. 1:500.000)

1966

Caldas (Esc. 1:500.000)

1948

Nariño (Esc. 1:830.000)

1949

Cauca (Esc. 1:500.000)

1966

Huila (Esc. 1:500.000)

1966

Hasta 1967 los mapas geológicos se publicaban mediante el sistema ZIP-A-TONE. En las 4 últimas planchas se utilizó el sistema de retícula fotográfica. Aunque el mapa era un objetivo primordial del SGNC, nadie hubiese podido acusar a esta institución o a sus miembros de no haberla llevado a cabo pues, como se ha mencionado antes, las demandas urgentes desplazaron de manera constante a los objetivos concebidos en pro de la investigación científica sistemática. Por ello, en medio de una labor cotidiana quizás ajena a éste propósito, fue sorprendente el que se haya cumplido. Otro mapa geológico de Colombia es el que editó el Banco de la República de Colombia a escala 1:40.000.000, que lleva una breve exposición también redactada por Benjamín Alva‑ rado y José Royo y Gómez. En 1946, además de las actividades de geología económica (ingeniería geológica, ya‑ cimientos minerales, combustibles y geofísica), se dio continuidad a actividades como la elaboración de un nuevo mapa geológico basado en el anteriormente publicado, esta vez a escala 1:5’000.000 con destino a la publicación del mapa geológico de América del Sur por el U.S. Geological Survey, así como la producción de mapas geológicos departamentales por solicitud de la Contraloría General de la República, a escala 1:500.000 para la obra Geografía Económica de Colombia. Igualmente, se dio inicio al estudio de reservas radiactivas de inte‑ rés estratégico. El trabajo del mapa geológico de Colombia siguió siendo un programa bandera de IN‑ GEOMINAS con diferentes complementaciones y publicaciones hasta la fecha tal como se aprecia en la Tabla E. Mapas geológicos generales de Colombia producidos por el SGNC e IMGEOMINAS, 1939-2006. Como un ejemplo particular de las labores de cartografía geológica regional que ha de‑ sarrolló la institucionalidad oficial colombiana encarnada en la CCN, EL SGNC (IGNC y DEG) e INGEOMINAS, se presenta a continuación una “Breve historia de 90 años de Carto‑ grafía Geológica en el Departamento de Antioquia”.


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

y estructural) gracias a los resultados obtenidos por las diversas secciones, distaba mucho de ser un conocimiento sistemático, metódico, científica y administrativa‑ mente organizado. Los informes realizados por el SGNC en esta etapa que fueron publicados en la Compilación de Estudios Geológicos Oficiales en Colombia, se aprecian en la Tabla 14, y en el Anexo I los publicados en el Boletín Geológico.   Tabla 14.    Informes del SGNC, publicados entre 1957 y 1960 en la CEGOC Estudio o informe Tomo X. 1969 Recursos minerales de Colombia. Roberto Wokittel, 1960. 393 p., 46 mapas y gráficos. Contiene índice por materias e índice alfabético. Tomo XL. 1993 Contribución al conocimiento geológico de la región ígnea entre Prado, Dolores, Alpujarra y Natagaima, Departamento del Tolima. Wolfgang Nelson, 80 p., 15 fig., 10 tab. Inf. 904 Apuntes sobre la estratigrafía de los alrededores de Neiva, Departamento del Huila. Inf. 1318. Hans Bürgl, 1959. 18 p., 1 col., 8 fig. Tomo XVL. 1994 Apuntes sobre la estratigrafía de los alrededores de Neiva, Huila. Inf. 1318. Hans Bürgl. 1959. 21 p., 8 fot., 1 col. Geología de los alrededores de Subachoque, Cundinamarca. Inf. 1224. Hans Bürgl. 1957. 37 p. 11 fig. 9 fot., 1 col., 2 cort. Fósiles marinos Maestrichtianos de Usaquén-Sopó y el desarrollo del Senoniano en los alrededores de Bogotá. Inf. 1283. Hans Bürgl. 1957. 39 p., 2 pl., 1 col., 2 tab. Sedimentación cíclica en el Geosinclinal Cretáceo de la Cordillera Oriental de Colombia. Inf. 1347. Hans Bürgl. 1960. 62 p., 7 fig., 3 cdr., 1 col., 2 tab. Tomo XVIL. 1994 Contribución a las unidades estratigráficas de Colombia (Enumeración regional, de más reciente a más antigua). Inf. 1212. Enrique Hubach. 1957. 166 p.

En la Tabla 15 se resumen algunos de los estudios y logros más destacados de la década entre 1948 y 1958.   Tabla 15.    Estudios y logros tecnocientíficos destacados entre 1948 y 1958 Sección

Paleontología

Estudio “Sedimentación cíclica en el Geosinclinal Cretáceo de la Cordillera Oriental de Colombia” (1959). “Catálogo de las amonitas de Colombia. Pt. 1, Puchellidae”. “Bioestratigrafía de la Sabana de Bogotá y sus alrededores”.

Autor

Año 1959

Hans Bürgl

1955 1957

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■  La Historia de INGEOMINAS (1916-2006)  90 años de geología oficial en Colombia

Tabla E.    Mapas geológicos generales de Colombia producidos por el SGNC e INGEOMINAS, 1939-2006 Mapa / Descripción

Autor

Lugar y fecha

Croquis Primer Mapa Geológico Generalizado de Colombia, Esc. 1:2’000.000, publicado en la Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas Físicas y Naturales.

Víctor Oppenheim (SGNC)

Bogotá, 1943

Mapa Geológico General de la República de Colombia, Esc. 1:2’000.000, publicado como un informe técnico del SGNC en la Compilación de los Estudios Geológicos Oficiales de Colombia, T. VI, anexo 1. Bogotá, 1945.

SGNC (Benjamín Alvarado y José Royo y Gómez, recopilación de trabajos contemporáneos y anteriores)

Bogotá, 1945

Copia Corregida del Mapa Geológico General de la República de Colombia publicado en 1945, escala 1:’5.000.000 (no se publicó).

Hans Bürgl (SGNC)

Bogotá, 1959

Copia Corregida del Mapa Geológico General de la República de Colombia publicado en 1945, Esc. 1:9’626.000, publicado en la “Historia Geológica de Colombia”, Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas Físicas y Naturales, Vol XI, Nº 43.

Hans Bürgl (SGNC - DEG)

Bogotá, 1961

Mapa Geológico de Colombia, Esc. 1:500.000.

Enrique Hubach y L. Radelli (SGNC - DEG)

Bogotá, 1962

Versión corregida del Mapa Geológico de Colombia, Esc. 1:1’500.000

INGEOMINAS

Bogotá, 1976

Mapa Geológico General de Colombia Esc. 1:8’000.000, reducción del anterior

INGEOMINAS

Bogotá, 1976

Atlas Geológico 21 planchas a Esc.1:500.000 con 31 hojas a color; Mapa índice de localización del área; Descripción cartográfica; Cuadro de correlación tentativo de nuevas unidades; Datos de fuentes de información

INGEOMINAS

Bogotá, 1977

Versión corregida del Mapa Geológico de Colombia, Esc. 1:1’500.000

INGEOMINAS

Bogotá, 1988

Mapa Geológico de Colombia – Versión de Divulgación, Esc. 1:2´800.000

INGEOMINAS

Bogotá, 2006

62. Principales mapas geológicos de Colombia, desde 1856


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

Sección

Estudio

Autor

Año

Palinología

“Principios para la nomenclatura palinológica sistemática”.

Thomas Van der Hammen

1954

Geología minera

“Recursos Minerales de Colombia”

Roberto Wokittel

1960

Fotogeología

Subdivisión del territorio en cuadrángulos

H. C. Raasveldt

A pesar de estos logros, nuevamente se vio sacrificada la investigación básica en aras de suministrar al país los georrecursos necesarios con el fin de mejorar su situación económica. Las acciones orientadas a la búsqueda y prospección (aun poco sistemáticas) de minerales económicamente aprovechables primaron sobre las de‑ más, y aunque no se dejó de lado la investigación en otras áreas, como la cartografía geológica o la paleontología, se realizó de manera menos intensa. Esto reflejó en el interés por intensificar el estudio geológico de algunos yacimientos, así como la preparación de un mapa minero del país, y de una serie de monografías sobre mine‑ rales susceptibles de explotación. Algunos de los yacimientos minerales estudiados se enumeran en la Tabla 16   Tabla 16    Principales yacimientos minerales estudiados entre 1951 y 1960 Georrecurso

Yacimiento / región / localidad

Carbón

Cerrejón / La Guajira Santader / Landazuri Antioquia / Amagá / Titiribí Valle del Cauca / Cali / Jamundí

Caliza (uso agrícola)

Cundinamarca Santander Llanos Orientales

Arenas y cuarzo (vidrio)

Costa Atlántica

Arcillas, caolines y diatomitas

Sabana de Bogotá y Guavio

Cobre, esmeraldas, hierro, zinc, plomo y otros.

Por otra parte, en 1960 se terminó la obra Recursos minerales de Colombia, realizada por Robert Wokittel (jefe de la Sección de Geología Económica), con 248 páginas, 46 mapas y gráficos. Esta obra ofrece una orientación general de la materia geológica, económica y minera de Colombia, poco conocida en su conjunto, su apli‑ cación a la industria, que serviría de partida para posteriores estudios más detallados. Se debe destacar que esta obra fue la conclusión de una serie de 18 compilaciones monográficas sobre diversos minerales e industrias, iniciada a fines de 1956.

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■  La Historia de INGEOMINAS (1916-2006)  90 años de geología oficial en Colombia

a b

c

d e

▲  Diversas labores de prospección y explotación de aguas superficiales y subterráneas por el SGNC (1939-1951): a y b) Labores de topografía y geofísica en Caño Loro (Cartagena); c) Vicente Suárez Hoyos en un pozo saltante del Club Los Lagartos (Loma de Suba, 1951); d) perforaciones en La Corraleja (Sabana de Bogotá, 1950)


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

Pero, como ya se ha mencionado, no sólo a la geología económica se dedicaron los trabajos del SGNC; por ejemplo, se continuó, aunque limitadamente, con la labor de cartografía sistemática y la exploración e investigación de aguas subterráneas en varios lugares del país. Los esfuerzos y logros de principios de la década de 1940 no tuvieron una continuidad que produjese un mayor desarrollo del servicio de aguas subterráneas que prestaba el SGNC, entre ellos los del suministro de aguas para irri‑ gación. La Sección de Hidrogeología había venido desarrollando una modesta labor, esencialmente por la carencia de personal, pues contaba con un solo técnico que repartía sus labores entre las propiamente hidrogeológicas y las de emitir conceptos técnicos sobre los documentos provenientes de las empresas petroleras presentados al Ministerio. Sin embargo, esta actividad se vio reactivada en 1958 cuando, en colaboración con el Instituto de Fomento Algodonero, se empezó a desarrollar un plan para pro‑ mover la investigación y utilización técnica, económica y organizada de los recursos hidrogeológicos; estudios que se iniciaron por la región de Codazzi (Magdalena). Algunos esfuerzos, quizá modestos, fueron dirigidos para mejorar la condición técnica de la Sección al trasladar un pequeño laboratorio mineralógico portátil ‑que facilitaba la ejecución de análisis químicos de aguas y análisis granulométricos- el cual se encontraba en la Sección de Geología Económica. En 1960, la Sección de Aguas Subterráneas continuaba con el estudio sistemático de las particularidades acuíferas de la Sabana de Bogotá, revisando los perfiles geológicos de pozos con el fin de establecer el número de acuíferos existentes, sus espesores, sus profundida‑ des, sus composiciones granulométricas, sus propiedades hidráulicas así como un esquema general de correlación (labor infructuosa por la geometría de los estratos acuíferos). Por otra parte, la Sección, utilizando sus propios equipos, llevó a cabo 9 perforaciones exploratorias y de desarrollo en Cundinamarca y Huila. En forma simultánea, se siguieron efectuando reconocimientos hidrogeológicos de superfi‑ cie en varias regiones del país, seleccionando de esta manera áreas potencialmente acuíferas. Con relación a la ingeniería geológica, se atendieron algunas solicitudes que se relacionaron con deslizamientos de tierra y un embalse para aprovechamiento hidráulico. La Sección continuó colaborando con la Dirección en el estudio de los documentos de petróleo que las compañías dedicadas a esta industria sometían al Gobierno nacional. En 1960, los trabajos del mapa geológico se habían seguido desarrollando, y ha‑ bían dado lugar a la publicación de las planchas correspondientes al Departamento de Huila, quedando listas para su publicación las correspondientes a La Guajira y parte de Cundinamarca, Atlántico y Bolívar. Este mismo año se habían publicado 4 cuadrángulos a escala 1:200.000 con base, principalmente, en interpretaciones

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▲  Ingeniería geológica en el SGNC: a) Recorte de prensa (El Tiempo, 1949), delegados del SGNC al II Congreso Nacional de Ingeniería; b y c) Planta y sección de problemas de agrieta‑ mientos del terreno en Tenza (Boyacá), (CEGOC Tomo V, 1975), estudio de José Royo y Gómez.


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fotogeológicas. El área cubierta por estos 4 cuadrángulos es de 17.000 Km2 (1,5% del área total del país). El SGNC también realizó un esfuerzo para mejorar plantilla de profesionales contratando, en 1960, a la geóloga catalana Nuria Solé quien, después de ser geó‑ loga auxiliar en la Sección de Paleobotánica con Thomas van der Hammen le re‑ emplazaría como Jefe de la misma, cargo que desempeñaría entre febrero de 1962 y marzo de 1964. Algunos de sus trabajos más importantes son: Contribución a la palinología del Terciario del Norte de Colombia (Boletín Geológico, 1961), Asociación esporo-polínica hallada en una serie perteneciente a la Formación La Cira del Valle Medio del Magdalena (Boletín Geológico, 1963), y Algunos géneros nuevos de polen procedentes de la Formación Guaduas (Maastrichtiense-Paleoceno) de Colombia en Studia Geologica, 1971) una publicación tardía de sus investigaciones en el Servicio. Por aquella época también se inició la elaboración del Léxico Estratigráfico de Colombia. En mayo de 1958 Robert Hofftsteter del Laboratoire de Paléontologie – Museum Nacional d’Histoire Naturelle de París comunica al Director del SGNC, que tenía a su cargo la dirección del Tomo América Latina del Léxico Estratigráfico, que en Colombia no estaba redactada, y solicita colaboración para completar debi‑ damente la obra. Al respecto existían trabajos parciales realizados por José Royo y Gómez (tam‑ bién encargado por Hofstetter, y quien publicaría en Venezuela el Léxico Estratigrá‑ fico de Venezuela: artículos sobre El Cuaternario en Venezuela y Mesa, Formación, en 1956) y Enrique Hubach en el Informe 1212 (1957, Estratigrafía de la Sabana de Bogotá), para lo cual casi todas las secciones del Servicio colaboraron con la colec‑ ción de datos básicos en su literatura. Hoffstetter. En enero de 1960 Jaime López Casas del SGNC tomó la dirección de un comité encargado de llevar a cabo la obra. Un escaso trabajo, muy interino y sin implicación de instituciones externas, dio como resultado que a 1961, cuando el director del co‑ mité para tal trabajo (López Casas) ya no estaba en la Institución, poco se hubiera hecho. Después de varios intentos por reactivar el proyecto los continuos cambios administrativos y el retiro de Hubach a Popayán tuvieron mucha ingerencia en el fra‑ caso del proyecto que terminó siendo encargado por Hoffstetter al Departamento de Geología de la Universidad Industrial de Santander (UIS), quien llevó a cabo la obra, dirigida y redactada por los geólogos catalanes Jaume De Porta y Manuel Julivert, quienes publicaron finalmente los resultados de 1968 a 1974 por el CNRS de Francia como Léxico Estratigráfico Internacional, Colombia. Precisamente, Jaume De Porta, quien había arribado a Colombia en 1958 como profesor de la UIS, fue requerido por Fernando Paba Silva y Jaime López Casas para hacer parte del SGNC al que ingresó en febrero de 1961 y del que formó parte hasta abril de 1964 como Jefe de la Sección de Estratigrafía y Paleontología, donde realizó

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■  La Historia de INGEOMINAS (1916-2006)  90 años de geología oficial en Colombia

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▲  Algunos protagonistas de la historia del SGNC (1952-1958): a) Hans Bürgl (de sombrero de espaldas), E. Hubach (al lado derecho de Bürgl), y Thomas van der Hammen (el primero a la derecha) en la excursión de reconocimiento de la geología de la Sabana de Bogo‑ tá, 1952; b) Miembros de la misma excursión, de izquierda a derecha y de arriba abajo: Yolanda Dummit- Asistente, Cecilia García Barriga- asistente, Hubach, Van der Hammen y Juan B. Perico-Asistente de campo y laboratorios; c) Enrique Hubach (Director) y Sarasti (Secretario General) en Las Pajas – Mondoñedo; d) H. Bürgl en una excavación paleontológica


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

numerosos y diversos trabajos estratigráficos y paleontológicos, respondiendo a la situación, común a todos las secciones del Servicio, que demandaba atender un sin‑ número de frentes de manera urgente, sacrificando la profundidad de las investiga‑ ciones y sin posibilidades de dar continuidad a las especialidades. Entre los estudios de De Porta se puede mencionar La posición estratigráfica de la fauna de mamíferos del pleistoceno de la Sabana de Bogotá (1962), Consideraciones sobre el estado actual de la estratigrafía del terciario de Colombia (Boletín de Geología de la UIS, 1962), Observaciones sobre las calizas de Toluviejo (Boletín Geológico del SGNC, 1963), y Geología del extremo sur del Valle Medio del Magdalena entre Honda y Guataquí (Boletín de Geología de la UIS, 1966). A septiembre de 1962, la Sección de Estratigrafía abordaba el estudio del Terciario del valle medio del Magdalena, ante la imposibilidad de dar continuidad al plan de la es‑ tratigrafía del Terciario del norte del país, por motivos esencialmente estructurales y logísticos de personal. De Porta hace una evaluación de la situación de la Sección de Estratigrafía y Paleontología a la luz del reto de elaborar las hojas fotogeológicas C-8, D-8, F-8, C-9, D-9 y E-9 y la estratigrafía que ellas comprenden. Presenta al Director Técnico de Ministerio de Minas, Jesús A. Bueno, un plan continuado de al menos 3 años con las siguientes sugerencias: Dedicación exclusiva a los problemas del Tercia‑ rio; nombramiento de un micropaleontólogo dedicado exclusivamente al Terciario; contratación de, al menos, otro paleontólogo calificado para atender a otras necesi‑ dades; cubrir la planta de personal que figuraba en la nómina de la Sección con un mínimo de requerimientos básicos, y no simplemente con quienes no contaban las otras dependencias del Ministerio. Por otro lado, la publicación de los estudios, estaba prácticamente detenida o, en el mejor de los casos, aparecían con 2 o 3 años de retraso, con lo que era imposible mantener convenios de intercambio de publicaciones con otras entidades que de‑ mandaban una mínima continuidad de las mismas. Por tal razón los investigadores del Servicio debían publicar en revistas distintas a los medios institucionales. De otra parte, el SGNC colaboró con el Departamento Administrativo de Pla‑ neación y Servicios Técnicos, en desarrollo del Plan decenal de fomento del Depar‑ tamento de Chocó, según la Ley 7ª de 1958, y elaboró el mapa fotogeológico de la región de Acandí, es ese mismo departamento, con el fin de establecer la existencia de importantes yacimientos de minerales de hierro y otras sustancias. El Servicio Geológico colaboró, además, con la Comisión de estudios del valle del Río Magda‑ lena, y adelantó investigaciones de yacimientos de zinc, feldespato, plomo, carbón, caliza, esmeraldas, antimonio, obsidiana, cobre, mercurios, molibdeno, hierro y are‑ nas. En colaboración con el Departamento Administrativo de Planeación y Servicios Técnicos, el Servicio Geológico llevó a cabo un estudio sobre la geología general y

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▲  Organigramas del Servicio Geológico Nacional, 1958 y 1959


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yacimientos minerales de la región de Acandí, Departamento del Chocó, elaborado por el geólogo Eduardo Nicholls. Entre diciembre de 1959 y marzo de 1960, el SGNC colaboró con una misión de 4 geólogos e ingenieros de minas alemanes, ofrecida por el Gobierno de la República Federal de Alemania al Gobierno de Colombia, en un convenio de ayuda técnica que realizó estudios de carbón, cobre y otros minerales en Santander, Magdalena y la Sierra Nevada de Santa Marta (Véase la Microhistoria “Trabajo interinstitucional y convenios internacionales, 1961 – 1973”). Lamentablemente, la historia muestra que las políticas estatales no secundaron eficazmente los esfuerzos científicos y técnicos de la institucionalidad pública para potenciar la exploración geológica y, por ende, el aprovechamiento de los recursos geológicos para beneficio de la situación fiscal del Estado y del desarrollo del país y de sus habitantes. La verdad es que las técnicas de prospección de la época seguían siendo rudimentarias y las exploraciones continuaban careciendo de planificación y de un abordaje sistemático. Todavía se recuerdan las palabras del especialista fran‑ cés en carbones Piere Vetter (quien arribaría a Colombia en 1961) al comentar que, «llevo más de diez años estudiando una sola cuenca carbonífera en Francia y todavía no la conozco, y aquí se pretende que en 6 meses haga algo productivo para el país, viajando de un lado a otro, sin apenas conocer la geología y sin poder analizar como debe ser los datos recogidos», obedeciendo al absurdo método de que «hay que salir a buscar un yacimiento que no nos deje pasar». A todas luces, esta situación hace cuestionar si la verdadera razón del atraso tecnológico -y de la dependencia exterior en asuntos tecnocientíficos- no era solo consecuencia de la escasez de dinero, sino que además jugaba un papel importante la deficiente gestión de los recursos encaminados a programas de corto término, dejando de lado los sistemáticos de mediano y largo plazo acordes a una política de “sembrar para cosechar”. En lugar de ello, lo común era enterrar los recursos en comisiones que, a menudo, se traslapaban con otras recientes, con resultados nada definitivos, enormes erogaciones y resultados siempre generales, una lección por aprender. Por otra parte, la bien intencionada política de enviar a profesionales colombia‑ nos a especializarse en el exterior se veía opacada pues, en varios casos, al regresar al país la labor que los especialistas deberían realizar no tenía continuidad con sus estudios o investigaciones en el exterior, perdiéndose la dinámica para desarrollar proyectos duraderos. De otro lado, por aquella época había varios modernos y costosos equipos (como el de rayos X, y microscopios) que reposaban en los almacenes del Servicio esperan‑ do a un operador o investigador experto que les diera un uso correcto y beneficioso. Parece que en muchas épocas de la historia colombiana han sido más importantes las cosas materiales que las personas, sin contemplar que sin lugar a dudas, por

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a

b

c

▲  Sede del SGNC (1958): a) Plano del Edificio del Servicio Geológicos Nacional; b) Foto de la, por entonces, nueva sede en la Ciudad Universitaria de Bogotá


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encima de cualquier tesoro geológico la verdadera riqueza del país son sus gentes, como lo demuestra la historia que se está contando, sembrada de intentos que die‑ ron vida a procesos, algunos más exitosos que otros, debidos a las personas más que a programas continuos.

Etapa entre julio de 1960 y diciembre de 1968, División de Estudios Geológicos Aspectos estructurales y administrativos. Siguiendo la política de las décadas anteriores, el objetivo principal planteado por el Gobierno nacional para el SGNC fue la prospección de recursos mineros, de forma que este renglón de la economía ayudara a paliar los problemas fiscales del Estado. Así pues, se siguieron planteando estrategias para fomentar la minería, a las cuales contribuiría el Servicio desde su labor técnica de exploración y evaluación de los yacimientos. Nuevamente, los funcionarios del Gobierno de Alberto Lleras Camargo pensaron solucionar los problemas del sector minero mediante una nueva reestructuración or‑ gánica del Ministerio de Minas y Petróleo, llevada a cabo mediante el Decreto 1636 de 1960 (12 de julio). El SGNC pasó a llamarse División de Estudios Geológicos (DEG). En noviembre del mismo año, la DEG sufrió una nueva reorganización. Según el Decreto 2613 del 9 de noviembre de 1960, entró a depender técnicamente del Director del Ministerio de Minas y Petróleos, siendo suprimido el cargo de Geólogo Subdirector. Además, se ampliaron los cargos técnicos en la Sección de Geología Económica, para hacer frente al trabajo planteado; sin embargo, siguieron deven‑ gando los pobrísimos sueldos dispuestos en organizaciones anteriores. La DEG que‑ dó conformada de la siguiente manera: De manera reiterada se ha mencionado la carencia de personal especializado, que fue paliada parcialmente con la contratación de personal nacional y extranjero. En esta ocasión se contrató a 3 geólogos nacionales con el objeto de reforzar e in‑ crementar los trabajos que se desarrollaban en la Sección de Geología Económica; una técnica extranjera para el manejo del aparato de rayos X y la interpretación de las películas que se obtuvieran; un ingeniero de minas, con el fin de colaborar en las investigaciones que se llevaban a cabo, con la cooperación de un ingeniero geólogo francés Piere Vetter, especialista en estudios de carbones del Instituto Francés del Petróleo, obtenida a través de la Embajada de Francia. Otros expertos foráneos llegaron gracias a la colaboración del Ministerio que firmó convenios de ayuda técnica extranjera. También se contó con los servicios del geólogo paraguayo Antonio Segovia, a quien se le encargaron labores de capacita‑ ción del personal colombiano en la interpretación fotogeológica de regiones planas.

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▲  Algunos protagonistas de la historia del SGNC (1957 - 1968): a) Benjamín Alvarado, Director del SGNC, 1957 – 1958; b) Geóloga y palinóloga Nuria Solé, en la oficina de Paleo‑ botánica del SGNC, 1960; c) Geólogo y paleontólogo Jaume De Porta, Jefe de la Sección de Estratigrafía y Paleontología en Toluviejo – Sucre, 1961; d) Geólogo y paleontólogo Hermann Duque-Caro quien reemplazó a De Porta en 1962; e) Mapa Índice de planchas elaboradas por la Sección de Fotogeología entre 1960 y 1961


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De manera simultánea, el Ministerio otorgó becas a varios profesionales. Uno de ellos regresó en estas fechas con el título de MSc., mientras 4 cursaban especiali‑ zación en universidades extranjeras, otros 3 se reincorporarían a la DEG a finales de 1961, y 3 más saldrían a Estados Unidos en julio del mismo año, con similar propó‑ sito. Por otra parte, existía una oferta de una universidad norteamericana para enviar aspirantes al título de Ph D. a estudiar áreas colombianas y proyectos específicos desde el punto de vista geoeconómico. En noviembre 1960, Fernando Paba Silva renunció al cargo de director de la DEG, y fue reemplazado por pocos meses por el hidrogeólogo Jaime López Ca‑ sas, hasta el nombramiento del ingeniero geólogo Alberto Sarmiento Alarcón, quien asumió la dirección mediante el Decreto 0194 de 1961(enero) y permaneció en el hasta el año 1963. A principios de 1965 la dirección de la DEG fue asumida temporalmente por el Director del Inventario Minero Nacional (un importante proyecto oficial especial de exploración geológico-minera creado en 1964) el geólogo Aurelio Lara Agudelo. Permanece pocos meses pues se encarga de la jefatura de la DEG al geólogo Andrés Jimeno Vega quien a su vez da paso en el cargo al ingeniero Jesús A. Bueno mediante Resolución No. 696 de marzo de 1965. Bueno había sido Subdirector del SGNC, entre 1952 y 1957. A finales de 1965, el Director del Inventario Minero Nacional, Darío Suescún Gómez, asume concomitantemente la Dirección de la DEG, la cual quedaba acéfala por la renuncia del ingeniero Bueno. Aspectos técnicos y científicos. La labor de la DEG durante esta época res‑ pondió, como venía siendo en años anteriores, al énfasis que el Gobierno dio a la evaluación de prospectos minerales, utilizando los recursos disponibles en ello, pero con énfasis en áreas determinadas. Sin embargo, los programas de fomento a la minería no lograban los frutos esperados, esencialmente por problemas financieros, razón por la cual el conocimiento sistemático e integral del potencial minero del país seguía siendo limitado. No obstante, la DEG logró adquirir algunos equipos, como una máquina Klins‑ ch y un rectificador fotogramétrico automático, destinados a reiniciar la producción de documentos cartográficos y publicaciones. Según la Resolución 0162 del 20 de febrero de 1962 del Ministerio de Minas, se creó un fondo rotatorio con las tarifas de los servicios técnicos que ofrecía la institución a entidades oficiales o particulares. Estas mejoras no pasaron de ser temporales y/o insuficientes. Persistía la falta de continuidad en los programas de geología aplicada, especialmente a la minería, y mucho más intensamente en los de investigación básica (esencialmente la cartogra‑ fía y el mapa geológico), además del éxodo constante de funcionarios colombianos en busca de mejores condiciones. Se siguió dependiendo de las misiones internacio‑ nales y del personal extranjero involucrado en ellas, al menos hasta cuando pudieron

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Microhistoria 5

Trabajo interinstitucional y convenios internacionales 1961 - 1980

S

ituados en la década de 1940, el panorama futuro de la geología colombiana debía ser confuso pero, a todas luces, promisorio. Confuso, por la aún frágil institucionalidad del SGNC y de la academia, así como por causas externas que tenían que ver más con la situación política y económica colombiana. La visión promisoria debieron ofrecerla la labor del mismo SGNC, de la Sección de Geología y Petróleos en la Facultad Nacional de Minas de Medellín (creada en 1941), y de la Empresa Colombiana de Petróleos (ECOPETROL) que instituciona‑ liza y nacionaliza la geología del petróleo en 1940. También el hecho de que el SGNC logró en 1941, gracias a la gestión de su director B. Alvarado, que el Instituto de Fomento Industrial (IFI) aceptara la propuesta del SGNC de colaborar técnicamente en la prospección de yaci‑ mientos explotables, que tendrían como producto un informe geológico, pero sobre todo un informe detallado de las posibilidades técnicas y el valor comercial del yacimiento a estudiar. Esta alianza institucional, que quizá fue la primera del SGNC, permitió redimir parcialmente la situación económica ocasionada por los insuficientes recursos que otorgaba el Ministerio de Minas y Petróleo para las labores de prospección, y que condenaba a las comisiones a ser llevadas a cabo por el mínimo personal posible y cuyos informes resultantes no pasaban de ser preliminares. La primera comisión que se desarrolló bajo esta modalidad de asociación con el IFI fue la de prospección de hierro de Cundinamarca, abarcando las localidades de Zipaquirá, Subachoque, Guasca, Pacho y Tabio, con la participación de los geólogos Benjamín Alvarado y Roberto Sarmiento Soto, los ingenieros de minas Vicente Mutis y Enrique Gómez, y los topógrafos José Miguel Moreno y Generoso Cotes. A esta nueva situación se sumó que en 1942 se contara con la asesoría de geólogos del U.S. Geological Survey, con lo que el SGNC pudo extender el estudio de yacimientos mine‑ rales hacia otros departamentos del país con los resultados que se aprecian en la Tabla F.

Tabla F.    Yacimientos minerales prospectados por el SGNC entre 1942 y 1943 Departamento

Yacimientos minerales prospectados

Antioquia

Manganeso (1) y cromo (1)

Bolívar

Carbón (1) y caliza (2)

Boyacá

Fosfatos (2), calizas (3), cuarzo (1), hierro (1), cobre (1)


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

realizar su labor ya que meses después (en 1962) no fue posible renovar los conve‑ nios por falta de presupuesto. Nuevamente era urgente contar con personal colombiano especializado, para lo cual se concertó con el Ministerio las siguientes acciones: a) capacitar en el exterior profesionales de la DEG, acuerdo plasmado en el Decreto 438 de 1962; b) asesorar a los geólogos recién egresados por parte de los más experimentados; c) fomentar la cooperación con universidades extranjeras, para apoyar a estudiantes con aspiración a realizar estudios de doctorado. En este período, se debe resaltar un evento de especial repercusión. Desde 1961 se venía gestando un proyecto que ayudaría a transformar la situación vivida hasta el momento. La Conferencia de Punta del Este recomendó a los gobiernos de los países latinoamericanos inventariar sus recursos para el desarrollo. Ante el fracaso de los primeros programas de fomento minero, el Ministerio decidió reevaluar y sustituir aquellos por un inventario minero que cubriera sistemática‑ mente los 300.000 km2 que se calculaban con potencial, pero esta vez basados en una estrategia de financiación con dinero proveniente de organismos inter‑ nacionales vinculados a la Alianza para el Progreso (Agencia Internacional para el Desarrollo, AID) y aportes del Gobierno. Así se dio origen al ya mencionado Inventario Minero Nacional (IMN), que se iniciaría en 1964 y duraría 4 años (Véase la microhistoria “Trabajo interinstitucional y convenios internacionales, 1961 – 1973”). En el diseño original del programa, basado en la prospección de los Llanos Orientales, no se tuvieron en cuenta las dificultades de infraestructura y logísticas del momento, y tuvo que ser reducido a un programa de corta duración en la zona andina, que abarcó unos 70.000 km2 divididos en 4 zonas: Sierra Nevada de Santa Marta, Antioquia, Santander y Cundinamarca-Boyacá. La División de Estudios Geológicos prosiguió su labor de apoyo a los nuevos pro‑ gramas con base en las partidas de presupuesto adjudicadas por la dirección téc‑ nica del Ministerio y la asistencia de sus 20 geólogos. Gran parte de sus labores se encaminaron a colaborar con las entidades, organismos internacionales y empre‑ sas nacionales y extranjeras involucradas en los proyectos del Inventario Minero Nacional. Precisamente, las palabras escritas por el entonces Ministro de Minas y Petróleo, Víctor G. Ricardo, en un memorando al Presidente de la República, evi‑ dencian el cambio de estrategia con relación al sector privado: «Así pues, el sector minero se ha venido desarrollando en forma espontánea, y solo como medio de abastecimiento propio de aquellas industrias y sin relación con el ámbito de la economía nacional». Concomitante con el IMN, la DEG (apoyada por el Ministerio) adelantó directamen‑ te algunos convenios y proyectos, los cuales también estuvieron orientados al estu‑

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Departamento

Yacimientos minerales prospectados

Caldas

Cobre (1), molibdeno (2), antimonio (1)

Cundinamarca

Hierro (8), carbón (10), caliza (10), plomo (1), cobre (1), zinc (1), azufre (1), fosfatos (1)

Huila

Manganeso (1), hierro (1), minerales radiactivos

Norte de Santander

Mica (25), minerales radiactivos

Magdalena

Hierro (1)

Santander

Cobre (1), plomo (1), minerales radiactivos

Tolima

Molibdeno (5), cobre (29), hierro (1), mercurio (1)

El SGNC también se sirvió de las bases cartográficas y de las fotografías aéreas que cada vez con mayor cubrimiento realizó el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC). El mismo José Royo y Gómez menciona a menudo los problemas que tenían para los levanta‑ mientos geológicos sobre esquemas, croquis o en su defecto sobre levantamientos realizados a plancheta que implicaban un sobre costo para la comisión y una demora en el trabajo. Este tipo de colaboración se hizo cada vez más común e importante, contribuyendo a la creación de empresas como Acerías Paz del Río, ECOPETROL y algunas industrias de fertilizantes (Barrera, 1991). En el año de 1942, Benjamín Alvarado realizó la primera exploración de la región de La Paz (Boyacá), con base en un reporte de mineral de hierro hecho por el ingeniero Olimpo Gallo. El informe presentado fue muy favorable sobre el prospecto de hierro y caliza, y sus‑ tentó la atención que sobre el yacimiento puso el IFI con miras a la creación de una empresa siderúrgica. El SGNC, aparte del primer estudio de B. Alvarado, tuvo un papel preponderante en el proyecto Paz del Río, al dedicar grandes esfuerzos al análisis detallado de estos yaci‑ mientos. Además de B. Alvarado, trabajaron en ello los geólogos R. Salm S., Alejandro del Río, Vicente Suárez Hoyos y el ingeniero de minas Vicente Mutis Jurado. Los resultados son dicientes: 500 km2 de cartografía geológica preliminar a escala 1:10.000, y cartografía de los yacimientos a mayor escala. Como ocurrió con el primer informe de Alvarado, los resultados de esta investigación sustentaron la creación de Acerías Paz del Río. En 1947, bajo la dirección de Roberto Sarmiento Soto se intentó que el SGNC estable‑ ciera una relación más estrecha con las otras secciones del Ministerio de Minas y Petróleos, especialmente con las plantas metalúrgicas y laboratorios de fomento minero que existían en Ibagué, Medellín, Pasto y Quibdo, de forma que este acercamiento diera como resultado un trabajo bilateral interinstitucional en planes específicos de interés común. Sarmiento Soto se manifestaba insatisfecho con la estructura orgánica del SGNC, y seguía buscando un modelo de organización administrativa y técnica acorde con los programas del Servicio, por lo que fomentó el contacto con universidades y empresas nacionales y extranjeras. Igualmente, se buscó con tales contactos ampliar el intercambio de publicaciones, labor que había iniciado ya por 1939 José Royo y Gómez, misión que en este 1947 realizó el Subdirector Gerardo Bote‑ ro Restrepo, entre otras formas, realizando visitas al U.S. Geological Survey, a la U.S. Library Congres y al U.S. Nacional Museum.


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

dio de georrecursos (véase la Microhistoria “Trabajo interinstitucional y convenios internacionales, 1961 – 1973”). El intento del Servicio Geológico (por aquel entonces transformado en la DEG) de dar continuidad a las investigaciones geológicas básicas había tropezado con no‑ torias limitaciones por un continuo déficit presupuestal; escasez de personal pro‑ fesional, técnico y auxiliar; y por la atención prioritaria a la labor minera, lo que rompía cualquier continuidad en la investigación básica. A pesar de que la asistencia permanente prestada por el Servicio en los trabajos de campo de los programas del Inventario Minero postergó algunos proyectos propios, al mismo tiempo tal colabo‑ ración permitió una reactivación en la cartografía geológica básica, en la exploración geoquímica y en la divulgación y publicación de los resultados. En relación con la primera, se dio un carácter sistemático a los trabajos (aunque todavía regidos por los criterios económico-mineros) que se venían realizando desarticuladamente, en zonas aisladas, de acuerdo con las necesidades más urgentes. Se destacan como producto de las investigaciones básicas, la publicación de estudios como los que se aprecian en la Tabla 17   Tabla 17    Estudios publicados por la DEG entre julio de 1960 y diciembre de 1968 Publicación Mapa geológico general de Colombia, Esc. 1:1’500.000 Mapa glaciológico de la Sierra Nevada de Santa Marta, Esc. 1:132.000 Mapa geológico de la Península de La Guajira, Esc. 1:200.000

Autor Geólogo Luís Radelli (1962) Publicado en la Revista de la Academia de Ciencias

Observaciones Edición corregida y aumentada de la primera de 1944. Complementario del estudio realizado por el fotogeólogo H. C. Raasveldt en 1957. Recopilación de estudios varios

Planchas, Esc. 1:200.000 y 1:25.000

K-9 Armero; L-9 Girardot, M-8 Ataco; N-8 Neiva; Islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (1:25.000)

Mapa correspondiente a la región del Tolima, Esc. 1:100.000

Mapas publicados en Holanda

Mapa geológico de Colombia, representando un área de 4.800 km2 cada una Partes del estudio geológico de Nelson H. W., 1957, Contribution to the Geology of the Central and Western Cordillera in the sector between Ibagué and Cali. Leidse Geologusche Medelingen, Deel 22)

Dos mapas correspondientes a la región del Valle, Esc. 1:100.000

Bajo la dirección del geólogo Darío Suescún Gómez -quien se recuerda era a su vez director del Inventario Minero y de la DEG-, se afianzó la simbiosis entre ambas

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Durante la década de los años 50 la escasez de expertos era evidente, por lo que se tuvo que gestionar la llegada de expertos foráneos mediante la colaboración del Ministerio, sin embargo, en 1961 la modalidad de arribo de profesionales extranjeros cambió. El Ministerio firmó convenios de ayuda técnica extranjera, obviamente interesada en los recursos colom‑ bianos que incluían el trabajo y la asesoría de profesionales foráneos, con diversos resultados. Una relación de los convenios, de los profesionales extranjeros que trabajaron en ellas y sus objetivos se aprecia en la Tabla G. El Inventario Minero Nacional (IMN). Esta etapa de la investigación geológico-minera del país quizás merece un aparte especial en la historia de la institucionalidad científica que ahora ostenta INGEOMINAS. Los objetivos eran plausibles, los resultados aun están por evaluar, pero si se aprecia en una perspectiva global los beneficios saltan a la vista, aunque por ellos se haya trucado la investigación minera en lugar de la investigación de geología básica como el principal objetivo del Servicio Geológico geológica básica del territorio co‑ lombiano, que contradictoriamente se benefició del Inventario.

Tabla G.    Convenios internacionales y profesionales extranjeros llegados al SGNC en 1961 Comisión extranjera

Integrantes

Labores

Alemana

Geólogo Wolfgang Frique Geólogo Willi-Herbert Grebe Geólogo Guten van de Boom Ing. De Minas Wilhelm Petri

Estudios de la Jagua de Ibirico y El Cerrejón sobre carbones y cobre en la Serranía de Perijá.

Francesa Instituto Francés del Petróleo

Geólogo Piere Veter Geólogo Guy Weecksteen

Fotogeología y exploración de minerales metálicos

El programa presentado por el Ministro Víctor G. Ricardo fue aprobado por el Gobierno Nacional. El siguiente paso fue tramitar la solicitud ante la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID), hecho que se produjo el 23 de noviembre de 1962. La aprobación de la solicitud suscitó la visita en este mismo año de una misión de geólogos del U. S. Geological Survey compuestas por geólogos evaluadores de proyectos. El 28 de septiembre de 1963 se firmó el convenio 514-L-30 entre los gobiernos de Co‑ lombia y Estados Unidos de América, el cual constaba de un crédito por 2 millones de dólares (amortizables en 40 años y 10 años de gracia iniciales) con destinación especifica para: a) capacitación con estudios de postgrado para 10 profesionales colombianos en Universidades o Institutos de los Estados Unidos; b) estudios fotogeológicos de zonas seleccionadas; c) investigaciones de campo: estudios geológicos detallados; prospección geofísica, geoquímica y trabajos de excavación, perforación y muestreo para localización, y evolución de los yaci‑ mientos; d) apoyo de laboratorio. Todos estos objetivos hacían parte del proyecto de evaluación económico-minero de 70.000 km2 en la zona andina del país que se había planteado en la solicitud a la AID (zonas pertenecientes a la Sierra Nevada de Santa Marta, a los departamentos de Santander y Norte


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

entidades. No se puede negar que esta situación generó un intercambio técnico cien‑ tífico que redundó en algunos beneficios para la División. Se pueden destacar como los principales resultados de la época del Inventario Minero: a) el descubrimien‑ to de importantes yacimientos de fosfatos en varios sitios de la Cordillera Oriental dentro de capas marinas del Cretáceo superior, desde Huila en el sur hasta Norte de Santander, estudios que habían sido iniciados varios años atrás en la época del SGNC y continuados por el IMN; b) la modernización de los sistemas de cartografía geológica, y los equipos de laboratorio; c) el intercambio profesional, la apropiación de técnicas modernas, la adquisición de equipos modernos, la capacitación técnica de profesionales y técnicos colombianos tanto por la experiencia del trabajo diario como por el estudio en el exterior. Los resultados del Inventario Minero Nacional fueron publicados en el Boletín Geológico, como se aprecia en la Tabla 18.   Tabla 18.    Resultados del IMN publicados en Boletín Geológico entre 1967 y 1972 Boletín

Año

Estudio

Vol. XV

1967

Estudios de rocas fosfóricas

Vol. XVIII, Nº 1

1970

Recursos minerales de la Sierra Nevada de Santa Marta

Vol. XVIII, Nº 3

1970

Recursos minerales de parte de los departamentos de Santander y Norte de Santander

Vol. XIX, Nº 1

1971

Recursos minerales de parte de los departamentos de Cundinamarca, Boyacá y Meta

Vol. XIX, Nº 2

1971

La evolución estructural de los Andes más septentrionales de Colombia

Vol. XX, Nº 1

1972

Geología de parte de los departamentos de Antioquia y Caldas, Sub-zona II-A

Vol. XX, Nº 2

1972

Geología de parte de los departamentos de Antioquia y Caldas, Sub-zona II-B

En 1965, la escasez de especialistas en la DEG estaba lejos de ser solucionada, por lo que el Ministerio de Minas financió cursos de postgrado a varios geólogos colombianos, según se aprecia en la Tabla 19.   Tabla 19.    Geólogos Colombianos becados entre 1965 y 1966 Año

1965

Funcionario Ignacio Cucalón Taissir Kassem Luís Eduardo Martínez Carlos Cáceres Alberto Lobo-Guerrero Ricardo Camacho Jorge Valdiri

Capacitación Fotogeología Fotogeología Master en ingeniería geológica Geología económica Hidrogeología Geología aplicada Geología aplicada

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■  La Historia de INGEOMINAS (1916-2006)  90 años de geología oficial en Colombia

de Santander, Caldas y Antioquia, y Cundinamarca, véase la Tabla H), objetivos que excluían nuevamente zonas tan importantes como el sur del país, el Chocó, etc.

Tabla H.    Zonas de evaluación económica-minera del IMN Zona

Región o Departamento

Extensión (km2)

I

Sierra Nevada de Santa Marta

8.525

II

Caldas y Antioquia

38.385

III

Santander y Norte de Santander

16.625

IV

Cundinamarca, Boyacá y Meta

5.330

Administrativamente hubo que formular una nueva reorganización que permitiera ha‑ cer frente al convenio. La Ley 2781 del 20 de noviembre de 1963 incluyó en su articulado la organización administrativa a cargo del Ministerio de Minas, así como la creación del Fondo de Investigaciones Geológico Mineras dependiendo su de aquel para la gestión administra‑ tiva y de los programas, para lo cual se crearon una junta de compras, una junta especial de licitaciones (resolución 462 de marzo 21 de 1964), un comité técnico asesor (resolución 1559 del 28 de noviembre de 1963), y se fijaron los linderos de las zonas para el Inventario Minero Nacional. El Inventario Minero inició sus labores en enero 14 de 1964, previa emisión de la reso‑ lución 1805 del 31 de diciembre de 1963, bajo la égida del comité técnico asesor integrado por personajes ya históricos como Gerardo Botero Arango, Diego Henao Londoño, Jesús A. Bueno, Benjamín Alvarado Biester y Alberto Sarmiento Alarcón (jefe de la DEG). A partir de marzo y abril del mismo año estuvieron ejerciendo la jefatura de proyectos por Colombia y Estados Unidos Aurelio Lara Agudelo y el geólogo Earl M. Irving, respectivamente, tal como se aprecia en la Tabla I. Las labores correspondientes a investigaciones de campo (estudios geológicos detalla‑ dos; prospección geofísica, geoquímica y trabajos de excavación, perforación y muestreo para localización, y evolución de los yacimientos) se iniciaron en el mismo 1964 con personal co‑ lombiano de la DEG en tanto se adelantaban las negociaciones para el envío de los técnicos asesores del Servicio Geológico de Estados Unidos para cada una de las zonas estipuladas en el convenio. 3 de ellos iniciaron labores en octubre de 1964 y el restante en abril de 1965 conformando la siguiente plantilla de personal técnico.

Tabla I.    Plantilla de profesionales asociados al IMN entre 1963 y 1964 Cargo

Funcionario

Sede o Zona

Director

Ing. Geol. Darío Suescún

Bogotá

Asesor jefe AID

Earl Irving

Bogotá

Geólogo estratígrafo

Donald McLaughling

Bogotá, Zona IV Cundinamarca, Boyacá y Meta


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

Año

Funcionario Alberto Álvarez Hermann Duque-Caro Luís Felipe Mercado Alfonso Borrero Segundo Guerrero Ricardo Otálora José L. Agelvis

1966

Capacitación Hidrogeología Paleontología Curso de perforación de pozos de la Universidad Nacional de Colombia

La subordinación de la DEG al Inventario Minero Nacional se hizo evidente en una reorganización que distribuyó su personal en las áreas de trabajo del IMN con la tarea de realizar el estudio geológico sistemático integral de las zonas. Sin embargo, esta subordinación permitió nuevos recursos para reforzar la tarea específica de ela‑ boración del mapa geológico del país, adelantada por la planta de técnicos y profe‑ sionales que se aprecia en la Tabla 20.   Tabla 20.    Planta de profesionales y técnicos del SGNC en 1966 Sección

Estratigrafía

Cargo

Funcionario

Geólogo jefe

Hermann Duque Caro

Geólogos

Fernando Etayo Darío Valencia

Laboratorista

Rodrigo Barrientos

Geólogo jefe

Ignacio Cucalón Taissir Kassem

Geólogos

Jorge Valdiri Ricardo Camacho

Fotogeología

Técnico

Carlos Ruiz

Geólogo jefe

Giancarlo Renzoni Luís E. Mateus Carlos E. Ospina

Geólogos

Luís E. Martínez Fernando Calvache

Geología económica

Alvaro Guerra José M. Castillo

Hidrogeología

Museo Geológico y Archivo de muestras

Geólogo jefe

Alberto Álvarez O.

Geólogo

Alberto Lobo-Guerrero U.

Jefe

Luís F. Rincón

Técnicos

Mercedes de Rodríguez José E. Perico

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■  La Historia de INGEOMINAS (1916-2006)  90 años de geología oficial en Colombia

Cargo

Funcionario

Geólogos asesores en geología económica

Charles M. Tschanz a cargo de 11 geólogos colombianos Robert Hall a cargo de 14 geólogos y 2 químicos colombianos Dwight E. Ward a cargo de 7 geólogos, un ingeniero de minas colombiano

Sede o Zona Zona I, Sierra Nevada de Santa Marta Zona II, Antioquia y Caldas Zona III, Santander y Norte de Santander

En abril se logró ajustar esta plantilla y distribución orgánica del Inventario Minero al marco legal colombiano, tras las gestiones de su director el Ingeniero Geólogo Darío Sues‑ cún Gómez que se vieron recompensadas con el concepto favorable del Consejo de Estado, quedando establecido el siguiente organigrama. 58. Inventario Minero Nacional: a) Zonas estudiadas con la cooperación AID., Convenio 514-L-30 (1963); b) Localización de zonas del Programa de Investigación Geológico-Minera en cooperación con el Departamento de Interior de los Estados Unidos – USGS (1964-1968)

Para llevar a cabo el objetivo brindar capacitación con estudios de postgrado para 10 profesionales colombianos en Universidades o Institutos de los Estados Unidos, el comité técnico asesor seleccionó por méritos a los geólogos y personal subtécnico que se aprecia en la Tabla J.

Tabla J.    Geólogos y personal subtécnico seleccionados para estudios de capacitación en 1964 Año / Institución de envío

Funcionario

Zona o sección de trabajo

Observaciones

1965

Darío Barrero Antonio Erazo Eduardo Álvarez Carlos Cáceres

I I II III

Geólogos a especializarse en diversas áreas

1966

Andrés Jimeno Vega Carlos J. Vesga Armando Estrada Octavio Ramírez Francisco Zambrano Efraín Mojica

I I II II IV IV

Geólogos a especializarse en diversas áreas

Escuela Interamericana de Cartografía de Panamá

Carlos Ruíz

Fotogeología

Curso básico de fotogrametría

Elena de Ramírez

Dibujo

Curso básico de cartografía

Augusto Castro

Dibujo

Entrenamiento en map editing and color separation

Fernando Ayala

Jefe Fotogeología

Entrenamiento en técnicas fotográficas de mapas

Dabeiba de Cuervo

Jefe Cartografía

Entrenamiento en Scribing and Peel Coating


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

Sección Petrografía Grupo Biblioteca

Cargo

Funcionario

Petrógrafo jefe

Francisco Medina

Laboratorista

Humberto Villegas (IMN)

Bibliotecario jefe (IMN)

Alicia Venegas L.

Bibliotecario (DEG)

Carmenza Barrera R.

La relación entre la DEG y el IMN fue descrita por el mismo Director Darío Suescún en el Informe de Labores 1967, año en que entran en etapa final los trabajos de campo del Inventario, de la siguiente forma: «Ante todo, nuestros logros son el resultado de un trabajo armonioso en equipo entre geólogos colombianos, asesores norteamericanos, personal administrativo y obreros disciplinados, coadyuvados por entidades tan eficientes como el Servicio Geológico Nacional [DEG], el Laboratorio Químico Nacional, las directivas del Ministerio de Minas y Petróleo, y la Agencia Internacional de Desarrollo […]» Algunos datos interesantes de la etapa 1960-1969 del SGNC (DEG) se resumen a continuación: Con relación a aspectos estructurales y administrativos, se puede decir que en esta etapa, el 75 % de la inversión total se hizo en el último cuatrienio (1965-1969), con lo que se logró, entre otras cosas, la adquisición de equipos de campo y labora‑ torio. Entre 1961 y 1963 se produjo una disminución muy notoria del personal técnico, a pesar de que existía un buen número de plazas disponibles que no pudieron ser cubiertas por la deficiente remuneración en comparación con la empresa privada. Es obvio que con la escasez de personal técnico no fue posible adelantar proyectos de investigación sistemática de manera eficaz. A finales de 1963 se dio un aumento considerable del personal técnico motivado por el Inventario Minero. Se implantó entonces la modalidad de los contratos de trabajo que permitió vincular un mayor número de profesionales mediante una mejor remuneración, y con el estímulo de poder realizar cursos de especialización en el exterior. No obstante esta mejora, no se pudo paliar debidamente la carencia del recurso humano especializado conforme crecía la institución y sus objetivos, aunque sin lugar a dudas el país ganaba progre‑ sivamente profesionales altamente calificados con especialización y adiestramiento en el exterior. Con relación a los aspectos técnico-científicos, se puede mencionar que, según el Informe de labores durante la década de 1960 a 1969 (Informe Nº 1561 de IN‑ GEOMINAS, 1970), gracias a la sistemática adoptada para los trabajos del Inventa‑

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■  La Historia de INGEOMINAS (1916-2006)  90 años de geología oficial en Colombia

Las labores orientadas a dar cumplimiento al programa de “Ayuda de Laboratorio” se adelantaron con el servicio o la asesoría, además de la brindada por AID, de otras entidades como las que se presentan en al Tabla K.

Tabla K.    Entidades participantes en el programa de “Ayuda de Laboratorio” Entidad

Tipo de asesoría o servicio técnica

División del Laboratorio Químico Nacional

Análisis mineralógicos por vía húmeda de muestras recolectadas.

Laboratorio de Petrografía de la DEG

Elaboración de secciones delgadas para análisis microscópicos

Laboratorio de la Zona Minera de Medellín

Ensayos de fundición

Laboratorio de la Universidad Industrial de Santander

Análisis metalúrgico y de minerales

Laboratorios especializados de U.S.A.

Determinaciones geocronológicas absolutas de edades por métodos de K-Ar y Rb-Sr. Chequeos de análisis químicos hechos en Colombia.

Laboratorio del Brasil

Entrenamiento de un geólogo en el Centro de Pesquisas Geocronológicas de la Universidad de Sao Pablo en la determinación de edades absolutas por método K-Ar. Análisis de 30 muestras colombianas.

Son incuestionables los resultados alcanzados por el Inventario Minero Nacional entre 1964 -1968 gracias al convenio con la Agencia Internacional para el Desarrollo, resultados resumidos en la publicación “Inventario Minero Nacional”, tal como se muestra en la Tabla L. A la sombra de los convenios con la Agencia Internacional para el Desarrollo y del pro‑ yecto del Inventario Minero la actividad de cartografía geológica se reactivó de forma que la Sección de Fotogeología adelantó la compilación geológica regional para la elaboración del Mapa Geológico General de Colombia, hecho que marcó, después de muchos años, una ruta para lograr la cartografía geológica del territorio, cuyo estado a la fecha (1976) se puede apreciar en el “Mapa de Índice de Progreso y Fuentes de Información para la ejecución del Mapa Geológico de Colombia” y por en el índice de planchas geológicas elaboradas por el IMN-DEG, Mapas Geológicos. La labor de la Sección de Fotogeología fue bien aprovechada por las Secciones de Estratigrafía e Hidrogeología que lograron realizar la publicación, en 1976, de una nueva versión del Mapa Geológico General de Colombia, una reducción del mismo y un Atlas Geológico.

Tabla L.    Publicaciones de los resultados del “Inventario Minero Nacional” Tomo I 1970

Título Recursos minerales de la Sierra Nevada de Santa Marta

Autores

Institución

Charles M. Tschanz

U.S. Geological Survey

Andrés Jimeno

DEG (SGNC)

Jaime Cruz B.

DEG (SGNC)


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

rio Minero Nacional, se reemplazaron las comisiones individuales, de tiempo corto, escaso presupuesto, cuyas conclusiones siempre sugerían más estudios de compro‑ bación detallados. Gracias a lo aspectos anteriores, a partir de 1964 se incrementó notoriamente la cartografía sistemática del país (44% de los levantamientos geológicos totales y 47% de los mapas geológicos publicados) encomendada sobre todo a la Sección de Fotogeología, gracias a la creación del Inventario Minero, con la colaboración de las Facultades de Geología de Medellín y Bogotá (Universidad Nacional). En 1968 se habían cubierto 172.000 Km2 con estudios geológicos, área que representa 15% del país (45% de la zona andina). Agregando la compilación de mapas geológicos tanto oficiales como de empresas privadas correspondientes a las costa norte de los depar‑ tamentos de Sucre, Córdoba, Bolívar y Atlántico, el porcentaje ascendía a 21.5%. Algunos estudios geológicos de compañías privadas, especialmente de ECO‑ PETROL y COLPET fueron complementados por geólogos del Inventario Minero Nacional y de Geofoto Service para hacer las publicaciones de los cuadrángulos H11; I-11; F-13 y G-13. Por su cuenta, la Facultad de Minas de Medellín levantó el cuadrángulo I-8 que fue publicado con financiación del IMN. Los trabajos detallados de E. Groose (1926) y H. W. Nelson (1957) fueron publicados en Alemania y en Ho‑ landa (en la Leidse Mededelingen). Sin embargo, lo alcanzado hasta ese momento todavía no correspondía a las necesidades planteadas con relación a los estudios semidetallados y detallados, según los cuadrángulos propuestos., además de que se‑ guía orientada a las áreas que ofrecían condiciones geológico-mineras promisorias, y no a un plan de cartografía geológica basado en la continuidad estratigráfica. La Sección de Petrología y Mineralogía apoyó los distintos programas del SGNC (DEG) y del Inventario Minero Nacional. Entre 1960 y 1968 se destacan, además del apoyo constante a las demás secciones de la DEG y del IMN, 19 trabajos de diversa índole: a) petrográficos en muestras de rocas; b) elaboración de columnas estratigrá‑ ficas; c) estudios regionales de geología básica y económica; d) estudios geológicos detallados; e) estudios locales de manifestaciones minerales y mineralizaciones; f) estudios comparativos de ensayos petrográficos y análisis químicos; g) estudios de aplicación industrial de algunos minerales y rocas. La Sección había realizado, entre 1960 y diciembre de 1969, 11.522 secciones delgadas, 259 secciones pulidas, tritura‑ do 2.953 muestras con un peso de 3.889 Kg., 720 análisis petrográficos y 42 minera‑ lógicos, y 798 preparaciones de muestra para geoquímica. 65% de estos trabajos se realizaron entre 1966 y 1969. Con relación a la Sección de Estratigrafía, sus labores estuvieron orientadas esencialmente a brindar asesoría para el levantamiento del mapa geológico del país, en el estudio de secciones estratigráficas tipo y en la determinación paleontológica de muestras solicitadas por otras secciones y entidades. Se puede decir que durante

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■  La Historia de INGEOMINAS (1916-2006)  90 años de geología oficial en Colombia

Tomo II 1970

III 1970

IV 1970

Título

Autores

Institución

Sub-Zona 2-B. Geología de los departamentos de Antioquia y Caldas

Tomas Feininiger

U.S. Geological Survey

Darío Barrero L.

DEG (SGNC)

Néstor Castro Q.

DEG (SGNC)

Recursos minerales de partes de los departamentos de Norte de Santander y Santander

Dwight Goldsmith

U.S. Geological Survey

Richard Goldsmith

U.S. Geological Survey

Jaime Cruz B.

DEG (SGNC)

Hernán Restrepo A.

DEG (SGNC)

Donald H. Mc. Laughlin

U.S. Geological Survey

Marino Arce H.

DEG (SGNC)

Recursos minerales de parte de los departamentos de Cundinamarca, Boyacá y Meta

59. Mapas con la localización de los Recursos Minerales (excepto carbón y petróleo), según resultados del Inventario Minero Nacional: a) Zona III; b) Zona IV; c) Zona I; d) Zona II

Otros convenios internacionales El convenio con la AID no fue el único que se suscribió por esta época. Su éxito, sobre todo institucional, dio origen a algunos cuantos convenios de asistencia técnica en investiga‑ ciones geológico-mineras en otras zonas del país no abarcadas en el convenio AID, conve‑ nios gestionados por el Ministerio y coordinados directamente por la DEG (en condición de Servicio Geológico Nacional), los más importantes de ellos se muestran en la Tabla M.

Tabla M.    Otros convenios internacionales Entidades, organismos o empresas

Proyecto

AID Embajada de Alemania Embajada de Francia Corporación Autónoma Regional de los Valles del Magdalena y del Sinú

Contratos con P.E. Noreaxsand Asociates para la investigación de aguas subterráneas en la cuenca del Río Cesar, área de Codazzi.

Instituto de Fomento Industrial

Contrato con la Casa AUTECO de Bélgica para el estudio integral técnico-económico de los carbones del Valle del Cauca.

Programa República Federal Alemana

Estudio de Carbones de La Guajira con aporte gratuito del 75% de los costos más contribución de personal especializado, el 25 restante a cargo del Gobierno nacional.

Programa Gobierno del Canadá mediante el Banco Interamericano de Desarrollo

Estudio aéreo magnetométrico y de investigaciones geológico-mineras en 4 zonas del país, en la Cordillera Central y en un área de 50 km2


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

el lapso comprendido entre 1960 y 1969 las labores de la Sección de Estratigrafía estuvieron enfocadas al estudio de la bioestratigrafía del Terciario marino del norte de Colombia y al Cretáceo de la Cordillera Central, indispensable para el proyecto cartográfico de los cuadrángulos G-6-7-8, F-6-7-8, E-7-8-9, D-8-9, C-8-9, J-11-12, K-10-11, y L-11, a escala 1:25.000. En la Tabla 21 se relacionan los mapas geológi‑ cos (planchas) de zonas producidos por INGEOMINAS (SGNC; IGNC, DEG) entre 1939 y 1970.   Tabla 21.    Mapas geológicos de zonas producidos por INGEOMINAS (SGNC; IGNC, DEG), 1939-1970 Plancha / Zona / Escala

Fecha

Área/ Km2

L-9/ Girardot (1:200.000)

1956

4.800

M-8/ Ataco (1:200.000)

1957

3.800

K-9/ Armero (1:200.000)

1957

4.800

N-8/ Neiva (1:200.000)

1959

3.600

San Andrés y Providencia (1:25.000)

1960

40

K-10 /Villeta (1:200.000)

1961

4.800

A-14-15 /Guajira (1:200.000)

1963

7.800

I-8 Medellín (1:200.000)

1965

4.800

L-11/ Villavicencio (1:200.000)

1965

4.800

L-12/ Medina (1:200.000)

1965

4.800

H-11/ Barrancabermeja (1:200.000)

1966

4.800

I-11/ Cimitarra (1:200.000)

1966

3.500

G-13/ Cúcuta (1:200.000)

1967

4.800

F-13/ Tibú (1:200.000)

1967

4.200

C-11-12/ Sierra Nevada de Santa Marta (1:200.000)

1969

22.000

K-11/ Zipaquirá (1:100.000)

1969

4.800

H-12/ Bucaramanga (1:100.000)

1969

4.800

H-13/ Pamplona (1:100.000)

1970

3.800

I-9/Oriente de Antioquia (Esc. 1:500.000)

1970

H-8/Yarumal (Esc. 1:100.000)

1970

En 1969 se habían desarrollado numerosos trabajos y productivos estudios hi‑ drogeológicos. En el Informe de labores durante la década de 1960-1969 (Informe Nº 1561 de INGEOMINAS, 1970) se mencionan 50 intervenciones de la Sección de Aguas Subterráneas a lo largo y ancho del país (aunque con mayor concentración en la zonas de los altiplanos y valles andinos e interandinos, y de la Costa Atlánti‑

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■  La Historia de INGEOMINAS (1916-2006)  90 años de geología oficial en Colombia

Tal como había ocurrido en 1963, el Gobierno nacional en cabeza del Ministerio firmó un nuevo convenio, el 514-L0 58, con la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID) y el U.S. Geological Survey. Su objetivo era dar continuidad al programa a la evaluación de los yacimientos minerales inventariados durante el primer convenio, pero desde la nueva y más robusta institución (INGEOMINAS). Para ello, fueron ampliados los objetivos de los subprogramas planteados desde 1963, quedando de la siguiente manera: a) entrenamiento y educación avanzada en universidades públicas o privadas para 22 colombianos vinculados a la Institución; b) trabajos de fotogeología, fotogrametría y geofísica en áreas necesarias para la ejecución de proyectos de evaluación; c) investigaciones de campo en las nuevas zonas delimitadas: I) Antioquia, Chocó y Cundinamarca; II) Santander y Norte de Santander; III) Cundinamarca, Boyacá y Meta; IV) Tolima, Huila, Caldas, Risaralda y Quindío; V) Nariño, Cauca y Valle del Cauca; d) adquisición de materiales y equipos de laboratorio. Otro convenio firmado por el Gobierno colombiano en noviembre 8 de 1972 fue el Col/72/001/A/01/01, esta vez con las Naciones Unidas con duración de 3 años y medio, un aporte de 3’165.000 millones de dólares por PNUD y de $ 63’572.000 por el Gobierno Co‑ lombiano ejecutar investigaciones geológico-mineras en 5 proyectos específicos de interés económico y con los resultados a 1976 -1977 que se aprecian en la Tabla N:

Tabla N.    Resultados del convenio PNUD en proyectos específicos de interés económico, 1976 -1977 Georecurso

Zona, región o departamento

Metales básicos

Cordilleras Central y Occidental. 80.000 km2 en los departamentos de Cauca, Nariño, Valle, Quindío, Tolima, Putumayo y Caquetá (Mocoa, Pantanos-Pegadorcito y Acandí) con identificación de prospectos de cobre, molibdeno, plomo y zinc.

Mineral de hierro

Cerro Matoso (Córdoba) y Antioquia.

Esmeraldas

Departamentos de Boyacá y Cundinamarca. Prospección geoquímica y geofísica de 630 km2 en el área de Gachalá y Pacho-La Palma con resultados positivos

Lateritas niquelíferas

Departamentos de Córdoba y Antioquia. 156 km2 estudiados con resultados satisfactorios para explotación de hierro y níquel.

Metales preciosos, oro y platino

Valles de los ríos Atrato y San Juan. Área estudiada 48.000 km2.

Los gobiernos de Colombia y Holanda firmaron un convenio TMO el 18 de enero de 1973 con el objeto de realizar el estudio geoeléctrico de acuíferos en las áreas de la Alta y Me‑ dia Guajira. El plazo convenido del estudio fue de 24 meses, con aporte económico holandés pero también colombiano de $ 11’244.000. La perforación de pozos de entre 100 y 200 m de profundidad (en un área de 4.000 Km2) en los que se localizaron acuíferos de agua de buena


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

ca) que dieron como resultado informes técnico-científicos que van desde simples conceptos técnicos (inventario y evaluación de pozos y aljibes existentes, descrip‑ ción de condiciones estratigráficas, acuíferas e hidráulicas, y recomendaciones para localización y construcciones de pozos) hasta la planificación y realización de estu‑ dios hidrogeológicos completos como el Plan de estudios hidrológicos de la Sabana de Bogotá (1963) y el programa de Evaluación de acuíferos en el Valle del Cauca (en colaboración con la Corporación Autónoma regional Del Valle del Cauca, CVC), además de la perforación de 372 pozos (la mayoría de ellos en La Guajira, Valle del Cauca y Sabana de Bogotá). La Sección de Ingeniería Geológica realizó estudios diversos para obras civi‑ les (carreteras, acueductos, presas y embalses, canalizaciones), zonas costeras, zonas con amenazas y/o riesgo de movimientos de tierras, erosión, inundaciones, y otras amenazas (acumulación de gas en minas), etc. En el Informe de labores durante la década de 1960-1969 (Informe Nº 1561 de INGEOMINAS, 1970,) se describen detalladamente los estudios realizados por las diferentes secciones. En el Anexo I, “Estudios publicados en el Boletín Geológico y Publicaciones Especiales de IN‑ GEOMINAS”, se incluyen los estudios publicados por el SGNC y el Instituto en esta época.

La herencia del Servicio Geológico Nacional de Colombia El material documental e informes del Servicio y sus componentes muestran una incipiente interacción institucional que se fue consolidando con el paso del tiempo, en forma de una red de intercambio y colaboración académica, económica, cientí‑ fica, técnica e industrial. En ella participaron la AID, la ONU, gobiernos de países extranjeros, el Instituto de Fomento Industrial (IFI), el Instituto Geográfico Militar y Catastral Agustín Codazzi, el Instituto Etnográfico de Bogotá, el Instituto Geofísico de los Andes, la Federación de Cafeteros, universidades de Colombia, Estados Uni‑ dos y Francia principalmente, y empresas como Acerías Paz del Río, ECOPETROL, las petroleras y mineras, y algunas industrias químicas, mineras y constructoras. Gran parte de la existencia del SGNC estuvo marcada por la atención de pro‑ yectos aislados que, si bien produjeron conocimiento geológico y minero del país, no corresponden al anhelado estudio sistemático y básico del territorio colombiano. Las condiciones económicas del país y la dependencia estructural de la institución ante los vaivenes políticos y administrativos del Gobierno de turno no lo permitieron. Sin embargo, una ligera inflexión a esta tendencia se experimentó a partir de 1956, cuan‑ do se dividió el área nacional en cuadrículas y se empezó la confección de planchas a escala 1:200.000, un trabajo ambicioso que, aunque atizado por programas mineros,

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■  La Historia de INGEOMINAS (1916-2006)  90 años de geología oficial en Colombia

calidad para irrigar 6.000 Km2 fue posible gracias a los resultados de la interpretación de los 1.569 sondeos geoeléctricos y 477 transversas geoeléctricas. Pero, al margen de estos convenios mayores también se convinieron y ejecutaron misio‑ nes extranjeras, especialmente en el área de la minería del carbón, que interactuaron con el grupo de carbones de INGEOMINAS, además de la participación en proyectos con Institu‑ ciones nacionales y extranjeras. En la Tabla O se resumen algunos de ellos.

Tabla O.    Misiones extranjeras que interactuaron con el Grupo de Carbones de INGEOMINAS Fecha

Misión o proyecto

Objetivos y resultados

Sep. 1972

Misión rumana

Estudio de reservas carboníferas en el país. Estimación de 2.350 millones de toneladas coquizables de alta calidad: 85% en la Sabana de Bogotá, 12 % Norte de Santander y 3% Valle del Cauca

Feb. 1973

Misión inglesa

Estudio de prefactibilidad con miras a la extracción de los carbones de Checua Lenguazaque (Cundinamarca). Estimación de 62.4 millones de toneladas de carbón explotable.

¿?

Convenio Enadinza (España)

Estudio de los carbones de Checua Lenguazaque (Cundinamarca). Estimación de 44 millones de toneladas probables.

1973

Proyecto Nariño (Instituto Geofísico de los Andes)

Trabajo internacional para determinar por métodos sísmicos las relaciones entre las placas tectónicas del Pacífico y de los Andes en el sur de Colombia

1973

Proyecto Imágenes ERTS (NASA)

Con el fin de obtener imágenes ERTS (del inglés Earth Resources Technology Satellites, LANDSAT a partir de 1975. Investigación de imágenes correspondientes al territorio colombiano.

1973

Misión sudáfricana Misión rumana Misión polaca Misión japonesa

Estudios de los depósitos fosfóricos de Pesca-Conejera (Boyacá) y Sardinata (Norte de Santander).

A todas luces el plan minero que el Ministerio de Minas había desarrollado desde 1962 tenía la continuidad y el alcance que ningún otro proyecto relacionado con las ciencias na‑ turales había tenido en Colombia. Las facilidades brindadas por el Gobierno para el arribo del “apoyo técnico extranjero” tuvieron, como no, una excelente acogida en los países que enviaron sus misiones o firmaron convenios con Colombia en busca de georrecursos.


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

debió haberse iniciado cuarenta años antes con la CCN, pero sobre todo debió ser el programa bandera y la razón de ser del SGNC y del futuro INGEOMINAS. Del Informe de Labores durante la década 1960-1969 (Inventario Minero, Servicio Geológico e Instituto de Investigaciones Geológico-Mineras, 1970) se colige que en esta década se da un impulso a las labores de cartografía geológica, lo que se refleja esencialmente en el número de nuevos trabajos de este tipo realizados, que ocupan la mayor parte del informe (172.000 km2 de estudios geológicos correspondiente a 15% del país y 45% de la zona andina). Aunque el objetivo esencial no era la carto‑ grafía geológica básica en sí misma, sí refleja la conciencia lograda sobre su impor‑ tancia en función del éxito de cualquier programa de geología económica, como los que se llevaron a cabo en esta década (programas de fomento minero, pero especial‑ mente el Inventario Minero Nacional). Este hecho contribuyó a un trabajo cartográfico más sistemático orientado a las zonas con potenciales mineros. Así pues, criterios como la cronoestrafigrafía y la continuidad geográfica de las formaciones no fueron considerados, por lo que la cartografía resultante adoleció de planificación coherente, es decir realizada por cuadrángulos contiguos siguiendo las unidades litoestratigráficas, y no con cuadrán‑ gulos inconexos. Al respecto cabe analizar que, ya que los depósitos con mayor ex‑ tensión geográfica son el Cretácico y el Terciario, los grupos paleontológicos más importantes son los cefalópodos (ammonites) y los foraminíferos. En concordancia con ello, la Sección de Estratigrafía y Paleontología (que se complementaría son la Sección de Paleobotánica - Palinología) debería haber dispuesto (y disponer), al me‑ nos de un estratígrafo, un especialista en ammonites, un micropaleontólogo para foraminíferos del Cretácico y otro para el Terciario. El Servicio Geológico Nacional de Colombia se fue consolidando como una en‑ tidad oficial asesora de proyectos variados relacionados con los georrecursos, con necesidad y capacidad (a veces tan solo coyuntural) para interactuar con aquellas entidades; una Institución capaz de producir estudios geológicos que lograron apun‑ talar un conocimiento básico y aplicado de relevancia, aunque insuficiente. A finales de la década de 1960 y principios de 1970, la autonomía de Colombia sobre el cono‑ cimiento de sus georrecursos distaba de ser óptima, y la discusión sobre el carácter científico innovador y autónomo de sus geólogos e instituciones abre un amplio campo de interrogantes. A pesar de ello, y sin duda alguna, el SGNC fue uno de los esfuerzos institucio‑ nales más grandes de la ciencia básica y aplicada en Colombia, si bien, bajo la égida del interés económico que representaba la industria extractiva, y el abastecimiento de materias primas. El Servicio realizó varios proyectos tan importantes como la ex‑ ploración de Paz del Río, la de calizas en Boyacá, la de carbones en varias zonas del país, entre ellos el estudio sobre los aspectos geológicos del yacimiento de carbón

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Ya en la primera mitad de los años 80, los principales programas planteados por IN‑ GEOMINAS reposaban aun en los convenios técnico-económicos de “cooperación interna‑ cionales” y proyectos internacionales con participación de INGEOMINAS se aprecian en la Tabla P.

Tabla P.    Convenios técnico-económicos de cooperación internacional en la primera mitad de la década de 1980 Programa o convenio

Descripción

Convenio con la ONU

Prospección de metales básicos.

Convenio con el Reino de los Países Bajos (1972-1986)

Prospección hidrogeológica en los departamentos de Atlántico y Bolívar (y luego otras regiones).

Convenio con el Gobierno del Japón

Estudio de minerales en Piedrancha (Nariño) y zona de Almaguer.

Convenio con el Gobierno británico

Estudios de cartografía geológica, geología económica y exploración geoquímica en las Cordilleras Central y Occidental en el Departamento del Valle del Cauca.

Convenio con el USGS

Asesoría en la compilación de la información geofísica y entrenamiento en métodos de computación.

Convenio con el USGS (Memorando de entendimiento con el Departamento del Interior)

Cooperación científica y técnica de las Ciencia de la Tierra.

Convenio con el Lamont Doherty Geological Observatory

Estudio de geología marina en la plataforma continental del Mar Caribe y el Océano Pacífico.

Convenio con Argentina (CONICET)

Coordinación del estudio del Paleozoico inferior del Programa de Correlación Geológica Internacional-1, IGCP.

Convenio con al República de Corea (Instituto de Investigaciones de Geociencias y Recursos Minerales)

Estudio para el desarrollo de proyectos recursos minerales y de energía.

Convenio con la República Federal de Alemania

Apoyo a INGEOMINAS en la ampliación de la Oficina Regional de Medellín. Formación y perfeccionamiento de expertos en prospección y exploración de yacimientos metalíferos y mejoramiento de la capacidad del laboratorio. Exploración de la zona Iró-Condoto.

Convenio con el Gobierno de Francia

Cooperación científica

Convenio de cooperación científica con la Universidad de Ginebra, Francia

Investigación conjunta de rocas ofiolíticas del suroccidente colombiano.

Convenio de cooperación científica con la Universidad de Grenoble, Francia

Investigación conjunta sobre los magmas calcoalcalinos de la región occidental de Colombia.

Convenio de cooperación con el Instituto NES de Washington

Modernización del Laboratorio Químico Nacional.

Acuerdo Administrativo con la Universidad de Pierre et Marie Curie de París

Estudio de las zonas central y septentrional del occidente colombiano.


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

de El Cerrejón en el Departamento de Magdalena, realizado por E. Hubach para el Instituto de Fomento Industrial. Entre 1938 y 1968 el Servicio Geológico Nacional atravesó varias etapas orga‑ nizativas y productivas en las que sus principales objetivos fueron elaborar el mapa geológico del país; prospectar, estudiar y evaluar los yacimientos minerales del terri‑ torio colombiano; prospectar aguas subterráneas en diversas zonas del país; realizar estudios de geología aplicada, esencialmente a la ingeniería, y fenómenos geológi‑ cos. Los logros asociados a tales objetivos pueden verse resumidos en las Tablas 23, 24, 25 y 26, según compilación hecha por Barrera (1991).

Tabla 22.    Principales labores de cartografía geológica del SGN Objetivo

Año

Resultados Mapa geológico general de Colombia, Esc. 1:2’000.000

1944

Mapa geológico general de Colombia, Esc. 1: 1’500.000, 2ª edición, corregida y aumentada Cinco cuadrángulos, Esc. 1:200.000; Un cuadrángulo, Esc. 1:25.000. 27.000 Km2 (2,4% del área total del país) Cuatro cuadrángulos, Esc. 1:200.000; 3 cuadrángulos, Esc. 1:100.000

1962 Mapa geológico 1960 – 1965 1966 – 1969

Tabla 23.    Principales resultados del SGNC en geología económica Objetivo

Prospectar, estudiar y evaluar los yacimientos

Mineral

Reservas probadas

Fosfato

200 millones de toneladas

Yeso

40 millones de toneladas

Hierro

100 millones de toneladas

Bauxita

700 millones de toneladas

Asbesto

0.35 millones de toneladas

Carbón

30 millones de toneladas

Níquel

62 millones de toneladas

Galena

90.000 toneladas

Talco

26 millones de toneladas

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■  La Historia de INGEOMINAS (1916-2006)  90 años de geología oficial en Colombia

Programa o convenio

Descripción

Proyecto de Correlación Geológica Internacional-1, IGCP.

Programa Eventos de Cretáceo medio Programa Magmatismo de los Andes Programa del proterozoico colombiano Programa Circun Pacific – Jurassic Programa Cambro-Ordoviacian Development in Latin America Programa Siluro-Devonian of Latin America Programa Ophiolites and lithosphere of Marginal Seas Programa Metallogeny of Ophiolies (Inf. Anual Ingeominas 1982)

Convenio con el CNRS de Francia

Estudio de suelos en los Llanos Orientales

Convenio Universidades de Duke (EEUU) y Kyoto (Japón)

Estudios paleontológicos

Debe reconocerse y dar crédito al interés y buena voluntad -tanto de los Gobiernos Nacio‑ nales, como de las Directivas y directores del Instituto, durante las décadas de 1960, 1970 y 1980de promover, propiciar, conseguir y desarrollar, programas y proyectos geológico-mineros de carácter técnico-científico, a través de los convenios nacionales e internacionales, algunos de lo cuales se han descrito o mencionado. Cabe destacar que para tal efecto se creó una dependen‑ cia adscrita a la Dirección General del Instituto, denominada Oficina de Asuntos Internacio‑ nales, y posteriormente se llamó la División de Cooperación Técnica Nacional e internacional, con las funciones de promover, organizar y coordinar eventos de carácter técnico-científico, a nivel nacional e internacional, así como las de atender las funciones inherentes a las secretarías ejecutivas de la Asociación de Geocientíficos para el Desarrollo Internacional (AGID) y la del Consejo Consultivo de Directores de Servicios Geológicos de Latinoamérica y el Caribe. Igual‑ mente se coordinaban las relaciones de carácter internacional de INGEOMINAS. No es el objetivo de este aparte hacer una historia detallada de convenios y trabajos in‑ terinstitucionales, pero cabe destacar en años más recientes este tipo de asociación ha segui‑ do vigente. Como ejemplos de ello (no significa que sean los únicos ni los más importantes) se pueden mencionar: • Cooperación entre el IGAC, INGEOMINAS, el ICN-MHN y la Universidad de Ámster‑ dam. Fruto de esta cooperación en el nº 24 (1995) de Análisis Geográficos del Instituto Geográficos Agustín Codazzi que recoge un conjunto de artículos sobre el Plioceno y Cuaternario del Altiplano de Bogotá y alrededores. • Cooperación internacional entre Hugo de Vries-Laboratorium, Universidad de Ámster‑ dam y las siguientes instituciones colombianas: INGEOMINAS, Instituto Colombiano de Antropología, y el Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional. • Desde 1973 hasta 1995 la Tropembos Foundation (Wageningen, The Netherlands) publicó la Tropenbos Series The Quaternary of Colombia, con más de 12 volúmenes sobre aspec‑ tos de geología, palinología y ecología preferentemente del Cuaternario de Colombia. Por otra parte, INGEOMINAS, conjuntamente con gobiernos, entidades, organismos, universidades y agremiaciones nacionales y extranjeras, inicialmente a través de su Oficina


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

Tabla 24.    Principales resultados del SGNC en hidrogeología Objetivo Prospectar aguas subterráneas en diversas zonas del país

# Estudios

Principales estudios La Guajira

51 estudios

Sabana de Bogotá Valle del Cauca (1967)

Tabla 25.    Principales resultados del SGNC en ingeniería geológica Objetivo Estudios de geología aplicada (ingeniería y fenómenos geológicos)

# Estudios

Tipo de estudio

13 estudios

Obras de ingeniería

16 estudios

Fenómenos geológicos

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■  La Historia de INGEOMINAS (1916-2006)  90 años de geología oficial en Colombia

de Asuntos Internacionales y posteriormente de la División de Cooperación Técnica Nacio‑ nal e Internacional, promovió, organizó y realizó diferentes tipos de eventos (Congresos, Seminarios, Simposios, Talleres, Cursos, Conferencias, Mesas Redondas, etc.) nacionales e internacionales, de carácter técnico - científico relacionados con las Ciencias de la Tierra. Entre estos eventos, merece mencionar los siguientes: • Congresos Colombiano de Geología • X Conferencia Geológica del Caribe. • Exhibición Científica Nacional • Primer Seminario Latinoamericano sobre Presas y Embalses. • VII Congreso Latinoamericano de Geología • Simposio sobre Magmatismo Andino y su Marco Tectónico. • Simposio Internacional sobre Neotectónica y Riesgos Volcánicos. • I Taller Latinoamericano sobre Exploración y Explotación de Oro Aluvial • Curso sobre Vulcanología Aplicada a la Geotermia. • II Simposio Latinoamericano sobre Riesgo Geológico Urbano. • Curso Internacional sobre Contaminación de Aguas Subterráneas. • III Congreso Latinoamericano de Hidrogeología Urbana.


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

a

b

▲  Reorganización del Ministerio de Minas y Petróleos y del SGNC: a) Decreto 1636 de 1960 (julio 12 de 1960) por el cual se reorganizó el Ministerio de Minas y Petróleos; b) Decreto 2613 de 1960 (noviembre de 1960) por el cual se reorganizó la División de Estudios Geológicos (DEG

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▲  Ubicación de reservas y afloramientos de fosforitas y un posible sistema de su transporte y distribución. Convenio USGS – Inventario Minero Nacional


Capítulo 3  El Servicio Geológico Nacional (SGNC), 1938 - 1968  ■

▲  Avance de la cartografía geológica de Colombia, Mapa Índice de planchas geológicas elabora‑ das por el SGNC, el IMN e INGEOMINAS hasta 1970

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