JosĂŠ Luis Vallejo Marchite
Canciones a MarĂa Elena
MARZO 1 Contigo, hortelana mía, bajo esta luz clara, intensa que pajarea entre olivos palmeras. Contigo en noche lunada -¡mágico Huerto del Cura!-, juntos, esperando el alba. 10-3-07 2 Te han visto los marineros de pie, con la quilla abierta de la barca entre los remos. los ojos despiertos, los labios abiertos, sonriendo, sin descomponer la figura de tu cuerpo. 10-3-07 3 Dime que sí mientras tu mano se adueña del alba del alhelí. Dime que sí, que la nieve de tu blusa me lo está gritando a mí. Dime que sí, jardinera de las rosas de mi jardín. 10-3-07 4 Soñadora, reidora, ala en reposo tu mano
y tus pechos avanzando como proas. Como una nueva Victoria de Samotracia, el cabello, a plena luz, desafiando a los vientos. 10-3-07 5 Dios te conserve esa gracia que tienes, María Elena, en la mirada. Y esa fuente de sonrisa que es tu boca y son tus labios, pregonera de alegría. 10-3-07 MAYO 6 Tres sonrisas. Tres miradas. Tres maneras de posar frente a mi cámara. Ellas vestidas con tonos marrón o color manzana; tú, del color del limón, radiante, sencilla, ufana. En tu mano de cristal, el programa de lo que has hecho esta tarde que dulcemente se apaga. Tu voz, para mi castigo, llega confusa y lejana como un oscuro rumor de lluvia en la madrugada. ¿Qué será de tu alegría? ¿Qué de mi pena larvada? ¿Qué de nuestro amor, prendido con alfileres de plata? 29-5-07
JUNIO 7 Tus pechos cantan desnudos tras el escote de nardos mientras tus besos se encienden sobre mi rostro mojado. En tu cintura se enrosca la serpiente de mis brazos que luego, cansados, buscan entre tus muslos descanso. Hay encuentros que no esperan a que se inicie el verano para sellar un amor que nunca estuvo callado. 30-6-07 8 CORAZÓN HERIDO Me dejaste el corazón sangrando por tres heridas. A las puertas de tus labios, un beso de despedida que no alzó vuelo hacia mí y se perdió en tu sonrisa. A la altura de mis manos, una rosa con espinas que se van clavando, lentas, en mi carne noche y día. En el fondo de los ojos, el fuego de tus pupilas… Y una voz gris y violeta sonando a fusilería. 30-6-07 9 TIEMPO DE DUDA Ya no sé si volveré a verte cuando tú quieras: estás muy lejos, mi niña, y la muerte anda muy cerca.
30-6-07
10 DESPEDIDA Mi niña me dijo adiós desde los altos balcones de su corazón. Y yo le dije a mi niña palabras que nada tienen de despedida. 30-6-07 JULIO 11 En tus ojos, el trigo recién segado y un sabor a miel silvestre y fruta fresca en tus labios. ¡Qué furia de amor, qué hambre muerde, sin piedad, mis manos, niña, si acaricio el dulce anís de tus muslos blancos. 1-7-07 12 CONFIDENCIA Si no buscas la aurora, ¿a quién buscas, muchacha? Vas sola por la arena del mar, descalza, con un surtidor de sueños que horadan la madrugada. El agua se ha vuelto negra como tu pena, muchacha; tu voz, de color violeta en tu garganta. Si no buscas la aurora, ¿a quién buscas, al alba? 1-7-07
34 NOVIEMBRE BALADA DE LOS ALAMILLOS SECOS En tu 17 cumpleaños En lo alto del monte ya floreció el romero: flores azules y ramas verdes danzan al viento. En la ribera, cerca del agua, los alamillos secos. Enfermos de tristeza, han trocado el argénteo color de tronco y ramas por un intenso negro.
En lo alto del monte, la salvia y el cantueso mirando al sol de marzo. En la meseta, el agua, luto a destiempo hasta que llegue abril y funda los heleros. ¡Ay de los alamillos, antes airón del viento, sin verdes atalayas y sin jilgueros! 24-11-06
13 SUSURROS No quise decirte nada. GARCÍA LORCA No quise decirte nada. ¡Cómo me temblaban en los labios las palabras! En tus ojos, la miel y un verde manzana. No dije nada. Dijiste que me ofrecías un trébol de cuatro hojitas creyendo que me engañabas. No dije nada. No quise. No quise decirte nada. 5-7-07
14 INVITACIÓN Mete tus pies en el agua fría que baja de la montaña. El sol dejaba sin sombra el camino de la sierra. Eras tú, en la agreste cima, mi única compañera. Algunas voces lejanas chocaban contra las piedras del río, que discurría cantando su nana eterna. Mete tus pies en el agua fría que baja de la montaña. Si tienes miedo, le dije, quédate a mi lado, cerca de la orilla, contemplando cómo el agua se despeña. Cómo el sol deja sin sombra cada rincón de la sierra y cómo el frescor del agua y tu hermosura me queman. Mete tus pies en el agua fría que baja de la montaña. 9-7-07
15 HORA DE LA CITA Muchacha, muchachita. ¿Quién ha puesto hora a tu cita? Ven cuando quieras. Sabes que mi amor te espera. Quema el sol, abrasa el aire. Ven cuando la luz decline y se desmaye la tarde. Cuando los ojos se tornen claveles enajenados y el caballo de la luna galope por los tejados. O cuando al viento del amanecer se abran las dos rosas de tu pecho. Muchacha, muchachita. ¿Quién ha puesto hora a tu cita? 10-7-07
16 TIEMPO DE PLAYA María Elena se broncea al sol de julio tendida sobre la arena. Toda la nieve debajo de su roja camiseta y un pañuelo floreado muy ceñido a su cadera. ¡Ay, María Elena! María Elena ha regresado con duro bronce en las piernas y sus dos pechos tatuados con sendas rosas violeta. ¡Ay, María Elena! Si supieras cuánto por tu amor me duele el aire, y el sol me quema, y se me quiebran los sueños, y los ojos se me ciegan. ¡Ay, María Elena! 13-7-07
17 SUSTO Si entras en la mar desnuda, corres peligro, muchacha, de sufrir su picadura. El agua cรกlida estรก cargadita de medusas que arrastra el viento a la playa. La muchacha no me escucha. Sin querer, su carne rosa se ha vuelto, de pronto, oscura. El mar es como un veneno anudado a su cintura. 13-7-07
18 LA NIÑA DEL SALINAR ¡Qué blanca tu blusa, niña, frente al azul de la mar! Cuidado, salinerita, que te la puedes manchar. Blanca blusa, falda blanca, la niña, blanco mirar, ve cómo vienen las olas sus blancos pies a besar. La niña corre hacia del agua -blusa blanca, blanca falday se adentra sin pensar qué será de su blancura al volver chorreando mar. 14-7-07
19 NOSTALGIA Cuando vuelvas, niña, en septiembre, estarán ya los olivos llenos de aceitunas verdes. Al pasear por las ramas mis pobres ojos, parece que es cada olivo, mi niña, un verde trujal de aceite. Habrá que esperar, mi niña, que es muy fuerte el sol de julio y agosto y hace tiempo que no llueve. Está vacío el aljibe, seca la fuente y el viento es un negro toro, niña, con devisa verde. Vuelve, mi niña, que sufro y muero por verte. 15-7-07
20 SOLEDAD Están desiertas las calles. Tú, a la sombra de las palmeras del parque. Al contemplarte, el agua de las acequias quieta quisiera quedarse. Ser de miel como tus ojos en la tarde, de azahar como tus pechos al aire. Tú sonríes, mi niña, a todos y a nadie mientras el agua, cantando, se aleja por los canales. ¿A quién esperas, mi niña, si están desiertas las calles y en todo el cuerpo me dueles como sedienta catástrofe? Como el agua fugitiva yo te sigo por el aire sabiendo que ni yo puedo ni tú puedes escaparte. ¿A quién esperas, mi niña, si están desiertas las calles? 22-7-07
21 ¡SI ME LLAMARAS! Yo soñaba una rosa de fuego, sin espinas, del color de la sangre para ti, niña. Y llamaste. Tu voz, después de tantos días, como campana de cristal, purísima. La tarde, lirio muerto bajo una luz plomiza, recobró en el teléfono su sonrisa amarilla. Sonaba azul tu voz: nunca más viva que en tus labios la rosa de la alegría. La soñé para ti de fuego, sin espinas. Y tú me la has devuelto pasión de amor y vida. 22-7-07
22 SOLILOQUIO Ya no sé si tú eres mi soledad de siempre. Hay otras soledades que van y vienen, que sin llamar se hospedan en mí, días y meses. Mas sólo tú me dueles como herida reciente que vivirá conmigo más allá de la muerte. Soledad que padezco cuando tú estás ausente y no palpo “la oscura magnolia de tu vientre”. A estas horas, las olas o la lluvia te envuelven en las cálidas playas de Málaga. No tienes mujer-niña, otra cosa que hacer, sencillamente, que tumbarte en la arena y esperar, indolente, a que ese sol, verdugo de la piel, se concentre como tumor de luz en tus pechos de nieve. A la sombra te vivo, -¡oh pasión transparente!. eterna soledad, intimidad de siempre. 23-7-07
23 MAÑANITA DE NIEBLA ¡Ay, cómo tiembla tu cuerpo bajo la niebla! Saliste de madrugada, novia del mar. Los fanales de tu barca se encendían y apagaban. Te pregunté: - ¿Dónde vas? Murallas de olas chocaban contra el litoral. - Voy en busca de mi amor. Se fue a pescar de noche, pero no ha vuelto y está solo en altamar. Sus ojos, “faros del aire”, se apagaron de repente y rompieron a llorar. 23-7-07
24 CAMINOS DE ENCUENTRO ¡Ay, qué tarde para ir contigo a la playa! Me avisaste cuando volaba hacia Italia. Sobre el mar el avión semejaba una barca suspendida del azul; sus grandes alas, los remos; la carlinga, la proa donde soñabas, María Elena, ser un día mi azafata. Yo te llevaba a mi lado, pero al mismo tiempo estaba contigo tomando el sol en el mar azul de Málaga. Recuérdame cada vez que vayas, niña, a la playa que yo te recordaré desde los Alpes de Italia. 21-7-07
25 REGRESA PRONTO ¡Ay mi niña malagueña y marinera en verano! ¿Qué haces lejos de tu tierra? Has cambiado el verde de tus palmeras por un mar de frío cuarzo. ¡Qué alta la mar, qué profundas las palmeras con el cambio! ¡Qué verde el agua marina, qué azules en las palmeras los ramos! Antorchas al aire, van por el aire volando las palmeras y se asoman contigo al Mediterráneo. ¡Ay mi niña marinera y malagueña en verano! Regresa pronto a tu tierra. 20-7-07
26 NO TENGAS MIEDO No tengas miedo, no, que te acompaño yo. Deja, muchacha que el sol caliente tu corazón de escarcha. Y sube conmigo a la montaña. Verás precipitarse hasta el valle las aguas. ¡Qué agonía de nieve y de lluvia enlazadas! Verás cómo de hayucos están llenas las hayas y el camino del lago de rosas blancas. No tengas miedo. Sube conmigo a la montaña. Lavarone, 22-7-07
27 MIRÉ TUS OJOS Miré tus ojos. Tenían color de trigo maduro. Nunca he visto ojos como los tuyos. Miré, después, tu cintura. Sólo el aire tiene tan delgado el talle. Abre el corazón. Te traigo un ramito de ciclámenes de intenso color morado. Cuenta sus pétalos, mi niña, cuéntalos. Y dime si son cinco mientras te miro. Lavarone, 23-7-07
28 TRES AMORES Sobre la mesa, tres florecillas color violeta. A una la llamo Marta, Y se queda muy quieta como soñando; a otra, María Elena, que ríe y ríe y ríe; ¡ah!, pero la tercera no tiene nombre. - ¿Puedo llamarte Bea?, le pregunto. Responde: - Llámame como quieras. Así que Bea, y Marta, y María Elena, en silencio unas veces, otras inquietas, van contando las horas que aún le quedan de alegría a la luz que hacia la cumbre vuela.
Cuando la noche llegue y se ponga morena, en el cielo mis flores lucirán como estrellas. Mas pienso contemplando sobre mi mesa esas tres florecillas que encontré entre la hierba: A veces, el amor se nos muere y nos quedan sólo unas florecillas para aliviar la pena. Lavarone, 24-7-07
29 DÉJATE LLEVAR Te llevaré de la mano a lo más alto. Hay que coronar el Puerto Vézzena, mi niña, a pesar del viento. La tarde se ha puesto gris, del color de tu pijama cuando te vas a dormir. Te llevaré de la mano a lo más alto. Tus ojos serán mis ojos allí en la cima del viento loco. Mis brazos serán tus brazos. Agárrate, mi niña, cuando estemos bajando. Te llevaré de la mano a lo más alto. Lavarone, 24-7-07
30 TARDE DE TORMENTA Se está cubriendo el cielo de nubes negras. ¡Ay, amor! Como potro salvaje se acerca la tormenta. Cerraré las ventanas y cerraré las puertas para que no te asustes cuando llueva con fuerza. ¡Ay, amor! Cómo viene rugiendo la tormenta. ¡Cómo retumba el trueno! ¡Cómo relampaguea! ¡Cómo con tanta lluvia los ojos se nos ciegan! ¡Ay, amor, no dejes que la lluvia te anegue el corazón! Lavarone, 24-7-07
31 LA ESPERADA ¿Quién viene por el camino de los abetos, fuego en la mirada, el paso ligero! ¿Será mi amiga -risa azul, cabello negro, tez morena- a quien hace tantos días que espero? Lavarone, 25-7-07
32 POR QUÉ LLORAS, MUJER ¡Ay, qué lamento, qué fuego me sube por la cabeza! GARCÍA LORCA ¡Ay, qué camino tan largo el que me espera! Para llegar hasta ti ¡cómo se empina la cuesta!´ y llevo al límite, amor, el corazón y las piernas! Pero sigo caminando, dando vueltas y más vueltas a pesar del viento gris que me azota sin clemencia. El ansia es fino cuchillo que corta, saja y te deja alborotada la sangre y amoratadas las venas. ¡Qué abierto tienes el lirio de tu corazón! ¡Qué abierta la rosa de tu amargura y qué mordida la lengua! Di por qué lloras, mujer. ¿Cuál es, dímelo, tu pena? ¿Quién ha clavado alfileres en tu corazón de seda? ¡Ay qué lamento, qué fuego me sube por la cabeza! Lavarone, 26-7-07
33 YO SEGUIRÉ AMÁNDOTE Cuando leguen las lluvias primeras de septiembre, ya no podrás, amiga, venir a verme. Serán otros tus sueños. Yo seguiré queriéndote como a un primer amor mas allá de la muerte. Lavarone, 26-7-07
36 ESOS OJOS I Cada día me asomo, de madrugada, a tus ojos, ¡oh niña de mi eperanza! Y no distingo de qué color los tienes, cariño mío. II Tienes los ojos, niña, color de miel aunque, a veces, los tienes color café. ¡Qué importa, niña, el color si son centro de mi alegría! Lavarone, 25-7-07
BALADA DE LOS ALAMILLOS SECOS A María Elena Arroyo, por sus 17 años
En lo alto del monte ya floreció el romero: flores azules y verdes ramas danzan al viento. En la ribera, cerca del agua, los alamillos secos. Enfermos de tristeza, han trocado el argénteo color de tronco y ramas por un intenso negro. En lo alto del monte, la salvia y el cantueso mirando al sol de marzo. En la meseta, el agua, luto a destiempo hasta que llegue abril, llamarada de nieve, y funda los heleros. ¡Ay de los alamillos, antes airón al viento, sin verdes atalayas y sin jilgueros! 20-11-06!
Puedo volver a ti otro verano Y sé que , cuando vuelva, y hallarte para siempre No tendré que ir gritando con tu sonrisa al aire, tu nombre, María Elena, de espaldas a ese mar para encontrarte. que tanto amas, sentada sobre el azul cobalto José Luis Vallejo de alguna barandilla de recuerdos.