FICHA-RESUMEN DE PROYECTO AÑO 2012 Código: Título del proyecto: Se rellena por Central Solidaridad con Siria - Atención básica a los desplazados por el conflicto armado Localización: País: Alepo Siria Entidad solicitante: Responsable del proyecto: Comunidad Marista de Alepo En Alepo (Siria): H. Georges Sabe De enlace en Beirut (Líbano): H. José Luis Elías DESCRIPCIÓN: La guerra civil de Siria tiene entre sus víctimas a más 350.000 refugiados que se han visto obligados a abandonar sus casas para huir a los campamentos instalados en las fronteras de Turquía, Líbano, Jordania e Irak. Junto a éstos, hay 1,2 millones de desplazados internos (la mitad, niños y niñas) que deambulan de un sitio para otro para eludir las bombas, los atentados, las ráfagas de disparos… mientras intentan sobrevivir. Este proyecto pretende atender a desplazados internos que ocupan temporalmente parques públicos y escuelas en los barrios del norte de Alepo, la segunda ciudad del país. Además de la atención de emergencia (cuidados médicos, suministro de mantas, higiene…) se han puesto en marcha un programa de reparto de alimentos básicos a familias ("cesto de la montaña") y un programa de seguimiento escolar para los niños ("quiero aprender"). OBJETIVOS: Objetivo General (OG): Mejorar las condiciones de vida de los desplazados por el conflicto armado Objetivo Específico (OE): Proporcionar atención básica (alimento, cuidados médicos) a familias y ofrecer programas educativos y de ocio a los niños POBLACIÓN BENEFICIARIA: DIRECTA: 1200 personas, refugiadas temporalmente en Alepo INDIRECTA: 900 familias de bajos recursos del barrio Djabal Al Sayde (norte de Alepo) VIABILIDAD: La comunidad cristiana, siendo pequeña en Alepo (5%), está organizada en una red de atención que aglutina a Obispos, Caritas-Siria, congregaciones religiosas y voluntarios locales. Entre ellos, figuran la comunidad de 3 hermanos maristas y un grupo de 50 voluntarios ("Maristas Azules") que tienen a su cargo 4 escuelas dedicadas temporalmente a la atención a desplazados. Hay una buena coordinación con la comunidad musulmana, a través de un imán. DOCUMENTACIÓN ADJUNTA: Contexto de intervención, avales, fotos, mapas, cartas-testimonios de la comunidad de Alepo, etc. PRESUPUESTO (En Euros) 1. Compromiso de SED (¿Se solicitaría cofinanciación?) = SÍ / NO 2. Aporte de la contraparte local = 3. Aporte de la población beneficiaria = 4. Otros aportes = 5. Gastos de gestión SED (5%) = COSTE TOTAL PROYECTO (1+2+3+4+5) = Datos Bancarios: Titular Banco Nº de cuenta: Código SWIFT: Por Central INFORME DEL COMITÉ DE GESTIÓN (marcar la opción): APROBADO / FAVORABLE / DESFAVORABLE Fecha: Comentarios: Si procede Por Central INFORME DE LA JUNTA DIRECTIVA (marcar la opción): APROBADO / NO APROBADO Fecha: Comentarios: Si procede
SED Mediterránea (C.A. Andalucía, C.A. Valencia, C.A. Murcia y Badajoz) Plaza Marcelino Champagnat, s/n, 41010-Sevilla Tfno: 690 17 44 18 / 954 27 85 89 / 954 27 17 21 e-mail: sedmediterranea@sed-ongd.org
Proyecto Solidaridad con Siria – Atención básica a los desplazados del conflicto armado Contexto de intervención
La Guerra Civil de Siria en cifras (a octubre de 2012): Muertos: 24.800 personas Refugiados: 350.000 personas, se estiman que pueden aumentar hasta 700.000. Desplazados internos: 1.200.000 personas
En enero de 2011 comenzaron las revueltas en varios países árabes, dentro de lo que se ha llamado la Primavera Árabe. En marzo de 2011 comenzaron los primeros enfrentamientos en Siria, enfrentando al Gobierno y al Ejército Rebelde, hasta la fecha actual en que el conflicto se ha extendido a numerosas ciudades del país. Toda la franja occidental de Siria está afectada por el conflicto, salpicando al cinturón de ciudades que recorre el país de Sur a Norte, desde Damasco hasta Alepo. Actualmente, ACNUR tiene registrados 358.000 refugiados en los campamentos que se han instalado en los países vecinos: Turquía, Líbano y Jordania rondan cada uno los 100.000 refugiados, mientras que Irak alberga unos 50.000 refugiados. La mitad de todos los refugiados son niños/as. UNICEF y ACNUR se están encargando de atender estos campamentos, pero estiman que en pocos meses pueden alcanzar los 700.000 refugiados y temen que el número les desborde, máxime ahora que se acerca el invierno, y estando muchos campamentos en zonas que llegarán a temperaturas de congelación. Pero el conflicto deja otra cifra preocupante: en el interior del país se calculan 1,2 millones de desplazados, que han abandonado sus casas por miedo a los atentados o a los obuses porque ya solo quedan escombros.
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Diversos gráficos que, en ediciones digitales de varios medios, tratan de explicar la evolución creciente de las cifras de refugiados en Siria. Fuentes: ACNUR y www.prensalibre.com
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Una de las ciudades donde el conflicto alcanza ahora episodios más cruentos es Alepo, localizada al noroeste, segunda ciudad del país en población y uno de sus motores económicos. El oeste de la ciudad está controlado por el gobierno, mientras que los rebeldes de concentran en el este, quedando el norte relativamente al margen. Pero la guerra se libra barrio a barrio y casa a casa, y los límites del conflicto son difusos, dependiendo de las ofensivas y contraofensivas de las Fuerzas Armadas de Siria (Gobierno) y del Ejército Libre de Siria (Rebeldes).
Plano de Alepo (julio 2012) con indicación de las zonas controladas por Gobierno (rojo) o Rebeldes (verde), zonas en disputa (verde oliva), o zonas con mayor concentración de desplazados (amarillo).
El barrio que los cristianos llaman “Djabal Al Sayde” (la colina de Nuestra Señora) y los musulmanes “Cheikh Maksoud” se localiza al norte, y al haber quedado relativamente al margen de las escaramuzas, está siendo el destino de muchos desplazados internos del país, de camino hacia los pasos fronterizos y los campamentos de refugiados de Turquía, pero también de habitantes de Alepo cuyas casas están en medio de las refriegas entre gobierno y rebeldes y que permanecen a la espera de poder volver a sus casas o a lo que queda de ellas. Toda la población de Alepo sufre las consecuencias del conflicto: Destrucción de viviendas y desplazamiento de personas a jardines públicos y escuelas, reconvertidos en campamentos Paralización de la actividad laboral y comercial en muchas zonas Falta de gasolina y discontinuidad del suministro de electricidad Racionamiento de agua Carestía de pan, leche, medicinas y alimentos básicos
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Desarrollo de la intervención La presencia cristiana es muy pequeña en Siria (apenas sobrepasa el 5%). Sin embargo, en Alepo se está estableciendo una red eclesial que encabezan los Obispos, y de la que forman parte comunidades cristianas vinculadas a congregaciones religiosas y Caristas-Siria, que están encarando la situación, sobre todo las necesidades a las que se enfrentan los desplazados. En esta intervención actúa como contraparte la comunidad marista de Alepo, junto a un grupo de 50 voluntarios. Se han responsabilizado de 4 escuelas, que ahora atienden a 1200 desplazados (de los que más de 600 son niños y niñas). Su labor se centra en: Primera acogida en espacios públicos habilitados para los desplazados: suministro de colchones, toallas, agua… Provisión de alimentos y ropa Organización y limpieza de instalaciones sanitarias y distribución de jabón, detergente, pañales… Cuidados médicos y reparto de medicinas, con especial atención al servicio de pediatría… Atención educativa a los niños…
Fotos de la intervención
El H. Georges Hakim y algunos voluntarios preparan comida para un grupo de refugiados
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El H. Georges Sabe y una voluntaria preparan bolsas para repartir entre familias desplazadas
Margot, la abuela del grupo de “Maristas Azules”, con un grupo de refugiados
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Garantizando la higiene en medio de una escuela habilitada como campamento de refugiados
El H. Georges Sabe organizando el reparto de alimentos junto a algunos voluntarios
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Los Maristas Azules con un grupo de niños en una escuela-campamento
La actividad escolar ayuda a “normalizar” la vida, aunque sea en una escuela-campamento para refugiados
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El juego. Por unos momentos, los niños refugiados se olvidan de la guerra…
50 voluntarios, Maristas Azules, se turnan para organizar actividades educativas con los niños refugiados
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¿Se puede bailar en medio de la guerra…?
Cooperación con autoridades musulmanas para atender a los desplazados
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Organizando los juegos de los niños refugiados
Maristas Azules… como en tiempos de Champagnat
NOTICIAS TOMADAS DE www.champagnat.org “Maristas azules” en Alepo (Siria) 28/07/2012: Siria
Son las 23 h. del jueves 26 de julio de 2012. Aquí en Alepo, durante el día ha hecho más de 40 grados. A lo lejos, oigo los disparos. Estoy en mi habitación, en la comunidad. Los hermanos Georges Hakim y Bahjat Azrie, también están en comunidad. De hecho, hemos vuelto juntos hacia las 21 h. después de una jornada inolvidable para los “Maristas Azules”. Si miráis nuestras fotos, veréis jóvenes y menos jóvenes con camisetas azules. ¿Recordáis cómo llamaba la gente a los primeros hermanitos de María? Y bien, hemos querido poner esta campaña de solidaridad bajo el tema « Marista azul » (https://www.facebook.com/MaristesAlep) Alepo, nuestra ciudad y segunda ciudad del país, capital económica, gran centro de comercio y de artesanado, está muriendo. Está asfixiada desde hace más de una semana. La guerra se está extendiendo por los barrios. La gente huye, se refugia, vagan, se instalan en la calle, en los jardines públicos, en las escuelas, por todas partes. Los habitantes reciben a sus parientes, las casas están abiertas… Falta el pan, falta la electricidad, la gasolina, falta la leche, faltan las medicinas, lo único que no falta es el fantasma de la guerra. Merodea, está por todas partes. Se siente un olor nauseabundo por las calles… La ciudad está circundada por todos lados. Uno corre el riesgo de ser capturado y matado. La gente tiene miedo… Un miedo que deprime, que paraliza, que mata. Y entonces, nos hemos planteado la pregunta: ¿qué hacemos? ¿Escapar como ya lo han hecho tantas familias? ¿Quedarnos paralizados en nuestro lugar? ¿Actuar? ¿Qué hacer? En un primer momento, hemos optado por continuar todas nuestras actividades. Hemos lanzado proyectos de colonias de vacaciones, de actividades educativas… Pero muy lentamente, nos hemos dado cuenta que el peligro era enorme, y que teníamos que detenernos. Ésta fue la decisión del martes pasado: “Detengamos nuestras actividades”. Pero detener nuestras actividades no quiere decir absolutamente detener nuestra misión, es más bien buscar juntos, laicos y hermanos, qué respuesta dar a las urgencias. La llamada del último Capítulo general nos empujaba a salir hacia las personas desplazadas. En el barrio de Jabal el Saydeh, donde trabajamos desde hace más de 25 años junto a los más pobres, hemos encontrado gente todavía más pobre… ¡Los desplazados! Hemos corrido hacia ellos, hacia los niños, hacia las mujeres y los hombres… Los jóvenes han respondido generosamente. Y es allí donde hemos pasado nuestra primera jornada. Nos acogieron, los niños salieron de los agujeros en los que se habían escondido. Eran una multitud, una masa… Una pelota los entretuvo… Jugaron, bailaron, cantaron… cada uno de ellos es una historia, una historia sagrada que se nos revelaba. Una pequeña que comparte su dolor de ser huérfana… Un niño que
ofrece desde el primer instante un lápiz a un animador, « Habaytak », exclama, te he amado… Una niña se transformará lentamente gracias a una mano que no la ha abandonado… Ella se atreve a quitar las manos que tapaban sus oídos. Juega a la cuerda, sonríe...El « cheikh » (Imam), viene para agradecernos… Alguien pregunta, « ¿sois cristianos?” Un anciano se me acerca para abrazarme y decirme « Choukran ». Yo no lo conozco, no sé su nombre, no sé porqué me agradeció, pero hizo este gesto y un pacto de amor y de confianza se firmó en ese momento… Las señoras escuchan a las mujeres. ¡Qué dignidad! No se quejan. Se agradece a « Allah ». Pero ¡qué Evangelio viviente que estamos viviendo! Se nos plantea a menudo una pregunta: “¿pensáis partir? ¿Volveréis?” Y se establece la confianza. Los niños nos acompañan al mediodía, cuando nos vamos. Ellos cantan alrededor nuestro como diciéndonos “¡quedaos, os queremos mucho”! Y a las 17 h. cuando volvemos, ya están allí, la fiesta recomienza, el baile, los juegos, la sonrisa, la felicidad. Pero las necesidades nos acosan. Las necesidades más básicas. En este mes de Ramadan, mes del ayuno para nuestros hermanos musulmanes, las necesidades son enormes: pediatra, médico, medicinas, leche, pañales, compresas higiénicas, jabón, detergente, colchones, vestidos, alimentos… Están repartidos en dos escuelas, 900 personas amontonadas. Y el flujo de gente sigue aumentando. Numerosas familias (2000 personas) están instaladas en un parque público. Sufren el calor pero no quieren ser alojados. Quizás, sueñan con despertarse una mañana para volver a su casa… y sin embargo, este sueño parece hoy muy lejano, sin ninguna esperanza de realizarse en lo inmediato, si es que todavía existe un lugar donde estar “en casa”... Y esta gente es una gota en un mar de desplazados, de personas sin hogar, abandonadas… Pero para nosotros son nombres: Zeinab, Moustapha, Ali, etc.... Son un rostro, son una historia, una mirada, un poema… Por ellos y a causa de ellos, nosotros arriesgamos… Sí, nosotros arriesgamos nuestras vidas. Algunos jóvenes no cuentan con el apoyo de sus padres. ¡Algunos voluntarios han organizado su hogar para realizar un gesto arriesgado! Todos, sabemos el gran riesgo que es trabajar cuando las armas no callan. Pero la sola sonrisa de un niño ¿no es suficiente para hacer caer todos nuestros temores? H. Georges Sabé
«Maristas azules» en Alepo (Siria) – 2 de agosto 04/08/2012: Siria
Desde que escribimos nuestra carta del 26 de julio, la situación aquí prácticamente no ha evolucionado en ningún sentido; los combates continúan en los mismos barrios de la periferia de Alepo. En los otros barrios de la ciudad, el sonido intermitente de las bombas que explotan a lo lejos, el ruido de las ráfagas de disparos bajo nuestras ventanas y el peligro de secuestro o asesinato nos ponen en un estado de nerviosismo extremo.
Debido a la escasez de gasolina y la situación de la seguridad, las calles están vacías, las panaderías no tienen más harina, no se recoge la basura, la corriente eléctrica y el agua están racionadas y la gente se queda en sus casas, salvo los desplazados que han abandonado sus hogares, a menudo muy modestos, dejando sus escasas pertenencias, huyendo de las zonas de combate y deambulando por las calles en busca de refugio. Los parques públicos y las escuelas son sus refugios. Las autoridades han abierto unas treinta escuelas para albergar a las personas desplazadas, pero ofreciéndoles solamente un techo y dejando todo el resto para las ONG. Nuestro grupo, los “Maristas azules”, está ahora compuesto por unas cincuenta personas, sobre todo jóvenes. Nos hemos hecho cargo de 3 escuelas adyacentes en un barrio popular de Alepo que los cristianos de la ciudad llaman “Djabal Al Sayde” (la colina de la Virgen) y los musulmanes “Cheikh Maksoud”. Unas 900 personas están amontonadas allí, sobre todo familias con 4 a 8 niños cada una, todas musulmanas, sirias por supuesto, pero de etnia diferente: hay árabes, turcomanos, kurdos, y muchos Rom. Nuestra acción se sitúa a varios niveles: -
Ante todo asegurarles alojamiento: colchones, toallas, agua potable… Luego, el alimento: el iftar (dado que estamos en pleno mes del Ramadán) para los adultos y las 3 comidas para los jóvenes, la leche para los bebés… La higiene: instalaciones sanitarias, lugares limpios, baños… La salud: hemos abierto una unidad sanitaria con algunos médicos jóvenes que hacen un turno para cuidar a los enfermos y sobre todo ofrecerles medicinas gratuitamente. No hay que olvidar que estas personas han dejado sus domicilios sólo con lo que llevaban puesto. Tratamos de darles vestidos, especialmente para los bebés y los niños. Finalmente, y sobre todo, nos ocupamos de los niños. Tratamos de hacerles olvidar la guerra y su miseria. Veinticinco “Maristas azules” se alternan mañana y tarde para hacerlos jugar, distraerlos y ocupar el largo tiempo con actividades educativas.
Todo lo que hacemos no valdría nada si nuestro equipo no estuviera animado por valores comunes : el respeto del otro, tratar al otro como un hermano y no simplemente como alguien que recibe ayuda, la humildad, las relaciones simples que devuelven al otro su dignidad, el acompañamiento de los niños y el abandono de toda forma de paternalismo. Nuestra recompensa es la sonrisa que viene del rostro de los niños y la mirada fraterna de los adultos. Estamos persuadidos de que las personas dicen de nosotros: “Mirad cuánto se aman y cuánto aman a los demás », y esto es para nosotros el mejor testimonio.
Noticias de los “Maristas azules” de Alepo 08/10/2012: Siria
Hace ya diez semanas que comenzó la guerra de Alepo. Se la ha denominado: «la batalla decisiva»; de los dos bandos, el que la gane mandará en Siria. Decisiva lo es por la magnitud de destrucciones, de incendios, de
dramas humanos, de muertos inocentes y por el número de desplazados. Y no ha acabado. En nuestra opinión, los diferentes “actores”, han optado por el deterioro progresivo de la situación, lo que contribuirá aún más a la destrucción y a la muerte. A pesar de los combates encarnizados, los bombardeos, los tiros de mortero, los coches con explosivos y los ataques relámpago de los rebeldes, la situación sobre el terreno apenas ha cambiado. Alepo continúa divida en dos bandos y su frente de combate, impreciso, cambia de un día para otro. Debido a los combates, centenares de miles de personas han dejado sus hogares, sencillos en muchos casos, abandonando sus escasas pertenencias, huyendo de las zonas peligrosas, yendo sin rumbo por las calles en búsqueda de un sitio seguro. Los parques públicos y las escuelas son sus refugios. Las autoridades han abierto 90 escuelas para alojar a los desplazados, dándoles solo el techo y dejando para las ONG los servicios de socorro. Nuestro grupo, los ‘Maristas azules’, está compuesto por unas 50 personas, sobre todo por jóvenes. Nos hemos encargado de cuatro escuelas contiguas en el barrio popular de Alepo que los cristianos llaman “Djabal Al Sayde” (la colina de Nuestra Señora) y los musulmanes “Cheikh Maksoud”. Cerca de 1200 personas desplazadas están amontonadas allí, sobre todo familias musulmanas con 4 u 8 hijos cada una, todas de nacionalidad siria aunque de etnias diferentes: árabes, turkmenos, curdos y muchos ‘kurbatos’ (gitanos). Nuestro trabajo se desarrolla en diferentes niveles:
Primeramente garantizar el alojamiento: colchones, toallas, agua potable… Luego la alimentación: las tres comidas para los adultos y los jóvenes, la leche para los bebés… Después la higiene: instalaciones sanitarias, limpieza de los lugares, W.C., distribución del jabón, detergentes, pañales… La salud: hemos instalado una conexión con médicos jóvenes que hacen un servicio rotativo para curar a los enfermos y proporcionarles las medicinas gratuitamente. No hay que olvidar que estas personas han abandonado sus domicilios con lo puesto. Intentamos pues, suministrarles ropa, sobre todo a los bebés y a los niños. Finalmente, nos ocupamos de los niños. Intentamos hacerles olvidar la guerra y sus desgracias. 25 jóvenes ‘Maristas azules’ se turnan mañana y tarde para organizar juegos, distraerlos y ocuparlos con actividades educativas durante el largo tiempo.
El barrio de Djabal Al Sayde era el más seguro por su situación al norte de Alepo, pues los combates han tenido lugar sobre todo en los barrios del este y del sur de la ciudad. Pero la semana pasada, dos acontecimientos han sacudido el barrio: el viernes, 28 de septiembre, los rebeldes han hecho una incursión de varias horas. Aunque rechazados rápidamente por el ejército regular, han dejado sobre el terreno varios muertos y gente angustiada, sin hogar. Poco después, el domingo, 30 de septiembre, varios obuses de mortero han caído muy cerca de las escuelas, causando destrozos materiales aunque, por suerte, pocas víctimas. Algunas familias de refugiados han marchado a otros lugares más tranquilos (para algunos se trataba del tercer o cuarto desplazamiento) y han sido rápidamente remplazadas por nuevos refugiados. Muchas familias cristianas que viven en el barrio, han abandonado su hogar y han venido a refugiarse con los Maristas, uniéndose así a otras familias pobres de Midane que hace dos semanas habían encontrado refugio en casa de los Hermanos. Desde hace dos meses y medio, los “Maristas azules” mantenemos (digámoslo modestamente, con gran ánimo y mucha valentía) nuestro compromiso con los desplazados. Recientemente, hemos emprendido un nuevo proyecto: “quiero aprender” para los refugiados jóvenes y menos jóvenes. El H. Georges Sabe lo ha presentado así en la página Facebook de Maristas-Alepo: “Quiero aprender, ¡me gusta aprender! ¡Hemos escuchado con nuestro corazón! Pequeños y grandes nos han pedido un lápiz, un cuaderno para escribir, para aprender: ‘cinco por cinco’ o cómo escribir one, two, three, four, five. Atrévete a mirar lo que escribo: son palabras de esperanza, palabras de amor, palabras de agradecimiento, palabras de confianza y de fe. Viviré a causa de vuestra mirada, de vuestra mirada tierna, amorosa. Para todos ellos, adultos y niños, emprendemos nuestro nuevo proyecto: QUIERO APRENDER. Sus escuelas no han abierto las puertas, nosotros les ofrecemos nuestros corazones, para que escriban con la mano una nueva página de su vida, una vida que vencerá el odio y la violencia, una vida, ¡himno de amor que nunca acabará!” Hace seis semanas, nos hemos enfrentado a una “revuelta” de familias cristianas no desplazadas que viven en el mismo barrio y que ya no tienen medios de supervivencia: pequeños empleados o funcionarios, cuyo salario (antes de los acontecimientos) apenas les bastaba para vivir “pobremente” y que ya no tienen dinero (ya no les
pagan) para comprar ni siquiera el pan, cuando está a la venta. Hemos tomado pues, la iniciativa de un nuevo proyecto “Sallet Al Djabal = El cesto de la Montaña” que consiste en suministrar un cesto (suficiente para alimentar una familia) con alimentos una vez al mes a 290 familias cristianas a fin de calmar su hambre; todo esto en colaboración con algunos obispos y Cáritas-Siria. Ya hemos repartido el primer cesto el 9 de septiembre y el segundo lo repartiremos el 7 de octubre. Intentamos pues, en la medida de nuestros medios, proporcionales un mínimo (en verdad, un mínimo) vital para sobrevivir. Desgraciadamente, las necesidades son inmensas y nuestros recursos, insuficientes. Todo lo que hacemos, no habría sido posible sin la ayuda generosa de bienhechores que, desde el extranjero, nos manifiestan su solidaridad enviándonos donaciones. A todos vosotros, queremos decir: ¡muchas gracias! Asimismo queremos daros la garantía de que todas vuestras donaciones nos llegarán inmediata e integralmente. Con el dinero recibido compramos aquí todo lo que es necesario y no gastamos ni una moneda en gestiones administrativas o de funcionamiento. Todo lo que se recoge va a los beneficiarios. Nuestro trabajo se basa en un voluntariado total. En cuanto a los productos distribuidos, los encontramos aquí. No todo está disponible en cada momento, pero los comerciantes encuentran los medios: o bien, para acceder a sus almacenes, situados a veces, en zonas peligrosas mediante “un rescate”, o para traer productos de otras ciudades sirias, pagando también “derechos de paso” a los rebeldes, ya que en caso contrario, se los confiscarían. Para terminar, quisiéramos compartir con vosotros esto: “En lo profundo de nuestras vidas el Señor pone la esperanza. En lo profundo de vuestras manos, el Señor pone su amor. En lo profundo de vuestros ojos, el Señor pone su luz. En lo profundo de vuestros corazones, el Señor pone su paz” _________________ Nabil Antaki En nombre de «Los Maristes Azules»