4 minute read
CRISTINA FORNER, Presidenta de Bodegas
Marqués de Cáceres
Marqués de Cáceres ha vuelto a triunfar en SIMOF con una exclusiva gama de vinos más gastronómicos, Excellens. Una firma de vinos impresincidible en España que continúa creciendo y afianzándose en el Mercado más exclusivo.
Advertisement
¿Qué significa volver a SIMOF?
Este año, volver a SIMOF, significa volver con nuevas iniciativas, más dinamismo y la unión con la imagen de los desfiles y de la moda flamenca. Hemos exhibido nuestra presencia en el stand de SIMOF donde hemos presentado la gama Excellens, unos vinos que están destinados para la gastronomía; más exclusivos que se venden en restauración y en las tiendas más especializadas.
Cuéntenos más…
Son de selecciones parcelarias donde nuestros enólogos son como las creadoras de moda, seleccionan la mejor materia prima de viñedos de altitud con exposiciones diferentes para aplicar, con artesanía, toda la interpretación del propio vino. Muchas veces me pregunto por qué nos hemos metido en la moda flamenca; la primera vez que vi el desfile, me había invitado Vicky Martín Berrocal. Fue hace ya 10 años. Allí me di cuenta que había un paralelismo importante entre el vino y la moda flamenca, que es alta costura. El traje de flamenca identifica muchísimo la cultura de nuestro país y nos encanta esta cultura del sur y la moda flamenca. Por ello, es importante para nosotros trasladar esa moda flamenca al vino, pero con clase y elegancia, muy a la imagen de nuestros vinos.
Nosotros seleccionamos las mejores uvas para hacer el mejor vino, como en un traje de moda flamenca selecciona la tela y el trabajo artesanal, que es muy importante; así como las costuras, los bordados… Todo ello al igual que nosotros, que recogemos las uvas a mano, en cajas, sin procesos; para reflejar el mejor potencial y la mayor elegancia.
Y por ello hacen también hacen arte, como los diseñadores de la moda flamenca…
El mundo del vino se puede definir como un arte de vivir; como puede ser la moda, la arquitectura, la literatura o la música. Hay muchas fuentes de inspiración porque el vino, al final, entra en cada casa y cada casa tiene sus dominios y sus gustos. A cada casa le gusta una música u otra. Un vino que está muy bien cuidado es como una partitura de música; si hay una mala nota o un detalle que está mal resuelto, se nota. El vino ya no es un producto estándar que tiene alcohol, es un mundo de sensibilidad, de matices, un mundo muy complejo para gente profesional como nosotros. Somos exigentes, siempre buscamos superarnos hacia la excelencia y todo esto nos da un campo muy amplio para comunicar. Al final, el consumidor quiere disfrutarlo.
¿Qué han presentado en SIMOF?
Dentro de este desfile, donde presentamos toda la gama, está la estrella: el Exellens de la moda flamenca, el reserva edición limitada SIMOF con la etiqueta inspirada por la firma Mi Abril. Lourdes Montes ha sido elegida para crear la etiqueta del 2023. Hemos vuelto a SIMOF después de dos años de ausencia por el covid. Esta pausa nos dio un tiempo de reflexión, de pensar en cómo volver a enfocar un mensaje dinámico, moderno, más gastronómico... Después del covid vivimos un momento de felicidad y de poder tomarse unas tapas. Cuando digo que son vinos gastronómicos, no me refiero solo a la alta gastronomía; también una tapa de buena tortilla con una copa de vino o unas gambitas. Eso es felicidad y todas estas propuestas que tenemos hoy van más allá de una etiqueta y de hablar de un vino. Un vino es una experiencia. Marqués de Cáceres es aristocrático, nuestro título es grande de España, pero tenemos la humildad de tener una gama de vinos que cumple con varias expectativas, varios segmentos de precios y que puede entrar perfectamente en cualquier casa. Con mucha humildad, proporcionamos felicidad para compartir con la familia y los amigos. El vino es parte de nuestra vida.
¿Qué momento vive Marqués de Cáceres? ¿Qué proyectos tienen entre sus planes?
Fuera de lo presentado en SIMOF, hemos hecho mayores selecciones de uvas, de parcelas, de viñedos... Decidimos ser más competitivos ofreciendo más calidad a los mismos precios que teníamos. Ahí está el motivo de porque sacamos el Excellens, una gama muy diferenciada. En 2014 desembarcamos en Rueda y compramos 125 hectáreas de viñedos donde producimos el Verdejo y Sauvignon Blanc. Allí tenemos bodega propia debido a que nuestra percepción del consumo del vino blanco iba creciendo y, desde entonces, el boom es cada vez más brutal. Ha sido un acierto la decisión de ese nuevo proyecto.
En 2019, después de estar peinando la zona durante más de cinco años, hemos aterrizado en la Ribera del Duero y hemos comprado una bodega con 60 hectáreas de viñedos, una bodega boutique que es como una joya: La Finca la Capilla. Allí también estamos elaborando una gama de cuatro vinos, con uno blanco y tres tintos. Hemos lanzado un cava en 2018 y desde 2011, tenemos un albariño. Vamos a lanzar un aceite de oliva de Rioja virgen extra, con extracción en frío. Parte de esas aceitunas proceden de unos olivos que tenemos en nuestros viñedos. Por otra parte, llevábamos casi tres décadas comprando uvas de viñas muy viejas que son tesoros. Producen muy poco y sacan la esencia de la viña. Después de estar años detrás, hemos negociado y comprado esos viñedos de San Vicente de la Sonsierra; un pueblo con gran reputación como es también Laguardia, en La Rioja Alavesa.
Estos han sido los tesoros y la fuente de nuestros vinos icónicos. En el 50 aniversario, sacamos una edición en homenaje a mi padre que fue el fundador de la bodega y todos estos proyectos que tenemos en marcha no se agotan, porque tenemos otros sobre la mesa. Han sido unos años de mucho dinamismo y de innovación.