Un hombre cargado de mar
Un hombre cargado de mar memoria a ubaldo Gil
Un hombre cargado de mar. Memoria a Ubaldo Gil © Autores varios Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (ULEAM) Rector: Medardo Mora Solórzano Vicerrector Académico: Leonardo Moreira Delgado Dirección DEPU: Tatiana Hidrovo Quiñónez Editor: Alexis Cuzme Departamento de Edición y Publicación Universitaria (DEPU) Editorial Mar Abierto Vía san Mateo. Edificio Biblioteca General Telef. 2 623 026 Ext. 255 Manta www.marabierto.com http://editorialmarabierto.blogspot.com/ Diagramación: Mar Abierto Diseño de portada: José Márquez Rodríguez Corrector: Patricio Lovato Primera edición: junio de 2014 Manta, Ecuador
Índice
Presentación....................................................................................................9 Palabras en honras fúnebres de Ubaldo Gil Flores Medardo Mora Solórzano............................................................................13 Adiós al entrañable Ubaldo Gil Flores David Ramírez..............................................................................................17 Ubaldo Gil, un hombre cargado de mar Carol Murillo................................................................................................20 La alegría de ser Ubaldo Gil Patricio Lovato..............................................................................................24 De Ubaldo Gil guardaré Diana Zavala.................................................................................................26 Ubaldo Gil Flores Libertad Regalado.........................................................................................27 Al maestro, amigo y jefe Anyela Rivas................................................................................................30 Se fue Ubaldo Carlos García................................................................................................33 Fue cholo-montubio Willington Paredes Ramírez.........................................................................34 No lo hagas en Navidad Jorge Dávila Vázquez....................................................................................36 De las bondades de Ubaldo Luis Zambrano Robles..................................................................................38 Al amigo poeta, soñador y compañero de lucha, mi pana Ubaldo Gil Luis Arias......................................................................................................43 Ubaldo era uno y múltiple Marco Antonio Rodríguez.............................................................................45 La escritura en lo ausente Freddy Ayala Plazarte...................................................................................48 Ubaldo, playa y domingo
Simone Gil Mondavi.....................................................................................54 Testimonio póstumo para Ubaldo Gil Guido Vásconez............................................................................................57 Lo recuerdo en carcajadas Alexis Cuzme................................................................................................60 Ubaldo desde Joselías Joselías Sánchez Ramos................................................................................62 Amor más allá de Madrid o la intensidad de Ubaldo Gil Rut Román.....................................................................................................66 El brindis bendito de Ubaldo Freddy Solórzano..........................................................................................76 La cruzada cultural y académica de Ubaldo Gil Damia Mendoza Zambrano...........................................................................79 ¡Al hombre hay que conocerle por dentro! Fernando Donoso Vega.................................................................................82 Tu muerte Ubaldo fue una secreta victoria Cristian López Talavera................................................................................84 Carta a un hermano Paúl Puma.....................................................................................................89 Homenaje póstumo a Ubaldo Gil Jesús Aguinaga..............................................................................................98 Notas de pesar.............................................................................................101 Reconocimiento de la Asamblea.................................................................107 Pensamiento de Ubaldo Gil........................................................................109 Galería de fotos...........................................................................................145
Presentación Hablar de edición en Ecuador es hablar de Ubaldo Gil Flores (Manta 1965 – Guayaquil 2013) escritor, docente de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Uleam) y sobre todo editor, creador del sello editorial Mar Abierto, una marca reconocida en el país, que ha aportado sustanciosamente a la literatura y a la academia. Siendo un canal idóneo entre autores y lectores. Es también imposible hablar de la Red de Editoriales Universitarias y Politécnicas de Ecuador (Reupde) sin vincular a Ubaldo Gil como responsable en su conformación, porque fue él quien se planteó la posibilidad de reunir a los editores universitarios del país, fue él quien con el apoyo de la Uleam, y en su calidad de presidente de la red, sostuvo la necesidad de editores y el desarrollo de procesos editoriales dentro de las universidades ecuatorianas. Por esto y muchas otras cosas Un hombre cargado de mar. Memoria a Ubaldo Gil (título tomado a partir de un texto de 9
Carol Murillo) este libro intenta ser nuestro homenaje, por eso en esta obra se ha reunido a voces de editores, escritores, amigos y artistas cercanos, que ofrecen una mirada a su vida, trabajo y obra, desde distintas perspectivas. Homenaje El 31 de enero de 2014, la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, mediante la coordinación del Vicerrectorado Académico y editorial Mar Abierto, al mes de su ausencia le realizaron un homenaje público a su nombre y obra. Familiares, amigos, compañeros de trabajo y artistas locales acudieron, compartieron sus momentos más emotivos junto a él y sobre todo lo recordaron tal y como él hubiese querido ser recordado: alegremente. Varios de los textos leídos ese día se han recopilado aquí, otros son producto de aquella camaradería que como escritor y docente desarrolló en vida y a la que cada uno de los autores se sintió comprometido en expresar y perennizar en este libro. Su obra Este libro en homenaje se complementa precisamente con el pensamiento del homenajeado, se han tomado algunos de sus textos como muestra (su obra de análisis semióticos aplicados a la literatura, teatro, cine y comunicación sigue inédita) en torno a la edición: un campo del cual demostró ser un apasionado. No se puede comprimir una vida en estas páginas, es imposible, pero se ha tratado de acercar al lector más que al padre de familia, esposo, hermano y docente, al profesional que estuvo detrás de Mar Abierto: sello del cual no pudo apartarse, porque su vida giró en torno a los libros. 10
Nota a Ubaldo Gil ¿Cómo que la máquina se cansó de latir? A eso vino. Qué decepción. ¿Con qué derecho cruza la región más transparente del cielo si deja de cantar? ¿Cómo que el barco se hunde? Eso no estaba escrito. Que se cuiden los intensivos de los que nos quedamos. Vino a iluminar la noche del papel. Vencerá a la blancura desde los altos mares del mundo. Margarito Cuéllar México, 30 diciembre de 2013
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Palabras en honras fúnebres de Ubaldo Gil Flores Medardo Mora Solórzano En expresiones populares se dice que “no hay sitio donde haya más paz y tranquilidad en la tierra que el estar en un cementerio”, también se afirma que “los cementerios están poblados de gente insustituible”, pero no vengo a referirme al cuerpo inerte de Ubaldo Gil Flores, quiero expresar unas pocas frases para recordar al ser humano, a un ser humano con elevado talento, que conoció y vivió profundamente las alegrías que le obsequiaron la prístina e indescriptible emoción de sus sueños, que con igual intensidad conoció la desgarradora situación en que conviven personas marginadas que no conocen de atención a su salud, de educación, de vivienda digna, que no transitan por el camino de la vida, sino que deambulan atrapados por la ignorancia, por las tentaciones a vicios, huérfanos de solidaridad y calidez humana, ajenos a todo vestigio de civilización, por eso conoció 13
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y supo de las contradicciones de la vida, de la luz y la oscuridad, de la opulencia y la miseria, de la prepotencia y la humildad, de la justicia y las injusticias, de la bondad y la crueldad, de que existe el árbol del bien y el mal, como lo concibiera su colega el inmortal poeta Medardo Ángel Silva, que lo divino y lo satánico son manifestaciones de honda filosofía humana, eso lo llevó a ser irreverente ante la comedia humana, mordaz ante los convencionalismos de la vida, buscaba incesantemente como buen revolucionario que resplandeciera la verdad y que se escondiera para siempre en las penumbras más inaccesibles la mentira, la farsa, esa que predican aquellos que se solazan haciendo creer a los demás lo contrario de lo que ellos realmente sienten o piensan, aquella actitud de hombre inclaudicable en sus creencias, que no abdicó de sus principios e ideales, que mantenía una rebeldía bien entendida, lo llevó a veces a cometer excesos propios de la impetuosidad del enfoque o visión que tenía de una situación, pero sin llegar a traspasar los linderos de lo constructivo e incursionar en el territorio de lo destructivo y malvado, era implacable en su afán de que se corrija lo que era o consideraba como incorrecto y negativo, buscaba para favorecer el bien común. Tuve la oportunidad de disfrutar de incontables tertulias con Ubaldo Gil, fluía de ese dialogo espontáneo el deseo de hablar de todo, en lo que estábamos de acuerdo y aún en las poquísimas cosas en las que estábamos en desacuerdo, nuestra plática no solo era franca y sincera, era confidente, de mi parte sentía en mis conversaciones con él, confianza, sabía que era auténtico, que tenía valores, cuando lo miraba veía en su rostro a una persona que no dejaba de pensar un instante, me atrevía a decirle “usted anda acompañado de inquietudes aceleradas y de 14
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una mochila cargada de escritos y libros por editar”, le replicaba usted me bombardea con peticiones, camina demasiado rápido en la vida, él me decía lo que fue el eslogan de su editorial con el que compartía su afición de escritor con Jorge Luis Borges, “leer es caminar, escribir es ascender”, me aclaraba, “el escritor no es el que hace un libro, el que lo edita y publica es el que dirige una Editorial, ese es nuestro papel”, estos encuentros que en mi caso no se borrarán de mi memoria por lo penetrantes y fecundos que fueron, no puedo hoy cuando el frío irreversible de la muerte penetra cada vez más en su mente y en su cuerpo, dejar de reconocer que fue Ubaldo Gil, quien me orientó a que venciera el miedo de escribir, yo no soy escritor le repetía muchas veces, él me sostenía: pero usted sí sabe lo que escribe, otros escriben tonterías intranscendentes y se resienten si no se los publico. Más allá de todas las virtudes y defectos de Ubaldo Gil Flores, de las que él estaba plenamente consciente, hoy he venido a cumplir con el inexcusable deber que tengo como Rector de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, de la que fue su Universidad, a decirle gracias por su contribución como Director del Departamento de Edición y Publicación, para posicionarla como un verdadero centro de estudios superiores, aunque burócratas evaluadores no lo reconocieron, comparto con los griegos que realmente saben, no son los que dan muchos discursos o escriben bastante, los que saben son los que son capaces de hacer, Ubaldo Gil creó e impulsó el desarrollo de su Editorial “Mar Abierto”, se convirtió en su mayor pasión, sabía que la Universidad lo comprendía en su empeño, en sus anhelos desbordados, en sus ideales, por eso deja huellas imborrables, por eso la Universidad lo comprendió y estimuló ilimitada y solidariamente, su obra no solo transcendió los linderos de los 15
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predios universitarios, transcendió nacionalmente y comenzó a ser conocida internacionalmente, no me equivoco si afirmo que sus últimos actos lo describen mejor, fue a la Feria del Libros de Guadalajara para contarme que allá lejos valoraban su trabajo editorial, su última publicación Amor más allá de Madrid que la presentó en México dibuja mejor su manera de ser y su pensamiento, una novela bien narrada y escrita, con un mensaje sobre la trascendencia del amor como uno de los más acariciados y puros valores de un ser humano, allí se descubre también su faceta de hombre romántico, quería muchísimo a su familia, a su esposa, a sus hijos, a sus hermanos, por eso fue también un buen amigo, y a ese amigo le digo, hasta siempre Ubaldo, pero el recuerdo de su pensamiento y de su acción, jamás dejarán de latir en nuestros gratos recuerdos y pensamientos. Manta, 30 de diciembre del 2013
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Adiós al entrañable Ubaldo Gil Flores David Ramírez Ubaldo se marchó dos días antes del año nuevo. El más leal de sus compinches, su corazón de poeta, el que soportó todas sus irreverencias por casi medio siglo, decidió abandonarlo… Y es que si para el común de los mortales, el corazón es nuestro talón de Aquiles, para un creador de pura sangre como Ubaldo, aunque lo tenía doblemente blindado -según solía decir- no resistió los fragores a los que lo sometía en su oficio de militante soñador y escritor comprometido. La última vez que hablamos fue el 5 de diciembre, estaba en Panamá de regreso a Ecuador, venía de la Feria del Libro de Guadalajara, México y traía una felicidad que no le cabía en el pecho; la misma que uno siente cuando es padre por primera vez: había presentado allí su novela Amor más allá de Madrid. “Quiero que la leas, necesito tu comentario”, recuerdo me insistió aquel día. A mediados del mes de noviembre, Ubaldo 17
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me hizo llegar un ejemplar del último de sus libros, junto a una colección de otros trabajos literarios publicados por Mar Abierto, la editorial universitaria de la que fue su director hasta el día en que lo sorprendió la parca. Por cierto, fue un voluminoso paquete que tuvo un periplo de cuento antes que llegara a mis manos. Estuvo perdido casi dos meses en un mar de oficinas postales de Estados Unidos, y luego fue devuelto a la oficina de Ubaldo en Manta porque mi dirección no existe, dijeron. La segunda fue la vencida, el “Amor más allá de Madrid”, arribó en medio de una fría mañana nevada de Nueva York, no obstante, querido Ubaldo, queda conmigo una deuda que ya nunca podré saldar, como ocurre con las deudas del alma. No pude cumplir en hacerte llegar a tiempo mi comentario. Después de hablar de su novela, de repasar anécdotas de amigos comunes, de la reciente recategorización que se hizo a las universidades del Ecuador, hablamos del inefable tema de la muerte. Aquel 5 de diciembre, el mundo se estremeció con el deceso de Nelson Mandela. Recuerdo que Ubaldo comentó: “Con la muerte de Mandela se ha ido un pedazo de nosotros”, trayendo a colación que el líder sudafricano, fue el referente más marcado de los jóvenes de nuestra generación. Hoy, menos de un mes después, retomo la frase de Ubaldo para decir que con su muerte, también se va una parte de nosotros, porque él, sin duda fue el más iluminado de los Cinquinos de la época: declamador insigne, orador contumaz y ensayista preclaro. Su frontalidad hizo que ganara resistencia y no menos detractores entre los intelectuales y en los círculos universitarios, Ubaldo fustigaba la superficialidad y exigía en la creación literaria, sino la perfección, un contrato social en esa dirección, 18
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así también fue un crítico mordaz en la búsqueda constante de la excelencia académica. Humano al fin, Ubaldo estaba hecho de la misma materia de la que provenimos todos, con su propia visión del mundo y probablemente con muchos defectos pero, ninguno capaz de mermar su inmenso legado cultural. Basta citar que en los últimos años, su acción como promotor cultural trascendió su patria chica, fue fundador de la Red de Editoriales Universitarias y Politécnicas del Ecuador y vicepresidente de las Editoriales Universitarias de Latinoamérica y el Caribe. Nada de lo que digamos hoy nos traerá de vuelta a Ubaldo, digno émulo de Hugo Mayo, por su versatilidad creativa, discípulo aventajado de José “Pepungo” Cevallos, por el dominio escénico en la declamación y, alumno inspirado de María Antonieta Arellano, quien le infundió su apego incondicional con la literatura. Estos maestros irrepetibles junto a Bolívar Andrade, formaron a una corriente intelectual de jóvenes, de entre los cuales, con innata soltura descollaba Ubaldo. De ese grupo del glorioso Cinco de Junio fertilizó la semilla de “La Trinchera”, el primer grupo de teatro de la ciudad que más tarde daría paso al Festival Internacional de Teatro de Manta. Prohibido Olvidar Nueva York, 31 diciembre de 2013
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Ubaldo Gil, un hombre cargado de mar Carol Murillo Por alguna extraña razón Ubaldo Gil me escribía, con frecuencia, a una dirección electrónica que yo casi nunca -en la actualidad- reviso. ¡Cuál habrá sido mi sorpresa al hallar un correo suyo -fechado 8 de diciembre de 2013- precisamente cuando luchaba por su vida en una clínica de Guayaquil, es decir, la última semana de diciembre…!. (Paradojas de la vida: Ubaldo había venido a México y me agradecía algunas cosas. Me paralicé. Ubaldo estaba grave y su mail parecía un albur, un eco seco; lo procesaba así mi pavor…). 1 Nunca había visto a Ubaldo Gil tan de cuerpo entero, agitando su entraña de escritor, luciendo sus titubeos de hombre errante, exponiendo sus contradicciones alrededor de la vida y la literatura. 20
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Nunca había visto a Ubaldo Gil tan por dentro; es cierto que nos conocimos hace veinte años, en Manta, como habitúes del Festival de Teatro Internacional; es cierto que nos vimos poco en los recientes años; pero las dos últimas veces que topamos, en marzo pasado en Quito, y en noviembre en el DF, lo re-conocí como nunca. Esa vez en Quito pude percibir, en directo, su sincera obsesión por la editorial que dirigía: Mar abierto. Desplegó el abanico de ilusiones que aireaba semejante empresa de la palabra escrita y también me propuso con generosidad -y seriedad- publicar un libro con la colección de ensayos literarios que tengo por ahí. Y lo dejamos pendiente. En esa tertulia supe de su periplo editorial, de sus desengaños, de sus pesadillas, de su vida doble. Comimos unos platos árabes que él conocía muy bien y nos reímos un rato de los egos de otros seres. Ubaldo era jovial, espontáneo, duro y, sobre todo, crudo. A medida que hablaba, yo trataba de saber de dónde le venían sus locuras, sus proyectos, su rabia de letras… incluso lo acompañé al hotel donde tenía un cartón de libros que me encargó distribuir en instituciones y amigos… Sin embargo, en aquella ocasión, no pude completar el cuadro espiritual de verlo colmado de autores y títulos… 2 Unos meses después Ubaldo vino a México para participar en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Hacer una escala en el Distrito Federal era una obligación que debía ser aprovechada para presentar su novela Amor más allá de Madrid. Lo hicimos. Fue entonces que tuve la segunda revelación de su alma. Enfrentó el diálogo con los asistentes al lanzamiento de un 21
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modo tan visceral, tan humano, que la ternura adquirió nuevos significados. Sus vísceras se ensamblaban al cosmos del amor y la incomprensión. Ubaldo Gil escribía para alcanzar la condición de hombre de pueblo que enlaza virtud e infortunio y no lo sabe; que vive al filo del barranco porque las opciones casi siempre se allegan a los que prescinden del cielo. Por eso las preguntas del público lo hicieron viajar por sus arterias… y sus palabras salían antes de que su recorrido acabara. Ubaldo era, para decirlo al galope: pura sangre. 3 Los siguientes dos días los destinamos a pasear. Tenía un ojo avizor asombroso. Detectaba, al paso, el fondo de la metrópoli y, además, el suplicio del intestino humano que la ocupa; de tal manera que me pregunté, mientras él se comía -con pausa- una picante y roja sopa azteca, en qué instante vaticinaría el día del deceso/receso de la palabra… Pero no, Ubaldo insistía en su delirio de letras y escritores, y hablamos de la vida; solo de la vida; porque la muerte siempre (a)parece tan lejos; tan nada. En esa jornada me convencí de que Ubaldo vivía un periodo literario ideal; era urgente que abandonara sus diligencias editoriales (acaso temporalmente) y se concentrara en el mar abierto de su vitalidad. Se lo dije y su sonrisa se quedó en la servilleta que limpió las comisuras de sus labios… y siguió hablando de varios autores y de los relatos inéditos de su hermano Pedro. Tuve que callarme para dejarlo ser, otra vez, pura sangre. 4 La noche del lanzamiento de Amor más allá de Madrid me atreví a decir que ese libro se termina justo cuando empieza a 22
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ganar soberanía narrativa; cuando el oficio de escribir ha hallado el cruce entre la historia-eje y la posibilidad de seguir penetrando el universo de la ficción. Esta observación agradó a Ubaldo y le permitió destilar los jugos y las sales de su fogosidad literaria. ¡Y el público se sintonizó enseguida! 5 Hoy me resulta terriblemente doloroso saber que su vida se apagó justo cuando empezaba a cosechar nuevos lectores, justo cuando su tarea editorial agarraba vuelo, justo cuando podía crear esas otras realidades de su ficción humana. 6 Ubaldo y yo nos despedimos un sábado 30 de noviembre en un vagón del Metro. Aún recuerdo sus discretos gestos, su chompa negra de cuero y su mochila cargada de mar abierto. México, DF, 1 de enero de 2014.
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La alegría de ser Ubaldo Gil Patricio Lovato Al hombre de letras hay que dimensionarlo en palabras, tejerlas de tal manera que cubran la extensión de su camino, combinarlas entre los esmeros que él buscaba en cada texto, en cada libro que debía convertirse en herramienta transformadora al momento de repartirlo entre los lectores que día a día entran a la batalla contra la desidia y el miedo a la palabra escrita. Al hombre letrado ha de mirársele asomado a los nuevos escenarios dispuestos para la edición universitaria y sus exigencias intrínsecas, entre las que cuentan valorar el trabajo intelectual sea de docentes e investigadores, aunque se concentró, dada su formación, en los autores de literatura. Para describir su actividad no le hicieron falta metáforas: simplemente entre sus brazos levantó un mar abierto y lo puso al servicio de todo el país, auspiciado por la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, con la generosidad que solo puede dar el margen manabita. 24
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Moviéndose ágilmente por el mundo multidisciplinario de la edición universitaria, destaca su pragmatismo de “ideas complejas y soluciones sencillas”, esto sirve a la hora de concebir planes de integración con otras casas editoriales como la Red de Editoriales Universitarias y Politécnicas del Ecuador, para expandirse más hacia otras geografías como la EULAC y encontrar otros miembros con mayor tradición editorial, desde donde se puedan impulsar de mejor manera: la cultura del editor, de los procesos editoriales, del derecho de autor, entre otros. Si estas actividades creativas y transformadoras, no las valoramos con firmeza, es porque no estamos listos a mirar la generación de bienes intangibles. A propósito de intangibles pasaron para aportar a su visión la marca Mar Abierto, sellos editoriales y colecciones que resumen un compendio de publicaciones respetado en el mezquino medio nacional, con expectativas puestas en el exterior a través de la presencia en ferias internacionales del libro. Decir esto es poco, hacerlo, para él, fue un asunto de vida, de obsesión, con responsabilidad y al mismo tiempo con la satisfacción de aportar legados. Si la muerte del también académico nos amarga en la tristeza, su camino está repleto de ideas y planes concretos a seguir. Para la tristeza hay tiempo, para continuar su obra también. Ya no es y para ser no le hace falta estar vivo, es sentir la alegría de aportar en saltos cualitativos lo que Ubaldo Gil deja en ejecución. Lo hizo y al hacerlo le quedó la alegría por los intangibles. Se llevó, como hombre de la Sociedad del Conocimiento, una satisfacción como los versos de Antonio Machado: “y cuando llegue el día / del último viaje / y esté al partir la nave / que nunca ha de tornar / me encontrareis a bordo / ligero de equipaje / casi desnudo/ como los hijos de la mar.” 25
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De Ubaldo Gil guardaré1 Diana Zavala De Ubaldo Gil guardaré su risa fuerte su trote en las mañanas por El Murciélago su pasión por los libros y por el trabajo algún recorte de sus críticas teatrales sus clases de semiótica sus verdades implacables la vez que me besó en la frente y me llamó hija los ceviches y las bielas (con los que también se trabajaba) sus tramas sin utopías. No guardaré las tempestades. Lo guardaré vivo lo recordaré amando a su familia lo encontraré en la poesía de Pedro en los cholos orgullosos en los caracoles en quienes publican por primera vez y en cada hombre que sueña y combate a contracorriente, a mar abierto. 2 de enero de 2014
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Tomado de http://dianazavalar.wordpress.com/2014/01/02/deubaldo-gil-guardare/
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Ubaldo Gil Flores2 Libertad Regalado En 1987, fui convocada por Horacio Hidrovo a una reunión en Manta, en el Departamento de Cultura de la Universidad Laica Eloy Alfaro, allí conocí a un grupo de personas con las cuales compartí por espacio de tres años en el Taller Literario dirigido por Miguel Donoso Pareja. Una de esas personas fue Ubaldo. Todos habíamos iniciado nuestros pasos en la escritura de cuentos y poemas, con Miguel descubriríamos el mundo del lenguaje artístico desde la semiótica, la estructura del texto desde las normas más elementales de la sintaxis, concordancia y el uso de la ortografía. En esas horas de tertulia literaria, de trabajo, de análisis, de enfrentarnos al texto, deshuesarlo hasta convertirlo a veces en la nada. 2
Tomado de El Diario, jueves 2 de enero de 2014.
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En ese papel que con vergüenza se arrugaba en nuestra mano. Que saltaba al tacho de basura. O en el futuro poema o cuento que se salvaba y se lo dejaba listo para descansar por unas semanas o meses para ser leído unas cuantas veces más, antes de su publicación. Ubaldo se inclinó por la narración. Gustó de la descripción casi fotográfica de los escenarios y de los personajes. Puso especial cuidado en el uso de la palabra y de sus implicaciones dentro del texto. También fue muy crítico con los textos de quienes formaban el taller. De alguna manera esto le fue abriendo el camino a lo que sería desde el 2000, su pasión: la dirección del Departamento de Edición y Publicación Universitaria (DEPU), de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, donde desde el sello Editorial Mar Abierto ha entregado a la comunidad académica decenas de publicaciones. Se proyectó más allá de Manta y creó en el 2010, la Red de Editoriales Universitarias y Politécnicas del Ecuador, donde ejerció la presidencia. La noticia de su muerte me llegó hasta esta tierra de Atuntaqui. La recibí por un mensaje de una entrañable amiga. De manera inmediata pensé en el dolor de Bahí Mondavi, la abnegada mujer iraní que compartió su vida. Con ella procreó a Simone, Alejandro y Omid, sus hijos a quienes él amaba por sobre todas las cosas, y de quienes se sentía orgulloso. La muerte no da tregua, llega y su fuerza arrebatadora nos inmoviliza, sensibiliza. Hoy le tocó a Ubaldo partir, pérdida significativa para el 28
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mundo de las letras y para Manta, la ciudad que lo vio nacer en 1965. Su deceso deja un gran vacío en la ULEAM, en el Departamento que dirigió, su nombre queda perennizado en las dos instancias de publicación que fundó, en los libros de cuentos, ensayos y en su última obra Amor más allá de Madrid, y desde luego, en la memoria de quienes lo amaron.
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Al maestro, amigo y jefe Anyela Rivas Aquí estamos licenciado Ubaldo, con el dolor a cuestas, entre lágrimas y palabras, no todas han sido las que le gustaban, porque usted era amigo de la palabra verdadera. Aquí estamos maestro para la última reunión del equipo Mar Abierto con usted, diremos que la agenda de trabajo se cambió y que el único punto es que usted ha decidido marcharse por el camino de las estrellas. Y ha sido así de pronto, cuando su sueño de trabajo y empeño eran los libros del 2014, cuánto esfuerzo, cuánta energía, cuánta entrega, rayano en lo obsesivo. Ahora le contamos que nos hemos repartido como punto colectivo, los recuerdos, pues allí todos tenemos lo nuestro, estos no serán editados, porque son ideas y sentimientos muy valiosos que cada uno guarda con cuidado en su memoria, por cuanto usted nos enseñó el oficio y tenga la seguridad que con los días serán desempolvados, y allí en ese cada día estará usted 30
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con su palabra inacabada. De todas maneras seguiremos preguntándonos, cuán intenso vendrá para sugestionarnos en el trabajo, esto último fue su presión de vida por mostrar resultados, por dignificar el hacer, por sustentar un nombre, un membrete departamental que justifique y demuestre que en la universidad, si se quiere se puede hacer. Usted amigo de la buena palabra escrita, le faltó contarnos su arrebato por la lectura no fácil, su apasionamiento por Borges y los clásicos, su largo tiempo entregado a la narrativa y a cuántas novelas y novelistas accedió, que buen ejemplo de voluntad, esa información de la que usted con sabiduría y sin pretensiones refería. Licenciado, sin duda hay muchas cosas para decir, más es tiempo de decir de su sencillez y simplicidad en la amistad, de ese empeño de vivir soñando con hijos profesionales, con una familia cuyo eje siempre consideró a su esposa y con amigos que correspondan, pero sobre todo que usted amaba la vida a su manera, que eso era su desafío, que vivió su vida de ciudadano, esposo, maestro, jefe, amigo, sin maquillajes, con la misma fuerza e ideal del justo y verás, siempre a su manera. Hoy estamos aquí Carla Mendoza, Alexis Cuzme, Joselo Márquez, Patricio Lovato, Gino Zambrano, Leydy Cevallos, y quien habla Anyela Rivas: su equipo, sus amigos que conjugan el dolor y piden que usted nos ilumine en el trabajo. Usted estará allí constantemente. Que ahora que buscó la paz, esta sea en su espíritu, y envíenos desde el infinito el libro que se verá obligado a editar sobre ese tránsito de la vida a la muerte y de la muerte al corazón de las personas que de verdad sí valoramos sus acciones, será como usted menciona “el escritor y sus batallas” en su libro Amor más 31
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allรก de Madrid, y esta es una mรกs que ha dejado su huella. Hasta siempre maestro, hasta siempre querido licen. Viernes, 3 de enero de 2014
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Se fue Ubaldo3 Carlos García En estos días le han dicho de todo. Promotor cultural, docente crítico de teatro, editorialista, periodista, escritor, novelista, poeta… Vale la pena, porque se fue un grande de las letras y su magia, un novelista, un maestro que enseñó haciendo; que hizo incursionar a muchos en buenos textos y en poemas que para algunos eran malditos, por su cruda descripción y hasta por el olor a izquierda contestataria. Su muerte muestra lo efímero de la vida. Su muerte muestra que su lucha no fue en vano y que dejó huellas, que dejó devoción por las letras y lo profundo del pensamiento. Hay que recordarlo por eso y más, que quizás no pueda descubrir con la magia de su pluma, que dejó plasmada con su última novela, Amor más allá de Madrid. Queda vivo su arte. 3
Tomado de La Marea, sábado 4 de enero de 2014.
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Fue cholo-montubio4 Willington Paredes Ramírez La palabra “partida” es polisémica. Tiene muchos significados, como la vida. Por eso partimos sin despedirnos, cuando el corazón tiene razones que no sabemos. Fue cholo-montubio erudito, lector voraz. Desde joven abrazó el lenguaje literario como suyo. Docente desde el alma. Intercambiamos mundos de vida del aula. El mar abierto fue su decisión editorial. Encontró que la Univ. Eloy Alfaro de Manta podía ser su casa y hacer de ella la acción de su vida. Así lo hizo. Fue periodista, poeta, semiólogo, profesor, tallerista (de Miguel Donoso Pareja), escritor, actor de La Trinchera que amó desde su Manta adorada. Amigo infinito y dialogante del mundo cholo-montubio. Fue el manaba más borgiano que he conocido. Buscaba en el lenguaje el sentir de la vida, la semiótica de los signos en rotación, de la poesía y de esa 4 Tomado de http://expreso.ec/expreso/plantillas/nota. aspx?idart=5480101&idcat=19350&tipo=2
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forma muy particular que tuvo de vivir la literatura, la escritura y la palabra como vida que se hace en signos y sonidos. Ubaldo Gil Flores (1965-2013) era su nombre, pero su serhacer lo trascendió. Dialogábamos de literatura, política, antropología y nuestra identidad borgiana nos acercaba más que ese contacto y la añoranza por lo mítico-mágico del mundo montubio. Se le ocurrió partir porque se negó a pagar la cuenta sensorial a las palpitaciones del corazón. Quiso que recordemos que su partida fue el día más serio de los inocentes. Su amor con el mundo árabe tenía que ver con su esposa y con la forma de sentir que era hombre de tres mundos: del barroco latinoamericano, del occidental en la versión española y del árabe que le vino con el erotismo y el amor absoluto que tuvo hacia su esposa. Viajaba con su imaginación y escribía más libros con la palabra que con la pluma. Algunas veces me dijo que había reeditado cosas que yo había escrito, y que no necesitaba mi permiso, porque las ideas que se publican son de todos. Era cierto. Siempre lograba convencerme de que tenía razón, incluso cuando no la tenía. Sabía introducirse, abierta o fortuitamente, y conocer la historia de todos. Tenía la llave para descifrar el fondo de lo que éramos. Ahora que partiste, sé que te fuiste a relatarle los temas de las obras de Borges a don Eloy. 5 de enero de 2014
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No lo hagas en Navidad5 Jorge Dávila Vázquez Ubaldo Gil Flores, nacido en Manta en 1965, nos ha dejado para siempre en estos días... Al frente de la editorial Mar Abierto, de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, rompió la hegemonía editorial, Quito y Guayaquil, y, en menor medida, Cuenca y Loja. Abrió las posibilidades de publicación a autores de los más diversos sitios de la patria, y editó una gran cantidad de libros y revistas, no todos de la mejor calidad, ciertamente, pero nos dio las posibilidades de escoger los mejores. Era buen amigo, cordial, dueño de infinidad de lecturas, que afloraban siempre en las conversaciones. Y escribía. Recuerdo, Amor más allá de Madrid (2013), de uno de cuyos relatos está tomado el título de este homenaje. No lo hagas en Navidad, porque estos días de fiesta que acaban de quedar atrás los quisiéramos tranquilos, sin alteraciones de ninguna clase. 5 Tomado de http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/no-lo-hagasen-navidad-598247.html#.UsnmsNqTTAI.facebook
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Era buen observador de la realidad, la tomaba muchas veces en sus aspectos más grises: la miseria, la locura, la droga, y nos la mostraba como un recuerdo de bohemia; tal es el caso del texto que nos ocupa: una pobre vieja extraviada se acerca a un grupo de amigos que se sirven cordialmente un ceviche, y les arruina el momento. Es una mujer delirante, que se cree la madre de uno de ellos y que quisiera poseer el mundo para dárselo a los desposeídos. Gil Flores logra atrapar los diversos momentos de la alienación de la anciana, que repite insistentemente: “Soy una estatua de sal”, pero, finalmente, se queda en la imagen, en la prosa salpicada de ciertos rasgos poéticos, sin ir más allá. Leyendo su trabajo, uno, involuntariamente, piensa en su hermano, quizás el mayor de los poetas que ha dado Manabí, el excepcional Pedro Gil, y esas comparaciones, seguramente indebidas, nos ponen ante su real dimensión literaria. Sin embargo, eso no era lo fundamental de su personalidad; lo suyo era, además, la promoción cultural, encarnada en el trabajo de esa editorial, en cuya vida él marcará, indudablemente, un antes y un después. ¡Paz en su tumba! 5 de enero de 2014
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De las bondades de Ubaldo6 Luis Zambrano Robles Hay llanto en el alma cuando se va un amigo que se ha ganado los afectos del corazón por sus bondades. Otras veces afloran las lágrimas en caudal intermitente que incitan a la melancolía y a la meditación, y predisponen el espíritu para elevar una fervorosa oración por el ser que se ha ido. Y hay casos en que no es el llanto la emoción que nos impele a honrar la memoria de un ser que nos ha dejado, sino el recuerdo sereno de su existencia, aunque haya sido efímera o muy corta, porque recordar y honrar su memoria es divulgar por el mundo esa historia de la felicidad compartida con ese amigo, con esa persona que nos dio el placer de la felicidad mientras le sonreía la vida. En tal sentido, quisiera divulgar algo histórico de la niñez de Ubaldo Gil Flores y honrar con ello su memoria en acto 6 Tomado del suplemento Séptimo Día de El Mercurio de Manta, domingo 5 de enero de 2014.
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de solidaridad con su esposa, hijos y allegados. Solidaridad también con el cuerpo de docentes de la ULEAM y Editorial Mar Abierto, donde ha dejado un inesperado vacío que ha alterado el normal desenvolvimiento de la institución rectora de la educación superior de Manta y de Manabí, con la triste sorpresa de su prematuro fallecimiento. Bien pues, he aquí el dato que deseo compartir y que sirva de lenitivo en la pena que a todos nos ha causado su desaparición. Eran los años de posicionamiento de nuestro negocio donde habíamos logrado una clientela fiel y numerosa mediante tres estrategias principales -estrategias comunes para toda empresa-, como son: atención personalizada, cordial, amena y con cariño; surtido completo, fresco y descuentos especiales; y publicidad real y objetiva en la que se incluían concursos de diversa índole y premios para chicos y grandes en fechas de celebración establecidas en el calendario anual, fuesen, cívicas, sociales o religiosas del santoral. Uno de esos concursos era el de reunir en el portal a chicos de hasta doce años para jugar a las preguntas, de acuerdo con esas edades y a quien respondía mejor se le obsequiaba un cajoncito de lustrabotas con material completo para empezar a trabajar. La mirada panorámica, hábito que he pretendido desarrollar para tratar de descubrir lo que hay más allá de mi cercano entorno, en este caso, a los niños retraídos, lloroncitos, tímidos, rebeldes y con otras características que afectan o que adornan su personalidad para dedicarle toda la atención a los que necesitan, me permitió descubrir, entre las docenas de niños arremolinados allí esa tarde, a un chiquillo un poco retraído arrimado a una de las columnas. Miraba desde esa distancia sin decidirse a participar en el concurso. 39
Un hombre cargado de mar
Me dio la impresión de que observaba un poco desconfiado y con ojos críticos como diciendo: “esas preguntitas insulsas no son para mí”, porque con los brazos cruzados movía un poco la cabeza y sonreía al oír las preguntas y luego las respuestas de quien respondía. De pronto, una luz me iluminó y decidí sin más, entregarle un cajoncito diciendo:… “este cajoncito es para ese niño que sabe mucho pero su timidez le impide llegar más acá”, lo expresé con énfasis y emocionado, contagiando a todos que prorrumpieron en aplausos por esa acción. Lo felicité por haberse ganado esos aplausos y ese bonito cajoncito de lustrabotas bien equipado, y le desee buena suerte. No pregunté su nombre, no supe nunca más de él. No era mi norma en base a un dicho que nos repetía nuestro padre. “Hacer el bien, sin mirar a quien”. Años después, cuando nuestros hijos ya profesionales se habían independizado, decidí aprovechar algo de tiempo libre para seguir escribiendo en El Mercurio y editar un libro que salió con el título de “Relatos con sal marina”, que se agotó tempranamente. Entre tanto, la ULEAM había favorecido a nuestra pequeña empresa como uno de los proveedores de medicina para el personal de empleados de la institución. Y entre los beneficiarios acudía por el servicio el Lcdo. Ubaldo Gil Flores a quien atendíamos con el afecto y cordialidad de siempre. Trabamos amistad y, a veces platicábamos de algún tema importante. Cuando la Editorial Mar Abierto empezó a producir, invariablemente me llevaba un ejemplar que me lo entregaba personalmente y con dedicatoria. Yo los leía, tomaba apunte y, a su vez, los obsequiaba a algún familiar o amigo, sobre todo, cuando salían al extranjero. Así creía y sigo creyendo cumplir con un deber de difusión de 40
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nuestra Universidad y de quienes la hacen cada vez más grande. Conocedor Ubaldo de mis temas de opinión en la prensa y poemas que de repente publicaba en Séptimo Día (suplemento dominical de diario El Mercurio), un día me dijo: “escriba don Lucho un libro para hacer los contactos y ver la posibilidad de editarlo en Mar Abierto”. Le agradecí y le prometí llevar, pero el tiempo pasaba y no le daba el borrador requerido, no obstante recordármelo en cada oportunidad. Por fin, un día le manifesté que tenía dos obras para publicar, una biográfica y un texto de poemas y le pregunté cuál deseaba primero. “Lléveme el poemario” me dijo. Poco tiempo después se hizo el lanzamiento del poemario “Recio cual Guayacán” en la Sala de Conciertos “Horacio Hidrovo”. Y fue Ubaldo quien hizo una conceptuosa introducción a la obra, por lo cual, manifesté mi agradecimiento y ahondé mi aprecio por este amigo lleno de bondad en su agudo saber y siendo baluarte de la cultura al brindar su apoyo en la medida que sus superiores le concedían. La vida seguía normal. Un día Ubaldo me dio una sorpresa muy grata y grandemente emotiva: “Don Lucho -me dijo- ¿se acuerda cuando usted obsequiaba unos cajoncitos de lustrabotas a los niños en el portal de esta farmacia? Sí, claro, algo recuerdo, pero hace años que hice esa promoción le contesté, “Yo fui uno de ellos, me dijo, lo recibí con gusto aunque no pensaba dedicarme a lustrar zapatos, sino para entretenerme, pero le guardo especial aprecio desde entonces”. Ah, le dije ¿era usted el chiquillo que estaba arrimado al pilar como desconfiado y criticando?... Reíamos los dos y ya no hizo falta más explicación. Es que se proyectaba desde niño el crítico profesional y de gran talento como llegó a ser. 41
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Que Dios te reserve, amigo bueno y bondadoso, el lugar de eterna paz para tu espĂritu y vengan desde el cielo las bendiciones para tus entristecidos deudos.
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Al amigo poeta, soñador y compañero de lucha, mi pana Ubaldo Gil7 Luis Arias Los amigos de la adolescencia son las amistades que se forjan entorno a vivencias, circuntancias, en fin, son productos de una amalgama de esperanzas, de sueños e inquietudes, son aquellas personas con las que llegas a convivir y compartir la pureza de lo incorruptible, así es y será por siempre, más aún cuando se proviene de hogares humildes, donde en muchas situaciones se llega a dormir sin abrigar los estómagos, pero al día siguiente nos encontrábamos hábidos de nutrir esas esperanzas de color livo con la que soñábamos los muchachos de nuestra generación. Compartimos aulas diferentes, y cursábamos años diferentes, especialidades diferentes, pero nos unía la misma convicción, el mismo objetivo de que algún rato tuviésemos una sociedad menos injusta. 7
Tomado de El Mercurio, domingo 5 de enero de 2014
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Entre los últimos años de los setenta y comienzo de los ochenta, soñábamos en cambiar el mundo con nuestros gritos y combates en las calles, unos compañeros con la palabra, otros en diferentes acciones, éramos una especie de combatientes sin generales, seguíamos nuestras ideas, creíamos y hasta ahora muchos seguíamos creyendo que las alfaradas siguen vigentes y deben continuar para cristalizar esos sueños. Tú eras de a de veras, de quienes dejamos los graderíos para ser simples espectadores del gran sainete de la vida fácil, te involucraste con las letras como una opción de combate, tú no perteneces a los seculares cementerios, lugar dónde los que ya no viven se esconden entre flores y cruces, eres de los que mueren para vivir, te acompañamos hasta tu última morada: tus familiares, tus verdaderos amigos, poetas, mundanos, curiosos y los de siempre, esos que hipócritamente llegan para que los vean, pero los más genuinos amigos que llegaron fueron los del los callejones y recovecos en los que creciste.
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Ubaldo era uno y múltiple Marco Antonio Rodríguez Conocí a Ubaldo por sus libros. Porque todo lo que publicó Mar Abierto fue parte de su corazón, o, acaso, su entero corazón. Cierto, Amor más allá de Madrid es el libro que salió de su puño y letra –por decir de una manera que aluda al ser humano, en el tiempo de la deshumanización que vivimos-, y que luego de leerlo, me dejó una inolvidable sensación de vida, rugosa y nueva, vibrante del amor imposible y de muerte cierta; pero Mar Abierto -editorial única en Ecuador, bendecida por ese conspicuo ecuatoriano que es Medardo Mora Solórzano-, fue la mejor obra de Ubaldo. ¡Qué ejemplo de anchura de espíritu y lucidez creadora la suya, cómo nos enseñó a los ecuatorianos a ser austeros y generosos, conocedores y orgullosos de lo que somos! Mar Abierto: historia viva, registro de lo que somos, inventario desprendido de nuestro espíritu. En esta editorial publicaron libros, viejos maestros como Horacio Hidrovo 45
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Peñaherrera -mi hermano Horacio a quien tanto tiempo no lo veo-, o Jorge Velasco Mackenzie, mi entrañable compañero de generación, o jovencísimos valores, algunos de los cuales vinieron a mí por la histórica obstinación de Ubaldo. Digo, y mi palabra es mi honra, solo por Mar Abierto, los tecnócratas que ahora nos califican y descalifican, debieron inventarse un nivel superior a la A para esta ilustre Universidad, honra de nuestra patria, solo no se diga por toda la enorme significación que le dio Medardo. Ubaldo era uno y múltiple. Tenía el don de la ubicuidad. Ahora mismo está aquí, en este salón donde se le rinde homenaje póstumo, pero, estoy seguro, su figura nerviosa y sensitiva, está también revoloteando en los talleres de Mar Abierto, o imaginando nuevos títulos, o buscando sacar a luz nuestra palabra para ser reeditada en otros países. Gran señor de la vida y la cultura: Ubaldo Gil Flores. Llegó el día en que apreté su mano franca y limpia que devino en abrazo. No el abrazo del politiquero -los dioses nos libren de esa peste-, sino el de un amigo que había conocido hace añares. Así fue el abrazo contigo Ubaldo, fuerte, grande, espontáneo. Conocer a alguien de su estatura humana me estremece. Por eso sentí algo extraño en ese abrazo. Fue como si el mar se abriera de par en par y nos pariera amigos. Y él me dijo “te agradezco por lo que haz hecho por mi hermano Pedro”, y yo le respondí, “gracias por lo que haz hecho por mi hijo Marco”. ¡Qué más! Que de allí brotó una amistad honda, irrevocable. ‘Morir, dice el poeta, es retirarse, / hacerse a un lado, / ocultarse un momento, estarse quieto / pasar el aire de una orilla a nado / y estar en todas partes en secreto.’ Nada más cierto Ubaldo, me sale de mi sangre más íntima decirte, porque nadie puede negarme que Ubaldo está aquí, con todos nosotros, riente y solitario, gracias por ser como 46
Memoria a Ubaldo Gil
eres, amigo del alma. Eres, en presente y en ausencia. 26 de enero de 2014
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La escritura en lo ausente
He nacido sujeto al discurso de la muerte Freddy Ayala Plazarte A Ubaldo Gil, amigo que abrió los caminos opuestos a la forma.
Mientras uno adquiere conciencia del mundo, más fuerte e innegable se hace el hecho de pensar en lo que está ausente. Recordar lo que parece muerto y haber muerto también en el pensamiento que no fue hecho oralidad, escritura o fonema; si acaso la actividad del pensamiento es dinámica, u otra forma, quizás, de ruido, en nuestra interioridad, que se manifiesta por la misma carencia del silencio. De cierta manera, pensar en un cuerpo ausente, como signo o rasgo de muerte, implicaría un acto sinérgico, por una parte, es una instancia desde la cual se enuncia un hecho físico, reconocer que algo material ha desaparecido, mientras que, por 48
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otra parte, ese hecho ausente, o lo ‘que ya no está’. No solo debería ser tomado desde lo que se niega ante nuestros ojos, o a la mirada, sino en esa ausencia –llamada, en ocasiones, muerte del pensamiento –que se presenta con imágenes o evocaciones de lo lejano, y que surgen en medio de un angustioso encuentro con lo deshabitado. Esto quiere decir que por nuestra subjetividad se interpelan dos formas de ‘muerte’: la una dada en lo físico, y la otra la que se elabora en nuestro pensamiento. Pensar que algo (¿de nosotros?) murió en el cuerpo ausente, y que por esa experiencia nos sentimos ausentes. Uno cree tener poder y estabilidad en el mundo mientras no hay algo que atente la sensibilidad o corporeidad, pero ¿cómo reaccionamos cuando nos sucede lo contrario? ¿No será, más bien, el hecho de aceptar que han muerto ideas en lo ausente, acaso, en nuestro pensamiento antes que el cuerpo? Desde esta perspectiva, no muere, entonces, solo un cuerpo, pero si es posible decir que el pensamiento muere sobre lo que se enuncia ante los ojos como ausente. Ante todo, hay una construcción, un sentido de muerte, una conciencia de muerte, a partir de lo que se cree que no volverá, una muerte que, al fin y al cabo, se ha inscrito en las instituciones ideológicas como familia, religión, medios de comunicación. De hecho, lo que no retorna físicamente, o lo que se presenta como irrepetible, es lo que marca el pensamiento humano: la lejanía que se edifica luego de un instante, el alejamiento, no tanto de las cosas o de ciertos escenarios, sino por parte del pensamiento: un pensamiento se aleja de otro pensamiento, y es como si dos líneas se dispersan luego de partir de un mismo punto, pues no se sabe si volverán a unirse, aunque hayan partido del mismo origen. 49
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Esa, precisamente, es la búsqueda del camino ausente, hemos partido de un origen para adquirir distintas formas de entender o nombrar a lo ausente, de intentar explicarnos en torno a lo `que ya no está’. Así, el tiempo contribuye al distanciamiento de las cosas, de los lugares, y de nosotros mismos. Es posible decir que nos hemos alejado de nuestro pensamiento en el cuerpo, hemos sido también cuerpos con pensamientos ausentes, aún no habitados por otras dimensiones de la conciencia. Por tanto, lo que se recuerda es parte ya de la lejanía, de lo que fue un sonido que solo hace ritmo en la memoria, y que, no obstante, es un rito para manifestar lo incorpórea que es la lejanía, convertida en imagen, evanescencia. Un distanciamiento, si se quiere, lo suficiente para conseguir alejarnos con las cosas (pasadas) de nosotros, de lo que ya fuimos y no deberíamos volver a ser. Cuando más bien ha sido nuestro propio pensamiento el que nos ha alejado de las cosas y de los instantes, las cosas estarán allí, acaso, inmóviles; ¿se han movido las cosas de nuestra interioridad, mas no en la exterioridad? Distancia necesaria, que hemos tomado para justificar un presente que, en ciertas ocasiones, reclama mirar el pasado, por el mero hecho de que nos hayamos quedado en las imágenes y las evocaciones. Como una forma de representar lo que como cuerpos ya no creemos posible hacer. Por eso, tenemos que repetirnos en lo evanescente, postergarnos al filme de nuestros propios cinemas de vida, para allí comprender que los pensamientos mueren, asumiendo que los instantes se fueron, y que, a la vez, nos levantamos entre tantos pensamientos. Así, mientras se van unas formas ante nuestros ojos, hay otras formas que se levantan en ese cajón de imágenes, y que, posiblemente, 50
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no alcancen a ser expresados con las palabras. Fueron también ausentes las palabras que no fueron escritas o repetidas en el instante, murieron más pensamientos, se volvieron imaginarios por no haber sido recordados con el lenguaje. Sin duda, he nacido sujeto al discurso de la muerte, el hecho de tener que aceptar que los lugares no mueren, ni desaparecen, es el pensamiento el que muere y ahí mueren los lugares, los acontecimientos, las cosas o las personas. A partir de esto, me atrevo a decir que no deberíamos pensar en el recuerdo sino recordar que hubo pensamiento en el recuerdo. Y por eso escribir se convierte en un acto de pensar en lo ausente, de reconfigurar desde un punto de vista metareflexivo lo que se muestra como un saldo del pasado. Disertar sobre la muerte del pensamiento en las cosas que nos rodean, se convierte en una suerte de relato entre el pensar versus el pensar, paradójico puede plantearse esto. Pero, sin embargo, la única posibilidad es también mirar lo ausente con otros sentidos (lejanos a una mirada social), pues la mirada (social) ha generado muchas divisiones o clasificaciones que han fragmentado identidades en la sociedad. En este sentido, la escritura cumple con uno de esos desafíos, que se han planteado en torno al pensar y retomar lo ausente. Es en la escritura donde, finalmente, se alcanza una dimensión que trasciende el orden racional. La escritura, por supuesto, es un acto de memoria y de imaginación, donde se trata de poner a prueba las cualidades enigmáticas del pensamiento, emplazamiento que se conjuga con otros sentidos sonoros, perceptivos, fonéticos, olfativos, gestuales. Es decir, son ausentes los sentidos menos explorados, pero, si se toma en cuenta, son mucho más sensibles que lo 51
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borroso de la mirada. No será que, en el marco de la mirada, privilegiamos lo figurativo por sobre lo no-figurativo, en este último punto es donde el pensamiento se ha ausentado, volver al orden sensible de otros sentidos, quizás es una manera de reconfigurar lo ausente. Así, la muerte (he sugerido del pensamiento, por la ausencia de otros sentidos), no solo representa el estado ausente de un cuerpo, como se lo entiende en un ámbito socio-cultural. Sino, más bien, la muerte también puede ser entendida como una teatralidad que se manifiesta en la memoria o imaginación: alguien ha sido advertido de su muerte porque hubo quien soñó la noche anterior en su ausencia, a partir de ese suceso el que fue advertido, quizás, no tenga un día tranquilo. Entonces, se puede decir que la escritura también es una advertencia ante lo imposible, pues adquiere sentido en la medida que se repiten las invocaciones. De ahí sean más fuertes las muertes que se muestran en imágenes que las que fueron cuerpo, porque estarán repitiéndose en innumerables ocasiones. Angustia más lo repetitivo, pero también permite tomar una postura reflexiva e inteligible. De esta manera, la escritura exige al pensamiento construir una identificación a partir de lo que físicamente es irrepetible. La escritura es la enunciación de lo que ha muerto (en el sujeto), es el paso necesario para activar el mundo de los sentidos, de los otros rostros que tiene el pensamiento. Con el pensamiento he muerto tantas veces en el cuerpo, más muertos tengo en mi pensamiento que aquellos a los que guardo luto, me habría mimetizado en lo ausente para entender que la escritura es un acto del pensar, de la prolongación de las imágenes, que esperan ser escritas con más imágenes, necesaria 52
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postergación en el camino hecho por la lejanía. Aún creo que no he alcanzado la lejanía de la escritura, aún no he podido ausentarme de la misma ausencia, para encontrar ese lejano camino de los sentidos. 27 de enero de 2014
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Ubaldo, playa y domingo Simone Gil Mondavi A nuestro padre
Transitar a mar abierto, es navegar con la intrepidez de que a cada paso dejas asentado con tus huellas, con cada pista, con cada movimiento, que perteneces a historias, y para ser sinceros de la mano manabita, hasta de cuentos. Todo nos lleva a significar. Las desdichas imprevistas del coraje de las olas, el vaivén relajado, o la ilusión de lo que el mar te puede regalar. Empezar a caminar a pasos lentos, al ritmo del mar, fue aprender del imaginario como latinoamericanos, de la playa y el domingo, de las ganas secas de luchar y de no dejar que se desvanezcan las utopías en las aulas universitarias de los manabitas, por una tierra con una comunicación más justa y solidaria, y aprender de las desesperanzas alimentadas por estas imaginaciones. Pues si escribir letras ya era de locos, parir libros era un absurdo deluríum 54
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trémens, pero de sueños que durante años ayudaron a caminar a escritores, comunicadores, periodistas y chiflados que creyeron que: “Cada época crea sus propias ilusiones. Sus propios mitos y dioses. Mañana lo de hoy puede ser un sueño y locura.”8 Desde afuera o desde adentro, las letras nos identifican, nos segmentan y hasta nos conceptualizan. A veces, llegamos –o nos hacen llegar- a conclusiones de lo que proyectamos, en donde hay una sutil línea idealizada que raya en lo fantasioso. Tras pasar y pisar por un cúmulo de incidentes en un intento por recaudar a ciencia incierta mis propios relatos, al reflexionar sobre todos los adjetivos con que edificó la editorial con la que siempre soñó, los recovecos de esta memoria se burlaban de los episodios del escritor que escondía en su pasión lo que nos vomitó nuestra historia: La desfachatez del cholo. La dimensión exótica del aire abrumador de las calles de los que conocen a Tarqui desde sus entrañas. La risa de negro. Las mañas de las fantasías de los libros que alimentaron sus realidades. En mi cabeza retumbaba el “de todo se aprende, de todo se aprende…” de él, de la playa y del domingo, de endiosar libros, del ritmo impredecible del océano, de apostarle a lo que uno cree, de las treguas de los pactos entre las letras y los libros que nos invitan a soñar y a veces nos obligan a correr, de caminar en consonancia con la cadencia propia del costeño, sereno, inquieto y abrumado de adjetivos como su mar. De las desdichas de aventuras y desventuras que lo fueron acentuando por defecto. Tal vez otras generaciones hayan conquistado otras bahías, tal vez otras vivan para tomar el desafío de hacer lo que la conciencia les dicte, después de todo, como dicen por ahí, la 8
Ubaldo Gil Flores, La noche en que fui Cristóbal Colón (2005).
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historia es una seĂąora de gestiones lentas. Y a pesar de vivir en un mundo que nos invita al desaliento, con gritos ahogados de entusiasmos perdidos, las tramas sin utopĂas tambiĂŠn pintan en el horizonte, ilusiones absurdas obligĂĄndonos a transitar, en nuestro derecho al delirio. A mar abierto.
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Testimonio póstumo para Ubaldo Gil Guido Vásconez En realidad, mi relación con Ubaldo no fue ni extensa en el tiempo, ni intensa en el trato, apenas pude conocerlo lo suficiente como para llegar a estimarlo en vida. Coincidencialmente, en el año 2000, desde El Carmen me propuse impulsar la publicación de una revista académica que se llamó Germen. En aquella ocasión me enteré que aquí en Manta iniciaba igualmente la revista CIBERALFARO, con mayúsculas. Mientras permanecí en El Carmen logré que Germen circule siete veces. En el 2004 continué mi trayectoria profesional aquí en Manta, mi afición a la publicación escrita me llevó a que en el 2005 me comprometa con una publicación desde la Facultad de Trabajo Social a la que llamamos Foro Social. Así surge una especie de paralelismo que me acercó a Ubaldo, nos interesaban las publicaciones, pero yo no pasaba 57
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de ser un aficionado, mientras que él era un editor profesional. Razón por la cual, CIBERALFARO continuó imprimiéndose ininterrumpidamente con una frecuencia de dos números al año, en tanto que Germen alcanzó a publicarse dos o tres veces más luego de mi salida y para Foro Social el impulso apenas alcanzó para cuatro publicaciones. En el 2006, toqué la puerta de Mar Abierto y publiqué mi primer artículo en CIBERALFARO No 11. En 2010 me atreví a publicar un libro. En esta ocasión tuve que acudir a Ubaldo editor y pude conocer el espíritu de quien decidió patrocinar desde Mar Abierto mi Enfoques universitarios desde la Uleam. Ubaldo fue generoso y como ya alguien lo dijo: con la misma generosidad que daba, pedía y no lograba entender a quien no actuaba así. A partir de este año 2010 inicio una relación un tanto más cercana con él y en las charlas que tuvimos descubrí un intelectual pletórico de conocimientos y cultura, conocía tanto que frecuentemente se le hacía imposible contener las ideas que traviesas se le escurrían para matizar de enriquecedoras digresiones sus profundas disquisiciones. Estaba ante un literato, nuestro, cholo como él se autoidentificaba y con varias obras muy conocidas en nuestro medio, que lo insertan en la dimensión de la perennidad humana. En estas esporádicas tertulias pude ratificar las quizá más proverbiales cualidades de su currículo: su sinceridad y franqueza, pues nunca tenía empacho en decir lo que pensaba de manera directa y sin adornos. Ya desde el pasado siglo XX, los filósofos postmodernos determinaron que la verdad absoluta no existe. Por tanto, cada cual es libre de construir su parcela cognitiva de verdades. 58
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Ubaldo. Como todos, tenía la suya y, la defendía con pasión, esto, como es lógico, le acarreó detractores que defendían sus tesis de la misma manera. En el 2012 Mar Abierto me publicó un segundo libro: “Artesanía intelectual para universitarios” y para aquella ocasión la editorial ya tenía a su haber más de cien títulos publicados. Bajo la batuta de Ubaldo, Mar Abierto y su equipo había llegado a su mayoría de edad. Y quedaron en carpeta varios macro proyectos. Ubaldo pensaba en grande. De su rica y compleja experiencia vital que me fue dado testimoniar, hay algo que me llamó la atención poderosamente y es la lealtad, responsabilidad y solidaridad con la que siempre se desenvolvió su equipo de trabajo; estos son valores mayores que no se generan espontáneamente, sino que seguramente fueron sembrados y cultivados pacientemente por el grupo con la guía de un soberbio líder. Ya solo esto sería motivo para que nosotros, sus colegas, lo recordemos con admiración, pero su obra es mucho más amplia. Nuestra Universidad como institución -más allá de los arbitrarios y estrechos parámetros de la SENESCYT- se nutrió de su aporte a través del Departamento de Edición y Publicación y la Editorial Mar Abierto; y fue fortalecida por un académico que fundamentaba lo que afirmaba y que se atrevió a formular ideas propias. En fin, a él como a pocos le calza aquel pensamiento: “Fue un gran hombre, y como hombre nada humano le fue ajeno”. En un par de ocasiones me preguntó cuánto tiempo me faltaba para jubilarme. Nunca me imaginé que era para irse primero. Mas, ya quisiera yo, cuando me toque, que a mí me extrañen como hoy lo extrañamos a él. Paz en su tumba. 59
Lo recuerdo en carcajadas Alexis Cuzme Carcajadas, eso saldría de su boca si me viera en este momento. Carcajadas ácidas. Carcajadas como lanzas, con puntas envenenadas. Carcajadas como murciélagos en forma de libros cayendo en picada sobre mí. Carcajadas fosforescentes apuntándome directo a los ojos. Entonces lo contemplaría, y le ofrecería una sonrisa de aceptación: me lo merezco. Por la luz, por las miradas, por la expectativa, por el espacio que se va volviendo un mar con oleaje desesperante, que va engullendo viejos y nuevos nadadores. Y sí, se burlaría de mi intento de sensiblería, de este enjambre de palabras y punzones. Aplaudiría la ocurrencia, soltaría más carcajadas para decirme que continúe pero con calma y alerta. Todo porque uno es incorrectamente social, porque no usa corbata, no lee la biblia, ni va a misa, ni visita cementerios ni peluqueras, uno solo anhela volverse mantarraya y leer las 60
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olas, corregir corales, rechazar delfines (hermosos y aburridos), juntarse con tiburones y anguilas, porque en ellos, en su ferocidad y estigma, están las perlas de ese mar bravío. Silencio breve, silencio acumulativo, silencio cuarteado, silencio…y su carcajada nuevamente, estremeciendo paredes, diciendo que la felicidad está en reír a borbotones, en reír sin censura, en reír hasta incomodar. Su carcajada de no poeta, su carcajada de narrador, su carcajada de editor, su carcajada retumbando en el mar que pensó y creó, en el mar que vivió, en el mar donde se fue forjando autores y títulos, en el mar donde sus historias aún laten, en el mar donde fabular y enloquecer fue lo esencial. Sé, que no creería cuanta mentira dijera ahora. Menos exprimirme lágrimas y dramatizar un poco. Esto detendría sus carcajadas. Todo porque él sabría que en las palabras está el dolor, que en las oraciones más desenfadadas está la ausencia, que uno piensa y siente escribiendo. Mientras tanto su carcajada me acompaña por las noches, mientras recuerdo y recorro lugares (Telmo, Tigre, Martita) donde compartimos ideas, donde el tema de la edición nos seguía desde la oficina, donde el mar se iba juntando a los vasos que potencializaban nuestras pláticas, donde el libro y la vida eran una fusión interminable para continuar latiendo. Su carcajada no se ha extinguido, aún es un eco que como ola choca contra el mar, aquel mar en el que continúo navegando hasta que decida lanzarme por la borda o algún marinero adelantado me convierta en alimento para peces. Con calma y alerta. Su carcajada me habla.
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Ubaldo desde Joselías Joselías Sánchez Ramos Pongo estas palabras en el aire Para que se contemplen a sí mismas. También suelto mis recuerdos Para que el viento los olvide. Mas, la noche impertinente Tu nombre me repite Las calles de mi Tarqui A carcajadas se sonríen Son felices por tu andar, Tus prisas, tus requiebros, En el recodo de la esquina. Donde todos pasamos algún día. Te fuiste del barrio lindo Eran tardes de cortejos y ambrosías En tu mochila las impertinencias En tus manos el viento marinero En tu corazón, la agonía de romper entuertos. ….
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De pronto, todos corrimos a la Playita mía El murmullo era fuerte Y hasta la mar se detuvo Es que llegabas con tus carabelas Cargadas de cholerías. Un diálogo distinto se escuchó en el puerto Tus esquinas, mis esquinas, En los sitios de todos A pulmón lleno decías: “Los libros nos llaman, Los libros convocan”. Nadie acabará con los libros, Miraste con fiereza. Con Umberto Eco te trenzaste A hablar con Jean Claude Carriére: “Nadie acabará con los libros” Allí, el aleph de Jorge Luis Borges Te danzaba sus requiebros. Cuando nos dimos cuenta Ya estabas contando páginas Con el flaco mochilero del barrio Cristo Rey. De Tarqui, el mar abierto, De Alfaro, el pensamiento montonero De todos, la oportunidad de leerse
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Ah, Ubaldo, cuantos insomnios sin cuentas Pero aquí estoy Contándome hacia adentro Que muchas palabras salieron En madrugadas de cuento. De todas partes salieron Escritores y poetas Cuentistas e historiadores Maestros e investigadores. De donde salieron, no sé. El mar abierto se fue llenando Y construiste de escritores sus sueños. Ubaldo Enrique Gil Flores Cholo de la cholería. Tienes semilla, semilla fuerte y altiva. Entonces, aún hay esperanza Para seguir en la calle donde se escribe la vida En esa calle que conduce el cementerio Para defender la alegría Defenderla de la certidumbre De los absurdos, de los suicidas Porque la vida vale tanto Como tuvo valor tu vida. Por eso te extraño, 64
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En los diálogos de mis madrugadas tristes. Te llevaste la mochila de los sueños Y el mar se detuvo en la Playita mía Con las carabelas de tus agonías. Ubaldo, caminante del mar abierto.
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Amor más allá de Madrid o la intensidad de Ubaldo Gil Rut Román Si nos detenemos un momento a pensar en las afinidades que guardan la intensidad del sufrimiento; la pasión sexual, el alcoholismo y el fervor religioso -si nos permitimos pensar más allá de su valoración moral- encontraremos que: un dolor intenso, el éxtasis del placer, el rapto religioso y los abusos del alcohol se parecen en la forma del gasto. Su divisa es el exceso, la desmesura, la entrega total. Alejados del justo medio desbordan las fronteras que apartan cordura de patología y domesticidad burguesa de libertad callejera. Estas intensidades de nuestra naturaleza nos empujan a arriesgarlo todo, a prescindir de los buenos modales con tal de sentir, verdaderamente sentir el amor y la vida. Este es el argumento que adelanta Amor más allá de Madrid, novela de Ubaldo Gil reeditada por Mar Abierto en el 2013. 66
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La narrativa manabita y la construcción del lugar idílico (locus amenus) Como miembro del grupo de investigación literaria, vinculado al Departamento de Investigación Central y a la Facultad de Educación de esta Universidad, me complace presentar una primera lectura en diálogo con otras novelas de la provincia entre las que esta novela se inserta como una anomalía, un error, una diferencia. Error en el sentido con que la biología observa la vida: como el salto discrepante que al señalar la particularidad, evidencia el cumplimiento de una normativa en un conjunto. Las particularidades de esta novela son varias: empecemos por señalar el lugar de su transcurrir; mientras novelas como La mujer que nació así (1927)9; Un hombre y un río (1957)10 La mula ciega (1970)11; Sed en el puerto (1960)12; Tauras13 (1981) Tagua14 (2001) relatan la rebeldía o resistencia del hombre ante el abuso y la desidia del poder central; su lucha y sufrimiento se ven aminorados por la bella y pródiga naturaleza manabita erigida así, por contraste, en locus amenus o lugar idílico -recurso retórico heredado del clasicismo griego- que deviene no solo paisaje, sino agente en el destino de los personajes. Fabián, el 9 Horacio Hidrovo Velásquez. La mujer que nació así. Portoviejo: Imprenta Ramírez, cuarta edición, 2005. 10 Horacio Hidrovo Velásquez. Un hombre y un río. Portoviejo: Imprenta Ramírez, séptima edición, sin fecha. 11 Oswaldo Castro. La mula ciega. Portoviejo: Imprenta Ramírez, 1970. 12 Othón Castillo. Sed en el puerto. Portoviejo: Imprenta Ramírez, quinta edición, sin fecha. 13 Hidrovo Peñaherrera, Horacio. Tauras o muertos que están vivos. Portoviejo: Imprenta Ramírez, tercera edición, 2005. 14 De la Fuente, Ricardo. Tagua. Una historia de ultramar. Manta: Edición de Autor, 2007. 67
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protagonista de Amor más allá de Madrid, durante su estadía en Madrid se enamora de la ciudad y de una estudiante rusa; vive la escisión del migrante jaloneado entre el lugar en el que ya no está y la inmediatez del aquí. Fabián realiza una operación inversa: como estudiante manabita, becario en España, complejiza su psicología y su entorno al llevar el paisaje dentro de sí; es decir, Fabián cambia a la ciudad, tanto como Madrid lo cambia a él. Su estar en Madrid la ecuatorianiza o, con mayor precisión, el tinte manaba con que pinta la ciudad no lo aleja de quien es, le añade capas a su complejidad. Si bien, Fabián se desplaza, al igual que Rudi Reinholf el joven alemán que llega a Manta en la década de 1930, protagonista de Tagua; o Mike el traficante central de Camino a la parca,15 quien se va de polizón a Nueva York; este personaje -Fabián- lleva la provincia a la metrópoli y la altera, con ello ejecuta un acto interiormente descolonizador, así vemos a Fabián en un cine madrileño, conmovido por el drama en la pantalla, admitirse una forma propia de vivir el cine: Sudaca yo, me puse a llorar a mitad de la película (…) –Yo soy Leolo- les comenté a los tres cuando íbamos caminando hacia una salsoteca. Lenka se rió porque sabía que mis palabras tenían sus razones, los dos me quedaron mirando como bicho raro (31)1. Así también, suspendido por la emoción, Fabián tiene que recurrir al decir propio, a la designación privativa que lo acerca a una subjetividad cultural. La palabra y la cosa –en este caso el trastorno- que señala son inseparables, intraducibles; apremiado por la tristeza debe transferir ese decir con lo que instaura 15
1997.
Happe, William. Camino a la parca. Guayaquil: La casa de papel,
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una manera de estar a esa ciudad ajena, que se ve modificada, enriquecida con un algo que en ella no existía antes. Hay una palabra que los ecuatorianos usamos para nombrar la resaca, la palabra es chuchaqui y es de origen quichua, que significa dolor en el alma. En ese instante, sin necesidad de alcohol y sin necesidad de mala noche, se desató un chuchaqui acumulado y guardado durante tantos meses (40)”2. La desavenencia entre paisaje e interioridad, hace aún más urgente usar la palabra propia: cuchaqui.3 La ley y sus dominios La ley y su correlato de abuso, imposición y control es una preocupación constante en la novelística manabita. Mientras personajes como Celestino Vinces de Un hombre y un río nunca logran saldar cuentas con la ley, o acatar sus normas o, más aún, evitar sus trampas; para los personajes de Tauras o Camino a la Parca esas normas y sus agentes son el enemigo y principal motor de sus acciones. La tensión entre el montubio gozoso de su libertad natural y la ley externa, impuesta desde una jerarquía ajena, es el núcleo dramático de muchas de las novelas de la provincia. Mike, el traficante de droga en Camino a la Parca, decide tempranamente que su destino es desafiarla; Pastor Mieles, el jefe de la banda en Tauras, establece hermandad con aquellos que, al igual que él, odian y resisten la ley. Todo gobierno gobierna demasiado o así debe sospecharse de él, reza una premisa liberal16 . Bien parecería que mucha de la 16 Ver Michael Foucault El nacimiento de la biopolítica. Buenos Aires: Fondo de cultura económica, 2008. 69
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novelística manabita coincide con esa afirmación. Enfrentados al poder omnímodo de una ley que beneficia al privilegiado y explota al campesino, al pescador; estos personajes caen abatidos bajo sus balas o desfallecen en su intento. No es el caso de Fabián, en Amor más allá de Madrid. Siguiendo la divisa de Michel Foucault, Fabián sabe que el poder es como una soga tensada en sus dos extremos: un lado lo sostiene el poderoso y el otro extremo debe sujetarlo el subalterno, aquel que le da poder al poder; el que reconociendo esa autoridad, la acepta y se somete a ella. Fabián, suelta el extremo de su soga, se salta la barda de la ley, no a la manera de Mike de Camino a la Parca, que al embestirla, muere; sino negándole valor o autoridad al dinero, a la comodidad, a la vidita burguesa, a la familia. Autorizándose a sí mismo se dejar ir: vagamundear… tentar los límites de la cordura, la resistencia del cuerpo, va más allá de la jurisdicción de la ley: vadea hacia la enajenación. Esa es su fuga y su fortaleza: la entrega total a la nada desde donde surge limpio, fuerte, auténtico. El Amor El amor, sus posibilidades o sus desencuentros son motivo ineludible en el género novelístico, es un tema manido hasta el hastío. El desafío que enfrente el autor es evadir los lugares comunes, el cliché melodramático del diálogo amoroso, evitar las frases hechas con que se ha banalizado el trágico intento que emprende un ser humano para acercarse - realmente acercarsea otro. Amor más allá de Madrid logra retratar el instante en que todos los puentes se derrumban, la comunicación admite su imposibilidad, cuando se instala la insoportable tensión que descorre todos los velos del cliché: ahí donde no tiene cabida la 70
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cursilería ni la falsedad, esta novela no tranza, es irreductible: Entonces la lengua que ahora hablo empezaría a traicionarme más de lo que conviene, hablaríamos sin sentir y sentiríamos sin hablar. Todo sería una larga y torpe cadena de mentiras que se traducen en promesas, de promesas que se disfrazan de palabras y todo empezaría a volverse nostalgia y recuerdo. El amor ya estaba boca arriba. (17) Conocedor de la pauta de la novela de amor, este romance, como todo amor literario que se precie es un amor contrariado -diría García Márquez-. En el rompimiento de la pareja está el giro dramático de toda narrativa amorosa; y es un giro, una esquina problemática para todo narrador. Si gira sin prestar atención, pierde todo el efecto: la dramaturgia del bien sufrir y lo vuelve trivial y con ello a sus personajes; si se excede, si cede al sentimentalismo y se pasa un tin el sufrimiento se amelcocha en melodrama. El peruano Alfredo Bryce Echenique trazó una línea exquisita en el dificilísimo buen gusto del sufrir amoroso, por la que hace transitar al protagonista de su novela El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz: El más grande desprendimiento del mundo. Siento que se me desprende todo. Siento como si se me fueran a desprender hasta las retinas al mirar el vacío que ha quedado en su lugar y en el lugar en que estuvimos siempre. Si supieran el trabajo que me cuesta escribir estas líneas, cerrar el cuaderno rojo. Hasta me he tomado un traguito de bencina pero sin consecuencias, 71
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desgraciadamente. (296) Siguiendo la pauta del peruano, la novela de Ubaldo Gil afina y sintoniza la hondura del vacío en el que el amor contrariado precipita a Fabián: No supe qué contestarle. En Ecuador tenía una familia y sentía que los iba a traicionar más de lo que lo había hecho. Sentía que me iban a odiar toda la vida. Pero también sentía que ese mundo que tenía frente a mí se escapaba para siempre, que se iba y yo quedaba como una parte incompleta que ha quedado desgarrada y triste y con un vacío mortal (…) Cuatro semanas más tarde yo estaba haciendo columna junto a un grupo de medios locos, de locos, de putas, de vagamundos, de inmigrantes, frente a una organización que se encargaba de dar raciones a los hambrientos. (44) El que se entrega, lo arriesga todo; y cuando el amor se acaba el destrozo se lo lleva todo; solo en el vacío, desde la nada, se renace; parece decir la novela. Mujer La sexualidad femenina como impuesto o gravamen que el poder patriarcal cobra es otra constante en estas novelas que visitamos; así vemos a una tejedora atrapada por su miseria en Sed en el puerto: -Pero es que no tengo plata señor Secretario. -Hum…Algunos ahorritos has de tener al menos. 72
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-Nada señor. -¿Tienes hijas? -Sí señor. -¿Qué edad tienen? -La menorcita dos años –aquí hizo una pausa suspirando profundamente, tragando saliva, para luego continuar-. La mayorcita, quince. (…) Yo conozco una personita que te daría la plata para el abogado. Pero tendrías que mandarle la chica. Tú me comprendes… (54) De esta manera, el cuerpo femenino es moneda, objeto de transacción, o espacio donde se imponen las relaciones de poder. De la misma forma vemos a Celestino en Un hombre y un río cuando se entera que Don Antenor, el Presidente del Consejo, había abusado de su hija Rosaura, quien ha huido abrumada por la vergüenza. Celestino siente en carne propia –es decir en su cuerpo- el vejamen: Ese hijo de perra siempre se desquitó. Porque yo no quise matar al otro. Peor que si me hubiera matado. Que dirá Segundo López cuando lo sepa. Valentín ignora todo. ¿Por qué no tengo valor para joderlo? (190) La indignación del padre señala a la hija, a su cuerpo como instrumento –cosa- de un desquite, piensa en la reacción de Segundo López, novio de Rosaura; en la distante y justiciera mano de Valentín –hermano de Rosaura quien está en Panamápiensa en todos, pero la propia Rosaura no entra en el horizonte de sus preocupaciones. Ella, su cuerpo –vaciado de voluntad, 73
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de arbitraje autónomo o de conexión con su propio deseo- es el lugar donde los hombres de la familia depositan su honra y el instrumento con el que sus enemigos se la arrebatan; ese cuerpo nunca es propiedad, jurisdicción simbólica, o espacio erótico propio de la mujer. Este no es el caso de Lenka, la amante de Fabián en Amor más allá de Madrid. Lenka tiene agencia, sabe lo que quiere y es intransigente con lo que no. En la carta final que Lenka escribe, luego de vivir todos los excesos de pasión, desborde y abandono, al final luego de la doblez que ella descubre en Fabián, es ella quien decide: “Tú has sido como un cáncer al que se lo detecta a tiempo y al que hay que extirparlo del cuerpo aunque queden cicatrices. Sí, resulta mejor extirparlo” (51). Claro que Lenka es rusa, no manabita; y que Fabián no es un campesino, ni pescador, ni burócrata prepotente; es un arquitecto; pero en el fondo eso no le importa a la ficción, lo que importa es la posible realidad que la literatura habilita. La posibilidad de un erotismo no viciado por las relaciones de poder, en el que sus partícipes intervengan en condiciones de igualdad. En fin, relaciones en las que el amor, el sexo, la pareja, sean un riesgo gozoso asumido por adultos autónomos. Para concluir permítanme regresar al argumento inicial desde el que partí: esta novela nos encara con las intensidades de nuestra naturaleza, aquellas que nos empujan a arriesgarlo todo, a prescindir de los buenos modales con tal de sentir, verdaderamente sentir el amor y la vida. Esta historia solo podía fraguarla alguien que, al igual que su personaje, era obsesivo en sus empeños, obsesivo hasta el arrebato con el que nos deslumbró a todos los que lo conocimos y sentimos su no estar. 74
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Obras Citadas Bryce Echenique, Alfredo. El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz. Barcelona: Plaza y Janes, 1985. Castillo, Othón. Sed en el puerto. Portoviejo: Imprenta Ramírez, 1998. De la Fuente, Ricardo. Tagua. Edición de autor, 2001. Foucault, Michel. El nacimiento del biopoder. Buenos Aires: Fondo de cultura económica, 2008. Gil, Ubaldo. Amor más allá de Madrid. Manta: Editorial Mar Abierto, 2013. Hidrovo Peñaherrera, Horacio. Tauras o muertos que están vivos. Portoviejo, Imprenta Ramírez, 2005. Hidrovo, Velásquez, Horacio. La mujer que nació así. Portoviejo, Imprenta Ramírez, 2005. Hidrovo, Velásquez, Horacio. Un hombre y un río. Manta: CCE, 1957. __________________________ i
En este sentido la manera “provinciana” de ingresar en la pantalla recuerda a Cecilia de La Rosa púrpura del Cairo (1985) de Woody Allen. Lejos del cinismo distante que adopta el citadino, incapaz de conmoverse o aceptar la propuesta de la ficción, Fabián, al igual que Cecilia no adolecen de esta falencia, una inseguridad en el fondo. ii Para pensar la manera en que la palabra crea realidades y no a la inversa, hay que recordar la variada realidad nevada que designan las lenguas inuit (de los esquimales). El Inuit es una lengua polisintética, es decir que sintetiza una raíz y varios morfemas gramaticales para crear largas palabras que detallan la calidad, localización, tono y textura de la nieve. iii Hay que anotar el contraste con la conjugación del vosotros en Un hombre y un río (págs. 258,259) o las interjecciones hispánicas de Mike en Camino a la parca. Hábitos coloniales que resultan en transculturación.
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El brindis bendito de Ubaldo Freddy Solórzano La primera vez que me casé Ubaldo hizo el brindis y maldijo para bien el matrimonio. Con esa solemnidad que solía tener a veces, dijo que durante los primeros cuatro años se vivía la luna de miel, y luego, con humor, sostuvo que después solo se vive en pareja para soportarse. Terminé divorciándome antes de los cuatro años, pero todavía conservo el regalo que me dio la noche del matrimonio: un libro y un pequeño cuadro con una frase que habla sobre la vida y cómo enfrentarla. Ubaldo fue mi profesor en la facultad de Periodismo y se convirtió en un amigo con el que compartimos el placer de las cervezas y los libros. Solía ir a su departamento en la calle 13 para que me prestara libros. Siempre fue generoso conmigo. Yo quería leer a un autor y él de yapa me recomendaba algunos de sus preferidos. 76
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En los últimos tres años nos vimos poco. Él estaba ocupado por sacar adelante una editorial y yo tratando de hacer lo mismo, pero con un periódico. En febrero de 2013, antes de irme a trabajar a Ambato, donde iba a dirigir un diario, me invitó a su casa a un almuerzo. Era la forma como él y su esposa, Bahi, querían desearme la mejor de la suerte a mi familia y a mí en nuestra nueva vida. Me mostró la casa que habían comprado y al final de ese agradable encuentro, donde hubo comida persa, me regaló un libro: “Gabriel García Márquez: Una vida”. Y nuevamente escuché una de sus recomendaciones literarias sobre la calidad de los ingleses para escribir biografías. Unos meses después fui yo quien lo sorprendió. Estaba de visita en Manta y compré algunos libros usados, entre ellos una recopilación de artículos de Javier Marías. Me encontré con Ubaldo y me recibió con esa sonrisa amplia que siempre tuvo conmigo. Le mostré el libro y se lo regalé. Era la primera vez que le obsequiaba algo. El sábado 14 de diciembre, 15 días antes que muriera, me llamó por teléfono para saludarme. En mis oídos retumbó su alegre voz: “Qué fue Kapuscinski”, así me solía llamar desde que le hablé de mi admiración por el periodista polaco. Me dijo que se encontraba mejor que nunca y que era un hombre feliz. Quedamos de vernos pronto y comer un cebiche en la playa. El domingo 29 de diciembre estaba jugando indorfútbol en Manta cuando mi esposa me grita que tengo una llamada urgente. Contesté. Miré a mi mujer y le dije que Ubaldo murió. Ella me abrazó y la solidaridad se extendió por la cancha y se suspendió el partido. Esa noche tuve que viajar de urgencia a Ambato. Lloré en el carro. 77
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Dos días después regresé y vi a Ubaldo dentro del ataúd. Allí estaba el hombre que me decía que tenía que ser más duro en la vida “porque sino te verán las huevas Kapuscinski”.
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La cruzada cultural y académica de Ubaldo Gil Damia Mendoza Zambrano Reconozco con justicia la remarcada incidencia y siembra que el compañero Ubaldo Gil Flores dejó en los diversos actores culturales y académicos de Manabí, por ello mis palabras son un retrato fiel de lo que vi y experimenté con Ubaldo a través de muchos años de amistad y trabajo. Recuerdo los sueños que tejimos en la secundaria por el año 1980, cuando la generación naciente en el campo cultural de Manabí nos preguntábamos qué queríamos ser. Muchos decidimos escribir desde y para todos los géneros. El tiempo nos mostró que el sueño de Ubaldo progresó más allá de lo que él podría imaginar y los resultados se ven hoy calcados, en las publicaciones que ustedes y yo hemos tenido la oportunidad de disfrutar. La obra de Ubaldo se convertiría en la inspiración de la nueva generación de artistas gestados en los distintos cantones 79
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de nuestra provincia. Ahora que él ha partido y nos deja un gran vacío, lo primero que me viene a la memoria, es su interés y gran preocupación por la excelencia de los trabajos literarios, porque tengan presencia en los distintos foros académicos nacionales e internacionales. Ubaldo fue un hombre de acciones. Su desvelo y entrega en este sentido fue palpable, bien pudiéramos biografiar su vida con el título “La cruzada cultural y académica de Ubaldo Gil”, cruzada en la que él buscaba la unión de varias editoriales universitarias para que la presencia del talento ecuatoriano fuese fuerte; tarea empresarial que Ubaldo supo liderar con altura y capacidad. Su incontestable conocimiento y experiencia en el campo literario le permitió hacer realidad los sueños de muchos escritores e investigadores que buscaban en la Editorial Mar Abierto y en Ubaldo el mecenas de la época moderna. Por esta razón, mis hermanos artistas y yo queremos también expresarle a nuestra amiga Bahí, su compañera; y a sus hijos Simone, Alejandro y a su pequeño socio, Omid, a Pedro y a Manuel, lo importante y esencial que fue para nosotros la existencia de Ubaldo. A ustedes, nuestras gratitudes sin cansancio por la dedicación, esfuerzo e innovación que Ubaldo dejó en la academia cultural del Ecuador, de países andinos y sobre todo, de su tierra Manabí. Su legado, hoy, nos ha abierto el camino. La vida de Ubaldo fue sin duda, trascendental. En honor a su valía termino mi intervención con los versos del poeta persa Omar Khayyám, compatriota de Bahí, esta mujer adorable, su compañera de vida, como Ubaldo lo diría:
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Si una rosa de amor tú has guardado bien en tu corazón… Si a un Dios supremo y justo dirigiste tu humilde oración. Si con la copa alzada Cantas un día tu alabanza a la vida. No has vivido en vano…
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¡Al hombre hay que conocerlo por dentro! Fernando Donoso Vega Hay seres humanos que viven como reclusos: encerrados en su torre de marfil, cuidando sus apariencias y acomodados a sus mecenas. Como son ramplones gesticulan, visten y hablan con disimulo. Solo lo que les conviene. Nunca entran en controversia. ¡Pueden comprometerse! Sus desenfrenos se camuflan. Y en su reclusión dan rienda suelta a su lascivia y dipsomanía. Otros se encuentran acurrucaditos soñando con la vida eterna o a lo mejor medrando de clanes banales. Esta actitud pacata, acomodaticia es negativa para la sociedad. Porque representa al hombre mediocre descrito por el filósofo argentino José Ingenieros: incapaces de realizar una obra verdaderamente vital. Ubaldo Gil escribía sobre lo que sentía, lo que amaba, lo que deseaba, lo que pensaba. Su vida: un canto sobre el amor y el deseo: amor y deseo por las personas, por los cuerpos, por las ciudades, por las culturas, por la música, por todo lo nuevo y 82
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todo lo antiguo. Hombre libre y esclavo de sí mismo. Gozó del apoyo y el cariño de quienes realmente aprendimos a conocerlo en acalorados debates al efluvio de unas cervezas en cantinas de arrabales -donde se habla sin tapujos y tararea a Serrat, Mercedes Sosa, la Sonora Matancera, Lavoe, Sinatra, Cesárea Evora-. Cautivaba el enigma de su personalidad: recia y delicada; mística y avezada. Forjada en el yunque de adversidades, embelesos, glorias y afrentas. En él se confirma que “nacemos para cometer errores, no para fingir ser personas perfectas”. Disfrutó de la crítica, y de ella, mencionaba: no hacer caso de quienes nunca han construido una obra notable. A Ubaldo Gil, un virtuoso con profunda sensibilidad humana, en su frenesí, algunas veces, lo vi lagrimear y suspirar de sus hazañas, de sus imperfecciones. Llegaba, inclusive, a la excelsitud cuando fraguaba su “Best Seller” para Manabí. Un hombre como él: virtuoso, desprendido, emprendedor y valiente aporta a la sociedad más que un millón de mediocres. ¡Son los hechos los que cuentan no las palabras insípidas! Ubaldo es, de acuerdo al poeta y crítico guatemalteco Luis Cardoza y Aragón: “la única prueba real de que el hombre existe”. Porque nos reveló la sensación de levantarse entre las ruinas, el deseo de sacudirse del pasado. Una apología a la lucha interior para desprenderse, crear, volar y enseñar a volar. Un estímulo para escribir con el corazón, razón y vehemencia. Con afecto y respeto a su memoria.
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Tu muerte Ubaldo fue una secreta victoria Cristian López Talavera 1 Todo escrito exige el olvido, porque este, decía el viejo Borges, es una de las formas de la memoria, un vago sótano, la otra cara de la moneda. Quizá fuese como le hubiera gustado a Ubaldo que inicie un relato, porque él amaba a Borges, me lo supo decir alguna vez que nos encontramos en un bar de la capital ecuatoriana; tengo inmensos recuerdos grabados sobre las veces de las que charlé con Ubaldo Gil, el poeta de Mar Abierto, que con la serenidad del mar de Manta e ilusionado como el Nino Amanolik, del mítico Hugo Mayo, disertaba hasta que llegase el anochecer. Qué extraño me siento en este momento: fuera de mi habitación está la luna, brilla y tiene un ojo castigador, qué extraño al escribir este olvido, precisamente en la noche; un espacio con el que hice amistad con Ubaldo. Y qué extraño, he retornado al cigarrillo en este momento, luego de cinco años 84
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sin fumar. Pero qué extraño, mientras el humo se esparce en mi habitación, la memoria se libera y la esperanza se niega al igual que un dios moribundo. 2 Conocí a Ubaldo por intermedio del poeta Alexis Cuzme, y de su hermano, el poeta Pedro Gil, ya son varios años, pero fue por medio del correo electrónico en que entablamos amistad. Se lo notaba jovial cuando escribía, y se sorprendió cuando le escribí que había leído su libro de cuentos Trama sin utopía, jamás olvidaré lo que me respondió: “son juegos de un joven universitario amante de Borges”. Lo entendí y asimilé lo que alguna vez leí en un cuento de Kawabata “…por muy confusas que sean las palabras, ciertamente, son más fáciles de entender que un gesto torpe”. En Quito, días después de una Feria del Libro en la Universidad Católica, a la salida, con unas cervezas sobre la mesa le conté la anécdota de cómo encontré su libro, fue alguna vez en que fui a dar clases en un establecimiento secundario, en una de esas horas libres, como todo buen ladrón, sin que nadie se de cuenta me sumergí en su biblioteca y entre los varios libros empolvados estaba su libro, con una pasta verde y sus primeros cuentos, pequeños como hormiguitas autistas, juguetonas, exilios de un joven escritor. Claro, no fue el único libro que me robé, al mes de saquear libros de esa institución, presenté mi renuncia, ya había conseguido lo necesario. (¿Se dieron cuenta porque no doy el nombre de aquella institución?) Pero no solo hablamos de su libro, a Ubaldo no le gustaba esa clase de egocentrismos, siempre se mofaba de aquellos ridículos escritorsillos que publican/can/can/can… hasta el cansancio, como queriendo llegar a ese premio Nobel no dado a ningún 85
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ecuatoriano; al contrario, las mujeres, los libros, las borracheras eran las mentiras que nos acompañaban, porque éramos hijos de la noche, pequeños retoños de luz. Quería publicar a la mayoría de escritores en el Ecuador, no tenía límites. Su sueño, su Mar Abierto era un homenaje a todos esos escritores caídos en el olvido, porque la literatura es un olvido, más la literatura ecuatoriana. Cuántos escritores de este amargo país se esparcieron entre los vientos del cruel tiempo, y él sabía muy bien que las palabras son tiempo, por tanto, representan una lucha, un déjà vu, un silencio. Aunque suene a lugar común, la editorial Mar Abierto fue parte de su vida, con ella viajó a distintos lugares, con ella se emborrachó de alegría y de tristezas, cuántos destellos de aquel proyecto no se encuentran en este momento en nuestras bibliotecas, recuerdo la vez que me llamó y me dijo: Cristian, hay varios poetas quiteños con sus libros, ¿dónde está tu libro, tú te lo mereces? Ubaldo Gil era una de las pocas personas que confiaron en mí, eso representa un regocijo, un orgullo, me sacó del ostracismo, me hice conocer en cada evento porque él me enviaba a realizar las presentaciones de los libros de Mar Abierto, recordar los libros de Jorge Velasco Mackenzie, Pedro Gil: incesante Ubaldo, arduo que ensangrentó de glorias a esta literatura ecuatoriana. Y los que lo conocimos, hemos de coincidir que su proyecto no fue fácil, hubo desengaños, pesadillas, como nobleza. De esto conversábamos en un café griego, por la calle Amazonas, siempre se encontraba con varios libros en su mano, unos ya hechos, otros en el proceso, no dudaba en regalar libros, pero tenía siempre una frase: “escribe un pequeño comentario sobre el libro”. 86
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Luego de un tiempo, de haber publicado a muchos escritores, le llegó su turno, y como una especie de reconocimiento, la Editorial Mar Abierto publicó su obra antológica: Amor más allá de Madrid, quién iba a pensar que nuestro Ubaldo empezaba a despedirse de los lectores, de sus amigos. Confió en mí para que le hiciera la presentación, y fue en la Casa de la Cultura Ecuatoriana donde tuvimos un encuentro mágico; Paúl Puma, Gabriel Cisneros, Pedro Gil, María Isabel Iturralde. Nos conversó sobre el proceso de la escritura de su novela corta Amor más allá de Madrid, ¡qué bello título! Ante lo mucho que digan de Ubaldo, en él habitaba el amor, siempre dejaba un verso triste para las horas solitarias, qué ser apasionado, tan humano. Si bien fuimos a cenar esa noche, por cosas del destino, sin Ubaldo Gil al igual que con Andrés Caicedo fuimos a festejar ese amor que nos entregó Ubaldo en una discoteca, bailamos salsa y tomamos cerveza hasta el amanecer. 3 Pero la vida nos trae sorpresas abrumadoras, y me entero que Ubaldo Gil se encuentra en una clínica de Guayaquil, no pude llorar, pero pasé toda la noche rezando a ese dios abyecto, pero recé por mi amigo, una de las últimas conversaciones que tuvimos me escribió esto: “… en mi novela quise que Dios fuera un personaje, todo lo decide él en la narración”, y qué buen personaje fue ese Dios del que hablaba Ubaldo, justo en un momento especial de su vida, un rayo fulminador atacó su corazón, Ubaldo Gil abandonó esta realidad un domingo 29 de diciembre del 2013. Solo tengo que agradecer por darme la oportunidad de hacer 87
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este corto recuento de mi amistad con Ubaldo. Y parafraseando al viejo Borges: la muerte de Ubaldo Gil fue una secreta victoria.
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Carta a un hermano Paúl Puma Querido Ubaldo Perdona este proyecto de carta a destiempo La hago con las lágrimas que me impiden verla bien Te conocí en esa institución cultural hace algunos años Claramente se veía que venías de afuera, de la provincia Estabas extraviado, entre tantas gradas Como yo andaba de funcionario te pregunté si necesitabas algo y luego ya estábamos en el despacho de alguna autoridad hablando de tus proyectos ¿Cuántos proyectos tenías? Un montón Me contaste que habías invertido gran parte de tu patrimonio familiar –el económico, el emocional– para fungir de editor –a pesar de tu labor de escritor sacrificada– en un país donde no existe una industria editorial y los editores son meros 89
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comerciantes de libros Quisiste ser un editor de verdad Alguien que comprenda a los escritores, que los ayude a escribir o a vivir –no dudaste en rescatar de la calle a algún poeta maldito– Cuánto tiempo pasaste en Quito, en esa habitación con camas dobles –que debe haber sido muy solitaria– en esa hostal que era estratégica para ti, porque era céntrica, aunque estaba en medio del bullicio rosa de la capital –a ti no te interesaba el ruido, te ibas a descansar a las 8 y como máximo a las 9 porque al día siguiente eras el primero en levantarte: 3, 4 o 5 de la mañana para, como me contabas, darte ese duchazo de agua fría que resultaba una suerte de pequeño electro shock que te activaba toda la jornada y te mantenía tranquilo, lejos de las tentaciones– Hombre de bien Hombre honesto Manaba de palabra No te quise creer cuando me dijiste que habías escrito tu novela Amor más allá de Madrid en tan pocos días Una mesa de hotel y una máquina de escribir te sirvieron para sacarte los demonios que habías adquirido en tu viaje académico a España, allí donde conociste al vagabundaje a sus instructores y a su triste escuela ¿Te hizo mal Europa? Ya te imagino Con tu bolsito de cuero y muchos libros para regalar al que era y al que no era Generoso a rabiar Llamándome a las 6 de la mañana para invitarme a una parrillada o a esa comida griega, del Mediterráneo, o a esa comida árabe 90
Memoria a Ubaldo Gil
que tanto te gustaba por tu vínculo con el oriente encarnado en tu mujer y tus hijos (vínculo que te había relacionado con el Turco Jorgenrique Adoum cuando eras un adolescente, con Hugo Mayo junto al que constas en una fotografía de Cyberalfaro y con Miguel Donoso Pareja al que considerábamos, aún lo hacemos, el escritor y crítico más fuerte del país) Llamándome, muy temprano, para invitarme a un café en la viejoteca: “¿Dónde queda?” te pregunté una vez “Ah, es el café Amazonas, hermano”, me reprendiste, “allí donde los viejos se sientan a beber cerveza para acordarse de lo que nunca hicieron” Montubio tan lleno de vida Con el pelo corto y la camisa abierta y los blue jeans y los zapatos desportillados porque como vos decías “en los zapatos se ve quién eres” Hace pocos días estuvimos juntos en ese local de comida árabe Vos te encantaste con ese café de cardamomo en polvo Te pediste un shawarma mixto y quedaste satisfecho Luego te pedí que me acompañaras a comprar unos pañales para mi hija Eran como las 10 de la noche pero tuviste paciencia y esperaste fuera de la farmacia, allí, parado en la esquina de la 6 de diciembre y Colón, ubicando la noche y sus estrellas Después te acompañé a la puerta del hostal y algo me dijiste sobre un libro que querías que presente o de alguna charla que querías que comente (eras mi editor, yo era de tu “staff de escritores”) en la Feria del Libro de Quito en pro de Mar Abierto, la editorial que dirigiste con pasión desde el 2000 Yo te dije que sí que “lo que digas Ubaldinho” Esperaríamos tu regreso de México para hablar 91
Un hombre cargado de mar
Iban a presentar tu novela en la embajada de Ecuador en el D.F. Ahora, que no tengo más que ese animal ponzoñoso que se aferra al corazón como si fuese la memoria, dudo qué decir Ha sido tan tonta y tan banal la forma en la que me he enterado de tu muerte Casi siempre esquivo el muro de los otros en mi red social –a la que mantengo únicamente por cuestiones de trabajo– ya sé que es un sumidero de envidias y halagos superfluos y pura vanidad Esta vez no pude evitar ver la fotografía en la que estás sentado en la primera fila de un evento cultural riéndote “a diente limpio”, junto a Joselo, el diseñador de Mar Abierto Abajo decía algo así como “partió el amigo” qué se yo Después me puse a verificar, como un loco, en otras páginas, para llegar, fatídicamente, a tu página y observar todos los comentarios que te han depositado esos seres que alguna vez probaron de tu humanidad plena, ferviente y límpida Sí, un conjunto de comentarios en una página que ya no sirve a su dueño Querido ¿Cómo queda tu mujer? ¿Cómo quedan tus hijos? Ese, al que querías tanto, al cabezón, que quiso estudiar ¿paleoastronautica? o ¿cómo era? ¿electrónica para los aviones? O esa, a la que tanto añorabas y de la que tan orgulloso estabas, porque se había hecho traductora en Argentina O ese, el que ahora era campeón de ajedrez en Brasil (Yo lo confundo todo, excusas si me equivoco) 92
Memoria a Ubaldo Gil
¿Cómo quedamos tus hermanos Ubaldo? Pedro, el primero, el poeta Manuel, ese loco que se metió en un buque y se fue al mar O el otro ¿cómo se llamaba? ¿El pescador? Del que me contaste justo la última vez que nos vimos ¿Y uno? Este que te escribe, amigo Este que alcanzó reconocimiento en tus juicios de valor, en tu mano desinteresada Este que, agradecido por los almuerzos e invitaciones y buenos tratos, te quiso devolver el favor con una buena cena árabe y fracasó porque te habías olvidado de nuestra cita y ya te habías subido al avión que te llevaría a Manta por enésima vez –después me enviaste unas disculpas al e mail, muy parcas pues tu tono siempre fue muy reservado, pensante, profundo– ¿Y uno? Este pedazo de escritor que ahora mismo se siente huérfano Que espera no regresar a la orfandad –dónde encontrar otro editor como vos, el tiempo pasó demasiado rápido, no supe asimilar tu ayuda: esa antología personal que publiqué después de casi dos décadas de trabajo desinteresado por la poesía– ¿Y este y los otros que ahora no sabremos que hacer sin ti, Ubaldo? Porque engrandeciste como nadie a esa Universidad de los márgenes del país, la ULEAM, y nunca te importaron los sucesivos viajes ni las largas horas de trabajo por elevar a tu provincia a mejores derroteros culturales basados en la excelencia y la honestidad Ahora me vengo a enterar de que te dio un paro cardíaco el 93
Un hombre cargado de mar
¿28 de diciembre? ¿en Manta? ¿fue en tu casa? ¿fue mientras trabajabas? Me cuentan que te llevaron de emergencia a Guayaquil y que te dio otro paro cardíaco: ya eran dos Resististe porque tu corazón no quería alejarse de los proyectos que tenías No querías morir, Ubaldo, no querías morir Y cuando ya te reponías del segundo ataque, te sobrevino el tercer infarto Ese si te arrebató de este mundo, amigo Y uno sin saber nada Y uno ocupado en sobrevivir o en tratar de supervivir para tener la posibilidad de escribir en este país Hace poco viajé a Esmeraldas En una habitación contigua del hotel en que me hospedaba una mujer dio gritos estremecedores muy en la mañana Luego me enteré de que su esposo no reaccionaba Se había quedado dormido Le sobrevino un infarto El corazón le falló, le traicionó de repente Poco después, cuando tomaba el desayuno en un restaurante frente al hotel, vi como una ambulancia se lo llevó a Guayaquil, aún estaba vivo Eso fue hace un mes ¿Fue esa una premonición de lo que pasaría contigo? ¿Por qué las cosas ocurren así y no de otra forma? ¿Por qué la vida es tan absurda? No soy muy asiduo a los mensajes navideños pero hice un esfuerzo y te escribí uno a tu e mail el 24 de diciembre: “me siento honrado de ser tu amigo Ubaldito querido, y que la 94
Memoria a Ubaldo Gil
vida nos brinde la oportunidad de nuevos aciertos en el campo literario”, te decía El 25 de diciembre me contestaste: “bendiciones para tu esposa, tu hija y para ti” Ibas a fortalecer tu editorial con el modelo japonés, calculabas 10 años para pagar, decentemente, a un conjunto de escritores del país, sus derechos de autor, por la publicación de sus obras en Mar Abierto, con el ánimo de que se dediquen “solo a escribir” Ibas a publicar las obras completas de Miguel Donoso Pareja (creo que están en imprenta) con un diario nacional para su difusión masiva Ibas a superar el centenar de obras publicadas por Mar Abierto ¿ya lo hiciste? Como Presidente de la Red de Editoriales Universitarias y Politécnicas del Ecuador ibas a colocar la producción literaria ecuatoriana en las más importantes ferias del libro del mundo Muchos escritores y editores querían ya contactarse contigo En casa tenías a uno de los mejores poetas del país Al Pedro No tenías que investigar mucho para forjarte un criterio de la poesía ecuatoriana Parece mentira que te escriba y que ya no vaya a recibir tu respuesta Te tengo vivo en mi memoria Ubaldinho Te tengo aquí en este corazón que también dejará de latir algún lejano día Te tengo en la pulsación de este piano arbitrario y desolador ¿Qué tecla tocaste del tuyo? ¿No quiso aguantar su clavijero de metal? Hombre genuino 95
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Luchador Leal al rector Medardo Mora Leal a tu equipo editorial Trabajador incansable Recientemente te habías comprado una mega mochila que te evitaba llevar una o dos maletas molestas en los frecuentes viajes Parecías colegial Cholo Caballito ciego amparado únicamente por sus sueños de una mejor literatura para el Ecuador ¿Quién seguirá tu legado? ¿Quién concretará los libros que ibas a publicar y los autores que ibas a recoger del vacío, de la nada? ¿Qué será de Mar Abierto? ¿Qué será del mar abierto que nos has dejado a todos los que estamos conmovidos, aún, con tu partida? Querido Ya no más recitales con tan pocas personas –el número nunca te importó– y alguna que otra foto para registrar el momento Ya no más risotadas por cosas insignificantes en algún restaurante o en algún lanzamiento de libro Ya no más tu rostro firme y tu Manta y tu Universidad Ya no más Ubaldo Ubaldinho –esa manía de darle un matiz de cariño a tu nombre en portuñol– para este país que no le importa a nadie, pero a ti sí, pero a ti sí Ya nunca más ese vino que metimos de contrabando en ese local de la calle Foch y que nos lo tomamos, solapadamente, con Alexis, mientras hurgábamos en la mejor poesía del país Ya nunca más el niño, el hombre, el hermano que conocí tardíamente 96
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Manaba irremplazable ¿Por qué te anticipaste? ¿No podías esperar un poco más? ¿Unos 10 o 20 años? ¿Qué me queda de vos? La memoria es un monstruo ponzoñoso que se aferra al corazón ¿El recuerdo de las líneas trisadas de tus zapatos? ¿Tu enorme mochila? Tu hermano El Pedro (que dice que hasta el final siempre estuviste “en combate”) No yo No yo Vos mismo El ex militante del Grupo de Teatro La Trinchera El mismo Ubaldo Enrique Gil Flores que conocí hace algún tiempo y que reconozco aquí, en este papel húmedo que se agota, que se agota Paz donde estés Paz y amor donde estés Paz y amor y memoria porque estás Porque no te borraré de mí Porque no te olvidaré hermano El que siempre quise, el mayor Gracias por tus consejos Gracias por tus palabras y tus actos Gracias No más
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Homenaje póstumo a Ubaldo Gil Flores Jesús Aguinaga Z. Por encargo del Dr. Manuel Corrales Pascual S.J., Rector de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, presento a ustedes su sentida condolencia. Que orgullo para mí, encontrarme nuevamente formando parte de este selecto y digno auditorio, de una universidad como esta, en la que constatamos día a día su alta calidad e ininterrumpida producción editorial, su servicio académico lleno de esfuerzos, con un recurso humano preparado y competente con el que cuenta y con un ejemplar Rector. Compañero y amigo Ubaldo, ilustre Presidente de la Red de Editoriales Universitarias y Politécnicas del Ecuador, por el período de cuatro años desde su fundación, permítame decirle que, usted pasó a integrar el cuadro de honor de aquellos legionarios que han hecho historia en el Ecuador, por su talento, valores, valentía, liderazgo, creatividad y emprendimiento, 98
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cualidades que las ha demostrado en sus diferentes roles sociales y desde luego en el de fundador y primer editor – director de la editorial Mar Abierto de la Uleam, fundador y primer presidente de Reupde y Vicepresidente de Eulac para la Región Andina, sí, muy merecidas tales designaciones, es que usted fue como todo buen manabita, un guerrero de la cultura, un editor incansable, pues, su ausencia, habiendo sido una persona con méritos y un hombre de bien, es imposible no sentirla, desde luego estamos seguros que desde el cielo seguirá siendo el editor inquieto, creativo y emprendedor, editando ahora muchos libros para el alma y formando también allá, con los ángeles y las estrellas, otras redes de sueños e ilusiones, que lleguen a sembrar en nosotros en la tierra: la esperanza, la fe, la paz y el amor. Querido amigo, colega y compañero Ubaldo, usted fue un literato, líder, emprendedor, soñador de grandes mares como grandes fueron sus proyectos, un ser humano que transmitía los sentimientos desde su corazón, no puedo junto a usted dejar de exaltar, a su fiel compañera doña Bahian Mondavi y sus hijos: Simone, Alejandro y Omid, compañeros también en el caminar de Ubaldo; y, ya me imagino, como su equipo de trabajo, extrañará cada momento de convivencia que tuvieron; por cierto, valga la ocasión para decirlo, un equipo envidiable por sus capacidades y valores humanos; Ubaldo, nos deja un gran legado de humanismo, solidaridad, hospitalidad, amistad y trabajo, huellas estas imposibles de borrarlas, es que lo bueno no se borra, tiene el carácter de indeleble y trasciende de la tierra hacia el cielo para poder mirar desde el cielo a la tierra. Ubaldo, le dirijo estas palabras, para decirle que, nunca dejaremos de ser amigos; desde hace cuatro años se inició nuestra amistad cuando se fundó Reupde, pues usted fue el mentalizador 99
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y el que sembró la semilla de este gran proyecto. Querido amigo Ubaldo, ahora tiene usted otro mar abierto, que es el cielo junto a Dios, ahora usted está junto a las estrellas, y con ellas seguirá construyendo nuevos sueños e ilusiones. No nos olvide Ubaldo, que nosotros acá, lo seguimos queriendo, pues el recuerdo y nuestra proximidad espiritual, será la esperanza de nuestra inextinguible amistad, pues, sus legados: su esposa, sus hijos y sus compañeros, compañeras, amigos y amigas, seremos los que nunca dejaremos que su imagen muera. Amigo Ubaldo, que el Señor todo poderoso lo bendiga en el cielo, de manera especial inunde de bendiciones a su hogar y nos las extienda, a esta gran familia que es la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, de la que espiritual y moralmente me siento parte, a esta hermosa tierra manabita y a nuestra siempre querida patria el Ecuador. Con todo respecto y con las debidas disculpas, presento a las autoridades de la Universidad un pedido, en el caso de que este sea posible: Que en honor al Lcdo. Ubaldo Gil Flores, y por la preparación y espíritu emprendedor que posee la Srta. Simone Gil Mondavi, hija, se le considere como miembro del Consejo Editorial de la ULEAM. Así también, solicito a la REUPDE, a través de sus directivos, declare al señor licenciado Ubaldo Gil Flores, presidente emérito de la misma. Ubaldo, amigo entrañable, hasta siempre.
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Notas de pesar Es un momento doloroso para la cultura y para la Uleam. Fernando Macías Pinargote, docente universitario. Para todos los que hacen Mar Abierto, mi abrazo fraterno, y para su familia, mi honda solidaridad. Jorge Dávila Vásquez, escritor. Mi abrazo solidario para quienes viven este difícil tránsito. Ciertamente Ubaldo encabezaba una iniciativa profesional que gana espacio dentro y fuera del país. Margarito Cuéllar, escritor y editor universitario. Estoy muy orgulloso de haberte conocido Ubaldo, cuantas cosas aprendí, sin ser alumno, cuanta amistad recibía por parte de ti sin ser tu amigo, estoy muy triste por tu partida, y me agrada llorar por ti, porque en esta vida solo se llora a los valientes.” Francisco Camacho, actor. Hace 15 días me llamó Ubaldo y me dijo que era un hombre feliz. Me quedo con sus carcajadas. Con su risa de oreja a oreja. Con sus buenos y malos chistes. Ha muerto Ubaldo, el que decía que su último hijo nació hablando siete idiomas. Y lo decía con tanta seriedad que algún iluso se lo podía creer. Adiós hermano, adiós.” Freddy Solórzano, periodista. Un gran escritor y principalmente un buen amigo, descansa en paz te recordaremos por siempre. Manuel Albán, docente y editor universitario. Se ha ido una parte de mi vida. Ubaldo es de esos hermanos 101
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idealistas. Se nos ha ido sin decir adiós uno de los más brillantes pensadores de nuestra generación. Leonardo Moreira, Vicerrector Académico ULEAM. Un abrazo lleno de pesar a quienes conforman Editorial Mar Abierto. La ausencia de Ubaldo llena de tristeza a todo un país. Mis condolencias a sus familiares y amigos. Hans Behr, escritor. Al otro lado, una lápida de mar, escritos de agua, escritos más allá de la arena, acá las olas sin guardacostas. Te acompaño desde el silencio. Ubaldo Gil inconfundible, amigo, valiente, honesto, tenaz, gran escritor. Carmen Váscones, escritora. Lamento profundamente el fallecimiento de nuestro gran destacado compañero. Dios lo acoja en su morada, descanse en la paz del Señor. Libia Batista, docente y editora universitaria. Mi más sentido pésame a todo el personal de la Editorial Mar Abierto, a la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, a su Rector Dr. Medardo Mora S. y en especial a la esposa Bahie Mondavi, hijos y hermanos del Lic. Ubaldo Gil Flores Director de Mar Abierto por su prematura partida de este mundo terrenal. Él recibió en vida mi gratitud imperecedera por la edición, publicación y promoción de mis dos novelas que se divulgaron este año 2013. Ubaldo, espero que no las dejes de lado y las lleves en tu mochila para este largo viaje junto a tu gran obra literaria ¨Amor más allá de Madrid¨ y que hagas la entrega de ellas a Alfaro, Montalvo y Vargas Vila. R.I.P. Querido Ubaldo. Gino Martini Robles, escritor.
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Amigos, con profunda pena he recibido la noticia del fallecimiento de Ubaldo. Quisiera a través de ustedes hacer llegar mi abrazo de solidaridad a su esposa Bahie y a cada uno de sus hijos, lo mismo a su hermano el poeta Pedro Gil y a ustedes, compañeros de trabajo de Ubaldo. Nos quedamos sin uno de los mayores promotores de la literatura de Manabí y un amigo de sueños y escritura que siempre luchó por la cultura. Que Dios lo tenga en su gloria. Paz en su tumba. Edwin Madrid, escritor. Ubaldo, recibe mi abrazo guayaco. La puerta que cruzaste no es obstáculo para eso (igual, siempre andamos de un lado y otro, en el umbral). Luis Carlos Mussó, escritor. Al hombre se lo valora por las acciones positivas y estoy convencido que el amigo y colega Licenciado Ubaldo Gil Flores, dejó huellas muy profundas que otros caminantes van a seguir para buscar mejores días para nuestra Universidad y en especial para beneficio de la juventud manabita. Que Dios lo tenga en su gloria. Eduardo Caicedo Coello, docente universitario. Una luz en la penumbra de la literatura ecuatoriana, eso fue Ubaldo, siempre lo será. José Núñez del Arco, escritor. Por siempre, nuestro homenaje y reconocimiento a Ubaldo Gil, quien fue parte de la simiente teatral de “La Trinchera” y del teatro mantense. Hasta vernos, hermano, en ese nuevo escenario. Grupo de Teatro La Trinchera.
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Tuve el gusto de conocer a Ubaldo en Guayaquil, un hombre carismático y soñador, pionero en Manabí con la editorial de la universidad. Un abrazo a la familia en este merecido homenaje. Dr. José Manuel Franco Palacios La familia Franco Palacios estará eternamente agradecida por la acogida y gestión de parte de todo el grupo de Editorial Mar Abierto, que hizo posible la publicación del libro de nuestro padre. Ubaldo pasará a la historia como el realizador de algo grande para Manabí, en el mundo de las letras, su Editorial Mar Abierto, como bien dices, es reconocida como una de las mejores y más proliferas en el Ecuador. Enorme legado, que ya está dando frutos, y sin duda los seguirá dando, mientras realizadores de sueños, como lo fue Ubaldo, continúen la obra. Un abrazo muy especial a todo el equipo de Editorial Mar Abierto de parte de la familia Franco Palacios. Seguiremos en contacto. Blanca Anita Franco de Vernaza Son pocos los fundadores y pioneros. Ubaldo creó la REUPDE. Mi duelo por la pérdida del amigo es continuar el trabajo, en base a su legado, desde mi lugar. Juan de Althaus Guarderas, editor universitario. Ubaldo Gil Flores no solo fue gestor (creador) del arte narrativo en Manabí, sino también, un ser humano inigualable. Su lucha fue ardua, por eso y más sus huellas permanecerán perenne en quienes tuvimos la oportunidad de conocerlo como maestro, ciudadano y amigo. Descansa en paz mi pana y maestro. María Rodríguez Estuve muy apenada por el fallecimiento de Ubaldo, Manabí perdió a un gran promotor de su cultura y actividad intelectual. 104
Memoria a Ubaldo Gil
Carmen Dueñas de Anhalzer, historiadora. Algo totalmente inesperado. Lo siento mucho. Favor de hacer llegar a sus familiares mi sentido de solidaridad. Humberto E. Robles, escritor. Pérdida irreparable para el Ecuador cultural. Mi condolencia sentida a Pedro y sus familiares. Paúl Hermann, escritor. Entre girasoles y rosas yace la quietud, el sueño. El polvo ha caído sobre la cuna del poeta. La lluvia tenue de un lunes anunciaba el llanto de los caídos. 1965-2013 el fragmento de una vida, la luz de un ejemplo, para reír siempre, para luchar siempre, para soñar siempre... Se ha ido y esta fue su última y mejor convocatoria, juntas la poesía, la danza, el teatro, la pintura, la ciencia... un miércoles 31 de enero, en medio de una tarde triste universalmente triste... Liliana Arcentales, poeta. Con el fallecimiento de Ubaldo Gil pienso en la soledad de nuestros escritores, de nuestros editores, de nuestros artistas. Ubaldo Gil luchando para que su Editorial Mar Abierto sea el sello editorial de nuestra literatura ecuatoriana al mundo. Venía desde México donde hizo un buen trabajo. Fue arena, agua y vida dentro de un mar que nos falta por conquistar. Falta mucho por hacer. Que su muerte no quede en el silencio atroz, que sigan adelante sus sueños y leamos su narrativa, este año 2013, publicó Amor más allá de Madrid, Editorial Mar Abierto. Aplaudamos al gestor cultural y al editor. Pero nos queda su literatura, su triunfo ante la vida. Augusto Rodríguez, escritor.
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El Ministerio de Cultura y Patrimonio expresa sus condolencias a amigos, alumnos y familia de Ubaldo Gil, promotor, gestor cultural, docente, crítico de teatro, editorialista y escritor mantense. Su partida a los 49 años nos hace reflexionar sobre lo efímero de nuestro paso por la tierra y nos hace valorar aún más las semillas que han plantado almas sensibles en la construcción cultural de la Patria. Paz en su tumba. El Ministerio de Cultura y Patrimonio del Ecuador17
17 Tomado de http://www.culturaypatrimonio.gob.ec/a-la-memoriade-ubaldo-gil/ 106
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LA PRESIDENTA CONSIDERANDO: Que, la destacada trayectoria del eximio literato UBALDO ENRIQUE GIL FLORES, trasciende por su importante legado a la cultura ecuatoriana, plasmando su obra y pensamiento con talento, profunda vocación y pasión por las letras; Que, con una temprana inclinación por la lectura, pronto se interesó por los argumentos de los clásicos universales y desarrolló firmes aptitudes para la composición de poesía, la declamación y actuación, proyectadas en su natal Manta, Provincia de Manabí, con la convicción de destacar su potencial como escritor, que imprimió en los títulos Trama sin utopía, No lo hagas en navidad, la noche en que fui Cristóbal Colón, Amor más allá de Madrid; y en múltiples trabajos de investigación, conferencias y publicaciones especializadas; Que, los altos valores personales e intelectuales que plasmó en su carrera como docente y formador de la juventud ecuatoriana, como ce-fundador del Grupo de Teatro La Trinchera, crítico teatral, articulista en temas culturales, educativos y políticos, y miembro de organizaciones editoriales a nivel nacional e internacional, consolidaron una competente gestión orientada a fortalecer la cultura y la difusión del conocimiento; Que, la Asamblea Nacional destaca y hace público su reconocimiento a tan connotado y prestante hombre de letras por su significativa contribución en la generación de espacios y actividades dirigidas al estudio de la tradición oral manabita, logrado en un bregado transitar por los recónditos parajes de la tierra que amó y que dio esencia y motivación a un enriquecedor trabajo apreciado por la comunidad; y,
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Que la Asamblea Nacional destaca y hace público su reconocimiento a tan connotado y prestante hombre de letras por su significativa contribución en la generación de espacios y actividades dirigidas al estudio de la tradición oral manabita, logrado en un bregado transitar por los recónditos parajes de la tierra que amó y que dio esencia y motivación a un enriquecedor trabajo apreciado por la comunidad; y, En ejercicio de sus atribuciones, ACUERDA: RECONOCER el valioso aporte del señor UBALDO ENRIQUE GIL FLORES, Y ADHERIRSE al HOMENAJE PÓSTUMO que le rinde la sociedad por su importante trayectoria literaria, que lo posiciona como un alto referente del acervo cultural ecuatoriano, OTORGAR la Condecoración “ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPÚBLICA DEL ECUADOR, DR. VICENTE ROCAFUERTE”, al mérito cultural, que será entregada a su esposa, señora Bahian Mondavi Sobbi, e hijos Simone, Alejandro y Omid Gil Mondavi, junto al presente Acuerdo Legislativo, en acto especial programado para el efecto, Dado y suscrito en la sede de la Asamblea Nacional, ubicada en el Distrito Metropolitano de Quito, Provincia de Pichincha, a los veintidós días del mes de enero de dos mil catorce. Gabriela Rivadenira Burbano Dra. Libia Rivas Ordónez Presidenta Secretaria General
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Pensamiento de Ubaldo Gil
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Memoria a Ubaldo Gil
REUPDE
y el perfil del editor universitario
En junio del 2010 tuvimos la iniciativa de convocar en Manta el Primer Encuentro de Editoriales Universitarias de Ecuador, con invitados de universidades nacionales y del extranjero, entre las que vinieron de Brasil, Méjico, Colombia y Costa Rica, estas editoriales están integradas en la Asociación de Editoriales Universitarias de América Latina y el Caribe (Eulac) que tiene una experiencia de más de treinta años, y sin dudas, son un referente en toda nuestra región de lo que es el trabajo de una editorial universitaria con sus procesos de producción, que incluye aspectos de diseño gráfico, corrección de prueba y estilo, diseño general, líneas y políticas editoriales, así como procesos de distribución nacional e internacional, trabajo de marketing y ventas, la construcción de marcas editoriales y marcas de autores, nuevos procesos de reinversión para que todos los procesos de escritura y lectura sean sustentables a largo plazo, y fundamentalmente el trabajo de comercio exterior que consiste en ir haciendo traducciones y coediciones de nuestros mejores libros y autores, para poder exportar creatividad y conocimiento, y no vivir en una cultura y academia de autosuficiencia, que no le hace bien a ninguna institución superior del país. De este encuentro nació la Red de Editoriales Universitarias y Politécnicas de Ecuador, Reupde, que desde su fundación ha tenido como aportes substanciales en la organización: a Luis Álvarez editor de la Politécnica Nacional de Cuenca, Manuel Albán de la Universidad de Guaranda y de modo muy especial, 111
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con un aporte singular, a don Jesús Aguinaga, quien hasta hace poco era el Director del Centro de Publicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Quito, y a quien en su calidad de secretario de Reupde, ahora que está jubilado, le hemos pedido que siga acompañándonos en este proyecto de trabajar en red, en potenciación de las editoriales universitarias, el perfil del editor universitario y toda la otra cadena de procesos técnicos que están inmersos en este trabajo académico, y que viene a ser el filtro final en el que un profesional, literato, académico o investigador, hace su aporte a su institución y la sociedad, y que de tener una buena estructura editorial quienes escriben pueden convertirse en los pensadores que toda sociedad necesita para su supervivencia vital. El Primer Encuentro de Editoriales Universitarias en Manta fue muy emotivo como muchas cosas en la sicología ecuatoriana y también fue de tensiones y desencuentros. Primero porque no había ni hay todavía conciencia de lo que es una editorial universitaria al interior de nuestras universidades, por tanto el papel del Editor Universitario no alcanza todavía el nivel profesional y de tiempo que demanda una tarea tan fundamental para la sociedad y la universidad en lo signos de la globalización y el conocimiento, y por lo regular, sobre todo en las instituciones públicas, se delega por encargo la tarea de editar libros, por eso en estos cuatro años como Reupde hemos tenido muchos miembros que han ido desapareciendo conforme han evolucionado las universidades que sí entendieron la importancia de una editorial universitaria y el papel profesional del Editor Universitario.
Memoria a Ubaldo Gil
Recuerdo que en ese primer encuentro se discutió airadamente sobre si debemos o no regalar libros en las universidades públicas, ya que por costumbre en las nuestras así lo hacemos, pero la experiencia de los editores de Brasil, Colombia, Méjico y Costa Rica, nos decía que no hay editorial universitaria, ni proyecto cultural de largo alcance sustentable, si no se manejan las leyes del mercado y si no se crean procesos sustentables que escapen de la coyuntura y los intereses políticos al interior de las instituciones. Incluso Eulac, como red de editoriales de los países de Latinoamérica, que está respaldada por las instituciones que son miembros al interior de cada país, y que puede recibir ayuda del gobierno de turno, no está supeditada a ningún interés político o de gobierno si no que se guía por esa necesidad urgente de ir integrando a nuestros países con sus culturas y conocimientos, más allá de cualquier ideología o dogma, si no pensando en un sentido más auténtico que podríamos definir como de verdadera integración cristiana de acuerdo a los signos de nuestro tiempo. Es ahí donde la presencia de don Jesús Aguinaga fue fundamental en la creación y articulación de Reupde, ya en diálogos interculturales intensos tuvimos su afecto y comprensión por la necesidad de articular esta Red desde la periferia de la cultura y la academia en Ecuador, y sobre todo en que no perdamos el entendimiento del perfil cultural y académico de cada ciudad y cada universidad, de sus tradiciones y proyecciones, por eso nuestra línea de trabajo es ir evolucionando al interior de cada universidad, compartir experiencias, capacitación constante, 113
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participación en ferias nacionales e internacionales. Hasta el momento hemos recibido solo ayuda financiera y logística de las propias universidades miembros, fundamentalmente de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, gracias a la visión universitaria de nuestro rector Medardo Mora Solórzano y a su compromiso permanente con la universidad ecuatoriana. Esto ha sido saludable porque tenemos un crecimiento organizacional que permite avanzar a quienes ya tenían sus logros, y le da oportunidades a quienes no tenían editoriales o editores, y pueden progresar con oportunidades de modo que pensemos que hay que desarrollar una universidad ecuatoriana compacta, ya que cuando se compite en los contextos internacionales, no lo hace un gobierno o una universidad lo hace todo un país, la marca país. En el primer encuentro eran pocas la universidades que tenían revistas indexadas, ahora ya son varias las que lo han logrado, la nuestra, con la revista libro Cyberalfaro, entró al sistema Latindex desde el 2007 y desaparece en el 2012 por asuntos administrativos. Como editorial Mar Abierto tenemos una experiencia que va ya por los 14 años. Tenemos un catálogo de aproximadamente 150 libros y hemos abierto colecciones de varias disciplinas que van desde la Comunicación, la Filosofía, Derecho, Folklore, Comercio Exterior, Educación universitaria, y sobre todo Literatura que es acaso por ahora nuestro sello más representativo, ya que para evolucionar creamos también las marcas Alma Máter destinada solo a temas universitarios de educación, creamos la marca TintÁcida solo para escritores jóvenes y alternativos y la 114
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marca Juan Marinero de literatura infantil. Cada universidad tiene el reto de ir abriendo marcas, líneas de publicación, y desde luego siempre en primer lugar lo que pide por obligación el órgano de control de la Educación Superior respectivo para efectos de evaluación y acreditación, aunque en el último informe que recibimos en la institución, se dice claramente que los libros literarios también sirven para la evaluación universitaria siempre que pasen por filtros de los lectores pares con grado de PhD, y no solo las revistas indexadas y altamente científicas, como fue considerado al inicio en los indicadores de evaluación universitaria. Esto es un logro substancial para la universidad ecuatoriana ya que gracias a nuestra presencia y trabajo hemos logrado que los libros creativos y de estudios culturales sean también valorados. Fue tradición en el país que nunca hubo diálogo entre la cultura y la Academia, entre los escritores y trabajadores culturales y los universitarios, cada uno tendía a desconocer al otro, solo en el caso en el que un literato era académico o viceversa, había comprensión de superar esta tensión inútil, lo que se logra con la legislación universitaria apropiada y nueva. En apenas cuatro años hemos evolucionado en la construcción de editoriales universitarias y formación de nuevos editores universitarios. En Manabí, traumáticamente, pasamos del lenguaje lúdico en los años 50 del siglo pasado, al lenguaje técnico universitario, sin antes haber saboreado y disfrutado de los banquetes de toda la semántica del lenguaje ilustrado, para desde este, evolucionar hacia el lenguaje científico que es lo 115
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que nos piden a las universidades, sin embargo creo que hemos llenado un vacío histórico de nuestra universidad y región, con lo cual podemos articular un pensamiento universitario, porque ninguna cultura, persona, institución o región puede dar aquello para lo que no está preparado con bases sólidas. Don Jesús Aguinaga, universitario y hombre de bien, ahora que participaremos en la FIL de Quito, abordará el tema de las publicaciones y su sentido moral y ético, efectivamente son las limpiezas de estos conceptos, su claridad y su real dimensión en cada vida institucional y colectiva, la que desde ya como universidad manabita le agradecemos con especial gratitud. Al Dr. Mora por habernos financiado y dado las directrices claves en la organización, a usted por habernos acompañado en esta tarea que recién empieza ahora que con la nueva Ley de Régimen Académico, el editor universitario cumple un rol estratégico en toda institución universitaria. Quito, 6 noviembre del 2013
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Editorial Mar Abierto en Feria Internacional de Bogotá Las sociedades modernas y desarrolladas se valoran y se articulan en función de los símbolos que producen, no basta con un buen puente, excelentes carreteras, la infraestructura para una Ciudad del Conocimiento, es necesario que se fragüen símbolos que pueden ser desde personas-personajes, libros, obras de arte, instituciones públicas o privadas, elementos de la arqueología, la silla manteña para el caso de nuestra ciudad y un largo etcétera. Somos símbolos y habitamos símbolos, eso es lo que queda en el tiempo y en el espacio. Como humanos somos pasajeros, polvo somos y al polvo volvemos. Atómicamente somos solo un grano de lenteja, como lo registra la Biblia. Un libro viene a ser el mayor legado que una persona, una familia o una sociedad deja para la posteridad, no solo porque quedan en las lenguas y gramáticas de cada entorno, un modo especial de articular el lenguaje en su versión escrita, también quedan los pensamientos, las ideas, las emociones, los sueños y esperanzas de una comunidad, incluso las peleas intestinas e internas, lo cual además es saludable porque da cuenta de la lucha dialéctica de un grupo humano por sostener distintos puntos de vistas y en conjunto seguir en la búsqueda de la Verdad inalcanzable. Entre el 18 de abril hasta el 1 de mayo se realiza en Bogotá la Feria Internacional del Libro, donde se dan cita los más connotados escritores, libreros, casas editoriales, traductores, 117
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escritores en ciernes, conferencistas de distinta naturaleza, editores de periódicos, editores de libros textos, editores privados y públicos del mundo. Es una feria de primera línea, la de mayor extensión del mundo, donde un ciudadano se demora literalmente un promedio de dos semanas en recorrerla y aún así le falta tiempo por cuanto las múltiples actividades le impiden estar en todas al mismo tiempo, unos solucionan este meollo, haciendo grabar distintos programas y tienen material de enriquecimiento cultural y humano para el resto del año. Bogotá es una ciudad-estado autosuficiente, cuna de literatos y que compite con cualquier ciudad europea en lo que tiene que ver con los niveles de lectura, industria editorial y escritores de exportación. Lamentablemente del resto del país no se puede decir lo mismo, y ahí está un nudo crítico de nuestros países que son desiguales en las oportunidades para sus habitantes, y un desafío permanente para cualquier estadista de nuestras naciones. La Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, invitada por el Ministerio de Cultura, participa con su Editorial Mar Abierto y lo hace con una muestra general de sus libros y de modo específico con cuatros autores: Pedro Gil, con sus libros 17 puñaladas no son nada y Crónico; Tatiana Hidrovo y Jorge Marcos con Arqueología y etnohistoria del señorío de Cancebí en Manabí central; Rafael Tejeda con La formación basada en competencias profesionales en los contextos universitarios; Raymundo Zambrano con el libro Las paredes hablan; y Jorge Velasco con Hallado en la grieta, una de las grandes novelas 118
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ecuatorianas de la última década. Hay que resaltar que esta es una muestra aleatoria, nada más que eso. En realidad presentamos la mayoría de nuestros libros producidos por la editorial Mar Abierto. En estas ferias, en el plano profundo de la edición, no participan escritores, libreros, si no que participan los catálogos que cada marca ha producido los últimos años, de algún modo es el único medio donde se empiezan a escoger a los futuros escritores que andan solos, apoyados por alguna editorial pequeña, para que entren al mundo de las grandes ligas. Si un escritor triunfa en un proceso que dura años o décadas, triunfa también su país, porque es un referente de pensamiento, imaginación, sensibilidad, talento, trabajo y capacidad organizativa. Como Director-Editor General de Mar Abierto tengo que dar una charla sobre nuestro proceso que lleva trece años de ejecución y más de veinte de trabajo, tengo que señalar cómo lo hicimos para llegar adonde estamos y cuál es la realidad de las editoriales públicas y privadas de Ecuador. En realidad hay pocos datos sobre las editoriales y una historia que nosotros estamos ayudando a construirla. Si no hay lectores, ni librerías, ni políticas públicas para fomentar el libro y la lectura, no es raro que todo el sistema de educación haya fracasado. Pero los que quieren cambiar este sistema educativo tampoco tienen políticas editoriales universitarias, por eso se hacen los ciegos cuando nos ven. En agosto del 2009 vine a esta feria con mis libritos en una mochila, acomplejado, yo diría más bien acholado porque sabía 119
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que estaba en el camino correcto pero con esfuerzos que me agotaban en lo síquico, y contra todo pronóstico hice conocer nuestras publicaciones, ya que si no hay invitación oficial no hay cómo presentarse. Unos iluminados valoraron nuestra producción y tuve la suerte de ser elegido Vicepresidente de la Asociación de Editoriales Universitarias de América Latina y el Caribe, Eulac, para la subregión Andina, y al año siguiente en junio del 2010 ya había formado la Red de Editoriales Universitarias y Politécnicas de Ecuador, Reupde, y ahora estamos en una línea de mejoramiento constante, no solo de nuestra universidad sino de todas las ecuatorianas, entendiendo que cada libro viene a ser una de las fases claves en el engranaje educativo que se completa en una feria, donde vemos si se ha trabajado en comunicación, marketing, capacidad negociadora y demás. Desde luego que sin talento tampoco pasa nada. Mi misión ahora es que nuestros escritores puedan pertenecer al catálogo de las grandes editoriales, negociar coediciones, hacer acuerdos de traducción de nuestros libros, negociar Derechos de Autor. Un escritor o académico tiene que confiar en mí ciegamente como editor de libros, porque un escritor no escribe libros escribe textos que un editor convierte en libros, y un libro en el mercado es como cualquier producto, sea un atún o una caja de chifles. El Dr. Medardo Mora y Leonardo Moreira confiaron en mi gestión y yo ahora les agradezco, y ellos saben que tenemos que consolidar nuestros procesos para que no se queden en las paredes de una geografía. Bogotá, 17 de abril de 2013 120
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Editoriales públicas y privadas en Ecuador Experiencia de Mar Abierto Aunque las estadísticas son una exageración de la democracia o una rama de la literatura fantástica, como lo sostenía Jorge Luis Borges, sin duda que son un referente para ubicarnos en la realidad y sacar conclusiones de lo que hemos hecho y podemos hacer en Ecuador con respecto a la edición de libros dentro del contexto latinoamericano y mundial. Entre las empresas de Ecuador distribuidas por sectores y por actividad económica el mayor porcentaje está en el comercio, manufactura, agricultura, transporte, científico técnico, minas y canteras, financieras, construcción, información, actividades administrativas y en el rubro de otros queda un 6.40% entre las cuales no cuenta la actividad editorial como industria, muy lejos de la experiencia colombiana. Nuestras editoriales públicas, aquellas financiadas por el Estado y con algo de gestión institucional, como las de la Casa de la Cultura, las Prefecturas, el Ministerio de Cultura y Patrimonio, las universidades y otros organismos del Estado, hacen buenas y hasta excelentes ediciones, con destacados autores ecuatorianos y mundiales, pero lamentablemente al no tener políticas editoriales claras los libros por lo regular se regalan a diestra y siniestra, causando un grave daño no solo a los autores sino al libro en sí mismo que merece ser descifrado y cumplir su fase semiótica al ser llenado de sentidos e interpretaciones por los lectores. 121
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En una sociedad de mercado lo que se regala no tiene precio y para una persona no formada pierde también los valores simbólicos y trascendentes de los significados y significaciones de un texto. En este contexto resulta más preocupante el que los libros no se puedan vender y se queden en la bodegas de las instituciones para lectura de las polillas que deben saber leer y bastante. En el polo opuesto están las editoriales privadas que tienen tradición en Ecuador como Libresa, Abya Yala, Eskeletra, El Conejo, Campaña de Lectura Eugenio Espejo y otras que tienen sus nichos de mercado bien definidos y que venden sus textos en nuevas librerías especialmente en Quito, Cuenca y relativamente en Guayaquil, porque en el resto del país, con excepción de Loja, son contadas las ciudades donde encontramos librerías. Aquí incluimos a los autores editores que se encargan de editar, promocionar, distribuir y vender sus propios libros, y entran también aquí los grupos culturales que forman por coyuntura una editorial y que con un catálogo de contados libros viajan a representar a nuestro país como autores o editores con los efectos y percepción que esto genera en lo internacional, ya que pocas veces por distintas razones nuestro país aparece bien representado, con unidad de criterios técnicos editoriales en las ferias de libros que se dan en el mundo. No hay en Ecuador una gran distribuidora de libros que permita conocer lo que se está produciendo en las distintas geografías del país y mucho menos fuera de él y esto en gran medida tampoco es culpa de las editoriales, pues responde a una 122
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realidad más profunda que viene del alma misma de la educación, la que fracasó en todos sus niveles y que con voluntad política y decisiones todavía por revisar, el actual proceso de la llamada Revolución Ciudadana está cambiando. En agosto del 2009 en esa edición de la feria de Bogotá asomó un dato alentador y terrible al mismo tiempo, el 60 por ciento de los lectores se concentraba en Bogotá, esta ciudad-estado que tiene industria editorial, autores de exportación de modo constante, que compite en el nivel de lectores con habitantes de París; sin embargo, las mismas estadísticas decían que iban desapareciendo las librerías de Barranquilla, Cartagena y otras ciudades emblemáticas de Colombia y que desde luego el resto del país no corría con la misma suerte en el nivel de lecturas y producción de libros. Entendemos que han mejorado en estos años, así como nosotros en Ecuador al tener la oportunidad de pertenecer a la Asociación de Editoriales Universitarias de América Latina y el Caribe (Eulac), con quienes hemos mantenido alianzas y desarrollado procesos al interior de nuestros países. Obviamente, en nuestro caso, recibiendo el aporte de las universidades colombianas y latinoamericanas que tienen tradición, experiencia y calidad en sus libros y procesos. Esto fue posible porque como países tenemos problemas en común, notamos que hay una tendencia a centralizar la educación, el arte y las actividades culturales, y esto a la larga genera conflictos sociales, pero además las universidades públicas tenían y tienen ahora como nunca -para el caso de Ecuador- la oportunidad de 123
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liderar y apoyar los procesos que tengan que ver con la edición de libros, el fomento de la lectura, el pago de Derecho de autor y la circulación del libro en el plano nacional e internacional. Por ello formamos la Red de Editoriales Universitarias y Politécnicas de Ecuador (Reupde), con la cual hemos mejorado considerablemente para que las universidades vayan teniendo una idea de la diferencia tan elemental entre una imprenta y una editorial, para que se capaciten y se formen los editores universitarios, para que se cumplan las exigencias de las revistas indexadas que son fundamentales para la vida misma de la Universidad, pero que también se entienda que los libros humanísticos y literarios son indispensables en una sociedad. En Ecuador, de acuerdo a los últimos datos estadísticos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educción, la Ciencia y la Cultura, el promedio de lectura de los ecuatorianos es de medio libro al año, un dato deprimente me comentó anoche Juan Martín Cueva, nuestro Agregado Cultural en Bogotá, es por eso que empecé esta presentación diciendo que las estadísticas son una rama de la literatura fantástica. Si cada ecuatoriano lee medio libro por año, entonces es que nos acostumbramos a hacer las cosas a medias. El dato hay que leerlo como una metáfora de los cuentos que no los escribimos bien, de las novelas que pudieron ser mejores, de las editoriales públicas que se metieron a editar libros sin la ayuda de los técnicos del caso y que por eso después no sabían qué hacer con los libros, de las editoriales privadas que solo pensaron en el lucro y que no arriesgaron capital a mediano y largo plazo, que 124
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no ayudaron al sistema educativo o que no emprendieron una lucha administrativa y si lo hicieron fue para beneficio personal y particular, no con criterios de unidad nacional, entendiendo que esta actividad, la del libro y la lectura, trasciende las posturas ideológicas. Presupuesto es lo que más ha existido en Ecuador, esto lo mantengo porque conozco el mundo universitario y el engranaje de la Cosa Pública. En enero del 2000 empezamos a desarrollar la Editorial Mar Abierto con un Plan Estratégico por diez años que lo hemos cumplido y ahora entramos, con otro plan, a la fase de traducciones, pagos de Derechos de Autor internacional para realizar coediciones y circulación y ventas de libros. Pero al inicio la realidad fue dura. Empezamos publicando un promedio de cinco libros al año de un modo artesanal y para este año tenemos una agenda de cuarenta libros, lo cual es bastante para una editorial universitaria de una ciudad pequeña como Manta, de donde vengo, que no pasa de trescientos mil habitantes. Claro que estamos también publicando y pagando derechos de autor a escritores reconocidos o con talentos, ya sean nacionales o extranjeros. En el sistema anterior las universidades tenían que dar un seis por ciento del presupuesto general para investigaciones y publicaciones, esto nunca se cumplía ni se cumple. En la nuestra de los cerca un millón de dólares que nos corresponden para este proceso, apenas disponemos de cien mil dólares y a veces a cuenta gotas. Antes estas cosas no se las gritaba, pero ahora hay la oportunidad, además porque universidad que no publica 125
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sencillamente es un colegio grande y estรก destinada a desaparecer como ocurriรณ con varias universidades ecuatorianas. Bogotรก, 18 de Abril del 2013
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Libros manabitas que andan por el mundo Todo se lo debo a los libros y esto gracias a que el Gran Padre me enseñó que la vida no es más que un Gran Libro que hay que leerlo todos los días con la inocencia del niño que recién va a la escuela. Ahora estoy en la bañera del Hotel Tequendama en Bogotá para la Feria Internacional del Libro que se da del 18 de abril hasta el 1 de mayo. Es una bañera enorme con distintos grifos de agua, yo he estado en hoteles de lujo, he pasado en hoteles Cinco Estrellas, he amanecido en residenciales al aire libre, he estado en la pensión La Poza por noches enteras pero este hotel Tequendama se pasa y lo hace con el agua que no quiere salir y si sale, sale demasiado fría o demasiado caliente. Y me llama Bahie para preguntarme cómo ando pero yo sé que lo hace para saber si no he recaído porque su Amor es un Libro Abierto. Entonces le digo que estoy muy bien, pero no le digo que estoy muy bien enjabonado hace rato, luchando porque salga una agua que no esté ni muy caliente ni muy fría. Hasta que logro limpiarme con una toalla para ir al evento de presentación de nuestros libros de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. El acto de presentación de los libros de Tatiana Hidrovo Quiñónez y Jorge Marcos, Rafael Tejeda, Raymundo Zambrano, Jorge Velasco Mackenzie y Pedro Gil fue todo un éxito, considerando incluso que los organizadores de la Embajada de Ecuador en Colombia nos pusieron un jueves cuando todavía están armando las carpas de los libros y hay un ajetreo en la preparación y ajustes finales; lo mejor empieza el sábado. 127
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Tampoco nos habían ayudado con las invitaciones de rigor y aunque la gente hubiese querido ir no podía porque era horario de trabajo, las primeras horas de la tarde. Uno ya se las sabe en estas vainas. Así que con anticipación organicé las cosas invitando a mis amigos y personalidades de arte y letras, entre ellos Esteban Mora, un amigo cachaco quien también estuvo en el sueño inicial de la Editorial Mar Abierto, veinte y cinco años atrás, cuando leíamos enciclopedias completas entre las que recordábamos los 100 tomos de la Historia del Pensamiento, editorial Orbis, y escribíamos para el Séptimo Día, y borroneábamos nuestros escritos literarios. Esteban, con una pasión y amor por las letras y la pedagogía que no ha hecho más que crecer desde que se regresó a Bogotá hace unos 15 años, justo cuando empezaba yo a concretar el sueño editorial, hizo una lectura académica y humana de la poesía de Pedro y del libro de Rafael Tejeda. Ahora que Esteban fundó y dirige un Instituto Pedagógico de Educación y se dedica a aplicar justo todo lo que tiene que ver con los paradigmas de las competencias, el libro La formación basada en competencias profesionales en los contextos universitarios le cayó como anillo al dedo. Fue una presentación atípica porque íbamos presentando los libros e íbamos armando un foro con los presentes. Y hablábamos de Pedro, de Tatiana, del Negro Valencia y Raymundo, muy conocidos, y desde luego del gran novelista ecuatoriano Jorge Velasco Mackenzie. Pero es que en Ecuador se lee medio libro por año como 128
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promedio, de acuerdo a la UNESCO y esto generó una serie de comentarios penosos y entonces yo argumentaba que se trataba de una serie muy compleja de variables. Pero sí concluimos que una mala educación crea además de malos profesionales y malos seres humanos, gente que funciona solo por interés personal aunque recite una consigna de interés social. Una cosa es el escritor que debe dedicarse a escribir y tener las condiciones para hacerlo todos los días y vivir de lo que escribe, que es lo que estamos logrando con Mar Abierto, hecho celebrado por tratarse de una editorial de pueblo y mucho más porque es parte de una universidad. Otra es el editor que tiene que pensar en el contenido, pero en el objeto libro, un editor debe velar por la vida misma del libro, desde su edición, diseño, circulación, presentación y un largo etcétera. Así que acá, como me las conozco, las cosas iban como para que no se visibilice mucho nuestro catálogo y en cambio sí se muestren los funcionarios de turno que vienen a representarse a ellos, pero no a la literatura ni a la academia ecuatoriana. Volví a confirmar lo que vengo diciendo hace años, casi nunca aparece el Ecuador representado de modo compacto, con unidad de criterios, en las ferias internacionales de libros. En estas ferias deben participar los catálogos editoriales y los autores realmente reconocidos como tales. Un ejemplo lo ilustra todo, en el stand de los libros de Ecuador con el cuento de que no se los puede vender ni regalar además de que no hay espacio, no puedo poner los libros de la Editorial Mar Abierto, en cambio sí se venden libros como La Ilíada, El diario de Ana Frank, hasta 129
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de Pinocho y otros textos de tesis de grado. Cuando en una feria se promocionan son las editoriales con los nuevos y grandes autores para lograr tener escritores de exportación, ya no los de siempre sino ir abriendo paso a los relevos. Y tengo que acudir a mis amigos editores universitarios para que nuestros libros sean promocionados y circulen en la fiesta del conocimiento, boquiabierto me quedan viendo y les explico qué pasa y nos morimos de vergüenza. Como la existencia es un Gran Libro, todos los días leemos y escribimos sin darnos cuenta, nos dejamos llevar por el azar y el misterio, esto que ahora comparto no es más que un pasaje de la escena de un capítulo del libro que tú estás escribiendo ahora que lees pero realmente escribes y con una alegría inmensa no te das cuenta. Manta, 24 de abril del 2013
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Veinticinco años de la uleam en tiempo y espacio Hay un antes y un después en la historia de Manta, con la creación de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Uleam) legalmente aceptada por autoridades y los organismos competentes del Estado el 13 de noviembre de 1985, aunque antes de esta fecha había una extensión de una universidad particular con sus protagonistas y avatares que se detallan en el texto del actual Vicerrector Académico, Leonardo Moreira, titulado Monumento vivo a Eloy Alfaro. Y decimos que hay un antes y un después por cuanto nuestra ciudad tiene significados: Manta hasta los años ochenta del siglo pasado fue una caleta de pescadores, tuvo también sus pininos en la pesca industrial y en todo lo que tiene que ver con el comercio y determinadas exportaciones, pero sobre todo ahora tiene sus significaciones: Manta es milenaria, considerada una nación y/o civilización por antropólogos e historiadores actuales, lo cual se logra aprehender de modo profundo, y se vuelve conciencia ciudadana, regional y nacional, gracias al valor y hecho tangible de la presencia de nuestra universidad, y sobre todo un valor intangible por cuanto la formación profesional y humana de varias generaciones va configurando el alma y la percepción de la ciudadanía y de un puerto que como tal va recibiendo la vertiente de otras visiones y vidas, se sincretizan otras culturas y civilizaciones, y por tanto alcanza el grado de “ciudad universitaria” y esto se lo comprueba cuando en toda conversación, del nivel social o cultural que sea, 131
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siempre aflora el nombre de la Uleam, para bien o para mal, lo cual pensando dialécticamente es correcto, porque es en esa dinámica de sentir que algo está bueno o algo está malo cuando los hombres pasamos al “pensar”, es decir, al conocer, hacer, convivir y ser, y por tanto nos vamos volviendo universitarios, incluso sin necesidad de tener un título, que es lo máximo a lo que puede aspirar un ciudadano y una ciudad universitaria. Pero la Uleam, en su recorrido vital tiene el sello invisible de Eloy Alfaro Delgado, estadista liberal, considerado el mayor ecuatoriano de todos los tiempos, y tiene también un liderazgo visible y hondamente fuerte y visionario, el de Medardo Mora Solórzano, montuvio de cepa, quien a través de las extensiones universitarias, y el apoyo incondicional al desarrollo de las artes y las culturas manabitas y nacionales, ha creado puentes intangibles, incuantificables, que solo el tiempo y el espacio sabrán darle su sitial, ya que la academia universitaria no puede ni debe prestarse al juego mediático, por ello como gestor y líder de esta Alma Máter señala sus fortalezas: Departamento de Cultura, Posgrado, Vinculación con la colectividad, Editorial Mar Abierto, es decir que no se miente, que asume los nuevos desafíos que en el campo investigativo y docente todavía debemos desarrollar; veinticinco años para una universidad son apenas un comienzo, y quienes estamos vinculados a ella y conocemos este y otros sistemas universitarios, sabemos que tenemos raíces y bases profundamente sólidas que en cien años otras mentes y generaciones valorarán y agradecerán, aunque desde ahora ya lo hacen. 132
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Señal y recorrido Para la editorial Mar Abierto, cuya partida de nacimiento simbólicamente la tomamos desde enero del 2000 por cuanto fue la fecha en la que publicamos por primera vez la revista-libro Cyberalfaro # 1, constituye un desafío no tanto profesional si no humano, afectivo, la edición especial de este número que hemos incluido en la colección de educación Tiempos de Aprender, y nos tiembla la mano por cuanto este libro que tiene usted en sus manos caro lector, trata de resumir o sintetizar en un promedio de cuatrocientos páginas lo que han sido las ilusiones primarias de la Uleam, y desde ahí cómo fue cobrando forma y fondo, para desde 1985 convertirse en una institución autónoma. De algún modo esta edición es incompleta, es apenas una muestra de lo que hemos hecho como institución académica, sirve de señal y recorrido para los lectores que por primera vez se asoman a nuestra historia y nuestro proyecto educativo, pero para quienes quieran profundizar es inevitable que acudan a otros libros que vienen a ser una extensión o forman parte del mismo vaso sanguíneo de estas letras, solo por ejemplo para entender la auténtica historia de nuestra Alma Máter habría que leer Monumento vivo a Eloy Alfaro de Leonardo Moreira. Para profundizar en la esencia y el alma misma de la Uleam es inevitable leer los libros de Medardo Mora Solórzano, y cito por orden de edición: Filosofía de la vida o la vida es una filosofía (dos ediciones) Reforma política: anhelos y realidad nacional, Eloy Alfaro, un líder del ayer y un ejemplo del mañana (ensayo de lectura indispensable y que publicamos por cuarta vez debido 133
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a la demanda que el mismo ha tenido) La educación: única vía hacia la igualdad, y Vistazos al Manabí profundo, en todos estos libros están circulando los ejes y principios motores que llevan desde el ayer, el presente y el futuro, la filosofía de vida, su visión política y educativa, y su comprensión de la idiosincrasia de la gente y tierra del forjador de esta institución universitaria. También, en la parte educativa, habría que acudir a los libros Fundamentos filosóficos de la educación de Luis Aguilera; Ética general y profesional de Luis Abelardo Ronquillo y sobre todo Un enfoque universitario desde la Uleam de Guido Vásconez. Asimismo, los libros de Tatiana Hidrovo Manabí histórico: del conocimiento a la comprensión e Historia de Manta en la región Manabí, nos dan una visión si no completa al menos profunda, técnica y harto académica en el sentido que los mismos ofrecen un amplio bagaje bibliográfico para acudir a distintas fuentes que nos permitan entender y comprender a Manta y Manabí con sus instituciones, con su historia general y particular, dentro del contexto nacional y global. Y para ello presentamos una lectura descriptiva e interpretativa del libro Manabí histórico: del conocimiento a la comprensión, que hizo el historiador Willington Paredes Ramírez. Y dentro de las distintas colecciones que hemos abierto: educación, filosofía, investigación, balsa manteña (ensayos pequeños), historia, narrativa juvenil (que acaba de inaugurar Sina Mondavi con su ópera prima Cuarto Creciente, novela que dará mucho que hablar y escribir) literatura… colección esta última a la que llamamos “Almuerzo desnudo” en 134
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homenaje al escritor William Burroghs, autor emblemático de la literatura norteamericana, de la generación beat, asiduos de la contracultura, conformadores de los movimientos hippies y sobre todo grandes cuestionadores de cualquier sistema político que intente doblegar la libertad y las ilusiones humanas. La colección de literatura merece apartado especial por cuanto la editorial Mar Abierto empezó siendo un sueño callejero de Pedro Gil, William Happe y quien escribe, y sobre todo por cuanto Pedro Gil, un ícono de la poesía ecuatoriana actual, todo un “mito urbano”, ha sido elogiado en los últimos años como uno de los mayores poetas de la lírica ecuatoriana, y para ello ponemos en este libro varios ensayos escritos a propósito de su obra dentro del país y fuera de él; y lo más valioso es que este mismo poeta, quien no tiene título académico pero sí harta creatividad y autoformación, ahora como profesor o coordinador del Taller Literario del Departamento de Cultura ha formado toda una escuela de nuevos poetas y narradores, lo cual es altamente meritorio porque uno de los fracasos de nuestro sistema educativo, y de las artes en general de nuestro país, es que por lo regular los grandes maestros no dejan escuelas, y eso es fatal para el desarrollo substancial de nuestra institución, ciudad y país. Un poeta que ha compartido su talento y su sangre, y entre sus discípulos destacados nombramos: Alexis Cuzme, Ernesto Intriago, Diana Zavala, Yuri Cadena, Milton Ferrín, Yuliana Marcillo, María del Carmen Zavala y otros que dentro y fuera del país ya vuelan con alas propias. Al final de este libro hay comentarios sobre los libros publicados por Pedro, 135
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y por los libros publicados por los talleristas de Pedro, el titulado Soledumbre, aunque había como antecedente otro titulado Rompepalabras, de otra generación. Al inicio de esta introducción decía que me temblaba la mano al escribir esta introducción más por resquemor intelectual antes que por desconfianza en nuestro trabajo, más por ejercicio de abrir el paraguas antes que llueva que por el hecho mismo de la lluvia de ideas y palabras que ahora procuro manejar y que hay por montón en las páginas que vienen, pero también lo decía porque de “escritor de oficio” me he convertido en “escritor de oficios” que es la peor forma de la mala suerte para un alma apasionada de las letras, y por otro lado porque seguramente en este libro habrá mucha gente que debió alumbrarnos con su nombre y con su escrito pero que por alguna razón de tiempo o coordinación no fue posible debido al vertiginoso hacer y ser de la Uleam y la Editorial Mar Abierto. Manta, noviembre del 2010
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El arte de escribir Como todo mensaje, tesis o reflexión siempre tiene un destinatario clave, aunque todo escritor o artista aspira a que lo lean la mayor cantidad de lectores o receptores heterogéneos siempre, el autor, que está realmente atrapado por sus pasiones y por sus ganas profundas de comunicar su vida y la vida en los términos que él lo entiende, ahora me dirijo básicamente a los estudiantes que están ávidos también de escribir o de leer y quieren saber algo de nuestras experiencias. El arte de escribir Empecemos por afirmar que escribir es sinónimo de leer, es decir, de acuerdo a las modernas teorías de la lectura toda persona cuando lee de modo disciplinado o informal pero siempre con placer y gusto, esta persona inconscientemente al mismo tiempo también está escribiendo. No podemos imaginar a un escritor si no tiene un amplio bagaje de cultura general y sobre todo años y hasta décadas de lecturas sobre todo de los grandes maestros de la literatura universal, latinoamericana y ecuatoriana. Por eso de modo sencillo pero profundo José Martí afirmaba que “Leer es caminar y escribir es ascender”, en cuanto a la lectura bien llevada o guiada esta frase nos dice implícitamente que el que no lee no camina, es decir, no desarrolla en la escala humana y en consecuencia no podrá escribir, entendiendo que escribir puede y debe ser obligación de todo estudiante o profesional de cualquier disciplina aunque no tome el oficio como profesión. 137
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Vamos por partes. Si leer es sinónimo de escribir y viceversa, de modo básico todos podemos ser potenciales lectores y escritores, ahora bien, una cosa es leer o estudiar para tal o cual asignatura y otra cosa es leer por el sano placer de viajar a otros mundos, de conocer a personajes reales o imaginarios, de compartir las locuras y heroicidad de los personajes míticos, legendarios o de ficción donde realmente nuestra alma y nuestro espíritu se alimenta de otros mundos y vidas que la realidad ordinaria a veces no nos ofrece. Los seres humanos por naturaleza biológica, mental y espiritual necesitamos de la ficción, así como necesitamos de metáforas y alegorías para entender mejor el mundo y la existencia, el lenguaje cotidiano es limitado y extremadamente peligroso si no estudiamos su naturaleza y sus reglas y leyes, puesto que en la medida también que sepamos cómo funciona la gramática de nuestra lengua así también entenderemos cómo funciona nuestro modo de pensar, de imaginar, y hacia dónde vamos. Ahora bien, el que estudia lo hace por aprender un tema determinado que si no tiene motivaciones auténticas se olvida a la vuelta de la esquina, en cambio el que lee por placer o por satisfacción y por voluntad propia, ese ser humano poco a poco se convierte no solo en una persona culta si no también en un amante de la sabiduría que lo puede convertir en un ser humano sabio, y ya sabemos que toparnos en la existencia con un ser humano sabio es misión muy difícil, a veces hasta imposible en sociedades deprimidas y de urgencias económicas y necesidades básicas insatisfechas que tenemos que cumplir. Por eso para 138
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leer y escribir lo recomendable es empezar en la adolescencia y la temprana juventud, porque como lo decía Gabriel García Márquez “loro viejo no aprende a hablar”, esto sin olvidar que toda norma tiene su excepción. Diferencia entre escribir bien y el arte verdadero Es cierto que con esfuerzo, con voluntad férrea y con disciplina podemos desarrollar el hábito de la lectura y el mérito de escribir bien, es decir, escribir bien para una época o un tiempo determinado, y es que hay escritores que tienen fama así como la tiene cualquier artista musical de moda: por cinco, diez veinte años; sin embargo el verdadero escritor artista es eterno, no pasa de moda y conforme pasa el tiempo aumenta su fama y su influencia no solo en su cultura y país, sino también en el mundo. Hay un abismo insondable y que califico de terrible porque el espíritu y el cuerpo sufren escalofríos y entran en un mundo tenebroso y oscuro a través del cual se llega a la iluminación, a Dios en términos muy complejos, pero es ese puente invisible lo que diferencia al escritor llano o que escribe bien del que realmente es un artista de la palabra escrita. Por lo menos esta es mi comprensión del oficio del Arte de escribir. En mis inicios de escritor, cuando leía un libro por noche, y también cuando me amanecía perfeccionando un párrafo o una línea, sufrí extremadamente física y espiritualmente, no puedo decir de ningún modo que para mí escribir ha resultado fácil, ha sido un trabajo tortuoso y lo sigue siendo porque busco, al menos cuando escribo literatura, la perfección en el ritmo, la 139
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intensidad, el argumento, la estructura dramática, en la sintaxis de los personajes y tantas cosas que tiene una obra de arte escrita, toda esta experiencia también me ha creado un modo de ser, es decir un perfil humano. Soy un hombre de crisis constantes en lo emocional y existencial, lo cual no significa que todo escritor que escribe o escritor artista deba pasar la misma experiencia, pero en mi caso es así, aunque con el tiempo uno aprende a controlar sus desequilibrios y a utilizar determinadas mañas para adaptarse a la realidad cotidiana puesto que la realidad de un artista escritor, siempre bajo mi juicio, es otra, es la que está inventando o creando no solo para él también para la humanidad. Finalmente creo que escribir como arte es rebelarse consciente o no contra nuestro Creador, sabemos que somos limitados, frágiles y minucias en relación al espacio y tiempo cronológico del universo, sabemos que hay una perfección misteriosa y divina en el orden de las cosas con su propia lógica y sus propias leyes, el escritor y el artista quieren agregar algo a lo que Dios hizo, quieren dejar un testimonio en su paso por el mundo, pero ese testimonio apenas es un soplo, un suspiro, por tanto un fracaso bien premeditado. Todo escritor artista está condenado a un fracaso irremediable porque como ser humano solo sabrá quién es cuando abandone este mundo.
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Cinco versiones de Judas Bajo el dichoso influjo de Jorge Luis Borges y su escepticismo irónico; con la misma fiebre teológica de Giovanni Papini que fue el escritor ateo que “aspiró ser Dios” y una vez convertido a Cristo, escribió “la vida de un Dios que se hizo hombre”; atormentado por la vida del santo Job y su fe inquebrantable: “Desnudo salí del seno de mi madre, desnudo allá volveré. Yavé me lo dio, Yavé me lo ha quitado ¡que su nombre sea bendito!”; todavía confundido con la verdad del libro sagrado, la Biblia, que la puedo intuir gracias a Pablo de Tarso: “El que ama su vida la destruye, y el que desprecia su vida en este mundo la conserva para la vida eterna”; como laico humanamente comparto estas versiones de Judas que en el laberinto de los libros encontré entre las tantas vidas y muertes que el Señor me ha deparado. La globalización, la era de la información (o desinformación babilónica) mantienen aletargado al hombre de nuestro tiempo, incapaz de pensar y meditar se deja sorprender por cualquier dato informativo que las corporaciones mediáticas ponen en el tablero mundial. De eso se trata “El evangelio de Judas” que supuestamente ahora deja boquiabierto al hombre sencillo y pone en duda sus creencias religiosas, su dogmatismo, su fanatismo o su fetichismo. Se dice con certeza que en este libro es Cristo el que le pide a Judas que lo traicione y que este último la posteridad lo de ha de magnificar, dándole con esto un tinte de heroicidad en su acción. Hay en esto en el fondo un punto esotérico a lo que no quiero llegar… Me dedico solo a compartir que sobre Judas 141
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desde los primeros siglos del cristianismo siempre han existido varias versiones y especulaciones. Borges, en su narración Tres versiones de Judas del libro Artificios (1944) argumenta que todo lo que la tradición cristiana católica atribuye a Judas resulta de dudosa credibilidad, apela o se vale de teólogos y escritores de distinta naturaleza; no se necesita ser un entendido para saber que los cuatro evangelios que fueron escogidos por la iglesia son incompletos, que existen los llamados evangelios “apócrifos” donde se cuentan hechos sobre Cristo y los apóstoles que contrastan con lo que hemos aprendido convencionalmente. Es decir, la desinformación no es nueva ni gratuita, forma parte de las perversidades que todo poder elabora como estrategia de dominio, toda sociedad o individuo sometidos al miedo son presa fácil de de manipulación en sus emociones, pensamientos, ideas, angustias… ¿Cómo es posible que alguien que pregonaba su doctrina de amor y paz en público y en medio de muchedumbre necesitara un delator en un contexto donde el Imperio de Roma tenía sus informantes oficiales? Arribo con esta interrogante a las tres versiones que propone Borges recogida de su intensa vida especulativa y su portentosa capacidad de mirar más allá del bien y del mal: 1.- Judas Iscariote entregó a Cristo para forzarlo a declarar su divinidad (en este y otro mundo) y encender una vasta rebelión contra el yugo de Roma. 2.- Judas era un asceta y como tal, para mortificar su cuerpo y su espíritu, para atormentarse de modo infernal decide 142
Memoria a Ubaldo Gil
traicionarlo y vivir en el fuego que nunca acaba. Judas buscó el infierno porque la dicha del Señor le bastaba. “Pensó que la felicidad, como el bien, es un atributo divino y que no deben usurparlo los hombres” 3.- “Dios totalmente se hizo hombre, pero hombre hasta la infamia, hombre hasta la reprobación y el abismo. Para salvarnos pudo elegir cualquiera de los destinos que traman la perpleja red de la historia; pudo ser Alejandro o Pitágoras o Rurik o Jesús; eligió un ínfimo destino: Fue Judas.” Arribo a las dos últimas versiones que me han deparado la Historia, Madam Blavasky, el gnosticismo y alguna vena sanguínea que me hace intuir que todo lo que soñamos o inventamos es cierto como lo dijo Flaubert. Lo que está arriba es un reflejo de lo que está abajo, el infierno y el paraíso no son más que una extensión de nuestra conciencia. Acaso en este instante cumplo con una jugarreta del Ciclo del Eterno Retorno, acaso esto lo escribí en otros universos, y lo haré por siempre. La cuarta es de todos y la quinta versión es personal. 4.- De acuerdo a la tradición judaica e histórica Judas traiciona a Cristo porque era un peligro social al proponer una rebelión de paz y amor, cuando él quería liberar a su pueblo por medio de la violencia. 5.- Judas no es más que una metáfora de la traición del destino humano, fuimos hechos para la felicidad pero buscamos lo opuesto. Judas es cada bicho humano que se pone una máscara y sabiéndolo se aleja de la sencillez y el martirio del que fue crucificado y con su muerte simbólica resucita para salvar a la 143
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humanidad. Judas es toda Iglesia que falsea y traiciona la palabra del Señor, que usa y abusa del hombre bueno y elemental. Judas es aquel que hizo voto de pobreza pero vive en medio de la fastuosidad y ligado al poder de turno. Judas no es como hemos creído durante siglos el símbolo de la traición y la ignominia, es apenas un espejo que no queremos ver cuando empezamos a sentir y pensar y hacer todo aquello que la voz interior nos dice: Sé bueno, Sé bueno, que nada te cuesta si tienes el espíritu, la voluntad suficiente y la conciencia fuertes.
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Galería fotográfica
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Memoria a Ubaldo Gil
Ubaldo Gil junto al poeta Hugo Mayo, tras ser nombrado Doctor Honoris Causa por la ULEAM. Lo acompañan Estalin Valdivieso y Horacio Hidrovo Peñaherrera.
En los años cuando estudió y vivió en España.
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Junto al equipo de trabajo de Mar Abierto.
Junto a familiares y amigos.
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Memoria a Ubaldo Gil
En el Primer Encuentro de Editoriales Universitarias donde se cre贸 la Red de Editoriales Universitarias y Polit茅cnicas del Ecuador.
En el Segundo Encuentro Internacional de Editoriales Universitarias.
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Junto a su hermano Pedro Gil y Ramiro Arias, director y editor de Eskeletra.
Junto a los escritores Solange RodrĂguez y Jorge Velasco Mackenzie.
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Memoria a Ubaldo Gil
Junto a quien siempre considerテウ su maestro: Miguel Donoso Pareja. Los acompaテアan escritores, periodistas, actores y pintores.
Junto a los escritores Carlos Calderテウn Chico (+) y テ]gel Emilio Hidalgo.
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Junto a su hija y amigos en la Feria del Libro en Argentina.
En la Feria Internacional del libro en Bogotรก, Colombia.
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Memoria a Ubaldo Gil
Tras la presentación de su libro Amor más allá de Madrid en Quito.
Tras la presentación de su libro Amor más allá de Madrid en México.
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Junto al Dr. Leonardo Moreira, Vicerrector AcadĂŠmico de la Uleam y Dr. Gustavo Jalkh, Presidente del Consejo de la Judicatura.
Junto a las pirncipales autoridades de la Uleam, docentes y periodistas de Manta.
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Memoria a Ubaldo Gil
Junto a sus hermanos Pedro y Manuel, los acompa単an algunos amigos.
Junto a su esposa Bahie Mondavi Sobbi.
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En México, en días que asistió a la FIL Guadalajara y presentó su libro Amor más allá de Madrid.
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2014