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FRANK O. GEHRY, sólo un arquitecto

FRANK O. GEHRY SÓLO UN ARQUITECTO Provocativo y no convencional, creativo y gestual, su obra origina diversas reacciones

Dueño de una arquitectura impactante, en la actualidad es uno de los arquitectos contemporáneos más conocidos del mundo, debido a la excepcional originalidad de sus obras que suscitan todo tipo de reacciones salvo el aburrimiento y la indiferencia. Considera que la arquitectura es un arte, por lo tanto una vez terminado un edificio éste debe ser como una escultura, sin dejar de lado aspectos primordiales de la arquitectura, como la funcionalidad del edificio o la integración de éste en el entorno.

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Louis Vuitton Foundation

Con noventa años cumplidos el pasado febrero, Frank Owen Ghery es tal vez el arquitecto más popular del mundo. De origen canadiense pero formado en los Estados Unidos, ha proyectado museos, auditorios, rascacielos, hoteles y otras diversas tipologías caracterizadas siempre por exhibir un lenguaje arquitectónico personalísimo e inconfundible.

Su arquitectura es impactante, realizada frecuentemente con materiales inacabados, y suele incorporar varias formas geométricas simples, que crean una corriente visual entre ellas. Sus diseños no son fáciles de valorar para el observador inexperto, ya que una buena parte de la calidad de diseño se encuentra en el juego de volúmenes y en los materiales empleados en las fachadas, que por lo general suele ser el metal, en todo lo cual solamente el entendido reconoce enteramente la armonía y el diseño estructural de sus obras.

Walt Disney Concert Hall

Gehry es uno de los arquitectos contemporáneos que considera que la arquitectura es un arte, en el sentido de que una vez terminado un edificio, éste debe verse como si fuese una escultura, y para acercarse cada vez más a ese ideal, ha ido trabajando en sus sucesivos proyectos en esta dirección, sin abandonar los aspectos fundamentales de la arquitectura.

Los edificios de Frank Gehry marcan los lugares y hacen de la arquitectura una fiesta, así es que se ha convertido en una marca y en uno de los pocos creadores conocidos del gran público.

La arquitectura es un arte, en el sentido de que una vez terminado un edificio, éste debe verse como si fuese una escultura.

Casa Danzante

Si bien el Museo Guggenheim en Bilbao sea una de sus obras más reconocidas en todo el mundo, y hasta quizás parezca el padre de todos sus edificios posteriores, todos sus proyectos son dignos de recordar. Desde la reconstrucción de su propia casa, allá por 1979, en la que pudo por primera vez desarrollar toda su creatividad y se confirmó como el jefe de la vanguardia arquitectónica norteamericana, hasta su futuro proyecto de las oficinas para la Warner Bros, Gehry no deja de sorprender al público con su estilo tan peculiar. Nunca no es un buen momento para recordar aquellos majestuosos edificios y analizar su encanto particular.

Mencionada anteriormente, la Casa en Santa Mónica (Los Ángeles) fue la primer obra en la que Gehry pudo realizar todo aquello que quería, llevando a otro nivel la construcción doméstica. Tomó elementos poco atractivos de las casas americanas para transformarlas en elementos llamativos, “envolviendo” una casa preexistente usando materiales baratos, como chapa metálica, madera contrachapada y tela de gallinero, hasta conseguir una volumetría deconstructivista muy distinta de la original.

En 1993 finaliza su primer museo, el Museo de Arte Frederick R. Weisman, en Mineapolis, Minnesota. Su diseño destaca por el uso de estructuras curvas de metal, que genera un efecto cegador cuando se refleja el sol. Este edificio de cuatro pisos es característico por sus dos caras: una fachada de ladrillo combinada con un revestimiento con piezas irregulares de acero inoxidable, creando una superficie de curvas y ángulos. En ésta última, Gehry utilizó la metáfora abstracta de una “cascada con peces”, figura recurrente en algunas de sus obras, como por ejemplo, la escultura de Pez Dorado, realizada para los Juegos Olímpicos de Barcelona y ubicada en el Puerto Olímpico de la ciudad.

El Edificio Nationale-Nederlanden, mejor conocido como la Casa Danzante, se encuentra en Praga y fue creado con la idea de construir un edificio emblemático en la ciudad. El resultado fue un diseño asimétrico, tanto que llegó a ser conocido como “La Casa Borracha”. Si bien para muchos estaba fuera de lugar en un entorno conservador, hay quienes lo ven como un símbolo de libertad.

Si hay una obra arquitectónica que es quizás el motivo de muchas visitas turísticas a Bilbao, es el Museo Guggenheim. Construido entre 1993 y 1997, el edificio constituye un magnífico ejemplo de la arquitectura más vanguardista del siglo XX, siendo hoy, el símbolo de la ciudad dónde se encuentra. El diseño sigue el estilo de Gehry: inspirado en las formas y texturas de un pez, se puede considerar una escultura y una obra de arte en sí mismo. Se compone de una serie de volúmenes interconectados por paneles de vidrio, sus formas no tienen ninguna razón geométrica ni se rigen por ninguna ley. Seis años después de la construcción de la obra más reconocida de Gehry, el Guggenheim, se inauguró el Walt Disney Concert Hall, en Los Ángeles, siendo éste auditorio, el cuarto de la ciudad californiana. Distinguiéndose por su cubierta visible y por unos interiores cálidos, sus formas exteriores están inspiradas en una embarcación con las velas henchidas. Este proyecto, elegido entre 70 propuestas internacionales, posee una extravagancia en sus formas que parece desafiar cualquier regla de armonía y simetría.

Si bien para muchos, la Casa Danzante (también conocida como “La Casa Borracha”), estaba fuera de lugar en un entorno conservador, hay quienes lo ven como un símbolo de libertad.

Beekman Tower

Museos no es todo lo que Gehry ha realizado en su vida como arquitecto. En el año 2007 finalizó la construcción del hotel perteneciente a la Bodega Marqués de Riscal, en Álava, ciudad de La Rioja, España. Siguiendo con un estilo y una visión personal de la arquitectura, el edificio es una composición de prismas rectilíneos que flotan sobre el suelo gracias a tres supercolumnas que soportan todo la estructura. Todo está envuelto en cascadas de titanio coloreado, lo que origina una explosión de color y formas generando un movimiento a través de las formas del edificio que huye de sus cimientos para elevarse y mezclarse en el ambiente y asomarse al paisaje circundante.

Al otro lado del Atlántico, en un lugar como Manhattan, donde el mercado inmobiliario maneja cifras astronómicas, las agencias inmobiliarias empezaron a apostar por contratar arquitectos de renombre mundial para la construcción de rascacielos residenciales de viviendas de alquiler. Es aquí donde entra Frank Gehry, contratado por la empresa Forest City Ratner, para la construcción de la Torre Beekman, el edificio residencial más alto de Nueva York con 76 pisos y 903 apartamentos que varían desde estudios de 45 m2 a pisos de tres habitaciones de 150 m2. Para el diseño de este edificio, Gehry empleó el uso de curvas en la fachada, evocando una infinidad de sensaciones, que van desde arroyos de agua, sábanas de aluminio, hielo deshaciéndose y más. ¿Un detalle? El efecto de las mismas resaltará cuando la luz refleje sobre la superficie, generando sombras y claros, y dejando a criterio del espectador qué sensaciones evoca la sinuosa fachada.

Frank Gehry, una vida llena de creatividad y excelentes proyectos llevados adelante.

Museo Guggenheim Bilbao

Frank Owen Gehry continúa su labor hasta el día de hoy, dejando su impronta y su arte por todo el mundo. Desde el Biomuseo en Panamá, la Fundación Louis Vuitton, el Experience Music Project hasta las obras mencionadas anteriormente, tuvo una vida llena de creatividad y excelentes proyectos llevados adelante. En reconocimiento por su labor, ha recibido más de diez premios. entre los que se encuentra el prestigioso premio de arquitectura Pritzker, comparable al premio Nobel.

Esta inminencia no deja de sorprendernos con su arte a sus noventa años, nosotros, como todos sus seguidores, solo esperamos que no deje de hacerlo por muchos años más.

OFICINAS “ICEBERG” PARA LA WARNER BROS Adyacentes a las actuales oficinas de la empresa, Second Century será un edificio de siete pisos que llevará el sello inconfundible de Frank Gehry. Con fachadas de vidrio y metal, y sus clásicas inclinaciones y escalonados, el proyecto tendrá una forma peculiar que creará una visión majestuosa, asemejándose a dos icebergs flotando a lo largo de la autopista de Ventura.

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