(entre parĂŠntesis) Betania
No, no es fรกcil escribir. Es duro como partir rocas. Pero saltan chispas y astillas como aceros pulidos. Clarice Lispector.
I. Arrebatan susceptibilidades los poros de tu piel interrumpen depresiones, histerias desestiman segregaciones del pensamiento despiertan instintos cuerpo, piel lazan vicios al aire -los cazo todos con los dedos del pie-.
II. Enjambre de personas y palomas brazos y alas disputan pertinencias.
III. Rueda gira arrastrando gente la aplasta y despuĂŠs la eleva la marea, sacude
acostumbra inevitable al incesante girar del planeta.
IV. No sabe. No sabe. No sabe. -y yo insisto siempre en que lo adivine todo-.
V. テ》omos estorbando el viento desafiando destinos, orテ。culos bocas masticando historias devorando instantes escupiendo almas. Esta bien, como sテゥ que no sos adivino para la prテウxima te confecciono mi lista de susceptibilidades.
VI. Clasificados‌ ¿Queres limpiar mi alma de impurezas? -te pago dos sugus la hora-.
VII. Anda, vos fuma e ignorame aspirate lentamente los pulmones -bĂĄsicamente-. Abrazo en el subsuelo de mis miedos disputando prioridades resistiendo abstinencias de tu piel.
VIII. Me clavo en el instante mudo de tu día sostengo religiosamente cada una de las manías en el impulso antes de ser así conservo la cordura, la moral y las buenas costumbres -aunque la rutina me devore los impulsos-.
IX. Se juegan una apuesta la abstinencia y el orgullo, quien demora más en caer. Deseos ramificados gemido de ave resucitado alas manoseadas por la voluminosa vociferación volátil senescal de imágenes de un periscopio.
X. Peripecia infinita -lo que se desea nunca llega-.
XI. Beber los silencios tu amor intermitente mequierenomequieremequierenomequiere sobornar al tiempo con tus labios dulces esa curva zigzagueante es mi autoestima, se estima mรกs entre tus brazos.
XII. Peones jugando un ajedrez humano -venganza-
Sonsacarte los segundos salivando susurros rebanando tu piel para que el amor dure más.
XIII. Se justifican recíprocamente la noche y el día su existencia.
XIV. Chorreas ciudad flaca dale, andá, corre a bailar los carnavales a sudar los adoquines con tu poesía de arrabal. Su sombrero hundiéndose lentamente, con timidez, en el río señorita del sombrero rojo se perdió entre la multitud.
XV. Oscilan ausencias en el blanco precipicio infinitos pliegues de mi s谩bana.
XVI. Letargo de vos en el pr贸ximo septenio me despierto.
*N贸made* Mariela Betania Pacin Edici贸n digital; Febrero 2013 Todos los izquierdos reservados.