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Actividades para desarrollar
La importancia desarrollo de la psicomotricidad fina y grueso del niño importancia
Al igual que en la educación otorgamos importancia a los aspectos académicos y mentales, no debemos descuidar la importancia de la motricidad infantil en el desarrollo de los más jóvenes. Son muchos los estudios que recomiendan la práctica de actividades para promover la motricidad, ya que aporta muchos estímulos y beneficios en los niños.
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La motricidad es el dominio que cada ser humano puede ejercer sobre su cuerpo. Va más allá de realizar movimientos, sino que estos deben ser coordinados e involucrar la espontaneidad, la creatividad y la intuición. La motricidad es un elemento más que forma parte de la educación, ya que aporta numerosos beneficios en los más jóvenes tanto en la etapa primaria como secundaria. Desarrollar la motricidad hace que, en general, se mejore cualitativamente el movimiento y favorece el dominio de diferentes habilidades.
Cuando hablamos de psicomotricidad nos referimos a las destrezas o habilidades que muestra el niño a la hora de controlar sus movimientos corporales cuando interactúa con su entorno. Estos movimientos pueden ser de dos tipos: gruesos y finos. Durante la etapa preescolar—incluso, mucho antes, desde que el niño es un bebé—resulta esencial estimular sus habilidades motoras. ¿Por qué? Una buena psicomotricidad es la base para su maduración cognitiva, emocional y social. Las técnicas de psicomotricidad enseñan al alumno a interactuar con el entorno, a controlar su conducta y mejorar sus competencias comunicativas. No es de extrañar entonces que uno de los objetivos curriculares clave en Educación Infantil sea el trabajo continuado de la psicomotricidad con los alumnos. ¿Sabes en qué consiste la psicomotricidad fina y gruesa? En UNIR abordamos qué son, sus características y diferencias.