7 minute read
La era de la ropa cómoda y funcional
El teletrabajo y las restricciones que se impusieron por la pandemia afectaron la forma de vestirse, mientras que, a poco el mundo va volviendo a la normalidad, expertos imaginan el futuro de la moda. Por Dolores Moreno
Trabajar en joggings, con pantuflas y ropa de entrecasa fue una de las ganancias de la pandemia. En un principio esta moda parecía una buena noticia: no hacía falta prepararse para salir, incluso muchos aún hoy siguen trabajando desde casa y eligen no sacarse el pijama. Las cuarentenas revolucionaron el mundo de la moda al 100%: los tacos y los trajes quedaron en el armario y otros actores se hicieron protagonistas. La comodidad, la funcionalidad y el minimalismo suplantaron la elegancia y hasta surgieron originales tendencias, como la de estar arreglado por arriba y más informal por abajo para participar de las reuniones laborales vía Zoom (lo que se conoce como “biz-leisure”). Más allá de encontrar en estos looks homewear (o loungewear) un estilo en sí mismo, a medida que empezaron a abrirse las ciudades, proliferaron nuevamente los jeans, las camisas y las plataformas; el street style no había muerto y la gente necesitaba sentirse y verse distinta.
Advertisement
Mientras que en algunos países el aislamiento quedó en el recuerdo y se volvió a las oficinas, en otros aún continúa el teletrabajo o el trabajo híbrido (algunos días desde casa y otros en la oficina). En este contexto, el mundo de la moda se enfrenta a nuevos desafíos y, si bien la tendencia a la comodidad y a los materiales sostenibles sigue firme –con la pandemia, el replanteo sobre lo sustentable y un mundo más ecológico se hizo presente en todos los rubros–, la mirada del otro vuelve a ser el eje: ya no nos vesti-
La ropa informal se impuso en tiempos de teletrabajo y trabajo híbrido, y se proyecta que la gente seguirá buscando la comodidad.
FOTO: GENTILEZA H&M
FOTO: GENTILEZA H&M H&M apuesta a los leggins, maxibuzos y camisas largas en sus campañas y de a poco vuelve a coquetear con la ropa formal. mos para nosotros, ahora nuevamente el otro es nuestro espejo.
“En Estados Unidos y en Europa están transitando un verano con un alto porcentaje de su población vacunada y menores restricciones. Inicialmente, las personas vuelven sobre sus propias prendas, aquellas que tienen y tal vez no utilizan desde hace meses. No podemos olvidarnos de un contexto de crisis económica a nivel internacional”, explica María Celeste Nasimbera, editora digital de L'Officiel Argentina y creadora de Crónicas de moda. Y agrega: “Progresivamente se retomarán los modos más habituales. Hay cambios más vinculados a los modos de vida que seguramente tengan una respuesta en la forma de vestir: el trabajo remoto o la concurrencia a los espacios de trabajo menos días es posiblemente uno de los más relevantes. Después hay algunas modificaciones en los hábitos de consumo: más local, más natural, que irán teniendo relevancia en la toma de decisiones”.
En Europa se impusieron los colores claros –como rosa, lima y amarillo– también los vestidos holgados y las sobrecamisas. Marcas como Zara, Stradivarius, Pull & Bear, H&M y Bershka sacaron distintos tipos de sobrecamisas con toques diferentes, desde flecos y cierres hasta peluche. Mango, Diesel y Uniqlo también lanzaron colecciones homewear de tejidos “extrasuaves”, principalmente de algodón.
Lo que la pandemia aceleró
Las marcas tomaron nota de los cambios y pensaron en campañas vinculadas a lo natural y sostenible. También pusieron la mirada sobre la comodidad, pero sin perder el glamour, algo en lo que ya venían trabajando pero que la pandemia aceleró. “Hace ya varios años que las consideradas prendas deportivas se incorporaron progresivamente en la cotidianidad urbana: leggins, buzos y zapatillas ya son parte de las posibilidades contemporáneas. Durante el tiempo de aislamiento se transformaron en una suerte de uniforme diario y seguramente sigan resolviendo para quienes están realizando un
trabajo en remoto. No son una novedad en sí, sino un estilo que sigue incrementándose”, opina Nasimbera.
Respecto a los materiales sostenibles, suma: “La conversación sobre la sostenibilidad sigue creciendo exponencialmente y se torna cada vez más específica. Hay quienes trabajan sobre la trazabilidad del producto, sobre la utilización de materiales naturales, en el rescate o recuperación de desechos y nuevas tecnologías aplicadas a desarrollos. Hay muchas variables de análisis, investigación y generación de nuevas posibilidades: saber qué material se está utilizando, de dónde se extrae, cuál es el proceso, quiénes y cómo participan, si hay instancias de reciclaje, si solo se genera a pedido, etc. La materialidad es un enfoque del diálogo que permite recorrer distintas aristas. Todas posibilitan tener un proceso de realización más consciente de los recursos utilizados e incluso generar nuevos ciclos”.
También, durante los confinamientos, muchos eligieron hacer una limpieza en el armario y deshacerse de lo que no sentían necesario.
Lo que se viene
¿Cómo será la moda en el futuro? Es uno de los interrogantes que intentan responder los expertos, y no llegan a un consenso. Están quienes se debaten entre dos ideas: que la moda del homewear se haya instalado como tendencia o que después de tanto encierro la gente quiera vestirse todos los días con looks más formales y elegantes. En ese sentido, sostienen que los colores y los estampados serán los elegidos para salir de tanto tono ocre y de esa sensación de oscuridad que trajo la pandemia. Ponen como ejemplo las colecciones de marcas reconocidas, como Carolina Herrera o Dolce & Gabbana, que apuestan por el optimismo con tejidos vaporosos, estampados llamativos y mucho volumen. “Las mujeres definitivamente van a querer vestirse bien”, dice el director creativo de Carolina Herrera, Wes Gordon. Aunque en lo que la mayoría coincide es en que la palabra confort y el minimalismo seguirán entre los atributos más buscados.
Sobre una proyección no tan lejana, expresa la creadora de Crónicas de
A medida que empezaron a abrirse las ciudades, el street style tomó las calles, pero con modificaciones, como este look de Mango.
ALGUNOS DATOS
La agencia británica de tendencias WGSN descubrió que en 2020 las ventas de leggins crecieron un 61% en el Reino Unido y un 21% en los Estados Unidos. Según Kantar, en el primer trimestre de 2021, las ventas de ropa interior masculina crecieron un 19,5% respecto al mismo período de 2020 y la femenina, un 7,4%; en tanto la demanda de medias aumentó un 10,5%.
Detalles distintivos: según la plataforma de moda Lyst, desde principios de 2021 aumentaron, en un 137% las búsquedas de corpiños brillantes y en un 50% las vinchas con perlas y plumas.
FOTO: GENTILEZA MANGO
FOTOS: GENTILEZA MANGO Además de comodidad, las marcas trabajan para ser eco-friendly; Mango proyecta para 2022 ser 100% sostenible.
Los estampados y los colores son la salida de las marcas luego de tantos meses de tonos pastel e informalidad, aunque el homewear sigue en el radar. moda: “No creo que resulte posible realizar una proyección porque justamente la crisis sanitaria nos expuso a lo imprevisible. La moda es una industria muy vinculada a nuestros modos de vivir, es un área que logra sintetizar y catalizar los movimientos contemporáneos. Dependerá de cuán sencillo resulte volver a una vida como la conocíamos o cuán diferente resulte. Hay que observar las reconfiguraciones urbanas, los modos de trabajar, de movernos por la ciudad… La moda irá respondiendo a esos cambios. Inicialmente nos readaptaremos, tendremos momentos de disfrute de volver a usar esas prendas que nos encantan y que usamos para encontrarnos con los demás y luego un proceso de nueva normalidad. En términos más conceptuales, la sustentabilidad, la diversidad y las identidades seguirán resonando y exigiendo a la moda que se adapte a las calles”.
Los grandes protagonistas
Además de la fusión de estilos, como jogging con blazer o pantalones elegantes con remeras deportivas, lo que se impuso en estos inesperados tiempos son las compras online. Mientras que muchas marcas tuvieron que cerrar por no tener sus sitios de e-commerce preparados para hacer frente a la crisis, otras encontraron en la venta online su salvataje (aumentaron entre un 50% y un 300% las transacciones en 2020). De hecho, Zara y también H&M decidieron cerrar varias de sus tiendas físicas con el objetivo de impulsar sus sitios web.
Otro de los grandes protagonistas ha sido, y al parecer lo seguirá siendo, el tapabocas. Si bien en los países asiáticos era tendencia hace varios años, por motivos sanitarios su uso se hizo obligatorio en la mayoría de los países del mundo. Con la pandemia contenida, en varios países, el barbijo sigue siendo recomendado y el mundo de la moda ha puesto el ojo en este accesorio. Muchas marcas lo empezaron a ver como otra pieza de indumentaria y han encontrado originales maneras de hacerlo atractivo y que se convierta en un complemento de moda.