TOYO ITO

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Toyo Ito

Álvarez García, María COMPOSICIÓN

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1. Índice. 1. Introducción. “Gimnasia de la fantasía”...........3 2. Trasparencias. Límites. Intersecciones.............4 3. Homogeneidad.....................................................9 4. Lugares de paso................................................12 5. Tecnología y naturaleza....................................14 6. Conclusiones.....................................................16 7. Bibliografía.........................................................17

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1. Introducción: “Gimnasia de la fantasía”. Con estas palabras define Iñaki Ábalos los textos de Toyo Ito. La phantasia es “aquella propiedad de la imaginación que consiste en la capacidad para producir imágenes, “fantasmas”, apariciones o alucinaciones, algo que no está en la realidad pero sólo a su través la mente es capaz de construir.” “Estos textos – continúa diciendo – son un ejercicio que permite aislar del conjunto de estímulos que desordenadamente se peresentan ante nosotros una forma creativa de contemplarlos, denominándolos y dándoles el carácter de señales, indicios o pistas que informarán más tarde sus decisiones proyectuales.” Son tres los temas a los que Toyo Ito, según Ábalos, hace continuamente refencia: las técnicas digitales, la visión de la naturaleza y la búsqueda de definición para el sujeto contemporáneo. La arquitectura quedaría insertada en ellos como el resultado de interacción de sus protagonistas. “No podemos olvidar – enuncia Ábalos – el contexto en el que este pensamiento se produce casi de forma fatal: Tokio, la expresión más acusada de lo que una megalópoli ha llegado a ser en el cambio de milenio.” Estos escritos constituyen según Iñaki Ábalos “un cuerpo teórico que parte de la aceptación del mundo tal y como se nos presenta para la elaboración de imágenes fantásticas capaces de ransformar la práctica de la arquitectura en algo no sólo deseable sino también necesario.”

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2. Transparencias. Límites. Intersecciones. “La arquitectura debe ser siempre reflejo de la época en que se vive y del lugar donde se ubica.”1 “Lo que desisgna la palabra espacio (en alemán Raum, Rum) lo revela su significado antiguo. Raum significa un lugar despejado o liberado para el asentamiento y el alojamiento. Un espacio es algo para lo que se ha hecho sitio, algo despejado y libre, en concreto dentro de unos límites: la peras griega. Un límite no es aquello en lo que algo se detiene, sino que – como reconocían los griegos – el límite es aquello a partir de lo cual algo inicia su presencia. Ésta es la razón de que el concepto sea el de horismos, es decir: el horizonte, el límite. El espacio es en esencia aquello para lo que se ha hecho sitio, lo que queda dentro de sus límites. Aquellos para lo que se hace sitio es siempre algo a lo que se accede y, por tanto, a lo que uno puede sumarse, es decir, donde uno puede reunirse, en virtud de un emplazamiento, esto es, mediante algo como un puente. Por consiguiente, los espacios reciben su ser de los emplazamientos y no del espacio”.2 “El heco de construir una casa es levantar un mundo con orden – cosmos – en medio del caos existente. (...) El hombre acota un espacio peculiar y privado en cierto modo, del vasto espacio general, por el cercado de su casa, y allí separa un espacio interno del externo. (...) Precisamente, la dualidad de tales espacios, externo e interno, forma la base de la composición de todo el espacio en que se experimenta la totalidad de la vida del hombre”. 3

Toyo Ito, apoyándose en C. Rowe, señala que el precedente del concepto de transparencia es el collage, cuyo precursor en la aplicación de este método bidimensional al espacio tridimensional fue Le Corbusier, pero en su caso “ la superficie donde se aplica el collage no es físicamente transparente como el cristal, sino que están superpuestos varios elementos opacos”. Se trata de “coger algunos de los elementos que componen una determinada obra o una característica parcial tal como son, e incorporarlos a otro espacio nuevo.” Gracias a esta idea de collage Ito nos introduce en lo que denomina arquitectura de límites difusos, “el paisaje de la ciudad pierde su contorno claro, y desaparece su figura como si se envolviera en la niebla matinal”.

1. Toyo Ito. “Escritos” 2. Martin Heidegger. “Construir , habitar y pensar”. 1954 3. O. T. Bollnow. “La morada del hombre”.

Sin embargo, no sólo se limita a la arquitectura, sino que este concepto también es extensible a la vida en la ciudad, de tal manera que “la vida de tipo collage se basa en una experiencia simulada. Los actos que se deberían realizar dentro de la vivienda se van extrapolando al espacio urbano, a la vez que se fraccionan y nos atraen de forma más diversificada, más especializada, más individualizada, y con menos sentido de la realidad.” Kazuyo Sejima trabajó en sus inicios en el estudio de Toyo Ito. Cuando habla de la influencia de la introducción de los ordenadenadores, la tecnología, a la hora de proyectar les permite

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trabajar con muchas más maquetas y dibujos a la vez, de tal manera que el ordenador juega el papel de la “mano alzada”. Surgiendo proyectos que se conciben como un “patchwork” que comienzan como una “geometría de fractales”, muy relacionado con la idea de collage. A su vez, se genera gran cantidad de maquetas en serie que, sin tener esa intención en un principio, dan lugar a un resultado artísco, que les ha permitido realizar distintas exposiciones. Esta idea de collage también tiene mucho que ver con el arte. Toyo Ito destaca la importancia crucial que tuvo para los pintores cubistas y su obsesión por conseguir esa transparencia mediante el empleo de elementos opacos. La transparencia en Toyo Ito está ligada también a la influencia de la arquitectura tradicional japonesa, con los conceptos de “shoji”, panel enrejado deslizante cubierto con papel opaco, y “fusuma”, puerta deslizante cubierta con cartón. Esto nos hace reflexionar sobre la relación que se establece entre el interior y el exterior y también, sobre cómo la arquitectura establece los límites, ya que “por mucho que quieras seguir la corriente de la naturaleza y quieras formar parte de ella, si no se acompaña por una acción inversa que quiera fijarla e independizarla, la arquitectura como tal no puede subsistir”. Pero en Toyo Ito es fundamental ese “cómo”, ya que su obra prácticamente se centra en la forma de poder difuminar esos límites para conseguir una mayor integración entre el exterior y el interior. Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa, también tratan de investigar en su obra las posibilidades de esta relación, pero parecen más reticentes que Ito a admitir la influencia de la arquitectura japonesa. Refiriéndose al engawa de la casa tradicional japonesa Ryue Nishizawa dice que “nunca hemos usado la cita literal. Este espacio de circulación de algunos de nuestros proyectos procede de otro sitio, no de la casa tradicional japonesa. (...) Podemos ver que en nuestras obras hay una especie de amortiguador que media entre esos diferentes espacios”.4 Pero no solo se limitan a la relación entre el exterior y el interior, sino que también interesa la relación espacio-espacio (interior), haciendo referencia a lo que ocurre en las iglesias con claustros volcados hacia el interior. Sin embargo, cabe destacar la evolución de las pantallas ligeras en su obra, ya que ahora ya no solo cumplen un mero papel de separión, sino que también son estructurales. 4. Juan Antonio Cortés. “Una conversación con Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa”. Tokio 2007. 5. Kazuyo Nishida. “El concepto japonés del espacio doméstico”. Pasajes de arquitectura y crítica nº29, Septiembre de 2001, p.61.

Se podría relacionar a su vez esta transparencia de las pantalas ligeras con el concepto de suke que significa “ver a través”. No se trata de una total transparencia, “sino de algo más gradual, como una especie de venda suave, y se refiere no solo a ser visto a través, sino también a ser oído a través, olido a través y sentido a través. Los fenómenos de un lado se filtran al otro, dando lugar de forma abstracta a una atmósfera que se percibe sensualmente”. Creo que este concepto está directamente ligado a la idea que tiene

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Toyo Ito de los límites de la arquitectura funcionando como una película osmótica. “Lo que nos hace falta ahora es que el propio pensamiento construya unos contornos más suaves y difusos. (...) Nosotros (...) somos capaces de imaginar unos límites que se transparentan y que permiten que pase el aire entre los espacios externo e interno. (...) La arquitectura cnclusa (...) no sólo rompe la relación entre el propio edificio y el entorno, sino también la relación mutua de los espacios (habitaciones) dentro del edificio.” Al generar estas particiones tan marcadas “está determinada una función para cada espacio, como la habitación para leer libros, la habitación para comer, la habitación para contemplar cuadros colgados en la pared, etc., y estamos obligados a realizar actos de forma unilateral. Se considera mejor que (...) estos espacios no tengan ninguna interferencia entre sí, ya que se pierde sin duda la cualidad de cada función cuando se interfieren mutuamente”. Estos espacios son, según Ito, símbolo de las personas que viven unas al lado de otras pero que no se comunican jamás. Su posición es claramente contraria a esta forma de proyectar, ya que “los actos humanos so complejos y no debemos limitar ningún acto a ningún espacio determinado”. Aquí se vuelve a poner de manifiesto la idea de la vida collage, en la que las distintas actividades se superponen, generando una vez más esos límites difusos.

“Niño y Hopper.

luna”.

Edward

Acuarela y tinta china sobre papel. Nueva York (NY), Collection of Whitney Museum of American Art. Josephine N.

“Mañana en Cape Cod”. Edward Hopper. 1950. Óleo sobre lienzo. Washington (DC), National Museum of American Art/ Art Resource, NY.

En estas relaciones exterior-interior, límites difusos, intersecciones... me gustaría aludir al pintor estadounidense Edward Hopper, ya que estas relaciones son una constante a lo largo de su obra. El espacio interior que también es exterior empieza a notarse en “Niño y luna”, donde el paisaje montañoso penetra hasta la cama del niño. En sus cuadros de mujeres se establece la relación mujer – ventana - espacio exterior. La mirada de la mujer se dirige hacia fuera; de esta forma comprendemos la dificultad que Hopper manifestaba a la hora de pintar un interior y un exterior a la vez, ya que hace falta la penetración de un objeto, del cuadro y de smus motivos. Recurre así, por ejemplo, al viento, que materializa por medio de los movimientos en las cortinas, y que juega el papel de mediador entre interior y exterior. El viento va a actuar de manera similar en las obras de Toyo Ito, es lo que él denomina la metamorfosis del viento, “en algún momento hace falta dar un salto o invertir el orden de la importancia de lo interno a lo externo. Una vez realizado este salto o inversión, la arquitectura pasa al contraataque y empieza a imponer su estructura y formalismo. (...) Es aquella en la cual la película fina que sirve como cubierta va aumentando de tamaño como si fuera un globo y termina siendo la piel externa”. Asimismo, Ito también hace referencia a la arquitectura textil, como la cabaña – tienda o el pao mongol, que enlaza directamente con la

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idea de Gottfried Semper, donde dentro de sus cuatro procesos esenciales, generadores de formas (Tejido, Modelado, Estereotomía y Carpintería), los textiles son el originario. Es interesante también el concepto de límite asociado al atardecer, en el que se difuminan el grosor y el peso de las cosas, o también asociado al estado de embriaguez. Todo esto lo asocia Toyo Ito a la “ciudad como fenómeno”, que es “una ciudad sin tiempo y sin lugar, cuyo espacio urbano se caracteriza por tener: homogeneidad, transparencia, fluidez, relatividad y fragmentación.” Quizás sea de estos estados límite, de estas intersecciones, de donde probablemente surja la arquitectura. En Hopper estas intersecciones se manifiestan también en sus cuadros de escaleras, que supone el paso de un estado al otro, por ejemplo, del interior al exterior, de la civilización a la naturaleza, del mundo real al trascendental (en el caso de Ito de la vida real a la vida simulada). También ese momento intermedio de viaje de desde el aeropuerto al centro de la ciudad en el que, según Ito, se aprecia que “cada ciudad tiene su propia fisonomía, acogedora u hostil, con una dominante, ya sea visual, ya sea olfativa.(...)Pues es entonces cuando nuestro instinto percibe su aspecto global, cosa que no se puede apreciar una vez estamos inmersos en ella”. Hopper también hará referencia a esta sensación de entrada en la ciudad, pero en cuanto a las sensaciones de “expectación, curiosidad, temor” propias de quien entra en tren en una ciudad extraña. Sin embargo, estas sensaciones no se expirimentan en Tokio como señala Ito. “Una ciudad sin contornos, en donde se penetra sin darse uno cuenta, como en un laberinto”. A esto hará referencia Rem Koolhaas al exponer su concepto de la “ciudad genérica” de cual dice que es principalmente asiática, “un provincianismo de lo mecánico, abandonado por la materia gris en busca de lo electrónico. ¿Incompetencia o imaginación?”6.

“Entrando en la ciudad”. Edward Hopper. 1946. Óleo sobre lienzo. Washington (DC), The Phillips Collection.

6. Rem Koolhaas. “La ciudad genérica”. Domus 791. Marzo 1997.

Frente a este panorama Toyo Ito propone “Blurring Architecture”. Blur quiere decir empañar, difuminar o estar borroso. Se refiere a “la arquitectura cuyos límites son oscilantes y sinuosos como los que nos parece que tienen los objetos que están en un estanque de aguas agitadas”. Manifiesta así su duda frente a ese modo de ser de la arquitectura demasiado independiente y conclusa. Este concepto lo achaca a Otto Friedrich Bollnow, a quien citábamos al principio de este texto. Toyo Ito se plantea si en la sociedad actual se deben aceptar esas palabras. Arremetiendo una vez más contra esa

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separación funcional a la que tiende la arquitectura y que la dota de un carácter finito. ““Blurring Arquitecture” tiene como objetivo hacer una arquitectura no conclusa de límetes difusos. Es la arquitectura que reaviva la arquitectura”.

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3. Homogeneidad. “Desde el nacimiento del acero y del cristal hemos estado buscando continuamente el espacio homogéneo, el llamado espacio universal. Como las propias coordenadas de la geometría euclidiana, el espacio universal es en teoría homogéneo, pero no siempre resulta así. Más bien se podría decir que la homogeneización puramente neutral se ha visto frenada por la preferencia por lo local o por la tendencia a la monumentalidad en la arquitectura. De todas maneras la homeneización total de la arquitectura ha sido impedida automáticamente por el culto que dedican los propios arquitectos, casi incoscientemente a la “arquitectura””.1

Esta homogeneidad es fruto en gran medida de la desvinculación de la arquitectura respecto del lugar y propiciada por los avances tecnológicos. Un claro ejemplo de esto es el descubrimiento del aire acondicionado que ha hecho “que la arquitectura se independice de la climatología local, garantizando que en cualquier parte del mundo se pueda crear el mismo estilo de arquitectura. No sólo se trata del mismo estilo, sino que ha hecho posible cualquier estilo arquitectónico”. Esto último resulta un tanto contradictorio con la primera idea, ya que un mismo avance tectnológico propicia una cosa y su contraria a la vez. En cualquier caso, esta idea es secundada por Koolhaas en la “ciudad genérica” donde cita que “su arquitectura generalmente tiene aire acondicionado; y ahí es donde el reciente cambio de paradigma – que la ciudad ya no representa el máximo desarrollo, sino un subdesarrollo en el límite – se torna agudo: los medios brutales con los que se logra el acondicionamiento universal imitan dentro de los edificios las condiciones climáticas que antes “sucedían” fuera”. Pero esto no sólo se limita a la ciudad, sino que en el caso de la sociedad sucede lo mismo, ya que hoy en día está homogeneizada. De tal manera que vivimos una vida simulada. “Tanto el espacio como los actos, e incluso cada una de las cosas que se obtiene allá, son todos simulados. (...) Toda nuestra vida, incluso la familia y el trabajo, se ha convertido en algo simulado. Se podría decir que se ha perdido incluso el sentido de la distinción entre lo real y lo irreal.” De este modo Ito se plantea dos problemas a la hora de crear arquitectura en una ciudad similada. El primero es cómo podemos crear una obra de arquitectura como una entidad. El segundo es cómo podemos crear una arquitectura que perdure en un contexto en que se está anulando el concepto de comunidad local.

1. Toyo Ito. “Escritos”. (Arquietectura en una ciudad simulada).

Esta vida/ciudad simulada deriva en dificultades en el habitar, que proceden “del hecho que por una parte vamos flotando por el espacio de las imágenes inmateriales, y por otra, llevamos una vida cotidiana real e igual a la de siempre”. En esta ciudad como fenómeno “el individuo se dirige de una forma

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directa y completa hacia la sociedad, en tanto que hacia la familia lo hace de una forma secundaria. (...) El esquema de la vivienda en la que cada dormitorio se pusiera en contacto directo con la sociedad y en la que la sala de estar y el comedor estuviera en el trasfondo como un espacio arbitrario, estaría mucho más cerca de la vida real. Así se pierde el carácter centrípeto d la vivienda. (...) La vivienda no tiene más remedio que transformarse en un espacio llano y homegéneo.” Esto nos lleva otra vez a la idea de la fragmentación de funciones que se da sobre todo en los grandes espacios comerciales, y a donde llevamos nuestras relaciones interpersonales extrayéndolas del núcleo de la vivenda, que simboliza, según Ito, la pseudofamilia. La consecuencia directa es que nos convertimos en nómadas, cuya residencia es la ciudad. La ciudad como fenómeno es la que Toyo Ito define como “ciudad de película de plástico transparente”. Rem Koolhaas, al principio de “la ciudad genérica”, hace referenciaa este concepto de homogeneidad, preguntándose “¿son las ciudades contemporáneas como los aeropuertos contemporáneos, es decir, “todas iguales”?(...) La convergencia es posible solo a costa de despojarse de la identidad. (...) ¿Cuáles son las desventajas de la identidas; y, a la inversa, cuáles son las ventajas de la vacuidad? (...) ¿Qué queda si se quita la identidad? ¿Lo genérco?” Koolhaas dice de esta identidad, que es la que imprime carácter a la ciudad y, claramente, la diferencia, es también la que la centraliza y nos convierte en “gente de puente y túnel, ciudadaos de segunda clase en nuestra propia civilización, privados de nuestros derechos por esa tonta coincidenciade nuestro exilio colectivo del centro”. La perifería de las ciudades de hoy en día sería lo que constituiría la ciudad genérica; pero es que sin centro, no puede entenderse la periferia. Me parece cuando menos curioso que se desprecie la identidad y se valore esa homogeneidad, ya que el mismo Koolhaas dice que la ciudad genérica es “superficial: al igual que un estudio de Hollywood, puede producir una nueva identidad cada lunes por la mañana”. Esto nos lleva a preguntarnos, ¿por qué la necesidad de crear “otra” identidad cuando ya tenemos una? Esta homeogeneización lleva aparejada también la sociedad de consumo. “Los múltiples productos (...) parecen resplandecientes y capaces de cumplir nuestros sueños de vida. Mas cuando los consumes (...) se desvanece ese fulgor. En ese mismo instante empezamos a buscar otros artículos. De tal manera que la homogeneización está constantemente progresando tras aquellos artículos que aparentemente parecen muy personales. (...) La homogeneidad del contenido permite que pequeñas diferencias

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superficiales garanticen una aparente individualidad.” “Hemos venido consumiendo solamente significados, y sustituyendo continuamente unas cosas por otras, empezamos a aplicar este mecanismo de la sociedad de consumo a la arquitectura y al espacio urbano”. La consecuencia es que la superficie de los edificios se llenó de adornos: luces de neón, anuncios publicitarios o escaparates. “El espacio urbano como conjunto (...) parece un estercolero, pero en donde a partir del atardecer da la sensación de que uno se ha metido en un caleidoscopio”. Volvemos otra vez a la idea de collage y a esos momentos intersección, donde la ciudad como fenómeno se disuelve. Rem Koolhaas establece a su vez, la “ciudad genérica” como fractal, “una interminable repetición del mismo módulo estructural simple. Sin embargo, establece frente a la “principal característica de la ciudad (el negocio), la sensación de la ciudad genérica es una calma misteriosa. (...) La serenidad de la ciudad genérica se logra mediante la evacuación del ámito público”. Por su parte, Edward Hopper, también trata en sus lienzos la influencia en las relaciones humanas que atribuye a la ciudad, pero en este caso no es precisamente positiva; ya que, la escena, por muy conocida y usual que sea, resulta agobiante. Representando el hastío y el aburrimiento.

“Habitación en Nueva York”. Edward Hopper. 1932 Óleo sobre lienzo. Lincoln Mamorial Art Gallery, University of Nebraska-Lincoln.

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4. La arquitectura como punto de paso. Frente al problema que Toyo Ito advierte en los edificios públicos de su país, acentúado incluso por el carácter conservador que la arquitectura posee en esencia, cabe preguntarse ¿Qué es, en realidad, la arquitectura? “Fue entonces cuando percibimos la diferencia que existe en la arquitectura como destino y la arquitectura como punto de paso”. La estrategia que se decidió seguir en distintos proyectos fue la superposición de espacios para diferentes funciones (collage). A su vez, Ito habla también de la arquitectura efímera, provisional o de la videoimagen. De tal manera que deberíamos aprovechar al máximo estos efectos de ficción. “Creo que en una ciudad simulada no puede existir arquitectura sin manipulación simulada. (...) El destino de la arquitectura desde ahora en adelante dependerá de cómo descubrir la estructura de la ficción”. Hemos generado una “ciudad temporal” creada por la estela de los cuerpos, en la que se ha perdido la distancia física, que junto con “el desarrollo anormal de los medios de información se está dirigiendo hacia la sociedad sin fronteras en diversos sentidos. La vida de la gente ya no se limita a un área determinada (...) Los diversos destinos son etapas intermedias hasta el siguiente traslado. Incluso la vivienda tiene más significado de etapa intermedia (...). Así, cuando el lugar de reunión de la gente pasa de ser destino a ser etapa, el significado concluso que tenía la arquitectura se hace difuso. La vivienda ya no es un lugar absoluto para la familia, y lo mismo pasa con los espacios públicos.” El concepto de “sobremodernidad” del que nos habla Marc Augé es bastante similar y se caracteriza por el exceso. Exceso de tiempo. Exceso de espacio. Exceso del ego. Concretamente el segundo es el que responde a este “achicamiento del planeta”, como “los veloces medios de transporte (...). Imágenes de toda clase recogidas por los satélites (...) que nos dan una visión instantánea de un acontecimiento que está produciéndose en el otro extremo del planeta”1. Esta imagen “ejerce una inluencia y posee un poder que excede en mucho la información objetiva de la que es portadora (...). Lo propio de los universos simbólicos es constituir para los hombres que los han recibido como herencia un medio de reconocimiento más que de conocimiento.”2

1 y 2.Marc Augé. “Los no lugares. Espacios del anonimato”. 1992

La arquitectura ya no es un sitio al que se llega, sino un estado más, un punto de paso. Koolhaas lo ejemplica con los aeropuertos, que constituyen uno de “los elementos más singulares de la Ciudad Genérica, son su más poderoso vehículo de diferenciación. (...) Es too lo que la persona media suele experimentar de una ciudad en particular”.3 Las sensaciones de las que,decíamos anteriormente, se producían al entrar en la ciudad y que Koolhas negaba, se producen 12


ahora en los aeropuetos: “lejano, confortable, exótico, polar, regional, oriental, rústico, nuevo e incluso “no descubierto”: estos son los registros emocionales que se evocan”. Tienen, además, una autonomía cada vez mayor y “están en vías de desplazar a la ciudad. La situación de estar “en tránsito” se está volviendo universal. (...) Contienen millones de habitantes, (...) son barrios, (...) sistemas herméticos de los que no hay escapatoria.”4 Según Ito, este los desplazamientos físicos van paralelos al aunmento de información, y este aumento de desplazamientos han llegado a cambiar el concepto de “lugar”. En consecuencia “ se acorta el tiempo de estancia en cadanpunto, aumentando en razón inversa el tiempo dedicado a desplazarse(...). Se invierte la relación entre el destino y el desplazamiento. (...)El desplazamiento (...) ha llegado a ser algo sumamente esencial e indispensable en la constitución de la sociedad informatizada.” Edward Hopper también se interesó por los medios de transporte en su obra, concretamente por el ferrocarril que “sirve para superar la distancia y acortar los días”5. Así como también es el caso de la carretera, de renovado interés tras la invención del automóvil. Se trata de un tema recurrente, ya que no solo supone una intervención del hombre en la naturaleza, sino que también le interesaba “la relación del movimiento, velocidad y la superación de las distancias en relación con la estática y la limitación.”6 Según Marc Augé esto conduce a “modificaciones físicas considerables: concentaciones urbanas, traslados de poblaciones y multiplicación de lo que llamaríamos les “no lugares”. (...) Son tanto las instalaciones necesarias para la circulación acelerada de personas y bienes (vías rápidas, empalmes de rutas, aeropuertos) como los medio de transporte mismos o los grandes centros comerciales, o también los campos de tránsito prolongado donde se estacionan los refugiados del planeta”. De tal manera que “se amplifica el clamor de los particularismos: de aquellos que quieren quedarse solos en su casa o de aquellos que quieren volver a tener patria”.7

3 y 4. Rem Koolhaas. “La ciudad genérica”. Domus 791. 1997. 5 y 6. Ivo Kranzfelder. “Edward Hooper. Visión de la realidad”. 7. Marc Augé. “Los no lugares. Espacios del anonimato”. 1992.

Esto ha generado que el modo de comportarse de la gente sea mucho más nómada que antes y, como ya dijimos su residencia es la ciudad. Si a esto sumamos la idea de que el hombre tiene una doble naturaleza (rela y virtual), de modo que cada día más la virtual va ganando terreno se puede decir que “hoy día ha sido sustituida casi totalmente la relación entre los grupos así como el concepto de comunidad basados en el cuerpo real, por las relaciones de grupo establecidas a partir de un cuerpo virtual. Incluso la existencia de la última unidad que queda, llamada familia, está viendo amenazada su existencia.” Y es que no sólo los edificios públicos han dejado de ser un puno de llegada, también las viviendas se han convertido en puntos de paso.

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5. Tecnología v.s. Naturaleza. “La arquitectura no debe reclamar su propia forma física sino que debe convertirse en un dispositivo para interpretar la forma como fenómeno (ambiente)”.1 “Toyo Ito sabe muy bien que la naturaleza es un constructo cultural, que en cada época el hombre ha desplegado una mirada diferente hacia ella y que en la nuestra, que amenenaza con su extinción, la naturaleza esconde revelaciones privilegiadas para quien sepa atender a su voz, sepa ligar los cambios tecnológicos con formas distintas de concebirla y aproximarse a ella”.2 “Hay diferencias entre las ciudades occidentales y las asiáticas. Creo que las ciudades occidentales pueden ser muy artificiales, pero en Asia sucede algo distinto. Aquí sucede que las cosas naturales y las artificiales conviven y se produce un tipo de mezcla... Creo que podemos fomentar una vida más abierta usando los jardines además de los edificios. Y aprovechar que tenemos esa tradición de vivir con la naturaleza em el propio centro de la ciudad, adiferencia de lo que sucede en Occidente”.3

“La ciudad-jardín llamada Edo estaba formada por un espacio donde los elementos artificiales como los edificios, caminos y canales se fundían con la naturaleza a cada nivel formando un único espacio. (...) La tecnología y la naturaleza estaban unificados en un solo sistema”. Sin embargo, en el Tokio de hoy en día esto no es así, Toyo Ito señala la confusión que se produce “debido a la tiranía tecnológica y a la acumulación de diversos sistemas heterogéneos(...). Pero tiene más sentido intentar buscar el nuevo atractivo que existe en el espacio urbano de nuestros días (...). Tokio ha perdido la fluidez dinámica del verdor y del agua. En cambio, ha aumentado el flujo de diversas cosas artificiales”. Ante esto, Toyo Ito responde que el espacio urbano no tiene más remedio que ser fenomenológico: luz, sonido, imágenes, etc. “Se trata de un espacio con una función efímera generado por el flujo electrónico invisible y no toma una expresión morfológica. (...) Las características de esta ciudad contemporánea son: fluidez, multiplicidad de capas y la fenomenalidad, que coinciden completamente con la de los microchips. (...) Esta ciudad podría llamarse, por vez primera, “jardín de microchips” cuando las capas superpuestas de las redes de las nuevas tecnologías que se creen y el flujo de la propia naturaleza comiencen a generar un efecto mutuo.” 1. Toyo Ito. “Escritos”. (Un jardín de microchips). 2. Iñaki Ábalos. “Toyo Ito, el arquitecto de la vida moderna”. Julio 2000. 3. Ryue Nishizawa. “Una conversación con Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa”. El Croquis. nº 13/9.

Para poder afrontar esta situación Ito vuelve a referirse a la arquitectura de límites difusos y a la importancia de generar una relación entre el exterior y el interior a través de la fachada, unido a la superposición de las distintas funciones, de lo que ya habíamos hablado. Se trata de una especie de tránsito, al que Hopper también hace continua refencia, por ejemplo en “Habitación al mar”, en el que

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“muestra el contraste entre la naturaleza intacta, una naturaleza propiamente hostil al hombre,y una civilización abandonada por el hombre, representada en la habitación”.4 Kazuyo Sejima llevará un paso más allá esta relación entre el exterior y el interior, ya que habla de los “efectos de atmósfera”, ya que lo que buscan es un efecto de inversión de la cualidad caracterísca del vidrio, la transparencia. En una conversación con Jacques Herzog, Sejima afirmaba: “Recientemente, estoy interesada en la notransparencia usando el vidrio...Realmente, estoy interesada en el reflejo más que en ña transparencia del vidrio”.5

“Habitación al mar”. Edward Hopper.1951. Óleo sobre lienzo. New Haven (CT). Yale University Art Gallery.

4. Ivo Kranzfelder. “Edward Hooper. Visión de la realidad”.1995 5. Kazuyo Sejima en “Materiales y formas. Fragmentos de una conversación entre Jacques Herzog, Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa”. JA 35, 1999.

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6. Conclusiones. “Aunque vayamos perdidos a la aventura por el espacio urbano como nómadas, seguimos teniendo un domicilio fijo; vivimos en un espacio arquitectónico fijo aunque estemos en busca de ese espacio fugaz y provisional; se pasa el tiempo en un espacio concreto de la propia realidad aunque se busca un espacio ficticio y breve como si estuviera en la pantalla cinematográfica; se busca la naturaleza de la ciudad aunque se respira una atmósfera llena de tecnología; aunque se busque el espacio bullicioso y anárquico donde se entrecruzan ruidos, se desea un espacio de tranquilidad y de silencio. Cuanto más avanza la descomposición de los lazos familiares, más busca la gente el hogar”.1

Pese a toda la tecnología, al consumismo, a los medios de comunicación, a las imágenes... el hombre sigue buscando lo mismo. Esto es porque la esencia del hombre no cambia. Es un ser social y, por mucho que intentente desvincularse de la sociedad, no puede, porque continuamente necesita buscar su identidad, ya sea a través de la vida real o mediante la phantasía de una vida simulada. Me interesa la idea de que es en estas dualidades o intersecciones, no tanto en la colisión de conceptos contrarios, donde surgen las cosas. La idea de espacio intermedio, de atmósfera, de límites difusos... Los estados intermedios como el atardecer, la embriaguez... en definitiva, los no lugares. Sin embargo, creo que no se debería dar tanta importancia a la imagen. Ese ansia de encontrar una imagen, como lo fue la máquina con la era de la mecánica, para la era de la tecnología. No sé si es el microchip ampliado o cualquier otra, la realidad es que debemos reflexionar sobre su importancia porque, tal vez, no se trate de una imagen. Toyo Ito lo intuye cuando dice que hemos perdido la sensación de que no sólo la vista, sino también el gusto, el oído y el olfato sean algo real para nosotros; sin embargo se afana en la búsqueda de esa imagen. Chillida, por ejemplo, “el conocimiento del mundo y sus objetos por medio de la mano es tan intenso como lo es la imagen que nos formamos a través de la vista. (...) Gran parte de los objetos y elementos que vemos se nos hacen tan sorprendentemente comprensibles y reconocibles porque previamente hemos tenido una experiencia táctil de su grado de dureza, humedad, calor, tersura, penetrabilidad, etc.”2

1. Toyo Ito. “Escritos”. (¿Cómo será la realidad de la arquitectura en la ciudad del futuro?). 2. Javier Maderuelo. “De la mano al espacio” en “Chillida. Elogio de la mano”. 2003.

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7. Bibliografía. 1.

“Escritos”. Toyo Ito. Coleccioón de arquilectura nº 41. Edición de José María Torres Nadal. 1ª ed. 2000.

2.

“SAANA”. El Croquis. nº 13/9. 2008.

3.

“Edward Hopper. Visión de la realidad”. Ivo Kranzfelder. Taschen. 1995.

4.

“La Ciudad Genérica”. Rem Koolhaas. Colección GGmínima. 1ª edición, 4ª tirada, 2007.

5.

“Chillida. Elogio de la mano”. Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca. 12 febrero – 11 mayo 2003. Fundación Juan March.

6.

“Historia crítica de la arquitectura moderna”. Kenneth Frampton. GG. 3ª edición ampliada, 8ª tirada, 2007.

7.

“Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad”. Marc Augé. Gedisa editorial. 5ª reimpresión; septiembre del 2000, Barcelona.

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