Libro de El doradillo

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Área Natural Protegida

EL DORADILLO Puerto Madryn, Chubut, Patagonia Argentina

El lugar donde

la naturaleza te quiere conocer a vos Textos de Andrés Bosso, María Cabrera, Daniel Pérez Martínez, Lucrecia Cella Pizarro y Mauro Novara • Editados por Andrés Bosso • Diseño de Jimena Esteves

Municipalidad de

Puerto Madryn

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Andrés Jorge Bosso. Es un reconocido naturalista y activo conservacionista. Ha sido durante 15 años Director Ejecutivo de Aves Argentinas, la entidad conservacionista más antigua de Iberoamérica (fundada en 1916) y trabajó durante cinco años para la Administración de Parques Nacionales en Buenos Aires y en la Delegación Técnica Regional del Nordeste Argentino. Preside el Comité de las Américas e integra el Consejo Global de BirdLife International. Es Vicepresidente del Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia. En la actualidad dirige el Programa de Cooperación Internacional de Aves Argentinas, residiendo en el Reino Unido. Escribe desde adolescente. Ha sido editor responsable de revistas sobre naturaleza, como Naturaleza & Conservación, Aves Argentinas y Nuestras Aves.

Área Natural Protegida

EL DORADILLO Puerto Madryn, Chubut, Patagonia Argentina

Colabora como editorialista para el diario La Nación. Publicó libros en coautoría: Manual del Observador de Aves y Mamíferos Silvestres de la Provincia de Misiones. Participó de diferentes esfuerzos editoriales; últimamente, como asesor integral de la obra Aves Pampeanas, de Juan Raggio. Junto a la fotógrafa Jean Lanham, y en el marco del bicentenario de la República Argentina, produjo la muestra y el libro LAZOS, que incluyen textos de su autoría. En el año 2011 presentó LUZ NATURAL Escritos tempranos, su primera obra literaria, junto al artista plástico Alfredo Blas Castagna. Uno de sus poemas, dedicado al Macá Tobiano y traducido al inglés, se integró recientemente a la muestra Ghosts of Gone Birds, realizada en Rochelle School of Arts, en Londres. Foto de tapa (ballena) Adrián Gelves

El lugar donde

la naturaleza te quiere conocer a vos Textos de Andrés Bosso, María Cabrera, Daniel Pérez Martínez, Lucrecia Cella Pizarro y Mauro Novara • Editados por Andrés Bosso • Diseño de Jimena Esteves

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“Los derechos de autor y los derechos de reproducción de la presente obra, así como cualquier otro derecho intelectual protegido por la Ley N° 11.723 pertenecen exclusivamente a la Subsecretaría de Relaciones con Provincias del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación o al órgano o entidad administrativa que la reemplace.”

Municipalidad de

Puerto Madryn

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ÍNDICE Presentación

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Introducción a El Doradillo Geología

Con los pies en la Tierra

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Descubriendo El Doradillo Resumen de las Geoformas Los sitios de mayor relieve

Flora

El Doradillo en flor

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Descubriendo El Doradillo Las plantas más comunes Las plantas inmigrantes Las plantas más amenazadas Tomale lista a las plantas

Fauna Aves

Los grandes anfitriones

36

47 47

Descubriendo El Doradillo Hagamos buena letra en nuestras visitas Tomale lista a las aves Mamíferos

Reptiles e invertebrados marinos Conservación Bibliografía recomendada

75

85 101 Descubriendo El Doradillo Ballena franca austral: la estrella de mar Las ballenas tenemos memoria Tomale lista a los mamíferos El microcosmos de El Doradillo

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El sueño dorado

115 120

Este libro es producto del “Proyecto de Desarrollo Productivo de la Micro - Región turística Puerto Madryn-Península Valdés” que la Secretaria de Turismo de Puerto Madryn ha ejecutado a lo largo de un año, con el objeto de contribuir al desarrollo de este sector productivo, a través de una adecuación de sus recursos humanos y técnicos; una mejora en las capacidades de gestión del Área Natural Protegida El Doradillo (ANPED) y la consolidación de la actividad turística a través de estudios, análisis y propuestas normativas tendientes a su regulación y promoción de modo armónico con el desarrollo general del territorio. Este proyecto se enmarca en una estrategia de fortalecimiento del rol del Estado como agente promotor del desarrollo, donde el Programa de Fortalecimiento Productivo y Gestión Fiscal Provincial -PROFIP- (Préstamo BID 1588-OC/AR) se posiciona como uno de los principales programas que brinda instrumentos para activar procesos de desarrollo regional, fortalecer institucionalmente los organismos públicos y afianzar las capacidades institucionales de gestión pública.

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...el lugar donde la naturaleza te quiere conocer a vos

El monte, la estepa y el mar...

El monte, la estepa y el mar parecieran tres de los escenarios más homogéneos del planeta. Pero un horizonte desierto y el océano planchado tienen tantos misterios y recovecos, como los bosques, selvas y montañas. Es lo que intenta mostrar “EL DORADILLO, el lugar donde la naturaleza te quiere conocer a vos” apenas reflejando algunos de los brillos de este lugar único. Sabemos que las áreas naturales protegidas son herramientas claves en la conservación de la diversidad biológica. La Argentina cuenta, afortunadamente, con una buena estructura conceptual de unidades de conservación. A nivel nacional, la ley de Parques Nacionales brinda un marco ideal para impulsar el sistema nacional de áreas naturales protegidas. Y al ser un país federal, las provincias han avanzado también creando sus sistemas provinciales, para sumar aportes. Chubut es buen muestrario de áreas naturales protegidas en nuestro país. Pero también los municipios tienen una responsabilidad clave. La concentración de población humana en las ciudades implica necesariamente garantizarle buena calidad de vida. Y la protección de sitios valiosos para la diversidad biológica que estén en el ejido municipal es una responsabilidad de cada ciudad (¡y ciudadano!).

Así nace el concepto de Reserva Natural Urbana que en general nos connota sitios pequeños y en donde contrastan el verde y el cemento. Pero no siempre. Y algunas de ellas, como El Doradillo, se presentan como excepcionales. En este caso, posee un tamaño considerable y una fauna increíble, como reservas provinciales o parques nacionales. “EL DORADILLO, el lugar donde la naturaleza te quiere conocer a vos” recoge los esfuerzos desarrollados en el año 2011 por un grupo de investigadores jóvenes que aman y valoran El Doradillo. Esa pasión se transformó en interés científico y quedó plasmada en reportes técnicos sobre geología, flora y fauna. Intensa revisión bibliográfica, recorridas de campo, inventarios técnicos y fotográficos, censos y mapeos terminan siendo la base de este libro, presentado en forma amena y que es apenas una pincelada introductoria de este sitio. Esperamos que te transmitan el mismo entusiasmo que tenemos por conservar sitios como éste y, además, que otros municipios de la provincia y del país puedan generar unidades de conservación como El Doradillo, administrarlas, manejarlas y fortalecerlas. Las reservas naturales promueven que nos integremos a la naturaleza. En El Doradillo, las ballenas (y el resto de la fauna y flora) quieren acercase a nosotros. Démosle la chance y respondámosle con amabilidad. Recorrer estas páginas es un buen comienzo. Andrés Bosso

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Introducción a El Doradillo

María Cabrera

Mauro Novara

...millones de años de historia natural

....mesetas, cárcavas y cañadones...

María Cabrera

....45 especies de plantas nativas

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El Doradillo es un área natural protegida municipal, cuya administración está a cargo del gobierno de Puerto Madryn, Provincia de Chubut, a través de su Secretaría de Turismo. Su denominación es Área Natural Protegida El Doradillo, habitualmente citada por sus siglas, ANPED. La cercanía y facilidad de acceso contribuyen a que los ciudadanos madrynenses tengan un fuerte sentido de pertenencia respecto de este espacio. El área protegida cumplió 10 años. Fue creada en el año 2001 por Ordenanza Municipal 4263/01 y la Ley Provincial 4722 la incluye dentro de los límites del Área Natural Protegida Península Valdés (ANPPV). Su categoría de manejo es Paisaje Marino y Terrestre Protegido y la superficie aproximada es de 7.500 hectáreas. Es la reserva más próxima a Puerto Madryn, ubicada a 12 km y abarca los sectores costero y continental comprendidos entre Punta Arco hasta el límite del ejido municipal. Incluye unos 23 km de costa, al noroeste del Golfo Nuevo, que es uno de los más pronunciados de la provincia de Chubut. Sus principales objetivos son la protección del paisaje costero, su geomorfología y la flora y fauna del monte y estepa patagónica, que se conjugan en postales de valor estético y conservacionista. Asimismo, la conservación y contemplación de la ballena franca austral es un importante objetivo específico del área protegida, ya que cada año más de 1,000 ballenas francas arriban a las costas del Golfo Nuevo y San José para reproducirse y criar a sus ballenatos brindando un espectáculo natural único en el mundo. El Doradillo es uno de los lugares del Golfo Nuevo donde las hembras preñadas eligen para parir y cuidar a sus crías. El tipo de costas, playas y sustrato, hacen que estos sitios sean muy amigables para los cetáceos, razón por la cual podremos ver a pocos metros y sin embarcarnos decenas de ballenas por día y podremos ser testigos de grupos de cópula, movimientos de sus colas y aletas, madres interactuando con su crías, spray soplado en V y escuchar sus vocalizaciones. El área natural protegida El Doradillo tiene 10 años. Pero El Doradillo tiene millones de años de historia natural. Las arenas, piedras, cantos rodados, acantilados, médanos, nos informan a cada paso sobre la historia geológica de El Doradillo, un paisaje signado por la actividad volcánica y las ingresiones marinas. Aquí podremos ver el ambiente costero y el continental. Los mapas y fotografías serán un ayuda memoria para llevar nuestra visita a casa y seguir admirados por los contrastes naturales de este lugar.

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-65

-64,95

-64,9

-64,85

Area Natural Protegida Península Valdés

-42,55

-42,55

-65,05

A Puerto Pirámide y Península Valdés

ANPED

Playa Garipe

2

A Ruta 3 Playa Casino

42

Playa Bañuls

Cerro Prismático

-42,6

-42,6

2

Marisma Punta Gaviota

Punta Ameghino

Playa Canteras

-42,65

Playa El Doradillo 3ª bajada

AREA NATURAL PROTEGIDA EL DORADILLO (ANPED)

2ª bajada

µ

Playa El Doradillo 1ª bajada

GOLFO NUEVO

Punta Dorado Playa Manara

1

0

-42,7

42

0,5

1

2

3

4

Km

Escala 1:75.000

Punta Arco

Sistema GCS WGS 1984

-42,7

-42,65

Punta Flecha

A Puerto Madryn

-65,05

Area Natural Protegida El Doradillo

-65

Area urbanizada

-64,95

Laguna cota 130

curvas de nivel 5 metros

-64,9

Accesos y sitios de interés

-64,85

Ruta de pavimento

Ruta de ripio

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María Cabrera

Contexto conservacionista Las áreas naturales protegidas (ANP) tienen como principal función la protección de hábitats naturales que podemos disfrutar hoy y conservar para las generaciones futuras. Son, además, sitios donde se desarrollan procesos ecológicos que los convierten en laboratorios vivientes para estudiantes de biología y carreras afines y aulas a cielo abierto para los escolares. Algunos de los sitios pueden además generar oportunidades de trabajo a las comunidades locales a través de actividades asociadas, como el turismo de naturaleza. En general, también son sitios de descanso y recreación. Estos sitios deben contar con un instrumento formal de creación (ley o decreto nacional, ley o decreto provincial, ordenanza municipal, convenio entre Estado u ONG con un propietario privado y luego denunciado ante la autoridad de aplicación para su registro), además deben poseer límites ciertos y, en lo posible, con agentes de conservación que resguarden la naturaleza amparada. Podemos pensar que El Doradillo es, por su cercanía, un sitio satélite del Área Natural Protegida Península Valdés. Pero se la considera parte del ANP Península Valdés, que cuenta con numerosos reconocimientos nacionales e internacionales por su aporte mayúsculo a la conservación de la biodiversidad patagónica. Años atrás, fue declarada Área Importante para la Conservación de las Aves y Patrimonio Natural de la Humanidad. De todos modos, el Área Natural Protegida El Doradillo tiene importancia por sí misma. Es una de las 47 áreas protegidas costero marinas de la Argentina. De este total solamente 6 son administradas por los municipios.

Introducción a El Doradillo

Los acantilados y sus plataformas, las mesetas, cárcavas y cañadones son ampliamente aprovechados por la flora y fauna de El Doradillo. Así, en nuestras recorridas podremos apreciar el misterio de la estepa patagónica que aquí recibe la expresión austral de la ecorregión del Monte. Las jarillas y coirones nos darán la bienvenida. Pero hay hasta el momento unas 45 especies de plantas nativas, de las cuales unas 16 especies son endémicas (exclusivas) de la Argentina y cinco están amenazadas. La fauna no se hace esperar. Llegar es observar, llegar es escuchar. Y descubrir colores en un paisaje que sólo nos parece gris. Contamos con un total de 171 especies de aves, entre las registradas fehacientemente y aquellas que pensamos potenciales. Los mamíferos registrados y potenciales ascienden a 15 terrestres y 36 marinos. Pero también hay un microcosmos de reptiles, invertebrados marinos y terrestres, que suman cientos de especies. Esta riqueza de flora, fauna y paisajes, conforman la biodiversidad que el área natural protegida El Doradillo ayuda a conservar.

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Introducción a El Doradillo

María Cabrera Marina Delfino

Marina Delfino

...disfrutar hoy y conservar para las generaciones futuras...

María Cabrera

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Erica Palma

En el contexto de la provincia de Chubut, hay 11 áreas protegidas y El Doradillo es la única de carácter municipal y, si a todas ellas las ordenáramos por superficie, figuraría en cuarto lugar en importancia. La provincia de Chubut cuenta con un nutrido elenco de áreas naturales protegidas que incluye sitios bajo la esfera de la Nación, en forma exclusiva en el caso de los parques nacionales y en las reservas naturales militares, como Punta Buenos Aires. Además, amplias reservas provinciales, unas pocas municipales y privadas. Además, es la primera provincia en plantear un área protegida de jurisdicción mixta en la costa. Es el Parque Interjuridisccional Costero Marino Patagonia Austral, surgido de un acuerdo de cooperación para el manejo del sector norte del Golfo San Jorge, entre la provincia de Chubut y el Estado Nacional. Hay dos parques nacionales (Lago Puelo y Los Alerces) dentro del territorio de esta provincia, ambos hacia el oeste. Pero además, el principal ícono de El Doradillo, la Ballena Franca Austral, tiene una figura de protección a nivel país, ya que ha sido declarada Monumento Natural Nacional. Por lo tanto, nuestra área municipal tiene una responsabilidad mayor en términos de su conservación. La importancia particular de El Doradillo siempre es resaltada por prestigiosas entidades locales y nacionales, como el Centro Nacional Patagónico, Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, la Administración de Parques Nacionales, Fundación Patagonia Natural, Aves Argentinas, Fundación Vida Silvestre y Fundación Ecocentro entre otras. Además, diferentes integrantes de esas organizaciones activas en la zona, desarrollaron estudios y relevamientos años atrás, que fundamentaron la creación del sitio y el desarrollo de un plan de manejo para el área protegida. En síntesis, El Doradillo tiene un instrumento legal de creación, objetivos claros, una autoridad cierta de aplicación, un plan de manejo y un reconocimiento de la comunidad conservacionista y de los vecinos. Es una buena base para apostar a seguir defendiendo el sitio y avanzar en su manejo a fin de que cumpla con sus funciones cada vez con mayor efectividad.

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¿Cómo llego? ¿Cómo llego?

Desde Puerto Madryn por la Ruta Provincial N° 1 hacia el norte o desde Península Valdés por la Ruta Provincial N° 2. El ingreso es totalmente gratuito. Es un espacio público, abierto todos los días. El sitio cuenta con miradores y un puesto de control e informes (en Punta Arco), donde Guardaparques municipales asistirán al visitante. Víveres y combustibles, en Puerto Madryn.

El Doradillo es:

El Doradillo es:

• Un área natural protegida creada en el año 2001. • El área natural protegida más cercana a Puerto Madryn. • Un lugar privilegiado para observar naturaleza. • Una buena muestra representativa del Monte y la Estepa patagónica, con una fauna y flora diversas. • Un sitio ubicado cerca de frentes oceánicos con alta productividad, que explica su importante diversidad biológica costero marina. • Un sitio que ayuda a conservar cientos de vertebrados e invertebrados. • Un sitio clave en la conservación de la Ballena Franca Austral (Eubalaena australis), ya que es una de las áreas del Golfo Nuevo de mayor concentración de madres con cría. • “El lugar” privilegiado para observarlas desde la costa, sin embarcarnos, especialmente en momentos de marea alta.

... necesita que: El Doradillo necesita que:

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María Cabrera

• Disfrutes cada uno de los momentos que pases en el lugar. • Colabores con su limpieza, utilizando los cestos de residuos. • Nades, bucees o navegues fuera de la temporada de ballenas. • Circules en vehículos a baja velocidad y solo por los accesos señalizados y permitidos. • Respetes la vida de todas las especies de plantas y animales. • Respetes sitios y temporadas de pesca deportiva. • Respetes la cartelería e infraestructura y cumplas con otras reglamentaciones. • Denuncies irregularidades a las autoridades del Área Natural Protegida.

Punta Arco

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María Cabrera

Con los pies en la Tierra

geología

Un área natural protegida, comentamos recién, es una de las principales herramientas para conservar la biodiversidad. En general, lo primero que imaginamos al pensar en biodiversidad, máxime en un lugar tan atractivo, es en un lugar en donde la flora y la fauna son los principales actores. Pero como todo espectáculo, se necesitan “las tablas”, el escenario en donde los actores se manifiestan. Estos escenarios llevan millones de años de producción. Cada uno de sus decorados y luces trabajan para que la función sea armoniosa y, a la vista, un deleite diario. Ese esfuerzo millonario comenzamos a descifrarlo luego de una revisión bibliográfica y un estudio profundo de imágenes satelitales de altísima resolución (Geoeye), gracias al apoyo de la Secretaría de Turismo del Municipio de Puerto Madryn, con salidas de campo complementarias que nos permitieron identificar las formas geológicas presentes en este lugar. Una primera lectura de los mapas nos invita a fijar los principales hitos geológicos y geográficos que nos marcan la hoja de ruta para hacer las campañas. Concretamos un total de seis, para observar el escenario completo. En la figura siguiente, podemos ver una “primera foto” que resume nuestro trabajo y en ella se observan no solo los principales sitios relevados sino también la división preliminar de los distritos geológicos que constituyen el sitio, el costero y el continental.

Co. Prismático Playa Garipe

Distrito Continental

Punta Gaviota

Distrito Costero Playa Bañuls

Playa Casino Punta Ameghino

Playa Las Canteras

Punta Flecha

Playa El Doradillo

Punta Dorado

Playa Manara Distrito Costero Punta Arco

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Punta Arco

Distritos costero y continental, y los sectores costeros relevados durante el trabajo de campo.

Distrito Continental

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geología

Allá lejos y hace tiempo

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En un sitio como El Doradillo, aunque nos parezca pequeño, podremos vivir nuestra experiencia geológica, nuestro “Jurassic Park” en miniatura y utilizar esos nombres y categorías tan extrañas, que se usan habitualmente al referirse a sitios más conocidos por los especialistas. La máquina del tiempo nos llevará en primer lugar al Período Precámbrico. Es el génesis geológico y el de mayor duración, que abarca desde los 4.600 a 540 millones de años. Seguramente pensarás que era una de las etapas más aburridas de la historia. Por ejemplo ¡no había ballenas! Pero pasaron muchísimas cosas fuertes. Al comienzo, los sedimentos que yacían en lo que hoy denominamos El Doradillo, sufrieron procesos de transformación que habrían empezado en el Precámbrico y, más cerca de nuestros días (¡pero no tanto!) en el Paleozoico Superior. En el Período Silúrico, entre 435 y 410 millones de años, periodo en el cual se originan las primeras plantas y arácnidos terrestres, en nuestra zona ocurre una invasión marina que aporta aun más sedimentos que luego sufrirían notables fracturas y plegamientos. Sucedieron dos acontecimientos plutónicos locales (Granito La Irene y Diorita Méndez) que su nombre ya nos asusta un poco. No es para menos. Imaginar un evento de estas características cuando estamos ante una roca es casi pensar en el origen del lugar en donde estamos parados. El magma asciende desde el interior de la corteza terrestre abriéndose paso lentamente entre las rocas y en su ascensión se va enfriando al punto de convertirse en otra roca (plutónica) cuyo estudio nos permite distinguir perfectamente los minerales que la componen, como el granito. Con el tiempo siguieron los reacomodamientos orogénicos que formaron hemigrabenes, que son fallas de zonas deprimidas entre bloques levantados; además, el escenario fue testigo de una marcada actividad volcánica explosiva. Si damos trancos mayores, en el Cretácico (175 a 65 millones de años) ocurrió un desplazamiento vertical de cierta importancia y, además, se comenzó a formar una cuenca marina. En el sector costero continuaron las ingresiones marinas y también se pueden percibir los aportes de rocas sedimentarias como calizas y areniscas. En el Mioceno, unos 23 a 5 millones de años atrás, ocurren depósitos de una formación que, por sus características propias, lleva el nombre de Formación Puerto Madryn. El período de tiempos geológicos más reciente es el que llamamos Cuaternario y éste abarca los últimos 1.75 millones de años. En nuestra zona, sucedieron depósitos en terraza, tanto en partes elevadas como en los cordones litorales. El Doradillo, por lo tanto, fue y sigue siendo un escenario geológico interesante. El paisaje se modeló gracias a esta dinámica que alternó aportes sedimentarios, actividad volcánica, fragmentaciones e ingresiones marinas, entre otros sucesos. Los miles de millones de años en que ocurrieron estos procesos, influyeron en los paisajes que hoy podemos disfrutar en las recorridas en pleno siglo XXI. Una publicación reciente, hace referencia a la “estratigrafía” en El Doradillo. Estratigrafía, que parece una palabra trabalenguas, es el estudio integral de interpretación de las rocas sedimentarias.

El cuadro, nos simplifica la explicación y, al mismo tiempo, nos muestra como hay una diversidad de rocas y formas, colores y consistencias.

Estratigrafía geológica general del ANPED. DISTRIBUCION AREA EN ANPED

EDAD

LITOLOGIA

Formación Gaiman

Eoceno superior ‐ Mioceno inferior

Tufitas, areniscas, tobas, limolitas, calizas de color blanquecino.

En todo el litoral en el distrito costero (acantilados activos y plataformas de abrasión de olas). Al Oeste de Playa El Doradillo y al Oeste de Punta Dorado (distrito continental).

Formación Puerto Madryn

Mioceno

Areniscas, limolitas, conglomerados, tufitas y coquinas color castaño amarillento.

Al Oeste de Playa el Doradillo y al Oeste de Punta Dorado (distrito continental). Sobre la formación Gaiman.

Rodados Plioceno – Conglomerados Patagónicos pleistoceno polimícticos (vulcanitas silíceas, temprana andesíticas y basálticas) con matriz areno‐arcillolimosa, cementados en parte con un material de naturaleza carbonática.

Coronan la superficie mesetiforme más elevada que puede observarse en toda el área. Actualmente en proceso de destrucción por la erosión de las aguas de escurrimiento superficial y por la acción de los vientos.

Depósitos eólicos, aluviales y coluviales

Sectores diseminados por todo el ámbito de la comarca. Acumulaciones medanosas sobre tope de acantilados.

Pleistoceno Arenas, limos, superior gravas y arcillas no consolidados de color gris claro a castaño claro, cuyo tamaño de grano corresponde a arena fina a mediana, mezclada con proporciones variables de limos, arcillas y algunos rodados dispersos.

EJEMPLO FOTOGRAFICO

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Una obra en dos actos: costa y continente

geología

El Doradillo es un lugar para descubrir. Gracias a su carácter de área natural protegida, su futuro debería estar menos comprometido que otros sitios que no lo son. Por lo tanto, podrás recorrerlo cuando lo desees. Y si bien en una recorrida será difícil que los términos Precámbrico, Silúrico o magma te vengan a la mente, sí podrás apreciar las diferencias de paisajes que, al ser estudiados, pueden clasificarse con un alto grado de detalle, en algunos casos. A grandes rasgos, veremos dos ambientes geomorfológicos: la costa (la franja que bordea el agua) y el continente (el segundo anillo, que bordea el anterior y se ubica tierra adentro). La costa de El Doradillo es lo que nos atrae y nos atrapa. A simple vista, el horizonte nos muestra playas y paredones. Contrastes de alturas y elementos. Pareciera que nuestra vista fuera testigo, en tiempo real y en un mismo plano, de aquellos tiempos geológicos. Porque descansa y tiene vértigo en segundos. La siguiente figura nos resume el tipo de costa en el área protegida. En total, alcanza unos 23.5 km lineales y de ellos 9.4 km se presentan como acantilados y 14.1 como playas de diferente tipo. Se irán alternando uno a otro y el conjunto estará signado por un factor clave, la erosión producto del vaivén constante de las olas.

Co. Prismático Playa Garipe

Distrito Continental

Punta Gaviota

Distrito Costero Playa Bañuls

Playa Casino Punta Ameghino

Playa Las Canteras

Punta Flecha

Playa El Doradillo

Punta Dorado

Acantilado activo (costa de erosión)

Playa (costa de acreción)

Plataforma de abrasión de olas (costa de erosión)

Playa-Acantilado inactivo (costa de acreción)

Playa Manara

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María Cabrera

Punta Arco

Podemos ver los dos ambientes característicos, el continental y el costero y, en este último, diferentes variantes que apreciaremos en las salidas de campo.

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Las mil y una costas

Campo adentro: el “continente”

El litoral marítimo argentino es un muestrario de estampas increíbles. Y los 23.5 km de costas del Área Natural Protegida El Doradillo lo reflejan. Aquí te presentamos algunos de los principales atractivos, con su correspondiente explicación geológica.

En una gran superficie del sur de la Argentina, Patagonia y meseta son sinóminos. Y nuestro sector continental del Área Natural Protegida El Doradillo, es el típico paisaje de meseta, con pendientes hacia el oeste. Y alturas de 120 m s.n.m. hasta la línea de mareas, es decir 0. Es un semidesierto, con fuertes vientos y lluvias en invierno. A través de un trabajo con imágenes satelitales y una aproximación digital podemos ver el relieve, las distintas pendientes y alturas del terreno.

Plataformas de abrasión de olas

Impresionan. Son paredones verticales o algo inclinados que oscilan entre 10 y 15 m de altura. Sus frentes algo estriados presentan tonos blanquecinos. Cárcavas en sus extremos superiores y cavernas en las bases. Las caídas parciales nos recordarán glaciares desprendiendo en bloques sus areniscas.

Están al pie del acantilado. Se ven como extensión plana hacia el mar. Pueden ser lisas o ahuecadas, cubiertas con caracoles y otros moluscos; mejillones y otros bivalvos. A veces con vegetación adaptada a ambientes salinos (halófitas).

Playa Garipe Punta Gaviota Playa Casino Playa Bañuls

Playas de arenas y/o gravas

Punta Flecha

Playa El Doradillo María Cabrera María Cabrera

Punta Ameghino

Playa Las Canteras

Cordones litorales

Son los sitios usados para descanso y recreación. Es el otro gran ambiente costero y ocupan un 60 % del frente del área protegida. La inmensidad puede presentar desde arenas finas a cantos rodados. Médanos

Punta Dorado Playa Manara

Relieve del Área Natural Protegida El Doradillo. Modelado digital del terreno mediante Sistemas de Información Geográfica. Los colores indican la altura del relieve, medido en metros sobre nivel del mar (m s.n.m.). La altura media de todo el área es de 52 m s.n.m.

María Cabrera

Lomadas de arena color claro, blanco cremoso a amarillento que se disponen a manera de franjas sobre los cordones y están algo cubiertos de vegetación. Los conforma el viento y dentro del área protegida tiene algo más de 100 hectáreas.

Modelo Digital del Terreno (m s.n.m.)

Punta Arco

Altura discreta, entre 3 y 4 m, con finas capas de limo y arcilla. Son depósitos ubicados entre los 150 m del continente y la línea de más alta marea. Presentan piedras pequeñas o gravas. Tienen poca arena e infinitas conchillas astilladas suman color y textura. Pueden estar vegetados y presentar depósitos eólicos.

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Co. Prismático

110-120 90-110 80-90 70-80 50-70 40-50 30-40 10-30 0-10 Cañadones (curso de aguas temporarios)

geología

María Cabrera

María Cabrera

Acantilados activos

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geología

Mauro Novara

geología

Terraza

Serían “el alto”, con alturas entre 100 y 90 m s.n.m. Lo atraviesan cursos de agua temporarios que desembocan en el mar, presentando valles y cañadones en los trayectos. Suman 871 hectáreas.

Meseta inferior Abanicos

María Cabrera

Mauro Novara

En general, vemos que las pendientes son suaves o directamente horizontales y esto es producto tanto de la erosión hídrica como eólica sumados a los procesos de remoción en masa. Al igual que cuando nos referimos al ambiente costero, queremos mostrarte un pantallazo de las geoformas presentes en el sector continental, según nuestra clasificación. Es la geoforma dominante. Entre 70 y 0 m s.n.m. Sus pendientes son suaves y también están surcadas por cañadones y valles. Son 4.643 hectáreas.

Son depósitos aluvionales provenientes de cursos temporarios que descargan sedimentos al disminuir las pendientes. Totalizan 64 hectáreas en el área protegida.

Bajos

Cárcavas Co. Prismático

Playa Bañuls

Punta Gaviota Playa Casino Punta Ameghino

Los hay de origen eólico como por acción del hombre, que generan depresiones por la extracción de áridos. Se inundan cuando ingresa agua marina. Cubren unas 144 hectáreas.

Playa Las Canteras

Punta Flecha Meseta (Terraza-sección superior)

Playa El Doradillo

Punta Dorado

Meseta (sección inferior)

Lucrecia Cella Pizarro

Distrito Costero

Mauro Novara

Playa Garipe

Distrito Continental

Se desarrollan en zonas de fácil erosión, con acción de escurrimiento superficial de los excedentes de agua. Se dan tanto en los puntos superiores de las mesetas como en los acantilados. Representan 6 hectáreas.

Barrancas Cañadones

Escarpe de erosión activo (barrancas) Abanicos aluviales Cárcavas Médanos y acumulaciones

Punta Arco

Depresiones y bajos Cañadones

Geoformas de los distritos continental y costero del ANPED

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Conectan las mesetas superior e inferior y tienen aspecto de bajadas o caídas con pendientes que pueden llegar a 20 °. Suman 1.053 hectáreas.

Mauro Novara

María Cabrera

Playa Manara

Resultantes de la erosión hídrica, contribuyen con el encauzamiento de las aguas temporarias, desde la meseta superior hacia los bajos. Ante lluvias extraordinarias, los cañadones se profundizan. Son 125 km.

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Listado de geoformas del distrito Costero y continental

Desde Punta Arco a Punta Dorado, Punta Flecha, Punta Ameghino, Punta Gaviota y costa frente a Cerro Prismático.

Acantilados inactivos

Sector Oeste de Playa Bañuls.

Playas de arenas y/o gravas

Playa El Doradillo (1era y 2da bajada: arenas, 3era bajada: gravas), Playa Las Canteras (gravas), Playa Bañuls (gravas y arenas), Playa Casino y Playa Garipe (gravas).

Plataforma de abrasión de olas

Punta Arco, Punta Dorado, Punta Flecha, Punta Ameghino, Punta Gaviota y costa frente a Cerro Prismático.

Cordones litorales elevados

Playa Las Canteras.

Médanos y acumulaciones arenosas

En el sector próximo a las playas desde las inmediaciones de Punta Dorado a Punta Flecha, y de Playa Bañuls a Cerro Prismático.

Distrito Continental

Sitios donde las geoformas pueden resultar interesantes atractivos turísticos.

Mauro Novara

Acantilados activos

Meseta (sección superior terraza)

Cotas mayores a 100 m s.n.m. en sur y centro del área, y cotas mayores a los 90 m s.n.m., en el norte del área.

Meseta (sección inferior)

Entre las cotas de 70 m s.n.m. y en el nivel del mar (en los sectores con playas) y en los tope de acantilados (entre 10 y 15 m s.n.m.).

Escarpe de erosión activo (barrancas)

Barrancas con cotas entre los 90‐100 m s.n.m. y 70 m s.n.m.

Abanicos aluviales

Confluyendo sobre bajos al Oeste de playa El Doradillo y al Oeste de playa Garipe.

Cárcavas

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Distrito Costero

Los sitios de “mayor relieve”

Punta Dorado (42° 35’ S; 64° 48’ O). Se observan las geoformas de acantilado activo, y restingas en bajamar, además médanos vegetados coronando el tope del acantilado, cárcavas de erosión, una excelente vista de la playa de arenas de El Doradillo y de las Formaciones Gaiman y Puerto Madryn (vista al Noroeste).

María Cabrera

Geoformas

Descubriendo El Doradillo

Resumen de las Geoformas del DISTRITO COSTERO Y CONTINENTAL

Asociadas a los sectores con Asociadas a la red de drenaje acantilados activos (desde Punta Arco a (cañadones) y en el escarpe de Punta Dorado, Punta Flecha, Punta erosión activo (barrancas). Ameghino, Punta Gaviota y costa frente a Cerro Prismático).

Depresiones y bajos

Al Oeste de Playa El Doradillo, Este de Playa Bañuls y Playa Garipe (origen natural), Playa Las Canteras (origen antrópico).

Cañadones

Representados espacialmente en toda la superficie del ANPED.

Barrancas al Oeste de Playa El Doradillo. Apreciamos el desarrollo y contenido fosilífero de las Formaciones Gaiman y Puerto Madryn. In situ se observan variadas tempestitas (moldes de invertebrados fósiles).

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Mauro Novara

Mauro Novara

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Cerro Prismático (42° 35’ S; 64° 48’ O). Aunque fuera de los límites del ANPED, desde el mirador de Cerro Prismático hacia el Norte observamos un paisaje runiforme (badlands) sobre las sedimentitas de la Formación Gaiman, erosionada por el viento y el agua.

Descubriendo El Doradillo

Punta Ameghino (42° 37’ S; 64° 52’ O). Zona de acantilados activos sobre sedimentitas del Terciario; hay Lobos Marinos de un Pelo y Cormoranes.

Mauro Novara

Punta Gaviota (42° 36’ S; 64° 50’ O). Afloramientos de la Formación Gaiman coronados por cantos rodados.

Mauro Novara

Playa Las Canteras. Zona de recuperación de canteras de áridos sobre cordones litorales elevados. Interesante para observar aves en zonas inundadas.

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flora

Alejandro Avampini

El Doradillo en flor

El Doradillo es Patagonia, pero está enmarcado en una diagonal árida que atraviesa el país desde el noroeste argentino hasta el nordeste de Chubut. Al abarcar una superficie tan extensa, las temperaturas son variables. En nuestra zona, las medias oscilan en 13 °C pudiendo haber máximas absolutas de 40 °C y mínimas absolutas de -10 °C. Las lluvias, por su parte, muestran valores menores a 180 mm anuales, mayormente en invierno y primavera. El aspecto general del ambiente es el de una estepa con arbustos adaptados a las temperaturas y precipitaciones que mencionamos. La vegetación de El Doradillo es de estructura simple con uno a tres estratos y con características propias de ambientes xerófilos. La planta que reina en el monte es la jarilla. De hecho, “el jarillal” es la comunidad madura y estable, que tendrá variantes a lo largo de su distribución. 45 especies de Una recorrida por los senderos de El Doradillo nos dará cierta plantas nativas rele vadas sensación de pobreza en relación a caminatas por otras ecorregiones 6 introducidas de la Argentina. Pero así es el monte. La vegetación es baja y aunque puede presentar estratos, la cobertura es escasa y vemos vacíos 25 familias botánicas en donde el terreno se encuentra pelado. Igualmente, pese a las condiciones extremas en cuanto a viento, temperaturas y lluvias, hay 16 especies que son mucho por descubrir.

Plantas en número

Conoce tu aldea y conocerás el mundo

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Jarilla Larrea nitida

s:

endémicas (exclusi vas) de la Argentina

5 especies están amenaz

Pinta tu aldea y pintarás el mundo, dice una frase popular. Algo similar ocurre con el conocimiento. Península Valdés y el Istmo Carlos Ameghino cuentan con estudios de su flora. El Doradillo, nos estaba esperando para descubrir parte de su riqueza. Concretamos campañas, muestreamos vegetación en 15 sitios, hicimos censos, tomamos muchas fotografías, colectamos plantas para herborizarlas como material de estudio y … mapeamos. Este proceso es clave para poder diferenciar los tipos de paisajes y, en función de eso, conocer las unidades de vegetación del escenario de nuestra reserva. Dijimos que si bien el desierto del Monte es una extensa franja que compartimos con una decena de provincias argentinas, hasta nuestro sur no llegan los cardonales, que son también típicos de esta formación y los algarrobos no son tan abundantes. Nuestra “aldea” es una estepa arbustiva. En realidad son varias estepas, según las especies que predominen. Vamos a ver las variantes que presentan en la zona. En las áreas de cañadones o cercanas a peladares, se impone una variedad donde predomina el Palo Azul (Cyclolepis genistoides), arbusto de racimos amarillentos que puede alcanzar a los 2.5 m de altura, asociada al Quilembay (Chuquiraga avellanedae), típico arbusto estepario de la Patagonia. Puede acompañarlos la jarilla y una especie de algarrobo.

adas.

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María Cabrera

flora 34

Otras unidades de vegetación seguirán siendo estepas, pero a los arbustos se sumarán gramíneas. Ocurren por ejemplo en las áreas quemadas, donde dominan las jarillas y algarrobos pero en esta matriz de arbustos surgen pastos que favorecen al ganado cuando rebrotan luego de un incendio. El piquillín puede matizar el paisaje con el tono rojo de sus frutos durante las estaciones de primavera y verano. Cerca de las playas, aunque la vista se nos vaya directamente al agua, podremos también disfrutar de las plantas. También en lotes quemados, veremos otra variante de estepa compuesta por arbustos y pastos, en este caso conformada por jarillas y flechillas. También aparecen molles (Schinus johnstonii) que son arbustos medianos, frecuente en el monte del nordeste patagónico y que veremos acompañado por el piquillín y el monte negro (Bounganvillea spinosa) que aunque no lo creamos, también está presente en el Perú. Una de las unidades de vegetación de mayor presencia en cuanto a superficie es la estepa de quilembay y jarilla. Es uno de los paisajes más característicos de la región y lo podemos ver tanto en la costa como en la meseta. Los arbustos bajos dominan incluso cuando estamos accediendo a El Doradillo por la ruta 42. Otros arbustos dan el presente, como el vulgarmente conocido uña de gato (Chuquiraga erinacea) que llega a los 2 metros y aporta tonos amarillentos al verde oscuro de las jarillas dominantes. Si hay presencia de ganado, los pastos además no serán tan abundantes. La meseta también nos ofrecerá una última unidad de vegetación: la estepa arbustiva-herbácea donde domina el quilembay (¡nuevamente!) y una leguminosa -la familia de los algarrobos- como lo es la barba de chivo (Prosopidastrum globosum), típica de zonas áridas. Y decimos herbácea porque la acompañan varias especies de pastos, que popularmente llamamos coirones.

Flor de cactus Austrocactus bertinii

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Los botánicos miden, censan, toman fotos y colectan plantas para su estudio. Queremos que tengas un “herbario gráfico” con las especies más conspicuas de las zonas que visitamos en nuestros estudios.

Quilembay (Chuquiraga avellaneda e) Familia Asteraceae

Lucrecia Cella Pizarro

Lucrecia Cella Piza

rro

Es un arbusto bajo, redondeado, que llega a 1 m de altura. Es verde brillante y sus hoj as duras terminan en una espina marrón rojiza. Presen ta flores amarillas. Es exclusiva de la estepa patagónica, presente desde el sur de Mendoza hasta el norte de San ta Cruz.

s) lippia seriphioide Tomillo (Acantho eae Familia Verbenac un arbusto rbusto, es decir ba su un a er id ente de Se lo cons altura, habitualm de m 1 un de os n pilosas y pequeño, de men cadas y rígidas so in tr in as m ra s Su ecen. 30 a 60 cm. oscuro cuando cr o añ st ca a an rn to color verde, que cas. an bl un n Las flores so ríos a través de sf re n ba ra cu esta especie; Los Tehuelches cluía las hojas de in e qu , ón si fu in ones preparado en usa para afecci se e at m al s ja ho fuerte y sus agregando sus rfume agradable, pe un e en Ti . cosos estomacales Vive en suelos ro . to en im nd co o m gentina; en hojas se usan co es áridas de la Ar on gi re s la de y pedregosos Cruz. quén hasta Santa eu N e sd de a, ni Patago

Molle (Schinus johnstonii) Familia Anacardiaceae

Descubriendo El Doradillo

Las plantas más comunes

Un arbusto típico de la Patago nia que alcanza 1.5 m de alto. Tiene hojas chicas , verde ceniza, con flores agrupadas en racimos tien en múltiples usos. Entre otros, de reparo, ya que dan una buena y refrescante sombra. Sus frutos se comen y distintas partes de la planta tienen pro piedades tintóreas. Desde Río Negro se extiende hac ia el sur hasta Chubut siendo especialmente abundante en el noroeste de la Patagonia. Es endémica de la Arg entina.

varicata) Jarilla (Larrea di laceae Familia Zygophyl

o 3 m de e llegar a los 2 ed pu e qu o st bu dos Es un ar s divididas en ra du én bi m ta as n resina. altura, con hojit verde brillante, co r lo co de y s) lo pecto partes (folío utos tienen un as fr s lo y as ill ar -plateada. Sus flores son am una “lana” blanco r po s to er bi cu r ro. suave al esta especies del géne es tr s la de a id nd fu Esta es la más di ras. eparación de tintu pr la Es usada en

Daniel Perez

Daniel Pérez

m (Prosopidastru Barba de Chivo inosae Familia Legum

Palo Azul (Cyclolepis ge nistoides) Familia Asteraceae

Daniel Pérez

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Es un arbusto algo meno r que el anterior, de 1 a 2.5 m de altura. Es una planta “densa”, tanto po r sus ramas como por sus hojas , que caen en las temporad as desfavorables (son cadu cas) y de forma oblon golanceoladas (más largas que anchas), agudas en el ápice y contraídas en la base, enteras y con pelito s. Tiene las raíces profunda s. Capítulos semiespigad os en las ramitas jóvenes, que presentan unas 10 a 15 flores amarillentas. La especie prefiere bordes de las sa linas y ríos salados, desde la reg ión chaqueña hasta el no rte de la Patagonia.

globosum)

as, n hojas bipinnad co ra tu al de m 2 1a vuelven a Es un arbusto de rtes que además pa s do en de vi s son es decir que se di as folíolos. Ésto ad in m no de es s part e raíces dividirse en otra a oblongos. Tien os tic íp el , m m as. Su de 2.5-5 × 8­1.3 y flores amarill ro et m el n ra supe s maras. profundas, que buscado por la es a, ch au ch a secos. fruto, que es un osos y lugares eg dr pe , os os aren ediados de Habita en suelos mente desde m da na lo ca es ca de la Florece y fructifi o. Es endémica oñ ot de os pi ci a prin primavera hast Argentina. arro

Lucrecia Cella Piz

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Monte negro (Bougainvillea spinosa) Familia Nyctaginaceae

Lucrecia Cella Piza

Lucrecia Cella Pizarro

Coirones Familia Poaceae Son varias las es pecies presentes. Entre ellas el Coirón Amargo (Jarava speciosa , an te s asignada al género Stipa) qu e es un pasto pe renne, que pued alcanzar los 60 cm e de altura, que crec e como si fuera césped (cespitoso ). Sus raíces son profundas y tiene espigas de flore s sedosas. Es un a especie andinopatagónica pero también está pr esente en Amér del Norte. ica

Aparece también la Flechilla (Nasell a tenuis, también Stipa con anterior idad), que crece algo menos que la anterior, llegando a los 40 cm de altu ra. Es un pasto perenne con hojas de 0.5 a 10 cm, con vainas de color amarillo pajizo. Sus espigas pueden alcanzar los 20 cm; presente en el centro y sur de nuestro país. Hay varias especies del género Poa, conocidas genéricamente como coir ones, que son pastos perennes colo amarillo pajizo y que llegan al medio r metro de altura, con un conjunto de esp igas densas, que tienen valor forrajer Entre ellas el pasto hebra (Poa lanugino o. sa). También está presente el coirón pluma (Jarava neaei) que mide entre y 150 cm. de altura; tiene hojas con vain 50 as glabras y lisas, violáceas o amarillo pajizas, las raíces algo profundas y las panículas sedosas. Está presente en toda la Patagonia.

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Yaoyín (Lycium chilense) y Ma ta Laguna (Lycium ameghinoi) Familia Solanaceae

Lucrecia Cella Pizarro

Lucrecia Cella Piz

arro

a, de 0 a 1,80 m de altur Es un arbusto de 0,8 ica de la amarillenta, característ copa compacta verde iembre del Monte. Florece en dic provincia fitogeográfica osos pil llos. Sus frutos son aportando tonos amari oeste se distribuye desde el y largos. En Patagonia ntro ce do por el este hasta el de Neuquén, continuan strix es Chubut. La variedad hy norte de la Provincia de na. endémica de la Argenti

rro

ga erinacea) Uña de gato (Chuquira Familia Asteraceae

ejemplares Es un arbusto importante, cuyos Tiene espinas y alcanzan entre 1 y 2 m de altura. as. Sus raíces sus hojas, carnosas, parecen pequeñ 1 m. Tiene flores profundas pueden alcanzar más de las rodean) color solitarias con brácteas (hojitas que as áridas, desde blanco-amarillentas. Es típica de zon Perú hasta la Patagonia Argentina.

Descubriendo El Doradillo

Es un arbusto qu e alcanza los 50 cm de altura y presenta los tallos retorcidos . Sus hojas so pequeñas y carn n osas y se encuen tr an aglomeradas Tiene flores blan . cas algo rosada s y el fruto es un cápsula con form a a de pera (pirifo rme).

arro

Es un arbusto espinoso que alca nza los 3 m de altura. Sus espinas miden de 0.3 a 6 cm . Sus hojas pinnadas son largas, de 3 a 14 cm y sus folíolo s delicados, de 0.5 a 1.7 cm × 0.9 a 1.5 mm lineales. Cue nta con raíces profundas de más de 1 m y sus racimos son amarillentos. Su chaucha es de 7 a 17 × 0.6 a 1.2 cm. Es una especie característica de la región del Monte, presen te en suelos arenosos, sueltos y bien drenados. Es un recurso forrajero natural clave para vacas, ovejas y cabras , que comen hojas tiernas y frutos. También lo consumen el choique y la martineta copetona entre las aves y el guanac o entre los mamíferos que habitan El Doradillo.

Falso Tomillo (F rankenia patago nica) Familia Frankeni aceae

Lucrecia Cella Piz

Lucrecia Cella Pizarro

Alpataco (Prosopis alpataco) Familia Leguminosae

Hay al menos dos especies del mis mo género presentes en la zona. El yaoyín es un arbust o enmarañado y ramoso de 1 a 2 m de altura cuyas ram as son delgadas, algo colgantes y sin espinas. Las hojas son color verde y con un brillo particular, semicarnosas y sus flores se ubican en las axilas de las hojas y aportan color blanco-amarillento. Los frutos son rojizos y cuando ma duran parecen tomatitos en forma de peritas. Especie de distribución centro-sur del país, que presenta una var iedad con distribución exclusiva en Patagonia.

de altura. Sus La mata laguna tiene una apariencia robusta y rígida y es un arbusto que supera el metro y medio que en su ramas son gruesas y terminan en forma de espinas desafiladas. Sus hojas son más pequeñas y carnosas pariente y las flores tienen forma tubular, de color amarillo claro.

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Rúcula, Flor amarilla (Diplotaxis tenuifolia) Familia Brassicaceae

Lucrecia Cella Pizarro

Hierba perenne, de olor característico. Hojas de forma variable y flores amarillas, en racimos terminales, sobre tallos más altos que las hojas. Sus flores muestran una característica típica de la familia: los cuatro pétalos que forman la corola se disponen en forma de cruz. En la zona tiene un largo período de floración, desde fines del invierno hasta bien entrado el otoño. Frutos dehiscentes que semejan pequeñas vainas con numerosas semillas. Es originaria del Viejo Mundo y fue introducida en la región pampeana como planta melífera, pero se ha difundido haciéndose una de las especies invasoras más abundantes.

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Lucrecia Cella Pizarro

Lucrecia Cella Piza

Son plantas cosmopoli tas, se dan como adventicias invadiendo suelos modificados. También es precursora en la colonización de médanos. Al terminar su ciclo anual de vida, esta planta es desprendida por el viento que dada su forma globosa distrib uye sus semillas en el trayecto.

rro

Cardo ruso (Salsola kali) Familia Chenopodiaceae

are) arrubium vulg Malvarrubia (M ae Familia Lamiace e altura, 0 a 0,60 m d ,3 0 e d a rb ie rde Es una h de color ve sa llo ve , osa s anchas, erguida, ram nte. Tiene hoja ra et en p r lo o sas. grisáceo y samente lano en d y s sa o g ru uente en denticuladas, a, también frec ci ti n ve ad ie ec a la Es una esp cuentra en tod en la se y s o d suelos modifica Patagonia.

Tamarisco (Tamarix gallica) Familia Tamariaceae Es un conocido arbusto caducifolio, introducido, de hasta 8 m de altura, bien ramificado, con la corteza de color pardo oscuro a púrpura. Las hojas se van alternando en forma de hélice, cubrién dose como si fueran tejas. Las flores son rosadas o blancas de 2-3 mm de diámetro formando racimos den sos de 1-4 cm de largo. El fruto es una cápsula con 3 valvas, de 3-4 mm de largo, color rosa claro, con vari as semillas que llevan un largo penacho de pelos plum osos. Se crían en la proximidad de las costas o de los ríos. También se cultivan en los jardines como orn amentales. La infusión de su corteza es muy rica en taninos, se empleó desde hace tiempo como astr ingente.

Descubriendo El Doradillo

Lucrecia Cella Pizarro

Es un arbusto de 1- 2 m de altura repl eto de hojas lanceoladas que terminan en un ápice agudo y tienen márgenes aserrados. También sus flores son numerosas, con forma de hilos , bien delicadas. Los frutitos son rojizos. Tien e usos medicinales, contra el reuma, inflamac iones, vermífugo, calmante en general y antivenér eo. Se distribuye en todo Sudamérica, siendo frec uente en sitios arenosos y húmedos, al borde de cursos de agua.

María Cabrera

Chilca (Baccharis salicifolia) Familia Asteraceae

Es una hierba anual de origen europeo pero naturalizada en Patagon ia, con hojas formand o una roseta aplastada co ntra el suelo. Los tallos son rojizos y alcanzan hasta 0,60 m de altur a. Las flores pequeñas vis ten de color rosa púrpur a. Crece abundantemente en terrenos cultivados y en suelos modificados actuando como maleza.

arro

A continuación te presentamos aquellas plantas que, sin ser originarias de la zona, se afincaron y ya pertenecen al “elenco estable” del área protegida. En algunos casos, la introducción de especies exóticas, pese a su belleza, puede resultar una amenaza para las nativas. Te las presentamos para que las conozcas.

Alfilerillo (Erodium cic utarium) Familia Geraniaceae

Lucrecia Cella Piz

Las plantas inmigrantes

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Del total de especies presentes, te comentamos que cinco están amenazadas según diversas fuentes. Por lo tanto el Área Natural Protegida El Doradillo cumple una función clave en su conservación.

Lucrecia Cella Pizarro

Es una planta patagónica que llega hasta el extremo austral de la provincia de Buenos Aires, aunque es rara en esta provincia habiéndosela considerado Vulnerable. Sí es frecuente en Mendoza, Neuquén, Río Negro y Chubut donde predomina en la provincia fitogeográfica del Monte en vegetación arbustiva xerófila. Se ha colectado hasta una altura de 2.600 m s.n.m. Presente en las provincias de Buenos Aires, Chubut, La Pampa, Mendoza, Neuquén, Río Negro, San Juan y San Luis. Exclusiva de la Argentina.

Jarillas (Larrea divaricata y Larrea nitida) Familia Zygophyllaceae

Lucrecia Cella Pizarro

Solupe o Fruta del Bicho o Fruta del quirquincho (Ephedra ochreata) Familia Ephedraceae

Molle (Schinus johnstonii) Familia Anacardiaceae

Es un arbusto de hasta 1,5 m de altura, de copa densa y ramas fructíferas gruesas, color verde amarillento. Las hojas son pequeñas, rígidas y con dientes puntiagudos en el ápice. Frutos maduros rojos (excepcionalmente blancos) y carnosos. Habita en la región occidental del Monte y en la estepa patagónica. Está presente en regiones secas del oeste y sur del país, es decir, en el monte occidental y en la estepa patagónica, en el extremo sur de Buenos Aires, hasta la Sierra de Curamalal y Monte Hermoso. Figura como Casi amenazada en la provincia de Buenos Aires Presente en las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Chubut, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz, San Juan y San Luis. Exclusiva de la Argentina.

Cactus Gymnocalycium gibbosum

La primera de las especies fue tratada en la sección “Las plantas más comunes”. Larrea nitida, es un arbusto ramoso con hojas verdes brillantes, enteras, resinosas, con el borde festoneado. Las flores son amarillo brillantes y los frutos aplanados, verde grisáceo cubiertos por pelos ralos. Tiene una distribución amplia. .

Lucrecia Cella Pizarro

María Cabrera

Yaoyín (Lycium chilense) Familia Solanaceae

Esta especie fue detallada en la sección “Las plantas más comunes”.

Descubriendo El Doradillo

María Cabrera

Las plantas más amenazadas


Descubriendo El Doradillo

María Cabrera

Tomale lista a las plantas

Los relevamientos concretados nos permiten brindarte un primer listado de las plantas nativas que “asisten a clase” en el Área Natural Protegida El Doradillo. ¡Y nos enseñan! Las ordenamos por familias con su nombre vulgar y científico. Te dejamos un espacio para que completes si las observás en tu salida.

Familia

Nombre vulgar

Nombre científico

APIACEAE

Neneo

Mulinum spinosum

ASTERACEAE

Baccharis darwinii Baccharis melanopotamica Mata mora

Senecio filaginoides

ANACARDIACEAE

Molle

Schinus johnstonii

CACTACEAE

Tuna, Chupasangre

Maihueniopsis darwinii Austrocactus bertinii Gymnocalycium gibbosum

CALYCERACEAE

Boopis anthemoides Retamilla, Pichana

Sena aphylla

Zampa

Atriplex lampa

Jume

Suaeda divaricata

Quilembay

Chuquiraga avellanedae

Uña de gato

Chuquiraga erinacea

Quilembay

Chuquiraga aurea

Palo azul

Cyclolepis genistoides

Leña de piedra

Brachyclados sp.

Botón de oro

Grindelia chiloensis

-

Nassauvia fuegiana

Perezia

Perezia recurvata

EPHEDRACEAE

Solupe

Ephedra ochreata

FRANKENIACEAE

Falso Tomillo

Frankenia patagonica

LEGUMINOSAE

Pata de perdiz

Hoffmannseggia trifoliata

Barba de chivo

Prosopidastrum globosum

Alpataco

Prosopis alpataco

Monte Negro

Bougainvillea spinosa

CHENOPODIACEAE COMPOSITAE

NYCTAGINACEAE ONAGRACEAE

Oenothera sp.

PLANTAGINACEAE

Llantén

Plantago patagonica

POACEAE

Esparto

Spartina densiflora

RHAMNACEAE

Piquillín

Condalia microphylla

SOLANACEAE

Yaoyín

Lycium chilense

Mata laguna

Lycium ameghinoi

Tomillo

Acantholippia seriphioides

VERBENACEAE

Molle Schinus johnstonii

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aves

Los grandes anfitriones

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Compartiremos algunas recomendaciones para disfrutar de la salida. Primero, ropa cómoda, de tonos apagados y calzado resistente para las caminatas. Un gorro especialmente en primavera-verano, provisión de agua y frutas frescas para evitar deshidratarnos y protector solar. Dependerá de tus intereses si deseas munirte de un par de prismáticos para observar a la distancia y una cámara de fotos para obtener documentos valiosos y, sobre todo, recuerdos de tu visita. Seguramente serán las aves los primeros en darnos la bienvenida. Es la Clase de vertebrados que, gracias a su capacidad de vuelo, pudo conquistar todos los continentes. En principio, habría al menos unas 171 especies de aves presentes o de probable observación en El Doradillo. Es un número muy importante y, si recorremos la reserva en diferentes temporadas seguramente observaremos una gran cantidad de ellas. Del total, las aves acuáticas son las más numerosas, siendo casi la mitad. Incluimos en acuáticas a familias bien diferentes, como pingüinos, albatros y petreles, chorlos y patos, entre otras especies. En El Doradillo podemos ver aves todo el año, serán más o menos, según la época y el clima; algunas son migratorias, pero siempre habrá algunas especies esperándonos con sus plumajes y cantos. Comencemos a disfrutarlas. Paradójicamente, uno de los grupos más atractivos de aves son no voladoras: los pingüinos, de los cuales en la Argentina habitan ocho especies. En esta región, la especie más habitual y que nos proyecta turísticamente al mundo es el Pingüino de Magallanes.

Marcelo Bertelotti

Loyca Sturnella loyca

Daniel Pérez

Jorge Manuel Quiroga

Cuando referíamos a El Doradillo como una gran obra de teatro, presentamos a la fauna como uno de los actores principales. No es para menos. El área que nos ocupa, que integra el fenómeno Península Valdés, es uno de los sitios más impresionantes en cuanto a observación de fauna en el país. San Guillermo en San Juan, Lagunas Altoandinas en Jujuy, Iberá en Corrientes, El Rey en las Yungas, el este de Formosa, Urugua-í en Misiones y Península Valdés en Patagonia son quizás los principales puntos cardinales de la fauna argentina. Y aquí sin dudas las aves y los mamíferos se llevan las de ganar. Salgamos de recorrida. Abramos nuestros sentidos para percibir aromas, colores y sonidos, que serán claves para detectar las especies presentes. Proyectemos una visita descansada, con tiempo y no a las corridas.

Pingüino de Magallanes Spheniscus magellanicus

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Daniel Pérez

Choique o ñandú petiso Rhea pennata

María Cabrera

Martineta Común Eudromia elegans

Daniel Pérez

Macá Grande Podiceps major

Macá Plateado Podiceps occipitalis

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Otra presencia no voladora, imponente en la aridez de la estepa arbustiva, es el Choique, pariente cercano del Ñandú. Incluso se lo conoce como ñandú petiso. Su coloración es gris amarronada y sus plumas son “flojas”. Tiene hábitos similares. Anda en grupos pequeños pero a veces suele haber bandadas de decenas de individuos. Se alimenta de flores, frutos e insectos. Es rápido en la carrera, así que tenemos que ser sigilosos para poder observarlo aunque cada vez es más raro en nuestra zona. Al igual que el Ñandú, es el macho quien acondiciona el nido e incuba los huevos que le dejan las hembras en sus nidos. Uno de los nombres en inglés de la especie es Darwin´s Rhea, ya que fue el naturalista inglés Charles Darwin uno de los primeros en aportar información sobre su biología y fue una especie que impresionó muchísimo al impulsor de la Teoría de la Evolución. Con tonos bien similares al ambiente pedregoso en el que habita, otra estampa característica de la zona es la Martineta Común o Copetona, así llamada por sus finas plumas que viste en la cabeza. Su aspecto es rechoncho y anda caminando en grupos sorteando piedras y arbustos. Puede escucharse su silbido característico. Si desconfía, se aleja trechos cortos con una carrera en zigzag o con un vuelo pesado y recto. En primavera se observan los tríos formados por dos machos y una hembra, en verano los padres con sus pichones, y en otoño e invierno grupos mixtos que hemos registrado con más de 20 individuos. Nidifica en El Doradillo y, al igual que la mayoría de los tinámidos, sus huevos son lustrosos, que los ubica en una depresión sencilla en la base de la vegetación achaparrada. Un grupo particular es el de los macáes o zambullidores. El Macá Grande o Hualá es el más habitual en este sitio y puede distinguirse por su largo cuello elegante y un pico fino y recto, con el que atrapa peces en sus inmersiones. Anida en nuestra zona, construyendo una plataforma vegetal donde monta los huevos, que cubre con plantas si debe abandonar el nido por un tiempo. Los macáes Plateado y Común, pequeños y de pico corto, también pueden verse en la costa, a veces en grupos numerosos.

Marcelo Bertelloti

Daniel Pérez

Los adultos son blancos y negros y los juveniles presentan tonalidades grisáceas. Como es sabido, esta especie anida en colonias a veces muy numerosas, destacándose en la Argentina la de Punta Tombo, también en la provincia de Chubut. Existen también otras colonias menores, pero en expansión, en el área natural protegida Península Valdés. Aunque no nidifican en El Doradillo, suelen verse en diferentes épocas del año en las playas y nadando en las cercanías.

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Martineta Común Eudromia elegans


Daniel Pérez

Petrel gigante común Macronectes giganteus

Cormorán roquero - Phalacrocorax magellanicus y Biguá - Phalacrocorax brasilianus

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Daniel Pérez

Hay en la región tres especies de pardelas. No son tan habituales en El Doradillo, pero hay que prestar atención “al horizonte”. A veces pueden verse franjas en movimiento, que son bandadas de estas especies alimentándose frenéticamente en las olas. Parecen petreles chicos, son pardas por arriba y algunas veteadas de blanco en el inferior de alas y cuerpo. En algunos sitios pueden verse miles de individuos, como si fueran un enjambre. Los cormoranes son una presencia frecuente en la zona. El Biguá es de un color azabache y tiene una distribución bien amplia en la Argentina, siendo muy común en lagunas y ríos del litoral mesopotámico. Pero también es costero. Las otras dos especies, el Cormorán Roquero e Imperial, son similares entre sí. Ambas reparten tonos blancos y negros en su plumaje. La principal diferencia a la distancia: el primero tiene el cuello negro, con algo de blanco en la barbilla. Las tres especies son muy buenos pescadores y buceadores. Hay apostaderos en El Doradillo lo cual genera una importancia especial de conservación para el sitio; también sabemos de colonias de reproducción en la Península Valdés.

Cormorán Roquero Phalacrocorax magellanicus

Alejandro Avampini

El albatros más común es el Albatros ceja negra, que se ve en su armónico vuelo como una gran gaviota de cuerpo blanco y alas negras –llega a superar los dos metros de punta a punta de ala- y al girar nos muestra negro y blanco debajo de sus alas. Si está relativamente cerca de la costa, y contamos con prismáticos, distinguiremos una característica sombra oscura en su ojo, que termina bautizando a la especie. Similar en tamaño, pero completamente oscuro es el Petrel Gigante, de un color gris pizarra, con algunas partes más claras. Suele verse en El Doradillo en días ventosos o alrededor de animales marinos muertos. Pueden observarse individuos solitarios o en grupos. Si están cerca de la costa, verás que su pico tiene unas placas yuxtapuestas que forman unos tubos en la parte superior. Es pescador, pero también carroñero, habiéndoselo observado alimentándose de ballenas y otra fauna marina muerta en la costa. Es un gran velero del mar. Juveniles estudiados en Chubut fueron avistados en Nueva Zelanda apenas un mes luego de haber sido anillados.

María Cabrera

Las aves marinas tienen hábitos fascinantes. Pasan la mayor parte de su vida en el agua y se acercan a tierra exclusivamente para anidar. En la actualidad, conforman uno de los grupos más amenazados, especialmente por capturas accidentales en ciertas pesquerías. Hay cerca de 300.000 aves marinas que mueren anualmente en los mares del mundo, muchas en nuestros mares. Como son aves nómades, para muchas especies los avistajes son ocasionales. Además, es posible encontrar restos de aves marinas en las playas. En este grupo se incluyen albatros, petreles, pardelas, fulmares y priones, entre otros.

Cormorán Imperial Phalacrocorax atriceps

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Daniel Pérez Daniel Pérez

Garza blanca Ardea alba

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Garza blanca Ardea alba

Daniel Pérez

Hay dos especies de aves con el pico curvo y largo, como los ibis y pertenecen a la misma familia, y si bien aquí no son sagrados, por su belleza merecerían serlo! Son la bandurria austral y el cuervillo de cañada, fácilmente distinguibles entre sí por su coloración baya en la primera y de un verde oscuro en la segunda. Una de las estampas ornitológicas más elegantes en la zona es el flamenco austral, que puede encontrarse solitario o en bandadas pequeñas. Destaca su tono blanco rosado, que al volar muestra los extremos negros de sus alas. Pareciera que el aire se estira, cuando en su vuelo bajo pone recto el cuello y las patas. Su pico torcido, filtra microorganismos en los cuerpos de agua.

Bandurria austral Theristicus melanopis

Daniel Pérez

Un grupo ideal para despuntar el vicio de la observación de aves es el de las acuáticas. Son de grandes a medianas, diurnas, coloridas, conspicuas. Por eso tienen tantos adeptos a la observación. En El Doradillo y cercanías, podrás ver varias especies. A veces posadas en las playas, otras animándose a nadar en las orillas, otras volando hacia cuerpos de agua próximos. Para apreciarlas mejor, si a tu par de binoculares, podrías sumar un telescopio, ideal. Varias de las especies siguientes son más comunes en la región chaco pampeana central de la Argentina. Podrás ver desfilar numerosas especies de garzas. Dos de ellas son absolutamente blancas, una mayor y con el pico amarillo, la otra menor y con el pico negro. También la garza bruja o cuaco te sorprenderá con su vuelo algo pesado y cuerpo más compacto y cuello corto, con hábitos más bien crepusculares; esta especie cría en Isla de los Pájaros. La garza mora, por el contrario, es esbelta y solitaria con su cuello largo y blanco, punteado de negro, que encoge al volar pausadamente por la costa.

María Cabrera

Garza bruja (juvenil) Nyctycorax nycticorax

Flamenco austral Phoenicopterus chilensis

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Marcelo Bertelloti

Pato vapor volador Tachyeres patachonicus

Marcelo Bertelloti

Pato vapor cabeza blanca Tachyeres leucocephalus

Marcelo Bertellotti

Cauquén común Chloephaga picta

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Coscoroba Coscoroba coscoroba

Los patos también tienen sus adeptos. Algunas especies pueden verse habitualmente en El Doradillo, como el Pato Crestón, que tiene el plumaje marrón salpicado y se puede ver su casquete oscuro contrastando. Pero a la mayoría las veremos en las proximidades del área, en la laguna Cota 130, que recibe aguas residuales domésticas y que puede concentrar miles de aves acuáticas. Una pasada por el lugar nos aportará muchas especies a nuestra lista. Podrás ver dos patos marrones, similares. Son los patos Barcino y Maicero. El primero es más pequeño y rechoncho, con el cuello y cabeza más oscuros; el segundo, más estilizado con el pico amarillo claro y la cola en puntas. También podremos distinguir fácilmente al Pato Cuchara, con su evidente pico robusto; de esta especie, el macho es más colorado y tiene el ojo blancuzco y al volar la especie muestra su espejo alar celeste. ¡Una belleza! Típicos de estas latitudes son los patos vapores. Pesados, grises y blancos. No son buenos voladores y son exclusivos de la Patagonia. Incluso, el Pato Vapor Cabeza Blanca, aunque es raro, es endémico de las costas de Chubut y Santa Cruz. Fue descripto hace unos 30 años como especie diferente y llegar a nuestra región para identificarlo es un clásico entre los observadores de aves. En Punta Tombo, su cabeza casi nívea, brilla entre las rocas y las playas. En este caso, es un endemismo mundial. En otras palabras, si querés ver a esta especie, en el único lugar del mundo donde lo podrás descubrir es en esta región. Hasta su nombre en inglés lo delata, es el Chubut Steamer Duck ¡Casi nada! Emparentados con los patos, los cauquenes resaltan incluso a la distancia. Estos gansos sudamericanos son migratorios. Durante el invierno, atraviesan la Patagonia y llegan hasta el centro sur de la provincia de Buenos Aires. En nuestra zona, el más habitual es el Cauquén Común, del que el macho es blanco y negro y la hembra viste tonos rojizos y grises, con el cuello listado. Los cauquenes en general están disminuyendo. En algunos sitios han sido injustamente considerados plagas y su caza en exceso los ha puesto en jaque, por ello en algunas provincias su caza fue absolutamente prohibida, entre las que se incluye a Chubut. Si bien no ha sido registrada en la zona aun, el Cauquén Colorado es uno de los más amenazados, estimándose en menos de mil individuos la población total en el continente. Fue declarada Monumento Natural Provincial en Buenos Aires por Ley 12.250 del año 1999. Entre las especies más elegantes de El Doradillo, si bien son presencias ocasionales, los cisnes Coscoroba y de Cuello Negro nos pueden brindar imágenes apacibles en la costa. Blanco con puntas de las alas negras solo visibles en vuelo y pico rosado, en el caso del primero y blanco, algo mayor, con el cuello negro y listas blancas en la cara apenas visibles, el segundo. Sobre esta última especie, el poeta austral, chileno y nobel, Pablo Neruda, decía “Sobre la nieve natatoria, una larga pregunta negra”. Un resumen fantástico de este ave inolvidable.

Juan Maria Raggio

Marcelo Bertelloti Daniel Pérez

Pato barcino Anas flavirostris

Cisne de cuello negro

Cygnus melancoryphus

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María Cabrera Daniel Pérez

Aguilucho común Buteo polyosoma

Marcelo Bertelloti

Águila mora Geranoaetus melanoleucus

Marcelo Bertelloti

Halcón plomizo Falco femoralis

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Halconcito colorado Falco sparverius

Casi una docena de especies conforman las rapaces de la zona. Muchas las veremos cruzando como una ráfaga, otras como un punto en el cielo, algunas posadas y confiadas. Pero siempre nos atraen, será por su pico, mirada, estampa de autoridad, destreza en vuelo o sus cacerías al ras del suelo. Comencemos por los jotes, que últimamente se los ha emparentado con las cigüeñas más que con las aves de presa. Aquí solo veremos al Jote cabeza colorada. Por sus hábitos carroñeros, siempre hurgan materia orgánica y residuos, por lo cual tener la cabeza pelada facilita la higiene en zonas sensibles de infección. Están habitualmente en la zona y aprovechan animales muertos, gracias a su pico fuerte como un alicate. El ave de presa más común de la Patagonia es el Aguilucho común. Puede verse su figura corpulenta de casi medio metro, posada tanto en postes como en arbustos. Pareciera que está “sacando pecho”. Su coloración presenta fases, por lo tanto verás individuos de diferentes plumajes, con tonos amarronados según la edad. El adulto tiene el pecho y vientre blanco y el lomo gris; la hembra tiene la espalda rojiza. Una banda oscura atraviesa la cola. Otra especie típica de la región con alas y cola más estilizadas y largas, es el Gavilán ceniciento. El macho es gris, barrado en el vientre. Y sus ojos amarillos. La hembra es marrón jaspeada. En general lo verás volando con planeos descansados y a mediana y baja altura en busca principalmente de ratones. Mayor que los anteriores es el Águila mora, “la rapaz” del sur. Se ve inmensa, gris oscura en el lomo y el pecho y su vientre es blanco. El joven al igual que varios de sus parientes, es amarronado y tiene la cola algo triangular, detalle que nos sorprenderá y seguro confundirá en una primera observación. Pero ahí la tendremos, a esta majestuosa ave que es una presencia habitual e incluso anida en la zona de Península Valdés. Sus presas son mayores, del tamaño de una liebre, para dar un ejemplo. Luego tenemos tres acróbatas, estilizados, con alas aguzadas. Rápidos al volar y certeros al cazar. Nos referimos a los halcones. Puede ser un desafío llenar tu listado con todos los presentes en la región: el Plomizo, el Peregrino y el Halconcito Colorado. Están ampliamente distribuidos en la Argentina y el resto de América. Y el Peregrino, presente en todo el mundo, tiene un récord: puede alcanzar las mayores velocidades en picada libre. Unos 200 km / hora, para lanzarse sobre sus presas, que aquí pueden ser gaviotas, patos o palomas. Menos cazador que los anteriores, pero más común en El Doradillo es el Chimango, un ave de presa bien corajuda, algo gritona, de tonos amarronados, que suele hurgar en basurales y aprovechar cuanto desperdicio encuentre.

Daniel Pérez

Daniel Pérez

Jote cabeza colorada Cathartes aura

Águila mora Geranoaetus melanoleucus

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Daniel Pérez Daniel Pérez

Gallareta chica Fulica leucoptera

Daniel Pérez

Ostrero común Haematopus palliatus

Ostrero austral Haematopus leucopodus

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Volviendo a las acuáticas, tenemos otras vecinas frecuentes: las gallaretas. Las llamamos vecinas porque será en la Laguna Cota 130 donde las encontraremos con mayor facilidad. Hay tres especies, la de Ligas Rojas, la Chica y la de Escudete Rojo. Su tonalidad es de un color pizarra y las podremos distinguir con mayor facilidad viendo su “frente”, donde presenta un escudete cuya forma y color nos ayudará en la precisa identificación, incluso a la distancia. Hay tres puñales en la costa. ¡Son los picos de los Ostreros! Los vemos de lejos caminando por la línea de marea. Dos especies tienen el manto y cabeza oscuros y el vientre blanco; otra es completamente negro. Más allá de su coloración, los hábitos son similares y buscan bivalvos con su herramienta efectiva, que los abren al medio con facilidad. Emite gritos al volar y anida en las playas, depositando huevos que se confunden fácilmente con el sustrato. Otro chorlo griton y bien conocido es el Tero común, cuyos huevos y también los pichones son difíciles de encontrar en la aridez de la estepa arbustiva. Su estampa negra, blanca y gris, sus movimientos algo eléctricos, su vuelo rasante ante los intrusos (incluyéndonos) en época reproductiva, la hacen fácilmente distinguible y una compañía habitual en El Doradillo. Las especies anteriores son también del grupo de los chorlos, pero residentes. Es decir, están todo el año en la zona. Otras, van y vienen, migran, tanto del hemisferio norte como a nivel local y usan a El Doradillo y Península Valdés como zona de paso. El fenómeno de la migración es intrigante. Las aves en general dejan sitios desfavorables en términos de alimentación y vuelan cientos de kilómetros. ¡Y muchas miles de kilómetros!. Los chorlos en general lo hacen de noche, guiados por las estrellas. También tienen buena memoria visual y los accidentes geográficos están en su hoja de ruta. El hecho de que especies migratorias puedan usar nuestras costas, le asignan a El Doradillo otro importante valor para su conservación.

Daniel Pérez

María Cabrera

Ostrero negro Haematopus ater

Ostrero negro Haematopus ater

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Daniel Pérez

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Chorlito doble collar

Charadrius falklandicus

María Cabrera

Daniel Pérez

Chorlo cabezón Oreophulos ruficollis

Chorlito doble collar

Marcelo Bertelloti

Charadrius falklandicus

Playerito rabadilla blanca Calidris fuscicollis

Marcelo Bertelloti

Mirá que especies tan viajadas. El Chorlo Cabezón llega hasta el norte de América del Sur; el Chorlito Doble Collar, desde la provincia de Tierra del Fuego visita Brasil y utiliza las playas de canto rodado para reproducir; el Chorlito Ceniciento, del extremo sur de Chile y la Argentina, llega hasta la provincia de Buenos Aires y puede encontrarse en invierno en Península Valdés; otras son menos costeras y más de ambientes acuáticos como lagunas y bañados. La Laguna Cota 130 también nos ayudará en las jornadas de observación. Allí podremos ver al Pitotoy Chico, de patas amarillas, o el Playerito Manchado, que anida en Canadá y Estados Unidos y, aunque no es habitual, hay que estar atento por si aparece. También el Falaropo Común te puede marear. Sí, literalmente, porque cuando sus bandadas de cientos de individuos están en el agua, dan vueltas como trompos, mientras están buscando su alimento. En la costa, hay dos especies similares de Playeritos, el de Rabadilla Blanca y el Unicolor. La rabadilla está en el dorso, luego de la espalda y antes de la cola. Cuando vuela, verás que en una especie es blanca y en otra tiene una franja oscura. Hay otras diferencias, pero esta es clave. Y nuevamente un buen par de binoculares y, especialmente para este grupo un telescopio, serán importantes para la precisión en la identificación. ¡Hay una paloma que no es una paloma! Los ornitólogos así la bautizaron, aunque corresponda al orden de los chorlos. Es rechoncha, pesada, de pico y patas cortos, en realidad, parece una paloma! Y es enteramente blanca. Resalta a la distancia como una mancha inconfundible. Por ser austral, la llamaron Paloma Antártica y es una presencia habitual en las colonias de otras aves y en los apostaderos de lobos marinos, comiendo carroña y correteando con audacia por entre los mamíferos. Cuando nos encontramos en la costa, hay especies que todo visitante reconoce “al vuelo”: las gaviotas. Algunas tienen formas de tales y otras lo son propiamente dicho. Similar a ellas y de color marrón y aspecto robusto es el Escúa Común, un ave oportunista, que ronda colonias de aves y mamíferos aguardando un descuido para obtener pichones y carroña.

Cormorán imperial - Paloma antártica Phalacrocorax atriceps - Chionis alba

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Daniel Pérez

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Marcelo Bertelloti

Gaviota cocinera Larus dominicanus

Gaviotín sudamericano Sterna hirundinacea

Marcelo Bertelloti

El contraste cromático con esta especie lo pondrá la Gaviota Gris, de elegante plumaje negro y gris y pico y patas rojos y ojo blanco. Si bien no es un ave común, cuando aparece no podremos dejar de observarla. Otras gaviotas que sí son habituales y abundantes son las Gaviotas Cocinera y Capucho Café. La primera ha incrementado notablemente sus poblaciones en los últimos años y la podremos distinguir por su plumaje blanco con manto negro y pico amarillo con una mancha anaranjada en la maxila. En estos momentos, está en el foco de la tormenta, porque está pasando de ser una molestia a un problema de conservación para la ballena franca austral, al picotear su lomo provocando pequeñas heridas en el cetáceo. Es un ave omnívora. La gaviota capucho café es también una presencia constante en la zona y muy plástica, habitando campos y costas de mar. La distinguiremos por su plumaje blanco y gris, con un capuchón marrón en la temporada reproductiva, que desaparece en el periodo de reposo dejando apenas una medialuna al costado de su cabeza blanca. Similares a las gaviotas, pero más estilizados y con alas y colas puntiagudas son los gaviotines. Hay varias especies y en general pueden formar bandadas mixtas. Son tan parecidos entre sí que hay que aguzar la vista para apuntar los detalles e identificarlos. Común en El Doradillo es el Gaviotín Sudamericano de pico largo y negro, que tiene colonias de nidificación en Península Valdés al igual que el Gaviotín Pico Amarillo, algo mayor que el anterior y con un casquete negro con plumas estilo copete, de amplia distribución en el continente. Los gaviotines son pescadores y se tiran en picada cuando ven cardúmenes de peces pequeños, siendo habitual verlos volar con el brillo plateado de las escamas de sus presas. Sus colonias son bien ruidosas y ponen los huevos directamente en el suelo. ¡Hay también palomas de las verdaderas! Son bien conocidas en los campos y las plazas. La Torcaza y la Torcacita, cada una con su arrullo característico, podrá traernos aromas pampeanos a la costa y matizar nuestras siestas patagónicas. Son aves confiadas que se alimentan principalmente de granos y restos de comidas en zonas periurbanas. Algo inquietas, las veremos en general en el suelo o pasar volando en general en bandadas de pocos individuos, durante toda la jornada de observación.

Gaviotín de pico amarillo Sterna sandvicencis

Daniel Pérez

Gaviota capucho café Larus maculipennis

María Cabrera

Daniel Pérez

Gaviota capucho café Larus maculipennis

Paloma Torcaza Zenaida auriculata

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Alejandro Avampini Daniel Pérez

Loro barranquero Cyanoliseus patagonus

Tucúquere Bubo magellanicus

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Una de las principales atracciones para los observadores de aves del exterior es el Loro Barranquero. Parece un pequeño guacamayo, al que no le faltan colores. Es un ruidoso arco iris que suma marrón, amarillo, verde, azul y rojo a la aridez del paisaje. Anda en grupos a veces muy numerosos y nos toparemos con él cuando posa en cables, barrancas o postes. Cerca de El Doradillo, en proximidades de la ruta provincial n° 1, hay una colonia de reproducción; esta especie anida en cuevas en los paredones de acantilados o en los frecuentes cañadones que bajan al mar. Hay cuatro lechuzas, no todas comunes pero sí de amplia distribución general, por lo cual es probable que se puedan observar en la zona. ¡A ver si podemos verlas a todas en nuestra visita! Son bien diferentes entre sí y relativamente fáciles de identificar. La Lechuza de campanario de día permanece oculta pero se la ve volar de noche como si fuera una mancha blanca. El Tucúquere es enorme y tiene orejitas y ojos grandes y amarillos y puede vérselo incluso de día posado en los faldeos de las barrancas; si no lo vemos, podemos escuchar su voz grave repitiendo su nombre. Menos común, sin orejas y de tonos marrón y negro es el Lechuzón de Campo, que puede vérselo sobrevolar al atardecer sobre la estepa arbustiva aunque no es tan común. También presente en la región es la Lechucita Vizcachera, la más chica de las cuatro especies, que anida en madrigueras en tierra firme y suele verse en Península Valdés sobre postes y arbustos. Todas las especies de lechuzas y búhos cumplen funciones vitales en los ecosistemas. Los ratones y lauchas que conoceremos más adelante son habituales presas que capturan en sus vuelos silenciosos y, en el caso de la lechucita vizcachera, se suman numerosos insectos, reptiles y anfibios a su dieta.

Marcelo Bertelloti

María Cabrera

Juan Maria Raggio

Lechucita vizcachera Athene cunicularia

Loro barranquero Cyanoliseus patagonus

Tucúquere Bubo magellanicus

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María Cabrera Marcelo Bertelloti

Bandurrita común Upucerthia dumetaria

Daniel Pérez

Patagón Eremobius phoenicurus

Marcelo Bertelloti

Cacholote pardo Pseudoseisura gutturalis

Coludito cola negra Leptasthenura aegithaloidees

Juan María Raggio

María Cabrera

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Remolinera común Cinclodes fuscus

Ahora viene lo difícil. ¡Los pajaritos chicos! Muchos de ellos de colores apagados y marrones. Pero hay que prestar atención. Aunque al principio te parezcan todos iguales, hay matices de coloración, cejas, bandas en las alas, picos de tamaño y formas diferentes, cantos y otras voces y preferencias de hábitats. Es probable que el aprendizaje de su reconocimiento al principio sea un poquito árido (¡como la estepa!) pero verás que luego las identificaciones te saldrán naturalmente y aprenderás en dónde poner el ojo y en qué detalles reparar. Hay varios parientes del Hornero, que pertenecen a la familia Furnariidae. Todos son de colores terrosos, con cantos y llamadas fuertes y construyen nidos cerrados, en general de palitos. Es habitual que en las sendas de El Doradillo nos reciba la Bandurrita Común, con el pecho algo manchado y su pico curvo inconfundible, cantando sobre algún arbusto. También correteando pero con la cola larga que lleva algo parada observaremos a la Bandurrita Patagónica también llamada, en confianza, Patagón. Suele también recorrer los arbustos en busca de insectos que constituyen su principal alimento que atrapa con su largo pico recto; también la reconoceremos por su larga ceja clara. Cuidado de no confundirse a las bandurritas con la verdadera bandurria. La bandurria baya es una ave del tamaño de una gallina, que es reconocible en vuelo por su canto fuerte y repetido ¨clamp¨y suelen bajar en este área durante sus vuelos migratorios en primavera y otoño. La Remolinera Común es habitual en nuestra región. Es marrón y, al volar, muestra una banda canela. Tiene una amplia distribución en la Argentina y las que rondan los ambientes patagónicos, migran hacia el norte en los meses más fríos. Uno de los nidos más grandes entre todos los pajaritos de la Argentina lo construye el Cacholote Pardo y lo podemos ver en nuestra región. Es una gran estructura cerrada, armada con palitos entrelazados en cuyo interior ubica sus huevos. Es marrón grisáceo y tiene la garganta clara. Su cabeza remata en un copete y canta fuerte. Una particularidad (¡y vaya qué particularidad!) es que es endémico de la Argentina. Solo puede encontrarse en ambientes arbustivos tanto del centro de nuestro país como de la Patagonia; y en ningún otro lugar del mundo. Este furnárido necesita arbustos grandes para construir sus nidos. Debido a los problemas de desertificación por sobrepastoreo ovino, pero principalmente por la deforestación para la extracción de leña, grandes áreas de la provincia del Chubut pierden hábitats críticos para esta especie. Así que a prestar atención que es una figurita difícil. Algo más estilizados que los anteriores son las especies siguientes: el Coludito cola negra que tiene un trino bien agudo y suele hacer acrobacias entre ramas finas de los arbustos, y es muy común en nuestra área; además en la zona hay tres especies de canasteros, el Pálido, el Patagónico y el Coludo. Son bien parecidos entre sí. El pico en general es corto y las colas varían de tamaño y coloración. También el tono que predomine en la garganta y si tiene o no pequitas, líneas o manchas oscuras, es determinante. Una pequeña ayuda para el “descarte”, el Canastero Coludo tiene la cola más larga y en general vuela bajo entre arbustos, sin corretear por el suelo como sus parientes. ¡No dejes de anotar todos los detalles!

Canastero pálido Asthenes modesta

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María Cabrera Marcelo Bertelloti

Gaucho común Agriornis micropterus

María Cabrera

Monjita chocolate Neoxolmis rufiventris

Mar’ia Cabrera

Dormilona cara negra Muscisaxicola maclovianus

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Sobrepuesto Lessonia rufa

Hay una familia inofensiva, pero su nombre asusta. Son los tiránidos, pequeños pájaros de los que hay más de 100 especies en la Argentina y casi 40 en la Patagonia. En nuestra zona están muy bien representados y, a diferencia de la familia anterior, hay una interesante variedad de colores, formas y costumbres. Todos comparten una característica: su pico es fuerte y termina en un ganchito evidente, con el que capturan insectos al vuelo seguramente de allí el nombre que connota fortaleza. En nuestras salidas de campo, una de las especies más comunes fue el Cachudito pico amarillo. Aunque es bien pequeño, es fácil de detectar en las copas de los arbustos, ya que es muy inquieto. En su coloración destaca el rayado oscuro del pecho y unas finas plumas erectas a manera de copete. Tiene el ojo oscuro y la mandíbula amarillenta. Una especie similar, invierte estos tonos, ya que el pico es oscuro y el ojo claro, se lo conoce como Cachudito Pico Negro. Los Gauchos Chico y Común son presencias habituales en el espacio protegido. Son pájaros de buen porte, que posan en arbustos, cables y postes, a la espera de sus presas. La coloración es oscura y el pico, sobre todo en el Común, lo verás especialmente robusto. El chico suele migrar en los meses invernales. La observación de aves es casi una religión, quizás por eso los naturalistas peregrinan por los senderos agrestes buscando entre otras aves … monjitas. Hay dos en la zona, que entremezclan colores grises, marrones, rojizos y claros. Una es la Monjita Chocolate, del tamaño de un zorzal, que migra también en meses fríos. Es bien terrícola y tiene una parada característica, viéndose parches blancos en las alas que contrastan con el cuerpo oscuro. La otra es la Monjita Castaña, que muestra el vientre blanco con finas vetas oscuras en el pecho y el dorso castaño. Nuevamente: es endémica, exclusiva de nuestro país. Tiene el mismo valor que cualquier especie, pero como solo está en la Argentina somos los argentinos los únicos responsables de su conservación y ¡tenemos el privilegio de poder observarla en El Doradillo! Dos corredores de fondo, de amplia distribución. Con carreritas nerviosas que alternan con paradas que nos permiten observarlas en detalle, podremos ver a la Dormilona Cara Negra, que es gris, estilizada y tiene la cara oscura. Hay varias especies en su género; a ésta es habitual verla incluso en cercanías del mar. Y el otro corredor es el Sobrepuesto Común cuyo macho es una bolita negra azabache con la espalda roja y la hembra conserva el tono bicolor pero su cuerpo es amarronado. Anida en el suelo construyendo una tacita pequeña y, en invierno, vuela hacia el norte, en ambientes tan diferentes a los que conocemos aquí, como pueden ser los pastizales y sabanas chaqueños. El Pico de Plata también es negro, en apariencia todo negro. Pero al volar desde su percha nos muestra blanco en las alas y su ojo rodeado de una membrana desnuda amarillenta y su pico de color claro, lo delatarán desde la distancia a este vigía de los ambientes abiertos de nuestro país.

Daniel Pérez

María Cabrera

Cachudito pico negro Anairetes parulus

Dormilona cara negra Muscisaxicola maclovianus

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Mar’ia Cabrera María Cabrera

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Calandria mora Mimus patagonicus

Daniel Pérez

Ratona común Troglodytes aedon

María Cabrera

Calandria mora Mimus patagonicus

Golondrina Negra

Progne elegans

Juan María Raggio

Hablando de amarillo, hay dos aves en donde predomina ese color: son el Tachurí Siete Colores y el Benteveo. El primero es exclusivo de ambientes acuáticos y le gusta las lagunas con vegetación, donde anida. Es una realmente un arco iris y nos costará verlo entre los juncales, pero una vez que conocemos sus costumbres algo huidizas podremos encontrarlo en el lugar apropiado como en lagunas temporarias; al ser muy activo, los movimientos entre los tallos lo delatarán. El Benteveo es más conocido y generalista, ya que también se lo encuentra en parques y jardines. Gusta de pescar en estanques o capturar ranitas en los bañados. Su nombre de bicho feo, se debe a su canto, ya que las notas que se escuchan de lejos repiten la frase. Es un ave preciosa, con el vientre bien amarillo, la garganta blanca al igual que su gruesa ceja; el dorso es marrón. El primero anida en los juncales y el segundo hace una bola cerrada y liviana en la copa de los árboles. Ésta, como muchas otras especies, llegan al área desde la ciudad de Puerto Madryn, sobre todo desde el extremo Sur. Dicen que una golondrina no hace verano. ¡Pero tres sí! Ese es el número de especies de golondrinas que frecuentan El Doradillo. La Golondrina Negra la podremos ver en grupos en los meses de verano, siendo habitual en las barrancas y zonas costeras en general; anida en los cañadones que caen hacia el mar. Las otras dos especies son bastante parecidas entre sí. Se trata de la Golondrina Barranquera, de amplia distribución americana que llega a nuestras latitudes y anida en el área natural protegida en barrancas y cañadones. La otra, es la Golondrina Patagónica, que también reproduce en la zona y migra al norte en el otoño. Ambas son de un azul oscuro intenso y vientre blanco, pero la última tiene además la rabadilla blanca. Cuando las vemos en vuelo, desplazándose de un sitio a otro o procurando insectos con su pico diminuto, podremos identificarlas con facilidad. Uno de los pajaritos más simpáticos de la Argentina es la Ratona Común, de apenas 10 centímetros de longitud, que siempre estará inquieto moviendo su cuerpito marrón rayadito entre las piedras, la vegetación o cerca de construcciones humanas. Para anidar, aprovecha diferentes tipos de cavidades o incluso latas y otros “refugios” donde improvisa su sencilla construcción. Su canto algo gorjeado es característico. Los mimos nos imitan y las Mimus también. Ese es el género de nuestras calandrias, de las cuales la Calandria Mora es la más frecuente aquí. Es más pequeña que la calandria común y, sobre todo, tiene colores más apagados, sin cejas y bandas muy evidentes. Las calandrias en general pueden reproducir sonidos similares los que escuchan. A veces analizando con equipos sus cantos pero otras directamente en el campo, escucharemos de su boca voces de otras aves o animales, hasta relinchos en el caso de la calandria grande. Construyen nidos de palitos sólidos, que ubican en el estrato bajo de la vegetación. Acostumbradas a la gente, son muy comunes en las playas El Doradillo, Las Canteras y Punta Flecha, donde se acercan en busca de alimento. Sin embargo, las aves silvestres no deben ser alimentadas con nuestras sobras, por razones sanitarias principalmente.

Golondrina Patagónica Tachycineta leucopyga

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María Cabrera Marcelo Bertelloti

Yal Negro Phrygilus fruticeti

María Cabrera

Chingolo Zonotrichia capensis

Loica Común Sturnella loyca

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“En el silbo de los montes / lecciones toma el zorzal” dice Atahualpa Yupanqui; pero también en el silbo de la estepa, ya que el Zorzal patagónico, que aparece por El Doradillo ocasionalmente, nos deleita con su voz dulce. Además, esta especie tiene colores maravillosos, quizás uno de los más lindos dentro de la familia Turdidae. Su contraste de negro y canela y sus pies y patas amarillos (además los juveniles muestran pecas en su pecho) agregan tonos pasteles en la monotonía esteparia. También anidan en arbustos y arboledas, construyendo tazones bien compactos. Son comunes en El Dor adillo dos yales. Tienen un pico cónico y grueso que usan para mordisquear granos. El Yal negro muestra su plumaje oscuro con pecas en las cobertoras alares que terminan formando una hilera blanca. El pico y pata naranjas también son característicos. Es habitual escuchar su canto con un grillado bien agudo y un final metálico, surgiendo con claridad de los arbustos bajos. La hembra es bien distinta al macho, con los cachetes canelas. En el otoño son comunes en grandes bandadas en el área. Similar al anterior, el Yal carbonero difiere en que no tiene blanco en las alas y se expone menos. El canto es una secuencia de dos notas que se repiten, sin grillado. Esta especie es, además, endémica de la Argentina y muchos visitantes interesados en las aves vienen a nuestras latitudes para ver este ave que en El Doradillo es una presencia habitual. Elegimos dos especies para terminar nuestra recorrida alada. Ambas tienen amplia distribución en el país y son comunes, pero nunca dejan de llamarnos la atención donde sea que vayamos. El Chingolo, por su cercanía y andar simpático, de a saltitos (como engrillado, según las leyendas populares) y con su copete gris característico. El canto, que puede variar según las regiones, tiene tres silbos y un trino final, que lo bautizan con el nombre de “vientito sur”, nunca más apropiado para nuestra zona. Y agregándole colores rabiosos al arbustal, aparece la Loica Común, el más grande de los pechos colorados. Es insectívoro como la mayoría de los tordos, procurándose alimento con su pico claro y alargado. Puede formar bandadas numerosas y andar en el suelo escondida entre los coironales, donde anida. También muy común en el área protegida y amigable con la gente, bien confianzuda. Repetimos, no alimentemos a las aves silvestres. Es hora de un buen descanso. Siguiendo el vuelo de las aves, pudimos recorrer el Área Natural Protegida El Doradillo y en las sendas caminadas ya adivinamos la presencia de zorros, escuchamos relinchos que venían de los faldeos y, siguiendo el vuelo de las pardelas, vimos las primeras nubes en V de los chorros balleneros. ¡Vamos ya en busca de los mamíferos, que también nos quieren conocer!

María Cabrera

María Cabrera

Zorzal Patagónico Turdus falcklandii

Hembras de Yal Negro Phrygilus fruticeti

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Código de Conducta para Observadores de Aves

Descubriendo El Doradillo

Hagamos buena letra en nuestras visitas

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Benteveo Pitangus sulphuratus

Juan María Raggio

Aves Argentinas, la entidad pionera en la defensa de las aves silvestres y sus ambientes, espera que los visitantes de El Doradillo respeten a los seres alados y sus ambientes. Para evitar que los observadores causen daños involuntarios, contamos con un código de conducta, priorizando el bienestar de las aves y su entorno y la protección de aves raras o amenazadas que puedan verse especialmente perjudicadas por nuestra intervención. El número de observadores aumenta cada año en la Argentina, lo cual obliga a tomar recaudos para evitar que aumente la presión de los mismos observadores. También se aplica a los fotógrafos, documentalistas y naturalistas en general. Reparemos en lo siguiente: 1. La preservación de las aves está antes que el placer del observador: no las molestes ni modifiques su ambiente. 2. Conoce las leyes locales y la idiosincrasia de los lugareños y respétalos. 3. Contribuye al conocimiento de las aves compartiendo sus registros y observaciones. 4. Tené especial cuidado con lo relacionado con aves raras y amenazadas. 5. Convertite en un embajador de la observación de aves.

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2. Conoce las leyes locales y la idiosincrasia de los lugareños y respétalos. • Respeta a pobladores locales y propietarios de las tierras. Pide permiso antes de ingresar a una propiedad privada. La conducta irresponsable puede causar que los propietarios prohíban el acceso y ser una mala publicidad para la observación de aves. • Cuida el hábitat de las aves: usa rutas, senderos y caminos donde los haya. Si no los hay, procura causar la menor perturbación posible. • Respeta leyes, reglas y normas sobre el uso de caminos y zonas públicas o reservas a visitar.

Descubriendo El Doradillo

Jorge Manuel Quiroga

1. La preservación de las aves está antes que el placer del observador. • No afectes el curso natural de la vida de las aves, especialmente en épocas de reproducción. • Evita estresarlas o ponerlas en peligro: procede con cuidado y respeto durante tus observaciones, toma de fotografías, grabación de sonidos o filmaciones. • Informate sobre las susceptibilidades de las especies. • Mantenete alejado o permanece el menor tiempo posible cerca de nidos y colonias de nidificación, áreas de descanso, de cortejo y sitios importantes de alimentación. Si necesitas prolongar el tiempo de observación, fotografiar, filmar o grabar aves en áreas tan especiales como las descriptas, intenta pasar desapercibido. • No abuses del uso de grabaciones u otros métodos de atracción de aves. En algunas reservas no está permitido hacer “play-back”. Respeta la normativa. • Si filmas o fotografías, modera el uso de técnicas que puedan resultar invasivas. • Si instalas comederos, estructuras de anidado y otros ambientes artificiales para aves como método de atracción, comprobá que sean seguros: -- Recipientes, agua y comida deben estar limpios. -- Si intentas atraer aves hacia determinada área, asegúrate de que no quedarán expuestas a depredadores como gatos y otros animales domésticos, ni a accidentes. • La observación colectiva de aves requiere de especial cuidado. Si liderás un grupo, amateur o profesional, tu responsabilidad es mayor: -- Debés ser un modelo de conducta y enseñar al grupo a través de la palabra y del ejemplo, asegurándote que los miembros del grupo conozcan y respeten este código. -- Intenta que el tamaño de los grupos no ejerza un impacto negativo en el ambiente y que no interfieran con otras personas en la misma área. • Conoce las circunstancias especiales de las áreas que visites e infórmalas al grupo. • Las aves y sus ambientes tienen prioridad sobre los intereses personales y comerciales.

3. Contribuye al conocimiento de las aves compartiendo registros y observaciones. Intenta llevar un registro de observaciones de aves, documentar presencias inusuales y enviar esos datos a entidades. Tus registros construyen la historia ornitológica del país y pueden ser claves para la protección de especies o hábitats.

María Cabrera

4. Ten especial cuidado en todo lo relacionado a aves raras y amenazadas. • Se cauteloso al anunciar la presencia de un ave rara. Analiza si ocasionará molestias al ave, sus alrededores u a otras personas. Los sitios de nidificación de aves raras merecen un cuidado especial y deberán reportarse a las autoridades de conservación pertinentes. Ante la duda, consulta a los especialistas de Aves Argentinas. • Al hacer tus observaciones, grabaciones o toma de imágenes, ten especial cuidado con las especies en peligro de extinción, de interés para la conservación o que sean raras en el área.

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5. Se un embajador de la observación de aves. • Conserva una actitud que permita también quelos demás puedan disfrutar de la naturaleza. • Trata que tus actos tengan consecuencias favorables en el bienestar de las aves y sus ambientes, despertando conciencia entre los habitantes de un lugar sobre los beneficios que la comunidad puede obtener con la visita de observadores y pueda estimularlos a protegerlas. • Ayuda a difundir la actividad. Responde preguntas de los transeúntes, compartiendo tus conocimientos. Aunque no sean observadores, contribuir con su avistaje o darles una respuesta puede despertar su curiosidad. Tu entusiasmo puede favorecer el interés por las aves en otras personas y generar una mayor apreciación de la naturaleza y su conservación. • Si sos testigo de un comportamiento inadecuado, examina la situación. En caso de intervenir, haz saber a las personas que sus acciones no son las apropiadas e intenta, pacíficamente, hacerlos desistir de su comportamiento. Si no desisten, toma nota de lo ocurrido y notifiqua a las autoridades correspondientes. • Contribuye con proyectos de conservación. El futuro de las aves y sus ambientes depende de todos.

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Tomale lista a las aves

Orden Ciconiiformes Familia Ardeidae

Garza mora

Ardea cocoi

Ocasional

Garza blanca

Ardea alba

Ocasional

Garcita blanca

Egretta thula

Ocasional

Garcita bueyera

Bubulcus ibis

Ocasional

Garza bruja

Nyctycorax nycticorax

Familia Ciconiidae

Cigueña americana

Ciconia maguari

Familia Threskiornithidae

Bandurria austral

Theristicus melanopis

Cuervillo de cañada

Plegadis chihi

Común

Flamenco austral

Phoenicopterus chilensis

Común

Cisne cuello negro

Cygnus melancoryphus

Común

Coscoroba

Coscoroba coscoroba

Pato crestón

Lophonetta specularioides

Común

Pato maicero

Anas georgica

Común

Pato de anteojos

Speculanas specularis

Rara

Pato gargantilla

Anas bahamensis

Rara

Pato colorado

Anas cyanoptera

Rara

Pato cuchara

Anas platalea

Ocasional

Pato overo

Anas sibilatrix

Ocasional

Pato barcino

Anas flavirostris

Ocasional

Pato capuchino

Anas versicolor

Rara

Pato picazo

Netta peposaca

Rara

Pato zambullidor chico

Oxyura vittata

Rara

Pato vapor volador

Tachyeres patachonicus

Ocasional

Pato vapor cabeza blanca

Tachyeres leucocephalus

Rara

Cauquén común

Chloephaga picta

Cauquén real

Chloephaga polyocephala

Rara

Cauquén colorado

Chloephaga rubidiceps

Rara

Te presentamos un listado de aves de la zona. Aquellas que figuran con Presencia Rara u Ocasional, serán más difíciles de ver y refieren a especies que tienen una distribución general que puede incluir El Doradillo o bien que han sido registradas en Península Valdés incluso como accidentales y no es descartable verlas en El Doradillo. ¡Hay que estar atentos! Órdenes y familias

Nombre vulgar

Nombre científico

Presencia

Orden Struthioniformes Familia Rheidae

Choique o ñandú petiso

Rhea pennata

Ocasional

Orden Tinamiformes Familia Tinamidae

Orden Phoenicopteriformes Familia Phoenicopteridae

Familia Procellariidae

Quiula Patagónica

Tinamotis ingoufi

Rara

Pingüino Rey

Aptenodytes patagonicus

Ocasional

Pingüino de Magallanes

Spheniscus magellanicus

Común

Pingüino de Penacho Amarillo

Eudyptes chrysocome

Macá Común

Rollandia rolland

Común

Macá Plateado

Podiceps occipitalis

Común

Macá Grande

Podiceps major

Común

Macá Pico Grueso

Podylimbus podiceps

Rara

Albatros errante

Diomedea exulans

Rara

Albatros real

Diomedea epomophora

Rara

Albatros ceja negra

Thalassarche melanophrys

Rara

Albatros cabeza gris

Talassarche chrysostoma

Rara

Petrel gigante común

Macronectes giganteus

Petrel plateado

Fulmarus glacialoides

Petrel barba blanca

Procellaria aequinoctialis

Petrel ceniciento

Procellaria (Adamastor) cinerea

Pardela cabeza negra

Puffinus gravis

Rara

Orden Falconiformes

Pardela chica

Puffinus assimilis

Rara

Familia Cathartidae

Jote cabeza colorada

Cathartes aura

Prión pico grande

Pachyptila desolata

Rara

Familia Accipitridae

Aguilucho alas largas

Buteo albicaudatus

Prión pico fino

Pachyptila belcheri

Rara

Aguilucho común

Buteo polyosoma

Pardela oscura

Puffinus griseus

Rara

Gavilán ceniciento

Circus cinereus

Ocasional

Petrel damero

Daption capense

Rara

Gavilán planeador

Circus buffoni

Ocasional

Paiño común

Oceanites oceanicus

Rara

Milano blanco

Elanus leucurus

Aguila mora

Geranoaetus melanoleucus

Común

Orden Anseriformes Familia Anatidae

Ocasional

Común Rara Ocasional Común

Orden Pelecaniformes Familia Phalacrocoracidae

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Ocasional

Común

Orden Procellariiformes Familia Diomedeidae

Rara

Eudromia elegans

Orden Podicipediformes Familia Podicipedidae

Común

Martineta Común

Orden Sphenisciformes Familia Spheniscidae

Ocasional

Común

Común Rara Común

Rara

Biguá

Phalacrocorax brasilianus

Común

Chimango

Milvago chimango

Común

Cormorán Guanay

Phalacrocorax bougainvillii

Rara

Carancho

Caracara plancus

Rara

Cormorán Gris

Phalacrocorax gaimardi

Rara

Halcón peregrino

Falco peregrinus

Común

Cormorán Roquero

Phalacrocorax magellanicus

Común

Halcón plomizo

Falco femoralis

Ocasional

Cormorán Imperial

Phalacrocorax atriceps

Común

Halconcito colorado

Falco sparverius

Común

Familia Falconidae

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Tero real

Himantopus melanurus

Ocasional

Familia Charadriidae

Chorlo pampa

Pluvialis dominica

Ocasional

Chorlito doble collar

Charadrius falklandicus

Común

Ocasional

Familia Psittacidae

Loro barranquero

Cyanoliseus patagonus

Común

Cotorra

Myiopsitta monachus

Común

Pirincho

Guira guira

Rara Rara

Familia Rostratulidae

Aguatero

Nycticryphes semicollaris

Familia Haematopodidae

Ostrero común

Haematopus palliatus

Común

Familia Cuculidae

Ostrero austral

Haematopus leucopodus

Común

Orden Strigiformes

Ostrero negro

Haematopus ater

Común

Familia Tytonidae

Lechuza de campanario

Tyto alba

Familia Strigidae

Lechucita vizcachera

Athene cunicularia

Lechuzón de campo

Asio flammeus

Tucúquere

Bubo magellanicus

Ñañarca comúm

Caprimulgus longirostris

Rara

Martín pescador grande

Megaceryle torquata

Rara

Carpintero bataraz chico

Picoides mixtus

Rara

Caminera común

Geositta cunicularia

Común

Orden Gruiformes Familia Rallidae

Orden Cuculiformes

Fulica leucoptera

Gallareta escudete rojo

Fulica rufifrons

Rara

Polla pintada

Gallinula melanops

Rara

Gallineta común

Pardirallus sanguinolentus

Ocasional

Chorlito palmado

Charadrius semipalmatus

Común

Chorlito pecho canela

Charadrius modestus

Ocasional

Orden Piciformes

Chorlito ceniciento

Pluvianellus socialis

Ocasional

Familia Picidae

Tero común

Vanellus chilensis

Chorlo cabezón

Oreopholus ruficollis

Ocasional

Pitotoy grande

Tringa melanoleuca

Ocasional

Bandurrita común

Upucerthia dumetaria

Común

Pitotoy chico

Tringa flavipes

Ocasional

Patagón

Eremobius phoenicurus

Común

Playerito manchado

Actitis macularia

Ocasional

Remolinera común

Cinclodes fuscus

Común

Playerito escudado

Calidris melanotos

Ocasional

Hornero

Furnarius rufus

Playerito unicolor

Calidris fuscicollis

Común

Coperote o Cacholote pardo

Pseudoseisura gutturalis

Común

Playerito unicolor

Calidris bairdii

Común

Coludito copetón

Leptasthenura platensis

Común

Becasa de mar

Limosa haemastica

Ocasional

Coludito cola negra

Leptasthenura aegithaloides

Becasina común

Gallinago gallinago

Ocasional

Junquero

Phleocryptes melanops

Falaropo común

Phalaropus tricolor

Ocasional

Canastero pálido

Asthenes modesta

Agachona de collar

Thinocorus orbignyianus

Ocasional

Canastero patagónico

Asthenes patagonica

Común

Agachona chica

Thinocorus rumicivorus

Ocasional

Canastero coludo

Asthenes pyrrholeuca

Común

Familia Chionididae

Paloma antártica

Chionis alba

Gaucho común

Agriornis micropterus

Común

Familia Laridae

Gaviota gris

Leucophaeus scoresbii

Gaucho chico

Agriornis murinus

Común

Gaviota cocinera

Larus dominicanus

Monjita chocolate

Neoxolmis rufiventris

Común

Gaviota cangrejera

Larus atlanticus

Monjita castaña

Neoxolmis rubetra

Común

Gaviota capucho café

Larus maculipennis

Común

Dormilona cara negra

Muscisaxicola maclovianus

Común

Escúa antártica

Catharacta antartica

Ocasional

Sobrepuesto

Lessonia rufa

Común

Escúa común

Catharacta chilensis

Ocasional

Pico de plata

Hymenops perspicillata

Común

Gaviotín sudamericano

Sterna hirundinacea

Común

Benteveo

Pitangus sulphuratus

Común

Gaviotín golondrina

Sterna hirundo

Ocasional

Viudita común

Knipolegus aterrimus

Común

Gaviotín ártico

Sterna paradisaea

Ocasional

Tijereta

Tyrannus savana

Común

Gaviotín antártico

Sterna vittata

Ocasional

Cachudito pico negro

Anairetes parulus

Común

Gaviotín pico amarillo

Sterna sandvicencis

Común

Cachudito pico amarillo

Anairetes flavirostris

Común

Tachurí sietecolores

Tachuris rubrigastra

Común

Gaviotín real

Sterna maxima

Común

Familia Cotingidae

Cortarramas

Phytotoma rutila

Rara

Torcaza común

Zenaida auriculata

Común

Familia Hirundinidae

Golondrina negra

Progne elegans

Común

Torcacita enana

Columbina picui

Común

Golondrina patagónica

Tachycineta leucopyga

Común

Familia Thinocoridae

Familia Columbidae

Ocasional

Común

Gallareta chica

Familia Scolopacidae

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Columba maculosa

Orden Psittaciformes

Orden Charadriiformes Rara

Paloma manchada

Común

Común

Familia Caprimulgidae

Ocasional Común

Orden Coraciiformes Familia Alcedinidae

Orden Passeriformes Familia Furnariidae

Familia Tyrannidae

Ocasional Común Ocasional

Descubriendo El Doradillo

Familia Recurvirostridae

Ocasional

Ocasional Rara Ocasional

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Pygochelidon cyanoleuca

Común

Ratona aperdizada

Cistothorus platensis

Común

Ratona común

Troglodytes aedon

Común

Calandria mora

Mimus patagonicus

Común

Calandria real

Mimus triurus

Común

Cachirla común

Anthus correndera

Común

Cachirla pálida

Anthus hellmayri

Común

Zorzal patagónico

Turdus falcklandii

Común

Zorzal chiguanco

Turdus chiguanco

Común

Diuca común

Diuca diuca

Común

Jilguero austral

Sicalis lebruni

Común

Misto común

Sicalis luteola

Común

Comesebo andino

Phrygilus gayi

Común

Yal negro

Phrygilus fruticeti

Común

Chingolo

Zonotrichia capensis

Común

Yal carbonero

Phrygilus carbonarius

Común

Familia Fringillidae

Cabecitanegra austral

Carduelis barbata

Ocasional

Familia Thraupidae

Celestino

Thraupis sayaca

Muy rara

Familia Icteridae

Varillero ala amarilla

Agelaius thilius

Común

Tordo renegrido

Molothrus bonariensis

Común

Loica Común

Sturnella loyca

Común

Familia Mimidae Familia Motacillidae Familia Turdidae Familia Emberizidae

Descubriendo El Doradillo

Golondrina barranquera

Alejandro Avampini

Nombres científicos y vulgares basados en la 16a sexta edición del año 2010 de la Guía de Indentificación de Aves de Argentina y Uruguay de Tito Narosky y Dario Yzurieta.

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Flamenco austral Phoenicopterus chilensis

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mamíferos

Podemos diferenciar claramente dos grupos, los terrestres y los acuáticos, marinos en este caso. De los primeros, en El Doradillo ocurren unas 15 especies y los mamíferos marinos aportan unas 36 especies. En síntesis, tenemos unas 51 especies registradas en la zona, algunas de las cuales tiene una probabilidad de observación baja por ser ocasionales, pero no imposible de descubrir en nuestras salidas de campo.

La fauna del “continente”

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Guanaco Lama guanicoe

María Cabrera

Seguramente sorprenderá saber que en nuestra zona, de apariencia árida y desértica, hay comadrejas. No son tan robustas como las overas de las pampas. La especie registrada en El Doradillo es la Marmosa pálida, que llega a unos 20 cm sumando cabeza, cuerpo y cola. Se confundirá con el suelo, ya que predomina el color gris, pero su vientre es blanco y tiene la zona ocular negruzca. Es, como otros marsupiales, una muy buena cazadora. Es muy activa y le gusta andar en forma solitaria hurgando cuanto rincón sea posible en busca de alimento. Es voraz y sus dientes bien filosos (que se distinguen muy bien cuando analizamos egagrópilas de lechuzas) y sus patas delanteras manipularán insectos, huevos chicos de aves y algunos frutos. Su cola es gruesa, ya que allí cuenta con reserva energética acumulando grasa.

Daniel Pérez

Puede ocurrir que en algún momento sientas que las piedras corran. Si estamos hablando de micromamíferos hay que prestar atención porque algunas pequeñas comadrejas y ratones habitan el lugar pero su velocidad no siempre nos dará tregua para identificarlos. De todos modos, más allá de observaciones con trampas de captura, hay una evidencia indiscutible de su presencia en la zona. Y todo gracias a las lechuzas. Porque estas aves, consumen roedores y las partes que no pueden digerir como pelos, uñas y sobre todo huesos incluyendo cráneos y dientes, los regurgitan lanzando un bolo (como una pequeña albóndiga gris) que una vez disgregada y analizada nos permite comprender qué comen las lechuzas y, además, qué microfauna difícil de observar habita un sitio determinado.

Piche Zaedius pichey

Peludo Chaetophractus villosus

Daniel Pérez

Entre las mulitas, tenemos en la región dos especies, el Piche Patagónico y el Peludo, la cuales son frecuentes en El Doradillo. El Peludo parece un pequeño acorazado, que tiene su cuerpo superior recubierto de placas, entre las cuales crece una vellosidad característica. Posee ojos pequeños y vista pobre, sus orejas son visibles. Es un excelente cavador y gracias a sus fuertes uñas desarrolla madrigueras importantes, donde se guarece. Pero sale habitualmente de ronda, tanto de día como de noche, con un andar sigiloso e indiferente. Tiene muy buen olfato y es así que detecta el alimento, mayormente carroña. Una singular observación de un peludo alimentándose de un cadáver de ballena franca austral tuvo lugar en El Doradillo hace unos tres años.

Daniel Pérez

Un elenco de mamíferos terrestres nos estarán esperando en los senderos de El Doradillo. Nuevamente, transitemos con paso tranquilo y en silencio, para que se dejen ver y puedan posar para nuestros ojos y cámaras de fotos. Nos llevaremos el mejor de los recuerdos de nuestra visita. Hagamos un pantallazo de los posibles bichos a encontrar.

Marmosa pálida Thylamys pallidior

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Daniel Pérez

Cuis chico Microcavia australis

mamíferos

Mara Dolichotis patagonum

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El Ratón pajizo es característico del norte patagónico. Tiene apenas 8 cm de largo y otro tanto de cola, que no es tan larga. Alterna colores bayos y grises y anda mayormente de noche. Puede encontrar refugio en los coironales. A diferencia de ésta, la Laucha de cola larga tiene una cola mayor que el cuerpo y su ventral es blanco amarillento. Igual que la especie anterior, se alimenta especialmente de vegetales. El Pericote común es más corpulento que los anteriores, sumando casi 30 cm entre cuerpo y cola. Son notables los pabellones de sus orejas. El color tiende al castaño, más claro en el ventral. Como muchas especies el orden (Rodentia) tiene hábitos solitarios y se guarece en sitios protegidos, donde construye un nido básico. Otra especie, más huidiza y nocturna, es la Rata conejo, de amplia distribución en la Argentina. Es la mayor de las que estamos comentando, ya que su cuerpo puede alcanzar los 20 cm y otros 10 cm de cola. Es muy buena cavadora y puede hacer madrigueras complejas, con varias entradas. La mayoría de los roedores que comentamos son más bien alargados, tímidos y silenciosos, especialmente nocturnos. Pero hay una familia, la de los Tuco-tucos, cuyos integrantes son robustos y ruidosos. En nuestra zona, las poblaciones están bajo estudio y probablemente los investigadores nos sorprendan pronto nuevas especies descubiertas. Sea cual fuere el veredicto científico, contamos con una especie muy cavadora, que vive fundamentalmente debajo de la tierra. Se la ha detectado en las Estancias El Doradillo y El Desempeño. Una de las formas más habituales de encontrarla es escuchando incluso a la distancia sus sonidos guturales, donde pareciera repetir el nombre vulgar por el que se conoce a estas especies en gran parte de su distribución. Ese tucutucu, tucutucu, suena bien grave, ya que sale directamente de las madrigueras que él mismo cava ayudado por sus patas cortas y fuertes y sus poderosos dientes incisivos, con los que también se alimenta de vegetación. Otra especie de roedor conocida es el Cuis chico. Al igual que su pariente pampeano, es gordito, con ojos grandes bordeados de un círculo más claro. Gusta de hojas y de pastos, que abundan en la zona. También es cavador y anda en grupos que pueden pastar juntos. Emparentado a esta especie se encuentra la Mara. Es una de las figuritas buscadas por todo naturalista que visita la Patagonia. Aunque tenga una distribución mayor, la relacionamos casi exclusivamente con esta región, al punto tal que también recibe el nombre de Liebre Patagónica. Solamente habita nuestro país. Su tamaño, parada y postura en general la hacen tan inconfundible como atractiva. Tiene tonos amarronados y grises, y se destaca su franja de pelos blancos que se ve de lejos en la base inferior de la espalda, por sobre su cola bien corta. Parece un conejo gigante y pega unos saltos que le permiten alejarse con velocidad en caso de peligro. Es monógama y de hábitos sociales, usando varias parejas una misma madriguera donde ubican a sus crías al nacer, en general en número de dos. Son herbívoros y suele consumir pastos, flores y frutos en las estepas arbustivas.

Daniel Pérez

Daniel Pérez Alejandro Avampini

Laucha de cola larga Eligmodontia typus

Mara Dolichotis patagonum

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Daniel Pérez

Alejandro Avampini

Daniel Pérez

Zorro gris Pseudalopex griseus

Daniel Pérez

Zorrino patagónico Conepatus humboldtii

Guanaco Lama guanicoe

mamíferos

Daniel Pérez

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Zorro gris Pseudalopex griseus

Uno de los principales carnívoros de la estepa arbustiva es el Zorro Gris. Últimamente fue detectado en Playa Bañuls y Punta Ameghino, hacia el norte del área protegida El Doradillo. Este andariego incansable puede encontrarse tanto de día como de noche, con su trotecito rápido, que deja entrever su estampa elegante, signada por un pelaje bien gris, algo veteado de amarillo y blanco y su cola prominente. En sus recorridas intenta procurarse aves y varias de las especies de ratones que mencionamos anteriormente. También se lo ha visto recorriendo las playas y obteniendo así aves marinas, moluscos y crustáceos. Es algo confiado y al ver a los visitantes los husmea de lejos, con cierta curiosidad. Aunque nos tiente para tenerlos cerca y fotografiarlos, por favor, no los alimentes. Aquí es una especie protegida, habiendo sido combatida descontroladamente para nutrir el mercado peletero pero también por envenenamiento por considerarlo erróneamente un despiadado predador de ovejas. Otro carnívoro, tan simpático como el anterior, es el zorrino. Hay tres especies en nuestro país, pero aquí habita el Zorrino Patagónico, cuya apariencia es la de un animal robusto pero sobre todo por la cola bien tupida. Su cuerpo es negro o castaño y es atravesado desde la frente por dos líneas blancas variables que en algunos individuos son franjas bien anchas ocupando casi todo el lomo. Puede vérselo recorriendo los caminos cabizbajo en busca de pequeñas presas que serán insectos o vertebrados, aunque también es carroñero. Es algo indiferente a su entorno, siempre confiado en su “arma disuasiva”, el spray que ante una amenaza lanza gracias a sus glándulas anales. También se oculta en madrigueras. Observar felinos en la naturaleza es una experiencia única. Y en El Doradillo, si andamos con sigilo (¡y tenemos algo de suerte!) podremos toparnos con el Gato Montés, que en general andará solo y, aunque prefiere la actividad nocturna, puede observarse durante el día también. Años atrás los guardaparques locales pudieron rescatar un individuo en el área protegida. Esta especie tiene una amplia distribución en el Cono Sur de América. Su aspecto es de un gris moteado de negro. También preda sobre pequeños mamíferos y aves silvestres, que acecha sigilosamente tras piedras o matas de vegetación. Siendo muy buen trepador, también puede subirse a los arbustos. Hay un mamífero terrestre, el mayor dentro de la fauna regional, que siempre nos atrae y, al igual que la Mara, aunque tenga una distribución más amplia se ha convertido en un símbolo de esta región: el Guanaco. Es uno de nuestros “camellos” y su altura cercana a los 2 metros en algunos ejemplares es lo primero que nos impacta. Suele andar en grupos, constituido por un macho dominante (llamado “relincho”, por su característica voz) y una decena de hembras, que conforman su harén y darán una cría al año, formando luego tropillas numerosas. Es herbívoro y suelen verse ramoneando la vegetación. Si bien es una presencia habitual, en caso de que no coincidamos con los guanacos en nuestras recorridas, podremos ver sus bosteaderos (sus heces, en un montón de bolitas) y sus huellas, que muestran dos pezuñas alargadas como si fueran gotas. Observar guanacos trepados a algunos de los promontorios de la zona, con el mar de fondo, puede ser uno de los espectáculos más lindos de nuestra visita. Y este momento, nos llevará la vista nuevamente hacia el mar, donde los extraordinarios mamíferos marinos de El Doradillo nos estarán aguardando.

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mamíferos 90

Alejandro Avampini

Orca Orcinus orca

En los ambientes costeros y marinos, naturalmente, la vista siempre busca el agua. Ese refresco visual que nos atrae como un imán aunque lo veamos una y otra vez. Primero, tengamos en cuenta que estos sitios no son parques acuáticos, son áreas en donde la fauna deambula en libertad, regida solo por las mareas, el clima y sus necesidades vitales. En el mundo submarino reinan los cetáceos. Mamíferos de hábitos exclusivamente acuáticos con dientes o barbas filtradoras y extremidades anteriores con formas de aletas. A los cetáceos en general les gusta jugar a las escondidas. Aunque estén cerca, siempre los verás parcialmente, salvo que peguen saltos fuera del agua o que veamos ejemplares varados. Allí estarán presentes de cuerpo entero. Por lo tanto, hay que anotar las pistas que nos entreguen celosamente. La posición, forma y tamaño de las aletas, su porte y movimiento, el dibujo que en el aire diseñan los soplidos de las ballenas. Y por supuesto, el color y otros patrones de diseño, como franjas o manchas que veamos desde nuestra posición. Ya llegaremos a nuestra famosa ballena franca austral. A no desesperar. Hay muchas otras especies posibles de observar; algunas raras, otras ocasionales y, para encontrarlas, tendremos que tener un poco de suerte. ¡Y estar ahí en el momento exacto! ¡Por eso no alcanza con una sola visita a El Doradillo! Igualmente confiemos y asumamos que tenemos buena fortuna y que desfilan ante nuestros ojos una decena de cetáceos. Entre ellos, la Marsopa de anteojos, un hermoso animal de algo más de dos metros, bicolor, negro (arriba) y blanco (debajo) por mitades casi iguales. Cuenta con una aleta triangular y la cara es roma. Sus hábitos no son tan conocidos, pero en los últimos años se han realizado varios avistajes especialmente en Tierra del Fuego. Su distribución es amplia, al punto que hay registros de Tasmania y Nueva Zelanda y de Chile, Brasil, Uruguay e Islas Malvinas. Hace poco tiempo atrás, en Punta Ameghino apareció un ejemplar varado. En los meses de primavera y verano, los Defines oscuros darán el presente. También están el resto del año. Su cuerpo es bien alargado llegando a los dos metros y tiene el “pico” bien pronunciado, al igual que la aleta dorsal, en punta. Como su nombre lo indica es oscuro, mayormente gris, pero tiene anchas curvas color claro que le dan una apariencia cromática increíble, que acompaña su dinámica. Esta especie puede saltar fuera del agua, separándose notablemente, dejando ver su figura completamente limpia. Se encuentra en el hemisferio sur, llegando a Perú y Sudáfrica, como sitios más alejados. Puede andar en grupos numerosos, de varias decenas, persiguiendo cardúmenes de peces y calamares.

Alejandro Avampini

Alejandro Avampini Alejandro Avampini

Delfín oscuro Lagenorhynchus obscurus

Desde la costa

Delfín oscuro Lagenorhynchus obscurus

Tonina overa Cephalorynchus commersonii

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Ballena franca austral Eubalaena australis

Daniel Pérez

Ballena franca austral Eubalaena australis

mamíferos

Daniel Pérez Daniel Pérez

Ballena franca austral Eubalaena australis

El gran predador de nuestras costas, la Orca, puede perseguir a la especie anterior. No es una especie habitual en El Doradillo, sí en Punta Norte y Caleta Valdés, pero si llega a aparecer en nuestra zona es inconfundible… e inolvidable. Imagínense. Si nos ponemos a comparar, tiene cuatro veces el tamaño del delfín oscuro. Los individuos mayores pueden pasar los 8 metros de largo y pesar unas 8 toneladas. Su aleta dorsal, en los machos adultos, es recta y larga y en las hembras más cortas y doblada en la punta, en ambos casos tienen una mancha que se denomina montura. Es blanca y negra, y gris en sus manchas corporales. Detrás del ojo tiene una alargada gota blanca. Andan en grupos y tienen un amplio repertorio de voces. Prácticamente todos los cetáceos que habitan nuestra región pueden ser sus presas. Además, consumen elefantes marinos y lobos marinos en la famosa estrategia del “varamiento voluntario”, que les significa un alto éxito en sus cacerías y atrae a numerosos naturalistas, fotógrafos y documentalistas de todo el mundo. Iguales colores muestra la Tonina overa, pero en apenas un metro y medio de largo. Es negra con una ancha franja estilo cinturón cruzado de color blanco. Es un cetáceo común en las costas, pero no tanto en nuestro El Doradillo. Sí se ve algo más al sur, en la zona de Playa Unión, cerca de Rawson; también en la costa externa de la Península Valdés y el Golfo Nuevo. Es habitual su presencia costera e incluso en Santa Cruz se aventura a las rías. En general andan en grupos chicos y forrajean en busca de pejerreyes, sardinas y merluzas. También calamares y langostinos. Algo mayor que la especie anterior es la Tonina común también conocida como delfín nariz de botella. Sus colores están en la gama de los grises y tienen el ventral más claro, tirando al rosado. Su piel es bien lisa y su aleta dorsal pequeña. Tiene una distribución amplia, especialmente en mares cálidos, siendo nuestra zona su límite habitual de distribución. Puede incursionar en ríos de agua dulce. El tamaño de los grupos es variable. Desde parejas a una veintena y a veces hasta 50 individuos. Pescan en grupos y pueden “arrear” cardúmenes; eximios nadadores, siguen a las embarcaciones haciendo piruetas y aprovechando las olas que generan las máquinas. Volviendo a los delfines de cara redondeada, contamos en la zona con el Calderón o Delfín Piloto. Un gran animal de cinco metros que puede superar la tonelada de peso. Es color pizarra y tiene algunas manchas claras, por debajo y detrás del ojo y la aleta caudal. De cabeza voluminosa y aletas pectorales angostas y alargadas. Tiene registros en diferentes partes del mundo. En general anda en grupos. Es un excelente nadador y buceador, llegando a varios cientos de metros de profundidad. Los calamares son su predilección pero también consume peces. Esta es la especie que produce los famosos varamientos en masa, donde en apariencia el líder del grupo pierde el rumbo por problemas de ecolocalización y el resto lo sigue. Es tiempo de Ballenas. Si bien en la región en sentido amplio habría unas siete especies, trataremos solo a tres. ¿Recordás cuando hablábamos de mamíferos terrestres?. Cuando llegamos a este punto es lógico pensar que El Doradillo es tierra de extremos. Acantilados y costas, temperaturas elevadas y lluvias escasas y ratones de 20 gramos y ballenas de …. ¡40 toneladas! La Ballena franca austral, que seguiremos conociendo más adelante, es una mole oscura de 15 metros de largo que puede pasar las 50 toneladas en su peso adulto. Su lomo no tiene aleta alguna, y las pectorales son algo cuadradas. Es de color negro, bien oscuro, con una serie de manchas ventrales color blanca. Su cabeza tiene unos callos en los que crecen unos crustáceos. Sus lomos son picoteados por gaviotas cocineras, incomodándolas. Sopla fuerte, un spray en forma de V que se eleva hasta un par de metros.

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Alejandro Avampini

mamíferos

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Su distribución es muy amplia. Los mares de Australia y África y nuestras costas, las chilenas, Uruguay y el sur de Brasil son los sitios que elige en América del Sur. Son animales relativamente pasivos, algo lentos en su natación y que andan en grupos. Pese a ser bastante pesada, tiene diversos movimientos gráciles, que ayudan a la comunicación visual. Muestran su cola, saltan y caen con fuerza, se sumergen en cámara lenta, muestra una sola aleta pectoral, sumergen hasta media hora. Y producen un repertorio de sonidos extraordinarios en tonalidades lastimeras. Filtran pequeños invertebrados marinos, que son sus principales alimentos. Cada unos 3 a 4 años, y luego de una presión de cópulas por varios machos, las hembras tienen una sola cría, que en nuestra región nace en pleno invierno o al comienzo de la primavera; para la ocasión, eligen lugares reparados y de aguas y playas tranquilas. Los grupos de orcas son los principales predadores de esta extraordinaria ballena cuya presencia en las costas del Chubut caracteriza la naturaleza patagónica a nivel mundial. Una de las especies más pequeñas del grupo (pequeña solo en referencia a las otras, porque alcanza los 10 m de longitud) es la Ballena minke. Es alargada y su cabeza algo puntiaguda. Como la mayoría de las ballenas, es de color oscuro, gris negruzco con ventrales blanco. También son blancas sus aletas pectorales. Muestra su cuerpo más que otras especies y en el lomo puede verse su aleta dorsal pequeña y combada. Esta especie está en aguas oceánicas y también en plataformas continentales, cerca de la costa en bahías y golfos. Puerto Pirámide cuenta con varios registros de observación y en El Doradillo puede verse durante el verano, en general solitaria. También pueden formar grupos pequeños. Se alimenta principalmente de krill, que filtra entre sus barbas luego de avanzar entre los cardúmenes con la boca abierta. Tiene una sola cría, cada uno o dos años. En otros mares, es una de las principales presas de las orcas. Otro coloso mundial, presente en la mayoría de los mares es la Ballena jorobada. Hay registros para el Golfo Nuevo y la costa externa de Península Valdés y podría registrarse en El Doradillo. Aunque las probabilidades sean bajas, estemos atentos. Nunca se sabe con estos animales. De aparecer, te toparás con un animal de 15 metros de longitud, alargado y gris, con aletas pectorales importantes (son verdaderos remos) manchadas de blanco. Su cola también es importante y tiene manchas blancas en su interior. Al nadar muestra gran parte del lomo, cuando se percibe una aleta dorsal baja pero visible. Su soplido genera un spray de forma redondeada. En sus movimientos sumergen mostrando lentamente la cola o hunden finalmente y de a poco una de sus aletas. Pueden formar grupos y se alimentan principalmente de krill. Esta especie muestra una gran variedad de voces y cantos que siguen sorprendiendo a los investigadores. Las orcas y los tiburones -especialmente sobre las crías- son sus principales predadores.

Ballena jorobada Megaptera novaengliae

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Daniel Perez

mamíferos

Lobo marino de dos pelos Arctocephalus australis

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Hay dos especies de lobos marinos en la región. El más común es el lobo marino de un pelo, que tiene varios apostaderos en la costa atlántica. Es la misma especie que podemos encontrar en el puerto de Mar del Plata, por ejemplo. En la zona, más allá de sus desplazamientos, cuenta con apostaderos reproductivos en Península Valdés, en Morro Nuevo, Punta Pirámide, Las Charas, Punta Loma, Punta Conscripto y Bahía Cracker. En nuestra área propiamente dicha, El Doradillo, contamos con un apostadero estacional en Punta Ameghino, hacia el norte. Tiene un aspecto más tosco que la especie siguiente, sobre todo en el hocico. Llegan a pesar cerca de 300 kilos. Los colores marrones oscuros dominan su pelaje y una melena importante lo bautiza con el nombre de león marino. Las hembras y jóvenes son más bayos y las crías negras. Si bien son animales pesados, son muy buenos nadadores y buenos caminadores en las playas. Los grupos grandes que vemos habitualmente pueden ser de cría o bien de invernada o machos no reproductivos. Suelen desplazarse bastante entre grupos. Además de ser muy buenos nadadores, también son excelente buceadores, con inmersiones de varios minutos. Podríamos decir que les gusta la pesca variada. Mayormente en el agua encuentran sus presas (peces, pulpos y calamares). Gran parte del día los veremos en las playas. En nuestra zona, en noviembre comienza la disputa de los machos por los mejores territorios de las playas, para conformar sus harenes que podrán incluir hasta 20 hembras, que tienen que controlar incluso con fuertes peleas. La gestación de la hembra puede durar hasta casi un año, naciendo las crías entre diciembre y enero. Son las orcas sus principales predadores, con una técnica especial similar a un varamiento costero, donde el cetáceo, de una dentellada certera, se lleva la presa incauta. La otra especie es el lobo fino o Lobo marino de dos pelos. Ya su aspecto es más grácil (fino) con una cara respingada y una melena menos pronunciada, aunque los machos muestran dos capas de pelos y un cuello notablemente grueso en comparación con las hembras que además son más chicas. En cuanto a coloración, el marrón oscuro, algo grisáceo es compartido por macho y hembra. Y las crías al igual que en el lobo de un pelo, también son negras. La especie se encuentra tanto en el Pacífico como en el Atlántico y en este caso llega hasta Uruguay y raramente al sur de Brasil. Nuestro país, en el continente, cuenta con cerca de una veintena de apostaderos y más de la mitad son colonias de cría. También hay otras colonias en nuestras Islas Malvinas. No hay colonias en el Área Natural Protegida Península Valdés (ANPPV) pero sí hay avistamientos regulares; también en El Doradillo. En apariencia, esta especie sería menos playera y preferiría acantilados y costas rocosas, que trepan con suma habilidad. Esta preferencia les brindaría mayor protección ante los ataques del gran predador de lobos, la orca.

Alejandro Avampini

Carlos Kosubik

Lobo marino de un pelo Otaria flavescens

Lobo marino de un pelo Otaria flavescens

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Daniel Pérez

Alejandro Avampini

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mamíferos

Elefante marino Mirounga leonina

Moluscos, crustáceos y sobre todos peces son sus ingestas más habituales, entre ellas la anchoíta que es un elemento clave en la cadena alimenticia de nuestros mares. Sus jornadas de pesca son principalmente de noche. Sus colonias reproductivas también generan la defensa activa del territorio y hembras. En general los machos tendrán entre una decena y una veintena de hembras cada uno. Son ellos quienes primero llegan a los sitios de reproducción, luego lo harán las hembras, que paren su cría gestada durante casi un año. Para los amantes del arte, los apostadores de lobos marinos son espectáculos musicales. Hay una interacción acústica notable que incluye numerosas voces tanto en caso de peligro como para llamar a las crías o marcar jerarquía. Las dos especies de lobos marinos se están recuperando lentamente. Durante el siglo XX, las matanzas llegaron a ultimar cientos de miles de ejemplares, para el aprovechamiento de su cuero y grasa. En la actualidad, es una actividad abandonada en nuestro país. El otro coloso de las playas es el Elefante marino. Sus medidas ya imponen respeto. Unos cinco metros de largo en el caso de los machos y hasta 5 toneladas de peso. Para darte una idea, un auto compacto pesa muchos menos. ¡Apenas algo más de una tonelada! Las hembras son menores y no tienen la trompa característica de los machos. Priman los tonos grises parduscos, tirando a claros. Las crías son negruzcas. Península Valdés es el único asentamiento reproductivo continental y se encuentran principalmente en la costa externa. Cada tanto suelen verse en los golfos y en El Doradillo aparecen animales solitarios tanto en primavera como en el verano. En las colonias, asentadas en las playas de arena o canto rodado, un macho puede contar con un harén de más de 100 hembras, que deben defender de intrusos. Las disputas son feroces y las peleas entre pares incluyen ataques con empellones y dentelladas que hieren los cueros generando esas estrías características. Los movimientos torpes de los adultos entre el conjunto de individuos, generan aplastamiento de las crías y es una causa importante de mortandad. Aunque torpe en tierra, es un buen nadador y buceador, incluso fuera de la plataforma continental y a grandes profundidades donde procura especialmente calamares y peces. Por último, dos presencias ocasiones en El Doradillo que, de verlas, seremos ante todo privilegiados naturalistas ya que los avistajes que se han realizado hasta el presente son de individuos erráticos. Son mamíferos antárticos y están ligados a las capas de hielo y témpanos. En primer lugar, el Leopardo marino, una gran foca de 3 metros y 300 kg de peso, alargada y con una cabeza como de lagarto. Es gris oscuro más claro en lo ventral, algo manchado y tiene aletas pectorales importantes. Es, por lo general solitario y un excelente nadador y buceador. Consume krill, pingüinos que desolla antes de consumirlos y crías de lobos marinos. Puede ser carroñera. La última de las especies es la Foca cangrejera, menor que la anterior, con evidente aspecto de foca y color gris con tonos plateados y bayos y un patrón variable de manchas ventrales. También sus aletas pectorales son notables. Pueden integrar grupos bien numerosos que se observan descansando en los planchones de hielo. Es eximia buceadora y está especializada en la captura de krill, que engulle en sus inmersiones y luego filtra el agua ingerida; también come peces pequeños. En sus andanzas, puede ser perseguida por orcas y, sobre todo, por la especie anterior, el leopardo marino, que es su principal predador. Ojalá que tu visita a El Doradillo, te brinde la posibilidad de registrar una gran cantidad de mamíferos, para disfrutar doblemente de la experiencia de estar en un lugar único y apreciar la increíble diversidad biológica que conserva.

Elefante marino Mirounga leonina

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Ballena franca austral Eubalaena australis

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Alejandro Avampini

Las ballenas se están recuperando. El inolvidable espectáculo de presenciar el acercamiento entre los cetáceos y nosotros, que hoy parece garantizado, ha tenido sus vaivenes con aristas trágicas que signaron largos periodos de desencuentros. La actividad ballenera tuvo cierta constancia en la región en los últimos 400 años y esta extracción sin límites arrinconó a la ballena franca austral a niveles cercanos a la extinción. Ante esta tragedia oceánica, la preocupación conservacionista que caló hondo en el siglo XX no se hizo esperar. Un equipo liderado por R.M. Gilmore, a bordo del buque de investigación Hero de la Fundación Nacional Científica de Estados Unidos, buscó ballenas en la costa de la Argentina y Uruguay en invierno de 1969. Observaron una concentración de 20 a 25 ballenas francas cerca de la costa en la entrada del Golfo Nuevo. En ese momento era un número importante. Y esperanzador. El buque cubrió la zona costera argentina desde el sur de Mar del Plata hasta Tierra del Fuego. La primera ballena franca fue observada a mediados de julio en la boca del Golfo San José. No volvieron a ver ballenas, ni siquiera entre Punta Norte y la boca del Golfo Nuevo hasta que el buque fondeó durante la noche. A la mañana siguiente el buque buscó ballenas en el perímetro del Golfo Nuevo y fue solamente cuando, ya desalentados se preparaban para partir del golfo, avistaron aquellas 20 a 25 ballenas protegidas por dicho accidente geográfico. Que de accidente no tiene nada, es una bendición. Por eso a partir del 70 comenzó un estudio a largo plazo iniciado por Roger Payne para la población de ballenas de la Península Valdés. La Península es reconocida como un área de nacimientos y cuidados de cría para los primeros dos o tres meses de vida. Existe actividad en la zona desde mediados de abril a fines de diciembre, con picos máximo para el ANPPV en el mes de septiembre. Claramente, la mayoría de las crías nace entre agosto y septiembre. Las ballenas principalmente están en el área de cría sin comer, aunque comienzan a alimentarse ocasionalmente a mediados de septiembre. Se estima que la población de ballenas de Península Valdés en 1997 era de 2.577 individuos, 3.346 en el año 2.000 y, extrapolado a una tasa de 6.8% por año se podría estimar que en la actualidad existen unas 6.000 a 7.000 ballenas para 2011. Pero además, la población de Península Valdés no solo creció sino que cambió sus patrones de distribución, cambiando desde la década del ´70 al 90 desde la costa externa a los dos golfos, principalmente hacia el Golfo Nuevo donde actualmente se ubica la mayor proporción de madres con cría. No toda la población permanece en el área durante el año, ni tampoco ingresan al área todos los años, por lo que la cantidad total de individuos dentro del Área Natural Protegida Península Valdés, varía año a año y entre meses. Según el laboratorio de Mamíferos Marinos del Centro Nacional Patagónico (Cenpat), la máxima cantidad de ballenas contabilizadas en Península Valdés ocurre en septiembre y fueron en 1999 556 ballenas, 543 en el 2000, 724 en el 2005, 786 en el 2006, 777 en el 2007 y 673 en el 2008. Respecto a las crías, este equipo calcula que hubo 335 en 1999 y 553 en 2008, con una estimación acumulada de ballenas de 1.318 en 1999 y 2.507 en 2007. A partir de los datos de censos aéreos y de fotoidentificación se estima que aproximadamente un 60% de las crías de la Península Valdés nace en la costa del Golfo Nuevo entre Punta Arco y el Istmo Ameghino. Y en el Área Natural Protegida El Doradillo se concentrarían cerca de la mitad de las crías recién nacidas de Península Valdés. El “avistaje de humanos” que hacen las ballenas y se produce entre mayo y noviembre en playa Las Canteras está “protagonizado” principalmente, aunque no exclusivamente, por hembras con crías pequeñas.

Descubriendo El Doradillo

Ballena franca austral: la estrella de mar

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Los Golfos Nuevo y San José le dan a las ballenas buenas condiciones para la reproducción debido a la tranquilidad de sus aguas. Esto se traduce en seguridad para las crías recién nacidas. ¿Cuáles son las razones por las cuales cambiaron su ubicación en la Península Valdés en los últimos 40 años y las madres con crías abandonaron la costa externa entre Punta Norte y Caleta Valdés para dirigirse hacia el Golfo Nuevo y particularmente a El Doradillo? Existen varias hipótesis que en conjunto podrían explicar este fenómeno, y que a su vez sirven para comprender la importancia del ANPED como hábitat crítico para la reproducción de las ballenas francas. Al principio hablamos de las geoformas, de los diferentes tipos de accidentes geográficos y de las playas. Como todo tiene que ver con todo, ese momento mágico depende … ¡del primer capítulo de este libro! El sector de la costa externa ubicado al norte de la Península Valdés, comparte rasgos geomorfológicos con las playas de canto rodado de El Doradillo. Son cordones litorales compuestos por cantos rodados y arena. Se trata de playas que ganan profundidad rápidamente en los primeros metros debido a una pendiente media. Hay como una caída libre. A igual cercanía en una playa de las costas bonaerenses, harías pie. En esos sitios de la costa externa las ballenas se podían observar de la misma manera que en Playa Las Canteras actualmente pero la costa externa no está protegida y el oleaje es mucho más fuerte e intenso que dentro de los golfos. Además, este sistema está sometido a una permanente modificación geológica debido a fuertes corrientes que conforman islas y nuevos cordones paralelos a la costa. Estas zonas, con mucho escarceo, se convierten riesgosas por posibles varamientos para las crías y los adultos.

Daniel Pérez

María Cabrera

María Cabrera

A toda costa, cuidemos las costas

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Las ballenas tenemos memoria Las ballenas francas somos tres. Una entidad que nos ayuda, la Comisión Ballenera Internacional, reconoce especies genéticamente diferentes de ballenas francas y nos han bautizado con estos nombres Eubalaena glacialis (ballena franca del norte), Eubalaena japonica (ballena franca del Pacífico Norte) y Eubalaena australis (ballena franca del sur). Nosotras pertenecemos a la mayor parte de la población global de ballena franca austral (Eubalaena australis) que es la que estuvo históricamente, y permanece todavía, centrada en el Océano Atlántico Sur. En apariencia, los primeros registros escritos sobre las matanzas de las que fuimos objeto, corresponden a Brasil y datan de 1603 en las hermosas costas de Bahía. Nos mataban desde botes bajo la instrucción de los balleneros vascos. Ya en 1678 tres estaciones operaban en Bahía, Río de Janeiro y Santa Catarina. Es decir, no teníamos escapatoria. ¡Igualmente, la cacería terminó a comienzos del siglo XIX, cuando ya no quedábamos más! A comienzos del siglo XX, nos cazaban –a muchas especies diferentes de ballenas- en otros lugares, desde el sur de Brasil al centro de la Argentina y al Este y Sur del Río de la Plata; además, nos cazaban alrededor de las Islas Malvinas, tan lindas que son. Dicen que entre 1951/52 y 1970/71 unas 3.368 ballenas francas fuimos ultimadas por los buques factoría soviéticos en el hemisferio Sur y la mayoría en la década del 60 con cerca de un tercio (1.315) capturadas en las costas argentinas durante 1961/62. Es decir que hasta hace casi 50 años siguieron persiguiéndonos, frente a las costas de la Península Valdés. Fue el precio que pagamos por nuestra franqueza.

Descubriendo El Doradillo

Antes comentamos que la cacería en la Península Valdés ocurrió hasta finales de la década del 60. Si bien no existen registros, es posible que parte de la cacería ocurriera dentro de los golfos lo que habría motivado un traslado de las ballenas hacia “afuera”; hoy, sin cacería, las ballenas estarían “regresando” a su hábitat original. Asimismo la zona de Punta Norte, con presencia de orcas, tendrían mayor riesgo de predación para los cachorros, siendo el Golfo Nuevo un sitio más seguro. Estos motivos, individualmente o en conjunto, destacan al ANPED como un sitio crítico donde las ballenas se congregan para la parición y cuidado de las crías. Pero lo que sí es claro: las playas de El Doradillo y de Canteras proveen condiciones físicas ideales para las madres con cría por razones estrictamente geomorfológicas. La playa de El Doradillo, con playas de arena y pendiente muy suave posibilita a las hembras permanecer con sus crías en una profundidad promedio de 5 metros. La suavidad del fondo, sumada a lo calmo del agua disminuye para la cría el riesgo de varamiento y una menor cantidad de orcas, el riesgo de predación. Lo mismo ocurre en el caso de la Playa Las Canteras, donde la alta pendiente hace que la costa “gane profundidad” rápidamente. Esto puede comprobarse entre la pleamar y la bajamar, que en este sitio tiene en promedio 5.5 metros de amplitud, y que no muestra una diferencia en el ancho de playa tan extenso como en Playa El Doradillo. El fondo suave de los cantos rodados, no lastima la piel de las hembras y las crías y facilita el desplazamiento en caso de tocar el fondo. Imposible si hubiera fondos duros como los que ofrecen las restingas. Gracias al relieve particular de las costas del Área Natural Protegida El Doradillo las ballenas las eligen durante la reproducción y ¡pueden acercarse a vos para conocerte!

20 m

2,5 m

2,5 m

Marea alta

60 m

Marea media

120 m

Marea baja

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Orden, Suborden y familia

Nombre vulgar

Nombre científico

Presencia

Orden y familia

Orden CETACEA

Orden DIDELPHIMORPHIA

Suborden ODONTOCETI

Familia DIDELPHIDAE

Nombre científico

Presencia

Marmosa pálida

Thylamys pallidior

Común

Peludo

Chaetophractus villosus

Común

Piche patagónico

Zaedyus pichiy

Murciélago Orejón chico

Histiotus montanus

Raro

Orden CINGULATA

Familia PHOCOENIDAE

Marsopa de anteojos

Phocoena dioptrica

Familia DELPHINIDAE

Delfín oscuro

Lagenorhynchus obscurus

Común

Delfín austral

Lagenorhynchus australis

Ocasional

Delfín cruzado

Lagenorhynchus cruciger

Raro

Orden CHIROPTERA

Tonina overa

Cephalorynchus commersonii

Raro

Familia VESPERTILIONIDAE

Orca

Orcinus orca

Ocasional

Orden CARNIVORA

Falsa orca

Pseudorca crassidens

Ocasional

Familia CANIDAE

Zorro gris

Pseudalopex griseus

Común

Delfín gris o de Risso

Grampus griseus

Raro

Familia FELIDAE

Gato montés

Leopardus geoffroyi

Raro

Delfin nariz de botella

Tursiops truncatus

Común

Puma

Puma concolor

Raro

Delfín común

Delphinus delphis

Raro

Huroncito

Lyncodon patagonicus

Raro

Delfín liso

Lissodelphis peronii

Raro

Hurón menor

Galictis cuja

Raro

Delfín común

Delphinus capensis

Raro

Familia MEPHITIDAE

Zorrino patagónico

Conepatus humboldtii

Común

Calderón o delfín piloto

Globicephala melaena

Raro

Orden ARTIODACTYLA

Zifio de Héctor

Mesoplodon hectori

Raro

Familia CAMELIDAE

Guanaco

Lama guanicoe

Común

Zifio común

Ziphius cavirostris

Raro

Orden RODENTIA

Zifio marsopa

Berardius arnouxii

Raro

Familia CAVIIDAE

Cuis chico

Microcavia australis

Común

Zifio naríz de botella

Hyperoodon planifrons

Raro

Cuis

Galea musteloides

Común

Zifio negro

Mesoplodon grayi

Raro

Mara

Dolichotis patagonum

Común

Zifio de Layard

Mesoplodon layardii

Raro

Familia CTENOMYIDAE

Tuco-tuco

Ctenomys sp

Común

Zifio de Shepherd

Tasmacetus shepherdi

Raro

Familia CRICETIDAE

Ratón patagónico

Akodon iniscatus

Raro

Cachalote

Physeter macrocephalus

Raro

Ratón rojizo

Akodon molinae

Común

Laucha bimaculada

Calomys musculinus

Familia BALAENIDAE

Ballena franca austral

Eubalaena australis

Común

Laucha cola larga

Eligmodontia typus

Común

Familia NEOBALAENIDAE

Ballena franca pigmea

Caperea marginata

Raro

Rata orejuda común

Graomys griseoflavus

Común

Familia BALAENOPTERIDAE

Ballena minke

Balaenoptera acutorostrata

Rata conejo

Rehintrodon auritus

Ballena Sei

Balaenoptera borealis

Raro

Ballena azul

Balaenoptera musculus

Raro

Rorcual común

Balaenoptera physalus

Raro

Ballena jorobada

Megaptera novaengliae

Ocasional

Lobo marino de un pelo

Otaria flavescens

Lobo marino de dos pelos

Arctocephalus australis

Ocasional

Lobo fino subantártico

Arctocephalus tropicalis

Raro

Elefante marino

Mirounga leonina

Ocasional

Foca leopardo

Hydrurga leptonyx

Raro

Foca de Weddell

Leptonychotes weddelli

Ocasional

Foca cangrejera

Lobodon carcinophagus

Ocasional

Familia ZIPHIIDAE

Familia PHYSETERIDAE

Raro

Nombre vulgar

Suborden MYSTICETI

Ocasional

Familia DASYPODIDAE

Familia MUSTELIDAE

Ocasional

Descubriendo El Doradillo

Tomale lista a los mamíferos terrestres

Tomale lista a los mamíferos marinos

Raro

Raro

Orden PINNIPEDIA Familia OTARIIDAE

Familia PHOCIDAE

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Común

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Alejandro Avampini

Lagartija Liolaemus sp.

Visitar El Doradillo es un viaje para los sentidos. Disfrutamos paisajes haciendo paneos generales; de repente nuestros oídos y ojos comienzan a recibir llamados. Y nuestra cabeza a moverse al compás del ambiente. Fijamos la vista en las jarillas y de pronto un halcón peregrino nos propone dibujar diagramas en el cielo, hasta hacer foco en los faldeos donde nos esperan el guanaco y su relincho. Y así bajar la cuesta y ver en las plataformas de abrasión de olas un grupo de lobos marinos y, detrás, el vuelo frenético de las pardelas que nos detienen ante la espuma tan franca de la “estrella de mar”. Estos personajes son “el gran Doradillo” que nos llenan los ojos de gracia. Igualmente hay un universo pequeño pero no secundario, oculto aunque igualmente bello, presente en los mismos medios terrestre, acuático y aéreo que el resto de la fauna. ¡Descubrámoslo!

Jorge Manuel Quiroga

El microcosmos de El Doradillo

Matuasto Diplolaemus sp.

El camino se sacudió un segundo, gracias a un pequeño movimiento de piedras que dejó una polvareda imperceptible. Fue uno de los tantos reptiles de El Doradillo. Un grupo ampliamente estudiado pero que siempre nos depara sorpresas es el de las lagartijas. Y entre ellas, las del género Liolaemus (¡realmente un lío!) es numeroso. Son pequeñas, gráciles, ágiles y escurridizas. Pero se dejan ver y cada tanto posan en el medio de los caminos o en la base de los arbustos y coirones.

María Cabrera

Las piedras se mueven

Gecko Homonota darwinii

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Lagartija Liolaemus sp.

Hasta el momento sabemos que hay en la zona varias especies, algunas de ellas aún no registradas para El Doradillo pero que futuros estudios seguramente las tendrán como habitantes de la zona. Entre ellas la lagartija de listas amarillas y la lagartija grácil, ambas de distribución amplia en el centro del país y un patrón de diseño similar, listadas en el dorso con líneas claras. También la lagartija de cabeza negra, de la cual años atrás se describió una subespecie exclusiva de la costa de Chubut. Y hay dos especies más llamativas: el gecko, que nos impresionará por sus ojos saltones y acrobacias y el matuasto, más robusto y cabezón con grandes manchas dorsales en forma de mariposas con las alas abiertas y franjas claras.

reptiles

Daniel Pérez

Prestemos atención en nuestras caminatas. No intentemos atraparlas, sólo fotografiar las especies enviando luego nuestra “colecta amigable” a las autoridades a cargo de la administración del sitio.

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Alejandro Avampini Daniel Pérez

Yarará ñata Bothrops ammodytoides

Culebra Philodryas sp

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Pero volvamos a las escamas. Hay en la región, además de lagartijas, unas seis especies de ofidios, entre ellas la culebra jarillera, que puede llegar al metro y medio de largo. Durante el día procura roedores y aves pequeñas y tiene una distribución en nuestro país similar a la jarilla, es decir, por la franja diagonal que dibuja el Monte. También podemos encontrar a la culebra campera, de un verde intenso con algunas líneas y vientre más claro y distribución mayor, en general oculta pero a veces asoléandose en piedras. Ambas especies, asignadas al género Philodryas, reaccionan en caso de ser molestadas y tienden a morder. Además está la Yarará Ñata, que es la especie más austral entre las yararáes, con amplia distribución en las zonas áridas del centro y oeste del país. Prefiere alimentarse de lagartos y lagartijas, aunque también puede procurarse pequeños mamíferos. Es una especie venenosa y, en caso de mordeduras, es imprescindible acudir rápidamente a un centro asistencial.

Alejandro Avampini

reptiles

Todas ellas procuran insectos, que capturan con su lengua veloz. Hablando de insectos, es interesante saber que si bien aun no contamos con muestreos en El Doradillo, los invertebrados terrestres de Península Valdés vienen siendo objetos de estudios, como los publicados en el año 2010 que abarcan muestreos en estepas arbustivas similares a las presentes en nuestra zona. La diversidad es impresionante, habiéndose colectado unas 25 especies de hormigas y decenas de especies de escarabajos.

Yarará ñata Bothrops ammodytoides

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invertebrados

Dientes de perro

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Daniel Pérez

Daniel Pérez Daniel MaríaPérez Cabrera

Cangrejo

Mundo marino Otro mundo aparte podremos apreciar en las aguas poco profundas, pozones de marea, restingas y playa, donde miles de formas, textos y colores se complotan para maravillarnos. Hay anémonas y medusas, ctenóforos y poliquetos y un rico elenco de erizos, estrellas de mar y crustáceos marinos, bien representados por varias especies de cangrejos que podemos ver vivos en los pozos de marea o muertos entre las algas en la playa, en caso de temporales extraordinarios. Entre ellos, el cangrejo peludo, también denominado cangrejo tractor, presente en nuestra región y en Chile, siendo común en aguas profundas. También el cangrejo de las algas, con su coraza hexagonal o el cangrejo nadador, de amplia distribución, que tiene cierta presión comercial en la provincia de Buenos Aires y el cangrejo araña, con patas bien largas y finas y quelípedos o tenazas cortas, de distribución sudamericana. Todos son presas habituales de las gaviotas y otras aves costeras. Otros famosos crustáceos cirripedios son las bellotas de mar o más conocidas en nuestra zona como dientes de perro, que pueden observarse tapizando las zonas superiores de las restingas o zonas de mayor exposición en el intermareal rocoso, también cerca de los mejillones. Pero serán los caracoles el grupo anfitrión en las playas. Hay que tener en cuenta que estamos en un área natural protegida y no debemos recomendar la colecta de ejemplares, que sólo deberá tener fines científicos y estar expresamente autorizada. En cuanto a los caracoles, debemos considerar que El Doradillo se encuentra en el límite de dos provincias o zonas malacológicas diferentes: la Argentina (que abarca desde el sur de Brasil hasta Península Valdés) y la Magallánica (desde Península Valdés llegando al Atlántico Austral y accediendo al Océano Pacífico Austral hasta la Isla de Chiloé). Veamos algunas de las especies que nos harán agachar durante la recorrida para curiosear y apreciar sus detalles. Entre los bivalvos contamos con numerosas especies de mejillones. Es común el mejillón del sur o púrpura. Es muy abundante y en nuestras costas se encuentra desde Río Negro hasta Tierra del Fuego. Es más pequeño (llega a los 3 cm de largo) y parece más gordito que un típico mejillón, que también puede encontrarse en la zona especialmente entre las algas que aparecen en las playas. El mejillón del norte llega a ser algo mayor que el del sur y recubre las rocas y restingas en altísima densidad, aportando parches de valvas que pueden sumar miles de individuos. Otro pariente de la familia, denominada Mytilidae es el bivalvo perforante o mejillón cuevero, también llamado Dátil de Mar. En general los podemos ver entre las piedras de las restingas. Su forma alargada es una adaptación a un hábito bien particular. Los individuos que nosotros vemos son los jóvenes, ya que los adultos perforan superficies duras (rocas y la coraza de otros caracoles) donde vivirán ocultos. También podemos encontrar cholgas, que tienen la apariencia de grandes mejillones, más toscos y rugosos y que en algunos lugares de su distribución patagónica son bien abundantes y consumidos como mariscos. Pueden encontrarse en las playas.

Cangrejo

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invertebrados

Colonia de mejillines

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Hay varias especies de almejas. La más pequeña de todas es la almeja juliana o almejita austral, de apenas 3 cm de ancho. Pero puede hallarse otras especies que presentan valvas medianas y robustas, como la almeja blanca y la reticulada. Estas últimas son de las más apreciadas en la cocina. Les gustan los fondos arenosos y también pueden generar agrupaciones de varios cientos. Si hacemos una buena caminata y queremos apreciar los caracoles propiamente dichos (moluscos de una sola pieza), tendremos muchas escalas a nuestro paso. Veremos diferentes especies de fisurelas que son sombreritos ovalados con un orificio en la parte central superior y finas costillas. Pueden encontrarse sobre las rocas hasta varios metros de profundidad. Algunos se comen y además se usan en artesanías playeras, por la facilidad que brinda su orificio en la confección de collares. Las lapas, similares pero presentan la valva completa, sin la hendidura que caracteriza a las fisurelas. Una de ellas es la lapa baja, que aunque puede llegar a grandes profundidades en general se la encuentra adherida a las rocas. En contraposición, la lapa pulmonada es un sombrero bien alto, que se encuentra en las rocas y habitualmente es predada por aves costeras. Encontraremos otros caracolitos, como las tegulas común y púrpura, que se alimentan de algas y otros vegetales o el botecito violeta que puede encontrarse viviendo en los caparazones vacíos de otros caracoles o sobre algunos bivalvos o junto a los mejillones. El sombrerito chino, habitual en piedras y conchillas, es muy pequeño y puntiagudo, que puede variar su aspecto en función de donde está ubicado; también el caracol de luna, que es un globito claro y apenas llega a los 2 cm de largo y de ancho. Los trofones común y laminado son comunes en la zona. Estas especies son habituales en fondos pedregosos y tienen una amplia distribución. Se alimentan de mejillones, que abunda en nuestra zona. Sus formas los hacen muy atractivos ya que tienen aspecto de tirabuzones robustos, repletos de volutas y estrías, bien acostillado. Otras dos especies con forma de tirabuzón pero más pequeños son el farito común, que es blanco, alargado y acostillado y que prefiere aguas calmas, como las de El Doradillo. La otra especie es el buccino plomizo, que es más robusto que el anterior, grisáceo y no es predador sino carroñero. Pero los grandes caracoles de la región son las volutas, que pueden alcanzar unos 15 cm de largo. La voluta esclava y la de boca ancha, son las más comunes aquí y gustan de los fondos arenosos y algo pedregosos. Son habituales en los puertos y se venden como souvenires, usados tanto en interiores como en jardines.

María Cabrera

Daniel Pérez

Invertebrados marinos en intermareal

Ya recorrimos los senderos, divisamos los acantilados, caminamos por las playas, observamos decenas de animales, aprendimos sobre la estepa y la meseta, nos inclinamos para disfrutar los detalles al ras del suelo y, sobre todo, compartimos un momento irrepetible cuando las ballenas francas y sus crías nos quisieron conocer. El Doradillo, en tanto área natural protegida, llegó para quedarse. Porque la conservación de la naturaleza es un desafío para toda la vida y nuestra conducta debe respetar principios básicos generales y específicos en función de cada sitio. En términos de conservación se pueden asumir dos supuestos: las áreas naturales protegidas son claves en la conservación de la diversidad biológica; y la transformación de los ambientes es la principal causa en las pérdidas de esa biodiversidad. Como visitantes tenemos un importante rol en la conservación del lugar a través de nuestra conducta en el sitio. Como punto de partida, una buena acción es reconocernos como invitados dentro de un área natural extraordinaria, que debido a su valor ha sido declarada área protegida. Estas áreas son utilizadas para turismo y recreación, precisamente porque poseen escenarios de enorme belleza, pero el objeto principal de su existencia es su conservación. Sin embargo, como ciudadanos debemos custodiar las decisiones que nos afectan a todos, por ejemplo, a través de procesos participativos en planes de manejo, o en el control de su implementación o la aplicación de las normativas, entre otras acciones posibles. El recorrido por las páginas de este libro nos ha permitido descubrir al área protegida, y acceder así a más y mejores herramientas para exigir a nuestros gobernantes proteger el área.

conservación

Daniel Pérez

El sueño dorado

Tierra en suspensión: la apertura de caminos y la pérdida de cobertura vegetal combinada con la circulación de autos produce polvo en suspensión afectando el ecosistema y la calidad de la experiencia de visita.

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Mauro Novara

La presencia de mascotas en las Áreas Protegidas causan problemas a los visitantes, a la fauna autóctona y a la flora.

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La apertura de caminos en zonas de pendiente con las lluvias produce cañadones y cárcavas

conservación

Mauro Novara Daniel Pérez

La apertura de caminos forma una red de barreras que fragmentan el paisaje y alteran un ecosistema frágil y la belleza paisajística

Cuando hablamos de transformación, en lo primero que pensamos es en la deforestación de selvas tropicales, o los derrames de petróleo en el mar. Sin embargo las crisis ambientales pueden darse de múltiples maneras. Los ecosistemas desérticos son altamente vulnerables a los impactos y se puede alterar severamente su biodiversidad tanto como sus paisajes. En el mar, la franja costera y los litorales marinos tienen alta sensibilidad. Hemos podido apreciar en estas páginas la enorme riqueza de paisajes, flora y fauna que nos propone esta relativamente pequeña aunque singular área protegida que conjuga ecosistemas terrestres y marinos. ¿Cuáles son y donde se encuentran las principales amenazas del Área Natural Protegida El Doradillo? A veces se menciona al turismo como una amenaza a las áreas protegidas. Es posible, pero pensémonos por un instante como los actores de estos escenarios. Cualquier amenaza que nosotros signifiquemos como turistas se diluye en tanto respetemos las normativas vigentes. Afortunadamente las áreas protegidas tienen leyes, organización, planificación, equipamiento y personal para ayudarnos a cumplirlas. Respetar normas, reglamentaciones o un simple cartel hace la gran diferencia. La cercanía del ANPED a la ciudad de Puerto Madryn que sustenta su crecimiento en actividades portuarias, industriales y pesqueras supone un enorme desafío para el cumplimiento de su misión y los objetivos de conservación. Dentro del espacio protegido, el desarrollo de caminos, su expansión en forma de redes, longitud y ancho son una importante alteración en la vegetación nativa, hábitat de las especies que aquí hemos desarrollado. En pocos años, e incluso durante estos últimos meses mientras escribíamos este libro, pudimos apreciar el ensanchamiento de la ruta 42 (el principal acceso al área). Como consecuencia, la afectación a la experiencia de viaje resulta dramática, no solo por lo estético cuando el lugar se cubre de polvo, sino también por aspectos de seguridad. Y hasta aquí ni siquiera hemos mencionado el daño ambiental. La creación de innecesarios caminos trae aparejadas nuevas e impredecibles formas de impacto negativo. Por ejemplo, la supresión de cobertura vegetal autóctona y la eliminación, movimiento y/o compactación de suelos, favorece un aumento del escurrimiento superficial. Luego, se vuelven inestables las pendientes naturales y se genera un avance del sistema de cárcavas y los fenómenos de remoción en masa asociado a ellas. Cuando los caminos afectan a los médanos, se afecta también una reserva de sedimentos para la retroalimentación de la playa, además de servir de protección natural de la costa ante posibles tormentas.

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Será una realidad ese sueño dorado en que las ballenas y el resto de la vida silvestre, quieran seguir conociéndonos.

conservación

Mauro Novara

En el caso en particular de las ballenas francas australes uno de los aspectos más singulares del ANPED es su extrema cercanía a la costa. La presencia asegurada de ballenas durante varios meses a un sitio de alta accesibilidad y gratuitidad es un gran privilegio. Privilegio que conlleva una enorme responsabilidad. Las ballenas paren y cuidan a sus crías en el ANPED debido a las características intrínsecas de sus costas. El desarrollo histórico de canteras de áridos produjo alteraciones irreversibles al paisaje que pudo ser detenida fruto de una fuerte participación ciudadana. Gracias a la conciencia generada, hoy un nuevo desarrollo que altere a la geomorfología costera del área protegida resultaría en un verdadero absurdo. Algunas acciones afectan tanto al ecosistema costero como al terrestre, entre ellas: la basura; la circulación de vehículos fuera de los caminos; el disturbio a la fauna silvestre; la introducción de especies exóticas; las mascotas; el ganado doméstico y otras. La basura genera focos infecciosos, daña a las plantas, afecta la calidad de la visita, atrae alimañas, genera depósitos en cárcavas y cañadones, contamina el fondo y agua del mar y produce mortalidad en aves y mamíferos marinos. La circulación fuera de los caminos produce pérdidas de cobertura vegetal que tardan siglos en recuperarse, destruye la integridad de la marisma y los invertebrados del intermareal. Las especies exóticas afectan la supervivencia de muchos componentes del elenco faunístico y florístico autóctono. Las mascotas generan disturbios a las formas de vida silvestre. El ganado doméstico altera la integridad del paisaje y la composición florística. La forma en que estas acciones negativas puedan evitarse depende de una buena gestión de los administradores del área, pero una vez más y vale la pena recordarlo, también dependen de todos nosotros, los visitantes. Soñemos con una ciudadanía que continúa comprometida y movilizada a favor de la conservación de este paisaje singular. Soñemos que los gobernantes tengan la sabiduría de gestionar apropiadamente el área para la preservación de la biodiversidad terrestre y marina. Soñemos a miles de visitantes comprometidos con el respeto hacia los valores cívicos, éticos, estéticos, ecosistémicos y espirituales en los cuales se sustenta la visión del Área Natural Protegida el Doradillo.

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bibliografía recomendada

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A continuación, verás algunos de los trabajos que consideramos claves para entender la región y que fueron consultados para la elaboración de los reportes en los que se basa este libro. Han sido realizados por destacados investigadores, mayormente de nuestro país.

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bibliografía recomendada

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Marina Delfino

...el lugar donde la naturaleza te quiere conocer a vos

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