El proyecto “Caminos Cortos, suspiros largos” se plantea desde la necesidad de hacer del amor una excusa para reunirse y platicar; siendo una experiencia común en la vivencia humana posibilita la comunicación con toda clase de personas. Partiendo de esta posibilidad se propone involucrar a la comunidad de una manera más personal y convertirse en el punto de partida para iniciar diálogos interculturales que tengan el amor como tema principal. Decidí realizar este proyecto en Taganga debido a que, habiéndole conocido en una oportunidad anterior, pude observar que era bastante diferente de otros lugares de la costa colombiana que conocía; un lugar tan atrayente que convocaba un volumen de turismo internacional que no había visto antes. Lo conocí desde la perspectiva limitada del turista y decidí volver para comprenderlo a profundidad. Me preguntaba por sus habitantes y especialmente por su perspectiva sobre el lugar en el que viven. Plantee el proyecto como una búsqueda de historias de amor de tangangueros esperando, a través de estas, conocer a Taganga. El objetivo era observarlo desde las experiencias significativas de sus habitantes y así lograr hablar de un corregimiento bajo una perspectiva más profunda. El proyecto consiste en la recolección y posterior ilustración de dichas historias, haciendo una re significación de las experiencias, transformándolas a través de la ilustración.
Caminos cortos, suspiros largos is a Project that explores love as a common experience that allows communication with all kinds of people. From this particular possibility this project propose to involve the Taganga’s community to the artwork in a very personal way, as their love stories become key to get to know Taganga.
As I knew Taganga in the past only as a touristic destination that attracted a lot of national and international public, I could not appreciate the community of Taganga or explored it in a deeper way. The project aim was to know Taganga from the love stories of its inhabitants, getting a profounder perspective by exploring how the perception of a place is changed by the experiences of those who live in it. I searched for love stories all around Taganga, interviewing volunteers who wanted to share their stories with me. From this stories I made a route through Taganga, exploring the places where people fell in love as key points of the town. I made 27 illustration, depicting places and facts present in the stories, aiming to capture the emotional realities of the protagonists, as well as my own emotions and connection with the places I visited. To socialize the results of the project I prepared a short- lived exhibition of the artwork, using the points I have visited to place the images. I invited the Taganga's community to a short tour around the town to recognize those places where someone fell in love. This tour ended with a reunion where the participants shared their impression about the project and a little about their own experiences with love.
Llegué al aeropuerto de Santa Marta a la 1 pm y me dirigí a Taganga. Al llegar no conté con la presencia de mi tutora- debido a causas de fuerza mayor- por alrededor de 4 días, así que comencé a explorar el lugar por mi cuenta. Realicé varios recorridos de los cuales pude concluir, como lo había sospechado, que Taganga es un lugar mucho más extenso y complejo de lo que pude observar cuando lo visité por primera vez. Al llegar mi tutora comenzamos a concretar la estrategia para realizar el rastreo de las historias de amor; decidimos que la entrevista era la más adecuada permitiendo llegar a un nivel de intimidad necesario para que los participantes del proyecto se sintieran en la comodidad de compartir sus experiencias. Vanessa- mi tutoracomenzó por presentarme a líderes positivos de la comunidad que ya antes habían participado en otros proyectos y que por lo tanto podrían estar interesados en hacer parte de este. Muchos de ellos se mostraron intrigados y motivados. Comencé las entrevistas el 7 de Noviembre de 2014. Mi primera entrevistada fue Helena, una mujer carismática que no sólo compartió su historia, sino algunas historias de su familia y quien me presentó a un grupo de jóvenes de la comunidad, el grupo Dumbira, algunos de ellos se mostraron interesados y participaron de las entrevistas. Entre recomendaciones de participantes y la colaboración de mi tutora logré entrevistar en total a 3 adultos, 4 jóvenes y un hombre de la 3ra edad, reuniendo 11 historias de amor. En cada una de las historias pude encontrar referencias a lugares específicos dentro del corregimiento, los cuales se convirtieron en puntos de partida para conocer Taganga.
Al tener reunidas las historias procedí a redactarlas e ilustrarlas. Para comenzar el proceso de ilustración tomé los lugares referenciados en los relatos, explorándolos por medio de la fotografía y el dibujo para posteriormente ubicar las situaciones y emociones pertenecientes a cada uno de los relatos y hacer una composición con todos los elementos. De esta manera logré una conexión emocional con los lugares a los que dibujé, permitiéndome- a través de los colores, las técnicas y los elementos presentes en el dibujo- proponer mi propia visión sobre ellos, mis propias emociones y perspectiva del lugar donde me encontraba.
Al finalizar el proceso de dibujo, comencé al proceso de edición de las imágenes y los textos, mientras realizaba a la par dos murales. El contenido de dichos murales hace referencia a situaciones más generales, es decir, no giran en torno a historias específicas, sino a situaciones comunes que podrían ser parte de muchas más historias de tagangueros; esto con el fin de involucrar otras historias, a otros tagangueros y dejar a la comunidad general con una parte del proyecto.
Siendo parte esencial del proceso -tanto para mí como para Casa Biyuka- compartir con la comunidad el proyecto y retribuir su colaboración se planeó un evento de socialización para la última semana como cierre de la residencia. Se convocó a la comunidad general – especialmente a los participantes del proyecto- a realizar un recorrido por los puntos referenciados en las historias, conociendo los lugares donde alguna vez alguien se había enamorado.
Se convocó a los asistentes a las 6 pm el 13 de Diciembre de 2014, proponiendo como punto de encuentro la playa de bañistas de Taganga conocida como El Piecerro. Desde allí comenzó el recorrido con alrededor de 12 asistentes, para luego extenderse a 21 asistentes. Durante la caminata se visitaron 13 puntos: 2 murales y 11 instalaciones compuestas por las historias y sus correspondientes ilustraciones en tamaño tabloide, las cuales se encontraban suspendidas sobre los puntos claves para cada historia, trazando un recorriendo de sur a norte por el paisaje de Taganga. Fue una caminata dinámica, en la que los asistentes miraron de otra manera su corregimiento y conocieron un poco más las experiencias de vida de sus vecinos. El recorrido finalizó con una tertulia donde los asistentes compartieron sus impresiones sobre el proyecto, las historias, y finalmente- quienes aún no habían compartido sus experiencias amorosas- hablaron de sus propias vivencias, dándole un final merecido a una noche dedicada al romance.