Plaza de Paloquemao /Ramirez-Usubillaga

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La Cubierta como elemento catalizador La Plaza de Mercado de Paloquemao

Maria Camila Ramírez - 201023391 Juan Fernando Usubillaga - 201022365

Teoría Unidad Intermedia La Construcción Profesor Hernando Vargas 2013-I


DATOS GENERALES

Nombre de la Obra: Plaza de Mercado de Paloquemao Autores: Arqs. Dicken Castro Duque y Jacques Mosseri Dirección actual: Av. 19 No. 25 02/04 Fechas de diseño y construcción: Se inicia construcción en 1962, aunque comienza su óptimo funcionamiento en 1979.

Localización:

Fuente: Google Earth.

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IMÁGENES DEL PROYECTO Y EL LUGAR

Foto 1: Vista de la plaza de mercado desde la Calle 19.

Foto 2: Fachada Noroccidental.

Foto 3: Patio de venta de Frutas.

Foto 4: Pasillos laterales.

Foto 5: Unión Plegadura – Viga

Foto 6: Relación Cubierta – Estructura – Fachada

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LA CUBIERTA COMO ELEMENTO CATALIZADOR La plaza de mercado de Paloquemao es una obra construida en la localidad de los Mártires en Bogotá. Se asienta en el barrio de Paloquemao, nombre otorgado en honor a un árbol que estaba allí implantado, el cual un día se quemó por razones desconocidas. La actividad o el hábito que trata de materializar es la del mercado (compra de víveres y artículos necesarios para alimentar a la familia). Durante la colonia, este se realizaba en las plazas. Eran un punto de encuentro entre las diferentes razas y clases sociales, convirtiéndose en espacios tradicionales y fundamentales de diversión (Abril, 2011). Sin embargo, en 1861 el General Tomás Cipriano Mosquera prohibió la práctica del mercado al aire libre, por lo cual se empezó a invertir en edificaciones para este fin. En 1946, entonces, se da origen a la Plaza de Mercado, reuniendo a la Plaza España, San Vicente y Matallana ubicadas en la carrera 30 con calle 13, administradas por el matadero del distrito. (Abril, 2011). Años después se realizó el proyecto bajo la autoría de los arquitectos Dicken Castro y Jacques Mosseri y sus planos fueron aprobados en 1962. En 1968 comenzó su materialización a cargo de estos personajes, quienes jamás habían tenido en sus manos un proyecto de este tipo y estas magnitudes. Debido a lo anterior, evaluaron referentes y realizaron viajes con el fin de estudiar el funcionamiento de un mercado. Primero fueron a México, donde encontraron al mercado tradicional de La Merced. Por otra parte, en el mercado holandés tomaron un elemento de inspiración para construir su proyecto: la compra y venta al por mayor. Esta tomaba lugar en la zona de descargue y funcionaba como una subasta. Para Castro, esto iba a fortalecer la funcionalidad y la dinámica del mercado en Bogotá. (Acevedo, 2010, parte 4) Mientras tanto, en el país gobernaba el Frente Nacional bajo la cabeza de Guillermo León Valencia, quien enfrentó una situación difícil por el reciente auge de la violencia (años 40 y 50). Se realizaron varios proyectos de carácter social; muchos de ellos mediados por el ICT. Bogotá, a su vez, tenía un alcalde arquitecto llamado Jorge Gaitán, quien se caracterizó por promover varias obras de infraestructura (El Tiempo, 1993). En cuanto a la historia de la Técnica, el proyecto se ubica en un punto en el cual la industria del concreto ya estaba consolidada en el mundo y estaba en proceso de hacerlo en Colombia. La Compañía de Cementos Samper, pionera en el tema (se funda en 1910) ya había ampliado sus oficinas y su campo de acción. Ellos fueron los primeros en producir prefabricados en concreto en 1916, aunque fue en 1938 que se consolidó la primera empresa de prefabricados en el país: Manufacturas de Cemento S.A. (Gomezjurado, 2010). Durante los años 60 se incrementó el número de estas empresas y, por ende, la oferta de prefabricados en el mercado. Así, entonces, cuando Dicken Castro y Jacques Mosseri proyectaron la plaza de mercado, lo hicieron basándose en un acervo intelectual e industrial en proceso de consolidación, a la vez llevándolo un paso más allá con sus innovaciones formales en un proyecto de gran escala.

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La obra se desarrolla en un lote de aproximadamente 40,000 m2, cerca de la Cra 30, sobre la carrera 19. Se organiza en un esquema sencillo de 6 núcleos, conformando amplios patios entre ellos. Su forma general, como se puede observar en las plantas, es la de un abanico que parte de la punta oriental de la manzana y se abre hacia el occidente. Los espacios están jerarquizados en dos categorías: unos altos con cubierta plegada y otros bajos con cubierta plana. Los primeros son la base de la propuesta arquitectónica, mientras que los segundos se desarrollan en los intersticios resultantes. Hoy en día, sin embargo, se puede observar cómo parte del Mercado no se construyó según el proyecto (la parte norte), sino que se improvisó con una cubierta baja e irregular formada por tramos a dos aguas. Los patios también se cubrieron con una teja translúcida soportada por una estructura de cerchas en acero que se posan sobre las cubiertas bajas en concreto. La plaza cuenta con 1365 puestos para la venta de aves, pescado, lácteos, verduras, granos, frutas y misceláneas. Estos se ubican en las zonas de gran altura y cubierta plegada. En sus perímetros, se ubican 156 almacenes de variedades y restaurantes que sirven a las zonas principales. Según Dicken Castro, estos puestos “se han colocado perimetralmente para mejor abastecimiento a través de corredores dedicados exclusivamente para eso.” (Castro, 1980). La circulación, entonces, se desarrolla de manera especializada. Desde la entrada, como se puede ver en las fotos, se busca separar a quienes transitan por el espacio, según el tipo de alimento que están buscando. Así mismo, los proveedores se clasifican en la parte posterior del edificio para asegurarse que quienes traen la carne no se crucen con quienes traen los tomates, etc. El esquema, entonces, tiene forma de peine, lo cual se evidencia tanto en la forma como en la planta del proyecto. Lo anterior hace que la jerarquización espacial mediada por las cubiertas sea esencial. Estas responden a las necesidades específicas de cada espacio y permiten al usuario un mejor entendimiento de lo que, en planta, podría ser un laberinto. El espacio, además, es completamente introvertido. Las fachadas, especialmente la fachada sobre la calle 19, se resuelven con muros en ladrillo con una estructura muy sencilla de columnas y vigas en concreto, dejando sólo abiertas las aperturas para el acceso de los usuarios. En pocas palabras, la plaza busca aislarse de la ciudad para crear su propio mundo interno, el cual no es permeable a negocios distintos a los de la plaza y en donde se rescatan las virtudes del mercado de antaño. Estructuralmente, la planta se resuelve de una manera sencilla, generando un espacio lo suficientemente flexible para albergar múltiples configuraciones de la plaza. La estructura es puntual y sigue unos ejes que, en su mayoría son rectos pero en algunos puntos se quiebran para generar intersticios o patios. La relación entre el cerramiento interior y la La Plaza de Paloquemao

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estructura es explícita, puesto que el primero no necesariamente sigue los parámetros de distribución de la segunda ni está amarrada a esta. La gran ventaja de este sistema, que además se asegura de tener luces considerablemente grandes entre los apoyos, es la forma como permite que el espacio se transforme en el tiempo. Los arquitectos tuvieron una idea clara de cuál sería el alcance de la edificación en un principio. Sin embargo, también previeron la posibilidad de que este alcance cambiara según las necesidades de la época. Como lo dice Dicken Castro en el documental de Cultura Capital, él no se imaginaba que el asunto fuera a tener tanta explosión (Acevedo, 2010). La ocurrencia de esto es evidente en ciertos puntos de la historia del edificio como en los años 70, por ejemplo, en que por mandato del alcalde Carlos Albán Holguín se desplazaron los vendedores mayoristas a lo que hoy se conoce como Corabastos. Los minoristas, entonces, se quedaron y adueñaron de la plaza de mercado de Paloquemao (Abril 2011). En un futuro, el uso de la plaza podría cambiar radicalmente y tanto su estructura portante y cubierta no tendrían por qué sufrir cambio alguno. Las vigas y columnas de la estructura interna son hechas en concreto. Se asemejan a las de una estructura en acero puesto que se componen de dos elementos contínuos y paralelos, con un espacio vacío entre ellos. Es decir, son columnas de perfil doble con una separación entre sus partes. La unión viga-columna es rígida y se hace a partir de pernos que quedan a la vista. Esto da indicios de que los elementos estructurales no fueron fundidos en el sitio sino que fueron prefabricados e instalados en la obra. Mientras tanto, los espacios entre los perfiles de las columnas y las vigas se aprovechan para pasar tubos de desagüe y bajantes que recolectan el agua lluvia de las plegaduras. Cabe resaltar que son sólo los puntos más bajos de estas los que se apoyan en las vigas, por lo que el desagüe no implica mayor esfuerzo. En la parte inferior, las bajantes llevan el agua a un sistema de alcantarillado interno.. La plegadura de la cubierta se arma a partir de triángulos prefabricados de concreto que se unieron in situ. Cuentan con un espesor relativamente bajo y se apoyan directamente sobre las vigas del sistema estructural interno. El remate contra la fachada se realiza en voladizo, con una longitud igual a un tercio de la luz entre columnas, dejando espacios triangulares vacíos por temas de ventilación e iluminación. Lo anterior se puede observar en los detalles reconstruidos a partir de las visitas al edificio. La cuestión de la ventilación es, entonces, de vital importancia en la concepción técnica del proyecto. Tanto la forma de la cubierta como su relación con la fachada y su altura están en función de la generación de un espacio libre que impida la acumulación de olores en la plaza. Esto, en parte, va muy ligado con la idea de vender un producto, puesto que así se logra que la percepción del comprador no esté influenciada por olores desagradables que puedan motivarlo a no comprarlo. En palabras de Castro, “(…) se quiso aprovechar el aire.” (El Tiempo, 2010) y esto se realiza de manera efectiva. La Plaza de Paloquemao

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Por otro lado, las instalaciones van evidentemente a nivel de piso y en canaletas adosadas al cielo raso en las zonas de cubierta baja. En términos generales, no hay iluminación artificial en la parte de gran altura debido al horario en que funciona la plaza. La iluminación natural se potencializa tanto por la altura del espacio y los triángulos de vacío que dejan las plegaduras en la fachada, como por los patios (aunque hoy en día también estén cubiertos). En conclusión, la configuración técnica principal del edificio parte de dos estructuras. Una perimetral (muros) que aísla al mercado de la ciudad y hace que el espacio sea introvertido y otra interior que sostiene a la cubierta; elemento principal y alma el proyecto. La génesis de estos planteamientos técnicos es la venta del producto. Se toman en cuenta necesidades tanto del comprador como del vendedor para generar espacios con características ambientales ideales para que la transacción se realice de la mejor forma posible. La cubierta, entonces, se convierte en el elemento organizador del espacio y el catalizador que garantiza que aquellas necesidades ambientales se satisfagan y la transacción del mercado se realice cómodamente.

BIBLIOGRAFÍA Abril, Fernanda (2011). Paloquemao, verdadero deleite bogotano [en línea]. United Press International. [Recuperado el 05 de Abril de 2013] Disponible en: http://espanol.upiu.com/view/post/1307461327911/ Acevedo, Guiomar (2010). Documental Plaza de Mercado de Paloquemao [en línea]. Cultura Capital. [Recuperado el 07 de Abril de 2013]. Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=oHZkJT3N8VE&list=PL831655662B4BFA40 Castro, Dicken (1980). Forma Viva: el oficio del Diseño. Bogotá: Editorial Escala. Castro, Dicken (2011). Plaza de Mercado de Paloquemao. Revista Escala No. 20. El Tiempo (1993). Jorge Gaitán Cortés [en línea]. Bogotá: Periódico El Tiempo. [Recuperado el 08 de Abril de 2013] Disponible en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-195147 El Tiempo (2010). Arquitecto con Fama de Diseñador [en línea]. Periódico El Tiempo. [Recuperado el 02 de Abril de 2013]. Disponible en: http://www.colarte.com/colarte/conspintores.asp?idartista=14755&tipo=1&carpeta=Arqui tectura Gómezjurado, Jaime (2010). Pasado y presente de los prefabricados. Revista Noticreto No. 100, 41-44.

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