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Mi Camino de Luz…
Enseñanzas Angélicas Milagro Mesples
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Agradecimientos
Mi corazón se expande y alegra ante la posibilidad de un nuevo libro y reconoce que todos los méritos que éste logre, sólo pueden ser adjudicados a estos seres de Luz que llenan mi vida con sus enseñanzas y me dan la posibilidad de expandirlas.
Dicen los sabios que cuando el alumno está listo, el maestro aparece y es por este motivo que deseo agradecer a mi Maestro Espiritual, el Venerable Maestro Melquizedek quien hasta hoy, desde el anonimato, ha guiado mis pasos y me ha transmitido
sus
enseñanzas
y
ahora,
ya
reconocida
formalmente su presencia en mi vida, le agradezco con profundo respeto y humildad, el haberme guiado hasta aquí y la oportunidad que me brinda de poder continuar trabajando a su lado, bajo su guía, su protección y sabiduría y manifiesto entonces mi deseo e intención de estar a su servicio de manera incondicional.
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Agradezco especialmente a mi Madre Celestial el haber cumplido la promesa que me hiciera; aquella por la cual, mi hija regresó a mi vida; ahora es tarea de ambas hacer que nuestra relación funcione y prevalezca en ella el amor.
Gracias a mis hijos por continuar apoyándome, aún siguiendo otros caminos.
No puedo dejar de reconocer el empuje y fortaleza que me brindan mis amigos y las personas que creen que lo que hago o las palabras que coloco en estas páginas, puede ayudarlos; gracias por hacérmelo saber, porque ese es el motor que dirige mi intención y mi deseo al transmitir lo que recibo, sabiendo que cada uno sabrá descubrir en este libro lo que necesita.
Agradezco el voto de confianza y la fuerte energía creativa que Cecilia Heredia, caminante del sendero y diseñadora de las tapas de los libros de esta serie Enseñanzas Angélicas, pusiera en ellas.
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Mi especial reconocimiento a mi amigo y Maestro de Kabalah, Meir Bistoletti, por aceptar escribir el prólogo corroborando mi andar y mi búsqueda de la cuál es testigo y promotor.
Mi profunda gratitud a mi amigo y editor Victor Manuel Hanne, quién ha comprendido que este mensaje debe expandirse y colabora arduamente para que así sea.
Mi reconocimiento a aquellos que silenciosamente están al pendiente de mis bajones y cómo estos influyen en la no realización de mis tareas y que cumplen la tarea de sacudirme y despertarme para que pueda continuarla. Gracias Alberto.
Me disculpo por haberme dejado atrapar por la magia de recibir mensajes y enseñanzas, por
la necesidad de
aprender de ellas y por la de escribir, manteniéndolos un poco alejados de mi vida pero no de mi corazón. Estoy segura que me entienden y lo aceptan cuando ven nacer, nuevamente, otro manual lleno de consejos.
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Estoy convencida que, con el tiempo, aprenderé a estar más cerca de todos ustedes, más visible, más presente; por ahora, sólo hago lo que mis guías me piden, lo que me satisface plenamente y es poner a vuestro alcance todo lo aprendido y, para que esto sea posible, he tenido que aislarme y disponer de todo mi tiempo para asimilar mis propias enseñanzas y poder transmitírselas a ustedes.
Gracias por permitirme compartir estas experiencias, estos mensajes plenos de amor y sabiduría, por sentir resonancia con ellos, por dedicar vuestro tiempo a leerlos, entenderlos y rescatar, las enseñanzas que contienen.
Tengo tanto para agradecer!!!!!!!! A la vida, a los amigos, a los conocidos, a los que no conozco, a los que me quieren, a los que molesto, a los que no me quieren, a los animales, a mis compañeros delfines y elementales con los cuáles la comunicación mejora cada día; a todos, gracias por ayudarme a ascender y a entender.
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Introducción
Este es un nuevo libro de esta serie que denominé Enseñanzas Angélicas. Como los anteriores, reúne mis propias experiencias y los mensajes de mis guías espirituales.
Cuando sentí el impulso de continuar escribiendo, no tenía claro sobre que tema hacerlo; por consiguiente, hice una meditación donde pregunté a mis guías acerca de lo que ellos o las personas que leerían este libro, necesitaban saber y me pidieron: mostrar el camino espiritual, su sencillez, su simpleza, su gozo. Por lo tanto, aún sintiendo que a nadie le interesa saber lo que pasa con mi vida o mi proceso interior, intento aquí describir mi propio recorrido por este sendero evolutivo; de allí el nombre “Mi Camino de Luz….”.
El tuyo no tiene por qué desarrollarse como el mío pero, tanto en uno como en otro, estoy segura que hay aprendizajes básicos que reconocer y entender para poder avanzar aprendiendo a mirar y destacando aquella sabiduría
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que cada uno necesita encontrar para sí. Relatar aquí lo que aprendí quizás aligere e incentive tu recorrido.
A diferencia de otros momentos de mi vida en los que algunas crisis dan lugar a profundas reflexiones y, a través de ellas, nacimiento a mis primeros libros, hoy no hay en ella conflictos ni temas pendientes y se desarrolla en paz, alegría y armonía.
Mi visión de mi misma, de mi entorno, de los seres que a mi llegan ha cambiado y realizado un giro muy grande.
Mi conciencia se ha ampliado y también mi manera de ver las cosas, por lo cual estoy muy agradecida; no ha sido fácil pero puedo afirmar que haber sido constante y hasta rutinaria en mis prácticas, me ha llevado a lograr lo que me había propuesto.
También mi forma de conectarme con mis guías espirituales es diferente, pero no por ello menos estimulante ni menos provechosa; por el contrario, no deja de maravillarme
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todo lo que a mi llega, la forma en que lo hace y lo que me enseña.
He aprendido a relajarme y disfrutar con mis tareas, tanto las cotidianas como las que me encargan mis amados hermanos celestiales; he descubierto la belleza que encierra disfrutar de las cosas simples de la vida; también, he entendido que éste es un camino sin final y que, una vez comenzado, forma el símbolo del infinito, un ocho que nunca se termina de recorrer; una espiral evolutiva que en cada paso, te atrapa y te eleva para siempre.
Sólo espero que ustedes se tienten al leer este pequeño libro y se animen a intentar hacer cambios en vuestras vidas; puedo garantizarles que no se arrepentirán y que al hacerlo, al modificar vuestras circunstancias guiados y protegidos por los seres de Luz que los acompañan, ellas serán diferentes y otros gozos encontrarán y disfrutarán.
Como siempre, lo que está en negrita son las enseñanzas de mis maestros espirituales.
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Los invito entonces a comenzar, después ustedes decidirán.
Con amor y humildad.
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Prólogo Me honra escribir el prólogo de un nuevo libro de Milagro, a quién conocí un día de forma particular, en mi ciudad. En mi centro de estudios y meditaciones, se realizaba una convivencia y el número de participantes estaba completo; ella pide asistir, mi negación fue espontánea, pero su insistencia
grande, fuerte y segura, hizo cambiar mis
planes. En ese primer encuentro supimos el porque, el sentirnos hablaba más que toda palabra de presentación, al punto de finalizar luego de dos días la reunión nombrándola la “BINAH” de mi lugar, o sea, la madre del centro.
Milagro pasaba por un tiempo de búsqueda, difícil; había dejado su Salta adorada, su casa, familia y amigos, pensando
encontrar una respuesta, o
ese propósito que
hiciese que su vida tuviera un sentido, lo que todo ser humano necesita para hacer más completo su camino, en Posadas, Misiones.
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Un singular parentesco a la historia bíblica de “Jonás”, quien tiene que cumplir una misión e intenta alejarse evadiéndose de la misma, esa historia desde el vientre de la sabiduría sagrada que nos va simbolizando, en sus etapas, eslabones de cada vida en particular. Hechos que hacen a nuestro propio alejamiento de aquello que, como designio del destino, ya lo tenemos antes de nuestro nacimiento y que despertamos, por crisis de existencias, cuando entramos en las tremendas olas del mar de la vida y, hasta darnos cuenta, cumpliendo sin entender o sabiendo sin comprender, por ese profundo secreto que sólo yace en la fuerza de la fe, regresamos a nuestro origen ese del cual habíamos tratado de alejarnos.
Y fue así, y hace apenas unos años que parecen ayer. Y otra obra, otro hijo fruto de
su creación, inspiración y
conexión con sus guías espirituales.
Extenderme sólo en palabras de elogios tal fue la impresión y el grato asombro que me causó el recorrer sus páginas, sería como limitar con criterios personales y muy
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subjetivos, posibilidades a los futuros lectores de nadar en un mar de sabidurías simples y prácticas; dejar para cada quien estos conceptos vertidos por la autora que sólo se consiguen con el correr de los años de alguien que busca para sí, sin olvidar al otro, formas que ayuden a conseguir anhelos de paz, crecimiento espiritual y alegría por la vida. Nociones para muchos casi olvidados y sin embargo sedientos de ellos.
Asistimos a una gramática de razonamientos simples, fidelidad al corazón y al cambio luego de un exilio personal.
Al adentrarnos en las profundidades de su libro nos vamos dando cuenta que cada capitulo es eco del anterior, hallando en su recorrido una senda segura que solo nos dan los consejos y enseñanzas de aquellos
que
han entrado,
experimentado y abierto una senda para los demás que pueda acrecentar nuestra comprensión, orientándonos a escuchar los anhelos del alma.
Milagro en esta obra recrea fluidamente los diálogos con sus guías y sus propias reflexiones, nos los entrega como
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si fuera una charla para cada lector, de manera tan sencilla como si las limitaciones de las palabras escritas con respecto a las habladas no existieran; logra mostrar los cambios que se pueden producir en lo personal e íntimo de cada ser cuando nos animamos a dar un paso con conciencia, uniendo el estilo con el sentido, desde el rezar con condimentos simples de una vela o aromas sin que falte una verdadera intención, esa que nace de la razón del corazón, hasta la comprensión de la natural y eterna contradicción humana; permitiéndonos entender que la ansiada autorrealización no se basa en revelaciones exteriores sino más bien en las prácticas de conocimientos de los sabios y la elevación espiritual. Este libro es una bella forma de mostrarlo.
Concluyo con la máxima de un sabio que se hizo canción que dice: “Si no es por mi hoy ¿Quién? Pero, si solo es por mí ¿Para qué? Y si no ahora ¿Cuándo?
Que las bendiciones del Altísimo sigan iluminando tus días.
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MEIR BISTOLETTI POSADAS, MISIONES, OCTUBRE 2010
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Ser Espiritual
Cuando comencé este sendero, no lo hice por caminos rectos
y directos; por el contrario, a medida que iba
profundizando en él no fue por una línea determinada, como el hermetismo, el ocultismo, la metafísica o la filosofía, sino picoteando y saltando de un tema a otro.
Recuerdo que, el primer libro que leí sobre estos temas me hizo descubrir palabras de las cuales desconocía el verdadero significado, por ejemplo, alquimia; entonces iba a la librería y compraba un libro sobre alquimia; en él descubría otra palabra como simbología y allí me sumergía nuevamente en otro libro que abriera un poco más mi mente; así fui descubriendo un mundo nuevo,
pleno de significado,
diferente totalmente de aquel en el cual me movía y desarrollaba mis tareas.
En este andar, el mayor inconveniente era que todo me gustaba, todo me hacía recordar cosas o sentir que, al
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enterarme de ellas, las redescubría porque, por algún motivo, no
me
resultaban
desconocidas.
Lamentablemente,
al
gustarme todo lo que en mis manos caía, me diversificaba mucho y me dispersaba más.
Puedo decir que soy autodidacta pues en principio, soy una buscadora que no se conforma con lo que otros le dicen, aprendo de lo que a mi llega, asimilo lo que siento que me hace bien y descarto lo que no me resuena, o lo que percibo que me causa molestias; así es como he ido sacando mis propias conclusiones y avanzando a mi manera.
Intento recordar cómo se desarrollaba mi avance pero no logro acordarme por ejemplo, el haberme cuestionado si todo esto que estaba llegando a mis manos tenía que ver con la espiritualidad o por lo que yo entendía en ese momento acerca de ella; parecía que la vida misma generaba determinados acontecimientos que me empujaban a realizar esta búsqueda en el afán de entenderlos y aclararlos, buscaba explicaciones que me satisficieran, que le dieran un sentido a todo lo que se
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presentaba y yo no podía entender. Nunca me pregunté tampoco si yo era un ser espiritual.
Poco a poco fui descubriendo un mundo nuevo, mágico, lleno de misterios y sorpresas, pleno de coincidencias, que me iban guiando hacia lo que necesitaba en ese momento.
Al principio, con un poco de timidez, aún en soledad, comencé a practicar lo que en los libros enseñaban; fui haciendo pequeños rituales que, casi sin darme cuenta, me ayudaban a focalizar mi atención, evitaban la dispersión de mi mente y me hacían sentir protegida y guiada en lo que iniciaba; crear en mi vida y en mi hogar, un lugar especial con imágenes, aromas, velas, e intuir la presencia de Dios, aunque fuese a través de una imagen o de simples actos, me llevaba a darle importancia a lo que aprendía. Me parecía que había una gran diferencia entre rezar una oración a nuestro Padre Celestial mecánicamente, repitiendo las palabras de memoria, sin sentido, a decirla, palabra por palabra, bebiendo su significado, delante de un altar, con una vela y un incienso
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encendidos; cobra otro significado ¿verdad? o por lo menos así sentía su efecto en mi.
Casi simultáneamente iba afianzando un nuevo hábito en mi vida, pues casi sin ser consciente de ello, reconocía la existencia y la importancia de Dios; estaba aprendiendo a reconocerlo, a aceptarlo y a comunicarme con El.
Pero todo esto no me hacía un ser espiritual porque no es rezando, encendiendo velas, leyendo lecturas apropiadas, como nos convertimos en seres espirituales sino cambiando nuestros hábitos, aprendiendo sobre leyes universales que rigen nuestro mundo, respetando a los que nos rodean, cuidando nuestro cuerpo, aceptando y aprendiendo de nuestras
circunstancias,
generando
nuevas
conductas,
asumiendo compromisos y cumpliéndolos, creando nuevos y más saludables hábitos, a conciencia.
Así, cada uno a su tiempo y forma, va buscando la mejor
manera de lograrlo. Esto no nos convierte en seres
espirituales sino en buscadores y, en el camino, vamos
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encontrando las virtudes, los dones, los defectos que nos conducen a desligarnos de lo que no nos gusta o nos hace mal, a descubrir y apreciar los dones, virtudes y valores que tenemos, a expandir nuestra conciencia, y también, como un regalo, llega la conexión espiritual.
Pero por sobre todas las cosas, confía en estas palabras de mis guías y recuerda siempre que, estás comenzando un nuevo camino y todo comienzo parece complicado y quizás, poco claro; pero no es así, a medida que lo recorras se irá clarificando y mostrándote hacia donde moverte, qué hacer y recibirás las indicaciones correctas.
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