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Carpintero de sueños

Con setenta años en el rubro, Achon reconoce la trascedencia que tienen sus muebles y accesorios, porque lo que vende no son solo muebles sino todo lo que representa su uso: recuerdos, satisfacción, emociones y sentimientos. Por eso, Achon se concentra en construir espacios memorables, lo que le hace merecedor del título de “Carpintero de sueños”.

Los innumerables testimonios de sus usuarios destacan el impacto que los muebles Achon provocan en sus vidas. El mueble de la cocina despierta cientos de emociones al rememorar el aroma de las comidas de la abuela, ese placard de la habitación de la hija que es el “castillo de la princesa”, o el mueble del comedor, testigo de esos gratos momentos compartidos con familiares y entre amigos. Por eso, Achon es un “Carpintero de sueños”, capaz de crear ambientes inolvidables, con recuerdos familiares memorables. Así destaca el ingeniero Aldo Chotzen, gerente general de la compañía.

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“Achon tiene lo que se llama ‘la bondad moral’ de poder ser el primer ‘Carpintero de sueños del Paraguay’ y ha creado miles de espacios que pasan de generación a generación en las familias, y al renovarlos es natural que sigan pensando en nosotros”, expresó.

Al detallar las características de ÁNIMA, el ingeniero Chotzen refirió que esta es una marca que está “En cada historia” de los clientes y se compone de productos listos para usar. “Se compran, llevan, arman y disfrutan. Por eso decimos que acompañan a nuestros clientes en las distintas etapas de sus vidas. Está en la per- sonalización de la habitación que teníamos en la casa de nuestros padres, luego -cuando nos independizamos- en los primeros muebles que hacen que nuestra casa se convierta en un hogar, es decir, crea nuestros primeros espacios, que son parte de nuestra historia. ÁNIMA es parte de las experiencias y etapas de la vida de nuestros clientes”. Consolidar su liderazgo es el objetivo primordial de la empresa, según el ingeniero Chotzen, quien reconoce que estar vigentes por 70 años y haber sido los primeros en el mercado exige una gran responsabilidad. “Nosotros generamos un estándar de relacionamiento emocional y funcional con el mercado y esto nos impone el desafío de mantenernos en esa posición de liderazgo. Tenemos que estar siempre tres pasos adelante, conectados con lo que los clientes esperan de la marca. ACHON es emoción al ritmo de estos tiempos”, manifestó. ACHON es un gran industria que siempre tiene presente sus orígenes y su historia. Diseña sueños y le imprime emociones, con lo que logra añadir un valor superlativo a cada producto y servicio que recibe el cliente.

Segmentaci N

Tantos años de experiencia en el mercado permiten a la empresa identificar y clasificar a cada cliente, intepretar sus sueños y plasmarlos en un proyecto capaz de sorprenderlos. El Ing. Chotzen define a cada uno de ellos.

* El cliente ACHON es exigente. Quiere un estándar de calidad alto y atención personalizada. Se quiere sorprender además de sentirse único y especial. Ama su casa y sus espacios. Presta mucha atención a los detalles, que serán parte de esos espacios. “Por la confianza que generamos, los clientes nos cuentas sus emociones asociadas a lo que buscan, y en eso somos únicos, en interpretar esos sueños y plasmarlos en un proyecto que los sorprenda”, asevera.

* El cliente ÁNIMA es primordialmente uno que busca soluciones rápidas y simples, que adornen y llenen sus espacios. “Es un cliente digital, que busca en las redes a aquel que vaya a su misma velocidad. Este tipo de cliente es aquel que compara alternativas, ve, le gusta, pregunta y cuando no encuentra respuesta, busca otra opción. Ahí llega ÁNIMA, con respuestas rápidas, soluciones funcionales y practicidad, para complementar sus espacios”, señala Chotzen, quien añade que en el Centro de Experiencias o Showroom de ÁNIMA se tienen instalados cinco modelos de diseños integrales de casas, que dan una amplia gama de ideas sobre cómo hacer los espacios parte de las emociones.

“Nuestros clientes son exigentes. Buscan velocidad de respuesta en la atención y comparan alternativas. A nosotros nos encanta competir, nos encanta ganar”, concluye.

Estrategias

* Fortalecer nuestro equipo humano. Si queremos vender emociones tenemos que empezar por sentir a la marca y apreciar a la empresa como propia. Debemos generar un clima en el que dé gusto trabajar. Así podremos no solo transmitir emociones a los clientes sino emocionarnos también con las suyas.

* Evaluar en forma dinámica nuestras estrategias, que es nuestro paraguas, porque lo que antes funcionó no es garantía de que siempre lo hará, debido a que los clientes cambian. A eso nos adaptamos.

* Ser creativos, fomentando alianzas estratégicas que nos permitan generar más acciones y otras fuentes de financiamiento de nuestro marketing. Nunca perder nuestro espíritu recursivo, al invertir en potenciar lo que resulta.

* Mantener la fidelización de nuestros clientes. El cliente fiel siente que recibe mucho más de lo que pagó. Siente que estamos conectados emocionalmente con lo que busca y que le estamos ayudando. Se involucra en la experiencia mientras creamos ese espacio que él visualiza y sueña. Durante este proceso, hay momentos mágicos que no tienen precio, porque su valor es difícil de dimensionar.

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