UN CUENTO DE NAVIDAD

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Esta es una historia que un día hace unos cuantos años llego a mis manos. Me pareció tan bonita que la leí en clase a los niños. Hablamos de ella y juntos decidimos trabajar un poquito más este Cuento de Navidad que a partir de ese momento intento compartir y que conozcan los niños de 6 años.

En estas páginas aparece una muestra de las actividades que hemos hecho en clase los días previos a Navidad.


HISTORIA NAVIDEÑA.

¿POR QUÉ ADORNAMOS EL ABETO CUANDO LLEGA LA NAVIDAD? Brrr... ¡qué frío hace!, os voy a contar una historia que ocurrió hace muchos, muchos años en un país del norte de Europa donde hay muchos bosques y hace mucho frío. Hans vivía en una casa un poco alejada del pueblo. Su casa era toda de madera menos la chimenea que estaba hecha de piedra. Todas las casas que había en esa zona eran iguales que la de Hans. Al lado de la casa había un abeto muy alto y muy viejo, y las ramas le llegaban hasta el suelo. Cerca de su casa había un comedero para ciervos. Hans quería mucho a los animales y sabía que durante el invierno no tenían mucha comida, por eso, iba todos los días a llevarles heno que guardaba en su granero. Como todas las mañanas, Hans llamó a su perro y cargó su trineo de heno para llevarlo al comedero. Hacía mucho frío. Hans pensó: - Debemos estar muy cerca de la Navidad porque ya han pasado muchos días desde que comenzó Diciembre. - Pero ¡qué despistado soy!, si estamos ya a 15, sólo faltan 10 días para Nochebuena. Esta noche tengo que repasar mi despensa para ver lo que me falta y mañana iré al pueblo a comprar cosas. También tengo que escribir a mis amigos. Aquella noche, después de haber revisado su despensa y de haber hecho la lista de todo lo que tenía que comprar, se sentó tranquilamente en su mesa al lado de la chimenea y empezó a hacer la lista de todos los amigos para escribirles una carta y felicitarles la Navidad. Entonces se acordó de su amigo Hugo al que hacía unos años que no veía. Hugo vivía en un pueblo que estaba al otro lado del valle cercano al suyo. Hugo no tenía familia y vivía solo como él. De pronto se le ocurrió una idea: ¡Voy a invitarle a pasar las Navidades conmigo y así no estaremos solos ninguno de los dos!. Preparó una hoja de papel, cogió su mejor pluma y empezó a escribir una carta.

15 diciembre de 1800 Querido amigo: Hace muchos años que no nos vemos y tengo muchas ganas de hablar contigo. Te invito a pasar estas Navidades conmigo y con mi perro. Mi casa está un poco alejada del pueblo y para encontrarla debes seguir estas instrucciones: Sales del pueblo por el camino del oeste, al cabo de un rato verás muchas casas de madera. La mía está en medio de un prado y tiene al lado un enorme abeto. Te espero: Hans


Al día siguiente por la mañana, salió Hans, todo contento, de su casa para coger el trineo y llegarse al pueblo para comprar y enviar la carta. Cuando se alejaba por el sendero, miró hacia atrás para despedirse del perro y se quedó boquiabierto: - ¡Todas las casas eran iguales que la suya! Y lo peor era que todas tenían al lado un gran abeto. Mi amigo no va a encontrar nunca mi casa ¿qué voy a hacer?. Tendré que pensar algo porque si no, mi amigo dará vueltas y vueltas y no me encontrará. - Ya sé lo que voy a hacer, voy a mirar si en el desván tengo algo bonito para ponerlo en el abeto, tiene que ser de colores para que mi amigo lo vea bien. Entró en la casa, subió al desván y encontró un calcetín de muchos colores. - Ya está, voy a colgar este calcetín y como es muy llamativo se verá desde lejos. Lo colgó y le pareció muy buena idea. Entró en su casa, rompió la carta y volvió a escribirla de nuevo.

En mi abeto he colgado un calcetín de muchos colores para que no lo confundas con el de mis vecinos. Te espero. Muy contento de ver lo bonito que le había quedado el árbol con el calcetín, se dio cuenta de que ya era la hora de comer. Entró en su casa para prepararse la comida. Pero mientras comía, los vecinos que estaban muy intrigados por ver las entradas y salidas se Hans, salieron de sus casas y fueron a ver qué era lo que Hans estaba haciendo. - ¿Por qué habrá colgado un calcetín? – se preguntaron extrañados. Luego pensaron que estaba muy bonito. Así que todos rebuscaron por sus baúles y cada uno cogió un calcetín y lo colgó en su abeto. Así quedaron todos los abetos del valle, en cada uno colgaba un calcetín. Había muchas clases de calcetines... Grandes, a rayas, pequeños, con dibujos... Cuando terminó de comer, Hans salió a preparar el trineo para ir al pueblo a llevar la carta. Al salir, miró orgulloso su abeto y casi se desmaya. Los abetos de todos sus vecinos tenían un calcetín colgando. - Esta sí que es buena, todos me han copiado. ¿qué hago yo ahora?, ya no puede encontrarme mi amigo por el calcetín. Subió de nuevo al desván y empezó a buscar por los baúles. Encontró una herradura muy bonita. - ¡Ya está! Voy a colgar la herradura de la buena suerte.


Pero pensó... La colgaré esta noche cuando todos mis vecinos estén durmiendo, así no me copiarán. Soltó a los caballos del trineo, los metió en la cuadra y entró en su casa. - Ahora tendré que volver a escribir otra carta contándole a mi amigo que mi abeto tiene colgado un calcetín y una herradura. Aquella noche, después de cenar salió con mucho sigilo con una escalera y colgó la herradura. Muy contento se fue a dormir. Pero los vecinos, que estaban muy intrigados de tanto verle ir y venir, estaban espiando. De pronto vieron que salía con el farolillo y que colgaba una herradura. Esperaron a que Hans se acostara y cuando vieron que ya no había luz en su casa, salieron todos con una herradura y la colgaron de sus abetos. A la mañana siguiente, después de asearse y desayunar, Hans se preparó para llevar el heno a sus amigos como todas las mañanas. Salió de casa, fue a la cuadra, sacó los caballos, cargó el trineo con el heno, llamó a su perro, se montó en el trineo y salió hacía el camino. Al salir, miró a su abeto y se dijo. ¡qué bonito está!. Pero de pronto miró hacia las casas de sus vecinos y casi le dio un ataque., ¡Todos tenían colgados de su árbol un calcetín y una herradura!. - Esto es terrible, ¿qué hago yo ahora? Pero no se dio por vencido, subió al desván y buscó otra cosa para colgar de su abeto. Encontró una campanilla dorada. La cogió, fue a su abeto y la colgó. Miró a su abeto y aún le gustó más. Se montó en su trineo y fue a dar de comer a sus animales del bosque. A la vuelta, desenganchó los caballos y los metió en la cuadra. Se sentó en su mesa y comenzó la carta de nuevo, diciéndole a su amigo que su abeto era el que tenía colgados: un calcetín, una herradura y una campanilla dorada. Cuando terminó su carta, salió para ir al pueblo y menos mal que miró antes de coger los caballos. ¡Todos sus vecinos habían colgado una campanilla en su abeto!.


Pero no se daba por vencido. - Voy a colgar cuantas cosas hagan falta y ya se cansarán de copiarme o a lo mejor no encuentran en sus desvanes tantas cosas como yo para colgar del abeto. Subió al desván y cogió una bota y la colgó. Luego una bufanda de colores. Luego una estrella. Una manzana colorada. Un molinillo de café. Y claro los vecinos también colgaban todo lo que colgaba Hans. Agotado ya de tanto colgar y colgar, se fue a cenar y pensó: mañana será otro día. Al hacerse de noche, ya no veía su abeto, así que pensó: - Como mi amigo venga de noche, no va a ver mi abeto, así que cogió un farolillo, lo encendió y salió a colgarlo. Ya os podéis imaginar que los vecinos hicieron lo mismo en cuanto Hans se fue a dormir. Al día siguiente Hans vio que no tenía solución, que sus vecinos le iban a copiar todo lo que hiciera. Se sentó a desayunar y luego se fue a dar heno a los ciervos como todos los días. Un poco triste se sentó a pensar. De pronto tuvo una gran idea: - ¡Pero qué tonto soy! ¡Cómo no se me había ocurrido antes! Ya sé lo que haré, iré al pueblo a preguntar a qué hora llega el trineo de viajeros y saldré a buscar a mi amigo con mi trineo. Así lo pensó y así lo hizo. Escribió una nueva carta a su amigo que decía así...

19 de diciembre de 1800

Querido amigo Hugo: Hace muchos años que no nos vemos y tengo muchas ganas de hablar contigo. Te invito a pasar estas Navidades conmigo y con mi perro. Mi casa está un poco alejada del pueblo y para encontrarla debes seguir estas instrucciones: Cuando llegues al pueblo espérame en la oficina de Correos, yo iré a buscarte con mi trineo. Te espero....

Hans


Bueno, voy a descolgar todo del abeto, pero al ver lo bonitos que estaban todos los abetos, lo dejó. Los vecinos también estaban muy contentos con lo bonitos que estaban sus abetos y tampoco les quitaron las cosas.

Aquellos días, vinieron muchas personas de otros valles para hacer las compras de Navidad y cuando vieron lo bonito que estaba el valle de Hans, se lo contaron a todos y todos los habitantes de aquellos valles decoraron sus abetos con todos los objetos antiguos que tenían en sus baúles.

Las noticias llegaron a otros valles y otros países y la moda se fue extendiendo y desde entonces en todo el mundo se decora el abeto cuando llega la Navidad.

¿Sabéis lo que significa?:

EL ABETO DECORADO DA LA BIENVENIDA A LAS CASAS A LOS AMIGOS Y A LA FAMILIA QUE VIENEN A FELICITARNOS.

Y colorín, colorado, este cuento navideño se ha acabado.


Leemos la historia y completamos el texto.




Piensa, construye y escribe una frase con los adornos que coloco Hans en su abeto.



Si ordenas las letras que aparecen en las bolsas, tendrĂĄs el nombre de otros adornos.

TodavĂ­a faltan algunos de los adornos del abeto, haz memoria, piensa y escribe los nombres de los que faltan en cada una de las lĂ­neas


 CRUCE

DE PALABRAS


Lee con cuidado, fíjate bien en la ortografía y copia con muy buena letra la carta que escribió Hans a su amigo

15 diciembre de 1800 Querido amigo: Hace muchos años que no nos vemos y tengo muchas ganas de hablar contigo. Te invito a pasar estas Navidades conmigo y con mi perro. Mi casa está un poco alejada del pueblo y para encontrarla debes seguir estas instrucciones: Sales del pueblo por el camino del oeste, al cabo de un rato verás muchas casas de madera. La mía está en medio de un prado y tiene al lado un enorme abeto. Te espero: Hans


Dictado




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