La Muda de Piel de "Niwen Bea"

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LA MUDA DE PIEL D E “NIWE N BEA” 1 TOMÁS ROUZER

TOMÁS RO UZER


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LA MUDA DE PIEL DE “NIWEN BEA”

TOMÁS ROUZER 3 2 0 0 9 Escuela de Artes Somáticas Aplicadas

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Lima, Perú


La Muda de Piel de “Niwen Bea” © 2009 por Tomás Rouzer. Todos los derechos reservados. Publicado en Perú. Partes de este libro pueden ser usadas o reproducidas como citas con la debida mención explícita de los derechos de autor. PRIMERA EDICIÓN 2009

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Editores:

Eduardo Huallanca Milke Sinuiri Lidia Elías

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Pintura de tapa por Tomás Rouzer, “Niwen Bea en Rao Nete” Diseño de tapa y del libro por María Luisa Mori y Lidia Elías Fotografías interiores por la Comunidad de Rao Nete Pintura en Capítulo 9 por Tomás Rouzer “Nueva Piel de Niwen Bea”

Escuela de Artes Somáticas Aplicadas

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DEDICATORIA

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pĂĄgina v

los miembros de la familia Sinuiri Panduro que con amor y generosidad me han permitido conocer mĂĄs Ă­ntimamente al mundo de los curanderos shipibos y las plantas medicinales. Gracias a ellos mi vida ha cambiado de rumbo. Ichabires Irake.


E

sta es una historia que se vive a través mío de momento a momento. Todo lo demás, los sentimientos, las opiniones, y las conclusiones son simplemente pensamientos pasajeros que son como las facetas del diamante pero no son mi propia vida. Son juegos con palabras para nombrarla, controlarla, comprenderla. Aquí está registrado un proceso de soltar el control, abrir la mente y el corazón, no saber, no tener qué comprender, un despertarse en medio del sueño …

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“Niwen Bea”


ÍNDICE 1

Capítulo 1 CAYENDO A LAS RAÍCES DEL ÁRBOL Y ABRIENDO LOS SENTIDOS

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Capítulo 2 CURANDO A LOS CURANDEROS

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Capítulo 3 LA NATURALEZA COMO METÁFORA Y LA RENOVACIÓN DE RAO NETE

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Capítulo 4 SE ANUNCIA UN PARO

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Capítulo 5 MUNDOS PARALELOS SUPERIMPUESTOS DESDE LA CASITA DE LA CREATIVIDAD

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Capítulo 6 EL CAMPO COMPARTIDO

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Capítulo 7 SIGUIENDO AL CAOS, NATURALMENTE; ENCONTRANDO CAMINOS

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Capítulo 8 TRANSITANDO ENTRE MUNDOS PARALELOS

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Capítulo 9 CAMINANDO HACIA LA SALIDA

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EPÍLOGO El RETORNO

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INTRODUCCIÓN


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i n t rod ucci贸n 9


La Familia

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ace más de cinco años que conocí a esta familia de curanderos shipibos en una ceremonia de limpieza y curación con ayahuasca en Lima, Perú. Me quedé asombrado con su canto y el poder curativo de su música. La madre, Amelia, es viuda y ha sido madre y padre, como ella dice, para sus hijos. Su único hijo, Milke, es el menor. Su hija Eva es enfermera. Su hija Mónica cuida la chacra y a su familia, es curandera con las plantas, al igual que Plácido, su pareja, que la acompaña. Sus hijos son Mayco (9 años), Bill (7) y Zenia (3). Milke tiene tres hijos, Pasquel a quien llamamos Pashco (4 años), Ronín (3 años), y Niwen (6 meses) con su compañera, Karina. Diógenes, Cecilio y Pancho son tíos y tienen sus familias en las comunidades por el Río Ucayali.

Mi historia con esta familia está basada en mi aprendizaje e involucramiento con Amelia y Milke como mis maestros en primer plano y el resto de la familia en segundo plano. Después de las ceremonias iniciales, quedé fascinado y me auto-invité a Pucallpa para estudiar con ellos, aprendiendo poco a poco acerca de su mundo. Era novato, ignorante y no entendía nada de su entorno, totalmente diferente del mío. Por eso era fascinante, porque complementaba mi interés en trabajar con las personas en la educación para la salud. Durante los primeros años los visité un fin de semana cada mes mientras construíamos Rao Nete, “El Mundo de Las Medicinas”, en una chacra de tres hectáreas en las afueras de Yarinacocha, en Pucallpa, Perú.


Después de dos años de este modo, iba por temporadas más largas para hacer “dieta” de 10 a 15 días. Después, al cuarto año, iba por dos meses, metiéndome más y más en la vida familiar y el proyecto de la chacra. Al quinto año decidí ir por un período más largo, conviviendo allí, metiéndome más. A lo largo del proceso, fui cambiando mi vida y trabajo, ya casi “necesitaba” a la selva

para darme aliento y fuerza. He observado de cerca el crecimiento y desarrollo de Milke, Amelia y la familia. Podría decir, con toda honestidad, que esta es una historia de mi enamoramiento con la cultura shipiba y el curanderismo basado en las plantas medicinales y las tradiciones antiguas, que se van perdiendo.

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El Lugar

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n Rao Nete, tenemos una casa grande hecha de madera con techo de shibón, que es una palmera de hoja fuerte que se seca y usa en niveles para formar los techos. Frente a la casa grande hay una cocina y un pozo de agua. Colindando con el camino, que ya es una pista, hay dos casas chicas de madera con techo de shibón también, construidas a modo de palafitos, sobre columnas encima de la tierra para que no sean afectadas por las fuertes lluvias de la selva. En el centro de la chacra hay una cocha o pequeña laguna y cerca de allí está la maloca, construida de forma hexagonal con techo de shibón, que

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es el centro de las reuniones comunitarias y usada para las ceremonias de ayahuasca. Frente a la maloca, hacia el borde de la propiedad, están las letrinas y al otro lado hay una casa rectangular elevada y techada con shibón que es “la casita de arte y curaciones creativas” que Milke y yo hemos creado. Más allá, hacia el fondo de la propiedad, en el camino de la casa grande hay dos casitas de madera con su techo y su antesala con

una banca. Una de esas casas la hicieron para mí, cuando esté aquí. Estamos ubicados en la parte baja de la selva donde el pasto crece alto y hay pocos árboles elevados. Estamos cerca del río Ucayali que une a las comunidades shipibas. Milke tiene otra propiedad pequeña en una población inter-étnica cercana y Amelia tiene su casa en Yarinacocha. En Rao Nete no hay electricidad ni agua potable. La vida se establece al ritmo de la Naturaleza.

............... Las Ceremonias

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na de las principales formas de reunirse como comunidad es para las ceremonias de limpieza y curación con ayahuasca que está considerada la medicina más potente, la madre de las plantas. Por lo general cuando alguien está enfermo o con dificultades, la comunidad se reúne en una ceremonia para “ver”, curar y consolidarse. Las ceremonias casi siempre ocurren en la noche en la oscuridad porque la medicina es luminosa desde adentro y se ve mejor en la noche que en el día.

El mundo de ayahuasca es surrealista y siempre cambiante. A veces las visiones son buenas y a veces son negativas. Cuando uno está “tapado” o “trancado” es porque no puede ver y por lo general es porque hay otros “curanderos” o “brujos” que están haciéndolo para que no avancemos o para quitarnos el éxito. La palabra que se escucha casi siempre es “envidia” y es realmente una condición enfermiza entre los pobres.


Las ceremonias duran horas y toda la familia y comunidad presente están invitadas a participar, desde los niños hasta los ancianos y los “pacientes”. Cada ceremonia

es diferente y siempre llena de sorpresas con bastante drama. Es otra forma de practicar medicina y servir a la comunidad. Será uno de los ejes de este relato.

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Un Poco de Historia y Mi A ctitud

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i actitud ha sido una, de aprender de la experiencia vivida con la familia y no imponer mi estilo. Al principio hacía preguntas y cuestionaba todo, comparando con mi forma de hacer las cosas. Creaba una barrera. Decidí abrirme, aprender como uno que no sabe nada. Así, por la experiencia misma, me trastornaba a muchos niveles, fui aprendiendo a tener paciencia, perseverancia, fe en el proceso y cómo vivir con la incertidumbre, el cambio repentino y lo no esperado. Muchas veces me encontré en una vorágine de confusión, emociones fuertes y una falta de control. A pesar de querer salir corriendo en ocasiones, me quedé por el amor que sentía por los chicos, la familia y su cultura. Poco a poco descubrí que mi trabajo iba cambiando, mi auto imagen

también y que mi mundo estaba abriéndose más allá de mis límites de comodidad. Paso a paso descubrí que el sufrimiento venía de mi resistencia y pelea con la realidad y cuando aceptaba todo como era, este se resolvía al no tener que estar en control. Es una lección que todavía estoy puliendo y aprendiendo. Quedé con la familia en que yo sería el investigador e historiador de este proceso y que de una forma u otra, a través de mi vivencia, tomaría apuntes para no olvidar el proceso, lento y accidentado, de mi inmersión en este mundo. Entonces este libro es la historia de Niwen Bea y Milke Sinuiri, y su familia. Me pusieron el nombre Niwen Bea después de dos años. Significa en términos generales, lo que el viento trae y lleva. Niwen Bea se metió en

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el mundo de los curanderos shipibos en la selva peruana. Abrió su mente, su corazón y su visión; soltó el control, se despegó de su vida previa, cambió su estilo de vida y trabajo. Se mudó de piel, dejó el mundo

conocido, se metió en universos Dejó de ser guerrero. Dejó de ser Ahora como persona libre vive con el Soñando, la lucidez y el espíritu estos mundos paralelos.

paralelos. estadista. el Sueño, abierto a

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Estas Crónicas

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n enero de 2007, después de escribir un libro en inglés, Wind Water, sobre mi experiencia en la selva amazónica en el mundo de los curanderos y las plantas, estuve en Rao Nete dietando 8 cortezas y preparando mis propios baños con plantas.

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Me inicié como co-curandero con grupos visitantes. Tuvimos la oportunidad de ponerlo en práctica con unas colegas que me acompañaron un fin de semana en febrero. Salió un encuentro extraordinario.

El material aquí es lo que viene después de decidir dejar la ciudad de Lima como eje de atención y cambiarlo por la selva, para abrirme a la vida acá por 8 a 9 meses. En la mañana, mi maestro y amigo, Milke, cuando está disponible, se reúne conmigo en la casita de arte para hacer ceremonias, conversar, crear y explorar nuevos territorios. Este material es una crónica del proceso de inmersión.

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Antecedentes Telefónicos

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ilke me dijo por teléfono ayer que me ha estado rondando todo el día. Me informó que ha habido dos robos en el terreno, en la casa de Amelia y en la casa grande. Ya no está segura la zona y no hay vigilantes. El peligro le asecha por su creciente reconocimiento público y la creencia de que es rico. Todo ocurrió después de salir del aeropuerto con mi grupo a fines de febrero. Tienen preocupación por nuestra seguridad, ya que la gente de la selva “mata por 20 soles.” ¡Pero yo quiero vivir en el campo, lejos de la bulla y la luz eléctrica! Es un nuevo reto inesperado para mí. Todo está abierto y cambiante. Pensé ir a la tranquilidad del campo para escuchar a las plantas pero la realidad de la pobreza de esta zona me choca con este nuevo golpe, barrera, limitación. Tenemos que cuidarnos, elevarnos y aprender a vivir como seres humanos enaltecidos en medio de tanta violencia en la densidad. ¿Cómo practicar una actitud amorosa en este mundo cotidiano lleno de tanto miedo y privación? La vida es frágil y enredada acá. La calentura marchita y todo se vuelve marrón. Luego vienen las lluvias y después todo crece con

tanta exhuberancia que termina asfixiándonos llevándonos hacia el letargo. ¿Cómo dar sentido a la vida en medio de todo esto? ¿Cómo soñar y crecer y mantenernos con bienestar, salud, amor y apertura a la vida con un gran “SÍ”? Tampoco somos omnipotentes en estas situaciones de cambio y peligro. Por eso nos cuidamos, sin provocar conflictos, alejándonos de ellos en la medida de lo posible. El juego de la selva a veces parece ser de vida y muerte. Por la densidad, la muerte persigue a la vida por todas partes en una batalla épica y eterna. Hay que vivir encantado para sobrevivir. Hay que saber subir y bajar los niveles de consciencia como subir y bajar el tronco del árbol con fluidez y destreza. Aprendemos a vivir con poca agua y una abundancia a la vez. Las plantas enseñan y cantan más fuerte que los seres humanos. El drama denso de la vida cotidiana fluye espeso por los lentos días fluidos. Los espíritus del día y de la noche están claramente revelados y a la vez ocultos en las sombras. Buscamos el calor y la luz en el calor del día y en las ceremonias de la noche.

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cap í t u l o 1 CAYENDO A LAS RAÍCES DEL ÁRBOL Y ABRIENDO LOS SENTIDOS

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Llegando a R ao Nete

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stoy tan contento de estar en casa de Rao Nete de nuevo. Llegué a Pucallpa sin novedad. Al llegar, no hubo nadie y después de llamar a Milke, apareció en media hora. Esperé con calma. Tomamos un motocar a Rao Nete y pasamos unos profundos baches de barro en el camino hasta la entrada. Llegué con muchos

saludos y les di a los chicos sus regalitos de carritos que habían pedido y semillas de girasol. Las mujeres se sentaron debajo del árbol de guava para mirar las fotos, Milke en la hamaca y yo entre un grupo y otro entregando cosas. Hubo mucha risa y todos estuvimos contentos de estar juntos de nuevo.

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Cayéndome al Mundo de los Curanderos

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ilke y yo vamos a la casa de reposo, su nuevo estudio, donde tiene dos esculturas ¡realmente espectaculares! Nos

sentamos frente a frente, pasamos la pipa de la paz y hablamos sobre lo que ha cambiado en cada uno de nosotros desde el


último encuentro. Es un estilo. Aprendemos, nos separamos para aplicar lo aprendido, y volvemos a encontrarnos para compartir el crecimiento. Luego me pide descansar echado un rato. Observo el techo, el humo del palo santo, los pájaros y la tranquilidad y me emociono al estar acá de nuevo. Viene y me presenta con una shacapa nueva (una sonaja hecha de hojas secas poderosas del monte que se usa como instrumento musical de curación) y me avisa de la ceremonia para adornarla para mañana. Expresa estar contento por tenerme acá y que él ya comprende muchas cosas y otras iremos explorando juntos. Luego me explica acerca de sus dos esculturas. Me cuenta acerca de la segunda que muestra una historia de amor triste. Muestra cómo una mujer se convierte por etapas en un ave hasta volar alto. Estoy sentado en una banca escuchándolo y me mareo tanto con su historia que me desmayo. Caigo al piso con la escultura y vuelvo en mí cuando él me llama, preocupado. Estoy pálido y me levanto riendo -“¡Choque de culturas, caída a las raíces!” Parece que tengo un corte sobre la ceja derecha. Allí comienza una serie de eventos que me conmueven. La comunidad viene corriendo para atenderme. Plácido sopla hierba luisa caliente que bebo para fortalecerme, Amelia pone mentholatum

en mi herida, Mónica está preocupada y los chicos juegan en el piso cerca de mí, mirando y tocando mi ceja ensangrentada. Eva está preocupada por el desmayo. “Será falta de comida,” dice. La comunidad atiende al gringo que ha caído al piso entre las raíces. Si una parte del árbol está herida, todo el árbol lo siente. Cuerpo vivo. Yo digo que la escultura es fuerte, la historia fuerte y me desmayé y fui a otro estado de consciencia porque las explicaciones de Milke me llevaron a un trance donde no entendía nada. Yo-árbol choqué con el árbol más viejo y caímos. Felizmente no se hizo daño la escultura. Son bellísimostroncos viejos pulidos y esculpidos en forma de animales, pájaros, naturaleza y escenas del cuento selvático, todo pintado de negro con las visiones coloridas pintadas sobre negro. Terminamos allí y fui con los chicos a mi casa. Arreglé algunas cosas, observaban todo, jugamos y conversamos.

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Me quedé solo un rato y luego vino Milke con una gringa que le visitaba y que buscaba contactos shamánicos. Con ella, Milke se fue para su primer programa radial de media hora los domingos a las 7 para hablar sobre la cultura shipiba en idioma shipibo. Está contento con todo lo que va saliendo. Me

quedé con la puesta de sol, la noche y los zancudos. Prendí la vela y me eché en el mosquitero. Salí un rato a las 8 para ver el cielo estrellado con luna llena. Estoy aquí. Caí de las ramas de la ciudad a las raíces de la selva. Dormí contento.

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Un Día Típico

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melia llegó temprano en la mañana y hablamos de conseguir bancas y sobre los arreglos del lugar. Vinieron los chicos para llevar semillas de girasol que les había traído, y pidieron una manzana. Milke llega para mostrarme cómo regar los trozos de pasto que ha sembrado alrededor de la casa y la maloca. Con los chicos y el balde de mi baño vamos regando. Luego fuimos al nuevo pozo de agua estancada al fondo de la propiedad. Lo han cavado para criar peces. Sacamos agua de allí y terminamos la tarea. Luego cada uno comió media manzana y se pusieron a pintar y jugar un poco.

Llega Milke y me lleva a nuestro lugar de encuentro en la Casita de Arte. Me cuenta de un primo que perdió a su esposa por la brujería. El tipo ha criado solo a sus cuatro hijos. Se puso a estudiar y aprendió a combatir a los otros que querían hacerle daño y así se fue fortaleciendo. Según Milke, es fuerte, no canta mucho y va directo al grano, al mal y lo ataca. No desata suavemente como lo hacemos nosotros. Aunque fascinante, me doy cuenta que tiendo a creer más en el amor con fe que el miedo y la agresión del ataque. Le dirigí a Milke en un ejercicio de apertura que salió de sus propios movimientos espontáneos. Se sintió bien después. Apuntó algunas cosas y


admite que todavía no ha logrado entrar en estos terrenos. Le dije que por eso hacemos buen equipo - juventud y vejez. Llega Jhefferson que nos contó que se había mudado de Huanuco a Pucallpa para administrar el proyecto de Esculturas de Mitos y Leyendas de la Selva Amazónica para Francia en dos años, para Greenpeace - la mitad de la venta para los artistas y la otra mitad para proyectos ecológicos. Hablamos de la ecología, proyectos y la necesidad de cuidar el impacto que tenemos en las comunidades cuando intentamos “ayudarles” con dinero y reconocimiento, que es bueno y a la vez es delicado. Fue una conversación fuerte porque el tema es algo que les toca mucho a los grupos indígenas de la selva en los últimos años. Regreso a la casa para jugar con los chicos y luego a almorzar mazamorra de pollo. Después voy a mi casa para descansar y leer en el calor de la tarde. Los chicos rondan por allí. Me sacan de mi modorra y jugamos a pega pega, tonche (el espíritu de los muertos que ronda por las casas vacías para ocuparlas y atormentar a los ocupantes cercanos), a hacer cosquillas y raspar su cara contra mi barba - ¡100 por ciento físicos! En la casa pintan, juegan con la plastilina, los carros, toman agua del

bidón, comen semillas de girasol, ¡suben y bajan de la hamaca y se instalan en mi casa y en mi vida! Nos trasladamos a la maloca donde corren y hacen volantines y yo canto. De regreso en casa me visitan Karina con Ronín y Niwen que tiene 6 meses. Ronín baila con las sonajas y es muy coquetona y graciosa. Milke pinta sus banderolas para la presentación de su orquesta. Al rato todos se van y descanso con el silencio del atardecer en la hamaca, tomo hierba luisa y al obscurecer duermo temprano con los perfumes y pomadas para las picaduras de los zancudos. Me siento lleno de tanta vida, tantas emociones, tanto juego. Todos estamos ocupados, bien, tranquilos, con proyectos propios y comunes en la comunidad. Me encanta. De pie a las 6. La mañana está fresca y soleada. Tranquilo, me siento en el piso con un magnífico juego de luces y sombras reflejadas en mi rincón encantado. Hago unos ejercicios de estiramiento y llegan los chicos con su tarea de colegio, de nombrar las partes de su cuerpo. Llega un tío y me cuenta que la esposa de otro pariente está mejor porque le hicieron un daño increíble mientras él estuvo en Cusco. Todos se van y al rato llega Pasquel de 3 años para jugar con los carritos y aviones, se sienta en mis piernas para ver cómo se escribe su

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nombre y él hace su intento en letras. Viene Mayco por 1 sol para comprarse un lápiz en el colegio. Llega Ronín y nos saludamos con los brazos abiertos. Los chicos llevan semillas de girasol para su colegio. Salen todos y al rato llega Amelia con chapo de capirona y hierba luisa. Chapo es una bebida de plátano maduro cocinado en agua y machucado con azúcar y la misma agua hirviente. Ella está cultivando por su casa. Cultivar significa cortar la hierba al ras del piso con machete. Todos estamos con ganas de trabajar hoy. Tomo algo, escribo un poco y luego salgo a

regar las plantas sembradas por Milke. Lleno el balde tres veces para hacerlo y ahora a las 8:30, sudado y tranquilo, tomo chapo, fumo un mapacho ikarado y hago ceremonia para dibujar. El mapacho es tabaco natural, considerado medicina. Un íkaro es un canto sagrado de las plantas. Ikaramos todo para convertirlo en medicina, agradecer y pedir. Fumar el mapacho protege el cuerpo contra los malos espíritus y abre la mente, según las creencias acá. La mañana está preciosaquieta, soleada, con muchos pájaros que cantan, brisas que juegan con las plantas y sus hojas. Estoy llegando. Lima está lejos.

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La Selva como el Infierno y el Paraíso

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odo el asunto de los brujos, los daños, y las envidias es denso y negativo. Produce rabia, miedo, desazón - en este sentido la selva es el infierno. Si yo como brujo entro en tu casa y te pido darme algo que tú tienes y aprecias, y me niegas, entonces digo “Está bien” y mato a tu hijo en la noche con una tos que no se detiene hasta la muerte. La selva como el paraíso es

el amor, la solidaridad, la generosidad de la tierra, el agua y la comunidad. Las plantas nos cuidan y el amor y el agradecimiento iluminan y elevan. La orquesta de Milke tiene sus enemigos y pelean para tener un sitio en “el mundo de las orquestas”. Según los curanderos, Dios es primero, la familia segundo y la comunidad tercero. Algunos dicen primero Dios y segundo las plantas,


y luego los seres humanos. Yo creo que tenemos que vivir en el mundo que creamos y queremos tener. Prefiero un mundo agradable, amable, de buenas relaciones, de mucha creatividad y salud. La lucha constante, la negatividad y la envidia hoy en día vienen de la avaricia y el afán de tener más y más cosas que nos unen tecnológicamente y a la vez que ayudan a destrozar lo que nos da vida. No sé cómo reaccionar frente a tanta negatividad y enfermedad que sufre la familia extendida acá. Lo único que puedo hacer es escuchar, animar, quererlos y ayudarles a recuperar su salud dentro de mis capacidades, y no comprar el pleito ajeno pero sí registrarlo. Llega Milke para decirme que tuvo ceremonia con su primo anoche. Combatió a dos que todavía le amenazaban de muerte. Y él ha tenido que tomar distancia de su compañera y bebe para protegerlos. Me indica que no debo tener miedo del primo que es oscuro, blanco y negro en su trato. Y es un tipo serio. Me puse a locomotora momento a un instante.

leer un rato y con sonido de llegó la lluvia torrencial de un otro. Todo se hace barro en Leí y llegó Mayco para que le

dibuje un hombre y Bill vino después, más interesado en comer que dibujar. Jugando con los chicos entre temporadas de lluvia, se entretienen con los carritos, convierten la arcilla en bolas en las cuales hacen huecos y ponen pilas gastadas adentro y de allí tratan de sacarlas golpeando con palos. Después vinieron para golpearme, pellizcarme, subir y bajar la hamaca, caerse y levantarse, abrazarme, mecerse conmigo. Luego quieren que les persiga como el tonche y que les dé vueltas en el aire como aviones hasta marearnos, y que les tire la llanta de bicicleta. Gracioso todo y muy agotador. Entre estos arrebatos de ejercicio, descansé. Vino Milke y me dijo que no hay seguridad del concierto para el sábado y que se ha quedado a descansar en la tarde. Me dijo que a su primo no le gusta nada la envidia. Insiste en que la gente trabaje en vez de envidiar lo que tienen otros. Milke me explicó cómo él talla figuras en la madera y cómo perdió sus herramientas. Había comprado herramientas finas en Lima para tallar en madera y cuando llegó al aeropuerto llevó el maletín consigo en vez de hacerlo chequear primero. Lo confiscaron y no tuvo tiempo de regresar al counter para registrarlo antes

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de abordar el avión. Mientras hablamos Mayco hace dos esculturas de plastilina y nos quedamos con la boca abierta con su destreza y los detalles. Eran regalos para Lidia y Renate que habían visitado en Febrero de este año. Los chicos se retiran y Milke y yo vamos a la casita donde prendemos palo

santo y humeamos el local, hacemos las oraciones “Gracias Padre, Gracias Madre”. Toca la flauta y las dos quenas de hueso - bellísimas. Nos despedimos con la idea de hacer una jornada de limpieza al día siguiente.

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La Llu via Huracanada

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a sido algo inesperado, violento. Me levanté a un día nublado y vino Mayco para sentarse conmigo y luego pedir diez céntimos. “¿Acaso soy el banco?” le digo. “Eres gringo, pues”, es su respuesta. Hmmm … Vino Milke y fuimos a la casita de arte para barrer. De repente comenzó a llover fuerte. Pashco, su hijito, estaba con nosotros. Milke se fue corriendo y Pashco y yo nos quedamos arrinconados al lado de la pared. Hicimos un tipo de techo con las esteras y él jugó conmigo siendo bebe, chico más grande y luchador. Comenzó a soplar fuerte y las paredes temblaban, la lluvia era torrencial y la temperatura bajó 10 grados en minutos. Después de un largo rato de una hora, más o menos, fuimos corriendo

en la lluvia hacia mi casa. Nos encerramos allí hasta que Pashco decidió correr a su casa solo. Todo está mojado afuera, seco adentro y con frío. Saqué mi única camisa de manga larga y puse una toalla grande en mis hombros. Seguía lloviendo fuerte. Se cayó el árbol de guava frente a la cocina, el otro frente a mi casa también, un bimpish quedó ladeado y voló parte del techo de la casa de Plácido. Después del almuerzo Bill y Mayco vienen y el primero, en un arrebato de rabia, rompe un dibujo de Mayco. Les dije que me molesta ese tipo de violencia. Lo boto a Bill de la casa y al rato se va Mayco también. Y yo me quedo descansando en la hamaca


envuelto como momia por el frío. No me gusta este frío en la selva. ¡He venido para el calor!

sus deshechos por todas partes también, como hábito. Pienso modificar esto para no vivir en medio de nuestra propia basura.

Dormí tibio debajo de la sábana, dos toallas y ropa puesta. ¡Hacía frío! Esta mañana está más despejada y me levanté con ganas de limpiar la casa y la casita del arte, después de los vientos de ayer. Voy a sugerirle a Milke que recoja su propia basura alrededor del edificio. Sospecho que como los niños crecen en la naturaleza, aprenden a orinar y defecar por cualquier lado hasta tener letrina, y entonces se acostumbran a tirar

Están trozando el árbol caído frente a la cocina. Los chicos regresaron temprano de su colegio, a las 10 de la mañana, porque sus profesores tuvieron una reunión. Vino Milke y fuimos a la casita para dibujar un par de horas en silencio, con compañía. Antes de comenzar echamos perfume a las manos y los ojos para abrir la vista y poder expresar el arte con las manos. Y el sol está calentando el día.

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El Mundo de los Niños

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asé la tarde jugando con los chicos con “la venta” de las semillas de girasol, volar girando, ser el tonche y clases de dictado, pintura y los carros. Claro, soy yo quien queda exhausto después, ¡y ellos siguen! Cuando me pongo irritable con los niños es señal de necesitar apartarme un rato y estar conmigo mismo. A veces siento la necesidad

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de ser adulto y no niño. Ellos están acá día y noche cuando no tienen colegio y en las tardes en los días de colegio. Son libres y bulliciosos y necesitan mucha atención y contacto. Trato de no gritarles pero hay veces que realmente buscan que alguien les ponga límites. ¡Son como cachorros! Vuelvo de la casita de arte y allí están, esperándome. Dibujan Mayco, Sheyla y Bill. Hacen un laberinto en la maloca y voy a inspeccionarlo. Barremos y me muestran dónde han matado a una víbora roja y negra con colmillos grandes.

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Se me cuelgan como si yo fuera un árbol andante. Se habían bañado calatos en la cocha antes. Les giro, correteo, me pegan y patean y yo a ellos. Suben y resbalan. Viene Ronín con su constante discurso en shipibo, y con “Tomasín!” Entre todos vamos a dar una vuelta por la propiedad. Visitamos a Eva que cose cerca del pozo, vemos los árboles caídos, Amelia está cultivando. Vamos a la casa de Bill y Mayco donde Plácido me muestra la jaula de los patos que los chicos cuidan. Ronín estrangula a Michín, el gatito con el que juega y los cuatro cachorritos

toman leche de su mamá. ¡Sheena sigue pariendo! Mónica despluma un pollo, nos reímos y sigo con los chicos dando una vuelta por la cocha. En casa dibujan y juegan con los carros. Más tarde viene Francisco con el “Agua de la Vida” que debo tomar dos veces al día preventivamente. Es la resina de una planta “milagrosa” que cura casi todo. La resina está mezclada con agua que se toma como medicina. Me informa que la corteza de cedro, macerada en cañazo por 15 días, es un excelente remedio para la diabetes y que se toma una copita al día. Hablamos de otras medicinas de ese modo. Regresa a su comunidad el martes y comienza una dieta de 30 días con catawa, otra planta muy fuerte. ¡Hombre valiente! Se va y viene de paso Jheff con su mamá de Santiago de Tushmo, esperando encontrar a Milke que ha salido. En la noche me desperté y ví una puesta de luna cerca del horizonte - ¡estaba gigantesca y bellísima!

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La Orquesta

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lega Milke y me dice que me ponga mi camisa shamánica, que traiga mis cosas porque vamos a tener una ceremonia a las 7 a.m. Dicho y hecho. Puse la mesa con prácticamente todo, según lo que surgía. Milke preparó su mesa y la pipa. Yo la soplé a las 4 direcciones y a los elementos. Prendí el fuego y compartimos la hermandad del humo. Le pregunto cómo está y me relata lo siguiente: El otro grupo de shipibos competidores está espumando al correr por todas partes. Dicen que ellos son los autores de las canciones de los Shipis. Es absurdo. Pero Milke está tranquilo, dice él: Hay que ir lento, y explica cómo su tamborista les enseña a mejorar su música, parte por parte y luego juntarlo todo. Y funciona. Es como yo enseño los micromovimientos, pienso. No entiende por qué el otro grupo se pone tan desesperado. Fue el único grupo que se presentó a un evento donde no había algo de pago. Los otros grupos que habían aceptado no fueron por esa razón. El otro grupo recibió el premio. ¿Y qué? Milke tiene amigos músicos de muchos grupos y le prestan sus instrumentos o consola y colaboran entre sí. El único grupo

perturbador es el otro grupo de shipibos. En una reunión de personas que trabajan con ecología moderna enseñada por una ONG en las comunidades, un tipo de Iquitos dijo que la música de los Shipis llega hasta allí. Dice que la gente en varias comunidades se siente orgullosa de tener una orquesta con su nombre. Y ya varios radios en Atalaya y otro sitio tocan sus canciones del disco recién hecho. Harves es experto en esto, de promover la cultura de los shipibos en programas de radio. Milke habla del grupo y su necesidad de tener más ensayos seguidos con los miembros de la orquesta que también tienen familias y necesitan trabajar. Los de las comunidades vienen una vez al mes y todos están tiesos. Les toma días para ponerse en forma. Pero ya se sienten músicos, saben que tendrán público, que son originales y van practicando diferentes formas de entrada. Van experimentando. Tiene la idea de tener dos ensayos por mes. Los músicos que vienen de las comunidades, con una inversión de 300 soles, compran víveres. Ellos van a venderlos a cambio de

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plátano que ya cuesta 10 soles el racimo, subiendo de 1.50 en 3 años. Por la creciente del río, el plátano bueno solo crece, sin pudrirse, en la selva alta. Si viene de lejos, los recolectores cobran más y a su vez los vendedores también. Entonces venderán el plátano, comprarán víveres y regresarán a la comunidad para ver a sus familias dos veces por mes, y en Pucallpa trabajarán con la orquesta. La idea es sensata y práctica.

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mío y me salió como un rítmico río, que me sorprendió. Llegó Mariano, músico de Los Shipis, y se puso a hablar con Milke mientras yo terminaba con la shacapa. Fue una buena ceremonia que se puede hacer a solas pero es mejor cuando hay dos o más.

Ayer Milke habló con Pasquel, su hijo, para encuadrarlo un poco. Lo sintió pandillero y soez. El abuelo ha puesto un loro en el hombro de los tres chicos y quien agarra más la idea es Ronín pero será Niwen que sobresale, según su bisabuelo. Lo que pasa al padre le pasa a los hijos por el asunto del aire. Su hijito se asfixiaba con llanto hasta ponerse morado y Milke se preocupó. Con la ayuda de su primo ha tomado distancia de su familia, energéticamente hablando, para no afectarlos con sus tomas de ayahuasca y la Medicina.

Es la hora dorada de la tarde, de contrastes entre sombras y cálidas luces en diseños de texturas variadas y siempre bellas. Todo está iluminado. Al fondo Zenia o Ronín llora, un señor perifonea la venta de algo y la brisa mueve las hojas del shibón con su peculiar sonido de percusión en secuencia. La luz ilumina la base de las estatuas de mitos y leyendas selváticas, la olla de barro con el palo santo, la shacapa y mi vestuario amontonado. Milke descansa y escucha música en el discman y yo inclinado contra la pared con la espalda algo incómoda, absorbo todo esto y me regocijo en la perfección del día. Todo es como es, sencillo y a la vez impregnado de significado.

De allí comenzó la música e improvisamos con la flauta, el rondín, la quena y la zampoña. Luego até la shacapa para el tamaño de mis manos y Milke me mostró cómo comenzar y terminar - es toda una arte. Comencé a tocarla o dejar que ella tocara a través

Ute Arnold, una colega, dice bien: “Hay la certeza que la Naturaleza nos cobija, nos cuida, nos sana y nos toca si la vivimos con respeto y reverencia. Al abrirnos a recibir su bienestar, vivimos con plenitud los momentos, cada uno, como un regalo, una


sorpresa, un agradecimiento por la plenitud ya nuestra para vivir.” Estos días son como una ceremonia-culto al día, la creatividad y

la comunicación. No sabemos qué pasará pero nos metemos en la corriente.

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Unos Arreglos

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l regresar a mi casa Amelia llega con un atado de palos delgados largos y comienza a barrer el piso alrededor de mi casa. “Mi escoba chica,” bromea y le respondo, “¡para una giganta!” y nos reímos. Me avisa que viene Lino, su primo-

hermano, que va a reparar nuestros techos y reemplazar hojas. No tenemos suficientes hojas acá en la propiedad y tendremos que comprarlas lejos de la ciudad. Amelia confía en él. Es una tarea urgente, así que manos a la obra.

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Vi vir en la Naturaleza

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l regalo de estar acá es grande. Es como vivir afuera, cerca de la tierra, entre plantas y árboles, brisas, nubes y aves. Es por no tener conexión con el teléfono, internet, ni electricidad. Es depender de fósforos, velas o lamparines, y el pozo de agua. Las casas están abiertas, encima de pequeños pilares de madera, con techos

altos de palmeras secas. Las paredes y el piso están hechos de madera. Las hormigas, y las cucarachas en la noche, son constantes compañeras y entre las 6 y las 7:30 p.m. los zancudos nos visitan, o si es época de lluvia, acosan durante todo el día y la noche. La luna ha pasado de ascendente a tres cuartos, iluminando las noches, con sus

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brillantes estrellas, y Venus que está cerca. Los grillos y los sapos abundan en el canto de la noche y en el día el concierto de aves y brisas sonoras crea un ambiente saludable y abierto. Nunca sé qué pasará de un día a otro. Mi ancla y punto de centrarme en medio de toda la actividad o falta de ella, es escribir, dibujar y leer. Cuido como me es posible la limpieza alrededor y dentro de mi

casa como la casita de arte. Lo prefiero así, como dar el ejemplo, porque la tendencia acá en la selva, es simplemente tirar a la tierra lo que has usado y luego en algún momento recogerlo o quemarlo. Es tóxico y feo. No les puedo cambiar este hábito pero sí puedo hacer lo que yo necesito para sentirme bien. Es nuevamente asumir responsabilidad por lo que creo y practicarlo.

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La Matanza 22

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ilke aparece por mi casa y hablamos de comidas que hacen daño, entre ellas la leche de vaca que no es igual a la leche materna. Y el café como ácido. Si el cuerpo está muy ácido, trata de botar el exceso. Decidimos darnos el encuentro en la casita de arte. Yo fui a limpiarla y ordenarla y después de varios viajes entre mi casa y esta, me instalé y comencé a dibujar. Él llega después de un largo rato y quiere poner letra a una canción que va sacando acerca de la matanza del 6 Febrero de 1986, cuando campesinos hicieron huelga por el territorio y alza de precios y para

recibir el dinero prometido por su labor y por sus derechos básicos. Hubo tiroteo y matanzas grandes. La vida del campesinado es tal que ha trabajado sin título de propiedad toda su vida, sabe mucho acerca de la Naturaleza pero siente que no ha progresado, y así vive su vida para sus hijos. Su voz está en ellos. Al finalizar el día se baña, cansado, en el río. Observa después su labor del día y cómo va todo. Duerme en el piso de la pobreza. Se levanta y pone su ropa de trabajo de campo antes del amanecer.


Sale con machete y su rama para acoger la hierba alta o la planta que va a cortar o sembrar. Está a merced de la Naturaleza y sus conocimientos. Cuando trabaja para otros, le están quitando de su vida natural en el campo para ganar dinero. Lo hace para sostener a su familia y pagar la vía de los hijos. Pero le pagan poco o sólo en víveres. Se siente menospreciado y robado de su vida natural del campo. Cuando se junta

con otros campesinos que reciben el mismo trato, todos reconocen sentirse esclavizados y maltratados. Protestan en huelga y la respuesta de las autoridades es un tiroteo en el cual mueren muchos campesinos que reclamaban sus justos derechos. ¿Cómo animar a la gente a seguir en la lucha y tomar esta fecha como comienzo y no claudicación y final?

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La Casita de Ar te

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e encanta ya este rincón en la casita de arte. Se siente tranquilo, relajante, e incita la creatividad. Me inspira. La tarde se mueve al ritmo de melaza, las brisas levantan sonidos de las hojas rígidas, Lino martillea en los techos, los chicos gritan y se ríen de vez en cuando. Un avión bimotor vuela a la distancia y detrás de todo hay mucha quietud y acumulación de energía. Lloverá quizás. Hay como una sensación de espera. Quieta espera. En la mañana, al instalarnos y preparar el lugar, pasamos el palo de cedro, palo

santo, perfume Kananga, nos humeamos y ponemos nuestros perfumes, creando un clima de limpieza y ceremonia. Hablamos de nuestro arreglo de estar en dos rincones y decidimos sentarnos con la espalda hacia el oeste, mirando hacia el este en la misma dirección y al camino que se va abriendo. Buena idea. El humo de la olla de barro flota hacia arriba como incienso, indicando ascenso, con una actitud de “hay que hacer.” Se escucha desde el silencio el canto de las aves, las voces femeninas por la cocina, y la respiración. El cielo está nublado y luminoso.

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Estamos conectándonos y comunicándonos con Rómulo allí en Betania. Hemos hablado de entrar en el mundo de los merayas que es otro nivel más elevado y duro para muchos. Una vez adentro hay comunidad y protección y aceptación con respeto. Volamos en medio del humo del cedro con la flauta, la conversación sobre este proceso y la importancia de este lugar. Es un lugar sagrado y compartido donde podemos crear

ceremonias de curación en medio de la creatividad libre. Y está en el centro de la Naturaleza y la propiedad. Estoy detrás de mi mesa repleta que representa mi espacio interior y privado. La música, la copita de 7 raíces, los instrumentos, los perfumes, la piedra encantada, hojas de coca y semillas de girasol, etc. Es un lugar de renovación y sanación. Hablamos de cosas importantes acá para nuestro aprendizaje.

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Las Estatuas 24

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e venido temprano a la casita. A pesar de una lluvia, después de llegar aquí, barrí, arreglé y levanté lo que estaba en el piso hacia una pared lateral. La luz es tenue. Todavía no son las 7. Es una mañana a solas. Frente a la olla con las llamas y el humo del palo santo, descansan las estatuas que está creando Milke. Jheffry quería apurar a los escultores a terminar una en 15 días. Loco. Fíjate el trabajo. La idea original era ir sin tiempos ni apuros. Tienen que ir al monte y buscar troncos caídos con formas sugerentes, buscar una forma de cortarlos y transportarlos acá.

Son pesados y torpes. La idea es que aquí el artista contempla lo que tiene frente a sí. Siente, fantasea, intuye, escucha, mira y sueña. Con su cincel y martillo comienza a dejar salir, poco a poco, lo que la madera le revela, como mitos y leyendas de la selva amazónica. Después de largos días y extendidas semanas con esto, pule la madera a diferentes texturas según lo que representa. La estatua tiene 4 ó 3 puntos focales donde el detalle tiene que ser más preciso. Después de dar la forma final a la madera, pinta toda


la madera color negro no brilloso. Sobre ese fondo comienza a dar vida a las formas con su arte pictórico. En esta fase del trabajo Milke avanza algunos días y después se detiene. Viene, tenemos ceremonia, escucha música, se abre y cuando se siente listo y calmado va a la obra con intensa concentración. Los colores vibran y el tronco se convierte en una obra de arte que es fuerte, impactante y con mucha energía. A mí me tumbó y la tumbé en un desmayo. La leyenda es bella. Del sufrimiento de una mujer embarazada y dejada por su compañero, lamentando pérdidas fuertes, ella llora contra un árbol, se convierte poco a poco en ave que se llama “konawe ayaimama” y luego asciende a convertirse en un ave de amor, cantando

con su pareja, su espíritu, libres en el aire, para volar.

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El Barrio

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or acá, temprano en la mañana, los asentamientos humanos tienen la irritante necesidad de perifonear con su parlante a los 4 vientos a partir de las 6 hasta las 7 sus arengas políticas, anuncios comunitarios, los cultos de los evangelistas

y las ventas. Así la mañana comienza con el mundo de afuera, penetrante y complejo, con sus necesidades y conflictos. Pero acá, sin escapar de la realidad, viviendo en familia y en la propiedad compartida como comunidad, en el campo, mi sensación es una de poder

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estar presente con los sentidos abiertos, las emociones libres y la mente en paz. Desde esta plataforma me lanzo a los espacios internos y espirituales que son parte del mundo de los curanderos también. Tener una casita rodeada de naturaleza, un sitio abierto por los cuatro costados, techado, elevado encima de la tierra, con piso de madera y poder hacer ceremonias, escuchar y tocar música, escribir, pintar, esculpir, cantar, estar en silencio es un privilegio y un regalo del Universo. Acá sembramos semillas, damos vida e imaginación a ideas incipientes, aquí creamos y nos proyectamos juntos. Nos curamos y volvemos a centrarnos en este lugar. Y la bendición es que estamos con ganas y dispuestos a compartir este sueño para caminar juntos mirando en la misma dirección para su pueblo. Cuando Milke me cuenta historias acerca de su cultura y me pinta retratos de personas que va conociendo, entro en trance a un mundo rico y complejo y de arduo trabajo, un mundo lleno de inteligencias no académicas y más integrales. Es un universo pletórico en costumbres y relaciones como pobre en términos monetarios. Pero acá, como en tantos otros lugares, supongo, voy aprendiendo que el dinero es importante para poder funcionar en el mundo legal de reconocimiento ciudadano. Pero internamente,

en la comunidad en sí, la gente cubre sus necesidades de otras maneras y hasta el uso del dinero es diferente. Siempre me enseñaron desde niño que cuando tenía algo de dinero o algún objeto que debo cuidar, que no debo gastarlo todo en prevención para un posible día difícil. Lo que noto acá, y puede ser mi propia percepción distorsionada, es que cuando traigo colores, palo santo, papel o perfumes, la tendencia es usarlo como un lujo hasta que desaparezca. Es una actitud de que habrá más después, que el mundo proveerá como la tierra les da. Comen el pato porque saben que pueden criar otro. Es una sutil diferencia pero significativa. La luna en estos días es casi llena. Alumbra las noches sin la necesidad de vela. Las sombras vibran y las luces crean formas de personas y animales imaginarios en la vegetación iluminada. Y acá no nos apuramos con las cosas que creamos. No estamos con la meta de terminar y acumular productos. Es más bien una actitud de crear con consciencia y gusto al ritmo que nos marca la creatividad. Voy aprendiendo a seguir las equivocaciones como una sorpresiva intervención de mundos paralelos e investigarlos más, observar por dónde me llevan. Llega Milke para decirme que dos brujos le molestaron anoche y no le dejaron dormir,


con amenaza de muerte de uno de sus hijos o de su mujer. Tuvo que pelear con machete, que se rompió, y al otro se lo clavó en la espalda y le colgó en el aire como pez en anzuelo. Son dos que le hacen esto para que abandone el proyecto de la orquesta. Tiene un poco de miedo y no quiere ir a la ciudad donde tiene ensayo con su orquesta para el concierto del sábado. Y no va a salir si llueve. Tiene que quitarles desde adentro. No siente el miedo dentro de su cuerpo pero sí lo siente afuera. Será que tenemos que transitar, sobrevivir y ser creativos en un mundo lleno de miedos. Comienza una ceremonia para erradicar a los brujos y la saladera. Prendo el palo santo de nuevo y abanicamos el humo por toda la casa con la shacapa. Fumamos la pipa. Pone hojas de coca en el fuego. Hacemos un kintu con tres hojas, la más pequeña adentro, y frente a la olla con la coca elevada en alto, hace oraciones, vestido con chullo y tela serrana como poncho -mezcla de inca y shipibo. Ha comenzado a llover y movemos su mesa al lado, frente a la mía. Con el mapacho y la shacapa se postra en su mesa y toca la shacapa suavemente mientras canta y ora con soplos de humo. Luego se pone de pie frente a su mesa, habla, hace oraciones y movimientos de eliminación, de limpieza, de botar afuera lo negativo y la maldad. De allí come dos ajos crudos, con algo que

introduje en la dieta: las semillas de girasol. Y con esto vamos hacia el arte. Está lloviendo suavemente como música de fondo. Hoy, si el clima lo permite, con los chicos vamos a pintar palos. Otro día pasearemos para ver y fotografiar las plantas de las mandarinas y los plátanos. Han venido los tíos para techar pero no pueden hacerlo por la lluvia. Conversan sobre las reparaciones. Comenta Lino que el techo de acá debe ser de shibón para que dure más que las hojas que se ponen en las casas. Hablan de los costos y lo que vale y no vale. Uno de los tíos hizo una estatua como aquella que hace Milke y le tomó un año y dos meses de trabajo. Al fin y al cabo le pagaron 150 soles o 50 dólares en Lima. Perdió plata, dice. ¡Claro que sí! Nunca hizo otra. Los viejos hablan en shipibo y comentan sobre hábitos de trabajo. Observan las estatuas y afirman que las visiones de ayahuasca ya son comunes, igual los paisajes pintados, pero que la estatua es algo nuevo y debe costar más. Me cuenta el amigo de Lino, que es primo hermano de Amelia, que en la comunidad shipiba son una gran familia. Cuenta la historia de una cantidad enorme de nutrias o “lobos”, como los llaman. Son malos, son brujos disfrazados. Pueden venir en la noche

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y atravesarte. Si la matas, el hijo de él te mata a ti, según las creencias shipibas. Decidieron poner achote en el excremento de los lobos y todos se murieron por disentería excepto uno. Nos reímos y se fueron hasta el

día siguiente. Dijeron que las nutrias siguen todas las cochas en línea hasta Tushmo, una población cercana. ¡Hay grillos y sapos en el día hoy- por la lluvia!

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Una Historia

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ilke observa sus estatuas, saca fotos y me cuenta la historia de dos viejos que hacen campamento en una playa del río en el verano. Allí en el día van muchas víboras para descansar en el sol, y algunas se mueren y se ponen rígidas por el calor. En la noche para armar una carpa, la mujer manda al marido a buscar palos. Medio ciego, encuentra dos fosilizadas serpientes y las trae como si fueran palos. Ella le manda a buscar soga y él, sin darse cuenta, escoge dos víboras vivas, pero dormidas y ella amarra la víbora a la tela de la carpa y al palo. ¡En la mañana se despiertan sorprendidos con las cabezas de

las víboras justo encima de las suyas, y ya despiertas! La mujer le grita al varón, pero ¿por qué me has traído víboras a la casa? Todo es quietud -gotas de lluvia, grillos, una ocasional ave, y la respiración. El trueno resuena suavemente a lo lejos. La penumbra de un día gris suaviza la luz y es relajante. El ave-mujer en la base de la estatua se convierte poco a poco en una figura coqueta y juguetona. Me recuerda a su hija, Ronín, cuando agarra algo y voltea la cabeza para ser vista. Llueve de nuevo y el sonido en las hojas del techo hacen música.

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Los Ajos y los Brujos

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l día está nublado y fresco. Pongo orden en mi casa y tomo mis medicinas. Pasa Milke y me indica con un gesto ir a la casita. Llevo mis cosas. Él barre y yo pongo la mesa en la nueva forma acordada. Las dos esteras están estiradas al fondo de la casita con la espalda hacia el oeste y mirando al este y el amanecer. La vista al frente está llena de plantas y árboles. Movemos el fuego más cerca. Su mesa de trabajo está al otro extremo de la casita frente a nosotros y sus dos estatuas, en evolución, están en el centro del recinto. Mi espacio está abierto. La yuxtaposición de la flauta, la olla, el palo santo, la vela, las estatuas y la naturaleza afuera hablan de la esencia de esta curación. Hablamos del ajo que es parte de nuestra dieta de estos días. Él tuvo una reacción fuerte con tres y como consecuencia, él comerá un diente a la vez por ser una medicina que le limpia, que le despierta y le anima. Tres veces al día, un diente cada vez. Habla de la tierra y/o el agua que cubre la mayor parte, de la Tierra. Se sumerge y sube como un continuo. De las vidas diferentes en cada lugar. Habla del Cusco como una sola

piel dentro y fuera, sin rupturas ni cierres y que contiene la vida. Vemos la interconexión con la naturaleza toda y las plantas, por el aire que respiramos, por el agua que riega lo que comemos y que nos dan vida y salud. Hablamos de nuestro sagrado reto de cuidar lo que nos da vida, simplemente por eso, por el amor a ese flujo de interconexión. Me explica que después va a probar el ají de ese modo. “¿Y los efectos que vas a tener en tu estómago como “ácido”?” “No”, me dice Milke. “Hay que ikarar, como tú sabes hacer pero que no haces. Agarras el ajo, por ejemplo, te abres al mundo de los ajos, su perfume y sabor. ¿Cómo crece y dónde, cómo lo cuidan, qué se necesita para cultivarlo, qué herramientas? Todo esto vas guardando para cuando lo necesites. Entonces, el ajo, el ají, lo que sana se convierte en medicina para ayudarte. Lo tomas adentro como aliado y no veneno. ¡Las plantas nos dan oxígeno y les damos dióxido de carbono, lo que necesita cada uno para vivir!” Si contaminamos el aire, el agua, la tierra con nuestra ansiosa búsqueda de dinero, entonces frente a nuestras narices estamos matando aquello que nos da vida, en el nombre de la avaricia.

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Me cuenta que tiene algo que le fastidia en la cabeza, todavía, una bola pequeña. Que los brujos le habían clavado palos chinos atrás, en su cabeza y un par de espadas chinas hechas de hierro. “No es mucho,” dice. ¡Ja!, me río. “¿No es mucho tener cuatro objetos punzocortantes en tu cabeza? ¡Es mucho!” “Los brujos tratan de cortar así, a nivel espiritual, por maldad, y luego uno no tiene nada en esa zona y puede morir. Pueden inyectar cáncer en cualquier cosa y de repente estás fumando un mapacho o tomando té y desde allí entra el cáncer y ya lo tienes. Y no lo sabes hasta cuando es

demasiado tarde. Pueden producir un infarto al cortar espiritualmente una arteria que pasa por ahí. Por eso hay que estar listos para enfrentar esto.” Hablamos más y en un momento dice, “Tienes razón. Pensamos desde diferentes ángulos pero buscamos lo mismo. ¡Sólo son diferentes las formas!” Siento conexión con este comentario y afirmo lo dicho y agrego, ”y cada uno enriquece al otro.” Me pongo a dibujar “La Danza del Ajo” y nos quedamos fascinados. Me avisa que sale para un ensayo de su orquesta.

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ca p í t u lo 2 CURANDO A LOS CURANDEROS

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El Brazo A dolorido

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iene Amelia para avisarme que tiene que cambiar dinero y está mal del brazo. Lo lleva encogido a su cuerpo y siente un hincón en el hombro opuesto. Su tío la ha sobado pero no mejora. Yo asumo la misma postura y siento tensión. La suelto y le sugiero que está tensa y que puede relajarse. Que me avise si le puedo ayudar en algo. Así, no impongo mi forma de trabajar y si me piden hacer algo, lo haré. Milke dice que los brujos están fastidiando de nuevo a su mamá y que hay que tener una ceremonia de ayahuasca para ayudarla. Mañana vamos a tener ceremonia en vísperas de su concierto. Cree que alguien nos va a visitar y espera que sea uno de sus tíos para tomar juntos. Se pregunta si puede tomar trago preparado como siete raíces y no cerveza con la dieta

de ajo porque quiere tomar algo antes del concierto. Le pregunto si está preocupado. Y me dice que sí. “Entonces quizás conviene moderación y cuidando el bienestar de tu cuerpo,” le digo. Debe ser otra vez la cuestión de aparecer en público, el gusto por el éxito y a su vez tener que pelear con los brujos que tratan de hacerle daño para que no tenga éxito y fracase. Por eso la lucha en este mundo es constante. Comienza con la lucha continua con la naturaleza abundante para no ser consumido y a la vez vivir en paz con ella. El machete vuela desde temprano todos los días para cortar la hierba alta que crece vertiginosamente y a la vez proteger el medio ambiente. Cuando vivimos en la naturaleza las plantas son nuestras paredes y nuestros techos.


Al quedarme a solas, pelé y saqué cáscaras y comí nueces de la semilla de girasol. Es saludable. A los niños les encanta comerlas, la cáscara sirve para artesanía y así la guardamos en vez de botarla. Las semillas

antes de abrirlas son objetos que usamos para formar imágenes, letras y juegos. Es lo que haré con los chicos hoy - jugar con las semillas de girasol.

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Los Cerebros

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ablé con Milke esta mañana acerca del extraordinario material de una colega, Ute Arnold, sobre el cerebro rápido. Nuestro cerebro más antiguo está en la base, cerca de la columna vertebral y nos protege con respuestas automáticas de sobrevivencia. El cerebro límbico está lleno de emociones y nuestro proceso de crear una autoimagen. El cerebro neocórtex, encima de todo, es la

parte pensante y racional. Pero el nuestro no termina allí. Hay un cuarto cerebro visionario e intuitivo que está por desarrollarse en la parte frontal. Y últimamente se descubre un tipo de cerebro del corazón justo debajo del corazón, que es infinito en sus posibilidades. Vivir desde el cerebro del corazón es el reto, la oportunidad, el regalo que existe en cada uno de nosotros.

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La Imaginación Libre de los Ni ños

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egreso a mi casa y vienen Bill y Pashco para pintar. Bill pinta un palo y Pashco, como el artista desparramado que es, a sus casi 4 años, pinta papeles, el piso y a sí mismo. ¡Qué divertido! Después

al construir una autopista en la tierra para sus carros, llegó Mayco con su llanta para molestarles. Viene para un abrazo, para raspar mi barba con su cara y juegos de mordidas, pinchazos y jalones de pelo.

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Esto se convierte en juego y de repente tengo a tres jalando y pinchando como zancudos grandes. Descanso y atan mi pelo con soguilla y me llaman bailarín para que les persiga. Esto ocurre en varias rondas con cambios de peinado entre cada una y se convierte en una danza de kung fu donde tiramos patadas y pegamos con los brazos sin tocarnos - como un juego de acción y reacción. Caemos, me jalan, y nos levantamos y corremos. Se persiguen con la pelota desinflada como casco en la cabeza buscando a maleantes.

Después del almuerzo y un breve descanso voy a la casita de arte. Al rato llegan los chicos que me piden medio sol de mapachos para Amelia porque va a llover y ella quiere soplar para que pase la lluvia, porque van a pasear a la otra casa en Yarinacocha. Es el santo de Mónica y van a salir. Son las 4 pero tiene la oscuridad de las 6. Se siente el ambiente cargado. Pashco, colmado con “bimpish” (guayaba) me deja uno para probar en la tarde.

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Los Curanderos

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uchos curanderos dicen a otros lo que deben hacer o cómo hacerlo. Cuando son consultados como médicos, recetan una dieta con una planta que produce limpieza en el cuerpo y una dieta sin sal ni azúcar por 3 a 8 días. Y en las ceremonias averiguan acerca de cómo están de espíritu y mente. Muchas veces las personas acompañarán al curandero por meses de actividades en la comunidad y participarán en las ceremonias realizadas. Los curanderos shipibos, más que nada, se meten por una cortina invisible de los aires

y entran en el mundo espiritual donde dan batalla con las fuerzas de mal, los brujos que crean daños en las personas y su forma de pensar. Luchan contra ellos y la enfermedad para mantener a sus pacientes en un creciente estado de salud y bienestar. La naturaleza es su cercana aliada en esto. El pegamento es el sentido de familia de toda la tribu y el amor a la belleza a través de sus construcciones y su arte cotidiano. Y lo hacen en las noches cuando los brujos atacan los sueños y los cuerpos de sus víctimas.


Por eso hay la costumbre de ikarar todo lo que vamos a pasar por el cuerpo para que sea medicina y no veneno, para aprender de sus mundos. Mi última dieta de 8 palos, el ajo y la hierba luisa me mantienen fuerte y con vigor. El agua de la vida es preventiva

y acompañante. A solas o acompañados, los curanderos siguen con cierto rigor su necesidad de estar atentos a estos aspectos, cuidan de sus familias y ganan su sustento con algún oficio como carpintero, pescador, músico, cultivador y/o curandero.

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Las Cosas Antiguas Cotidianas

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ay cosas antiguas acá que vale la pena contemplar -con respeto y asombro, por el ingenio y la creatividad, la inteligencia usada- como son sus formas cotidianas de vivir cerca de la tierra. Las casas me fascinan. Vivir en el piso. Interactuar con la Naturaleza como una aliada esencial y no sólo un lugar bonito. Comer lo que produce la tierra. Pintar, cantar, crear música, tejer, como algo vital para la comunidad. Mezclar remedios naturales y usarlos para sanarse. Recibir a las visitas con alegría familiar. Descansar del atardecer al amanecer. Trabajar cuando el sol no quema. Ikarar lo que ingerimos. Tener ceremonias para la limpieza, la fuerza, la visión, la protección en un clima de mutuo respeto. Saber pescar, cazar y criar animales. Cuidar e investigar con plantas medicinales. Sembrar, cuidar y cosechar plantas medicinales, árboles

y frutales. Son habilidades que se van perdiendo para el cosmopolita ciudadano de los grandes centros poblacionales. Simplemente el señalar la construcción de las casas y su ubicación nos da una idea del arte y genio de estos amigos. La

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pared de la casita de arte está teñida de diferentes diseños y tonalidades porque la lluvia ha manchado la madera. Es muy artístico contemplar todos los diseños revelándosenos. Encima de la pared, que llega más o menos al nivel de la cintura, se extiende hacia arriba - una suerte de ventana cubierta con tela metálica rota ya y organizada en la forma de cuadros con mini cuadros concéntricos adentro. A través de cada cuadro se pinta una escena diferente. Para los que están echados en el piso o sentados y mirando afuera o los que simplemente buscan algo qué hacer, se pueden entretener por horas mirando todas las escenas que se revelan. El techo de hojas secas de palmera se extiende en un gran arco hacia arriba y las filas de las hojas, una encima de otra, parecen formas extrañas de un mundo simbólico lleno de palos y ángulos. Todo está abierto a la intemperie pero protegido por el techo y la casa elevada del piso. De esta forma, si llueve mucho, el edificio no está afectado por estar encima del barro y el agua empozada. Estamos rodeados de plantas y pájaros y los sonidos de la comunidad

flotan alrededor, hasta la arenga defensiva de un alcalde por el alto parlante, que habla como si tuviera que defender sus acciones. Alguien en otra propiedad rotura la tierra, un avión vuela alto sobre este sector, los niños lloran y juegan. Al observar a Milke en nuestras ceremonias en esta casita, estoy sorprendido, a veces asombrado con su capacidad de contar las historias de sus tradiciones. Y cuando invoca o ikara algo, es impresionante cómo se te mete. Parece natural esa ceremonia creativa improvisada. Me invita a abrirme más, dejarme llevar por el sentimiento o la imagen y sumergirme aún más de todo corazón en el proceso. Tengo una parte que todavía observa como aprendiz o investigador, pero para mi felicidad siento que comienzo a poner más energía y entrega en la fluida ceremonia del vivir aquí, abierto a ella. Sin sentirme apurado o presionado, todo fluye libremente con su propio tiempo y al final del día me quedo sorprendido con todo lo que ha transcurrido casi sin darme cuenta.

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Los M era ya s , El Co nc i e r to y l a Coc h a

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os Merayas - ¿quiénes eran? ¿Qué lograron? ¿Cuáles son sus capacidades que otros los veneran y respetan? ¿Por qué es de machos? Estoy acá para escuchar, registrar y comentar estas experiencias. Vamos a investigar este campo, según Milke. Mañana tienen su concierto. Como siempre, esperamos que no llueva. ¡Aunque en el pasado, la gente ha venido a pesar del barro y la lluvia para bailar con ellos! Tienen que alquilar o pedir prestado diferentes equipos, buscar a un sonidista reemplazante porque el suyo está de viaje con otro contrato. No saben si les pagan por la venta de cerveza o si hay un contrato. Su administrador recién llega de un viaje relámpago a Lima. Además de los nervios reales, también existe el factor de los enemigos, los brujos, y los que no quieren que prosperen. Pero están más seguros ya y como preparación tendremos una ceremonia de ayahuasca esta noche. Supongo que será con su grupo pero no lo sé. He ido afuera para sentarme al brillo del cielo nublado, en la orilla de la cocha, viendo el techo de la casa de Amelia por entre los árboles que la rodean. Todo parece quieto a esta hora. Estoy embrujado con

los reflejos de la caña de azúcar y las hierbas altas en el agua marrón verdoso. Cerca de mí hay ramas que surgen del agua a las cuales están adheridos los capullos de los chorros. Las hojas altas del pasto al filo del agua contienen pequeñas flores blancas en el centro y desde allí brotan para afuera largas espigadas hojas verdes. Al mirar más de cerca hay una variedad increíble de plantas y flores, cada una más bella que la anterior. Hay de todos los colores, formas y texturas. Las hormigas están trabajando industriosamente y tengo una profunda sensación de satisfacción con la belleza y el crecimiento todo alrededor. Sólo tenemos que abrir los ojos y corazones, ver y sentir.

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¡Alrededor de nosotros está toda esta abundancia! Los anillos concéntricos se abren en el agua al romper la superficie un pequeño pez al subir y tomar aire. El halcón reflejado en el agua vuela por la orilla hasta desaparecer. Cambia todo de momento a momento. ¿Cómo no sentir fascinación? Es como tener mi propio jardín zen por donde me siento. ¡Qué belleza! He recogido flores que secaré para mi perfume. Regreso para ver cómo avanzan con el techo de mi casa. Han puesto otra hoja que no es shibón, más bultosa, pero va a proteger

bien. Han avanzado bastante. Voy a sentarme en la otra casita abandonada y caída frente a mí, pertenece más al tonche, y como dicen acá, hay que poner vida en esta casa de nuevo porque de lo contrario “todo es silencio y la casa está triste.” Además de los hombres hablando por mi techo, a la distancia hay algún entrenador frenético e histérico que está gritando por un alto parlante en un campeonato de voley de algún colegio cercano. El sonido alcanza kilómetros. Cuando cesa, todo está tranquilo y simplemente verde.

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La “Locura” Cotidiana 40

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e acosté a las 3 esta mañana. Milke iba a venir a la ceremonia, anoche, a las 10:30 pero nunca apareció. Yo había armado la maloca con palo santo, soplé adentro y afuera con Kananga. Y esperé … Terry, Jheffry, Jovi y el motocarrista vinieron. Luego vino Diógenes y le pedimos comenzar. Jheff, Diógenes y yo, tomamos “la purga”, la ayahuasca. Después de una larga espera comienzan las visiones, algunas muy hermosas. Tengo dolor de estómago pero aguanto y luego Diógenes nos atiende a

Terry, Jheff y a mí. Pedí permiso y me fui a las 3, los otros también. Dormí hasta las 6, tres horas, pero me desperté con energía. Milke y el tío llegan tomados a las 6 y me explican que han levantado el ánimo de Eva que lloraba, porque fue su santo ayer y es la misma fecha en que años antes habían enterrado a su padre. Milke dice que él celebra el santo de ella el 28 de junio y que no va a sentirse triste. Le menciono que parece haber superado la edad de estar


siempre triste de cuando lo conocí. Ahora está bien, en otra etapa de su vida y con la madurez de saber que la tristeza sigue y la vida también. Hablé con Mónica acerca de las lesiones de Amelia que quiere sanarse pero se retrae. Su brazo le dice detenerse un poco y luego con los golpes que da cuando cultiva con el machete o corta madera puede haber fisurado un hueso, desconectado un soquete o estirado un ligamento. Lo sé por experiencia propia.

Ayer en la tarde me reuní con los chicos en la maloca. Bill estuvo frenético, y Pasquel, su seguidor y cómplice, también. Mayco y Yara flirteando y jugando bien entre ellos. Al tomar las semillas de girasol y construir algo, demoró por tres rondas antes de comenzar las acrobacias en el colchón, el robar semillas de otros, comerlas e interrumpir para correr, hacer volantines, jugar a pelearse. ¡Era un pandemonio! Nos fuimos poco después.

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Juegos, Ilusiones y Desilusiones

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os chicos van y vienen y nos vemos un poco a la distancia. Los recojo después y vamos con los colores a la casa abandonada. Amelia lo hace barrer a Bill, “Hay que trabajar para jugar”, y me cuenta que el perro grande dormía acá. Una noche se despertó aullando y se fue corriendo hacia las otras casas. Al día siguiente temblaba y a los dos días murió. “El tonche lo mató,” dice. Lo que me contó después me apenó mucho. Un muchacho, a quien yo ayudé bastante el año pasado había regresado a su comunidad. Ha gastado todo el dinero

que era para sus estudios, ha dejado de estudiar, quiere entrar en el ejército y trabajar la chacra. ¿Qué se le habrá cruzado tanto a este muchacho? Bueno, perdió. ¿Pero por qué un muchacho inteligente y cuidado como el benjamín de la familia, con aspiraciones de ser el primer profesional en su familia, fracasa tan rápidamente en su primer intento en la ciudad? Es mi desilusión y espero que él algún día me cuente su versión. Ojala. Con Amelia hablamos de su brazo y su desesperación para que se arregle. A la vez

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es una excusa para que otros hagan lo que ella generalmente hace. ¡Ya era hora, amiga Amelia! Los chicos por fin me jalan a la cocha donde quieren pescar y yo cuido unas lombrices que a Pashco le asustan. Más tarde en una de nuestras idas y venidas a mi casa con los chicos, Pasquel salta y grita, llorando de miedo, y vamos corriendo, creyendo que era una serpiente que le había picado. Son las brasas calientes de las hojas viejas del techo de mi casa que estaban quemando y él pisó una con sus pies descalzos. Lo llevé a la bañera para bañar su pie con agua fría y le cargué a la casa del “doctor” Tomás y le pusimos un poco de crema de sulfa encima y le soplé para quitarle el susto. Salió mejor. Todos le animamos.

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En la cocina todos están alrededor de un plato comiendo y organizando el concierto. Amelia y Diógenes han salido. Diógenes que va a hacer dieta de flores conmigo, me dijo que estaría un par de días y luego regresaba a Dinamarca para recoger a su señora para ir a Cusco y vender su artesanía porque tenían que pagar los estudios de su hija que está de receso este semestre por falta de

fondos. Es un hombre que sí trabaja para su dinero en largas jornadas de pesca o cultiva la hierba alta acá. Me avisará después cuando regrese de Cusco. Ya comenzó la bulla de la tarde con las orquestas por todas partes. No dormiremos bien esta noche. Cuánto me gustaría que estos muchachos aprendiesen el manejo del dinero para poder pagar sus deudas, reinvertir en la orquesta y a la vez pagar a los músicos. Hasta el momento es sólo fantasía. El día terminó tranquilo. Regué las plantas y descansé hasta oscurecer. Vino Milke. ¡No pudieron arreglar su teclado y cancelaron su concierto! Hablamos del atraco a Terry y el robo de su moto y como la solución está en las plantas pero que él quiere algo más. El atraco es símbolo de un cambio en su vida. Milke va a descansar y no quiere hablar del concierto cancelado. La luna asciende llena, grande y luminosa con algunas estrellas a la vista. La sensación es de una hermosura sin palabras, especialmente con el aire fresco y el cielo despejándose después de días de cielo gris y nublado.

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Evaluando una Dieta

M

ilke comienza a hablar de las diferencias y las similitudes entre la ayahuasca y una planta que dietaba con su primo. Lo hicieron para entender a los jóvenes que se pierden y se confunden en sus vidas. Hicieron una dieta de 20 días y noches con la planta, al mismo tiempo que hacían trabajo en la comunidad. Hablaron constantemente de su proceso, tocaban música y no se bañaron como parte de la dieta. Les bajó la presión y les entró mucho frío desde la madrugada hasta la tarde. Sus tíos les llamaron la atención pero ellos los embromaban, haciéndoles reír. Cada curandero tiene sus propias experiencias que lo van amoldando. Para estos dos, el camino es doble, ayahuasca y esta planta. Para cerrar la dieta fueron a una cocha con barro que comen los papagayos y otros animales. Se embadurnaron con este barro y caminaron por allí desde las 12 hasta las 4 hasta secar todo el barro. Sienten cómo les va apretando y enderezando. El barro seco cae y el cuerpo con todo su

calor transpira. Se bañaron en el agua de la cocha después. Luego recogen algo de esa agua para llevarla consigo y después agregarla al agua del pozo que usan para bañarse a diario, al cual agregan perfumes y plantas. Antiguamente los ancestros no tuvieron jabón ni champú y se limpiaban de otra forma. El problema con estos productos modernos es que contaminan el agua y la tierra. Sus conclusiones son que cuando hay demasiada excitación en la cabeza, el cerebro, los ojos y el corazón, las personas no tienen sueños, un norte, una intención, se pierden y cometen actos malsanos como violencia, robo, asaltos y actitudes antisociales. Lo que les ayudó a esos dos es que tuvieron la consciencia de ser investigadores y llegaron hasta donde pudieron y luego cerraron la dieta. Por lo menos hay una intención de llevar esta experiencia al mundo y trabajar con la población joven olvidada y muchas veces no escuchada, ignorada.

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Cosas del Domingo

V

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inieron Ronín y Pashco, les eché perfume y soplé a Ronín por su tos y fiebre mientras Milke atendía a Diógenes, chupando los virotes de su estómago y masajeando su espalda. En las ceremonias los virotes son los dardos de daño que soplan los brujos en las ceremonias contra los que curan a otros. Estos virotes quedan en el cuerpo y duelen. Una forma de sacarlos es tocarlos y sentirlos, succionarlos chupando con el apoyo del tabaco en el lugar indicado. Los curanderos trabajan y se cuidan entre sí. Regresé a casa para llenar el balde en el pozo y saludé a Marta y Gilberto Un pequeño globo aerostático de un colegio de Pucallpa, lanzado en su aniversario, había volado por acá y caído en nuestra propiedad. Lo estaban examinando. Vino Bill a mi casa y está lleno de preguntas. Quería una manzana mientras yo tomaba chapo. Gilberto está cortando pasto por las casas con la máquina cultivadora que compramos. Todos trabajan hoy y algunos con machete están cortando pasto frente a la maloca también. Regreso a mi casa y Milke está debajo de un árbol sobando el tobillo de Freddy,

el hijo de Gilberto, que había caído de la moto. Todos le acompañan, comentan el accidente, cuentan historias y terminan riéndose. Me adelanto, los chicos me siguen y terminamos jugando. Me pongo a su nivel y me hago niño con ellos - me sorprende a veces redescubrir esta faceta mía. ¡Termino jugando como un viejito con bastón y largos dedos para agarrarlos y comerlos! Cuando ya me canso de su arreglo de mi pelo e insistentes llamadas a perseguirles, tomo unos pasos aparte, les observo y salgo de su burbuja energética. Si entro, ellos al instante están encima pinchando, pateando, golpeando. Le permití a Pashco hacerlo y lo convertí en masaje y se aburrió. Mayco se sienta en mis piernas abrazándolas como para dar un cariño pero clava sus uñas en mi cuello y me hace cosquillas o me muerde. ¿No es eso lo que hacen los cachorros? Me llaman a almorzar abundante comida preparada por Mónica. Descanso después y la tarde termina relajada, soleada con cielo azul, nubes blancas y una pequeña brisa. Es domingo, día de descanso y visitas, día de familia. El águila planea en grandes espirales circulares. Las plantas brillan y el calor del sol en la madera calienta mi espalda.

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Evaluando el Concier to Fallido

A

la hora del atardecer vienen Lucho, Milke, el tío y Plácido y fumamos la pipa de la paz. Por una hora, más o menos, entré en el mundo shipibo de los negocios y la compleja forma de tener que entrar en el mundo empresarial como músicos pobres de una etnia amazónica. Evaluaron el concierto cancelado del sábado y sacaron lecciones aprendidas, se reorganizaron para un futuro evento este mes. Hablan de sus necesidades y sus posibilidades reales por el momento. Discutieron los tipos de escenarios locales

disponibles, sus condiciones y las del grupo. Plácido interviene como líder de la realidad y de lo que hay que mejorar. Milke escucha mejor y acepta la idea del otro y construye posibles líneas de acción de estar creando un espacio para alcanzar al público. Hablaron del poder, de la política, de las necesidades de acciones y no sólo palabras. Y al final de sus comentarios Plácido hace algo con su cuerpo y su tono de voz que convierte todo en risas y bromas pero resolviendo lo que van a hacer. Se fueron, descansé afuera un rato y luego me metí en el mosquitero para dormir.

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La Garza

H

oy al despertarme, el día estuvo soleado. Pasó Milke, tomé mí tiempo y luego fui a la casita. Él hablaba afuera con Diógenes. Me instalé y al rato llegó Milke y nos sentamos en silencio con los pájaros cantando en la mañana soleada. Él comienza a tocar la flauta y le acompaño con la shacapa. De repente ve a una garza

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negra que come chorros y que ha venido a cazar en la cocha. Le avisa a su tío para matarla y poder comerla como parte de una dieta. Volvemos a la música y de repente, ¡pum! El sonido retumba alrededor. Los chicos vienen corriendo y todos salimos para ver. Recojo la cámara y les saco fotos con el ave y Diógenes con la escopeta y vamos a la cocina para cortarlo. Allí Lino anuncia que va a trabajar en otra casa.

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Regreso con los chicos y traemos todo a la maloca como juego y con fotos. Ellos se instalan y Milke va a recoger la pipa y ver a su mamá que se despertó mal hoy. En la “escuela” les sigo a los chicos y Bill busca papel y colores, Mayco toca el rondín y Pashco trepa y juega conmigo y en medio de esto sacamos fotos. Tocamos dúos con la shacapa y el rondín y vamos a buscar mi pipa. De allí me muestran las plantas de las mandarinas y sacamos fotos de la vida cotidiana. Regresamos a la maloca y me dejan solo, con la ayuda de Karina a quién obedecen. Luego viene Lino con su ayudante y me explica cómo mejorar la maloca y hacer

todo por un precio módico. Les escucho y observo que el cielo se nubla y el viento se incrementa pero no llueve. Viene Milke, le explico la idea de ellos y él está de acuerdo. Le pedimos a Lino jalar el techo un poco más hacia abajo para que el agua de las lluvias corra hacia afuera y no hacia adentro. Comenzó lenta la mañana y ahora a las 10:30 todo está en movimiento. Un picaflor nos visitó en la casita en la mañana temprano y ahora un pájaro corrió por el filo de la pared, dentro y fuera, y luego sale. El movimiento de las plantas, los árboles y la puerta con el soplo del viento es un concierto de sonidos y movimiento. La secuencia de fotos que voy sacando es increíble y si las junto todas, tengo una historia que contar. Me encantó jugar con los chicos esta mañana. Fue una clase fluida y excelente. Comenzar no nos cuesta, estar juntos tampoco. Lo que nos mueve es separarnos, tener que decirnos chau, terminar algo. Yo a mi edad pongo límites y a la vez estoy tan presente como me sea posible. Los chicos no tienen límites claros y su energía sigue hasta caer rendidos. Pero hoy, por momentos, nos conectamos, lo supimos y lo celebramos.

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La Ceremonia para Amelia

M

e baño y me meto en el mosquitero para descansar. Al rato viene Milke para avisarme que va a haber ceremonia para curar a Amelia. Preparamos la pipa para ayudarle a chupar y sacar virotes. La noche está estrellada y fresca. Vamos a la casa grande. Es la primera vez que he estado adentro y para una ceremonia desde los primeros años cuando la usamos como nuestra maloca. La casa tiene una antesala y un dormitorio. Yara, Bill y Mayco están en el colchón debajo del mosquitero en la antesala y me traen una tela para sentarme contra la pared entre el dormitorio y la antesala. En el dormitorio alrededor de la luz de una vela hay una cama con mosquitero, un colchón al otro lado y en medio, en un círculo, están Mónica y Zenia, Plácido, Judith, Eva y Milke. Amelia ha llegado débil y enferma con un trapo en su tronco superior y se echa en la cama. Milke en su kushma y corona le chupa el brazo y hombro varias veces. Después de un largo rato me llama para traerle el perfume Kananga. Me indica sentarme a su lado. De nuevo chupa 5 virotes de la espalda de su mamá, pone Kananga en el lugar que ha operado. Cuando termina, le sopla perfume

por todo el cuerpo, a la habitación, y luego su cabeza, largas pausas y luego vuelve a repetir. Me ofrece la oportunidad de tocarla y le digo que con lo que ha hecho es suficiente y mejor no mezclar curaciones. Mañana trabajaré con ella. Es dramática la situación. Duermen en el piso encima del colchón delgado con mosquitero, lamparín de kerosene o vela. Hay muchos bultos alrededor, ropa y otras cosas. Los chicos están curiosos y burlándose de la ceremonia adentro, pero en un momento les llaman para dormir en el mismo colchón de Amelia, su abuela. Ella habla con toda la familia, todos alrededor de la vela, en silencio, escuchándola- es una escena profundamente humana. Salimos afuera, Diógenes y Milke descansan en el colchón de la antesala. Plácido pone un emplaste de plantas en su rodilla para combatir el dolor de saladera o mala suerte, y Mónica se sienta al lado de la puerta hacia afuera para que los perros no suban. Yo me echo en el piso y hago unos ejercicios para sacar nudos o mis propios virotes. Milke me llama y le paso la ayahuasca a Diógenes. Plácido, yo, Milke y Diógenes

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tomamos y esperamos. Le pido a la planta mostrarme cómo tocar a Amelia y dónde empezar. Las visiones salieron comenzando con los pies y moviendo hacia arriba. Y muchas otras imágenes incluyendo vertientes hermosísimas. Milke, Diógenes y Plácido cantan por horas, parece. La luna llena alumbra, desde la ventana abierta, la penumbra del cuarto. Milke me avisa que ha visto un derrame en la base del cerebro de su mamá, causado por la preocupación. Y ha filtrado hacia abajo por su cuerpo, a su brazo. Lo ha detenido en el mundo espiritual y me confirma la posibilidad de yo darle calor y comenzar con los pies y mis

micromovimientos. Terminamos a las 4 de la mañana. La luna ya menguante y las estrellas brillantes me acompañan para descansar en mi cama por un par de horas. De pie a las 7 - la mañana está espléndida, fresca, el cielo azul, hay sol. Los pájaros cantan con gusto, jubilosos y los entiendo. Acá viene esta ráfaga de brisa que momentáneamente refresca el calor pues comienza a subir la temperatura. Barro la casa y rescato las cosas de los chicos que dejan regadas por mi piso - sus colores, pinturas y juguetes.

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El Dinero

L

legan Milke, el tío y Lucho y se instalan con una pequeña ceremonia de encuentro. Hablamos, escuchándonos, acerca de Los Shipis, las desconfianzas, los auspiciadores, el dinero, etc. Deciden ser independientes, y registrar sus propios cantos. Lucho es niño juguetón, el tío es serio y dice que quiere ayudar a levantar a los Shipis y dejarles con un buen fondo económico. Milke clarifica, cuestiona y toma decisiones sobre los próximos pasos a tomar. Cuenta

chistes, yo saco fotos y todos terminamos riéndonos. El tío me pide plata para Los Shipis este Sábado. Les cuento mi situación y les pido parar la “máquina” un rato. Les explico mis planes y proyectos, de cómo me gustaría que la gente me pagara en dinero y no en promesas y telas. Entonces el “banco” tendría un fondo rotativo. Si no es así, entonces el dinero prestado viene de mi vida privada. Es algo que debemos pensar. Cómo crear un tipo de banco de préstamos que


se autogestione y que tenga reglas claras: “Te presto. No me hagas promesas que no puedes cumplir. Págame en la mano, en efectivo, sabiendo que ese dinero ayudará a otros también. Entonces el dinero y su energía circulan y no desaparece todo en un agujero negro sin devolución.” Entienden. Semilla sembrada. Decido retomar mi escritura y ellos comen guava y salen, dejándome un par de horas para hacer cosas. Hablo mucho con estos jóvenes y me siento cómodo haciéndolo. Hay bastante juego en medio de la seriedad y la complejidad de su empresa y su intención de rescatar valores y tradiciones antiguas. Me impresionó la sensación de calidez, compañía y atención de la familia con la madre enferma. La sensación de parentesco entre todos y hoy entre amigos metidos en

un sueño común es algo que les da fuerza y energía. Vamos a pedirle a Lino arreglar las bañeras que están cayéndose a pedazos - otro gasto más, además de reemplazar el techo de la maloca. Voy a la cocina y bromeo con Karina, Mónica y Zenia y les saco fotos. Me dicen que la mejor hora para tratar a Amelia será a las tres. Allí estaré con todas mis cosas. La mañana está tranquila. Pienso en Amelia. Este es el mes de recordar su viudez. Tiene el brazo derecho cruzado sobre su pecho, apoyado por el otro. El dolor se ha extendido a su hombro, espalda y cintura. Es la preocupación, un mundo oscuro lleno de expectativas catastróficas. El temor de perder lo que más quiere porque ya ha ocurrido una vez.

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Pobrecita

“P

obrecita. Has tenido que ser mamá y papá para tus hijos. Has tenido que educarlos y atenderlos con valor y rectitud en medio del peligroso mundo de los curanderos y el de la calle. Pobrecita, has tenido que viajar y dejar a tus hijos

pequeños en manos de tus hijas grandes, vender tu artesanía para darles de comer y vestir, y estar sanos. Ahora, te preocupa todo -la vida de tus hijos, tus nietos, el hijo y su orquesta, tus amistades y obviamente, a veces desfalleces. Es mucha carga.

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Pero ya no estás sola. Tienes una comunidad que te apoya. Las hijas están crecidas y han demostrado que pueden asumir responsabilidades. Quizás todo esto sea positivo porque te permite soltar un poco la parte padre y dejar que los hombres hagan las cosas que les toca hacer y confiar en que lo harán bien. No como tú lo habrías hecho, quizás, pero a su manera

y bien. Puedes cruzar los brazos y delegar responsabilidades, jugar un poco más, tener más tiempo para tu artesanía, retirarte un poco. Pero sería un gran cambio para ti. Tu cabeza dice seguir, como siempre. Tu corazón te dice, préstame atención. Y tu cuerpo te dice, descansa. Tienes que elegir un camino.” Este es mi rollo. A ver qué dice ella.

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Curando a Amelia

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M

e siento en la banca, en el rincón, cerca de la casa grande y todo es verde apagado por la falta de sol. Parece que va a llover. Pronóstico para el mes - un día de sol y dos de lluvia. No sé adonde se ha ido la mañana pero voló. Llegué a la casa de Amelia donde encontré a Diógenes que estaba golpeándole la espalda con piñón colorado, planta medicinal por excelencia. Terminó y salió. Me senté y comencé con la shacapa para levantar la energía. Trabajé con su brazo adolorido y le toqué la zampoña. Trabajé con levantar y bajar el brazo y soltarse. No se suelta. Luego la cabeza y apenas movió la cabeza de un lado a otro. Apoyé los pies y afirmé cómo

sus pies le apoyan. Volví a su espalda con el rondín y el contacto. También tensión. Hablamos un poco y luego terminé, fui a mi casa en compañía de los chicos. Ellos corretean jugando con una serpiente que habían matado en la maloca. Los trabajadores casi han terminado su jornada con los techos. Fui para hablar con Lino y su ayudante sobre el orden de cómo reparar las casas, bañeras, y maloca. Saqué fotos a Karina e hijos. A Amelia no le gustó salir en la foto, enferma como está. Claro que no. Milke me informó que tendríamos 4 ceremonias de cuatro noches seguidas para curar a Amelia. Vino con Roberto y un amigo


y hablamos a la luz del atardecer. Milke dice que un vidente francés que no conoce ha llegado para atender a Amelia por 5 días, que trabaja con el cuerpo y a la vez ve cosas. Le ha impresionado a Milke. Parece ser transparente pero no lo conocemos y no

sabemos cómo llegó acá pero él dice que ha venido para cuidar a Amelia y nada más y que sólo eso sabe. Han sacado cita con el médico para mañana, bajo la tutela de Eva que es enfermera. Me siento escéptico. Ya veremos.

............... Una Nueva Ceremonia de Curación

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stamos en la casa grande de nuevo y comienza la ceremonia. Hay una larga espera después de tomar la purga. Varios roncan, incluso Milke. Diógenes comienza y las visiones son tenues de blanco y marrón. Después de un largo rato, Milke me pide la pipa y vamos por ella. Hablamos, la luna y las estrellas están preciosas. En la noche fresca, me despejo y estoy listo de nuevo. Regresamos, convencidos que Amelia está más tranquila, mejorando. Su derrame ha sido espiritual y su cuerpo está hecho un nudo de tensiones. Milke comienza a cantar. Puse un poco de perfume de Huaringa en mi cuerpo y tomé un poco para abrir las visiones y así ha sido. Pero lo que me fascinó fue la combinación de sonidos de Diógenes que golpeaba rítmicamente con piñón colorado contra la espalda desnuda de Amelia en el otro cuarto mientras le cantaba

canciones de curación. Esto combinado con el canto de Milke me abría y él estuvo en forma con voces graves y altas, con sonidos complicados que parecían venir de otro registro que no era humano. Luego en el silencio vino Diógenes y me cantó un íkaro de limpieza que también era complejo y bello. “Un honor,” le dije, “Muchas gracias.” Se ríe contento. Milke sigue con íkaros con Terry y cuando termina a las 2:15 a.m., yo voy para mi casa, sintiendo el maravilloso poder en este lugar. Una noche fresca, estar afuera bajo la luna menguante y las estrellas, el canto lejano y mucha paz interior. Nuestra prioridad es sanar a Amelia o mejor dicho, crear las condiciones para que se cure. Ella por lo general cultiva y hace trabajo físico duro. Cuando se cae, como ahora, tiene atención, delega

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responsabilidades, descansa, va al médico, tiene a la familia alrededor en ceremonias, la atienden, la acompañan, especialmente su hija, Eva, la enfermera. Mónica cocina y lava. Los chicos entran y salen como mariposas jugando con muñecos y carros.

El escenario de la enfermedad está en medio de la actividad cotidiana hasta que todo se normalice. Karina y Amelia acaban de renegar con Milke sobre algo y él no les hace caso. Si Amelia está afuera caminando y renegando, ¡está mejor!

............... Los Ayahuasqueros

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yahuasqueros.” Escucho a muchos hablar de ellos con desprecio y negatividad, juicio severo basado en algún fundamentalismo que reprime y rechaza. Sin embargo, los viejos y jóvenes ayahuasqueros serios y conscientes que he ido conociendo en estos años me plantean muchas interrogantes. Con la planta pueden ver a las personas a un nivel espiritual y curarles con sus complejos íkaros, compuestos de tonalidades, registros y cambios de voz que parecen extraños, como si fueran de otro mundo. Los ayahuasqueros dicen que la medicina canta a través de ellos. Ya lo creo y con una energía asombrosa para los viejos que cantan con voces melodiosas, claras y vitales.

cambia niveles al soltar lo cotidiano. Se alinean, se enderezan, se acompañan muchas veces dentro de visiones comunes. Increíble. Al arreglar el espíritu, la corona, la medalla y el kushma de sus pacientes, crean arcos grandes y bóvedas altas en su imaginación para proteger a los presentes de la presencia de la negatividad y los brujos que quieren hacer daño. Hacen oraciones que son una mezcla de cristianismo, especialmente Catolicismo, sus ancestros y en nombre de otros grandes personajes de la historia. Piden protección e iluminación. Se canta a todo lo que se va a hacer en la ceremonia. Hay mucho humor y seriedad a la vez. La solidaridad en momentos de necesidad es increíble.

Trabajan en la noche en las ceremonias cuando todo está oscuro y la consciencia

Milke me contó ayer una historia sobre su tío. Resulta que vino una paciente. Parte


de la dieta de su paciente era no tener sexo por 8 días. Al tercer día de la dieta, la rompió. El tío se enfermó y vomitó demasiado con olor de semen cuando la chica vino a verlo una segunda vez. Otra vez rompió la dieta y el tío se puso mal. En la tercera y última sesión, le dijo que la única forma de curarse era venir con ishanga. Es una planta que tiene pequeñísimas espinas y se golpea todo el cuerpo desnudo desde los pies hasta la cabeza con el canto. Así que le dijo desnudarse, usó la ishanga y ella se curó. Bromeamos. Claro, el papá curandero la castigó con ishanga y como ella prefiere placer que dolor, ¡la próxima dieta se cumplió! ¡Y se mejoró! La simbología es compleja y selvática.

Los ayahuasqueros cuentan muchas historias, como buenos narradores, de las tradiciones y las costumbres de su gente. Hay de todo como en cualquier profesión pero se siente la diferencia entre los iluminados merayas y los que no han alcanzado ese nivel todavía. Milke lanza un comentario que las personas sin pareja y familia son los que se iluminan. ¡Le respondí que los que tienen pareja y familia se iluminan de otra forma que los iluminados no se iluminan! Y los ayahuasqueros hablan varios idiomas: castellano, shipibo, y el canto del mundo curativo de las plantas.

............... Las Curaciones

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uando Milke se despertó de su descanso en la casita, me contó que los merayas curan a las personas de esta manera. El curandero encuentra a alguien sano que es parecido en su conducta emocional a la persona enferma. Como con el enfermo hay que ir muy despacio en el tratamiento para que no le choquen los cambios, con una persona sana puedes ir directamente al grano y rápido. El curandero canta al

sano y por su reflejo, trasmite el mensaje de la curación con fuerza y bienestar y esto pasa al enfermo. Si yo te canto a ti como la persona sana, la persona enferma que estará detrás o cerca de ti, también recibirá la energía y los mensajes de la curación. Con los niños es más difícil. Hay que amarlos. Ver qué plantas pueden digerir. En el mundo de la imaginación se crea un

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hospital en el lugar y llamas a todos los mejores médicos y enfermeras y curanderos. Imaginas poner a la persona enferma en su poder. Le tocas poco a poco cuando está contigo y luego se rompe el cano. El cano es como un tubo serpentino que contiene y conduce el canto curativo, el Íkaro. Pero el canto te pone a ti y al niño en el mismo cano y allí puedes darle un mensaje de amor y bienestar. El niño eventualmente se suelta y duerme y allí es donde entras con la curación, limpiando la enfermedad del cuerpo a través del sueño del niño. Sacas el susto, combates el daño, calmas a los padres. Él va a comenzar a traerme niños, dice. Tengo tres ceremonias para curarles. Si a la cuarta no están mejor, algo anda realmente mal y hay que buscar otros recursos.

Los merayas aprenden ir directamente en el mismo cano. La imaginación está puesta al servicio del otro, comenzando con uno mismo. Es esto lo que vamos a explorar si la ceremonia va bien con Amelia esta noche. Tiene que pagar a los ayudantes, al tío y al primo mañana. Uno tiene límites en su visión y tiene que consultar con lo que el otro ve. No es una fórmula exacta ni una ciencia cierta pero tiene su propia lógica y ayuda a la gente pobre y necesitada de salud, para poder sobrevivir. Milke siente que le capto más rápido ya, que estoy más metido, que estamos listos para este aprendizaje, sabiendo de nuestras diferencias y respetándolas. Se va, yo almuerzo, descanso y vienen Lino y el ayudante para trabajar con la bañera. Mayco quiere usar mi cámara y le digo que va ser un gran fotógrafo pero de a poquitos.

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Amelia

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oy a verla en la tarde. Está de mejor humor. Trabajo con empujar y soltar su espalda, los hombros, las caderas, la cabeza y la pelvis. Era una niña traviesa como Ronín que estuvo cerca pero callada. La invité mapacho, escupió flema y se calmó.


Trabajamos lentamente con mucha risa y “¡ya ya ya!” Entendió la idea. Después comenzó con su rollo antiguo y le dije, “Ya estás bien, hay plata, tenemos recursos, no es como el pasado.” Y que practique. Jugamos un rato con Ronín y salí riendo. Es una paciente difícil, se maltrata, la tensión

está más en el lado izquierdo, el lado más activo y en movimiento es el derecho que ha sobrecargado el trajín de los dos lados. Los nuevos dolores que van apareciendo son limpieza y como los nudos en los hombros van desatándose lentamente, los sitios de verdadera tensión van apareciendo.

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ca p í t u l o 3

LA NATURALEZA COMO METÁFORA Y LA RENO VACIÓN DE RAO NETE

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Historias

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iógenes cultiva cerca de la maloca. Milke está con su empresa en Pucallpa, haciendo relaciones públicas. Todo fluye. Mónica está en su casa, los chicos juegan donde Amelia, y Karina está en una reunión del colegio de Pashco. La tarde ha sido tranquila. Barrí la maloca, Lino vino a revisar las bañeras y desarmarlas. Milke me llama a las 7:30 p.m. y vamos a la maloca. Nos instalamos con su tío y Diógenes. Él cuenta una historia graciosa de un tío bromista. Una vez Milke y un amigo descansaban en la maloca con el torso desnudo. Vino el tío con las manos atrás como si estuviera escondiendo algo y les pidió sitio en medio, entre ellos. Sacó la ishanga y comenzó a golpearles y corretearles. Milke como respuesta le prepara un cigarro y el tío se marea y actúa como loco. El tío,

como broma, le deshereda como su sobrino. La respuesta del tío no tardó. Ellos estaban en un árbol de guava y había un nido de avispas debajo del cual Milke y un amigo estaban parados hablando, sin darse cuenta del nido. El tío estaba buscando guavas arriba en el árbol. Baja y les dice mirar a la guava que cuelga arriba y cuando lo hacen tira un palo al nido y los chicos tienen que protegerse como sea de las avispas enfurecidas. Ya no pueden correr. Les pican en los brazos y la cara y la espalda y están bien hinchados. Van donde Amelia que les pregunta qué pasó y lo acusan al tío. El dice que no, que no tenía nada que hacer. Que miren sus manos. Se había puesto guantes de goma inflados y todos se rieron. Milke hizo un preparado de gasolina, alcanfor y otras cosas como medicina y le dijo a su tío calatearse y frotarse con la mezcla, que


le haría bien. Mientras lo hacía, Milke se acercó silenciosamente y lejos de su tío todavía, prendió un fósforo. El sonido lo hizo correr al tío, calato, por toda la propiedad y Milke persiguiéndole con sus fósforos. ¡Allí terminaron las bromas! Para la ceremonia llegan Jheff, Terry, Jovi y el chofer del motocar. Comenzamos pero la purga está baja. Es la misma ayahuasca que usamos con mi grupo en febrero que no sirvió para nada. Me vence el cansancio. Silencio. Nada de cantos. Milke fuma un poco y sopla a Terry y Jovi y a la 1:30 voy a mi casa. La noche está luminosa y el cielo lleno de estrellas. Los diseños en el piso por la luna a través de las ventanas son realmente hermosos. Es mi visión, me dije, un poco de silencio y descanso … Estuve cansado hoy por la falta de sueño en estos días. En la tarde fui a la casita para dibujar a la luz del atardecer. Milke me acompañó haciendo un cuadro y me trajo un dibujo suyo de una visión para que yo

lo complete. La luz del atardecer que viene desde el oeste, atrás, es fuerte y luminosa. Hace que todo brille con una especie de amarillo dorado. Después, fui a bañarme. ¡Es delicioso poder bañarme en el aire fresco al final de la tarde con el cielo anaranjado y rosado! Luego tomé una taza de hierba luisa, prendí el incienso contra los zancudos, me eché en la hamaca para observar la llegada de la noche y jugar con las caras y los animales que aparecen en los contornos de las plantas contra el cielo ámbar y rosado. Los zancudos llegan de vez en cuando y comienzo a batir los costados de la hamaca como alas. De repente estoy en la selva deslizándome sobre árboles y pueblos y la hamaca es mi túnel de sonido y mis alas a la vez. Afuera, la combinación de los sonidos de grillos y sapos con los sonidos de la noche. Me di cuenta que no iba a venir nadie. Me metí en la cama a las 7 y dormí bien toda la noche.

...............

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El Museo y los Shipis

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lega Milke y nos instalamos en silencio simplemente para volver a sentir el gusto de estar en la casita de nuevo. Decidimos que puede decorarse con nuestros cuadros y las esculturas, y otras cosas más. Es el comienzo del museo. Y no construir otra casa redonda sino rectangular como ésta con conexiones para otros cuartos, etc. Él siente que está acá porque necesita hacerlo. Habla de cómo está creciendo la orquesta como grupo auténtico de los shipibos y que ya es cosa de grandes. La esposa de John Travolta está en Pucallpa. Ha escuchado el disco de los Shipis y quiere conocerlo hoy. Milke va a probar una mezcla de tabaco y unas plantas para despejar la mente para aspirar por la nariz y abrirla. “Es fuerte la primera vez y rompe la resistencia, para luego abrirla,” me dice. ¡Primero lo hará él y si no muere, me lo prepara! Jajajaja! Me habla del miedo a la envidia y las cosas que ocurren pero ya sabe que ellos, como grupo, tienen a muchos aliados. Y acá en Rao Nete nos cuidamos y nos protegemos entre nosotros para no enfermarnos. Me pide chequear a su hijo menor que llora antes de dormir y que tiene la cabeza caliente.

Se va y me quedo a solas con una mosca que zumba ruidosa y rítmicamente dentro de la casa hasta irse. Diógenes, el hombre que cultiva, corta las hierbas. Los niños están tranquilos. Ayer Bill me pidió una curación de su espalda y Mayco quería sacar fotos. Le dije que sacara pero al revisarlas guardaríamos sólo dos. ¡Bueno sacó 50 y guardamos 16! Bill se aquietó con mis manos encima para luego estar cosquilloso y movedizo con la shacapa. Al final escuchó la zampoña, quieto y abierto. Se sintió mejor después. La casita es para nosotros y para recrearnos. La maloca es para las ceremonias más grandes, y los visitantes. Todo acá es como pintar un cuadro, armar un rompecabezas, o escribir un libro; va creando un sueño que va haciéndose realidad y registrando el proceso para otros interesados. Rápido se ha pasado la mañana -metido en lo que me gusta. Medio inmerso en la tierra de la imaginación y de los sueños y la otra mitad en la tierra de la realidad cotidiana, como viviendo entre mundos paralelos al mismo tiempo. La mañana comenzó con un sol rojo y grande pero ahora está nublado y podría llover.


Milke me dijo que han cancelado el concierto del sábado por no haber forma de reparar el teclado. El señor que les ayudó a sacar el disco es aliado y tiene un teclado que ofrece a Milke para su uso, y eventualmente un local para los conciertos también. Él no va a perder y Milke y su grupo tienen esa oportunidad. Otros músicos ofrecen venir para tocar y aprender con ellos sin cobrar. ¿Qué más quieren?

El tío llegó anoche para una ceremonia pero no hubo nadie dispuesto porque todos descansaron más temprano. Así que viene hoy con nosotros y el francés. Pero

tendremos que conseguir purga porque no hay. Después del almuerzo regresé temprano a la casita con el bongo que Milke quería arreglar. Mientras yo dibujaba él arreglaba el instrumento y le acompañé con la shacapa. Los chicos vienen y les doy una tarea con la cámara de mirar a lo que les llame la atención, buscar ángulos, distancias, luces y sombras, y sólo después sacar las fotos. A ver qué ocurre. Tomamos chuchuwasi y les invita a los tíos para que trabajen más rápidamente. Ayer Lino no vino por estar borracho y él justificándose, diciéndonos que tenía que buscar un encargo. “¡Mentiroso!” le bromea Amelia. Él me mira como suplicando con una excusa que no me interesa y les digo, “¿Cuántos años se han conocido, no? ¡Se conocen bien!” Y se ríen. Milke me sugiere esclarecer las imágenes y los diseños en mis dibujos. Cree que lo que hago es del mundo psicológico y emocional pero el dibujo que me ha dado es del mundo de las plantas.

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Antes de tomar en la maloca le expliqué en inglés a Diego un poco sobre la curación de ayahuasca y lo que él podría esperar,

Hay que cuidarse de los interesados adentro y afuera y estar en alerta para abrir campo y crear su propio sueño. Y tienen que poder vivir de esto económicamente. No trabajan por el dinero que es sólo un dedo de la mano sino por todo el cuerpo. Pero el dinero es esencial en el mundo moderno.

............... Una Ceremonia yo.

n la noche venimos Diego, el francés vidente, el tío, Diógenes, Milke, Amelia y Fue una ceremonia luminosa y elevada.

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porque era su primera vez. Esperamos hasta las 9:30 de la noche cuando tomamos con Diógenes y Amelia. Hubo visión, lágrimas de bostezos y cansancio hasta las 3 de la madrugada. La luna, en lo alto a la

1 estaba grande y anaranjada. Hermosa. Diógenes cantó al grupo y a Diego. Milke cantó al final cuando ya había pasado mi mareo, porque ellos tomaron dos veces.

............... El “Paseo” de Mil Pasos

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egreso a casa al escuchar la escopeta. Total, Diógenes hirió, “tumbó”, en sus palabras, a otra garza que come chorros de la cocha.

un rato en la tarde y después viene a las ceremonias y canta hasta las 3 ó 4 a.m. Y de nuevo a trabajar a las 6. La ayahuasca sí que reconstituye.

Les dije a los chicos que íbamos de paseo hoy día y que tendríamos que caminar 1000 pasos para buscar luces y sombras y experimentar con la fotografía. De esta forma combino 3 cosas: actividad de investigación, ejercicio físico y ver con ojos de fotógrafo.

Vinieron los chicos a la 1:30 de la tarde y les dije que esperaran hasta las 3. Mayco se trepó a la hamaca conmigo y miraba mi reloj mientras nos mecíamos. Bill dibujó y a cada rato quería saber qué hora era. Por fin a las 2:30 les mandé a buscar a Pashco, todos con sus palos altos de caminantes. Bill nos llevó hacia el pozo, al fondo de la propiedad y decidieron bañarse allí. Pashco tiene más miedo al agua que ellos. Pero igual se mete. Mayco nos llevó hacia la maloca por las hierbas altas al fondo, abriendo camino. De vez en cuando me señalaron cosas con luces y sombras. Habíamos ido a la cocha, la piscina, la maloca y después de sacar fotos de luces y sombras allí, Pashco nos llevó con firmeza

Yo estoy cansado pero lo que me sigue sorprendiendo con este trajín de mareo en mareo es que fluyo bien y recupero el sueño perdido y en el día estoy energético. No sé cómo lo hace Diógenes. Está agachado de una manera como camina la araña, mientras corta el pasto alto al ras de la tierra con el machete afilado - todo el día en el sol desde las 6 a.m. hasta las 5 p.m. y se interrumpe para desayunar y almorzar. Luego descansa


por entre las plantas alrededor de la maloca, a un sitio para orinar todos juntos, y luego a la letrina para que todas finjan usarla. Después de esto nos llevó por los campos a la casa de Mónica donde descansamos. Luego fuimos a la casa de Pashco a comer bimpish. Caminamos más de 1000 pasos. Cada uno tenía un lugar favorito. Cada cual hizo un dibujo de este. Cada uno tenía su propio estilo de liderazgo. Ahora, a las 4, estoy a solas de nuevo. Todo está quieto y amable. Hay nubes blancas flotando en el caluroso cielo azul a estas horas de la tarde. Tengo el deseo de dejarme llevar por la vida y la Naturaleza. Abrirme ante mí y no ser víctima del ego sufriente sino elevarme al nivel del hiperespacio espiritual en todo esto. Permitir que la vida sea mágica y un juego. Llega Milke a la casita. Cuenta sus sueños y filosofamos un poco. Toca el bongo y en un momento va a la ventana y silba a Plácido. Plácido le responde con otro silbido. Es como un lenguaje de pájaros. Viene Plácido y van a mi casa para tomar agua y conversar sobre los Shipis. Luego cuando regreso a mi casa, hay manzana y paranta joshin (plátano) en mi mesa. ¡Fruta! Amelia está de regreso. Le pregunto a Milke cómo está ella y él me dice que no está al

tanto de sus cosas ahora. Como la curó, ella seguirá su proceso de recuperación con las otras cosas. Se trata a nivel espiritual y después físico. El ritual familiar y grupal es espiritual y crea un clima de solidaridad, protección, cuidado de la comunidad. La ceremonia es para ver cuál es la causa, si es brujería, física o preocupación. Es ir al mundo denso y fantasioso que rodea a la enfermedad, momentos de emociones fuertes con la aparición de los médicos de la familia que circulan y cuidan a todos sus miembros. Cuando la persona enferma ha logrado recuperarse y ser parte de la comunidad de nuevo, todos se sueltan un poco, descansan y todo vuelve a su ritmo normal. Las ceremonias en la noche en este caso son una forma de mantenerse despiertos en la noche para acompañar al enfermo con cantos llenos de luces y colores que curan a un nivel espiritual. El nivel espiritual es mucho más que una actitud religiosa. Tendemos a pensar en esos términos. Acá es eso y a la vez es ver cómo va el espíritu de los niños, las parejas, las relaciones entre hermanos, como familia en la comunidad. ¿Cómo va el espíritu de lo que hacemos y cómo nos hace sentir? ¿Cuál es el espíritu del propósito de lo que hacemos? ¿Qué imaginamos y visualizamos?

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Me metí en la casita de arte toda la mañana. Conversando con Milke que pintaba su estatua o me miraba pintando su dibujo. Por fin me pidió un dibujo mío y lo comenzó a transformar lentamente con mis colores. Decidió darle una lección de bongo a Mayco, mostrándole algunas técnicas y luego dejarle practicar a solas. El chico tiene talento.

Mayco a mi lado, en algún momento en que Milke no está, comienza a silbar un íkaro como si fuera un pájaro. Me sorprendió totalmente y era hermoso. Y cuando fui a almorzar, Judith, la hija mayor de Amelia, cantaba con un ave, como completando su canto. Se me abrió una puerta.

...............

Un R obo

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l día siguiente cuando fui a la casita temprano en la mañana, allí estaba Milke cultivando, había tenido una entrevista radial ayer a las 7 p.m. y hoy a las 5 a.m. Cuando llegó, estaban entrevistando a otro grupo y el locutor los dejó para conversar con Milke por radio. Se va haciendo conocido y está tranquilo con muchas visiones creativas en estos días. Más tarde Amelia me dice que ya no le duele su hombro sino entre los omóplatos y es menos que antes. Me avisa que unos ladrones han vaciado la casa de su hija, Judith, y de la vecina y no saben quiénes han sido. ¿Por qué los pobres roban a otros pobres? Es usual por acá y desagradable. Pero ya pasó y hay que seguir adelante y

vivir los cambios impuestos. Amelia y los chicos tienen tos por la gripe que hace su ronda entre todos. Los chicos me informan que ya tienen cocina a gas pero aún no el balón. Es mejor que el carbón, por las cenizas de la madera que entran en los pulmones al cocinar. Los pájaros cantan alegres esta mañana, combinado con el swish swish del afilado machete cortando maleza y el martilleo de los carpinteros construyendo mi bañera. Todo está mezclado con el zumbido de un avión monomotor. Sentí la bulla caótica de los cientos de motorcarros en Pucallpa cuando fui para comprar mi boleto para Lima, pero estos sonidos en Rao Nete son mucho más reconfortantes.

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El Mareo

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quí vivo mareado por los mundos paralelos que se entremezclan en hermosos tejidos de la Naturaleza con la Comunidad. Aquí vivo mareado por los sonidos y los colores, por las historias y las ceremonias. Por la exhuberancia de la vida encarnada en los niños y las plantas. Mareado en esta danza con la vida y el sueño, reparándose y limpiándose, cultivando frutos ya maduros. Después de echarme en la hamaca un rato antes de almorzar, terminaron de construir mi bañera. Hablé con el ayudante sobre este lugar y el parque en Yarina cerca de la otra casa. Es una plaza de cemento con bancas y macetas pero no hay plantas, árboles o personas en el parque. Antes era un terreno baldío, pero construir allí una plaza en medio de la selva, hecha de concreto y sin plantas es una estupidez sin

sentido en esta zona. Sin flores ni plantas, un supuesto parque, no es apetecible. Después de barrer alrededor de mi casa, fui y barrí de la maloca a la casita de arte y abrí camino entre la casita, el baño y la maloca. Milke vino silbando y siguió concentrado en su banderola para el concierto de su orquesta. Vino Pasquel para llevar dos carritos a la escuela. Saludé a Mónica que, como siempre, es tan servicial y me instalo en la casita de arte. Le doy una mano al ayudante de Lino que está sacando las escaleras para llevarlas a la maloca. Toco el rondín como pájaro, haciendo música con la Naturaleza. Los pájaros están alegres esta mañana y parece que va a llover. Las moscas zumban y un bebé llora desde una casa cercana. Los perros ladran a lo lejos -alguien pasa por su territorio. El tío cultiva con el sonido cortante del machete. Canta un gallo a lo lejos. La brisa crea un sonido de maracas con las hojas tiesas de las palmeras y el clunk de un balde más allá, hacia el pozo donde están lavando o cocinando. Todos estamos en nuestros quehaceres y estamos activos esta mañana. La comunidad fluye de nuevo. Amelia está reincorporada. Estuvo limpiando alrededor de

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su casa en la mañana temprano. Necesita estar activa para sentirse útil. Cuando le hablo de descanso me mira con ojos incrédulos. “¿Si no lo hago yo, quién va a hacerlo?” me increpa. Atina a decirme “Acá no podemos descansar. Hay mucho por hacer y hay que estar alertas.” Hay mucha armonía en todo esto y somos parte de ella, si queremos darnos cuenta. Me resulta lógico y a la vez mágico que voy escuchando y observando a la Naturaleza de otra forma más íntima. Las plantas y los árboles tienen presencia como seres vivos y

si se caen, se accidentan o se mueren, nos sentimos afectados por ello. Su presencia protege, cura, alimenta y nutre a la vida y al espíritu. Al caminar con los chicos alrededor de la propiedad, veo más y más detalles y con el tiempo la familiaridad permitirá más cercanía. Lo llaman al tío a almorzar y los gritos lejanos crean una música que flota en la brisa, entre los silencios y las palabras. Escucho con frecuencia mucha risa en la cocina, a la hora de la comida. Su tono alegra la vida. Ahora está lloviendo y veremos cómo aguantan los techos reparados.

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Los Sonidos

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s interesante observar nuestros diferentes cantos. Acabo de tener un concierto con los pájaros al tocar la zampoña. Entre el goteo de la lluvia comienza a asomar el sol un poquito. La quietud de no tener que hacer nada, que las cosas que sí hago salgan naturales y para el bien de todos y la líquida fluidez del tiempo me da una gran paz y sensación de expansión.

Muchas veces es una magnífica forma de comunicarse, siempre y cuando lo usen bien y no abusen como en la ciudad.

El celular es una gran cosa entre las personas acá porque caminan mucho y se van por diferentes lugares inaccesibles.

Ahora, ya en la casita, escucho truenos y parece que va a llover. Las nubes están bien oscuras. Estoy atrincherado en mi rincón.

La brisa refresca. Hay como un silencio detrás de los sonidos -algo profundo que contiene y del cual emanan todos los sonidos. Las plantas cantan y bailan. Todo está vivo. Todo está en movimiento.


La tierra canta en la noche cubierta por el sonido de grillos y sapos

sobre el cual están desplegados otros sonidos. El contorno de las plantas contra el cielo que se oscurece está lleno de patrones, movimientos y mensajes para ser vistos. Empujes energéticos rítmicos mezclados con tonos más sutiles van directamente al corazón de los sentidos, curan y alinean. Sin sentido de tiempo el día fluye y pasa con rapidez. Se realizan las tareas y las visiones se hacen realidad. ¡Canta! Los espíritus salen en la noche y los vemos en nuestros sueños y visiones. ¡Abre tu mente! ¡Abre tu corazón! “Somos monos,” me dijo. “Muéstranos algo y seguiremos.” Limpiar el terreno es nuestra tarea.

ino Karina con el viento. “¡Te gané! ¡No llovió!” me dijo riéndose. Dice algo a Milke y él le dice, desde su sueño, “10 minutos más …” Ella se queda, esperándole

y diciéndome que me ve feliz. “Esta es mi vida,” le digo. “Estoy haciendo lo que quiero hacer.” Ella se va, Milke y Luis se quedan dormidos por allí en los colchones,

Esperando. Los zancudos y las moscas anuncian también que va a llover. Karina ganó la apuesta, sin embargo. Amenazó llover pero pasó y la tarde resultó ser clara y despejada. Vinieron los chicos menos Pashco y pintamos juntos, yo demostrando con el agua y la brocha. Se aburren rápido y quieren una mandarina y que les acompañe al agua. Vamos a la cocha. El tío avanza bastante con la cultivación y pasamos por áreas despejadas directos al agua. Tan pronto que me hube instalado debajo de la sombra de un árbol, se habían calateado y metido en el agua, jalándose por una pierna, el uno al otro. No me acuerdo haber jugado con mi hermano así. Estos dos son tremendos y es divertido acompañarles en momentos así.

............... Formas de Trabajar

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yo sigo dibujando y tocando shacapa. nubes hierven espumosas.

Las

Acá otra forma de informarse y acompañarse es cultivar juntos y conversar mientras descansan, buscando la sombra debajo de los árboles. Cortar esta maleza y cuidar las plantas, con hoja de machete bajo un sol que quema, es un trabajo físico arduo. Desarmar el techo de la maloca desde arriba hacia abajo, desclavar las hojas, resbalarlas hacia abajo, chequearlas para ver si son salvables o no y luego volver a construir desde abajo hacia arriba mezclando las hojas antiguas con hojas nuevas, midiendo distancias más cortas entre ellas es otro trabajo arduo. Trabajan así desde las 7 de la mañana hasta las 5 de la tarde con desayuno, almuerzo y refresco incluido por

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15 a 20 soles diarios. Nosotros compramos los materiales. Pero lo que noto es que siempre falta algo o necesitamos unos días más, lo cual significa más gasto. Sin embargo considerando el trabajo y el resultado, lo hacen bien y merecen su pago.

............... Plantas que Curan

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melia me cuenta historias de curaciones que ha hecho con plantas. Hoja de limón, rosacisisa y primera orina mezcladas juntas con rodajas de cebolla sin chapear. Se baña con esto. Luego malva con rosacisisa hervidas y se toma con un poco de azúcar para vómitos y diarreas. “Cuando

la charla es larga, el día se acorta,” dice al irse. Está de regreso hoy día, por todas partes y riéndose. En la maloca Lino me muestra cómo han usado demasiados clavos anteriormente y cuánto soporte ha faltado. Me alegro que él repare el techo y que sepa lo que está haciendo.


Las gallinas picotean los caminos La maloca está destechada ya La luz de la tarde brilla La brisa suave acaricia y reconforta Las aves están algo más calladas Y a lo lejos se escucha a un ambulante Rao Nete se posa para recibir la noche Es la hora de la quietud y el descanso Después de un laborioso día bajo el sol La noche refresca y abre los sentidos Descanso, receptivo, en la hamaca Y espero el espectáculo diario del cambio de día a noche. Alguien quema pasto seco y el sonido de las llamas craquea la tarde. Viene Karina y juego con Ronín. Todos han salido y no hay nadie excepto nosotros. Mas luego aparecen los chicos que han estado con el buldózer, en la otra maloca del albergue. En mi casa me topé con Freddy, el hijo de Gilberto, que es universitario. Él y sus amigos estudian agricultura y están fascinados. Quieren hacer algo para ayudarse en sus estudios. Quieren probar criar peces y cuyes y cómo abonar las plantas de forma natural para que crezcan más. Quieren hablar acerca de sus proyectos. Me ofrezco, aclarando que no soy fuente económica sino apoyo moral. Nos despedimos y soplé a las 4 direcciones.

Estoy cada vez más consciente de estar escuchando de otra forma. Es como poder sentir un fondo silencioso profundo sobre el cual están nivelados diferentes grupos de sonidos y puedo escuchar a cada grupo por separado y el conjunto a la vez. Es un lenguaje. Nos dice lo que ocurre. Nuestra atención está jalada hacia focos de atención de sonidos que interrumpen y después se mezclan. Nos recuerda dónde estamos. Siempre hablamos de mejorar la vida. ¿Cómo mejorarla? Si pudiéramos despertarnos a toda la vida que tenemos dentro y alrededor en el exacto lugar donde estamos y apreciarla como regalo y oportunidad; entonces quizás nos relajaríamos un poco para poder abrir los sentidos, soltar los controles y los empujes de hacer algo. Y simplemente gozar y revolcar en la exhuberancia de la Naturaleza en nosotros y nuestras vidas. Darme tiempo sin un reloj marcando ritmos para sentarme en el piso de la casita mirando hacia el Este y al juego de luces y sombras adentro y afuera me nutre y me eleva. Todo sigue fluyendo en un gran círculo siempre cambiante. Yo creo que nos distraemos con tantas cosas hipnotizantes, que perdemos de vista la abundancia de vida alrededor nuestro. Ayer, hablando con Amelia, reconocimos que vivimos ahora la cosecha de nuestros esfuerzos. Ella me dice, “Me vienen a ver

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personas que se sorprenden de verme trabajando todavía. Pero yo tengo todo esto para cuidar y ellos nada. Dependen de sus esposos y no tienen nada. Y yo les digo que si quieren tener algo tienen que trabajar para tenerlo.” Yo le confirmo que las últimas investigaciones científicas muestran que lo

que nos mantiene vitales, sanos y juveniles no son sólo vitaminas ni operaciones sino el movimiento. Mientras estemos moviéndonos nos mantenemos. Por eso en algunos pueblos hay ancianos que viven hasta los 100-110 años ¡porque hacen labor física cada día!

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Sintetizando

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o que me fascina de Arnold Mindell es cómo se va abriendo frente a lo que sucede como proceso y cómo va integrando la física cuántica con la psicología con el shamanismo como experiencia espiritual de aprendizaje. Sigue estirando mi mente y percepción. Siento, intuyo que estoy llevando bien mi proceso de cambio no tanto como achaques sino como mensajes de hacer cosas de otra forma, de prestar atención de nuevo. He aprendido ya que una lesión, un accidente, un robo, una operación, un despido o una separación son señales. Hay aliados presentes. Hay lecciones por aprender. Hay que detenerse y escucharse. Hay que continuar abriéndose a las experiencias con asombro y gratitud. Hay que estar presente en medio de la vida de nuevo. Es hora de estar consciente. Cada uno de nosotros lidera el cambio que

proponemos. El síntoma es la oportunidad. Es la crisálida de una vida transformándose. Es un nudo informático interno. En ese lugar donde aparece el síntoma hay una historia que contar, hay un sentimiento que trata de expresarse. Es la puerta de entrada al mundo de la imaginación y la creatividad. El síntoma tiene movimientos, sonidos, sobretonos, otros universos dentro de sí. Las células también. Al prestar atención al síntoma se irá revelando poco a poco de qué se trata. Entonces, al escuchar tendremos la oportunidad de hacer los cambios que el síntoma nos señala hacer para sentirnos más sanos, más relajados, y más alineados con el propósito de vivir la vida con paciencia y consciencia. A la hora del atardecer fuimos las dos chiquitas, los tres chicos y yo a la cancha


de fútbol. Allí hice anillos de hierba alta para los dedos gordos de los pies de las chiquitas, Ronín y Zenia agarradas a mis manos. Zenia es más callada y asustada y Ronín es una cotorra que no deja de hablar en su idioma. Los chicos juegan más allá con la pelota. Después fuimos a la cocha donde los chicos se bañan y las chicas miran y comentan en su lenguaje de

dos años. De regreso a la casa grande, voy agarrado de las manos de las chiquitas. Quieren mostrar sus anillos a sus mamás que buscaban piojos en la cabeza de Amelia, una costumbre familiar del atardecer. Roy, el hijo adolescente de Mónica, de una relación anterior, está instalándose con su chica en la casita frente a la mía.

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Los Mund o s d el Atardecer y Ama ne ce r

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iro a los árboles y me pierdo en sus formas, texturas, luces, sombras y compleja ramificación. Veo elefantes, ciervos y personas en sus contornos. La luz disminuye. No es oscura ni luminosa. Es el filo entre la luz y la sombra. A lo lejos se ven nubes en el horizonte bordeadas con luz rosada. Los grillos ya cantan con las ranas y todo sube hacia un cielo despejado hacia arriba. Vienen Milke y Karina para avisarme de una ceremonia en la casa de Amelia para un enfermo, el papá de Gilberto. Durante la ceremonia con este señor de edad, retorciéndose de dolor, ellos vieron un gran susto y tipos malos en el río. Lo sentí

con mucha pena sofocada y embotada como gases y cólicos. Me senté al lado de la puerta y el perrito castañeaba con sus dientes buscando pulgas -un constante sonido de fondo de un animal mordiendo y comiendo. El cielo oscuro impregnado con millones de estrellas era simplemente asombroso y espectacular en su belleza. Fue una ceremonia muy extraña. No sé quiénes le han dado el poder pero hay un tipo en el asentamiento humano que es perverso y agarra el micrófono con el altoparlante para hablar de cosas administrativas, arengas políticas y no poco enamoramiento de su propia voz para despertarnos a todos a las 5:30 de la

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mañana hasta las 7, como si fuera su gusto sentirse papá de todos y controlar nuestro sueño así. Grrrr.

La mejor manera de manejar toda esta experiencia desde lo que considero ser una plataforma de salud y creatividad es

considerar a cada elemento un universo y que yo vivo entre universos paralelos. Y que no tengo que controlar el orden de cómo juntarlos. La integración viene con la atención. Mayco está acá sin nada que hacer y está investigando todo, practicando leer en voz alta y haciendo mil preguntas. Me está contando que a veces se toma un poco de gasolina una sola vez para curar, como lo que necesitaba el viejo de anoche, que se ha tragado a un tonche. ¿De dónde sacó esa idea?

M

odorra es esta sensación de cansancio soporífero por haber dormido poco, por estar a la hora después del almuerzo en el sofocante calor de la temprana tarde, por estar demasiado volado y desconcentrado. Es una forma de estar abierto al universo de los sentidos sin esfuerzo, receptivo, y rendirse a ese estado. ¿Surge algún conflicto allí?

en colitis,” digo yo. Dicen sí, los que me escuchan, pero no lo toman en cuenta en su trabajo. Diferentes enfoques, supongo.

Gilberto dijo que su papá se sentía mejor hoy día. Habían surcado el río 9 horas para ir directamente al hospital donde detectaron obstrucción de vesícula y preocupación por la muerte del papá de su esposa, su suegro. “Pena y preocupación condensadas

Todo brilla a estas horas, amarillo luminoso y verde. Luego va cambiando a dorado y ámbar. Belleza. Unas aves grandes con canto gutural pasan en grupo. Es como una conversación grupal que sostienen en este árbol cercano. Casi música moderna.

Son las 7, Lino y Wilder construyen en la maloca, el tío cultiva por allí, los chicos juegan, y Roy con su chica salieron en moto.

............... El Papá de Gilber to

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Al ir a la cocina topé con Ronín que tenía su pelo como lacado y erizado - graciosísima. Le habían puesto jugo de cáscara de papaya para el pelo y la cabeza. ¡Oh!


El tío me invita a la ceremonia. Fui a las 7:30 y nos sentamos en la oscuridad. Milke mandó un mensaje que si no estaba ocupado, vendría. Después anunció con Gilberto que venía a las 8:30 pero nunca llegó. El tío básicamente siguió con la curación del papá de Gilberto, conversando bastante entre ellos, antes y durante la ceremonia. Él me habló de cómo van a tener electriciad las 24 horas dentro de un mes en su comunidad y una torre elevada de agua con conexión

a cada casa. Mi capacidad de escucha se ha ampliado y profundizado. En la ciudad me cierro, me encapsulo como protección frente a tanta invasión sonora de basura, beligerancia y bulla. La Madre Naturaleza nos cuida y nos abre tiernamente al darnos el tiempo y el espacio para relajar los caparazones de defensas y dejar entrar su compleja conexión con la vida y la salud. Veo de otra forma, escucho desde adentro todo esto, un canto más con las aves.

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Límites

C

on los chicos-zancudos, cuando sus físicos traspasan mis límites de comodidad tengo que decir “¡no más!”. Con uno puedo pero con los tres a la vez me ganan y termino diciendo NO demasiadas veces. Pashco lo detecta al instante aunque sea parte del juego y cuando digo “no más,

ya basta,” él escucha y se va. Sin embargo Bill y Mayco prueban mis límites vez tras vez, no saben parar, siguen con lo mismo o con más fuerza que antes. Cachorros. Las brisas se han convertido en vientos y la casa está bien fresca ya.

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Observando el Piñón

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l mirar al piñón colorado frente a la casita de arte observo sus tres hojas en una, que son como una trinidad, un trípode para el apoyo, un ángel volando. Curan y sus hojas como dedos se extienden para tocarte. Su hoja es algo áspera con resina que se te pega. Su medicina es pegajosa y permanente. Sus ramas son gruesas y su estatura está al nivel del pecho y a veces un poco más alta que todo el cuerpo. Me siento calmado en su presencia. Pregunté a la planta anoche cómo me iría en mis clases del curso que no tiene nombre. Me mostró bastante gente, luz y color.

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La Familia

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us hermanas se meten en la vida de Milke y él las cuadra. Todas quieren ser gerentes. Hablamos de la posibilidad de escuchar a nuestras propias voces y no dar tanto poder a las voces de otros, aunque sí considerarlas. Hablamos de la libertad de crear nuevos sistemas. Siente presión de todos lados que no debe descansar, que

debe aprovechar el momento, para ganar dinero. Él dice que tiene que alimentarse de su arte y del curanderismo además de la música. Entiende lo que los demás quieren para él pero a él no lo escuchan o no lo entienden cuando les dice que vayan paso a paso y no apurarse. Antes pasaba una semana con ánimos bajos por las malas


lenguas. Ahora le dura minutos. No odia a la gente, no la va a matar. No es su estilo. Pero si él va a su propia velocidad y usa su intuición, puede no apurarse y crear una escuela sólida que durará años y no se quemará en un año o dos. Es hora de ser líder de los cambios que quiere ver. Los meraya viven en casas de cristal, tienen autos y motos que vuelan, caminan en el aire y curan a distancia. La mañana tiene esa luz suave que se filtra por la delgada pátina de nubes que cubre la ciudad, la brisa suave, una ligera neblina en la tierra que recoge humedad para las plantas y el celebratorio canto de los pájaros. El piso brilla de forma más difusa y no tan dramática en sus luces y sombras como cuando el sol brilla fuerte. Hay tres canales de luces sobre la madera frente a mí. Las tablas son todas diferentes. Tienen diseños en ellas por las marcas de las máquinas que las aserraron. Es como si el piso elevado de esta casita es la rama de un árbol trozado en pedazos para hacer esta plataforma. Es como estar en el aire y tener los pájaros y sus cantos cercanos. Canté un silbido y los pájaros me siguieron y de repente se callaron y se fueron. Mejor quedarme callado. ¡Ja!

A veces siento que todo esto es como vivir dentro de un cuento de hadas. El Abuelo, por ejemplo, cuando de vez en cuando canta, se da una transformación en él y surge su hijo que es “choyochaki”, un personaje de la selva que se parece a alguien conocido o una persona extraña que se ofrece para llevarte dentro de la selva. Pero tiene un pie de animal y un pie de humano, o un pie grande y otro chiquito. Cuando este “hijo” canta a través de la voz del Abuelo, los cantos tienen otra vitalidad, otro timbre y pueden seguir por horas sin parar. La historia es que el Abuelo fue solo al monte para dietar a la antigua -pescado, plátano y yuca-. Las plantas están dentro de él y puede traer a hijos con las plantas espiritualmente. Mientras allí se enamoró de una choyochaki espiritualmente y tuvo a este hijo; ahora éste está dentro de él, y así le visita en las ceremonias cuando le llama de vez en cuando y le ayuda con sus curaciones. El Abuelo es meraya. Hay gente parada en la siguiente propiedad detrás de la maloca y el baño. Como nunca vemos a nadie por allí, resulta algo extraño. Y todos tenemos que estar en alerta para que no nos invada nadie y que la entrada sea por la puerta principal.

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Los Chismes como Daños

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ablamos ayer con Milke acerca de las etiquetas juiciosas que otros en la comunidad nos ponen como artistas y curanderos. No pueden probar lo que dicen, que es pura especulación ni nos conocen bien. Sin embargo les damos mucho poder personal a veces y a pesar de vivir nuestras propias vidas como queramos, nos preocupamos de las repercusiones de lo rumoreado y nos colapsamos en el mundo del miedo. Cuando comenzamos a escucharnos a nosotros mismos, valorar nuestra propia voz y derecho de crear nuestra propia vida, quizás de una forma diferente de los demás, podemos aceptar lo que otros dicen haciendo eco de una voz crítica propia adentro. Al mismo tiempo tenemos nuestra propia voz. Si los otros entienden y sienten lo que les trasmites, te seguirán. Si no, se irán. Poco a poco tendrás a un grupo que te acompañará bien y en vez de odiar o sentir pena por los otros, simplemente reconocerás que no están listos todavía para escuchar tu mensaje. Asusta quizás. Ser libres, creativos y conscientes es una responsabilidad poderosa. Una de las desventajas de vivir en una zona de gente pobre es que los partidos políticos

vociferan sus consignas y “programas radiales” a partir de las 6 de la mañana y acá tienen a una señora prepotente que habla por los codos y trata de “instruir” a la población políticamente. Es estridente. Vivo acá en la Naturaleza y en vez de escuchar los sonidos de los pájaros cantando, escucho el rugido de esta leona bramando su poderío a los cuatro vientos. Probablemente hago algo parecido conmigo mismo dentro. Los jóvenes han cavado bastante en la cocha y han dejado montículos de tierra en los bordes que no nos permiten acercarnos al agua. Espero que lo arreglen pronto. Están ampliando la cocha pero de alguna forma han malogrado su forma natural. Me alegro haber sacado fotos antes de su obra proyectada de poner boquichico, un pez de río que se consume mucho en las dietas. Me fascinan los diseños de la Naturaleza. El arte está frente a nuestras narices en todo, si queremos verlo. Una nube de pajaritos livianos ha descendido sobre la hierba alta en frente y con un soplo de viento se levantan como uno solo y descienden más allá.

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La Basura

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e levanté a las 6 para barrer. Amelia trozaba un pedazo del árbol caído frente a la cocina con machete y la saludé: “¡Mujer fuerte, peligrosa con machete en mano!” Se rió. Le llevé un poco de leña podrida de la bañera que sólo sirve para fuego y ella cargó otras ramas grandes en su hombro y levantó el machete del piso con su pie - una destreza increíble. Fui a recoger agua y me mostró las hojas que caen de algunos árboles pero que el mango está floreciendo y va a dar fruta por primera vez este año. La planta morada con flores blancas es para la fiebre y entre sus ramas crece algodón. Hablamos de la basura y cómo el plástico hace daño a la tierra. Lo sabe y dice que son los chicos que recogen las botellas plásticas y las usan como juguetes y las dejan tiradas por todas partes. Recogí agua del pozo para llenar mi balde y la soga salió de la rueda. Me tomó un largo rato para volver a ponerla en su sitio. Noté que ella ya recogía basura detrás de la cocina. Wilder, Lino y su hijo llegan

para poner el techo en la maloca llevándose el balde a mi casa. Mayco vino para que le ayudara con su tarea del colegio acerca de las danzas de la costa y la sierra. No se me ocurrió nada. Ute Arnold lo dice bien: “¿Qué significa ser curandero? Un curandero es alguien que se atreve a entrar en un viaje curativo de sí mismo, creando un efecto de resonancia, que toca la vida de otros.” Mónica camina llamando a los patos y gallinas con sonidos de un canto especial para darles de comer y le siguen como perros. Miro por la ventana, veo los árboles y los pájaros van saltando de una rama a otra, cantando. Las moscas zumban y el sol nos mira por entre las nubes. Las brisas indican movimiento y la posibilidad de lluvia pero como ayer, también pueden pasar. En el fondo toda esta experiencia es un viaje de autocuración y desarrollo personal que compartimos.

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SE ANUNCIA UN PARO

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ca p í tu lo 4


El Concier to

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legaron Betto y Milke de paso con su medicina y sin mi discman. Buscan a un segundo guitarrista, ya que Plácido los abandonó. Va a viajar para ganar más dinero en Cusco con la venta de ayahuasca y artesanía. Tienen tres conciertos entre la mañana y la noche. El domingo en la mañana y en la noche también. Betto está con conjuntivitis por el polvo y el cansancio de noches desveladas. Milke me pide ver a su grupo desde acá y trabajar con su calma, seguridad y vitalidad. Y que puedo llamarlo cuando quiera, que no será una molestia. Nos veremos el lunes 26. Sin embargo, me informa “Hay una huelga indefinida de transportistas a partir del lunes y acá es bravo - no quieren que la gente salga de sus casas. Hay vidrio en las pistas, rompen lunas de carros, pinchan llantas, cierran mercados.

No debe durar más de una semana.” Se van y sigo leyendo. Viene Amelia y le pregunto sobre el techo de la maloca y me informa que Lino y su equipo esperan terminarlo para el domingo. Veremos. Me dijo que la huelga podría durar un mes y que el ex candidato presidencial que perdió, Humala, está detrás de todo y quiere hacer un golpe de Estado así. Por Dios. Qué drama. Todo es para tener el poder económico del país que perjudica ya con tanta huelga por todas partes. Bueno, yo dije que me iba a abrir a la experiencia de vivir acá y si eso incluye hambre y ayunas en la selva sin poder salir por ninguna parte, lo viviré, lo presenciaré y lo relataré. Ahora la brisa sopla fuerte y canta a través de los espacios entre las tablas de la


pared alrededor mío y las hojas castañean constantemente. “Ronín se ha caído en su casa y tiene susto,” me dijo Amelia al saludar a la pequeña en la cocina. Le saqué el susto del estómago, espalda, pecho y cabeza y le di un beso a la chiquilla. Me quería seguir hasta el comedor pero la llevaron afuera. Hay una pared de nubes negras frente a mí hacia el este y hay cielo parcialmente claro hacia los costados y atrás. El viento viene desde allá. ¿Lloverá? Creo que sí. Amelia me dice que puedo quemar la basura afuera y que las latas y las botellas las sacamos y botamos en un hueco colectivo más allá de la propiedad. Quisiera decirles a Lino y Wilder: “Uds. han puesto una nueva corona en la maloca. Tenemos que ikararla. Ha demorado más de lo que hubiéramos querido y costado más de lo esperado pero ya está. Como Uds. son los maestros artesanos acá, les invitamos a venir de vez en cuando para ver los resultados de su obra y si hay algo que les parezca incompleto, lo completan.

Cualquier relación de trabajo con Uds. en el futuro será más formal, con contrato, ya que hemos visto su trabajo. Muchas gracias y felicitaciones.” Es mejor así con esta actitud, con gracia y buen humor en vez de requintar. De repente hay uno de estos momentos de quietud en el campo cuando todo se reduce a uno o dos sonidos o ninguno. Amelia quema y rastrea hierba seca a la distancia. Los obreros clavan y hablan. Los pájaros están callados excepto por uno o dos. La brisa no mueve ni una hoja. El silencio detrás del silencio aparece. La tempestad está encima y no llueve todavía. Todo está en suspenso. Es vivir en el campo. ¡Acá hay mucho amor que nos une que es el amor a las plantas, la tierra, este lugar y nuestras experiencias compartidas! He aprendido de nuevo y ahora, desde la experiencia, que hay diferentes formas de curación. Las plantas contienen universos mucho más antiguos que los nuestros y nos cuidan. ¿Por qué las matamos?, me pregunto. Caen las primeras gotas de lluvia y la brisa inmediatamente está más fresca. Los pájaros cantan y les respondo.

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La Fiesta de San Juan

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añana comienzan las festividades de San Juan. “¿Qué hace la gente?” le pregunté a Amelia. “Comen juanes, se bañan en la laguna grande y mueren.” “¿De qué?, ¿la contaminación?” “No, se ahogan. Se meten en el agua, hay sustos, no saben nadar, y desaparecen. Mueren muchos.” “¡Vaya celebración!” Pienso para mis adentros. Ayer a la hora del atardecer, echado en mi hamaca, decidí jugar con lo que me ofrecía el atardecer. Primero veía formas y diseños en las texturas de las hojas contra el cielo cambiante de colores. Luego miraba en diferentes direcciones y todo alrededor para observar los efectos de la luz cambiante que se iba disminuyendo paulatinamente desde el disco rojo oro que se hunde entre los árboles sobre el horizonte. Luego comencé a concentrarme en el área de más luz y vi una serie de árboles y palos frente a mí - parecían un conjunto, nivelado, con profundidad. Fijé mi atención en ese lugar y practiqué ver el conjunto y focalizar en cosas particulares. Fue una experiencia increíble que cambiaba de instante a instante con historias que contar, llenas de personas, caras, animales y estructuras. Al disminuir la luz surgieron figuras diferentes. El cielo

cambió de naranja fluorescente con nubes rosadas y poco a poco se puso gris y lila con naranjas, amarillos y beige. Luego cambió de marrón a gris oscuro. Me concentré en el centro y algo sorprendente ocurrió. De repente todo el conjunto se llenó de pequeñas luces que también brillaban como un halo alrededor del perfil. Y estaba viendo los espacios pequeños entre las hojas que también cambiaban constantemente con el color del cielo. Y lo maravilloso es que esto es la vista que tengo frente a mí todos los días al atardecer en mi hamaca y es la primera vez que lo he visto así. Es como si hubiera abierto una puerta a otra dimensión o Soñando. Veo caras en el contorno y dentro del follaje. Veo a un lobo que se transforma en camello y luego caballo con una persona montada encima, seguido por otros abriendo camino en caravana hacia el horizonte. Distingo a un tipo de papá Noel en su trineo cargado que voltea a sonreírme. Ahora a un viejo sabio con mirada intensa. Ora un castillo. Ora a un ser saliendo de la tierra, hundido hasta los hombros y de su cabeza salen todas estas ramas llenas de historias. Veo a una madre reconfortando a su hijo al


estar allí y se mueve hacia él cuando el hijo se movía hacia ella. Como imanes. El flujo de la luz del cielo es indescriptible en sus sutilezas y gradaciones. Lo único que sé es que me dejó sin aliento y asombrado de su belleza. El verde cambia. Primero todo brilla verde dorado y luego los lugares que brillan son como focos de luz que se va alejando hasta volverse negros. Pero con su contorno de formas contra el cielo, lo oscuro hace brillar aún más el fondo luminoso que se oscurece. Y luego todo espera la llegada de la noche, alzando hacia arriba hacia el cielo, el universo. Salí y allí estaba la luna y unas estrellas brillantes y todo se ilumina de otra forma. Las sombras en el piso de las ramas de las plantas crean otro mundo de sombras y luces en constante juego de movimiento si hay brisa. Las nubes combinadas con las estrellas crean caras y figuras con historias. La abundancia es asombrosa. Emily Dickinson dijo: “Quien escucha puede ser incrédulo. Quien atestigua, cree.” Acabo de hablar con Mónica. Le mostré mis dibujos y me dijo que no sabe dibujar pero que sí le encanta trabajar con los hilos en sus telas bordadas. En una sesión de ayahuasca y en un sueño vio una tela preciosa que un joven le mostró mientras cocinaba ayahuasca. Ella recuerda el diseño en su cabeza. Es su arte. Me va a hacer

una camisa y pantalones con ese diseño, me dice. Y que yo haga un cuadro con ese diseño que es el corazón de ayahuasca, me sugiere. Hablamos de cómo es cuando estamos pintando o tejiendo o cosiendo. Pensamos cosas, resolvemos trabas, miedos, rabias, tristezas, alegrías, sueños y todo esto se va impregnado en nuestra creación. Por eso son curativos y de conexión emocional. El sol va y viene de entre las nubes llevadas por la brisa. Las aves cantan lejos y se acercan cada vez más de vez en cuando. El techo de la maloca avanza de a pocos. Todo está quieto. Siempre digo esto pero es notable. Hay mucho excesivo correteo en la ciudad. Acá en el campo hay momentos de mucha actividad y una gran cantidad de estímulos, desde los sonidos y las visiones a los trabajos realizándose, además del canto de fondo de la Naturaleza. Pero llegan de vez en cuando estos momentos de silencio y calma alrededor, se puede sentir como una ola que pasa por el ambiente. “Un momento de paz,” lo llamo. Es un poco la sensación de tocar música o cantar en las ceremonias y después hay una calma silenciosa deliciosa que es bálsamo para el espíritu - el placer de ser. Aquí todos nacen rodeados de familiares no sólo cercanos sino de aquellas personas que van y vienen constantemente. Y todos son

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mamás, papás o tíos - todos son parientes. Estar a solas es muy inusual acá.

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A la hora del atardecer los chicos fueron donde Roy y su enamorada pero Ronín vino llorando y con cara de perdida y asustada. Me miraba como si no me conociera. Le indiqué acercarse y se quedó allí en medio del camino, masticando un gancho de pelo y con una manzana en la otra mano. Por fin se me acercó cuando le ofrecí un poco de hierba luisa. Bill y Zenia pasaron y Ronín vino a mi lado. Zenia tenía el machete por el filo en sus manos y Bill sólo se rió, diciendo que el machete no tiene filo. Ronín subió a mi regazo y le di hierba luisa de la taza. Luego le canté con mi mano en su estómago, donde reside el miedo y luego le saqué el miedo por todas partes. De su cabeza no quería. Moví mis rodillas para sacudirla un poco y darle algo de energía. Me miró y yo le sonreí e hice sonidos de ahuyentar y botar. Miramos la hermosa tarde juntos en silencio. De pronto se echó para atrás y me miró largamente y comenzó a lloriquear. Un poco más de hierba luisa, un momento de calma y fuimos caminando a la casa de Amelia. Amelia la ayudó a orinar (tanta hierba luisa) y luego me dijo que Ronín se había caído de la hamaca y que una hormiga grande le había picado el dedo cuando ella buscaba algo en el zapato de Pasquel. Se asustó y eso le hinchó la

barriga y tiene tos. “Mañana estará mejor,” le dije. “Tiene una esencia alegre y sociable - resurgirá.” Por fin, en la hamaca, aprecié otros cambios en la escena frente a mí. Los colores diferentes en el cielo, la ubicación de las nubes atrás y su formación contribuyeron mucho a la visión. A las finales el cielo queda en un azul profundo que lentamente se convierte en oscuridad de diferentes tonalidades, según la yuxtaposición de la luna. Acá alumbra fuerte cuando hay luna llena. Cuando no hay luna, el cielo se vuelve oscuro y profundo. Las plantas parecen elevar sus ramas más arriba no sólo para recibir la lluvia, el sol y el viento sino también para agradecer, alabar, estirarse hacia lo alto. La curación personal casi siempre requiere de un tiempo y espacio aparte en la vida, para bajar de velocidad y prestar atención a lo que bulle dentro. Hoy es el primer día de San Juan. “Es mi día,” dice Amelia. “Entonces irás a celebrarlo con baile y cerveza,” le digo. “No hay plata para poder hacer eso,” me dice y nos reímos. Soplé el local con perfume. El perfume contiene plantas secas que son curativas


además de las flores. El perfume protege y atrae a la vez. Al soplarlo adentro y por las ventanas, mando esto hacia el local. Luego me lo echo. Fui a hablar con Amelia. Me dijo que el mercado estará abierto entre las 5 y las 9 a.m. y de allí cerrará hasta fines del paro. Amelia le dijo a su amiga que a partir de mañana debe rematar todos sus productos y la amiga sólo se rió. El camino al albergue está muy transitado con idas y vueltas de motocarros a cada rato, transportando personas y cosas, levantando polvo y haciendo mucha bulla. Y las fiestas de San Juan ya están con todos los parlantes alrededor. Van a ser dos días de bullicio. Este gran jardín de plantas medicinales es curativo en sí. Mis sentidos se abren y se expanden y siento el afecto en las relaciones. El futuro es sólo una serie cambiante de momentos, aquí y ahora. Por lo tanto, podemos planear muchas cosas pero la realidad es siempre mucho más compleja y fascinante. Todos han salido. Salió un arco iris entre truenos y ahora está lloviendo. Ojala que pase pronto porque los Shipis tienen su concierto esta noche. La brisa se convierte en viento. Todo se mueve. Todo suena. La lluvia es suave y regular, no torrencial.

Quizás amaine un poco la nube de polvo levantada. Hoy día es como si hubiera un concierto de altoparlantes en cada barrio. El sol brilla y al mismo tiempo llueve. Es bueno para las plantas. El sonido de gotas gruesas apaga un poco la bulla cercana. La lluvia trae su olor de ozono, todo se baña, se refresca, y brilla un poco más con esa patina líquida que refleja al sol. Es una belleza y una historia. Los contornos de las plantas comienzan a revelar formas. Estoy muy atrapado por la luz y sus matices en estos días. Y después de la lluvia hubo un arco iris espectacular. Hoy también es feriado. ¿Será un día agitado o más tranquilo? Como la gente tiene que aprovisionarse por una semana o más de paro supongo que habrá movimiento. Puedo entender la situación pero me incomoda. Esta

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región es pobre. A pesar de los negocios y agitado movimiento por ríos y carreteras, el elevado precio de la gasolina afecta al transporte. Pagamos 19% de impuesto a la venta en el Perú. Estuvo exonerado aquí por el gobierno anterior. Este gobierno actual, no. Así que el precio de las cosas sube y la gente compra menos y pasa más hambre y privación. El paro es para que el gobierno retire su decisión, para que baje el precio de los combustibles y que exonere nuevamente el pago del impuesto a la venta en la región. Y me ha tocado la suerte de estar acá en medio de estos hechos. La pregunta es, como siempre, ¿adónde va el dinero y qué se hace con él? Debería ser como la medicina en China antigua. Si el médico logra curarte, págale. Si no, no.

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Hay una gran inteligencia detrás de la complejidad de la vida interrelacionada acá.

El Paro

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Vivimos más aislados en la gran ciudad a pesar de estar rodeados de mucha población. Allí tenemos que viajar para hacer conexiones con las personas importantes en nuestras vidas. Igual acá, pero la diferencia es que el sentido de la comunidad está por todas partes y esta consciencia de que todos tenemos relaciones familiares cambia en algo la actitud en las transacciones. De repente comenzó a llover fuerte, la lluvia esperada desde hace días. Vino Lino para ver si goteaba el techo y para buscar refugio. Él informó que el paro también incluye el reclamo de los profesores por el incremento que prometió el presidente y que no se da todavía. Ellos ganan un máximo de 200 dólares o 600 soles mensuales. Con la vida cada vez más cara no pueden abastecerse con lo que ganan y su reclamo es justo. A ver qué pasa …

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aestros, impuestos y transporte son parte de una cadena. ¿La cabeza respondería con cinismo o el corazón respondería con compasión? Lo ideal para los organizadores de este paro, ¿quiénes serán?

es que nadie salga de su casa. La única forma de controlar eso es con amenazas de violencia y esto produce la represión de emociones fuertes o su explosión. Produce un clima turbulento y cargado. Si no viajo,


estaré en solidaridad al interrumpir mis planes y estar acá tranquilo hasta poder salir. Lino me dijo que después del paro, el trabajo de él es ir a la comunidad de los madereros para ver y conseguir madera y probar comida del monte. La lluvia ya pasó y me explica que el peso de la lluvia aplana las hojas y así después de la primera lluvia, ya no filtra agua. El camino ya estará lleno de barro y al pasar los motocarros dejarán sus huellas y será difícil el tránsito como antes. Pasar un buldózer para aplanar el piso de tierra no necesariamente soluciona el problema. El apuro de quien quiere

Otro Asalto

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ganar dinero para su alforja, hace que se perjudiquen los demás -no termina la obra y usa mal su poder. Al regresar a mi casa encuentro un charco en el piso y le aviso a Lino. Viene a ver y dice que efectivamente habrá que hacer algún arreglo allí y lo verá la próxima vez que llueva. ¿Dónde estará para ese entonces?, me pregunto. Vuelan dos pequeños jets de la Fuerza Aérea sobre la zona en preparación para el paro de mañana. ¿Representa la presencia militar una amenaza o una vigilancia? Es difícil saberlo.

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ino Amelia apurada y asustada. Había cambiado 100 dólares para comprar las hojas que faltaban para el techo y los víveres de los próximos días. Al cruzar la calle, tres hombres jóvenes la asaltaron, llevando sus brazos atrás y arrancándole la bolsa que contenía su dinero más la bolsa del mercado. Se quedó como para desmayarse después. Primera vez que la asaltan así, y en San Juan. Felizmente había dejado sus documentos y mi celular en la casa de Eva en vez de meterlos en el bolsón. Me contó con lujo de detalles y encima, le habían

descontado 10 soles por el billete de dólar que según ellos estaba manchado. Ahora tendrá que ir a otro lugar acompañada de Eva. Siempre cambia dinero dentro de una tienda. “Esta vez deben ir alertas y con machete,” digo. Se ríe. Tiene dolor de cabeza por el susto. Decidimos con la imaginación meter sapos, culebras y ratas hambrientas en una bola plástica que cargaría consigo para los ladrones eventuales y que cambie la plata en el banco y que se meta la plata en su sostén y que salgan de allí para comprar en Yarinacocha. Otra vez la mala

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suerte, la brujería, nos está rondando. Me dijo que asaltaron a una orquesta acá cerca, después de su presentación de San Juan. ¿Tanta desesperación hay de los flojos que tienen tiempo para pensar en estos atracos? Ahora estará más alerta y precavida, dice.

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Vino Lino mientras barría por la maloca para decirme que por Pucallpa el paro es total y no se puede circular. Su hijo que tiene motocar va a traer hojas, dice. Van a reemplazar las hojas podridas y terminar bien el techo. Quemarán las hojas que no sirvan y sus residuos servirán para abonar las plantas. Los jóvenes han venido a trabajar con su proyecto de piscigranja de boquichico, y parecen estar divirtiéndose por los alaridos y las risas que se escuchan a lo lejos. Amelia me informó en la tarde, cuando iba a inspeccionar la maloca, que ya había comprado las cosas para poder pasar el paro. Cuando miro las texturas y los diseños que existen entre las hojas de los árboles frente a mi vista, puedo pasar horas asombrándome y preguntándome cómo captar la compleja magnificencia de todo esto en una foto o pintura. Me quedo con la posibilidad de quizás captar una pequeña porción, pero la esencia es tan grande y tan cambiante que nunca la podríamos controlar. Sólo hay que vivirla porque estas capacidades son

innatas en todos nosotros. Es volver a abrazar a esta parte animal nuestra de buena manera. Y sentir nuestra interdependencia con la Naturaleza otra vez desde los pies. Redescubrimos así cómo nuestro organismo nos apoya si nosotros nos cuidamos. En la ciudad hay demasiados estímulos y a veces me saturo atendiendo a un gran número de ellos. Han tenido un problema para traer hojas porque todo está parado. Puede ser que no hay pase a pesar de lo que dijo Lino. Al regresar a mi casa me encontré con Milke, así que di la vuelta y venimos caminando a la casita. Me habló de su tamborista que es músico destacado en la Marina y que se siente aburrido. Quiere enseñar música al grupo de los Shipis porque no se levantan, no mejoran, no quieren aprender. Ofrece dar 15 días de clases y evaluar. Y seguir buscando a músicos hasta encontrar a un grupo que sí quiera surgir. Para el concierto encontraron a un bajista a último momento a quien lo había traído el tamborista. Le dijeron que el grupo iba a ir a Ecuador y vino por eso. El tamborista quedó en pagarle y que los Shipis no le paguen nada. Agregamos la idea de comenzar ya con jóvenes que quisieran aprender para formar a una segunda generación de Los Shipis. Milke, cansado, se ha dado cuenta que tocar una noche y luego la siguiente mañana es


más que suficiente. Su idea de tocar dos veces al mes es aceptado por el tamborista. Le reafirma diciéndole que vayan lento, que paso a paso vencerán a todos los demás, porque estarán practicando, aprendiendo y variando su música. Milke me dijo que en el último concierto estuvieron con kushma en pleno sol y se llenó el local. Era la primera vez que le dieron un espacio así. Le querían entrevistar en la radio y la prensa estuvo presente. Todo se cohesionó y salió bien. Pero ahora va a tomar tiempo para sí mismo y pintar. Más tarde vino Amelia que había ido al mercado con Mayco para comprar pollo para el almuerzo. Mayco se quedó afuera y ella se metió en el mercado. Compró el pollo y esperaba su vuelto cuando alguien gritó “Saqueo!” y todos salieron despavoridos,

empujándose contra puertas grandes y cerradas hasta poder salir a la calle. Mayco se había escondido con las otras cosas compradas ¡pero perdieron el pollo y el vuelto! Milke al salir de Yarinacocha, para llegar acá en motocar con Karina, estuvo rodeado por 4 individuos con vidrios para pinchar la llanta pero como le conocen, le dejaron ir esta vez. Es fuerte el paro. Acá se ponen bravos y hay golondrinos (ladrones) que roban y producen violencia. Ya han venido los obreros con las hojas y están trabajando el techo de la maloca. ¿Cómo lo lograron? El tío está cultivando con los muchachos en la cocha y todo avanza como si fuera un día normal aunque no se escuchan los motocarros. Con la excepción de un jet de la Fuerza Aérea que circula dos o tres veces y luego desaparece, no hay bulla.

............... Las Plantas nos Cuidan

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as plantas están acá porque las cuidamos y nos cuidan a nosotros. Son utilizadas por muchas manos que recogen su medicina pero no las matamos. Siguen produciendo mientras las cuidamos. Es una metáfora para nuestras propias vidas. Los bimpish caídos hacia un costado por los

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fuertes vientos del otro día tienen sus raíces parcialmente levantadas al aire y todavía viven. Podamos lo que les pesa y eso produce más ligereza al tronco y así pueden estabilizarse de nuevo.

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Anoche a las 9 escuché a Amelia tosiendo fuera de mi casa. Me levanté y le pregunté si estaba bien. Me dijo que habían estado soplando las casas porque Roy, al dormir ayer, escuchó un silbido desde el rincón de su casa. Era un tonche que sale cuando la luna está ascendiendo. De allí hablamos de los tonches. Y también del vecino que vive al costado, que no trabaja y que deja que la propiedad se haga monte. El problema es que no tienen título de propiedad. Pertenece a un grupo. Nosotros sí tenemos título y como todo crece y hemos puesto árboles y frutales, según el ingeniero que vive en frente, no tenemos problema y no nos van a invadir o intervenir. Donde hay monte, casas abandonadas y tierra sin usar, esos son los terrenos que la gente quiere invadir. De allí hablamos de cómo se han tenido que defender entre sí después de ahuyentar a unos ladrones que trataban de robarnos a las 9 de la mañana y un hombre extraño que estaba debajo de un árbol, al fondo de la propiedad ajena. Pitos, vigilancia toda la noche, balas al aire por una semana.

Le pregunto si a ella no le asusta que la maten. “Total no vivimos para siempre, una enfermedad es larga y difícil. Que me maten. ¡Es más fácil y ya está!” Se ríe. Me informa que escuchó que el paro era sólo por 24 horas y que habrá otro en Julio. ¿Chisme o será cierto? ¿Me permitirá viajar? Escucho todo en silencio, excepto al político con su altoparlante a quien no quiero prestar atención. ¿El paro sigue? De lejos escucho un rugido grande, como una ola de voces masculinas como ooooo… Pensé que era un NOOO, que el gobierno había rechazado sus demandas. Pero era ¡GOOOL! ¡porque el equipo peruano de fútbol estaba ganando un partido! Los zancudos ya pican demasiado y me voy al mosquitero. Tenemos mucho piñón colorado acá y regular cantidad de shibón, guava y bimpish. Tengo cuatro toés en fila hacia la casita. Hay frutales. El piñón ha sido la primera planta que he conocido hace años atrás cuando me bañé con ella por 15 días. En ese entonces tuvimos que comprarlo. Ahora tenemos la planta de la vida y piñón en mayor cantidad. Y la planta frente a la casita de arte flirtea conmigo. Será que con ella comenzaré mi investigación de su mundo.

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Las Historias Antiguas del Tío

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iene un tío anciano lleno de historias de los tiempos antiguos. Milke nos habla de la ceremonia del corte del clítoris en algunas mujeres que primero fueron observadas y luego elegidas. Eran bellas, cantaban bien y como las elegidas, tuvieron mucho poder en el pueblo shipibo. Las embriagaron con masato fuerte, las cortaron y las mujeres pasaron meses en cama. Supuestamente terminan con poderes especiales. También si los hombres se molestaban entre sí, salían con su navaja afilada hecha de madera para cortarse entre ellos transversalmente, en ángulo. Primero uno corta al otro en el cuero cabelludo de oreja a oreja. Luego es el turno del otro. Tienen cuatro golpes cada uno hasta vencer, morir o quedar empatados. “Si rescatamos la cultura esto es parte de ella y tiene que ser conocido también aunque hoy en día felizmente no se practica de ese modo.” “Vamos a escuchar y grabar al tío mientras cuenta.” Mientras cavilaba, comencé un nuevo dibujo y vino Graciela. No la reconocí. Me contó cómo ella había estado muy enferma, muriendo, y que su esposo y su tío no la podían curar a pesar de ser curanderos. Una comunidad de una iglesia pentecostal sí

la sanó con baño de florecimiento, atención y sentía cosas salir de su cuerpo. Después se llenó de luz, energía, y visiones de millones de diseños. Después me contó que ella y su esposo viven un caos. Él vive con otra mujer que le acompañaba en sus ceremonias. Hablamos de esto, de las dinámicas y le pinto visiones de lo posible con el escenario que me presenta. Se siente mejor, más relajada. Ella sale y llega su esposo y me pide chequear el trabajo que me había dejado anteriormente. Me dice que Milke le había invitado cerveza y que se siente un poco mareado. Nos despedimos con el gusto de vernos y se van juntos como si nada. Me presentaron una nueva realidad y me di cuenta que podría estar presente sin involucrarme en su drama. Vino Milke y hemos venido a la casita porque quiere tocar música. Está presente la luz profunda del atardecer. En la creciente penumbra me habla de su iluminación en esta casa. Comenta cosas de su aprendizaje con las plantas, habla sobre la evolución y color de mis pinturas. Me sugiere no mostrarlas excepto a personas selectas. Y sólo cuando siento haber captado lo que quería ilustrar. Me aclara acerca del mundo

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de los merayas, lo que van enseñando las dietas y cómo cambiar de formas, convirtiéndose en animales para el olfato, para la vista, para el oído. Su experiencia les lleva también a poder hablar con otros a distancia desde el espacio de la ensoñación, escuchar el idioma universal de las plantas

y hablarles, usar la matemática para lograr una curación cuando una bebé cae de la hamaca y tiene susto. Investigan. “¿Qué pasó? ¿Qué altura tiene la hamaca? ¿Cómo cayó? ¿En qué ángulo cayó? ¿Qué pasó después?” Y trabajar desde allí porque el susto también está en los adultos.

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Un Cuento

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abía una niña que se llamaba Ronín que se creía pajarita bailarina y dormía en el aire en una hamaca. Pero una noche cayó a la tierra. No se murió ni rompió nada. Felizmente. Pero la caída la asustó. ¿No era pajarita bailarina? Así al gatear y buscar entre las cosas en el piso, puso su mano en el zapato de su hermano mayor y le picó una gran hormiga que no la soltaba. “No invadas mi casa o te pincho,” gritó la

hormiga. Aterrada, la niña chilló hasta que los adultos cercanos le quitaron la hormiga. Atolondrada, nerviosa y llorona, chupaba lo que tenía en su mano para reconfortarse. La niña andaba con la barriga hinchada. “Es susto,” dijeron. Al relajarse, recibir atención y luego de rescatar y colocar su alma de nuevo, la niña se recupera y ahora está alegre otra vez y un poco más cuidadosa. Ya no es tan bebita. “Todos crecemos así.”

L

representantes de acá vayan a Lima pero acá exigen que vengan los oficiales de Lima porque acá no hay vuelos. ¡Ja! ¡Qué dilema!

............... El Paro Sigue Fuer te

os vuelos ya están cancelados y el aeropuerto está cerrado al tráfico comercial. El gobierno ha pedido que dos


Bueno, me abro a la experiencia. Los chicos juegan por acá - hay nueva sangre, el hijo del tío. Con el paro que sigue hasta el sábado cuando el gobierno va a dar una respuesta, siento que voy a estar varado acá indefinidamente. Estoy tranquilo por el momento pero ya faltan cosas. Felizmente tuvimos plata para comprar algo de víveres en los comienzos. ¿Y aquellos que no pueden? Su diario es lo que usan para poder comer. Si no hay entrada no hay diario y no hay comida. El disgusto, la rabia y la angustia aumentan. Allí es donde los comunistas entran con su discurso acá. Es la primera vez en años y años que experimento esta sensación de estar atrapado sin salida. Antes, con mi agenda, me habría desesperado. Ya no. Lo tomo como parte de la aventura.

Las nubes están iluminadas de una forma especial por la luna y antiguamente dijeron que esta configuración significaba mucha playa, sequía este año y pocas lagunas. Ir a la playa de los ríos es ver tortugas que salen a depositar sus huevos en la noche. He perdido la noción de tiempo. El santo de Mayco no era ayer sino hoy y ya habían matado el pato para celebrarlo. Mi error pero me hicieron caso. Vaya responsabilidad. ¡Bueno, Mayco, celebras tus 9 en dos días y no en uno!

Regresé a mi casa con Mayco, recordando que ya celebraba sus 9 años. Ya es un chico grande. Vinieron sus padres que no lo habían recordado. Le hice un dibujo celebrando sus 9 años y él escribió una canción para celebrarlo.

Dicen que unos golondrinos han matado a un mestizo, abajo, en la población. Dueños de una propiedad han invadido la propiedad de un grupo étnico en frente y ellos defendieron su terreno pero eran pocos. Van a desatar una guerra si no tienen cuidado. A pesar de los rumores de levantar el paro, este sigue. El grupo de los Shipis va a salir por el río en la noche y regresarán en la mañana dos días después, siempre y cuando les den pase.

Ayer en la noche todo estaba tranquilo y salí a la luz de la luna casi llena para caminar por los caminos. Era de una extraña belleza. Toda la chacra parecía más abierta y más ordenada. Al quedar afuera de la casita de arte, las plantas y sus contornos parecían centinelas y animales vigilando, cuidando.

Capirona, quinilla y caimitillo son las maderas usadas en la casita. Quinilla es la madera más dura de la selva y cuando se seca no entra ni un clavo de acero. Betto, jugando, se colgó y se estiró de una viga transversal y dijeron que la casa no caería por la firmeza de la madera. Vino Karina con un

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plumaje precioso que me había hecho para llevar conmigo. Milke ha ido al mercado para buscar comida otra vez pero todo está cerrado. Hoy comeremos huevos con arroz otra vez.

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“Ya vuelvo” significa “regresaré pero no sé cuándo.” Quizás por defensa, aquí la relación con la comunidad es más importante que la relación con uno mismo. Mayco y Pashco vienen con una bicicleta prestada para ayudarle a Mayco aprender a manejarla cuando tenga una. Está todo emocionado corriendo por la colina con los pies en el piso como frenos. ¡Todo es un juego para ellos! Milke vino para mostrarme unas telas que está pintando y que su mamá va a bordar - una nueva artesanía que van inventando. Salió y más tarde pasó jalándome a la casita porque no quería estar solo, se sintió impar. Nos instalamos y comenzó a llover. Gotas por separado golpean el techo, el viento gira todo

alrededor, el aire está fresco y cargado, los niños juegan afuera. Todo vibra con mucha energía. El aire casi invita a levantarnos y bailar con él. Hay una atmósfera dramática con el sonido de las hojas golpeándose, viento fuerte por las ventanas y los espacios entre las maderas de las paredes, movimiento todo alrededor sacudiendo y elevando. Lo ordinario se vuelve extraordinario. Podemos ocupar espacios mitológicos otra vez en la imaginación y la forma en que narramos nuestro proceso vivencial. De nuevo, de un instante al otro, sale el sol, todo está quieto, y el calor se deja sentir. Las nubes se van acumulando en el horizonte como burbujas dentro de una lavadora. Algunas ya vienen cargadas y oscuras. Paso a paso se juntan y llueve. El proceso resulta fascinante. ¿Cómo se va acumulando la energía para producir un fenómeno así? Hay mucho misterio acá que todavía no entendemos.

............... Estado de Emergencia

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a huelga sigue pero ya se ha convertido en un estado de emergencia. En el día la gente puede circular sin reunirse para protestar. Hay orden de disparar. No pueden estar en la calle después de las 6 de la

tarde, hora ya oscura. El rumor es que algún grupo tomó la Telefónica y robó sus computadoras. Supuestamente todo está suspendido sábado y domingo hasta recibir respuesta del gobierno y de allí seguir o


no hasta el lunes. ¿Habrá vuelos? ¿El aeropuerto abrirá? La gente se informa por radio o televisión. Pero nadie realmente sabe lo que está ocurriendo. Un paro postergado se convierte en huelga indefinida que a su vez se convierte en estado de emergencia. ¿Qué es lo que está emergiendo de esta zona tan rica en recursos y tan olvidada y maltratada por los gobiernos centrales? Sin darse cuenta que parte de sus orígenes como nación y colectividad nacen acá, la vida que tienen los pobladores para poder vivir en esta zona con las condiciones que existen es totalmente diferente de la vida en las ciudades de la clase política. Todo está denso, enredado y exuberante. Así vivimos, con la incertidumbre como constante en estos días.

Vinieron Karina y Milke para ahuyentar a un búho de mal agüero que está rondando por mi casa, que quita sueños y saca un ojo a los chicos para llamarlos “ven ven” para llevarlos a su mundo. Es una creencia para hacer dormir a los niños. Tampoco hay ceremonia hoy porque al refinar dos ayahuascas aguadas, que probamos sin visión el otro día, ¡se les acabó la leña! Mañana será. Bien, a dormir. La luna está redonda, brillante y preciosa.

............... Una Historia de Amelia

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melia me busca conversación. Todo está cerrado porque hay montones de personas en la calle protestando. No hay plátano que es la comida estable acá. Y me muestra cuánto cuesta y del tamaño chico. Ella discute con su amiga la vendedora que saca un poquito y vende caro, diciéndole “¿Qué prefieres? ¿Vender o que se pudra todo?” Mezcla grandes con chicos y cobra

caro. Esta Amelia me hace reír. Me cuenta que ella una vez vivía en otra casa y a eso de las 5 a.m. pasó un tumulto de hombres con el torso desnudo, vinchas en la cabeza, con machetes, clavos y hachas, gritando, “Que vengan quienes vengan, nosotros los matamos.” Ellas se preguntan entre sí, “¿Quiénes serán?” Parecían borrachos. “Con el poder, en masa, ya no son personas,”

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decían ellas. Y Amelia salió a investigar. Una señora la llamó para esconderla debajo de los muebles de su casa mientras le decía, “Tienes que esconderte porque ellos están buscando a alguien con quien pelear.” Se escondieron en la casa de la señora todo un día, escapándose a la bodega, que vendía a escondidas, comprándole comida y agua para la señora. Amelia y su prima deciden escaparse de la zona y regresar a su casa. Habían llegado para vender su artesanía cuando ocurrió todo esto. Amelia conocía el camino. Su prima la seguía. Corrieron y se escondieron. Escuchaban algo y se escondían. Luego corrieron por un campo abierto quemado para luego descansar al otro lado. Buscaron una bodega para tomar agua. Les tomó todo el día para llegar a la casa de las hijas de Amelia, Raquel y Judith. “Mejor que una película,” le digo. Se ríe. Dice, “Ya sé cómo es acá. Es bravo. No salgo y si voy un ratito ya regreso, porque yo soy libre. Aquí estamos atrapados, pero yo soy libre. Se resolverá. La gente no aguanta tanto. Hay mucha necesidad acá. No hay trabajo. Los precios suben y la gente no puede aguantar. Sus hijos no comen, no hay colegio ni clases, no pueden trabajar. ¡Que venga caminando el Presidente con una soga por su cuello!” Y se ríe. Hablo con Lima. La noticia pasa desapercibida allá. La compañía de aviación en Lima dice

que puede haber vuelo mañana pero no responden acá. En Lima no piensan en el dilema ajeno a menos que estén conectados emocionalmente con cierta zona. En último caso estamos bien acá. Tenemos frutales. Hay hojas de yuca para ensalada y sopa -son nutritivas. Hay huevos, arroz, papas. No hay plátano pero tenemos otras cosas. “No quiero comer plantas y nada más,” protesta Amelia. Otra historia es que el primo de Karina está grave. Hubo una escena la noche anterior en que la gente estaba en sus casas durmiendo cuando los malandrines de los mestizos amordazaron y ataron a unas 15 personas para robarles. Dejaron a la mamá y a la hermana de este primo atadas y se lo llevaron a él, le golpearon y le cortaron el pie. Su papá no lo pudo rescatar hasta las 6 de la tarde y está grave. Era blanco de los invasores. La vida a veces es tan precaria acá entre los pobres y los envidiosos. Alguien quema monte seco por acá. Las gallinas picotean. Es la hora del atardecer. Una oveja bala de cerca. Hay risas y aparecen los grillos. Ha sido un día lento y fructífero y con la consciencia dividida entre aquí y allá afuera. Pero … la tierra canta y es esto lo que acompaña al terminar la tarde.

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Atrapados e n la Incer tidumbre

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ilke y su grupo salieron por lancha a las 3 de la mañana para su concierto en la comunidad. La luna estuvo llena toda la noche hasta la mañana temprano - brillaba y alumbraba mi mosquitero como foco prendido desde las 4. Esta mañana escucho bulla desde la ciudad, como si todo se normalizara. Lo único que no está claro es sobre el aeropuerto. La ambigüedad surge al

querer irme, porque ya se estableció la fecha de viaje, con deseos de estar en control versus la realidad de querer quedarme y continuar así, sin tener que enfrentar la agitación de la ciudad. Y la vida ofrece este paro que interrumpe la normal vida de la región. Las mujeres se quejan mucho de la situación del encarecimiento de los víveres y la especulación que conlleva.

............... Los Costos del Paro

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melia me trae tres mangos que le costaron tres soles. Un racimo de plátanos que antes costaba cinco soles ya cuesta 38. Maracuyá estuvo en 2 soles cincuenta y ahora está en cinco soles el kilo. La especulación está creando un gran resentimiento en la población. En el barrio donde vive Eva, la hija menor de Amelia, los vecinos saquearon la tienda de la esquina. En vez de atender por la ventanilla, abrieron la tienda y los vecinos entraron en masa y robaron todo. ¡También me avisa que la mamá de Juan Carlos ha cortado el pie de un ladrón con un machete! El puerto está

abierto entre las 5 y las 9 de la mañana y luego cierra. La gente va allá para comprar pescado y comienza a desesperarse para conseguir comida para sus hijos. Fuimos con los chicos y sus amigos, Cintia y Efraín, al nuevo albergue, al final del camino. Es un mamarracho con edificios grandes y feos, rampas, agua estancada y un jetski para la laguna, peces, juegos para niños, auditorio, etc. Va a ser un lugar de bulla y plata. Pero es feo y de mal gusto. Después de ver el horror de lo feo del albergue que está construyendo el presidente de Electro

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Ucayali y ver la cantidad de dinero que ha invertido durante dos años sin concluirlo, diría que atraerá a gente por la novedad de cosas, un tipo de resort hotel de primera categoría en la zona con un gusto estético de

Disneylandia combinado con un desaprobado en arquitectura. ¡Y han traído una línea eléctrica para eso! Me gusta mucho más nuestro espacio sencillo, con una estética elegante y unificadora.

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Visitas

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ino Lily para conversar. Tomaron un bote en San Francisco, una comunidad shipiba, por la laguna de Yarinacocha y ya no hay movilidad para retornar. Se quedan acá unos días. ¡Qué conveniente!

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Al levantarme a las 6, la luna llena está en el cielo sobre la maloca que está iluminada por el alba. Hermoso. Amelia cultiva las hierbas alrededor de las nuevas plantas que hemos sembrado. Me dice que han llegado 1000 soldados de Lima y que nadie puede salir de sus casas por dos días y que luego, a partir de mañana, pueden salir a las 9 a.m. pero que la huelga continúa. Así que la situación está brava y estamos atrapados mientras las fuerzas del orden y las fuerzas de lucha resuelven su pliego de reclamos. No se le veía venir de esta forma pero aquí estamos en medio de un lío social -parte del paquete.

La mañana está quieta. Después del perifoneo acerca de la huelga y quedarse en casa, sólo se escucha la brisa, y los gritos eventuales de los niños. Fui a mi casa para cortar diseños en un palo botado por allí. Mayco me trajo un pan frito en sartén para compartir y dijo que hoy en la tarde cocinará y me traerá otro. Vuela el águila sobre la propiedad, recordándonos tener una vista alzada de todo este proceso. El tío, varado aquí, sigue cultivando y es una ayuda mutua inesperada y necesitada. Diógenes que iba a regresar a Dinamarca, su comunidad, desde Cusco, debe estar varado en Cusco o Lima y allí gastará todo el dinero ganado. Injusta la vida con los pobres pero conocerá estas ciudades por primera vez en su vida y sabrá cómo es la existencia allá comparada con la de su comunidad.

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R eflexionando Sobre el Paro

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a sensación que yo tengo con todo esto es que el gobierno, frente al reclamo y al paro de protesta de una región del país, en vez de estudiar bien, dialogar y enterarse de cómo sus medidas afectan a la población, responde con represión - mil soldados con orden de disparar, estado de emergencia y toque de queda con ninguna respuesta verbal frente a los reclamos hechos. Es una respuesta autoritaria y no democrática. Los políticos han convertido la protesta en una batalla de ideologías y posiciones de poder que afectan a todos. Para la gente acá, el APRA y Alan García muestran su verdadera cara con esto a pesar de las promesas incumplidas que hizo el presidente antes de ser elegido. Es por eso que hay tanto cinismo con los políticos. Fui a almorzar cuando los chicos estaban en mi casa. Amelia tiene que dar de comer a

“las visitas”- ¡son algo como 7! Hay pescado y ensalada. Hace milagros. Ella se mueve libremente en medio del laberinto. Vino Lily en la mañana cuando yo estudiaba pero no tenía muchas ganas de hablarle. Me dijo que en la radio informaron que venía un Ministro del Gobierno - ¿El de Economía o del Interior? Que un avión Hércules va a llevar pasajeros. No lo creo. Las “huéspedes” están afuera con un palo golpeando los bimpish para recoger la fruta que cae al piso para el desayuno. En realidad no somos dueños de esta tierra sino cuidadores de la misma y a pesar de poner alambrada y tener título, todo lo formal. En cuanto al mundo de la Naturaleza, la tierra pertenece a todos y da sus frutos por igual.

............... La Huelga Sigue

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inieron Karina y Ronín. Karina me dijo que la huelga continúa. El presidente

regional dijo que entraría en huelga de hambre porque lo único que quiere el

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gobierno es que vaya una comisión allá y no venir el Premier Jorge del Castillo acá. Alan García como respuesta dice, “¡Nadie en el Perú ha muerto por estar en huelga de hambre!” ¡Qué cínico, pero sí mandan a 1000 soldados! Hubo una manifestación con apoyo de comunidades nativas para levantar la huelga. Ya hay colas largas en las bodegas, escasea la comida, la gente está desesperada y no hay transporte en el puerto, en las carreteras ni el aeropuerto. Todo está bloqueado. Yo ya siento que soy un estorbo acá porque Amelia se preocupa demasiado por mi comida y se levanta muy temprano para caminar al puerto o al mercado a las 5 a.m. para buscar lo que encuentre. Los chicos están aburridos y quieren ir a sus clases. Los Shipis pudieron salir el domingo porque hubo elecciones en una comunidad cercana y todo estaba normal. Ya no hay retorno excepto para apoyar la huelga. Se fueron sin bajista porque Plácido no quiso ir. El pájaro rojo, el único rojo que he visto por acá, flirtea conmigo. Salta de palo en palo y posa en el sol. Es hermoso y libre. Ha venido Lino para hacer una puerta en la cocina. Me dice que Iquitos y Huanuco apoyan a Pucallpa pero que el gobierno no quiere venir porque tiene un saldo con esta región desde su gobierno anterior y la gente no los quiere. Los turistas están

varados en los hoteles, no tienen plata y los hoteles les están dando comida y cuarto gratis. El gobierno quiere tener una reunión en un pueblo alejado cerca de la frontera y los líderes locales quieren que vengan aquí para ver esta realidad. No quieren. Es un impasse. Como las carreteras están cerradas, los productos de primera necesidad que no llegan acá, van a Huanuco o Iquitos. Hay ollas comunes por todas partes y algunos pescadores apoyan la huelga porque hay bastante pescado aunque van desapareciendo otras cosas. En vez de escuchar y tratar de llegar a un acuerdo, el gobierno dice, “Esta es la primera vez,” y para que no se vayan acostumbrando y haya una segunda vez, reprimen y ponen la mano dura. La especulación ya llegó al barrio. ¡Una pierna de pollo para mi almuerzo costó 4 soles! Los bancos van a abrir una hora para dar atención a la gente que tiene dinero allí. Ahora los rumores corren por todas partes y la gente dice que Humala va a tomar el poder y sacar a García. Ya está llegando un ministro con el apoyo de los militares y algo va a pasar. Los chicos están molestos y pelean entre sí y expresan de alguna forma lo que sentimos todos. ¡Hartazgo! Los animales más feroces y más agresivos acá son los seres humanos politizados con el canto de víctimas y pobrecitos. ¡Al regresar a casa me topé con Milke que había llegado de su concierto! Me dijo que


les había ido bien. No iban a ir por la salida de Plácido, el segundo guitarrista, hasta el último momento. Chato ofreció tocar la segunda guitarra y cantar y pusieron a otro en timbales. Era un viaje de 17 horas en lancha, llegaron y tuvieron que caminar por una montaña por dos horas más. Habían llegado personas de 15 comunidades para escucharlos, y les salió bien. Al regresar a Pucallpa no hubo nadie en el puerto y vinieron caminando desde las 8 hasta mediodía. Había 20 efectivos en cada esquina y les dejaron pasar. Soñó que el mafioso senderista atrás lo metió en una batalla por envidia y que entre 6 lo agarraron y le metieron un clavo caliente en su codo izquierdo y él gritaba de dolor pero no emitía sonido. Hoy le duele. Me recordó que “Eras tú que decías

vivir el momento, abrirnos a todo y seguir el proceso. Estás muy abierto y frágil por la dieta y mejor cerrarte un poco como una pared.” Al trabajar con su brazo, salió una imagen y un mensaje como un tipo de espada, como aburrido. Amelia no quiere comer plantas. Me dice que acá hay que ser como los curanderos y vivir en el presente y no prometer nada para el futuro porque no se sabe qué pasará. Amelia más tarde me dice que le dieron un billete falso cuando fue a cambiar dinero después del robo. Salada. Y me avisa que la gente ya comienza a ir en contra del presidente regional que no ayuda a resolver el paro, confronta al gobierno central y poco le interesa de lo que ocurra con la gente - es una lucha de poder político.

............... Las Peleas Shipibas Antiguas

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ino Milke y fuimos a la casita para conversar. Me contó sobre la cultura shipiba y las peleas. Fascinante. Los hombres pelearon con un cuchillo curvado o un palo largo de canilla negra que es un árbol duro de tumbar - toma varios días. Con su machete y cuchillo tallaban la madera para crear su arma, con filo agudo alrededor y un poco levantado en el centro. Con esto cortaban

cabezas y sacaban trozos de carne. Iban a la batalla en pantalón negro con bordado abajo, ataban un trapo alrededor de la cintura y un trapo blanco en la cabeza. Si al pelear con otro compañero le vencía y seguía atacando, intervenían las mujeres con el trapo para bajar el arma. A cada uno le era permitido un solo corte para resolver la disputa, luego entraba el árbitro, terminaba

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la pelea y se murió el asunto. Al salir de la pelea, cada uno renacía. Las mujeres peleaban agarrándose de los cabellos. Había un tambor en la comunidad que anunciaba la pelea con cierto ritmo y un canto de que “la gente va a revolcarse por el piso.” Había otro sonido para los matrimonios, etc. Peleaban para la disciplina en la comunidad. Si te portabas mal o eras contestón, el padre te ponía a pelear con alguien de la comunidad que era igual, para ver quién ganaba. Si ganabas tenías que practicar la humildad u otros te desafiarían, y si perdías, aprendiste humildad. Su mamá, Amelia, pertenecía a un grupo selecto para pasar la cultura. Cuando de niña pequeña, murió su mamá, fue a vivir con su padre y abuela paterna. La abuela no le daba de comer y cuando el padre venía, su madre le decía que Amelia ya había comido. Amelia misma le decía que sí, que había comido, hasta que un día confesó todo a su padre. El padre dijo a su madre, “Si no le das comida a mi hija, vengo, pongo una bala en la escopeta y te mato.” La abuela renegando le dio de comer desde ahí.

en una de sus borracheras su hermano se le apareció en una visión y dijo que no había muerto, que está acá, que ha sido el espejo en la vida del tío sobreviviente. La actitud guerrera no continúa actualmente en los adultos. En los jóvenes es el pandillaje. Es territorial y del más fuerte. Pero está sin la contención de la comunidad como antes. Una vez al año hubo una gran fiesta y allí había peleas hasta muertes para saldar cuentas del año. Quien recibía cortes y heridas los mostraba con orgullo. Y el resto del año hubo tranquilidad a menos que alguien propiciara una pelea de igual a igual. El arma del golpe lleva en la parte de la empuñadura la figura tallada de la cabeza de un felino, serpiente o lagarto, por ejemplo, y la parte más gruesa lleva otro diseño de los guerreros con adornos de ronín o anaconda. Los “matrimonios” estuvieron arreglados por los padres cuando los chicos eran todavía niños. Amelia tuvo 13 años cuando se juntó con su esposo de 16. Pedro y Ana, cuando tuvieron 12 años. Vaya costumbre y ahora nos escandalizamos cuando se juntan a los 16 ó 17.

Había dos tíos que nacieron en diferentes años pero que tenían un solo corazón, parece, porque hacían todo juntos hasta para ir al baño. Cuando murió uno de ellos, el otro entró en una profunda depresión hasta que

En el mundo de los curanderos tienes en tu radio o computadora interior todos los sonidos de los pájaros, plantas y tus íkaros. Si algo destruye tú radio, ya no tienes tus cantos. Por eso tienes que cuidarte mucho.

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Se Levanta el Paro - ¡Viajo!

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ás tarde al dar una vuelta por la propiedad con Mayco y saludar a la gente, Gilberto dice que el paro se levanta a medianoche y le dan 10 días al gobierno para buscar una solución o ¡reinician por un año! ¡Dios! Así que mañana a primera hora voy a llamar a StarPerú y solucionar esto, espero. Todo el mundo acá está irritado y medio peleado. Llamo a primera hora de la mañana y me dicen que espere en línea y luego me cortan. Llamamos al tío para avisar a Betto y usar sus influencias y ponerme en lista de espera. Estoy listo. No saben cuándo viene el primer avión ni a qué hora sale. Milke preparó plantas para mi perfume para poder viajar pronto. Ojala. Betto hace milagros y me ponen en la lista para la 1. Ya son las 10:30. Vamos corriendo al aeropuerto

con Amelia pero primero tenía que almorzar rápido y soplar a Ronín que tiene fiebre. Llegamos al aeropuerto y los soldados no nos dejan entrar porque no hay permiso de Lima de abrir la pista todavía. Decidimos esperar con mucha otra gente y por fin llega el señor de la compañía con sus listas y los permisos del gobierno que había cerrado el aeropuerto. Formamos cola, y la gente, al estilo peruano, empuja, se mete y quiere trato especial. Logro pasar y estoy en la lista del segundo vuelo. Me despido de Amelia en la puerta de la calle. Mi vuelo sale a las 5 de la tarde y hay poca gente comparado con el primer vuelo lleno hasta el tope. Ha sido una mañana caótica y un fin dramático a esta primera visita larga llena de tantas historias y tantos aprendizajes. Voy a Lima un par de semanas y luego regreso. “ ¡Ya vuelvo!”

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MUNDOS PARALELOS SUPERIMPUESTOS DESDE LA CASITA DE LA CREATIVIDAD

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Viendo con Más Claridad

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uve que regresar acá a la selva para saber en dónde he estado. Al salir de la casa en Lima e irme al aeropuerto tuve retorcijones estomacales que inmediatamente asocié con cortar el cordón umbilical. Recién hoy al llegar a Pucallpa y a mi casita puedo entender el significado del viaje a Lima. Ha sido un constante episodio de náuseas y diarreas, cansancio e incapacidad de concentrarme en nada específico. En estas dos breves semanas he cambiado las reglas y las relaciones con Lima. He tomado distancia, he hablado, he crecido y no sé cómo pero la selva me ha sensibilizado a otros niveles. Aunque demoramos en salir de Lima, llegué acá temprano. Necesitaba dejar la ciudad atrás sin saber exactamente por qué. Llegué acá a Rao Nete con un amigo motocarrista, Milke y Amelia.

Vamos a mi casa, el tío está ampliando las tablas en el piso de la maloca, pasan Betto y otro tío para saludarme y conversamos amenamente un ratito y luego todos se fueron. Milke me dijo que está libre hasta fines del mes y que quiere que nos enseñemos cosas hasta ese entonces. Hablo de las cosas aprendidas en estas semanas. Ya entiende la necesidad de descansar de vez en cuando. Dice que sería bueno hacer una evaluación de la congestión que sienten los miembros de la orquesta. Hablamos del Agua de la Vida y cómo usarla y del arte que vamos a hacer en estas semanas. Vienen Mayco y Bill, revisan las fotos y la arcilla que he traído. Viene Amelia y arreglamos nuestras cosas para la semana. Almuerzo rico, regreso a mi casa, y cuelgo la hamaca con la ayuda de los chicos. Me dejan y me


meto en esta fluidez natural que me acoge acá. Dejé Lima en 15 grados y acá está en 28. Me instalo con gusto. Cuando ya se oscureció vinieron Milke y Karina con su familia. Los chicos comieron sus semillas de girasol, Milke puso fotos en su nuevo álbum y Karina le dio de mamar a Niwen mientras hablamos. Ronín es una payasa, Pasquel un poco más serio y Niwen con los ojos bien abiertos. Se van cuando los zancudos ya pican rico. Cuando se van, me quedo en la hamaca un rato y luego a dormir, otra vez en la selva. Qué alivio… Al día siguiente sigo con mi ritual de llegar. Organizo mis cosas con la compañía de los chicos que se meten en todo, me hacen mil preguntas y me ayudan, con ojos grandes. Y así pasa la mañana volando. En la

casita más tarde los chicos se echan en el piso, les shacapeo y Milke les toca flauta y juegan en el petate del rincón. La mesa está puesta y la olla está lista para el palo santo. Las estatuas están descubiertas y el cielo va despejándose. Es mi primer día de retorno y me siento bien. El día está fresco, corre una brisa y están cortando hierba con la máquina por la casa de Plácido. Los chicos me trajeron harina mezclada con huevo crudo, azúcar y agua, como algo para que me de muchos sueños. Vamos a ver. Estamos adaptándonos conjuntamente de nuevo y con “chambitas” de por medio. ¿Cómo armar la lamparita de kerosene que Milke desarmó cuando quería limpiarla? Es un trabajo frustrante y me rindo frente a mi torpeza mecánica. Los chicos rondan como una presencia constante. Recién regresan a sus clases el lunes y van a tener que ir a clases los sábados para recuperar los días perdidos por la huelga de los profesores. Después del almuerzo seguimos con los juegos. Vino Freddy, hijo de Gilberto, para ver cómo Milke pintaba los cuadros que le había encargado para sus clases en la universidad. Mayco está sacando fotos y cuidando mi cámara. Estamos todavía un poco dispersos. Sentado al sol en la tarde, vino Graciela con la tela que le compré. Me avisó que ella

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y su esposo ya se han separado, y que la ha dejado con tres hijos. Escucho y trato de afirmar lo que ocurre como crecimiento. Hago lo que puedo al escuchar en este

momento y ser claro. El día ha corrido rápido y no ha habido mucho orden en el flujo. El dragón/tragón va a la cocina mientras Milke y Karina juegan y conversan.

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Cere mo nia co n el Curandero Vis itan te

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e meto en el mosquitero a las 6:30 y Milke me despierta a las 9:30 para llamar al Curandero visitante a quien espera para tener ceremonia para curar a Amelia que está con dolores de cintura desde ayer y el estómago con vómitos. Viene con un montón de gente además de Jovi, la mamá de Jheff. Tomamos y tengo algo de visiones bonitas. El maestro comienza a cantar, no muy bien, pero sí es efectivo con su fuerza y efectos sonoros como de un videojuego botando a los malos espíritus. Elimina, bota, expulsa y pelea con los enemigos y es gráfico. Cura a Amelia de un daño que le han hecho para probarle y ver si está cuidando a Milke. Aguanto hasta las 4 a.m. y soy el primero en salir. Tanto él como Milke me cantan y me ponen algo. Voy a dormir. Ya me instalé en la casita esta mañana. Vinieron los jóvenes y hablamos de su proyecto en Oxapampa, quenas de hueso, turismo y

aviación. Mezclamos niveles. Ellos van a la cocha y piensan cavar a una profundidad de tres metros y plantar aguajes alrededor para atraer agua. Yo hablo de historias de Lima, aeropuertos del mundo, y el turismo con sus impactos. Hubo momentos en la ceremonia de anoche cuando canté seguido a sotto voce, porque la medicina me lo provocaba. Tanto Milke como el Curandero visitante me dijeron que me escucharon y bien. Y que puedo hacerlo más fuerte de tono si quiero. Dije que no quería molestar ni interferir pero que a la vez necesitaba cantar. “Está bien” me dijeron. El canto lo sentí para mí como protección y compañía y para otros como sonidos curativos e internos. Todos cantamos en un momento de diferentes formas: Milke suave y continuo, el Curandero visitante en estacato, el tío suave y rápido, yo suave y lento. En un momento la ceremonia llegó a ser estacato con ritmos irregulares y


abruptos de combate y otras veces con una silenciosa calma. Tomaremos otra vez hoy. El maestro visitante va a enderezar el canto que tenemos que soltar porque nos han hecho un montón de daño. Voy para curar una herida en el pie

de Mayco. Más tarde, después del almuerzo y el descanso, me busca de nuevo para sacar fotos. Saca cinco fotos y después desaparece con dolor de estómago por no haber comido todavía. Tiene 9 años y necesita comer más pero ellos comen sólo en la noche.

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Los Po lít ico s de la Zona

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stoy despotricando en voz alta a las 7 de la mañana porque el asentamiento humano y el partido político que lo organiza han tenido la feliz idea de propinarnos, a través de los altoparlantes, la voz de la dirigente renegada, y constante como espinilla, con soberbia que brilla en su tono despectivo de sabelotodo. Y al dirigente que tiene voz de impostación de un pastor pentecostal de dogmatismo certero, con voz enfática, de comentarista “enterado”, y lee las noticias de Pucallpa de 7 a 8 a.m. ¿Quién necesita escuchar las idioteces que nos hacemos a nosotros mismos y no dejarnos un poco de silencio para gozar de los sonidos de la Naturaleza de la cual somos parte y no dueños? ¿Cuándo aprenderemos a escuchar otra vez más allá de nuestros egos y pequeñeces? La grandeza de la orquesta

natural es asombrosa y contiene miles de variaciones de sonido en constante flujo. Las voces más estridentes y conflictivas suelen ser de los humanos, precisamente por estar divorciados de nuestra naturaleza. Acá vivimos en ella y sin embargo copiamos de Pucallpa que a su vez copia de Lima, porque se cree que es mejor, cuando lo que necesita Lima de forma urgente es un poco más de esta Naturaleza. ¡Locura masificada! Bueno, al escribir esto y darme cuenta, se han ido las voces estridentes, la mía incluida, y han venido de nuevo los pájaros con su canto, el olor a incienso y el brillo de la temprana luz sobre la maderas texturadas del piso. La mesa del día está puesta con los perfumes, los instrumentos y los

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materiales de arte. En la mañana temprano Amelia estaba cocinando al lado del árbol caído en la última tormenta, usándolo como leña. Todo sirve. Los chicos regresan al colegio hoy. ¡Milke viene para una clase conmigo hoy día y que le enseñe como si él no supiera nada y no tuviera interés en aprender! ¡Vaya reto! Hay una gran diferencia entre hacer arte comisionado por otros y hacer algo porque queremos y nace de forma original y natural. Cuando tratamos de llenar la expectativa del otro, surge lo que creemos que quiere, abdicamos de nuestra originalidad y de alguna forma asumimos una pose de artista comisionado. Pero si logramos tener suficiente coraje y fuerza, y conseguimos encontrar los mundos más allá de las palabras y valorarlos, hacemos de cada comisión o pedido una obra de arte original, provocativa y de alguna forma curativa. La luz en el piso y la pared plasma imágenes con las marcas que ha dejado la lluvia en la madera. Lo ordinario visto con detenimiento se vuelve extraordinario. Y se ve un orden en el caos. Cada rincón es una obra de arte en un sueño lúcido del cual formamos parte.

la cabeza con sábila que previene la caída del pelo y lo deja brilloso. Me lo ofrece para cuando quiera probarlo. Milke saca como conclusión de su clase conmigo que quiere trabajar con la fuerza en su pecho toda la semana. Ya sentimos el peso del calor opresor. La brisa ayuda a tolerar el sopor. Invita a la quietud para entrar en el Soñando. El Soñando según los aborígenes australianos es origen de toda la vida y de allí surgen los sueños y de los sueños nuestra vida cotidiana. El Soñando invita a abrirnos, descansar y beber de la vida desde otra óptica. Del mundo interior se expande y la compañía encontrada nos instruye. Nos volvemos expansivos y cobijados por la Naturaleza que nos rodea. A la velocidad de nubes pasan los días relajados y activos. Los niños van y vienen por entre los adultos que vienen y van y los hilos de la comunidad zumban de vida. Pero estar afuera, a nivel de la tierra y estar en quietud es lo que más me gusta para ayudarme a reflexionar y vivir desde el Soñando, otros mundos paralelos, sin reloj, sin agendas. En ese sentido cada día es distinto, una sorpresa y lleno de acontecimientos como un flujo.

La brisa es repentina hoy, moviéndose entre las plantas con prisa, levantando faldas y refrescando caras. Con Mónica hablamos de las formas en las nubes y las estrellas. ¡Hay nubes animales hoy día! Me dijo lavar

Es la hora de 2 a 4, largas horas soporíferas. El no hacer nada, Sentado, en medio de mi vida y entorno… Se me despiertan los sentidos


Y se me abre la imaginación. Por un tiempito me siento inmortal. Vivo en el flujo sin tiempos y sin presión social. Plumas en cordón como brazos colgando, El viento gesticula A través del cogesueños. Los niños juegan por su casa, Las nubes bailan con el viento Y las brisas nos abanican de paso.

............... La s Die t a s

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oy llega Milke con gripe y dolor de estómago desde la ceremonia de hace dos noches. Se bañó a las 11 de la noche ayer y con fiebre. Ahora está con mocos y estornudos. Bota energía negativa y hace limpieza. En realidad suelta un mundo emocional energético. Se identifica con su pecho como lugar del síntoma crónico, lo dibuja y lo nombra “fortalecimiento.” Su pecho ya se llama fortalecimiento. Salió para atender a Jovi y después le escuché arrojar y toser varias veces. Su hijo regresa al colegio hoy. Permite que vaya al colegio por Karina. Sufre por Pashco y si fuera por él, no le mandaría y le haría dietar ya.

Hay dietas para concentrarte, dietas para fortalecerte, dietas para limpiar tu cuerpo, mente, espíritu, dietas para ganar o perder peso, dietas para tomar la fuerza de la medicina dentro de ti. Hay dietas para sentir las pulsaciones de tu vida, y dietas para los estímulos malsanos y dietas para curar los malestares y las heridas. Tuvimos ceremonia anoche con bastante gente. La purga me dio retorcijones y dolores en el estómago y luego, después de todo, un tremendo caso de diarrea. Tomé y durante la primera mitad de la sesión, canté yo solo. Luego entró uno de los tíos y

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luego Milke. Milke se convirtió en el centro de atención de los curanderos por estar acosado por detractores y enemigos por todas partes, que el Curandero visitante y este tío combaten y destruyen. Es dramático y juguetón al mismo tiempo. Yo vivo en otro estado de consciencia. Luego de estornudar, toser y vomitar ruidosamente, Milke admite haber estado exhausto con tantos perseguidores. Yo le seguí cuando comenzaba a cantar y luego siguió hasta tenernos a todos tumbados por cansancio. Eventualmente se detiene. El Curandero visitante me dijo que me elevo cuando canto y luego lo suelto. Si no sigo, el canto se queda allí en ese nivel. Amelia me alentaba a cantar y lo hice. El Curandero visitante me dice que sé bastante. Me sopló y me fui a casa a las 3. Ha sido una ceremonia positiva. Todos cansados pero satisfechos.

Nosotros cantamos, el Curandero visitante caza a brujos y nos eleva el canto. Es normal sentir la mareación en los días siguientes. Surge y se desvanece en la fragilidad corporal de curación que toma su tiempo para instalarse. Aprendo a gozar y divertirme en las ceremonias de ayahuasca que son abiertas, dramáticas con luminosas imágenes, cantos, sonidos de toda índole, la noche y el sueño. Es estar relajado dentro de un mundo surrealista, paralelo y no consensual. Es como un videojuego en vivo y directo con el Curandero visitante. No es locura y es real. Crudamente real. Pero la luz del amor y mutuo cuidado envuelve a todos con su capa protectora. Somos viajeros y ellos logran compartir sus visiones desde adentro, participando en el mundo del otro. ¿Es genético? Hay algo profundo y antiguo en el fenómeno.

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Los Mund o s Paralelos

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ay dos estatuas, una encima de la mesa de trabajo de Milke. Hay un personaje en movimiento con un serpiente y hojas saliendo de su cabeza que está hacia la base. Los palos tallados descansan en las vigas. Los mundos paralelos se abren

frente a nosotros cuando nos permitimos ver con la imaginación y escuchamos el canto de la tierra detrás de la bulla. Al bajar de velocidad y entrenar la atención de los sentidos, la vida brilla con infinita complejidad. Es un tiempo de apertura,


nuevos materiales, absorción, descanso y sueños formándose. Es ser vulnerable, sin defensas, bajar la guardia, vivir protegido y cuidado por la comunidad. Sentado en la banca de afuera, el sol de la mañana temprano ya quema y calienta el frío interior del malestar estomacal. Estoy flaco y la piel ya cuelga, ya no tan firme como antes. El deterioro físico es notable. Sin embargo, al mismo tiempo, la gente de acá me ve y me siente más joven. Yo me siento más meditativo y más sabio desde el silencio y las enseñanzas. Acá trabajamos juntos para mantener alejada la negatividad y la enfermedad. De nuevo entro en confundida contradicción. En este lugar cuando alguien se enferma de un resfrío, del estómago, pecho o espalda, es porque alguien le está haciendo daño. El curandero combate con los brujos y las fuerzas negativas para darle un espacio a la persona enferma para expresarse elevada y abiertamente. Es drama y comedia. No estás a solas con tus demonios, la comunidad te ayuda a combatirlos. En mi código, lo que sentimos es el camino real hacia el auto-conocimiento. Sentir lo que sentimos y meternos más a través del arte y el cuerpo nos permite ser no sólo víctimas sino también asumir la parte victimaria con nosotros mismos, expandirnos más y asumir

nuestro propio poder de nuevo para vivir de una forma más armónica con la Naturaleza interna y externa. Tienes que hacer el trabajo interior de descifrar tus síntomas si quieres crecer, ser autónomo y libre y no sentirte solo o sola cuando estás a solas contigo. Es un re-entrenamiento de la atención. Freddy está acá acompañándome, contando de su comunidad, la muerte de su abuelo, el cuerpo que no se descompuso en tres días, las historias del pueblo que no se deja ver. Trabajamos con su espalda y toca la quena que distrae y acompaña. Es un joven emprendedor, sociable, amigable y con una frescura e inocencia que ya no se ve en la ciudad, y con la curiosidad de conocer mundos diferentes. La brisa se ha levantado y el tío está cortando pasto con la máquina. Hoy es día de descanso. Dormí antes y después del almuerzo que ataqué con hambre voraz. El viento es fuerte y viene del noreste. Todo está en movimiento. Camino lentamente, hombre de palos, consciente de la altura del piso, y la fragilidad de las articulaciones. Vienen Karina con Niwen para pedirme un servicio para la escuela de Pasquel. El pájaro rojo está cerca y la paloma se para en el techo. Los grillos cantan, la gente se reúne por la casa grande y Amelia descansa en Yarina porque Eva va a la

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comunidad y no quieren dejar su casa en silencio. El hermano de Karina ya no trabaja con el motocar, así que tienen un problema

en recoger a Pashco del colegio. Karina ayuda a Amelia acá hasta recuperarse.

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A b rie nd o a la s Voces

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n la mañana me levanto a las 6 para barrer y veo venir a Amelia barriendo también. Llega Mónica y ellas se sientan al lado del camino para conversar. Voy a la casita, barro y me organizo mientras el tipo político se lanza contra Portocarrero (alcalde cuestionado) y su corrupción, lo acusa y lo insulta públicamente con su pontificia voz de Juicio Final. Llena el aire con su zumbido constante y es irritante. Qué fácil es acusar y juzgar, dar nombres y pedir revelar quiénes son los corruptos. Y yo también soy esa voz fanática que se ha hartado de la corrupción, el robo y maltrato público del pobre mientras unos pocos se enriquecen. Y también soy la abeja que zumba, el pájaro que canta, la brisa que sopla. Poco a poco me abro y me doy cuenta que soy todo esto y no me identifico con una sola parte. Es liberador. Mirando atrás, esa voz denunciante en mí me metió en montones de problemas y me

enseñó a buscar otra forma más positiva de combatir la negatividad. En vez de la confrontación directa, busco la apertura y la tolerancia de todas las voces. En vez de hacerme daño, busco el diálogo para poder escucharnos. Yo creo que eso si provocará un cambio. Tratamos de vivir lo que predicamos y crear los sueños de lo posible en nuestras vidas y relaciones. En vez de ser víctimas de la maldad de otros, nos miramos hacia adentro para aprender algo positivo de lo que parece ser una situación negativa. Así vamos aprendiendo a abrirnos a la vida como un sueño recreándose a través de todos nosotros en un gran juego improvisado en el escenario del teatro de nuestras vidas interconectadas. Milke vino y sólo quería saber cómo estaba yo. Su mamá está mejor. Sale para conversar con el tío. Viene Amelia para la ropa sucia y me pide soplar a Ronín que tiene susto por una rana. Así que le hago


sonidos de la rana dentro de su barriga y ella se ríe y mueve el estómago. Le saco la rana afuera y asusto al perro, de regreso a casa le soplo al lado del camino. Estamos contentos. Milke está sacando virotes y ajustando huesos en la espalda del tío. Parece una reconstrucción sonora del esqueleto. Les escucho hablar y siento el flujo y el afectofamilia. Ha sido un gran aprendizaje sentir más allá de las palabras, escuchar los tonos dentro de las palabras, observar todo alrededor y vivir en medio de la confusión y el no saber. ¡Cuánto he aprendido! Es el aprendizaje torpe y lento de transitar fluidamente entre los mundos de hacer y no hacer, entre esfuerzo y no esfuerzo, control y no control, espacios frenéticos y espacios calmados y en medio del proceso

mantener un ritmo armónico y amigable con la vida abriéndose. El cielo está nublado con una suave brisa refrescando la mañana. Pronostican temperaturas de 30 grados en estos días. Camino a casa para tomar una taza de chapo de arroz. Amelia, el tío y Milke están en el campo organizando la siembra de nuevas plantas. Almorcé tarde porque no hubo aceite, dijeron. Tuve hambre y devoré lo servido “porque cualquier hora es una buena hora para comer.” Regresé a la casita y vino Mayco para escuchar una grabación que había hecho con mi grabadora. Fue algo inesperado y salió bonito. Bill quiere ser copión. ¡Estos chicos me mantienen en alerta! La tarde es calurosa y todo está a la velocidad de melaza.

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ca p í t u l o 6

EL CAMPO COMPARTIDO

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odo está presente en este campo compartido. Estamos interconectados de maneras profundas y enredadas. Flirteamos los unos con los otros como seres sintientes. Estamos juntos en el sueño y todos somos nexos de comunicación en una gran red energética espiritual. La joya brilla con diversas facetas en cada juntura reflejándose infinitamente. No tenemos que tener control sobre la dirección en que la vida nos lleve. Podemos confiar que nuestro Yo Enaltecido, el Gran Yo, esa consciencia plena con más energía, es la unión de todas las partes y su relación entre sí y que siempre está presente en el mundo sintiente del Soñando. Si seguimos el proceso de la Naturaleza tal como se manifiesta en nosotros mismos, entramos al mundo del “no hacer”, donde nos abrimos a la sabiduría de las cosas y

los eventos que se arreglan por sí mismos en su propio tiempo y forma. Si estamos lúcidos seguimos las señales y todo se hace por sí solo sin esfuerzo. Bill y Roy juegan fulbito frente a mi casa, la luz se diluye y llega el atardecer. Hay una mezcla de voces sintientes hoy - los pájaros, los grillos, los sapos, los chicos, los perros, el viento – todo enredado y entrelazado a la vez es una laguna de densidades y tonalidades. La tierra canta Sus cantos curativos. La tierra canta Su Soñando. La tierra canta.


Hacía calor y no dormí bien. Milke me llamó a las 9:30 p.m. para avisar que no iba a haber ceremonia por falta de purga. Dormí tarde y con la espalda adolorida. Amaneció nublado y fresco - va a llover. Vino Amelia temprano con su gran escoba para limpiar alrededor de mi casa. Están sembrando 100 plantas de piñón blanco además de yuca y otras cosas. Quiere tener todo el campo lleno para dar sombra para que no crezca el pasto. Una gran preocupación que flota en las conversaciones es ¿qué vamos a hacer si invaden el terreno del costado que no tiene título? Una invasión trae a los malandrines y gente de mal vivir. No deben poder invadirnos porque todo es legal pero con la violencia que existe en la zona por la pobreza y la envidia, cualquier cosa podría pasar. Cuando le menciono esto a Milke,

él dice que no lo cree porque el terreno está enrejado, tiene edificios y pozo y hay título. Falta empadronar las propiedades y hay rumores que un grupo va a hacer un proyecto agrícola allí. Ojala. Con ellos se puede hablar. En todo caso, dice Milke, si por a o z nos invaden, preparamos piripiri en la noche y soplamos en el perímetro y a la semana se habrán ido. “Es como ayer,” me dice. “Voy a ayudar a mi suegro, a chuparle un virote. Y luego viene un hermano de su iglesia para rezar. ¡Cree que rezando puede sacar un virote! ¡Qué sonso! ¡Nos invaden y nosotros seguimos! Y aquí estamos, frágiles y abiertos para recibir todo en nuestra fragilidad para practicar seguir elevados. No hemos venido acá para preocuparnos”

............... Una Tormenta

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omenzó a soplar fuerte y el cielo se puso negro. Va a llover. Apuradamente guardamos las cosas. Sopla más fuerte, baja la temperatura y se levanta el polvo por todas partes. ¡Una tormenta de polvo en la selva! ¿Cómo es? La Naturaleza levanta el polvo que se deposita en las

hojas y viene la lluvia después y lava todo. La temperatura ha bajado 5 a 6 grados en minutos. El edificio tiembla y el techo se mueve demasiado. Debemos colocar otras vigas grandes. Las estatuas están cubiertas y los instrumentos recogidos. Es una tormenta de aire, polvo y lluvia. Estoy

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expuesto en esta casa elevada en medio de la propiedad. Es emocionante sentir esta energía todo alrededor.

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Toda la casa tiembla con el viento. Está construida así para no colapsar cuando hay estos ventarrones. La brisa dio paso al ventarrón y el whoosh … es fuerte y constante. “Koshi, koshi.” Me siento bien acá, envuelto en mi toalla, escuchando y mirando todo, opaco, real y bello a la vez. Todo está revuelto. “¿Los dueños de los ríos están peleando, China?” Ahora vienen los goterones y la lluvia torrencial comienza a caer. Quitará algo del calor sofocante, lavará todo. Es una ducha grande que abarca todo. Voy moviéndome hacia un rincón. La lluvia cae en oleadas, los shibones se mecen en una ondulación violenta, como sacudiendo afuera la pesadez del calor y la negatividad pegajosa, haciendo una limpieza profunda. Y las raíces reciben algo de agua para apaciguar la sed del calor de estos días. He venido a mi casa en un momento de quietud para ponerme la camisa, chompa, pantalón largo, medias, frazada y toalla encima porque HACE FRÍO. El viento del sur sigue doblando las plantas hacia el norte. ¡Frente antártico! Hay hojas de caña por todas partes. La lluvia va y viene. Las ráfagas de aire son heladas. El pórtico de

mi casa está mojado, mas no la hamaca. Ayer y durante la semana derretido de calor y ahora congelado por este frío. ¿Cuántas plantas se derrumbarán esta vez? Es más fuerte y prolongado el ventarrón que la vez pasada. ¡Me imagino cómo deben sentirse las plantas frente a un secador de pelo! Es la tarde ya. Esperé congelado en la hamaca hasta la llegada de Ronín y Pashco para llamarme a almorzar. Delicioso y todo el mundo pelándose de frío con chompas y casacas, ¡bromeando acerca de bañarse con agua fría! ¡Ni hablar! Los chicos me acompañan en el almuerzo y luego a casa a dibujar y jugar con la arcilla. Pashco me pide una naranja y pelársela para él, comienza a tirarme los pedazos de cáscara y le dije que no lo hiciera. Siguió y le saqué de la casa. Terminó llorando. Siguió y yo le puse ciertos límites para distinguir entre juego y agresión. Era un momento difícil y le acompañé a su casa con sus zapatos en mis manos. Di mi versión y lo dejé a su suerte. Dos niños, en realidad. Ahora dentro de mi casa, al lado de la ventana estoy escribiendo esto. El cambio de temperatura ha sido como esta interacción con Pashco. Calor sofocante y de repente una ola de frío que pasará pero que nos deja helados y perplejos. ¿De dónde surgió la agresión o era juego de empates? No lo


sé. Uno debe estar recluido y a solas o rodeado de gente, según el humor y la costumbre, en un día gris, lluvioso y frío como hoy. Hay una belleza en todo esto. La luz tenue baña todo el entorno verde con un aura de misterio y simplicidad. El aire fresco y claro da una visión directa y no obstruida. Los colores están más sólidos

y oscuros con el brillo de lo mojado. Las texturas cambian a diseños nítidos. Pero todo con un tinte grisáceo y nebuloso al mismo tiempo. La tormenta se desvanece lentamente. Ha venido el curioso Mayco que escucha música conmigo por uno de los audífonos del discman. Me informa que se ha escapado un tigre y que tienen que meterle en su jaula o les comerá. Parado a mi lado hablamos frente a frente del colegio y la tormenta y otras cosas que interesan a un chico de 9 años que está creciendo. Caminando por el camino en sandalias le entró una espina en el pie y su papá la sacó y le curó.

............... “Chequeando”

A

l despertarme en la mañana y después de haber limpiado el piso de la casita de todas las hojas que cayeron del techo ayer, me encontré con Milke que me dijo haber tenido una ceremonia ayer afuera y que aún no ha dormido. “Hay que quemar el colchón viejo de la maloca porque contiene maldad que alguien ha puesto allí. También hay un ronín grande que un viejo que murió hace dos años ha puesto y que nadie ha podido sacar todavía.” Busca virotes en mi espalda

con gasolina y me sopla con gasolina que ha tomado en su boca, imitando al Curandero visitante. Ugh. Ha trabajado y chequeado toda la noche. La casita de arte, mi casa y la casa de Milke están bien y las otras están mal. “Hay que comprar ruda y soplar alrededor de la propiedad y en las casas,” dice. Habrá ceremonia acá esta noche. Por estar abierto he recibido el reflejo de lo que le han hecho a él en el mismo lugar en la espalda alta. Los chicos están libres

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hoy, mañana y el domingo por ser Fiestas Patrias. Acá tienen unos días de clases y muchos días de vacaciones. La mañana está tranquila comparada con ayer. Nada de brisa, los pájaros cantan cristalinamente y el aire está frío aún. Estamos dentro de un mundo verde y gris con su especial penumbra. Salió el sol y todo brilla de nuevo. Aumenta un poco el calor, volviendo a la normalidad.

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Me siento afuera cerca del shibón y miro hacia el oeste. El campo de nuestra propiedad está limpio y lleno de árboles y nuevas siembras. Un halcón vuela bajo y se posa al fondo en una rama cerca de la nueva poza donde vamos abriendo un hueco en la tierra lleno de agua y barro. Pero también es para recoger el agua que se escapa de la cocha cuando llueve fuertemente y baja en una gran ola por la cuesta. El pozo captará algo de ese flujo y los peces que así escaparon. ¿Me pregunto cómo habrán sido estas tierras antes y qué historias podrían contar estos terrenos? Sabemos de violencia con muertes y violaciones. Hemos “limpiado el terreno” muchas veces y seguiremos haciéndolo. Sí, es importante hacer un pago a la tierra y pronto. Después de bañarme he vuelto a la banca de nuevo para exponer la espalda al sol y calentar los huesos. Es la primera vez en este viaje que me siento mirando al

Este con la puesta del sol a mis espaldas. El jardín se extiende frente a mí, mágico, brilloso y verde con el piso limpio y el perfil de mi casa a la distancia. Tanta paz a estas horas es sublime. Los pájaros cantan alegremente, y al fondo se escucha a los niños, motocarros, las hojas que castañean quedamente. Me permite abrirme y ser parte de todo esto sin interrupciones, demandas o presiones sociales. Es mi parte eterna. Sentarme en medio de esta abundancia de belleza es una bendición, un bálsamo y regalo de la vida. Las sombras se alargan mientras el sol se va acercando al horizonte. Cada planta tiene varias caras si te permites verlas. Y las transformaciones y los cambios son constantes. Llega Milke con su amigo y la medicina. ¡Le buscan y manda decir que está ocupado, que dentro de dos meses los puede atender! Hablamos de los efectos de la ayahuasca, la purga, y de allí entramos a una lección de prestar atención.n Después regreso a casa y me meto en el mosquitero. A las 8:30 me levanto y la noche está luminosa. Me quedo afuera en la hamaca. Vienen Jovi con el joven del motocar, Amelia lava baldes y yo voy y vengo varias veces a la maloca. A las 11 cuando me doy cuenta que no viene el Curandero visitante para la ceremonia me voy a descansar. Antes me enfurecía cuando alguien no venía para una ceremonia. Ahora


lo tomo como que no es el momento y que puedo descansar.

conversación quejosa anoche estaba llenando la maloca con negatividad.

Sin embargo, estoy con picazón. Me pica la piel como si tuviera gusanos en los poros. Ha sido una noche inquieta con muchas visiones. Todo tiene una historia. Es fascinante seguir las señales. A veces la cantidad de imágenes es vertiginosa. Ahora quiero aprender a abrirme más, meterme en este mundo, cambiar de formas, y expresar ese mundo no consensual. Jovi y su amigo todavía están en la maloca - se quedaron acá en vez de regresar a la ciudad. Tanta

He venido a la casita, solo, para instalarme y mirar los reflejos del sol en el cuarto. Los insectos zumban en la contraluz y los hombres silban entre sí en un tipo de lenguaje de pájaros, en un coro ya existente de los sonidos de la mañana. Se siente la quietud activa en las voces, el cortar leña, el jalar agua del pozo, barrer y el fresco olor de todo. Cuando ya no puedo pensar en nada, bajo a mis sentidos para recordarme dónde estoy, abriéndolos hasta que todo brille con su aureola.

............... Ni wen

H

a venido Milke con Niwen, pidiéndome curarlo. Sopla con gasolina que se convierte en medicina y no veneno. Su mezcla de naftalina, gasolina, ajos y algo más es fuerte. ¡Uuaff! Niwen y yo nos

miramos y cuando siento que él está listo para recibirme, me acerco y jugamos con mis brazos y manos. Trabajo con su pecho y espalda, sus pies y mi cabeza, jugando, dándole energía y quitando el mal en mi imaginación, protegiéndolo y fortaleciéndolo con mis soplos. Después su papá lo lleva a casa a dormir. Somos infinitamente más de lo que creemos que somos. La interconexión entre todas

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las plantas, los árboles, los animales y los elementos es asombrosamente compleja. No hay palabras para describirla. Es la tarde y los eventos se desplazan uno tras otro como cascadas de impresiones y sensaciones. Los chicos vienen a mirarme pintar y vamos a mi casa para jugar en la hamaca raspa-raspa. Después de almorzar, de vuelta a la casita, Milke me muestra

cómo agregar unos elementos más a un cuadro que me enseña hacer con pintura y no con plumón. Los pintores trabajan con un solo color en el esbozo de una pintura con diferentes pinceles para diferentes efectos. Con el acrílico hay que trabajar con rapidez y jugar con diferentes cantidades de agua. El día ha corrido rápidamente y al atardecer hay fiestas por todo alrededor por el 28 de Julio.

............... Otra Ceremonia

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las 8:30 el tío me avisa que va a haber ceremonia. Voy y es un grupo grande. El Curandero visitante me sirve medio vaso de la purga y no tuve muchas visiones excepto que habrá gente para mis cursos. Pero sí me mareé con el cuerpo descompuesto. El tío cantó suave y rítmicamente en contraste a la adrenalínica descarga eléctrica del maestro visitante que canta, escupe gasolina, fuma y dispara flechas, balas, machetazos a los enemigos que él ve. No descansa y tiembla el piso donde él se para. Las dos voces de estos curanderos, tan contrastadas a la vez, eran una descarga energética de alto nivel. Me sentí tan agobiado físicamente y tan

bien a la vez, entre cansado y no pero fuera de control. Era como un gran mensaje: “¡Relájate! ¡Todo está bien! ¡Ábrete a la experiencia! ¡Nada más!” Luego El curandero visitante me sopló y masajeó gasolina en el lugar que me duele, en la base de mi cuello. Me fui a la cama a las 4 a.m. toda la noche iluminada bajo la luna llena. Me levanté a las 7. Barrí y allí afuera estaban Mónica y Amelia. La noche estuvo fría y esta mañana está bastante fresca con brisas persistentes y el whoosh del viento en las hojas como agua que corre rápido. Me eleva, erguido y presente. Es domingo, día de descanso, después del drama de anoche.

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El Fuego

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a luz es fría y afilada esta mañana, llena de movimiento en las sombras. El sonido es un susurro entre la brisa y las hojas, como una catarata. Milke va a cortar el pasto por mi casa con la máquina. Vengo a la casita de arte. Están quemando pasto seco atrás y las llamas son de 4 a 5 metros de alto en un día de viento. Es incontrolable y al filo de nuestra propiedad. Debe ser difícil para los aviones aterrizar entre tantas humaredas en estas épocas cuando la gente quema mucho pasto seco en los campos. Parece que las llamas alcanzaron en algo al albergue, porque pasan los bomberos que nos ignoran y sólo llegarían allí con influencias de personas poderosas. El fuego avanza a nuestra propiedad y comienza a quemarse pasto y árboles que se acerca a la casa de Plácido y Mónica. Hacemos lo posible para sofocar los pequeños focos de fuego. Hay cientos de hectáreas quemadas desde el otro lado de Pucallpa con un fuego arrasador llevado por el viento. ¡Qué irresponsabilidad! A la vez la actitud es, “Se quemó, pues, no hay nada que se pueda hacer. No podemos apagarlo.” Perdimos árboles recién plantados de naranjas y mandarinas y Amelia va a requintar cuando vea los destrozos. Felizmente el campo está

abierto y antes habíamos cultivado alrededor de las plantas. ¡Si no, habríamos perdido todo! Hemos estado solos, Milke, Karina y yo. Saladera, dirían ellos. Milke me dice que él está aprendiendo a soplar con gasolina porque quita todos los males de un solo soplo. Y te da visiones de gasolineras y tanques grandes donde pones todos los males y los sellas dentro. La energía del Curandero visitante, anoche, era tal que parecía un personaje acelerado que no puede detenerse. Se pone hiper alerta y con su abrigo negro, gorro y mapacho se convierte en un baile frenético o un canto con estacato. Está cargándonos de energía y protección, fortaleza de acero. Reza, habla en lenguas, sopla y vomita afuera lo negativo que ha recibido de los adversarios. Las cosas se han calmado un poco. La brisa es a veces brusca y a veces calmada y el fuego ha amainado con muchos daños por su camino - varias casas quemadas y quizás algo del albergue. Acá viene una segunda ola de llamas y fuego. Temo por la casa de Plácido y Mónica. Todo depende del viento. Milke, con botas, movió hierba seca a un metro del fuego y deja que se extinga

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allí. La tierra quemada recibirá nutrientes del carbón y nueva vida crecerá pero por mientras crea excelentes condiciones para las invasiones a los terrenos abandonados. Simboliza fuego en mi vida, en los bordes de estos mundos. Limpieza masiva y energía combativa, la planta cura y el sueño se abre para practicar y crear. Me siento impotente, sin embargo. ¡El fuego se ha propagado a la parte de atrás! Parecía que iba alcanzar a los baños. Seguía toda la franja de la propiedad de atrás y esta también. Pero no, no agarró los baños. Es un milagro. El peligro, sin embargo, es que siga esa dirección y arrase la casa de Roy, mi casa y la casa grande. Podría quemar todo y nadie hace nada. No hay bomberos para la gente pobre. Lo que me da pena es perder todas estas plantas que hemos sembrado.

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Terminamos siendo bomberos. No se quemaron los baños pero sí arrasó todo el campo atrás. El fuego siguió quemando fuerte por la cerca de atrás. Yo tenía visiones de un desastre. Cuando vi cómo el fuego se acercaba a las letrinas y la maloca, llamé a Milke que descansaba con Karina por el pozo. Llenamos baldes de agua que sacamos de la cocha para el fuego cerca de la maloca. Giró y se adentró al campo de atrás donde hay una casa abandonada

de un prepotente vecino maleante. ¡Milke se metió entre el fuego para investigarlo y le cantó!, dijo que había un camino abierto por allí y que no avanzaría hacia nosotros. Trajo unas naranjas y dijo que si el fuego seguía, quemaría esa casa. El viento se ha calmado. Llegó Pancho en medio del alboroto y nos ayudó a cargar baldes. Él me había llevado dos botellas de agua de la vida para Lima a fines del mes. Dijo que iría a la capital para hablar con mi amigo, para ver cómo procesarlo para la venta. Ahora en la hamaca, bañado, el cielo está de un color anaranjado quemado con cortinas de humo que se elevan, y fiestas todo alrededor. Pancho dice que así se queman los campos pero que pronto crecerá de nuevo. Perdió todos sus platanales el otro día en la tormenta de viento. La noche desciende. Hoy ha sido demasiado dramático. Total tenemos barreras más abiertas y frágiles con los vecinos y hemos perdido unos árboles. El aire está crispado y lleno de humo, la luna está llena y el fuego sigue reflejado en el cielo de la propiedad colindante. Vino Amelia para decir que es la tercera vez que se quema así, que ha perdido plantas y toda su yarina. ¡Bueno, mejor es haber salvado las casas!

...............


Después del Fuego, La Calma

A

hora en la mañana los chicos gritan, los pájaros cantan, el sol brilla frente a mi mesa y he barrido y quemado palo santo. Todo se ve hasta la distancia, manchado de negro. Los peligros de vivir en el campo también existen. Es útil, sin embargo, para estar incomunicado y en retiro del mundo consensual de la ciudad, mi parte mortal con presiones sociales y tiempos. Mi parte inmortal florece acá sin tiempos ni presiones sociales. El estar a solas y callado permite surgir con más fuerza la vida interior de mundos paralelos, hiperespacios, la constante mareación con la compleja red de interconexiones que tenemos con todo, sin palabras. La gran lección casi imposible de aprender es que podemos reconocer que todos los mundos son válidos, ni mejores ni peores que otros, todos iguales y valiosos, y que podemos ser amables y aprender a tolerar tal complejidad o podemos encerrarnos en nuestro propio mundo como el único válido y, con miedo, pelear para mostrar que tenemos razón. Más fácil es soltar la identidad, cambiar de formas y seguir lo que surge y convertirse en parte del campo, de ese mundo nuevo abriéndose como en

un sueño en vivo y en directo. Resistirse es más difícil y humano, a la vez. Imagínate el miedo de soltar los controles y los amarres, los roles y las partes porque creemos que estamos separados los unos de los otros. Pero en realidad no es así. El sueño del cual somos parte y entretejido con todos nuestros mundos paralelos y superimpuestos en un hiperespacio que lo incluye todo -todo esto es nuestro Gran Yo. Decimos que los miles de millones de células dentro de nosotros tienen memoria. ¿De qué? De toda nuestra experiencia de estar vivos o no, a todo nivel. Asombroso misterio. El Soñando se manifiesta a través de nuestros sueños, nuestra vida cotidiana y en nuestros momentos de vivir con lucidez. ¿Cómo hacer de todo esto una realidad interna y externa conscientemente? Es otro nivel de consciencia. Contiene algo de la visión global mezclada con la vivencia dentro de los mundos paralelos que vivimos a diario. Es la visión del Gran Tú y no el pequeño tú cotidiano. Es incluyente y allí es donde surge el gran Sí a la vida y lo que se va revelando. Es el reto porque siempre estamos viviendo la desaparición de nuestra identidad consensual y abriéndonos a la

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infinita variedad de conexiones con todo lo que tenemos y somos. Es tener fe en el proceso, es saber que la vida es para vivirla, sentirla y no necesariamente entenderla. Es cuestión de transformarse y dejarse transformar lúcidamente con las vivencias debidamente reflexionadas y soltar el control

de cómo organizar todo, cómo nombrar todo, cómo entender todo y simplemente practicar y aprender. Es cuestión de salir de la carrera frenética del correcaminos por un tiempo y sentarnos en medio de la vida sintiente.

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Picón

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oy estoy picón. Me pica todo el cuerpo. Estoy picón con quien prendió fuego ayer que causó tanto daño en un día de viento. Es como pequeños pinchazos, algo me come desde adentro. Acá los dolores físicos ocurren porque alguien te ha hecho daño o tienes un virote, un espíritu maligno rondándote o tienes saladera. Te visitan, te cantan, hay ceremonias para curarte, te soplan, puedes dietar diferentes plantas, descansas y la comunidad te ayuda hasta recuperarte. Allá en la ciudad vas al médico, esperas en la sala con otros, llenas papeles,

el médico te ve con amabilidad y hace un chequeo del mal, diagnostica después de tomar pruebas médicas costosas o te receta pastillas, para aliviar el síntoma y te invita regresar para poder ver cómo avanzas, todo a un alto costo. Te adaptas al sistema o no. La enfermedad y la salud fluyen juntas en un delicado equilibrio aquí en la comunidad. Prefiero el sistema comunitario y sólo accedería al otro sistema si hubiera una emergencia o si todo lo demás ha fallado. Son formas totalmente diferentes de tratar al paciente y sus males.

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Los Brujos

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ui a tomar algo de chapo en casa y al regresar los gavilanes volaban encima en grandes espirales en los vórtices invisibles. Me acompaña Milke un rato y hablamos del Curandero visitante y su estilo. “Los brujos pueden provocar accidentes, asaltos, y enfermedades,” me dice. “Hay que rodearles

y castigarles o hay que matarlos.” Entrar por esas puertas me lleva a una densidad que no me atrae mucho. Le escucho y le digo que me abro a lo que viene, viviré la experiencia y después lo reflexionaré, tratando de aprender de la experiencia en estos mundos paralelos del Sueño.

............... R eflexionando Juntos

C

aminamos juntos. No siempre escojo ir por la ruta que tú eliges. Te espero o sigo mi ruta. De todas formas, cada uno sigue conectado energéticamente más allá del tiempo y del espacio. Caminamos juntos mirando en la misma dirección, a veces lado a lado, a veces a la distancia. Tú tienes tu visión y yo la mía. Al mezclarlas y enredarlas como parte de un sueño compartido, es difícil delimitar quién es quién y qué está pasando. El no saber es desconcertante. Pero si nos permitimos meternos más en la experiencia sin juzgarla, nombrarla y entenderla, simplemente vivirla con nuestros recursos en alerta, seguramente el aprendizaje y el crecimiento serán fenomenales después.

Esto es un estilo de vida - tener tiempo y espacio con lo que comienzo a percibir cómo la parte inmortal vive en el Sueño. Pero aún allí hay que enfrentar también la mortalidad, la muerte, el declive, la debilidad corporal. Es un todo, las dos caras de la luna, la luz reflejando la noche, el presente con el pasado. Meternos más en cada flirteo que la vida nos ofrece y abrirnos a lo sintiente detrás, es entrar en la Esencia del Gran Tú. Milke me trae al piso de otra realidad al recordarme de los robos y los miedos que dejan los brujos por acá. De nuevo, elijo no ir por ese camino. La medicina se trasmuta

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en nosotros a través de nuestras creaciones artísticas. El brujo del norte le ha dicho a Milke que la propiedad está bien pero que

necesitamos hacer un pago a la tierra y nos enseñará cómo se hace en el norte del país con el cactus San Pedro.

............... La Visión Compar tida

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odavía no capto la visión de estos amigos curanderos. Cantan con una belleza y una complejidad de otro mundo. Yo me siento inspirado. Luego dicen que han estado peleando en una lucha mortal y han ganado. ¿Quiénes son estos enemigos y por qué? Parecen ser las preguntas de siempre cuando otros te fastidian o te hacen daño. Necesitamos arcanas más fuertes, lo cual asusta porque los brujos actúan alrededor de las arcanas. Una arcana es como una imaginaria bóveda de acero que protege lo que está adentro.

Hoy me quedo solo de nuevo y cansado de tanto pensar, tanta belleza, tanta confusión. Atraigo a estos personajes a mi vida. Me meto en el sueño con ellos para sentir mi fuerza y mi fragilidad. Es para seguir practicando y abriéndome a lo que se manifiesta, eligiendo “sí” con fe, amor, y curiosidad más que el “no” del miedo y la paranoia. Prefiero el camino de las plantas, los árboles, los pájaros, el viento, el fuego y el agua para enseñarme lo que es significativo.

............... El Pago a la Tierra

C

omo los gavilanes, Milke hizo círculos ayer, mencionando de paso “el pago a la tierra” que quería hacer el sábado. Luego más tarde, menciona a un shamán

del norte que ha conocido y que quiere venir para hacer un pago a la tierra. Más tarde dice que necesita saber que sí o no y qué opino. Y luego dice que será para el


sábado si acepto. Me abro a la experiencia. En vez de ir directamente al grano, circula y suelta la información, poco a poco. ¡Qué considerado que es! ¡Cuidándome por mi fragilidad con la dieta! Me remite a lo que me dijo a comienzos de nuestra amistad: “Quiero que te consideres parte de nuestra familia.” Y lo he hecho, de a poquitos. Nos cuidamos y nos consultamos más. Y como toda familia, tiene sus “cosas” pero, para mí, era y es una maravillosa oportunidad de aprender cómo adaptarme, abrirme y flexibilizarme en un clima ajeno, al principio, y familiar ahora. Y practicar diferentes tipos de respuestas. Y crecer con ellos. Lo más importante acá con esta familia es que ha crecido una relación de corazón. Hace toda la diferencia en la dirección que toma la vida y el proyecto de nuestro sueño compartido: mantener este lugar como Rao Nete, el Mundo de las Medicinas. Mayco ha venido. No tuvieron clases. Hablamos de los profesores y su huelga. Es probable que hayan decidido tomar todo el mes de julio porque el gobierno les ha descontado julio por la huelga. Come semillas de girasol y comenta mi dibujo. Vamos a mi casa para tomar hierba luisa, conversar en la hamaca y ver las fotos que él ha tomado. Son buenas. La brisa refresca y sin saber adónde va el tiempo,

son ya las 11 de la mañana. Tomar toda la mañana para pensar, escribir y dibujar es un inmenso placer. Milke ha desaparecido. Bill y Maluska están por la cocha y el resto está en silencio. Hay algo reconfortante acerca de un baño con agua fresca de un balde, al aire libre, al fin del día, echarse en la hamaca después y leer y mirar el atardecer. Y hay algo placenteramente lúdico con los chicos que están a cabo suelto por no tener clases y están aburridos. La brisa es suave y sedosamente acariciante. Mis días aparentemente son rutinarios y hasta aburridos pero encuentro esa estructura muy liberadora para lo que voy investigando en cuanto a lo sintiente y el cambio del corazón en el Soñando. Todavía no lo entiendo y eso está bien. Tengo mente de principiante y por eso lo puedo recrear. Todo está tranquilo y la tarde se prepara para cambiar de vestimenta para la noche. Los chicos están entre la casa de Roy y la mía hoy día con la arcilla y la pintura. Mónica pasó y charlamos en shipibo y español. Me pregunta el tamaño de mi pantalón y camisa y si me gusta el color marrón. Sí, le digo. Entiendo algo por intuición y el lenguaje corporal. La tarde se oscurece y los chicos se esconden de Amelia. Todo es juego.

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Confrontación con la R ealidad

M

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ilke y yo hablamos anoche acerca de una confrontación con unos tíos. Ellos se subieron al carro de su posible éxito con la orquesta. Querían empujarlos a hacer dinero rápidamente para poder ayudarse ellos. Pero el más metido de todos puede ser prepotente, asume mucho, y maltrata a la gente dentro y fuera de la orquesta. No ha sido un beneficio tenerlo a bordo. Después cuando Milke les llama la atención sobre su ambición, se ríen y dicen que le salvaron la vida y que les debe. “Salvaron tu vida porque necesitaban tener a alguien a quien salvar,” digo. “Eso no tiene precio.” “Falta comunicarse directamente y tener el coraje y la solidez de relación para poder confrontar la realidad y soltar la ilusión.” Es duro porque tienes que recordar cuál es la semilla, el comienzo, la primera intención en este proyecto, ver cómo ha evolucionado, y hacer el ajuste necesario como jardinero original. Dejas una relación por otra en esta asamblea de curanderos. Siempre el nuevo curandero dice que los viejos aliados te están molestando. Sí, te molestan, hasta reconocer que son una parte de ti, ya están en tú corazón, sueños y experiencia pero

que tú eres el dueño de tu vida y puedes elegir seguir o no a los maestros espejos que llegan en tu camino. Siempre estaremos conectados en el Soñando y El Gran Tú. Tenemos el reto de ser flexibles y poder cambiar de caminos, lugares y mundos con “gracia”, fluidez y sin mayores resistencias. Esto sólo es posible desde el Soñando y no la realidad consensual. Tú tienes tu propio estilo y ritmo de conexiones informales que te ha tejido una red que te permite funcionar en tu vida y tu trabajo. Tu “ayudante” que te sabotea tiene otro ritmo y estilo de empujar, controlar, mostrar su poder. Ha perdido su humildad. Eso es básico, incluso cuando llegamos a ser grandes y famosos, recordar que no lo somos, que somos tan persona como otras, iguales a pesar de todo el bagaje acumulado. Y que todos tenemos niños, adolescentes, adultos y ancianos dentro de nuestra experiencia que colorea nuestra forma de ver y relacionarnos con el mundo que nos rodea. “Despedir a una persona hacia arriba” es sentarse con la persona, señalar sus atributos y los contrastes con lo que buscas,


como intención en tu proyecto, ayudarle a ver que está en el lugar equivocado y el trabajo equivocado por su forma de ser. Puede aceptar la idea o no pero la semilla está sembrada. Un despido no es una tragedia o un rechazo necesariamente. Es un empuje para ayudar a la persona a despertarse de su ilusión, asumir su realidad, sentir más profundamente, y comenzar a moverse en otra dirección. No tiene que ser la terminación de una relación sino una forma de reconocer diferencias y que, en este caso, el dueño de la visión original es quien tiene la autoridad natural de crear los elementos que le apoyarán para que salga a su satisfacción. Ahora bien, en este caso que hemos hablado, es familia y en esta cultura es un vínculo fuerte. ¿No quieren que aprendas más y que veas lo que está ocurriendo? Lo siento. No se puede detener el proceso natural de aprendizaje y crecimiento. La vida crece y se expande hacia arriba en espirales que se van abriendo. Cortan una rama y crece otra por otro lugar. Crecerás y verás más con el paso de los años si es que te das permiso para reflexionar de vez en cuando sobre la marcha de tu vida y tus proyectos. Recomiendo que te retires de todo de vez en cuando. Métete en tu arte, rodéate de naturaleza, haz dieta de limpieza, y abre el espacio alrededor y

dentro de ti para escuchar, sentir y soñar. Y hablemos de nuestros sueños, afirmando que sí, que estamos creciendo, que los cambios los podemos iniciar nosotros. Para hacerlo, podemos preguntarnos ¿Queremos algo diferente en nuestras relaciones? Y probamos hacerlo nosotros. Algunos te seguirán, otros no lo harán. Pero todos tenemos una parte “mono” que imita y si lo hacemos como un cambio que produce resultados satisfactorios, los otros que siguen contribuirán con sus propios cambios y la red se hará más compleja. Y los que no, se quejarán con envidia y rencor pero el cambio ya estará instalado antes de darse cuenta. ¡Es tan sencillo como saludar a todos a tu alrededor con una sonrisa y palabra de aliento! Maltratar a los músicos y pagarles como obreros es no reconocer las horas lejos de su oficio y familia, especialmente aquellos que viven en comunidades por el río. Es no reconocer las horas de ensayo a solas y en conjunto para viajar y tocar en conciertos. Y es un grupo tan solidario que cuando no hay qué comer, cogen mangos y los cortan como ensalada con sal y agua, aún pasando días así, siguen ensayando y creando. Los músicos que van consolidando un tipo de hermandad tienen la misión de ir a las comunidades y la ciudad con su propio

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estilo de música, para levantar la moral y la autoestima y sentir el orgullo de tener a su representante musical en los Shipis. Si la fama viene por esta ruta más natural, que así sea. Pero salir a buscar la fama con promesas de mucho dinero y poder es contrario a la intención original. El proceso se va definiendo por su propia cuenta. Nuestro proyecto real ha sido mantener este lugar y

este sueño intacto. Todo el resto ha sido la conmoción y el movimiento alrededor de este eje. La luna llena era hermosa y buena compañía en esta conversación al aire fresco de la noche, a la luz de la vela. Los dos estuvimos más claros y cambiados por la conversación.

............... Las Medicinas

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ay piñón colorado con hoja dura, hoja suave como fieltro y hoja pegajosa. Hay de tres puntas, cuatro puntas y cinco puntas en una sola hoja y cada uno se usa para cosas diferentes. Diógenes, cuando está acá, ikara las plantas al cortarlas, al chapearlas en los baños, al regalarlas. Es natural. Canta a la Naturaleza dando un valor extraordinario a eventos que podrían ser ordinarios. Milke acaba de llegar. Está pintando la raíz de un árbol de limón en Yarina. Casi está terminado. Notamos que la casita de arte se ha hundido un poco en una esquina.

Hablaremos con Lino para arreglarla. Viene un cuñado en su moto para traer a Karina y a Pashco del nido. Es bora y quiere ver las esculturas de Milke. Creo que vivir así, con un reconocimiento de nuestra interconexión con todas las formas de vida alrededor nuestro, con humildad y respeto, nos eleva. Estas ceremonias y los rituales dan una tónica más vivaz a la vida porque reconocemos nuestra interdependencia, que somos observadores y lo observado - no hay división sino un constante flujo de transformación de vida a muerte, de muerte a vida, de momento a momento.


Al mirar los árboles al atardecer, el “mono” me dijo- “Juega más como los niños.” Y el Gran Saltamontes dijo, ”¡Salta, no más!

¡Haz el salto!” Los gavilanes circulan sobre el campo quemado buscando alimento. ¿Serpientes quemadas, quizás?

............... El Tío Sigue Parado y Locuaz

“O

tro tipo de ayahuasca es chawa. Es mejor que la ayahuasca pero difícil de conseguir.” El tío que ha construido edificios sin planos y que está lleno de historias antiguas está acá. Quiere contarle a Milke, quien quiere escucharlo. Son dos narradores histriónicos y entretenidos. Las historias antiguas son fuertes, llenas de violencia, muchas de ellas. Este viejo debe tener más de 80 años y es sólido, fuerte, energético y bien parado. Envidiable. Es él quien come huesos de pescado y yuca. Pero le salen ronchas en la cara si fuma mapacho. ¿Qué será? Es conocedor este señor y llena todo el espacio con su energía. Cuando ya no puedo seguir es porque el shipibo me confunde, salgo sin remordimientos y él continua contando y yo sé que en algún momento Milke me contará a mí. Después de bañarme regreso a la casita y el tío sigue, locuaz. Hoy es la última noche que vamos a descansar porque tenemos varios días seguidos de ceremonias. El tío dice que

antiguamente dormían dos a tres horas, y desde las 6 hasta las 11 se entrenaban como gladiadores. Más tarde cuando hablamos con Milke acerca del tío, me pregunta qué son las manchas en la cara del tío. Yo le digo que no lo sé pero que me metería en el síntoma para saber la información que contiene. Milke dice que consultaría a la ayahuasca, a ver lo que dice y cómo curar el mal. Son partes de una visión más global para que el cuerpo pueda hacer su propia transformación. He tenido que ponerme los audífonos hoy desde temprano porque no soporto las voces de estos políticos que comienzan el día envenenándonos la atmósfera con sus quejas y críticas. Me levanté con picazón, rascándome y preguntándome si son los zancudos del baño o el detergente usado o esto está por adentro. Comezón. ¿Tengo hambre? Es como si algo me comiera por adentro. En una de mis múltiples caminatas entre mi casa y la casita de arte me encontré

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con Amelia que recogía una mezcla de gasolina con creso, alcanfor, ajo macho y hembra, para sobar su brazo adolorido y soplarlo. Ugh. “Pero, ahuyenta los males,” me dice. “Se han ido los tonches y un pájaro malagüero que volaba alto en la noche. Faltan dos noches para terminar de limpiar el terreno,” dice.

Ha llegado Pepe, el curandero del norte, con su esposa. Ha estado acá dos veces antes y curó a Amelia en Lima el año pasado. Viene por 4 días y luego se va. Todo esto se hace cada vez más raro para mí. Quiero dejar la corriente del río y descansar en la orilla por un par de días para ver cómo estoy y dónde.

............... Nuevo Curandero

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uvimos ceremonia. Pepe es de Ferreñafe y vive en Lima. Parece buen hombre. Esperamos harto y comenzamos más de las 9 con un montón de personas. Al principio, mientras esperábamos, Milke contó historias de su vida a Pepe y Pepe a él. Los dos comenzaron a los 13 años a ser rebeldes y a seguir su propia curiosidad a pesar de las restricciones y objeciones de los adultos a su alrededor. Milke contó el mito de ayahuasca y su descubrimiento. Comenzamos, pero al rato se va el Curandero visitante, regresa y sale otra vez y no vuelve hasta las 12. Hubo mucho movimiento en el grupo como animal inquieto. Milke me llamó a un lado y trabajamos con Pepe con cantos y yo visionando lugares de la propiedad con

algo que necesitaba ser soplado. La casa de Roy, el terreno entre mi casa y la grande, el pozo, al costado de la maloca y el rincón de abajo en el terreno. Sopló y podía ver en mi visión cómo se limpiaba, se aclaraba. Revisamos en la visión, vamos con el cuerpo de Pepe y lo que vemos. Veo el estómago, el corazón y los hombros. Toda la espalda llena de historias. Pepe habla, llora, fuma, sopla. El trabajo es efectivo porque le caen todas estas partes que esclarecen su síntoma. Lo podía ver como madera. Mi visión se abrió anoche y me acerqué más a lo que significa “ver”. Es como rayos X o visión nocturna de lo que está en frente y poder moverse alrededor del espacio y observar - poder volar con la ayuda del espíritu del águila y


también seguir las señales, los flirteos, abrir puertas y ventanas, iluminando más y más, el proceso mismo revelando su significado.

Fui a casa a las 12, me llamaron y regresé a la maloca hasta las 2. Noche tranquila y con visiones de otra naturaleza.

............... La Leyenda del Descubrimiento de Ayahuasca

H

abía un señor que cultivaba en su comunidad. Una noche a la luz de la luna notó una liana colgando frente a él. Hubo una flor de la cual salieron luces hasta que todo el árbol bailaba con luces. “Este árbol está lleno de luz,” le dijo a su señora y al día siguiente salió, cortó lianas y las cocinó. Su mujer y él tomaron el brebaje. Después de seguir así, un día su mujer encontró una planta que al observarla le permitía ver diseños con colores. “Esto es lo que falta para la otra planta,” y la recogió. Era chacruna. Agregó la chacruna a la ayahuasca, las cocinaron y tomaron

el nuevo brebaje. Pasaron los años y ya viejito, a punto de morir, dijo a sus hijos: “Entiérrenme debajo de ese árbol.” Lo hicieron y en unos meses comenzaron a crecer lianas hasta formar el tronco de un árbol. Cuando la esposa estuvo a punto de morir, les dijo a sus hijos: ”Entiérrenme debajo del árbol de ayahuasca.” Lo hicieron y creció la chacruna. Los hijos mezclaban la ayahuasca y la chacruna como habían observado hacer a sus padres. Y cuando cantaban era con la voz del padre que cantaba en ellos. Así comenzó a propagarse el uso de la ayahuasca.

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Anoc he

A

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noche volaba como espíritu sobre el terreno. Veía las formas de los cuerpos echados a la luz de la luna llena menguante que filtraba por las ventanas e iluminaba el espacio hacia arriba. Veía techos de luces, joyas y colores. Las paredes también. Chequeaba mi casa en Lima y estuvo bien. Esperándome. Visité a mi familia. Era increíble. Veía adentro y podía detectar manchas que oscurecían la luz. El asunto era abrir el corazón, respirar y recordar la luz en cada célula. Somos seres de luz. Nuestros síntomas son puertas y ventanas que podemos abrir para conocernos más. Era como un sueño compartido, “Yo veía” y Milke ejecutaba el soplo. El perfume ikarado se esparce como partículas en el espacio creando una onda energética de protección y limpieza. Había 14 personas en el círculo. El Curandero visitante cuidaba adentro y afuera con sus soplos y chispazos. Cantó a cada uno pero de una forma menos frenética que la vez pasada cuya mareación le había durado 12 horas, dijo. Usó perfume en vez de gasolina esta vez. Cuando sopló, canté el primer canto bajito. Cantó Milke. Cantó el maestro visitante. Siempre hay una sensación de

mucha paz, mayor luminosidad, liviandad y un profundo silencio que se puede sentir en las tempranas horas de la madrugada. ¡Cuando terminamos así duermo como bebé en líquido amniótico! Estoy floreciendo, rompiendo barreras, abriéndome a otros mundos. Mi comezón de piel se siente como pequeñas burbujas que explotan por el calor y dan visiones. Estoy más poroso, no tan sólido como siempre. Mis visiones de madera ayer y todo lo hecho de madera hasta casas extrañas y hermosas pasaron por mis ojos como símbolos de fuerza, solidez y presencia. Al poner mis manos en la espalda de Pepe, no hice otra cosa que atender a mi propia espalda y darme cuenta de las zonas de mayor y menor movimiento, los lugares hundidos y los lugares cargados. Hizo su propio trabajo allí y se abrieron diques. El contacto es una herramienta poderosa. Y hay una forma de acompañar al otro sin juzgar, interrumpir, apurar y sin expectativas, en silencio. Si habla, bien. Pero eso depende de la persona que está tocada. Elaborará asuntos mentales, emocionales y espirituales así. En mi caso, la imagen


a la cual más recurro es abrirme adentro, centrarme cómodamente, pedir permiso y tocar. En ese momento los dos estamos siendo tocados y puedo seguir el proceso.

Si algo flirtea con mi atención me meto allí y observo qué información me brinda. Ahora practico llegar a la esencia sintiente.

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R onín

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ino Milke con Ronín hoy. Él durmió “pensativo”, dijo. Ronín juega con un encendedor vacío y sus zapatos, retorciendo, moviéndolos, hablándoles como títeres. Es divertido observarla entretenerse así. Esta niña es muy verbal, muy comunicadora. ayer a estas horas había alaridos, golpes y risas por la cocina. Mataban a 9 ratas que se cobijaban en el techo de la cocina. ¡Una masacre! ¡Hoy no! Los chicos corretean a un lagarto con su arco y flechas que ellos mismos han hecho. Todavía en esta cultura usan arco y flechas en las comunidades cuando van de caza además de la escopeta. Ya han matado a un pavo chico que

volaba y lo han salado para poder comer. ¡Ingeniosos, mis muchachos! De vuelta a la casa chispeó tres gotas. El San Pedro que venden en la calle es venenoso y tiene espinas largas. El San Pedro de hoy es un cactus largo y cuando está cortado parece como la fruta kiwi. Se cocina de tres a cuatro horas hasta convertirse en una mazamorra líquida. Contiene un porcentaje de mescalina y viene de la sierra del norte. Apareció el tío con un amigo en moto para ver a Milke justo cuando él estaba saliendo. Ahora llueve de verdad y el sol ha salido al mismo tiempo. Todas las plantas tienen una luminosidad extra.

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La Ceremonia con San Pedro

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ino Milke con sus compras para el pago a la tierra, fuimos a la casita con él, el motocarrista y yo para conversar y jugar con mi linterna y sacar fotos. Luego fuimos a ver el San Pedro mientras se cocinaba y nos sentamos afuera un rato ante el fuego para mirar las estrellas y conversar. A las 9 vienen Pepe y su familia. Entro en la maloca cayendo y haciendo un montón de ruido. “Qué entrada escandalosa,” dije, y me reí. Tomé lugar al lado de Pepe que preparaba su mesa con piedras y otros artefactos. Hay mucho movimiento para acomodarnos todos y encontrar espacio. Salimos afuera para el pago a la tierra con coca, perfume, caramelos, azúcar, sal, agua bendita, cañazo y ofrendas y pedidos de cada uno. Después de las oraciones y el pago, se llena el hueco y ya es lugar sagrado de meditación y plegaria. Comenzamos con la salida de la luna a las 10 de la noche. Tomamos el San Pedro. Líquido y algo amargo como para apretar los labios un poco después. Pero además de relajarme no hubo mayor efecto. No veía nada en especial y supuse que mi cuerpo está más acostumbrado a la ayahuasca. Después me dijeron que era porque no

tomaba mucho trago que siempre tiene que acompañar a San Pedro. Pepe, sentado detrás de su banca, sopla, canta, limpia y ve. El paciente se para frente a la mesa a cierta distancia y Pepe sopla en las 4 direcciones desde abajo hacia arriba. Su mujer pasa una espada o un palo de madera por los brazos extendidos del paciente en cruz, parado frente al maestro. Se sienta y canta sus cantos religiosos e indígenas que encantan - se llaman “encantamientos.” Son robustos que con el juego serrano elevan y animan. Después de hacer esto con todos nosotros, pasa la batuta al Curandero visitante. El maestro visitante trató a sus pacientes y me mandó a casa. Pepe no cerró del todo y me quedé colgando. Milke cantó para mí y para Pepe antes de irme. Y me sopló bajo las indicaciones del Curandero visitante. El soplo es para darle al otro tu canto, fuerza y protección. Soplas para ahuyentar malas energías y negatividad en partes del cuerpo. Soplas para conexión y apertura, expansión y elevación. Usas tu energía para botar lo negativo que molesta o interfiere. Dormí a las 3:30.


Me desperté a las 6:30. Salí a barrer y los chicos vinieron a hablarme, a hacer preguntas e investigar mi casa y jugar. Me acometió un rato de rasca rasca que me hacía sentir que quería salir fuera de mi pellejo como serpientes que dejan atrás su viejo cuero

mientras crece uno nuevo. Así me siento en estos días. Milke vino a soplarme antes de salir a buscar el video de su concierto y yo sigo acá guardando el espacio en una mañana tranquila.

............... El Curandero Visitante y Milke

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enemos ceremonia hoy y mañana con ayahuasca y el Curandero visitante puede ayudar a abrirme y desatarme. Me dijo que él puede ver sin tomar ayahuasca ya aunque las visiones son más luminosas con la purga. Y toma dos copitas y nada más. Ya está en su cuerpo. Puede oler ayahuasca y le marea. Él comenzó con su abuelo a los 11 años. Cada vez que observo a Milke en estas situaciones grupales, grandes o chicas, estoy fascinado con su carisma y cómo se permite ser humilde, sensible, juguetón, artista, músico y curandero, todo a la vez. Y todos quienes le rodean o conocen, le ayudan con deseos de buena suerte, éxito en lo que hace, que haya amor para él y este lugar, que sus proyectos salgan, etc. Recibe lo que da. Es excepcional encontrar a un hombre joven de 24 años con esta claridad y capacidad de liderazgo innato.

Siento que los días vuelan y que esa fase, breve e intensa, está llegando a su cierre justo cuando me abro y mudo de piel. Los zancudos y hormigas molestan, las moscas chicas y las avispas grandes van dando vueltas, “guardianes” de la casa. Pienso en todos los curanderos que he conocido y que me han atormentado también. Cada uno tenía un don especial y fue ese don lo que recibí, creo. No los puedo nombrar con exactitud pero cada uno me ha dejado huella. Creo que lo que más me alumbra es su humildad, apertura a la comunidad en servicios y artes y la profunda complejidad de su cultura. No la idealizo tampoco porque hay aspectos cuestionables también. Todo tiene su luz y su sombra.

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Un Estilo de Aprendizaje

C

on los círculos de halcón que hace Milke para alcanzar a la presa que en este caso es la lección por aprender, vamos entrando en el territorio de a pocos. La capacidad de escoger el momento apropiado para el próximo paso es un talento intuitivo bien refinado y en el caso de Milke, casi siempre acierta. Viene Mayco con cortaduras en su pierna porque estaba trabajando con un palo en el camino y cayó en hierba cortante. Vamos a mi casa, se lava y le eché sulfa, bromeando que parecía jirafa con muchas manchas, o tigre.

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Ayer en la ceremonia de anoche me limpiaron con madera. Y al Curandero visitante y a Milke con espadas de metal. Y sí, me sentí algo diferente y más liviano después. Tuve la imagen de ser un imán y sin embargo me cargo de la negatividad alrededor. La madera me conectó con mi madera interna, neutralizó la carga que se me había pegado en estos días. Me canta Pepe. Me mira. No me dice nada. Me sopla y chau. El

Curandero visitante me dice que me ve bien. Milke ha venido con unas pinturas acrílicas que le han traído de Lima. Pashco está acá, silencioso, jugando, durmiendo - parece estar cansado. Estamos pintando. Él dice que está contento que le encontré los virotes casi inmediatamente ayer en su espalda. Hoy me sopló y a la estatua también. Y pensamos construir una casita sobre el lugar del pago a la tierra. La tarde está cerrada con cielo gris y lluvia aguantada, brisas de vez en cuando y un calor como para echar una siesta toda la tarde. Vienen Jheffry y Terry con un grupo de franceses. Una mujer había hecho su tesis en una comunidad shipiba, habla el idioma y ha traído a sus amigos acá para conocer a Milke. Milke no dijo mucho y los franceses siguieron el discurso de Terry. Aunque así parecía, no llovió. Es el mes del fuego, fuertes vientos y poca lluvia. Estos repentinos vientos huracanados tumbaron al avión de Tans hace un año.

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La Ceremonia

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a ceremonia comenzó a las 8 y pico con el Curandero visitante. Pepe y su familia llegaron más tarde. Noche quieta. Estamos todos cansados. El Curandero visitante no tiene suficiente ayahuasca y manda traer más de su casa. Estoy mareado con pocas visiones y muchos recuerdos de momentos de mi niñez. Curioso. El Curandero visitante sopla a cada uno. Luego da la vuelta y canta y sopla a cada uno. Y duerme. Todos

duermen. Yo me echo un rato y la visión aparece como largos corredores amplios con cuartos amplios y un viaje a las raíces. Imagino que lo que recuerdo tiene alguna relación con lo que vivo actualmente. Salgo temprano para mi casa con calor, y todo me pica. Milke dice que es el efecto de la medicina y que debo trabajarlo. Procuro hacerlo.

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La Piel

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i piel y el escozor, la comezón y la picazón - si asumo sólo el rol de víctima a quien ocurren estas cosas, me quedo atracado. El hacedor de síntomas me hace rascar, dar vueltas, echar algo refrescante encima, cambiar de ropa. Me hace prestar atención a todo mi tronco. Molesta básicamente en la espalda alta y el pecho alto, me han salido manchas y pequeñas heridas. Me hinca, me pica, me calienta, me come. Asocio todo esto con cambio de piel, nuevos caminos, expansión

y explosiones internas. Bueno, este síntoma me está removiendo mucho ya y tengo que hacerle más caso. A las 4 me despierta Milke para soplarme y decirme que siguen trabajando, tratando de desatar a Pepe porque sólo los que hablan idioma lo pueden hacer y él no habla shipibo. Los brujos querían matar a Pepe y al Curandero visitante y él está ayudándoles.

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Ya es la mañana siguiente y ha salido el sol al mismo tiempo que llueve. Toda la amenaza de tormenta ayer ha esperado y ha sido anuncio de la lluvia de hoy. Pasa después de un rato y viene Mayco con una canción dulce y libre. Había hecho una quena de una espátula de la cocina y masking. Practicó y luego lo grabamos. Bonito y me recuerda de cómo estos niños están rodeados de plantas, comunidad, artistas, músicos, curanderos y toda la gente que viene acá. El Curandero visitante viene con todo su clan e hijos. Estos niños tienen conocimientos que otros niños no adquieren hasta más tarde, muchas veces. Acá observan, acompañan, juegan, hacen preguntas a toda la comunidad desde niños y muestran los atributos de sus padres también.

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Ah, el cansancio por fin llegó y después del almuerzo dormí una larga siesta y al despertarme no sabía dónde estaba. El calor ha sido sofocante hoy pero la brisa de la tarde ameniza amablemente con su flujo. Todos han desaparecido hoy, domingo, y estoy solo excepto por una ocasional visita de Mayco. No hubo ceremonia anoche. ¡Todo estaba en silencio, oscuro, con un cielo lleno de estrellas ¡Las estrellas que yo miro con este ojo me miran con el mismo ojo!

¡Desconcertante! Llovió a las 5 a.m. y mojó el pórtico. Antes podía meterme en la hamaca en la lluvia. Ahora no. Llueve y gotea en la puerta, hasta la banca. ¡Qué tal reparación, Lino! Se pudre la tabla del piso y no sólo el techo sino el piso necesitarán repararse. Bueno hay que hacerlo pronto. Los chicos se fueron a su colegio a las 7, uniformados. Mi amigo, el pájaro rojo, está en la rama de enfrente - todo quieto, apenas hay brisa. En la casita, veo mi mesa y está repleta. Simboliza cómo me voy llenando acá y mi necesidad de ir a Lima y hacer un poco de limpieza y reordenamiento. Viene Milke con Niwen pero llora demasiado y no puede concentrarse en la pintura, así que lo devuelve a la hamaca por el pozo con su madre. Me dice que hay la posibilidad de un resurgimiento de la huelga para el 20 de este mes y que le preocupa. Mañana compraremos en Pucallpa mi pasaje para Lima. Voces cercanas se mezclan con una máquina cultivadora. La brisa en las hojas, El canto de los lejanos pájaros, Es un concierto. Río de sonidos y colores, Ritmos y visiones.


Las estatuas se paran al otro extremo de la casita acumulando la fuerza de las nuevas v i s i o n e s pintadas en ellas. El cielo está azul con nubes blancas y la brisa es la más ligera de las caricias. Simplemente aquí. Nada que hay que hacer ni ningún lugar adonde hay que llegar. Simplemente acá. Simplemente este momento, de momento en momento.

Una noche tranquila y una conversación con Amelia por la ventana, ya que me había acostado temprano. Es su turno en el centro artesanal de empadronar y agrandar el local y ella está activa allí con el papeleo. Ronín ha venido también, así que salgo para saludarlas. Ronín escogió nuevas sandalias hoy. ¡Amelia había escogido sandalias de 2 soles y Ronín escogió las sandalias de 10! ¡Jaja! Esta chica va a tener interés en zapatos y vestidos cuando crezca. Es curioso. Pashco también tiene el mismo interés en los zapatos.

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El Colegio

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s la mañana siguiente y han venido los chicos antes de las 7 para hacer su tarea del colegio. No sabían, se hacían los tontos, no recordaban. Leer y escribir es una incógnita para ellos. Bill capta lo académico más rápido que Mayco. El colegio debe expandir la mente y el mundo de los chicos de una forma en que se fomente su curiosidad y el darse cuenta. Pero la forma y el contenido tienen que adaptarse a su mundo interno también pero nadie escucha.

145 Están aprendiendo un segundo idioma y no tienen la misma estructura ni alfabeto de su lugar de origen. Están aprendiendo acerca de una segunda cultura y cómo funcionar en ella. Pero esa cultura no indaga, no investiga e ignora a la cultura de origen en muchos casos. Los maestros entran y salen de huelga y los chicos no tienen clases. Por una parte es un desastre para el sistema y los maestros vistos como obreros y no como educadores que son. ¡Quieren plata!


Por otro lado es soltar a los chicos a su propio mundo cotidiano de nuevo para estar con su familia y amistades, aprendiendo de otra forma, menos rápida y más cotidiana. Si dejáramos que los niños nos enseñaran acerca de su mundo y puntos de vista tendríamos una mejor idea qué enseñarles y cómo. Y, sin embargo, quiero que aprendan a leer y escribir con libertad, gusto, facilidad y confianza. Bueno son cavilaciones de un viejo renegando con el sistema educativo formal y estatal. Probablemente debemos tomar un año sin colegio ni universidades, escuchar a los niños e invitarles a entrar en nuestros mundos para mostrarnos por donde les lleva su curiosidad y sueños. Construir una nueva forma de comunicarnos juntos. Los profesores necesitarían otro tipo de formación alternativa.

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en el camino. Sonido incesante, maniobras peligrosas del machismo en las pistas, y un calor aplastante cuando paramos. Compré el pasaje para dentro de unos días. Bien. Al regresar dejamos a Milke y familia en Yarina y yo regresé solo con el chofer, con quien hice arreglos para recogerme en el aeropuerto. La experiencia de apertura ha sido intensa esta vez. Los días vuelan llenos de la vida vivida y contemplada desde el ritmo de la selva con su calor.

Fuimos Pasquel, Milke, Karina, Niwen y yo a Pucallpa, pasando por Amelia y Ronín

La tarde está lenta como melaza soporífera y lánguida. El cielo está seminublado y la luz es tenue, sin brillo. De vez en cuando la brisa pasa por los agujeros en las paredes y techo y refresca suavemente. Todos están recogidos en sus casas. En un par de días habré cambiado de mundos y hábitat. Voy aprendiendo a no despedirme sino decir “Ya vuelvo.” Las conexiones son ya de larga distancia y local.

T

Curandero visitante y Milke con shacapa y canción abrieron mi visión. Trabajé con la espalda de un hombre que me buscó y

............... La Ceremonia de Despedida

uvimos ceremonia anoche. Milke llegó tarde con un colchón, purga y palo santo. Yo ya había tomado y estaba mareado. El


se sintió aliviado después. Milke me hizo atender a la niña con susto que cayó al cemento, se había lisiado y tenía fiebre alta y diarreas. Yo le soplé y luego chupé el susto de su estómago y le canté mientras le tocaba las piernas y el abdomen. Luego Amelia la sobó y encontró tres lugares para reacomodar los huesos y le dio medicina de plantas. Todos participamos en la curación, cada uno desde su posición. Era la nieta del Curandero visitante y él no podía curarla y necesitaba a los otros. Es algo del curanderismo - que uno no puede curar a miembros de su propia familia inmediata con la misma fuerza que tiene con aquellos de afuera. Curioso. Jheffry, Terry y los dos visitantes franceses susurraron mucho en francés e inglés durante la ceremonia.

A finales, Milke me llevó afuera a la palmera cerca de la maloca donde me indicó bañarme con el baño de plantas y flores. Así que a la luz de la luna y la frescura de la madrugada me bañé. Olía rico y de verdad refrescaba después del calor que sentí en la mareación en la maloca. Luego los otros salieron a bañarse también. El Curandero visitante me sopló y puso mis defensas para Lima y me preguntó qué tal veía su trabajo. “Muy bien,” le respondí. “No hay que preocuparse sobre lo que la gente dice. No estamos acá por la gente, no les hagas caso cuando hablen,” me dice. “Es el precio de la libertad,” digo yo. Las estrellas están brillantes detrás de un velo y voy a mi casa a descansar. Dormí con sobresaltos y picazón de vez en cuando.

............... Amelia y la Despedida

E

n la mañana temprano Amelia me dijo que cuando el Curandero visitante era niño dietaba en ayunas 7 a 8 días seguidos y era hueso y pellejo. ¿Es otro nombre para la pobreza y una forma de convertir una desgracia en una fuerza? Es también parte de la cultura de los curanderos iniciar a sus hijos interesados a una temprana edad.

Muchos se han iniciado así como Milke. Amelia no quería que se metiera pero él a escondidas siguió a su abuelo y el resto es historia. Canta y calma la noche. Su voz acaricia y abre los sentidos y por tener una buena voz y cantos complejos de cambios de registro, escucharlo es un placer. Me inspira a cantar. Amelia me dice que el

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Curandero visitante vio a una gigantesca anaconda entre mi casa y la puerta principal de la propiedad con una cabeza en cada lugar - serpiente de dos cabezas. La gente le toca la cabeza cuando pasa para que no salga y así con su fuerza acumulada hace que las plantas se sequen y mueran, que la gente se enferme y muera, que todo quede en nada. Es la envidia. Bueno, ya sacó a la anaconda y ahora necesita 4 noches de ceremonias para limpiar el terreno donde estuvo y el mal aire que dejó en la propiedad. “Su trabajo es con pura oración. Es fuerte, no tiene miedo, y está de pie para luchar como guerrero. Es bueno tenerlo como aliado.” Luego me dice Amelia algo como que la hermana de su mamá se casó con el padre de Lino que hace que ella y Lino sean como hermanos y el enredo siguió más para mostrarme el parentesco. Mi espalda ha sobrevivido todos estos días sentado en el piso y la cama. No me ha dolido mucho porque inmediatamente trabajo con ella para sacar los nudos, recolocar huesos y suavizar zonas duras. Admiro mucho a estas personas. Trabajan mucho físicamente, sus relaciones con la comunidad son buenas y numerosas. Tienen mucha fe. El cuidado de la tierra, los niños y los ancianos es constante. Hay mucha humildad de personas muy talentosas. Han

sufrido mucho y se han fortalecido con las tradiciones ancestrales como historiadores de las formas antiguas que eran buenas pero han ido desapareciendo. Todos cuidan a todos y hay mucha risa cuando se juntan. Inmediatamente se congregan alrededor de las personas enfermas y accidentadas. Su vocación de servicio como curanderos es admirable. No tienen horario ni lugar fijo. Se despiertan en medio de la noche para cuidar a la tierra, las casas, y a los niños. Su comida es sana y su idea de limpieza y dieta es esencial para la salud. Su relación con las plantas y la Naturaleza es participar en ella y no sólo admirarla. Y sí sufren cuando se pierde un árbol o una planta medicinal. Sus oraciones que van en sus íkaros y sus intervenciones para curar a alguien vienen de varias tradiciones. Vino Milke inquieto. Hablamos de la ceremonia y su fastidio con personas que conoce que antes eran aliados y ahora no. “Se han vuelto ambiciosos por dinero, mintiendo y soñando en llegar a la cima en poco tiempo para poder comprarse cosas. Dicen que quieren preservar la tradición shipiba. Es meterse, es aprender, y enseñar de otra forma y es aceptar nuevos elementos en las ceremonias y después, es seguir abriendo la visión en el dibujo, la escultura, la música.” Posé un rato mientras él hacía un esbozo en su lienzo de un curandero. Almorcé con


Milke y Jhefferson. Milke salió para buscar sus cosas y Jheff y yo conversamos sobre los franceses que llegaron y sus búsquedas. Mayco ya está acá comiendo sandía en las escaleras, la brisa refresca agradablemente y las hojas cantan con su peculiar ritmo y sonido. Observo al asombroso vuelo de un águila que se deja llevar por los espirales de viento que lo llevan arriba y abajo simplemente al extender las alas, sin esfuerzo. Es otro

Ya Vuel vo

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ejemplo más de seguir abriéndome a la vida y lo que me trae, aceptándolo. Mayco pasó la mayor parte de la tarde conmigo pintando barquitos y comiendo sandía. Bill vino para comer también y cargar la mayor parte de los colores y papeles a su casa para guardarlos hasta mi retorno. Conversamos, escuchamos música y lo pasamos bien, relajados y jugando.

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mpacado y listo para irme, encuentro la llave del candado pero no el candado. Los chicos han llevado sus cosas. Amelia está cultivando al frente, alrededor de las plantas. El trabajo en el campo no termina nunca. La tarde ya está fresca con brisa a la luz de las 5 y el comienzo del atardecer. Hay tantas cosas que pasan en un día. Estoy ya de despedida. Viene Amelia y charlamos largo rato de la gente, los proyectos, la artesanía. Ella ya ha comenzado una innovación de pintar los detalles en sus telas con ayahuasca que no se destiñe y tiene sus poderes curativos en la tela. Y vende bien. La gente se da cuenta de la calidad de su trabajo - obras de arte.

Es la mañana del viaje. Vienen Pashco y Ronín para jugar y despedirse y Mayco a recoger cosas que dejo como champú y jabón. Amelia y yo arreglamos los últimos detalles económicos y de proyecciones. Me dice que en la feria la pusieron como última en la cola y que vino una amiga extranjera buscándola, creando un alboroto, diciendo que el trabajo de Amelia era de otra calidad. Trajo a sus amistades y Amelia se ha llenado de pedidos. Qué bueno - mujer campesina cuando trabaja con las plantas y mujer artista cuando hace su artesanía. Cuando tiene pedidos así, trabaja día y noche para pintar sus telas. Se refina mucho la ayahuasca hasta ser semi goma que se pega a la tela y no sale. La tela pintada así con ayahuasca

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con sus diseños y cantos se convierte en tela sanadora. ¡Que buena idea! Si agrega hollín de hulla que ha raspado del contenedor donde se ha quemado, tiene la base de tinta china y la ayahuasca cambia de un marrón amarillento a negro. Me dice que urge limpiar el pozo. Primero vacían toda el agua hasta el fondo donde hay piedras. Se saca toda la basura y se echa un cojín de lejía. El pozo toma un día y una noche para llenarse de nuevo. Al día siguiente pueden tomar y usar el agua.

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Esta vez salgo con granitos y escozor en la piel que sigo investigando. Algo está erupcionando desde adentro hacia fuera, creciendo, soltando amarres. Es reconfortante poder decir “Ya vuelvo” y saberlo cierto. Pashco no fue al colegio para poder acompañarme al aeropuerto con Amelia. Ella me enseñó algo hoy, antes de mi partida. El perro que está con ella, Lobo, es lanudo y de cara

fea. Pero ella lo había encontrado botado por su vecino y maltratado. Lo llevó a su casa, lo bañó y le dio restos de comida. Usó limón y otras cosas que le hizo perder todo su pelo al perro como una limpieza y de nuevo crece lanudo. El vecino vio a su perro recuperado y vino para reclamarlo. Amelia dijo, “Claro, llévalo. Tú lo maltratas. Por eso, vino acá.” Y efectivamente el perro comenzó a llegar a su casa y le seguía por donde ella iba. Y el vecino reclamaba el perro día tras día y ella no dijo nada. Un día ella estaba caminando hacia la chacra y escuchó un sonido detrás de ella y allí estaba Lobo y era demasiado lejos para llevarlo al vecino. Así siguió caminando y desde allí Lobo no la deja. Y la cuida. Y anda solito. “No tiene hijo, no tiene hija, no tiene mujer.” La posibilidad de no resistir y a la vez brindar amor y claridad es una sabiduría profunda. Es curandera de animales, niños, mujeres embarazadas y pos parto, adultos enfermos y plantas.

............... Las Mujeres Shipibas

U

na de las razones que las mujeres que trabajan en la selva se mantienen paradas y fuertes hasta la vejez es porque caminan y trabajan mucho cerca de la tierra.

Cuando no llueve pueden usar los motocarros que contaminan el medio ambiente. Pero cuando llueve y todos los caminos se llenan de barro, no tienen otra alternativa que


caminar kilómetros para hacer las tareas de su vida. Muchas veces llevan a los niños consigo para ayudarles y acompañarles y hacerse fuertes. Hay mucha pobreza en la selva y el trabajo de horas largas no está bien remunerado. Pero siguen creando, expresando belleza en su artesanía, sabiendo que su venta les dará de comer.

............... Soplando

E

n la selva soplamos alrededor de la casa, en la puerta y las ventanas, dentro de la casa sobre el mosquitero, en los 4 rincones y al techo y afuera en las 4 direcciones alrededor de la propiedad, soplando a cada edificio desde una distancia,

al cielo, a la tierra y al agua. Colocamos águilas, lobos, otorongos para protegernos de los sueños de la noche de los tonches, de las aves de mal agüero, de las cosas que andan por la noche.

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SIGUIENDO EL CAOS, NATURALMENTE; ENCONTRANDO CAMINOS

ca p í t u l o 7

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Terremoto

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Estando en Lima, en mi departamento en el cuarto piso, ha habido un terremoto fuerte y me ha trastocado más de lo normal. Mi reacción indica un trauma. Arreglo regresar a la selva antes de lo planificado. Mi piel empeora y siento que

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algo está ocurriendo que está fuera de mi control. No me siento seguro en la ciudad ni en mi departamento. Los remedios caseros no me ayudan con la piel que comenzó como síntoma en la selva. Hay algo profundo ocurriendo dentro de mi vida.

............... La Nueva Lle gada

L

a aventura comienza de nuevo. Tomo el avión a Pucallpa y llego sin novedad en una hora. No hay nadie. Llamo a Milke por celular y dice que vendrá en 10 minutos. Viene con el Flaco Adams, el gordo sonidista. ¡Se ha cortado el pelo! Antes lo llevó largo

y en cola, ahora no. Fuimos al fundo y Rao Nete. El camino ya es pista pero tienen que poner el ripio esta semana. Me dicen que es una nube de polvo y tráfico los fines de semana. Ya abrieron el albergue. Saqué cosas de las maletas. Vinieron los niños,


afectuosos, todos con gripe. Niwen sangró de la esquina de su ojo hoy y Milke y Karina se asustaron. Después Milke me cuenta de cómo su administrador no había pagado las deudas de la orquesta, y cómo se había llevado el dinero y traído abajo el buen nombre de Los Shipis. Él y el gordo han pagado todo excepto a la cervecería que amenaza con embargar sus instrumentos que él ha tenido que repartir y esconder. Pocos saben de esto. Se desilusionó y se deprimió. Quedamos en que pague la deuda hoy porque por cada día que demora, la cervecería aumenta la deuda de forma escandalosa. Me cuenta que viaja en estos días a Lima con un grupo de franceses que no conoce. Quieren llevarlo a

Francia para una exposición de arte visionario. Me avisa que tendremos ceremonia hoy por la llegada. El tío ya barrió la maloca, yo no entro en la casita de arte hasta mañana porque está en proceso de limpieza y por eso se cortó el pelo, no por el viaje. Los chicos vienen con su hilo dental que les regalé, me comentan sobre el afiche de animales que les traje y cuáles animales les van a comer si se portan mal. ¡Y tenemos dos barriles para la basura! Viene Francisco y me dice que le fue bien en Lima con mi amigo, y que están viendo cómo distribuir el Agua de la Vida. Me ayuda a colocar la hamaca con un nudo especial. Viene Ronín y le dejo su regalo de perro de peluche y se va contenta.

............... ¡Después de Lima, una Ceremonia!

T

odos se van y me quedo en la hamaca reflexionando sobre el viaje a Lima. En mi viaje anterior fue un temblor con subidas de precios. Esta vez fue un terremoto de estar en el cuarto piso. Y sentí miedo de ser aplastado por los escombros del edificio y el deterioro de varias relaciones. En Lima

no me siento tranquilo. Acá estoy bien. He llegado, ha llovido, ha soplado el viento y la temperatura está fresca. Pero aun así, prefiero esto. Puedo escuchar a los pájaros, el viento, los sapos y los grillos. Me eché un rato en el mosquitero, por cansancio y el relajamiento de haber llegado.

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Fui a la maloca para charlar con el tío que recién llegó el jueves porque estuvo retenido en su comunidad por dos enfermos graves que tuvo que curar. Al rato llega Francisco. Y hay varios pacientes de Milke que no conozco. Él preparó su mezcla de gasolina, ajo, alcanfor, y otra cosa como perfume para ahuyentar al mal. Tiene algo en la espalda que le fastidia mucho y camina como viejo agarrándose la espalda. Comenzó cuando pintaba. No está lisiado. Me pide ayudarle y le toco, salta y tiembla como un animal salvaje amarrado. Con movimiento y quietud, poco a poco se va calmando. Luego el tío le soba con gasolina y le sopla. Y luego Pancho le chupa virotes. Con toda esta atención y fuerza, debe poder regresar al mundo en mejores condiciones. Claro, le dije, no trates de erradicar lo que sientes antes de permitirte sentirlo. Quizás tenga que adentrarse un poco más en el dolor para ver qué es lo que quiere decirle, pero esa es mi manera de hacer las cosas. Hablé con Pancho acerca del Agua de la Vida para mantenerme y para mi piel. 10 hojas sancochadas por 10 minutos y el agua para lavar las heridas 3 ó 4 veces al día. Me explicó cómo tuvo que luchar contra todos los problemas que enfrenta. Está preocupado por “un joven” (su hijo, descubro después) de 23 años a quien tuvieron que traerlo amarrado al bote por su locura y deseo de

tirarse al agua y ahogarse en el río. Es un daño fuerte. En mi manera de ver las cosas, la persona a quien le hacen daño no sólo es víctima. También ha contribuido de alguna manera a dejarse dañar. Y si, en vez de quejarse, se pusiera a trabajar, porque está construyendo su futuro, avanzaría paso a paso. Pero nuestra parte infantil quiere tener todo en este momento. El daño también viene por las imágenes de éxito que se proyectan los jóvenes.Resaltan mucho más el producto que el proceso. Y estos incentivos cotidianos llenan a los jóvenes con falsas y distorsionadas expectativas, muchas veces. La sociedad no les dice esto pero les trata así -si tú estás entre los 19 y 35 años en el Perú, eres considerado joven. Si eres pobre y no tienes más educación que la Primaria y máximo Secundaria, vas a pertenecer a la clase obrera, maltratada, mal pagada y marginada. Vas a trabajar duro y muchas veces no te van a pagar lo justo o te van a dar menos de lo prometido y de mala gana. Si tienes suerte y conexiones, a veces se te abre una puerta pero no todos pueden ser artistas y músicos. Es saber que, por milagro o por tu propio trabajo, consigas una oportunidad. Aún así tienes que pelear para mantenerte al nivel de excelencia impuesta y requerida o perderás la oportunidad por la competencia que existe entre los jóvenes para conseguir


un lugar o un puesto. Y el dilema es lo de siempre. En vez de enfatizar el valor de los logros y el proceso de construcción y cocreatividad con otros, incluyendo la lucha con sus propias sombras y demonios, el énfasis está puesto en el dinero, el consumismo y la comodidad lujosa. Hay “víctimas” y víctimas. Requiere coraje y madurez enfrentar la realidad de todo esto. Bueno, después de cantarme Milke, conversamos sobre el cómo yo ya debo estar más acá como encargado de soplar las casas, la maloca, la tierra y asegurar que todo vaya bien, ayudando a que estemos protegidos. Hablamos de proyectos y sueños. Ha sido un primer día lleno de cosas. Me acosté a las 3:30 a.m. Todo crece. Hasta el campo quemado al fondo de la propiedad hace tres semanas ya está verde. Me dicen que las lluvias de estos días anuncian la llegada de la época pluvial entre octubre y marzo. Eso no significa que llueva cada día pero es la época del barro, charcos y repentinas tormentas. El agua se incrementa y las corrientes son fuertes. Este año estoy viviendo estas transiciones con más consciencia. Sigo con picazón y rasca rasca. Voy a agregar las hojas de la planta de la vida a la pomada que uso. Es la época en que las hojas caen de los árboles y lo que barres hoy vuelves a barrer

mañana. Pero no es una tarea desagradable. Es ejercicio físico de limpieza como bailando con la naturaleza. Da gusto ver el resultado y en la mañana sigue como un ritual de meditación y movimiento en el caos de los días. Milke me recordó ayer que es nuestra tarea hacer entendible lo que a veces es muy complicado. Por su corte de pelo, parece más maduro. Va a Francia con estos franceses, no sabe a qué organización pertenecen, no tiene idea de sus intenciones, excepto por una exposición de cuadros visionarios. Es un salto de fe sin saber qué pasará. Es un juego cósmico que nos ha reunido. Ya estoy más metido en la vida y la familia acá. Yo dejo la ciudad para buscar la complejidad en la sencillez y él deja el campo y su familia por la ciudad y el mundo. Paso la mañana descansando de Lima, la ceremonia de anoche y el estrés de la ciudad. Vino Pancho con mi botella de Agua de la Vida antes de irme a almorzar. Voy a mi casa con los chicos y justo cuando comenzaron a dibujar Milke me llama a la casita con mis cosas. Está bonita. Sólo falta poner detalles. Tomamos camucamu preparado y estaba fuerte. Terminamos la botella entre los 5 que estuvimos presentes. Será la forma en que Milke se despida por una semana. Se van el tío, el Abuelo y

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Plácido y nos quedamos solos, Milke y yo. Estoy haciendo bolas de la lana que he traído de Lima para hacer el macramé y he recibido más de un comentario sobre las mismas. Al rato se va, yo me organizo en la casita, regreso a mi casa debajo de un cielo oscuro y amenazante y sí, efectivamente, sopla y llueve un poquito. Los chicos rondan por allí, lo cual me encanta.

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Simplemente aquí de nuevo - una frase ya cargada de historia y sentimiento. Han elevado el techo de mi casa sobre la entrada para que el agua se resbale hacia abajo y afuera y no dentro de la casa como antes. Así puedo estar afuera y relativamente seco en una lluvia con algo de viento. Todo está en movimiento con el viento y tiene su sonido. “Hasta los terremotos tienen su canto que después se tranquiliza en algo.” Este concierto casi me deja sin aliento. Comienzo a sentir las diferentes fuerzas de la tierra y de los palos y plantas acá. No tengo los detalles pero algunas son más fuertes y energéticas que otras.

Me desperté a las 6:30 a una mañana fresca con brisas fuertes, cielo gris y clima como para ponerse camisa de manga larga. Fui a la casita a barrer. Era un muladar alrededor con trozos de madera, botellas, tela metálica y restos de mapacho. La basura de los constructores. La Madre Tierra no tiene que procesar la basura así. Pero si la quemamos envenenemos el aire que respiramos. En la ciudad alguien viene y recoge nuestra basura en nuestras bolsas plásticas que también envenenan la tierra. ¿Por qué la ciencia tecnológica no gasta más tiempo y dinero para investigar y crear otras formas de convertir nuestra basura tóxica en fertilizante nutritivo para la tierra? Así que no sé qué hacer. Pedí y conseguí barriles para quemar lo tóxico dentro de ellos y recoger toda esta basura botada por la comunidad. Pero nadie hace nada y yo tampoco. Así, manos a la obra y a ver si uno de estos días llevo a los chicos conmigo, la recogemos y la quemamos como ceremonia. Entré en la casita de arte y la arreglé pero no toqué el caos de Milke en su mesa. Me instalé, sale la primera luz de la mañana, y hago un ritual de instalación. Milke vino ayer antes de irse con indicaciones para el lugar, las casas y la maloca. Pasquel hizo toda una dramatización graciosa acerca del viaje de su padre con el avión y que él era el piloto pero no podía volar. Milke le reasegura que va por unos días, que no se


preocupe, que volverá pronto. Pashco dice que me va a cuidar y yo también les digo que les cuidaré. La nueva tela metálica da un tinte verde de trasfondo a todo - bonito. Estoy rodeado de los pájaros que cantan y los otros sonidos que me gustan en este lugar mágico en medio de la propiedad. Es fascinante ver y escuchar el movimiento y sonido del shibón en un día ventoso - es música. El universo intencional de la fuerza del silencio del Soñando es auto-reflexivo, mirándose a sí mismo en la infinidad de variaciones creadas, conociéndose en el pluralismo profundo de

sus asombrosas diversidades. Los sueños y los síntomas y los flirteos cuánticos en nuestro entorno son la manifestación de ese mundo no consensual en la vida cotidiana. Están allí para recordarnos a reconectarnos con la fuerza del silencio y el entender a nuestra experiencia a través de otra óptica más amplia, del Gran Tú. Los chicos y Roy juegan pelota en la cancha. El tío cultiva. Los chicos vienen a dibujar y los observo en silencio desde la hamaca. Después de bañarme, voy por la propiedad con Kananga y soplo a todo, mi tercera noche acá en esta fase de la aventura.

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La Comunidad se Cura

H

oy comienzo a perder el concepto de tiempo, días y fechas. Amaneció con sol y alguito de calor y ¡zas!, sopla una brisa fresca del norte que casi enfría. He venido a la casita después de barrer y miro nuestras mesas enredadas y cargadas. Me río. ¡Buenos espejos! Tuve un ataque animal de rasca rasca esta mañana, como querer sacarme el pellejo. Tal vez la circulación

sanguínea ayudará a sanar las heridas y el síntoma es la solución-rasca, estimula, sana. Este proceso es para recordarme de una forma concreta que puedo soltar el control, confiar en este proceso, abrirme a las experiencias vividas y aprender, crecer, practicar. Estoy aprendiendo a seguir al caos, de una forma natural, y hay señales de nuevos caminos que se van abriendo.

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Regresé un rato a mi casa y vinieron los chicos a pintar y luego se van. En la casita de arte comienzo a desenredar la lana para hacer las bolas para el macramé. Vino Mónica, me habló en shipibo y ofreció ayudarme. Se sentó y colocó la lana sobre sus rodillas e hizo la bola desde allí y una segunda madeja con sus pies y admitió que era un buen ejercicio. Su forma era mucho más rápida y fácil que la mía. Así hablamos en shipibo y español. Y yo riéndome y adivinando mientras hablamos sobre los colores y sus combinaciones.

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Después del almuerzo los chicos me buscaron y fastidiaron hasta sentarme a pintar con ellos. Todos pintamos y con concentración. Vino Lino y le indiqué las reparaciones que quiero que haga en mi casa – reemplazar el listón rajado del techo, la tabla del piso y tapar el hueco con tablas, por seguridad. Hemos colocado un barril con tierra frente a la maloca donde quemaremos. Es un buen lugar. Mañana comienzo a recoger cosas y llevarlas allí. Si no lo hago yo, nadie lo hace.

Ayer era día de Santa Rosa de Lima y feriado acá. Hubo una de estas fiestas irritantes donde tocan fuerte hasta las 3 a.m. y que el viento trae desde lejos a nuestro lado. Barrí y vacié un costal de basura en el barril. Pashco y Ronín vienen conmigo a la maloca para pintar y no molestar a Lino mientras trabaje en mi casa. ¡Al irme a la casita de arte me encontré con Amelia limpiando y ordenando la mesa de Milke! ¡Las personas que limpian detrás de los otros! La verdad es que la gente suelta la basura como si la Madre Tierra pudiera comerla de un día para otro. Son las pequeñas basuras que me molestan más. Me fastidia la inconsciencia que tenemos de nuestro efecto en la Madre Tierra. La necesitamos y nos necesita en esta sinergia compartida. Por lo general asumiría que cada uno es responsable por su propia basura y no aquella de su vecino. Aquí parecería que la basura es de todos y nadie asume responsabilidad por ella. Después de pintar un rato con los chicos fuimos para mi casa, me siguieron y jugaron afuera hasta que lloró Ronín. Salí, la recogí, y fuimos hacia la casa grande para depositar a los chicos allí.

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El Nieto del Tío

A

melia me cuenta del nieto del tío que está grave. Tiene 9 meses, una infección interna con hinchazón en la barriga. Lo habían traído acá y se mejoró, pero después dejaron de traerlo. El mal aire del ventarrón le ha agravado su situación y a esa edad los niños no toleran bien la infección masiva. Ya lo sabemos. ¡Lo vivimos con el nieto que murió! Su espíritu nos recuerda cuidar a los bebés con infección y desnutrición. Aquí vivimos para cuidar la salud de todos, que no se enfermen, que haya comida una vez al día, que todo marche bien con tranquilidad y protección en la comunidad. De esta manera, todos somos importantes por la red de interconexiones que hay dentro de la comunidad y fuera de ella. Entonces si hay algo que no me gusta y quiero cambiar, puedo tomar la iniciativa y ver cómo va. No tengo que esperar a que otros lo hagan. Viene Mayco para pintar un rato. Cuando voy a almorzar, Karina me informa que ayer era su santo, lo había olvidado y Milke la llamó para recordárselo. Dice que Milke tiene citas todos los días de la semana y no sabe cuándo regresará. ¡Ja! ¡Karina dice que ya ni le pregunta! Almorcé con los chiquillos, Pasquel y el hijo del Curandero

visitante que ha venido con su abuelo Lino. Fue un almuerzo de matar a los malos, a los terrucos, aviones, sangre y películas, todo mezclado con la comida. Asombrosa la agresividad en la imaginación al comer. Al hijo del Curandero visitante no le gusta el pescado pero ¡Pasquel come hasta mis huesos! Me acompañan a mi casa para pintar mientras yo descanso. Después que se fueron fui a la casita de arte y comencé a armar el gran macramé que voy a crear. Va a estar bien bonito. Más tarde viene el tío con su familia y me pide un apoyo para su nieto. Ha tenido diarreas, fiebre alta y estómago hinchado. Amelia dijo que es una infección. Me explica que el niño estuvo grave ayer. Le pregunté cosas a la mamá y me dijo que tenía susto porque le gritaron a ella y él no ha comido en esos días pero sí ha tomado leche. Juego con el niño, agarro su atención con sonido, hago contacto y limpio su estómago y su pecho. Le soplo y a la madre también. Le sugiero que pruebe bastante líquido además del preparado de Amelia. El chico llora y mama mientras hablo con su madre. Le aseguro que Amelia ya preparó la medicina y el chico parece estar más calmado. Más

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energético, presente. No sé si ayudé o no pero es un apoyo para el tío. Y para la madre. Es invitarla a un proceso. Vamos a tener ceremonia hoy con el tío, Pancho y yo con nuestros enfermos. He conversado con Mayco acerca de los límites y le he dado un poco más de atención. Hemos pintado juntos tres veces y almorcé con los chicos. Necesito un poco de tiempo a solas también. Hay agitación de idas y

venidas de motocarros al albergue. Lamento esta invasión. Mayco y Roy separaron hojas de shibón frente a la maloca. Me metí y les dije que no lo hicieran hasta chequearlo con Amelia. Más tarde ella me menciona que va a buscar una planta especial para cortar la diarrea de Ronín que debe tener bichos. Y me cuenta una historia de cómo la hoja de ayahuasca es una madrina que la cuida y protege.

............... El Barril de Basura

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espués de hablar con Amelia voy al nuevo barril para quemar basura e inaugurarlo. ¡Casi fue un desastre! El barril está pintado de negro adentro y afuera. ¡Al prender fuego, las llamas prendieron adentro y afuera! Felizmente hubo tierra alrededor de la base del barril y yo frenéticamente lancé la tierra para sofocar las llamas externas y no quemar el pasto seco. Las llamas dentro demoraron mucho por estar lleno el barril. Yo iba y venía hasta quedarme mirando al fuego que flirteaba conmigo. Descansé, charlé con Mónica que iba a chequear a Roy. Me habla en shipibo y me ayuda con el idioma. No entiendo, intuyo. A veces acierto, muchas

veces no. Es amable conmigo. Le voy a enseñar cómo atar el macramé. Al entrar en la maloca para la ceremonia, el tío me dice que su nieto está tranquilo y todos están sorprendidos y contentos. Pancho pregunta por mi tobillo al caminar en la oscuridad a la maloca y le digo que es barómetro de no correr. Tomamos ayahuasca juntos, primera vez con Pancho. Él se marea rápido y canta. Luego entra el tío. Canta en esta octava alta de falsetto que cura con palabras en shipibo que susurran y calman. No me provocó cantar aunque Amelia hizo el pedido a través del


tío. Era una noche calmada en sí. Desde el albergue, al fondo, pudimos escuchar a los hermanos adventistas cantar himnos cual espectáculo con voces mezcladas. Los grillos y sapos cantan cerca y estos dos “médicos” cantan, soplan, conversan, chupan, golpean con piñón colorado. Ven a un Milke en la comunidad seguido por dos tipos y que tenemos que ayudarlo. No tengo mucha visión ni mareación con la purga pero sí me relajo y sigo el ritmo de la noche hasta que por fin, fatigado, me voy a la cama a las 2 bajo el cielo luminoso de luna menguante.Me hallé dos o tres veces rascándome furiosamente en mi sueño.

lo voltea y se moja un poco. Su mirada era como diciéndome: “Mira lo que he hecho. Ya me mojé y se ve mal. Pero tengo que hacer lo mejor de una situación vergonzosa. ¡Así que, a buscar otra forma!” Todo esto en un segundo. Es un pequeño animal elegante. Al rato aparecen el tío y su hijo cargando mi agua para el baño. Qué gentileza. Comparto mi piso con hormigas y uno que otro zancudo. Ya van llegando. Los sentí más anoche en la maloca. En Octubre cuando llueve todos los días un ratito, son como enjambre de nubes y nosotros metidos en el barro. De una forma extraña, lo anticipo con más consciencia que antes.

Es la mañana siguiente. Karina me trae mi hierba luisa. Pashco lleva mi balde de agua,

...............

E l Di a g nó st ico de mi Piel: Mundia l i l l o, A rco R o jo y G us anos de la Muer te

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ormí cuatro horas y vine a la casita de arte para escribir, pintar y comenzar a colgar los hilos y arreglar los colores del macramé. Vino Mónica y me observó mientras yo ataba nudos. Entre sus comentarios me

dijo que me veía envejecido por las malas noches y el susto del terremoto y que antes no era así. Y que había venido joven la vez pasada. ¿Qué ha pasado? Mencioné el disgusto y el temor en Lima, los grandes

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cambios que estoy viviendo y el escozor de la piel que me atormenta. Pide ver mi piel manchada y ¡exclama con susto cuando la ve! “¿Desde cuándo?” “Antes de irme a Lima,” le explico. La examina y me dice que sabe qué hacer. Nos despedimos y voy a mi casa. Al rato vienen Plácido y Mónica y

dicen que creen que es de Sheena la perra sarnosa que durmió en mi casa varias veces. A ellos los ha dejado así también y tienen un preparado que usan. Baño el torso de mi cuerpo y Mónica aplica su loción. Pica como medicina y les agradezco. Me ha calmado.

............... La Situación de Milke

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ui a almorzar y me acompañó Pasquel y Amelia me saludó al llegar. Vine a la casita de arte después y apareció Amelia. Admiró el macramé y quiere aprender. Habló con Milke. Los franceses encargados de sus papeles para el viaje a Francia han ido con Tito, el músico, al interior del país y han dejado todo a cargo de Pepe y su esposa. Milke sólo se quedó una noche en el hotel. Y para el colmo tiene que pedir prestado dinero para pagar la visa en la embajada y nadie tiene. Los franceses le pagarán cuando regresen. La miro a Amelia y le digo lo que pienso. Si es cierto es una falta de respeto y responsabilidad de los que invitan. Milke tendrá que aprender sus lecciones de esto, de no tener nada claro, de ponerse en manos de quienes no conoce, de ir a Lima sin fondos, etc.

Mayco viene para sacar fotos y le digo, un pedazo de basura equivale a una foto. No le gusta la idea. “Dame una contraoferta,” le digo y se limita a reír socarronamente. Volví a mis reflexiones. Que aprenda a trabajar por lo que quiere. Su padre no trabaja mucho de forma tradicional. Los curanderos no tienen horarios fijos y necesitan mucha fluidez. Los trabajos van y vienen porque se conocen entre sí y comparten sus pacientes. Con Amelia quedamos en prestarle las dos últimas semanas de mi comida acá para que Milke tenga la plata que necesita para pagar su visa en Lima pero que me devuelva el dinero apenas llegue acá. Después de bañarme vienen Mónica y Plácido para ponerme mi nueva medicina.


La tarde es calurosa con apenas una brisa. Hay fiestas todo alrededor con su ritmo insistente que nos idiotiza después de unos minutos. Y el Encuentro Adventista de fondo con su música. Me desperté a las 6 con la espalda bien tiesa. Había dormido tranquilamente toda la noche sin rascarme. Tengo “la sarna de Sheena” y me están curando con su medicina. Barrí un poco y vino Mayco. Durmió en Yarina, dijo, y ha venido temprano. Vino Mónica al ratito y me examinó - está secándose. Ayer el público era Roy y hoy día todos los chicos han observado cómo ella aplicaba el líquido por las partes infectadas. Es lógico que una medicina del lugar vaya a funcionar para la infección de un animal acá. Muy agradecido. Al irse Mónica, se quedaron Bill y Mayco para verme dibujar y comenzamos a hablar del campamento de los adventistas. Yo estaba medio en burla con ellos, diciendo, “Siempre dicen que Jesús va a venir mañana. ¿Y por qué no dicen que ya está? ¿Ha venido ya, hoy, y no mañana?” Entonces, lógico, me preguntan si la tierra va a desaparecer y todos vamos a morir. Hablamos un poco de eso y me avisan que su abuelo les ha dicho que la tierra va a desaparecer y él va a morir y lo entendieron a su manera. Luego Bill pregunta, “¿Y cuándo viene Jesús?” Cambian de tema porque viene Amelia con

su medicina que parece similar a la medicina de Mónica y es de plantas -huele a DDT. Ella va a plantar uvo y catawa. Viene Karina con la hierba luisa y pregunta por la sarna. Pashco y Ronín quieren pintar y saco las cosas y les pido guardar todo en la caja cuando terminen porque voy a cerrar la casa. Lo hacen. ¡Bravo! Vamos con Mayco que quiere sacar fotos y nos acompaña Pashco. Recogen 40 pedazos de basura para 40 fotos. Su ojo fotográfico va mejorando. Mira más, de cerca y juega con ángulos. En la casita armo algo de macramé y viene Gilberto con un amigo. Está chequeando la cocha para ver si se ha secado porque Freddy, su hijo, ya volvió de su viaje y estará acá mañana. Mira las estatuas de Milke y efectivamente, se han agrietado, especialmente aquella de las serpientes y el águila. Las fiestas de anoche que prometieron ser muy bulliciosas se calmaron a las 8 y así dormimos bien. Es domingo, día de visitas y descanso, trabajitos dejados de lado, y tiempo con la familia. Mañana los chicos regresan al colegio. Ayer vi la situación de Milke como melodrama y hoy la veo como comedia, puede ser que sí, puede ser que no, vamos a ver … Como síntoma yo ya elaboré muchas cosas psicológicas y emocionales con mi piel.

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Probé pomadas, cambio de ropa, dieta, agua y seguía la picazón. Después de estar aquí una semana lo mencioné, lo miraron y diagnosticaron como de Sheena porque todos ellos habían tenido algo parecido también. Pusieron su medicina de plantas y en menos de 24 horas se había secado 50%. Amelia, mi amiga curandera, dijo “Yo te dije no dejar que Sheena entre en tu casa y tú no me hacías caso, por ser bueno con los animales. ¿Ya ves?” ¡Y se rió! Lección aprendida. Y es la razón por la que me sentí como perro con pulgas, rascándome. Escuchar al otro desde su mundo es muy diferente de escuchar al otro desde tu propio mundo cotidiano. Ella tiene más experiencia con sus animales que yo.

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El proceso de estar dentro de otra cultura como invitado e investigador lleva consigo herramientas de responsabilidad. Para mí lo más importante ya no es saberlo todo sino poder vivir cómodamente en ese mundo sin entorpecer las relaciones y participar activamente en la comunidad con mis propias habilidades. Fui a mi casa después de avanzar con mis múltiples tareas. Karina me avisó que me habían llamado desde Lima y que debo prender mi celular pero no tengo cargada la batería. Más tarde, después del almuerzo y descanso, vino Mónica con su medicina y

la medicina de Amelia. Son iguales. Se va curando. Ayer era feamente rojo todo y hoy ha bajado la intensidad y va desapareciendo. Mayco viene para comer semillas de girasol y decirme que ya sabe montar bicicleta y que el hijo del Curandero visitante le va a prestar la suya en la tarde. El Curandero visitante supuestamente viene de Lima hoy. Luego me habla de cómo su papá vio un pelacaras por acá, con rabo. Por acá han matado a uno y cuando le quitaron su máscara, ¡era un hombre! Supuestamente el pelacaras rapta y come a los chicos en la noche. Hay una luz especial alrededor de ellos. Y hay muchos con rostro de humanos. No sé si es fruto de su imaginación o si es lo que los adultos le dicen, o viven en otro mundo, pero eso es lo que hablamos - montando bicicleta y pelacaras. Terminamos y fui a la casita de arte para terminar de armar el macramé y sus hilos para comenzar a atar nudos. Será una cortina curativa. No he hecho un macramé así en años y esta vez ha sido una decisión consciente y mancomunada para enseñar y practicar. Plácido, Mónica, Amelia y Karina dicen que quieren aprender. Será el lienzo sobre el cual ataré estos días, pedazos entrelazados en un universo más incluyente de todo. La luz a estas horas es cálida, cargada de amarillo y es hipnotizante. Revela detalles con focos luminosos sobre un fondo que


va oscureciendo. Es la hora mágica de poder entrar con facilidad por las puertas del Soñando a los mundos paralelos. ¡Qué mañana! ¡Qué noche! Me picó el cuerpo toda la noche y me levanto a las 6 y voy a la casita para barrer. Amelia me saluda desde entre las plantas donde está agachada cultivando, fumando su pipa, haciendo sus ritos con las plantas y la tierra. En la casita espero a Mónica y me dice que tengo que sacar mi colchón y la almohada al aire y sol por 7 días, cambiar las sábanas y lavarlas, igual el mosquitero con lejía. ¡Qué fastidio! Pancho, el vecino, viene a ver mi situación y pedirme prestado 5 soles que no tengo. Le pido a Karina lavar el mosquitero y tengo cambio de sábanas en la maleta. No hay lejía. Voy a la casita de nuevo, ato una hilera en el macramé y al ratito viene la nuera del tío con su hijito. “Vengo a molestarle otra vez,” me dice. Su hijo, Franklin, come, llora, ya no tiene fiebre y duerme. Pero llora mucho y su vientre está caliente. La medicina de Amelia se acabó y no sabe qué hacer ni dónde estará ella. Va a viajar por un mes a su comunidad y quiere saber cómo cuidarlo y alimentarlo. Es el primogénito. Le da leche materna cada vez que pide. El chiquillo no la deja hacer sus cosas y a veces se molesta con su llanto. Le da

galletas, hígado de pollo, leche. Hablamos de cómo ella traslada lo que siente a su hijo, y él expresa lo que ella siente. Está cansada y un poco asustada. Sugiero que vayamos donde Mónica que es curandera natural y madre de cuatro. Mónica viene a nuestro encuentro y le presento el problema. “Nada de avena, ni de leche en lata,” la advierte. “Dale hierba luisa o té con canela. También puedes darle agua de arroz, papilla de papa o zapallo y bastante líquido. Va a llorar y querer comer a cada rato. Permítelo.” Chequeo con la madre y está más tranquila. Regresamos a mi espacio, le soplo a ella y a su hijo y los despido. Buen viaje. Ella deja las galletas como pago. Mónica se queda y le enseño los primeros pasos del macramé. Me dice que el papá de Pancho el vecino está muriendo en su comunidad por haber tomado 7 cucharadas de la resina de una planta para una dolencia suya y desde allí comenzó a agonizar. Uno de sus hijos fue quién dio la receta. No entiendo la envidia y la competencia entre hermanos pero existen y es fuerte en estas culturas. El mismo Pancho tomó esa medicina y hasta ahora tiene problemas de espalda, de no poder agacharse porque se marea demasiado. Mónica cuenta que él quiere ir a Paoyan para ver a su padre pero su mujer de acá que es trabajadora y quiere que él trabaje, no cree en lo que él dice porque

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sabe que tiene otra mujer en Paoyan. Y no le dará la plata para irse. ¡Su abuelo tiene tres mujeres, su padre tiene tres mujeres y Pancho tiene dos! ¡Ja! La vida enredada que viven y sufren. ¿Tres a la vez? ¡Que enredo tan enmarañado!

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De allí Mónica me contó un sueño en que yo era un tipo de garza “tuyuyo” o en shipibo “mishrateo” que volaba encima de Rao Nete cuidándolo y mirándolo. Y yo volaba allí porque decía que no podía ver todo desde tierra. ¿Qué interpretación le daría? Ninguna. Pero me dijo que la sensación era de sentirse bien con esa protección y visión. Le dije que yo había volado encima de Rao Nete en las últimas ceremonias de ayahuasca y ella dice que Plácido le comentó que era por mi dieta. Ella me da la imagen que acompaña la sensación y la experiencia es más nítida y completa. Soy una garza blanca que vuela sobre el terreno en las noches para cuidarlo y protegerlo. Me gusta, hay una concordancia, una simetría. Le enseño un nudo sencillo de macramé. Le costó aprenderlo pero lo logró a solas la última vez que probó. Me curó mis heridas y quedamos para las 3 y las 5 porque hay que curarlas 4 veces al día. Yo le ofrezco enseñar nudos de macramé también - ¡un intercambio cultural!

Hay una fuerte brisa que se filtra por la madera a mi espalda - viento del oeste. Y los macramés bailan en su corriente. El sol calienta. Mónica es una mujer interesante. A su pareja no le entiendo mucho todavía pero ella, como persona, deja traslucir su curiosidad y temperamento. Tiene un don con las plantas y animales que cuida y cura y ellos a ella con igual dedicación. Ha aprendido esto de su madre, Amelia. Tiene gusto por los colores. Es muy acompañante en las enfermedades y mamá leona con sus hijos. Es madre y hermana, presente en este lugar porque vive acá. Para no tener que gastar la poca plata que tienen, trata de criar animales y peces y plantas para comerlos. Cree mucho en los sueños y a veces tiene visiones sorprendentes y claras de otros mundos. Me muestra su parte dulce y suave pero por lo general es guerrera. ¡Ese Mayco o Bill! Ayer al jugar, ¡uno de ellos puso su chicle en mi sobaco y nunca me di cuenta porque jugamos después de bañarme! Bill me preguntó, ya era de mañana y recién me di cuenta!! Ouch, ¡salieron más de tres pelos! A la vez tengo que reírme con este coyote. Me está mostrando su lado coyote al tomar mi hierba luisa sin darme cuenta, y eso del chicle. Y así ha sido la mañana. Amelia ha venido con manzanas y naranjas y ha volteado el


colchón que está afuera soleándose. Bill no fue al colegio hoy porque tuvo fiebre anoche. Él me dice que no ha ido porque no tiene cuaderno. Está feliz recorriendo todo el terreno con su hermanita y su llanta, arco y flecha con lo cual mató para la cena de la familia ayer. Felizmente el día es caluroso con nubes altas, y sigo chorreando sudor. Desintoxicación. Karina merece un monumento. Lavó mi mosquitero y sábanas tres veces -con Ace, lejía y jabón. Las mujeres está preocupadas que tengo la sarna de Sheena. Yo también, para decir la verdad. Una plaga andante. ¡Y también alcanzo a tomar consciencia de lo que soportan los animales con sus pulgas! La comezón ha sido interna y externa. El sonido es scratch scratch, como rascando, quitando, abriendo, inquieto, movedizo. Pero eso no sólo estimula la sangre y la piel, también produce heridas. No veo nada. Es un proceso de bichos casi invisibles. Otro mundo paralelo del Soñando. Necesito rascar más, ir debajo de lo aparente, ir debajo de la superficie, cambio de piel. Dormí con sobresaltos en la noche. Había un campeonato con música y un locutor joven entusiasmado a todo dar desde las 7 hasta pasado las 10 con cantos de la selva, tipo cumbia. Mónica vino por mapacho a las 8:30. La lluvia comenzó a las 4 con

truenos y relámpagos y por más de una hora llovió fuerte, refrescando lo que había sido una noche sofocante. Me desperté a las 6 y la tierra debía haber estado bien sedienta porque parecía no haber llovido, con la excepción de unos pocos charcos. Y todo se ve lujosamente verde y recién lavado. ¡Vida! Saco el colchón y cojín para solear. Saludo a Karina que dice que la lluvia ha tranquilizado a su hijito que todavía duerme. Chequeo en la maloca y la casita. Los techos están bien y podemos dejar las cosas con tranquilidad. No se mojarán ni robarán si dejamos las puertas cerradas con candado. Hay extraños en los alrededores. Vino Mónica con Zenia y me dijo que está preparando noni - tres hojas hervidas en agua y luego agrega la fruta y semilla chapeada, también agrega miel o azúcar rubia. Se toma tres veces al día en copita o un trago en la boca para dar calor, abrir el apetito y dar energía. La medicina que usamos para mis heridas viene de una preparación de amigos médicos de una comunidad, que le regalaron un galón a Eva. ¿Qué contendrá? ¿Puede ser que tenga DDT? Huele como eso. Viene Mónica para echarme la medicina y prueba con unos nudos más en su macramé hasta lograrlos por sí sola y sale contenta con Roy, su hijo mayor. También está contenta porque van a comer a un animal

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que vive en la tierra y que atraparon con la ayuda de Sheena. Carne natural sin hormonas. Regreso a mi casa y tomo un poco de chapo. Al rato me llama Karina y almuerzo vorazmente. ¡No sé de dónde viene esa hambre!

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Mónica me dice que ve que mis heridas están cicatrizándose. No lo veo nada mejor, pero trataré de creerlo porque ya no me rasco tanto. Una interpretación rápida es, ¡no duermas con perros sarnosos ni los dejes entrar en tu casa! Estoy erupcionando por todas partes y nuevas formas de vida evolucionan pero se ve como muchas pequeñas heridas. Extraño, nunca he tenido nada como esto antes. Mi piel es menos gruesa, más susceptible, parece. Voy a la casita de arte para guardar cosas con el sonido de truenos. Hace una semana y un día que llegué. ¡Cuánto ha ocurrido en ese lapso de tiempo! Ayer en la tarde parecía que iba a llover. Los chicos dijeron que no y tuvieron razón. Sólo un ventarrón. Después de bañarme y jugar con los muchachos, descansé en la hamaca mirando las cambiantes formas de la vela que iluminaba la oscuridad. Vinieron Plácido en un tipo de toga shipiba y Mónica, que buscaba plantas medicinales. Mientras Plácido me iluminaba con la linterna, Mónica aplicaba la medicina. Mañana van a probar

otra medicina que contiene azufre, naftalina, alcanfor, mentholatum y creso porque esta cosa que tengo no para, todo mi cuerpo sigue cubierto de heridas. Me pica, me irrita, me avergüenza. “Si este preparado no te cura,” dice Plácido, “¡Entonces es arco-del arcoiris! ¡Alguien te ha hecho daño!” Se llama “mundialillo” porque cubre todo el cuerpo. Esperé demasiado tiempo para curarlo y está bien instalado pero se ve cicatrizando. Ojala. Es el parásito de la pulga del perro que se ha metido en mi sistema. Dormí bien. Me levanté con energía a las 5:30 y me puse a hacer un montón de cosas temprano. Los pájaros cantan fuerte esta mañana y me siento como un atado de achaques. Estoy piconazo con varias personas y Sheena, la perra con esta sarna. Son síntomas de cambio y aprendizaje. Acaban de venir Plácido y Mónica con su pomada que contiene todo lo anterior y una pastilla de antibiótico. Me han sugerido bañarme con detergente o limón primero y después echar la pomada. Miran, tocan, examinan de cerca, y Mónica aplica con firmeza la pomada. A medio día me baño con jabón y agua y luego me froto con limón (aiyaiyai) y me echo la pomada. Si tengo ganas de rascarme, puedo hacerlo y luego poner la pomada. Lo que me llama la atención es su atención, su deseo de curar y ayudar, su interés en la


evolución y su presencia. Son verdaderos curanderos y como son pobres han tenido que encontrar estas formas alternativas que funcionan. Estoy agradecido. Vino Plácido y me rapó la cabeza o como ellos lo dicen, “me peluqueó”. Esta pomada quema, seca y me hace sudar y sentir sueño. Después de

hacer varias cosas en la casita, me baño y de nuevo me echo la pomada. El cielo está negro, hay truenos y da toda la sensación de querer llover torrencialmente. Va corriendo Bill hacia su casa para ver si logra escaparse de la lluvia que va llegando.

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La Tormenta

C

omenzó a las 4. Hacia el sudeste las nubes se pusieron como un muro negro y se escucha truenos. Va a llover. Me bañé rápidamente y guardé cosas dentro de mi casa. El viento comenzó a soplar y Bill dijo que ahora sí iba a llover y llevar las guavas. Él se fue corriendo antes de arreciar la lluvia. Amelia vino con mi celular cargado y se fue corriendo justo cuando comenzó la tormenta. De repente comenzó a soplar fuerte. Me metí en la casa, bajé las telas sobre las ventanas y las sujeté con chinches. ¡Y se vino el diluvio! Truenos, relámpagos, granizadas, lluvia torrencial - el mundo era una tormenta. El viento era fuertísimo. Como estamos ubicados en una chacra sin mucha protección, los vientos huracanados llevan ramas, hojas, lo que encuentra en su camino. Entre fascinado, temeroso y curioso,

me quedé adentro escuchando como los proyectiles golpeaban contra las paredes. El silbido por las grietas era fuerte y toda la casa temblaba. ¿Aguantaría? Sí, porque la sabiduría shipiba es construir casas que ceden un poco ante el viento y los techos de hojas están amarrados al armazón, aunque las hojas se sueltan y vuelan. Duró 45 minutos, más o menos. Estar en medio de la Naturaleza, en medio de una tormenta fuerte fue una experiencia inolvidable pero menos traumática para mí que un terremoto o temblor fuerte. Milke me dijo una vez que él le teme más a los vientos. Escucho que me llaman. “¡Niwen Bea!, ¡Niwen Bea!” y salgo. Mónica y Plácido, totalmente mojados habían venido para ver si estaba bien. Yo estaba adentro, escuchando

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música, tomando té y fumando mapacho y les dije que sí, que estoy bien. Ellos también. Karina se había refugiado con sus hijos en la cocina porque la casa grande es insegura con el viento-ladean los horcones y tenemos que repararla cuando tengamos fondos. Los chicos están bien aunque Mayco estaba más asustado que Bill. Y las chiquitas imitaban a su madre y abuela soplando humo de mapacho al viento para que se vaya en otra dirección. Un avión de Aerocóndor había despegado, los pilotos se dieron cuenta y volando bajo sobre nuestro territorio, regresaron justo a tiempo al aeropuerto. Menos mal porque si no, ¡podrían haber chocado! Vino Amelia, hablamos y fumamos mapacho entre todos en mi antesala, y evaluamos. Estas tormentas son cada vez más frecuentes, que no es lo usual – el calentamiento global en vivo y directo. Y otra vez la fragilidad y la vulnerabilidad de estar en medio de esta furia. Dos experiencias fuertes para mí. Aquí todo está mojado, cortamos los árboles caídos después de la tormenta y

dejamos que las cosas se sequen. Yo había dejado mis cosas cubiertas en la casita de arte y todo estaba mojado. Plácido y Mónica rescataron lo que podían. Pasó la tormenta, seguían los truenos pero se oían cada vez más lejanos, y cada uno se puso a revisar sus cosas. Otra vez, felizmente, todos bien. En la mañana cuando trabajaba en el macramé en la casita de arte, llegó Mónica para aplicarme la pomada y avisarme que estaba funcionando. Tiemblo al pensar que voy a bañarme con agua fría y limón al mediodía pero es parte del tratamiento. Me avisan desde Lima que la gente sigue traumada por el terremoto y que siguen las réplicas en Lima y Pisco. Supuestamente el Curandero visitante llegó ayer en la noche y Milke llega el sábado. Después de la emoción de la tormenta ayer y la noche inquieta, hoy estoy cansado y me encuentro a cada rato en la hamaca. Sigo el proceso. Es parte de la curación también. En la tarde Mónica me dio la idea de incluir hojas y liana de ayahuasca como parte del diseño del macramé. Me parece buena idea. Dice que se asustó al entrar porque escuchó mi voz como diferente. Ni me había dado cuenta - cuidadosa, observadora, presente, como pocos. ¿La medicina, la ayahuasca, el choyoschaki hablan a través de mi voz? Comienzo a sentir que vivo dentro de un


dibujo animado y en mis sueños me abro a lo que narra una voz dentro de mí y no sé de dónde viene o quién habla. Hablamos largo rato, terminé una fila de macramé, me fui a mi casa, descansé al atardecer. El tío cultiva y el resto es silencio. A mediodía los chicos llegaron cantando el himno nacional a todo pulmón. Ronín es graciosa. Habló y lloró con los perros para que no entraran en su casa, mientras vigilaba la puerta. Bajó, peldaño por peldaño, con su tazón en la cabeza para ir a almorzar. ¡Con la puerta cerrada, dejó sus sandalias a la entrada y les habló para que no la siguieran! En la cama, descansando, el tío me llama para una ceremonia. Pancho ha regresado. Fue río arriba y abajo por un par de días ¡cada viaje es 6 a 8 horas! Es mucho más activo y hablador que el Pancho que yo había conocido en Lima, y se lleva bien con el tío. Comenzó una visión pero se cortó y sólo atiné a cantar un poco. Pero no me atreví a cantar hasta comenzar Pancho. Fueron curando. Roy, 17 años, hijo de Mónica de otro compromiso, le dijo que iba a dejar de estudiar e ir al kilómetro 19 con su chica. A Mónica no le gustó nadita la idea. Total los tíos han visto que la chica había ido donde un “médico” que les amarraba a ella y Roy. El tío los desató para que cada uno siga su propio camino. Mónica está más tranquila con esto, parece. Bueno, los dos cantaron

pero Pancho más, en octavas altas y con voz suave. Pancho chupó la espalda de Amelia, el tío con Roy y Mónica, Pancho con un sobrino a mi costado y luego a mí me cantó para que yo capte las canciones y que cante lo que salga. Después de soplarle y cantarle al tío quien tuvo problemas, Pancho descansa. El tío se levanta y sopla el local con gasolina para ahuyentar a los malos espíritus. Luego cantó fuerte con vigor. Me cantó y me dijo que había visto que querían trancar mi visión y mi canto, y que lo habían logrado en parte. La mareación duró poco a pesar de tomar más que la última vez. A finales Pancho me dijo, “Canta, Tomás, canta tu historia.” Y yo dije “Rasca rasca” y se rieron. Canté suave y después del último canto del tío me dijo que podía descansar. Al día siguiente me despierto con energía y ganas de hacer cosas. En la casita donde estoy tejiendo el macramé, viene Plácido y me informa que los chicos han sido seleccionados para desfilar por el colegio los domingos y que necesitan cosas y él va a la plaza a vender una tela. Dijo que él también quería aprender el macramé. Hablamos de los efectos de la pomada que él inventó con Mónica para curarle, que era mejor que inyecciones o pastillas. Lo había probado. La pulga del perro es maldita, según ellos. Te hace sangrar y te pudre desde adentro. Mi orgullo había intervenido en este proceso

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y no dije nada por demasiado tiempo.

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El tío y Pancho habían salido de la maloca a las 6 a.m., Amelia iba al mercado. Luego cultivan por la cocha, comentando y riéndose de cosas en shipibo. En mi casa encontré chapo. Me encanta esta bebida de plátano maduro chapeado con agua hirviente y azúcar. Pancho y su mujer al costado de mi casa tumban algunos árboles caídos para leña, parece. El día está soleado, las lagartijas corren por todas partes, los pájaros cantan, hay una brisa y todo está tranquilo. Supuestamente viene Milke hoy por un par de semanas antes de irse a mediados de Octubre para Francia. Mónica dice que escuchó por radio que para el 21 de octubre va a haber un viento más fuerte que el otro día. “¿Cómo lo saben?” “Eso…,” dijo ella. “¿Ha hablado el reportero con el viento?” Está contenta porque mis heridas están sanando. Se da cuenta que mis piernas están frías y el resto de mi cuerpo caliente. “Hay que quitar el frío,” dice. Placido me informa que van a la comunidad a buscar huito y su raíz para mi pelo. Un reencauche, diría yo. Mónica me habla de un sueño que tuvo conmigo. Le dio miedo. Yo era un joven de 19 ó recriminándole porque me sobre el cambio de voz y debe mencionarlo otra vez.

20 años preguntó que no Si estoy

con alguien invisible, hablándoles, toca primero antes de entrar. Tengo diferentes diseños en cada parte del cuerpo y mi ropa y hablo en idioma. Lo comentamos un poco y lo que podría significar. Luego me dijo que su abuelo finado podía ver a personas invisibles que le ayudaban a curar. Pero ella no podía “saber” porque no tuvo la dieta necesaria. El papá de Plácido va a la chacra por 8 días. Muy dentro de la selva, va solo en canoa a una chacra y cocha grande donde crece una planta con la cual se baña 12 veces y usa como dieta que le permite tener este tipo de compañía. Mónica ha pensado que sería bueno que yo dietara así porque con mi dieta tengo mucha fuerza adentro y quizás necesite una planta más. Hablamos de la toma de ayahuasca donde el curandero encargado debe soplar a cada uno para protegerle y abrir la visión para que todos vean juntos y no sólo él. El Curandero visitante hace esto. Le expliqué mi frustración de estar tapado en mis visiones y ella dice que tengo que tener cuidado porque los otros tratarán de saber lo que sé para robármelo o me taparán para no verlos a ellos. Hablamos de dietas y estoy entre probar una de flores y catawa. Hablamos de sus chicos que quieren ser médicos y mecánicos, pilotos y chóferes y llevarme por acá y allá. Me dice que hablan mucho de mí. No lo sabía. Me comentó que


ella era traviesa de niña y que había olido gasolina a los 11 años y vio que todas las hojas tenían ojos y se reían con ella. La conversación me anima probar otra dieta más. Hasta ahora las más fuertes han sido shiwawaco y los 8 palos. Ya es el día siguiente. La noche ha sido inquieta y la mañana tranquila. Viene Mónica para curarme con la pomada y terminamos hablando de la familia. Su mamá no quiere que vengan a curarme porque cree que me piden plata. No quiere que vengan los chicos porque me perturban. Se preocupa de su hijo, Milke, varado en Lima sin plata, etc. Cree que su mamá habla mal de ella y Plácido y sin embargo son ellos quienes me están cuidando. Cuando Mónica ya decide irse de la propiedad, su mamá se angustia. Son parecidas las dos. Peleadoras. Le hice ver a Mónica su fuerza además de la herida y que eso también pasará. Los líos de familias. Bueno, batallando con el mundialillo, que si no se controla, me come por dentro y me pudre. La selva me come desde adentro. Tomo todo esto como un gran cambio. La conversación con Mónica me puso en alerta. Y me ha dejado algo de su tristeza. No quiero involucrarme en los líos familiares. Vino Karina con Pashco. Amelia tiene un chupo en la cabeza, le duele el cuello y

la cabeza, y tiene que descansar. Varias noches con ceremonia también. Karina me hace la pregunta que le hicieron a una candidata de princesa por el aniversario de la población mixta de la otra casa de Milke. “¿Qué harías tú para eliminar la contaminación ambiental?” Conversamos un rato y luego Pasquel, inquieto, me acompañó dibujando y fregando la paciencia a la hora del almuerzo. Se fue cuando le eché agua mientras me espiaba cuando me bañaba. Hoy me pican los brazos y me parece que aumenta en vez de disminuir este mundialillo. Estoy algo desanimado. ¡La plaga! Yo mismo estoy inquieto con todo lo que ocurre dentro y fuera con este cambio de piel y mis reflexiones son poco alentadoras. Ayer al atardecer vinieron Bill y Zenia que jugaron a las bolitas mientras Mónica me curaba. Vino Amelia con mapacho y un dolor de cabeza por el chupo grande que le ha salido. Le echamos un poco de mi pomada para ayudarlo a madurar. Ella usaba plátano y piñón machucado como emplaste para hacerlo madurar - casi una semana con este asunto. Eva le dio una pastilla que le calmó y en la noche le puso una ampolla. Mónica me dijo después que se preocupa por su mamá que cultiva a la luz de la luna, no duerme, y no avisa de sus cosas hasta estar realmente mal. Yo sospecho que Amelia es una de estas personas que

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trabajará hasta el día de su muerte. Ella se fue y llegó Karina con Pasquel y Niwen. Mientras daba de lactar a Niwen, Pashco subió a la hamaca conmigo, jugamos y él se quedó dormido. En la oscuridad de la noche Karina me cuenta los pormenores de unos parientes y era feo y desalentador. En la noche estrellada y de color fucsia, cargo dormido a Pasquel hacia la cocina. Mónica y Amelia creen que quizás yo tenga arco rojo y no mundialillo. Cuando hay arcoiris, sus rayos entran en la ropa de las personas que están afuera y les provoca ampollas y pica bastante. Van a tratarme con amasisa, un palo medicinal.

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Me levanté a las 6:30 para barrer y arreglar mis cosas. Llegaron Bill y Mayco temprano. Jugamos con ellos un rato y nos reímos bastante. Luego vino Karina con el termo y se quedó a conversar sobre el cáncer de hígado de una amiga suya. Había soñado la anoche anterior que el tío la atropellaba con una moto y ella pidió a Amelia ver por sus hijos. Se asustó. Le di un mapacho para que se sople y con perfume también. Al rato vinieron Plácido y Mónica que me examinaron y dijeron que estaba secando el mundialillo en algunas partes. Prepararon un baño de amasisis que es un palo que raspan en el agua con un poco de limón. Plácido sopló al agua y cantó y yo afuera echado en la banca mientras me raspaba con la corteza

y bañaba con el agua. Mientras lo hacía me contaba de un sueño que había tenido con vacas grandes. Terminó y entramos para hacer macramé. Me llaman de Lima donde el terremoto sigue haciendo sus estragos en el estrés de la gente. Acá estoy bien. No sé qué pensar. Karina me dijo mientras yo almorzaba, que a las 5 de la madrugada un motocar atropelló a su cuñado bora y está grave en el hospital. ¡Algo como en su sueño! Logró hablar con Milke por teléfono y me dice no confiar en el Curandero visitante, ser amistoso y nada más. Se va enterando de cosas. No duerme, tiene ceremonias, le cuidan y tiene ganas de estar acá. Me habla del enemigo que me está haciendo daño. De repente me entra miedo de su locura y violencia. Milke me da un montón de sugerencias-soplarme, soplar la propiedad, destruir las trancas, destruir lo malo, pedir, soplar en el lugar del pago a la tierra. Salir en la noche, soplar y pedir. Cuidarnos y cuidar la propiedad. Le informo y él me dice cosas que no entiendo. Me dice que el tipo que me persigue está trabajando con un brujo del norte para hacerme daño. Es un drama en el cual estoy metido sin saber cómo ni por qué. Yo con mundialillo, Karina con sus sueños y el accidente del cuñado, Amelia con su chupo, el tío y Pancho cuidando con sus ceremonias - me abro a todo esto.


Ayer en la tarde quemé basura en lo que parecía ser la llegada de lluvia mientras los chicos rondaban y jugaban por allí. Plácido y Mónica vinieron para la curación con el baño de amasisis y la pomada. Me eché en la hamaca después, al atardecer y vinieron Jheff y su mamá, Jovi. Terminamos hablando de enfermedades, terremotos, tempestades y el fascismo. ¡Era una conversación bastante negativa y participé plenamente! Se fueron a las 7 y yo me dirigí en la oscuridad para darle a Amelia la plata de la semana. Todos estaban afuera, en círculo comiendo y tomando bebida en la oscuridad. Saludé con cariño a los chicos y a todo el resto y el tío me dijo que iba a haber ceremonia. ¡Bueno, me alisté porque no tenía otra cosa planificada! Mientras esperaba, reflexionaba sobre la conversación de la tarde con Milke, cuando me dijo no confiar en el Curandero visitante. Casi le grité, “¿Otra vez!?” Todos son bacanes, maravillosos hasta entrar otro que le informa que el anterior le hace daño y cambian las lealtades y se nos arranca de uno en uno. ¿Cómo saberlo? ¡No lo veo así! Vino Karina con los chicos y les soplé a todos. Los chicos querían dibujar en la oscuridad a la luz de mi linterna. Karina me informa que quiere estudiar inglés y trabajar el próximo año. Se fueron y me quedo afuera soplando a mi casa, la propiedad y a mí mismo. A las 9 Roy me informa que no hay ceremonia porque Pancho no ha llegado

con la purga. Me metí en la cama y percibí el sonido de todo tipo de bichos alrededor además de una fiesta cercana. Demoré en dormir. A media mañana vino Mónica y al examinarme me dice que este parásito de pulga se mete debajo de la piel y con la pomada sale y muere. Así que las nuevas erupciones pueden ser las últimas defensas. Se va mejorando todo, paciencia. Al rato llega Pancho para acompañarme mientras sigo tejiendo el macramé que él admira con entusiasmo. Me cuenta de algunos de sus encuentros con “enemigos” y cómo la catawa y la ayahuma le ayudaron. Que fuerte es este asunto de enemigos y brujos acá y al escucharle hablar, me quedo convencido que es otro mundo del Soñando. Él me pide un servicio a cambio de plantas. Por lo menos con él es una transacción de una cosa por otra. En el almuerzo Karina me dice que un tío le ha llamado diciendo que se fuga a Cusco porque le ha llegado un orden de captura de la Cervecería San Juan por una deuda de 1500 soles que él cobró pero nunca pagó. Qué problemas nos ha causado. Y eso va a ir en contra de Milke. Legalmente se le podría demandar por desfalco, robo de fondos de la organización y que responda por su robo. Pero no es mi lío y no voy a involucrarme ni rescatarlos. Todo es como

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debe ser y se resolverá. Después de almorzar, descansar y bañarme, fui a la casita y al rato llegó Mónica. Se alegró de ver que el mundialillo está secando porque estaba preocupada que no sucedía. “Conmigo los procesos son lentos,” le dije. Su tío que también lo tuvo y peor, dijo que demoraba la curación de dos semanas a un mes. Hablamos de su bisabuelo que tuvo lepra y en el bosque tomó resina de catawa y pasó un día mareado mientras los médicos de la catawa sacaban los gusanos de la lepra y lo curaban. Regresó a su casa al día siguiente - sano. Me muestra la hierba que

crece y mata a las plantas y la necesidad de cultivarla. Plácido quiere sacarla desde las raíces pero Amelia no quiere. Ayer vinieron Plácido y Mónica tarde para el baño y la curación. Plácido había llevado a su papá con dolor de muela al dentista y se la sacaron. “¿Pero por qué?” “¡Porque no hay nadie en la comunidad que le pueda cuidar y mejor de una sola vez!” La desdicha de los pobres, diría yo. Dice él que me va a preparar un baño de florecimiento para limpiar todo.

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El Intruso

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A

l rato vinieron Karina con Ronín que era un atado de energía y coquetería mientras Niwen descansaba. Me cuenta que había soñado con rateros que vinieron para robar la planta de la vida pero que el tío los chapó y ella se escapó. Hablamos de su significado. Se fue, después de soplarle con mapacho. Descanso hasta que me llamen para la ceremonia. La noche está estrellada sin luna - oscura y calurosa. Decidimos tomar la purga de Pancho que es refinada como miel - muy espesa - y por eso tomamos

poco. Nada. Otra vuelta. Veo cosas pero estoy básicamente tapado. Pancho viene y me canta. Yo me soplo y él me dice que no veo, porque están trabajando para que todo me vaya mal en mi vida, mi trabajo y mis relaciones. ¡Ese tipo de Lima con su brujo del norte! Eso se resuelve con limpieza y varias ceremonias. Es un alivio saber esto porque me permite saber a qué atenerme. Me da risa y rabia. Soy shiwawaco y los 8 palos y tengo recursos. El otro es un pobre diablo. Pero lo que


ocurrió en la ceremonia antes de eso es que de repente Pancho me pregunta si yo había visto a una persona y si había cerrado mi casita con candado. “No. Salí apurado.” Ellos habían visto a una persona rondando por la maloca y de repente se nos quita toda la mareación. Nos concentró a todos. Parece que nos vio y se fue corriendo. Pero nos asustó y lo aceptamos pero que estamos en esto juntos. Bueno, siguieron los cantos, el tío y el hermano del Curandero visitante tomaron otra vez y me despacharon a mi casa a la 1. A las 6:30 llegaron los chicos, listos para el colegio, y me pidieron ayuda con su tarea escolar. Después me bañé, y vino Karina con chapo. Me dice que Milke llamó anoche y que sí viene mañana. Luego, instalado en la casita, vienen Plácido y Mónica para examinar

mis heridas. Algunas bien, secándose, otras iguales pero hemos dicho un mes más o menos. Les dije del ratero y también acerca de la saladera. Mónica me dijo que catawa me permite limpiar mi cuerpo de saladera y la devuelve a quien me lo hace. Y es bueno un baño con naftalina y todas esas cosas que usan. Plácido me dijo que me lo va a preparar para la tarde y después de esa limpieza, florecimiento. Todo esto es como vivir en medio de un sueño surrealista. Rateros y voyeristas en la noche, sueños, erupciones, juegos con chicos -todo es un enredo enmarañado y hay respuestas de la selva para estas cosas. Las plantas son como las personas y nos protegen. Antes de irse Mónica y Plácido, soplo a Zenia que terminó con “kabano,” “chau” como siempre y con una sonrisa.

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Las Medicinas

H

oy pienso que mi mente está demasiada turbulenta en estos días. Es hora de sacar a mi guerrero shiwawaco y 8 palos, garras y no sentir miedo con todo esto. Abierto a todo aprendo y me fortalezco. ¡Sí! Después del almuerzo, me baño con agua

llena de alcanfor, naftalina, creso, y otras cosas más. Es riquísimo, muy refrescante. Mónica me trae un litro de noni. Me hace sudar, tener sed, tener hambre y dormir. Me puso la pomada y luego se quedó para ver los efectos del noni. Habló de cómo

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prepararlo y que me llamará la próxima vez para enseñarme. Me contó de una caída que tuvo, cómo le ayudó y que es buena medicina.

locura de fregarme en la tarde a la hora de descanso y por fin les boto para descansar un poco, ya que estos días han sido bien cargados.

Los chicos están acá escuchando música, comiendo naranjas, tocando instrumentos, acompañándome. El tío sigue construyendo nuevas partes de la cocina con nuevos listones porque hace demasiado calor para cultivar. Todos fluyen. Los chicos a cada rato me recuerdan de cosas que dije de paso hace unas semanas. Su capacidad de memoria auditiva me asombra. Es increíble el conocimiento que tienen Mónica y Plácido de las plantas y cómo en su pobreza, les enriquece el uso de estos elementos a su alrededor, como solían hacer sus ancestros. Felicitaciones. A los chicos les ataca la

Por fin dormí la noche entera sin sobresaltos y me despierto hoy día con la sensación de haber pasado una valla y ser libre, energético, liviano. Encuentro la mesa de mi casa mojada y al limpiar todo descubro que el bidón de agua que tomamos está parchado y filtrando agua. Viene Mayco con su tarea del árbol genealógico que no entiende y le ayudo. Y después viene a la casita por un borrador para el colegio. Lo que tengo que recordar y que me olvido es que tengo shiwawaco, 8 palos, uña de gato, chirizanango, y hierba luisa dentro de mi dieta.

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Los Baños

V

ino Plácido para preparar un balde de agua con ruda y naftalina para mi baño. Me dijo que tenía dos efectos diferentes: duermes y te olvidas de tus preocupaciones; o te despiertas al día siguiente con mal humor y eso es la negatividad que sale. Más tarde vino Amelia con un nuevo bidón

de agua. Había descubierto que era de un plástico que se agrieta y estaba parchado encima y le llamó la atención en la tienda. Al irme a almorzar, Karina me avisa que hoy Milke tiene su última ceremonia con Pepe, un curandero del norte. ¿Y lo de su retorno?


Tampoco sabe cuándo será. Total, Daniel, a quien llamamos el Flaco Adams, el nuevo administrador de los Shipis, encargado de la fiesta del sábado, no le ha avisado ni dado nada a Karina. Al rato llega Mónica, pica algunas de mis heridas con una espina, y echa la pomada, cree que las ampollas que han salido por las piernas es por el calor. Plácido dice que va a Paoyan el lunes y que va a traer ayahuma, catawa negra y roja porque tienen sembrada la blanca y que es buena para el cáncer y reuma. Después de mi mundialillo va a poner huito y otras cosas en mi pelo para afirmar las raíces y hacer crecer el pelo. Vamos a ver cómo va. Llegan los chicos llenos de energía, picardía y contentos. Yo estoy con poca paciencia y no me hacen caso. Los boto de mi casa varias veces y no hacen caso. Me bajo a su nivel y me vuelvo tan chinchoso como ellos. Mi ave roja que me acompaña ha ido desde la rama de un árbol cercano a posarse en

una planta frente a mí. Me recuerda que había almorzado hoy con lagartijas en el piso y ratones en el techo de la cocina, y uno en el piso. ¡Mi reacción al baño parece ser fastidio y no sueño! Hoy estoy molesto con los maltratos de los unos con los otros y creo que el calor tiene algo que ver con todo esto. Amo las mañanas acá. Después del alboroto de los dos locutores negativos con su radio a los 4 vientos, entra un silencio lleno del canto de los pájaros y un largo espacio abierto lleno de libertad y Naturaleza. Ayer Mónica preparó el baño nuevo al mezclar las plantas y chapearlas en el agua, y luego vino Plácido para ikararlo. Toda la familia me espera afuera hasta que salga y mi curación con la pomada es un asunto comunitario, con todos mirando a Mónica y comentando en shipibo lo que ven. Mónica y Karina cuentan historias en su idioma, los chicos juegan. Se fueron y tomé mi noni, me eché en la hamaca a la luz de la vela hasta las 7, pensando y gozando de la noche antes de dormir.

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El Daño y la Dieta

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a mañana está soleada. Creo que hay ceremonia hoy para seguir trabajando con las saladeras y los daños. Pienso en los daños que la gente hace con sus chismes, y la siembra de dudas sobre el carácter de terceras personas en las mentes y corazones de los otros en una sociedad chismosa. Produce marginación a base de rumores, especulaciones, y deseos de que el otro caiga. Es hora de decir a los que dañan: “¡Quita tus pies sucios de mi cabeza!” Si alguien quiere creer lo que otro u otros han dicho, sin pensar por cuenta propia, sólo muestra la bajeza de su propio pensamiento también.Es manifestación de su propio corazón. Todo es teatro. A la vez cada voz que nos perturba es nuestra propia voz proyectada afuera, sobre el otro. Lo podrido está adentro y ha estado comiéndome por adentro y está saliendo con la ayuda de la medicina de la selva. He dibujado y avanzado con el macramé antes de venir mis “médicos” para curarme a las 10. Plácido me va a enseñar cómo hacer los baños de ruda para poder prepararlos en Lima. Excelente. Los dos practicaron y compitieron en sus macramés que había instalado para ellos -era un juego divertido.

Dos baños más de limpieza hoy y mañana baño de florecimiento. Allí termina. Lo que me ha salido en los brazos y piernas es por el calor. Y hace mucho calor sin señales de lluvia. Es la época y todos se quejan. Dormí tranquilo en la noche con muchos sueños, lo cual suele ocurrir acá. Pero me desperté con mal humor y creo que debe ser producto de la medicina y esta limpieza de negatividad que se me ha pegado debajo de la piel y que está saliendo. Viene Amelia a la casita con mi celular y hablamos de su mal y el chupo en su cabeza. Ha comprado paiche para hacer mazamorra para el almuerzo. Qué rico. Viene Plácido y me dice que ha visto muchas envidias en mi cuerpo. Comenzamos hoy con una dieta de tres días. Ayuno en la mañana y recién al mediodía como y bebo. En la tarde me bañaré con cuatro tazones del baño de flores y a dormir después de echarme la pomada. Nada de ayahuasca por 15 días. Mapacho sí. El perfume lo echo para protección y es sólo para mi. El baño de florecimiento me sacará todo el mal del cuerpo y los daños. Me alivia esto. Me han cuidado, y según ellos, estos baños y perfume me darán muchos amigos conocidos y desconocidos por donde vaya.


Plácido me va a mostrar las plantas con su nombre en shipibo, sacaré fotos y así aprenderé. Saben bastante. Mónica viene y me avisa que Zenia está mal, con fiebre y quizás una infección. Me cuenta de las bondades de este baño y perfume. Voy a probar. Nada que perder y todo por ganar. Plácido me cuenta de su aprendizaje de tres días con un tío. Mónica me habla de cómo las plantas nos r e g a l a n cosas bonitas para nuestro cuerpo y las ponen dentro de nosotros. Y como es importante guardar

silencio y reserva con esto para que otros no lo saquen. Sólo hay que tomar ayahuasca con gente conocida y de confianza y hasta allí estar alerta. Almuerzo y le aviso a Karina que he decidido entrar en dieta de tres días sin sal ni azúcar o aceite. Y le aviso al tío que no voy a tomar ayahuasca por 15 días para completar mi limpieza a fondo. Aceptan mi decisión sin decir nada. Los chicos habían ido hoy con su colegio a la plaza para un campeonato y para vender su artesanía. Tuvieron éxito -ganaron y vendieron todo. Pashco presentó su baile selvático en su colegio y la maestra dice que habla mucho de Tomás y quería saber quién era. Karina dijo que le dijeron que yo era un abuelo postizo. Me gusta. Estoy tranquilo como si la tempestad hubiera pasado y ahora hago la limpieza de los escombros. ¡Qué días!

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Las Plantas Curati vas

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las 5 me llamó Plácido para ver y fotografiar las plantas de mi baño de florecimiento. Había ido a San Francisco y en el lugar donde siempre las encontraba

ya habían cultivado para sembrar camucamu para ganar dinero. Es una pena porque es una abierta manifestación de la falta de conocimiento de las plantas que son

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medicinales. Tuvo que caminar una hora al monte donde sí las encontró. En shipibo son: chonon nuirao (macho y hembra), wañanchi, shunioronin noyrao, tantirao, sharumashu, ochito Jana (lengua de perro), llamanuirao (llamaplata), y atapanuirao. Me hizo sacar 5 hojas de cada planta que serán para lo que bebo en la noche como dieta. Lavó cada atado y los puso en un balde grande donde las rompió, frotó y chapeó para crear un agua verde olorosa. La llevamos a mi casa donde vació media botella de perfume de Huaringa. Tomó un mapacho y lo ikaró hacia la maloca y hacia mí. Sopló al balde y me hizo soplar tres veces. Luego en la casa me sopló sin dejar caer la ceniza hasta la mitad. Me mostró cómo el papel que no se quemaba a un lado era símbolo de mis trancas y que el mapacho era mi cuerpo. Siguió hasta caer la tranca. Me sopla la cabeza, las manos y los pies y me sugiere que las plantas están listas para recibirme, que les puedo pedir abrir mi visión, traerme amistad y trabajo, protegerme contra la envidia y maldad, que me limpien y me iluminen. Agregaré que me muestren el nuevo camino que se abre sin saber qué es todavía. Se va, me baño con 4 tazones y es rico el olor -fresco y natural. Luego espero a Mónica pero viene él para echarme la pomada. Está compungido porque Zenia está peor, muy débil, y la quiere llevar donde su

tío porque necesita la ayuda de otros no tan cercanos como tíos, abuelos, etc. Se va y me echo en la cama con una ruidosa fiesta cercana. Medio dormido, me llama a las 9 para beber medio vaso de las plantas elegidas, mezcladas con agua. Primero ikara al agua y luego la tomo. Es agradable. Me sopla la cabeza, pecho y hombros con presión. Duermo tranquilo. Me despierto a las 6 con el sonido de los pájaros y alguien que corta leña. Hoy y por tres días estoy de ayunas hasta medio día, dos baños al día con las plantas, y 5 días después sólo con agua, nada de jabón ni champú, hasta el otro fin de semana. A sacar los perfumes. !Ja! Escuché que el paciente - hijo de Pancho se ha empeorado porque no quiere dietar. La locura de la juventud. Acaba de venir un ciempiés y cuando le toco, su defensa es enrollarse en bola y quedarse así como muerto por largo rato. ¿Un mensajero? Vino Plácido para ver cómo estoy. En sus sueños vio al tipo que me molesta de Lima como magioso con cruz negra en su espalda. Me explicó que la planta atapamirao es peligrosa y que hay que usarla con cuidado. Y que la compra de huaringa tiene que ser con tapa negra para varones y verde para mujeres. Hasta en eso difieren. Me dice que lo que


tengo no es por gusto y que si me hubiera quedado en Lima, sería peor. Puedo tomar algo de agua de florecimiento y esparcirlo por mi casa y en la tarde lo vamos a hacer, yo mismo preparándolo, para usar en la casita de arte. Me dice que con el baño de limpieza él agrega un cojín de lejía a uno o dos baldes y no pasa nada. La ikaras como medicina y todo se transforma en medicina después. Me explica que puedo bañarme y frotarme con las hierbas en mi cuerpo y luego echar el agua y que en la tarde puedo usar agua si estoy sudado. Va a preparar la huaringa para protegerme y me va a indicar cómo hacer limpieza de la casa en Lima. Vaya esta limpieza es de nueva piel, nueva ropa, nueva vida. Voy aprendiendo de todo esto. Me fascina porque parece funcionar y cuando me meto, tiene su propia lógica en el sueño y el Soñando. Me da otro punto de vista de lo urbano, es cierto, y es parte de esta cultura de curanderismo y plantas medicinales. He ido a la casa para bañarme y más tarde Karina trató de llamar a Milke pero el teléfono estaba ocupado. Hay un contrato y quieren darle la plata pero ella no sabe nada del asunto y quiere saber si debe recibir o no. Me siento mejor. Plácido me vio en su sueño, sentado en una silla con muchas palomas

que venían hacia mí y una encima de mi corona - ¡son las dueñas de las plantas! Va entrando la medicina. Ver la luna ayer me señaló que estoy saliendo del lado oscuro de la luna y veo las cosas y a la gente con otros ojos. Estoy sorprendido, asombrado, con curiosidad acerca de todo esto. Plácido me dice que ya tiene la oportunidad que quería de poder apoyarme con lo que ha aprendido. La envidia es una enfermedad que carcome el alma de las personas. Quieren tener lo que otros tienen, se apegan al rol de víctimas y tratan de destruir el bienestar y el éxito de otros al bajarlos a su nivel o robar o tomar lo que los otros tienen y ellos no, por pereza. Es fuertísima esta envidia en la gente pobre. Y es una plaga que crea actitudes defensivas en los sanos. Esta visita es tan simbólica. He dejado el miedo y el terremoto por tempestades, enfermedad, limpieza, florecimiento y cambios soñados, desatando nudos internos afuera en los nudos del macramé. Las mujeres me han cuidado y mis lealtades ciegas se han resquebrajado al abrirme los ojos a la realidad de lo que hay y la formación de nuevas alianzas. Estoy en la hamaca después de haber guardado todo en la casita de arte y almorzado. Estamos en medio de una

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tormenta de truenos, vientos y lluvia - no tan fuerte como el otro día. Pancho y su mujer vinieron un rato para visitarme y le avisé que no voy a tomar la purga por

15 días y me dijo que está bien. Pasa la tormenta y los patos pasean. Es su elemento. La temperatura ha bajado y es hora de la camisa de manga larga.

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Curaciones

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espués de bañarme con el espumoso olor del baño de plantas, vino Plácido con el “jugo” de la dieta que estoy tomando. Con un mapacho al lado del vaso y enfrentándonos en la banca, sopló 5 canciones al preparado y al mapacho. Luego me hizo tomar el jugo y fumar el mapacho soplando mi cuerpo. Me dijo que para la última toma va a poner un imán en el vaso todo el día para darle más poderes. Debo bañarme con 6 tazones hoy y echar un poco de huaringa al agua cada vez que me baño hasta terminar el baño mañana. “Sería bueno aprender un canto para llamar a las plantas. La maestra de chonin nuirao vendrá bailando y cantando y abrazándote. Cuando no les cantas para llamarles, se ponen tristes. Cantas y se abre tu visión. Habrá más resultados aún después cuando las plantas están compenetradas en tu cuerpo.” Después me curó con la pomada y me dijo llamarlo si hubiera cualquier

problema. Me han enseñado acerca de las plantas, cómo son, para qué sirven, cómo prepararlas, cómo bañarme con ellas, sus cantos, cómo llamarlas, cómo pedirles. Han estado presentes y para mí en este momento, son un tesoro. A las 6 de la mañana voy al encuentro de Amelia para darle el dinero de la semana. Me dice que el Curandero visitante viene hoy para curarme. Ha visto en Lima que mi cuerpo está mal y que me están fregando de nuevo. Un dilema. Me verá con el florecimiento. ¿Me lo quitará o lo fortalecerá? El Curandero visitante viene para tomar y curar. En un nivel es noble y lo aprecio. No tengo nada que ofrecerle pero me abriré a la experiencia con curiosidad y consciencia. Amelia también lo anticipa. Y ella le ha dicho a Milke que regrese, que ya está mucho tiempo en Lima, que lo necesitamos aquí. Acabo de bañarme, mirando al este, echando


perfume, pidiendo, y al salir me encontré con el Curandero visitante y Daniel. Nos saludamos y me dijo que viene para tomar a las 8 en punto. Dijo que tomó la flor roja de toé y era fuerte y buena. Estoy abierto con mis cosas, todo a flor de piel. Él vio dos que me fregaban desde Lima - un alto y un bajito gordito que debe ser el brujo del norte. En la realidad consensual nada de esto parece posible pero en la tierra de los sueños sí. Até un poco de macramé y dibujé en la casita. El almuerzo era insípido - antes aguantaba la dieta así por 8, 15 días y ahora a los dos días extraño la sazón. Un día más. Todo por la dieta. Karina se mejora de su resfrío. Milke la llamó ayer y dice que no llama porque no tiene plata. La respuesta de Karina fue excelente: “¿Entonces si no tienes plata, qué haces allí?” Me fui a descansar a la casita y al rato viene Plácido y le cuento mis sueños y se pone contento. Me metí en la poza de las plantas, me han protegido y los enemigos han huido. ¡Al hablar de esto mamá y papá patos pasean con sus tres nuevas crías por primera vez! Me dice que el imán trae a los warmi que son buenos para las parejas separadas y las junta de nuevo. Desde la cabeza a los pies se saca el pensamiento

de quien se ha alejado y se pone el warmi de atracción, de la cabeza a los pies para que piense en ella y busque a su pareja de nuevo. Si no quiere, desatas uno y le haces olvidar del otro y le atas a su nueva pareja. Vio la cantidad de agua en mi baño, la mitad que queda para hoy y la otra mitad para mañana hasta terminarlo. Está bien oloroso ya con la fermentación. Ha sido agradable hablar de todo esto y aclarar cosas. Hay viento que refresca, hay nubes con la posibilidad de llover. Es posible que con todo esto sueñe más. Dice que las plantas y los palos me ayudarán. En el albergue hay una música con un ritmo hipnotizante que da dolor de cabeza. Voy a descansar y prepararme para la ceremonia de la noche. Bueno, la tormenta de viento pasó. Me bañé con la mitad del agua con flores, ya fermentada y todavía con un olor de flores y plantas. Vinieron los chicos para pedirme una vela y como estaban solos, me pidieron acompañarles, ya que tenían miedo de los rateros en la oscuridad. Y su pregunta del día: “¿Por qué la luna nos sigue?” Hmmm… De regreso y esperando a Plácido. La gente comienza a llegar para la ceremonia y él viene corriendo a las 7:30. Sopla el último

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vaso de bebida de plantas y mi pipa. Su primo lo acompaña. Tomo y con la pipa soplo mi cuerpo. Me alisto y voy a la maloca.

Saludo a la gente y me pongo a fumar cachimbo antes de empezar.

............... Una Ceremonia de Limpieza

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l Curandero visitante nos sopla a cada uno y se lleva mi nueva agua florida -será mi pago porque no la veo más. La luna llena está anaranjada detrás de un velo de nubes - hermosa. La ceremonia es extraña. Ellos toman y yo no. Al rato otro Daniel, paciente del Curandero visitante, arroja y quiere enloquecerse. El Curandero visitante le dice concentrarse, pensar, le canta y le calma. Cura al hijo del tío que es un loro y habló toda la noche con su padre y Pancho que estuvo bien mareado y había traído a su hijo-paciente. Me cantó y me sopló y me dijo ya está. Yo le dije que estaba tranquilo, “Tú me mandas a mi casa cuando quieras”. Fue cantando a los otros. A veces sonaba un celular, el suyo, hasta apagarlo. La gente murmuraba, los niños de vez en cuando lloraban y él pasó horas peleando dentro y fuera de la maloca con quienes le fastidian. Estaba molesto y a cada rato decía, “Tú querías conocerme. Ya me conoces. Que aprendas. ¿Me quieres

matar? ¡Yo te mato primero!” Vino varias veces para soplarme y asegurar que estaba tranquilo. Tenía que sentarme de frente y luego con mi espalda hacia él mientras cantaba y soplaba. Hubo un largo rato de silencio mientras él estudiaba su libro de oraciones que investigaba más a la luz de su celular. El hijo del tío siseaba, el tío cantó fuerte una vez y limpió al Curandero visitante. Luego cuando el maestro visitante salió de la batalla vino para verme. Los otros le decían lo qué habían visto en mi cuerpo. Explica que me habían puesto cosas en la espalda por cojudeces y él se molestó mucho. “Tú me recordarás,” me dijo. “Vas a sanarte y estarás bien.” Antes de atenderme, él salió a soplar fuerte a la maloca. Pancho y el tío salieron para flagelarse con piñón colorado. Daniel roncaba. Luego el Curandero visitante me hizo echarme boca abajo y frotó mi espalda con agua florida y presionaba para sacar las cosas que me habían puesto allí. Y luego, en mi torso desnudo, me sopló y frotó mis brazos, hombros y pecho y todo el


tiempo murmuraba, “¡Por cojudeces!” “¿Qué cojudeces?” me preguntaba en mis adentros. Me ajustó la cabeza y la verdad me sentí más liviano después. Luego comenzó uno por uno con los pacientes y les decía cosas, se reía de los que habían hecho daño que él confrontaba y eliminaba de alguna forma. A la 1 se acercó de nuevo y me dijo que estoy tratando de superarme y elevarme y eso está bien y que debo tomar y mantener una posición y todo el resto cae por su propio peso. Hay a quienes él ayuda y luego van en su contra y luego le piden ayuda de nuevo. ¡Pucha, cómo entiendo eso! ¡Le resondra a Daniel que quiere irse a bañar, que deje de perseguir a las mujeres y que trabaje! La mujer le llegará por su propia cuenta. Me fui a dormir y Amelia salió conmigo diciéndome que él vio que tengo arco rojo y se cura con aguardiente y ruda. “Ya apestaré a borracho y no ropa usada,” le bromeé. Dormí hasta las 6 y me levanté y barrí. Hablé con Karina que examinó mi pecho y dijo que se está cicatrizando. Han salido ampollas en el cuello y cabeza de Niwen y el Curandero visitante dice que puede ser por haber tomado en Lima con Milke. Karina dice que su propia garganta está mejor y que el asceptil le ha ayudado aunque tenga su sabor. ¡Y que no puede estar de dieta ni un día!

Recluido en la casita de arte observo cómo las hormigas grandes y chicas rondan el cadáver de una gran araña. Ayer Plácido mató a una abeja grande que pica peor que serpiente y sacamos a esta presencia de la casita. “No hay que ser complaciente con estos bichos,” dijo, y pienso en el budismo que dice no matar. Me siento fresco, más o menos bien, y quisiera entender o saber qué pasó ayer, que era como estar metido en un sueño lúcido en el mundo de los espíritus que no podía ver. Me parece increíble que ellos sí podían ver mi cuerpo y decirle si su soplo me limpiaba o no. En mi espalda, el inconsciente, otros habrán puesto cojudeces. Las hormigas ya llevan partes del cadáver a su nido. El día está semi-nublado y caluroso. Dormí 6 horas, y es suficiente. “Hay que tener una intención clara, pedirle a Dios, y todo el resto se resuelve” es la filosofía de esta gente. Ya que estoy metido en este mundo, no sé qué es real y no real. Lo que sí, me siento conmovido por la atención y el cuidado en las curaciones. ¿No es eso una manifestación de amor, cariño y amistad? Creo que sí. Lo siento así. Vino Mónica para ponerme la pomada. Me habló de lo que escuchó, de los comentarios y cantos del Curandero visitante. Los que hicieron daño al hijo de Pancho vinieron y

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bajaron a todos. Pancho estaba vencido y el tío también. Los dos que me persiguen quieren verme muerto. El Curandero visitante les ha dicho que ya lo van a conocer, que no ha comido en tres días, que tiene hambre y que dejen todo en sus manos. Me va a seguir por donde vaya y me va a proteger. No van a lograr lo que ellos quieren conmigo, creyendo que me habían vencido, pero ellos terminarán primero en su tumba. Habían puesto una espina debajo de una vena debajo del hueso de mi espalda y eso es lo que sacó. Efectivamente, inexplicablemente en realidad,

mi espalda no me ha fastidiado hoy día. El Curandero visitante estaba muy molesto anoche y los venció. Todavía necesita limpiar mi cuerpo. Me habían puesto el mundialillo y encima el arco. Tenemos una nueva ceremonia mañana. Mónica me asegura que con las plantas voy a aprender bastante warmi. Dice sentirse triste y rabiosa con todo lo que pasa conmigo y que no tenía idea. Tengo que tener cuidado acá de no ser víctima ni victimario. El maestro en su visión golpeó a los dos que me fastidiaban. Hoy se despertarán con el cuerpo enfermo y paleado y no van a poder vencerme.

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Diógenes

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D

espués del almuerzo descanso. Ha llegado Diógenes. El tío está mareado todavía y no trabaja. Diógenes ha venido a trabajar para pagar su deuda conmigo. En la casita hablamos y nos pusimos al día. Durante el paro se quedó en Lima y luego fue a su comunidad donde su mamá estaba grave. Ahora está mejor. Yo hablé de acá y los aprendizajes. Vino Plácido, me echó la pomada, especialmente en el pecho y la espalda y luego habló con Diógenes. Demostró el florecimiento en el mapacho

que era mi cuerpo. Se fueron y justo cuando terminé mi cuadro, vino el Curandero visitante. Según él la ceremonia de ayer fue excelente. Hablamos de aprender y superarnos, la necesidad de auto-motivación y me habla de cómo su abuelo se transformaba en tigre o león o andaba en el agua por 15 días y cómo él quiere lograr eso. Tiene 26 años de experiencia y siente que recién domina unas cosas. Yo no tengo que cambiar en nada y sólo estar en mi eje y alineado, me dijo. Hay que limpiar todavía. Mañana tomaremos.


¡Me he bañado en agua! Y no he visto a los chicos hoy. Todo tranquilo. Dormí temprano y me dijeron después que el Curandero visitante llegó inesperadamente y tuvieron ceremonia que fue más tranquila que la noche anterior. Me bañé en la tarde y me eché en la hamaca. Amelia vino con los últimos mapachos de la tienda. Me dijo que cuando vivía su papá, preparaba tabaco, secaba la hoja, la cortaba y mezclaba con aguardiente para darle una consistencia medio pegajosa. La cortaba para las ceremonias en un recipiente de barro y allí todo el mundo lo tenía para sus pipas o cachimbo. La idea de la comunidad de nuevo. Me dijo que el maestro al soplarla a ella y a Plácido, les dijo que su dolor de hombro se debió al lobo otra vez. En la quebrada al fondo hay varios y vienen acá en la noche. Va a quemar achiote otra vez y ponerlo en su camino para ahuyentarlos. De allí hizo una graciosa pantomima de un lobo chico de espaldas jugando y aprendiendo a nadar. Le habló al dueño de la quebrada y se rió. Dijo que él era brujo si el lobo era femenino y bruja si era macho. El lobo es macho dijo él. Nos reímos. Se fue y esperé a Plácido. Vino justo cuando me recogía para dormir. Me dijo que era la primera vez en seis meses que se había desvelado y le atacó el sueño. Sopló a un mapacho y luego me sopló a la cabeza,

las manos abiertas y cerradas, el pecho y la espalda donde cayó una tranca, a los pies y las piernas. Llevó el resto afuera y lo pisó como para decir que el mal ya había salido del cuerpo. Me dio uno para prender pero era duro y no se prendía bien. Tenía una tranca grande y tuve que luchar pero por fin se cayó. Luego me dio otro para la mañana para terminar la dieta. Me recomendó poco aceite hasta fines del mes y luego a tomar la purga para ver cómo se habían instalado las plantas en mi cuerpo. Me frotó la pomada en la espalda y luego cada uno a su casa a dormir. Hoy me desperté con ganas de organizarme. Me siento más centrado y acá de nuevo. Mi mente está despejada y el día se abre libre y sin apuro. No he tocado música ni cantado y no he hecho ceremonias en esta visita. Amelia me trajo media sandía fresca y madura a media mañana. Era delicioso comer unos trozos. Es básicamente agua. Ronín come un mango del árbol y está cubierta con su jugo. Se fueron para buscar el aguardiente de mi nueva medicina. El Curandero visitante tiene que prepararla y es arco, no mundialillo. Creo que son las dos cosas. Hay que sacar el calor del cuerpo. Antes era sacar el frío del pie lisiado y ahora es el calor. Al rato regresa Plácido. Sí participó en la ceremonia de anoche. Soñó que yo bailaba con una gringa alta vestida

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de shipiba con diseños y es la planta que se ha metido en mí. Qué bueno. Mañana me va a arcanear para Lima, el hielo, la sal, el perfume y otras cosas más para que no me pase nada. Dijo que Diógenes pasó en la mañana queriendo tener un baño como el mío. Le dije que no había dicho nada y que seguro Diógenes olió el perfume de las plantas y quería uno también.

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Todos estamos mejores. Es como si una ola de negatividad hubiera pasado por acá y todos de una forma u otra nos preocupamos, nos enfermamos y nos curamos. Karina, Zenia, Niwen, yo, Amelia, el tío, con malestares y ahora todos mejores. Vino el maestro visitante, batalló y ahora todos estamos bien. ¿Eso es de enemigos? Yo acá pretendo curarme, limpiarme, aprender de mis experiencias, de las plantas y ser creativo. Hoy comí con sal otra vez en el almuerzo y lo devoré. Descansé en la tarde para tener energía para la ceremonia de la noche. Intuyo, siento que hay como una tendencia en mí de decir que ya está llegando el momento de desapegarme de la selva por un tiempo, darles tiempo y espacio para ver si con la propiedad renovada van a hacer algo con sus propios recursos o no. Anuncian muchos proyectos y no se realizan. No creo que el problema sea económico ya sino voluntad de acción. Se va abriendo un nuevo camino.

En este momento sopla fuerte el viento con truenos y parece que va a llover. Recojo todo por si acaso. Por acá nunca se sabe. El viento anuncia el camino. La temperatura baja. Todo se mueve, todo danza y a estas horas de la tarde se siente cierto alivio del calor sofocante del día, desde la mañana temprana. Poco a poco vamos entrando en la época de las lluvias que me dicen son cotidianas en Octubre. El pájaro rojo salta del árbol a una planta cerca de la tierra sin estar inmutado por el viento. Va y viene. Lo que el viento lleva. Todos somos viento. El pato avanza con su singular caminata, sin perturbarse, como una danza negroide en cámara lenta. Con una buena lluvia las plantas se alegrarán. Rondan las moscas. Espero y no pasa nada. Vino Karina y conversamos bastante de cosas cotidianas y eventos recientes. Cuando Ronín ya se ponía impaciente, se fueron. Piensa poner a Ronín en el jardín donde hablan shipibo y luego después a uno de castellano. Así hizo con Pashco y a él le tomó un mes para adaptarse pero ahora le gusta y habla los dos idiomas. Vino Pancho en motocar para decirme que iba a haber ceremonia después de haberme dicho Karina que no era para hoy. Él se equivocó y yo me fui a descansar a las 9. Vino Plácido para trabajar con su macramé y hablar. Está de dieta hasta mañana y


allí haremos las plantas para el perfume, el arcaneo y le pediré la receta para los baños de ruda con naftalina y alcanfor. Yo mismo me eché la pomada en la mañana porque me picaban las costras y los hombros. En la tarde Mónica y Plácido me examinaron y me dijeron que en la espalda y el pecho quedan algunos lugares con heridas pero el resto está mejorándose. Sólo necesitamos el aguardiente con ruda para el arco. Pero lo peor ha pasado. Me regalan unas plumas de papagayo para la cortina curativa que

voy tejiendo en la casita de arte. Vinieron los chicos a jugar y tejer a su manera en el macramé de su mamá. Ronín vino a verme y llamarme para el almuerzo con sus pies descalzos y se los quemó. Corrió hacia mí, la recogí en mis brazos, le calmé sus pies y la cargué sonriendo a la cocina. Aiyaiyai esa chiquilla. ¡Comí una guava fresca del árbol, sin insecticida - qué rico! Con el calor que hace, es difícil saber qué es mundialillo y qué es arco. Tratamos a los dos.

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Los Baños, Las R ecetas

E

n la tarde cuando vino Mónica a curarme, me dio las recetas.

• Baño de Limpieza: ruda, hembra y macho; una tapa llena de creso; thimolina una tapa; 3 tabletas de alcanfor; 4 bolas de naftalina; agua florida encima del agua en la forma de 2 cruces; 4 gotas de lejía en cruz. Tres noches seguidas se salpica toda la casa con este baño y uno se baña también. Mantiene lejos a los espíritus malignos.

• Baño de Florecimiento: ruda, hembra y macho; flores; agua florida o Kananga y huaringa en dos cruces. Después de las tres noches con el baño de ruda se baña con el florecimiento tres noches seguidas y también se salpica en toda la casa después de haber dormido todos.

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Una Ceremonia Decisi va

Y

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a comienzan a llegar las personas para la ceremonia con el Curandero visitante. Descansé hasta que él llegara y me dijo que hoy, de una vez por todas, limpiará mi cuerpo y que debo tomar un baño especial mañana en la mañana. Todo se calló después. Diógenes abrió la ceremonia cantando mientras el Curandero visitante dormía. Luego se puso en acción. Los cantos de Diógenes eran para el hijo de Pancho con quien conversé antes. Pancho ha ido a la comunidad y regresa en unos días. Se instalan Diógenes y el tío a mi costado y este pelea con unas pulgas en el colchón. El Curandero visitante hizo su espectáculo después, conmigo y con otros. Conmigo me sopló con Kananga, adelante y atrás sin polo, me frotó la espalda con Kananga y empezó a empujar y soltar y luego de nuevo con el soplo y canto. Sentí ardor por toda la espalda por un largo rato mientras él seguía cantando y renegando con el tío mientras le instruía usar fuerza e intención al soplar con gasolina. “Se hombre, no medio hombre, concéntrate,” ordenó. Va trabajando con sus movimientos cuando está de pie, sus oraciones y sus soplos de videojuego al aire. Vestido en abrigo largo y negro con gorro negro hasta

los ojos, es una figura siniestra que da miedo para algunos y un halcón de la noche para otros. Tiene dos o tres cantos que son repetitivos con diferentes letras. Capta la atención del círculo. Canta a Diógenes, quien responde con formalidad y agradecimiento y el Curandero visitante responde, “Sólo sé que nada sé. Todos somos iguales.” Me río. ¿Realmente creerá lo que dice? El tiempo lo dirá con las acciones. Hay luna y toda la maloca está iluminada y las figuras son oscuras. A eso de las 11 llega Milke y me llama a la casita para abrirle la puerta. Es el momento de cambio decisivo. Me alegra verlo. Pero está con un aire de furia, fuerza, de no creer. Va a hacerle pagar al tipo que me hace daño en Lima y pide su nombre y apellido dos veces. Pone 2 tablas, una con tres velas frente a la cortina y la otra con una vela frente a sus estatuas en el piso, al otro extremo. Sopla la casita, a sí mismo, hace oraciones de castigo para el enemigo, me sopla a mí y me comparte algo de su medicina. Dice que el enemigo trabaja con un brujo de Piura que ha usado San Pedro. Él ha traído y lo usaremos en algún momento. Luego habla de su rabia


con la gente que pretende figurar y eso no es curanderismo. Ha pasado un mes a solas consigo mismo para conocerse más y saber quiénes y cómo le han hecho daño y eso no se hace en familia. Va a tomar conmigo y Diógenes y sólo cuando él quiera. La noche se vuelve espectacular. Dice que es su hora preferida. Dejamos todo prendido y regresamos a la maloca. El maestro seguía con su ceremonia. En un momento me sentí inspirado y canté suavemente a la noche incluyendo al Curandero visitante que había salido afuera. Pensé que debe enseñar teatro en la universidad porque en esta tierra de ayahuasca, con 4 copas, temblando para mover el piso, su presencia es fuerte. Macho. Pero la presencia de Milke es de otra energía. A cada rato, después de recibir soplos del Curandero visitante, Milke se frotó con agua perfumada, soplándose a sí mismo y la maloca. Hablamos suavemente en algunos intervalos. Va a hacer y retocar unos 5 cuadros que ha preparado y viaja el 25 de octubre. Le dije que desde acá la única cosa que quería decirle era que avise cuando va a estar en un retiro consigo mismo por largo tiempo para no preocuparnos. Hablamos de los beneficios de tomar ese tiempo y espacio aparte. Hay música en el murmullo de la gente presente, hay una ceremonia oculta entre los dos grupos familiares y hay un

canto en todo esto y es un cuadro oscuro con luces. Él está inquieto con tanta gente después de estar a solas en Lima pero éste es su mundo originario. Tiene que sentirlo y asimilarlo con sus nuevos cambios. Canta muy suavemente y nadie le escucha excepto yo. Tengo que inclinarme hacia la tierra para captar el sonido que es repetitivo y amoroso. Mientras el maestro sigue haciendo la bulla de la ciudad dramática con su soplo, Milke canta como un pajarito en un gran parque urbano aunque estemos en el campo. La música calma, fluye y eleva. Si hubiera seguido hasta que la gente se callara, les habría abierto al fondo. Comienza una fiesta cercana y le digo que escuche, que eso también es sonido de la selva y que el canto que acaba de hacer es otro canto de la selva. Los dos son válidos pero el suyo es menos conocido comercialmente. Comienzo a darme cuenta de la competencia del Curandero visitante con Milke cuando interrumpe con soplos y se queda cerca para hacer comentarios. Milke sigue imperturbable hasta terminar. Diógenes comienza a cantar suavemente en falsetto y yo comienzo a visionar que los peces y las flores cantan al ver sus formas y colores en un caleidoscopio de imágenes. Me doy cuenta que estoy visionando la dieta de Diógenes sin haber tomado ayahuasca. Su canto me lleva a moverme y expresar con el

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cuerpo el recibimiento de las medicinas para los que acá están agrupados. La música y el ritmo me movieron a su lado. Era como un dúo con Milke cuando él recién comenzó, un tipo de bienvenida al clan de nuevo. Mike se quedó hablando con el hermano del curandero y yo puse toda mi atención en Diógenes. Cuando terminó le pedí una repetición. Cantó y me senté frente a él. Era una belleza y terminó soplándome. Le dije que sentía que él había avanzado un peldaño más en su canto.

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Fui para la casa y allí estaba Milke. Quería mapacho. Allí me dijo que no le gusta la competencia y que eso no es curanderismo. Bueno, Pepe del norte definitivamente ha tenido una influencia en él. Me pide regresar a la maloca porque va a cantarle a Diógenes y quiere que sólo nosotros tres tomemos juntos. Bueno, el Curandero visitante me dijo que habrá ceremonia el viernes y luego está de dieta un mes con sus vitaminas y medicinas. El maestro también tiene que curarse y renovarse, dije yo. Me siento en medio de la maloca. El Curandero visitante me pide acercarme más hasta que yo y Milke recibimos su oración y soplo. Milke me pide sentarme a su lado derecho al dirigirse a

Diógenes. Canta, Diógenes le imita en su canto, y yo escucho. Es un canto largo y complejo. Cuando el Curandero visitante no tolera la atención y el poder de este círculo de tres, él hace sus soplos, cantos y temblores. Distrae pero Milke y Diógenes tienen mi atención. Visiono campos abiertos, joyas, flores y animales. La noche oscura se ilumina con la luz de la luna Un ocasional relámpago y la luminosidad de los cantos curativos Dirigidos al cuerpo y alma de quienes escuchan más allá de las palabras. Corporalmente me siento mejor con la ayuda de todos. Me siento más parte de la familia. Fui a dormir y al principio sólo escuchaba los sonidos de la madrugada - los grillos y los sapos, los gallos que cantaban y se comunicaban entre sí a las tres de la mañana, un ocasional perro que ladraba y un triciclo lejano. Me desperté a las 6 con el sonido de lluvia en el techo, por fin. Un poco de alivio del calor y limpieza con la llegada de Milke.

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cap í tu l o 8

TRANSITANDO ENTRE MUNDOS PARALELOS

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M 200

e vine a la casita en la mañana y me instalé. Vino Milke con Pashco. Pusimos velas y le dije que entre su mesa y la mía teníamos que buscar una integración, entre el caos y el orden. Comienza a limpiar y traer cosas mientras Pashco juega con los colores. Le llaman para algo y Pashco y yo nos quedamos para jugar con el rondín, escuchar música en el discman, tocar y nombrar partes del cuerpo, fantasear viajar a

Lima en avión. Hay mucho afecto acá entre nosotros. El cielo oscurece y comienza a llover de forma regular, no torrencial. No sólo es una lluvia que limpia sino también nutre a las plantas sedientas y a la tierra seca y dura. Me sorprendió el punto ciego que tuve con el Curandero visitante y que Milke me reveló - su bulla urbana y su competitividad. También soy así, no es malo y puede ser útil.

M

aceptables o inaceptables. Al decir útiles nos lleva a contemplar la diferencia entre nuestro pequeño tú cotidiano consensual y

............... Útil Experiencia

a

e gusta esta palabra “útil” con las experiencias vividas. Tendemos etiquetarlas como buenas o malas,


el Gran Tú incluyente. No sé cómo lo hace Milke pero cuando nos juntamos, todo fluye, me sorprende con nuevas cosas. Me gusta el Curandero visitante por su braveza y no miedo, el padre que cuida a la tribu. Pero mi afinidad está con Milke y su estilo- es otro, original. Y como el agua que gotea y pule piedras y busca su propio nivel, el siseo suave y el canto quieto son muy poderosos y eventualmente tumban al ruido y escándalo o los hace más evidentes como polarizaciones. Son iguales y diferentes a la vez. Mis guías y maestros más cercanos en este mundo paralelo son Milke y Amelia y familia. Así de simple. La lluvia paró, el ambiente se ha refrescado, la brisa aumenta y se han agregado los truenos a este proceso esta mañana. La ceremonia de anoche fue bien importante.

Terminó mi curación con el Curandero visitante en cuanto a limpieza. Le dimos la bienvenida a Milke. Canté, bailé, visioné, escuché. La pintura de oscuro sobre oscuro como sombras cantantes en la noche era muy sugerente. En la tarde vino Mónica para echarme la pomada y conversar. Hubo un sapito que cantaba en mi shacapa colgada en la pared y le dio nervios por las manitas frías y la piel mucosa que tiene. Me habló de los baños con plantas y cómo llevar plantas conmigo a Lima. A las hormigas no les gusta el creso! El pájaro rojo desde mi casa, descansa en frente encima del palo ascendente de un plátano joven. Es uno de mis maestros en estos días. Fui a almorzar y Karina me sirvió harta comida después de la ceremonia de anoche. Milke me acompañó y me habló.

............... Mi Situación Según Milke

M

i situación con el enemigo que me hace daño con la ayuda del brujo del Norte comenzó cuando yo llegué en mayo y me desmayé. Ellos generalmente provocan caídas por la calle pero no ocurrió así, gracias a Dios. En sus sueños él vio que

un domingo algo entró sigilosamente en mi cuerpo por mis pies mientras dormía y me desperté inquieto. Allí es donde pusieron los gusanos de la muerte para podrirme desde adentro y matarme. No es mundialillo ni arco rojo sino gusanos de la muerte.

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Ugh, más feo aún. Vamos a tratarlo con ceremonia esta noche.

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Él sufrió de taquicardia en Lima y lo llevaron al hospital y desde allí ha dejado una de las medicinas. El Curandero visitante, según Milke, es ambicioso. Sabe todo y los otros no saben nada y se pone como superior a los otros y no es así. Cada curandero tiene su propio estilo y forma de ceremonia pero hay que respetarse. Él está hablando por la calle, con Diógenes y el tío, que Milke no sabe nada, que quiere enseñarle pero que no quiere aprender. “Ya estaría diciendo que él me ha ayudado ir a Europa cuando es por mérito propio.” Yo le respondí sobre lo que yo he estado aprendiendo del otro como espejo y del Gran Tú. Karina y él me escucharon. Después fui a la casita y vinieron los chicos para escuchar el disco de los Shipis en mi discman y jugar con los pies. Bill por fin se quedó dormido. Y Mayco ató nudos conmigo. Vino Milke con afán de limpieza. Arregla su mesa, barre, bota y organiza. Por mientras hablamos de algunos posibles planes por acá, me muestra de paso sus cuadros para Francia. Tiene que lidiar con el fenómeno del famoso pintor Pablo Amaringo que se ha sentido como shipibo pero no lo es y que es invitado de honor, y Milke también como representante de la cultura para este nuevo evento. Vienen Plácido y otro miembro de Los Shipis. Se

habían comunicado a través de silbidos de pájaro. Parece que parte de una de las canciones de los Shipis ya es fondo de una propaganda de algo. Van consiguiendo publicidad gratuitamente. Todos salen y Milke va en busca de su paciente para decirle que compre ayahuasca para la ceremonia de la noche. Si no, no se hace. A solas con el viento que entra y gira por todos lados, los hilos del macramé bailan y las llamas de las velas vacilan. El cielo está nublado y podría llover. El clima es cambiante, amenazante, pasa y hay ráfagas de viento y un ocasional huracanado soplo. Las hojas chocan entre sí y crean ese murmullo especial de los árboles y las plantas altas. El aire está fresco y no se escucha a los pájaros. Entre las rendijas de las tablas en las paredes, el viento silba con variados tonos. Un frente está pasando por acá con toda rapidez. Hay otros días cuando todo está quieto y ese frente que pasa es pesado como una nube invisible que aplasta física y emocionalmente todo y a todos. Ya tengo tres diagnósticos diferentes y sólo un tratamiento para lo que tengo hasta ahora. Mundialillo con pomadas, baños, perfumes, mapacho, y resultados visibles. Otro es el arco rojo, tal vez encima del mundialillo y es daño y saladera con ceremonias, promesa de aguardiente y ruda y baños con esta planta. Y, ahora, gusanos de la muerte por


brujería y la necesidad de vencerlos con ceremonias. Hay algo que todavía no entiendo, que es cómo Milke logra crear tanto movimiento alrededor de su persona. Muchos lo quieren y a la vez hay muchos que prefieren señalar sus debilidades. Desde la envidia hablan mal de él o tratan de hacerle daño porque no tienen el talento ni la automotivación de crear lo que quieren y prefieren descansar en los logros de él. Pero cara a cara son amables y patas. Le siento más centrado y ecuánime esta vez como que sabe lo que quiere lograr en lo inmediato. En el curanderismo es volver a los orígenes de nuevo y no teatralizarlo. En el arte es la exposición en Francia con Terry. Y en la música es reorganizarse con Daniel como nuevo administrador. Me advierte que va a elevarse para hacer cosas a los dos que me persiguen y que no me ponga triste porque eso le bajaría. La alegría de acabar con esto será causa de celebración para mí.

Con este mal que tengo, yo me dije tener pulgas de perro. Ellos tienen nombres más significativos y sugerentes. Mundialillo, arco rojo, gusanos de la muerte. Es más dramático y a la vez más claro en realidad, porque juntan un nombre con la naturaleza del síntoma y abre la imaginación. Eso es clave para la curación. Noche de sueños. Milke estaba cansado y su paciente que tenía que comprar y traer ayahuasca no vino. Dormí seco hasta después de las 6. Me levanté a un día fresco, nublado y luminoso con el sol filtrando por agujeros en el techo cósmico. El movimiento de la escoba y barrer alrededor de mi casa me ejercita el cuerpo algo tieso por dormir en el piso y me pone en contacto con la comunidad. Amelia tiene las cosas para el baño y el remedio. Viene Karina para ver mi piel y saber si tengo algo para los ojos que le arden. No. Vi a Amelia usar agua y limón una vez pero no.

............... Un Ciclo Mítico

N

os hemos dado cuenta de este proceso de afiliación con otros curanderos.

Cada uno nos enseñó algo importante. Milke empuja en contra, encuentra un acogimiento,

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entra en el círculo y se siente querido. Cosas pasan y hay tira y afloja, dependencia e independencia. Midiendo fuerzas, alejándose de lo cotidiano se hace una revisión, se reorganiza internamente, regresa a su propio ser, ya crecido, comienza de nuevo hasta sentirse solo y desprotegido y aparece un nuevo pariente no papá, sino sustituto momentáneo y el ciclo mítico hace otro giro. El joven guerrero lidera a su comunidad pero cada cierto tiempo monta su movilidad y se aleja por un tiempo para estar con la gente

de su red extendida, nutrirse, descansar, revisar y reorganizarse para su trabajo de creador de sueños. Regresa con el Soñando dentro de y alrededor de sí. Reclama y se reubica en su territorio hasta su siguiente salida. Su familia le apoya y a veces le acompaña, especialmente si son visitas a la comunidad ribereña y su estilo aún menos urbano y más auténtico con sus orígenes. En este próximo viaje representa a la nación shipiba y su arte visionario, acompañando a su maestro famoso.

............... Los Viejos y Los Jó venes

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L

a pelea entre el joven y el viejo les fortalece a los dos. Les permite ocupar sus respectivos lugares en el proceso de la vida cuando los viejos tienen el reto, casi la obligación, y cierta responsabilidad de descansar más, revisar los días como mascando chicle, estar disponibles para otros y relacionarse con las semillas que brotarán en el futuro. Su presencia con ellos enseña a todos cómo sostener y proteger la relación de transmisión de afecto, respeto, interés y compañía. Los jóvenes vienen con sus problemas de sus relaciones familiares y su deseo de independencia mientras

siguen interdependientes. Sus relaciones amorosas siempre son de fascinación y terremotos emocionales. La dieta es una forma de disciplinar los impulsos y aprender autocontrol y disciplina. Hablan de sus sueños en términos de estudios, lo que quieren lograr, de sus preocupaciones económicas y no tener un título académico para poder respaldarse. Honestamente, a estas personas que sobreviven en todas estas circunstancias de pobreza y maltrato, les daría un título oficial de ser Proveedor/a de la Nación Peruana -Grado A.


El rango y el clasismo tienen dos lados - la polarización de recursos como punto negativo, y como positivo, la conservación de un estilo terrenal de vida que cuida la ecología y mantiene la vida en los lugares donde habitan. Como potenciales células sanas en un mundo que nosotros contaminamos más, interna y externamente, escuchar a estos jóvenes me da fe. Apoyarles en sus sueños crea una relación de mutuo apoyo y respeto. Sugerir, ofrecer ejemplos, compartir su vida hasta cierto punto, no imponer nuestro punto de vista y más bien ser un nexo entre gerencias interiores y futuras en estos encuentros, es ser formadores de líderes. El estilo de hacerlo depende de cada persona pero lo que sí es esencial es el respeto y apertura para aprender de y con los jóvenes. Es entender cómo lo que dicen es el resumen de lo que les han enseñado su corta vida y la sociedad consensual que son sus referentes. Es ver cómo comienzan a pensar por sí mismos y formular el mundo que quieren crear a

través de sus proyectos y planes soñados. Para los viejos es un privilegio tener este tipo de relación con la comunidad. Todos estos mundos se sobreponen y todos son iguales de interesantes. Son lecciones del Gran Tú. Vino Milke y arregló sus pinturas, sopló a la mesa y a cada cuadro suyo. Yo me paré en medio de la estera con los brazos extendidos al costado y me sopló de abajo hacia arriba en las 4 direcciones y terminó soplando desde el Este. Luego con la shacapa fuerte y suave terminó con los pies y la corona. Se echa y mira a un cuadro y se mete en su mundo, como meditando y dejando surgir ideas de cómo pintarlo. También hablamos de juntar nuestras mesas y hacer una mesa integral con aportes de cada uno. Viene Diógenes para avisarnos que va a disparar y que no nos asustemos. Luego vino Karina para usar el celular de Milke y chequearlo. Al desperezarse, me contó él de su visión.

...............

Una Visión

E

staba desarmándome y volviendo a armarme pero al final faltaba algo en

la lengua. Había un agujero allí. la grabadora que se había perdido.

Faltaba Estaba

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debajo de mi toalla. Le costó repararla y tenía la cinta malograda que no daba vueltas. La arregló. Empujó botones y salieron emisoras estridentes. Lo arregló y empujó un botón y salieron puros íkaros y lo instaló en mi lengua. Me visualizó caminando y cantando íkaros. Pero en un momento exclamé, “No los puedo escuchar” y él dijo, “Ponte los audífonos.” Lo hice y escuché perfectamente bien los íkaros para cantarlos. ¡Y se despertó! Al rato se fue Karina y nos quedamos hablando del enemigo y lo que hablaba del “Viejo Tom”. Por haber quedado esta negatividad en el aire, tuvimos que limpiar la casita al toque con una larga oración que

leyó de un libro de muchos maestros que le había regalado Pepe. Me sopló e hizo la oración de ayahuasca, salimos y cerramos la casita. Hablamos de la mesa común y que debe estar detrás de la cortina que voy haciendo y que los pacientes quedarán al otro lado porque no van a entender lo que ocurre y la mesa nos dará poder. El Curandero visitante ha sido útil para enseñar lo que no hay que hacer. Milke va escribiendo sobre los merayas y su autodisciplina de renunciarse a cosas por 6 meses a 6 años, no comer ciertas cosas, aceptar ciertos rituales, horarios inusuales, etc. Hay que escribir algunas cosas pero no todas porque las palabras significan algo un día y otra cosa otro día.

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El Soplo

V

iene Milke con mi preparado de aguardiente con ruda. Me paro de nuevo con los brazos extendidos y el torso desnudo y me sopla desde las 4 direcciones de la cabeza a los pies, los pies a la cabeza y luego a la espalda y los hombros, la cabeza, cuello y el pecho. Luego me sopla con Kananga para neutralizarme, calmarme, darme bienestar y alegría para que trabaje

la otra medicina. Luego nos sentamos y me dijo que la mesa le indica qué elementos usar para la curación, a veces mapacho, a veces el perfume, a veces un instrumento o canción y en qué orden. Viene a la mente y lo sigues. Agua florida eleva al paciente y al curandero; Kananga neutraliza; huaringa trae suerte, fortuna y amistad. Se sopla con los labios estirados. Debo practicar primero


con agua. Me hizo pararme con la cerámica cantante y pedir lo que deseaba mientras me soplaba con Kananga de nuevo. Después cuando termina me echa unas gotas en las manos extendidas para mojarlas, olerlas en una posición de oración porque el olor despeja y pone en alerta. Cada cosa tiene que ser ikarada o siseada antes de usarla para poder curar. Y tomando todo el tiempo que sea necesario para hacerlo. Él duerme y yo trabajo mis cosas en medio de lo que aparenta ser una tempestad inminente. Viene Amelia con mi celular cargado y dice que no va a llover, que es viento no más y todo va pasando. ¡A mí me da otra sensación y vamos a ver quién tiene la razón! ¡Ja! Es música furiosa con el viento y circula moviendo afuera cualquier nube de negatividad y excesivo calor. Milke dice que puede descansar en esta casa y Karina quiere saber qué hay acá. “¡Tu oficina,” le digo! Su maestro le ha enseñado a descansar un día antes de la ceremonia para tener la fuerza y lucidez de poder manejarla. ¡La Naturaleza está soplando! Ahuyenta tempestades, mueve todo, hace mucha bulla, amenaza y limpia. Amelia ganó - ya pasó con tres goterones y nada más. ¡En la casa todo brilla al sol que ha salido y alumbran mil joyas en las hojas luminosas! Si viene

el Curandero visitante para una ceremonia, le acompaño. Si no, no. En la nochecita hablé con Karina en mi casa. Me dice tener un dolor abdominal que no le pasa, como algo obstruido allí que no se mueve. Va a ir al médico del hospital mañana y llevar a Ronín para su chequeo. Ronín es una mona, subiendo y bajando la banca. Su mamá le dice, “Te vas a caer.” Lo escucho mucho de las madres como una profecía autocumplida. Al hablar de su dolencia le pregunto si tiene alguna emoción fuerte. “No.” “¿Sientes miedo de algo?” “Sí, los terroristas que tiran granadas a la FAP y mataron a uno la noche de la llegada de Milke. Era terrible antes. La gente no podía salir de sus casas después de las 6 de la tarde. Cuando tenía 9 años en la comunidad, una mañana aparecieron las banderas de Sendero en la playa. Tuvimos miedo, los habitantes. Sendero estaba cerca y la Marina vino y tiraba balas a la comunidad. Nosotros tuvimos que huir al monte. Había sólo una persona sospechosa de ser senderista pero no lo podíamos probar.” Tanto miedo registrado en el cuerpo sensible de una niña o un niño de 9 años es casi imperdonable y difícil de imaginar. Mónica me va a atender con el almuerzo y Karina regresará el domingo. Ella, Amelia, Milke y los niños van a la otra casa. Yo me curo a la luz de dos velas y un poco

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de viento frío. Los chicos están con poncho y Mónica dice que hace frío. Ella aplica a mi torso desnudo la preparación de ruda y aguardiente con trozos de algodón. Tiene un olor rico de plantas. Refresca y jala el calor de adentro hacia fuera del cuerpo. Se sorprende de todo el calor que sale de mi espalda y en el pecho no tanto. Pasa Diógenes y lo llama para tocar y dar su opinión. Me la echa en la cabeza también. Luego mientras me unta la pomada hablo con los chicos acerca de su excursión al

Parque Nacional. A Mayco le gustó ver el tigre negro y los lagartos enormes con colas grandes, y le asustaron también. A Bill le gustaron el mono y el loro. Así son Uds. también- Mayco es tigre y lagarto y Bill es mono y loro. Zenia está encogida, chiquitita como una florcita cansada y con ganas de dormir en el oscuro parche de sombra entre el bosque de piernas de personas en movimiento o paradas. Se van y quedamos en vernos por la mañana.

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Diógenes

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M

e quedo conversando con Diógenes. Me dice que cuando él sopla le manda a la persona su fe. A mi me gusta Diógenes. Es amable y formal en su trato, muestra más con sus acciones que con sus palabras, es servicial y protector. Ha colocado antenas altas y metálicas encima de todos los edificios acá para que si llega la maldad o la energía negativa por acá, que pueda desaparecer. No en la realidad consensual sino en la tierra de los sueños y las visiones. Como todos han salido, él va a pasar la noche vigilando con la escopeta a su lado. Yo me quedé afuera esperando la supuesta llegada del curandero para la ceremonia.

Había entendido por Karina que Daniel, el paciente del curandero, había venido para avisar que sí iba a haber ceremonia y vino la familia del hermano. A las 9 me metí en la cama esperando. A las 10 me desvestí y me metí en la cama de nuevo. Estaba lloviendo quieta y rítmicamente contra el techo de hojas secas. Estoy en medio de un drama que no es mío. Sin embargo, estoy involucrado. Allí estaban dos grupos familiares con relaciones mezcladas y había dos formas marcadas de relacionarse con los niños: una bulliciosa y movediza y otra más silenciosa y recogida en quietud.


La mañana amanece fresca. Viene Mónica para poner el preparado y la pomada. Los dos estamos conversadores hoy. “Doctora Sarna” me examina y me dice que la parte roja de mi espalda ha desaparecido. Toca y mira de cerca mi espalda y pecho. Aplica el preparado que refresca y huele rico. “La mezcla de aguardiente con ruda ayuda a la pomada,” dice. “Parezco complicado, de niveles,” digo yo, “porque necesito más de una sola cosa.” Aplica con fuerza y como un tipo de masaje para mover afuera los males. Plácido dice que los sueños indican que las plantas me están protegiendo. La dieta termina a las 5 de la tarde cuando él me va a arcanear con el champú, jabón y otras cosas más para poder usarlos sin hacerme daño. “No sabía,” dije yo, “así que mi lavado de cabeza en la mañana con champú ha sido un anuncio a mi cuerpo acerca de lo que viene, como la lluvia de ayer que anuncia las que vienen en Octubre.” Se rió. Vino Diógenes y se sentó afuera y me dijo que había venido a las 3 para llamarme para un mapacho pero nada. “Yo iba a acompañarte,” le dije, “pero me quedé seco.” Afila su machete y me dice algo en shipibo y sé que quiere tabaco. Se rieron. Momentos así me sorprenden. Se va y Mónica comienza a contarme sobre un carro blanco sin luces con 3 tipos dentro a altas horas de la noche, que entró por la propiedad abandonada en frente hasta el fondo donde

está el hueco de una piscina que nunca se terminó. Ella es una amazona, una guerrera y quería ir para investigar. Se viste de negro y ella y Plácido con sus machetes guardan su casa afuera. Los intrusos fuman, no hablan, entran en el carro después y salen. Si pasa más de dos veces hay que avisar a los vecinos y estar afuera a esas horas. ¿Algo ilícito estarán haciendo? Ella fue después a investigar, creyendo posible encontrar a un muerto en el hueco. Pero nada. Por mientras tenemos medidas para no provocar violencia inesperada. Hablamos de los vecinos y creamos posibles escenarios realistas si volviera a ocurrir. Se va, viene Mayco aburrido sin nada que hacer con ganas de tejer macramé. Llega Bill fuera de la casita para cavar caminos con una botella de plástico cortada c o m o buldózer y luego regresamos a mi casa con los dos chicos, ellos tratando de pisar mis talones y detenerme. Los dos exclaman, “Hace tiempo que no jugamos!” Les doy la razón. He estado mal de salud y gruñón.

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Nos instalamos en la hamaca. Viene Mónica y voy bajo el sol del mediodía a buscar el remedio con aguardiente. Me lo echa y refresca, parece que tiene efectos positivos. Sigo botando calor de la espalda. Ella va a probar echarme el líquido con una pluma de águila que tiene por ahí, ya que Diógenes le dijo que eso es bueno para echar aguardiente en el arco. La pluma también me da sus fuerzas. ¡Probemos! Zenia era preguntona en shipibo- “¿Tú tomas esa agua? ¿Tú duermes en esta casa?” Se fueron para preparar mi almuerzo. Mayco y Bill jugaban a tirar sus cáscaras de girasol bajo la parte frontal de mi camisa y distraerme entre síera divertido y después de levantarme, llovía cáscaras de semillas. Viene Zenia para llamarme a almorzar, ¡triunfante con su logro y liderazgo! Mientras almuerzo llegan visitas y los chicos me miran y hacen muecas porque ellos tienen que esperar. El calor ya es sofocante y con brisas que circulan pero no refrescan. Descansé flojamente como trapo en la hamaca. El cielo está profundamente

azul y las plantas marcadamente verdes y ese contraste con la iluminación del sol es belleza desde cualquier ángulo. Al nutrir la vista, nutrimos el espíritu. Vino Mónica preocupada que no llegaba Plácido para cerrarme la dieta. Teléfonos incomunicados - lo dejaremos para mañana. Los chicos se quedaron un rato más y se fueron. Me bañé con agua otra vez, sin jabón hasta terminar la dieta. Vino Diógenes cansado de su brazo por el trabajo con la pala pero avanza más que con machete y le gusta. Se queda sentado afuera para conversar un rato. Viene Paco para esperar a Milke que está atendiendo a una paciente. Hablamos largo rato sobre la vida, los amores y cómo él trata de cambiar de ser un loco irresponsable a ser pareja y padre responsable con su nueva pareja, ya que su mujer le dejó y viajó a Lima con su hija con otro compromiso. Él ha tenido que resignarse y comenzar a construir su propia vida a solas. Se van y me meto en la cama.

............... Preparando el Perfume

H

oy es domingo y temprano en la mañana vienen Pashco, Sheyla y Ronín a pintar y cantar. Luego vino Amelia para llevar el

balde de agua y sonreír a los chicos. Vino Plácido y fuimos a la casita para preparar las plantas para el perfume. “Por lo general,” me


dice, “uno sale temprano en la mañana para recoger las plantas.” Sacamos las hojas de las plantas y las pusimos en un pedazo de calamina para secarse al sol. “No puede verte ninguna mujer en donde escondes las plantas a secar porque allí se va todo su poder.” “¿Por qué,” le pregunto, “esta discriminación con las mujeres?” No me contesta en forma convincente. “Otros hombres pueden ver el escondite pero las mujeres no.” Luego de tener las hojas secas, me va a ikarar y arcanear, echa el polvo de las hojas al perfume que sólo es para mí. De allí las plantas me protegerán. Su propiedad es que te prueba a cada rato con tentaciones a tu alrededor. Tienes que aguantar, no rendirte y así su poder aumentará.Él regresó más tarde para completar todo esto. A las 2 cuando él termina de dietar me va a preparar un baño para curar todo después de bañarme con jabón y champú. Al regresar a mi casa, los chicos se han ido con Amelia y todo está en orden. Algo inusual. En la casita viene Milke de buen humor, prende las velas y prepara un cigarro de mapacho y ruda. Hablamos de sus proyectos e invitaciones y cómo organizar sus prioridades. Hablamos y al hacerlo entró un pájaro, voló, cantó y salió. Un amigo alcohólico y drogadicto le ha dicho, “Tienes que cambiar si quieres cambiarte,” y se ríe. El mensaje, y no el mensajero, es lo importante. Viene del universo.

Más tarde cuando estuve hablando con Lima por teléfono, vino Mayco con sus amigos. Salimos a recoger 30 pedazos de basura para poder sacar 30 fotos con ellos. Sus fotos van mejorando y esta parte de la propiedad está más limpia. Al rato vino Plácido y desempaquetaba sus plantas y las mías, ya secas. Frotó las hojas para convertir todo en polvo. Fue echándolo a mi perfume con un palito de fósforo y me mostró que cuando el perfume llegaba a cierto punto en la botella habría que echar más perfume para que las plantas se alegren. En la tarde va a ikararlo y a mí después del baño. Me dejó un poco de la mezcla para llevar conmigo a Lima para otros perfumes. ¡Plantas poderosas del monte! Se fue y al ratito vino Ronín para jugar y mostrarme su nuevo juguete. Me muestra la herida en su pie y la cargo por el camino caliente a mi casa y le curo la herida y luego la llevo a su casa. Pashco me acompañó en el almuerzo y quería ganarme pero no comió rápido. ¡Cuando yo terminé primero, se molestó! ¡Ja! Por fin me bañé con agua, jabón y champú- ¡qué ricooooo! En la tarde Milke y Pashco y yo pintamos en la casita, en una tarde fresca. Amelia había venido para ver el macramé y sacar ideas para una bolsa. Y me contó sobre la primera vez que tomó ayahuasca por error. Tuvo dolor de garganta y agarró un remedio

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por la casa y tomó una bocanada. Al rato sintió pesadez, sueño, miraba al techo y veía colores, un perro grande guardaba la casa. Probó otros remedios pero quedó igual. Después se enteró que una prima suya había dejado una botella de ayahuasca para refinar más y ella se había equivocado y tomaba ese remedio en vez del otro para la garganta. La ayahuasca la buscó a ella. ¡Ja ja!

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Estaba instalándome en mi casa cuando Plácido me buscó. Ikaró el balde de plantas con agua y mi perfume. Me bañé. Rico olor. Me echó huaringa a la cabeza, a las manos y a los pies, luego me sopló. Puedo tomar un poquito después de tomar ayahuasca para abrir la visión. Durante cinco días debo tomar un poco antes de dormir. Después, lo pongo en mi cuerpo en la noche antes de dormir. Si tengo mal sueño o algo me perturba, lo soplo, lo froto en mi cuerpo y tomo un poco en la noche y al día siguiente y ayuno hasta el mediodía. Me protege. Personas que no conozco me saludan en la calle. Son las flores disfrazadas. Dos mujeres siempre me cuidan - la sirena y la ayahuasca. En la casita de nuevo encuentro a Milke mirando los dibujos de Pashco y siente tristeza. ¿Por?

Por el viaje a Francia, por dejar a su mamá con toda esta responsabilidad, dejar a sus hijos, etc. Hablamos y se calma. Ha sido un buen día. Ayer al atardecer vino Plácido para echarme el aguardiente y la pomada. Va a estudiar qué tipo de arco es y si hay plantas que puedan aliviarlo. Me siento como objeto de estudio y prueba pero todos salimos beneficiados. Milke espera a su paciente y voy a la casita y saco agua florida y toalla para la supuesta ceremonia con el Curandero visitante y Diógenes. Con la luz de la vela, la cortina que hago se ve bella y enredada. Regreso a mi casa, la luna alumbra todo, y al ratito viene Karina con los tres hijos. Ronín se sienta a mi lado y habla. Pashco se me trepa y luego me pica como zancudo, yo les gruño, se ríen y huyen y por media hora estamos en ese plan. Karina está sentada afuera debajo de la luna dando de mamar a Niwen mientras me habla y yo juego con los chicos. Luego viene Milke y se van a la casa de Yarina. Me encanta esta vida acá. Nunca apareció Diógenes y voy a la cama. Antes tomo un sorbo del perfume con plantas.

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La Hermana de Diógenes

E

n la mañana después de organizarme, me encuentro con Amelia que me avisa que está cuidando a la hermana de Diógenes que llegó grave ayer, con el hígado duro. Le han cocinado hierba luisa y le han hecho un emplaste de piñón colorado y hoy era polvo por el calor que sacó del cuerpo. Diógenes tomó la purga y vio que son varias enfermedades. La mujer está sola, viuda, y no tiene hijos. Tiene susto y rabia entre otras cosas. Hoy amaneció mejor. Amelia comenta de cuántas mujeres en su familia se han quedado sin esposos. “De allí salen tantas mujeres guerreras amazónicas,” le bromeo. Esta prima le cuidó a Amelia cuando era chiquita y ahora le toca a Amelia cuidarla. ¡La vida da vueltas! La mañana está tranquila. Hoy quizás haya ceremonia con Milke después de mi dieta y curación, para ver cómo va todo. He perdido bastante peso y veo mi reflejo esquelético en la sombra del piso. Estoy en contacto con mi estructura básica. Mundialillo, arco rojo, gusanos de la muerte es la secuencia. Pulgas de Sheena. Los “médicos” acá tocan, examinan, conversan, cantan, buscan remedios, sueñan con el paciente, buscan plantas, explican cosas, preparan baños de

limpieza y florecimiento. Día a día con amor, chequean: ¿cómo has amanecido? ¿Qué sueños has tenido? ¿Estás triste? ¿Estás bien? Celebran los pequeños avances. Buscan causas no sólo físicas sino espirituales. Vino Mónica para la curación. El arco es así -va y viene. La hago reír cuando le digo sentir que tengo piel de cocodrilo o de serpiente que muda de piel. Vino Diógenes para conversar conmigo un rato. Quería ver mi tejido, dijo, pero en realidad quería venderme una tinaja hecha por su hermana para su mapacho y agua florida. Le dije que no tenía pero que me daría gusto mirarla. Tomó ayahuasca en la casa grande con Pancho ayer. Pancho perdió su ayahuasca refinada en la casa donde se hospedaba. Compró otra y la perdió en el camino. “Un tipo de shitana es la curandera que hace daño con la menstruación. Su poder viene de la menstruación de la mujer que contiene serpientes, bufeos, regorego que es un pájaro que come la flema del bufeo que nada en el río de sangre mala. El regorego tiene sierra en su cuerpo y mata si lo comes. Hay un pájaro de pico largo que si lo pescas en el aire es tuyo sin hacerte

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daño. Se llama tibe. Las shitanas lanzan balas, flechas, cuchillos para derrumbar a su opositor. Si tú dominas el alcohol, las mujeres, la menstruación y el aborto, entonces puedes llegar a ser meraya.”

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Hoy tenemos ceremonia y Milke quiere planificarlo bien y tenerme como su asistente. Luego quiere otra donde yo dirijo y él es mi asistente. Viene alegre con un sueño de persecución y libertad. Trae la tinaja para nuestra mesa. Es bella. Me informa que en la mareación te pueden colocar virotes o quitar tu visión. Creo que Milke ha visto cómo otros me explican las cosas y ahora está dispuesto a informarme porque ya voy entendiendo mejor. Esta es la parte que me fascina - entrar en la cosmovisión de los curanderos y aprender cómo y por qué hacen las cosas. Más tarde cuando estaba solo, vino Mónica para echarme el remedio del aguardiente. No tenía la pluma. Decidió soplarme y se mareó. Nos reímos de cómo la médica se beneficiaba del soplo. Después del almuerzo, por el calor y por la ceremonia de la noche, era casi obligatorio el descanso. Parece que va a llover. Hay truenos y las nubes oscuras se acercan amenazantes. Milke y yo hablamos brevemente de la ceremonia y mi rol allí. Arreglamos la

maloca y decidimos cambiar y poner las colchonetas allí de una vez. Mónica llega tarde y me echa la medicina. Me dice que va a estar de guardia mientras el resto de nosotros estamos en la ceremonia. Más tarde vienen Milke, Karina y los chicos a mi casa. Los chicos se quedan medio dormidos en el piso mientras hablamos de la sutil mareación de San Pedro y el pisco que hay que tomar con él versus la fuerte ayahuasca que requiere de mapacho. A Milke le gusta el pisco que va con San Pedro. Se retiran para acostar a los chicos. Hoy la prima hermana de Amelia que le crió cuando era chiquita dijo que Ronín es la copia exacta de ella. Ya lo creo y tiene su mismo nombre en castellano. Llega Milke vestido para la ceremonia. Vamos allá y sacamos el colchón grande y ponemos al hijo de Pancho a un costado y ponemos las nuevas colchonetas alrededor de la maloca. Ponemos la mesa con las shacapas y perfumes, etc. Salimos Milke y yo para prender fuego en la olla. Yo me equivoqué y ordené a la gente no fumar y debía haberlo dicho sólo para el momento de oraciones al iniciar la ceremonia. Milke me corrigió y salí “jalado”. Todos se ríen. Somos un grupo grande y la gente está ubicada según la gravedad de la dolencia. A las 9:35 Milke comenzó con la invocación a las cuatro direcciones soplando y con su oración Gracias Madre, Gracias Padre.


Nos mandó afuera. Yo estuve a cargo de esta parte. Uno por uno, comenzando con las mujeres, llegaron a la olla humeante que estaba en la tierra y había agregado algunos elementos para producir humo y les shacapeaba la espalda desde los pies hasta la cabeza con los brazos estirados como cruz- “Con esta poderosa shacapa te limpio de saladeras, boto a los males y las enfermedades,” y luego camino hacia la derecha y hago lo mismo en la parte frontal del cuerpo. Luego van adentro y Milke viene y sopla la shacapa con perfume y yo le hago a él la invocación sin decir nada. Yo soplo a la shacapa y él me hace el ritual. Tomamos asiento y me hace servir la ayahuasca a cada uno que se acerca a la mesa. Tres cuartos de copa o un cuarto de copa y una para él, según la persona. Apagamos las luces y esperamos. Sopla la mesa, me sopla a mí y a él mismo. Después de lo que parece ser un largo rato comienza a sisear. Me había dado un medallón suyo para protección y él lleva el collar de huesos de un maestro difunto. Cuando comienza a cantar yo le sigo como me dijo y comienzo a visionar cosas raras con cada canto. Ganan velocidad como un tren. Al final es rápido y calmante y apenas lo puedo seguir. Cuando canta en falsetto, no llego a sus tonos tan altos. Cuando termina me pide fumar un mapacho, por que él está un poco mal. Se cerraron las visiones para que no

cure. Está molesto. Hay un largo silencio y nada. A pedido de Milke, Diógenes sisea y canta y Milke me pide echar un poco de Kananga (receta original y con olor de fruta) en las manos de cada uno para frotar en su cuerpo. Él ora en la mesa, fuma, sopla y chequea conmigo a cada rato para saber cómo estoy. “Bien, mareado sin visión y con tendencia a bajarse.” “Vamos a enderezarnos e iluminarnos, poco a poco,” dice. Plácido y Diógenes cantan. Plácido está frenético y desordenado en su canto y Diógenes canta cada vez más claro. Comienza a llover un poco y voy afuera para meter en la maloca las cosas que dejé allí. Por fin, después de hacerme parar frente a la mesa, Milke me sopla con Kananga en las 4 direcciones y de abajo a arriba. Regreso al colchón y me pide sentarme, mirándolo. Me ordena fumar, tragando lentamente, cuatro pitadas al estómago y el resto normal. Marea. Comienza a cantarme y entro en un sudor por todo el cuerpo a pesar de que la noche ya está fresca y hay relámpagos, truenos y una ocasional lluvia. Pero yo estoy sudando a chorros. Él sigue y poco a poco el calor disminuye y me siento cada vez más liviano. Al final me dice que me ha quitado al tipo de Lima que me molesta, al brujo y al arco rojo. Algo salió y yo estoy sorprendido de nuevo. Me sopla la cabeza y me hace frotar mi cuerpo con Kananga. Estamos listos.

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Llama a la chica. La invita pararse frente a la mesa y me da la botella de perfume para echar en sus manos para que se frote. La sopla y me pide lo que yo veo. Sombra en la espalda, cadera opuesta de rodilla derecha mala, hombro izquierdo mal y su espalda. Tiene susto también me dice. La hace sentarse y le canta suave, desatando las saladeras mientras Plácido Y Diógenes cantan íkaros diferentes. Cuando termina, le sopla de nuevo, yo coloco la colchoneta y ella se echa. Le soba la rodilla con un ungüento especial y le dice que hay un daño presente, puesto por un brujo mestizo. Por fin a las tres y media más o menos termina con ella. Llama al hermano de ella y le sopla y le canta más brevemente. Tenía una capa negra alrededor de sí en la visión y se disipó. Los otros hablan y cantan. Hoy murió la esposa de un viejo pariente y en un momento, Diógenes, de todo corazón, cantó

uno de los íkaros del viejo y era bellísimo y luminoso. Yo ya estaba medio dormido y sentado. Por fin llamó al hijo de Pancho y le sopló con gasolina y yo eché perfume en las manos de todos para que froten de nuevo sus cuerpos. Echó perfume al joven y cantó un nuevo íkaro que nunca había escuchado antes. Terminó soplándolo y a mí. Hizo la oración final mientras preparaba las tres velas largas frente a la mesa y prendí el fuego de la olla con palo santo. Nos echó a todos el “shimishimi” que es perfume de cuatro plantas para la buena suerte, trabajo, amor, etc. Y allí terminó todo. Mientras la chica estaba en curación llovió fuerte y bajó la temperatura. Limpieza para todos cantó Diógenes. Fue una ceremonia larga. Fui a dormir a las 4:30 a.m. Al participar torpemente como ayudante aprendí muchas cosas y entendí aspectos que antes me habían sido confusos.

............... Después de la Ceremonia

M

e desperté a las 6:30 con calor y me levanté para organizarme con algo de sueño, mareado todavía. El día se abre perezosamente y al instalarme en la casita, el gallo canta alrededor de allí,

alegremente. Es un día nublado con brisas. Regresé a mi casa a las 9 para descansar y vino Mónica para echarme la pomada. Me dijo que se había quedado con dolor de cabeza ayer después de haberme soplado


con el aguardiente. ¡Resaca! Hoy lo aplica con algodón. ¡Ja! Me fascina su manera de cuidar, algo que la profesión médica ha perdido. Es como tener un masaje suave en la inspección y firme en la aplicación. Comenta lo que ve y piensa. Es optimistaconversa de las cosas, las personas, cuenta historias, se ríe bastante y a pesar que debe ser una interrupción en su rutina, nunca me da la sensación de fastidio por tener que hacer esto o apurarse. Consulta y aclara con Plácido y su mamá. Me siento relajado y bien atendido después de sus tratamientos. Plácido también pero es más apurado y formal. Es un día perfecto para descansar y tenemos otra ceremonia en la noche. Lo interesante para mí es que al ser ayudante de Milke, estar alerta a sus pedidos y sentir su energía, es casi inexplicable cómo estamos conectados de alguna forma. La medicina canta a través de él y es una energía que jala dentro de su mundo y te lleva por caminos insólitos y fuera de lo consensual. Es casi algo extraterrestre. La energía del canto es sobrehumano pero no puedo explicarlo con palabras. Es como estar conectado al universo de las plantas y las personas en una gran máquina natural que incluye mundos sobre mundos, sobre mundos en un instante. Esto, además del

trabajo que hizo conmigo, me dejó extenuado hasta hoy. Vino Milke y hablamos poco. Ha sido una tarde de descanso y quietud. Vinieron los chicos y los despaché hasta mañana. Muchos han ido al entierro de la tía abuela y Milke duerme para no ir. El pájaro rojo está en el árbol de la guava al lado de la casa. No le he visto en varios días. Milke me dijo que cerró anoche sin visión. Quienes cerraron nuestra visión eran aquellos que habían hecho daño al hijo de Pancho. Mónica y Diógenes vinieron a mi casa para examinarme, tocarme y deciden probar la resina de sangre de grado porque han salido nuevos chupos. ¿Cuándo acabaré con esto? Me baño con agua fría y es soportable porque siento calor, aunque no lo hace tanto. Mónica me echa el aguardiente primero. Luego la sangre de grado. Parezco un guerrero cubierto en sangre o “un vampiro para los brujos” bromeo. Luego la pomada. Me he graduado de un remedio a tres. Milke había visto y quitado algo del arco ayer en la ceremonia. Me meto en el mosquitero para estirarme y descansar antes de la ceremonia.

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Siguiendo el Proceso de las

A

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las 8 p.m. bajo la luz de la luna llena que ilumina todo sin necesidad de linterna, vinieron los pacientes de Milke. Fui a saludarlos y a prender vela en la maloca y hablar con el hermano más que la hermana, Mixi, que era parca y retadora en su voz. Milke les está ayudando mucho, dice el hermano, aunque al comienzo no creía en estas cosas. Ahora sí. Regreso a mi casa y al rato viene Milke y regresamos a la maloca. Ponemos la mesa, y me dice que seremos sólo nosotros porque Pancho y Diógenes van a tener ceremonia en la casa grande para curar a la hermana de Diógenes que sigue con sus problemas del hígado. Vació la olla, puso carbón con palo santo encima y prendió fuego afuera. Milke habla con el muchacho que abre su problema. Me llama para ayudarlo emocionalmente como psicólogo y acepto pero en otro momento. Acceden y siguen hablando. A las 9 le aviso que el fuego está listo, me ignora y saca a Mixi afuera para hablar. Ella se había molestado porque no matamos a una araña cercana que come cucarachas y hormigas. Ha sido niña petulante y mientras Milke habla con su hermano, ella teclea furiosamente mensajes en su celular. Finalmente él me pide ahuyentar a la araña y no matarla. Sí,

señor. Dicho y hecho. Plácido ha venido con sus dos primos y no hay casi nada de ayahuasca. Al ratito viene Mónica para dejarle a un Roy mudo y cargado. A las 10 comenzamos y esta vez con cada uno mirando a la olla humeante que resucitamos con palo santo, les shacapeaba y decía algo como “Te voy elevando, te voy abriendo, abriendo tu mente, abriendo tu corazón, quitando saladeras.” Esto después de decirme su nombre y extender los brazos. Entran y Milke me sirve ayahuasca con algo de Kananga. Lo mismo para Plácido y su primo y él toma poco y puro. Abre la sesión y al ratito vienen a buscarlo. Pancho está un poco mal en la otra casa y lo necesitan. Me pide encargarme de cantar a todos. Regresa en 20 minutos. Yo había guardado silencio y los sonidos y la quietud de la noche eran palpables. La noche anterior había sido cargada y bulliciosa. Esta era su antítesis. Al rato con su permiso y con la shacapa canté “Escucha el silencio de la noche en tu corazón y alma” y era una invocación de convertir sus males en oportunidades de crecimiento y autoconocimiento. Me dirigí al universo dentro de cada uno como un viejo que habla con jóvenes.


En algún nivel escucharon y aunque Plácido y su primo hablaron y sisearon al final, se quedaron callados por la fuerza del silencio. Al rato, llega Milke y se echa boca abajo sobre la mesa frente a mí y comienza a sisear. Mi fantasía es que lo hace para la Madre Tierra y la mesa misma. Luego me explica que va a cerrar con Mixi hoy, arcanearla y mandarla a su casa y que será con cantos suaves. La llamé, ella se echa boca arriba sobre la parte de la mesa donde él se había echado. Él se echa perfume y luego le sopla a ella y me hizo poner un poco en las manos de los participantes. Luego comenzó a cantar en falsetto una canción de su madre que yo había escuchado la primera vez cuando recién los conocí hace 5 años. Se abrieron las visiones lentamente. Después, la sopló y terminó con ella frotando el perfume en su rodilla dañada. Dijo que había visto a Tito que está haciendo un nuevo disco y que le ha invitado a cantar y que está muy bello. Riéndose, se burló del curandero del norte que me hacía daño, diciendo que ya se fregó. Tanta maldad habían hecho conmigo y querían verme muerto. Estoy sorprendido, y respondí “Dónde di bondad recibí maldad.” Llama al hermano que también se echa y le sopla humo de mapacho. Amelia ha venido y se sienta cerca de la mesa soplando humo a Mixi primero y luego conversando en shipibo con Milke en la tranquilidad de la noche. ¿Su rendición del canto de ella la

trajo? Es posible. Sus voces son susurrantes, no invasoras, como una brisa en la noche. Él canta al muchacho, escucho, no visiono y en un momento coloca una mano en mi cabeza, mis hombros y mi pecho mientras canta. ¿Será para conectarme con el chico para hacerle terapia? No lo sé. Después sopla con perfume a los dos. Llama a Roy y le sopla fuerte de la cabeza a los pies y de los pies a la cabeza sin cantarle. Me avisa que va a soplar a Diógenes y que yo me encargue de la mesa, shacapeándola, limpiándola y preparándola para cerrar. Se va e inmediatamente Plácido, que estuvo dormido, se despierta y entra y canta a cada uno de sus primos. Yo sigo con la shacapa y en unos momentos acompaño y en otros no. Por fin paró y yo fumo un mapacho para soplarme y soplo a la mesa y a la maloca. Plácido quería cantarme con el perfume de huaringa pero como ya no estaba mareado, lo dejamos para otro día. En el silencio de la noche varias veces escuchamos el canto de un pájaro que le hizo reír a Milke, anunciando su muerte. “Al final del día morimos,” dice, “y renacemos en el nuevo día.” “Y el tránsito,” digo yo, “es el sueño.” “Entonces la muerte es un sueño.” “De alguna forma, sí.” Salió de nuevo y vino al rato y me pidió prender las velas. Tenía un sólo fósforo pero lo logré. Echó el perfume de plantas en las

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manos de todos los parados y allí terminó la ceremonia a las 2:30 a.m. No estaba agotado, sino relajado y contento con el flujo de la ceremonia. Al despedirme y salir

El Entierro

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me quedé impactado con la luna que era de un color anaranjado oscuro como en otoño y perfectamente redonda.

iógenes llega en la mañana para examinarme y me dice que los chupos nuevos de la espalda han desaparecido con sangre de grado y que hay que continuar. Hice mis cosas de forma relajada y no agotada y la mañana pasó volando. Viene Amelia con fruta en la mañana y dice que van a enterrar a la tía hoy y que el velorio fue ayer y tuvieron que buscar el ataúd, hacer el papeleo y pedir al guardián del cementerio cavar la fosa. “Sería más fácil como antes cuando se cavaba la fosa, se enterraba al cadáver y los árboles crecían encima. Ahora la burocracia ha ganado al luto a nivel mundial.” Más tarde vino Mónica para examinarme y consultó con Milke que dijo seguir con sangre de grado. Deja una sensación de costra tiesa en el cuerpo y todo se tiñe de rojo. Almorcé y regresé para descansar, medio mareado todavía y visionando. Vienen los chicos para fregar y lo dicen así. Jugamos

y es físico. Pero comenzó cuando les pedí no tocar la mesa en la casita y lo hicieron a propósito. Los boté y comenzaron a malograr la puerta y la tela metálica. De allí se degeneró en golpes entre ellos y yo, tirando cosas, torcer y jalar partes corporales, robar guavas el uno del otro. Poco a poco cedo y juego con ellos pero cuando llega al punto de hacerme daño, me retiro y se van. Hay días cuando son mis pequeños atormentadores y me hincan a moverme y no ser tan saco de huesos, aunque a veces termino con el cuerpo adolorido. Pueden ser dulces y pueden ser crueles. La tarde pasa lentamente y en la noche viene Karina con los chicos para traerme mi ropa limpia. Me informa que Milke está en ensayos porque tienen concierto en una comunidad el fin de semana y ya les han pagado con anticipación. El entierro de la tía ha sido hoy. Era la esposa del tío que Milke trajo acá y que contaba tantas historias.

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Cosas Cotidianas

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e desperté descansando entre sueños al sonido de alguien barriendo por la casa grande y el altoparlante del barrio anunciando cosas de Alan García y avisos publicitarios. Es curioso. Cuando ya caminé por el sendero a la casita y grité en voz alta que nadie quería escuchar estas cosas a las 6:30 a.m. todo se calló y podía gozar del silencio. Los chicos me dan el alcance. Necesitan papel bond para tomar dictado en el colegio. Comentan que han comido pato en la mañana y me preguntan lo que me gusta y si yo cocino. Sacamos el papel, me dan un abrazo y se van corriendo. Más tarde viene Milke con mi chapo y me dice que es la Kananga que me ha retardado la visión hasta ayer en la tarde y todavía me siento medio ido. Voy a mi casa a sacar la primera capa de sangre de grado. Mi camisa, las sábanas y la toalla son testigos de la batalla. Todo se ha quedado teñido de rojo. Amelia debe creer que estoy famélico porque me ha

traído montones de fruta. Gracias. En la casita Mónica me dice que todas mis heridas se están secando. Echó el aguardiente y sangre de grado. Me pide prestado 30 soles para sobornar a un policía para que no lo lleven a Roy al ejército, donde se malogrará. Varios me deben dinero, incluso Milke que no ha reemplazado lo que me debe por el préstamo en Lima. Si no me devuelven el dinero, tendré que irme pronto por falta de fondos. Mañana la orquesta viaja a la comunidad para su concierto. Más tarde pasó Diógenes con sus hermanas y fuimos a la casita para ver el macramé y se entusiasmaron. Al ver los instrumentos y las pinturas de Milke hubo un tipo de reverencia en sus voces como si él fuera la promesa de su pueblo. El tiempo y la experiencia lo dirán. Son las 6:20 a.m., estoy en mi rincón de la casita mirando el ascenso del disco rojo del sol. He estado aquí desde las 5:15. Me acosté a las 3. ¿Qué pasó?

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Un Encuentro Inesperado

A

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las 10 p.m. me llamó Milke, quiere que vaya a la casita para una ceremonia con Manteca y Paco. La luna estaba llena y yo había estado bien dormido. Nos instalamos, él y yo en nuestro lado de la cortina y ellos en colchonetas al otro lado. Usamos la mesa como altar. Prendimos la vela, fumamos y comenzamos a hablar de nuestra forma de curar. En el caso de Manteca, es que sufre del corazón y sobrepeso, es cuestión de agarrar su ánima e ir hacia atrás en su historia y reconstruir su afán por la comida. Sin darse cuenta seguirá comiendo pero menos para ir perdiendo peso. Es una curación sin esfuerzo y sin tener que hablar con el paciente. Con Paco, su separación y amor por su ex -mujer tendrá que sentir lo que ocurre y cambiar su ánimo allí. No sé qué pasa pero comienzo a hablar y doy una clase maestra sobre el cuerpo, el sentimiento y el abrirse a los vaivenes de la vida. Mientras hablo, Milke me acompaña con la nueva cerámica y la flauta, como si lo que yo hablara fuese un íkaro. Los chicos se quedan dormidos o se echan y escuchan. Lo que sale de mí es global y para todos. Todo fluye como una síntesis de estos viajes. Milke me pregunta sobre una situación suya y luego cortamos. En la

oscuridad de la noche, a la luz de la vela solitaria, él lee oraciones de su libro donado por su maestro Pepe, y podría ser un ritual tan antiguo como moderno este cantar al universo, a los dioses, y a los santos de su preferencia. Me siento transportado a través de los siglos con la escena. Termina. Dice que la mesa pide ayahuasca pero decidimos seguir cómo estamos, que es estar bien mareados. Él sopla la vela y la oscuridad es repentina y envolvente hasta adaptar los ojos a la penumbra de la casa y la noche luminosa. Sisea y canta muy bonito, muy personal e íntimo. Lo grabo. Después de un tiempo me pide ir con él afuera. Vamos hacia la maloca y hablamos largo rato sobre las relaciones, las tentaciones de las pacientes, el rol del terapeuta, el mezclarse o no en las historias de otros, el diferenciar entre los dilemas de los pacientes y de uno mismo. Cada uno habló desde su punto de vista. Regresamos a la casita y espontáneamente me hago cargo de la ceremonia, siseo, canto, silbo, toco shacapa y todo junto. Todos se quedan dormidos. A las 2:30 me voy a mi casa para tomar agua y dormir. Pero me echo en la cama y escucho los cantos en la casa grande de


al lado, donde Diógenes y Pancho curan a las hermanas. Acá estoy, fresco de mi ceremonia que construimos con Milke entre hablar, tocar música, cantar en medio de la selva en una noche tropical donde escucho a los grillos, sapos, perros, y cantos de los curanderos. Es un sueño. En algún momento me duermo y me despierto con silbatos rítmicos. Me desperté a las 5 con siseo y fui a la casita donde encontré a Manteca y Paco que estaban por salir, tratando de arrancar el motocar de Paco. Amelia vino al rato para saber de la plata que le había dado a Milke para las compras y él se la

dio. Van de viaje mañana a la comunidad y el resto de la familia se queda acá. Mónica me ha raspado con las cortezas mezcladas de laberintito, piñón colorado, amasisis y sal, como sacando la piel y costras. Cuando esto se secó bajo el sol, tenía la piel teñida de rojo con sangre de grado y por el ardor, sé que está funcionando. A la hora del almuerzo devoré la comida. Milke me acompañó y dijo que en la ceremonia ayer vio que me invadieron varios maestros y era como si ellos hablaran a través de mí.

............... Los Líos del Concier to

S

e van Manteca y Plácido que habían estado por la cocina tratando de arreglar cosas para el concierto. Milke y yo hablamos de cómo se deja interrumpir por este concierto cuando tiene que pintar cinco cuadros y prepararse para ir a Francia en dos semanas. Dice que el contrato lo hicieron sin él y está mal remunerado pero pagado con anticipación, también a los músicos. Él no quiere ir y va a avisar a la orquesta y poner todo a cargo de Manteca, su nuevo administrador. Es un conflicto que tiene que

ver con la separación y el acoplamiento, el querer irse y quedarse. Después de un breve descanso en la hamaca, fui a la banca de la casita donde Mónica me bañó el torso y los brazos con su preparado. Era delicioso, refrescante y echado con firmeza como para sacar las costras. Luego a secarme en el sol. Por fin echa sangre de grado fresca que sacó de su árbol y arden las heridas. Hoy agregó limón a la mezcla.

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El calor continúa a pesar de los truenos en la tarde. Para las 6 Milke sabrá si viajan mañana o no. Si no viajan, hay ceremonia en la noche. Mayco vino para curarse de una herida. El calor pesa, los chicos lloran, los padres entran en conflicto, ¿irse a la comunidad o quedarse? En la oscuridad de la tarde parece que quiere llover. Milke se para frente a la cortina de macramé, a este lado y los demás de su equipo de la orquesta en el otro, como habíamos pensado. Él me comenta de su decisión de quedarse. Habló uno por uno con los miembros de su grupo, sacó su sentir y luego con todo el grupo. Aceptaron que Manteca será el encargado. De paso afirmó los méritos de parar, centrarse, focalizar y redefinir prioridades. Y los beneficios para todos al asumir el liderazgo compartido y relaciones integrales. Hablamos de la necesidad de tener contratos claros, con cláusulas precisas para proteger sus intereses y la calidad. Debe incluir pasaje de ida y vuelta, comida, el 7 por ciento de impuestos, la mitad del pago por anticipado y la otra mitad después, con el compromiso de por medio. Milke me va llevando cuidadosamente a los temas que hemos hablado entre nosotros para comunicarlo al grupo. Ahora viene el clímax - la realidad. Claro, todo está muy bien pero hay un problema. Tienen que pagar alrededor de 1000 soles

para sacar el sonido para el concierto y deben viajar mañana sábado. ¿Si yo les podría prestar? Les digo que “No” de frente y les explico mi situación y clarifico frente a todos, con Milke presente, que ayudé con la deuda de la cerveza, con el teclado y su alquiler, con dos semanas y media de estadía en Lima y que me he quedado sin nada. Me mira, sonriendo, y dice, “Está bien. Vamos a buscar por otro lado.” Y todos se van así de golpe. El mensaje quedó claro. Fui para mi casa y me bañé. A las 5 me buscó Mónica, y fuimos a la banca frente a la casita. El sol es espectacular al ponerse como bola roja. Boca abajo me echa el agua roja de las plantas y su resina y me raspa la espalda y los brazos como si me estuviera abriendo una gran herida. Ardor. A la vez la firmeza era un masaje profundo de músculos de la espalda que no suelo poder tocar así. Hay bastante dolor en mi espalda que ha salido como arco iris rojo y me curan bañándome simbólicamente en sangre, dejando al cuerpo teñido de rojo. La sangre de grado arde cuando entra su resina en los poros abiertos de las pequeñas heridas, especialmente entre los omóplatos. En el pecho arde menos y es la primera parte que sanaron porque las heridas allí eran grandes y carcomían desde adentro. Ha sido una curación de corazón a corazón. Todos se involucran


y los encargados eran los guardianes de la salud, día a día. Las ceremonias de limpieza, los baños de limpieza, la dieta, las ceremonias con Milke, enfrentar a los brujos que hacen daño y eliminar su poder - todo esto es un gran drama soñado que cura mi

espíritu, aclara mi camino y me ilumina más. Primero el corazón y la parte frontal, y luego la espalda y la sombra, el inconsciente, lo no eliminado. El arco contiene su solución que es la curación.

............... La R elación con las Plantas

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stoy en la casita de la curación creativa. Más que nada han sido las plantas en manos de quienes las respetan y las cuidan y las veneran que me han curado día a día. ¡Como no estar agradecido! Cuando vino Mónica para el baño de curación le dije de algunas cosas que iba descubriendo. Ella me dijo que hay que pedirle su medicina a la planta. Hay que decirle que no la vas a dañar sino recoger sus hojas para curar a una persona determinada y que serás su doctora. Recoge la hoja y al chapearla, le habla y le pide su ayuda, como doctora de

la planta medicinal que es, que le ayude a curar a esta persona, que la guíe y acompañe como medicina y médica. Bill quería saber con quién hablaba y ella le explicó acerca de las plantas. El agua de hoy ha sido preparada por ellos dos. “El primer día me raspaste como si estuvieras preparando al pavo para el horno, ayer era como raspar ollas y lavar ropa, y hoy ha sido como chapear la hoja,” le bromeo. Tres toques diferentes. Me dice que tuvo un sueño la otra noche en que una planta me curó y preguntando, preguntando, su tía le indicó que sí, efectivamente servía. Fue, investigó y es con esta hoja que me está curando. Con esta relación amorosa, respetuosa y cuidadosa con las plantas, recibe el poder y la fuerza de las plantas en su curación. Alguien que no hace esto no es tan efectivo. La relación con las plantas y la tierra es

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esencial para tener éxito en este tipo de tratamiento. A fin de cuentas, Milke va a viajar con su grupo porque la población lo espera y a su orquesta también. Está amarrado y a cumplir, se ha dicho. Es su proceso. De regreso en mi casa, esperando el almuerzo, viene Mayco protestando que Pashco es un ratero, que le ha perdido canicas en competencias, que hay plumones sin tinta. Yo le respondo que quien no viene a pintar, excepto de vez en cuando, va a encontrar cambios en los materiales usados por quienes vienen con más frecuencia. Llamo a

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Yara que vino a recoger su sobre que Lidia le mandó de Lima. “Seguro que es plata,” dice Mayco. Se van para investigar. Él me había enseñado: “Kawe Rama Bira Kay” que significa, “Ya voy” cuando me llaman “Piwe” para el almuerzo. Lo repetí a Karina en la cocina y se rió. No sabe si Milke ha viajado o no. Mira mi ropa y me pregunta, “¿Qué pasó?” Y aunque Amelia compre lejía no sacaremos muchas de las manchas de la sangre de grado. “Será mi ropa sangrienta de batalla que he liderado y ganado contra los brujos interiores, la negatividad y las energías que me bajan hacia las sombras.” Este escenario de la muda de piel ha sido real y mágico a la vez.

............... La Curación Incluye a los Niño s

E

n el baño de la tarde, Mayco, Yara y Ronín van a la banca afuera, debajo de la cual la tierra está teñida roja. Les digo que es sangre de los rateros maleantes. Yo les pateaba porque habían invadido el terreno. Ya no están y voy ganando la batalla al cerrarse las heridas abiertas que me habían dejado con sus flechas y virotes. Me miran de reojo. Día a día agarro nueva fuerza y ánimo y día a día se ilumina un pedazo más del rompecabezas del cambio

que estoy viviendo. Regresaron con guava a mi casa. Yara comió y guardó las semillas en la cáscara. Ronín devoraba con la boca llena y las semillas regadas por el piso. Aprendió a tirarlas afuera. Mayco y Yara jugaron, pintaron, y Ronín comía y tomaba agua como pez fuera del agua. Me desperté temprano con el sonido de truenos y voces. No hubo ceremonia anoche a pesar de tener una parte mía casi en vigilia.


¡Sin embargo esta mañana al ir a la casita encontré tres shacapas en mi mesa! No le escuché cantar a Diógenes anoche. Esta mañana me avisa que ha trabajado tres días para la deuda y me debe un día pero quiere regresar a su comunidad para atender a su madre porque no la puede dejar por mucho

tiempo y ya las hermanas están mejores. Sólo tienen que seguir la dieta. Ha luchado duro con todas las enfermedades que les aquejaban en estas noches pero ya venció. No me invitó para que no me pasara nada que pudiera afectar a mi propia curación.

............... Sigue el Drama del Concier to

T

otal, los chicos de la orquesta no viajaron. No podían sacar la consola de música porque esperaron hasta el último minuto. El jefe de la comunidad les informó que les esperaba hasta las 8 a.m. del sábado o se cancelaba el concierto y les exigía devolver el dinero ya adelantado. Milke no quería hablar con el jefe de la comunidad y Plácido lo hizo. Ya han pagado a los músicos y las deudas pero … es una nueva deuda y no tienen fondos. A menos que den un concierto en beneficio de ellos mismos y en vez de cobrar, ponen ese dinero en un fondo intocable. Deben tener un fondo extra que no tocan excepto en caso de emergencias, DESPUÉS de pagar sus deudas. Recuerden, les quiero decir, a Tocache y el afán de dinero fácil. Cuidado con la imagen que van dejando sus actos como grupo improvisado

informal y artesanal. Pero, bueno, es su realidad y así están las cosas. Vienen Milke, Karina, Pashco y Niwen. Milke se va a la casita y yo me quedo con los otros un ratito. Pashco protesta que Mayco ha dibujado encima de su dibujo. Le digo que los materiales de la casa son para todos y si quiere que no pinten en sus cuadros que se los lleve o los esconda en un lugar seguro. Me queda mirando y después me anuncia que él no ha dibujado ese dibujo. Le digo que una parte sí y otra parte no y es un dibujo compartido entre todos. Se van y yo me retiro a la casita donde Milke habla con Diógenes y luego le lee una oración de limpieza de todo lo que ha cargado en las ceremonias para que vaya a su casa libre y limpio.

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Las Oraciones

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stas oraciones son una mezcla de catolicismo, animismo y fantasía. El acto de leer eso a alguien como parte de su limpieza es un tipo de canto y acá en este lugar apartado con la música del viento en las hojas, el momento es especial. Las imágenes son terroríficas y con pedidos de protección, dirigidos al mundo del cielo y del infierno. “La cruz es mi refugio” se convierte en letanía.

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Pero después viene lo real de todo esto. Milke me habla y comenzamos a dialogar después de su oración. Él me ha soplado y hablado, dándome instrucciones en shipibo para que pueda cantar. Voy tejiendo la conversación en la cortina curativa de macramé. Luego se quedó hablando con Diógenes sobre el significado de objetos antiguos de la cultura. Diógenes le muestra una piedra redonda con hueco en medio con la forma de una chakana a su alrededor. Así era cómo hilaban algodón antiguamente. Y mientras hablaban de eso yo ataba nudos hacia la mesa de Milke. Comencé a sisear mientras trabajaba y él agarró la idea y cuando terminé, me senté en el piso frente a él con la grabadora mientras él siseaba un canto que me llevó a otros mundos.

Era parte de la naturaleza en su ritmo y susurro. Es sutil y abre los sentidos. El silencio después se puebla del canto de los pájaros y los sonidos de la mañana. Luego se levanta con el perfume que había ikarado con su siseo y sopla a las 4 direcciones y a su cuerpo. Conversamos después, fumando mapacho. Toco la zampoña al hablar ellos como música acompañante y ahora Milke toca flauta. Primero la prueba, y descubre que no está lista. Tiene que limpiarla con perfume y va con ella afuera para hacerlo. La quena es estacatto y atonal en su sonido. Le pregunté sobre su flauta indígena, la sacó, la limpió y la tocó con delicadeza y belleza - ¡vuela esa flauta! Agarro las tres shacapas juntas y comienzo a tocarlas con un sonido susurrante y luego agrego un siseo acompañante. Diógenes se echa y se queda dormido. Milke sale para dar el encuentro con Harves. Llega Mónica para darme mi baño afuera con ese público y sus comentarios. Milke bromea y dice que la próxima vez me van a poner en agua hirviente. “Y van a cavar un hueco al fondo de la propiedad y enterrarme allí,” bromeo. Entre ellos, esta presencia colectiva en la curación es natural. No es


privada sino pública y toda la comunidad se involucra en la curación de mis heridas que son sus heridas también. Me seco en

la brisa y Milke toma fotos de Amelia y yo jugando a que me amenace con su machete. Es gracioso el momento.

............... La Comunidad Cura

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o logro ponerlo en claro todavía. Las heridas tienen que cicatrizarse y cerrar, botar sus costras y pelarse hacia nueva piel. Nada nuevo ha brotado, todo está en proceso. Hay que continuar un poco más. Hoy día expandimos nuestra mesa para incluir más instrumentos y perfumes, para tener una sensación de un espacio más abierto. En el almuerzo le digo a Karina que últimamente su sazón me da ganas de devorar la comida. Y se ríe. Tener a la comunidad alrededor mientras te cura

uno de ellos les ayuda a ver, recordar y sentir cómo es ese mal y aprenden acerca de los remedios que funcionan. Y me ven abierto y vulnerable frente a ellos. Miran, observan de cerca, tocan, comentan con el afán de ayudar y alentar en la curación. Es estar expuesto y con suficiente confianza con ellos para ponerme en sus manos y métodos y observar qué pasa. Esta vez he tenido que ser observador hacia fuera y adentro al mismo tiempo.

............... Como R esol ver Conflictos, a lo

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n la mañana Milke me contaba que antiguamente un insulto entre ellos les llevaba a llamarse a pelear con el instrumento que antes habíamos investigado.

Era para ver quién es quién. ¡Yo que soy contestón y retador tendría que pelear con otro que era así también para ver quién ganaba!, bromeaba.

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Al rato vienen los chiquillos para escoger los dibujos que quieren que lleve a Lima. Diógenes me informa que se queda una semana más para asegurar la curación de sus hermanas. La ayahuasca ha subido de precio, así que ya están comprándola en bolsita plástica y no en botella como antes. Para la piel, diarreas y cáncer cervical usan casho, guayaba, almendra, sangre de grado después del baño de piñón colorado, lanzatillo, tabaco y sal.

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Después de despertarme temprano e instalarme en la casita, vinieron Milke y Diógenes con un aparato ingenioso hecho de madera liviana para llevar alrededor del cuello. Es un aparato que usan para cazar pájaros con dardos pequeños y un recipiente para el veneno. Sacamos fotos, hablamos de su utilidad y luego Diógenes escucha al disco de los Shipis en el discman. Milke me dice que piensan cambiar el nombre de su hijito porque no les gusta los nombres que le han puesto y tendrán que cambiar los registros. Mónica me llama afuera para mi baño con plantas y me da frío.

Nos preguntamos quiénes habrán sido las primeras personas que descubrieron esta combinación. ¿O habrán sido las plantas mismas que les han enseñado esto a través de sueños y visiones? Regreso a la casita y amarro las tres nuevas shacapas y las decoro. Hay algo de lluvia y brisa. Ha venido Milke y está soplando la casa con Kananga. Rico olor. Y se la echa. ¿Qué tal? “Allí vamos, allí vamos.” Viene su mamá y le llama. Sale afuera y conversan largo rato. Regresa y lee sus oraciones y luego lo hace en shipibo. Me enseña una canción, una que nos salvará en momentos de extremado cambio climático y dará ánimo a otros. Según los viejos, esto del calentamiento global ha pasado antes y la naturaleza protesta y crea un tipo de limpieza. Los incas, los merayas y los shipibos son llamados a curar. Hablamos de nuestros sueños y le hablo de lo que me va dando vueltas que es irme de Lima, luego a Hawaii unos meses y luego de regreso a la selva para meterme más. Él me comenta la historia de cómo salvó a su maestro en Lima y cómo su maestro lo salvó a él.

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Los Líos del Concier to

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oticia de último minuto. Milke está denunciado penalmente por no haber ido a dar el concierto el sábado y por haber cobrado 2000 soles de la plata y no tener cómo devolver el dinero en este momento. Ahora tiene que ir a ver cómo arreglarlo y si la policía lo asusta más o si él asusta más a la policía. Vaya lío en el cual se ha metido. Que lo resuelvan. Los muchachos no querían ir. Milke regresó a las 7 y pidió mi celular para hacer algunas llamadas y buscar la solución a su problema del cual no quiso hablar. Fuimos a la casita antes de las 8 porque se sentía inquieto y quería hacer algo ya. Llegamos y nos instalamos. A la luz de dos velas y la silenciosa oscuridad de la noche comencé a shacapear y luego sisear hasta convertirlo en una letanía de Gracias Padre, Gracias Madre. Luego con el perfume, fui ikarando el lugar con un susurro rítmico. Le guié a ponerse cómodo, atenderse, meterse dentro de sí y luego a mirar sus cuadros, hablar con ellos, en sus partes y la totalidad como pintura y cómo el mundo de los cuadros. Y en ese flujo se fue abriendo y elevando en su consciencia. Se quedó visionando y yo seguía con la shacapa, el siseo, el canto y el perfume porque así estaba, energético y lúcido.

Decidió enderezarse y cuando terminó de hacerlo, asumió su parte de la ceremonia. Enderezarse para él significó echarse y dormir. Antes de esto cuando yo estaba siseando al perfume, Amelia y una de las hermanas de Diógenes llegaron para avisarnos que vieron el alma de Roy que pasaba hacia su casa. Le escucharon hablar adentro pero cuando fue a investigar su mamá, la casa estaba con candado. ¡Trulululu! Y así fluyó la noche de conversación en conversación con ejercicios. Milke sopló con perfume y yo terminé con la shacapa y Gracias por la noche, etc. Fue una buena ceremonia y dormí bien con bastantes visiones. Me desperté temprano a una escena surrealista de neblina que cubría todo. Los pájaros cantan raudamente esta mañana. Milke llega al rato a la casita con su hijito. Se siente cansado y sin ganas de hacer nada. Pidió usar mi celular. Decidió mandar texto para la firma de un acuerdo con el señor de la comunidad y no salió. Felizmente Mónica esperó hasta que saliera el sol para echarme el agua del baño que era refrescante y relajante. ¡Me tengo que reír con los efectos de esta resina en mi piel que me deja como ciruela! ¡O con piel de cocodrilo! Milke al

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despertarse me dice que su sueño le aclaró la pintura en sus cuadros. Le interrumpen y no puede decidir si atender o no. Atiende a Chato y Harves. Después del almuerzo me pregunta en la casita sobre mis dibujos y cómo estoy y lo que voy aprendiendo de

todo esto. Me parece interesante su forma de crear. Cada vez que va a comenzar a pintar se deja interrumpir, sale y hace cosas, y cuando ya siente la presión encima, deja todo y se mete mucho, y avanza a paso rápido y decidido.

............... Más Información

N 232

o hay ceremonia, duermo temprano y sueño que le debo pedir a Milke que me sople. En la mañana cuando él llega energético a la casita, antes de salir, le pido soplarme y así lo hace con mi Kananga, frente a la cortina. Me siento mejor después. Me indica que cuando llegue a su altura de fuerza podré soplarlo porque no hay quien lo haga. Hay que soplar para que tu fuerza y el perfume saquen el mal del cuerpo y pueda liberarse hacia arriba. Hay que practicar primero con agua. Si usas instrumento o algo que está guardado allí, hay que llevarlo a la puerta. Tiras toda la negatividad del cuarto y en ti, que puedes haber absorbido del tratamiento con el paciente, y la botas hacia fuera. El soplo del otro afecta al aura, la energía depositada y apegada allí. El olor del perfume eleva y abre, especialmente

al olerlo antes de frotarlo en el cuerpo. Calma. El aire del soplo es un soltarse con fuerza concentrada y es una herramienta contra los pensamientos y las energías que son negativos. Llevar Kananga conmigo y soplar sería llamativo pero quizás es hora de hacerlo. Es una ráfaga de viento y te paras más firme después, en la tranquilidad. Me dice que anoche le atacaron de nuevo en sus sueños y algo hacen con sus papeles para que no viaje a Francia. Hoy vamos a tomar para ver esto. Mónica llega antes de las 10 para la curación y me va anunciando las mejorías. Día a día se va secando y cuando raspa las costras deja mancha blanca. “Leopardo blanco,” digo yo, “y con piel arrugada de cocodrilo viejo que se mueve!”

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La Muda de Piel

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odo este proceso ha sido la muda de piel de Niwen Bea. Los seres humanos no mudamos la piel como las serpientes. Mi experiencia ha sido que tenemos que rascar, erupcionar, bañar y seguir curando heridas abiertas hasta formarse las costras, dejar las cicatrices de la batalla y así vamos cambiando, poco a poco, a tener una nueva piel. En mi caso es una muda a muchos niveles insospechados. Es una muda interna que luego se manifiesta en lo externo. E implica incorporar esta muda en mi vida cotidiana. Antes de almorzar vino Milke para leer sus oraciones frente a la orden de captura y después le hice un relajamiento de pie para centrarse. Lo dejé pintando. Fui a almorzar pero, sea por el calor o la luz tan brillante, que me mareé al caminar por los senderos. Después al regresar a la casita, Milke me habló de dietas y la fuerza de dominar todo si antes lo arcaneas como medicina. Hablamos de los cambios de formas, la sorprendente inteligencia de su mujer que sabe de plantas y que él desconocía, y el proceso de aprendizaje. Habla de sueños de ciudades de cristal con carros y personas que levitan y vuelan. Nos metimos cada

uno en su arte y así pasó volando la tarde. Vino a visitarnos Diógenes, aburrido de estar solo, y habló, comentó, interrumpió y por fin se quedó callado mirando la revista de turismo. Más tarde, bañado y metido en la hamaca al atardecer, me preparé para la ceremonia de la noche en la maloca. Fui a la casita del arte a las 5:30 para esperar a Mónica. Diógenes estuvo detrás de Milke mientras pintaba en la casita, haciendo comentarios y preguntas. Le pregunté después a Milke si le gustaba que la gente le mirara mientras pintaba. “Yo no,” le dije. “Yo tampoco,” afirmó. Pero parece que los otros no entienden esta reclusión para poder concentrarse y constantemente están interrumpiendo o reclamando algo. Vino Mónica hablando de cómo quisiera poder ver y curar como el Curandero visitante ¡pero con las plantas! Ya es una poderosa curandera sin tener que ser como el Curandero visitante. Me dijo que se sienta a solas con las plantas para pedirles su medicina. Pide su ayuda como medicinas para curarme y ayudarme a regresar a Lima bien sano, como antes. Lo dice con vehemencia. Ya le ha hablado a Diógenes para que me vea y cure, a Amelia, quien dice que por

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esperar tanto tiempo, la curación tiene que ir profundamente dentro de mí. Amelia y Mónica le han pedido a Milke ver cómo va todo. Él sopla el baño en la tarde con siseo. Me baño, es fresco y voy a casa, y me meto en el mosquitero para descansar, flotando.

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Milke me llama a la maloca a las 10:30. Está oscuro. En la maloca están Manteca, el paciente de Plácido y Milke. Recojo cosas de la casita para instalarme en la maloca, quieto, sin expectativas. Tomamos, apagué la vela, después de mucho tiempo sentí la mareación pero la visión estuvo tapada. Trancas. Todos así, durmiendo, todo oscuro. Milke me pide sisear y shacapear su espalda. Luego va donde Plácido quien le canta y sopla. Llega su madre con Diógenes, Pancho y el tío - los tíos mayores que son curanderos - vinieron para ayudarle a Milke. Pancho le sopla y masajea, Diógenes le canta y el tío está al otro lado curándole a Roy. Luego viene Pancho. Me canta y sopla y menciona que tengo “chiripa”, mucho calor interno. Diógenes dice, “Tienes que curarte, Tomás. Tenemos que mandarte a Lima sano.” “Gracias” digo, tosiendo y riendo. Yo me echo mientras siguen ayudando a Milke que ya tomó más ayahuasca y yo decidí que no. Luego Milke comienza a cantar, el joven curandero se ha recuperado, se ha quitado la tranca y ha logrado destapar la visión, puede

ver y curar. Yo lentamente me incorporo y siento que ya me canta y recibo su energía curativa. Cuando termina, me sopla, me despacha y me dice que mi cuerpo necesita un tratamiento más con sal, otra receta, y que falta poco para que esté bien. Salgo afuera y veo una noche aterciopelada con la luna menguante colgada debajo de Venus y 2 ó 3 estrellas bien luminosas. Duermo a las 4:45, casi las 5. Me despierto a las 7 con ganas de levantarme. Me pregunto qué ocurrió anoche. Ha venido Mónica y hablamos bastante. Examina mi pie que torcí a comienzos del año y tocándolo, se da cuenta de que está bien lesionado. Va a hablar con su mamá para recoger unas hojas especiales de piripiri para lisiados. Hablo acerca del sistema estadounidense de curación versus su sistema. Me explica que antes de poder ser curandero uno tiene que ser paciente. Al ratito se va y viene Amelia de buen humor con fruta para el día. En la casita viene Milke sonámbulo para pintar en silencio y así pasa la mañana. Después del almuerzo, en el calor sofocante de la tarde, me echo en mi rincón de la casita con dos horas de sueño encima y duermo. Sueño con Lima como una oportunidad de darle vida a Niwen Bea y dejarlo actuar con fuerza como curandero en la ciudad.


Con este calor puedes imaginar el placer de bañarme en la tarde con jabón y champú y más tarde recibir la raspada y baño de plantas con Mónica. Refresca y cura. Al salir, Milke me avisa que vamos a tomar otra vez hoy y que descanse, que me avisará. Dormí con la puerta abierta hasta las 11 y luego me di cuenta que Milke no me había llamado y que no iba a haber ceremonia. Dormí toda la noche. Al despertarme descubrí que las sábanas estaban teñidas rojas por la sangre

de grado y las batallas que he liberado con las heridas curándose. Además de la medicina para el arco, Mónica me vendó el pie ayer con un emplaste de plantas que van a ayudar al pie lisiado. Me levanté con ganas de limpiar toda mi casa y saqué un montón de cadáveres de cucarachas y arañas que habían estado alrededor de mi cama por el veneno en polvo que eché hace unos días. Reluce todo. Mejor.

............... El Proyecto Malogrado de la Cocha

V

ino Freddy y lo saludé afuera, desde mi rincón. No tuve ganas de hablar con él hoy. Le llamé la atención acerca de la herida abierta que ha dejado con sus amigos al no completar el proyecto de la piscigranja. Es un hueco seco sin agua y vida. Antes era una cocha bucólica, poco profunda, lugar de juego y encuentro con los chicos. Ahora es feo, seco y peligroso si alguien cayera sobre su tierra seca. Grrr. Bueno, me ha traído la separata sobre los shipibos y … “Muy bien, déjala debajo de la puerta, la leeré en estos días. Gracias.” Primero, estos chicos deben reflexionar sobre lo que han hecho o no con su proyecto progresivo de convertir este charco en una

piscigranja próspera y abundante. Primero hay que cavar un hueco más profundo y con paredes verticales. Quizás, primero hay que ver el sueño, cómo es este lugar, cómo pueden colaborar con lo que hay y ayudar más en la elaboración de nuestro proyecto, sin dañar al medio ambiente. No, primero cavamos un hueco y cuándo ya no sabemos qué hacer, lo abandonamos y se seca. ¿Quién lo va a curar, muchachos? El aprendizaje acá no es si su proyecto se hace con éxito o no. Es acerca de cómo se relaciona su sueño con esta comunidad sin hacer daño, y cómo aprenden a liderar y compartirlo con otros.

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Vino Mónica y sacó la venda y la hierba que se había secado en mi pie. Examinó el pie y dijo que volvemos a poner las hierbas en la tarde. Me examinó, preguntó dónde me había rascado yo y miró allí. Echó el preparado con sal, limón y las plantas. Me seco al sol y le hablo de lo que voy fantaseando con arco rojo. Ha sido una guerra de flechas y espinas que se meten dentro del cuerpo. La herida profunda necesita de una medicina que llegue hasta allí. Me echa la resina de amasisis, limón, sal y tabaco. Arde. Luego pone la mezcla de siempre. El proceso de cicatrización desde adentro para afuera es lento porque tiene que penetrar varias capas. Es una verdadera muda de piel. Por fin tenemos una mañana fresca con vientos y movimiento por todas partes.

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Vivo en medio de un mito, una historia o sueño que tiene que ver con caballeros, viajes, indígenas y batallas de dardos y flechas, líder herido, y el encuentro con una comunidad encantada que cura con plantas y sabe usar la tierra como refugio

y hospital. Su arte milenario y su canto curativo expresan su complejidad dentro de otros mundos paralelos llenos de historia antigua. Milke y Diógenes me llaman a su rincón en la casita donde me hablan en shipibo y me ayudan a pronunciar mejor. Milke raspa piripiri contra la lengua seca de paiche. Se convierte en un polvo que luego mezcla con Kananga y tabaco. Agita todo y absorbe por la nariz y sopla. Ellos se quedan dormidos y yo sigo con el macramé. Después Diógenes me observa atando nudos en la cortina. Al rato se va, se van los chicos que estuvieron rondando la casita. Milke se levanta, examina sus cuadros y logra interpretar uno de una nueva forma. Ve el Nirao en mi cuadro también. Me cuenta su largo sueño-visión donde hubo pura pelea y él ganó. Es increíble que pueda recordar todos los detalles. Me avisa de nuevo que va a haber ceremonia en la noche. Veremos. En mi casa los chicos juegan al escondite.

............... Una Nueva Ceremonia

S

alí de la ceremonia a las 4 a.m. La noche era cristalina y oscura. La cuarta

luna anaranjada descansó en medio de un cuadro de nubes mientras 4 ó 5 estrellas


grandes iluminaban el cielo aterciopelado. ¡Era tan bella la noche! Pero en la ceremonia, ¿qué había pasado? Milke me llamó a las 11. Media hora antes me había cambiado de ropa para algo más cómodo y liviano porque no me había llamado antes. Los zancudos ya habían pasado porque su horario es entre las 6 y 8. Antes, los chicos y yo habíamos mirado la puesta de sol que estuvo espectacular con un globo rojo que se hundía entre niveles de nubes. Estaban metiendo clavos de diferentes tamaños en la tierra y sacándolos con pequeñas vibraciones y jalando arriba. Ronín protestaba porque Bill botó todos los clavos que ella me había traído para ordenar. “¿Oh, Bill, por qué eres así? Te encanta ser torbellino y tontito,” dije dentro de mí. Cuando terminaron dejaron todo amontonado debajo de una de las columnas de madera de la casita. Es tarde cuando viene Mónica y me raspa con vigor. Me abanica con la shacapa para que me seque más rápido, ya que no hay brisa a estas horas. Terminamos y regreso brilloso a mi casa. Al rato ella viene y a la luz de la vela en el piso cerca de mi pie me rodea el tobillo con plantas machucadas después de frotar todo con mentholatum. Se va y me echo bajo el mosquitero con la puerta abierta. Milke me llama, salgo, tomamos agua, y, Gerald, su paciente, también. Vamos a

la maloca en la noche oscura. La vela prendida, él llama a Plácido, invitándolo a través del silbido de pájaro que usan. No viene. Somos nosotros y la noche. Sisea la ayahuasca, me sirve medio vaso y lo tomo y después, algo de kananga y la huaringa de mis plantas para abrir la visión. Él se sirve un poco menos de la mitad y deja la copa en la tierra mientras lee una oración. Luego toma, apagamos la vela y esperamos. Todo está oscuro con luces y colores flotantes y no definidos. Antes el estar tapado me fastidiaba pero ahora investigo el momento y descubro dimensiones en la oscuridad. Apenas puedo ver en la cada vez mayor oscuridad. Pero poco a poco se fue abriendo la mareación y subiendo hasta convertirse en ritmos, colores, formas y “lagarto” escribe y “oso” defiende. Milke está silencioso por largo rato y me pide ayudarle con su espalda. Trabajo con la shacapa y un poco de siseo cuando llega Amelia. Me observa y voy chequeando con Milke sobre cómo le va. Amelia me trae piñón colorado, la planta medicinal y como shacapa, voy golpeándolo contra su espalda en diferentes ritmos y niveles, limpiando afuera lo que surge con el golpe. Se siente mejor después y me pide sacar el calor del lado derecho. Me dijo que lo sintió como que hubiera sacado virotes y que el dolor y el calor habían desaparecido.

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Me canta, se convierte en su abuelo que canta otro tipo de canto en otro timbre, me sopla y me shacapea. El brujo ha aparecido de nuevo, retándole. Han trabajado para poner su daño en mi vesícula y vejiga en una noche de sueño. Allí está la raíz interna - porque de allí surge al pecho y la espalda. Pero la curación tiene que ser desde adentro porque allí está el comienzo del daño. Luego canta un íkaro que aprendimos con Goncho y lo convirtió en una maldición para el brujo y su compinche que quieren verme muerto. Me siento aliviado y más suelto. No era consciente de seguir preocupado y en estado hiperalerta con toda esta secuencia. No me quieren soltar. Son como parásitos que se alimentan del deterioro de otros. Es muy complejo y enmarañado, es real y no real, es no consensual en un mundo consensual, es un sueño perturbador y violento de peleas, confrontaciones, amenazas, defensas alineadas -haz lo que yo quiero o mueres. Milke termina conmigo y llama a su paciente, Gerard, a echarse. Usa el piñón colorado y le golpea. Después le sopla y sentado de frente le canta y sopla. Ésta es la dinámica pero el juego, el contenido emocional, es la imaginación y la visión, y eso es particular para cada uno. Tengo la sensación de estar dentro de un guión de dibujos animados, o la Guerra de las Galaxias, o Tarzán, Rey de la Selva.

Después de terminar con Gerard, y después de haber limpiado las shacapas de piñón colorado y la maloca, Milke me pidió el favor de shacapear a su otro paciente en el cuerpo y el aire como hice con él. Luego Milke pide que el muchacho se eche frente a él y le sopla, hace unas oraciones y le sopla. Y allí termina la ceremonia a las 4 a.m. Duermo hasta casi las 7. Hago mis cosas. Vienen Chato y Harves para ver a Milke y van a su encuentro en la maloca. Viene Mónica con Mayco a la casita a eso de las diez. Primero el pie. Lo examina al sacar la hierba. Y bromeando decimos que tenemos un nuevo producto para la venta: “Hierbapie de RaoNete”. Se ven los huesos del pie y la estructura, todo blanco. Ahora con la venda fuera y circulación sanguínea, toda esta zona es roja y abultada a su tamaño natural. Luego me observa el resto del cuerpo y va picoteando con sus uñas como ave que busca gusanos. Y Mayco ayuda. Hace este examen cada vez que me trata. Luego estoy extendido en la banca y Mayco observando a su mamá mientras trabaja. Luego al solearme, hablamos de la shacapa de piñón colorado y su poder, y jugamos con otras cosas. Mayco me busca hojas de ayahuasca para tener como modelo para el macramé. Son diseños complejos.


Chato, Harves y Milke están en la maloca fumando y conversando. Milke me dice que no ve mejoría en mi espalda y que me va a llevar abajo para comer chancho (lo cual está prohibido en las dietas). Es una broma. Le digo a Mónica que la diferencia entre mirar todos los días y mirarme un sábado de reojo es muy grande. Sí, hay una mejoría notable. Terry está removido. Le han robado su moto a punta de pistola. Milke me informa que ha aceptado un contrato en Lima para pagar la deuda para poder viajar a Francia. Revisamos la historia y su dilema actual y tratamos de sacar algunas lecciones sobre el mal manejo de fondos, sobre la decisión de asumir un contrato desfavorable al grupo, su necesidad de apartarse para pintar y prepararse. Y todo el removimiento sobre este viaje y el crecimiento que implica. “Los shipibos son vengativos,” dice Milke, “y no se puede progresar.” “A menos que busquemos los recursos que tenemos y los usemos bien,” respondo. Sigo insistiendo que deben buscar la forma de crear un fondo intocable para emergencias para

darse una base con qué comenzar. Si no, van a seguir dando vueltas en este ciclo de drama, pobreza y resignación. Pero primero hay que reconocer lo que hay. Hay que pensar sobre los resultados que nos ha dado nuestra acción. Luego hay que hacer el salto cualitativo de dejar de ser víctimas para llegar a ser observadores de nuestras propias vidas. Podemos probar soluciones hasta encontrar la más sencilla y seguirla. En vez de lamentaciones y evasiones, hay que buscar soluciones. “Busca ayuda para resolver el problema si no puedes a solas. Habla con el contrincante para ver si hay una posible solución y que pueden llegar a un acuerdo. Pero hay que estar en alerta y activo en estos tiempos, alistarse bien y no exagerar con las dietas.” Acabo de ver una confrontación entre una cucaracha y una araña. La araña corrió del otro lado de la casa, picó a la cucaracha que corre herida y envenenada. Si muere la cucaracha antes de venir la araña, las hormigas se harán cargo. Es increíble este mundo natural y sus lecciones.

...............

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El Atardecer

A

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la hora del atardecer le convencí a Milke salir de la casita donde pintaba para ver la puesta de sol y nutrir su alma. Era una pintura, con el sol envuelto en un encaje de nubes y hundiéndose vaporosamente por varios niveles entre difusos y claros hasta desaparecer. Recordó y cantó unos íkaros antiguos que utilizaron cuando se ponía el sol. Usando su memoria, dice que escuchó desde niño a los abuelos que les reunían a los chicos a la hora del atardecer para contarles historias, leyendas y cuentos. Y él siempre les había prestado atención por alguna razón. Cuenta la historia de unos merayas que van al cielo y no pueden regresar. Habla de un nivel de meraya superior donde podían tumbar un árbol y trozarlo con su mente y hacer crecer 10 árboles en su lugar y con rapidez. Me imagino escuchar estas historias en la oscuridad alrededor de un fuego y ser niño, dejando volar la imaginación entre las estrellas. Como la historia del lagarto negro

que se convierte en lancha entre los lugares, siempre y cuando no pisen su cabeza cuando entran y salen. En una familia, el último hijo era bien travieso. Al salir todos al cielo lograron no pisar la cabeza, pero el travieso, el último, sí lo hizo y el lagarto se lo comió y se fue, dejándolos abandonados allí en las estrellas. Llega Mónica, y con Amelia y Milke se congregan afuera y comentan mi progreso con la recuperación, mirando de cerca a mi cuerpo en la luz del atardecer después de ponerse el sol. La medicina refresca, los zancudos comienzan a atacar por los tobillos y los pies y me hacen bailar. Les dejo a Amelia y Milke en la casita, en el piso cerca de la luz de la vela, mientras él lee sus oraciones. Mónica viene a mi casa más tarde y me pone el emplaste en el pie y tobillo. Me acuesto con relámpagos en el Este.

............... Una Llu via de la Mañana

E

sta mañana se ha ido oscureciendo. Ahora sentado en el rincón de la

casita de arte apenas puedo ver el papel claramente en la penumbra de esta lluvia


que viene pero todavía no cae. Todo está quieto, los pájaros chillan entre sí, apenas hay una brisa, la densidad del verde en esta mañana oscura espera una descarga. He limpiado la mesa, recogido todo y me siento acá en medio de la chacra, todo abierto alrededor, los pájaros ya cantando cerca. Todo es música. Al venir acá, a la casita, me crucé en el camino con una mujer mayor de pelo negro, vestida de shipiba, con una carga de ramas en su espalda, doblándola hacia abajo por el piso, y riendo, me mira y me dice, “¡Va a llover!” “¿Es esto leña para cocinar?” le pregunto. “Sí,” se ríe. “¡Va a llover!” ¡Era Amelia! Los truenos retumban cerca, la luz es de color gris amarillo y acá vienen las primeras gotas … los gallos cantan, los pájaros se bañan alegremente, buscan refugio y el aire inmediatamente se refresca. Los truenos como bolas de boliche que chocan entre sí tosen su canto. Ahora la lluvia aumenta en intensidad y su sonido se extiende sobre todo el campo en un ritmo indescriptible. Los vientos mueven el sonido en vórtices. El olor de ozono se respira. Canto con la lluvia y hago un tipo de movimiento circular mientras la tormenta se desata. Estar en calma en medio de la tormenta sería la lección en este momento. Es la primera lluvia de Octubre y esto significa pantalón largo, camisa de manga larga, medias y frazada en la noche. Y los

caminos resbalosos. Si cierras los ojos y escuchas, el sonido contra el techo de hojas secas te lava adentro también. La lluvia contiene una serie de vibraciones y ritmos que por lo general no escucho. Fascinante. Sigue lloviendo, la tormenta se va alejando, el cielo está más luminoso, y el aire más descargado. ¡Un alivio! Rumbo a la casa con mi pipa, me encontré con Milke y Chato que iban a la casita. Regreso allí y Milke se preparaba para inhalar el perfume con algodón y le enseñó a Chato cómo hacerlo también. Yo me abstuve y me metí en la cortina de macramé para atar nudos. Almuerzo con un Pashco preguntón que me quiere ganar en terminar primero. Después, al ir a la casita, me encuentro con Milke y los músicos hablando entre sí en shipibo. Va y trae a Niwen. Jugamos, soplamos y no llora. Viene Karina, saco fotos de los cuadros que Milke está pintando, ellos juegan con Niwen y viene Pashco. La familia está reunida allí mientras Milke pinta. Karina dice que quiere que llueva toda la tarde y al mirar el cielo, a lo mejor se cumple su deseo. Le llamo a Niwen “hijo sin nombre” y me explican que en realidad tiene tres nombres, uno puesto por el Abuelo, uno puesto por la mamá de Karina, y uno puesto por Karina y Milke. Pero no deciden todavía. Hablan entre sí toda la tarde. Karina tiene

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el pelo largo, bonito y dice que no lo va a cortar porque si lo hace, Milke se divorcia de ella. ¡Ja! Viene Mónica y amablemente por estar haciendo frío no me baña sino me echa la sangre de grado y como ha comenzado a llover fuerte, dejamos el pie hasta mañana.

Me quedo solo con la lluvia y la noche. Los patos vienen volando, jugando con el viento. El cielo se oscurece más y la brisa aumenta. Mónica me avisó que mañana va a agregar sábila a la mezcla del baño. En estos días estoy pensando mucho e imaginando a Niwen Bea en la gran ciudad.

............... Las Enseñan zas de Ayahuasca

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reo que la enseñanza de la ayahuasca en mi caso no ha sido tanto en grandes revelaciones y contundentes batallas en las ceremonias sino en los días después, en las reflexiones y las reacciones corporales posteriores. La ceremonia es el escenario dramático donde juntos en la noche vemos nuestros mundos interiores con más claridad y desde el sueño lúcido combatimos nuestros demonios y sombras con la ayuda de los curanderos, el canto y los utensilios de una ceremonia como son los perfumes, el humo y los amuletos. Me lleva a ese mundo y esas tradiciones y me convierto en aprendiz, enfermo, ignorante pero curioso y lúcido. Y la experiencia me cambia la vida hasta sentir ahora que emerge con más claridad un Niwen Bea más joven en el cuerpo de

Niwen Bea, el viejo, con creciente poder energético para afectar al otro y el lugar del encuentro. Me metí en mis clases que voy diseñando para Lima y le hablé de paso a Milke sobre una idea que saqué de una de mis lecturas. La vida es como una pintura de arena. Se hace la pintura, se sienta en medio de ella, y luego la destrozas para hacer una nueva al día siguiente. No hay nada permanente. Todo es cambio. Vino Amelia para recoger a Milke para ikarar el agua del baño que ella me mandó usar y Mónica se encargará de poner la medicina. Amelia no ha estado en este proceso conmigo como Mónica. Su intervención es tardía, hacia los finales. “Enfermo todo el año,” me dice. Sí, es


cierto. Mensajes profundos de cambios necesarios. Me ha hecho pisar tierra, correr menos, limpiarme, cerrar caminos y abrir nuevos mundos de consciencia. Voy a bañarme con piñón colorado, sal y otra planta más. Mónica y yo quedamos en la raspada en un día o dos. Amelia me ha descontinuado la amasisa con tabaco, limón y sal. Viene Robert y conversan con Milke por la cocina. Milke está inquieto hoy. Le encontré con su perfume soplando el aire, su orden judicial y su libro de oraciones. Está angustiado con su situación, no hay plata, con su orden no puede viajar y su grupo no puede progresar. Se han puesto en este dilema y requiere de un aprendizaje de cómo manejar el dinero de otro modo. Es un nudo rico para investigar y crecer. En la tarde viene a la casita con medicina y dice que ha cambiado de actitud con la situación que vive. Ya siente calma y va aprendiendo mucho con el dilema. Antes lloraba de frustración e impotencia. Ya no. Si se lo llevan a las 12 a la cárcel será para que tenga esa experiencia, porque la vida quiere que aprenda algo de todo esto. De repente ha llegado el cielo negro, el viento y la lluvia limpian los restos de hojas secas que vuelan de arriba a abajo. La lluvia es cambiante, a veces con ráfagas y a veces como suaves pinceladas. Me recuerda un poco la oscuridad del cielo de anoche. No

recuerdo haber pasado una noche tan oscura acá desde mi llegada hace 5 años. No podía ver ni mi mano frente a mí. Inusual. Todo está en movimiento ahora, y con la lluvia comenzamos a mojarnos un poco dentro de la casita. Y tan pronto como vino se fue y el cielo se abre iluminándolo todo. Tenemos ceremonia en la noche. Vienen Harves y Robert, Plácido que está invitado y Milke y yo oficiamos. Dormí temprano ayer. No vinieron ni Mónica ni Milke y soñé toda la noche que estaba siseando. Según Milke mi sueño me enseñaba a hacerlo. Viene Amelia temprano para decirme que mi baño está bien preparado e ikarado. Dice que me refrescará y quitará el calor del cuerpo. Al pasar el casho con su fruta, me invita a comerlo, que es bueno para diarreas e infecciones interiores y refresca, quitando el calor. Trajo el árbol desde una comunidad donde la gente lo había tumbado y botado. Lo han hecho crecer acá desde un palo y semilla. Voy a mi casa y me baño. El primer tazón es frío pero poco a poco resulta placentero. Estoy cubierto con trozos de piñón y el agua salada en mi cuerpo, ¡el hombre planta! Llega Milke a la casita con buen humor. Hoy es el día del posible arresto por el orden judicial. En ningún momento ha habido una mesa de negociación, arbitraje o defensa y si no tienes abogado, plata o contactos poderosos,

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estás frito. Así que Milke toma piripiri y lo pulveriza en la lengua seca del paiche. Su olor es de nuez moscada. Después pone el polvo en un tazón y agrega porciones de los perfumes. Salimos afuera, comiéndolo. Lo usa para soplar la casita, la maloca, mi casa, la parte principal del camino. El piripiri es para la buena suerte, para que la gente que te quiere hacer daño cambie de parecer, para protección contra la maldad y la negatividad. Si vienen en motocar para apresarlo, cambiarán de opinión. “Así son

de duros mis paisanos-enjuician sin derecho de réplica.” No puedo creer que se llegue a eso pero Milke usa sus recursos para protegerse a sí mismo y a los demás acá. La mañana sigue tranquila. La mesa tiene una nueva bella piedra que ha traído y él está de ayunas para darle fuerza. Hablamos un poco de Ayahuasca y Niwerao como las primeras plantas y de cómo en cierta fecha del año sólo a medianoche, se produce su florecimiento luminoso.

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El Casho

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S

alí a comer un casho. Me volví caníbal con sonidos de animal devorando su presa. La nuez está afuera y la fruta tiene la contextura de piel jugosa. Sin darme cuenta, había llegado Mónica y observándome me preguntó que qué hacía. ¡Me he reído! Me dijo que la corteza es la que usa para mi medicina y es amargo y que la fruta es ácida. Es una experiencia sensual fuerte con este palo que parece estar presentándose a través de este tratamiento. “La fruta, la corteza, la hoja y la flor sirven como medicina,” me contó Amelia en la mañana. “Cuando uno conoce a las plantas, todo es medicina. Cuando no las conoces, sólo

ves plantas bonitas.” “Come, come,” insiste. Mónica al aplicar la medicina dice que todo se ha secado, no ha salido nada nuevo, y que ella está de acuerdo con que una raspada podría servir. Al entrar en la casita Milke está convirtiendo su cuadro de la sirenita en un cuadro visionario. Estamos metidos en nuestros respectivos mundos hoy. Y por primera vez en días, después del almuerzo eché una siesta en la hamaca de mi casa. Más tarde viene Karina con vergüenza de haber desteñido una de mis camisas, manchada con sangre de grado, por haber usado demasiada lejía.


Me río y le doy poca importancia. Y hoy en la tarde me di cuenta que comienzo

a voltear mi atención a Lima, alistándome para mi salida de aquí, que será pronto.

............... Los Pacientes y sus Enredos

M

e bañé a las 5 y esperé a la “Doctora Sarna” pero nunca llegó. Me metí en el mosquitero con la puerta abierta. Vino Milke con sueño a las 9. Nos sentamos afuera un rato en la fresca brisa de la noche, él en la hamaca y yo en la banca y conversamos sobre los pacientes y de cómo pasan cosas extrañas. La hermana de un amigo tiene tres hijitos de un hombre un poco mayor que la ha dejado por otra mujer. Ese señor practica brujería para hacer daño

a personas. Su amigo le llamó la atención y el cuñado ya le ha hecho daño. Pashco tiene susto. Milke se despertó anoche y vio a dos hombres encima del mosquitero de su hijo. Sopló y sopló hasta que desaparecieran. Pashco dice que soñó con un hombre y su tigre y que el tigre casi se lo comió. Milke dice que se ha descuidado. Lo bueno es que se da cuenta y conversa con su hijo de casi 4 años y, como papá, le calma y le centra.

............... La Ceremonia con nuestro Vecino

V

iene el vecino y su gente, y vamos a instalarnos en la maloca, Milke, Gerard, ellos y yo. Invita su ayahuasca que es del monte y no de chacra y que da buenas visiones. Tomo media copa, sé que estoy mareado, siento todo el proceso y con

más visiones … pero al otro lado de una gasa negra. Estoy trancado, tapado. Milke también. Y es lenta la purga. Él va donde el vecino para que le enderece un poco. El curandero le sisea, canta y sopla. Milke regresa y luego el maestro viene, me canta

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y sopla con el torso desnudo y me dice que lo que tengo es arco de la tierra después de una lluvia con arco iris. Todos recién notan esto hacia fines del proceso cuando Mónica y Plácido han estado presentes todos los días chequeando y curando. Para mi es la relación que cura tanto como la medicina. Quien está presente día a día tiene más peso en ver el proceso que quien viene de vez en cuando, a finales y cree que con su intervención ha creado el milagro de la curación. Era lo que faltaba dicen. Quizás. Pero creo que cada uno tiene una pieza de la curación y que hay que reconocer el aporte al conjunto y no limitarnos a criticar. El baño de piñón colorado con sal en la mañana es la tónica de la mañana. Frotarme con las hojas trituradas del piñón es cubrirme con el olor fresco de las hojas. Me despierta. Milke duerme en la maloca, Gerard se fue a las cuatro y los otros a las dos cuando salí yo. Ahora en la mañana, en la casita, observo mientras un sapito trata de saltar hacia arriba, sobre la pared alta para poder salir. Salta, choca, cae, y sigue repitiéndolo. O está

saltando y jugando para ver cuán alto puede llegar o busca hormigas para comer, espera y salta para agarrarlas. Anoche cuando Milke me cantaba, justo comenzó a llover encima del techo de la maloca y paró cuando dejó de cantar. Perfecto para la limpieza y misterios de la noche. Karina acaba de traerme chapo caliente para acompañarme esta mañana. Me siento más liviano. Los cantos y los soplos me ayudaron. Milke me pidió anoche trabajar con su espalda y seguí mi intuición. Le ayudó, dijo. Me indicó otro lugar de la espalda y lo aliviamos. Me reclamó que no le había preguntado sobre su situación y que debo hacerlo a diario. “Me atacó el miedo en un momento,” dijo. “Pero pasó.” “Es normal,” le aseguro. Ahora en la mañana viene Amelia. “Y acá está tu baño,” dice. “No, no está.” “Sí, ya está.” “No, ya no está. ¡Me bañé!” Uuuuu, se ríe. “Saca el calor del centro del cuerpo.” “Sí, ya me siento fresco y vivo.” Acaba de venir Mónica y frente a todos declaré públicamente mi aprecio y reconocimiento por los días de tratamiento y la comparé con mi hermana que cuida a nuestra madre. Amelia había dicho tres baños así al día pero hasta ahora es sólo uno.

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El Sapo y Los Pájaros que Pelean

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l sapito que saltó y cayó ya yace extenuado. “¿Tratas de matarte?” “¡Sí!” ¡Estoy hablando con un sapito! ¡Ja! Me meto en el macramé y los hilos parecen atarse solos. Los diseños que van saliendo me sorprenden y agradan. La mañana está tranquila y escucho a Amelia y Milke en la maloca. Yo estoy acá solo. Fui a descansar a mi casa. Al rato vino Milke y conversamos. Me preguntó si tuve sueños anoche. “¿Cómo está mi cuerpo?” le pregunto. “Mucho mejor.” “Estás viendo los resultados, la salida, y no el comienzo.” “Hmmm. Repetimos la ceremonia con la misma gente en la noche. Tomaremos más. No vimos por qué tu cuerpo estuvo mal.” Hoy será mejor, ya que ha limpiado mi cuerpo casi totalmente. Falta hoy y el viernes. Hablamos de su situación y se pregunta, “¿Cómo será?”Hablamos del plan A, B y C. Luego me cuenta. “He hablado con el pata que me hace juicio. Les expliqué lo que pasó. El resto de la gente está dispuesta a esperar pero este pata es un cristiano fundamentalista.” Habla en términos de ser shipibos pero Milke le recuerda que es una conducta mestiza y no de los auténticos shipibos. El tipo se queja de todos sus gastos y Milke ofrece pagar la deuda y los gastos sin recibo. Encuentra

al tipo tomando desayuno y ofrece pagarle pero el tipo lo rechaza. Ofrece conseguirle movilidad con un amigo y lo rechaza. Milke se ríe. “He hablado con la gente pero no he recurrido a mis abogados todavía. Haz lo que tengas que hacer pero hazlo bien y sin dejarte respirar, porque si respiras, podrías arreglar el asunto,” le dice al tipo. “El tipo se hace llamar hermano cristiano.” Plácido le ha dicho al grupo que el problema no es de ellos sino de Milke. Está equivocado. El contrato lo hicieron dos del grupo, el conjunto en su afán de viajar y tener plata aceptó y no le avisaron a Milke hasta que Karina tuvo el pago adelantado en sus manos. Él saca la cara como dueño de la orquesta pero todo el grupo está involucrado, desde recibir su sueldo por adelantado y no aparecer en el concierto. Murió el sapito de la mañana. ¡Sonso! Mensaje - no trates de saltar paredes demasiado altas para tu alcance. Camina y encuentra otra forma de la acostumbrada para salir o te golpearás tanto como para matarte. Milke con la carta notorial en mano sopla, canta y ora. Y ya sopló el piripiri como antes. La tarde pasa tranquila. Después de bañarme regreso a la casita, a pedido de Milke, con

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la botella de aguardiente con ruda y me sopla para el arco. Amelia acaba de salir de la casita con un balde de agua en su cabeza que él había ikarado para mi baño. En mi casa esperé a Mónica que al llegar me puso la sábila, el casho, piñón colorado,

limón, sal, bimpish y yo le relaté la saga del sapito y se mató de la risa. Me contó que dos pájaros volaron sobre su patio peleando, los dos cayeron al patio, ella ajustó el cuello de uno con crak, y se fueron volando. “No han vuelto por acá,” se ríe.

............... Trabajando en la Noche

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ilke me llama a las 9. “Vamos a la casita de arte para esperar a mi paciente y de allí tomamos a las 10,” me dice. Me siento en mi rincón y prendo las velas y él prende su vela y pinta la sirenita. Decido avanzar con el macramé cerca del piso y me acomoda un par de velas más. Avancé y terminé un lado y él avanzó con su cuadro usando mi linterna y unas velas. En la frescura, silencio y penumbra de la noche avanzamos bastante. No vino el paciente, no tomamos. Me sopló con agua de rosas y a sí mismo y nos ikaró para descansar bien y fuimos caminando bajo un cielo espectacular con estrellas fugaces y una transparencia increíble. ¡Icha wistin! Es una de estas mañanas cuando salgo de la cama temprano a un día soleado, el

cielo azul, los pájaros cantando alegremente y la sensación de un sueño satisfactorio. Las luces y las sombras de la mañana son estéticas, dan otra tónica a las texturas y crean lugares mágicos para contemplar. Después del refrescante baño curativo voy a la casita y me instalo y avanzo con la cortina. Al rato viene Milke y me pregunta cómo estoy y comenzamos una larga conversación. ¿Cómo está mi cuerpo? Mejor. He subido un poquito de peso y así me siento mejor. Mis heridas están cicatrizando y mi piel pelándose. Tengo apetito, duermo menos, comienzo a gozar de la noche para trabajar. Siento que tengo buena energía fluyendo y a través de mi, que estoy en rieles. Mentalmente me siento más lúcido y con nuevas avenidas de exploración. Me siento menos local - puedo estar en varios


lugares al mismo tiempo y atemporal. Siento tristeza de dejar todo esto y al mismo tiempo felicidad al saber que está dentro de mí y me acompañará por donde esté. Mi entusiasmo y ganas de enseñar son grandes y no había sentido esto en mucho tiempo. Milke me comenta todo con ejemplos concretos. Me dice que tiene que salir a hablar con su abogado con el papel en mano para explicarle lo que ha pasado, ver sobre el viaje a Francia y saber a qué atenerse. ¡Ya! Comienza a moverse. Se va con el discman y al rato viene Mónica. “¡Qué lindo tu cuerpo!” exclama. “¿Qué?” “¡Ya ves! ¡Dijeron que no sanaba y ya está!” Al conversar me entero que Amelia quería ponerme ampollas con la complicidad de Eva y que si ellas ganaban, Mónica tendría que darles un litro de gaseosa. Pero si Mónica ganaba con las plantas, tendrían que

comprarle una caja, y así se ha quedado, entre hermanas. ¡La madre curandera se ha modernizado demasiado con ampollas! ¿Por qué está apurada si sabe que las plantas se toman su tiempo? Y la curación en un lugar como éste ayuda a todo nivel. De nuevo mi cuerpo ha sido guía a estos mundos paralelos que desconocía y que ahora son más familiares. Todo participa en la limpieza y la curación. Y cuando lo dilucidamos, la vida cobra una luminosidad indescriptible. Le digo que me voy a Lima en 10 días y me pregunta cuándo vuelvo. No le puedo contestar con claridad. Me escucho decirle que quizás el próximo año, que voy a salir de Lima y deshacerme de mis cosas para venir a vivir acá pero primero voy a mi país de origen. Yo mismo me sorprendo con lo que le voy diciendo. No lo sé. Voy a dejarlo en manos de la vida, que me lleve por donde tenga que ir.

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cap í tu l o 9

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CAMINANDO HACIA LA SALIDA


Lo Extraordinario de lo Ordinario

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lota frente a mi vista una solitaria nube blanca que podría ser de una persona echada boca arriba flotando en el aire como nosotros flotamos en el agua. El sol brilla, el cielo está cristalino y azul. “El cielo es azul”que frase más extraordinaria. Todos los días la paleta de colores cambia como fondo de nuestra vida cotidiana. Y ese color nos mueve y nos influye. Cada ventana, cada apertura que hace contacto con el cielo, si te detienes allí como si estuvieras mirando una obra pictórica, te revelará los mundos más extraordinarios si te permites soñar e imaginar. Viene Milke y habla de la ceremonia que quiere hacer mañana con música. Y él la va a dirigir. Yo voy a ser su ayudante y él el mío. Decidimos prepararla en la noche. Vendrá Pedro con su nueva novia.

Hablamos de la mesa y cómo nos dirá lo que tenemos que hacer y en qué dirección ir. Es la preparación para la elevación y para la despedida, que será otra ceremonia. Comienza el desapego. Son las 7:45 de la mañana. He barrido alrededor de mi casa y en la maloca, hablado y traído colchones de la casita a la maloca para la ceremonia. Vino Mónica ayer con mi medicina y decidimos tratar al pelo también y aunque se necesite 30 días, por lo menos empezamos. Es a base de plantas. Me dijo que la sangre de murciélago negro es buena para hacer crecer el pelo. Lo matas, lo abres en la forma de cruz y pones esa sangre donde quieres que crezca el pelo. Te hace soñar con un gigante con cabello largo que te pone una máscara con pelo largo. Y te informa que cuando quieres


que no crezca más largo sino hasta cierto tamaño, les dices a tus amigos y colegas lo que haces y dejará de crecer. Lo han visto en su pelado cuñado que ya tiene abundante pelo negro. “Pero no voy por esa ruta sino la de las plantas,” dice. Fui a la casita en la noche y allí estaba Milke con tres velas pintando un nuevo cuadro de felinos. Había venido Plácido a mi casa antes para decirme que fue a San Francisco y que voy a bañarme igual como ahora, todos los días, y después con plantas, hasta que me vaya y el último día me va a ikarar el perfume y mi último baño. Han agregado la corteza de guayaba al baño porque su corteza no tiene manchas y quita las manchas que han dejado las cicatrices de mis heridas. Tiene su lógica. Niwen Bea nace de la esencia de esta experiencia y es un nombre que me viste ahora, lo que el viento trae … y lleva. Preparamos la ceremonia para Pedro y su novia pero nunca llegaron. Ellos perdieron y nosotros ganamos. El título de la cortina de macramé que ya terminé es “Integrando Mundos Paralelos y la Mesa Compartida.” En la tarde, después de visitar al abogado, llega Milke contento. Todo está bien y no tiene que preocuparse. A las 4:30 salí para mi casa y esperé a Mónica y Plácido. Me bañé con jabón y luego con el baño ikarado

con el perfume de Huaringa y las resinas. Colgamos la botella de aguardiente con las plantas de raíces fuertes en la dirección por donde sale el sol. Por lo general se entierra por una semana pero decidimos colgarla afuera. Puso un poco del preparado en mi pelo, poco a poco, y levantó bastante calor. “Va a producir comezón,” dijo, “al penetrar en el cuero cabelludo y es muy importante no rascarse porque hay parásitos y no quisieras que entren en tu cuerpo. Crecerá pelo donde antes se ha caído y es sólo para el pelo de la cabeza.” “Vamos a ver qué se le hace a este viejo,” digo yo. Duermo temprano pero me despertó Milke en algún momento para los fósforos y que había dejado su llave en la casita. En la tardecita vinieron Plácido y Mónica. Él ikaró el baño de plantas y me bañé al toque. Me dijo usar la huaringa para soplar a los cuatro rincones de mi casa, a mí mismo y frotarme un poco antes de dormir. Mónica me echó la resina y se fueron. Al rato comenzó a llover con truenos y relámpagos. Y tuve sueños fenomenales. En la mañana temprano vino Amelia para examinar mi espalda y pecho. Sólo quedan dos lugares para sacar el calor del cuerpo. Ella visita la casita después y al ver los cuadros de Milke dice que vienen de las visiones de ayahuasca. Pone la papa de

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piripiri que es para el arte y las visiones en los ojos cerrados de los niños y les ayuda a ver colores y pintar. Me dice que la primera vez que tomó ayahuasca vio a un hombre sentado con rabo que se hundía en la tierra y su tío le dijo que era la raíz de ayahuasca. El piñón colorado tiene como dueña a una mujer bajita y de edad, que le dijo cómo curar con el piñón y agua florida, lo probó y se sanó. La hermana de Diógenes que es su paciente llegó grave con hepatitis avanzada. Ahora está sanándose. Le dio hierba luisa. Su estómago estaba lleno, su hígado duro, sus ojos y tez amarillos sin poder casi ver y a base de plantas y agua y compresas le ha bajado todo. Le hace papilla de papa y ya come más y sabe que va a vivir. En su sueño Amelia vio que ella andaba sin ánimo al lado de su difunto esposo. Sin hijos y con sobrinos que no le hacen caso, se enfermaba. Amelia le trajo su ánimo de vuelta. Para infecciones estomacales lo que es bueno es medio pepino rayado y su jugo con un poco de azúcar dos veces al día en la mañana temprano y al mediodía. Es refrescante y así me fue comentando de planta en planta y sus curaciones. Después me preguntó si Plácido me estaba dando baños. Le expliqué que eran con 12 plantas y todos los días hasta mi partida. Ella encontró la hoja de una planta en mi baño que es mala, que hace separarse de su pareja o compromiso. Su tío le advirtió y

su vecino también. Y Plácido debe ayunar cuando da baños y no lo hace. Conversó de nuevo de un conflicto de poderes e intereses. Obviamente confío más en ella y su largo conocimiento de vida y sé que Plácido va aprendiendo. ¿Qué hacer? No quiero meterme en estos líos. Me dijo que Milke vendió el cuadro de la sirenita a un tío por muy poco dinero. ¿Qué? ¡Y todo el trabajo que ha puesto en ese cuadro! ¿Para un tío que le ha hecho daño? Los niños están por todas partes y no hay señales de Milke ni Karina. Al rato viene Mónica con Bill para echarme la resina. Me avisó que hay paro de los cocaleros el lunes y martes y hay censo nacional el otro lunes. Me voy el viernes. Amelia quiere venderme una bolsita de su pariente enferma y le aviso que no puedo. En la casita estoy haciendo cosas y viene el tío para despedirse. Es otro que me da mucha información sobre dietas y entrenamientos para trabajar como curandero. 6 años de dietas de abajo arriba, de arriba abajo para comenzar de nuevo y ya con trancas y enemigos. Hablamos largo y con mucha información que grabo, felizmente. Comienza a llover fuerte y se va. Me encanta este tío. Es trabajador, humilde, sabe mucho y da un apoyo incondicional para su “hermana” Amelia y ella le paga por su trabajo. Los admiro y respeto pero no voy a recurrir a la magia negra para


defenderme frente a los enemigos. Es otro mundo. Hoy es el santo de Milke. Amelia cocinó y Milke y Karina desaparecieron. Me dijo que todo el pescado en el mercado está envenenado porque unos pescadores, en una quebrada, botaron barbasco al agua, una planta venenosa, para tener más pescado que vender pero sin avisar a la gente. Los vendedores que lo saben y los venden son inmorales y los que no lo sabían y se enteraban después ya no reciben. Al descansar en la hamaca después, vinieron los chicos para conversar sobre aviones, terremotos, torturas y otras cosas más.

Estas personas, en las buenas y las malas son mi espejo y debo mirarme en él y decir: “Lo que yo critico, juzgo o rechazo en otros, yo también tengo y margino en mí mismo. El enemigo, el juzgado y el criticado también están adentro.” El conflicto está dentro de mí. Quiero irme ya, quiero quedarme. Viene Plácido y acordamos que él me prepare el baño de la tarde y Amelia el de la mañana. Iremos a Pucallpa en la mañana para comprar mi boleto a Lima. Últimamente mis despedidas son violentas, impetuosas y no me conozco así. Creo que viene del medio ambiente.

Karina logró lo que quería hacer - rompió un huevo en la cabeza de Milke y vienen jugando por el camino con Niwen en brazos. Es la hora de sacar la foto familiar que todos habían aceptado pero ellos se van, desaparecen. Me molesto pero igual, saco la foto con todos excepto ellos.

Ronín llega justo cuando comenzaba a llover fuerte. Se quedan con Pashco para pintar y comer semillas de girasol. Vienen los chicos y no hay clases hoy por el paro y su profesora no puede llegar. Qué relajados están los profesores por acá. Vienen Karina y Milke, me saludan y les devuelvo el saludo. Milke fue a la casita que yo ya había vaciado de mis cosas. Amelia se sorprendió que voy a salir tan pronto y quiere ponerme candado, dice.

Luego vino Mónica a solas y me aplicó la resina y las cosas para la cabeza. Había salido la luna llena y dijo que era perfecta para poner las cosas para el pelo. Su abuelita finada usaba barro y hoja de caña y otras plantas que dejaban al cabello suave y negro. ¡Ya se usan plantas! Me comenta sobre las plantas que utiliza y que hay otras en la chacra de la comunidad que funcionan bien.

Llovía fuerte y le di la cortina de la casa a Karina. La lluvia tumbó otra guava cerca de la casa. Justo cuando iba a sacar pasaje en la mañana la lluvia nos detuvo. Truenos, relámpagos y lluvia. Luego se bajó la llanta del motocar y tuvimos que buscar lugar para

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repararla. Después en la pista se bajó de nuevo y tuvimos que tomar otro motocar a la agencia donde me vendieron pasaje para el miércoles. Entiendo que Milke entregó su cuadro a su tío ayer, en la media hora que saqué fotos de todos y que ha hablado con Terry y viajan unos días después que yo.

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Regresamos con Plácido a RaoNete, le agradezco y vienen los chicos para dibujar y luego les dejé para almorzar sopa de pato. Vino Milke para avisar de su viaje y le sugiero que hablemos después. Regreso a mi casa y los chicos habían vaciado pintura por el piso y la estera y les grité con cólera. ¡Pashco se puso fresco, me contestó y limpió sus manos embadurnadas en todas las paredes! Los mandé a su casa. Los pájaros están jugando a volar alto y dejarse caer hacia tierra antes de subir de nuevo. Yo estoy con humor de perros y todos han tomado un paso atrás y así termino esta visita. En la tarde, mientras estoy en la hamaca envuelto en una frazada, vienen Mayco y Bill y comentan la pintarrajeada de Pashco y Ronín y dicen que vendrán para ayudarme a limpiar todo, mañana en la mañana. Luego al salir de la hamaca, se me enganchó el pie y caí chocando la cabeza contra la pared sin hacerme daño. Comencé esta experiencia cayendo y termino cayendo, parece. Los chicos me traen guava y me tratan como el viejo gruñón que soy - con pinzas.

Fui a buscar a Milke, estaba ocupado, y le dije buscarme cuando pudiera. Vino a las 6 y le dije lo que había sentido con su ausencia en la foto familiar. Hablamos de la dificultad de las despedidas y la soledad sentida después. Le indiqué que tiene a muchos que lo apoyan y él lo duda. Pensativos de alguna forma, divididos por haber hablado con mucha franqueza, me metí temprano en la cama. Me llamó a las 8 para usar mi celular para mandar mensajes de no querer atender a su paciente. Vino Amelia y charlamos un rato antes de despedirse. Fuimos con Milke a la casita, limpiamos la mesa y construimos otra. Me explicó que antiguamente la tinaja, si estaba hecha por una mujer, tenía cara de mujer y cuerpo de paloma, porque la mujer daba esta vasija llena de chicha dulce a los visitantes y bailaban y cantaban con la vasija debajo del brazo. Las mujeres servían a los hombres y después a ellas mismas. Tiene diseños de ronín- la serpiente. Va a mandar a hacer una con hueco para que sirva como tambor. Prendimos las velas en los dos extremos de la casita y quemamos palo santo. Sopló la casa, la mesa y a nosotros con Kananga. Tocó la flauta a las 4 direcciones, a la mesa y a mí. Envolvente, sentido y bello. Luego con el silbato de agua yo toqué y él tocó la flauta. Suave y algo de lamento. Luego yo seguí tocando con el silbato de agua y él con los perfumes y varios íkaros. Cada uno


sopló a la mesa con Kananga y a dormir. Se encontró con Amelia que le dijo que Karina

necesitaba un soplo con Kananga. Hace frío y descansé bajo dos frazadas.

............... R econciliaciones

E

n la mañana Amelia viene y me dice que todo está bien con mi espalda y sólo faltan dos partes que se sanarán en Lima. Vino Pashco, tuvo calor, sacó su camisa y posando, me pidió sacarle fotos. Buscó abrazos y que le rascara la espalda. Muy cariñoso como cachorro. Vino Ronín y sacó su camisa y pidió abrazos también. Luego a jugar al avión con los dos. Vinieron Bill y Mayco con escobillón, trapo y balde y trabajaron furiosamente para limpiar la estera y el piso que Pashco y Ronín embadurnaron ayer con pintura. Mientras Bill y Mayco trabajan, Ronín y Pashco se acuestan en la misma estera y los ven trabajar. Por fin su madre los llama. Mayco y Bill llevan el maletín rojo con los colores pero dicen que van a guardar su ropa allí. Vienen Mónica y Plácido con 15 palos para los macramés de mis grupos en Lima y una botella de noni. Mientras Mónica me aplica la resina y tomo un poco, Plácido me cuenta sobre su sueño donde yo apuesto y gano con un equipo que se creyó perder. De repente comienza a

llover. Es el tipo de lluvia que puede parar en seco y sale el arco iris y allí es donde hace daño si uno está afuera. Así que fui a la casita después de echarme huaringa y cubrir la cabeza e ikarar un mapacho. En la casita Milke está pintando un cuadro grande de la cabeza de Cristo para una iglesia y le da sueño. Viene a la mesa y comienza a contarme un montón de cosas sobre la ayahuasca que desgraciadamente no pude grabar. Contamos nuestros sueños y eran buenos. Allí me habló de una bruja curandera de la comunidad y del hijo de uno de sus tíos. Ella tomó ayahuasca con el hijo y le quitó todo su canto. Milke se entera y le pone la dieta de nuevo. La curandera lo confronta en una ceremonia y le manda todo su arsenal de armas como cuchillos, flechas, balas a su espalda y se siente morir. Se cansa, el mundo se vuelve chico y oscuro y su primo le saca un poco y la curandera entra al primo. Logra cantar y combatirla y salir. Si gana, sube un escalón más. Vino un

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ovni gigantesco y sus ocupantes le hablaron y no entendió pero sintió que le ayudaron. Luego me explica que el mundo de Nirao es todo, incluye todos los palos como padre de las plantas y sus dueños. Y vienen para ayudarle. Me explica cómo un abuelo no mata a los brujos sino que les saca todo el mal y les infunde el bien y cambian de camino. Él llama al Arca de Noé, una pantera negra en una piedra blanca, que raspa su pecho para sacar chispas para prender su pipa y ayudar a quien le haya llamado. Llama a King Kong con ametralladoras en su pecho para que sus hijos vayan y entren en guerras y cuando han perdido los hijos, agarra al suplicante y lo pone en su cerebro y desde allí puede ver por sus ojos. Llama al huracán más grande de todos, que levantó a un pueblo entero y el huracán arrasa a los brujos. Los brujos hacen pacto con los espíritus del cementerio que comen ojos, corazones y sesos de la gente que quieren matar, tienen relaciones espirituales y esos espíritus malignos ayudan al brujo con sus daños. Llama a las medicinas, las estrellas, la tierra, etc. para darle su fuerza y enderezarse. Habló de la necesidad de protegerse e ir despacio porque las fuerzas malignas en ayahuasca son bravas. Para convertirse en animal, el animal viene y te araña, te corta, te abre y tú lo permites y lo sientes porque su ánima está entrando en ti y sientes que lo hace con amor. Los brujos

vienen y de un solo golpe te tratan de posesionar y lo sientes como cansancio con cantos extraños. Sientes la diferencia. Me canta, me cuenta, me explica y no puedo recordar ese mundo tan complejo y tan jerárquico que para la sociedad consensual suena sicótico pero que para los curanderos es real. Yo ya no lo considero sicótico pero sí, muy complejo de niveles y profundidades que no entiendo. Nos llaman para almorzar y en el almuerzo me habla de las plantas con que estoy bañándome. Una es buena pero peligrosa para Amelia porque puede voltear a quien la usa y dieta. Así que me prohíbe galletas, postres y chocolates y otras cosas no naturales por 15 días y al terminar los 15 días decirle a la planta, “Ya te escuché y seguí. Ahora quiero que me escuches a mí. Gracias y voy a terminar la dieta.” En ese momento debo tomar un poco de agua florida y ya puedo comer estas cosas sin problema. Es una planta respetable. Pashco nos acompañó, ganó al terminar primero y después en la casita se puso a mi lado y hablamos de Lima, aviones y dónde vivo sus temas. Y quiere ir conmigo. Se va al ratito y Milke y yo hablamos de Francia y la música. Ha llegado Diógenes cuya esposa estuvo “grave”, su pierna se hinchó y no podía


caminar. La ha dejado más o menos. Hoy es un día normal, soleado con una leve brisa. Voy haciendo las maletas. Me parecen pesadas y quizás con sobrepeso. Vino Plácido con una huaringa ikarada para Lima, para dormir, salir a la calle, después de los baños, y cualquier otra eventualidad. Él viaja a Paoyan hoy en la noche para dietar, salar pescado y traer plátano. Diógenes también me ha traído plantas de baño, así

que será para la tarde. Hay ceremonia en la noche. Las avispas rondan. Hay un nido por la bañera. El helicóptero vuela bien bajo por el albergue. Viene Amelia con una bolsa llena de piñón que recogió de la otra casa para que me haga mis propios baños en Lima. Le agradecí todo. Vino Ronín que nos cantó, jugó, tomó agua, y nos hizo reír.

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¡¡¡¿Q ué?!!!

M

ilke me llamó a las 8:30 p.m. para decirme que mañana hay paro de transportistas de 48 horas. ¡No lo puedo creer! ¿Star Perú me vendió pasaje para el miércoles sabiendo esto? Nos reímos para no llorar. ¡Qué absurdo! Justo en el día que iban a levantar la huelga los cocaleros, choco con la pared de los transportistas. Milke no tiene carga en su teléfono y la mía está baja. Podemos salir temprano con las maletas a la otra casa y allí llamar a sus amigos que son policías. ¡Llama a un amigo pero descubre que le habían robado su motocar hace dos semanas! Llama a Robert que dice no, que va a estar bien bravo. Una frustración tras otra y nos reímos. La

selva no me suelta y de nuevo me siento atrapado y no libre. Diógenes vino con el baño que me había preparado con plantas de su comunidad. ¿Me baño o no? “Si te ponen las resinas mañana, báñate ahora.” Así que, bajo la luz de la luna ascendente y las estrellas, me baño con las plantas y luego voy a la maloca para la ceremonia. Estamos el vecino con su familia, Milke, Diógenes, Amelia y yo. Usamos la ayahuasca silvestre que viene de un lugar en el monte donde esta ayahuasca es gigantesca y rodeada de otras plantas. Tomamos casi una copa llena. Y esperamos. Me mareo bien fuerte pero todo es oscuro. Espero con paciencia y

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comienzo a visionar en la oscuridad. Es decir la oscuridad es luminosa y es como pasar por un túnel hasta llegar a algún lugar. Lo imagino como un nacimiento, una puerta que se va abriendo, algo que me jala más y más adentro. Es sutil. Pienso en los años y años que había crecido la ayahuasca, así que su visión será lenta. Estuve tan laxado y cansado con la purga que sólo me incliné contra la pared sin moverme mucho. El vecino comenzó con un íkaro que cantó bien. Parece que Milke tuvo problemas por estar trancado y Diógenes y el vecino le cantaron y soplaron. El maestro me cantó y sopló contra el arco. Pasaron horas así. Luego Milke con furia contra quien le trancó comenzó a cantar con fuerza y belleza, una canción que primero escuché de Goncho. Luego después de otra ronda de íkaros de los curanderos contra la tranca, levantándola, me recosté y Milke me cantó una larga canción suave. Tocó mi abdomen porque estaba moviéndose por sí solo. Dolió pero lo que estuvo adentro lo sacó con el canto. Luego casi quedándome dormido,

cantó largo rato. Me senté, me sopló y la verdad, me sentí más liviano, con más energía y sin mareación. Me pidió echar perfume en su espalda y trabajarla. Lo hice de forma lúcida y sólo atinó a decir, “Qué rico, muchas gracias.” Diógenes comenzó a cantar como un resorte prensado que comienza a soltarse, lo cual significaba que iba a cantar por largo rato. Milke me dio permiso para ir a mi casa porque estaba cansado. Eran las 3. A la mañana siguiente me desperté a las 6:30 y Amelia preparaba mi baño. Le avisé que no viajaba y ella confirmó que la huelga es de dos días. La selva no me suelta. Sólo toca reírme, soltar el control, estar acá sin hacer nada. Sin embargo, ha sido una comedia de errores hoy que me ha dejado irritado y perplejo. Temprano cambiamos el chip de los teléfonos celulares y llamé a Star Perú que dijo que todo estaba normal con sus vuelos. Mónica había escuchado por radio que todos los negocios operaban como siempre y que los huelguistas estaban divididos. Amelia dijo que había motocarros en la pista. Así, en la presencia de todos, los chicos, Diógenes, Amelia y Karina fui haciendo mis maletas y desarmando la casa. Me vestí para la calle y los chicos fregaron la paciencia. Amelia fue a buscar motocar a las 10 y a las 11:45 regresó extenuada y sin nada. No hubo nada de movilidad.


¡Quería avisar a Star Perú y no tuve crédito! ¡Salado! Tratamos por todos los medios de llegar al aeropuerto y no resultó. Milke me recuerda que en mi visión anoche vi que no viajaba y que debo de creer en mí mismo. ¡Sí, señor! Me cambié de ropa y fui a la casita para tranquilizarme. Regresé a mi casa después de descansar un rato y armé todo de nuevo. Es decir, tuve que atar el mosquitero, poner las sábanas en el colchón y atar la hamaca. Hay lecciones en todo esto. En la mañana el vecino me dio otra hoja con la que él frotó a una paciente grave con arco y se curó en dos días. La gente acá no la conocía, así que todos aprendimos algo nuevo. Vino Milke aturdido. Se había quedado dormido en la maloca y cuando se despertó salió una víbora a su costado. No era venenosa y la mató pero se asustó. ¡Ya lo creo! Y Karina le había dado un cocacho en la cabeza, descolocando su corona y

se sentía desubicado. Hablamos de la ceremonia de anoche y lo que él encontró. Sus enemigos le habían colocado tumores de muerte y tuvo que pedir ayuda de los maestros que se los sacaron mientras yo estaba bien, y ellos estaban luchando duro. Siempre es así. No veo estas batallas y ayer no tuve fuerzas para meterme en su camino. El mío era de puertas abiertas que no he abierto todavía y nuevos caminos. Tiempo al tiempo. Hablamos de la intuición y como muchas veces seguimos la razón, nos inhibimos y las cosas no salen. Si soltamos y seguimos lo que surge, aceptando la realidad, todo sale bien como debe salir. Es un juego de pinbol, un laberinto, un abrirnos a lo que es y explorarlo más. Lo terrorífico en el mundo de la ayahuasca son los brujos y sus malabares, su deseo de matar, quitar y deshabilitar al otro y todas las cosas que usan en su magia negra que sólo el mundo no consensual puede contener. ¡Cuánto me falta comprender todo esto!

...............

Visitas

E

n la tarde vino Mónica para las curaciones y nos reímos de todo lo que pasa con el paro y mi no salida. Vinieron Sandro, el hijo de Diógenes, y Pashco para

jugar y conversar. Luego vino Diógenes y dijo que había tomado la purga dos veces ayer y se quedó mareado todo el día y durmió en la hamaca de la casa de Mónica.

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Me mostró las plantas y el palo que ha traído. Me habla de las plantas que me ha puesto en el baño y que puedo usar para un nuevo perfume. Guacamayo es la planta, shawanrao, nomanrao es paloma, kananrao es para la abundancia y buena fortuna. Pongo las plantas en el perfume después de medio día de dieta y dieto 8 días sin sal ni azúcar para después usarlo para la calle y las amistades. Vino Milke y se fueron a buscar guava y Pashco se quedó conmigo en la hamaca, conversando. Regresa Milke y me cuenta cómo los merayas eran como monjes. Se metían solos en el monte por años y se convertían en el universo, curando al mundo, a las comunidades. Se transformaban en animales que venían en ellos. Se quedaban solos pero con mucho trabajo de curación a la distancia. Si me quedo 6 años, sabré más. Uno se queda solo sin amigos por seguir su propio tiempo y flujo y escoge con cuidado su interacción con otros. Me dice que por un lado, se siente cada vez más así como un ermitaño, aislado a propósito, para poder hacer las cosas que quiere hacer. Todos los días somos diferentes animales, plantas y la tierra. Hablamos de los límites de los idiomas para poder expresar lo que sólo se puede expresar en el idioma original. Y hay cantos y visiones que las plantas mismas te enseñan. Requiere de una memoria increíble por la cantidad de cantos que hay para todo. Ha llovido un poco en la mañana y el

día está nublado y fresco. Todos estamos con camisas de manga larga y chompa. Milke observa a Niwen que hace sonidos con su boca y dice que el niño es puro tigre. Pashco no tanto. Vinieron Karina y los chicos para conversar al atardecer hasta ser devorados por los zancudos y se fueron. Ella dice que está lisiada y que él no quiere sobarla y además, ¡quiere cobrarle! Ella dice que le va a cobrar 50 céntimos por cada prenda de ropa que le lava y por la comida. ¡Jajajaja! Me siento bien. Ya no me preocupo mucho acerca de cuándo viajo. Ya se arreglará. En la mañana temprano vinieron los chicos para conversar, curiosear, jugar y buscarme guava. Fueron con Karina a recoger guava para ella. Mayco subió y rompió una de las ramas. Le hice pedir perdón al árbol por haberlo dañado, como hijo de curanderos. Fue Diógenes a la casita donde yo había ido para buscar algo de tranquilidad. Puso su grabadora a alto volumen para escuchar los discursos y cantos del aniversario de su comunidad. Así que salí para mi casa donde me bañé con el baño preparado por Amelia. Fui a ver a Ronín que está enferma y en cama. Estaba dormida. Amelia jugó conmigo como si recién llegara y la correteé por la cocina. Viene a mi casa y me cuenta que anoche había pasado un pelotón de 100 encapuchados en Santiago


de Tushmo, acá cerquita, y que habían llegado a la bajada del hospital Amazónico. Me contó que cuando recién llegaron acá, ella, Jorge y Clementina estaban cultivando y pasó un grupo por abajo en la chacra. Ella encerró todo con alambre de púa y cambiaron de ruta. Una noche dormida en esta casa les escuchó caminando cargados y estaban encapuchados, al lado de la casa. Violan, roban y matan, dice. Este paro es político, quizás de Humala, en todo caso van a tener una reunión para ver si van al paro indefinido en un mes. La gente obrera que trabaja a diario para comer no podrá trabajar, los chicos no estudiarán, y ellos con su obsesión de pelear por ideas diferentes y el poder terminan matando a la gente que dicen están salvando. Es de locos. Acá vamos a poner piripiri alrededor de la propiedad contra los enemigos, pero … tienen miedo. Vino Mónica para echarme la medicina contra el arco, Zenia jugaba con los perros y Amelia cortaba pasto y palos secos para leña. Ya está lloviendo y se han ido. La gente de Lima no sabe nada de estas situaciones pero suena como el resurgimiento de los terroristas encapuchados que andan en la noche, tiran bala y producen miedo. Cuando matas a un inocente te matas a ti mismo. Es una enfermedad no respetar la vida humana y arrebatarla de los pobres. Cuánto sufrimiento innecesario. Todo es silencio.

Ya se levantó el paro anoche. Hoy en la mañana temprano saludé a Diógenes que cultivaba alrededor de mi casa. Había ido a averiguar si Milke había llegado con Amelia y el hermano del Curandero visitante y me dijo que sí. A las 7:30 Milke y yo caminamos para encontrar un motocar para llevarnos a Pucallpa. Pashco nos acompañó. La agencia de StarPerú estaba cerrada todavía, así que fuimos caminando al puerto donde hay una nueva alameda y una torre alusiva a curaciones shipibas y la historia de un barco fantasma y otras cosas más. Regresamos a la agencia y sí había cupo para el día pero querían cobrarme más de la cuenta. Protesté que yo no tenía la culpa del paro y que no iba a pagar por estar fuera de la fecha. Si aceptan en Lima, me dicen, me devolverán el cobro extra en el aeropuerto. Regresamos a casa, alisté las shacapas y las hojas, me bañe, vino Mónica con los remedios y me contó un largo sueño de lucha que había tenido la noche anterior. Los chicos ya están en el colegio y no pude despedirme de ellos. Desarmo la casa de nuevo. Me llaman para comer algo antes de ir al aeropuerto. Viene el cuñado de Milke con su motocar. Milke me sopló con agua de rosas para no oler a la muerte con Agua Florida, me despedí de todos y nos fuimos. Tomamos una ruta desconocida por atrás mientras llovía un poco. Llegamos al aeropuerto que está en remodelación, me

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devolvieron mi dinero pero tuve que pagar sobrepeso, así que igualito. Me despedí de Milke y Pashco y el avión salió a la hora y llegué mareado a Lima con toda la agitación de los últimos días. En las semanas que estuve en Lima decidí dejar mi departamento y la ciudad de Lima e irme a Hawai. En Lima me enfermé durante varias semanas con la vesícula y me curé

con remedios caseros. Regalé la acumulación de mis bienes materiales a amigos y colegas y me reduje a dos maletas. Era un retorno a la ciudad para dejarla después de muchos años. Pensé que salía permanentemente del Perú pero no ha sido así. En retrospectiva ha sido una temporada de curación y reencuentro conmigo mismo en otro mundo y otra realidad.

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A

EPÍLOGO

mediados del año, después de 6 meses afuera, regreso a la selva para meterme más. Llego con un cambio de actitud, con buena salud, recompuesto y fuerte, sin ataduras a la ciudad, abierto y libre para explorar más. Voy a dejarme perder por un tiempo en el mundo de los curanderos shipibos en Rao Nete y por el Río Ucayali en la selva peruana. La historia continuará como … LA MARCA DE HUITO

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