Cรกceres: Poemas, textos, canciones y leyendas
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Aula de Patrimonio 6ยบB CEIP Dulce Chacรณn. Cรกceres Curso 2014-15
Realización del cuaderno: Mª Ángeles Jareño (Tutora de 6ºB y coordinadora del Proyecto Aula de Patrimonio 6ºB del CEIP Dulce Chacón) y José Vidal Lucía (profesor colaborador en el Proyecto). Destinado a toda la comunidad educativa (profesores, escolares y padres) del CEIP Dulce Chacón y a nuestros visitantes del CEIP “Nueva Segovia” de esa ciudad. Cáceres, febrero de 2015
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Cáceres He vivido cien siglos con horas semejantes. He sufrido la ciega soledad del pájaro caído la cruda languidez de los cielos abiertos. Amé la lluvia rota en la ciudad antigua el humo los cristales los astros desatándose. Nada me sobra en cambio. La palabra es el don que solicito.
Ada Salas (De Arte y memoria del inocente, 1988)
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Cáceres Entre adarves, callejas y palacios, fuertes sin abatir, torres oscuras, el arco de la piedra dando espacios a la quietud de las estrellas puras; el árabe más dulce y los severos góticos templos –rejas, capiteles–; Carvajales, Golfines y Espaderos nombrando con su escudo los dinteles; nombres que fueron sin cesar dejando sueños en tanta gracia ciudadana: las Indias en los ojos de un Ovando, el lento Tajo en el cantar de Aldana … Cáceres, regalada y recogida, un grito que se acalla en los sillares, una corza de piedra perseguida por viñas, robledales y encinares. Profundo, se arracima el caserío; aprieta torres, frutos almenados. Se vierten y rebrillan como un río, como un mar, los olivos plateados. Cáceres a la sombra de la tierra se arrodilla, y el llano que se ondula 4|P á g i n a
le va ganando grises a la sierra que a más azul del cielo más se azula. José García Nieto (1914-2001)
Imagen: Lucía Barroso (6ºB)
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Primavera en la ciudad vieja Tiene la ciudad las torres floreadas de cigüeñas y corderinos de nubes triscando en altas veredas. Una brisa con los dedos le despeina las palmeras. Con un tablero de damas que sube lento una cuesta le dibujan las baldosas listones de verde hierba. Suena limpio el esquilón para la misa primera. La tibia mano del sol con hilos de rubias hebras le teje bellos rubores en la mejilla de piedra. Mil relumbres de diamantes las micas le cabrillean. Un torreón se ha prendido debajo de las almenas zarcillos de cabrahígos 6|P á g i n a
y gargantillas de hiedra. El cielo tiende su azul entre veleta y veleta. Cuando pasé de mañana por el Arco de la Estrella toda la esquina de enfrente se vestía de primavera
José Canal (Arroyo de la Luz, 1913-1979)
Imagen: Carlos Pereira (6ºB)
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Cáceres Si alguna vez queréis saber de un tiempo hecho de terciopelo ensangrentado, de almena arrebolada por las mieses y toques campaniles milagrosos: venid a Cáceres. Buscad, donde la calle ensoñecida recoge el lento llanto del ocaso, el recobrado vuelo de vencejos entre las altas torres desoladas, el duelo de las horas sin partida en el reloj del sol petrificado. Buscad el eco antiguo de otros días, perdurable en el aire y el latido; y vivid plenamente este milagro de ver el tiempo detenido y dócil: Cáceres
Rufino Félix Morillón (En “Detrás de la noche” publicado por poeta José Cercas)
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Olivar de la Judería La Torre de los Pozos lo rodea. Remanso en que descansan tres culturas. Allí se depositan andaduras del ayer, del presente que sestea. Un tránsito entrañable representa. En el olivar brisas se entrecruzan. Cantares almohades desmenuzan la nostalgia de una era más cruenta. Refugio de poetas que en su sombra reconstruyen los versos fantasmales que cuelgan de las copas circundantes. Y con la luna llena, dos amantes se abrazan y se besan en la alfombra tejida por hechizos ancestrales. Vicente Rodríguez Lázaro (inédito)
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Arco de la Estrella Construida en lo alto, a la ciudad antigua podemos acceder por cinco puertas. Sobre una de ellas, la del arco esviado para los carruajes, hay una estrella gótica y un pequeño templete para las devociones. Pero es el amarillo de las piedras bajo la luz nocturna y su premeditada soledad, el trazo abierto, lo que me hace ahora atravesarla con la idea de perderme, de sumirme sin nada en la evidencia de las cosas sencillas. Desde dentro los desaparecidos iluminan la tierra. En las ciudades altas, las estrellas duermen en las cornisas.
Basilio Sánchez Los bosques de la mirada. Poesía reunida 1984-2009. (Calambur, Madrid, 2010)
Página del autor
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El parque Una ciudad no tiene corazón, tiene un parque pequeño situado en el centro de la memoria por el que corre el agua de las fuentes y en el que, al atardecer, se arremolinan los gorriones antes de abandonarse a la hospitalidad de su tibieza. El paseante ve su rostro reflejado en los escaparates y se da cuenta de que, al menos en lo que a su alma se refiere, a él no le concierne la ciudad, que él pertenece al parque; que en realidad jamás ha salido de ese antiguo recinto perfumado porque nunca ha dejado de corretear bajo las hojas de las catalpas –grandes y suaves como recuerda las manos de su madre–, ni de percibir la agitación tranquila de los plátanos con el aire de la felicidad que una vez creció en él y que, al cabo de los años, no ha perdido del todo. El paseante sabe que una ciudad no tiene corazón, pero que existe, en algún lugar, una fuente de piedra con siete peces rojos centelleantes y un puñado de niños que gira a su alrededor mientras sus voces se elevan por encima de las hojas de las acacias, más allá de las habitaciones de las lavanderas y los mirlos. Basilio Sánchez El cuenco de la mano (Littera Libros, Villanueva de la Serena, 2007)
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Plaza Mayor Aún antes que las torres, antes que el cielo incluso, lo primero que ves son las cigüeñas. Y a la gente sentada bajo los soportales contemplando los juegos de la luz en los cristales de las casas, observando curiosa a los que pasan de un lado para otro entregados en alma al ejercicio de lo insignificante, sintiéndose dichosos sin llegar a saberlo. Frente al viejo escenario, girando con nosotros sobre su mansedumbre, la plaza nos devuelve, con esa lentitud con que se mueven los engranajes íntimos de la felicidad, la alegría de lo simple.
Basilio Sánchez Los bosques de la mirada. Poesía reunida 1984-2009. (Calambur, Madrid, 2010)
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Palacio de las Cigüeñas No hay torres sin cigüeñas. Ni árboles, ni postes de teléfono, ni tejadillos altos. Levantada sin prisas con las piedras del desmoronamiento del alcázar, la atalaya conserva las almenas por lealtad del linaje. Esa misma lealtad que descubrimos en las comparecencias y en los vuelos tranquilos de estas aves que han renunciado ya a las migraciones y ganado, por ello, el derecho a la ciudadanía. Basilio Sánchez Los bosques de la mirada. Poesía reunida 1984-2009. (Calambur, Madrid, 2010)
Imagen: JVidal Lucía
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Macetas de Colores La noche está manchando las paredes, con pompas de jabón y chocolate. Por Cáceres revientan los claveles para gritar que no, que ya es bastante. ¡Extremadura! La noche está manchando las paredes, con pompas de jabón y chocolate. Debajo de la piedras los claveles gritan que no, que ya es bastante. Las faldas de mi niña están colgadas de la copa de un pino piñonero. Le sobra a la mañana una cigarra, y dos cencerros, y el sol de enero. Siento que la vida es diferente aquí, y busco el color de su mirada. La luz que invento, la luz que salta cada día, el sueño que se abalanza. El chaparrón regando tagarninas, una vieja que baila por las esquinas, debajo de macetas de colores para gritar que no, que ya es bastante. Se trata de vivir enamorado. 14 | P á g i n a
Te doy un puñadito de palabras. Se trata de la lluvia en los tejados, y una guitarra, esta guitarra. Siento que la vida es diferente aquí, y busco el color de su mirada. La luz que invento, la luz que salta cada día, el sueño que se abalanza. José Manuel Díez (Canción incluida en el disco “Eres buena gente”)
Versión 1
Versión 2
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La Leyenda del Emplazado (Palacio de Carvajal) Cuenta la leyenda que los hermanos Pedro y Diego Alonso de Carvajal fueron condenados a muerte por el rey Fernando IV de Castilla, acusados de haber robado las tierras del noble favorito del rey, Juan Alfonso Benavides, y de haberle asesinado. Antes de morir, los hermanos lanzaron una maldición al rey y le emplazaron a un Juicio ante Dios que tendría lugar antes de treinta días. Cuando llegó la fecha señalada, el rey murió y pasó a la historia con el sobrenombre de “El Emplazado”. Fue así como los hermanos Carvajal, una vez fallecidos, demostraron a todos su inocencia. Desde entonces, la banda roja que cruzaba el escudo de Carvajal tornó a negra en señal de luto por este triste acontecimiento en la vida de la familia.
Casado de Alisal
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Carmen Salazar (6ºB)
La leyenda de la gallina o de la conquista de Cáceres La galería que se abre bajo la torre de los Pozos es el escenario de esta famosa leyenda. Durante el asedio de Alfonso IX, la hija del Caíd almohade se enamoró de un soldado cristiano y le mostró una entrada secreta para que pudiese visitarla. Por esa galería entraron los soldados que conquistaron la ciudad. El padre de la princesa castigó a su hija encerrándola en un subterráneo de la Alcazaba, aunque, según otras versiones, la convirtió en una gallina que se aparece en las calles de la ciudad todas las noches de San Juan. (De Patrimonio oculto. SIG Ayto. de Cáceres)
Otras versiones de la leyenda: La leyenda de la Calleja de Mansaborá y de la conquista del Cáceres En Publio Hurtado: “Supersticiones extremeñas” (1902), pág. 77 a 79. 2ª Edición, Huelva, 1989 (a cargo de A. Artero Hurtado)
La Leyenda de la Gallina de las Plumas de Oro (En la web del Consorcio de la Ciudad Monumental de Cáceres)
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Mora de Mansaborá Entrevista a Rubén Núñez (de Mansaborá Folk) en El sol sale por el oeste (08-11-2011), de Canal Extremadura. Romance de la Mora de Mansaborá (de Mansaborá Folk). Vídeo ilustrado con imágenes de la Ciudad Antigua de Cáceres, realizado por nuestra compañera Mª Jesús Llanos.
Textos sobre el pasadizo en Notas referentes a Cáceres (de Juan Sanguino Michel): 18. Vestigios romanos. Hay un casucho en la calle de Mira al Río, frente al antiguo San Marcos […], edificado sobre un peñasco, en el cual casucho se dice que hay un pozo que llaman de la Mora y tiene su desagüe por bajo de la calle y próximo al peñasco en que se asienta lo que fue capilla de San Marcos, […]. Se cuenta además que este pozo era la entrada de un subterráneo, por donde los cristianos penetraron y sorprendieron a la guarnición mora del Alcázar o Casa de las Veletas. Otros suponen que la entrada al subterráneo era por el portillo que se ve en el lienzo de la muralla que hay por cima, sitio donde quedan vestigios de haber habido como un callejón cubierto, defendido por un avance de muralla. […].
61. El subterráneo de la Reconquista Al hacer un pozo en el huerto que acabo de mencionar (el patio de la Torre de los Pozos), oí contar a Quirós (dueño entonces de la casa) que se encontraron con una especie de galería que, cortando a aquel transversalmente, originaba que el agua se escapara por ella al llegar a su altura. 18 | P á g i n a
¿Sería esta galería el subterráneo que menciono en el nº 18? En esa parte de la muralla es donde está el portillo tapiado, que allí digo, y debajo de la muralla está la casa en que existe el pozo cerrado (queda el pavimento) que la tradición dice fue por donde los cristianos penetraron, sorprendiendo a la guarnición del Alcázar. La boca de este subterráneo en la Casa de las Veletas encuéntrase cegada con piedras, en la galería baja desde donde se ve el morisco aljibe, […].
112. Subterráneo de la Casa de las Veletas. A lo anotado en los nos 18 y 61 he de añadir lo siguiente: Fue, acaso, en principios de 1912, cuando un temporal de lluvias derribó la pared del jardín de la Casa de las Veletas, […] y quedó al descubierto el subterráneo, que cuentan es de alta bóveda de ladrillo, que es bastante amplio para poder marchar de pie y de frente dos hombres. […]. En nota a pie de página los editores cuentan que Ortí Belmonte, sucesor de Sanguino en la dirección del Museo, dio con el pasadizo o galería en marzo de 1942. “Lo redescubierto fue un tramo de 8 metros, abovedado de ladrillo árabe, como ya indicó Sanguino”. Tomado de “Notas referentes a Cáceres” de Juan Sanguino Michel. Edición facsímile del manuscrito autógrafo, de Mercedes y Montaña Pulido y Abelardo Martín. Ediciones Norba 10004, Cáceres, 1996.
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Realizado para el proyecto “Cáceres: Elementos del Patrimonio y ruta del agua en la ciudad histórica” Aula de Patrimonio 6ºB CEIP Dulce Chacón. Cáceres Curso 2014-15 Proyecto promovido por el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España
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