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La hermandad
from La hermandad
Mientras que la industria cultural crece nosotros nos encargamos de llevarte la informacion de todos estos acontecimientos. Gracias :)
Indistria Cultural
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PAG. 4-5
Espacio INCAA
PAG. 8
EL FILME DEL BANDIDO VENERADO La película sigue a un grupo de chicos de quinto grado que viven la experiencia escolar por primera vez.
Ilustración: @imdouob
83 MINUTOS DE DURACION
PG13 APTO
DIRECCIÓN: MARTIN FALCI
RESOLUCIÓN 2K
24 FPS
SONIDO 5.1
PRODUCCIÓN: BENJAMÍN ÁVILA - MAXIMILIANO DUBOIS
GUIÓN: JAIRO CEJAS - MARTÍN FALCI
FOTOGRAFÍA: ADRIÁN DI TORO
SONIDO: PABLO IRRAZÁBAL
MONTAJE: MARÍA ASTRAUSKAS (SAE)
MÚSICA: PEDRO ONETTO
ENTREVISTA
Pablo Maradei ejemplomail@clarin.com
A sólo horas del estreno en los cines tucumanos, charlamos con el director de “La Hermandad”, Martín Falci, quien nos brindó su percepción, pero ante todo, su sentir acerca de la película que “retrata el último campamento de varones”. La primera pregunta que surge después de haber escuchado algunas repercusiones de “La Hermandad” la tomamos de la docente Bárbara Tarcic, quién se pregunta en su reseña publicada por este medio: -“¿Qué nos quiere decir Martín? ¿Qué nos está ocultando?” - La película hace recortes fieles de lo que es la realidad. No esconde nada, muestra a esos pibes tal cual son. En un documental, a diferencia de la ficción, uno debe cuidar a sus personajes teniendo en cuenta que trabajo con niños de 10 años. Cada vez que me alejé como egresado me permitió ver cómo la escuela, las instituciones y los medios construyen un modelo de masculinidad. Parece que ser hombre puede ser ligado sólo a la violencia y no permitirse sentir. Esta es la dicótoma que a mi me interesaba mostrar. En mi primer campamento yo me deshidrate. He vivido campamentos muy violentos y campamentos donde no pasaba nada. Cuando los egresados del colegio ven el film, pareciera que les doliera el cuerpo en ciertas situaciones . Es que destapa una olla. Para mi mostrarlo es una bisagra porque hay prácticas que deben cambiar. Este campamento contiene muchas particularidades, ellos querían hacer las cosas un poco mejor. -¿La Hermandad rompe los pactos de masculinidad? - No se si lo rompe, lo muestra desde muy cerquita. Al mismo tiempo que hay insultos, también hay momentos de ternura, pero sólo cuando ellos se lo permiten sentir. Es una película que habla de los varones, desde la mirada de los varones. En mi caso varón, cisgénero, bisexual. Acá hay una discusión que tenemos que empezar a dar, y nos cuesta un montón darla por ese pacto que es implícito de cómo hay que ser hombre y cómo hay que ser entre hombres. Terminamos siendo a veces falocentristas también porque nos dibujamos pitos en el cuerpo (se ríe incómodo y se acuerda de los juegos con el flota flota).
La película, en ese sentido, tiene muchas capas. Si bien emociona mucho, también muestra esas contradicciones que obviamente genera mucha incomodidad verla. -¿La película explota la nostalgia? - Sí. Quedó mucho más nostálgica de lo que esperaba, pero la inocencia da nostalgia porque todos volvemos a recordar de cómo éramos a los 10 años. Te genera una empatía casi inmediata con los pibes: los ves incómodos, contentos, enojados y sin prejuicios porque no tienen esa “masculinidad”. La peli deja ver el comienzo de esa construcción. El film se desarrolla en Potreros de las Tablas, donde fue el primer campamento del Director. Él expresa un frase muy tucumana al acordarse: “Ta loco como la realidad te configura un proyecto. En un documental no tenes control de cómo se iban a desarrollar las cosas”. -Te escuché en algunas entrevista hablar del “Nuevo Cine Tucumano”. ¿Qué es? - El nuevo Cine tucumano empezó hace 14 o 15 años gracias a la apertura de la Escuela de Cine en la Universidad Nacional de Tucumán y comenzaron a gestarse nuevos directores. Las producciones que interpretan este nuevo cine tucumano comenzó con “Los Dueños”, “El motoarrebatador” – del director Agustín Toscano – , “Bazán Frías: Elogio del crimen”, y “La Hermandad” forma parte de esto. Se filmaron series, documentales, películas y cortos, que aunque no se vieron aún, circulan por los festivales y se empezó a hablar del ´cine tucumano´ como tal. Posicionarnos como el nuevo cine tucumano es una decisión política en clave de defender esa identidad. También en materia de industria porque se filman un montón de producciones que dan laburo a un montón de gente y esas obras empiezan a representar a Tucumán. Debemos empoderarnos como realizadores locales. “La Hermandad” como una experiencia transmedia La Hermandad se proyectó en el Festival Tucumán Cine y se realizaron charlas alrededor del film. Resulta que la presentación de la película conllevó un conjunto de eventos a su alrededor que lo van configurando como una experiencia. Además habrá una muestra de fotos de Subcoop, Cooperativa de Fotógrafos, quienes realiza trabajos
antropológicos. El artista Nicolás Posthumis retrató el campamento en 2017, durante el rodaje. Posthumis conocía a Benjamín Ávila – productor de “La Hermandad” y reconocido productor de Cine nacional – y se enteró del campamento. Se unió a esta experiencia y usamos una de sus fotos para el afiche. El trabajo de ellos el subliminal. Estamos esperando que pronto salga a la luz esa muestra, que es otra mirada. Estamos haciendo muchas acciones alrededor de la película. -¿Crees que es necesario que el cine se transforme en una experiencia transmedia? - Los medios han cambiado y siguen mutando. No sabemos a dónde terminarán. Si queremos que la gente vaya al cine, esa película la debemos llevar hacia otros lugares. Un museo, a cielo abierto, en la vía pública. Lo que sea. Ese es es el gran desafío del cine argentino, porque no nos dan pantalla. En el caso de “La Hermandad” decidimos estrenarla acá y dar prioridad a la provincia porque retrata un hecho que sucede acá, sobre un colegio renombrado. Cuando la llevemos hacia otros lugares queremos llevarla con un número importante de espectadores para que cobre la importancia que merece. Es tan virgen el camino del lanzamiento de una película. Por ahí los realizadores nos agotamos de hacerla pero cuando ya está hecha, ahí recién empieza. La Hermandad no empezó, recién será hoy la primera función en el Cine Atlas y Cines del Solar con funciones diarias hasta el miércoles 21 de agosto. A partir de este jueves 15 de agosto, la película “La Hermandad” estará en cartelera en los cines Atlas y Del Solar.
Cuando// Los horarios serán a las 20 en Cine Atlas (Monteagudo 250); mientras en los Cines del Solar , la función diaria comienza a las 21.
Donde// Avenida Aconquija 1336, Yerba Buena.
CULTURA DESCUBRIR LA IDENTIDAD DEL ENCAPUCHADO ES EL DESAFIO PRINCIPAL PARA LOS ACAMPANTES GYMNASISTAS.
IDENTIDADES, MITOS Y OTRAS CUESTIONES
LA PELÍCULA SIGUE A UN GRUPO DE CHICOS DE QUINTO GRADO QUE VIVEN LA EXPERIENCIA ESCOLAR POR PRIMERA VEZ. “TRATAMOS DE QUE EL ESPECTADOR DE CUALQUIER PARTE DEL MUNDO PUEDA DIMENSIONAR LO QUE SIGNIFICA PARA ESOS PIBES ESTE HECHO Y LO QUE SIGNIFICAEL CAMPAMENTO EN SÍ.
Barbara Tarcic
Escribo desde ese eterno sentimiento de amor al odio con Tucumán, tan llena de contradicciones. Me enoja a niveles impensados el conservadurismo imperdonable en lo que se refiere a lo ideológico, a ciertas posiciones retrógradas y medievales con respecto a problemáticas tales como, en general, aquellas vinculadas con la cuestión del reconocimiento de todo tipo derechos (derechos humanos, derechos de la mujer a decidir sobre su cuerpo, los de todas las personas y sus identidades, reafirmaciones y o cambios de identidad sexual o de género, religiosa, política, etc.) Sin embargo, encuentro en el ámbito cultural (y hoy más que en el de la educación formal atravesada por estos conservadurismos antiderechos) que se produce en esta misma compleja provincia, una suerte de salida interesante y salvadora para mirarnos desde los productos culturales que hoy se están realizando desde las distintas instituciones hacedoras de cultura, las que, lamentablemente, muchas veces trabajan en competencia y en pugna. Más allá de estas luchas más o menos explícitas de la gestión cultural provincial y la producida desde la Universidad y organismos de gestión independiente, se vienen realizando ofertas de gran valor en nuestra provincia. Más si se tiene en cuenta el contexto en el que nos encontramos: más allá de nuestras diferentes lecturas y las mejoras que seguramente podrían seguir realizándose, es prácticamente innegable la apuesta consciente en Tucumán a la producción cultural en las distintas áreas: música, teatro, cine y producción audiovisual en general, creación y remodelación en materia de museos, proliferación de medios de comunicación hegemónicos y alternativos, etc. Ayer fui a ver “La hermandad”, de Martin Falci en el marco del Festival
de Cine Gerardo Vallejo. El film había generado muchas expectativas por distintas razones. En primer lugar porque es otra de las tantas producciones audiovisuales generadas por tucumanos que junto con “Bazán Frías: Elogio del crimen” entran en la competencia del ya histórico y renombrado Festival, en mi opinión, uno de los logros sostenidos en la gestión cultural de la provincia, logro más valorado aún dentro del contexto nacional que, como sabemos, no sólo ha producido significativos recortes en materia de cultura, ciencia, educación y tecnología sino que además ha dejado sin efecto a muchas de las políticas y los logros del kirchnerismo. Martín Falci llega agitado a la mesa del ventanal del bar ABC. Vino caminando desde el estudio donde estuvo ultimando detalles de La Hermandad, la película que retrata la vida en el campamento de varones del colegio Gymnasium, un fenómeno que ha generado tanta expectativa como ansiedad desde que se anunció el estreno. Ansiedad que al director tucumano de 27 años se le filtra por los dedos cuando pide un té de manzanillas y no tiene tiempo para dejar reposar al saquito del té sobre el agua caliente de la taza.
Martín Falci ahoga el saquito de té con la cuchara y cuando el saquito intenta salir a flote, vuelve a hundirlo, apretándolo hasta el fondo de la taza con el filo de la cuchara, con el riesgo de romper el saquito y tragarse las hebras del té al primer sorbo, pero no, tampoco: el agua se tiñe del color té, el director saca el saquito vencido y desinflado y arranca la entrevista con eltucumano.com a días del gran día: el sábado 3 de agosto en el Festival Tucumán Cine. "Soy egresado del colegio en 2009. En 2012 (en la Escuela de Cine) estaba haciendo un trabajo de antropología y producción y, después de pensar mucho, había algo que me había atravesado siempre: esos ocho años en la secundaria que es una experiencia que no tiene mucha explicación ni lógica y que a medida que me alejaba me daba más sorpresa y dimensión cinematográfica y narrativa todo lo que tenía ese campamento. Hasta la forma de la carpa ya era el encuadre perfecto si ponía la cámara de frente. Entonces empecé con ese proyecto que al principio tenía un nombre horrible y que se dispara de una forma institucional, pero que tenía una cosa muy crítica: hay algo con la masculinidad y la violencia que me generaban muchas preguntas y no tenía muchas respuestas. Entonces fui por ahí". Después del paso por varias clínicas, del concurso Raimundo Gleyzer y del rechazo en Quinta Vía (por donde se presentó Bazán Frías), Martín Falci pensó en tirar el proyecto a la pileta de la cocina, como a un saquito de té frío, rancio, con sabor a pasto: "Pensé que ya era. Habían pasado tres años. Hasta que conocí a Benjamín Ávila (director de Infancia Clandestina y productor de La Hermandad), con quien había tenido un solo taller y cuya película me había parecido increíble. Ahí nació el vínculo productor-director y esta película comenzó a hacerse
Captura de Pantalla de LA HERMANDAD. Gentileza Martín Falci (se estreno el sábado a las 20 de Agosto en el Caviglia, 2019).
Captura de Pantalla de LA HERMANDAD. Gentileza Martín Falci (se estreno el sábado a las 20 de Agosto en el Caviglia, 2019).
realidad. En 2016 no se filma y en 2017 sí, justo en un año clave porque el colegio se pone en boca de todos cuando se aprueba el ingreso de las primeras mujeres para el año siguiente, ocurre el accidente de un chico que cayó del tercer piso y el hecho más duro que también interviene en el guión es la muerte de un pibe apuñalado en la parada, a la vuelta del colegio. Hay algo ahí que marca al colegio ese año por razones obvias de sensibilidad humana, de lo humano que el colegio es más allá de todas sus contradicciones y dicotomías de todas las cosas que existen, de todo ser, de todas las personas, instituciones y lugares. Y eso es lo que a mí me parecía lo más atractivo del colegio. A todo esto, cuando le contabas a alguien de afuera que el colegio hacía un campamento de 10 días, nos llenaban de preguntas: 'Che, ¿y qué más hacen?', 'Che, ¿y qué es El zorro?' Cosas así. Pero la película no es del colegio. La lucha más difícil fue no hacer el institucional, pero tampoco quería hacer un panfleto en contra de nada, sólo mostrar este universo muy cinematográfico lleno de contradicciones". El año más difícil para el Gymnasium no fue un impedimento para la filmación de La Hermandad. Con el apoyo del Ente Cultural, de la Municipalidad y el financiamiento del Incaa, Falci tomó la decisión radical de estrenar en Tucumán en agosto, hacerlo en octubre en Buenos Aires y quedar a la espera de los festivales. A medida que se acerca el día, gymnasistas y no gymnasistas llaman a Falci, lo mensajean, o comentan intentando anticiparse a qué es lo que se mostrará del campamento que ese año se realizó por última vez solo con varones en Potrero de las Tablas: "Llegan preguntas, claro que me llegan preguntas. Y hay preocupados, hay algunos que están preocupados. Y me parece que hay razones para preocuparse. Cuando uno toma distancia del campamento empieza a definir los contrastes. Cuando uno es adolescente realiza cosas más por automatismo y las hace por el sistema, porque de alguna la construcción del ser hombre está atravesada por la violencia y la fuerza. Desde lo simbólico hasta lo físico ocurre algo muy fuerte, hay una intención muy seria del colegio de ir contra eso. Al principio la película era muy crítica y después fue convirtiéndose en más humana. Con el paso del tiempo fue madurando. Al principio el punto de vista estaba en los más grandes y luego mutó hacia los que ingresan y mostrar por primera vez cómo ven ese universo. Los protagonistas de la película son chicos de 10 años". Este Martín Falci adulto que desplegó en 2017 su equipo de trabajo para filmar durante diez días el campamento del Gymnasium y hacer una película protagonizada por niños que corren, se embarran, ríen y lloran es el Martín Falci que estuvo del otro lado de la cámara, en el mismo lodo, todo manoseado, pintado, asumiendo postas con un cuerpo en desarrollo como cimiento de esa hermandad construida durante todos estos años por una de las instituciones más emblemáticas de la educación
van a seguir haciendo: en el baño del colegio, en donde sea. En el campamento convive todo. Al principio pensaba mucho en la sexualidad, pero luego lo enfoqué en la pérdida de la inocencia y en la construcción de la identidad. O en ese paso de la niñez a la adultez, la separación de los padres, la supervivencia, la división de tareas y trabajar en grupo. Este tema tiene muchas capas que empiezan a abrirse de alguna manera".
El director aparenta desaparecer, sin embargo está ahí, y se convierte en un niño de 10 años” “
Barbara Tarcic
A las puertas del Festival Gerardo Vallejo, con los antecedentes de Los dueños, El motoarrebatador, La ausencia de Juana, Bazán Frías o Planta permanente de próximo estreno, el cine tucumano transcurre una etapa de producción sólida que trasciende a la provincia así como La Hermandad escapa a las aulas, a la convivencia al aire libre, a toda una institución: “Las películas están para contar nuestra realidad en Tucumán, en Argentina y en el mundo. Lo mínimo que podemos hacer es filmar acá, filmar nuestras historias. A esta película que van a ver la amé y la odié muchas veces, nunca la imaginé tan cercana en algunos puntos, así de sugerente en otros puntos.No sé si va a gustar o no, al gymnasista le va a conmover por antonomasia, pero la película es la experiencia de esos chicos ese año en ese campamento que ya no existe.
El campamento marca del fin de una etapa del fin del colegio sólo con varones. Fui a filmar la cercanía de la construcción de la masculinidad. La película tiene una temática universal. Tenemos que hacer películas sobre nosotros. Tenemos que contar nuestra historia, lo que hemos vivido, lo que conocemos, lo que nos inquieta, lo que nos incomoda. "La Hermandad es una película, es también un documental de autor, observacional, es la discusión documental ficción, la película no tiene archivo, no tiene entrevistas, tampoco voz en off, es realidad pura”. El mozo del ABC trae la cuenta, suena fuerte la música durante la entrevista, pero es en el último instante donde Martín Falci escucha qué suena, tamborilea los dedos, se envuelve la garganta para protegerse del frío, sabe que acaba de empezar la última semana de espera, las últimas horas hasta el
estreno del sábado a las 20 horas en la Sala Caviglia: “La película cuenta cómo se construye la identidad colectiva y las contradicciones de esa construcción hegemónica de la masculinidad hoy atravesada por el feminismo.
Pero la película no viene a hablar de feminismo, viene a hablar de la masculinidad que es el debate que tenemos que dar nosotros. Hay un texto pronto a ser publicado de mi amigo Lucas García (director de Bazán) que se titula ‘Hablemos, muchachos’. Creo que a través del cine estos diálogos se están empezando a dar. Confiamos que en Tucumán se va a ver porque es una película de un evento y un colegio que todo el mundo habló pero nadie vio: saldrán muchos diciendo ‘Bueno, esto no es tan malo’, y saldrán otros diciendo ‘Esto es terrible’.. No creo que la película sea ni muy terrible o violenta ni tampoco muy inocente. Es increíble todo lo que va a pasar con La Hermandad en Tucumán. Y lo más loco es que todavía no se vio la película. Ni se empezó a mostrar y esa ansiedad crece. Por eso estoy tratando de mantenerme calmo, así como me ves hasta cuando llegue el estreno, el día que entre a la sala, el día que se sepa qué es La Hermandad”. Escribo desde ese eterno sentimiento de amor al odio con Tucumán, tan llena de contradicciones. Me enoja a niveles impensados el conservadurismo imperdonable en lo que se refiere a lo ideológico, a ciertas posiciones retrógradas y medievales con respecto a problemáticas tales como, en general, aquellas vinculadas con la cuestión del reconocimiento de todo tipo derechos (derechos humanos, derechos de la mujer a decidir sobre su cuerpo, los de todas las personas y sus identidades, reafirmaciones y o cambios de identidad sexual o de género, religiosa, política, etc.) Sin embargo, encuentro en el ámbito cultural (y hoy más que en el de la educación formal atravesada por estos conservadurismos antiderechos) que se produce en esta misma compleja provincia, una suerte de salida interesante y salvadora para mirarnos desde los productos culturales que hoy se están realizando desde las distintas instituciones hacedoras de cultura, las que, lamentablemente, muchas veces trabajan en competencia y en pugna. Más allá de estas luchas más o menos explícitas de la gestión cultural provincial y la producida desde la Universidad y organismos de gestión independiente, se vienen realizando ofertas de gran valor en nuestra provincia. Más si se tiene en cuenta el contexto en el que nos encontramos: más allá de nuestras diferentes lecturas y las mejoras que seguramente podrían seguir realizándose, es prácticamente innegable la apuesta consciente en Tucumán a la producción cultural en las distintas áreas: música, teatro, cine y producción audiovisual en general, creación y remodelación en materia de museos, proliferación de medios de comunicación hegemónicos y alternativos, etc. Ayer fui a ver “La hermandad”, de Martin
MARTIN FALCI (2019)
Ilustración: @imdouob
Falci en el marco del Festival de Cine Gerardo Vallejo. El film había generado muchas expectativas por distintas razones. En primer lugar porque es otra de las tantas producciones audiovisuales generadas por tucumanos que junto con “Bazán Frías: Elogio del crimen” entran en la competencia del ya histórico y renombrado Festival, en mi opinión, uno de los logros sostenidos en la gestión cultural de la provincia, logro más valorado aún dentro del contexto nacional que, como sabemos, no sólo ha producido significativos recortes en materia de cultura, ciencia, educación y tecnología sino que además ha dejado sin efecto a muchas de las políticas y los logros del kirchnerismo. Martín Falci llega agitado a la mesa del ventanal del bar ABC. Vino caminando desde el estudio donde estuvo ultimando detalles de La Hermandad, la película que retrata la vida en el campamento de varones del colegio Gymnasium, un fenómeno que ha generado tanta expectativa como ansiedad desde que se anunció el estreno. Ansiedad que al director tucumano de 27 años se le filtra por los dedos cuando pide un té de manzanillas y no tiene tiempo para dejar reposar al saquito del té sobre el agua caliente de la taza. Hasta la forma de la carpa ya era el encuadre perfecto si ponía la cámara de frente. Entonces empecé con ese proyecto que al principio tenía un nombre horrible y que se dispara de una forma institucional, pero que tenía una cosa muy crítica:
Después del paso por varias clínicas, del concurso Raimundo Gleyzer y del rechazo en Quinta Vía (por donde se presentó Bazán Frías), Martín Falci pensó en tirar el proyecto a la pileta de la cocina, como a un saquito de té frío, rancio, con sabor a pasto: "Pensé que ya era. Habían pasado tres años. Hasta que conocí a Benjamín Ávila (director de Infancia
Clandestina y productor de La Hermandad), con quien había tenido un solo taller y cuya película me había parecido increíble. Ahí nació el vínculo productor-director y esta película comenzó a hacerse realidad. En 2016 no se filma y en 2017 sí, justo en un año clave porque el colegio se pone en boca de todos cuando se aprueba el ingreso de las primeras mujeres para el año siguiente, ocurre el accidente de un chico que cayó del tercer piso y el hecho más duro que también interviene en el guión es la muerte de un pibe apuñalado en la parada, a la vuelta del colegio. Hay algo ahí que marca al colegio ese año por razones obvias de sensibilidad humana, de lo humano que el colegio es más allá de todas sus contradicciones y dicotomías de todas las cosas que existen, de todo ser, de todas las personas, instituciones y lugares. Y eso es lo que a mí me parecía lo más atractivo del colegio. A todo esto, cuando le contabas a alguien de afuera que el colegio hacía un campamento de 10 días, nos llenaban de preguntas: 'Che, ¿y qué más hacen?', 'Che, ¿y qué es El zorro?' Cosas así. Pero la película no es del colegio. La lucha más difícil fue no hacer el institucional, pero tampoco quería hacer un panfleto en contra de nada, sólo mostrar este universo muy cinematográfico lleno de contradicciones". El año más difícil para el Gymnasium no fue un impedimento para la filmación de La Hermandad. Con el apoyo del Ente Cultural, de la Municipalidad y el financiamiento del Incaa, Falci tomó la decisión radical de estrenar en Tucumán en agosto, hacerlo en octubre en Buenos Aires y quedar a la espera de los festivales. A medida que se acerca el día, gymnasistas y no gymnasistas llaman a Falci, lo mensajean, o comentan intentando anticiparse a qué es lo que se mostrará del campamento que ese año se realizó por última vez solo con varones en Potrero de las Tablas: "Llegan preguntas, claro que me llegan preguntas. Y hay preocupados, hay algunos que están preocupados. Y me parece que hay razones para preocuparse. Cuando uno toma distancia del campamento empieza a definir los contrastes. Cuando uno es adolescente realiza cosas más por automatismo y las hace por el sistema, porque de alguna la construcción del ser hombre está atravesada por la violencia y la fuerza. Desde lo simbólico hasta lo físico ocurre algo muy fuerte, hay una intención muy seria del colegio de ir contra eso. Al principio la película era muy crítica y después fue convirtiéndose en más humana. Con el paso del tiempo fue madurando. Al principio el punto de vista estaba en los más grandes y luego mutó hacia los que ingresan y mostrar por primera vez cómo ven ese universo. Los protagonistas de la película son chicos de 10 años". Este Martín Falci adulto que desplegó en 2017 su equipo de trabajo para filmar durante diez días el campamento del Gymnasium y hacer una película protagonizada por niños que corren, se embarran, ríen y lloran es el Martín Falci que estuvo del otro lado de la cámara, en el mismo lodo, todo manoseado, pintado asumiendo postas con un cuerpo en desarrollo como cimiento de esa hermandad construida durante todos estos años por una de las instituciones más emblemáticas de la educación pública de Tucumán: "Yo la pasaba increíble en los campamentos. Había cosas raras. He filtrado una imagen de una pelea en el barro. He peleado alguna vez en el barro. Esa cosa de lo físico a prueba es todo el tiempo. Lo físico entre hombres de chico está desprejuiciado , pero al mismo tiempo todo está marcado por el macho, por la fuerza. Conviven las contradicciones. O lo sexual: los chicos se tocan. Y lo van a seguir haciendo: en el baño del colegio , en donde sea. En el campamento convive todo. Al principio pensaba mucho en la sexualidad, pero luego lo enfoqué en la pérdida de la inocencia y en la construcción de la identidad. O en ese paso de la niñez a la adultez, la separación de los padres, la supervivencia, la división de tareas y trabajar en grupo. Este tema tiene muchas capas que empiezan a abrirse de alguna manera". A las puertas del Festival Gerardo Vallejo, con los antecedentes de Los dueños, El motoarrebatador, La ausencia de Juana, Bazán Frías o Planta permanente de próximo estreno, el cine tucumano transcurre una etapa de producción sólida que trasciende a la provincia así como La Hermandad escapa a las aulas, a la convivencia al aire libre, a toda una institución: “Las películas están para contar nuestra realidad en Tucumán, en Argentina y en el mundo. Lo mínimo que podemos hacer es filmar acá, filmar nuestras historias. A esta película que van a ver la amé y la odié muchas veces, nunca la imaginé tan cercana en algunos puntos, así de sugerente en otros puntos. No sé si va a gustar o no, al gymnasista le va a conmover por antonomasia, pero la película es la experiencia de esos chicos ese año.
DEL EDITOR AL LECTOR
RESEÑA
Pablo Maradei ejemplomail@clarin.com
Andrés Bazán Frías fue un bandido rural de la Tucumán de fines del siglo XIX, en el interior de ese aís pensado desde una aldea de puerto que miraba a Europa con nostalgia y en cuyo diseño y desarrollo no ahorró sangre de gaucho para dirimir “el modelo”. Para sus coprovincianos pobres fue un justiciero, un Robin Hood en bombachas. “Además, tenía la particularidad de haber sido santificado. Era como un alma milagrosa, un santo popular un poco parecido al Gauchito Gil”, señala Juan Mascaró director junto a Lucas García del docu-ficción “Bazán Frías, elogio del crimen”, al momento de explicar los por qué de este film que se estrenó en estos días. Andrés Bazán Frías, en un diario de la época, buscando contar la historia se encontraron con una dificultad: “Tuvimos un problema inicial de la película que era que no había cómo contar esa historia desde un lenguaje documental expositivo, clásico, un documental histórico. No teníamos ni imágenes, ni testimonios de esa época y eso generó
FOTO GRUPAL «GRUPO DE CHICOS DE GRABACION QUE VIVEN LA EXPERIENCIA DE TRABAJAR EN ESTE PROYECTO»
EL COMIENZO «GRUPO DE CHICOS DE QUINTO GRADO QUE VIVEN LA EXPERIENCIA ESCOLAR POR PRIMERA VEZ, PARA LLEGAR VAN EN BONDI HASTA EL PREDIO»
ASOMBRO «GRUPO DE CHICOS DE QUINTO GRADO SE COPAN CON EL MATERIAL DE GRABACION, 1ER DIA»
DIA DE ESTRENO «RONDA DE PREGUNTAS DESPUES DE LA PROYECCION DE LA PELICULA, JUNTO AL DIRECTOR DE LA PELICULA»
una pregunta acerca de cómo contar la historia y aparece la posibilidad de representarla”, narra Mascaró sobre los inicios del proyecto. Espacio INCAAEl documental se arriesga a perseguir varios objetivos. Por un lado contar la historia de este justiciero-bandido y además hacerlo desde un taller de teatro con internos del penal de Villa Urquiza, que encaran la representación y a la vez reflexionan sobre la criminalidad y el delito. Andrés Bazán Frías fue un bandido rural de la Tucumán de fines del siglo XIX, en el interior de ese país pensado desde una aldea de puerto que miraba a Europa con nostalgia y en cuyo diseño y desarrollo no ahorró sangre de gaucho para dirimir “el modelo”. Para sus coprovincianos pobres fue un justiciero, un Robin Hood en bombachas. “Además, tenía la particularidad de haber sido santificado. Era como un alma milagrosa, un santo popular un poco parecido al Gauchito Gil”, señala Juan Mascaró director junto a Lucas García del docu-ficción “Bazán Frías, elogio del crimen”, al momento de explicar los por qué de este film que se estrenó en estos días. “Tuvimos un problema inicial de la película que era que no había cómo contar esa historia desde un lenguaje documental expositivo, clásico, un documental histórico. No teníamos ni imágenes, ni testimonios de esa época y eso generó una pregunta acerca de cómo contar la historia y aparece la posibilidad de representarla”.
AGENDA
DEL 08 AL 25 16:00 ~ 17:00 HS
LOS TIBURONES DIRECTOR: JON TURTELTAUB. AÑO: 2018
Los temibles animales prehistóricos que pasearon a sus anchas sobre la tierra tenían también representantes bajo las aguas. Y todo océano que se precie contiene especies nunca antes vistas, ya que el hombre nunca llegó a sus máximas profundidades.
15 DE AGOSTO 18:00 ~ 19:00 HS
TODOS LOS MARTES 18:00 ~ 19:00 HS
TODOS LOS MARTES 22:00 ~ 00:00 HS
BAZAN FRÍAS DIRECTOR: JON TURTELTAUB. AÑO: 2019
Siglo después de la muerte de Andrés Bazán Frías, los internos del penal de Villa Urquiza deciden formar parte de un taller para representar la vida de este `Robin Hood tucumano`. Andrés Bazán Frías nació en el barrio Los Siete Lotes, Villa Alem, en San Miguel Tucumán a finales del siglo XIX.
CINES DEL SOLAR (SALA 1).
LA HERMANDAD DIRECTOR: MARTIN FALCI. AÑO: 2019
Los estudiantes de 10 años viajan por primera vez al esperado campamento de su colegio organizado por los alumnos más grandes, donde descubrirán la convivencia y la supervivencia en la naturaleza lejos del amparo de sus padres. Los chicos al regresar a sus casas no volverán a ser los mismos.
CINES DEL SOLAR (SALA 1).
EL ÁRBOL NEGRO DIRECTOR: MARTIN FALCI. AÑO: 2019
Premiado como el mejor largometraje en la Competencia Argentina del último Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, la película de los jóvenes directores Máximo Ciambella y Damián Coluccio también recibió una muy buena recepción del público.
CINES DEL SOLAR (SALA 1).
EVENTO RECOMENDADO
ESPECTÁCULO
3 DE SEPTIEMBRE 15:00 ~ 17:00 HS
+ INFO
STAND UP VILLERO DIRECTOR: JORGE CROCE. AÑO: 2019
Los temibles animales prehistóricos que pasearon a sus anchas sobre la tierra tenían también representantes bajo las aguas. Y todo océano que se precie contiene especies nunca antes vistas, ya que el hombre nunca llegó a sus máximas profundidades.
SALA ORESTES CAVIGLIA Gral. José de San Martín 251
https://www.tucuman.gob.ar/articulo/14-festival-tucuman-cine-gerardo-vallejo
EL 14ª FESTIVAL LATINOAMERICANO
Tucumán Cine "Gerardo Vallejo"
Comienza el 2 de agosto y tendrá lugar en cuatro salas dirstribuidas en la provincia: los espacios INCAA Salas Orestes Caviglia y Hynes O´Connor (San Martín 251, SMT), Cines del Solar (Av Aconquija 1300, YB) y Espacio INCAA Tafí Viejo (Av Alem 418, TV). La inauguración será el 2 de agosto con la presencia de Graciela Borges y autoridades del Ente Cultural de Tucumán. El acto será a las 21.00H en Cines del Solar, donde, además se presentará el largometraje "El Cuento de las comadrejas" de Juan José Campanella. La entrada es libre y gratuita. Con un acto que incluyó la presencia de la destacada actriz Graciela Borges, el viernes 2 de Agosto en los Cines del Solar (Shopping El Solar del Cerro – Av. Aconquija 1336 – Yerba Buena), dió inicio la 14ª edición del Festival Latinoamericano Tucumán Cine “Gerardo Vallejo” 2019. Posteriormente, se proyectó con entrada libre y gratuita. Se proyectarán un total de 19 films (primeras y segundas obras); y también tendrán lugar muestras, funciones especiales, mesas panel, presentación de libros, capacitaciones, entre otras actividades. El Jurado Oficial del festival estará compuesto por la periodista y crítica de cine, Catalina Dlugi; el director, guionista y productor, Fito Pochat; la productora Graciela Mazza y el periodista de “La Gaceta”, crítico de cine y música, Guillermo Monti.
+Más sobre el 14º Tucumán Cine “Gerardo Vallejo”, consultar codigo QR
EL FILME DEL BANDIDO VENERADO
EL DOCUMENTAL-FICCIÓN DE JUAN MASCARÓ Y LUCAS GARCÍA, “BAZÁN FRÍAS, ELOGIO DEL CRIMEN” REFLEXIONA SOBRE EL DELITO COMO REFUGIO DE LA VOLUNTAD POPULAR. UN BANDIDO DE FINES DE SIGLO XIX Y UN MITO JUSTICIERO.
Pablo Maradei ejemplomail@clarin.com
Andrés Bazán Frías fue un bandido rural de la Tucumán de fines del siglo XIX, en el interior de ese país pensado desde una aldea de puerto que miraba a Europa con nostalgia y en cuyo diseño y desarrollo no ahorró sangre de gaucho para dirimir “el modelo”. Para sus coprovincianos pobres fue un justiciero, un Robin Hood en bombachas. “Además, tenía la particularidad de haber sido santificado. Era como un alma milagrosa, un santo popular un poco parecido al Gauchito Gil”, señala Juan Mascaró director junto a Lucas García del docu-ficción “Bazán Frías, elogio del crimen”, al momento de explicar los por qué de este film que se estrenó en estos días. Andrés Bazán Frías, en un diario de la época Buscando contar la historia se encontraron con una dificultad: “Tuvimos un problema inicial de la película que era que no había cómo contar esa historia desde un lenguaje documental expositivo, clásico, un documental histórico. No teníamos ni imágenes, ni testimonios de esa época y eso generó una pregunta acerca de cómo contar la historia y aparece la posibilidad de representarla”, narra Mascaró sobre los inicios del proyecto. Espacio INCAAEl documental se arriesga a perseguir varios objetivos. Por un lado contar la historia de este justiciero-bandido y además hacerlo desde un taller de teatro con internos del penal de Villa Urquiza, que encaran la representación y a la vez reflexionan sobre la criminalidad y el delito. “El film tiene una primer parte donde los presos nos decían mucho lo que queríamos escuchar, lo que se supone que alguien que viene de afuera quiere escuchar en un preso, que es el discurso del arrepentimiento, decimos nosotros: ‘Yo estoy acá, voy a cambiar, esto me sirve’… Esto se empezó a desarmar gracias a la confianza que se fue armando, primero en charlas que se daban fuera de cámara y luego empezaron a estar adentro”, señala Mascaró. Lucas García, analizando el trabajo, rescata la reflexión del criminólogo noruego Nils Christie, un antipunitivista, “Él hacía su trabajo en las cárceles y se lo acusaba de justificar los crímenes. Él hablaba con los criminales más violentos y señalaba que para pensar esto hay que hacer un doloroso esfuerzo de DOCUMENTAL
empatía. Yo resumiría a la película y a nuestro trabajo como eso, como un doloroso esfuerzo de empatía”. Martín Falci llega agitado a la mesa del ventanal del bar ABC. Vino caminando desde el estudio donde estuvo ultimando detalles de La Hermandad, la película que retrata la vida en el campamento de varones del colegio Gymnasium, un fenómeno que ha generado tanta expectativa como ansiedad desde que se anunció el estreno. Ansiedad que al director tucumano de 27 años se le filtra por los dedos cuando pide un té de manzanillas y no tiene tiempo para dejar reposar al saquito del té sobre el agua caliente de la taza. Martín Falci ahoga el saquito de té con la cuchara y cuando el saquito intenta salir a flote, vuelve a hundirlo, apretándolo hasta el fondo de la taza con el filo de la cuchara, con el riesgo de romper el saquito y tragarse las hebras del té al primer sorbo, pero no, tampoco: el agua se tiñe del color té, el director saca el saquito vencido y desinflado y arranca la entrevista con eltucumano.com a días del gran día: el sábado 3 de agosto en el Festival Tucumán Cine. "Soy egresado del colegio en 2009. esta la forma de la carpa ya era el encuadre perfecto si ponía la cámara de frente. Entonces empecé con ese proyecto que al principio tenía un nombre horrible y que se dispara de una forma institucional, pero que tenía una cosa muy crítica: “hay algo con la masculinidad y la violencia que me generaban muchas preguntas y no tenía muchas respuestas. Entonces fui por ahí". Ahí nació el vínculo productor-director y esta película comenzó a hacerse realidad. En 2016 no se filma y en 2017 sí, justo en un año clave porque el colegio se pone en boca de todos cuando se aprueba el ingreso de las primeras mujeres para el año siguiente, ocurre el accidente de un chico que cayó del tercer piso y el hecho más duro que también interviene en el guión es la muerte de un pibe apuñalado en la parada, a la vuelta del colegio. Hay algo ahí que marca al colegio ese año por razones obvias de sensibilidad humana, de lo humano que el colegio es más allá de todas sus contradicciones y dicotomías de todas las cosas que
existen, de todo ser, de todas las personas, instituciones y lugares. Y eso es lo que a mí me parecía lo más atractivo del colegio. A todo esto, cuando le contabas a alguien de afuera que el colegio hacía un campamento de 10 días, nos llenaban de preguntas: 'Che, ¿y qué más hacen?', 'Che, ¿y qué es El zorro?' Cosas así. Pero la película no es del colegio. La lucha más difícil fue no hacer el institucional, pero tampoco quería hacer un panfleto en contra de nada, sólo mostrar este universo muy cinematográfico lleno de contradicciones".