Una aventura hacia el pasado
Una vieja foto hizo que Miguel Rivera emprendiera una gran aventura y llegara, sin querer, hasta la Tierra de los Muertos. Allí conoció a sus antepasados, a quienes solo había visto en fotos en blanco y negro. Entre ellos, su tatarabuela Mamá Imelda.
Grande fue la decepción de Miguel cuando supo que Imelda, como el resto de los Rivera, odiaba la música, algo que, en realidad, él amaba. Ella, de hecho, había prohibido la música en la familia. Fue luego de que su pareja, un músico, la abandonara para irse con su guitarra por el mundo.
Por eso, Imelda se ofuscó ante la insistencia de Miguel con la música. De todos modos, le ofreció darle la bendición que necesitaba para regresar a la Tierra de los Vivos y reencontrarse con su mamá, su papá, Abuelita y la bisabuela Coco.
Pero, para darle la bendición, Imelda puso una condición: que Miguel se sacara de la cabeza esa idea de ser músico. Mamá Imelda quería que su tataranieto se dedicara a confeccionar zapatos, igual que el resto de la familia.
Miguel quería y tenía que regresar a su casa en Tierra de los Vivos. Pero de ninguna manera podía aceptar esa condición. Su sueño de dedicarse a la música era mucho más fuerte. Mamá Imelda intentó convencerlo de lo contrario, pero él se alejó corriendo.
Allí, en la Tierra de los Muertos, Miguel confirmó su pasión por la música. Cuando cantó y tocó la guitarra en la mansión de Ernesto de la Cruz, todos lo aplaudieron con fuerza. ¡Qué emocionado estaba Miguel! Cuánto le hubiera gustado compartir sus melodías con su familia…
Porque en la Tierra de los Muertos, Miguel también había buscado y encontrado a su máximo ídolo: el músico Ernesto de la Cruz. Miguel había visto su guitarra en una vieja foto familiar. Por eso, creía que el famoso cantante era su tatarabuelo. ¡Y quería ser como él!
Miguel se sintió contento como nunca antes cuando su admirado Ernesto de la Cruz le dijo que su destino era ser músico, tal como el niño soñaba. Pero esa alegría duraría poco. El pequeño Rivera estaba por conocer la verdad…
Fue un músico llamado Héctor, al que Miguel también había conocido en la Tierra de los Muertos, quien le permitió conocer la verdadera historia de su familia. Héctor enfrentó a De la Cruz y lo acusó de, años atrás, cuando ambos estaban vivos, haberle robado todas sus canciones. ¡Hasta lo culpó por haberle dado vino envenenado para deshacerse de él!
Así Miguel supo que su ídolo era en realidad un estafador. Que el dueño del talento que tanto admiraba era Héctor. Y como Héctor era el verdadero dueño de la guitarra que estaba en aquella vieja foto familiar… ¡Héctor era en realidad su tatarabuelo!
Aunque en la Tierra de los Muertos se supo toda la verdad sobre Héctor, en la Tierra de los Vivos el músico estaba a punto de ser olvidado. Para evitarlo, Miguel debía regresar cuanto antes al mundo de los vivos y llevar una foto de Héctor.
Solo si llegaba a colocar el retrato de su tatarabuelo en la ofrenda familiar podría evitar que Héctor desapareciera en el olvido. Para eso, le pidió ayuda a Mamá Imelda.
Mamá Imelda no solo consiguió la foto, sino que, para lograrlo y ante la sorpresa de todos, ¡se puso a cantar! ¡Y lo hizo muy bien! Así, demás de ayudar a Héctor a no caer en el olvido, Miguel descubrió que entre sus antepasados sí había amor por la música. ¡Qué alegría!
Pero la foto de Héctor, que Miguel debía llevar a la Tierra de los Vivos, estaba en poder de Ernesto de la Cruz. La valiente Mamá Imelda decidió subir al escenario en pleno show con el objetivo de quitarle la foto al músico estafador.
Imelda
Imelda es la mamá de Coco y la tatarabuela de Miguel. Aprendió a confeccionar zapatos y dio inicio al negocio familiar de las siguientes generaciones. En la Tierra de los Muertos también se ocupa de proteger y mantener unida a su familia. Copyright © 2018 Disney Enterprises, Inc., and Pixar. Todos los derechos reservados. Copyright © 2018 de esta edición: Luppa Solutions S. L. Redacción: Luciana Rosende. Edición: Laura Efrón. Diseño Gráfico: Juan Pablo Millano. Dirección: Danilo Delgado No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. Desarrollo editorial para Luppa Solutions: almaceneditorial.com. ISBN: 978-84-17411-43-5