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OTROS LIBROS DE JEFF KINNEY: Diario de Greg. Un pringao total Diario de Greg 2. La ley de Rodrick Diario de Greg 3. ¡Esto es el colmo! Diario de Greg 4. Días de perros Diario de Greg 5. La cruda realidad Diario de Greg 6. ¡Atrapados en la nieve! Diario de Greg 7. Buscando plan… Diario de Greg 8. Mala suerte Diario de Greg 9. Carretera y manta

Diario de Greg. Monta tu propio diario





NOTA DEL EDITOR:

Esta

es

una

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de

la

quier

obra

de

imaginación

parecido

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con

Los

autor

nombres,

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personas

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personajes,

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vivas

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o

y

eventos

ficticia,

fallecidas,

así

que

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establecimientos comercia-

les, sucesos o lugares, es fortuito.

Título original: Diary of a Wimpy Kid. OLD SCHOOL Publicado en 2015 por acuerdo con Amulet Books, una división de Harry N. Abrams, Inc.

© del texto y las ilustraciones, 2015, Wimpy Kid, Inc. EL

DIARIO

DE

GREG®,

WIMPY

KID™

y

el

personaje

de

Greg

He ey™

son

marcas

registradas de Wimpy Kid, Inc. Todos los derechos reservados.

Diseño del libro, Je Kinney. Diseño de la cubierta, Chad W. Beckerman y Je Kinney. © de la traducción, Esteban Morán, 2015

© de esta edición, RBA Libros, S.A., 2015 Avda Diagonal, 189 - 08018 Barcelona www.rbalibros.com / rba-libros@rba.es Primera edición: noviembre de 2015 Ref: MONL322 ISBN: 978-84-272-0944-2 Depósito legal: B-22.784/2015

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida,

almacenada

en

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mecánico o electrónico, fotocopiada, grabada, ni difundida por cualquier otro procedimiento, sin autorización escrita del editor.

o

transmitida

por

medio

alguno



A PAPÁ



SEPTIEMBRE Sábado Los adultos siempre hablan de los “buenos tiempos” y de que todo era mucho mejor cuando ELLOS eran pequeños. Pero yo creo que lo que pasa es que tienen envidia, porque MI generación dispone de todo tipo de tecnología alucinante y otras cosas que ellos no tenían cuando eran pequeños. Creedme, estoy seguro de que cuando yo tenga hijos seré exactamente igual que mis padres AHORA.



Mamá siempre dice que cuando ELLA era más joven, todo el mundo conocía a todo el mundo y que era estupendo, porque formaban una gran familia. Pero, A MÍ, eso no me parece tan estupendo. Me gusta la privacidad y no quiero que nadie sepa nada de mis cosas.

Mamá dice que el problema de la sociedad de hoy en día es que todo el mundo está enganchado a una pantalla y que nadie se molesta en conocer a la gente que vive a su alrededor.


Pero la verdad es que yo no estoy demasiado de acuerdo con mamá. 2


Personalmente, creo que mantener las distancias es BUENO.

Estos días mamá ha ido por toda la ciudad recogiendo firmas para que la gente deje de usar sus móviles y aparatos electrónicos durante cuarenta y ocho horas.



Mamá necesita cien firmas para poder presentar la petición en el Ayuntamiento, pero le está costando conseguir que la gente firme. Espero que se dé pronto por vencida, porque resulta agotador para el resto de la familia fingir que no la conocemos.

No acabo de entender por qué mamá cree que tenemos que ir HACIA ATRÁS. Desde mi punto de vista, los viejos tiempos no eran tan divertidos. Si lo piensas, en las fotografías en blanco y


negro nunca sale nadie SONRIENDO.

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En los viejos tiempos, la gente era mucho más DURA que hoy. Pero los seres humanos han EVOLUCIONADO, y ahora necesitamos cepillos de dientes eléctricos, centros comerciales y helados para sobrevivir.


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Apuesto a que a nuestros antepasados no les gustaría nada ver en qué nos hemos convertido. Pero una vez se inventó el aire acondicionado, ya no hubo vuelta atrás.

Estamos tan consentidos que pronto ni siquiera tendremos que salir de casa si no nos apetece.


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De hecho, si seguimos así, apuesto a que en el futuro los seres humanos ni siquiera tendrán COLUMNA VERTEBRAL.

Algunas personas se quejan de que toda esta tecnología nos ha vuelto blandengues. Pero, en mi opinión, eso no es necesariamente MALO. Hoy en día existen todo TIPO de lujos que mejoran nuestra vida. Las toallitas húmedas, por ejemplo. Durante cientos de años, la gente usó papel higiénico y, de pronto, a algún genio se le ocurrió una magnífica idea que cambió las cosas para siempre.


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Lo que realmente me sorprende es que se tardara TANTO en concebir la idea. En serio, me cuesta creer que al que inventó la bombilla no se le ocurrieran también las toallitas húmedas.

Y quién SABE cuál será la próxima idea loca que nos hará la vida mucho más fácil. Eso sí, sea lo que sea, yo seré el primero de la fila para comprarlo. Si fuera por mamá, estaríamos viviendo como la gente antes de que existieran los ordenadores, los teléfonos móviles y las toallitas húmedas.


Y no quiero ni imaginar vivir en un mundo sin toallitas húmedas. 8


Domingo Papá dice que cuando ÉL era pequeño, en verano, los niños jugaban todo el día en la calle, hasta la hora de cenar.

Bueno, eso es exactamente lo CONTRARIO a lo que he hecho YO este verano. Me pasé julio y agosto en un Campamento de Cine, en el que lo único que hice fue ver películas durante ocho horas al día en una sala con aire acondicionado. El principal motivo por el que me apunté al Campamento


de Cine fue porque pensé que era para gente que se toma las películas en SERIO, como YO. 9


Pero comprendí que EN REALIDAD se trataba de un lugar donde los padres podían aparcar a sus hijos como si fuera una guardería barata.

Lo malo de pasar tanto tiempo en una sala oscura era que, al final del día, mis ojos tardaban media hora en adaptarse de nuevo a la luz del sol.


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La otra razón para apuntarme al Campamento de Cine fue poder salir de CASA. Desde que tenemos un cerdito como mascota, estar en casa no ha sido muy divertido. Especialmente durante la CENA.

Para que conste, creo que es una idea ESPANTOSA permitir que un cerdo coma en la mesa, porque YA se cree que es un ser humano. Y solo le falta pensar que está a la misma altura que nosotros. Poco después de tener al cerdito, mamá pensó que sería gracioso enseñarle a hacer algunas monerías. Así que le daba una galleta cuando se ponía de pie sobre sus patas traseras.


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Pero el cerdo también aprendió a CAMINAR así, y desde entonces ya no anda a cuatro patas. Para EMPEORAR las cosas, mi hermano pequeño, Manny, le puso unos pantalones suyos, así que es como si tuviéramos viviendo en casa a un personaje de Walt Disney.

Mamá solía sacar al cerdo a pasear, pero cuando empezó a caminar erguido, él decidió que llevar una correa iba contra su dignidad.

A mamá le preocupaba que el cerdo se escapara y


no lo pudiéramos encontrar, así que le compró un collar con un chip de seguimiento por GPS. 12


Pero cada vez que mamá le ponía el collar, el cerdito SE LO QUITABA. Y no tengo ni idea de cómo lo HACÍA, porque los cerdos ni siquiera tienen PULGARES.

Así que ahora el cerdo va y viene a su aire, ¡y quién SABE dónde pasa el tiempo! Lo que me molesta es que yo tengo una hora límite para llegar a casa y, en cambio, el cerdo NO.


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Creo que conceder al cerdo demasiados privilegios es REALMENTE una mala idea. Algún día los cerdos gobernarán el mundo y será culpa de mi familia por haber empezado. La verdad es que no me importaría si no fuera porque el cerdo interfiere con MI vida. Llegué tarde el primer día de colegio, porque él estaba monopolizando el cuarto de baño.

Con el cerdo en casa, en realidad estaba DESEANDO que empezara el colegio. Pero en cuanto


volví, comprobé que todo era lo mismo de siempre.

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Y, para ser sincero, tengo la sensación de haberme pasado TODA la vida en el colegio.

Necesitaba un cambio o me volvería loco. Por eso en la primera semana me apunté como voluntario al programa de Ayuda a tus Compañeros con los Deberes.


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Pero el motivo real para apuntarme fue que me permitía saltarme la tercera hora, es decir, la clase de música con la señorita Graziano. Para deducir cuánto tiempo lleva la señorita Graziano como profesora de música, hay que tener en cuenta que papá la tuvo cuando ÉL tenía mi edad. Y, al parecer, pasarse treinta años enseñando a alumnos de secundaria a tocar instrumentos musicales AFECTA a las personas.

La semana pasada conocí a mi colega del programa, se llama Frew. Pero no tengo ni idea de por qué se apuntó, porque es de esos chicos a


los que les gusta leer revistas científicas y libros de texto de la universidad para DIVERTIRSE. 16


La primera vez que nos reunimos, Frew me enseñó sus deberes de clase: resolver una sopa de letras y colorear un dibujo. Me dijo que no necesitaba ayuda, y entonces me pidió revisar MIS deberes. Yo tenía cuatro problemas de matemáticas que tardaría una hora en resolver y un ejercicio de geografía que hubiera tardado OTRAS dos horas en acabar, pero Frew se lo pulió en quince minutos.

Y no solo era rápido, también era muy BUENO. Entregué los deberes al día siguiente y cuando los


profesores me los devolvieron resultó que no tenían ni un error. 17


Al principio me sentí fatal porque me ayudara un alumno de tercero. Pero comprendí que el programa de Ayuda a tus Compañeros con los Deberes es PRECISAMENTE para que los compañeros se ayuden.

Así que ahora, siempre que Frew y yo nos reunimos, le paso un montón de tareas y le dejo que las haga. Desde mi punto de vista, es bueno para los dos.

Mi única queja sobre Frew es que algunas veces se PASA. Como se aburre con mis deberes, ha empezado a inventarse más ejercicios como RETO


personal.

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El otro día hizo un trabajo y lo adjuntó a mis deberes HABITUALES para subir la nota. Por suerte, lo revisé antes de entregarlo.

Durante un tiempo me he conformado con tener ayuda con mis deberes de clase. Pero he pensado que, ya que he sido yo quien ha “descubierto” a Frew, merezco cierto reconocimiento si algún día llega a conseguir logros importantes.



Miércoles Como si nuestra casa no estuviera ya BASTANTE llena, el ABUELO se ha venido a vivir con nosotros. Han subido el precio del alquiler en Leisure Towers y ya no puede permitirse seguir viviendo allí. Así que mamá lo invitó a mudarse con NUESTRA familia. Papá no estaba muy contento con la idea, y eso que el abuelo es su padre. Pero mamá dice que será como en los viejos tiempos, cuando tres generaciones convivían bajo el mismo techo. Creo que mamá tiene una imagen edulcorada de cómo se hacían las cosas en la vieja escuela, pero yo tengo una idea TOTALMENTE diferente.


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A mí no me molestaba que el abuelo se viniera a vivir con nosotros, hasta que supe cómo me iba a afectar eso a MÍ. Mamá dejó que el abuelo eligiera el dormitorio que más le gustara y él, por supuesto, escogió el MÍO.

Eso quería decir que yo iba a tener que encontrar otro sitio para dormir. Mi primera idea fue ir a la habitación de invitados, pero había olvidado que allí es donde está el cerdito. Y no PIENSO compartir el sofá cama con un animal de granja.


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Descarté la habitación de RODRICK, porque eso sería descender un nivel respecto al CERDO. Mi única posibilidad era dormir con MANNY, así que saqué el colchón inflable y lo instalé en su habitación. Pero dormir con Manny también tiene SUS inconvenientes. Todas las noches, mamá lee un cuento a Manny, y algunos son realmente LARGOS. De hecho, creo que últimamente Manny elige los libros más gordos que encuentra solo para fastidiarme.


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Las cosas se han puesto un poco tensas desde que el abuelo se ha mudado con nosotros. Está claro que no aprueba la forma en que papá y mamá crían a sus hijos, aunque nunca lo DICE en voz alta. Mamá lleva intentando enseñar a Manny a ir al baño solo desde SIEMPRE, y ahora está haciendo un experimento llamado “sin calzoncillos después de cenar”. Y en eso consiste EXACTAMENTE.

Se SUPONE que Manny correrá al cuarto de


baño en cuanto sienta la NECESIDAD.

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Pero Manny se limita a saltar de un lado a otro, desnudo de cintura para abajo, toda la noche. Y acaba en cuclillas detrás del sofá del salón.

No creo que a papá le guste el sistema “sin calzoncillos después de cenar”, pero me parece que aún le gusta menos que el abuelo esté aquí para contemplarlo. Es evidente que tener al abuelo en casa es muy estresante para papá. Y cada vez que uno de nosotros mete la pata, papá se pone todavía MÁS tenso.


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Lo que parece que MÁS le molesta a papá es cuando uno de nosotros le pide a mamá que haga algo que se supone que podríamos hacer NOSOTROS MISMOS. Ayer le pedí a mamá que me abriera un burrito para calentarlo en el microondas, porque no se me dan nada bien los envoltorios de plástico. Pero papá se puso como una fiera. Me dijo que si yo me encontrase en una isla desierta con mil burritos para microondas, me moriría de HAMBRE porque no sabría cómo abrirlos yo solo.


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Le contesté que las posibilidades de que yo acabara tirado en una isla desierta con mil burritos para microondas eran muy escasas, pero él me contestó que no estaba pillando el mensaje. Me dijo que si yo no aprendía a hacer las cosas POR MÍ MISMO, no iba a ser capaz de sobrevivir en el “mundo real”. Otra cosa que molesta mucho a papá es que mamá todavía me ayude a prepararme por las mañanas para ir al colegio. La noche anterior se encarga de elegir mi ropa, y ha colgado una chuleta en la cocina para que no me despiste.


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Supongo que a papá le avergonzaba la chuleta, porque el otro día la quitó de la vista. Pero sin ella para guiarme por la mañana, me equivoqué con el orden de las cosas y acabé poniéndome los calcetines encima de los zapatos.

Últimamente papá se pasa el día ESPERANDO a que yo cometa un error. Esta mañana he olvidado cerrar el tubo de la pasta de dientes, y ahí estaba papá para ECHÁRMELO EN CARA.


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No creo que fuera tan grave, pero papá me ha soltado un sermón sobre que “las cosas pequeñas tienen grandes consecuencias”. Me ha dicho que si yo viviera en los viejos tiempos y mi trabajo consistiera en asegurar los tornillos de las ruedas de la carreta y se me OLVIDARA hacerlo, perderíamos las ruedas y nuestra familia sería devorada por los lobos.

Creo que papá se ha pasado tres pueblos con el


dramatismo, pero me ha hecho sentir un poco culpable por lo del tapón del dentífrico. 28


Sin embargo, no soy el único que pone nervioso a papá. Últimamente Rodrick también le ha estado sacando de quicio. Siempre que Rodrick necesita dinero para poner gasolina, se lo pide a mamá. Pero hace unas noches, cometió el error de hacerlo delante del abuelo.

Papá dijo que, a partir de ahora, Rodrick tendría que pagarse ÉL la gasolina. Y cuando Rodrick le


preguntó que cómo iba a hacer ESO, papá le contestó que ya era hora de que buscara un TRABAJO. 29


Así que mamá ayudó a Rodrick a buscar en la sección de Empleo del periódico un trabajo que no exigiera experiencia. Finalmente encontraron el anuncio de un sitio que está a unos quince minutos de casa.

Había ido a la Heladería Tradicional Tobías por el cumpleaños de Rowley y la experiencia estuvo a punto de conseguir que dejara de gustarme el


helado PARA SIEMPRE.

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En la carta tiene un postre llamado “El abrevadero”, que consiste en catorce bolas de helado servidas en una bandeja muy larga. Pero, cuando se mezclan los diferentes sabores, todo se convierte en una especie de porquería gris.

La Heladería Tradicional Tobías es uno de esos sitios donde todo el personal acude a tu mesa para cantar por tu cumpleaños. Eso me hace sentir incómodo, porque es obvio que preferirían estar haciendo cualquier OTRA COSA.


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A principios de semana, Rodrick fue a una entrevista en el local y, por increíble que parezca, consiguió el empleo. El sábado fue su primera noche de trabajo, y mamá pensó que sería una buena idea ir todos para darle una sorpresa y animarlo. Pero cuando entramos en el restaurante no lo vimos por ningún sitio. Mamá estaba muy preocupada, hasta que lo encontramos en la parte de atrás.

A mamá no le gustó que Rodrick se ocupara de tirar la basura y le echó la bronca al gerente.


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Pero el gerente dijo que Rodrick era un empleado de “nivel básico” y que todo el mundo que entra en el equipo tiene que pasar por ello. Estoy seguro de que, después de eso, Rodrick hubiera preferido que nos fuéramos a casa y le dejáramos solo, pero mamá quiso quedarse. Y cuando Rodrick tuvo sus quince minutos de descanso, fuimos con él a la sala de empleados.

Rodrick se pasó el resto de la noche sacando la basura de la cocina al contenedor, y me imagino que mamá quiso volver a verlo antes de irnos. Así que le dijo al camarero que era el cumpleaños de


Manny y este llamó a todo el personal para que acudiera a nuestra mesa. 33


Pero yo hubiera preferido que mamá no lo hubiera hecho, porque el olor a basura quita bastante el apetito.

Lunes Últimamente mamá ha estado intentando que el abuelo nos cuente cómo era la vida cuando ÉL era pequeño. El abuelo dice que cuando él era pequeño no había televisión, ni nada parecido, así que los niños pasaban la mayor parte del tiempo fuera de casa


jugando a cosas como dar patadas a una lata.

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Los adultos SIEMPRE acaban hablando de ese juego. Una vez, Rowley y yo lo probamos para ver si era tan divertido, pero lo dejamos a los treinta segundos.

Papá dice que cuando era pequeño, él y su mejor amigo, Giles, usaban su imaginación y jugaban todo el día en el bosque.


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Bueno, una vez Rowley y yo intentamos usar nuestra imaginación, pero el padre de Rowley acabó con nuestro juego antes de que empezáramos.

Papá dijo que los padres de hoy en día son muy sobreprotectores y que, cuando era pequeño, él y Giles iban de un lado para otro y ni siquiera les decían a sus padres adónde iban. Mamá le contestó que antes todo era mucho MÁS SEGURO, y que ahora es más peligroso que los niños salgan sin la supervisión de un adulto. Papá dijo que


tenía razón, pero que los chicos como Rowley y yo debíamos aprender a PROTEGERNOS solos. 36


Papá dijo que cuando tenía nuestra edad, él y Giles escondieron armas por todo el pueblo para, si alguna vez los arrinconaban, poder defenderse y huir.

Pero el abuelo tenía una versión diferente. Contó que lo que había sucedido era que papá y Giles habían arramblado con la cubertería y ESO es lo que habían enterrado por el vecindario.


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Cuando la madre de papá echó en falta su cubertería de plata, obligó a los chicos a desenterrarla y traerla DE VUELTA. Después de aquello, papá y Giles se limitaron a los cubiertos de plástico. Pero empezaron a discutir si las cucharas-tenedor podrían servir como armas de autodefensa y la cosa se les fue de las manos.

Giles le contó a su madre lo que papá le había hecho y, como prueba, le enseñó las marcas. Creo que sí que eran otros tiempos, pues la madre de Giles puso


a papá sobre sus rodillas y le dio una AZOTAINA.

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¡Claro! Ese es el problema de confiar demasiado en los viejos tiempos. Que recuerdas todo lo BUENO, pero olvidas cuando la madre de tu mejor amigo te dio unos azotes en el culo. Miércoles Supuse que el abuelo viviría con nosotros una temporada y que luego encontraría un sitio más barato que Leisure Towers. Pero ahora empiezo a temer que esto sea PERMANENTE. Y no me gusta, pues no sé cuánto tiempo más podré


aguantar como compañero de habitación de Manny.

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Resulta indigno compartir habitación con alguien que no lleva calzoncillos después de cenar.

Y lo del abuelo es casi igual de chungo. Cuando se fue de Leisure Towers, su novia Darlene rompió con él. Desde entonces, ha estado deambulando por la casa en albornoz, así que no puedo traer amigos a casa.


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Imagino que cuanto antes vuelva a tener novia el abuelo, antes se marchará. Así que le he estado enseñando el mundo de las citas por Internet para arrancarlo de su apatía. Pero me parece que he creado un MONSTRUO. Ahora el abuelo se pasa veinticuatro horas al día en el ordenador, y tiene al menos CINCUENTA relaciones al mismo tiempo. Y ni siquiera sé cómo puede distinguir quién es quién.


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Las cosas también han cambiado para Rodrick. Le dijo a mamá que lo habían ascendido en el trabajo. Así que, por supuesto, esta noche hemos tenido que apretujarnos en el coche para darle nuestro apoyo. Aunque no estoy muy seguro de que lo de Rodrick sea un ASCENSO. Le hacen disfrazarse del viejo Tobías, la mascota del restaurante. Por lo visto, el ÚLTIMO tipo fue despedido porque un niño lo vio sin la cabeza del disfraz. Supongo que eso es algo GRAVE en el caso de una mascota.


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La idea es que el viejo Tobías pasea por el restaurante de mesa en mesa para alegrar a los niños. Sin embargo, por lo que yo he visto, lo que consigue es todo lo CONTRARIO.

De hecho, parece que los niños ODIAN al viejo Tobías. Cuando llegamos allí esta tarde, Rodrick estaba recibiendo de todas partes.


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Rodrick le dijo a mamá que el gerente le había advertido de que, si alguna vez le sorprendía sin la cabeza del disfraz, sería despedido de inmediato. Afortunadamente, uno de los ojos del disfraz se puede quitar, y es la única manera de que Rodrick pueda mantenerse hidratado.

Empiezo a preguntarme si el tipo que se disfrazaba antes de viejo Tobías hizo que lo despidieran A PROPÓSITO. Si tuviera que apostar cuánto tiempo va a aguantar


Rodrick, le daría dos semanas como mucho.

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Viernes En el colegio solo se habla del viaje a la Granja Austera previsto para el mes que viene. Cuando llegas a mi curso, toda la clase se va una semana de excursión a ese sitio, en el que se duerme en cabañas y se aprenden cosas sobre la naturaleza y el trabajo duro. Seguro que es genial si te gustan ese tipo de actividades, pero yo ya he decidido que seré el único chico que se QUEDARÁ cuando todos los demás se vayan al campamento.


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Y mientras el RESTO de mi clase esté sudando en el bosque, yo estaré en la biblioteca disfrutando de las comodidades del mundo moderno.

Mamá trata de convencerme para que cambie de idea, porque cree que lamentaré no haber ido. Pero dudo mucho que eso ocurra. He oído historias terroríficas de chicos que fueron a la Granja Austera, y recuerdo las cartas que Rodrick enviaba a casa cuando ÉL estuvo allí.


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De hecho, Rodrick parecía un poco traumatizado después de la experiencia. Cuando regresó del viaje, se arrastró hasta su cama y se quedó allí durante todo un fin de semana.

Hoy terminaba el plazo para elegir con quién vas a dormir, y a la hora de comer todo el mundo estaba compitiendo para obtener una buena cabaña. Yo estaba contento de haber decidido no ir, porque no quería tener nada que ver con toda aquella histeria.

Me he sentido un poco mal por Rowley, porque él contaba con compartir cabaña CONMIGO.


Cuando le he dicho que yo no iba al viaje, se ha ido a ver si alguien tenía sitio en su cabaña. 47


Pero cuando ha acabado la hora de comer, no parecía que hubiera tenido mucho éxito.

Aunque no puedo preocuparme por Rowley, porque yo ya tengo mis PROPIOS problemas. El lunes mamá y papá recibieron una carta del colegio que decía que tenían que ir a una reunión especial de profesores y padres. He estado preocupadísimo toda la semana, pensando que había olvidado borrar el nombre de Frew de alguna de mis tareas y que me había metido en un lío.


Pero no era NADA de eso.

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El motivo de la reunión era comunicarles que mis deberes habían mejorado de manera tan espectacular que me iban a poner en clases más difíciles.

Bueno, seguro que a Frew le encantará tener deberes más estimulantes, pero no va a estar ahí para ayudarme durante los EXÁMENES. Así que, como no invente un modo de colarlo en el colegio, no voy a aprobar.

Cuando mamá y papá volvieron de la reunión,


mamá dijo que teníamos que celebrar las “buenas noticias”. 49


Y claro, ESO quería decir ir a la Heladería Tradicional Tobías. Yo ya estaba un poco harto de pasar todas las noches en el trabajo de Rodrick, y creo que el abuelo opinaba igual. Le ha dicho a mamá que el helado le daba dolor de encías y que esta vez se quedaba en casa.

Yo he intentado usar la misma excusa, pero mamá ya había decidido que nos íbamos. Pero cuando hemos llegado al restaurante, Rodrick no aparecía por ninguna parte. El gerente le ha dicho a mamá que Rodrick no se había presentado a trabajar.


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Eso ha hecho que a mamá le entrara PÁNICO, y hemos vuelto todos al coche para ir a buscarlo. Hemos ido por todas partes hasta que lo hemos encontrado caminando por la cuneta de la autovía.

Luego, Rodrick ha subido al coche y nos ha contado lo que había pasado. Ha encontrado un atasco en la autovía y llegaba tarde al trabajo. Así que se ha metido en el carril VAO para Vehículos con Alta Ocupación para ir más DEPRISA. Pero para poder usar el carril VAO, el vehículo


debe tener al menos DOS ocupantes.

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Así que Rodrick ha puesto al viejo Tobías en el asiento del copiloto como si fuese otra persona. Pero un policía con vista de lince lo ha hecho parar.

Al guardia no le ha hecho gracia la historia y le ha multado con cien dólares. Además, ha encontrado otros problemas en la furgoneta, como un faro trasero roto y la pegatina de la inspección obligatoria de vehículos caducada. Después de eso, el guardia se ha llevado la furgoneta con la grúa y ha dejado a Rodrick en la cuneta,


donde se ha convertido en un blanco ENORME para los niños atrapados en el atasco de tráfico. 52


Mamá le ha dicho a papá que nos llevara a casa para poder meter el disfraz de Rodrick en la lavadora. Pero cuando hemos llegado a nuestra calle, había coches aparcados arriba y abajo en ambos lados. Incluso había coches aparcados en nuestro césped, lo que era muy extraño.



Hemos tenido que dejar el monovolumen al pie de la colina y subir andando toda la calle. Cuando por fin hemos llegado a nuestro jardín, se oía música a todo volumen que procedía de la casa. Y cuando hemos abierto la puerta, nos hemos encontrado con una fiesta ANIMADÍSIMA dentro.

Hemos tenido que abrirnos paso entre la gente para encontrar al abuelo, que estaba en la parte


de atrás en nuestro viejo jacuzzi. Y, por lo visto, se lo estaba pasando en GRANDE. 54


Papá ha echado de casa a todo el mundo y ha tardado una ETERNIDAD, más que nada porque nadie parecía tener prisa por largarse.


Cuando se han ido todos, papá ha regañado al abuelo por organizar una fiesta. 55


El abuelo ha dicho que él no había PLANEADO montar una fiesta. Que había intentado invitar solo a UNA amiga de la web de citas para ver juntos una película, pero que había debido de pulsar por accidente el icono de “enviar a todos”. Y se había presentado todo el mundo de golpe.

Papá estaba muy enfadado, pero tiene que haber sido muy raro para él imponer un castigo a su propio padre. Supongo que no se le ha ocurrido nada mejor que mandar al abuelo al rincón de pensar.


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Pero yo hubiera preferido que hubiera sido más cuidadoso al expulsar a las invitadas, porque se dejó a unas cuantas rezagadas en la habitación de Manny que no asomaron la cabeza hasta que creyeron que todo estaba tranquilo.

Martes Desde que el abuelo montó su fiesta, papá no ha querido dejarlo solo en casa. Y cuando papá no puede quedarse para vigilarlo, nos obliga a hacerlo a uno de NOSOTROS. Se supone que el abuelo está castigado a permanecer sentado en el rincón de pensar una


hora al día, pero él prefiere sentarse a pensar frente al televisor en vez de en el rincón. 57


Por tanto, si te toca vigilar al abuelo, tienes que ver lo que ÉL quiera.

No obstante, durante las horas de colegio, el abuelo está SOLO en casa, y creo que a papá le preocupa que vaya a dar otra fiesta. Así que se fue a comprar una webcam para estar seguro de que no se le ocurre hacer ninguna gracia mientras él está en el trabajo. No sé dónde la ha INSTALADO exactamente. Pero sí SÉ que no es solo para controlar al


ABUELO.

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Estoy totalmente a favor de la tecnología, pero no cuando se utiliza en mi CONTRA. No me gusta tener una cámara en casa, porque hoy en día ya hay cámaras por todas partes. Y si alguna vez haces algo vergonzoso en un lugar público, puedes tener por seguro que lo van a grabar.


Pero lo peor son las cámaras de los teléfonos móviles, porque hoy TODO EL MUNDO tiene uno. 59


El verano pasado, saliendo de la piscina municipal, se me bajó un poco el bañador y todos los que estaban allí lo vieron.

Y antes de que me diera tiempo a secarme, las fotos ya estaban colgadas en Internet.


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Hoy en día puedes llegar a tener problemas por hacerte una foto A TI MISMO. Hace unos meses fuimos a almorzar después de misa y, al salir del restaurante, me pareció que se me había quedado una espinaca entre los dientes. No había ningún espejo cerca, así que le pedí prestado el móvil a mamá para hacerme una foto a mí mismo, solo para estar seguro.

Pero una señora pensó que le había hecho una foto a ELLA, y no nos dejó marchar hasta que miró todas las fotos del móvil de mamá y comprobó que NO lo había hecho.


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Ahora que lo pienso, puede que fuera esa la razón que impulsó a mamá a poner en marcha su idea de desenchufar todos los aparatos electrónicos. Mamá ha conseguido todas las firmas necesarias para presentar su petición al Ayuntamiento. Su sistema para OBTENERLAS fue interceptar a todas las asistentes a la fiesta mientras salían de casa la otra noche.

Después de que mamá llevara su petición, los concejales realizaron una votación y la aprobaron. Este sábado, la ciudad se va a desconectar


voluntariamente durante el fin de semana.

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Mamá se dedica a comunicárselo a tanta gente como puede mientras yo intento pasar desapercibido hasta que todo esto acabe, pero mamá no me lo pone fácil.

Creo que desconectarnos del mundo exterior es una mala idea. Si se produce un apocalipsis zombi o algo así de importante, vamos a ser los ÚLTIMOS en enterarnos.



Viernes Como parte del fin de semana sin electrónica, todo el mundo irá mañana al parque municipal para ayudar en una operación de limpieza voluntaria. Pero me temo que va a hacer falta más de una tarde para arreglar SEMEJANTE desastre. Ahora mismo, el parque parece salido de una película en la que haya habido una guerra nuclear.


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El parque era BONITO, pero fue empeorando a medida que la ciudad se quedó sin dinero. La principal razón fue que se aprobó construir un camino de un solo sentido para peatones con teléfono móvil, ya que la mitad de los que iban por el camino CONVENCIONAL no miraba por dónde iba.

Así que todo el dinero para la limpieza se invirtió en este nuevo camino para quienes quieren usar sus


dispositivos electrónicos mientras pasean.

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Sin embargo, el proyecto resultó ser demasiado caro y hubo que cancelarlo antes de acabar el puente peatonal sobre el arroyo.

Después de eso, los adolescentes se adueñaron de él, el parque se fue degradando y las familias dejaron de ir. Si la gente que ha organizado esta limpieza es lista, lo primero que hará es buscar un exterminador especializado en adolescentes. Sábado No sé a qué hora me desperté, porque el reloj de la cómoda de Manny estaba desenchufado. Es más, TODO en la casa estaba desenchufado, lo


que demostraba que mamá se estaba tomando lo de la desconexión en un sentido demasiado literal. 66


Lo siguiente que noté es que MUCHA gente iba andando por el vecindario. Supuse que todos habían decidido recuperar el espíritu de los “viejos tiempos”.

Planeaba pasar un día relajado, leyendo cómics en el sofá, cuando papá me dijo que debería sacar provecho del “tráfico de peatones”. Me dijo que cuando era pequeño, él y Giles habían montado un puesto de limonada y habían ganado suficiente dinero para comprarse cada uno un


monopatín nuevo. Le dije que me parecía una idea ESTUPENDA. 67


Papá me ha sorprendido al darme veinte dólares como “inversión inicial” para empezar el negocio.

Sabía que iba a necesitar un socio, así que llamé a Rowley y le dije que viniera. Pensé que podría buscar la receta de la limonada en Internet, pero mamá había escondido el cable de conexión del ordenador. Me dio vergüenza preguntar a papá, así que Rowley y yo decidimos improvisar. Sabía seguro que necesitábamos limones, así que fuimos en bicicleta a una tienda y compramos todas las existencias.


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Cuando volvimos a casa, no sabíamos el número exacto de limones que había que echar en la jarra. Así que pensamos que era mejor poner de más.

Yo estaba seguro de que el otro ingrediente para la limonada, aparte de agua, era AZÚCAR. Pero tampoco sabíamos CUÁNTA había que poner, así que la calculamos a ojo.

Pensé que después de añadir el azúcar ya habíamos acabado, pero papá bajó las escaleras y nos dijo


que lo estábamos haciendo todo mal.

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Nos dijo que, en primer lugar, los limones VERDES que habíamos comprado eran LIMAS, así que no podíamos usarlas. Después nos dijo que para hacer limonada se cortan los limones por la mitad, se exprimen y el zumo se mezcla con el agua con azúcar, lo que hubiera estado bien saber desde el principio.

Pero Rowley tenía miedo de cortar limones, porque decía que le iban a llorar los ojos. Le dije que estaba confundiendo los limones con CEBOLLAS. Pero él no se dejaba convencer y comprendí que tenía que hacer algo o no iba a colaborar. Así que busqué en el garaje hasta encontrar unas


gafas de buceo para proteger los ojos de Rowley.

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Cuando Rowley se calmó, comenzamos a cortar los limones, lo que resultó MUCHO más difícil de lo que había imaginado. Al cortar el PRIMER limón, me entró un chorro de zumo en el ojo.

Picaba MUCHÍSIMO y casi no me dejaba ver. Rowley se sacó el tubo de bucear de la boca y empezó con el rollo de “te lo dije”, pero a mí no


me apetecía nada escucharlo.

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Una vez recuperada la vista, exprimimos todos los limones, vertimos el zumo en el agua con azúcar y montamos nuestro puesto en la acera.

Hubo gente que se paró, pero solo para criticar lo que estábamos haciendo. Una señora nos dijo que teníamos que remover la limonada para mezclar mejor el azúcar. Pero, aunque lo HICIMOS, se fue sin comprar nada.


Otro chico que probó nuestra limonada se quejó de que estaba demasiado DULCE. 72


Las siguientes personas dijeron lo mismo. Así que vacié media jarra y añadí más agua. Pero entonces no les gustó de dónde la saqué.

A un tipo le molestó que usásemos el mismo vaso para todos los clientes, a pesar de que le expliqué que lo enjuagábamos después de cada uso.


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Cansados de estar sentados asándonos bajo el sol, decidí que nuestro puesto de limonada funcionaría igual de bien como negocio de autoservicio. Así que dejamos un bote para que la gente pagara por lo que bebiera. Pero en el mismo momento en que estableces un sistema basado en la honestidad, llega alguien que se lo carga.

Comprendimos que íbamos a tener que aguantarnos y vigilar el puesto todo el tiempo. Así que sacamos otro vaso del armario de la cocina y volvimos


afuera.

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Al poco rato noté que la gente que SUBÍA por la calle parecía muchísimo más sedienta que los que BAJABAN. Para aprovecharlo, decidimos reajustar los precios.

Un par de personas creyeron que nuestro bote era para PROPINAS, y echaron dentro algunas monedas sueltas. Después de eso, empezamos a pedir propina, porque ese dinero tenía un cien por cien de beneficios.


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Me estaba empezando a gustar cómo iban las cosas, cuando un chico llamado Cedric Cunningham montó su PROPIO puesto de limonada unas casas más abajo. Y resultaba muy obvio que sus padres lo habían ayudado, porque SU puesto hacía que el nuestro pareciera RIDÍCULO.

Claro. Ese es el problema cuando tienes una idea original. A los cinco segundos surgen imitadores. Sin embargo, me considero un profesional y no quería tomarme aquello como algo personal. Así que le ofrecí dos pavos a Cedric a cambio de que


desmontase su puesto de limonada, y él aceptó.

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Pero cinco minutos después lo volvió a montar, esta vez justo enfrente de nosotros, al otro lado de la calle. Aquello me estaba empezando a molestar, porque estábamos quedándonos sin limonada y sabía que papá no iba a darnos más dinero para ingredientes. Entonces comprendí que si vendíamos AGUA en lugar de limonada, íbamos a ahorrarnos muchas molestias. Además era obvio que Cedric había monopolizado el mercado de la limonada, ESPECIALMENTE después de colgar su nuevo cartel.


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Pero sabía que, si pensábamos vender agua, y queríamos que la gente PAGASE por ella, esta tendría que parecer superespecial. Así que me inventé un nombre chulísimo, y luego llené la piscinita de Manny para no quedarnos sin existencias.

Si pensábamos llamar a aquello “agua adelgazante”, íbamos a tener que demostrar a la gente que FUNCIONABA. Así que puse a Rowley a dar saltos y hacer flexiones delante del puesto.


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El problema es que como Rowley no está muy en forma, daba mala imagen a nuestra empresa.

Por suerte, después de eso, subió por la calle un tipo que parecía estar en forma y le ofrecí pagarle unos pavos si le contaba a todo el mundo que su buena forma física se debía a nuestra “NRG agua adelgazante”. Pero supongo que tenía cosas mejores que hacer, porque nos dijo que no estaba interesado.


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Por desgracia, un chico que iba calle ABAJO nos oyó y nos dijo que a él sí que le INTERESABA promocionar nuestro producto.

No quiero parecer malo, pero aquel chico no tenía para nada la imagen que andábamos buscando. Para que se fuera, le pagué tres pavos por decir a la gente que él NO bebía nuestro producto. Comprendí que seguíamos compitiendo por la clientela con el chico del otro lado de la calle y que si queríamos ganar dinero DE VERDAD, íbamos a tener que trasladar el negocio a un escenario nuevo.


Y yo sabía adónde: al parque municipal.

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Pensé que, con la gran operación de limpieza que se estaba llevando a cabo allí, habría un montÓN de voluntarios sedientos. Así que Rowley y yo cargamos todo lo que pudimos en un carrito y bajamos por la cuesta.

A mitad de camino hacia el parque, Rowley dijo que se estaba deshidratando y que necesitaba beber. Yo no quería parar, pero parecía que iba a desmayarse. Así que le dejé coger una botella y tomé nota para descontárselo después de la paga.


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Cuando llegamos al parque, parecía que toda la CIUDAD estuviera allí. Todo el mundo trabajaba de lo lindo y hacía mucho calor. ADEMÁS, la fuente estaba rota, lo que significaba que no tenían forma de saciar su sed. Así que Rowley y yo supimos que nos íbamos a hartar de a vender nuestro producto.

Por desgracia, mamá nos vio enseguida y nos preguntó qué íbamos a hacer. Le dije que venderíamos nuestra agua adelgazante


a cualquiera dispuesto a aflojar unos pavos.

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Pero mamá dijo que era de “mal gusto” aprovecharse de voluntarios que estaban sacrificando su sábado para limpiar el parque. Yo le contesté que todo el que bebiera de nuestra agua rendiría el DOBLE y así la limpieza iría mucho más deprisa.

Mientras mamá y yo discutíamos, las señoras que


estaban trabajando en las parcelas de flores saquearon nuestra mercancía. 83


Y antes de que pudiéramos impedirlo, derramaron nuestras reservas de agua adelgazante por el suelo como si fuera basura.

Hice un cálculo rápido y pensé que había al menos doscientos dólares de beneficios perdidos empapando la tierra. Pero aquellas señoras ni se inmutaron, se limitaron a volver a sus plantas como si nada. Aunque todavía no era demasiado tarde para que Rowley y yo le diéramos la vuelta a la situación.


Recogimos las botellas vacías y fuimos al arroyo para rellenarlas. 84


Mamá se interpuso en nuestro camino. Dijo que quería que Rowley y yo ayudáramos como voluntarios en la operación de limpieza. Y nos dio herramientas de jardinería para que empezáramos. Yo le expliqué que nosotros éramos EMPRESARIOS y que los VERDADEROS empresarios no trabajan gratis. Pero antes de que terminara de hablar, Rowley ya estaba arrodillado plantando arbustos.

Sabía que tenía que salir de allí lo antes posible si no quería acabar igual. Pero mamá ya había pensado en ello. Me dijo que cuando yo era pequeño, ella siempre


me traía al parque y que esos eran los recuerdos más especiales que tenía de nosotros dos. 85


Me dijo que si NO limpiábamos el parque, OTRAS mamás no podrían tener los mismos preciosos recuerdos de SUS hijos.

Es cierto, mamá sabe EXACTAMENTE cómo hacerme llorar. Y así es como acabé rastrillando hojas GRATIS, en lugar de ganando toneladas de dinero. El rastrillo que me había dado mamá era una basura, pero cuando le pedí otro mejor, me dijo que todos hacían lo que podían con lo que tenían. Me costó media hora juntar un mísero montón de


hojas, y entonces un grupo de niños pequeños pasó por encima y fastidió todo mi trabajo. 86


No tengo ni idea de por qué la gente vino con sus hijos pequeños a limpiar el parque, porque la verdad es que no ayudaron NADA. Al contrario, no dejaron de causar problemas. Hubo un momento en el que un grupo se puso a jugar sobre un motón de estiércol y tuvimos que sacarlos de allí.


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La operación de limpieza estaba TOTALMENTE desorganizada. Nadie la dirigía, así que todo era un puro CAOS.

La cosa se COMPLICÓ aún más cuando llegó un autobús al parking del parque y de él bajaron unos adolescentes vestidos con monos de color naranja.


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Al parecer, los chicos del autobús cumplían condena por delitos como robar en tiendas y vandalismo. Apuesto a que algunos de ellos eran los responsables de los grafitis que había en el parque. Era evidente que los del servicio comunitario estaban más interesados en hacer el gamberro que en ayudar. Y se pusieron a hacer cosas PELIGROSAS.

Pero cuando parecía que la cosa ya no podía empeorar, llegó al aparcamiento un grupo de


furgonetas con una tropa de girl scouts que bajó en tromba de los vehículos. 89


Y parecían muy dispuestas a INTERVENIR.

En diez minutos, habían organizado la limpieza del parque y habían formado equipos, cada uno de ellos dirigido por una girl scout.



Mi equipo era el responsable de rastrillar las hojas de la zona de los columpios, y la chica que nos dirigía era una Lobezna.

Fue un poco vergonzoso, pero la verdad es que me ALEGRÉ de que aparecieran las girl scouts y pusieran un poco de orden. Siempre que veo a las girl scouts actuar en un proyecto, me quedo IMPRESIONADO. Hace unos meses, el Ayuntamiento quería construir


un jardín comunitario, pero era incapaz de coordinarse y el proyecto hacía aguas. 91


Pero entonces aparecieron las girl scouts y lo construyeron en una tarde de domingo.

Una cosa es cierta: si pones a un grupo de chicos de mi edad a cargo de un proyecto así, no conseguirás nada bueno. ESPECIALMENTE si hay herramientas eléctricas implicadas.


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A pesar de que las girl scouts habían venido al parque municipal a trabajar, no iban a perder la ocasión de recaudar fondos. Montaron un puesto para vender galletas, y mamá fue una de sus primeras clientas. Así que supuse que había cambiado de opinión respecto a lo de vender cosas a voluntarios.

Me gustaba que las girl scouts dirigieran el cotarro, pero nos hacían TRABAJAR de lo lindo. Después de una hora, yo estaba exhausto y quería irme a casa. Pero no iban a dejar que nadie se marchase hasta que la última hoja estuviera metida en una bolsa. Otra persona de mi grupo que también parecía cansada


era Frew, mi compañero del programa de Ayuda a tus Compañeros con los Deberes. 93


UNOS individuos habían descubierto lo inteligente que es Frew, y un montón de adultos lo habían empezado a molestar con preguntas que habrían podido resolver consultando sus mÓviles.

Me di cuenta de que cada media hora, las girl scouts cambiaban de grupo. Así que en uno de esos cambios, APROVECHÉ la oportunidad.



Sabía EXACTAMENTE adónde me dirigía: al arroyo. Cuando estaba en el equipo de natación en primer curso, papá me dejaba en la piscina municipal todos los días. Pero al SEGUNDO de marcharse él, yo bajaba corriendo al arroyo para pescar pececitos de agua dulce hasta que acababa el entrenamiento.

Siempre me aseguraba de volver a la piscina antes de que papá llegara a recogerme. Me zambullía en el último minuto para que pareciera que había estado nadando todo el rato.


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Una vez, papá vino TEMPRANO para verme entrenar, pero yo me había distraído atrapando peces. Así que llegué a la piscina DESPUÉS que papá, y me castigaron.

Hoy pensé en tomarme un descanso rápido en el arroyo y luego volver al trabajo. Pero treinta segundos después de llegar, oí a alguien por entre los arbustos. Resulta que Frew me había visto escapar de la


zona de columpios, y me había SEGUIDO.

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Frew me dijo que no podía aguantar ni un segundo más las bromas de los mayores y que, cuando me había visto escapar, había pensado que era una buena idea. Mientras hablábamos, oímos que algo GRANDE se acercaba. Pensé que podía ser un OSO, pero me sorprendí mucho al ver que era uno de los chicos del servicio comunitario.


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De hecho, yo lo CONOCÍA. Se llamaba Billy Rotner y solía pasar por nuestro sótano cuando Rodrick ensayaba con su grupo.

Hace un mes o así, oí que Rodrick le decía a un amigo suyo que habían pillado a Billy robando una bolsa de gominolas ácidas en una tienda.

No me gustaba que aquel tipo me hubiera seguido hasta mi escondite. Le dije a Billy que tenía que


regresar al parque antes de que nos metiera a TODOS en un lío. 98


Pero Billy dijo que se había escapado y que no pensaba volver NUNCA al servicio comunitario.

Entonces empezó a gimotear y nos contó que cuando era pequeño su madre compró una bolsa de gominolas ácidas parasuhermanoyparaél,peroquesuhermanonoledioni unagominolayquesecomiótodalabolsaélsolo.

Nos dijo que solo había robado en la tienda para


poder tener POR FIN una bolsa de gominolas entera para él SOLO. 99


Yo empezaba a estar muy incómodo con el rollo interminable de Billy, y esperaba que Frew me ayudara a hacerle entrar en razón. Pero entonces Frew también empezó a hablar. Y nos contó que sus padres le hacían despertarse a las cinco de la mañana, seis días a la semana, para estudiar para un concurso de geografía, y que nunca había podido jugar a la guerra de pistolas láser, porque sus padres decían que era una pérdida de tiempo.

Eso ya era demasiado para mí, así que decidí que


prefería rastrillar hojas que escuchar a esos dos y sus historias lacrimógenas. 100


Así que emprendí el camino de vuelta a los columpios. Pero de pronto, de no sé dónde, apareció la Lobezna y me pilló TOTALMENTE desprevenido.

Obedecí a mi instinto y salí CORRIENDO. Frew y Billy me vieron y echaron a correr detrás de mí. Pero la Lobezna tenía un SILBATO, y cuando quise darme cuenta teníamos a toda la tropa de girl scouts pisándonos los talones. Empecé a correr mucho más deprisa cuando me di cuenta de que Frew y yo podíamos meternos en


problemas por haber escondido a un fugitivo.

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No sabía si las girl scouts tenían autoridad para DETENER a nadie, pero no pensaba quedarme allí para averiguarlo.

Lo que sí sabía era que aquello les serviría para obtener alguna medalla. En plena persecución, Billy tomó la delantera y Frew y yo nos limitamos a SEGUIRLO. Estaba claro que tenía más experiencia en estas cosas,


porque parecía saber lo que hacía.

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Al cabo de un rato, conseguimos alejarnos de las girl scouts, y ya casi no oíamos el silbato. Así que nos detuvimos un minuto para recuperar el aliento.


Billy dijo que íbamos a necesitar toda nuestra energía para mantenernos alejados de las girl scouts. 103


Entonces Billy sacó un paquete de galletas de menta que llevaba escondidas en el mono naranja y las repartió. Asumiré que las había PAGADO porque si NO LO HIZO, tampoco quiero saberlo.

Después de recuperar fuerzas con las galletas, Billy dijo que debíamos quitarnos la ROPA, porque así, si utilizaban PERROS para seguir nuestro rastro, los podríamos despistar.


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Y entonces se me ocurrió que si aquel chico no había sido capaz ni de robar una bolsa de gominolas sin que lo pillaran, quizás era la ÚLTIMA persona de quien debía aceptar consejos. Comprendí que había cometido un TREMENDO error y empecé a buscar una solución. Así que les dije a los chicos que lo mejor era separarnos porque, ASÍ, sería más difícil que nos pillaran. Pero Frew era partidario de seguir JUNTOS. Dijo que podíamos viajar juntos por todo el país y vivir aventuras increíbles, o incluso unirnos a un circo en algún punto del camino.


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A Billy pareció gustarle la idea. Entonces los dos empezaron a discutir sobre a quién le corresponderían los derechos de la película sobre nuestra historia si llegábamos a hacernos famosos.

Decidí aprovechar la ocasión para escaparme. Pero cuando di media vuelta para irme, aparecieron unos monovolúmenes salidos de la NADA.

Mamá iba en el primer coche, y las girl scouts en los siguientes, detrás de ella. Por un segundo creí que Frew iba a hacer un


último esfuerzo para intentar escapar.

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Pero después de tanto cuento sobre llevar una vida de fugitivo, se desmoronó.

Pensé que mamá estaría muy enfadada, pero más bien parecía ALIVIADA. Quería saber en qué estaba pensando para huir de esa manera. Pensé que, en cualquier caso, Billy ya se las había cargado, y que no tenía sentido que lo hiciéramos los TRES. Así que le eché la culpa de todo a ÉL.


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Me siento un poco mal por ello. Aunque, para ser justos, robar las galletas sí que había sido idea SUYA. No sé cuánto servicio comunitario van a añadir a la condena de Billy. Pero cuando acabe de cumplirla, estaré en alguna universidad muy lejana en la otra punta del país.

Lo más absurdo de todo es cómo se las arregló mamá para ENCONTRARNOS. Cuando compró el chip GPS para el cerdo, compró otro para mí. Así que he estado paseando durante estos dos meses con uno de esos chismes


atado al cordón del zapato sin ni siquiera saberlo.

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Así que cuando desaparecí del parque, mamá solo tuvo que usar su MÓVIL para localizarme.

Aunque ahora no es momento de quejarme de que mamá sea demasiado sobreprotectora. Porque si no hubiera acudido a rescatarme, yo podría haber acabado en un circo ambulante en compañía de Frew y Billy.


Gracias a eso, se acabó la “desconexión de la electrónica” de mamá. 109


OCTUBRE Viernes Si papá YA estaba demasiado pendiente de mí, AHORA es mucho peor. Después del incidente en el parque del último fin de semana, es evidente que piensa que no puede fiarse de mí. Y siempre que está en casa le gusta tenernos al abuelo y a mí en la misma habitación, así nos vigila a los DOS.

Ojalá no supiera lo de la webcam, porque me pone paranoico. De hecho, podría haber VARIAS cámaras en casa.


Estoy bastante seguro de que hay una en el pato de peluche de Manny, porque sus ojos parecen seguirme. 110


Pero si realmente NO hay ninguna cámara en casa, entonces llevo unos cuantos días haciendo el tonto.

Por suerte, esta mañana mamá ha llevado a papá al aeropuerto para un viaje de negocios, y sé que no podrá monitorizarme todo el tiempo que esté fuera. Aun así, debo tener mucho cuidado y no meter la pata, no sea que tenga una cámara de esas que graban en un disco duro externo. Esta mañana, cuando me estaba lavando los dientes, me he acordado de poner el tapón del tubo de dentífrico, como me dice siempre papá.


Pero se me ha resbalado y se ha caído en el lavabo. 111


Ha rebotado varias veces y ha ido a parar al desagüe.

Sabía que en el MOMENTO en que papá llegase a casa de su viaje, iría al cuarto de baño de arriba para comprobar que el tapón del tubo de dentífrico estaba puesto. Así que TENÍA que recuperarlo. Lo primero que hice fue intentar pescar el tapón del desagüe con un bastoncito de algodón, pero lo único que saqué fue un puñado de pelos y otras porquerías.


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Y ahora que sé lo que hay en los lavabos de la gente, juro que jamás seré fontanero. Imaginé que lo más seguro es que con el bastoncito hubiera empujado AÚN MÁS el tapón, así que abrí el armarito de debajo del lavabo para intentar ver adónde iba el desagüe.

Sé que papá tiene libros de bricolaje en el sótano y pensé que en alguno habría instrucciones detalladas sobre cómo solucionar este tipo de problema. Pero no entendí nada de los diagramas del libro, así que hice lo que pude. Había una tubería de plástico debajo del lavabo, y deduje que el tapón


del dentífrico debía de estar allí dentro por alguna parte. 113


Aflojé la rosca que sujetaba el tubo a la cañería, y el tubo salió fácilmente. Pero supongo que debería haber cerrado antes la llave de paso, porque lo siguiente que pasó fue que empezó a salir agua hacia todas partes.

Tardé un minuto en descubrir cómo cerrar la llave de paso. Y para cuando salí de debajo del lavabo, el suelo estaba totalmente inundado.


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Recogí toda el agua que pude con las toallas que encontré por el cuarto de baño. Luego decidí ir a por más y corrí escaleras abajo para coger las del lavadero. Pero cuando llegué a la cocina, me di cuenta de que tenía un problema más IMPORTANTE.

Le conté al abuelo de dónde venía el agua, pero no pareció que le importara mucho. Dijo que el único daño REAL sería una mancha de agua en el techo de la cocina. Me alegró que el abuelo pensara que no era muy


grave, pero estaba seguro de que papá se lo iba a tomar de manera muy DIFERENTE. 115


Le pedí al abuelo que me ayudase a solucionar aquel lío, y me dijo que lo haría. Me explicó que hay una pintura para cubrir las manchas de agua y que me iba a llevar a la ferretería para comprarla. Me pareció GENIAL. Cogió las llaves de papá y nos metimos en el coche. Pero cuando puso la marcha atrás en el camino de entrada, golpeó un cubo de basura.

No le di importancia, pero cuando chocamos contra el BUZÓN del vecino me empecé a preocupar. Me di cuenta de que había olvidado la última vez que estuve en un coche con el abuelo al volante. Y de


pronto, lo recordé: el año pasado el abuelo suspendió la prueba para conductores y le retiraron el CARNET. 116


Desde entonces no puede conducir. Me puse muy nervioso y le dije al abuelo que quizás era mejor que volviéramos a casa. Pero ahora que ya estaba en la calle, no había marcha atrás.

Cuando salimos del vecindario parecía estar cogiéndole el tranquillo. Sin embargo, yo seguía muy nervioso cuando tomamos la entrada de la autovía. Por suerte, no había demasiada gente a aquellas


horas y la ferretería estaba solo a unos pocos kilómetros. 117


Lo raro era que todas las señales miraban en dirección opuesta. La verdad es que todo era muy confuso. Cuando vi que dos coches venían hacia nosotros, comprendí que, de alguna manera, el abuelo había tomado la rampa de SALIDA en lugar de la de ENTRADA, y estábamos circulando en dirección contraria.


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El abuelo clavó el pie en el freno y el coche giró sobre sí mismo 180 grados antes de detenerse en el arcén. Fue un MILAGRO que nadie chocara con nosotros, y nuestra experiencia cercana a la muerte nos dejó temblando.

De repente, una mancha de agua en el techo de la cocina ya no parecía tan importante. El abuelo y yo estuvimos de acuerdo en regresar a casa y dar por terminado el día. Al menos, AHORA estábamos en la dirección correcta. Pero, cuando el abuelo puso en marcha el coche, este rodó unos cuantos metros y luego dejó de funcionar.


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Al principio, pensé que le había pasado algo al coche cuando el abuelo clavó los frenos, pero al mirar los indicadores vi que nos habíamos quedado sin GASOLINA.

Rodrick había usado el coche la noche anterior para ir al trabajo y POR SUPUESTO no había rellenado el depósito. El abuelo vio una señal que indicaba que había una gasolinera a un kilómetro y medio, y me dijo que iría allí a pie y traería una lata de gasolina para poder volver a casa. Yo quería ir CON él, pero me dijo que era mejor que me quedase en el coche para que no se lo


llevara la grúa. No me gustaba mucho la idea, pero no me quedó otra opción. 120


El abuelo se fue a pie y yo esperé lo que debió de ser una HORA. Estaba empezando a preocuparme, cuando miré por el retrovisor y vi algo en la distancia. Un grupo de personas caminaba hacia el coche por un lado de la carretera. Al principio me entusiasmé, porque pensé que quizá podrían AYUDARNOS. Pero entonces me fijé en sus monos de color naranja y me quedé HELADO. Eran los del servicio comunitario y venían hacia mí.

Cuando estuvieron más cerca, me di cuenta de que uno de ellos era BILLY. Pensé en salir


corriendo, pero no quería arriesgarme en campo abierto. 121


Lo único que se me ocurrió fue poner los seguros de las puertas y ESCONDERME. Pero no hay muchos buenos sitios donde esconderse dentro de un COCHE, así que me agaché debajo del salpicadero y me quedé muy quieto.

Entonces contuve la respiración y empecé a rezar. Los chicos tardaron una ETERNIDAD en llegar hasta el coche y, cuando por fin LLEGARON, decidieron que aquel era un buen sitio para comer.


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Después de un rato, los del equipo del servicio comunitario acabaron de comer y se fueron. Pero lo dejaron todo hecho un asco, lo que demuestra que no se estaban tomando muy en serio lo de limpiar la autovía.

Cuando estuve seguro de que se habían ido, intenté incorporarme. Pero se me habían dormido LAS DOS piernas de estar tanto rato en aquella postura, así que me agarré a la palanca central del coche.


Pero la palanca se MOVIÓ, y el COCHE, también. 123


Lo había puesto en PUNTO MUERTO sin querer, y había empezado a rodar hacia DELANTE.

El coche se estaba acelerando y yo pisé el freno. Pero estaba bloqueado y el coche siguió adelante. A mí me daba miedo que se metiera en el tráfico y chocara con alguien. Entonces vi al ABUELO caminando hacia mí por el arcén, y me entró el PÁNICO.


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Di un volantazo a la izquierda y ESQUIVÉ por los pelos al abuelo. El problema fue que el coche se metió de lleno en una ZANJA. Y allí se quedó hasta que llegó mamá dos horas después con la grúa.

Si pudiera volver atrás en el tiempo, dejaría el tapón del dentífrico en el desagüe. Lunes


SUPLIQUÉ a mamá que no contara a papá lo que había pasado con el coche cuando él volviera a casa. 125


Pero ella me dijo que como el parachoques estaba abollado, él se iba a enterar de todos modos.

Comprendí que mi única opción era irme de la ciudad. Y se me ocurrió la forma PERFECTA de conseguirlo. Hoy es el día en que la clase se va de excursión a la Granja Austera durante toda la SEMANA. Supongo que para cuando VUELVA papá se habrá calmado al menos un poco. Así que le he dicho a mamá que he cambiado de idea sobre lo de la excursión, y está entusiasmada. Ha llamado al colegio para asegurarse de que


todavía estaba a tiempo de ir, y por suerte quedaban unas cuantas plazas libres en las cabañas. 126


Busqué en la mochila la lista que nos dieron el mes pasado para ver qué necesitaba llevarme.

Era demasiado tarde para salir a comprar todo eso. Por suerte, mamá encontró en el garaje la bolsa de lona de Rodrick, que nadie había deshecho desde que ÉL había hecho ese mismo viaje hacía unos años. Dentro había unas botas de senderismo, un chubasquero, una cantimplora, repelente de


insectos y un montón de cosas más de la lista, lo cual era formidable. 127


Pero la bolsa apestaba, porque también tenía dentro un sándwich de jamón a medio comer y del que salía algo que le había crecido dentro.

Me preocupaba un poco la comida del campamento, y estuve tentado de esconder en la mochila unas cuantas chocolatinas. Pero como no estaba seguro del castigo que te podía caer si te PILLABAN, decidí dejarlas en el cajón de los calcetines para que nadie se las comiera en mi ausencia. Sin embargo, no pensaba correr ningún riesgo en cuanto a mi COMODIDAD. Metí tres paquetes de toallitas húmedas en la


bolsa de Rodrick, aunque eso significara que no quedaba espacio para el chubasquero. 128


Sepulté las toallitas en el fondo de la bolsa porque no quería que mamá supiera que me las había llevado. Dice que las toallitas húmedas son demasiado caras para usarlas a diario y que están reservadas para MANNY. Claro. Por eso quiero ser millonario cuando sea mayor. Cuando tenga toneladas de dinero, me compraré tantas toallitas como QUIERA.


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Pero hasta que tenga mi propio dinero, voy a tener que seguir saqueando las reservas de Manny.

Cuando ya estaba casi listo para irme de viaje, el abuelo me dio un libro que me dijo que podía serme útil.

El abuelo me dijo que el libro había sido suyo de


joven, y que se lo había dado a papá cuando ÉL tenía mi edad. Ahora quería que lo tuviera YO. 130


Me pareció muy pasado de moda, pero no quería herir sus sentimientos. Así que le dije que me lo llevaría y que lo leería en cuanto pudiera.

Me quedaba el espacio JUSTO en la bolsa para meter el libro y pensé que, cuantas más cosas pusiera encima de las toallitas, mejor. Pero, cuando mamá me dejó en el colegio por la


mañana, supe que estaba MUY POCO preparado para este viaje. 131


Todos los demás llevaban una TONELADA de equipaje, y yo pensé que llevaba poca cosa.

Después de cargarlo todo en el autobús, las bolsas ocupaban la mitad del espacio disponible. Así que tuvimos que sentarnos dos en cada asiento, lo que hizo que el trayecto a la Granja Austera fuera MUCHO más largo de lo que debería haber sido.


132


Cuando finalmente llegamos y atravesamos la entrada principal, me sentí muy aliviado. Pero el último tramo fue BRUTAL, porque estaba lleno de baches.

Cuando bajamos del autobús, se estaba yendo un grupo de chicos de otro colegio. La verdad es que tenían pinta de estar deseando salir de aquel lugar.


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Un chico en la parte trasera sujetaba un cartel escrito a mano que yo no acabé de entender.

Un par de compañeros de mi clase se asustaron mucho al ver el cartel. Un chico que estaba a mi lado dijo que su hermano mayor había estado en la Granja Austera hacía unos años y que le había contado lo de Silas Scratch. El tal Silas Scratch era un granjero que vivió en la Granja Austera hace mucho tiempo, pero entonces llegaron las autoridades y le echaron


de sus tierras.

134


Otro dijo que ÉL había oído que Silas Scratch se había ido a vivir al bosque, y que se alimentaba de babosas y bayas silvestres. Melinda Henson dijo que ella había oído que se había vuelto LOCO y que se había dejado crecer muchísimo las uñas de las manos.

No me hubiera importado no saber lo de las uñas


largas, la verdad, porque es de esas cosas que me ponen los pelos de punta. 135


El señor Healey, uno de los vigilantes, dijo que cuando SU clase fue a la Granja Austera, un chico llamado Frankie encontró la choza de Silas Scratch en el bosque. Y que, desde entonces, Frankie no había vuelto a ser el mismo.

Si alguien no había oído hablar ANTES de Silas Scratch, AHORA lo haría sin ninguna duda, porque la historia corrió como la pólvora.


El asunto de Silas Scratch me pareció inquietante.

136


JURO que si alguien me hubiera dicho que había un granjero pirado por los alrededores de la Granja Austera, me habría quedado en casa y me hubiera arriesgado a enfrentarme a papÁ. Después de descargar el autobús, llevamos el equipaje al pabellón principal, que era una gran cabaña de troncos con un montón de mesas largas en su interior. La persona al mando era la señorita Graziano, y cuando todo el mundo estuvo sentado, nos dio un discurso sobre las normas del campamento. Había MUCHAS, pero nos dijo que la más importante era que los chicos no podían visitar las cabañas de las chicas bajo ningún concepto y viceversa.


137


La señorita Graziano dijo que llevaba diecinueve años viniendo a la Granja Austera, y que no estaba dispuesta a aguantar tonterías de nadie. Entonces mandó a los vigilantes que revisaran todas las bolsas para asegurarse de que nadie intentaba colar comida basura o dispositivos electrónicos.

A algunos chicos les pillaron cosas en sus bolsas. Mike Barrows llevaba en la mochila casi medio kilo de gominolas y a Duane Higgins le descubrieron intentando colar una enorme galleta de chocolate.


138


Me alegré de haber dejado en casa las barritas de chocolate, pero me preocupaba que los vigilantes me confiscaran las toallitas húmedas. Sin embargo, cuando el señor Jones notó el olor apestoso de mi bolsa, no quiso buscar más.

Después de eso, tomamos el almuerzo, que consistió en perritos calientes, alubias cocidas y pimientos rellenos. No había más opciones, así que si no te gustaba alguna de esas cosas, mala suerte.


Al terminar el almuerzo, los vigilantes nos hicieron vaciar las sobras en una enorme cacerola. 139


Yo no había tocado el pimiento relleno, así que lo eché entero.

Le pregunté al señor Healey por qué echábamos las sobras en una cacerola en lugar de en el cubo de basura. Me contestó que allí no se desperdiciaba nada, y que lo que no nos habíamos comido ESTA vez, serviría para hacer un estofado el PRÓXIMo día.

Me dijo que era lo mismo que hacían cuando él venía de niño a este campamento, y que todavía usaban la misma olla. Eso quería decir que allí podía haber sobras de hacía treinta AÑOS. Después de almorzar, la señorita Graziano y las


vigilantes llevaron a las chicas a sus cabañas al otro lado del campamento. 140


A mamá le hubiera gustado apuntarse como vigilante voluntaria, pero no le hacía gracia dejar a Manny a cargo de Rodrick y del abuelo. Aunque hubiera sido jugar sucio, porque podría haberme pasado información reservada del lado de las chicas.

Permanecimos en el comedor para que nos asignasen las cabañas. La mayoría de los grupos estaban formados por chicos que ya iban juntos en el colegio, aunque en todos parecía haber UNO que no encajaba.


141


El colegio debía de haber decidido separar a los chicos más conflictivos, para que no hubiera más de uno por cabaña. El único grupo con MÁS de un chico problemático era el del señor Nuzzi. Pero el señor Nuzzi era guardia de prisiones, así que supongo que pensaron que podría con ello.

Como yo me habíaapuntado muytarde, me pusieron en el grupo de lasSOBRAS, en elque también estabaRowley.



Me alegré de estar en la misma cabaña que Rowley, pero no me gustó nada que su PADRE fuera nuestro vigilante. El señor Jefferson siempre me ha tenido manía, y no me entusiasmaba la idea de pasarme toda una SEMANA con él. Comprobamos que los últimos que habían estado en nuestra cabaña no la habían limpiado antes de irse.

Un chico de mi grupo, Julian Trimble, parecía estar pasándolo fatal porque le empezó a temblar el labio nada más entrar por la puerta. A mí me sorprendió que Julian se hubiera apuntado al campamento, porque estaba seguro de que jamás


había pasado una noche separado de sus padres.

143


Julian siempre ha sido el típico chico que monta el número por las mañanas cuando sus padres lo dejan en el colegio. Una vez, ya en segundo curso, se agarró con tanta fuerza a su madre que tuvo que bajar el subdirector a separarlo.

Supuse que Julian había decidido venir por su PROPIA voluntad, pero entonces recordé la escena de aquella mañana en el colegio, y empecé a preguntarme si había sido su madre quien le había engañado.



Todo el mundo empezó a escoger su litera, y entonces comprendí por qué todos habían traído bolsas tan grandes.

Yo pensaba que las sábanas las ponía el campamento. Pero supongo que aquello era mucho esperar de un lugar como este. Lo más parecido a una almohada que tenía era mi sudadera con capucha, que ya empezaba a oler como el sándwich de jamón de Rodrick. Fue difícil encontrar un colchón que no tuviera manchas raras. Elegí una litera de arriba, porque


no quería arriesgarme a acabar debajo de Julian, y que a él le diera por hacerse pis en la cama. 145


Por desgracia, el señor Jefferson se puso justo debajo de mí, así que ahora el padre de Rowley era mi compañero de litera.

Cuando acabamos de deshacer el equipaje, fuimos a la zona de actividades para trabajar eso de “hacer equipo”. El primer ejercicio fue la “caída confiada”: uno se deja caer hacia atrás y los demás se encargan de sujetarlo. Supongo que el objetivo era mostrarnos que nuestros compañeros están ahí para protegernos.


Pero Jordan Lankey se tiró mientras nosotros todavía estábamos decidiendo cómo ponernos. 146


El señor Jefferson nos enseñó a hacer una “red” formando dos filas enfrentadas y sujetándonos los unos a los otros por las muñecas. Así que cuando Jeffrey Swanson se subió a la plataforma, nosotros pensamos que estábamos listos para recogerlo.


147


Pero Jeffrey es un chico grande y su peso hizo que Rowley y Gareth Grimes cayeran uno encima de otro.

Gareth perdió uno de los dientes de delante y todos nos pusimos a buscarlo a gatas por el suelo. Entonces Emilio Mendoza lo encontró en la FRENTE de Rowley.

El señor Jefferson le dijo a Emilio que fuese


corriendo a buscar a la enfermera, y esta trajo a Gareth una toalla mojada para detener la sangre. 148


Pero no pudo sacar el diente de la frente de Rowley, porque estaba muy bien clavado.

El señor Jefferson llamó a su mujer para que viniera a recoger a Rowley y se lo llevara al médico. Aunque no sé si acabó yendo al médico o al dentista, porque no tengo ni idea de qué hay que hacer en estos casos. Ahora el señor Jefferson tenía que hacer de vigilante de un grupo de chicos en el que no estaba el SUYO. Nos tuvo haciendo todosesosejerciciosque se supone que nos enseñan atrabajar en equipo, pero que EN REALIDAD solo demostraron lo INÚTILES que somos en ese tema. Hicimos una actividad llamada “brigada del cubo”,


en la que teníamos que formar una fila desde el río hasta nuestra cabaña y transportar agua. 149


El primer chico llenaba su cubo y luego echaba el agua en el cubo del siguiente, y así todo el rato.

Pero derramamos tanta agua por el camino que al llegar a la cabaña no quedaba casi nada que echar en el barreño metálico que se suponía que teníamos que llenar.

Comprendimos que si queríamos llegar a terminar la actividad, íbamos a tener que encontrar una forma


mejor de llenar el barreño. Así que empezamos a escurrir en él nuestra ropa sudada. 150


Después de eso, hicimos otra actividad en la que nos atamos unos a otros por las muñecas con pañuelos, y teníamos que recorrer una pista de obstáculos hechos con cuerdas. Pero nuestro grupo no destaca precisamente en las actividades físicas.


151


Cuando acabamos el recorrido, fuimos incapaces de desatar los pañuelos, porque los habíamos apretado demasiado. Y ESO fue un desastre, porque Jeffrey tuvo que ir al cuarto de baño de la cabaña.

Al final del día, todos estábamos agotados, y yo me alegré de verdad cuando el señor Jefferson nos dijo que era hora de cenar. La comida era pollo, mazorcas de maíz y estofado. Yo pasé del estofado y me alegré de haberlo hecho cuando vi que Jordan sacaba de su cuenco un taco entero. A SABER de qué año era eso.


152


Después de cenar, volvimos a la cabaña. El señor Jefferson dijo que, como habíamos estado en el bosque, teníamos que comprobar que nadie tuviera una garrapata. Cada uno se encargaba de examinar la cabeza de su compañero de litera, lo que quería decir que a mí me tocaba el señor Jefferson. Pero elseñor Jefferson tiene mucho pelo yyo no pensaba meter losdedosahídentro. Por mí, como sitenía una COLONIA entera de garrapatas viviendo en su cabeza.

Todo el mundo habla de lo maravilloso que es el campo,


pero la verdad es que existen TODA CLASE de bichos asquerosos con los que hay que tener cuidado. 153


Yo solía pasarme el día jugando en el bosque, hasta que me tragué una araña viva.

Pero en un sitio como la Granja Austera hay bichos tanto DENTRO como FUERA. Una especie de escarabajo se metió en la oreja de un chico durante la cena, y tuvo que ir a la enfermería para que se lo sacaran.


154


Jordan encontró una garrapata en la nuca de Julian, y todos nos pusimos muy nerviosos. Pero el señor Jefferson le dijo a Julian que no pasaba nada y se lo llevó para que lo viera la enfermera. Cuando el señor Jefferson y Julian salieron, los chicos de mi cabaña se volvieron TOTALMENTE locos. Yo me quedé al margen, porque no quería ser la quinta persona de mi grupo en ir a ser examinado por la enfermera durante el primer día.


Cuando volvió el señor Jefferson, la cabaña estaba hecha un desastre y todos estaban hechos un ASCO. 155


Yo creo que el suelo de la cabaña no se había limpiado nunca, porque, después de rodar por él, los chicos acabaron cubiertos de pelusas y mugre.

Como castigo por desordenar la cabaña, el señor Jefferson nos obligó a ir a la cama TEMPRANO, y también me castigó a mí, aunque yo no había HECHO nada. Y así fue como terminamos la primera noche, acostándonos cuando todavía era de día. Martes El señor Jefferson nos despertó a todos al


amanecer y nos dijo que nos teníamos que duchar antes de desayunar. 156


Entonces recordé que en el cuarto de baño no había ducha. La ducha estaba FUERA de la cabaña y el agua era la del barreño que habíamos llenado el día anterior durante la “brigada del cubo”. Creo que yo era el único que recordaba lo que había EN ese barreño, porque todos los demás se pusieron en fila para esperar su turno. Y no solo el agua era POCO HIGIÉNICA, sino que, además, estaba muy FRÍA.


157


Pero yo había venido preparado. No pensaba ducharme al aire libre durante estos campamentos, pero sí iba a mantenerme LIMPIO.

El desayuno no fue mucho mejor que las dos comidas anteriores, pero al menos no había ESTOFADO. Las tortitas estaban duras como PIEDRAS, y si intentabas morderlas podías romperte los dientes.

Emilio se escondió una en el bolsillo para enviarla


por correo a casa y que su madre viera lo mala que era la comida en el campamento. 158


Después de recoger las cosas del desayuno, la señorita Graziano nos informó del plan para el día. Nos dijo que íbamos a hacer el mismo tipo de tareas que hacían antiguamente los chicos de nuestra edad que se criaban en granjas como esta. La señorita Graziano nos explicó que, en los viejos tiempos, los niños trabajaban desde que se levantaban hasta la puesta de sol. Y que empezaban a trabajar en cuanto tenían edad suficiente para ayudar a sus familias. Lo cual es OTRA razón para estar contento de no haber vivido en aquella época.


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Nuestro grupo empezó en el granero, y nuestro trabajo consistía en trasladar balas de heno de un lado al otro del edificio. Aquello era MUY duro y sentí mucho respeto por los chicos que habían tenido que hacer aquello a diario.

Cuando terminamos, todos nos sentimos muy SATISFECHOS.


160


Cuando salíamos para ir al siguiente sitio, llegó el grupo del señor Nuzzi. Él le dijo a su equipo que tenía que transportar los fardos de heno al otro lado, donde estaban antes de que nosotros EMPEZÁRAMOS a moverlos. Así que no sé por qué nos habíamos molestado en hacerlo.

No está bien HACER esto a los niños. Cuando yo estaba en primer grado, mi profesora me dijo que me enviaba a una “misión secreta”, y me dio una nota para que se la entregara a otra profesora en la otra punta del pasillo.


161


Y todos los días siguientes, mi profesora me dio una NUEVA nota para entregar. Vale. Pues un día sentí curiosidad sobre el CONTENIDO de aquellas notas, y abrí el sobre. Pero dentro solo había un papel en blanco.

Resulta que mamá le había dicho a la profesora que estaba preocupada por mi “autoestima”, y todo aquello de la misión secreta solo era para hacerme sentir IMPORTANTE. Así que si alguien se pregunta por qué me cuesta tanto tomarme en serio el trabajo, ahí fue donde empezó todo. Nuestro equipo se pasó el resto de la mañana haciendo tareas. Pintamos una valla, reparamos un muro de piedra y apilamos leña en el exterior del


pabellón principal.

162


Juro que cuando sea mayor, ME voy a comprar una granja y montaré en ella un campamento, porque tener a un montón de chicos trabajando gratis y llamar a eso educación, es una idea GENIAL. Después del almuerzo, cuando volvimos a nuestra cabaña, Gareth tropezó con una piedra que sobresalía en el suelo. Cuando Emilio la vio, se alteró mucho. La piedra tenía algunos arañazos y Emilio dijo que ESO solo podía haberlo hecho Silas Scratch.


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Jeffrey dijo que seguramente aquella era la TUMBA de Silas Scratch, y que ahora estábamos todos malditosporhaberperturbadosulugardedescanso.

Intenté razonar con ellos. Les dije que, en primer lugar, si Silas Scratch estaba MUERTO, aquella era una gran noticia para todos. Y, en segundo, que aquella NO PODÍA ser su tumba, porque él no habría podido enterrarse A SÍ MISMO.

No debería haber dicho eso, porque los asusté aún MÁS. De pronto, Silas Scratch se había


convertido en un granjero NO MUERTO al que no se podía matar. 164


Durante la cena, la “tumba” de Silas Scratch fue el único tema de conversación. Alguien dijo que había visto a Silas Scratch en el bosque, y otro aseguró que lo había visto en el otro lado del campamento exactamente a la misma hora.

Después, Albert Sandy le contó a todo el mundo que él HABÍA OÍDO que Silas Scratch tenía una


red de túneles bajo las cabañas y que por eso era capaz de desplazarse tan rápidamente. 165


Gracias a Albert Sandy, ahora los chicos están demasiado asustados para usar los baños del campamento.

Algunos dijeron que se aguantarÍan el pis hasta volver a casa. No ME parece muy inteligente, y más teniendo en cuenta que estamos en el SEGUNDO día. Miércoles Después de acabar las tareas de hoy, nos han dado tiempo libre para hacer lo que quisiéramos. Yo pensaba echar una siesta. Pero algunos chicos de mi cabaña tenían otros planes. Gareth, Jeffrey y Jordan han dicho que estaban


hartos de comer ESTOFADO para cenar, y que iban a bajar al río a pescar un PEZ. 166


Pensé que era la idea más estúpida que había oído, ESPECIALMENTE porque no tenían caña de pescar ni nada por el estilo. Pero hablaban muy en serio y, cuando se marcharon, yo me fui a la cabaña y me subí a la litera. Tardé mucho en dormirme y, justo cuando estaba a punto de quedarme frito, mis compañeros entraron corriendo en la cabaña.


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Por increíble que parezca, habían conseguido pescar un pez. Lo habían sacado fuera del agua usando la camisa de Jeffrey como red. Y ahora que lo tenían, no sabían qué HACER con él. Lo que estaba claro era que ninguno de ellos pensaba COMÉRSELO.

Les dije que si no metían el pez en el agua enseguida, no iba a SOBREVIVIR. Gareth lo agarró por la cola, lo llevó al cuarto de baño y lo metió en el retrete. Luego Jordan vació su cantimplora dentro de la taza para que el pez tuviera un poco más de agua


para moverse.

168


De momento, el pez parecía estar bien, y yo decidí ir a buscar un cubo para llevarlo de vuelta al río y soltarlo. Pero cuando estaba a punto de IRME, llegó a la cabaña el señor Jefferson. Los otros chicos cerraron de golpe la puerta del cuarto de baño y yo hice lo que pude para disimular.


169


Pensé que al señor Jefferson no le iba a hacer gracia lo del pez en el cuarto de baño y no quería que me mandaran a la cama temprano por segunda vez. El señor Jefferson me preguntó dónde estaban los demás y yo le contesté que creía que habían ido al río. Me dijo que, si los veía, les dijera que fueran al pabellón principal para recoger el correo.

Cuando el señor Jefferson se marchó, bajamos la tapa del retrete para asegurarnos de que el pez no saltara fuera y fuimos al pabellón principal para reunirnos con el resto de la clase. La señorita Graziano repartió el correo a todos los que habían recibido cartas de su casa. Mamá me


había escrito y tengo que admitir que me emocionó un poco leer su carta. 170


También recibí una carta de RODRICK, que no me gustó tanto como la de mamá.


171


No tuve carta de papá, pero recibí una del CERDO. Espero que alguien de mi familia la escribiera para gastarme una broma, porque si ese bicho ha aprendido a escribir, yo ya no sé ni qué decir.

Julian también recibió una carta. Pero su madre cometió el GRAVÍSIMO error de adjuntar una foto.


172


Pero Julian no era el ÚNICO que echaba de menos su casa. Un par de chicos que no habían recibido nada nos pidieron a algunos de los que SÍ que leyéramos nuestras cartas en voz alta.

Unos pocos recibieron paquetes con ropa limpia y cosas así. Pero el triunfador de nuestro grupo fue Graham Bertran, que recibió una caja ENORME y llena hasta los topes con una tonelada de cosas.


173


De vuelta en la cabaña, averiguamos que Graham se había enviado la caja A SÍ MISMO antes de salir de viaje, y que había escondido todo TIPO de golosinas entre las cosas del campamento. No le importó COMPARTIRLAS. Nunca pensé que comería Doritos salidos de una bota de senderismo, pero ya no me quedaba ni una pizca de dignidad.

Emilio miró por la ventana y vio que el señor Jefferson volvía a la cabaña, así que escondimos las cosas de Graham debajo de una manta.


Cuando el señor Jefferson entró en la cabaña, pasó por delante sin ni siquiera verla. 174


Por desgracia, estábamos tan ocupados con las golosinas que nos olvidamos del PEZ.

Me sentí un poco mal por el señor Jefferson. Pero lo consideré un buen recordatorio de que SIEMPRE hay que mirar antes de sentarse en el váter. El señor Jefferson se enfadó y pensó que había sido una broma pesada.


175


Y, por supuesto, creyó que se me había ocurrido a mí. Así que esa noche, mientras el resto del grupo comía nubes tostadas con chocolate y cantaba canciones alrededor de una hoguera con la señorita Graziano, yo tuve que quedarme en la cabaña con un vigilante enfadado.

Miércoles La mayoría de los chicos lo llevaba bastante bien hasta ayer. Pero después de recibir las cartas de casa, es como si hubieran recibido un MAZAZO. Muchos de mis compañeros echan de menos su casa y han estado preguntando si pueden volver antes.


Pero los vigilantes dicen que solo se puede volver antes por razones MÉDICAS. 176


No deberían haber dado esa idea a la gente, porque ahora los chicos están intentando ponerse enfermos A PROPÓSITO. Melinda Henson se comportó de forma muy rara a la hora de comer. Resulta que se tomó tres platos de estofado para ponerse enferma, lo que ME parece muy radical.

Pero después de pasar unas horas en la enfermería con una indigestión, Melinda fue enviada de vuelta con su grupo. Julian fue un paso MÁS ALLÁ. El señor Jefferson lo encontró agarrándose el estómago


junto a una barra de desodorante a medio comer.

177


Y ese fue el final del viaje para Julian.

Horas después, llegó la madre de Julian para recogerlo. En cuanto se marcharon, Julian pareció recuperarse del todo.

Muchos chicos empezaron a comentar que Julian


había tenido una buena idea, pero los vigilantes se enteraron. 178


Y lo siguiente que pasó fue que los vigilantes requisaron todos los desodorantes, para evitar que nadie siguiera los pasos de Julian.

Eso es fatal para nuestra cabaña, porque entre las toallas mojadas, la ropa sucia por todas partes y los chicos que se duchan con agua sudada, esto YA huele como una leonera.


179


El desodorante era seguramente lo único que impedía que el tufo de nuestra cabaña alcanzara niveles tóxicos. Y si enfermamos, nos iremos TODOS a casa antes de tiempo. Lo que puede ser bueno para los DEMÁS, pero no para MÍ. Porque cuanto antes me marche, antes tendré que vérmelas con PAPÁ. Sábado Me había olvidado de Rowley por completo, hasta que volvió ayer por la mañana al campamento. Pero en cuando respiró una bocanada de aire de nuestra cabaña, apuesto a que deseó haberse quedado en casa.


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Resulta que el diente de Gareth causó una infección a Rowley y por eso había tardado tanto en volver. Rowley trajo el diente, aunque no sé qué va a hacer Gareth con él.

Rowley ha vuelto en muy mal momento. Todos hemos estado preparándonos para la última noche del viaje, que vamos a pasar en CAMPO ABIERTO. La verdad es que lo estoy deseando, porque será la ÚNICA noche que no tendremos que pasar en nuestra apestosa cabaña. Pero no estoy seguro de que mi grupo sea capaz de SOBREVIVIR a los elementos. Se supone que mañana por la noche tendremos que


montar un refugio y una hoguera, pero no tengo la menor IDEA de cómo vamos a hacer ESO. 181


El señor Jefferson ha estado intentando enseñarnos a hacer varias tareas básicas en el exterior, aunque resulta que es tan inútil como el RESTO de nosotros. Ayer, cuando intentaba enseñarnos cómo se hace una hoguera, se saltó la regla de “sin aparatos electrónicos” y usó su móvil para ver cómo se hace. Pero se quedó sin batería porque mis compañeros se lo apropiaron para ver vídeos de cabras gritando.

Supongo que, antes de que se agotara la batería, el señor Jefferson se había enterado de ALGO, porque consiguió encender el fuego y nos dijo a los demás que fuésemos a buscar astillas de leña. Pero como nosotros


no sabíamos qué era eso de las astillas de leña trajimos todo lo que pensamos que podía arder. 182


Rowley volvió con lo que parecía un puñado de hierba y lo echó al fuego, pero este se ahogó.

Resulta que lo que Rowley había echado al fuego era HIEDRA VENENOSA, y esta mañana se ha despertado cubierto de granitos. Y el señor Jefferson debió de respirar el humo y ahora debe de tener eso en los PULMONES, porque le costaba respirar.


183


La enfermera llamó a la señora Jefferson para que viniera a buscarlos, y creo que la cosa ha terminado DEFINITIVAMENTE para ellos. Eso significa que mi grupo es el único que no tiene vigilante. He oído que la señorita Graziano está buscando desesperadamente un sustituto, pero ningún padre está dispuesto a pasar aquí el resto del fin de semana. Es muy mal momento para que nos pase esto, porque dicen que mañana por la noche va a llover, y nosotros ni siquiera hemos empezado a construir nuestro refugio. Intenté espiar a un grupo que tenía algunos boy scouts para ver si podía pillar algún detalle, pero ellos no estaban muy dispuestos a compartir sus secretos.


184


Mientras estábamos intentando montar nuestro lugar de acampada, otro grupo saqueó nuestra cabaña. Supongo que habían oído hablar de las golosinas de Graham, porque el alijo había volado. Los ladrones también hurgaron en MI bolsa y encontraron las toallitas, que usaron en nuestro cuarto de baño. Supongo que intentaron echarlas por el retrete, porque ahora estaba ATASCADO. Lo peor de todo es que el retrete REBOSABA, y que el agua corría por el suelo desde el cuarto de baño hasta mi bolsa de lona.

Todo estaba mojado excepto el libro del abuelo, que


los ladrones habían tirado encima de una cama.

185


Me dio mucha RABIA. Pero cuando comencé a hojear las páginas del libro, me di cuenta de que los ladrones nos habían hecho un FAVOR enorme.

El libro tenía un montón de información inútil, como el capítulo sobre cómo hacer una radio con objetos domésticos.


186


Pero había muchísimas más cosas ÚTILES. Había un capítulo sobre cómo reconocer la hiedra venenosa, que ayer nos hubiese sido muy útil. Y había capítulos sobre OTRAS cosas que se hacen al aire libre, como una hoguera sin cerillas, lo que era genial, porque el señor Jefferson había gastado todas las nuestras. Estaba deseando intentar algunos de aquellos trucos y comprobar si FUNCIONABAN. Llevé a mi grupo al lugar de acampada y le pedí a Emilio sus gafas. Luego enfoqué un rayo de sol a través del cristal de las gafas sobre unas hojas secas, tal y como decía el libro. Y sí, las hojas empezaron a humear y acabaron prendiendo.


187


Todos estábamos entusiasmados de haber podido encender un fuego sin la ayuda de un adulto, pero nos pasamos un poco con la celebración y los “chócala” y nos cargamos las gafas de Emilio.

Al parecer, sin gafas Emilio está más ciego que un topo disecado, así que el resto del campamento iba a ser todo un reto para él.


188


Por suerte, Jeffrey también usa gafas, así que mañana podremos hacer otro fuego. Cuando volvimos a la cabaña después de cenar, nos dimos un baño de realidad. El retrete inundado se había sumado al nauseabundo olor de la cabaña, que ahora apestaba TOTALMENTE. Fregamos el suelo con nuestra ropa sucia y luego la pusimos en un par de bolsas de basura. Pero eso NO fue suficiente.

El PEOR olor parecía venir de NOSOTROS. Y la única manera de solucionar AQUEL problema


era con desodorante.

189


Jordan dijo que podíamos hacer una incursión a una cabaña de las chicas y robar SU desodorante. Aquello derivó en un gran debate sobre si las chicas USAN o no desodorante.

Pero lo que nos entusiasmaba a todos era la idea de hacer una INCURSIÓN. El mÁs entusiasmado era Emilio. Pero le dijimos que aquello era demasiado peligroso para él, porque no veÍa nada. Él dijo que le NECESITÁBAMOS porque tiene un excelente sentido del olfato y podría llegar a las cabañas de las chicas husmeando. Como no sabíamos si se estaba tirando un farol, le hicimos un test de olores en el que tenía que identificar


diferentes cosas. Y sí, las acertó todas.

190


Así que Emilio también venía. Empezamos a prepararnos y, justo cuando íbamos a irnos, llegó el señor Nuzzi a comprobar cómo estábamos.

Supongo que el señor Nuzzi sabía que no tramábamos nada bueno, porque nos dijo que nos íbamos a meter en un GRAN lío, como pillara a alguien merodeando por ahí. Además, había oído que Silas Scratch rondaba por allí esa noche, así que era mejor no salir de las cabañas.


Entonces el señor Nuzzi se fue y volvió unos minutos después con un bote de polvos de talco. 191


Lo espolvoreó alrededor de nuestra cabaña para que, si nos escapábamos, nuestras huellas nos delataran.

A todos les entró el pánico porque pensaron que estábamos atrapados en la cabaña durante el resto de la noche. Pero entonces recordé un capítulo de mi LIBRO que podía ayudarnos.


192


El señor Nuzzi había dejado sus PROPIAS huellas sobre los polvos de talco mientras lo ponía. Así que solo teníamos que pisar sus pasos exactos, y él nunca se enteraría de que nos habíamos escapado. El único problema era que las huellas del señor Nuzzi eran más grandes que las nuestras. Por suerte, el señor Jefferson se había dejado sus botas de senderismo debajo de la cama, y encajaban perfectamente.

Yo fui el primero. Era un poco difícil seguir las huellas del señor Nuzzi, pero conseguí llegar al otro lado del polvo de talco.


193


Luego, le lancé las botas al SIGUIENTE.

Todos salimos así de la cabaña. Hasta Emilio, que salió a caballito de Jeffrey.

Cuando todos estuvimos fuera, nos dirigimos por el bosque hacia las cabañas de las chicas. Pero, antes de darnos cuenta, ya nos habíamos perdido. Y era


preocupante, porque ni siquiera sabíamos en qué dirección estaba NUESTRA cabaña. 194


Entonces Jeffrey EMPEORÓ muchísimo las cosas, mencionando el tema de Silas Scratch. Jeffrey dijo que seguramente Silas Scratch estaba vigilando todos nuestros movimientos y que iba a pillarnos de uno en uno, y a devorarnos vivos.

Eso alteró a todos mis compañeros y pensé que iban a salir corriendo en todas las direcciones. Pero Emilio salvó la situación al notar un olor en


el aire.

195


Dijo que había olido algo, y que la cabaña de las chicas no debía de andar muy lejos.

Y sí, una de las cabañas estaba a menos de quince metros. Nos arrastramos lo más silenciosamente que pudimos y luego usamos algunas de nuestras habilidades como equipo para trepar por una ventana abierta.

Parecía que dentro todo el mundo estaba durmiendo.


Así que me encogí para pasar por la ventana y me dejé caer sobre el suelo sin hacer ruido. 196


Pero cuando miré alrededor, me di cuenta de que estaba en una cabaña llena de GIRL SCOUTS. Decidí cancelar la misión de conseguir desodorante, pero ya era demasiado tarde.


197


Tengo un recuerdo borroso de todo lo que pasó despuÉs. Recuerdo chicasgritando, manosintentando agarrarme por los tobillos, y a mis compañeros atropellándose unos a otros para alcanzar la puerta. Después, todo era una carrera desenfrenada.

No sé CÓMO, pero encontramos el camino de vuelta a nuestra cabaña. Aunque, por desgracia, nos olvidamos de los polvos de talco y lo pisoteamos todo. A esas alturas, aquel era el MENOR de nuestros problemas. Pensaba que nuestra misión había sido un auténtico fracaso, pero no habíamos vuelto con las manos


vacías. Graham había agarrado una bolsa de la cabaña de las chicas y la había traído con él. 198


La verdad es que a mí no me parecía bien lo de ROBAR y dije que uno de nosotros tenía que devolver la bolsa a la cabaña de las chicas antes de que alguien la echase de menos. Pero todos votaron en contra, porque sentían curiosidad por saber qué había dentro.


La ropa de la bolsa no tenía pinta de ser de una chica de NUESTRA edad. 199


Para cuando comprendimos de quién ERA la bolsa, su propietaria ya estaba plantada en la puerta.

Pensé que la señorita Graziano nos había encontrado por los polvos de talco, pero le había resultado aún más fácil. Al abrir la puerta de su cabaña, se había topado con Emilio dando tumbos en la oscuridad. Cosa que demuestra que, en la guerra, nunca hay que abandonar a nadie.


200


La señorita Graziano nos regañó por nuestra “travesura inmadura”. Dijo que no se podía confiar en nosotros para pasar la noche solos, y que iba a llamar por teléfono para conseguir urgentemente un vigilante.

Yo no podía imaginar quién iba a prestarse a conducir hasta allí en mitad de la noche, pero sabía que QUIENQUIERA que fuese no iba a estar nada CONTENTO. Y resulta que tenía razón.


201


Domingo Hubiera preferido que la señorita Graziano me hubiera enviado a CASA, en lugar de llamar a papá para que nos hiciera de vigilante. Ya estaba BASTANTE enfadado por lo del COCHE, para encima ser la niñera de un puñado de apestosos alumnos de secundaria. Y no le hizo ninguna gracia enterarse de que en nuestra cabaña ni siquiera funcionaba el retrete.

Supuse que al menos debía hacerle a papá un resumen básico del campamento, pero él ya parecía estar al tanto de todo lo que yo le estaba explicando. Incluso conocía el ESTOFADO


porque, cuando le pusieron una ración en el plato, él lo devolvió directamente a la olla. 202


Al principio pensé que papá había sido vigilante cuando había venido RODRICK. Pero, cuando vi a otro de los vigilantes saludar a papá, lo empecé a entender todo.

Papá había ido a la Granja Austera cuando tenía MI edad. No me EXTRAÑA que a papá no le gustara estar aquí. Si su experiencia se pareció en algo a la MÍA, seguro que jamás había deseado VOLVER. Mis compañeros y yo estuvimos todo el día tratando


de preparar el sitio de la acampada para pasar esa noche. Estaba claro que papá no pensaba ayudarnos. 203


Se pasó la mitad del tiempo en otra parte haciendo quién sabe qué. Y cuando ESTABA cerca, no movía ni un dedo.

Así que construimos el refugio sin él. Por suerte, el libro del abuelo tenía un capítulo sobre cómo hacer una cubierta a prueba de agua, y no NECESITAMOS para nada la ayuda de papá.


204


Durante la cena, algunos chicos parecían nerviosos. Contaron que mientras recogían leña habían visto una vieja choza, y que estaban convencidos en un noventa y nueve por ciento que era la de Silas Scratch.

Yo esperaba que papá nos dijera que lo de Silas Scratch era un cuento para que los chicos no salieran por la noche. Pero NO lo hizo. Dijo que cuando ÉL vino a la Granja Austera, dos chicos fueron a curiosear a la choza de Silas y que NUNCA más se había vuelto a saber de ellos.



Aquello fue lo PEOR que podía haber dicho papá precisamente antes de que fuéramos a pasar la noche en el bosque. Después de cenar, la señorita Graziano nos dijo a todos que fuéramos a las cabañas a coger lo que necesitáramos y que lo llevásemos al lugar de acampada. Un grupo de chicos suplicó dormir DENTRO, pero la señorita Graziano dijo que así es como se había hecho siempre la última noche en la Granja Austera, y que así es como iba a ser.

Ya habíamos encendido la hoguera antes pero cuando llegamos al sitio de acampada, aunque seguía encendida, empezaba a perder fuerza y necesitábamos más leña. Pero en cuanto OSCURECIÓ, los chicos de mi


grupo se asustaron tanto que no quisieron alejarse del fuego y ayudarme a recoger ramas. 206


Le habría pedido ayuda a papá, pero a saber dónde ESTABA. Así que me fui a buscar leña yo solo. En la zona alrededor de la acampada ya casi no quedaban palos y ramas, así que tuve que adentrarme más en el bosque. Pero di muchas vueltas y cuando quise regresar no recordaba el camino.


207


Me empecé a asustar un poco, pero entonces vi una luz y supuse que debía de ser la de nuestra hoguera. Fui hacia allí y, al acercarme, no me podía creer de dónde salía la luz.

Reconozco que hasta ese momento no me había creído nada de la historia de Silas Scratch. Pero en aquel momento pensé que me moría de MIEDO. Aunque había algo en aquella luz que no era normal. Al principio, pensé que era del fuego de una chimenea dentro de la choza, pero, en realidad, era la luz de una BOMBILLA. Pensé que no tenía


mucho sentido que un granjero chiflado que comía babosas y bayas tuviera ELECTRICIDAD. 208


La puerta delantera de aquel sitio estaba cerrada a cal y canto. Así que fui a la parte de atrás y encontré una puerta metálica que no estaba cerrada con llave. Contuve la respiración, la empujé y entré. Mi corazón estaba a punto de saltarme del pecho, pero TENÍA que saber qué había allí dentro. Y cuando lo vi, supe que aquello no era NI MUCHO MENOS una choza. Era una especie de cobertizo de mantenimiento, con un montón de herramientas que ni siquiera parecían VIEJAS.


209


Avancé un poco más. Atravesé un pasillo y descubrí algo VERDADERAMENTE sorprendente. Era un CUARTO DE BAÑO, con taza de váter y lavamanos y TODO. Hasta había rollos de papel higiénico de sobra y ni siquiera eran de los BARATOS.

La cabeza me daba vueltas. Cuando estaba a punto de volver corriendo a nuestro lugar de acampada para contarle a todo el mundo lo que había descubierto, oí algo que me puso los pelos de punta.


Era un SILBIDO y venía de DETRÁS de mí.

210


Me di la vuelta y entonces tropecé con papá.

Me quedé mudo. No entendía por qué papá se estaba dando una ducha en un cobertizo de mantenimiento, pero él empezó a explicarse. Me contó que cuando ÉL había estado en la Granja Austera por primera vez, el estado de los cuartos de baño era todavía PEOR que ahora.


211


Solo había un retrete exterior para compartir entre todos los del campamento.

No había ducha, y si querías lavarte tenías que bajar al río con una pastilla de jabón. Un día, mientras papá recogía leña, había encontrado esta caseta de mantenimiento, que servía para conservar la finca durante la temporada baja.

Cuando descubrió que tenía un cuarto de baño y


una ducha, supo que tenía que mantenerlo en secreto o TODO EL MUNDO la encontraría. 212


Así que se inventó la historia de Silas Scratch para mantener alejados a los demás chicos.

Papá me dijo que al llegar aquí ayer, le había sorprendido mucho que lo de Silas Scratch todavía circulara después de tantos años. Y decidió seguirnos la corriente para conservar el cuarto de baño para él solo. Yo estaba muy enfadado con papá por habernos provocado tanto estrés. Pero tengo que reconocer que inventar una historia demencial para proteger el secreto del cuarto de baño es EXACTAMENTE lo que hubiera hecho YO. De repente caí en la cuenta que llevaba mucho rato


lejos de la acampada y que mis compañeros iban a creer que había sido secuestrado por Silas Scratch. 213


Así que le pedí a papá que me ayudara a encontrar el camino de vuelta al sitio de acampada. Había empezado a llover y, cuando volvimos, la hoguera se había APAGADO. Supongo que mi grupo se había desesperado y había empezado a echar al fuego todo lo que pensaron que podía arder, porque entre las cenizas descubrí mi LIBRO. O al menos lo que quedaba de él.

Mis compañeros también habían desmantelado nuestro refugio para alimentar la hoguera, y allí los encontramos papá y yo, apiñados y tiritando de frío.



No quería pasar la noche al raso bajo la lluvia y, por suerte, papá TAMPOCO. Supongo que a papá le importaban muy poco las normas del campamento, porque nos llevó de regreso a nuestra cabaña. Puede que allí apestara a cerdo, pero esa noche dormí como nunca.

Lunes Esta mañana hemos hecho el equipaje y lo hemos llevado al aparcamiento. Casi todos los chicos parecían DESTROZADOS


por haber pasado toda la noche en el bosque, pero los de MI grupo estábamos tan FRESCOS. 215


Mis compañeros no paraban de comentar la SUERTE que habíamos tenido al sobrevivir toda la semana con Silas Scratch merodeando por los alrededores. Yo me tuve que morder la lengua.

La verdad es que estuve tentado de decir a todo el mundo que lo de Silas Scratch era mentira. Quizá me hubieran considerado un HÉROE por poner punto final a esa historia macabra. Pensé que quizás algún día yo podía acabar en este sitio haciendo de vigilante, y que entonces iba a querer ese cuarto de baño SOLO PARA MÍ.


216


Cuando iba a meter mi bolsa en el autobús, papá me dijo que podía regresar CON ÉL a casa. Eso era MEJOR que estar sentado sobre las piernas de algún compañero, así que acepté su oferta.

Al salir, llegó un autobús con un nuevo cargamento de chicos. Rápidamente escribí un mensaje para avisarlos de lo que les esperaba. Supuse que era lo MENOS que podía hacer.


217


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