N°2 · 21 de octubre de 2022 ·
Las Pelargonias 842 Concón, Local 26 · Open Montemar
“El adulto al contar cuentos le demuestra al niño que también puede jugar” Vaca Rayada entrevistó al narrador oral Claudio Ledesma quien el 21 de octubre, a las 20, brindará una charla gratuita a los adultos sobre por qué y cómo hay que contarles cuentos a las infancias.
Carlos Ledesma se define como un contador profesional de historias, acá se lo ve “bajando al fondo del mar”, en contacto con una de sus tantas plateas infantiles.
Esta es una entrevista rara. Porque se le pregunta a alguien por qué y cómo hay que contar cuentos a los niños y niñas cuando en su infancia no tenía biblioteca (tan solo había un libro en su casa y era para sostener la pata de una cama). Y cuando se termina de leer cada respuesta, se cae en la cuenta que si en los primeros años de vida no hubo posibilidad ni tiempo para deleitarse con la lectura, siempre se podrá lograr ese desafío. Y también se entrevé que si alguien conectado a los bebés, niños y niñas y jóvenes se anima a susurrarles, contarles o cantarles palabras, esa magia se logrará.
Así, con simpleza y sin muchas vueltas ni oropeles se presenta este narrador oral argentino de 48 años y 29 de oficio con las palabras. Un cuentacuentos que estará este 21 de octubre, a las 20, y gratuitamente, en el teatro de Vaca Rayada compartiendo con los adultos que quieran acercarse -madres, padres, maestras, tíos, abuelos, vecinos y amigos del mundo mundial- por qué es importante contar cuentos a los niños y niñas y cómo puede hacerlo quien aún no se ha animado.
Vaca Rayada dialogó con el “conta- Como dice él mismo, “el adulto al dor profesional de historias”, Claudio contar cuentos le demuestra al niño que también puede jugar” y eso vale. Ledesma. Como muestra está su propia experiencia, la mamá del niñito Claudio (a quien le decían “Gallo” por el personaje televisivo del Gallo Claudio) le cantaba “había una vieja, virueja, virueja, de pico picotueja de pomporerá. Tenía tres hijos, virijos, virijos, de pico picotijo de pomporerá”. Nunca se olvidó esa historia rimada y siguió el camino de su mamá hasta hoy: el de jugar con las palabras. Raro, sí, puro amor.
— Desde el mundo adulto se suele escuchar que contar cuentos sirve para la ortografía, para leer correctamente, para aprender y cultuivarse. Y en los hospitales y en consultorios se apela a los cuentos como terapia, para vos, ¿por qué hay que contar cuentos? Para desarrollar la imaginación, estimular la sensibilidad, para generar una ensoñación, cultivar la emoción en niños, jóvenes y adultos. El fin podrá ser pedagógico, terapéutico, estético o de belleza, artístico. El tema al contar será siempre viajar al fondo del mar, subir a las estrellas y saber que los sapos se pueden convertir en príncipes y las chicas pordioseras pueden llegar a ser princesas. Por eso hay que contarles cuentos, sobre todo a las infancias” — ¿En Vaca Rayada se exponen y venden “literatura exclusivamente para infancias”. ¿Qué diferencia marcarías vos entre los “libros de literatura” y los “libros para niños”?
20 de octubre de 2022 ·
Las Pelargonias 842 Concón, Local 26 - Open Montemar
Ledesma es argentino, tiene 48 años y 29 de cuentacuentos. Sostiene que Chile tiene “gente increíble y muy formada en literatura y fomento lector”. Al momento de nombrar personalidades locales de la literatura infantil nombra a Manuel Peña Muñoz, Paloma Valdivia y Carlos Genovese.
— Los libros para niños son los libros juguete, para bañar, para morder. Son muy útiles para un primer acercamiento al libro como objeto, porque sirven para desarrollar la motricidad del niño o niña al mover una hoja, por ejemplo. Pero yo no me ocupo de ellos, me ocupo de la literatura infantil y juvenil, de libros que no dan respuestas sino que proponen múltiples interrogantes sobre la experiencia del ser humano, que utilizan el lenguaje de manera poética y exploran la complejidad y ambigüedad de la vida donde hay pluralidad de significados. Como decía Neruda: “En la poesía uno toma lo que necesita”. Y yo tomo lo que necesito de la literatura infantil y juvenil. — ¿Qué sucede si un adulto quiere narrar oralmente pero no sabe cómo, es tímido o no se le ocurren historias para contar?
“Todos podemos contar cuentos, claro que no todos con arte, y quien lo quiera así puede hacer un taller para aprender las técnicas de los cuentacuentos” Para contar artísticamente hay que establecer un vínculo de comunicación con el otro, lograr belleza, conformando una unidad entre narrador y quien escucha para generar imágenes y cada uno pueda seguir completando la historia con su propia historia.
— ¿Qué le dirías al adulto a quien el niño o niña le pide un libro que a él no le parece conveniente porque es escatológico, porque no lo educa, porque da miedo, tiene temas que él considera ‘de grandes’ como los contenidos sexuales o políticos?
une porque somos seres humanos y narrativos por naturaleza. La escritora colombiana Yolanda Reyes dice que “hay un triángulo construido por un niño o niña, un adulto y una historia”. Y esas puntas se unen cada noche con una canción de cuna, una nana, una retahíla. Poco importa el significado, importa el encuen— Que debe confiar en el niño, en su tro amoroso, afectivo. Si pensamos criterio de selección y su interés, en el canciones de cuna como “Duérmete por qué quiere “ese cuento”. A veces niño, duérmete ya, o viene el coco y te llevará...” nos damos cuenta que los adultos ponemos en juego muchos prejuicios que por suerte vamos es algo terrible, pero el niño o niña se quedan con el arrullo, el vaivén deconstruyendo, acá (en Argentina) lúdico de las palabras que se estagracias a la ESI (educación Sexual blecen allí por la literatura. Es muy Integral en las esculas) empezamos tranquilizador para un niños exorcia abordar la diversidad sexual. También avanzamos en el tratamiento del zar emociones a través de la literatura, ponerles palabras a las cosas exilio, la vida y la muerte: temas perno dichas, para que no aparezcan turbadores que en otros momentos nos se abordaban con los niños pero adicciones porque justamente adicto que existen, como el caso de la nena significa “no dicho”. trans, Luana de la película “Yo nena, yo princesa”. La literatura de manera — Hay cuentos que parecen resartística puede abordar esos temas y ponder a modas o utilidades. En Vaca Rayada gustan mucho y por eso se debe escuchar a la infantienen buena salida los de emocia. Esos temas y otros que aparezciones, los de dinosaurios, los de can deben estar sobre el tapete. duelos por la pérdida de un mayor de la familia o una separación. — Hay niñitos y niñitas que piden ¿Se puede ir contra el mercado? siempre el mismo cuento. “Otra vez, otra vez”, dicen y a veces sus ¿Cómo abrir el juego con otras adultos ya cansados, no saben qué alternativas? hacer.¿Qué significa este pedido? — Síííi, piden un millón de veces la misma historia, el mismo cuento. Pero, ¿sabes?, en realidad no piden el cuento, piden el ritual, la ceremonia, eso ancestral que nos
“Imposible ir en contra del mercado, hay que buscar estrategias. Nuestra estrategia como narradores debe ser mostrar y compartir siempre buena literatura”
21 de octubre de 2022 ·
Las Pelargonias 842 Concón, Local 26 - Open Montemar
— ¿Qué lectura hacés de la narrativa y los narradores y autores chilenos? De sus planes de lectura y fomento lector?
Acompañar los pedidos con nuevas propuestas, formando padres y docentes con cuentos de calidad. Contar un cuento es un acto revolucionario frente a tantas imágenes mediáticas y veloces que atropellan nuestra vida: el televisor, las computadoras, Internet, los celulares. No se puede batallar contra eso. Pero sí podemos pensar que la narración oral vino a detenernos, para que por un rato al menos, escuchemos y compartamos buena literatura con otro ritmo; eso es lo revolucionario. — ¿Es necesario disfrazarse, cambiar la voz e infantilizarse hablando todo en diminutivo y actuar al contar un cuento a las infancias? — No, nada de eso es necesario. El protagonista debe ser siempre el cuento y el narrador oral solo un medio. Puedo utilizar un títere, una nariz, un disfraz, pero no al punto de ponerme por delante del texto y que el cuento quede en segundo o cuarto plano. Importa mucho que al que escuche le pase algo, le suceda algo, que se conmueva. El narrador debe haber síntesis en la narración oral escénica y esa síntesis se logra con el poder de la palabra, los gestos y cuerpo. Si trabajamos con muchos objetos perdemos esa síntesis y esa magia que se genera al contar bien.
— ¿A qué llamás vos un buen cuento? — El cuento tiene un sentido urgente de finalidad y un buen cuento es el que produce ese “¿qué más, qué más?”
“La palabra cuento viene de las matemáticas, es la suma de hechos para llegar a un resultado” Aristóteles proponia una estructura: Introducción, nudo, decenlace y climax y esa estructura muchas veces contiene y sostiene a un narrador oral, pero más allá de eso, el buen cuento es el que cuando termina no termina, sigue germinando, nos deja pensando. — A los niñitos y niñitas les suele gustar que se les cuenten las historias de cuando ellos eran pequeños o cuando sus adultos lo eran. ¿Qué te parece ese contacto con la infancia?
Chile viene trabajando muy bien en la promoción de la lectura, tiene muchas editoriales pequeñas, le da un abanico importante de oportunidades a autores, ilustradores y lectores. Hay propuestas para todos. Acá hay excelentes escritores como Manuel Peña Muñoz, un teórico con una buena obra en literatura para infancias y además me gusta mucho Pedro Lemebel, el poeta chileno maldito. Hay ilustradores muy buenos como Paloma Valdivia y muchos estudiosos de la narración y la lectura, además de muy buenas bibliotecas como la especializada que dirige Constanza Mekis, o la de Santiago dirigida por Marcela Valdéz. Está Paula Larraín al frente del Servicio Nacional de Bibliotecas Públicas (del Ministerio de Culturas, Artes y Patrimonio). También en el sur hay muy buen trabajo. Allí está Victoria Peni con el Centro Lector de Orsorno, con una diplomatura de mediacion muy interesante. Me quedo sin nombrar mucho, pero sin dudas.
“Chile tiene gente increíble y muy formada, brillante y capaz, con talento y visión acerca de la literatura y fomento lector”
El adulto al contar un cuento le demuestra al niño que también puede jugar, que también cree en sapos que se convierten en príncipes y en calabazas que se convierten en carruajes de oro puro. Por eso les gusta que les cuenten cuando ellos eran niños o los eran sus padres, abuelos o maestros. Quieren ver al adulto recuperando esa patria perdida que dicen que es la infancia. — ¿Qué opinás de esas estrategias que impulsan a todos a leer en una casa, un curso o una escuela a la misma hora, para incentivar la lectura? — Es una estrategia más, no sé si es buena o mala, creo que no hay una hora para leer. También se aplica la Maratón de la Lectura como si leer fuera una competencia, una carrera, cuando para mí debe ser lo opuesto: algo íntimo, placentero, que conecte el interior de cada uno con lecturas previas, películas que vimos, música que escuchamos, o lo que vivimos.
“Para mí leer debe ser un espacio de libertad absoluta”
— ¿Por qué decis que la literatura no se enseña, “se contagia”? ¿Quién te contagió a vos? — A mí las historias me las contagió mi mamá que me cantaba canciones de cuna, nanas, versitos y luego las maestras, las bibliotecarias, profesoras de literatura y teatro. Ellos me contagiaron como un virus.
— ¿Existe el narrador si no se es lector? — Sí, claro que existe. Están los abuelos que no sabían leer ni escribir pero contaban, los cuenteros espontáneos, los cuenteros populares, rurales: todos los que narran con eficacia, con un don. Claro que si te formas como narrador oral debes leer porque es una invitación a leer; y el narrador que se forma y no lee se pierde de conocer que existe Barba Azul, un tesoro de la isla o los mares o la caja de pandora. La invitación a leer debe ser amorosa, para descubrir la magia de la literatura. (Entrevista de Laura Vilche para Vaca Rayada, octubre de 2022).