Traducido en el FORO DE PURPLE ROSE por Rania, Tara, Sol de Media Noche, Genesis, MarieAnn, Steffanie Mirella, Lizeth, Nancy D., Paula DV, Clo, Tutsi, Evelin, Silvia Isabella, Gry, Mayga, Ale y Caty. Gracias a todas!!!
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SINOPSIS EL CORAZÓN DE DIMITRI ESTA OSCURO Ahora Rose debe viajar a los confines de la tierra para encontrar – y matar – a su amor verdadero… O es el tiempo de volver con él? Mi corazón se rompió. Mi mundo se rompió. Perdió lo que era más valioso para el…. No era mi vida…. Tampoco era la vida de Dimitri. lo que más valoras. Eso era su alma DESTINADO PARA AMAR, PERO DECLARADO PARA MATAR… El resto del mundo había considerado a Dimitri muerto. Y hasta cierto punto, él lo estaba. Pero yo no podía olvidar una conversación que habíamos tenido una vez. Nosotros habíamos acordado que preferiríamos estar muertos -verdaderamente muertos- que caminar por el mundo como Strigoi. Era hora de honrar nuestras palabras. La vida de la Guardiana Rose Hathaway nunca será igual. El ataque reciente contra La Academia San Vladimir devastó el mundo entero de los Moroi. Muchos murieron. Y, para algunas víctimas que fueron llevados por los Strigoi, sus signos son incluso peores. Un tatuaje raro ahora adorna el cuello de Rose, una marca que dice que ella mato tantos Strigoi que eran demasiados para contar. Pero solamente una víctima importa… Dimitri Belikov. Rose debe ahora elegir una de dos trayectorias muy diversas: honrar el voto de su vida protegiendo a Lissa –su mejor amiga, la princesa y única superviviente de la familia Dragomir- o, yéndose de la academia bajo su propios medios y para buscar al hombre que ella ama. Ella tiene que ir hasta el fin del mundo para encontrar a Dimitri y mantener la promesa que él le pidió hacer. Pero la pregunta es, cuando pasa el tiempo, él querrá ser salvado? Ahora, con todo en juego-y los mundos lejos de San Vladimir y su nuevo mejor amigo sin vigilar, vulnerable, y rebelde - podrá Rose encontrar nuevamente la fuerza para destruir a Dimitri? O, ella se sacrificará por una oportunidad en el amor eterno?
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PRÓLOGO Una vez, cuando estaba en noveno grado, tuve que escribir un ensayo sobre un poema. Una de las líneas decia “Si tus ojos no se abrieran, no conocerías la diferencia entre estar soñando y estar despiertos” En esa época no significó mucho para mi. DEspués de todo haba un chico en esa clase que me gustaba, asi que como se suponía que yo le prestara atención al análisis literario? Ahora, tres años después, entendía el poema perfectamente. Porque últimamente, mi vida realmente parecía al borde de convertirse en un sueño. Habían días en los que pensaba que iba a despertarme, y que los sucesos recientes de mi vida no habían pasado realmente. Seguramente debía ser una princesa en un sueño encantado. Cualquier día, este sueño - no, esta pesadilla terminará, y yo conseguiré mi principe y mi final feliz. Pero no habia un final feliz cerca, por lo menos no en mi futuro cercano. Y mi principe? Bien, esa si que era una larga historia. Mi principe habia sido convertido en vampiro- Un Strigoi, para ser específica. En mi mundo, hay dos clases de vampiros que existen en secreto de los humanos. Los Moroi son vampiros vivientes, buenos vampiros, que resguardan la magia elemental y no asesinan cuando obtienen la sangre que necesitan para sobrevivir. Los Strigoi son los vampiros no muertos, inmortales y retorcidos, que asesinan cuando se alimentan. Los Moroi nacen. Los Strigoi son convertidos- por la fuerza o por elección- a travez de medios malvados. Y Dimitri, el hombre al que amo, ha sido convertido en Strigoi en contra de su voluntad. El fue convertido durante una batalla, una misión épica de rescate de la que yo también hice parte. Los Strigoi habian secuestrado Moroi y dhampirs de la escuela a la que yo atendía, y fuimos enviados junto con otros a salvarlos. Los dhampirs son mitad vampiro y mitad humanos, - dotados con la fuerza y determinación humana, y con los sentimientos y reflejos Moroi. Los dhampirs entrenan para convertirse en guardianes, los guardaespaldas de élite que protegen a los Moroi. Eso es lo que yo soy. Eso es lo que fué Dimitri. Después de su conversión, el resto de los Moroi lo consideraron muerto. Y hasta cierto punto, lo estaba. Aquellos que son convertidos en Strigoi pierden todo el sentido de la bondad y de la vida que tenian antes. Aún cuando fueran convertidos en contra de su voluntad, no importaba. Aún asi serían seres malvados y crueles, justo como todos los Strigoi. La persona que alguna vez fueron desaparecía, y honestamente era más fácil imaginarselos llendo hacia el cielo o hacia sus siguientes vidas que verlos rondando la noche y tomando víctimas. Pero yo no había podido olvidarme de Dimitri, o aceptar que estaba esencialmente muerto. El era el hombre que amaba, el hombre con el que habia estado perfectamente
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sincronizada que era difícil decir donde comenzaba el y terminaba yo. Mi corazón se negaba a dejarlo ir- incluso si el era técnicamente un monstruo, el estaba aun en alguna parte. Yo tampoco me habia olvidado de la conversación que tuvimos una vez. Ambos acordamos que preferiríamos estar muertos -realmente muertos- que caminar en el mundo como Strigois. Y después de tomarme mi tiempo para llorar la bondad que el habia perdido, habia decidido hacerle honor a sus deseos. Incluso si el mismo ya no creia en ellos. Tenía que encontrarlo. Tenía que matarlo y liberar su alma de ese estado oscuro y antinatural. Yo sabía que eso era lo que quería el Dimitri que yo amaba. Aún así, matar a un Strigoi no es fácil. Son locamente fuertes y rápidos. Ellos no tienen piedad. Yo ya he matado a un buen número de ellosBastante loco para alguien que apenas acaba de cumplir dieciocho. Y yo sabia que cazar a Dimitri iba a ser mi más grande desafio. Tanto física como emocionalmente. De hecho, las consecuencias emocionales habían empezado tan pronto tomé mi decisión. Ir tras Dimitri habia significado hacer unas cuantas cosas que alteraron mi vida (y eso sin contar el hecho de que pelear contra el podría resultar fácilmente en la pérdida de mi vida). Aún estaba en la escuela, sólo unos pocos meses me separaban de la graduación y de convertirme en una guardiana real. Cada día que permanecía en la academia San Vladimir- una lejana y protegida escuela para Moroi y dhampirs- significaba un día más en el que Dimitri seguía ahi afuera, viviendo en un estado en el que nunca quiso vivir. Lo amaba demasiado para permitir eso. Asi que dejé la escuela antes y me mezclé con humanos, abandonando el mundo en el que habia vivido casi toda mi vida. Irme tambien significaba abandonar otra cosa- mejor, otra persona: mi mejor amiga, Lissa, también conocida como Lissa Dragomir. Lissa era Moroi, la última de una línea noble. Yo habia sido escogida para ser su guardiana después de graduarme, y mi decisión de cazar a Dimitri haba destrozado definitivamente ese futuro junto a ella. No tenía otra opción más que dejarla. Además de nuestra amistad teníamos una conexión única. Cada Moroi se especializa en un tipo de magia elemental- tierra, aire, agua o fuego. Hasta hace poco, pensábamos que sólo existían esos cuatro elementos. Entonces descubrimos el quinto: el espíritu. Ese era el elemento de Lissa y con tan pocos usuarios del espíritu en el mundo, apenas y sabiamos algo acerca de ello. Mayormente, parecía estar relacionado con poderes psíquicos. Lissa poseía una asombrosa capacidad de compulsión- la habilidad para quitarle la voluntad casi a cualquiera. Ella también podía sanar, y ahi era donde las cosas se
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ponían un poco extrañas entre nosotras. Verás, técnicamente yo morí en el accidente automovilístico que asesino a su familia. Lissa me trajo de vuelta del mundo de los muertos sin darse cuenta, creando un lazo psíquico entre nosotras. Desde entonces, yo siempre he estado consciente de su presencia y sus pensamientos. Yo podía percibier lo que ella estaba pensando y sintiendo cuando estaba en problemas. También habiamos descubierto recientemente que yo podía ver fantasmas y espíritus que aun no habian abandonado este mundo, algo que yo encontraba desconcertante e intentaba bloquear. El extraño fenómeno era llamado Shadow-kiss. (el beso de la sombra) Nuestro lazo Shadow-kissed me hacia la elección ideal para proteger a Lissa, ya que yo sabría instantáneamente si ella estaba en problemas. Habia prometido protegerla toda mi vida, pero entonces Dimitri- el alto, hermoso y poderoso Dimitri- lo había cambiado todo. Me vi enfrentada a la terrible elección: continuar protegiendo a Lissa o liberar el alma de Dimitri. Escoger entre ellos habia roto mi corazón, dejando un dolor en mi pecho y lágrimas en mis ojos. Mi despedida de Lissa habia sido agonizante. Habíamos sido amigas desde el Jardín de infantes, y m partida era un shock para las dos. Para ser justa ella ni si quiera lo vio venir. Yo mantuve mi romance con Dimitri en secreto. El era mi instructor, siete años mayor que yo, y habia sido asignado como su guardian tambien. Por esa razón los dos habiamos tratado de luchar contra nuestra atracción, sabiendo que teniamos que enfocarnos en Lissa, mas que en cualquier otra cosa y que tambien nos meteríamos en una buena cantidad de problemas por nuestra relación profesor-estudiante. Pero estar alejada de Dimitri -aunque yo misma acorde hacerlo- me habia causado una gran cantidad de resentimiento hacia Lissa. Probablemente deberia haber hablado con ella al respecto, y explicarle mi frustración al tener planeada toda mi vida antes de que empezara. No parecia justo, de algun modo, que mientras Lissa era libre de vivir y amar con quien fuera que decidiera hacerlo, yo siempre tendria que sacrificar mi propia felicidad para asegurar que ella estuviera protegida. Ella era mi mejor amiga a pesar de todo, y yo no podía soportar hacer algo que la hiriera. Lissa era particularmente vulnerable, ya que usar el espiritu tenia el desagradable efecto secundario de volver a sus usuarios locos. Asi que guarde mis sentimientos hasta que finalmente explotaron, y yo deje la Academia - y a ella- atrás para siempre. Uno de los fantasmas que habia visto- Mason, un amigo que fue asesinado por un Strigoi- Me habia dicho que Dimitri habia regresado a su hogar: Siberia. El alma de Mason encontro la paz, y dejo este mundo poco después, sin darme más pistas sobre el lugar de Siberia al que Dimitri se había ido. Asi que tenia que iniciar mi búsqueda a ciegas, enfrentándome a un mundo de humanos y a un lenguaje que no conocía para poder cumplir
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la promesa que me habia hecho a mi misma. Después de algunas semanas sola, finalmente habia llegado a San Petersburgo. Aun seguía buscando, aun averiguando- pero determinada a encontrarlo, aunque al mismo tiempo estaba aterrorizada. Porque si realmente llevaba a cabo este demente plan, si realmente lograba matar al hombre al que amo, significaría que Dimitri desaparecería realmente del mundo. Y honestamente no estaba segura de poder vivir en ese mundo. Nada de esto parecía real. Quien sabe? A lo mejor no lo es. A lo mejor , realmente le está pasando a otra persona. A lo mejor es algo que me imaginé. A lo mejor pronto voy a despertar y a darme cuenta de que todo está bien con Lissa y Dimitri. Estaremos todos juntos, y el estará allí, sonriéndome y diciéndome que todo va a salir bien. A lo mejor todo esto es realmente un sueño. Pero no lo creo.
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CAPITULO 1 ALGUIEN ME ESTABA SIGUIENDO. Era medio irónico, considerando la forma en que yo habia estado siguiendo a otros durante las semanas pasadas. Por lo menos no se trataba de un Strigoi. Ya me hubiera dado cuenta. Un efecto reciente de ser Shadow- kissed era la habilidad de sentir a los no muertos- a través de ataques de nauceas, desafortunadamente. Aun asi, apreciaba el sistema de advertencia temprana de mi cuerpo y estaba complacida de que mi seguidor de la noche no fuera un increíblemente rápido y malvado vampiro. Ya había peleado con suficientes de ellos recientemente y casi queria una noche libre. Tenia que suponer que mi seguidor era un dhampir como yo, probablemente uno del club. De hecho, esta persona se movia un poco menos discreto de lo que yo hubiera esperado de un dhampir. Sus pasos eran claramente audibles contra el pavimento de las oscuras calles por las que estaba caminando, y una vez hasta alcance a ver brevemente una figura entre las sombras. Aun asi, considerando mis acciones aceleradas de esta noche, un dhampir era la pena más probable. Todo empezó más temprano en el Ruiseñor. Ese no era el verdadero nombre del club, sólo una traducción. Su nombre real era algo en ruso que estaba muy lejos de mis habilidades de pronunciación. En Estados Unidos, El Ruiseñor era bien conocido entre los Morois millonarios que eran viajeros asiduos, y ahora pude entender por que. Sin importar la hora del dia, la gente en El Ruiseñor se vestía como si fueran a asistir a un baile imperial. Y bien, todo el lugar parecia algo sacado de los viejos días de la realeza Rusa, con paredes de mármol cubiertas con oro y molduras. Me recordaba mucho el Palacio de invierno, una residencia real que quedo de los dias en que Rusia aún era regida por zares. Estuve alli en un tour cuando llegue a San Petersburgo. En el Ruiseñor, elaborados candelabros llenos con velas reales brillaban en el aire, iluminando la decoración dorada para que incluso en la luz tenue, todo el establecimiento brillara. Habia un gran comedor lleno con mesas cubiertas con terciopelo y cabinas, tambien habia un salón y un área de bar donde la gente podía mezclarse. Tarde en la noche, una banda tocaba, y las parejas salian a la pista de baile. No me habia interesado El Ruiseñor cuando llegue a la ciudad hace un par de semanas. Habia sido lo suficientemente arrogante para pensar que podia encontrar Morois de inmediato y que ellos me llevarian al pueblo natal de Dimitri en Siberia. Sin ninguna otra pista a cerca del
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paradero de dimitri en Siberia, el pueblo en el que el crecio era mi mejor chance de acercarme más a el. Lo único es que no sabia donde estaba, lo que es la razón por la que estaba buscando algún Moroi que me ayudara. Habia cierto numero de pueblos dhampir y comunas en Rusia, pero dificilmente alguna en Siberia, lo que me hacia pensar que los Moroi locales estarían familiarizados con su lugar de nacimiento. Desafortunadamente parecia que los Moroi que vivian en las ciudades humanas eran realmente buenos en mantenerse escondidos. Ya habia revisado lo que pense que parecian lugares propios de los Moroi, tan solo para encontrarlos vacios. Y sin esos Moroi yo no iba a obtener respuestas. Asi que comence a investigar en El Ruiseñor, lo que no era nada facil. Era dificil para una chica de dieciocho años encajar con uno de los clubs mas elitistas de la ciudad. Rapidamente descubri que con ropa cara y grandes propinas podia ayudarme mucho a mezclarme en el lugar. El personal habia empezado a conocerme, y si ellos pensaban que mi presencia era extraña nunca lo dijeron y se mostraban mas que felices en darme la mesa de la esquina que siempre pedia. Supongo que pensaban que yo era la hija de algun magnate o politico. Sin importar mis raices, tenia el dinero para estar aqui, que era todo lo que les importaba a ellos. Aun asi, mis primeras noches aqui fueron desalentadoras. El Ruiseñor habia sido un lugar de reunión de la élite Moroi, pero tambien era frecuentado por humanos. Al principio, me parecio que esos eran los unicos patrones del club. Cada vez habia mas gente mientras la noche progresaba, y observando entre las mesas llenas y la gente en el bar, no habia visto un solo Moroi. Lo mas notable que habia visto fue una mujercon largo cabello rubio platinado caminando con un grupo de amigos. Por un momento mi corazon se detuvo. La mujer me estaba dando la espalda, pero ella se parecia tanto a Lissa que pense que me habian encontrado. Lo extraño fue que no sabia si sentirme emocionada u horrorizada. Extrañaba mucho a Lissa, muchisimo- y al mismo tiempo no queria que ella se involucrara con mi peligroso viaje. Entonces la mujer se volteo. No era Lissa. Ni siquiera era una Moroi, solo una humana. LEntamente, mi respiracion volvio a la normalidad. Finalmente hace una semana hice mi primer descubrimiento. Un grupo de Morois habian venido por un almuerzo en la tarde acompañados por dos guardianes, un hombre y una mujer, quienes se sentaron concentrados y silenciosos en la misa mientras sus protegidos chismeaban y se reian al rededor de una champaña vespertina. Esquivar esos guardianes habia sido la parte mas dificil. Para aquellos que sabia que buscar, los Moroi eran faciles de reconocer: mas altos que la mayoria de los humanos, palidos y muy delgados. Ademas tienen una forma graciosa de sonreir apretando los labios para mantener sus colmillos escondidos. Los Dhampirs, con nuestra sangre humana, pareciamos... bien, humanos.
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Asi era como yo me debia ver para el ojo humano sin entrenar. Media 1,65, y mientras los Moroi tendian a tener irreales cuerpos de modelos de pasarela, el mio era bastante atletico y curvilineo en el pecho. Los genes de mi desconocido padre turco y demasiado tiempo en el sol me habian dado un ligero bronceado que combinaba con mi largo y casi negro cabello y ojos igualmente oscuros. Pero aquellos que habian sido criados en el mundo Moroi podian reconocerme como dhampir si me observaban detenidamente. No estaba realmente segura de que era -tal vez algun instinto que nos atraia a nuestra propia raza y reconocia la mezcla de sangre Moroi. Aun asi, era imperativo que esos guardianes pensaran que era humana, para no levantar sus alarmas. Me sente al otro lado del salon, en mi esquina, comiendo caviar y pretendiendo leer mi libro. Para que conste, pienso que el caviar es horrible, pero parecia estar en todas partes en Rusia. particularmente en los buenos lugares. Eso y borscht - algun tipo de sopa de remolacha. Casi nunca terminaba mi comida en EL Ruiseñor y me apresuraba hambrienta a McDonald´s despues, a pesar de que los restaurantes rusos de McDonald´s eran un poco diferentes con los que habia crecido en Estados Unidos. Aun asi, una chica tiene que comer. ASi que se convirtio en una prueba para mis habilidades, estudiando a los Moroi cuando sus guardianes no estaban mirando. De hecho, los guardianes tenian poco que temer durante el día, ya que no habian Strigois afuera en el sol. Pero estaba en la naturaleza de un guardian observarlo todo, y sus ojos continuaban examinando continuamente el salón . Yo tenia el mismo entrenamiento y conocia sus trucos, asi que me las arregle para espiar sin ser detectada. La mujer volvia mucho, usualmente al final de la tarde. San Vladimir funcionaba en horario nocturno, pero los moroi y dhampirs que vivian entre humanos funcionaban en horario diurno o algo en el medio. Por un tiempo, considere acercarmeles- o por lo menos a sus guardianes. Algo me detuvo. Si alguien sabia de un pueblo de dhampirs, esos eran los hombres moroi. Muchos de ellso visitaban los pueblos dhampirs con esperanza de acostarse con chicas dhampir faciles. Asi que me prometi a mi misma esperar otra semana para ver si algun chico venia. Si no veria que tipo de informacion podia obtener de las mujeres. Al fin, hace un par de dias, dos hombres Moroi se presentaron. Ellos tendian a venir tarde en la noche, cuando los verdaderos fiesteros lleganam. Los hombres eran al menos diez años mayores que yo e increiblemente apuestos, usando trajes de diseñador y corbatas de seda. Ellos se comportaban como gente importante y poderosa, y apostaria un buen dinero a que pertenecian a la realeza particularmente porque cada uno venia con un guardian. Los
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guardianes siempre eran los mismo; un hombre joven que usaba trajes para mezclarse pero aun asi vigilaba la habitacion con esa inteligente naturaleza de los guardianes. Y con ellos habian mujeres-siempre mujeres. Los dos Moroi eran increiblemente coquetos, continuamente se reian y se le insinuaban a cualquier mujer que vieran, incluso humanas. Pero ellos nunca se llevaban a casa ninguna humana. Era un tabu aun firmemente arraigado en nuestro mundo. Los moroi se habian mantenido separados de los humanos por siglos, temiendo la detecci贸n de una raza que habia crecido tanto y que era tan poderosa. Aun, eso no significaba que ellos regresaran solos a casa. EN algun punto de la noche, mujeres dhampir usualmente se presentabanmujeres diferentes cada noche. Ellas venian usando vestidos de bajo corte y mucho maquillaje, tomando ppesadamente y riendose de todo lo que decian los chicos - que probablemente ni siquiera era gracioso. Las mujeres siempre usaban su cabello suelto, pero de vez en cuando, movian sus cabezas de forma que se veian sus cuellos, que estaban severamente lastimados. Ellas eran putas de sangre, dhampirs que dejaban que los Moroi bebieran su sangre durante el sexo. Eso tambien era un tabu. Aun asi pasaba en secreto. Seguia esperando que uno de los hombres Moroi se quedara solo, lejos de los cuidadosos ojos de sus guardianes para que pudiera interrogarlos. Pero era imposible. Los guardianes nunca abandonaban sus Moroi. Yo incluso intente seguirlos, pero cada vez que el grupo dejaba el club, casi inmediatamente se subian a su limosina- haciendo imposible que yo los siguiera caminando. Era frustrante. Finalmente decidi que esta noche iba a acercarme al grupo completo y arriesgarme a ser detectada por los dhampirs. Yo no sabia si alguien de casa estaba realmente buscandome, o si a el grupo le iba a importar si quiera quien era yo. Tal vez tenia una opinion demasiado inflada de mi misma. Era muy posible que nadie estuviera preocupado por una estudiante fugitiva. Pero si alguien estaba buscandome, mi descripcion habia circulado sin duda entre los guardianes de todo el mundo. Y aunque ya tenia dieciocho, eso no detendria a algunas de las personas que me conociena en Estados Unidos, y no habia una posibilidad de que regresara antes de encontrar a Dimitri. Entonces, justo cuando estaba considerando mi movida hacia el grupo de Morois, una de las mujeres dhampir dejo la mesa y se dirigio hacia el bar. Los guardianes la protegian a ella, claro, pero parecian confiar en su seguridad y estaban mas concentrados en el Moroi. Todo este tiempo pensando que un hombre Moroi seria la mejor manera para obtener la informaci贸n sobre una villa de dhampirs y putas de sangre- pero que mejor forma de ubicarlos que preguntandole a alguien que era una puta
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de sangre de verdad. Me pare casualmente de mi mesa y me acerque al bar, como si fuera tambien por un trago. Me acerque mientras la mujer esperaba por el bartenfer y la estudie con mi vision periferica. Ella era rubia y usaba un largo vestido cubierto con lentejuelas plateadas. No podia decidir si hacia ver mi vestido de satin negro elegante o aburrido. Todos sus movimientos - incluso la forma en que se paraba- eran graciosos, como de bailarina. El bartender estaba atenfiendo a otros, y supe que era ahora o nunca. Me incline hacia ella. “Hablas ingles?” Ella salto sorprendida y me miro. Era mayor de lo que habia esperado. su edad astutamente cubierta con maquillaje. Sus ojos azules me examinaron rapidamente, reconociendome como una dhampir. “Si” dijo ella secamente. Incluso esa simple palabra fue dicha con un denso acento. “Estoy buscando un pueblo... u pueblo donde viven muchos dhampirs, afuera en Siberia. Sabes de que estoy hablando? necesito encontrarlo” Otra vez ella me estudió, y yo no podía leer su expresión. Ella también podría haber sido un guardián su cara lo revelo. Tal vez ella se había entrenado en cierta época de su vida. "No" dijo ella sin rodeos. “Déjala ir." Ella dio vuelta y se alejo, su mirada estaba fija en el camarero cuando él preparaba para alguien un cóctel azul adornado con cerezas. Yo toco su brazo. "Tengo que encontrarlo. Hay un hombre..." Me ahogué con las palabras. Tanto por mi interrogación y solamente de pensar en Dimitri se sentía como una astilla en mi de corazón y un nudo en mi garganta. ¿Cómo podría yo explícarle a esta mujer? era demasiado arriesgado ¿Que yo seguía buscando una pista para encontrar, al hombre que yo amé más que a nadie en el mundo a que había sido convertido en un Strigoi y a quién ahora tenía que matar? Incluso ahora, yo podia imaginar perfectamente la calidez de sus ojos marron oscuro y el modo en que sus manos solían tocarme. ¿Cómo podría decirle que , yo había cruzado un océano para ? Focus, Focus Rose. La mujer dhampir miró nuevamente "Él no vale la pena," dijo ella, confundiendo el sentido de mis palabras. Supongo que ella pensaba que yo era una chica enferma de amor, persiguiendo a un novio "Tu eres... demasiado joven no es muy tarde para ti, puedes evitar todo esto". Su cara podría haber sido intranquila, pero había tristeza en su voz. "Ve y haz algo más con su vida. Aléjate de aquel lugar." ¡"Tu sabes en dónde es! " Exclamé, tratando hasta de explicar que yo no iba ahi para ser una puta de sangre. "Por favor tienes que decirme. ¡Tengo que llegar ahi" ¿"Hay algun problema? "
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Tanto ella como yo nos dimos vuelta y examinamos la cara feroz de uno de los guardias. Maldicion. La mujer dhampir no podría ser su mayor prioridad, pero ellos habrían notado a alguien acosándola. El guardia era sólo un poco mayor que yo, y le dedique una dulce sonrisa. Yo no podia salir en caballo blanco con mi vestido como esta otra mujer, pero yo sabía que mi falda corta hacia grandes cosas con mis piernas. ¿Seguramente que aún un guardia no era inmune a esto? Bien, al parecer él si lo era. Su expresión dura mostró que mis encantos no lo lograron. De todos modos calculé que yo también podría intentar suerte con él con la parte intelectual. "Trato de encontrar una ciudad en Siberia, una ciudad donde viven los dhampirs.¿Tu lo conoces?" Él no parpadeó. "No". Grandioso. Ambos jugaban a hacerce el difícil. ¿"Sí, pues tal vez tu jefe lo sabe? " Pregunté con cautela, esperando parecerme a una aspirante de puta de sangre. Si el dhampir no hablaba, tal vez un Moroi si. "Tal vez él quiera compañia y hablar con migo." "Él ya tiene compañia," contestó el guardia uniformemente." Él no necesita más." Mantuve la sonrisa. ¿"Estás seguro? " Ronroneé. "Tal vez nosotros deberíamos preguntarle." "No," contestó al guardia. Con solo esa palabra, escuche el desafío y el a orden detrás de. Él no vacilaría en tomar a cualquiera que él pensara que era una amenaza para su amo( aúnque fuera una humilde muchacha dhampir. Pensé lanzar mi caso más lejos, pero rápidamente decidí seguir la advertencia y de verdad echarme atrás. Me encogi de hombros indiferente. "El se lo pierde." Y sin otras palabras, regrese a mi mesa, como el rechazo no era tan grande. Todo el timpo sostuve mi aliento, medio esperando al guardia para arrastrarme de mis cabellos por todo el club. Lo que no pasaba aún, junté mi abrigo y puse algo de dinero sobre la mesa, yo lo observe mirarme, cauteloso y cálculador. Sali del Ruiseñor con aquel mismo aire despreocupado Era una noche de sábado, y había un montón de otros clubs y restaurantes. Las calles llenas de Fiestas, algunos vestidos de lujosamente como los clientes del Ruiseñor, otros eran de mi edad y vestidos con ropa casual; los otros. Las multitudes salian en tropel de los clubs, la música de baile era ruidosa y pesada. Los restaurantes mostraron a travez del cristal comensales elegantes y mesas puestas de forma lujosa. Cundo caminaba entre la muchedumbre, rodeada por conversaciones rusas, me resistí al impulso de mirar detrás de mí. No queria levantar más sospechas sobre que estaba viendo una dhampir. Aún cuando bajé por una calle tranquila que era un acceso rápido atrás de mi hotel, yo podia oír los sonidos de unos suaves de pasos. Al parecer yo había levantado bastante alarma ya que aquel guardia había decidido seguirme. Bien, no había ningún modo que yo iba a dejarle conseguir poner una mano sobre mí. Yo podría ser más pequeña que él y andar vestida con un vestido y tacones. Pero yo había luchado con muchos hombres, incluyendo Strigoi. Yo podia manejar a este tipo,
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sobre todo si usara el elemento sorpresa. Después de ver este barrio por tanto tiempo, yo conocía bien sus vueltas. Apure mi paso y me mantuve alrededor de unas esquinas, una de cuales me condujo en un callejón oscuro, desierto. Silenciosamente me saque mis zapatos de tacón alto. Eran negros con bonitas correas de cuero, pero no ideales para una lucha, a no ser que yo pensara clavarle a alguien con un tacón en el ojo . En realidad, no era una imala dea . Pero yo no me sentia decepcionada sin ellos, el pavimento estaba frío bajo mis pies desnudos. Había llovido un día antes. No tuve que esperar mucho tiempo. Unos momentos más tarde, yo escuche unos pasos y vi aparecer la sombra larga de mi perseguidor sobre la tierra, en la luz que parpadea de un farol de la calle sobre el camino adyacente. Mi cazador hizo una parada, sin duda buscándome. Realmente, pensé, este tipo es descuidado. Ningún guadian en su búsqueda habría sido tan obvio. Él debería haberse movido con más cautela y no se huviera revelado tan fácilmente. Tal vez la formacion de un guardian aquí en Rusia no era tan buena como la que yo había recibido. No, no podía ser verdad. No con la forma en que Dimitri había enviado a sus enemigos. Ellos lo habían llamado un dios en la Academia. Mi perseguidor tomó algunas más medidas, y ahí es cuando hice mi movimiento. Salté hacia él, con los puños listos. “OK,” exclamé. “Quise solamente hacer algunas preguntas, así que retrocede o-” Me congelé. El guardia del club no era el que estaba parado allí. Era un humano. Una muchacha, no más vieja que yo. Ella estaba sobre mi tamaño, con un pelo rubio oscuro y un abrigo color azul marino que parecían muy costosos. Por debajo de él, podía ver un agradable vestido de pantalón y botas de cuero que parecían tener el mismo precio del abrigo. Mas asustada estaba cuando la reconocí. La había visto dos veces en el Nightingale (club Ruiseñor), hablando con los hombres Moroi. Había asumido que ella era apenas otras de las mujeres que habían tenido gusto de ligarse y que la habían despedido puntualmente. ¿Después de todo, qué uso era un ser humano para mí? Su cara fue cubierta en parte por una sombra, pero incluso en la iluminación pobre, podía ver la expresión molesta. Eso no era absolutamente lo que había esperado. “Es usted, verdad?” ella pregunto. Cuenten esto como un choque. Su inglés era tan americano como el mío propio. “Tu eres la persona que ha estado dejando la cadena de cuerpos de Strigoi alrededor de la ciudad. Le vi en el club esta noche y supe que tenía que ser tu.”
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“Yo...” Ningunas otras palabras se formaron en mis labios. No tenía ninguna idea cómo responder. ¿Un ser humano que habla ocasional sobre Strigoi? Era inaudito. Esto era casi más asombroso que hubiera un Strigoi aquí afuera corriendo hacia mí. Nunca había experimentado algo similar en mi vida. Ella no parecía darse cuenta del estado estupefacto en que me había dejado. ¿“Mira, tu no puede hacer eso, OK? ¿Tú tienes idea que dolor de culo que me ha traído a mí el lidiar con esto? Este puesto de interno es bastante malo sin que tú hagas un lío de él. La policía encontró el cuerpo que tú dejaste en el parque, sabes. Tu no puede incluso imaginarte cuántas secuencias tuve que tirar para cubrir eso.” “Quién… quién eres tú?” Pregunte de último. Era verdad. ¿Había dejado un cuerpo en el parque, pero seriamente, qué tenías yo supuestamente qué hacer? ¿Arrastrarlo de nuevo a mi hotel y decirle al botones que mi amigo había bebido demasiado? “Sydney,” la muchacha dijo con fatiga. “Mi nombre es Sydney. Soy el alquimista asignado aquí.” “Qué?” Ella suspiró en alta voz, y estaba bastante segura que ella puso en blanco sus ojos. “Por supuesto. Eso explica todo.” “No, no realmente,” dije, finalmente recuperando mi calma. “De hecho, pienso que tu eres la persona que tiene que darme mucha explicación.” “Y actitud también. ¿Es tú eres cierta clase de prueba que enviaron aquí para mí? Oh, hombre. Eso es.” Yo estoy realmente enojada ahora. No tengo el gusto de ser regañada. No tengo el gusto ciertamente de ser regañada por un ser humano que hizo que sonara como si la matanza Strigoi era una mala cosa. “Mira, no sé quién eres tú o como sabes algo de esto, pero no voy a quedarme aquí y-” Las náuseas rodaron sobre mí y me tense, mi mano iba inmediatamente para la estaca de plata que mantenía en mi bolsillo de la capa. Sydney todavía usó esa expresión enfadada, pero ahora fue mezclada con la confusión en el cambio precipitado de mi postura. Ella era observadora, yo le daría crédito a eso. “Qué está mal?” pregunto ella. “Tú vas a tener otro cuerpo que lidiar,” le dije, apenas pues el Strigoi nos atacó.
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CAPITULO 2
Primero llego a ella en lugar que yo, eso fue lo que hizo mal el Strigoi. La amenaza era yo; él debería haberme neutralizado primero a mí. Sin embargo, nuestra posición había dejado a Sydney en su camino y tenía que quitarla antes de que pudiera venir hacia mí, agarre su hombro tirando de ella. Era muy rápido, ellos siempre lo eran, pero yo estaba en mi cancha esta noche. Primero llego a ella en lugar que yo, eso fue lo que hizo mal el Strigoi. La amenaza era yo; él debería haberme neutralizado primero a mí. Sin embargo, nuestra posición había dejado a Sydney en su camino y tenía que quitarla antes de que pudiera venir hacia mí, agarre su hombro tirando de ella. Era muy rápido, ellos siempre lo eran, pero yo estaba en mi cancha esta noche. Le di una rápida patada que lo golpeo enviándolo hacia la pared del edificio de al lado, liberando a Sydney de su agarre. El gruño al impactar y cayó al suelo, aturdido y sorprendido. No era fácil hacer caer a un Strigoi, no con sus rápidos reflejos. Dejo a Sydney , y concentró su atención en mi , furiosos ojos rojos y labios hacia atrás dejando ver sus colmillos. Él se levantó con una velocidad sobrenatural y se precipitó contra mí. Lo esquivé e intenté traspasarlo pero él me esquivó. El siguiente golpe me dio en el brazo y yo apenas pude guardar el equilibrio. Mi estaca, todavía estaba en mi mano derecha, pero necesitaba darle un golpe en el pecho. Un Strigoi inteligente se colocaría en una posición de forma que deshacer el punto de exacto en su corazón. Este chico solo estaba haciendo parte del trabajo, y si yo pudiera mantenerme suficiente tiempo, probablemente conseguiría meterle la estaca. Justo en ese momento, Sydney se levantó y le aplico una patada en la espalda. No fué un fuerte golpe, pero lo asustó. Este era mi momento. Le di con la mayor fuerza que pude, lanzándole mi daga de lleno sobre él.Mi estaca perforó su corazón cundo lo estampé contra la pared. Fue tan simple como esto. La vida o la vida no muerta o lo que sea, se desvaneció de él. Dejó de moverse. Saqué mi estaca una vez que estuba segura de que estaba muerto y miré su cuerpo arrugado sobre el suelo. Igual como con cada Strigoi que yo había matado últimamente, tenía un sentimiento pasajero irreal. Y si este hubiera sido Dimitri? Traté de imaginarme la cara de Dimitri en el Strigoi, tratando de imaginarlo tendido detrás de mí. Mi corazón se torció en mi pecho. Por una fracción de segundo , la imagen estuvo allí. Entonces - se había ido.
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Este simplemente era un Strigoi cualquiera. Rápidamente aparte de mi la desconcentración y recordé que tenía cosas importantes en las que preocuparme. Tenía que comprobar cómo estaba Sydney. Incluso con ella, mi naturaleza protectora salía con fuerza. "Estás bien?" Ella asintió, viéndose agitada , pero ilesa. "Buen trabajo" dijo ella. Sonó como si estuviera intentando parecer segura, confiada. "Yo nunca… en realidad había visto como mataban a uno de ellos..." No podía imaginar como ella podía haberlo visto , pero entonces, me acorde que no entendía como ella sabía de todo esto en primer lugar. Parecía estar en estado de shock, entonces la levante del brazo y comencé a llevármela."Arriba vámonos de aquí hacia donde se encuentren las más personas." Los Strigoi, al acecho cerca del Ruiseñor no era una idea loca, por más que pensara en eso. Que mejor lugar para acechar a un Moroi que un lugar en que ellos se reunían? Aunque, los guardianes de la muerte guardaban sus esperanzas y suficiente inteligencia como para realizar sus trucos en callejones como este. La sugerencia de irnos saco a Sydney de su aturdimiento. "Qué?" exclamó ella. "Simplemente vas a abandonarlo aquí también?" Levante mis manos. "Qué quieres que haga? Quiero decir, puedo ponerlo atras de aquellos cubos de basura y luego dejar que el sol lo incinere. Esto es lo que hago por norma general." "Bien, y que pasa si alguien lo ve cuando vaya a sacar la basura? O salga de una de las puertas traseras?" "Bien, me costara arrastrarlo. O prenderle fuego. Una parrillada de vampiro es la clase de atracción que llama la atención, no crees?" Sydney sacudió la cabeza con exasperación y caminó hacia el cuerpo. Puso mala cara mientras miraba al Strigoi y metió la mano en su gran bolso de cuero. Sacó un pequeño frasco. Con un sagaz movimiento, roció el contenido del frasco sobre el cuerpo y luego rápidamente se distanció. Donde el liquido había tocado el cadáver, un humo amarillo empezó a salir. El humo se estiró horizontalmente y no verticalmente, hasta que cubrió al Strigoi completamente. Entonces este se redujo y se redujo hasta que no fue más que una bola del tamaño de un puño. En unos segundos el humo se había ido completamente a la deriva, dejando un poco e inofensivo polvo detrás de él. Hasta que no fue más que una bola del tamaño de un puño. En unos segundos el humo se había ido completamente a la deriva, dejando un poco e inofensivo polvo detrás de él.
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"Bienvenida" dijo Sydney de forma tajante, mirándome con desaprobación. "Que diablos fue eso?" Exclamé. "Mi trabajo. Puedes llamarme por favor la próxima vez que esto ocurra?" Empezó a caminar. "Espera! No puedo llamarte, no tengo ni idea de quién eres." Me echó un vistazo, y se aparto un mechón rubio de su cara."De verdad? Lo dices en serio? Pensé que ustedes sabían todo acerca de nosotros cuando se graduaban." "Oh, Claro. Tiene gracia… la cosa es, uh, es que yo no estoy graduada." Los ojos de Sydney se abrieron exesivamente. "Tú has tirado a una de esas cosas... pero no te has graduado?" Me encogí de hombros, y ella permaneció en silencio durante varios segundos. Finalmente suspiró de nuevo y dijo. "Creo que tenemos que hablar." Debía. Reunirme con ella estaba siendo de lo más extraño que me había ocurrido desde que llegue a Rusia. Quería saber porqué ella pensaba que yo debería haberme puesto en contacto con ella y como había deshecho el cadáver del Strigoi. Y mientras volvíamos a las calles repletas y caminábamos hacia una cafetería que a ella le gustaba, se me ocurrió que si ella conocía acerca del mundo Moroi podía haber una posibilidad de que ella supiera donde estaba el pueblo de Dimitri. Dimitri. Ahí estaba él otra vez, haciendo explotar mi mente de nuevo. Yo no tenía ninguna pista acerca de si él realmente estaba al acecho cerca de su pueblo natal, pero no tenía nada más por ahora excepto ese punto. Otra vez aquel sentimiento extraño me vino. Mi mente mezcló la cara de Dimitri con la del Strigoi que acababa de matar: piel pálida, ojos rojos saltados... No, me dije severamente. No te concentres en eso aun. No entres en pánico. Hasta que yo afrontara a Dimitri el Strigoi , yo ganaría más fuerza si recordaba al Dimitri que yo amaba, con sus ojos negros profundos , manos calientes, un abrazo salvaje… "Estas bien...um, cualquiera que sea tu nombre?" Sydney me miraba fijamente de forma extraña y comprendí que nosotras nos habíamos detenido delante de un restaurante. No sabía qué aspecto tenía, pero debía ser bastante extraño para haber llamado
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la atención. Hasta ahora, la impresión que tuve mientras caminabamos había sido que quería hablarme lo menos posible. "Si, y bien" dije con fuertemente, poniendo mi cara de guardián "Soy Rose. Que es este el lugar?" Lo era. El restaurante era brillante y alegre, aunque muy diferente al lujoso Ruiseñor. Nos deslizamos sobre asiento de cuero negro, por el tacto creo que era cuero falso más bien plástico. Estuba encantada de ver que el menú tenía tanto alimentos Americanos como Rusos. Los listados estaban traducidos a ingles y casi se me sale la baba cuando vi el pollo frito. Estaba pasando hambre después de no comer en el club y pensé que la carne frita con mucho aceite era un lujo después de semanas de platos de sofisticados y McDonal's. Una camarera se acercó, y Sydney pidió con un ruso bien fluido, mientras que yo solamente señalé en el menú. Huh. Sydney estaba llena de sorpresas. Considerando su tosca actitud , esperé que ella me interrogara enseguida, pero cuando la camarera se marchó , Sydney permaneció tranquila, jugando con su servilleta y evitando el contacto con los ojos. Era tan extraña. Definitivamente estaba incomoda con mi compañía. Incluso con la mesa entre nosotras, era como si ella no pudiera alejarse lo suficiente. Sin embargo, su indignación anterior no había sido falsa , y había sido inflexible con esas reglas suyas. Bien, ella podía ser tímida en esto, pero yo no vacilaría en romper asuntos incómodos. De hecho, era más bien mi marca registrada. "Entonces, estás lista para contarme que sucede?" Sydney alzo la vista. Ahora que estábamos bajo una luz más brillante podía ver que sus ojos eran marrones. También note que tenía un tatuaje interesante sobre la parte inferior de la mejilla izquierda. La tinta parecía de oro, algo que no había visto antes. Era un diseño complicado con flores y hojas y solo eran visible cuando ella se inclinaba de forma que el oro tomara algo de luz. "Ya te dije" dijo ella."Soy una Alquimista." "Y yo te dije que no sé qué es eso. Es una palabra rusa?" No sonaba como tal. Una media sonrisa apareció en sus labios. "No. Entiendo que tampoco has escuchado algo sobre la alquimia no?" Negué con mi cabeza y apoye la barbilla en mi mano, con los ojos mirando abajo apartando la vista de nuevo. Trago, como si estuviera agarrando impulso y luego un torrente de palabras salió. "Antes, en la edad media , existía esta gente que estaba convencida de que si
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encontraban la formula o magia, ellos podrían convertir el plomo en oro. Sin ninguna sorpresa, ellos no pudieron. Esto no les impidió perseguir todo tipo de materia mística y sobrenatural y tarde o temprano ellos realmente encontrarían algo mágico." Ella frunció el ceño. "Vampiros". Recordé mis clases de historia Moroi. La edad Media fue cuando empezaron a ocultarse y mantenerse lejos de los seres humanos para estar a salvo. Fue la época en que los vampiros se convirtieron en el mito por lo que el resto del mundo estuvo preocupado e incluso los Moroi se convirtieron en monstruos con valor por su caza. Sydney verifico mis pensamientos. "Y fue cuando los Morois empezaron a alejarse. Ellos tenían su magia, pero los humanos empezaron a superarlos en número. Todavía lo hacemos" Esto casi le trajo una sonrisa a su cara. Los Moroi a veces tienen problemas para concebir, mientras que los humanos parecía que lo hacían muy fácil. "Y los Moroi hicieron un trato con los alquimistas. Si los Alquimistas ayudaban a los Moroi y dhampirs y su sociedad permanecía en secreto para los humanos, los Moroi nos darían esto". Se toco el tatuaje dorado. "Que es esto?" pregunte. "Quiero decir, aparte de lo obvio." Ella con cuidado lo acaricio con la yema de los dedos y no hizo el menor esfuerzo por ocultar el sarcasmo cuando ella hablo. "Mi ángel de la guarda. En realidad es de oro" dejo caer su mano "Sangre Moroi, encantada con el agua y la tierra." "Qué?" mi voz salió demasiado ruidosa y algunas personas en el restaurante se giraron para mirarme. Sydney siguió hablando, con tono mucho más bajo y muy triste. "No me emociona, pero esta es nuestra recompensa por ayudarles. El agua y la tierra lo atan a nuestra piel y nos dan los mismos rasgos que tienen los Moroi, bien, un par de ellos. Casi nunca me enfermo. Viviré una larga vida." "Creo que eso suena bien" dije, no muy segura. "Tal vez para algunos. No tenemos alternativa. Esta carrera es cosa de familia, es hereditario. Tenemos que aprender todo sobre Morois y dhampirs. Trabajamos con conexiones entre los seres humanos que nos permite cubrirlos, ya que pueden moverse mas libremente. Tenemos trucos y técnicas para deshacernos de los cuerpos de los Strigois, como la poción que has visto. A cambio, sin embargo, queremos permanecer al margen tanto como podamos esa es la razón por la que la mayoría de dhampirs no saben de nosotras hasta que se gradúan los Moroi casi nunca". Se detuvo bruscamente. Adivine que la lección habia terminado.
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Mi cabeza se tambaleaba. Yo nunca, había considerado algo como esto, espera? La mayor parte de mi educación se había enfocado en los aspectos físicos de ser un Guardián: vigilar, combate , etc. Aun de vez en cuando había escuchado vagamente sobre los que estaban fuera con los humanos que ayudaban a ocultar el mundo Moroi o algo sobre los alquimistas. Si me hubiera quedado en la escuela , tal vez lo hubiera sabido mejor. Esta no era una idea que yo debería haber sugerido , pero mi naturaleza no podía ayudarle. "Porque mantienen un encantamiento en ustedes? Porque no compartirlo con la humanidad?" "Porque hay una parte extra de este poder que nos detiene de hablar sobre tu clase en cualquier caso que pueda ponerlos en peligro o exponerlos." Un encantamiento que les prohibía hablar...eso sonaba sospecho como una compulsión. Todo Moroi podía usar la compulsión un poco y la mayoría podía poner un poco de su magia en objetos para darles ciertas propiedades. La magia Moroi había cambiado con los años y la compulsión fue considerada como una cosa inmortal. Adivine que este tatuaje era una antigua ortografía que se había perdido durante los siglos. De todo lo que me había dicho Sydney, mas preguntas aparecieron en mi cabeza. "Porque...Porque quieren estar lejos de nosotros? Que quieres decir" "Porque este es nuestro deber impuesto por Dios para proteger al resto de la humanidad de las malvadas criaturas de la noche." Con distracción su mano fue hacia algo en su cuello. Mi reacción inicial a esto fue inquietud, viendo que yo no era muy religiosa. De hecho, yo no estaba muy cómoda alrededor de los que eran devotos creyentes. Treinta segundos más tarde , el impacto del resto de las palabras se hundió dentro de mí. "Espera un minuto" exclame ofendida," Estas hablando de nosotros, dhampirs y Morois? Nosotros somos las malvadas criaturas de la noche?" Sus manos cayeron de la cruz y ella no respondió. "No somos como los Strigoi!" interrumpi. Su cara seguía con gesto suave. "Los moroi beben sangre. Dhampris son descendientes antinaturales de ellos y los humanos." Nadie nunca me había llamado contranatural, excepto cuando le ponía
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Ketchup a los tacos. Pero de verdad, no tenian salsa , entonces que se suponía que debía hacer? "Los Moroi y Los dhampirs no son malvados" le dije a Sydney. "No como los Strigoi." "Eso es cierto." Acepto ella."Los Strigoi son mas malvados." "Hey, eso no es lo que yo…" La comida llego justo en ese entonces , el pollo frito era casi suficiente para distraerme de la ofensa al compararme con un Strigoi. Lo que esto hizo es retrasar mi respuesta inmediata a sus declaraciones y que mordiera la cobertura dorada casi derritiéndome al momento. Sydney había pedido una hamburguesa con queso con papas y mordisqueaba su comida con delicadeza. Luego de comerme un muslo entero, finalmente fui capaz de retomar la conversación. "No somos como Strigois para nada. Los Moroi no matan. Tu no tienes motivos para tenernos miedo." "Cualquier humano que conozca sobre ti, inevitablemente sabrá sobre los Strigois." dijo ella. Jugaba con sus papas fritas, pero en realidad no se las comía. "Al saber acerca de los Strigois podría permitirles a ellos protegerse no crees?" Porque demonios jugaba yo a ser el abogado del diablo? Ella termino de jugar con una papa frita y la dejo caer en su plato. "Quizás. Pero hay mucha gente que se sentiría tentada con el pensamiento de la inmortalidad. Aun a costa de convertirse en un Strigoi, una criatura del infierno. Estarías sorprendida de ver como mucha gente responde al saber sobre vampiros. La inmortalidad es genial a pesar de la maldad que la acompaña. Mucha gente que conozca sobre los Strigoi trataría de servirles , con la esperanza de que tarde o temprano los transformen." "Esto es una locura" dije. El año pasado, habíamos descubierto pruebas de gente que ayudaba a Strigois. Los strigois no podían tocar las estacas de plata , pero los humanos si podían, y algunos habían usado esas estacas para romper las salas Moroi. Les habrían prometido a esa gente la inmortalidad? "y entonces" dijo Sydney "es por eso que lo mejor es si nos aseguramos de que nadie sepa nada sobre ustedes. Están ustedes ahí fuera, todos y no hay nada que hacer contra ello. Tu haz tu trabajo de deshacerte de los Strigoi y nosotros haremos el nuestro y salvaremos al resto de mi clase." Mastique una alita de pollo y me refrene con el significado implícito de que ella salvaba a su clase de la gente como yo. De cualquier modo, lo
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que ella decía, tenía sentido. No era posible que nosotros pudiéramos movernos siempre por el mundo sin ser vistos y si, podía admitir , era necesario alguien para eliminar los cuerpos de los Strigoi. Humanos trabajando junto a Moroi era una opción ideal. Estos humanos serian capaces de moverse por el mundo libremente, en particular si ellos tenían la clase de contacto y las conexiones. Me congele a medio mordisco, recordando mis primeros pensamientos cuando yo venía hacia aquí con Sydney. Me esforcé en tragar y luego tome un largo trago del vaso de agua. "Aquí esta una pregunta. Tienes contactos por toda Rusia?" "Lamentablemente" dijo ella. "Cuando un alquimista cumple dieciocho años , somos enviados a una prueba para coger experiencia de primera mano con el comercio y hacer todo tipo de conexiones. Por mi me habría quedado en Utah. Esto era mucho mejor que todo lo demás que ella me había dicho , pero no lo exprese."Qué tipo de conexiones exactamente?" Ella se encogió de hombros. "Rastreamos los movimientos de muchos Morois y dhampirs, también conocemos a muchos representantes gubernamentales de alto rango, entre humanos y moroi. Si había un vampiro entre la gente , por lo general podemos encontrar a alguien importante que pueda pagar a alguien o algo así ...todo es escondido bajo la manta." Rastrear los movimientos de muchos Moroi y dhampirs. El premio gordo. Me apoye y baje la voz. Todo parecía depender de este momento. "Busco un pueblo … un pueblo de dhampirs fuera en Siberia. No sé su nombre." Dimitri solo lo habia mencionado una vez y yo me había olvidado. "Esta cerca de... oms?" "Omsk" ella me corrigió. Me erguí. "Lo conoces?" Ella no contesto enseguida, pero sus ojos la traicionaron. "Tal vez." "Lo conoces!" exclame. "Tienes que decirme donde esta. Tengo que ir allí." Ella puso mala cara. "Vas a ser... una de esas?" Entonces los alquimistas sabia acerca de las putas de sangre. No me sorprende. Si Sydney y sus socios conocían todo lo demás sobre el mundo de los vampiros , ellos también conocerían esto.
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"No," dije conarrogancia. "Simplemente tengo que encontrar a alguien." "Quien?" "Alguien." Esto casi la hizo sonreír. Sus ojos negros estaban pensativos mientras ella masticaba otra papa frita. Ella solo había le había dos mordiscos a su hamburguesa con queso y esta se enfriaba. Era la clase de alimento que me habría comida al principio. "Estaré aquí en un momento." dijo ella bruscamente. Se levanto y cruzo en una esquina tranquila de la cafetería. Sacando un teléfono móvil de su bolso, se giro dándole la espalda a la habitación e hizo una llamada. Yo ya había acabado mi pollo para entonces y luego tome algunas de sus papas fritas ya que estaban ahí, como no lo iba hacer. Mientras comía , considere las posibilidades que tenia ante mí, preguntándome si encontrar el pueblo de Dimitri era tan sencillo. Y una vez que yo estuviera allí... sería tan simple entonces? Estaría el allí, viviendo en las sombras y cazando presas? Y cuando estuviera cara a cara con él, realmente podría yo enviar mi estaca hacia su corazón? Aquella imagen no deseada vino a mi otra vez, Dimitri con ojos rojos y… "Rose?" Parpadee. Me había quedado pensativa y Sydney había regresado. Se deslizo en su asiento frente a mí. "Entonces, esto parece como…" ella hizo una pausa y miro hacia abajo. "Te has comido algunas de mis papas fritas?" No tenía ni idea de cómo lo supo, ya que eran un montón. Yo apenas había tomado un poququito. Encontrarme robando sus papas fritas seria como una prueba más de que soy una criatura malvada de la noche, así que dije, "No". Ella frunció el ceño un momento , considerandolo y luego dijo , "Realmente conozco donde esta ese pueblo. He estado allí antes." Me enderece. La santa Mierda. Esto en realidad va a ocurrir, después de todas estas semanas buscando. Sydney me diría donde esta ese lugar y yo podría ir y tratar de cerrar este horrible capítulo en mi vida. "Gracias, muchas gracias" Ella levanto una mano para callarme y note entonces cuan miserable se miraba. "Pero no voy a decirte donde es."
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Mi boca se abrió. "Qué?" "Voy a llevarte allí yo misma".
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CAPITULO 3
“Espera – que?” exclame. Eso no estaba en el plan. Eso no estaba en plan en absoluto. Estaba intentado moverme por Rusia como una desconocida de la mejor manera posible. Además, realmente no me gusta la idea de tener un acompañante -particularmente uno que parecía odiarme. No sé cuánto tiempo tomaría llegar a Siberia – un par de días, pensé – y no podía imaginarme pasarlos escuchando a Sydney hablar sobre eso de un ser antinatural. Sería mala. Tragando mi indignación, intente razonar. Después de todo, estaba pidiendo un favor aquí. “Eso no es necesario,” dije, forzando una sonrisa. “Es amable de tu parte ofrecerte, pero no quiero incomodarte.” “Bueno,” ella contesto secamente. “No hay que discutir eso. Y no es que este siendo amable. Ni siquiera es mi elección. Es una orden de mis superiores.” “Todavía suena como un dolor en el culo para ti. Porque solamente no me dices donde está y los dejas fuera?” “Obviamente no conoces la gente para la que trabajo.” “No es necesario. Desobedezco la autoridad todo el tiempo. No es difícil una vez que te acostumbras a ello.” “Si? Como funcionaria eso para ti con la búsqueda de este pueblo?” pregunto irónicamente. “Mira, si quieres llegar allí, esta es la única manera.” Bueno, - esa era la única manera en que podría llagar allí si usara a Sydney para obtener información. Siempre podría regresar a rondar por el Ruiseñor…. Pero me habia tardado todo este tiempo para conseguir una primicia de allí. Mientras tanto, ella estaba aquí en frente de mí con la información que necesitaba. “Por qué?” pregunte. “Por qué tienes que ir también?” “No puedo decirte eso. Conclusión: ellos me dijeron eso.” Encantador. La mire, intentando deducir que estaba pasando aquí. Por qué demonios alguien – excluyendo a los humanos con sus manos en el mundo Moroi – les importaría donde una adolecente dhampir iría? No creí que Sydney tuviera segundas intenciones, a no ser que ella fuera muy, muy buena actriz. Sin embargo, claramente las personas a las que
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ella contesto tenían una agenda. Y no me gustaba jugar en al plan de nadie. Al mismo tiempo, estaba ansiosa de seguir adelante con esto. Cada día que pasaba era otro en el cual no encontraba a Dimitri. “Que tan pronto podemos marcharnos?” le pregunte al fin. Sydney, decidí, era un punto - a favor. Habia mostrado una verdadera habilidad rastreándome antes. Seguramente no sería tan difícil deshacerme de ella una vez que estuviéramos bastante cerca al pueblo de Dimitri. Ella parecía bastante decepcionada por mi respuesta, casi como si hubiera esperado que la rechazara y luego estuviera inmovilizada. Ella no quería venir conmigo más de lo que yo la quería a ella. Abriendo su bolso, saco su teléfono celular de nuevo, jugueteó con él un par de minutos, y finalmente se decidió. Me mostro el calendario para el siguiente día. “Te sirve eso?” Estudie la pantalla y asentí. “Sé donde esta esa estación. Puedo estar allí.” “De acuerdo,” se levanto y puso algo de dinero en efectivo sobre la mesa. “Nos vemos mañana,” empezó alejarse y luego hecho un vistazo hacia a mí. “Oh, y puedes quedarte con el resto de mis papas.” Cuando llegue por primera vez a Rusia, me aloje en alberges juveniles. Sin duda tenía el dinero para quedarme en otro lugar, pero quise permanecer bajo radar. Además, el lujo realmente no habia sido la primera cosa en mi mente. Cuando comencé a ir al Ruiseñor, sin embargo, me encontré con que no podría volver a una pensión de estudiantes aventureros mientras usara un vestido de diseñador. Así que ahora me alojaba en un hotel elegante. Con tipos que siempre mantenían las puertas abiertas y una recepción – con pisos de mármol. Esa recepción era tan grande que pensé que un alberge entero podría encajar en el. Quizás dos albergues. Mi habitación era grande y demasiado exagerada y estaba agradecida de estar a la par y deshacerme de los tacones y el vestido. Comprendí con solo una pequeña punzada de pesar que tendría que dejar los vestidos que habia comprado en San Petersburg detrás. Quería mantener mi equipaje a la luz del día mientras recorría todo el país, y aun cuando mi mochila era grande, habia solo tanto que podría cargar. Oh bueno, aquellos vestidos harían el día de alguna aseadora, sin duda. La única parte de la ornamentación que realmente necesitaba era mi Nazar, un pendiente que se parecía a un ojo azul. Habia sido un regalo de mi madre, que a su vez habia sido un regalo de mi padre. Siempre lo llevaba alrededor de mi cuello.
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Nuestro tren hacia Moscú salió tarde en la mañana, cogeríamos entonces un tren atravesaría todo Siberia. Quería descansar completamente y estar lista para todo. Una vez en mi pijama, me acurruque bajo el pesado edredón de la cama y espere a que el sueño viniera pronto. En cambio, mi mente giraba en torno a todas las cosas que habían pasado recientemente. La situación de Sydney era un giro extraño pro uno que podría manejar. Mientras nos aferráramos al transporte público, ella no podría llevarme a las garras de sus misteriosos superiores. Y de lo que habia dicho sobre nuestro tiempo de viaje, esto de hecho solo tomaría un par de días o hasta llegar al pueblo. Dos días parecían extremadamente largos y extremadamente cortos. Eso significaba que podría muy bien estar enfrentándome con Dimitri en unos pocos días…y luego que? Podría hacerlo? Me atrevería a matarlo? Y aun si decidiera hacerlo, realmente tendría la habilidad para dominarlo? Las mismas preguntas que habia estado preguntándome durante las dos últimas semanas siguieron torturándome una y otra vez. Dimitri me habia enseñado todo lo que sabía, y con mejores reflejos Strigoi, el sería verdaderamente el dios que siempre habia bromeado diciendo que era. La muerte era una posibilidad muy real para mí. Pero preocuparme no era útil justo ahora y, mirando el reloj en la habitación, descubrí que habia estado despierta durante casi una hora. Eso no era bueno. Necesitaba estar en condiciones óptimas. Así que hice algo que sabía que no debería hacer, pero que siempre funcionaba para mantener fuera de mi mente mis preocupaciones - en gran parte porque implicaba encontrarme en la mente de alguien más. Deslizarme dentro de la cabeza de Lissa requería solo una pequeña cantidad de concentración de mi parte. No sabía si podía hacerlo cuando estabas lejos, pero habia descubierto que el proceso no era nada diferente que si estuviera justamente parada a su lado. Era tarde en la mañana de vuelta en Montana, y Lissa no tenia clases hoy ya que era sábado. Durante mi tiempo libre, hay trabajado muy dura para poner paredes mentales entre nosotras, casi bloqueándola a ella y a sus sentimientos completamente. Ahora, dentro de ella, todas la barreras estaña abajo, y sus emociones me golpearon como una ola gigante. Estaba enojada, realmente enojada. “Por qué ella cree que puede solo chasquear sus dedos y hacerme ir a cualquier lugar que quiera, a cualquier momento que quiera?” gruño Lissa. “Porque es la reina. Y porque tu hiciste un pacto con el diablo.” Lissa y su novio, Christian, estaban holgazaneando en ático de la capilla de la escuela. Tan pronto reconocí el entorno, casi salto fuera de
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su cabeza, los dos habían tenido demasiados encuentros “amorosos” aquí, y no quería quedarme si la ropa salía volando de repente. Afortunadamente – o quizás no – sus sentimientos molestos me dijeron que no habría sexo hoy, no con su mal humor. Era bastante irónico, realmente. Sus papeles se invirtieron, Lissa era la única furiosa mientras que Cristian permanecía sereno y tranquilo, intentando parecer tranquilo por ella. Se sentó en el suelo, apoyándose contra la pared, mientras ella se sentaba en frente de el, sus piernas separadas y sus brazos rodeándola. Ella apoyo su cabeza en su pecho y suspiro. “Durante las últimas semanas, he hecho todo lo que me ha pedido! ‘Vasilisa, por favor muéstrale a estos estúpidos miembros de la realeza todo el campus’ ‘Vasilisa, por favor, sube a un avión por este fin de semana para que pueda presentarte algunos aburridos funcionarios aquí en la corte’ ‘Vasilisa, por favor, se voluntaria alguna vez con los estudiantes más jóvenes. Se ve bien.’” A pesar de la frustración de Lissa, no podía dejar de sentir un poco de diversión, imitaba la voz de la Reina Tatiana perfectamente. “Hubieras hecho eso ultimo gustosamente,” señalo Cristian. “Si….el punto es serlo gustosamente. Odio su intento de imponer todo en mi vida últimamente.” Cristian se inclino y beso su mejilla, “Como dije, hiciste un trato con el diablo. Eres su consentida ahora, quiere asegurarse de que la estás haciendo quedar bien.” Lissa frunció el ceño. Aunque los Moroi vivieran dentro de países – humanos y estaban sujetos a aquellos gobiernos, ellos también eran gobernados por un rey o una reina que venían de una de las doce familias reales Moroi. La Reina Tatiana – una Ivashkov – era la actual gobernante, y habia tomado un particular interés en Lissa como el último miembro viviente de la familia Dragomir. Como tal, Tatiana habia un trato con Lissa, si Lissa vivía en la corte después de graduarse de St. Vladimir, la reina se encargaría para que ella asistiera a la universidad de Lehigh en Pensilvania. Lissa era un total celebrito y pensaba que vivir en la casa de Tatiana valdría la pena para asistir a una semi – grande, y prestigiosa universidad, a diferencia de las diminutas a las cuales generalmente iban los Moroi (por motivos de seguridad) Mientras lissa averiguaba, sin embargo, las ataduras conectadas a ese trato ya estaban en marcha ahora. “Simplemente me siento y lo acepto,” dijo lissa. “simplemente sonrió y digo ‘si, su majestad, lo que usted quiera, su majestad’”
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“Entonces dile que el trato se acaba, tendrás dieciocho en un par de meses. De la realeza o no, no estás bajo ninguna obligación. No la necesitas para ir a una gran escuela. Solo nos iremos, tu yo. Iremos a cualquier universidad que desees. O no vamos a la universidad. Podemos escaparnos a parís o algo así y trabajar en un pequeño café. O vender arte chiveado en las calles.” Esto realmente hizo reír a lissa, y se acurruco más cerca de Cristian. “Bien, puedo imaginarte totalmente teniendo paciencia para esperar a la gente. Serias despedido en tu primer día. Parece que la única manera en que sobreviviremos es si voy a la universidad y sostenernos.” “Hay otras maneras de llegar a la universidad, sebes?” “Si, pero ninguna son tan buenas,” dijo melancólicamente. “No es fácil, al menos. Esta es la única manera. Solo poder tener todo esto y enfrentarme a ella un poco. Rose lo haría.” “Rose se hubiera hecho arrestar por traición la primera vez que Tatiana le pidió que hiciera algo.” Lissa sonrió tristemente. “Si. Ella lo habría hecho.” La sonrisa se convirtió en un suspiro. “La extraño tanto.” Cristian la beso de nuevo. “Lo sé.” Esta era una conversación familiar para ellos. Una que nunca envejecía porque los sentimientos de lissa para mí nunca se desvanecían. “Ella está bien, lo sabes. Dondequiera que este, está bien.” Lissa miro fijamente en la oscuridad del ático. La única luz venia de una ventana – de vidrio que hacía parecer al lugar entero como un mundo de fantasía. El espacio habia sido limpiado recientemente – por Dimitri y yo, realmente. Habia sido solo hace un par de mese, pro ya el polvo y las cojas se acumulaban una vez más. El sacerdote de aquí era un tipo agradable pero un coleccionista de basura. Lissa no noto nada de esto, sin embargo, sus pensamientos estaban demasiados centrados en mi. “Eso espero. Desearía tener idea – alguna idea – de donde está. Sigo pensando que si algo le pasara, si ella-” lissa no pudo terminar lo que pensaba. “Bueno, que si lo sé de alguna manera, que lo sentiría. Quiero decir, se que el lazo es en una – dirección….eso nunca ha cambiado. Pero tendría que saber si algo le pasara a ella, verdad?” “No lo sé”, dijo Christian. “Tal vez. Tal vez no.” Cualquier otro chico habría dicho algo más dulce y reconfortante,
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convenciéndola que sí, que por supuesto ella lo sabría. Pero eso era parte de la naturaleza de Christian el ser brutalmente honesto. A Lissa le gustaba eso de él. Así que yo también. No siempre lo hacia un amigo agradable, pero al menos ya sabías que él no te contaba tonterías. Ella suspiró de nuevo. "Adrian dice que está bien. El visita sus sueños. Daría cualquier cosa para poder hacer eso. Mi curación está mejorando y tengo la cosa del aura controlada. Pero no los sueños todavía”. Saber que Lissa me extrañaba dolía casi más que si ella me hubiera completamente olvidado. Nunca hubiera querido hacerle daño. Incluso cuando estuve resentida con ella por sentir como si ella estuviera controlando mi vida. La amaba como a una hermana y no podría soportar la idea de su sufrimiento ahora por mí culpa ¿Cómo habían llegado las cosas tan mal entre nosotras? Ella y Christian continuaron sentados allí en cómodo silencio, aprovechando la fuerza y el amor uno del otro. Tenían lo que Dimitri y yo habíamos tenido, un sentido de unidad y familiaridad que a menudo no eran necesarias las palabras. Él pasó sus dedos por su cabello, y aunque no pudiera verlo tan bien a través de sus propios ojos, podría imaginarme la manera en que el cabello pálido brillaba a la luz del arco iris de las batanas de vidrio. El removió varios mechones largos detrás de su oreja y después inclino su cabeza hacia atrás, llevando sus labios a los suyos. El beso comenzó ligero y dulce y luego lentamente se intensificó, el calor extendiéndose de su boca a la suya. Uh-oh, pensé. Podría ser el momento para salir después de todo. Pero ella lo terminó antes de que yo tuviera que hacerlo. “es el momento”, dijo ella lamentándose. “Tenemos que irnos.” La mirada en los ojos azules – cristalinos de Christian, dijo lo contrario. "Tal vez este es el momento perfecto para enfrentarte a la reina. Solo deberías quedarte aquí – sería una gran manera de construir carácter”. Lissa le dio un ligero codazo y luego le planto un beso en su frente antes de levantarse. “Eso no es porque quieres que me quede, así que ni siquiera intentes jugar conmigo.” Salieron de la capilla, y Christian murmuró algo sobre querer hacer algo más que jugar, eso le valió otro codazo. Se dirigían hacia el edificio de administración, que estaba en el corazón del campus de la escuela superior. Aparte de las primeras señales de la primavera, todo parecía igual cuando me habia marchado – al menos desde el exterior. Los edificios de piedra permanecían grandes e imponentes. Los árboles altos y antiguos continuaban vigilantes. Sin embargo, dentro de los
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corazones de los trabajadores y estudiantes, las cosas habían cambiado. Todo el mundo lleva cicatrices del ataque. Muchas de nuestras personas habían sido asesinadas, y mientras que las clases se pusieran en marcha de nuevo, todos todavía sufrían. Lissa y Christian llegaron a su destino: el edificio de administración. Ella no sabía la razón de su llamado, sólo que Tatiana había querido que conociera algún miembro de la realeza que habia llegado a la Academia. Considerando a cuántas personas Tatiana siempre la obligaba a conocer últimamente, Lissa no pensó demasiado en ello. Ella y Christian entraron en la oficina principal donde encontraron a la Directora Kirova sentada y charlando con un Moroi ya de edad y una chica de nuestra edad. “¡Ah, señorita Dragomir. Ahí está.” Había estado en problemas con Kirova mientras había sido una estudiante, aún así, viéndola ahora me hace algo nostálgica. Obteniendo una suspensión por iniciar una pelea en clase parecía mundos mejor que penando atravesando Siberia para encontrar a Dimitri. Kirova tenía la misma apariencia a pájaro que siempre había tenido, las mismas gafas balanceándose el final de su nariz. El hombre y la chica se pararon, y Kirova gesticulo hacia ellos. -Éste es Eugene Lazar y su hija Avery.- Kirova se volvió hacia Lissa Estos son Vasilissa Dragomir y Christian Ozera.Un poco justa apresurándose, fue entonces. Lazar era un nombre de la nobleza, pero eso no era sorpresivo ya que Tania había iniciado ésta reunión. El Seños Lazar dio a Lissa una amplia sonrisa al tiempo que tomaba su mano. Él parecía un poco sorprendido por conocer a Christian, pero la sonrisa permaneció. Por supuesto, esa clase de reacción para Christian no era tan inusual. Las dos maneras para convertirse en Strogoi eran por elección o a la fuerza. Un Strigoi podía convertir otra persona humana, Moroi o Dhampir, bebiendo su sangre y después alimentándolo con sangre Strigoi. Eso fue lo que había pasado con Dimitri. La otra manera de convertirse era únicamente para Morois--- y esa era hecha por elección. Morois que intencionalmente elegían matar una persona mientras bebían su sangre, también se convertían en Strigoi. Usualmente los Strigoi solamente bebían pequeñas, no letales cantidades de humanos dispuestos. Sin embargo, ¿tomar demasiada que destruya la fuerza vital de otro? Bueno, eso cambiaba Morois al lado obscuro, llevándose su magia elemental y transformándolos en un retorcido no muerto. Eso era exactamente lo que los padres de Christian habían hecho. Ellos habían, voluntariamente, matado y se habían convertido en Strigoi para
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conseguir vida eterna. Christian nunca había mostrado ningún deseo de convertirse en Strigoi, pero todo el mundo actuaban como si estuviera a punto de hacerlo también. (Admitiéndolo, su actitud mordaz, no siempre ayudaba) Mucha de su familia cercana (aún siendo de la realeza) había sido injustamente rechazada también. Él y yo habíamos hecho equipo para patear una buena cantidad de traseros Strigoi durante el ataque, sin embarga, ni una palabra de eso iba circulando por los alrededores y mejorando su reputación. Kirova nunca fue alguien que desperdiciara tiempo con formalidades, entonces ella fue directo al punto. -El señor Lazar será el nuevo director aquí.Lissa aún le había estado sonriendo amablemente, pero su cabeza de inmediato tiró hacia Kirova. -¿Qué?-Yo voy a dimitir el cargo- explico Kirova- voz plana y lo suficientemente carente de emoción como para competir con cualquier guardián –De cualquier modo, aún estaré sirviendo a la escuela como profesora- Usted va a enseñar- Christian preguntó incrédulo. Ella le dirigió una seca mirada.-Si señor Ozera. Eso fue para lo que originalmente había venido a la escuela. Estoy segura, si trato lo suficientemente duro, podré recordar como hacerlo-Pero ¿por qué?- pregunto Lissa. –Usted hace un trabajo genial.Eso era más o menos verdad. A pesar de mis diferencias con Kirova (usualmente, acerca ce mi rompiendo las reglas) Yo aún tenía un saludable respeto hacia ella. Lissa lo tenía también. -Es algo en lo que yo he estado pensando en regresar por algún tiempoexplico Kirova.- Ahora parece parece un buen momento como cualquier otro, y el seños Lazar es un administrador muy capazLissa era muy buena leyendo gente. Creo que eso era parte de los efectos secundarios del espíritu, aunado a como el espíritu hacia a sus usuarios muy, muy carismáticos. Lissa pensaba que Kirova estaba mintiendo, y yo también. Si yo hubiera sido capáz de leer la mente de Christian, mi supusición hubiera sido que se sentía igual. El ataque a la Academia había puesto a mucha gente en pánico, la realeza en particular, incluso pensar que el problema que había dado lugar a que el ataque había sido arreglado desde hacía tiempo. Yo estaba suponiendo que la mano de Tatiana estaba en trabajo aquí, forzando a Kirova a dar un moverse y teniendo un noble tomando su lugar, haciendo, así, sentirse mejor a otros nobles.
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Lissa no dejó mostrar sus pensamientos, y ella se volvió al seños Lazar. –Bueno, es realmente un placer conocerlo. Yo estoy segura que hará un trabajo genial. Déjeme saber si hay algo que pueda hacer por usted”. Ella estaba interpretando el papel de la “apropiada princesa” perfectamente. Ser amable y dulce era uno de sus muchos talentos. De hecho- dijo Lazar, -Lo hay.- Él tenía una profunda y en pleno auge, del tipo que llena una habitación. Gesticulo hacia su hija. –Yo me preguntaba si usted podría mostrarle los alrededores a Avery y ayudarle a encontrar su camino aquí. Ella se graduó el año pasado pero estará asistiéndome en mis deberes. Estoy seguro de que ella hace bastante que no pasa tiempo con gente de su edad, de cualquier modoAvery sonrió, y por primera vez, Lissa realmente le puso atención. Avery era hermosa, impresionante. Lissa era hermosa también, entre ese maravilloso cabello y los ojos verde jade que venía de familia. Yo pensaba que era mil veces más bonita que Avery, pero a lado de la chica mayor, Lissa se sentía algo plana. Avery era alta y delgada como la mayoría de los Morois pero tenía algunas curvas sexys atravesándola. Ese tipo de pecho, como el mío, era codiciado entre los Morois, y su larga cabellera marrón y griazules (grises y azules) ojos completaban el paquete. -Yo te prometo no ser mucho una molestia- dijo Avery. –Y si tú quieres, te daré algunos consejos sobre la vida de la Corte. Escuche que te estarás moviendo por ahíInstantáneamente las defensas de Lissa subierón. Ella se dio cuenta que estaba pasando. Tania no solamente había expulsado a Kirova, ella había enviado un cuidador para Lissa, un hermoso, perfecto compañero, quien podía espiar a Lissa y tratar de enfocarla a los estándares de Tania. Las palabras de lisa fuerón perfectamente amables cuando habló, pero ahí había una ventaja definitiva en lo helado de su voz. -Eso sería grandioso- ella dijo – Estoy bastante ocupada últimamente, pero podemos tratar de hacer tiempo.Ni el padre de Avery, ni Kirova parecieron darse cuenta de lo implícito en el subtexto, pero algo brilló en los ojos de Avery que dijo a Lissa que el mensaje había sido captado. -Gracias- dijo Avery . A menos que me estuviera equivocada, ahí estaba alguna legítima herida en su rostro. –Estoy segura que se nos ocurrirá algo-Bien, bien.- dijo el seños Lazar, totalmente desentendido del drama de
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chicas. -¿Quizá podrías mostrarle a Avery el alojamiento para invitados? Ella se quedará en el ala este-Seguro- dijo Lissa, deseando poder hacer solamente eso. Ella, Christian y Avery comenzaron a irse, pero justo entonces, dos chicos entraron en la habitación. Uno era Moroi, un poco más joven que nosotros, y el otro era un Dhampir en sus veintes, un guardián, por lo que parecía de rasgos fuertes y serios. -Ah!, aquí están- dijo el seños Lazar, haciendo señas a ambos chicos para que entrarán. Él descanso su mano en el hombro del chico –Éste es mi hijo Reed. Es un junior y estará asistiendo a clases aquí. Esta muy emocionado sobre eso.De hecho, Reed se veía extremadamente des-emocionado (carente de emoción). Él era, por mucho, el chico más osco que yo nunca había visto. Si yo alguna vez necesitará interpretar el papel de un adolescente descontento. Yo podría haber aprendido todo lo que se debía al respecto de Reed Lazar. Él tenía los mismas lindas características de Avery, pero estuvieron marcadas por una mueca que parecía permanentemente unida a su cara. El seños Lazar presento a los otros a Reed. La única respuesta de Reed fue un gutural, -Hey.-Y éste es Simon, el guardián de Avery.- continuo el señor Lazar. –Por supuesto, mientras estemos en el campo él no necesita estar con ella todo el tiempo. Ustedes saben cómo es esto, aún así, estoy seguro que lo verán alrededor.Espero que no. El no parecía completamente desagradable como Reed, pero él tenía ciertamente una naturaleza austera, que parecía extremo, incluso entre los guardias. De pronto, sentía algo de lástima por Avery. Si esta era su única compañía, hubiera querido ser amiga de alguien como Lissa; bastante mal Lissa, como sea, le dejo claro que ella no quería ser parte de los regímenes de Tatiana. Con un poco de conversación, ella y Christian escoltaron a Avery al alojamiento de invitados y le señalarón con prontitud a la izquierda. Normalmente , Lissa se habría quedado para ayudar a Avery a istalarse, y le hubiera ofrecido comer con ella más tarde. No esta vez. No con segundas intenciones en marcha. Regrese a mi propio cuerpo, de regreso al hotel. Yo sabía, no me debería preocupar por la vida académica de cualquier forma e incluso debería sentirme mal por Avery. Aun así, permaneciendo ahí y mirando dentro de la obscuridad, yo no podía ayudar pero, tome la petulante (y sí, muy
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egoísta) satisfacción, saliendo de éste encuentro de que... ...Lissa no quería salir a encontrar una nueva mejor amiga en algún tiempo cercano.
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CAPITULO 4
EN CUALQUIER OTRO MOMENTO en mi vida, yo habría amado explorar Moscú. Sydney había planeado nuestro viaje de una manera que para cuando nuestro tren llegara allí, nosotras teníamos unas pocas horas antes de tener que abordar el siguiente a Siberia. Esto nos dio algo de tiempo para dar un paseo y agarrar comida, aunque ella quería asegurarse que nosotras estuviéramos seguras dentro de la estación antes de que estuviera muy oscuro afuera. A pesar de mis reclamos arrogantes y mis marcas molinja, ella no queria tomar ningun riesgo. No hacia ninguna diferencia para mi como pasábamos nuestro tiempo. Mientras me estuviera acercando a Dimitri, eso era todo lo que importaba. Así que Sydney y yo caminamos sin rumbo, estando en la mira y hablando poco. Yo nunca había estado en Moscu. Era una ciudad hermosa, prospera y llena de gente y comercio. Yo podría haber pasado días ahí solo comprando y probando los restaurantes. Lugares de los que había oído toda mi vida—el Kremlin, Red Square, el teatro Bolshoi —todos estaban en la punta de mis dedos. A pesar de lo cool que era todo, yo realmente trate de desconectarme de las vistas de la ciudad y sonido después de un rato porque me recordaban. . . bueno, a Dimitri. El solía hablarme sobre Rusia todo el tiempo y había jurado arriba y abajo que a mi me encantaría. “para ti, sería como un cuento de hadas,” el me dijo una vez. Fue durante una práctica antes de la escuela tarde el último otoño, justo antes de la primera nevada. Había estado nublado, y el roció cubría todo. “lo siento, camarada,” yo respondí, estirándome para atar mi cabello en una cola de caballo. Dimitri siempre había amado mi cabello abajo, ¿pero en una practica de combate? El cabello largo era un riesgo total. “Borg y música fuera de fecha no son parte de ningún final feliz que yo haya imaginado.” El me dio uno de sus raras, sonrisas fáciles, las del tipo que arrugan las esquinas de sus ojos. “Borscht(*), no borg. Y yo he visto tu apetito. Si estuvieras suficientemente, hambrienta te lo comerías.” “¿asi que tener hambre es necesario para que este cuento de hadas funcione?” no había nada que yo amara mas que tentar a Dimitri.
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Bueno, aparte de besarlo. “estoy hablando sobre la tierra. Los edificios. Ve a una de las grandes ciudades—no es como nada que tu hayas visto. Todo el mundo en los estados unidos tienden a construir lo mismo—siempre en grandes, bloques gruesos. Ellos hacen lo que es facil. Pero en Rusia, hay edificios que son como piezas de arte. Ellos son arte—incluso muchos de los ordinarios, edificios de todos los días. ¿Y lugares como el palacio de invierno y la iglesia Troitsky en San Petersburgo? Esos te quitaran el aliento.” Su rostro resplandecía con la memoria de los sitios que había visto, esa alegría haciendo a sus rasgos ya guapos divinos. Yo creo que el podría haber nombrado lugares de interés todo el día. Mi corazón se había quemado dentro de mi, solo de verlo. Y entonces, como siempre lo hacia cuando me preocupaba ponerme cursi o sentimental, yo hacia una broma para desviar la tención lejos y escondía mis emociones. Lo cambiaba a el a modo de negocios, y nos poníamos a trabajar. Ahora, caminando en las calles de la ciudad con Sydney, yo deseaba tomar de vuelta esa broma y escuchar a Dimitri hablar mas sobre su tierra natal. Yo habría dado cualquier cosa por tener a Dimitri conmigo aquí, de la manera que el solía ser. El había tenido razón sobre los edificios. Seguro, la mayoría eran como copias de bloques de lo que sea que encontraras en los estados unidos. O en cualquier lado del mundo, pero algunas eran exquisitas—pintadas con colores brillantes, adornadas con sus raras aunque hermosas cúpulas en forma de de cebolla. En ocasiones, de verdad parecía como algo de otro mundo. Y todo el tiempo, yo seguía pensando que debería estar Dimitri aquí a mi lado, apuntando cosas y explicándomelas. Nosotros deberíamos estar teniendo un escape romántico. Dimitri y yo podíamos haber comido en un restaurante exótico y después ir a bailar en la noche. Yo podría haber utilizado uno de los vestidos de diseñador que tuve que dejar atrás en el hotel de San Petersburgo. Así es como se suponía que debía ser. No se suponia que tenia que ser yo con un humano ceñudo. “¿irreal, huh? Como algo de una historia.” La voz de Sydney me sobresalto, y me di cuenta que nos habíamos parado delante de nuestra estación de tren. Había un numero de ellas en Moscu. Su eco en mi conversación con Dimitri envió escalofríos por mi columna—en gran parte porque tenía razón. La estación no tenía las cúpulas pero todavía lucia como algo salido de un libro de cuentos, como un cruce entre el Castillo de la cenicienta y la casa de pan de jengibre. Tenia un techo abovedado y torres en ambos extremos. Sus paredes blancas estaban entremezcladas con parches de ladrillo de
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color marrón y mosaico verde, casi haciéndolo parecer a rayas. En los estados unidos, algunos los podrían haber llamado chillones. Para mí, eran hermosos. Sentí que lagrimas empezaban a surgir de mis ojos mientras me preguntaba lo que Dimitri habría dicho sobre este edificio. El probablemente lo habría amado igual como el amaba todo lo demás de aquí. Dándome cuenta que Sydney estaba esperando por una respuesta, me trague de vuelta mi dolor y jugué a la adolecente frívola. “tal vez algo de una historia sobre una estación de tren.” Ella levanto una ceja, sorprendida ante mi indiferencia, pero no la cuestiono. ¿Quién podría decir? Quizás si mantenía el sarcasmo, ella eventualmente se molestaría y me abandonaría. De alguna manera, yo dudo que tuviera tanta suerte. Yo estaba muy segura que sus miedos a sus superiores triunfaba sobre cualquier otro sentimiento en lo que respecta a mí. Nosotras tuvimos alojamiento de primera clase en el tren, lo que resulto ser mucho mas pequeño de lo que yo esperaba. Había una combinación de cama/banco para sentarse en cada lado, una ventana, una TV alta en la pared. Se suponía que ayudaría a pasar el tiempo, pero yo frecuentemente tenía problemas siguiendo la televisión Rusa—no solamente por el idioma pero también porque algunos de los programas eran francamente raros. Sin embargo, Sydney y yo tendremos nuestro espacio cada una, incluso si el cuarto era más acogedor de lo que nos hubiera gustado.
Los colores me recordaban mucho a los mismos patrones de fantasía que había visto en la ciudad. Incluso el pasillo afuera de nuestra cabina era de colores brillantes, con la alfombra de felpa en diseños rojos y amarillos y un corredor verde azulado y amarillo que por la mitad. Dentro de nuestro cuarto, los bancos estaban cubiertos con cojines con terciopelo de color rico naranja, y as cortinas combinaban en tonos de oro y melocotón, hechas de tela gruesa con un patrón de seda. Entre todo eso y la mesa adornada en el centro de a cabina era casi como viajar en un mini-palacio. Era oscuro afuera en el momento que el tren dejo la estación. Por alguna razón, el trans-siberiano siempre dejaba Moscú en la noche. No era tan tarde todavía, pero Sydney dijo que quería dormir, y yo no quería ponerla mas irritada de lo que ya estaba. Así que apagamos las luces, a excepción de una pequeña lámpara de lectura junto a mi cama. Yo había comprado una revista en la estación del tren, y incluso si no podía entender el lenguaje, las fotos de maquillaje y ropa trascendían
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todas las barreras culturales. Pase las paginas tan silenciosamente como pude, admirando los tops y vestidos de verano y preguntando cuando —si alguna vez—yo podría empezar a preocuparme por esas cosas otra vez. Yo no estaba cansada cuando me acosté, pero no obstante el sueño me tomo. Yo estaba soñando con el esquí acuático cuando de pronto, las olas y el sol alrededor de mi se disolvieron en un cuarto lleno de estantes y estantes de libros. Mesas con el estado de las computadoras alineaban la habitación, y había una calma que impregnaba el lugar. Era una biblioteca en la academia San Vladimir. Yo gruñí. “Oh, vamos. Hoy no.” “¿por qué hoy no? ¿Por qué no todos los dias?” Yo me voltee y me encontré mirando a la Hermosa cara de Adrian Ivashkov. Adrian era un Moroi, el gran sobrino de la reina, y alguien que deje atrás en mi vida anterior cuando me fui en esta misión suicida. El tenia unos hermosos ojos verde Esmeralda que hacía a la mayoría de las chicas desmayarse, particularmente porque estaban emparejados con el pelo marrón de estilo desordenado. El también estaba como enamorado de mi y la razón por la que yo tenia tanto dinero en este viaje. Yo le hable dulcemente para sacárselo. “Tienes razon,” yo admiti. “supongo que debería estar agradecida que solo te apareces una vez a la semana.” El me sonrió y se sentó atrás en una de las sillas de listones de madera. El era alto, como la mayoría de los Moroi, con músculos construidos sin grasa. Los hombres Moroi nunca están demasiado abultados. “la ausencia hace crecer el cariño, Rose. No quiero que me des por sentado.” “¿no supongo que vas a decirme donde estas?” “Nop.” Aparte de Lissa, Adrian era el único otro usador del espíritu conocido, y uno de sus talentos era la habilidad de aparecerse en mis sueños— frecuentemente sin ser invitado—y hablar conmigo. Yo lo tomaba como una bendición que sus poderes nunca realmente le dejaban saber donde yo estaba. “tu me matas, Rose,” el dijo melodramáticamente. “todos los días son una agonía sin ti. Vacios. Solos. Yo languidezco por ti, preguntándome si tu siquiera todavía estas viva.”
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El hablo en una manera exagerada, como tonta manera que era característica de él. Adrian raramente se tomaba las cosas en serio y siempre tenía una ventaja impertinente. Espíritu también tenía una tendencia de hacer a las personas inestables, y mientras el lo combatía, el no estaba inafectado. Por debajo de ese melodrama, sin embargo, yo percibía un núcleo de verdad. No importaba que apariencia tan apagada el diera, el realmente se preocupaba por mí. Yo cruce mis brazos. “bueno, yo todavía estoy viva, claramente. Así que supongo que me puedes dejar irme otra vez a dormir.” “¿cuántas veces te lo he dicho? Tu estas dormida.” “y sin embargo inexplicablemente me siento cansada hablando contigo.” Esto lo hizo reír. “Oh, yo de verdad te extraño.” Esa sonrisa desapareció. “ella también te extraña.” Yo me puse rígida. Ella. Él ni siquiera necesitaba decir su nombre. No había dudas de quien era que estaba hablando. Lissa. Incluso decir su nombre en mi mente causaba dolor, particularmente después de haberla visto anoche. Elegir entre Lissa y Dimitri había sido la decisión mas difícil de mi vida, y el tiempo pasando no la ha hecho mas fácil. Yo lo pude haber elegido a el, pero estar lejos de ella era como cortarme un brazo, particularmente el lazo aseguraba que nunca estuviéramos de verdad apartadas. Adrian me lanzo una Mirada sagaz, como si pudiera adivinar mis pensamientos. “¿vas a verla?” “No,” yo dije, rehusándome al conocimiento que acabo de verla anoche. Deja que piense que de verdad estoy libre de todo eso. “esa ya no es mi vida.” “Claro. Tu vida es toda sobre misiones asesinas.” “tu no entenderias nada que no fuera beber, fumar, o ser mujeriego.” El sacudió su cabeza. “tu eres la única que quiero, Rose.” desafortunamene, yo creo en el. Seria mas fácil para ambos si el
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pudiera encontrar a alguien mas. “buena, tu puedes seguir sintiendote asi, pero vas a tener que seguir esperando.” “¿Mucho mas?” El me preguntaba esto todo el tiempo, y cada vez, yo hacia hincapié en cuanto tiempo seria y como el estaba perdiendo su tiempo. Pensando en la posible orientación de Sydney, yo dude esta noche. “No se.” La esperanza floreció en la cara de Adrian. “esa es la cosa mas optimista que me has dicho hasta ahora.” “no leas mucho en eso. No se puede ser un dia o un año. O nunca.” Su sonrisa picara volvió, y incluso yo tenia que admitir que era linda. “voy a tener la esperanza que sea un día.” Pensar en Sydney trajo una pregunta a mi mente. “Hey, ¿has oído de los alquimistas?” “claro,” el dijo. Típico. “Por supuesto que lo has hecho.” “¿Por qué? ¿Te encontraste con ellos?” “algo así.” “¿Qué hiciste?” “¿por qué piensas que hice algo?” El se rio. “los alquimistas solo aparecen cuando hay problemas, y tu traes problemas adonde quiera que vayas. Aunque, ten cuidado. Son locos religiosos.” “eso es un poco extremo,” yo dije. La fe de Sydney no parecía algo malo. “solo no dejes que te conviertan.” El me guiño un ojo. “me gustas siendo lo siniestra que eres.” Yo empecé a decirle que Sydney probablemente pensaba que yo estaba más allá de la salvación, pero el termino el sueño, enviándome otra vez a dormir. Excepto, que en vez de regresar a mis sueños, me desperté. Alrededor de mi, el tren tarareo reconfortantemente mientras aceleraba por el campo ruso. Mi lámpara de lectura todavía estaba prendida, su luz muy brillante para mis ojos adormilados. Yo me estire para apagarla
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y me di cuenta que la cama de Sydney estaba vacía. Probablemente estaba en el baño, pensé. Sin embargo, me sentí incomoda. Ella y su grupo de alquimistas todavía eran un misterio, y de repente me preocupe de que ella pudiera estar hacienda un plan siniestro. ¿Estaba en una reunión con un agente encubierto? Yo decidí buscarla. Es cierto, yo no tenía idea de donde podría estar ella en un tren de este tamaño, pero la lógica nunca me haba disuadido antes. No habia razon para que deberia ahora. Afortunadamente, después de ponerme los zapatos y salir al pasillo adyacente a la cabina, yo descubrí que no tenía que buscar muy lejos. El corredor estaba alineado con ventanas, todas tapadas con ricas cortinas, y Sydney estaba con su espalda hacia mi, mirando hacia afuera, con una sabana envolviéndola. Su cabello estaba desordenado de dormir y lucia menos dorado por la poca luz. “Hey . . .” yo empecé a dudar. “¿estas bien?” Ella se volteo ligeramente hacia mí. Una mano sostenía la sabana; la otra jugaba con la cruz que estaba alrededor de su cuello. Yo recordé los comentarios de Adrian sobre la religion. “no puedo dormir,” ella dijo sin rodeos. “¿es. . . por culpa mia?” Su única respuesta fue voltearse otra vez hacia la ventana. “mira,” yo dije, sintiéndome impotente. “si algo que pudiera hacer. . . quiero decir, aparte de devolvernos y cancelar el viaje. . .” “yo lo manejare,” ella dijo. “esto es solo, bueno, es muy extraño para mi. Yo trato con ustedes todo el tiempo, pero realmente yo no trato contigo, ¿sabes?” “nosotras probablemente podemos buscarte un cuarto para ti, si eso ayudaría. Podemos encontrar un acomodador, y yo tengo el dinero.” Ella sacudió la cabeza. “es un par de días, si eso.” Yo no supe que mas decir. Tener a Sydney era un inconveniente en el gran esquema de mis planes, pero no quería que sufriera. Mirándola jugar con la cruz, yo trate de pensar en algo reconfortante para decirle. Hablando sobre nuestros puntos de vista de dios habría sido una manera de acercarme a ella, pero de alguna manera, yo no pensé que diciéndole como yo tenía batallas diarias con dios y dudaba de su existencia últimamente me ayudaría con todo lo de la reputación de criatura-malvada-de-la-noche. “bien,” yo dije al final. “hazme saber si cambias de opinión.”
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Yo regreso a mi cama y me quede dormida sorprendentemente rápido, a pesar de preocuparme que Sydney estuviera en el pasillo toda la noche. Aunque, cuando me desperté en la mañana, ella estaba acurrucada en su cama, durmiendo. Aparentemente, su cansancio había sido tan fuerte que incluso el miedo hacia mi la había llevado a descansar. Me levante en silencio y me cambie la camisa y los pantalones con los que me fui a la cama. Yo estaba hambrienta para el desayuno y pensé que Sydney dormiría mas si yo no estaba por aquí. El restaurant estaba en el siguiente carro y parecía como algo salido de una película. Elegante ropa de color burdeos cubría las mesas, y latón y Madera oscura, en conjunto con pedacitos de colores brillantes, arte en brillo de colores, le daba a todo el lugar una sensación antigua. Lucia mas como un restaurante que encontrarías en las calles de San Petersburgo que un carro de comidas de un tren. Yo ordene algo que me recordada vagamente a la tostada francesa, salvo que tenia queso en ella. Venía con chorizo, que hasta ahora parecía ser lo mismo donde quiera que iba. Yo estaba a punto de terminar cuando Sydney entro. Cuando la conoci esa primera noche, yo asumí que sus pantalones de vestir y su blusa habian sido por el bien del Ruiseñor. Yo estaba descubriendo, sin embargo, que ese era su estilo normal. Ella parecía como una de las personas que no utilizaba jeans ni camisas. Ella había estado cubierta cuando estaba en el pasillo anoche, pero ahora ella estaba en un claro pantalón negro y un suéter verde oscuro. Yo estaba en jeans y en una camisa térmica manga larga y me sentía descuidada a su lado. Su cabello estaba peinado y estilizado pero tenia una apariencia descuidada que yo sospechaba que nunca se iba, no importara cuanto tratara. Al menos yo tenia mi cola de caballo que iba para mi hoy. Ella se deslizo a través de mi y pidió una tortilla al mesonero que vino, otra vez hablando en ruso. “¿cómo sabes eso?” yo pregunte. “¿que, Ruso?” ella se encogió de hombros. “yo tuve que aprender cuando iba creciendo. Y otros pocos idiomas.” “Wow” había tomado un par de introducciones de idiomas también y me desenvolvía en todos ellos miserablemente. No pense mucho en ellos en el momento, pero ahora, a causa de este viaje y por de Dimitri, realmente desearía haber aprendido ruso. Supongo que no es tarde, yo he aprendido algunas frases durante mi tiempo aquí, pero aun así… era una tarea de enormes proporciones. “Tú tienes que aprender un muchas cosas para tu trabajo” reflexioné,
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considerando lo que significa ser parte de un grupo secreto que cruza las líneas internacionales e interactúa con todas clases de gobiernos. Algo más cruzó mí mente. “¿Y qué pasa con esa cosa que utilizaste contra el Strigoi? ¿Eso desintegro su cuerpo?” Ella sonrió, Casi. “Bueno, te dije que los Alquimistas iniciaron con un grupo de personas tratando de hacer pociones, ¿verdad?” Eso es un químico que nosotros desarrollamos para deshacernos rápido del cuerpo de los Strigoi” “¿Puedes usarlo para matar a uno?” pregunte. Llenar a un Strigoi con algún líquido disolvente sería mucho más fácil que las formas tradicionales: decapitarlos, meterles una estaca, o quemarlos. “Me temo que no. Sólo funciona en para los cuerpos” “Lastima” dije. Me preguntaba si ella tendría otras pociones bajo sus mangas pero supuse que debería reducir mí número de preguntas del dia para Sydney . “¿Qué vas a hacer cuando lleguemos a Omsh?” “Omsk” ella corrigió. “Tomaremos un auto y conduciremos el resto del camino” “¿Has estado ahí? ¿En este pueblo? Ella acentuó con la cabeza. “Una vez” “¿Cómo es?” pregunte, sorprendida de escuchar una melancólica nota en mi propia voz. Aparte de mí búsqueda por encontrar a Dimitri, había una parte de mi que solo quería aferrarse a todo lo que pudiera de él. Quería saberlo todo acerca de él y lo que no conocía antes. Si la escuela me hubiera entregado sus pertenencias, yo habría dormido con ellas cada noche. Su habitación había sido desocupada muy rápido, sin embargo. Ahora yo solo podía reunir las piezas que podía de él, como si el acaparar estos trozos de información lo mantendrían con migo de alguna forma. “Es como cualquier otro pueblo Dhampir, supongo.” “Yo nunca estuve en uno” El mozo coloco el omelet de Sydney, ella hizo una pausa con su tenedor en el aire. “¿En serio? Pensé que todos ustedes… bueno, no lo sé.” Sacudí mi cabeza. “Yo he estado en la Academia toda mi vida. Más o menos.” Los dos años que estuve junto a los humanos no eran realmente importantes. Sydney mastico pensativamente. Estaba dispuesta a apostar a que ella
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no terminaría el omelet. Por lo que había visto la primera noche, y ayer mientras esperábamos los trenes, ella apenas parecía comer algo. Es como si ella sobreviviera solo de aire. Tal vez era otra cosa sobre alquimista. O probablemente era solo una cosa más de Sydney. “El pueblo es mitad humano y mitad Dhampir, pero los Dhampir se mezclan. Ellos tienen toda una sociedad subterránea que los humanos están completamente ignorantes.” Siempre me había figurado que había toda una subcultura pasando, pero no tengo idea de cómo podría encajar con el resto del pueblo. “¿Y?” pregunte. “¿Cómo es esa subcultura?” Ella bajo su tenedor. “Digamos que será mejor que te prepares”
CAPITULO 5 El resto del viaje pasó sin incidentes. Sydney nunca perdió por completo las molestias que le causaba estar alrededor de mí, pero a veces, mientras yo estaba tratando de entender la televisión Rusa, ella se tomo su tiempo para explicar que estaba pasando. Había algunas diferencias culturales entre estos programas y con lo que nosotros habíamos crecido, así que tuvimos eso en común. De vez en cuando, ella soltaba una sonrisa por algo que encontrábamos gracioso, y yo sentí que quizás posiblemente podríamos ser amigas. Yo sabia que no había manera de que yo encontrara un remplazo para Lissa, pero creo que una parte de mi todavía deseaba llenar el vacio de la amistad que se había abierto cuando la deje a ella atrás. Sydney paso durmiendo el resto del día, y yo me puse a pensar que ella solamente tenía un insomne de patrones de sueños extraños. Ella también continúo con su tratamiento de la comida, apenas y tocaba la comida. Ella siempre me dejaba comerme lo que ella no se comía, y yo me aventure un poco más en la cocina Rusa. Yo había tenido que experimentar cuando llegue por primera vez, y es bueno tener a alguien de guía que, aunque no era local, sabía mucho más acerca de este país que yo. En el tercer día de nuestro viaje, llegamos a Omsk. Omsk era una ciudad grande y bonita mas de lo que yo esperaba de Siberia. Dimitri siempre se burlaba de mi porque yo siempre me imagine que Siberia se parecía a la Antártica, y me di cuenta que el tenia razón, al menos en cuanto a la parte sur de la región en cuestión. El tiempo no era muy diferente de lo que había encontrado en Montana, en esta época del año, frio en primavera con aire ocasionalmente caliente por el sol.
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Sydney me había dicho que cuando llegamos allí, que ella había conseguido alojamiento con algún Moroi que ella conocía. Varios vivían en la ciudad, se fusionaban con la población en general. Sin embargo, mientras el día avanzaba, no encontramos con un problema. Ningún Moroi nos llevaría a la aldea. Al pareceR, el camino era peligroso. Los Strigoi frecuentaban a menudo cerca de él en la noche, esperando atrapar a Moroi o dhampirs. Mientras más Sydney me explicaba, mas preocupada estaba acerca de mi plan. Aparentemente, no había muchos Strigoi en la ciudad de Dimitri. Según ella, ese es su lugar favorito para esconderse, pero pocos vivían allí permanentemente. Si este fuera el caso, las probabilidades de encontrar a Dimitri habían caído. Las cosas se pusieron aun peor mientras Sydney continuaba describiendo la situación. “Un montón de Strigoi viaja por todo el país en busca de victimas, y el pueblo es solo una zona que atraviesan,” explico, “El camino es una especie de control remoto, por lo que algunos Strigoi permanecerán por un tiempo y trataran de conseguir una presa fácil. Luego siguen adelante.” “En los Estados Unidos, los Strigoi a menudo se esconden en las grandes ciudades,” le dije con inquietud. “Ellos hacen eso aquí también. Es más fácil para que tomen las victimas sin ser notado.” Si, esto definitivamente echó llave a mis planes. Si Dimitri no residía en esta ciudad, iba a tener algunos problemas graves. Yo conocía Strigoi que les gustaban las grandes ciudades, pero de alguna manera, me convencí a mi misma que Dimitri regresaría al lugar donde se crió. Pero si Dimitri no estaba allí … asi, de repente, la inmensidad de Siberia me golpeó. Yo había aprendido que Omsk no era la ciudad mas grande de la región, y encontrar un Strigoi aquí podría ser difícil. Buscándolo en cualquier número de ciudades que podrían ser mas grandes? Las cosas podrían ponerse muy, muy feas si mi corazonada resultaba equivocada. Desde que me había puesto a buscar a Dimitri, de vez en cuando había tenido momentos de debilidad en las que yo medio-esperaba nunca encontrarlo. La idea de el como Strigoi todavía me atormentaba. Yo también había tenido otras imágenes … imágenes de la forma en que había sido y los recuerdo del tiempo que pasamos juntos. Yo creo que mi recuerdo más preciado era el de justo antes de que se convirtió. Era un de esos momentos en lo que había absorbido mucho del espíritu inducida por la oscuridad de Lissa. Había estado fuera de
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control, incapaz de conseguir un agarre. Tenía miedo de convertirme en un monstruo, miedo de matarme como el otro guardián shadow kissed. Dimitri me había regresado de vuelta a mí misma, prestándome su fuerza. Me di cuenta de lo fuerte que era nuestra conexión, como de perfectamente con entendíamos el uno al otro. Me había mostrado escéptica en el pasado acerca de los compañeros del alma, pero en ese momento, supe que era verdad. Y con esa conexión emocional había venido también la física. Dimitri y yo finalmente habían nos habíamos entregado a la atracción. Nos habíamos jurado que nunca pasaría, pero … bueno, nuestros sentimientos eran demasiados fuertes. Mantenernos alejados el uno del otro había sido imposible. Habíamos tenido sexo, y había sido mi primera vez. A veces estaba segura de que esa sería mi única vez. El acto había sido increíble, y yo había sido incapaz de separar la alegría física de la emocional. Después, habíamos permanecido juntos en esa pequeña cabaña por el tiempo que nos atrevimos, y fue increíble. Había sido uno de los pocos momentos en que lo Había sentido verdaderamente mío. “Te acuerdas del hechizo de lujuria de Victor?” yo le pregunte, apretándome mas contra él. Dimitri me miro como si estuviera loca. “Por supuesto.” Victor Dashkov era un Moroi real, que había sido amigo de Lissa y su familia. No sabíamos que había estudiado en secreto durante anos el espíritu y que había identificado a Lissa como un usuario del espíritu antes de que lo supiera. El la había torturado con todo tipo de juegos mentales que realmente le hizo pensar que se estaba volviendo loca. Sus planes habían plenamente culminado en el secuestro y tortura de ella hasta que ella le curara de la enfermedad que lo estaba matando. Victor estaba en la cárcel de por vida, por todo lo que había hecho a Lissa, y por sus planes de traición a la rebelión contra el gobierno Moroi. El había sido uno de los pocos que saben acerca de mi relación con Dimitri, algo que me había preocupado hasta el final. El incluso había impulsado nuestras relaciones por medio de la creación de un encanto de lujuria-puesto en un collar. El encanto estaba lleno de magia peligrosa que había hecho que Dimitri y yo diéramos rienda suelta a nuestros instintos más básicos. Habíamos parado en el último momento, y hasta la noche en la cabaña, yo había creído que nuestro encuentro de deseo había sido solamente por el encanto. “No me había pensado que pudiera mejorar,” le había dicho a Dimitri después de que en realidad habíamos dormido juntos. Me sentía un
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poco tímida de hablar de ello. “Pensé en ello todo el tiempo … lo que paso entre nosotros.” Se volvió hacia mí, tirando de las cobijas hacia arriba. La cabaña esta fría, pero en la cama había mantas calientes. Supongo que podríamos habernos puesto la ropa, pero eso era lo último que quería hacer. Estando presionados piel contra piel, se sentía demasiado bien. “Yo también lo hice.” “Lo hiciste?” le pregunte, sorprendida. “Yo pensé … no lo sé. Pensé que eras demasiado disciplinado para eso. Pensé que ibas a tratar de olvidarlo.” Dimitri se rió y me beso en el cuello. “Rose, como podría olvidar que estuve desnudo con alguien tan hermosa como tu? Me quede despierto muchas noches, pensando en todos los detalles. Me dije una y otra vez que estaba mal, pero tu eres imposible de olvidar.” Sus labios se movieron hacia mi clavícula y su mano acariciaba mi cadera. “Estas grabada en mi memoria para siempre. No hay nada, nada en este mundo que haga cambiar eso.” Y eran esos recuerdos los que hacían tan difícil de comprender esta búsqueda para matarlo, aunque él era un Strigoi. Aún asi … al mismo tiempo, era precisamente a causa de recuerdos como esos que tenía que acabar con él. Tenía que recordarlo como el hombre que me había amado y me había sostenido en la cama. Tenía que recordar que ese hombre no quería ser un monstruo. Yo no estaba muy entusiasmada cuando Sydney me mostro el coche había comprado, particularmente porque le había dado el dinero para ello. “Nos vamos en eso?” exclame. “Puede llegar hasta allá?” el viaje aparentemente era de siete horas. Ella me miro sorprendida. “En serio? Sabes que es esto? Es un 1972 Citroën. Estas cosas son increíbles. Tienes alguna idea de lo difícil que habría sido conseguir esto un país en la época soviética? No puedo creer que ese tipo realmente lo allá vendido. El no tiene ni idea.” Sabia muy poco acerca de la era Sovietica y aún menos sobre coches clásicos, pero Sydney acariciaba la capucha roja como si ella estuviera enamorada. Quien hubiera imaginado? Era una fanática de coches. Tal vez era valioso, y yo no podría apreciarlo. Yo estaba más en lo elegante, en flamantes-nuevos carros deportivos. Para ser justos, este coche no tenía ninguna abolladura o estaba oxidado, y con una mirada desde fuera, parecía limpio y bien cuidado.
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“Funcionara?” le pregunte. Si era posible, su expresión se hizo aun más incrédula. “Por supuesto.” Y lo hizo. El motor cobro vida con un zumbido constante, y con la forma en como aceleró, comencé a entender su fascinación. Ella quería conducir, y yo estaba a punto de argumentar que había sido mi dinero quien lo había comprado. Al ver la expresión de adoración en su cara, finalmente disidí por no estar entre ella y el coche. Estaba muy contenta de que nos íbamos de inmediato. Ya era tarde. Si el camino era peligro tan peligroso como todo el mundo afirmaba, nosotras no queríamos estar allí cuando estuviera escuro. Sydney estuvo de acuerdo, pero dijo que podíamos hacer la mayoría del viaje antes de la puesta de sol y luego pasar la noche en un lugar que conocía. Nos gustaría llegar a nuestro destino en la mañana. Cuanto más no acercábamos a Omsk, el terreno se ponía más remoto. A medida que estudiaba el terreno, comencé a comprender el amor de Dimitri por du tierra. Tenía una maleza, medio astil, es cierto, pero la primavera estaba convirtiendo las llanuras verdes, y había algo de paz en ver algo tan bonito, en ver todo esta naturaleza virgen. Esto me recordó a Montana en algunos aspectos todavía había una cierta calidad que era propia. Yo no podía ayudar pero use el tema de carros para mantener una conversación con Sydney. “Sabes mucho sobre coches?” le pregunte. “Algo,” ella dijo. “Mi padre es el Alquimista de nuestra familia, pero mi mama es un mecánico.” “De verdad?” le pregunte, sorprendida. “Esto en más o menos … inusual.” Por supuesto, yo apenas tenia alguien para hablar de los roles del genero. Teniendo en cuenta que mi vida fue dedicada a combatir y matar, no podía realmente pretender tener un trabajo tradicionalmente femenino tampoco. “Ella es muy buena y me enseño mucho. No me hubiera importado hacer eso para ganarme la vida. No me habría importado ir a la universidad, tampoco.” Había una nota amarga en su voz. “Creo que hay montón de otras cosas que me gustaría hacer.” “Porque no puedes?” “Yo tengo que ser la siguiente Alquimista de la familia. Mi hermana… ella es mayor, y normalmente el hijo mayor tiene que serlo. Sin embargo, ella es más o menos… no tiene valor.” “Eso es duro.”
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“Si, quizás. Pero ella no podía manejar este tipo de cosas. Cuando se trata de organizar su colección de brillo para labios, ella es imparable. Pero manejar el tipo de cosas y gente que nosotros hacemos? No, ella nunca sería capaz de hacerlo. Papa dijo que yo era la única capaz de hacerlo.” “Eso es un cumplido, por lo menos.” “Supongo” Sydney se veía tan triste que ahora me sentía mal por ella. “Si pudieras ir a la universidad, que te gustaría estudiar?” “Arquitectura Griega y Romana.” Decidí entonces que era una buena cosa que yo no estuviera detrás del volante, porque probablemente me habría salido de la carretera. “En serio?” “Sabes algo al respecto?” “Umm, no.” “Es increíble.” La expresión triste fue sustituida por una de felicidad – ella se veía tan emocionada como lo había estado por el coche. Comprendí entonces por qué le había gustado la estación de tren. “El ingenio que toma algo de eso… es irreal. Si los Alquimistas no me envían a Estados Unidos después de esto, espero que me envíen a Grecia o Italia.” “Eso sería genial.” “Si.” Su sonrisa se desvaneció. “Pero no hay garantías de que obtenga lo que quiero de este trabajo.” Se quedo en silencio después de eso, y yo decidí que persuadirla a tener esta conversación había sido una victoria y había sido suficiente. La deje en sus propios pensamientos de coches clásicos y de la arquitectura, mientras mi mente vagaba de nuevo a mis propios temas. Strigoi. Deber. Dimitri. Siempre Dimitri… Bien, Dimitri y Lissa. Siempre era una cruz y me preguntaba quién me causaría más dolor. Hoy, mientras el coche me acunaba, me fui a ver a Lissa, en gran parte gracias a la reciente visita de Adrian en mi sueño. Mientras la noche se acercaba en Rusia, eso significaba que era temprano en Montana. Por supuesto, desde que la escuela funcionaba en un horario nocturno, era técnicamente noche para ellos, a pesar de la luz del sol. Era casi el toque de queda, y todo el mundo tendría que regresar a sus dormitorios pronto.
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Lissa estaba con Adrian, en su cuarto de invitados yo creo. Adrian, como Avery, se había ya graduado, pero como era el único usuario de espirito que conocíamos, se había quedado indefinidamente en la escuela, para trabajar con Lissa. Ellos habían pasado un largo tiempo, haciendo un trabajo agotador con lo que caminar en los sueños, y se sentaron en el suelo uno frente al otro. Con un suspiro, Lissa se derrumbo y se echo atrás, extendiendo los brazos sobre su cabeza. “Esto en inútil,” se quejo. “Yo nunca voy a aprender.” “Nunca te habría tomado por una desertora, prima.” La vos de adrian era tan impertinente como siempre, pero me di cuenta de que estaba demasiado cansado. Ello no eran realmente primos, eso eran solo términos que a veces se usaban entre los miembros de la realeza. “ Simplemente no entiendo cómo hacerlo.” “Yo no se como explicarlo. Solo pienso en ello, y….bueno, pasa.” Se encogió de hombros y saco un cigarrillo que siempre llevaba. “Te importa?” “Si,” dijo ella. Para mi sorpresa, el lo guardo. Que diablo? El nunca me pregunto si me molestaba que el fumara – cosa que me molestaba. De hecho, la mitad del tiempo, juro que el lo hacía para fastidiarme, cosa que no tenía sentido. Adrian había pasado la edad en que lo hombres quieren atraer a las chicas que les gustaban. El trato de explicar el proceso. “Solo pienso en quien quiero y lo encuentro…no lo sé. Expando mi mente hacia ello.” Lissa se sentó y cruzo las piernas. “Se parece mucho a lo Rose describo acerca de leerme el pensamiento.” “Probablemente es el mismo principio. Mira, te tomo un tiempo aprender lo de las auras. Esto no es diferente. Y no eres la única con problemas de aprendizaje. Yo ahora estoy solo finalmente curado estos arañazos del pasado, y tu puedes resucitar muertos, que – llámame loco- pero es una especie de núcleo duro.” Hizo una pausa. “Por supuesto, algunos sostienen que en realidad estoy loco.” Cuando el menciono las auras, ella lo estudio y convoco la habilidad de ver el campo de luz que brillaba en torno a todo ser viviente. Su aura entro en foco, lo rodeaba un brillo dorado. Según Adrian, el aura de Lissa era del mismo color. Ningún otro Moroi tenía ese tipo de auras color oro. Lissa y Adrian descubrieron que era exclusiva para los usuarios del espíritu. El sonrió, adivinando lo que ella estaba haciendo. “Como se ve?”
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“Igual.” “Mira como estas de tranquila ahorita? Solo ten paciencia con lo sueños.” Lissa quería tanto caminar en los sueños de la misma manera que él. A pesar de su decepción, me alegre de que no pudiera. Las visitas de Adrian en mis sueños eran suficientes. Al verla que haría… yo no estaba del todo segura, pero sería divertido, yo estaba tratando de tener un actitud dura, mantenerme en Rusia era mucho más difícil de lo que imaginaba. ‘Yo solo quiero saber cómo esta ella,” dijo Lissa en voz baja. “No puedo soportar no saber.” Era la conversación con Christian otra vez. “La vi el otros día. Ella está bien. Y voy a ir otra vez pronto.” Lissa asintió. “Crees que lo hará? Crees que ella pueda matar a Dimitri?’ Adrian tardo mucho tiempo en contestar. “Creo que ella puede hacerlo. La pregunta es y si la mata en el proceso.” Lissa se estremeció, y yo estaba un poco sorprendida. La respuesta fue tan contundente como una Christian pudo haber dado. “Dios, me gustaría que ella no hubiera decidido ir tras él.” “Pero se fue. Rose tenía que hace esto. Es la única forma de recuperarla.” Hizo una pausa. “Es la única forma en que ella podrá seguir adelante.” Adrian me sorprendía algunas veces, pero esta ves se llevo el premio. Lissa pensaba que era tonto y suicida ir tras Dimitri. Sabía que estaría de acuerdo Sydney si le dijera la verdad acerca de este viaje. Pero Adrian…tonto, superficial, niño-bonito, Adrian entendía? Lo estudia a través de los ojos de Lissa, y me di cuenta de que el realmente lo hacía. No le gustaba, y yo podía escuchar el dolor en sus palabras. El se preocupada por mí. Que yo tuviera sentimientos por alguien más le causaba dolor a él. Y sin embargo… él realmente creía que yo estaba haciendo lo correcto – lo único que yo podía hacer. Lissa miro el reloj. “Yo me tengo que ir antes del toque de queda. Probablemente debería estudiar para mi examen de historia, también.” Adrian sonrió. “Estudiar es perder el tiempo. Solo tienes que encontrar a alguien inteligente para copiarle.” Ella se puso de pie. ‘Estas diciendo que yo no soy inteligente?”
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“Claro que no.” El también se levanto y se fue a servirse una copa al bar que tenia bien surtido. Auto-medicamento era su manera irresponsable de controlar lo efectos que le producía el usar el espíritu, y quizás el había estado usando el espíritu toda la noche, el quizás quería perderse en sus vicios. “Eres la persona mas inteligente que conozco. Pero eso no significa que tienes que hacer trabajo innecesario.” “No puedes tener éxito en la vida sino trabajas. Copiando de los demás no te llevara a ningún lado.” “No importa,” dijo él con una sonrisa. “He copiado todo mientras estuve en la escuela, y mira que bien lo estoy haciendo hoy.” Poniendo los ojos en blanco, Lissa le dio un rápido abrazo de despedida y se fue. Una vez fuera de su vista, su sonrisa se desvaneció un poco. De hecho, sus pensamientos tomaron un giro decididamente oscuro. El mencionarme había provocado todo tipo de sentimientos dentro de ella. Ella estaba preocupada por mi – muy preocupada. Ella le había dicho a Christian que se sentía mal por lo que había pasado entre nosotras, pero la fuerza de eso no golpeo hasta ahora. Ella estaba atormentada por culpa y confusión, se regana a si misma continuamente por lo que debería haber hecho. Y sobre todo, ella me extrañaba. Ella tenia esa misma sensación que yo – como que una parte de ella se había ido. Adrian vivía en el cuarto piso, y Lissa opto por ir por las escaleras y no usar el ascensor. Al mismo tiempo, en su mente había preocupación. Estaba preocupada por si alguna vez ella se contraloría el espíritu. Estaba preocupada por mi. Preocupada porque ella no estaba sintiendo lo efectos del lado oscuro del espíritu, que la hizo preguntarse si yo los estaba absolviendo, así como una guardiana llamada Ana. Ella había vivido hacia siglos y estaba unida a St. Vlandimir, el mismo nombre de la escuela. Ella había absorbido los efectos desagradables del espíritu de el – y ella había enloquecido. En el segundo piso, Lissa podía escuchar sonidos de gritos, incluso a través de la puerta que separaba el pasillo de la puerta. A pesar de saber que no tenia nada que ver con ella, ella dudo, la curiosidad gano. Un momento después, con cuidado abrió la puerta y entro en la sala. Las voces venían de la vuelta en la esquina. Ella miro detenidamente a su alrededor - no es que lo necesitara. Ella reconoció la voz. Avery Lazar estaba en el pasillo, con las manos en la cadera mientras miraba a su padre. Se puso de pie en la puerta de lo que debió ser su suite. Sus posturas eran rígidas y hostiles, y la ira crujía entre ellos. “Voy hacer lo que yo quiero,” ella grito. “Yo no soy tu esclavo.” “Tu eres mi hija,” el dijo en un tono sereno y condescendiente. “Aunque a veces me gustaría que no lo fueras.” Ouch. Ambas Lissa y yo estábamos sorprendidas.
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“Entonces porque estas haciendo que me quede en este infierno? Déjame volver a la Corte!” “Y dejar que me avergüences mas? Apenas salimos de ahí sin dañar la reputación de la familia mucho. De ninguna manera voy a enviarte ahí sola y permitir que hagas solo Dios sabe que.” “Entonces envíame con mama! Suiza será mejor lugar que este.” Hubo un pausa. “Tu madre está…ocupada.” “Oh que bien,” dijo Avery, con una voz cargada de sarcasmo. “Esa es una forma educada de decir que ella no me quiere. No me sorprende. Yo seria un interferencia para ella y ese hombre con el que ella se acuesta.” “Avery!” Su voz sonó en voz alta y el estaba enojado. Lissa se estremeció y retrocedió. “Esta conversación se termino. Vuelve a tu habitación antes de que alguien te vea. Y espero verte mañana en el desayuno, y espero que seas respetuosa. Tenemos algunos visitantes importantes.” “Si, y Dios sabe que tenemos que aguardar las apariencias.” “Ve a tu cuarto,” el repitió. “Antes de que llame a Simon y le hacer que te arrastre has allí.” “Si, señor,” ella sonrió. “Enseguida, señor. Cualquier cosa que usted diga, señor.” Y con eso, el cerro la puerta. Lissa, escondiéndose en la esquina, no podía creer que le hubiera dicho esas cosas a su propia hija. Por unos momentos, hubo un silencio. Luego, Lissa escucho el sonido de pasos que venían hacia ella. Avery pronto dio vuelta en la esquina y se detuvo delante de Lissa, dándonos un buen vistazo de ella. Avery llevaba un apretado, vestido corto de algún tipo de tela azul plateado que brillaba en la luz. El cabellos le caía largo y silvestre, y las lagrimas que salían de sus ojos azul gris habían destruido el maquillaje que llevaba. El olor a alcohol era alto y claro. A toda prisa se paso una mano sobre sus ojos, obviamente avergonzada de ser vista de esa manera. “Bueno,” dijo ella tajantemente. “Creo que escuchaste nuestro drama familiar.’ Lissa se sentía avergonzada por haber sido sorprendida en pleno espionaje. “Yo – lo siento. Yo no quería. Yo estaba de paso …’ Avery se a reír duramente. “Bueno, yo no creo que importe. Probablemente todo el mundo en el edificio nos ha oído.” “Lo siento,” Lissa repitió. “No lo sientas. Tu no hiciste nada malo.” “No… quiero decir, yo siento que el… tu sabes, te dijera esas cosas.”
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“Es parte de ser de una “buena” familia. Todos tenemos esqueletos en el armario.” Avery se cruzo de brazos y se apoyo contra la pared. Incluso molesta y sucia era hermosa. “Dios, lo odio a veces. No te ofendas, pero este lugar es tan malditamente aburrido. He encontrado a algunos individuos para salir esta noche pero… eran bastante aburridos también. Lo único que tenia de bueno era la cerveza.” “Porque… porque tu padre te trajo aquí?” Lissa pregunto. “Porque no estás… no lo se, en la universidad?” Avery se hecho a reír. “El no confía en mi lo suficiente. Cuando estábamos en la Corte, me involucre con este chico lindo que trabajaba allí – no era una de la realeza, por supuesto. Papa se asusto y se temió que la gente se enterara. Asi que en cuanto consiguió el trabajo aquí, él me trajo para mantener un ojo en mi, y me tortura. Creo que tiene miedo que me fugue con un ser humano si me voy a la universidad.” Ella suspiro. “Juro por Dios, si Reed no estuviera aquí, huiría, y punto.” Lissa no dijo nada durante mucho tiempo. Había estado evitando cruzarse con Avery. Con todas las órdenes de la reina que estaba dándole últimamente a Lissa, esta parecía la única forma de que Lissa pudiera defenderse a sí misma y dejar de ser controlada. Pero ahora, se preguntó si se había equivocado acerca de Avery. Avery no parecía una espía de Tatiana. Ella no parecía alguien que quisiera moldear a Lissa para ser una perfecta realeza. Mas bien, Avery parecía triste, una niña herida, cuya vida estaba fuera de control. Algo que estaba ocurriendo a Lissa últimamente. Con una profunda respiración, Lissa dijo las siguientes palabras. “Quieres comer mañana con Christian y yo? A nadie le importara si tu vas a nuestro periodo de almuerzo. No puedo prometerte que será, um, muy emociónate como tú quieres.” Avery volvió a sonreír, pero esta vez, fue menos amarga. “Bueno, mis otros planes eran emborracharme en mi habitación.” Ella levanto una botella de whisky, que saco fuera de su bolso. “Marco alguna cosas para mi misma.” Lissa no estaba realmente segura de que tipo de respuesta era esa. “Así que… te veré en el almuerzo?” Ahora Avery vaciló. Pero poco a poco, un débil resplandor de la esperanza y el interés apareció en su rostro. Lissa se concentró tratado de ver su aura. Tenía un poco de dificultad al principio, probablemente agotada de la práctica de toda la noche con Adrian. Pero cuando finalmente fue capaz de obtener un control sobre el aura de Avery, vio que era una mezcla de colores: verde, azul y oro. Un poco no muy común. En la actualidad estaba rodeada en rojo, como sucede a
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menudo cuando se molesta la gente. Sin embargo, ante los ojos de Lissa, el enrojecimiento desapareció. “Si,” dijo Avery finalmente. “Eso sería genial.” “Creo que esto es lo más lejos que podemos llegar hoy.” En el otro lado del mundo, la voz de Sydney, me sorprendió, sacándome fuera de los pensamientos de Lissa. No sabía cuánto tiempo había estado sonando, pero Sydney se había salido de la carretera principal, y nos dirigíamos a un pequeño poblado que encajaba perfectamente con mis imágenes más remotas que tenia de las regiones en Siberia. De hecho, “el poblado” era una exageración total. Había unas cuantas casas dispersas, una tienda, y una gasolinera. Tierras de cultivo se extendían más allá de los edificios, y vi a más caballos que coches. Unas pocas [personas estaban mirando nuestro auto con asombro. El cielo se había vuelto de un naranja intenso, y el sol se hundía más y más lejos en el horizonte. Sydney tenía razón. Era casi de noche, y teníamos que estar fuera de la carretera. “Estamos a solo un par de horas de distancia como máximo,” ella continuo. “Hemos hecho realmente un buen tiempo y deberíamos llegar muy Temprano por la mañana.” Ella se dirigió al otro lado de la aldea, como, un minuto – y se detuvo delante de una casa de color blanco con un establo a lado. “Aquí es donde nos vamos a quedar.” Salimos del coche y nos acercamos a la casa, “Son estos amigos tuyos?” “No. Nunca los he visto. Pero nos están esperando.” Mas conexiones misteriosas de los Alquimistas. La puerta fue abierta por un agradable humano que estaba en los veinte años, nos hizo entrar. Ella salió dijo unas palabra en ingles, pero las habilidades de Sydney las ayudo. Sydney fue más introvertida y encantadora de lo que yo me había visto hasta ahora, probablemente debido a nuestra descendencia vampírica nuestros anfitriones no fueron despreciables. Ustedes no pensarían que viajar en auto todo el día cansaría, pero me sentía agotada y estaba ansiosa por empezar la mañana. Así que después de la cena y un poco de televisión, Sydney y yo nos fuimos a la habitación que había sido preparada para nosotras. Era pequeña y simple, tenía dos camas individuales cubiertas con gruesas mantas. Me acurruque en la mía, di gracias a la suavidad y calor, y me pregunte si soñaría con Lissa o Adrian. No lo hice. Sin embargo, me desperté con una ligera sensación de nauseas, las nauseas me dijeron que había un Strigoi cerca.
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CAPITULO 6 ME ECHE A CORRER VERTICALMENTE, CADA PARTE de mí despierta y alerta. No había ningunas luces de la ciudad que brillaban a través de la ventana, y esto me tomó varios segundos para poder distinguir algo en el cuarto oscurecido. Sydney estaba enroscada en su propia cama, su cara excepcionalmente en la paz mientras ella dormía. ¿Dónde estaba el Strigoi? Definitivamente no en nuestra habitación. ¿Estaba en la casa? Todo el mundo había dicho que el camino a la ciudad de Dimitri era peligroso. Sin embargo, yo habría pensado que un Strigoi perseguiría a Morois y Dhampirs - aunque los humanos eran una parte importante de su dieta. Pensando en la pareja agradable que nos había dado la bienvenida en su casa, sentí algo apretar mi pecho. De ninguna manera iba a dejar que nada les ocurriera. Deslizándome silenciosamente de la cama, agarré un asimiento de mi estaca y me deslizo a la sala sin molestar Sydney. No había nadie más despierto, y tan pronto como yo estaba en la sala de estar, la náusea se fue. Muy bien. El Strigoi no estaba dentro, que era un buen sonar. Estaba al aire libre, al parecer sobre el lado de la casa cerca de mi cuarto. Todavía moviéndome silenciosamente, salí por la puerta de la calle de la casa y anduve alrededor de la esquina, tan tranquila como la noche alrededor de mí. La náusea se hizo más fuerte mientras me acercaba al establo, y no pude evitar sentirme satisfecha. Iba a sorprender a este Strigoi que había pensado que podría colarse en un pueblo pequeño de humanos para la cena. Allí. Derecho cerca de la entrada del granero, pude ver una larga sombra en movimiento. Te tengo, pensé. Puse a punto la estaca y empecé a saltar hacia adelante. -Y entonces algo me golpeó en el hombro. Me tropecé, atónita, y examiné la cara de un Strigoi. Por el rabillo del ojo, vi a la sombra por el establo materializarse en otro Strigoi caminando hacia adelante. Pánico se disparó a través de mí. Había dos, y mi sistema de detección secreta no había sido capaz de notar la diferencia. Peor aún, ellos habían conseguido la disminución de mí. Un pensamiento de inmediato cruzó por mi mente: ¿Qué pasa si uno es Dimitri? No fue así. Al menos, Al menos, este cerca no era. Era una mujer. Yo todavía tenía que tener una idea del segundo. Que uno se acercaba a mi del otro lado, moviéndose rápido. He tenido que hacer frente a esta amenaza inmediata, sin embargo, golpeé a la mujer con mi estaca, pero ella lo esquivó con tanta rapidez, que apenas la vi moverse. Ella
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emprendió el camino hacia mí de un modo casi ocasional. Yo no era bastante rápida para reaccionar y fui volando hacia otro tipo Strigoi - que no era Dimitri. Respondí con rapidez, saltando y dándole patadas. Tuve la estaca, creando distancia entre nosotros, pero no hizo mucho bien cuando la mujer se acercó por detrás y me agarró, sacudiendo mi cuerpo contra el suyo. Lancé un grito ahogado y sentí sus manos en mi garganta. Ella probablemente iba a romper mi cuello, me di cuenta. Es una forma rápida, sencilla técnica para Strigoi que luego les deja arrastrarse de una víctima para la alimentación. Luché, empujando con las manos ligeramente, pero como el otro Strigoi se inclinó sobre nosotros, yo sabía que era inútil. Me habían sorprendió. Había dos de ellos. Eran fuertes. El pánico surgió en mí de nuevo, una abrumadora sensación de miedo y desesperación. Tenía miedo cada vez que combatía con un Strigoi, pero este temor era llegar a un punto de ruptura. Desenfocada y fuera de control, y yo sospechaba que era tocada por un poco de la locura y la oscuridad que había absorbido de Lissa. Los sentimientos explotaron dentro de mí, y yo me preguntaba si me había destruido antes de que el Strigoi hiciera. Yo estaba en peligro real de morir aquí, de dejar de Sydney y los otros a matar. La ira y la angustia de que el pensamiento me asfixia. Entonces, de repente, fue como si la tierra se abriera de golpe. Formas translúcidas, brillando suavemente en la oscuridad, surgieron en todas partes. Algunos parecían gente normal. Otros eran horribles, con sus rostros demacrados y calavera. Fantasmas. Espíritus. Nos rodearon, su presencia haciendo mis los pelos de punta y enviando un dolor de cabeza a través de mi cráneo. Los fantasmas dieron vuelta hacia mí. Me ha ocurrido esto antes, en un avión, cuando las apariciones me habían invadido y me habían amenazado con consumirme. Me preparé, tratando desesperadamente de reunir la fuerza para construir barreras que cerraría el mundo de los espíritus. Es una habilidad que había tenido que aprender, uno que usualmente se mantienen en su lugar sin ningún esfuerzo. La desesperación y el pánico de esta situación me habían agrietado mi control. En aquel momento horrible, espeluznante, yo otra vez egoístamente lamentaba que Mason hubiera encontrado la paz y hubiera dejado este mundo. Yo me habría sentido mejor si su fantasma estuviera aquí. Entonces comprendí que yo no era su objetivo. Los fantasmas atropellaron a los dos Strigoi. Los espíritus no tenían formas sólidas, pero cada lugar que ellos me tocaron y pasaron por mí sentí como el hielo. La hembra Strigoi inmediatamente comenzó a agitar
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sus brazos para parar las apariciones, gruñendo de la rabia y algo casi como el miedo. Los fantasmas no aparecieron ser capaces de hacer daño a un Strigoi, pero ellos al parecer eran bastante molestos – y distraían. Estaqué al macho Strigoi antes de que él alguna vez me viera venir. Inmediatamente, los fantasmas alrededor de él se movieron a la mujer. Ella era buena, yo le daría esto. A pesar de la lucha para parar los espíritus, ella fue todavía fue capaz de esquivar mis ataques bastante bien. Un golpe de suerte hizo explosión de estrellas ante mis propios ojos y enviándome a la pared del granero. Yo todavía tenía aquel dolor de cabeza inducido por los terribles fantasmas, y mi cabeza que se golpea en el granero no ayudó. Tambaleándome, mareada, hice mi camino de regreso a ella y continuado con mis esfuerzos para conseguir un tiro en el corazón. Se las arregló para mantener su pecho fuera de mi alcance, al menos hasta que un fantasma particularmente aterrador la tomó por sorpresa. Su distracción momentánea me dio la oportunidad, y la ataqué también. Cayó al suelo y me dejó sola con los espíritus. Con el Strigoi, los fantasmas claramente habían querido atacar. En mi caso era muy parecido en el avión. Parecían fascinados de mí, desesperados por llamar mi atención. Sólo, que con decenas de fantasmas abundando, bien podría haber sido un ataque. Desesperadamente, traté otra vez de convocar a mis paredes, bloquear a los fantasmas como yo había hecho hace mucho. El esfuerzo era insoportable. De algún modo, mis emociones fuera de control habían traído a los espíritus, y mientras yo estuviera más tranquilo, ese control era más difícil de lograr. Mi cabeza continuaba palpitando. Apretando los dientes, me he centrado hasta el último gramo de mi fuerza en el bloqueo de los fantasmas. "Váyanse", le susurré. "Yo no los necesito más". Por un momento, parecía que mis esfuerzos iban a ser inútil. Luego, lentamente, uno por uno, los espíritus comenzaron a desvanecerse. Sentí el control que había aprendido antes poco a poco caer en su lugar. Pronto, no había nada más que yo, la oscuridad, y el granero y Sydney. Me fijé en ella mientras yo me desplomaba en el suelo. Ella estaba corriendo afuera de la casa en pijama, la cara pálida. De rodillas a mi lado, me ayudó a sentarme, el miedo legítimo encima de ella. "¡Rose! ¿Estás bien?" Sentí a cada trozo de energía en mi cerebro y la de mi cuerdo había sido chupada. Yo no podía moverme. Yo no podía pensar.
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"No," le dije. Y entonces me desmayé. Yo soñé con Dimitri de nuevo, sus brazos alrededor de mí y bello rostro inclinado sobre mí para cuidar de mí como lo había hecho tantas veces cuando estaba enferma. Los recuerdos de cosas pasadas, vino a mí, los dos reímos de una broma. A veces, en estos sueños, A veces, en estos sueños, él me llevaba lejos. A veces, nosotros estábamos montados en un coche. De vez en cuando, su cara comenzaría a tomar aquella imagen temible de Strigoi que siempre me atormentaba. Entonces yo rápidamente ordenaría mi mente quitar tales pensamientos. Dimitri había cuidado de mí tantas veces y siempre había estado allí cuando lo necesitaba. Se había ido en ambos sentidos, sin embargo. Es cierto, no parecía acabar en la enfermería, tanto como yo. Esa fue mi suerte. Incluso cuando estaba herido, no quiso reconocerlo. Y como he soñado y alucinado, las imágenes vinieron a mí de una de las pocas veces que yo había sido capaz de cuidarlo. Justo antes de la escuela había sido atacada, Dimitri había participado en una serie de pruebas conmigo y con mis compañeros principiantes para ver cómo reaccionamos a los ataques sorpresa. Dimitri era tan resistente que él era casi imposible de golpear, aunque él estuviera golpeado varias veces. Yo había corrido con él en el gimnasio una vez durante estas pruebas, sorprendida al ver un corte en su mejilla. No era mortal, pero había una buena cantidad de sangre expuesta. "¿Te das cuenta que estás sangrando a muerte?" Exclamé. Era una especie de una exageración, pero aún así. El se tocó la mejilla, distraído y parecía darse cuenta de la lesión por primera vez. "No está tan mal. No es nada." "¡No es nada hasta que tengas una infección!" "Tú sabes que eso no es probable", dijo obstinadamente. Eso era cierto. Los Moroi casi nunca contraían enfermedades. Los Dhampirs habíamos heredado esto de ellos, así como el tatuaje de Sydney que le daba algo de protección. Sin embargo, yo no iba a dejar a Dimitri sangrar por todas partes. "Vamos", le dije, señalando el pequeño cuarto de baño en el gimnasio. Mi voz había sido feroz, y para mi sorpresa, el en realidad había obedecido.
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Después de mojar una toalla, le limpie suavemente la cara. Siguió protestando al principio, pero finalmente se quedó en silencio. El baño era pequeño, y sólo estábamos a unos pocos centímetros uno del otro. Pude oler su limpio y embriagador aroma y estudie cada detalle de su rostro y cuerpo fuerte. Mi corazón se aceleró en mi pecho, pero se suponía que debíamos estar comportándonos bien, por lo que trate de aparecer serena y tranquila. El estaba extrañamente tranquilo, pero cuando coloqué su pelo detrás de las orejas para limpiar el resto de su cara, se estremeció. Mis dedos tocaron su piel enviando ondas de electricidad a través de mí, y él lo había sentido también. Él agarró mi mano y la retiró. "Basta", dijo, con voz ronca. "Estoy bien". "¿Estás seguro?", Le pregunté. Él no había liberado mi mano. Estábamos tan, tan cerca. El pequeño cuarto de baño parecía a punto de estallar a causa de la electricidad que había entre nosotros. Sabía que esto no podía durar, pero odiaba alejarme de él. Dios, era difícil ser responsable a veces. "Sí", dijo. Su voz era suave, y yo sabía que no estaba enojado conmigo. Tenía miedo, miedo de lo poco que se necesitaría para encender el fuego entre nosotros. Como estaba, yo estaba caliente por todas partes, sólo por el tacto de su mano. Tocarlo me hizo sentir completa, como la persona que siempre debí ser. "Gracias, Roza." Me soltó la mano, y nos fuimos, ambos a hacer nuestras propias cosas ese día. Pero la sensación de su piel y de su pelo se quedó conmigo durante horas. . . . Yo no sé por qué soñé con este recordatorio después de haber sido atacada cerca del establo. Pareció extraño que yo soñaba con cuidar a Dimitri cuando yo era la que necesitaba atención. Supongo que no importa lo que el recordatorio fue, siempre y cuando se tratara de él. Dimitri siempre me hizo sentir mejor, incluso en mis sueños, me da fuerza y determinación. Pero como yo estaba en aquel delirio y movido dentro y fuera de la conciencia, su cara consoladora de vez en cuando tomaría aquellos terribles ojos rojos y colmillos. Yo gemía, luchando con fuerza para apartar aquella vista. Otras veces, no se parecía a Dimitri en absoluto. Él se convertiría en un hombre que no conocía, un viejo Moroi con cabello oscuro y ojos astutos, joyas de oro brillaban en su cuello y sus orejas. Yo pediría a gritos a Dimitri otra vez, y tarde o temprano, su cara volvería, fuerte y maravilloso. De nuevo, la imagen cambiaba otra vez, esta vez en una mujer. Claramente, ella no era Dimitri, pero había algo sobre sus ojos negros
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que me recordaron de él. Ella era más vieja, en sus años cuarenta tal vez, y una Dhampir. Ella puso un paño fresco en mi frente, y comprendí que yo no soñaba más. Mi cuerpo me dolía, y yo estaba en una cama desconocida, en un cuarto desconocido. Ninguna señal de Strigoi. ¿Había soñado con ellos, también? "No trates de moverte", dijo la mujer con el más mínimo rastro de acento ruso. "Tú tienes algunos malos golpes". Mis ojos se ensancharon por los acontecimientos en el granero volvieron a mí, los fantasmas que yo había reunido. Esto no había sido un sueño. "¿Dónde está Sydney? ¿Ella está bien?" "Ella está bien. No te preocupes." Algo en la voz de la mujer me dijo que podía creer que ella. “¿Dónde estoy?” “En Baia” Baia, Baia. En algún sitio, detrás de mi cabeza, aquel nombre era familiar. De repente, hace clic. Hace mucho tiempo, Dimitri había dicho. Alguna vez él sólo mencionó el nombre de su ciudad y, aun cuando yo hubiera intentado, yo nunca había sido capaz de recordarlo. Sydney nunca me diría el nombre. Pero ahora nosotras estábamos aquí. La casa de Dimitri. "¿Quién es usted?" Pregunté. "Olena," ella dijo. "Olena Belikov."
CAPITULO 7 ERA COMO LA MAÑANA DE NAVIDAD. Yo usualmente no creía en Dios o el destino, pero ahora lo estaba reconsiderando seriamente. Después de desmayarme, Sydney aparentemente había hecho algunas llamadas frenéticas y alguien que ella conocía en Baia había venido por nosotras –entre los riesgos de la oscuridad- para rescatarnos y llevarnos a un lugar donde pudieran tratarme. Lo cual fue sin duda la razón del porque tenia la vaga sensación de estar en un carro durante mis delirios, eso no podía ser parte de un sueño. Y entonces, de alguna manera, de todas las Dhampirs en Baia, termine al cuidado de la madre de Dimitri. Eso fue suficiente para hacerme considerar seriamente que hay algo de verdad sobre las grandes fuerzas que trabajan sobre nosotros en el universo. Nadie me dijo exactamente
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como paso esto, pero aprendí rápidamente que Olena Belikova tenia una reputación entre sus pares como sanadora –sin siquiera usar ningún tipo de curaciones mágicas. Ella había tenido una formación médica y era la persona a la que otros Dhampirs –y algunos Moroiacudían a esta región cuando querían evitar la atención humana. Indistintamente. La coincidencia era muy extraña, y no pude evitar pensar que algo estaba pasando en todo esto Algo que no podía entender. Por ahora, no me preocuparía mucho sobre los comos y los porque de mi situación actual. Estaba demasiado ocupada tratando de abrir mis ojos para observar mi entorno y a sus habitantes. Olena no vivía sola. Las hermanas de Dimitri –tres de ellas- vivían con ella, junto con sus hijos. El parecido de la familia era increíble. Ninguno de ellos se parecía exactamente como Dimitri, pero en cada rostro, podía verlo. Los ojos. La sonrisa. Hasta el sentido del humor. Observándolos parecía que Dimitri no hubiera desaparecido, y al tomar conciencia de que realmente se había ido –me sentía peor. Donde quiera que mirara a cualquiera de ellos con mi visión periférica, creía que estaba viendo a Dimitri. Era como una casa de espejos, con reflejos distorsionados de el en todos lados. Incluso la casa me traía sensaciones. No había señales obvias de que Dimitri hubiera vivido allí alguna vez, pero Yo lo guarde en mis pensamientos, aquí es donde creció. El camino por estos pisos, toco estas paredes… Así como camine de cuarto en cuarto, también toque las paredes, tratando de drenar su energía de ellas. Lo imaginaba sentardo en el sillón, volviendo a casa de la escuela. Me preguntaba si se habría resbalado de la barandilla cuando El fue pequeño. Las imágenes eran tan reales que tuve que recordarme a mi misma que el no había estado aquí en años. “Te estas recuperando impresionantemente,” Olena lo noto la mañana siguiente después de revisarme. Ella observaba con aprobación mientras yo inhalaba el aroma de un plato de blini. Ellos tenían unos ultra delgados panqueques con capas de mantequilla y jamón. Mi cuerpo siempre requirió de un montón de comida para mantenerse fuerte, y pensaba, siempre y cuando no estuviera masticando con la boca abierta o algo así, que no había razón alguna para sentirme mal por comer demasiado. “Yo pensaba que estabas muerta cuando Abe y Sydney te trajeron.”
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“¿Quien?” Yo pregunte mientras mordía la comida. Sydney estaba sentada en la mesa con el resto de la familia, casi ni tocando su comida como era usual. Se veía claramente incomoda de estar en un hogar Dhampir, pero cuando baje las escaleras esta mañana, definitivamente vi algo de alivio en sus ojos. “Abe Manssur,” dijo Sydney. A menos que estuviera equivocada, algunas de las personas de la mesa intercambiaron miradas de complicidad. “El es un Moroi. Yo… yo no sabia cuan mal herida estabas anoche, entonces lo llame. El condujo hasta aquí con sus guardianes. Fue el quien te trajo aquí anoche.” Guardianes. Varios. “¿Es de la realeza?” Manzur no era un apellido real, pero eso no era siempre un indicio seguro del linaje de alguien. Y a pesar de que yo estaba empezando a creer en las relaciones sociales de Sydney y en sus conexiones con gente poderosa, no podía imaginar porque alguien de la realeza pudiera salirse de su camino por mí. A menos que quisiera un favor de los alquimistas. “No,” ella dijo abruptamente. Yo fruncí el ceño. ¿Un Moroi sin linaje real con mas de un guardián? Muy raro. Estaba claro que ella no iba a decirme nada más sobre el tema –al menos por ahora-. Me trague otro bocado de blini y volvi mi atención de nuevo a Olena. “Gracias por dejarme quedar aquí.” La hermana mayor de Dimitri, Karolina, estaba en la mesa también; con su hija bebe y su hijo Paul. Paul tenía alrededor de diez años y se veía fascinado por mí. La hermana adolescente de Dimitri, Viktoria, también estaba ahí. Aparentaba ser un poco mas joven que yo. La tercera hermana Belikov, se llamaba Sonya y había salido a trabajar antes de que yo me levantara. Tendría que esperar para conocerla. “¿Realmente mataste dos Strigoi tu sola?” Paul me pregunto. “Paul,” chisto Karolina. “Esa no es una pregunta educada para hacer.”
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“Pero es una interesante,” dijo Viktoria con una sonrisa. Su cabello castaño estaba manchado con dorado, pero sus ojos oscuros brillaban tanto como los de Dimitri cuando estaba excitado. Eso hizo palpitar mi corazón. Nuevamente, tenía la cruel sensación de que Dimitri estaba aquí, pero al mismo tiempo sabia que no estaba. “Ella lo hizo,” dijo Sydney. “Yo vi los cuerpos. Como siempre.” Puso una expresión cómica y atormentada en sus ojos, y yo me reí. “Al menos los dejare donde puedas encontrarlos esta vez,” mi humor repentinamente disminuyo. “¿Nadie… aviso a los humanos o escucho algo?” “Me deshice de los cuerpos antes de que alguien los viera,” ella dijo. “Si alguien hubiera escuchado algo… bueno, los bosques son lugares en donde siempre estan llenos de supersticiones e historias de fantasmas. Ellos no tienen verdaderas evidencias de vampiros, de por si, pero siempre tienen ese tipo de creencia de que lo sobrenatural y peligroso estan en los bosques oscuros. Entonces es muy poco lo que saben.” Ella dijo “historias de fantasmas” sin ningún cambio de expresión. Me pregunte si ella habría visto algún espíritu anoche, pero finalmente decidí que probablemente no. Ella había llegado al final de la pelea, y debido a la evidencia anterior no había indicaciones de que hubiera visto nada. Nadie más podía ver a los espíritus que yo veía –excepto los Strigoi, como estaba comprobado. “Debes haber tenido un muy buen entrenamiento,” dijo Karolina, cambiando al bebe de un hombro a otro. “Luces como si debieras estar en la escuela.” “Ya la he terminado,” dije, ganándome otra escudriñante mirada de Sydney. “Eres Americana,” dijo Olena con naturalidad. “¿Que cosa en el mundo te pudo haber traído hasta aquí?” Podría decir que por su actitud al respecto. El le era totalmente indiferente, lo cual era muy feo. El era simpático y lindo. Olvidando al pobre Nikolai, me concentre en los guardianes de nuevo. Estaba
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intrigada por las diferentes costumbres y actitudes de aquí.
“Tu dijiste que no puedes... pero ¿tu quieres ser un guardián?” Ella vacilo. “Nunca lo he considerado realmente. Tomo el mismo entrenamiento que todos en la escuela, y me gusta aprender a defenderme por mi misma. Pero privar de esta defensa a mi familia para servir a un Moroi... supongo que suena...” hizo una pausa de nuevo para pensar la palabra correcta. “...sexista? Pero los hombres se convierten en guardianes, y las mujeres se quedan en casa. Solo mi hermano se fue.”
Casi tropiezo. “Tu hermano?” pregunte, manteniendo mi voz lo mas calmada posible.
“Dimitri”, dijo. “El es mas grande que yo y se volvió guardián hace un tiempo. El esta fuera del país, en Estados Unidos. No lo hemos visto desde hace un largo tiempo.”
“Uhh”.
Me sentí horrible y culpable. Culpable porque estaba escondiendo la verdad a Viktoria y los demás. Horrible porque al parecer nadie se había tomado la molestia de darle la noticia a su familia aun. Sonriendo a sus propias memorias, ella no noto mi cambio de humor.
“Paul luce exactamente igual que el a esa edad. Debería mostrarte fotografías de el – y algunas recientes también. Dimitri es muy bien parecido. Para ser mi hermano, quiero decir.”
Estaba segura de que ver fotos de Dimitri de pequeño bastarían para terminar de romper mi corazón. Como era de suponerse, mientras Viktoria más hablaba de el, yo mas enferma me sentía. Ella no tenia idea de lo que estaba sucediendo, y aunque hacían ya una par de años desde la ultima vez que lo vieron, era claro que ella y el resto de la familia lo amaban con locura. Eso no debía sorprenderme. (Y realmente ¿Quien no podría amar a Dimitri?) Aunque estuve con ellos solo una mañana me había dado cuenta de lo unidos que eran. Yo sabia por las historias que me contaba Dimitri que el también los amaba. “¿Rose? ¿Estas bien?” Viktoria me observaba con preocupación, 66
probablemente porque no había dicho nada en los últimos diez minutos.
Dimos una vuelta por el lugar y volvimos a su casa.
Mirándola, con su cara y ojos amables, tan parecidos a los de Dimitri, y me di cuenta de que había otra tarea para mi antes de ir por Dimitri, dondequiera que estuviera. Trague saliva.
“Yo... si. Creo... yo creo que necesito sentarme contigo y el resto de tu familia.”
“Ok,” dijo, con preocupación en su voz.
Dentro de la casa, Olena estaba merodeando por la cocina con Karolina. Supuse que estaban planeando que preparar para la cena de esta noche, lo cual era alarmante si se consideraba que acabábamos de terminar un copioso desayuno. Definitivamente podría acostumbrarme a la forma en que comían aquí. En la sala de estar, Paul estaba jugando con sus legos. Yeva estaba sentada en un sillón y aparentaba ser la abuela de la mayoría de los estereotipos del mundo mientras tejía un par de calcetines. Excepto que la mayoría de las abuelas no podría incinerarte con solo una mirada.
Olena estaba hablando con Karolina en ruso pero cambiaron a ingles cuando me vieron. “Ustedes dos volvieron antes de lo que esperaba.” “Vimos la ciudad,” dijo Viktoria. “Y... Rose quiere hablar con todos nosotros.”
Olena me lanzo una mirada tan preocupada y consternada como Viktoria. “¿Que es lo que esta pasando?”
La manera en que los ojos de todos los Belikov se posaron sobre mi hizo latir fuertemente mi corazón en mi pecho. ¿Como iba a hacer esto? ¿Como podría explicarles algo de lo que no pude hablar en semanas? No podía hacerles eso – o a mi misma – pasar por esa situación de nuevo. Cuando Yava me fulmino con la mirada, me hizo sentir peor. Tal vez su sentido místico le avisaba que algo grande estaba por ocurrir.
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“Deberíamos sentarnos,” dije.
Paul estaba en la sala de estar, por lo cual yo me sentí agradecida. Estaba bastante segura de que no podría decir nada si tenia a un pequeño niño – uno que lucia aparentemente como Dimitri – mirándome. “Rose, ¿que es lo que esta mal?” pregunto Olena. Parecía tan dulce y bueno... maternal, que casi me echo a llorar. Cada vez que había estado enojada con mi madre por no estar cerca o hacer un buen trabajo, siempre la compare con alguna imagen idealizada de una mama – una mama que se veía mucho como la mama de Dimitri. Note que las hermanas de Dimitri lucían igualmente preocupadas, como si me conocieran desde siempre. Esa aceptación y preocupación hizo que mis ojos quemaran aun mas, al entender que solo los conocía desde esta mañana. Yeva puso una muy extraña expresión, como sea – al menos parecia como si hubiera estado esperando algo así desde hace rato.
“Bueno... la cosa es, la razón por la que vine hasta aquí, a Baia, era para encontrarlos a ustedes.”
Eso no era totalmente cierto. Vine a buscar a Dimitri. Nunca pensé en buscar a su familia, pero ahora comprendía que hallarlos fue muy bueno.
“Verán, Viktoria estaba hablando sobre Dimitri antes.”
La cara de Olena se ilumino cuando mencione el nombre de su hijo. “Y... conocí – ehh, yo lo conocí. El era un guardián en mi escuela. Mi profesor, mas precisamente.”
Karolina y Viktoria se iluminaron también. “¿Como esta el?” pregunto Carolina. “Hace años que no lo vemos. ¿Sabes cuando vendrá a visitarnos?”
Ni siquiera podía pensar en como responder esa pregunta, así que seguí adelante con mi historia antes de perder valor frente a todas estas amorosas caras. Mientras las palabras salían de mi boca, parecía como si otra persona estuviera hablando y yo simplemente observara desde la 68
distancia. “Hace un mes... nuestra escuela fue atacada por Strigois. Fue un horrible ataque... era un grupo gigantesco de Strigois. Perdimos mucha gente – Morois y Dhampirs.”
Olena exclamo algo en ruso. Viktoria se inclino hacia mi. “¿San Vladimir?”
Hice una pausa en mi historia sorprendida. “¿Escucharon de eso?”
“Todo el mundo escucho sobre eso,” dijo Carolina. “Todos sabemos lo que ocurrió. ¿Esa era tu escuela? ¿Estabas ahí esa noche?” Asentí. “No es de extrañar que tengas tantas marcas molnija,” respiro Viktoria. “¿Ahí es donde esta Dimitri ahora?” pregunto Olena. “Perdimos su rastro en su ultima asignación.” “Uhh, si...” mi lengua se sentía espesa en mi garganta. No podía respirar. “Yo estaba en la escuela la noche del ataque,” reafirme. “Y Dimitri también. El fue uno de los lideres en la batalla... y la forma en que lucho... el era... el era tan fuerte ...y...” Mis palabras se rompieron, pero para este punto ellos no lo notaban. Olena jadeo y nuevamente murmuraba en ruso. Note que menciono la palabra “Dios”. Karolina se quedo helada, pero Viktoria se inclino hacia mi. Todos sus ojos iguales a los de su hermano estaban sobre mi, con tanta atención como si me empujaran a decir la verdad, sin importar lo terrible que fuera. “¿Que ocurrió?” demando. “¿Que paso con Dimitri?”. Mire lejos de sus rostros, mis ojos vagaron por la sala de estar. En la pared del fondo, pude ver una estantería llena de antiguos libros. Tenían relieves dorados en sus lomos, fue algo totalmente al azar, pero de repente me acorde de Dimitri mencionándolos. Tenemos un montón de antiguas novelas de aventuras que mi madre colecciona, me dijo una vez. Las cubiertas son hermosas, y los adoro. Si era cuidadoso, me dejaba leerlos a veces. El pensamiento de un joven Dimitri sentado frente a esta biblioteca cuidadosamente volteando las paginas – y oh, el debía ser muy cuidadoso – casi me hizo perder. ¿Habría sido allí donde el había desarrollado su amor por las novelas del oeste? Me estaba perdiendo. Me estaba distrayendo. Yo no iba a ser capaz de decirles la verdad. Mis emociones se estaban volviendo demasiado fuertes, mis recuerdos me inundaban, peleaba para pensar en algo – 69
nada –que implicara a esa horrible batalla. Entonces mire a Yeva de nuevo, y algo sobre su inquietante expresión inexplicablemente me dio animo. Tenia que hacer esto. Me dirigí de nuevo a los otros. “El lucho fuertemente en la batalla, y después, ayudo a encabezar una misión de rescate para salvar a algunas personas que los Strigoi capturaron. El fue realmente impresionante, también, solo... el...” Pare de nuevo y note lagrimas cayendo por mis mejillas. En mi mente, yo estaba repitiendo la terrible escena en la cueva, con Dimitri tan cerca de la libertad y siendo tomado por un Strigoi en el ultimo minuto. Sacudiendo esos pensamientos lejos, tome un profundo aliento, tenia que terminar esto. Se lo debía a su familia. No había una forma gentil de decir esto. “Uno de los Strigoi... bueno, desarmo a Dimitri.” Karolina cubrió su cara con el hombro de su madre, y, Olena no hizo esfuerzos para esconder sus lagrimas. Viktoria no lloraba, pero su rostro estaba completamente inmóvil. Ella estaba trabajando duro para mantener sus emociones alejadas, justo como Dimitri lo habría hecho. Buscaba mi rostro, necesitando certeza. “Dimitri esta muerto,” dijo. Era una afirmación, no una pregunta, pero ella buscaba mi confirmación. Me preguntaba si habría omitido algo, algún indicio de que quedaba mas por contar. O por ahí ella solo necesitaba la certeza de mis palabras. Y por un momento, considere decirles que Dimitri estaba muerto. Era lo que la Academia les diría, lo que los guardianes les dirían. Seria fácil para ellos... pero de alguna forma, yo no podía mentirles – aun cuando la mentira fuera reconfortante. Dimitri hubiera querido que supieran toda la verdad, y su familia se lo merecía. “No,” dije, y por unos segundos la esperanza surgió en las caras de todos – al menos hasta que hable de nuevo. “Dimitri es un Strigoi.”
CAPITULO 8 Los miembros de la familia de Dimitri reaccionaron de diferentes maneras. Algunos lloraron. Otros estaban asombrados. Y algunos sobretodo Yeva y Viktoria- simplemente lo escucharon y mantuvieron sus emociones apartadas de sus caras, justo como lo hubiera hecho Dimitri. Eso me perturbó casi tanto como las lágrimas; recordándome demasiado a el. Aparte de los demás, Sonya que estaba embarazada - y que llegó justo después de que les diera la noticia- tuvo la más intensa reacción física. Ella corrió llorando a su habitación y no volvió a salir. No tomo mucho, de cualquier forma, para que Yeva y Olena se pusieran en acción. Ellas hablaban rápidamente en ruso, claramente planeando algo. Hicieron varias llamadas, y Viktoria fue enviada a dar el recado. Nadie parecía notarme, así que me dedique a recorrer la casa y traté de mantenerme fuera de sus caminos. Me encontré a mi misma revisando los estantes que ya había visto antes, pasando mis manos por los libros 70
con sus cubiertas de cuero. Los títulos estaban en Cirílico, pero no importaba. Tocandolos e imaginando que Dimitri los había sostenido y leído de alguna manera me sentía más cerca a el.“Buscando algo ligero para leer?” Sydney se acerco y se quedó detrás mio. Ella no habia estado cerca más temprano, pero de cualquier modo se había enterado de las noticias.“Bastante ligero, en vista de que no puedo comprender una sola palabra de ningún libro” Respondí. Hice un gesto hacia el resto de los miembros de la familia.“Que están haciendo?”“Están planeando el funeral de Dimitri” explicó Sydney. “O bueno, un servicio en su memoria” Yo fruncí el seño. “Pero el no está muerto-”“Shhh” Ella me cortó con un gesto afilado y miro disimuladamente a los demás mientras se movian al rededor. “No digas eso” “Pero es la verdad” Sizee en respuesta. Ella sacudió su cabeza. “No para ellos. Alli afuera... en esas villas... no hay estado intermedio. Estás vivo o estás muerto. Ellos no van a reconocer que el se haya convertido en uno de... esos” Ella no pudo mantener el asco alejado de su voz.“Desde cualquier punto de vista, el está muerto para ellos. Ellos lo llorarán y después seguiran adelante. Tu también deberías hacerlo” No tome como una ofensa su actitud, porque sabia que no era su intención ser pesada. Se trataba simplemente de su forma de ser. El problema era, que ese estado intermedio era bastante real para mi, y no había manera de que yo lo superara. Aún no. “Rose...” Comenzó a decir Sidney después de algunos segundos en silencio. Ella no me miraba a los ojos. “Lo siento” “Lo dices por Dimitri?” “Si... no tenía idea. Realmente no fuí nada amable contigo. Quiero decir, no voy a actuar como si me sintiera mejor al interactuar contigo o con los de tu clase, pero de cualquier forma ustedes todavía son... bien, no humanos, obviamente. Pero... no lo se. Ustedes también tienen sentimientos; Ustedes también aman y sufren. Y mientras veniamos hacia aqui, tu tenías esta noticia tan terrible en tu interior, y yo no te hice las cosas más fáciles. Lo siento mucho por eso. Y lo siento por haber pensado lo peor de ti”
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Al principio pensé que se refería a que habia pensado que yo era malvada, pero entonces lo entendí. Ella habia pensado todo este tiempo que yo realmente habia venido a convertirme en una puta de sangre y ahora creía que darle la noticia a la familia de Dimitri era mi único propósito. No me molesté en corregirla. “Gracias, pero realmente no podrías haberlo adivinado. Y honestamente, de haber estado en tu lugar... no lo se. Probablemente hubiera actuado de la misma forma.” “No” dijo ella. “Tu siempre eres amable con las personas” Le di una mirada de incredulidad. “Has estado viajando con alguien más durante los últimos días? En casa yo tengo una reputación por no ser siempre muy amable. Tengo una mala actitud. Y lo sé” Ella sonrió. “Si, la tienes. Pero también dices las cosas correctas a las personas cuando tienes que hacerlo. Decirles a los Belikov lo que les dijiste... bien, eso fue muy duro. Y sin importar lo que digas, tu puedes ser educada y sacrificarte para que las personas se sientan mejor, Lo haces la mayoría del tiempo.” Estaba un poco sorprendida. Eso era lo que aparentaba? Frecuentemente pensaba en mi misma como la perra reina que disparaba rápido y traté de pensar en mi comportamiento con ella durante los últimos días. Había pasado bastante tiempo con ella, pero entre los otros que habíamos conocido había sido bastante amigable. “Bien, gracias” dije, sin saber que más decir. “Ya viste a Abe? Cuando fuiste al pueblo?” “No” dije, dándome cuenta que me había olvidado de mi misterioso salvador. “Debería haberlo hecho?” “Sólo me imagine que te buscaría” “Quien es el? Por qué fue a recogernos cuando le dijiste que yo estaba herida?” Sydney dudo, y pensé que sólo iba a obtener más de la ley del silencio de los alquimistas. Entonces, después de mirar nerviosamente a su alrededor, ella dijo muy silenciosamente,
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“Abe no es de la realeza, pero es un chico muy importante. Tampoco es Ruso, pero está constantemente en el país, siempre en negocios- tanto legales como ilegales, creo. El es amigo de todos los Moroi importantes, y la mitad del tiempo, parece que controla a los Alquimistas, también. Se que está involucrado con el proceso de hacer nuestros tatuajes... pero sus negocios van mucho más allá. Tenemos un nombre para el a sus espaldas...Zmey” “Zma que?” Apenas había escuchado la palabra. sono como zz may. De verdad era algo que no habia escuchado nunca antes. Ella sonrio un poco a causa de mi confusión. “Zmey es la palabra Rusa para Serpiente. Pero no se trata de cualquier serpiente” Sus ojos se achicaron mientras ella buscaba una mejor explicación. “Es un término usado en muchos de los mitos. Algunas veces para las serpientes gigantes que tienen que vencer los heroes. También existen algunas historias sobre magos con sangre de serpiente que son llamados asi. La serpiente del Jardín del Edén? La que hizo pecar a Eva? Era también conocida como Zmey” Me recorrió un escalofrío. Está bien, era bastante extraño, pero de algún modo tenía sentido. Los Alquimistas supuestamente tienen conexiones con los líderes y las autoridades y Abe aparentemente tiene mucha influencia con ellos. “Entonces Abe es el que quería que me acompañaras a Baia? Es el la razón por la que los Alquemistas querían que vinieras aqui?” De nuevo, ella se detuvo. Entonces asintió. “Si... cuando hice la llamada esa noche en San Petersburgo, me dijeron que habia una orden para buscarte. Abe dio las ordenes a través de los Alquimistas para que yo me quedara contigo hasta que el pudiera reunirse con nosotras aqui. Aparentemente el ha estado buscandote en nombre de alguien más” Me puse fría. Mis miedos estaban haciéndose realidad. Habia gente buscandome. Pero quién? Si Lissa había iniciado una cacería humana, lo hubiera sentido cuando la visite en su mente. Tampoco creía que se tratara de Adrian, no por la forma en que el parecía desesperado y despistado sobre el lugar en el que me encontraba. Además, el parecía aceptar mi necesidad por esta búsqueda.
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Entonces, quien me estaba buscando? Y para que? Este Abe sonaba como una persona importante - además de estar metido en negocios oscuros- alguien que bien podría estar relacionado con la reina u otros igualmente importantes. Habia ordenado ella traerme de vuelta? Estaba enfrentandome a un asesino? Sydnye de verdad parecía guardarle una rara mezcla de miedo y respeto. “A lo mejor no quiero conocerlo” dije “No creo que el vaya a herirte. Quiero decir, si quisiera hacerlo, ya lo hubiera hecho. Pero se cuidadosa, el siempre está jugando varios juegos al tiempo, y tiene suficientes secretos como para rivalizar con los Alquemistas” “Asi que no confias en el?” Ella me dio una mirada pensativa, y entonces comenzo a caminar en otra dirección. “Te olvidas de algo: Yo no confío en ninguno de ustedes” Cuando ella se fué, decidí salir, alejarme de la pena y la ocupación del interior de la casa. Me senté en la escalera superior del porche del patio trasero, viendo jugar a Paul. El estaba construyendo un fuerte para algunas de sus figuras de acción. Mientras que era sensible con la pena que sufría su familia, era dificil para el estar afectado por la “muerte” de un tío que sólo habia visto un par de veces. Las noticias no significaban tanto para el, como lo hacian para el resto de nosotros. Con demasiado tiempo libre por el resto del día, decidí darle una visita rápida a Lissa. A pesar de mi misma, me sentía curiosa por saber como habían seguido las cosas con Avery Lazzar. Mientras que las intenciones de Lissa eran buenas, aún tenía algunas dudas a cerca de haber invitado a almorzar a Avery. Y aún asi, ella estaba placenteramente sorprendida de ver a Avery encajar perfectamente, encantando tanto a Adrian como a Christian. Está bien, Adrian se impresionaba prácticamente con cualquier cosa que tuviera que ver con mujeres. Christian era más difícil de encantar, pero incluso a el parecía empezar a gustarle - probablemente porque continuaba molestando a Adrian. Cualquiera que pidiera hacer una broma a expensas de Adrian, ganaba puntos en la lista de Christian.
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“Asi que, explicame esto” dijo Avery, enrollando el lingûini en su tenedor “Tu tan solo, que, recorres la Academia todo el día? Estas tratando de revivir tu experiencia en la secundaria?” “Nada para revivir” dijo suavemente Adrian. “Yo tenia el control total de mi escuela. Era adorado y amado- y no es que eso tenga nada de sorprendente” A su lado Christian casi se ahoga con su comida. “Asi que... estás tratando de volver a tus días de gloria. Todo ha ido desmejorando desde entonces, huh?” ”De ningún modo” dijo Adrian. “Soy como el buen vino. Mejoro con los años. Lo mejor está aún por llegar”. “Parece que con el tiempo sólo te haces más viejo” dijo Avery, aparentemente no muy convencida con la encantadora sonrisa. “Yo de verdad estoy aburrida, e incluso paso parte del día ayudando a mi papá” “Adrian duerme casi todo el día” dijo Lissa, tratando de mantenerse seria. “Asi que en realidad el no tiene que preocuparse en buscar algo que hacer” “Hey, gran parte de mi tiempo lo invierto ayudándote a revelar los misterios del espíritu” Le recordó Adrian. Avery se inclino hacia adelante, con la curiosidad impresa en toda su bonita cara. “Asi que de verdad es real? Yo he escuchado historias a cerca del espíritu... a cerca de como pueden curar a las personas” A Lissa le tomo un momento responder eso. No estaba segura de poder acostumbrarse a que la gente supiera de su magia. “Entre otras cosas. Nosotros seguimos experimentando” Adrian estaba más dispuesto a hablar del tema que ella probablemente con la esperanza de impresionar a Avery- y le hizo un rçapido recuento de algunas de las habilidades del espíritu, como las auras y la compulsión.
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“Y” añadió el, “Yo puedo visitar los sueños de las personas” Christian levantó una mano “Para. Puedo sentir que el comentario siguiente tendrá algo que ver con como las mujeres ya soñaban contigo. Y sabes que acabo de comer” “Eso no pensaba mencionarlo” dijo Adrian. Pero el se veia como si deseara que la broma se le hubiera ocurrido a el primero. No pude evitar sentirme un poquito complacida. Adrian era tan temerario y frívolo en público... y entonces, en mis sueños, el mostraba esa parte seria y considerada de el. El era mucho más complejo de lo que todos le dabamos crédito. Avery se veía aplastada. “hombre. Y yo que pensaba que usar el aire era genial. Ahora veo que no.” Una pequeña y repentina briza tiró su cabello hacia atrás, haciéndola parecer como si estuviera posando para una revista de trajes de baño. Ella le dió al grupo una sonrisa deslumbrante. Todo lo que hacía falta era un fotógrafo. El sonido de la campana los hizo pararse. Christian se dio cuenta de que había dejado su tarea en otro salón y se apresuró a ir por ella. después de darle un beso de despedida a Lissa, por supuesto. Adrian se despidió igualmente rápido. “Los profesores comienzan a mirarme mal si me quedo por aqui una vez las clases han comenzado” Les hizo a Lissa y a Avery una pequeña everencia. “Hasta la próxima vez, damas” Avery, a quien no le podía importar menos lo que pensaran los profesores, acompañó a Lissa hasta su siguente clase. La cara de la chica mayor se veía pensativa. “Asi que tu... de verdad estás con Christian, verdad?” Como si no lo estuviera. Si Avery pudiera ver la mitad de las cosas que yo he visto hacer a Christian y a Lissa a través del vínculo, no haría esa pregunta.Lissa se rió. “Si, por qué?” Avery dudo un momento, aumentando la curiosidad de Lissa. “Bien... yo había escuchado que tu tenías una relación con Adrian” 76
Lissa casi paró de caminar. “Donde escuchaste eso?” “En la corte. La reina estaba diciendo lo feliz que estaba de que ustedes dos fueran una pareja y estuvieran juntos todo el tiempo.” Lissa gruñó “Eso es porque cada vez que voy a la corte, ella lo invita a el también y nos envia juntos a hacer cosas para ella. No es porque yo quiera... bueno, quiero decir, no te lo tomes a mal. A mi no me importa pasar algo de tiempo con el, pero la razón por la que siempre estamos juntos es porque Tatiana nos obliga” “Tu pareces gustarle mucho a ella, a pesar de todo. Ella habla de ti todo el tiempo, a cerca de todo el potencial que tienes y lo orgullosa que se siente de ti” “Creo que se siente orgullosa de manipularme. Ir alla es toda una molestia. Ella también ignora totalmente el hecho de que Christian es mi novio, o aprovecha cualquier oportunidad para insultarlo” La reina Tatiana, como tantas otras personas, nunca pudo perdonar que lo padres de Christian se convirtieran en Strigoi.“Lo siento” dijo Avery, que parecía estar sintiendose realmente mal. “No quería hablar de un tema que te hace sentir mal. Yo, solo quería saber si Adrian estaba disponible, eso es todo.” Lissa no estaba enojada con Avery. Su ira estaba dirigida a la reina, y a la manera en que asumía que todo el mundo se comportaría como ella quisiera y bailaría como ella ordenara. El mundo Moroi había sido regido por un rey o una reina desde el principio de los tiempos, Lissa pensaba que era tiempo para un cambio. Ellos necesitaban un sistema en el que todos fueran iguales- tanto los de la realeza como los que no lo eran. Incluso los dhampirs. Mientras más pensaba en ello, más sentía empeorar su temperamento, rabia y frustración encendiéndose en una forma que era más común en mi que en ella. Eso la hacía querer gritar a veces, dirigirse hacia Tatiana y decirles que su trato estaba terminado. Ninguna universidad valía pasar por todo esto. A lo mejor ella le diría a Tatiana que era tiempo de una revolución, tiempo de voltear el mundo Moroi al revés- Lisa parpadeó, sorprendida por la forma en que estaba temblando. De dónde habían salido esas emociones? Una cosa era estar enojada con Tatiana, pero esto...?Ella no tenía esos ataques descontrolados de ira desde que comenzó a usar su magia. Respirando profundamente, trató de usar algunas de sus técnicas tranquilizantes para evitar que Avery se diera cuenta del estado de locura al que casi habia llegado. 77
“Simplemente odio que la gente esté hablando de mi, eso es todo” Avery no parecía notar la ira de Lissa. “Bien, si te hace sentir mejor, no todo el mundo piensa eso de ti. Conocí una chica... Mía? Si, ese era su nombre. Una sin sangre real” El tono de Avery sugería que compartía la opinión que muchos miembros de la realeza tenían sobre los Moroi “comunes”. “Ella simplemente se río ante la idea de que Adrian y tu estuvieran juntos. Dijo que era ridículo” Lissa casi sonrió ante eso. Mia fue una vez la rival de Lissa y una malcriada egocéntrica. Pero después de que unos Strigoi asesinaron a su madre, Mia tomo una actitud fuerte y determinada, una que nos gustaba mucho tanto a Lissa como a mi. Mia vivía en la corte con su padre, entrenándose en secreto para pelear para que ella pudiera ser capaz de unirse en la lucha contra los Strigoi algún día. “oh” dijo Avery de repente. “Aqui viene Simon. Debería irme.” Lissa miro a través del pasillo y vio al intimidante guardián de Avery. Puede que Simon no fuera tan antipático como Reed, el hermano de Avery, pero conservaba la misma mirada dura e inquietante que tenía cuando Lissa lo conoció. Avery parecía llevarse bien con el, a pesar de todo.“Ok” dijo Lissa. “Te veo más tarde” “Puedes apostarlo” dijo Avery, comenzando a irse. “Oh, y Avery?”Avery miró a Lissa. “Si?” “Adrian está disponible” La única respuesta de Avery fue una pequeña mueca antes de seguir hacia Simon. De regreso con los Belikovs en Baia, el servicio en memoria de Dimitri estaba en desarrollo. Vecinos y amigos, todos ellos dhampirs, comenzaron a llegar lentamente, muchos trajeron comidoa. Era mi primer vistazo de la comunidad dhampir, aunque no parecía tan misterioso como Sindey había implicado. La cocina se convirtió en un 78
pasillo de banquetes, con cada mesa y mesón cubierto con platos. Algunos de ellos, eran cosas que conocía, y también habían muchos postres- galletas y pasteles cubiertos con nueces que olían como si estuvieran recién horneados. Algunos de los platos no los había visto nunca, y tampoco estaba segura de quererlos volver a ver. Había un pequeño bowl de repollo en particular que iba a evitar a toda costa. Pero antes de comer, todos salieron y se reunieron en un semicirculo en el patio trasero. Era el único lugar de la casa que podía acomodar tantas personas. Un sacerdote apareció, era humano. Eso me sorprendió un poco, pero supuse que cuando se vivía en un pueblo humano, los dhampirs atenderían a una iglesia católica. Y para la mayoría de los humanos, los dhampir se veían igual que ellos, asi que el sacerdote sin duda, debia pensar que estaba haciendo un servicio ordinario en una casa cualquiera. Algunos Moroi que vivian en el pueblo estaban presentes también, ellos, medio podían pasar por humanos -unos muy pálidos- si eran discretos con sus colmillos.Los humanos nunca esperaban encontrarse con nada sobrenatural, asi que sus mentes rara vez lo consideraban una opción, incluso cuando esta estaba justo delante de sus ojos. Todos se quedaron en silencio. Estaba atardeciendo, un fuego naranja ardía en el cielo del oeste, y las sombras caían al rededor de todos nosotros. El sacerdote llevo a cabo una ceremonia en ruso, cantando en una voz que sonaba como si fuera de otro mundo en el patio parcialmente oscuro. Todas las eucaristias a las que había asistido habían sido en inglés, pero podía ver que esto se sentía igual. Cada cierto tiempo, las personas se hacian la señal de la cruz. Yo no conocía los cantos, asi que simplemente observé y esperé, dejando que la triste voz del acerdote llenara mi alma. Mis sentimientos por Dimitri se revolvian en mi interior como una tormenta creciendo, y yo me esforzaba por contenerme, por encerrarlos en mi corazón. La gente se empezó a mover de nuevo, abrazando los Belikovs y dándole la mano al sacerdote. El se fué poco después..Entonces siguió la comida. Los platos se cargaban, y la gente se sentaba donde hubiera espacio, bien fuera adentro de la casa o afuera en el patio. Ninguno de los invitados me conocía realmente, y la familia de Dimitri estaba demasiado ocupada como para prestarme atención, mientras lo controlaban todo y trataban de hacerlos sentir a todos bienvenidos. Sydney se quedo conmigo casi todo el tiempo, y mientras que la conversación entre nosotras era bastante ligera, su presencia me reconfortaba bastante. Nos sentamos en el suelo de la sala, recostadas en una pared cerca al estante de los libros. Ella picaba como siempre su comida como siempre, lo que me hizo sonreir. Habia algo reconfortante a cerca de ese hábito suyo que ahora me era tan familiar. Cuando la cena se terminó, la gente continuó conversando en pequeños grupos. 79
No podía comprender nada de lo que decian, pero seguía escuchandolos mencionar su nombre: Dimitri, Dimitri. Me recordaba el incomprensible siseo de los fantasmas durante sus visitas. Era opresivo y calmante, la fuerza de su nombre presionando mi corazón. Dimitri, Dimitri. Después de un rato, pareció ser demasiado. Sydney se habia ido hacia un momento, asi que sali al patio a tomar un poco de aire.Algunas personas habian construido una fogata en la parte de atrás y estaban sentados alrededor de ella, aún hablando sobre Dimitri, asi que me dirigí hacia la parte de adelante. Caminé por la calle, tratando de no ir muy lejos. La noche era cálida y clara, con la luna y las estrellas brillando en la oscuridad que me cubría. Mis sentimientos estaban agitados, y ahora que estaba lejos de los demás, permití que un poco de esa emoción que me quemaba saliera a la superficie, silenciosas lágrimas recorrieron mis mejillas. Cuando estaba a un par de casa de distancia, me senté en la acera, descansando y disfrutando la calma que me rodeaba. Mi paz fue bastante corta de cualquier modo- mis agudos oídos recogieron el sonido de voces que venían desde la casa de los Belikov. Tres figuras aparecieron. Uno alto y delgado, definitivamente Moroi, y los otros eran dhampirs. Me quede mirándolos mientras se acercaban a mi. Sin importarme las formalidades, me quedé donde estaba, mirando directamente los oscuros ojos del Moroi. No lo reconocí del grupo que había estado en el servicio- pero si reconocía al Moroi de alguna otra parte. Le dirigí una media sonrisa. “Abe Manzur, supongo”
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CAPITULO 9 “PENSE QUE ERAS UN SUEÑO,” DIJE. Todos permanecieron de pie los dhampir alrededor de los Moroi en formación para protegerlos. Abe era el extraño rostro que había estado viendo en lo que entraba y salía de la inconsciencia después de la pelea cerca del granero. El era mayor que yo, casi de la edad de Olena. Tenia cabello negro y una barba de chivo, y una complexión como el mas Moroi. Si alguna vez as visto a alguien bronceado o a una persona de piel oscura que este enferma o se pongan pálidos, es bastante como eso. Habia un poco de pigmento en su piel, pero era aminorado por una intensa palidez. Lo más sorprendente era su ropa. Tenia puesto un abrigo negro largo que gritaba dinero, junto con una bufanda de ocre casimir. Debajo de la cual, podía ver un poco de oro, una cadena que hacia juego con el arete de oro que usaba en una de sus orejas. Mi primera impresión de semejante extravagancia hubiera sido pirata o chulo. Un momento después, cambie mi opinión. Algo me decía que era el tipo de sujeto que rompía rodillas para tener las cosas a su manera. “sueño, eh? eso,” el Moroi dijo, con la mas pequeña insinuación de sonrisa, “no es algo que escuche muy a menudo. Bueno, no.” reconsidero. “en realidad si aparezco ocasionalmente en las pesadillas de las personas.” El no era ni americano ni Ruso; no podía identificar el acento. Estaba tratando de impresionarme o de intimidarme con su reputación de malo? Sydney no había estado temerosa de el, que digamos, pero si había tenido una considerable cantidad cautela. “Bueno, asumo que ya sabes quien soy,” digo. “Asi que, la pregunta ahora es que estas haciendo aquí?” “No,” dijo, la sonrisa volviéndose mas dura. “la pregunta es que estas asiendo tu aqui?” Hice un gesto indicando la casa, tratando de actuar como si nada. “voy a un funeral.” “esa no es la razón por la que has venido a Rusia.” “vine a Rusia a decirle a los Belikovs que Dimitri estaba muerto, ya que nadie mas se ha molestado en hacerlo.” Esa se estaba volviendo en una muy útil razón para explicar mi estancia aqui, pero mientras Abe me estudiaba, un escalofrió recorrió
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mi espalda, como cuando Yeva me miraba. Como esa vieja loca, el no me creyó, y o través sentí la parte peligrosa de esta persona de actitud usualmente jovial. Abe meneo la cabeza, y ahora la sonrisa se había ido del todo. “esa tampoco es la razón. No me mientas, niñita.” Sentí mis pelos parándose. “y no me interrogues, viejo. No lo hagas a menos que estes preparado para decirme por que tu y tus compinches se arriesgaron a conducir por ese camino para recogernos a Sydney y a mi.” Los dhampirs de Abe se congelaron al oir la palabra viejo, pero para mi sorpresa, el volvió a reír—aunque la sonrisa no alcanzo sus ojos. “tal vez solo estaba ayudando.” “No por lo que escuche. Tu fuiste el que hizo que los alquimistas enviaran a Sydney con migo aquí.” “Oh?” el arqueo una ceja. “ella te dijo eso? Mmm . . . eso fue un mal comportamiento de su parte. A sus superiores no les agradara. Para nada.” Oh, demonios. Hable sin pensar. No quería que Sydney se metiera en problemas. Si Abe ralamente algún tipo de padrino Moroi—como le había llamado ella? Zmey? La serpiente?—no me cabía la duda que el podría hablar con otros alquimistas para hacerle la vida aun mas miserable. “la forcé a confesar” menti. “yo . . . yo la amenace en el tren. No fue dificil. Ella me teme a muerte.” “no lo dudo. Todos están temerosos de nosotros, atados por centurias de tradiciones y escondiéndose tras sus cruces para protegerlos—a pesar de los regalos que obtienen de sus tatuajes. En muchas maneras, ellos obtienen las mismas ventajas que ustedes dhampirs—solo que sin los problemas para reproducirse.” El volteo hacia las estrellas mientras hablaba, como algún tipo de filosofo maravillándose por las maravillas del universo. De alguna forma eso me hizo enojar mas. El me estaba tratando como un chiste, cuando claramente tenia algún tipo de agenda lista para mi. No me gustaba ser parte de los planes de alguien mas-particularmente cuando no sabia cuales eran esos planes.
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“Yeah, yeah, estoy segura que podríamos hablar sobre los Alquimistas y como los controlas toda la noche,” conteste. “pero aun quiero saber que quieres conmigo.” “Nada,” dijo simplemente. “Nada? Te has tomado muchas molestias para ponerme con Sydney y seguirme hasta aquí por nada.” El quito su vista del cielo, y había un peligroso brillo en sus ojos. “Tu no me interesas. Tengo mi propio negocio que manejar. Vengo por otros que están interesados en ti.” Me quede paralizada, y finalmente, verdadero temor recorrió mi cuerpo. Mierda. Había una casería por mi cabeza. Pero quien? Lissa? Adrian? Tatiana? Otra vez, esa última me puso nerviosa. Los demás me buscarían por que les importo. Pero Tatiana . . . Tatiana temía que hubiese huido con Adrian. Nuevamente pensé que si ella quería encontrarme, era para asegurarse que no volviera. Abe me parecía el tipo de persona que hacia a otros desaparecer. “y que quieren los otros? Me quieren en casa?” pregunte, tratando de parecer como que no tenia miedo. “Creíste que podrían venir aquí y arrastrarme de vuelta a los Estados?” Esa sonrisa secretaba de Abe regreso. “crees que puedo simplemente arrastrarte de vuelta?” “Bueno..,” me burle, nuevamente sin pensar, “no podrías. Tus chicos aquí podrían. Bueno, tal vez. Puede que yo sea capaz de vencerlos.” Abe se rio completamente por primera vez, un sonido rico, profundo lleno de verdadero entretenimiento. “realmente eres como lo dice tu reputación. Delicioso.” Grandioso. Abe probablemente tenia un archivo completo sobre mi en algún lugar. Probablemente sabia que me gustaba para desayunar. “hare un intercambio contigo. Dime por que estas aquí y te diré por que estoy aquí.” “ya te dije.” En un segundo, la risa se había ido. El dio un paso más cerca de donde me encontraba sentada, y vi que sus guardias se tensaron. “y yo te dije que no me mintieras. Tienes una razón para estar aquí. Necesito saber cual es.” “Rose? Puedes venir aquí?”
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Atrás hacia la casa Belikov, la voz clara de Viktoria se escucho en la noche. Volteando a ver, la mire parada en la puerta. Repentinamente, quise alejarme de Abe. Había algo letal debajo de esa llamativa, jovial fachada, y no quería pasar otro minuto con el. Levantándome, comencé a hacer mi camino de vuelta a la casa, medio esperando que sus guardias me secuestraran, a pesar de sus palabras. Los dos sujetos se quedaron donde estaban, pero sus ojos me miraban con cuidado. La extraña sonrisa de Abe reapareció en su cara. “lamento no poder quedarme y charlar,” dije. “esta bien,” dijo graciosamente. “encontraremos tiempo después.” “no lo creo,” dije. El rio, y yo rápidamente seguí a Viktoria dentro de la casa, sintiéndome insegura hasta que cerré la puerta. “no me gusta ese sujeto.” “Abe?” pregunto. “creí que era tu amigo.” “Difícilmente. El es un tipo de gánster, verdad?” “supongo,” dijo, como si no fuera la gran cosa. “pero el es la razón por la que estas aquí.” “Si, se que el vino a recogernos.” Viktoria negó con la cabeza. “No, quiero decir aquí. Creo que mientras estabas en el auto, seguías diciendo ‘Belikov, Belikov.’ Abe supuso que nos conocías. Por eso es por lo que te trajo a nuestra casa.” Eso era increíble. Había estado soñando con Dimitri, así que era seguro que diría su apellido. Pero no tenia idea de que así era como había acabado aquí. Pensé que era por que Olena tenia entrenamiento medico. Entonces Viktoria añadió la parte más desconcertante de todas. “Cuando vimos que no te conocíamos, el iba a llevarte a otro lugar— pero la abuela dijo que teníamos que retenerte. Creo que ella tuvo algún sueño de que vendrías a nosotros.” “Que?” la loca, que da miedo de Yeva quien me odiaba? “Yeva soñó conmigo?” Viktoria asintió. “es una habilidad que tiene. Estas segura que no conoces a Abe? El tiene muchas cosas que hacer para estar aquí sin razon.” Olena se apresuro hacia nosotros antes de que yo pudiese responder. Y me tomo del brazo.
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“Hemos estado buscándote. Por que te tardaste?” esa pregunta estaba dirigida a Viktoria. “Abe estaba—” Olena meneo la cabeza. “No importa. Vamos. Todos están esperando.” “Para que?” pregunte, dejándola arrastrarme por el patio trasero. “Se suponía que te dijera,” explico Viktoria, caminando a nuestro lado. “esta es la parte dondetodos nos sentamos y recordamos a Dimitri diciendo historias sobre el.” “Nadie lo ha visto en tanto tiempo; No sabemos que es lo que le ha pasado recientemente,” dijo Olena. “Necesitamos que nos digas.” Me estremecí. Yo? Me resistí ante eso, especialmente cuando salimos y vi todos esos rostros alrededor de la fogata. No conocía a ninguno de ellos. Como podía hablar sobre Dimitri? Como podía revelar algo que estaba tan cercano a mi corazón? Todos parecían empañarse, y creí que me desmayaría. Por el momento, ninguno de ellos me noto. Karolina estaba hablando, su bebe en brazos. Cada cierto tiempo se detenía, y todos los demás reirían. Viktoria se sentó sobre una manta en el suelo y me halo con ella. Sydney se nos unió unos momentos mas tarda. “Que estaba diciendo ella?” susurre. Viktoria escucho a su hermana por unos momentos y luego me dijo. “Ella esta hablando de cuando Dimitri era muy joven, de cómo el les rogaba a ella y a sus amigos que lo dejaran jugar con ellos. El tenia seis, ellos ocho y no lo querían cerca.” Viktoria se detuvo nuevamente para captar el resto de la historia. “Finalmente, Karolina le dijo que podía si aceptaba casarse con sus muñecas. Así que Karolina y sus amigas lo vistieron a el y a las muñecas y tuvieron varias bodas. Dimitri estuvo asado al menos diez veces.” No pude evitar reírme al pensar en el sexy Dimitri dejando que sus hermanas mayores lo vistieran. El probablemente habría tratado su ceremonia de boda con la muñeca tan seria y estoicamente como trataba sus deberes como guardián. Otras personas hablaron, y trate de seguir el hilo con las traducciones. Todas las historias eran sobre la amabilidad de Dimitri y sobre su fuerza de carácter. Incluso cuando no batallaba a los no muertos, Dimitri siempre había estado ahí para ayudar a los que lo necesitaban.
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Casi todos podían recordar una vez en la que Dimitri había ayudado a otros, yendo mas haya para hacer lo que era correcto, incluso en situaciones en que lo podían poner en peligro. Eso no me sorprendía. Dimitri siempre hacia lo correcto. Y era esa actitud la que había hecho que lo amase tanto. Yo tenia una naturaleza similar. O también corría cuando otros me necesitaban, algunas veces incluso cuando no debía. Otros me llamaban loca por hacer eso, pero Dimitri había entendido. El siempre me había entendido, y parte de las cosas en las que habíamos trabajado era como dominar ese impulso de correr hacia el peligro, para hacerlo con razón y calculando las posibilidades. Tenia el presentimiento que nadie en este mundo me entendería como el lo hizo. No había notado cuan rápido estaban corriendo las lagrimas por mis mejillas hasta que note que todos me miraban. Al principio pensé que me tenían por loca por llorar así, pero luego me di cuenta que me habían preguntado algo. “Quieren que les cuentes sobre los ultimo días de Dimitri,” Viktoria dijo. “Dinos como era. Que hizo. Como se portaba.” Use mi manga para limpiar mi rostro y voltee la mirada, enfocándome en el fuego. Ya antes había hablado enfrente de otros sin dudar, pero esto era diferente. “yo . . . no puedo,” le dije a Viktoria, mi voz tensa y suave. “no puedo hablar sobre el.” No me había dado cuenta como la lagrimas corrían por mis mejillas hasta que vi que todo el mundo me miraba. “Ellos quieren que le hables sobre los últimos días de Dimitri,” dijo Victoria. “Cuentos algo. Lo que él hizo. Como él era.” Use mi manga para limpiarme la cara y mire hacia otro lado, concentrándome en la hoguera. Yo había hablado delante de otros antes sin duda, pero esto era diferente. “Yo… no puedo,” le dije a Victoria, con una voz suave y tensa. “No puedo hablar de él.” Ella apretó mi mano. “Por favor. Ellos necesitan oír acerca de él. Ellos necesitan saber. Solo dimos algo. Como era él.” “El… era tu hermano. Tu sabes como es.” “Si,” ella dijo suavemente. “Pero nosotros queremos saber cómo piensas tu que era él.” Mis ojos estaban todavía mirando el fuego, viendo como las llamas bailaban y pasaban de naranja a azul. “El… fue el mejor hombre que yo he conocido.” Pare de hablar para abrazarme a mi misma, y Victoria aprovecho la oportunidad para traducir mis palabras en Ruso. “Y él fue uno de los mejores guardianes. Quiero decir, él era joven en
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comparación de otros, pero todo el mundo sabía quién era él. Todos conocían su reputación, y mucha gente confiaba en el para pedirle un consejo. Ellos le llaman Dios. Y cada vez que había una pelea… o peligro… siempre era él el primero en ofrecerse. Nunca se estremeció ante el peligro. Y un par de meses atrás, cuando fue atacada nuestra escuela…” Trague un poco de saliva. Los Belikovs habían dicho que sabían del ataque – y que todo el mundo sabia y por las caras que veía eso era cierto. Yo no necesitaba recordar esa noche, o los horrores que había visto. “Esa noche,” continúe. “Dimitri corrió para enfrentarse a los Strigoi. Él y yo estábamos juntos cuando nos dimos cuenta que estaba atacando. Yo quería quedarme y ayudar, pero él no me fue mencionado varias veces. Cuando termino, se bebió su copa. Todos los demás también lo hicieron, por lo que seguí su ejemplo. Y casi me ahogo. Era como fuego en forma líquida. Me tomo toda la fuerza que tenia pasarlo y escupirlo enfrente de todos los que me rodeaban. “Qu… que es esto?” pregunte, tosiendo. Viktoria sonrió. “Vodka.” Mire el vaso. “No, no lo es. He probado el vodka antes.” “No vodka ruso.” Aparentemente no. Me obligue a tomar el resto de la taza, por respeto a Dimitri, a pesar de que tenia la sensación de que si él estuviera aquí, estaría negando con la cabeza. Pensé que había acabado con todo después de contar la historia, pero aparentemente no. Todo el mundo me hacía preguntas. Ellos querían saber más acerca de Dimitri, más de cómo había sido su vida recientemente. También querían saber de mi vida, y Dimitri como pareja. Todos parecían haber descubierto que Dimitri y yo habíamos estado enamorados – y ellos estaban de acuerdo con ello. Me preguntaron de cómo nos conocimos, cuánto tiempo habíamos estado juntos… Y todo el tiempo, la gente seguía llenando mi vaso. Determinada a no quedar como idiota otra vez, seguí bebiendo hasta que finalmente pude tomar el vodka sin toser o escupir. Cuanto mas bebía, mas fuerte y más animadas conté las historias. Empecé a sentir un hormigueo en mis piernas y una parte de mi sabía que era una mala cosa. Muy bien, todo mi cuerpo lo sabía.
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Finalmente, la gente empezó a irse. No tenía ni idea de que hora era, pero creo la media noche. Tal vez mas tarde. Yo también me pare, y resulto mas difícil de lo que esperaba. El mundo se tambaleo, y mi estomago no estaba muy contento con migo. Alguien alcanzo a agarrarme del brazo y me mantuvo estable. “Tranquila,” dijo Sidney. “No te apresuras.” Lentamente, con cuidado, me llevo hacia la casa. “Dios,” me lamente. “Ellos usan eso como combustible para cohetes?” “Nadie hizo que tu siguieras bebiendo.” “Hey, no me sermonees. Además, yo tenía que ser cortes.” “Claro,” dijo ella. Entramos en la casa y fue una tarea imposible conseguir subir las escaleras para ir al cuarto que Olena me había dado. Cada paso fue una agonía. “Ellos sabían de mi y Dimitri,” le dije, preguntándome si yo estaría diciendo cosas sin sentido. “Pero yo nunca les dije que nosotros habíamos estado juntos.” “Tu no tuviste que hacerlo. Está escrito en tu cara.” “Ellos actuaron como si yo fuera su viuda o algo asi.” “Podría ser que lo fueras.” Llegamos a la habitación, y ella me ayudo a sentarme en la cama. “No mucha gente se casa por aquí. Si estas con alguien en tiempo suficiente, me imagino que es lo mismo.” Suspire y con la mirada perdida, sin mirar en ningún lugar en especial. “Lo extraño mucho.” “Lo siento,” dijo ella. “Seré capas de sentirme mejor algún día?.” La pregunta pareció cogerla por sorpresa. “Yo… yo no lo se.” “Alguna vez has estado enamorada?” Ella sacudió la cabeza.”No.”
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Yo no estaba segura si ella tenía suerte o no. No estaba segura de si todos los días que había vivido con Dimitri valían la pena por todo el dolor que estaba viviendo en estos momentos. Un momento después, yo sabia la verdad. “Por supuesto que valían la pena.” “Huh?” pregunto Sydney. Y me di cuenta que había hablado en voz alta. “Nada. Solo estaba hablando conmigo misma. Debo dormir un poco.” “Necesitas algo mas? Te vas a poner enferma?” Evalue mi estomago por si estaba revuelto. “No, pero gracias.” “Está bien.” Y en su formal más general, brusca, se fue, apagando las luces y cerrando la puerta. Yo había pensado que se me dormiría enseguida. Honestamente, yo lo quería. Mi corazón se había abierto demasiada esta noche por Dimitri, y yo solo quería que el dolor se fuera. Quería oscuridad y olvido. En su lugar, tal vez porque yo era una masoquista, mi corazón decidió acabar el trabajo y extrayendo todo por la herida. Fui a visitar a Lissa.
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CAPITULO 10 Todo el mundo había congeniado tan bien en el almuerzo con Avery que el grupo se había reunido una vez más por la noche y había una especie de periodo desenfrenado. Lissa estaba pensando en eso mientras estaba sentada en su primer período en la clase de Inglés a la mañana siguiente. Se había quedado levantada hasta muy tarde anoche, escabulléndose pasado el toque de queda. El recuerdo trajo una sonrisa a la cara de Lissa, incluso cuando ahogó un bostezo. No pude evitar sentir una pequeña punzada de celos. Sabía que Avery fue responsable de la felicidad de Lissa, y que eso me molestó en un nivel menor. Sin embargo... la nueva amistad de Avery también me hace sentir menos culpable por dejar Lissa. Lissa volvió a bostezar. Era difícil concentrarse en La Letra Escarlata mientras que luchaba contra la leve resaca. Avery parecía tener un suministro sin fin de bebidas alcohólicas. Adrian ha adoptado hacia este camino, pero Lissa había sido un poco más reticente. Ella había abandonado sus días de fiesta hace mucho tiempo, pero ella finalmente sucumbió ayer por la noche y bebió más vasos de vino de los que realmente debería. No se diferencia de mi situación con el vodka, irónicamente. Ambas excedidas, a pesar de estar a millas y millas de distancia. De repente, un agudo gemido atravesó el aire. La cabeza de Lissa se disparó, junto con todos los demás en la clase. En un rincón de la habitación, una pequeña alarma de fuego brillo y gritó su advertencia. Naturalmente, algunos estudiantes comenzaron a festejar mientras que algunos fingían tener miedo. El resto simplemente se mostró sorprendido y esperaron. La instructora de Lissa también parecía un poco sorprendida, y después de un examen rápido, Lissa decidió que esta alarma no fue planeada. Los maestros por lo general tenían planeado cuando había ejercicios, y la Sra. Malloy no tenía la molesta expresión habitual que los maestros usaban cuando se trataba de averiguar el tiempo que el ejercicio les reduciría de sus lecciones. "Levántense y vamos," dijo la Sra. Malloy enfadada, agarrando un portapapeles. "Saben a dónde ir." El procedimiento del ensayo de incendio era bastante estándar. Lissa siguió a los otros y se topo en el paso con Christian. -"¿Sabes tu componer esto?" Bromeó. -“Nope. Ojalá lo hiciera, sin embargo. Esta clase me está matando”. "¿Tú? Tengo el peor dolor de cabeza." Le dio una sonrisa de complicidad. "Que sea una lección para usted, Little Miss Lush*." Ella hizo una mueca a cambio y le dio un ligero golpe. Llegaron con la clase al punto de encuentro fuera en el patio y se unieron a lo que parecia una línea que los otros estaban tratando de formar.
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La Sra. Malloy llegó y comprobó en su clipboard* que todos estuvieran, satisfecha de que nadie fue dejado atrás. "No creo que esto fuera planeado", dijo Lissa. "De acuerdo", dijo Christian. "Lo que significa que incluso si no hay fuego, que esto podría tomar un tiempo ". "Bueno, entonces. No hay que estar esperando, ¿eh?" Christian y Lissa se volvieron con sorpresa por la voz detrás de ellos y vieron a Avery. Ella llevaba un vestido morado de suéter y tacones negros que parecían totalmente fuera de lugar en la hierba mojada. "¿Qué estas haciendo aquí?", preguntó Lissa. "Imaginé que estarías en tu habitación." "Lo que sea. Es tan aburrido allí. Tenía que venir liberarlos a ustedes ". "Tu hiciste esto?", Preguntó Christian, un poco impresionado. Avery se encogió de hombros. "Te lo dije, me aburría. Ahora, vamonos mientras aun este el caos". Christian y Lissa se miraron. "Bueno", dijo Lissa lentamente, "Supongo que ya nos checaron asistencia..." "¡Date prisa!", Dijo Avery. Su entusiasmo era contagioso, y, sintiéndolo en negritas, Lissa se apresuró a ella, Christian detras. Con todos los estudiantes desordenados, nadie reparo en ellos mientras cruzaban todo el campus- hasta que llegaron a la parte exterior de los dormitorios de huespedes. Simon estaba apoyado contra la puerta, y Lissa se puso rígida. Fueron reventado. "Todo establecido?" Avery le preguntó. Simon, definitivamente del tipo fuerte y silencioso, hizo un gesto rápido como su única respuesta antes de enderezarse. Se metió las manos en los bolsillos de la chaqueta y se alejó. Lissa miró con asombro. "Simplemente ... él sólo va a dejarnos ir? Y el no esta en esto?" Simón no estaba en el campus como un maestro, pero... esto no significa necesariamente que él habría dejado a los estudiantes saltarse sobre las clases a causa de un falso simulacro de incendio. Avery sonrió con picardía, viendo como se marchaba. "Hemos estado juntos durante un tiempo. Tiene cosas mejores que hacer que cuidar de nosotros." Ella entro, pero en vez de ir a su habitación, ella corto hacia una sección diferente del edificio y fue a algún lugar que yo conocía bien: La habitación de Adrián. Avery golpeo en la puerta. “Hey, Ivashkov! Abre.” Lissa puso una mano sobre su boca para ahogar sus risas. "Tanto sigilo para que. Todo el mundo va a oír. " "Necesito que me escuche", Avery argumentó. Ella siguió golpeando en la puerta y gritando, y, por último, Adrián respondió. Su cabello sobresalía en ángulos impares, y había círculos oscuros bajo sus ojos. Había bebido al menos lo doble que Lissa la noche pasada. "¿Qué...?" Él parpadeó. "¿No deberían ustedes estar en clase? Oh, Dios. No he dormido demasiado, ¿lo hice? " "Déjanos pasar", dijo Avery, pasando empujandolo. "Tenemos a los refugiados de un incendio aquí".
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Ella fue rápido a su cama, pareciendo estar en casa mientras sel se quedo mirando. Lissa y Christian se unieron a ella. "Avery activo la alarma de incendios", explicó Lissa. "Buen trabajo," dijo Adrian, dejandose caer en una mullida silla. "Pero ¿por qué tienen que venir aquí? Es este el único lugar que no se está quemando?" Avery parpadeo hacia él. “¿No estás feliz de vernos?" Él la miró especulativamente por un momento. "Siempre feliz de verte." Lissa era normalmente bastante mojigata sobre este tipo de cosas, pero algo le divertía. Fue tan salvaje, tan tonto... fue un descanso de todos sus recientes preocupaciones. "No les va a llevar mucho tiempo averiguarlo, tu sabes. Ellos podrían dejar entrar a cada uno ahora mismo". "Podrían hacerlo," Avery estuvo de acuerdo, poniendo los pies sobre la mesa del cafe. "Pero yo tengo de buena fuente que otra alarma se activara en la escuela una vez que ellos abran las puertas". "¿Cómo demonios hiciste eso?", Preguntó Christian. "Es un secreto". Adrian se restregó los ojos y estaba claramente divertido por esto, a pesar del brusco despertar. "No se pueden activar las alarmas de incendios todo el día, Lazar." "En realidad, lo tengo de buena fuente que una vez que den la vía libre en la segunda alarma, una tercera se activara". Lissa se echó a reír, aunque mucho de ello se debió más a las reacciones de los chicos y menos al anuncio de Avery. Christian, en accesos de rebelión antisocial, había prendido fuego a la gente. Adrian pasaba la mayor parte de los días de fumador y borracho empedernido. Para que una chica linda de la sociedad como Avery los asombrara, algo realmente extraordinario tenía que suceder. Avery parecía muy contenta por haberlos superado a ellos. "Si el interrogatorio ha terminado", ella dijo," ¿no vas a ofrecerle a tus huéspedes algo refrescante?" Adrian se levantó y bostezó. "Bien, bien, niña insolente. Voy a hacer café." "Con un shot*?" Ella inclinó la cabeza hacia el gabinete de los licores de Adrián. "Tienes que estar bromeando," dijo Christian. "¿Qué no tienes para eso un hígado a la izquierda?" Avery se acercó al armario y tomó una botella de algo. Ella se lo entregó a Lissa. "Tu juegas?" Incluso la rebeldía de Lissa tenia limites por las mañanas. El dolor de cabeza por el vino aún latía en su cabeza."Uf,no." "Cobardes", dijo Avery. Se volvió a Adrián. "Bueno, entonces, Sr. Ivashkov, eres el mejor para el pote*. Siempre me ha gustado un poco café con mi copa de brandy." Poco después de eso, me aleje de la cabeza de Lissa y me quede en la mío propia de nuevo, regresando a la oscuridad para dormir y a los sueños ordinarios. Era efímero, sin embargo, viendo como una palpitación ruidosa de pronto me tiró en el conocimiento. Mis ojos volaron abiertos, y un profundo, quemando un golpe de dolor en la
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parte trasera de mi craneo- los efectos secundarios de aquel vodka tóxico, sin duda. La resaca de Lissa no tenia nada sobre la mia. Empecé a cerrar los ojos, con ganas de hundirme hacia abajo y dejar al sueño curar lo peor de mi dolor. Entonces, escuché el golpe de nuevo, y peor aún, mi cama se sacudió violentamente. Alguien estaba pateandola. Al abrir los ojos otra vez, me voltee y me encontré mirando los ojos oscuros de Yeva. Si Sydney había conocido a muchos dhampirs como Yeva, pude entender por qué pensaba que nuestra raza eran esbirros del infierno. Frunciendo los labios, Yeva pateó la cama de nuevo. "Hey", le grite. "Estoy despierta, ¿de acuerdo?" Yeva murmuró algo en ruso, y Paul se asomó por detrás de ella, traduciendo. "Ella dice que no se está despierto realmente hasta que estés fuera de la cama y de pie." Y sin más aviso, esa vieja sádica siguió pateando la cama. Me levante, y el mundo giraba a mi alrededor. Yo ya había dicho esto antes, pero esta vez, lo decía en serio: Yo nunca iba a volver a beber. Nada bueno ha salido nunca de esto. Las cobijas parecían terriblemente tentadoras para mi cuerpo agonizante, pero algunas patadas de las botas puntiagudas de Yeva me hicieron salir de la cama. "Vale, vale. ¿Estás contenta ahora? Estoy arriba." La expresión de Yeva no cambio, pero al menos se detuvo con las patadas. Me volví a Paul. "¿Qué está pasando?" "La abuela dice que tienes que ir con ella." "¿Dónde?" "Ella dice que tu no necesitas saber." Empecé a decir que yo seguiría a esa anciana loca a cualquier lugar, pero después de un vistazo a su espantosa cara, yo lo pensé mejor. No lo puse delante de ella capaz que podría ransformar a la gente en sapos. "Bien", dije. "Estaré lista para ir una vez que me duche y me cambie." Paul tradujo mis palabras, pero Yeva movió la cabeza y volvió a hablar. "Ella dice que no hay tiempo", explicó. "Tenemos que ir ahora." "¿Puedo al menos, cepillarme los dientes?" Ella me permitió la pequeña concesión, pero un cambio de ropa estaba aparentemente fuera de cuestión. Era menos mal. Cada paso que daba me hizo sentir mareada, y probablemente me habría desmayado de hacer algo tan complicado como vestirse y desvestirse. La ropa no apestaba ni nada, sino que estaba en su mayoría arrugada de donde me había quedado dormida sobre ella. Cuando bajé, vi que nadie más estaba despierto, excepto Olena. Estaba lavando los platos sucios de la noche anterior y se mostró sorprendida de verme despierta. Eso hizo que fueramos dos. "Es temprano para ti, ¿no?", Preguntó. Me di vuelta y vi el reloj de la cocina. Exclamé. Solo pasaron unas cuatro horas después de que me había ido a la cama. "¡Dios mío. El sol siempre esta arriba?" Sorprendentemente, lo estaba. Olena se ofreció a hacerme el desayuno, pero de nuevo, Yeva reiterando nuestra escasez de tiempo. Mi estómago parecía al mismo tiempo querer y detestar los alimentos, así que no podría
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decir si la abstención era una cosa buena o no. "Lo que sea," le dije. "Vamos justo a ir a buscar esto." Yeva entró en la sala de estar y regresó uno momento más tarde con una bolsa grande. Ella me la dio expectante. Yo me encogi de hombros y me lo lleve, colgando por encima de un hombro. Está claro que había cosas en él, pero no era tan pesada. Volvió a la otra habitación y regresó con otro bolso. Tomé este también y me lo colgue en el mismo hombro, balanceando los dos. Este era más pesado, pero mi espalda no se quejo demasiado. Cuando se fue por tercera vez y volvió con una caja gigante, empecé a enfadarme. "¿Qué es esto?" Pregunté, quitandolsela. Se sentía como que había ladrillos en ella. "La abuela te necesita para llevar algunas cosas", Paul me dijo. "Sí", le dije con los dientes apretados. "En cierto modo me lo imaginé hace cincuenta libras." Yeva me dio una caja más, apilándola en la parte superior de la otra. No era tan pesada, pero por este punto, sinceramente, no me importaba. Olena me lanzó una mirada compasiva, sacudió la cabeza, y regresó silenciosamente a sus platos, al parecer no iba a discutir con Yeva. Yeva partió después de esto, y yo seguí obedientemente, tratando de mantener tanto las cajas y no dejar que las bolsas caer de mi hombro. Es una carga pesada, una que mi cuerpo con resaca en realidad no quería, pero yo soy lo suficientemente fuerte que pensé que no sería un problema para ir a una ciudad o donde quiera que me estaba llevando. Paul corrío a mi lado, aparentemente para dejarme saber si Yeva encontró algo en el camino que también quería llevar también. Parecía que estaba cayendo la primaqvera en Siberia mucho mas rápido de lo que alguna vez lo hizo en Montana. El cielo estaba despejado, y el sol de la mañana calentaba las cosas sorprendentemente rápido. Esto apenas era el principio de verano, pero definitivamente fue suficiente para notarlo. Este clima habría hecho de una caminata algo muy incomodo para un Moroi. "¿Sabes tu a dónde vamos?" Le pregunté a Paul. "No", dijo alegremente. Para alguien tan viejo, Yeva podía moverse a muy buen ritmo, y me encontré dándome prisa para mantenerme al paso de ella con mi carga. En un momento, miró hacia atrás y dijo algo que Paul tradujo como: "Esta bastante sorprendida de que tu no puedas moverte más rápido". "Sí, bueno, estoy un poco sorprendida de que nadie más puede cargar algo de esto". El tradujo de nuevo: "Ella dice que tu eres realmente una famosa asesina de Strigoi, entonces esto no debería ser un problema." Yo estaba llena de un gran alivio cuando el centro estuvo a la vista... solo que seguimos caminando pasando de el. "¡Oh, vamos," dije. "¿Dónde diablos vamos?" Sin dar una mirada hacia atrás, Yeva recitó algo. "La abuela dice que el tio Dimka nunca se hubiera quejado tanto," Paul dijo. Nada de esto fue culpa de Paul, él era sólo el mensajero. Sin embargo, cada vez que él hablaba, yo quería agarrarlo a patadas. No obstante, segui llevando mi carga y no dije nada mas el resto de la caminata.
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Yeva tenía razón hasta cierto punto. Yo era una cazadora de strigois, y es cierto que Dimitri no se habría quejado de los caprichos de una anciana loca. Lo hubiera hecho su deber con paciencia. Traté de llamarlo en mi mente y sacar la fuerza de él. Pensé en ese momento en la cabaña de nuevo, pensé en la forma en que sus labios se sentían sobre los mios y en la maravillosa esencia de su piel cuando me acercó más a él. Podía oír su voz una vez más, susurrando en mi oído que me amaba, que era hermosa, que yo era la unica... pensar en él no le quito lo incomodo a mi viaje con Yeva, pero lo hizo un poco más soportable. Caminamos durante casi una hora más antes de llegar a una casa pequeña, y yo estaba a punto de caerme aliviada, empapada en sudor. La casa era de un piso, hecha naturalmente, con tablas marrones erosionadas. Las ventanas, sin embargo, estaban rodeadas sobre tres lados por una exquisita y sumamente estilizada persiana azul cubierta con un diseño blanco. Fue el mismo tipo de uso de colores llamativos que había visto en los edificios en Moscú y San Petersburgo. Yeva llamó a la puerta. Al principio sólo había silencio, y me entró el pánico, pensando que tendríamos que dar vuelta y regresar. Finalmente, una mujer abrió la puerta, una mujer Moroi. Tal vez tuviera treinta años, muy bonita, con pómulos salientes y pelo rubio. Ella exclamó con sorpresa al ver a Yeva, sonriéndole y saludándola en ruso. Hechando un vistazo hacia Paul y a mi, la mujer rápidamente se aparto y gesticulo dejándonos pasar. Ella cambió al inglés tan pronto como se di cuenta de que yo era estadounidense. Todas estas personas eran bilingües sorprendentemente. No era algo que yo viera muy a menudo en los EE.UU. Ella señaló a una mesa y me dijo que pusiera todo ahi, lo que yo hize con alivio. "Mi nombre es Oksana," dijo, estrechando mi mano. "Mi esposo, Mark, esta en el jardín y debe llegar en breve". "Soy Rose" Le dije. Oksana nos ofrecio sillas. La mía era de madera y con la espalda recta, pero en ese momento, se sentia como si estuviera en la cama. Suspire aliviada y me limpie el sudor de mi frente. Mientras tanto, Oksana desempaqueto las cosas que había llevado. Las bolsas estaban llenas de las sobras del funeral. La caja de arriba contenía algunos platos y ollas, qué Paul me explicó habían sido prestadas por Oksana hace algún tiempo. Oksana finalmente llegó a la caja de abajo, y entonces ayudenme, estaba llena de ladrillos para el jardín. "Tienes que estar bromeando", le dije. A través de la sala de estar, Yeva miraba muy satisfecha. Oksana estaba encantada con los regalos. "¡Oh, Mark estará feliz de tener estas." Ella me sonrió. "Fue muy amable de tu parte traerlo de esta manera todo el camino". "Feliz por ayudar", Le dije secamente. La puerta trasera se abrió, y un hombre entró- Mark, presumiblemente. Era alto y rechoncho, con el pelo canoso lo que indica que es mayor que Oksana.
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Se lavó las manos en el fregadero de la cocina y luego se volvió para unirse a nosotros. Casi me quede sin aliento cuando vi su rostro y descubri algo extraño aparte de la diferencia de edad. Era un Dhampir. Por un momento, me pregunté si el era alguien más y no su esposo, Mark. Pero ese era el nombre con el que Oksana lo presentó , y la verdad me golpeó: un Moroi y un Dhampir casados. Seguro, nuestras dos razas enganchan todo el tiempo. Pero el matrimonio? Esto es muy escandaloso en el mundo Moroi. Traté de mantener la sorpresa fuera de mi cara y comportarme tan educadamente como pude. Oksana y Mark parecían muy interesados en mí, aunque ella llevo la mayor parte de la conversación. Mark simplemente observaba, con la curiosidad en su rostro. Tenía el pelo hacia abajo, así que mis tatuajes no podrían haber dado mi status de desprometida. Tal vez sólo se estaba preguntando cómo una chica americana había encontrado su salida en la mitad de la nada. Tal vez pensó que yo era una nueva puta de sangre. En mi tercer vaso de agua, empecé a sentirme mejor. Fue alrededor de ese momento que Oksana dijo que deberíamos comer, y para entonces, mi estómago estaba preparado para ello. Oksana y Mark preparon la comida juntos, rechazando cualquier oferta de ayuda. Ver a la pareja trabajar era fascinante. Yo nunca había visto un equipo tan eficiente. Ellos nunca iban en el camino del otro y nunca necesitaron hablar acerca de lo siguiente que harian. Ellos sólo sabían. A pesar de la remota ubicación, los artefactos de la cocina eran modernos, y Oksana puso en el microondas un plato con algún tipo de guisado de patatas. Mark estaba de espaldas a ella mientras hurgaba en el refrigerador, pero tan pronto ella pulso iniciar, el dijo, "No, no es necesario tanto tiempo". Parpadeé con sorpresa, mirando hacia atrás y al frente entre ellos. El ni siquiera había visto el tiempo que ella había seleccionado. Entonces, lo tuve. "Están conectados," -exclame-. Ambos me miraron con la misma sorpresa. “Sí. ¿No te lo dijo Yeva?” Oksana preguntó. Le di una mirada rápida a Yeva, quien otra vez tenía esa mirada de autosatisfacción en su cara. “No. Yeva no has sido muy sincera esta mañana.” “Todo el mundo por aquí lo sabe”, Oksana dijo, regresando a su trabajo. “Entonces… eres una usuario del espíritu.” Ella hizo una pausa otra vez. Ella y Mark intercambiaron miradas sorprendidas. “Eso”, ella dijo, “no es algo que sea muy conocido.” “La mayoría de la gente piensa que no te has especializado, ¿cierto?” “¿Cómo lo sabes?” Porque era exactamente cómo había sido para Lissa y para mí. Las historias de conexiones siempre habían existido en la cultura Moroi, pero cómo habían surgido las conexiones siempre era un misterio. Generalmente se creía que ellas “simplemente ocurrían.” Como Oksana, Lissa generalmente había sido considerada como un Moroi que no se
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había especializado y que no tenía ninguna habilidad especial con un elemento. Nos dimos cuenta ahora, por supuesto, que esa unión sólo ocurría con los usuarios del espíritu, cuando salvaban las vidas de otros. Algo en la voz de Oksana me dijo que ella no estaba realmente asombrada de que yo lo supiera. No tenía claro, como me entere, sin embargo, me quedé demasiado confundida por mi descubrimiento por decir cualquier otra cosa. Lissa y yo nunca, nunca habíamos encontrado con otro par con ese tipo de conexión. Sólo estábamos al corriente de los legendarios Anna y Vladimir. Y esas historias estaban cubiertas por una túnica de siglos de historia incompleta, dificultando saber los hechos desde la ficción. Los únicos personajes que teníamos del mundo del espíritu eran Ms. Karp una antigua maestra que se volvió demente y Adrian. Hasta ahora, él había sido nuestro más grande descubrimiento, un usuario del espíritu que era más o menos estable, dependiendo de cómo lo veas. Cuando la comida estuvo lista, el espíritu no volvió a surgir. Oksana condujo la conversación, limitándose a temas leves y saltando entre los lenguajes. Los estudié, a ella y Mark mientras comían, buscando cualquier señal desequilibrio. No vi nada. Tenían la apariencia de personas perfectamente tranquilas, perfectamente ordinarias. Si yo no supiera lo que sucedía, no habría tenido razón para sospechar cualquier cosa. Oksana no parecía deprimida o desequilibrada. Mark no había recibido la maligna oscuridad que algunas veces fluía en mí. Mi estómago le dio la bienvenida a la comida, y lo último de mi dolor de cabeza se desvaneció. En parte, sin embargo, una sensación extraña paso a través de mí. Un mareo, como un revoloteo en mi cabeza, y una oleada de calor y frio cruzo a través de mí. El sentimiento desapareció tan rápidamente como vino, y esperé que fuera lo último de los efectos malos del vodka del diablo. Terminamos de comer, y di un salto para ayudar. Oksana negó con la cabeza. “No, no hay necesidad. Tu deberías ir con Mark.” “¿Huh?” Pregunté. Él dio golpecitos ligeros en su cara con una servilleta y entonces se puso de pie. “Sí. Salgamos al huerto.” Entendí porque, entonces me detuve y mire hacia atrás, hacia Yeva. Esperé que me llamara la atención por dejar los platos. En lugar de eso, no encontré el aspecto presumido o de desaprobación. Su expresión era… pensativa. Casi preocupado. Algo acerca de eso envió un temblor que bajo por mi espalda, y recordé las palabras de Viktoria: Yeva había soñado con mi llegada. Mark me guió por un huerto que era mucho más grande de lo que esperaba, incluía una cerca gruesa y árboles frondosos. Las hojas nuevas colgaban de ellos, aislando lo peor del calor. Varios arbustos y flores que estaban floreciendo, de aquí para allá, los brotes jóvenes estaban en camino a su edad adulta. Era hermoso, y me pregunté si Oksana había intervenido en esto. Lissa podía hacer que las
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plantas crecieran con el espíritu. Mark me llamó con gestos hacia un banco de piedra. Nos sentamos juntos, y el silencio nos rodeo. “Entonces”, él dijo. “¿Qué te gustaría saber?” “Wow. Tu no pierdes el tiempo.” “No veo ningún asunto en eso. Debes de tener muchas preguntas. Me esmeraré por contestarlas.” “¿Cómo lo sabes?” Pregunté. “Que yo tambien soy una Besada por la sombra. Ya lo sabías. Él asintió. “Yeva nos lo dijo”. Bueno, esa era una sorpresa. “¿Yeva?” “Ella puede sentir las cosas… cosas que el resto de nosotros no podemos. Sin embargo no siempre sabe lo que significa esa percepcion. Sólo sabe que hay algo extraño contigo, y sólo una vez ella había sentido eso alrededor de otra persona. Así es como ella te trajo hacia mí.” “Me da la impresión de que ella pudo haber hecho eso sin que yo hubiera tenido que llevar cosas de valor de una familia.” Eso le hizo reír. “No te des por aludida. Ella te estaba probando. Quiso ver si eras un adversario digno de su nieto.” “¿Con qué fin? Él está muerto ahora.” Casi me atraganté con las palabras. “Cierto, pero para ella, eso aun es muy importante. Y, a propósito, ella piensa que eres digna.” “Ella tiene una manera graciosa de demostrarlo. Digo, además de traerme aquí para conocerte.” Él se rió otra vez. “Aun sin ella, Oksana habría adivinado al momento de conocerte. Ser una Besada por la Sombra te hace poseedora de un aura.” “Así es que ella también puede ver auras”, murmure. “¿Qué más puede hacer? Ella debe poder curar, o tú no serias un Besado por la Sombra. ¿Ella tiene súper compulsión? ¿Puede caminar en los sueños?” Algo había tomado su atención. “Su compulsión es fuerte, sí… ¿pero qué quieres decir con caminar en los sueños?” “Algo como… ella entrando en la mente de alguien cuando está dormido. En cualquier mente, no simplemente en la tuya. Entonces podría tener conversaciones, como si estuvieran juntos. Mi amigo lo puede hacer.” La expresión de Mark me indico que eso era algo nuevo para él. “¿Tu amigo? ¿Tu conector Moroi dices?”¿conector? Nunca había oído ese término. Sonaba extraño, pero tenía sentido. “No… otro usuario del espíritu.” “¿Otro? ¿Cuántos conoces?” “Tres, técnicamente. Bueno, cuatro ahora, contando a Oksana.” Mark se giro, clavando distraídamente los ojos en un grupo de flores rosadas. “Tantos… es increíble. Sólo he conocido a otro usuario del espíritu, y eso años atrás. Él también estaba conectado a su guardián. Ese guardián murió, y eso le desgarró. Aun así nos ayudó cuando Oksana y yo estábamos tratando de aclarar las cosas.”
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Me había preparado para afrontar mi muerte todo el tiempo, y tuve miedo por Lissa. Pero simplemente, nunca se me había ocurrido que esto sería por una conexión. ¿Cómo afectaría a la otra persona? ¿Sería como tener un hueco abierto, donde una vez tú habías estado íntimamente asociado a alguien más? “Él nunca mencionó lo de caminar por los sueños de otros” Mark continuó. Se rió ahogadamente, agradables líneas se arrugaron alrededor de sus ojos azules. “Pensé que iba ayudarte, pero tal vez estés aquí para ayudarme a mí.” “No lo sé”, le dije con duda. “Pienso que ustedes tienen más experiencia en esto que nosotros.” “¿Dónde está tu conector?” “En U.S.” No sabía qué hacer, pero en cierta forma, necesitaba decirle toda la verdad. “Yo… la dejé.” Él frunció el ceño. “¿La dejaste… como simplemente viajaste? ¿O la dejaste como si la hubieras abandonado?” Abandonado. La palabra fue como una bofetada en mi cara, y repentinamente, todo lo que podía visualizar era el último día que la había visto, cuando la había dejado llorando. “Tenía cosas que hacer”, dije evasivamente. “Sí, Lo sé. Oksana me lo dijo.” “¿Debo decirte qué?” Ahora él vaciló. “Ella no debería de haberlo hecho… intenta no hacerlo” “¿Hacer qué?” Exclamé, inquieta por razones que no podía explicar. “Ella, pues bien… ella reviso tu mente. Durante la comida.” Recordé y repentinamente vino el cosquilleo en mi cabeza, el calor rodando sobre mí. “¿Qué quiere decir eso exactamente?” “Un aura le puede decir a un usuario del espíritu sobre la personalidad de alguien. Pero Oksana también puede cavar más allá, profundizando en la verdad leyendo información específica acerca de una persona. Algunas veces puede vincular esa habilidad con la compulsión… pero los resultados son los mismos, muy poderoso. Y el daño. No es correcto hacer esto con alguien con quien no tienes una conexión.” Me tomó un momento analizar eso. Lissa y Adrian no podían adivinar los pensamientos a otros. Lo más cercano que Adrian hacia sobre esto , era caminar en los sueños de alguien. Lissa no podía hacer eso, ni siquiera conmigo. Yo podía sentirle, pero no sucedía lo contrario. “Oksana pudo sentirlo… oh, no sé cómo explicarte. Hay una aturdimiento en ti. Estas en algún tipo de búsqueda. Hay venganza escrita por toda tu alma.” Él repentinamente se acerco y levantó mi pelo, mirando fijamente mi cuello. “Tal como lo pensé. Eres una no prometida.” Sacudí con fuerza mi cabeza hacia atrás. “¿Por qué esto tan importante el asunto? El pueblo entero, está lleno de dhampirs que no son guardianes.” A pesar de eso pensaba que Mark era estupendo, pero ser regañada siempre me irritaba. “Sí, pero han decidido instalarse aquí. Tu… les gustas a los demás…vas a convertirte en un guardián de calidad mediocre. Estas obsesionada
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con cazar Strigois por ti misma, con una personalidad dispuesta a enmendar los errores que la raza entera ha atraído sobre nosotros. Eso sólo puede inducir mas problemas. Lo veo todo el tiempo.” “¿Todo el tiempo?” Pregunté, alarmada. “¿Por qué crees que numerosos guardianes flaquean?" "Dejan de tener casas y familias. O resultan como tú, siguen peleando por su cuenta sin estar atados a nada. A menos que estén alquilados para ser guardaespaldas o cazadores Strigoi.” “Dhampirs de alquiler… ” Repentinamente comencé a entender como un miembro no real como Abe tenía sus guardianes. El dinero podía lograr todo, supuse. “Nunca escuche algo como eso.” “Claro que no. ¿Piensas que los Moroi y los otros guardianes quieren que esto se conozca ampliamente? ¿Quieren dejar esto frente a ti como una opción?” “No veo que está mal con cazar Strigois. Nosotros siempre defendemos, no atacamos, en lo que se refiere a Strigois. Puede que si más dhampirs salieran en defensa de ellos, no existiría tal problema.” “Quizá, pero hay formas diferentes de hacer esto, algunas mejor que otras. ¿Y cuándo sales, con un corazón lleno de dolor y venganza? Esa no es una de las mejores formas. Te hará descuidado. Y ser besada por la Sombra sólo complicará las cosas.” Me crucé de brazos sobre mi pecho y me quedé con la mirada fija y fría. “Bueno sí, bien, no es como si pudiera hacer mucho acerca de ello.” Él se volvió hacia mí, con la expresión asombrada de nuevo. “¿Por qué no haces que tu conector sane la oscuridad por ti?”
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CAPITULO 11 Clavé los ojos en Mark por varios largos segundos. Finalmente, estúpidamente, pregunté, “Dijiste….sanar?” Mark me clavó la mirada con igual sorpresa. “Sí, por supuesto. ¿Ella puede sanar otras cosas, correcto? ¿Por qué no esto? “Porque….” Fruncí el seño. “Eso no tiene ningún sentido. La oscuridad…todos los malos efectos secundarios …todos esos vienen de Lissa. Si ella sólo pudiese curarlos, ¿por qué no se sanaría a si misma?” “Porque cuando están en ella, están demasiados incrustados. Demasiado atados a su ser. Ella no puede sanarlos del mismo modo que lo hace con otras cosas. Pero una vez que tu vínculo lo ha jalado dentro tuyo, es como cualquier otra enfermedad.” Mi corazón estaba golpeando en mi pecho. Lo que él estaba sugiriendo era demasiado ridículamente fácil. No, era simplemente ridículo. Punto. No había manera, después de todo lo que habíamos pasado, de que Lissa pudiera sanar esa furia y depresión de la manera que ella podía sanar un resfriado ó una pierna rota. Victor Dashcov, a pesar de su malvada conspiración, había sabido una cantidad asombrosa a cerca de espíritus, y nos lo había explicado a nosotras. Los otros cuatro elementos eran más físicos en la naturaleza, pero el espíritu provenía de la mente y el alma. Usar tanta energía mental – para ser capaz de hacer cosas tan poderosas – no podría haberse hecho sin devastadores efectos secundarios. Nosotras habíamos estado combatiendo esos efectos secundarios desde el principio, primero en Lissa y luego en mí. No podrían simplemente irse. “Si eso fuera posible,” dije en voz baja, “entonces todos lo hubieran hecho. La Señora Karp no hubiera perdido el juicio. Anna no hubiera cometido suicidio. Lo que estás diciendo es demasiado fácil.” Mark no sabía de quiénes estaba hablando yo, pero claramente no importaba para lo que él quería expresar. “Estás en lo cierto. No es fácil en lo absoluto. Requiere de un cuidadoso balance, un círculo de confianza, y fuerza entre dos personas. Nos tomó a Oksana y a mi un largo tiempo para aprender…. Muchos duros años…” Su cara se oscureció, y sólo pude imaginar como habían sido esos años. Mi corto tiempo con Lissa había sido lo suficientemente malo. Ellos habían tenido que vivir con esto un tiempo mucho más largo que lo que nosotras. Tuvo que haber sido insoportable a veces. Lentamente, dudosamente, me atreví a darle crédito a sus palabras. “¿Pero ahora ustedes chicos están bien?” “Hmm”. Hubo un destello de sardónica sonrisa en sus labios. “Apenas diría que estamos perfectamente bien. Hay sólo un tanto que ella puede hacer, pero hace la vida manejable. Ella se aturde por sus sanaciones mientras que podamos manejarlo, desde que eso saca mucho de ella. Es drenante y limita su poder global.” “¿Qué quieres decir?”
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Él se encoge de hombros. “Ella todavía puede hacer las otras cosas….sanación, compulsión…pero no a los niveles que lo haría si ella no estuviera siempre sanándome.” Mi esperanza vaciló. “Oh. Entonces…yo no podría. No podría hacerle eso a Lissa.” “¿Comparado a lo que ella te está haciendo a ti? Rose. Tengo el presentimiento que ella pensaría que sería un trato justo.” Retrocedí mi pensamiento a nuestra última reunión. Pensé en cómo la había dejado allí, a pesar de sus súplicas. Pensé a cerca de los bajones que ella había estado experimentando en mi ausencia. Pensé en como ella se había rehusado a sanar a Dimitri cuando yo había pensado que todavía podía haber esperanza para él. Ambas habíamos sido malas amigas. Negué con la cabeza. “no lo sé”, dije con una pequeña voz. “No sé si lo haría” Mark me dio una larga, nivelada, mirada, pero no me presionó en el asunto. Él miró hacia arriba, al sol, casi como si pudiera decir la hora con ello. Él probablemente podría. Él tenía ese supervivencia-en-lajungla tipo de sensación hacia él. “Los otros se preguntarán que nos pasó. Antes que vayamos…” Él buscó dentro de su bolsillo y sacó un pequeño y simple anillo de plata. “Aprender a sanar tomará tiempo. Lo que más me preocupa ahora es el estado vigilante en el que estás. La oscuridad solamente va a empeorarlo. Toma esto.” Él extendió el anillo hacia mi. Yo vacilé y luego lo tomé. “¿Que es esto? “Oksana lo infundió con espíritu. Es un amuleto de sanación” Otra vez, el shock corrió a través mío. Los Moroi hechizaban objetos con los elementos todo el tiempo. Las estacas estaban hechizadas con todos los cuatro elementos físicos, haciéndolas letales para los Strigoi. Victor había hechizado un collar con magia de la tierra, usando la naturaleza de base de la Tierra para convertir el collar en un hechizo de lujuria. Aún el tatuaje de Sydney era un hechizo de alguna clase. Supuse que no había ninguna razón para que el espíritu no pudiera también encantar objetos , pero nunca se me había ocurrido, probablemente porque los poderes de Lissa eran todavía demasiado nuevos y demasiado ajenos. “¿Qué es lo que hace? Me refiero, ¿qué clase de curaciones?” “Ayudará con tus estados de ánimo. No se deshará de ellos, pero los reducirá- te ayuda a pensar más claramente. Podría mantenerte alejada de los problemas. Oksana hace estos para mí, para ayudarme entre las curaciones” comencé a ponérmelo rápidamente, pero él negó con la cabeza. “Guárdalo para cuando realmente te sientas fuera de control. La magia no durará por siempre. Se desvanece así como cualquier otro hechizo.” Observé el anillo, mi mente de repente se abrió a todas clases de nuevas posibilidades. Unos pocos momentos después, lo deslicé dentro del bolsillo de mi abrigo.
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Paul sacó su cabeza fuera de la puerta trasera. “La abuela quiere irse ahora,” me dijo él. “Ella quiere saber porqué estás hablando tanto tiempo y dijo que preguntara por qué mantendrías esperando y sufriendo con la espalda a alguien tan vieja como es ella.” Recordé que tan rápido había estado caminando Yeva mientras yo luchaba para seguir con mi carga. Su espalda no me había parecido tan mal para mí, pero de nuevo, recordé que Paul era sólo el mensajero y lo libré de mi comentario. “Okey, ahora voy”. Cuando él se fue, negué con la cabeza. “Es duro ser digno.” Me moví hacia la puerta, luego le dí a Marc una última mirada, mientras un pensamiento azaroso se me ocurría. “Estás diciéndome que marcharte por tu cuenta es malo…pero vos tampoco sos un guardián.” Él me sonrió nuevamente, una de esas sonrisas tristes e irónicas. “Solía ser uno. Luego Oksana salvó mi vida. Nos enlazamos y eventualmente nos enamoramos. No podía soportar el estar separado de ella después de todo, y los guardianes me habrían asignado a otro lugar. Me tenía que ir” “¿Fue difícil dejarlos?” “Mucho. Nuestra diferencia lo hizo aún más escandaloso”. Un frío extraño me recorrió el cuerpo. Mark y Oksana eran la encarnación de las dos mitades de mi vida. Ellos lucharon contra un lazo shadow-kiss como Lissa y yo lo hicimos y también enfrentaron la misma condena por su relación que Dimitri y yo tuvimos. Mark continuó, “Pero a veces, tenemos que escuchar a nuestros corazones. Y aunque me fui, yo no estoy ahí afuera yendo imprudentemente detrás de los Strigoi. Soy un hombre viejo viviendo con la mujer que ama, y ocupándose de su jardín. Allí está la diferencia-no olvides eso.” Mi mente estaba dando vueltas cuando regresé a la casa Belikov. Sin los ladrillos, la pared trasera había sido mucho más fácil. Me había dado una oportunidad de reflexionar las palabras de Mark. Me sentía como si hubiera recibido una vida de información en una hora de conversación. Oleana estaba deambulando por la casa, haciendo las tareas normales de cocinar y limpiar. Mientras que yo personalmente nunca querría pasar mis días haciendo esa clase de tareas domésticas., debía admitir que había algo reconfortante a cerca de tener a alguien que siempre estuviera alrededor, dispuesta a cocinar y preocupada por mi diariamente. Sabía que era un deseo puramente egoísta, como también sabía que mi mamá estaba haciendo cosas importantes con su vida. No debería juzgarla. Sin embargo, me hacía sentir caliente y cuidada el tener a Olena tratándome como a una hija cuando ella apenas me conocía. “¿Estás hambrienta?” preguntó ella automáticamente. Creo que uno de sus mayores miedos en su vida era que alguien pasara hambre en su casa. La perpetua falta de apetito de Sydney era
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una preocupación infinita para Olena. Escondí una sonrisa. “No, comimos en lo de Mark y Oksana.” “Ah, ¿ahí era donde estaban? Ellos son buena gente.” “¿Dónde están todos?” pregunté. La casa estaba inusualmente tranquila. Sonia y Karolina están en el trabajo. Viktoria está fuera en lo de una amiga, pero estará contenta que estés de vuelta.” “¿Qué a cerca de Sydney?” “Ella se fue un hace poquito. Dijo que iba a regresar a San Petersburgo.” “¿Qué?” exclamé. “¿Se fue para siempre? ¿Así como así?” Sydney tenía una naturaleza abrupta, pero esto era abrupto aun para ella. “Los alquimistas….bueno, ellos están siempre en movimiento”. Olena me dio un pedazo de papel. “ella dejó esto para ti”. Tomé la nota e inmediatamente la abrí. La escritura de Sydney era prolija y precisa. De alguna manera esto no me sorprendió. Rose, lamento que tuve que irme tan rápido, pero cuando los alquimistas me dicen que salte...bueno, yo salto. He hecho una parada de regreso en el pueblo agrícola en el que estuvimos para poder agarrar el Huracán Rojo y luego me voy a San Petersburgo. Aparentemente, ahora que fuiste dejada en Baia, ellos ya no necesitan que me quede. Desearía poder decirte más de Abe y lo que él quiere de ti. Aun si me fuera permitido, no hay mucho para decir. En algunos aspectos, él es tanto un misterio para ti como lo es para mí. Como dije, un montón de los negocios en los que anda son ilegales- ambos entre humanos y Moroi. El único momento en el que él se relaciona directamente con las personas es cuando algo está relacionado con ese negocio – ó si es un muy, muy especial caso. Pienso que tú eres uno de esos casos especiales, y aún si el no desea lastimarte intencionalmente, él podría querer usarte para sus propios propósitos. Podría ser simple como él contratándote como un guardaespaldas, viendo que tú eres dura. Tal vez él quiera usarte para llegar hasta otros. Tal vez esto es todo parte del plan de alguien más, alguien que es aun más misterioso que él. Tal vez él le está haciendo a alguien un favor. Zmey puede ser peligroso o gentil, todo dependiendo de lo que él necesita lograr. Nunca pensé que me importaría lo suficiente como para decirle esto a una dhampir, pero ten cuidado. No se cuáles son sus planes ahora, pero tengo el presentimiento que los problemas te siguen. Llámame si hay algo en lo que pueda ayudarte, pero si regresas a las grandes ciudades a matar Strigoi, no dejes más cuerpos desatendidos!. Te deseo todo lo mejor, Sydney P.D. “El Huracán Rojo” es como yo nombré al auto. P.D.2. Sólo porque me caes bien, no significa que yo todavía no piense que eres una endemoniada criatura de la noche. Lo eres.
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Su número de teléfono celular estaba agregado al final, y no pude evitar sonreír. Desde que habíamos ido a Baia con Abe y sus guardianes, Sydney había tenido que dejar su auto atrás, lo que la había traumatizado casi tanto como los Strigoi. Esperaba que los Alquimistas le permitieran conservarlo. Negué con la cabeza, divertida a pesar de sus advertencias a cerca de Abe. El Huracán Rojo. Mientras me dirigí hacia arriba a mi habitación, mi sonrisa se desvaneció. A pesar de su actitud abrasiva, iba a extrañar a Sydney. Ella no no era exactamente una amiga – ó lo era? – pero en este breve tiempo, la había venido a considerar una constante en mi vida. No tenía muchos de esos ya en mi vida. Me sentía a la deriva, insegura de lo que hacer ahora. Había venido aquí a traer paz a Dimitri y sólo terminé trayéndole pesar a su familia. Y si todo lo que todos decían era cierto, yo no iba a encontrar muchos Strigoi aquí en Baia. En cierta forma, no podía imaginarme a Dimitri, vagando por el camino y las granjas para las presas ocasionales. Aun como un Strigoi – y me mataba pensar esas palabras- Dimitri tendría un propósito. Si él no estaba regresando a los familiares lugares de interés de su ciudad natal, él podría estar haciendo algo significativo -en la medida que un Strigoi podría. El comentario de Sydney en la nota había verificado lo que había estado escuchando una y otra vez: los Strigoi estaban en las ciudades. Pero en cuál? Dónde iría Dimitri? Ahora era yo la que no tenía un propósito. Y por sobre todo, no podía evitar repetir las palabras de Mark. Estaba yo realmente en una demente misión vigilante? Estaba corriendo tontamente hacia mi muerte? O estaba corriendo tontamente hacia….la nada? Estaba condenada a pasar el resto de mis días vagando? Sola? Sentada en mi cama, sentí mi ánimo caer en picada y supe que debía distraerme. Estaba muy susceptible a emociones oscuras desde que Lisa usaba el espíritu; no necesitaba encima fomentarlas. Me puse rápidamente el anillo que Mark me había dado, esperando que me trajera alguna clase de claridad y tranquilidad. No noté una diferencia notable, sin embargo, y decidí buscar paz del mismo lugar que siempre lo hice: La mente de Lisa. Ella estaba con Adrián, y ambos estaban practicando el espíritu de nuevo. Después de algunos golpes en el camino, Adrián estaba demostrando un rápido estudio en sanación. Ese había sido el primer poder de Lisa en manifestarse, y siempre le molestó que él progresó más en lo que ella le tuvo que enseñar que viceversa. “Me estoy quedando sin cosas para que tú sanes”, dijo ella, colocando unas pequeñas plantas en maceta sobre una mesa. “A menos que comencemos a cortar extremidades de algo.” Adrián sonrió. Yo solía burlarme de Rose a cerca de eso, como iba a impresionarla sanando amputados ó algo así de absurdo.”
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“Oh, y yo estoy segura que ella tenía una respuesta inteligente para ti en cada ocasión.” “Sí, si, ella la tenía.” Su cara fue cariñosa mientras él hacía memoria. Había una parte de mí que estaba siempre insanamente curiosa al escucharlos hablar de mí… aunque al mismo tiempo, siempre me sentía mal por la pena que mi nombre parecía provocarle. Lisa gimió y se desperezó sobre la alfombra. Ellos estaban en un salón universitario, y el toque de queda se estaba aproximando. “Quiero hablar con ella, Adrián.” “No puedes,” dijo él. Había una inusual seriedad en su voz. “Sé que ella todavía te chequea –eso es lo más cerca que estarás de lograr hablar con ella. Y honestamente? Eso no es tan malo. Tu puedes decirle exactamente cómo te sientes.” “Si, pero quiero escucharla a ella contestarme como tú haces en tus sueños.” Esto lo hizo sonreír de nuevo. “Ella responde un montón, créeme.” Lissa se sentó derecha. “Hazlo ahora.” Hago qué ahora?” “Ve a visitar sus sueños. Tú siempre tratas de explicármelos , pero yo nunca realmente lo vi. Déjame mirar.” Él se quedó mirando fijamente, sin palabras. “Eso es medio voyerista.” “Adrián! Quiero aprender esto, y hemos tratado todo lo demás. Puedo sentir la magia alrededor tuyo a veces. Sólo hazlo, okey?” Él empezó a protestar nuevamente, pero entonces descartó su comentario después de estudiar la cara de ella por un momento. Las palabras de ella habían sido filosas y demandantes – muy poco característico de ella. “Okey. Trataré.” Toda la idea de Adrián tratando de entrar en mi cabeza mientras yo estaba observándolo a través de la cabeza de Lissa era surrealista, por no decir más. Yo no sabía realmente que esperar de él. Siempre me había preguntado si él tenía que estar dormido ó por lo menos con los ojos cerrados. Aparentemente no. Él en lugar de eso se quedó con la mirada fija hacia la nada, sus ojos volviéndose vacíos mientras su mente dejaba el mundo que lo rodeaba. A través de los ojos de Lissa, pude ver algo de la magia radiando hacia afuera de él y su aura, y ella trató de analizar cada hebra. Entonces, sin previo aviso, toda la magia se desvaneció. Él parpadeó y negó con la cabeza. “Lo lamento. No puedo hacerlo.” “Por qué no?” “Probablemente porque ella está despierta. Aprendiste algo de mirar?” “Un poquito. Probablemente hubiera sido más útil si tu realmente hubieras hecho la conección.” De nuevo, Lissa tenía ese tono malhumorado. “Ella podría estar en cualquier lugar del mundo, sabes, en cualquier horario.” Sus palabras fueron ahogadas por u bostezo. “Tal vez podemos intentarlo en diferentes momentos del día. La he estado consiguiendo a ella… en realidad, cerca de este horario. Ó algunas veces la agarro a primera hora del día.”
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“Ella puede estar cerca entonces,” dijo Lissa. “Ó en un horario diurno en alguna otra parte del mundo.” El entusiasmo de ella cayó. “Correcto. Eso también.” “Cómo es que ustedes chicos nunca se ven como que están trabajando?” Christian se paseó por la habitación, mirando divertido a Lissa sentada en el piso, y adrián despatarrado en el sofá. Parada detrás de Christian estaba alguien que pensé que no vería en mucho tiempo. Adrián, quien podía detectar a las mujeres a una milla de distancia, también notó inmediatamente a la recién llegada. “Dónde consigues a las menores de edad?” preguntó él. Christian le lanzó a Adrián una mirada de advertencia. “Ésta es Jill.” Jill Mastrano se permitió ser codeada hacia delante, ojos verde claro, imposiblemente abiertos mientras ella miraba alrededor. “Jill, éstos son Lissa y Adrián.” Jill era una de las últimas personas que esperaba ver aquí. La había conocido hace poco más de un mes. Ella estaba en noveno grado, lo que significaba que ella estaría aquí, en el campus superior en el otoño. Ella tenía la misma contextura súper-delgada que tenía la mayoría de los Moroi, pero estaba nivelada con una altura que era imponente, aún para los estándares vampíricos. La hacía verse raquítica. Su cabello caía en largas ondas castaño claras hasta la mitad de su espalda y podría ser hermoso –cuando aprendiera cómo darle estilo apropiadamente. Por ahora, era medio un desorden, y la impresión general – aunque linda- era un poco torpe. “H-hola,” dijo ella, mirando de una cara a otra. Hasta lo que ella sabía, éstas eran las mayores celebridades Moroi. Ella casi se había desmayado cuando nos conoció a Dimitri y a mí, gracias a nuestras reputaciones. Por su expresión, ella estaba en un estado similar ahora. “Jill quiere aprender como usar su poder para el bien en vez del mal.”, dijo Christian con un guiño exagerado. Ése era su tímido modo de decir que Jill quería aprender cómo pelear con su magia. Me alegré que ella hubiera tenido el coraje de tomar mi consejo. Christian era una celebridad del campus también, aunque uno de triste fama. “Otra recluta?” preguntó Lissa, negando con la cabeza. “Piensas que mantendrás ésta cerca?” Jill le dio a Christian una mirada sorprendida. “Qué quiere decir?” “Después del ataque, mucha gente dijo que quería aprender cómo pelear con magia,”explicó Christian. “así que me encontraron, y trabajamos juntos… una ó dos veces. Luego ellos abandonaron cuando se puso difícil, y se dieron cuenta que tenían que mantenerse practicando.” “No quiere decir que tú seas un maestro tacaño”, puntualizó Lissa. “Y así que ahora has tenido que reclutar entre los niños,” dijo solemnemente Adrián.
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“Hey,” dijo Jill indignada. “Tengo catorce años”. Inmediatamente ella se sonrojó por haberle hablado tan atrevidamente. Él lo encontró divertido, así cómo otras tantas cosas. “Mi error”, dijo él. “Cuál es tu elemento?” “Agua”. “Fuego y agua, huh? Adrián buscó en su bolsillo y sacó un billete de cien dólares. Él lo chasqueó fuera. “Dulce, te ofreceré un trato. Si tu puedes hacer aparecer un cubo de agua y descargarlo en la cabeza de Christian, te daré esto.” “Me uniré en diez”, agregó Lissa. Jill parecía aturdida, pero sospecho que era porque Adrián la había llamado “Dulce”. Yo tomé a Adrián como seguro tantas veces que era fácil olvidar que él era en realidad un chico ardiente. Christian empujó a Jill hacia la puerta. “Ignóralos. Ellos simplemente están celosos porque los que usan el espíritu no pueden arremeter en una batalla como nosotros.” Él se arrodilló hasta la altura de Lissa en el piso y le dio un beso rápido. “Nosotros estuvimos practicando en la sala de arriba, pero debo acompañarla de regreso ahora. Te veré mañana.” “No es necesario,” dijo Jill. “Puedo regresar bien. No quiero ser ningún problema.” Adrián se paró. “No lo eres. Si alguien va a dar un paso al frente y ser el caballero en brillante armadura aquí, podría perfectamente ser yo. Te llevaré de regreso y dejaré a los tortolitos con sus tortolerías.” Él le dio a Jill una solemne reverencia. “Vamos?” “Adrián--” dijo Lissa, en un tono filoso. “Oh, vamos,” dijo él, rodando los ojos. “Debo ir volviendo de cualquier manera—ustedes, chicos, no son de ninguna utilidad cuando viene el toque de queda. Y honestamente, denme algo de crédito aquí. Aún yo tengo límites.” Él le dio una significativa mirada a Lissa, una que le dijo que era una idiota por pensar que él iba a seducir a Jill. Lissa le mantuvo la mirada por algunos momentos y se dio cuenta que él estaba en lo cierto. Adrián era un sinvergüenza a veces y nunca había hecho de su interés por mí un secreto, pero acompañar a Jill a casa no era parte de alguna grandiosa seducción. Él realmente estaba sólo siendo amable. “Está bien,” dijo Lissa. “Nos vemos. Gusto en conocerte, Jill.” “Igualmente,” dijo Jill. Ella se atrevió a sonreírle a Christian. “Gracias de nuevo.” “Mejor que aparezcas para tu próxima práctica,” Le advirtió él. Adrián y Jill empezaron a salir por la puerta, justo cuando Avery entraba. “Hey, Adrián.” Avery relojeó a Jill. “Quién es tu menor de edad? “Pararían ustedes chicos de llamarme así?” exclamó Jill. Adrián apuntó a la crítica de Avery. “Silencio. Trataré contigo más tarde, Lazar” “Ciertamente lo espero,” dijo ella en una voz cantarina. “Dejaré la puerta sin llave.”
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Jill y Adrián se fueron, y Avery se sentó al lado de Lissa. Ella parecía estar lo suficientemente animada como para estar ebria, pero Lissa no olía licor en ella. Lissa estaba aprendiendo rápidamente que alguna parte de Avery era siempre sólo vivaracha y despreocupada, sin importar la intoxicación. “Realmente invitaste a Adrián a tu habitación más tarde así como así?” preguntó Lissa. Ella preguntó bromeando, pero había estado secretamente preguntándose si estaba pasando algo entre ellos dos. Y si, eso hizo que fuéramos dos las que nos lo preguntábamos. Avery se encogió de hombros. “No lo sé. Tal vez. A veces pasamos tiempo juntos una vez que ustedes, chicos, están todos metidos en la cama. No vas a estar celosa, no?” “No”, rió Lissa. “Sólo curiosa. Adrián es un buen chico.” “Oh?” preguntó Christian. “Define ´bueno”. “Avery mantuvo su mano en alto y empezó a puntualizar con cada uno de sus dedos. “Él es devastadoramente buen mozo, chistoso, rico, relacionado con la reina…” “Tienes los colores de la boda elegidos?” preguntó Lissa todavía riéndose. “No todavía,” dijo Avery. “Yo todavía estoy testeando las aguas. Me figuro que él sería un fácil agujero en el cinturón de Avery Lazar, pero él es algo así como difícil de leer.” “Realmente no quiero estar escuchando esto,” dijo Christian. “Algunas veces él actúa como del tipo ámalos y déjalos. Otras veces, él se deprime como un romántico de corazón roto.” Lissa intercambió una mirada conocedora con Christian que Avery no atrapó mientras estaba hablando. “De cualquier forma, no estoy aquí para hablar de él. Estoy aquí para hablar de ti y de mi escape de aquí.” Avery lanzó su brazo alrededor de Lissa, quien casi cae. “Fuera de dónde? Del dormitorio?” “No. De esta escuela. Nos estamos yendo a un fin de semana salvaje en la Corte Real.” “Qué, este fin de semana?” Lissa sentía como si estuviera tres pasos atrás y no la culpaba. “Por qué?” “Porque son las Pascuas. Y su Alteza Real pensó que sería ´encantador´ si tú pudieras unírtele para el día de fiesta.” El tono de Avery fue trinfal y alto. “Y desde que he estado pasándola contigo, Papá ha decidido que estoy teniendo una buena conducta ahora.” “Pobre bastardo ignorante,” murmuró Christian. “Así que él dijo que puedo ir contigo.” Avery recorrió con la mirada a Christian. “Tú también puedes, me imagino. La reina dijo que Lissa podría traer un invitado – además de mí, por supuesto.” Lissa examinó la radiante cara de Avery y no compartió su entusiasmo. “Odio ir a la Corte. Tatiana sólo sigue y sigue, dándome lo que ella piensa son buenos consejos para mí. Ahora es siempre aburrido y miserable.” Lissa no
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agregó que ella alguna vez había encontrado la Corte divertida---cuando yo había ido con ella. “Eso es porque tú nos has ido conmigo aún. Será estupendo! Sé dónde están las buenas cosas. Y apuesto que Adrián vendrá también. Él puede hacerse camino a donde sea. Será como una cita doble.” Lentamente, Lissa comenzó a admitir que esto podría ser divertido. Ella y yo nos las habíamos arreglado para encontrar un poco de las “buenas cosas” que estaban escondidas debajo de la pulida superficie de la vida de la Corte. Cada otra visita desde entonces habían sido justo como ella describió----convencional y de negocios. Pero ahora, ir con Christian y la salvaje y espontánea Avery? Eso tenía potencial. Hasta que Christian lo arruinó. “Bueno, no cuenten conmigo,” dijo él. “Si tu sólo puedes llevar a una persona, lleva a Jill.” “Quién?” preguntó avery. “La menor de edad,” explicó Lissa. Ella miró a Christian sorprendida. “Por qué diablos llevaría a Jill? La acabo de conocer.” “Porque ella está interesada seriamente en aprender cómo defenderse a ella misma. Deberías presentársela a Mia. Ambas son usuarias del agua.” “Correcto” dijo Lissa a sabiendas. “Y el hecho que tu odies estar en la Corte no tiene nada que ver con eso?” “Bueno…” “Christian!” Lissa se estaba molestando de repente. “Por qué no puedes hacer esto por mí?” “Porque odio el modo en que la Reina Bruja me mira,” dijo él. Lissa no encontró esto convincente. “Si, pero cuando nos graduemos, estaré viviendo allí. Tendrás que ir entonces.” “Si, bueno, entonces dame estas pequeñas vacaciones primero.” La irritación de Lissa creció. “Oh, veo cómo es esto. Tengo que lidiar con tus estupideces todo el tiempo, pero tú no puedes hacer un esfuerzo especial por mí.” Avery recorrió la mirada entre ellos y luego se puso de pie. “Los dejaré, niños, para que puedan trabajar sobre esto por ustedes mismos. No me importa si va Christian ó la menor de edad, mientras que tú estés ahí.” Ella miró fijamente a Lissa. “Tú vas, correcto?” “Si. Yo iré.” Más que todo, la negativa de Christian había de pronto incitado más a Lissa. Avery sonrió abiertamente. “Estupendo. Me voy de aquí, pero ustedes dos mejor que se besen y reconcilien cuando me haya ido.” El hermano de Avery, Reed, apareció de repente en la puerta. “Estás lista?” le preguntó a ella. Cada vez que hablaba, siempre le salía como una especie de gruñido. Avery destelló a los demás una mirada triunfante. “Ves? Mi hermano galante, viniendo a acompañarme de regreso antes de que esas matronas universitarias empiecen a gritarme para salir. Ahora Adrián tendrá que encontrar una nueva y excitante manera de probar su caballerosidad.
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Reed no lucía muy galante ó caballeroso, pero supongo que fue lindo de su parte venir a acompañarla de regreso a su dormitorio. Su cálculo había sido inquietantemente perfecto. Tal vez ella estaba en lo correcto a cerca de él no siendo tan malo como la gente siempre pensaba. Tan pronto como Avery se fue, Lissa atacó a Christian. “Estás siendo serio a cerca de que yo lleve a Jill en lugar de a ti?” “Sip,” dijo Christian. Él intentó recostarse en su regazo pero ella lo empujó fuera. “Pero contaré los segundos hasta que regreses.” “No puedo creer que pienses que esto es una broma.” “no lo hago”, dijo él. “Mira, no quise decir que todo esto te excitara, okey? Pero realmente… yo simplemente no quiero tratar con todo el drama de la Corte. Y sería bueno para Jill.” Él frunció el seño. “Tu no tienes nada contra ella, no?” “Yo ni siquiera la conozco,” dijo Lissa. Ella todavía estaba molesta--más aún de lo que yo habría esperado, lo que era extraño. Christian agarró las manos de Lissa, la cara seria. Esos ojos azules que ella amaba atenuaron un poquito su cólera. “Por favor, no estoy tratando de molestarte. Si esto es realmente tan importante…” Con eso, la furia de Lissa se difuminó. Fue abrupto, como un interruptor. “No, no. Estoy bien con llevar a Jill----aunque no estoy segura si ella debería andar con nosotros y hacer lo que sea que Avery tiene en mente.” “Dale Jill a Mia. Ella la cuidará por el fin de semana.” Lissa asintió, preguntándose por qué estaba él, tan interesado en Jill. “Okey, pero tú no estás haciendo esto porque no te gusta Avery, no?” “No, me gusta Avery. Ella te hace sonreír más.” “Tú me haces sonreír.” “Por eso agregué el ´más´”. Christian besó dulcemente la mano de Lissa. “Tu has estado tan triste desde que se fue Rose. Me alegra que estés saliendo con alguien más--quiero decir, no que tu no puedas conseguir todo lo que necesitas de mí.” “Avery no es un reemplazo de Rose” dijo Lissa rápidamente. “Lo sé. Pero ella me la recuerda.” “Qué? Ellas no tienen nada en común.” Christian se enderezó y se sentó al lado de ella, descansando su cara sobre su hombro. “Avery es como Rose solía ser, antes de que ustedes, chicas, se fueran”. Ambas, Lissa y yo nos detuvimos a considerar eso. Estaba en lo correcto él? Antes de que los poderes de espíritu de Lissa se empezaran a mostrar, ella y yo habíamos tenido un estilo de vida de fiesta de chicas. Y sí, la mitad de las veces era yo la que venía con las locas ideas para pasar un buen momento y meternos en problemas. Pero había sido yo tan excéntrica como Avery a veces parece ser? “Nunca habrá otra Rose,” dijo Lissa tristemente. “No”, estuvo de acuerdo Christian. Él le dio un breve y suave beso sobre la boca. “Pero habrá otras amigas.”
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Yo sabía que él estaba en lo correcto, pero no podía evitar sentir una pequeña puñalada de celos. Tampoco podía evitar sentir un poco de preocupación. El breve chorro de irritación de Lissa había venido como de la nada. Podía entender su deseo de que Christian fuera, pero su actitud había sido un poquito perra—y su preocupación casi celosa a cerca de Jill era también rara. Lissa no tenía motivos para dudar de los sentimientos de Christian, ciertamente no con alguien como Jill. El malhumor de Lissa me recordó demasiado a los viejos tiempos. Lo más probable es que estuviera exhausta, pero algún instinto---tal vez era parte del lazo que nos unía—me dijo que algo estaba mal. Fue una sensación fugaz, una de la que no me pude casi agarrar, como agua escabulléndoseme entre los dedos. Aún así, habían sido correctos anteriormente, y decidí que estaría chequeando a Lissa más seguido. CAPITULO 12 Haber estado con Lissa me dejo con más preguntas que respuestas, y bien, sin un plan de acción, yo simplemente continúe mi estancia con los Belikovs por los próximos días. Caí en su rutina normal, una vez más sorprendida por lo fácil que era. Me esforcé por ser útil, haciendo cualquier tarea que ellos me habían dejado realizar e incluso yendo tan lejos como cuidar al bebe (Algo con lo que yo no estaba enteramente cómoda, viendo que el entrenamiento como guardiana no me había dejado mucho tiempo para trabajos después de la escuela como niñera). Yeva me miraba de arriba abajo todo el tiempo, nunca decía nada pero siempre mirándome con desapruebo. Yo no estaba segura si ella quería que me fuera o si esa era simplemente la manera en la que siempre miraba. Los demás, sin embargo, no me indagaban mucho. Estaban encantados por tenerme alrededor y se hacia obvio en cada acción. Viktoria estaba especialmente feliz. “Desearía que pudieras ir a la escuela con nosotros,” Dijo Viktoria melancólicamente una noche. Ella y yo habíamos pasado mucho tiempo juntas. “Cuando te vas de regreso?” “El lunes, justo después de las Pascuas.” Sentí un poco de tristeza agitándose en mí. Ya fuera si todavía estuviera aquí o no la extrañaría. “Oh, hombre. No me di cuenta que era tan pronto.” Un breve silencio cayó entre nosotras; luego ella me dio una mirada de reojo. “Has pensado…bueno, has pensado quizá acerca de venir a St. Basilio con nosotros?” Me quede mirando fijamente. “St. Basilio? A tu escuela también le dieron el nombre en honor de un santo?” No todas lo eran. Adrian había asistido a una escuela en la Costa Este llamada Alder.
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“El nuestro es un santo humano,” Ella lo dijo con una amplia sonrisa. “Podrías inscribirte allí. Terminar tu ultimo año- Estoy segura que ellos te aceptarían.” De todas las locas opciones que había considerado en este viajecréeme, había considerado demasiadas cosas locas- esa nunca se había cruzado por mi mente. Yo había cancelado la escuela. Estaba muy segura que no había nada más que pudiera aprender- bueno, después de la reunión con Sydney y Mark, había llegado a ser obvio que todavía tenia que aprender algunas cosas más. Considerando lo que quería hacer con mi vida, sin embargo, no pensé que otro semestre de matemáticas y ciencias harían mucho por mí. Y en cuanto respecta al entrenamiento para guardianes, principalmente todo lo que había dejado de hacer era prepararme para las pruebas de fin de año. En cierta manera dudaba que esas pruebas y desafíos siquiera llegarían a estar remotamente cerca de lo que yo ya había experimentado con un Strigoi. Sacudí mi cabeza. “No lo creo. Pienso que estoy lo bastante preparada con la escuela. A parte de eso, todo estaría en Ruso.” “Ellos lo traducirían para ti.” Una sonrisa maliciosa ilumino su rostro. “Además, dar patadas y puñetazos trasciende los idiomas.” Su sonrisa se desvaneció a una expresión pensativa. “Pero seriamente. Si tu no quieres ir a la escuela y no vas a ser una guardiana…bueno, porque no te quedas aquí? Quiero decir, justo aquí en Baia. Podrías vivir con nosotros.” “No voy a ser una prostituta de sangre,” Dije inmediatamente. Una mirada extraña cruzó su rostro. “Eso no es lo que quería decir.” “No debí de haber dicho eso. Lo siento.” Me sentí mal acerca del comentario. Mientras que mantuve escuchando rumores acerca de las prostitutas de sangre en la ciudad, yo solo había visto una o dos, y ciertamente las mujeres Belikov no estaban entre ellas. El embarazo de Sonya tenia algo de misterio, pero trabajar en una farmacia no parecía que fuera algo indecente. Había aprendido un poco más acerca de la situación de Karolina. El padre de sus hijos era un Moroi con el que ella aparentemente tenía una conexión genuina. Ella no se había desvalorado a si misma por estar con el, y el no se había acostumbrado a ella. Después de que el bebe naciera, los dos decidieron separarse, pero eso había sido amistoso. Karolina estaba ahora aparentemente saliendo con un guardián que la visitaba cada vez que tenia licencia. Las pocas prostitutas de sangre que yo había visto alrededor de la ciudad encajaban muchísimo con mi estereotipo. Sus ropas y maquillaje gritaban sexo fácil. Los moretones en sus cuellos demostraban claramente que ellas no tenían ningún problema con dejar a sus acompañantes beber sangre durante el sexo, lo cual era la cosa mas turbia que un Dhampir podía hacer. Solo los humanos le daban sangre a los Moroi. Mi raza no lo hacia. Para permitirlo particularmente durante las actividades sexuales-bueno como dije, eso era algo turbio.
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Lo más sucio de todo lo indecente. “A mamá le encantaría que te quedaras. Podrías también conseguir un trabajo. Simplemente ser parte de nuestra familia.” “No puedo tomar el lugar de Dimitri, Viktoria, ”Dije en voz baja. Ella alcanzo mi mano y le dio un apretón tranquilizador. “Lo se. Nadie espera que lo hagas. Nos gustas por lo que eres tú, Rose. Que estés a aquí se siente verdaderamente bien- hay una razón por la que Dimka eligió estar contigo. Tu encajas aquí.” Trate de imaginar la vida que ella describió. Sonaba …..Tan Fácil. Cómoda. Sin preocupaciones. Simplemente vivir con una familia amorosa, riendo y pasándola bien juntos cada noche. Yo podía ocuparme de mi propia vida, sin tener que perseguir a nadie más todo el día. Tendría hermanas. No habrían peleas-a no ser que fuera para defenderme. Podría desistir de este plan de matar a Dimitri-lo cual yo sabia que me mataría también, ya sea física o espiritualmente. O podía elegir el camino racional, dejarlo escapar y darlo como un muerto. Y, aun….si hago esto, porque no solo volvía a Montana? De regreso con Lissa y la Academia? “No lo se,” le dije a Viktoria. “Yo no se lo que voy hacer.” Fue justo después de la cena que ella le dio una mirada vacilante al reloj. “No quiero dejarte ya que no tenemos mucho tiempo juntas, pero…Yo estaba suponiendo reunirme con alguien pronto…..” “Nikolai?” Bromee. Ella sacudió su cabeza y yo trate de ocultar mi decepción. Lo había visto unas pocas veces, y él se había vuelto más y más agradable. Eso era muy malo porque Viktoria no encendía ningún sentimiento por el. Ahora, sin embargo, me pregunte si podría haber algo deteniéndola- o más bien, alguien. “Oh. Cuéntamelo todo,” Dije con una amplia sonrisa. “Quien es él?” Ella mantuvo su cara en blanco en una imitación bastante buena de Dimitri. “Un amigo,” Dijo ella evasivamente. Pero creí Mientras que mantuve escuchando rumores acerca de las prostitutas de sangre en la ciudad, yo solo había visto una o dos, y ciertamente las mujeres Belikov no estaban entre ellas. El embarazo de Sonya tenia algo de misterio, pero trabajar en una farmacia no parecía que fuera algo indecente. Había aprendido un poco más acerca de la situación de Karolina. El padre de sus hijos era un Moroi con el que ella aparentemente tenía una conexión genuina. Ella no se había desvalorado a si misma por estar con el, y el no se había acostumbrado a ella. Después de que el bebe naciera, los dos decidieron separarse, pero eso había sido amistoso. Karolina estaba ahora aparentemente saliendo con un guardián que la visitaba cada vez que tenia licencia. Las pocas prostitutas de sangre que yo había visto alrededor de la ciudad encajaban muchísimo con mi estereotipo. Sus ropas y maquillaje gritaban sexo fácil. Los moretones en sus cuellos demostraban claramente que ellas no tenían ningún problema con dejar a sus acompañantes beber sangre durante el sexo, lo cual era la cosa
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mas turbia que un Dhampir podía hacer. Solo los humanos le daban sangre a los Moroi. Mi raza no lo hacia. Para permitirlo particularmente durante las actividades sexuales-bueno como dije, eso era algo turbio. Lo más sucio de todo lo indecente. “A mamá le encantaría que te quedaras. Podrías también conseguir un trabajo. Simplemente ser parte de nuestra familia.” “No puedo tomar el lugar de Dimitri, Viktoria, ”Dije en voz baja. Ella alcanzo mi mano y le dio un apretón tranquilizador. “Lo se. Nadie espera que lo hagas. Nos gustas por lo que eres tú, Rose. Que estés a aquí se siente verdaderamente bien- hay una razón por la que Dimka eligió estar contigo. Tu encajas aquí.” Trate de imaginar la vida que ella describió. Sonaba …..Tan Fácil. Cómoda. Sin preocupaciones. Simplemente vivir con una familia amorosa, riendo y pasándola bien juntos cada noche. Yo podía ocuparme de mi propia vida, sin tener que perseguir a nadie más todo el día. Tendría hermanas. No habrían peleas-a no ser que fuera para defenderme. Podría desistir de este plan de matar a Dimitri-lo cual yo sabia que me mataría también, ya sea física o espiritualmente. O podía elegir el camino racional, dejarlo escapar y darlo como un muerto. Y, aun….si hago esto, porque no solo volvía a Montana? De regreso con Lissa y la Academia? “No lo se,” le dije a Viktoria. “Yo no se lo que voy hacer.” Fue justo después de la cena que ella le dio una mirada vacilante al reloj. “No quiero dejarte ya que no tenemos mucho tiempo juntas, pero…Yo estaba suponiendo reunirme con alguien pronto…..” “Nikolai?” Bromee. Ella sacudió su cabeza y yo trate de ocultar mi decepción. Lo había visto unas pocas veces, y él se había vuelto más y más agradable. Eso era muy malo porque Viktoria no encendía ningún sentimiento por el. Ahora, sin embargo, me pregunte si podría haber algo deteniéndola- o más bien, alguien. “Oh. Cuéntamelo todo,” Dije con una amplia sonrisa. “Quien es él?” Ella mantuvo su cara en blanco en una imitación bastante buena de Dimitri. “Un amigo,” Dijo ella evasivamente. Pero creí cantidad a mis rodajas. Karolina había bromeado diciendo que los Americanos podrían horrorizarse al saber que usaban en este pan, así que nunca hice preguntas. Era un poquito dulce y picante al mismo tiempo, y me encantaba. Olena se sentó frente a mí y me miro comer. “Ese era su favorito cuando el era pequeño.” “El de Dimitri?” Ella asintió. “Cada vez que el estaba en descanso de la escuela, la primer cosa que haría era pedir ese pan. Yo prácticamente tuve que hacerle su propia barra de pan en cada ocasión, con la manera en la que él comía. Las chicas no comían tanto.” “Los chicos siempre parecen comer mas.” Lo cierto es que, yo podría ir parejo con la mayoría de ellos. “Y el es mas grande y mas alto que la mayoría.”
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“Es cierto,” Ella medito. “Pero con el tiempo llegue a un punto en donde lo hice empezar a hacer su propio pan. Le dije que si el se iba a comer toda mi comida, seria mejor que el supiera cuanto trabajo se iba en ella.” Me reí. “No puedo imaginar a Dimitri horneando pan.” Sin embargo, tan pronto las palabras salieron, las repace en mi mente. Mis inmediatas asociaciones con Dimitri eran siempre intensidad y ferocidad; ese era su atractivo. Había un brillo casi emocionado cuando el hablaba. Me acorde de Sydney describiéndolo a él, manipulando a los demás y tuve la sensación de que esto era por lo que él vivía – negociando, intercambiando golpes para obtener lo que el quería. “No,” Dije. “Me iré cuando este lista. Y no hay nada que tú o quienquiera para el que estas trabajando puedan hacer al respecto.” Esperando parecer valiente, me di la vuelta. El me alcanzo y me agarro del hombro, sacudiéndome con fuerza, casi causando que perdiera los comestibles. Comencé a lanzarme hacia delante en modo de ataque, pero sus guardianes estuvieron allí en un instante. Sabía que yo no podría llegar lejos. “Tu tiempo se acabo aquí,” Abe susurró. “En Baia. En Rusia. Regresa a los Estados Unidos. Te daré lo que necesitas- dinero, tiquetes de primera clase, lo que sea.” Salí de su alcance, retrocediendo cuidadosamente. “No necesito tu ayuda o tu dinero- Solo Dios sabe de donde proviene.” Un grupo de personas dio vuelta en la esquina al otro lado de la calle, riendo y hablando, así que retrocedí más, segura que Abe no comenzaría una escena con testigos presentes. Eso me hizo sentir mas valiente, lo cual probablemente era estúpido de mi parte. “Y ya te lo dije: Regresare cuando yo quiera.” Los ojos de Abe se alzaron hasta los otros peatones, y el también retrocedió con sus guardianes. Esa fría sonrisa estaba en su cara. “Y yo te dije. Puedo ser un muy buen amigo o un enemigo muy malo. Vete de Baia antes de que descubras cual puedo ser.” El dio una vuelta y se fue, para mi gran alivio. Yo no quería que el viera el miedo que sus palabras habían dejado en mi cara. Me fui a la cama temprano esa noche, de repente me sentí antisocial. Me quede durante un rato, hojeando otra revista que no podía leer y asombrosamente me encontré cada vez mas y mas cansada. Creo que los encuentros con Mark y Abe me habían agotado. Las palabras de Mark acerca de quedarme habían golpeado demasiado cerca de casa después de mi temprana conversación con Viktoria. Las apenas disimuladas amenazas de Abe habían levantado todas mis defensas, poniéndome en guardia contra quienquiera con el que el estaba trabajando para hacerme dejar Rusia. Hasta que punto, Me pregunte, verdaderamente perdería la paciencia y pararía de tratar de negociar conmigo? Me quede dormida y la sensación familiar de un sueño con Adrian se estableció a mi alrededor.
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Había sido un largo tiempo desde que esto había ocurrido y yo en realidad pensé que el me había escuchado cuando le dije antes que se mantuviera alejado. Claro que yo siempre le decía eso. Y este había sido el intervalo de tiempo mas largo sin una visita y tanto como yo odiaba admitirlo, lo echaba de menos. El escenario que el había elegido esta vez era una parte de la propiedad de la Academia, un área poblada de arboles cerca de un estanco. Todo era verde y floreciente, la luz del sol brillaba sobre nosotros. Yo sospechaba que la creación de Adrian no correspondía con el clima de Montana justo ahora, pero sin embargo, el era el control. Él podría hacer lo que quisiera. “Pequeña Dhampir,” Dijo él, sonriendo. “Tanto tiempo sin verte.” “Pensé que habías terminado conmigo,” Dije, sentándome en una grande y suave piedra. “Nunca termino contigo,” Dijo, metiendo las manos en sus bolsillos y paseándose por encima mío. “Aunque….Para decir la verdad, intente permanecer alejado este tiempo. Pero, bueno, tenia que asegurarme de que estabas todavía viva.” “Viva y bien.” El me sonrió. El sol se reflejaba en su castaño cabello resaltando unas partes doradas. “Bien. Luces muy bien, en realidad. Tu aura esta mejor de lo que jamás haya visto.” Sus ojos se derivaron de mi cara hasta donde mis manos estaban en mi regazo. Frunciendo el ceño, se arrodillo y cogió mi mano derecha. “Que es esto?” El aniño de Oksana estaba allí. A pesar de la falte de ornamentación del anillo, el metal brillaba intensamente en la luz. Los sueños fueron tan extraños. Aun si Adrian y yo no estábamos juntos, exactamente, el anillo me había seguido y mantuvo el suficiente poder que el pudo sentirlo. “Un amuleto. Esta impregnado con el Espíritu.” Como yo, esto fue algo que aparentemente el nunca había considerado. Su expresión se torno impaciente. “Esto sana, cierto?” Es lo que esta manteniendo algo de la oscuridad de tu aura.” “Algo,” Dije, inquieta por la fijación que el tenia en el anillo. Me lo quite y lo metí en mi bolsillo. “Es temporal. Conocí a otro usuario del espíritu y a un Dhampir Shadow-kissed.” Más sorpresa se registro en su cara. “Que? Donde?” Me mordí el labio y sacudí mi cabeza. “Maldición, Rose! Esto es grande. Tú sabes como Lissa y yo hemos estado buscando otros usuarios del espíritu. Dime donde están.” “No. Quizá mas tarde. No quiero que ustedes vengan detrás de mi.” Por todo lo que sabia ellos estaban ya detrás mío, usando a Abe como su agente. Sus ojos verdes brillaron con enojo. “Mira imagina por un momento que el mundo no gira a tu alrededor, de acuerdo? Esto se trata de Lissa y de mi, acerca de la comprensión de esta loca magia dentro de nosotros. Si encontraste personas que pueden ayudarnos, necesitamos conocerlos.”
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“Tal vez luego,” Repetí fríamente. “Estoy avanzando así que pronto - te lo diré.” “Porque siempre eres tan difícil?” “Porque te gusto de esa manera.” “En este momento? No tanto.” Ese era el tipo de broma que Adrian siempre hacia, pero algo con respecto a eso me molestaba. Por alguna razón, tenia la mas pequeña, solo la mas pequeña sensación de que yo ya no era tan encantadora para él como de costumbre. “Solo trata de ser paciente,” Le dije. “Estoy segura que ustedes tienen otras cosas en que trabajar. Y Lissa parece muy ocupada con Avery.” Las palabras se deslizaron antes de que pudiera evitarlo, y algo de la amargura y la envidia que sentía viéndolos así que reprimí mi tono. Adrian arqueo una ceja. “Damas y Caballeros, ella lo admitió. Has estado espiando a Lissa- Lo sabia.” Mire a otro lado. “Solo me gusta saber que ella esta viva también.” Como si pudiera ir a cualquier parte del mundo y no saber eso. “Ello lo esta. Viva y bien, como tu. Er….sobre todo bien. Adrian frunció el ceño. “Algunas veces tengo esa extraña vibra fuera de ella. No que ella este parece del todo bien o su aura parpadea un poco. Nunca dura mucho tiempo, pero todavía me preocupa.” Algo en la voz de Adrian se suavizo. “Avery se preocupa por ella también, así que Lissa esta en buenas manos. Avery es bastante asombrosa.” Le di una mirada mordaz. “Asombrosa?” Te gusta o algo?” Yo no había olvidado el comentario de Avery acerca de dejar la puerta abierta para el. “Claro que me agrada. Ella es una gran persona.” “No, quiero decir que si te gusta, no que si te agrada.” “Oh, ya veo, “Dijo el, entrecerrando sus ojos. “Estamos liando con las definiciones de Gustar en la escuela primaria.” “No estas respondiendo la pregunta.” “Bueno, como dije, ella es una gran persona. Inteligente. Extrovertida. Hermosa.” Algo en la manera en la que el decía “Hermosa” me molesto. Aparte mis ojos una vez mas, jugando con nazar azul alrededor de mi cuello mientras trataba de analizar mis sentimientos. Adrian descubrió las cosas primero. “Estas celosa, pequeña Dhampir?” Lo mire de nuevo. “No. Si fuera a estar celosa de ti, me habría vuelto loca hace mucho tiempo, considerando que todas las chicas con las que enredas por ahí. “Avery no es la clase de chica con la que te enredas por ahí.” Otra vez, escuche el afecto en su voz. Eso no debió de haberme molestado. Debería de estar contenta por que el se intereso en otra chica. Después de todo, yo había estado tratando de convérselo que se alejara de mi por un buen tiempo. Parte delas condiciones de el para darme el dinero para este viaje habían involucrado prometerle una cita cuando. Y si- regresaba a Montana.
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Si el estaba con Avery, eso seria una cosa menos por la cual preocuparme. Y honestamente, si hubiera sido cualquier otra chica excepto Avery, probablemente no me hubiera importado. Pero de alguna manera, la idea de que lo estaba encantando a el era suficiente. No era lo suficientemente malo que estaba perdiendo a Lissa por ella? Como era posible que una chica pudiera ocupar tan fácilmente mi lugar? Ella me había robado mi mejor amiga y ahora al chico que había jurado de arriba abajo que yo era la única que el quería y ahora estaba considerando seriamente remplazarme. Estas siendo una hipócrita, dijo una voz grave dentro de mi. Porque deberías sentirte tan perjudicada acerca de que alguien más entre en sus vidas? Tu los abandonaste. A Lissa y a Adrian. Ellos tienen todo el derecho a seguir adelante. Me puse de pie furiosa. “Mira, he terminado de hablar contigo esta noche. Me dejarías salir de este sueño? No te voy a decir donde estoy. Y no estoy interesada en oír acerca de cual maravillosa es Avery y de que ella es mejor que yo.” “Avery nunca actuaria como una pequeña mocosa,” Dijo el. “Ella no se pondría tan ofendida de que realmente alguien se preocupara por ella. Nunca dudaría de darme la oportunidad de aprender mar acerca de mi magia o por que estaba paranoica por que alguien arruinara su loco intento de querer matar a su novio.” “No me hables acerca de ser una mocosa,” Le respondí. “Tu eres tan egoísta y concentrado en ti mismo como de costumbre. Siempre se trata de ti- incluso este sueño. Me sostuviste contra mi voluntad, sin importar si quiero o no, solo porque esto te divierte.” “Bien,” El dijo, con la voz fría. “Terminare esto. Y terminare con todo entre nosotros. No voy a volver.” “Bien. Espero que cumplas lo que dices esta vez.” Sus ojos verdes fueron lo último que vi antes de levantarme en mi propia cama. Me senté, jadeando. Mi corazón se sentía como si estuviera roto, y casi pensé que iba a llorar. Adrian tenía razón- había sido una mocosa. Lo estallado en ira cuando ni siquiera el realmente se lo había merecido. Y sin embargo….no había podido ser capaz de contenerme. Echaba de menos a Lissa. Incluso echaba de menos A Adrian. Y ahora alguien mas estaba tomando mi lugar, alguien que no se alejaba como yo lo hago. No voy a volver. Y por primera vez, tuve la sensación de que realmente no lo haría.
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CAPITULO 13 El día siguiente era Pascua. Todos estaban levantados y dando vueltas, alistándose para a la Iglesia. Toda la casa olía deliciosa, llena de aroma de Olena horneando. Mi estomago rugió, y yo me pregunte si iba a poder esperar hasta la tarde hasta la gran cena que ella tendría preparada. Aunque no siempre estaba segura de la existencia de Dios, ya había ido a la Iglesia muchas veces antes en mi vida. Más que nada había sido por ser cortes con otros, una forma de ser educada y sociable. Dimitri iba porque encontraba paz allí, y yo me pregunte si ir ahí hoy me iba a dar alguna idea de que es lo que debería hacer. Me sentía un poco desgreñada yendo con los otros. Se habían vestido bien, pero yo no tenía más que jeans y remeras casuales. Viktoria, notando mi incomodidad, me presto una blusa de seda blanca que era algo apretada pero se veía bien igual. Una vez que estuve acomodada con la familia en un banco, mire a mí alrededor, preguntándome como Dimitri podía encontrar asilo en la capilla de la escuela habiendo crecido con esto. Era enorme. Podrían haber cabido 4 capillas. Los techos eran más altos y más elaborados, y decoraciones en oro e iconos de santos parecían cubrir cada superficie. Era sobrecogedor, demasiado para la vista. Incienso dulce se sentía fuerte en el aire, hasta podía ver el humo. Había un montón de personas, humanos y dhampir, y me sorprendí de ver incluso algunos Moroi. Aparentemente, los Moroi que estaban de visita eran lo suficientemente piadosos como para venir a la iglesia, a pesar de las actividades sórdidas en la que podían estar enredados. Y hablando de Moroi… “Abe no esta aquí,” Le dije a Viktoria, mirando alrededor. Ella estaba a mi izquierda; Olena a mi derecha. Aunque no me había parecido del tipo religioso, esperaba que me siguiese hasta aquí. Esperaba que su ausencia significara que había dejado Baia. Todavía estaba nerviosa por nuestro último encuentro. “¿Dejo la ciudad?” “Creo que es Musulmán,” Viktoria explico. “Pero por lo ultimo que supe, sigue por acá. Carolina lo vio esta mañana.” Maldito Zmey. No se había ido. ¿Qué es lo que había dicho? Un buen amigo o un mal enemigo. Cuando no dije nada, Viktoria me dio una mirada preocupada. “Nunca ha hecho nada realmente malo cuando esta alrededor. Usualmente tiene reuniones y luego desaparece. Lo decía en serio antes cuando dije que no creía que te iba a lastimar, pero ahora me estas preocupando. ¿Estás en algún tipo de problema?”
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Excelente pregunta. “No lo sé. Él solo parece interesado en mí, eso es todo. No logro averiguar por qué.” Su entrecejo se frunció. “No vamos a dejar que nada te suceda,” Dijo ella ferozmente. Sonreí, tanto a su preocupación como a su parecido con Dimitri en ese momento. “Gracias. Hay algunas personas en mi hogar que deben de estar buscándome, y creo que Abe solo esta… chequeándome.” Eso era una forma delicada de describir a alguien que o bien iba a llevarme a la fuerza a EEUU pateando y gritando --- o hacerme desaparecer por siempre. Viktoria pareció sentir que yo estaba suavizando la verdad. “Bueno, lo digo en serio. No voy a dejar que te lastime.” El servicio comenzó, cortando nuestra conversación. Mientras que el canto del cura era hermoso, significaba menos que lo que los servicios de la iglesia generalmente significaban. Estaba todo en ruso, como en el funeral, y nadie se iba a molestar en traducírmelo hoy. No importaba. Todavía absorbiendo la belleza a mi alrededor, encontré a mi mente divagando. A la izquierda del altar, un ángel de cabellos dorados me miraba desde un balcón de cinco pies. Un recuerdo inesperado me vino. Dimitri había conseguido una vez permiso para que lo acompañara a un viaje corto a Idazo a ver a otros guardianes. Idazo no era un lugar al que hubiera querido ir yo, pero el tiempo con él era bienvenido, y el había convencido a los oficiales de la escuela de que era una “experiencia para aprender”. Eso había sido poco tiempo después de la muerte de Mason, y luego del shock que la tragedia había dado a la escuela, creo que la escuela me hubiese dejado hacer cualquier cosa, siendo honesta. Desafortunadamente, había poco de ocioso o romántico e sobre el viaje. Dimitri tenia un trabajo que hacer, y tenia que hacerlo rápido. Así que hicimos el mejor tiempo posible, parando sólo cuando era absolutamente necesario. Considerando que nuestro ultimo viaje había incluido encontrarnos con una masacre de Moroi, uno sin incidentes era probablemente para mejor. Como siempre, él no me dejaba manejar, aun cuando yo decía que podía llevarnos en la mitad del tiempo. O quizás era por eso que no me dejo manejar. Paramos en un momento para ponerle gas al auto y comer algo en la estación de servicio. Estábamos en algún lugar en las montañas, en una pequeña ciudad que rivalizaba con St. Vladimir en cuanto a lo remoto del lugar. Podía ver montañas en los días despejados desde el colegio, pero era una experiencia totalmente diferente estar en ellas. Nos rodeaban y estamos tan cerca que parecía que podíamos saltar y
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aterrizar en alguna. Dimitri estaba terminando con el auto. Con mi sándwich en mano, camino a la parte posterior de la estación de servicio para una mejor vista. Toda la civilización que la estación de servicio proveía desapareció. Nieve interminable se extendía frente a mi, y todo estaba quieto y silencioso, salvo por el sonido distante detrás mió. Mi corazón se encogía por lo que le había sucedido a Mason, y estaba teniendo pesadillas sobre los Strigoi que nos habían mantenido cautivos. Ese dolor estaba lejos de desaparecer, pero algo sobre el pacifico paisaje me tranquilizo por el momento. Mirando debajo mió a la nieve lisa, de un pie de altura, una idea loca me vino a la mente. Me deje llevar, cayendo de espaldas al suelo. La gruesa capa de nieve me abrazo, y yo me quede ahí un momento. Luego moví las piernas y brazos hacia arriba y abajo, haciendo nuevos huecos en la nieve. Cuando termine, no me levante. Simplemente me quede ahí, mirando al cielo azul. “¿Qué,” Pregunto Dimitri, “Estas haciendo? Además de estar enfriando tu sándwich.” Su sombra me cubrió, y lo mire a su alta forma. A pesar del frío, el sol había salido, y sus rayos tocaban su cabello. Podría haber sido un ángel, pensé. “Estoy haciendo un ángel en la nieve,” Conteste. “¿No sabes lo que es eso?” “Si, lo sé. Pero, ¿Por qué? Debes de estar congelándote.” Tenía un abrigo grueso de invierno, gorro, guantes, y todos los accesorios para el clima frío. Él tenía razón sobre el sándwich. “No demasiado, a decir verdad. Mi cara un poco, supongo.” Él meneó la cabeza y me dedico una sonrisa. “Vas a tener frío cuando estés en el auto y toda esa nieve comience a derretirse.” “Creo que estas mas preocupado por el auto que por mi.” Se rió. “Estoy más preocupado por que te agarre hipertermia.” “¿En esto? Esto no es nada.” Golpeé el suelo a mi lado. “Vamos, haz uno tu también, y luego podemos irnos.” Él continuó mirándome. “¿Así me congelo también?”
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“Así puedes divertirte. Puedes dejar tu marca en Idaho. Además, ¿no debería molestarte en absoluto, verdad? ¿No tienes una súper resistencia por Siberia?” Él suspiro, una sonrisa aun en sus labios. Era suficiente para calentarme aún en este clima. “Ahí vas de nuevo, convencida de que Siberia es como Antártica. Soy de la parte sur. El clima es casi como el de aquí.” “Estas poniendo excusas,” Le dije. “A menos que quieras llevarme a rastras hasta el auto, vas a tener que hacer un ángel también.” Dimitri me estudio por unos largos minutos, y yo creí que realmente me llevaría a la fuerza. Su cara aun estaba descontracturada . y abierta, y su expresión llena de cariño que hacia que mi corazón se acelere. Luego, sin previo aviso, se tiro en la nieve a mi lado, quedándose allí callado. “Okey,” Dije cuando no hizo nada mas. “Ahora debes mover las piernas y brazos.” “Sé como hacer un ángel en la nieve.” “¡Entonces hazlo! De otra forma, pareces la forma de tiza en una escena de crimen.” Él río de nuevo, y el sonido era rico y tibio en el aire. Finalmente, después de un poco de coerción de mi parte, movió sus piernas y brazos también, haciendo un ángel él mismo. Cuando termino, esperaba que se levantara y demandara que nos fuéramos, pero en cambio, se quedo ahí también, mirando el cielo y las montañas. “¿Lindo, no?” Pregunte. Mi respiración hacia nubes heladas en el aire. “Supongo que de algún modo, no es tan diferente de la vista del complejo de ski… pero no sé. Siento algo diferente sobre todo hoy.” “La vida es así,” Él dijo. “Mientras nosotros crecemos y cambiamos, a veces las cosas que experimentamos antes toman un nuevo significado. Va a pasarte por el resto de tu vida.” Empecé a cargarlo por su tendencia para siempre dar estas profundas lecciones de vida, pero entonces se me ocurrió que él tenía razón. Cuando empecé a enamorarme de Dimitri, los sentimientos habían sido consumidores. Nunca había sentido algo así. Había estado convencida de que no podía amarlo más. Pero ahora, después de lo que había visto con Mason y los Strigoi, las cosas eran diferentes. Amaba a Dimitri aun más intensamente. Lo amaba de una manera diferente, más profundamente. Algo sobre haber visto lo frágil que la vida era hacia que lo apreciara aun más. Me había hecho darme cuanta cuanto
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significaba él para mí y cuan triste seria si lo perdiera. “¿Crees que seria lindo tener una cabaña aquí arriba?” Pregunte, apuntando a un pico cercano. “¿Ahí en el bosque donde nadie pudiera encontrarte?” “Yo creería que es lindo. Tu te aburrirías.” Trate de imaginarme estando ahí con él. Un cuarto pequeño, una chimenea, una cama… no creí que fuese tan aburrido. “No seria tan malo si tuviésemos cable. E Internet.” Y calor corporal. “Oh, Rose.” No se rió, pero pude notar que estaba sonriendo nuevamente. “No creo que tu pudieses ser feliz en algún lugar tranquilo. Necesitas siempre algo que hacer.” “¿Estas diciendo que me aburro fácil?” “No, para nada. Quiero decir que tienes un fuego que te impulsa a hacer las cosas, que hace que quieras hacer el mundo mejor para aquellos que amas. Defender a aquellos que no pueden hacerlo. Es una de las maravillosas cosas sobre ti.” “Solo una, eh?” Hable suave, pero sus palabras me emocionaron. Lo decía en serio cuando decía que creían que eran maravillosos atributos, y sentir su orgullo en mí significaba más que nada en ese momento. “Uno de muchos, “Él dijo. Se sentó y me miro. “Asíque, no hay cabaña pacifica para ti. No hasta que seas una mujer vieja, vieja.” “Como, de 40?” Él meneo la cabeza y exasperado se levanto, sin darle respuesta a mi broma. Aun así, me miro con el mismo cariño que había sentido en su voz. Había admiración también, y yo pensé que jamás podría ser infeliz mientras Dimitri me considerara hermosa e increíble. Agachándose, me extendió una mano. “Tiempo de irse.” La tome, dejándolo ayudarme a levantarme. Una vez parada, seguimos tomados de la mano solo un momento más de lo necesario. Luego nos soltamos y admiramos nuestro trabajo. Dos perfectos angeles de nieve -- uno mucho más alto que el otro. Con cuidado de no pisar ninguno, me agache y marque una línea horizontal arriba de cada cabeza. “¿Que es eso?” Pregunto, cuando me pare a su lado de nuevo. “Alos,” Dije con una sonrisa. “Para criaturas celestiales como nosotros.” “Eso podría ser demasiado.”
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Estudiamos nuestros angeles por unos minutos mas, mirando donde nos habíamos acostado un al lado del otro en ese dulce, tranquilo momento. Deseé que lo que había dicho fuese verdad, que verdaderamente hubiésemos dejado nuestra marca en la montaña. Pero sabia que después de la siguiente nevada, nuestros angeles iban a desaparecer en la blancura y no serian más que una memoria. Dimitri toco mi brazo con gentileza, y sin otra palabra, nos dimos media vuelta y volvimos al auto. Comparado con la memoria de él y la manera en que me miro en la montaña, el ángel que me miraba en la iglesia parecía aburrido y pálido. Sin ofenderlo. La congregación estaba finalmente volviendo a sus asientos después de tomar el pan y vino. Me había quedado sentada, pero había entendido algunas de las palabras del cura. Vida. Muerte. Destrucción. Eterno. Sabía lo suficiente como para dilucidar el significado. Hubiese apostado dinero que “resurrección” había sido dicha también. Suspire, deseando que realmente fuese tan fácil deshacer la muerte y traer de vuelta a aquellos a los que queremos. El servicio termino, y yo me fui con los Belikovs, sintiendo melancolía. Mientras la gente pasaba unos al lado del otro por la puerta, vi que algunos intercambiaban huevos. Viktoria me había explicado que era una gran tradición por aquí. Algunas personas que no conocía me dieron algunos a mí, y yo me sentí mal por no tener ninguno que dar a cambio. También me pregunte como iba a hacer para comerlos todos. Estaban decorados de distintas formas. Algunos estaban simplemente coloreados; Otros tenían diseños elaborados. Todos parecían charlatanes después de la Iglesia, y nos quedamos parados afuera. Amigos y familiares se abrazaban y se ponían al corriente con los chismes. Yo me quede parada cerca de Viktoria, sonriendo e intentado seguir la conversación que generalmente tomaba lugar medio en ingles, medio en ruso. “Viktoria!” Nos dimos vuelta y nos encontramos con Nikolai caminando hacia nosotras. Nos mostró --- Con lo que quiero decir que le mostró a ella --una brillante sonrisa. Se había vestido para la festividad y se veía increíble con una corbata verde oscuro. Mire a Viktoria, preguntándome si tendría algún efecto en ella. No. Su sonrisa era cordial, genuinamente alegre de verlo, pero no había nada romántico. De nuevo, me pregunte sobre su misterioso “amigo”.
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Estaba con algunos chicos que yo ya había conocido. Me saludaron a mí también. Como los Belikovs, parecían estar siempre bien vestidos por aquí. “¿Vas a ir a la fiesta de Marina?” Pregunto Nikolai. Casi me había olvidado. Era la fiesta a la que nos había invitado el primer día que lo conocí. Viktoria había aceptado entonces, pero para mi sorpresa, ella meneo la cabeza. “No podemos. Tenemos planes con la familia.” Eso fueron noticias para mí. Había una posibilidad de que algo hubiese surgido de lo cual yo no supiera nada, pero lo dudaba. Tenía un presentimiento de que ella estaba mintiendo, y siendo una amiga leal, no dije nada para contradecirla. Fue difícil ver la cara de decepción de Nikolai. “¿De verdad? Vamos a extrañarte.” Se encogió. “Nos vamos a ver en la escuela.” No parecía sentirse mejor por eso. “Si, pero…” Los ojos de Nikolai se levantaron de pronto de su cara y se concentraron en algo detrás de nosotros. Frunció el ceño. Viktoria y yo nos dimos vuelta, y sentí su humor cambiar también. 3 hombres estaban acercándose a nuestro grupo. Eran dhampirs también. No note nada inusual en ellos --- sonrisas de suficiencia aparte --- pero los demás dhampirs y Moroi que estaban alrededor de la Iglesia tomaron expresiones parecidas a las de mis compañeros. Problemáticas. Preocupadas. Incomodas. Los tres chicos frenaron a nuestro lado, empujando para unirse al círculo. “Creí que estarías aquí, Kolya.” Dijo uno. Hablaba perfecto ingles, y me tomo un momento darme cuenta que le hablaba a Nikolai. No entendería nunca los apodos rusos. “No sabia que habías vuelto,” Replico Nikolai. Estudiándolos a ambos, podía ver un parecido. Tenían el mismo pelo bronce y la misma contextura. Hermanos, aparentemente. La mirada del hermano de Nikolai cayó sobre mí. Se ilumino. “Y tu debes de ser la no-jurada chica americana.” No me sorprendió que supiera quien era. Después del conmemorativo, muchos de los dhampirs locales habían dejado de contar historias sobre la chica americana que había luchado con Strigoi pero no llevaba ni marca de promesa ni se había graduado.
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“Soy Rose,” Dije. Quería saber que pasaba con estos chicos, pero ciertamente no iba a mostrar miedo en frete de ellos. El chico parecía apreciar mi confianza y me tomo la mano. “Soy Denis.” Señalo a los amigos. “Artur y Lev.” “¿Cuándo llegaron a la ciudad?” Pregunto Nikolai, aun sin estar feliz por la reunión. “Esta mañana.” Denis se volvió a Viktoria. “Escuche lo que le paso a tu hermano, lo siento.” La expresión de Viktoria era dura, pero asintió de forma educada. “Gracias.” “Es verdad que murió defendiendo Moroi?” No me gusto la burla en su voz, pero fue Karolina la que dijo lo que yo pensaba. No había notado cuando se había aproximado. No parecía feliz de ver a Denis en absoluto. “murió peleando contra Strigoi. Murió como un héroe.” Denis se encogió, sin afectarse por el tono enojado de su voz. “Aun así lo hace un muerto. Estoy seguro de que los Moroi van a cantar su nombre por lo años.” “Lo harán,” Replique. “Salvo a todo un grupo de ellos. Y dhampirs también.” La mirada de Denis volvió a mí, sus ojos estudiando mi cara por unos segundos. “Escuche que tu también estabas ahí... que los dos fueron enviados a una mision imposible.” “No era imposible. Ganamos.” “¿Dimitri diría lo mismo i estuviese vivo?” Karolina cruzo los brazos sobre el pecho. “Si solo estas aquí para comenzar algo, entonces deberías irte. Estas en la Iglesia.” Era gracioso. Cuando la conocí, creo que parecía gentil y amable, solo una ordinaria madre joven que trabajaba para mantener a su familia. Pero en ese momento, ella se parecía más a Dimitri que nunca. Podía ver la misma fuerza en su interior, esa fiereza que la llevaba a proteger a aquellos que quería y enfrentarse a sus enemigos. No que estos chicos fueran sus enemigos, exactamente. Yo honestamente no entendía quienes eran. “Solo estamos hablando,” Dijo Denis. “Solo quiero entender que le paso a tu hermano. Créeme, creo que su muerte fue una tragedia.”
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“No lo hubiese lamentado él.” Les dije. “murió peleando por lo que creía.” “Defendiendo a otros que lo daban por sentado.” “Eso no es verdad.” “Oh?” Denis me dio una sonrisa torcida. “¿Entonces por que no trabajas tu para los guardianes? Has matado Stregoi pero no tienes marca de promesa. Ni siquiera una marca de graduación, escuche. Por que no estas ahí tirandote en frente a un Moroi?” “Denis,” Dijo Nikolai incomodo, “Por favor, vete.” “No te estoy hablando a vos, Kolya.” Los ojos de Denis estaban en mí. “Solo intento entender a Rose. Ella mata Strigoi pero no trabaja con guardianes. Claramente no es como el resto de ustedes que son blandos en esta ciudad. Quizás es mas como nosotros.” “Ella no es nada como ustedes,” Viktoria dijo. Lo entendí entonces, y un escalofrío corrió por mi espalda. Estos eran los dhampirs de los que Mark me había hablado. Los verdaderos noprometidos. Los vigilantes que buscaban Strigoi por su cuenta, los que no formaban familia ni respondían a ningún guardián. No deberían molestarme. En algunas formas, Denis tenía razón. En los términos más simples, yo realmente era como ellos. Y aun así… había un aire alrededor de ellos que simplemente me molestaba. “¿Entonces por que estas en Rusia?” Me pregunto uno de los amigos de Denis. No podía acordarme de su nombre. “Este es un viaje largo para ti. No hubieses venido aquí sin una razón.” Viktoria se estaba contagiando del enojo de su hermana, “Ella vino a decirnos sobre Dimka.” Denis me miro. “Creo que ella esta aquí para cazar Strigoi. Hay mas en Rusia de los que elegir.” “Ella no estaría en Baia si estuviese cazando Strigoi, idiota.” Le dijo Viktoria. “Ella estaría en Vladivostok o Novosibirsk o algún lugar por el estilo.” Novosibirsk. El nombre me era familiar. ¿Pero donde lo había escuchado? Un momento después, la respuesta vino a mí. Sydney lo había mencionado. Novosibirsk era la ciudad más grande de Siberia. Denis continúo. “Quizás solo esta de paso. Quizás ella querría unirse a
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nosotros cuando vallamos allí mañana. “Por el amor de Dios,” Exclame. “Estoy aquí. Dejen de hablar de mí como si no lo estuviese. ¿Y por que querría ir con ustedes?” Los ojos de Denis brillaron con intensidad. “Hay buena caza ahí. Muchos Strigoi. Ven con nosotros, y tu nos puedes ayudar.” “¿Y cuantos van a volver después?” Karolina pregunto con voz dura. “Donde esta Timosha? Donde esta Vasily? El grupo de caza cada vez se hace mas chico. ¿Quien de ustedes será el siguiente? ¿La familia de quien llorara?” “Es fácil para ti hablar,” Dijo un amigo. Lev, creo que era su nombre. “Tu te quedas aquí y no haces nada mientras nosotros te mantenemos a salvo.” Karolina le dio una mirada de disgusto, y yo recordé que ella estaba saliendo con un guardián. “Ustedes van y se precipitan sobre las situaciones sin pensar. Si quieren mantenernos a salvo, entonces quédense aquí y defiendan a sus familias cuando ellas lo necesitan. Si quieren perseguir Strigoi, vayan y únanse a los guardianes y trabajen con aquellos que tienen algo de sentido.” “Los guardianes no casan Strigoi!” Grito Denis. “Ellos se sientan y esperan y cubren a los Moroi.” La parte desafortunada era que, él tenía un punto. Pero no enteramente. “Eso esta cambiando,” Dije. “Hay un movimiento para empezar a tomar ofensiva contra Strigoi. También se habla de que los Moroi aprendan a luchar con nosotros. Podrían ayudar siendo parte de eso.” “¿Como tu?” Se rió. “Tu todavía no nos has dicho que haces aquí y por que no estas con ellos. Puedes decirle lo que quieras a Este grupo pero yo sé por que estas aquí. Lo puedo ver en ti.” La mirada loca, fanática que me dio casi me hizo pensar que podía. “Sabes que la única manera de acabar con el mal del mundo es hacerlo tu misma. Buscar los Strigoi y matarlos, uno a uno.” “Sin un plan,” Termino Karolina. “Sin pensar en las consecuencias.” Somos fuertes y sabemos como pelear. Eso es lo único que necesitamos saber para matar Strigoi.” Y ahí fue cuando lo entendí. Finalmente entendí lo que Mark había estado intentando decirme. Denis estaba diciendo exactamente lo que yo pensaba desde que deje St. Vladimir. Me había escapado sin un
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plan, queriendo lanzarme al peligro porque sentía que tenia una misión que solo yo podía llevar a cabo. Solo yo podía matar a Dimitri. Solo yo podía destruir el mal en el. No había pensado en como lo haría --siendo que Dimitri me había ganado muchas veces en las peleas cuando todavía era un dhampir. ¿Con la fuerza de Strigoi y la velocidad? Las probabilidades estaban definitivamente en mi contra. Aun así, no me había importado. Estaba obsesionada, convencida de que tenía que hacer esto. En mi cabeza, lo que tenía que hacer tenia sentido, pero ahora--escuchando los sentimientos de Denis, sonaba loco. Solo descuidado como Mark había advertido. Sus motivos podían ser buenos ---como los míos--- pero ellos eran suicidas. Sin Dimitri, honestamente no me importaba mucho mi vida. No había tenido miedo de arriesgarla antes, pero ahora me daba cuenta que había una gran diferencia entre morir sin sentido y morir por una razón. Si moría tratando de matar a Dimitri porque no tenia estrategia alguna entonces mi vida no hubiese significado nada. Entonces, el cura camino hacia nosotros y dijo algo en ruso. Por su tono y expresión, creo que estaba preguntando si todo estaba bien. Se había mezclado con el resto de la congregación luego del sermón. Siendo humano, probablemente no sabía las políticas de dhampirs, pero podía sentir problemas. Denis le ofreció una sonrisa y le dio lo que sonó como una explicación educada. El cura sonrío, asintió, y se alejo cuando alguien lo llamo. “Suficiente,” Dijo Karolina, una vez que el cura se había alejado lo suficiente. “Deben irse. Ahora.” El cuerpo de Denis se tenso, y el mío respondió, listo para la pelea. Pensé que el podía empezar algo justo ahí. Unos segundos después, se relajo y se volvió hacia mi. “Muéstramelos primero.” “¿Que te muestre que?” Pregunte. “Las marcas. Muéstrame cuantos Strigoi has matado.” No respondí de inmediato, preguntándome cual era el truco. Los ojos de todos estaban en mí. Volviéndome, levante mi cabello para mostrar los tatuajes. Pequeños molnija con forma de trueno, junto con la marca que había recibido en la batalla. Por el sonido que hizo Denis, supuse que nunca había visto tantas marcas. Deje que mi pelo cayera y encontré su mirada. “¿Algo mas?”
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“Estas perdiendo tu tiempo,” Dijo a lo ultimo, haciendo señas a las personas detrás de él. “Con ellos. Con este lugar. Deberías venir a Novorsbisk. Haríamos que tu vida valga algo.” “Yo soy la única que puedo hacer que mi vida valga.” Señale hacia la calle. “Les pidieron que se vayan.” Mantuve la respiración, aun preparada para pelear. Luego de unos tensos momentos, el grupo se retiro. Antes de darse vuelta, Denis me miro. “Esto no es lo que quieres y lo sabes. Cuando cambies de opinión ven a la calle Kasakova numero 83. Nos vamos mañana al amanecer.” “Se van a ir sin mi,” dije. La sonrisa de Denis me dio un escalofrío. “Ya veremos.”
CAPITULO 14 EL ENCUENTRO CON DENIS me dejo aún más confundida que antes. Yo era una impactante ilustración de la alerta de Mark, y presagio de en lo que yo también podría llegar a convertirme si no era cuidadosa. Yo no era realmente igual a Denis, o si? Yo no estaba sin rumbo fijo, buscando el peligro… bueno, por una razón. Yo tenía que cumplir la promesa que había hecho para encontrar a Dimitri. Tal vez esto era suicidio y yo estaba ilusionándome dentro pensando que esto era noble. Victoria me había dejado poca oportunidad de reflexión. Más tarde esa noche, cuando la familia estaba estableciéndose en la sala, después de demasiada comida, ella tranquilamente preguntó a Olena, -¿Puedo ir a casa María? Ella está teniendo una fiesta antes de que volvamos a la escuela.” Wow. Parecía como si Abe y el Alquimista no fueran los únicos guardando secretos por ahí. Yo miré entre las caras de Olena y Victoria, curiosa por cómo se debería manejar esto. Olena y Yeva, ambas estaban tejiendo, pero Yeva no levantó la mirada. Victoria había hablado en inglés. La cara de Olena se torno pensativa. - Mañana te tienes que levantar temprano para ir a la escuela.- Lo sé. Pero puedo dormir en el autobús. Todos los demás van a estar ahí esta noche.-
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-“Todos los demás” no es un argumento convincente.- se burlo Olena - Todos estarán cansados mañana también.- replico Viktoria, sonriendo. - Te perderás tu última noche con Rose.- Yo saldré con ella después de que regrese.- Genial. Y quedarte despierta aún más tarde.- No tan tarde. Estaré de vuelta a las dos.-Definitivamente no. Estarás de vuelta a la media noche.- Olena regreso a su tejido. Pero eso había sido un permiso si alguna vez lo había escuchado. Viktoria miró a el reloj. Eran casi las ocho teinta. Su rostro me dijo que no estaba feliz por el “toque de queda”, pero aparentemente ella decidió tomar lo que podía tomar. Karolina nos dio una mirada extraña antes cuando dejábamos la habitación pero permaneció en silencio. Sonya y Paul absortos en la T.V., apenas se dieron cuenta de nuestra partida. Tenía que averiguar qué estaba pasando. -Muy bien- dije una vez que nos dirigíamos escaleras arriba, -¿qué pasa? Creo que tú no ibas a la casa de Maria.Viktoria sonrió y gesticulo para que fuera dentro de su cuarto. Recientemente había sabido que su cuarto solía ser el de Dimitri, y cada vez que estaba ahí, debía resistir la urgencia de sumergirme en la cama, incluso cuando sabía que las sábanas habían sido lavadas incontables veces desde aquellos días. De algún modo, podía imaginar su olor parecido al de Dimitri y sintiendo calidez pensando que estuviéramos ahí acostados juntos. - Yo no soy…- Viktoria comenzó a rebuscando a través de su armario y sacando un corto y sin mangas, vestido rojo, con encaje alrededor de los tirantes. La tela era elástica, como licra – del tipo que se ve como si enseñara todo.- Yo estaba impresionada cuando ella empezó a ponérselo. Era bastante feo - ¿Esto es una broma? – - Nop - Viktoria se quito la camiseta y los jeans y se puso el vestido. Ella no tenía problemas con el, pero éste era a cada centímetro tan pegajosos como había parecido. Ella no estaba tan llena como yo lo estaba en la parte del top, pero en un vestido como ese, eso no importaba. - Muy Bien…- Yo dije, entendiéndolo al final. – ¿Cómo se llama?
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- Roland – dijo ella.- Oh!! Rose. Él es increíble. Y ésta es la última noche que tendré para verle antes de la escuela.Yo no sabía si sentirme feliz por ella o triste por Nikolai. Éste chico Ronal debía ser la razón por la cual ella no había podido dar a Nikolai la hora del día. Ella estaba totalmente enamorada de alguien más. Aún así, ese vestido… -De verdad debe gustarte- Observe secamente Sus ojos se abrieron. -¿Quieres conocerlo?-Emmm…bueno, Yo no quiero interferir con tu cita…- No lo harás. Sólo detente y di hola, ¿está bien?Yo me sentía bastane intrusiva, aún así al mismo tiempo… bueno, yo estaba curiosa a cerca de un chico que podía hacer que ella saliera de su casa en esa clase de atuendo, particularmente cuando ella empezó a aplicar un maquillaje realmente cargado: delineador extra obscuro y un brillante labial rojo. Así que accedí a conocer a Roland, y dejamos la casa tan calladamente como pudimos. A pesar de llevar un abrigo, Viktoria no quería provocar a su madre.
...Nos dirigimos hacia la Ciudad, siguiendo algunos giros y vueltas hasta que terminamos detrás de lo que parecía un almacén ordinario, el alguna parte abandonada de la ciudad. Todo estaba callado, pero un alto, aparentemente fuerte dhampir de pie en una puerta que lleva dentro del edificio, sus brazos cruzados frente a él. Viktoria nos llevó a un alto cercano, diciendo que debíamos esperar ahí. Un minuto después, un grupo de hombres Moroi de edades mezcladas vagaban por ahí, charlando y riendo. EL dhempir dio un último vistazo a ellos y luego abrió la puerta para ellos. Luz y sonido se colaron hasta que la puerta se cerró – y todo fue silenco otra vez. -Entonces esto es el mundo dhampir secreto de Baia- murmure. Ella no me escucho porque de pronto su rostro se ilumino. - ¡Ahí esta!Señalo a dos chicos que se aproximaban. Pero eran Moroi. Bueno, quién sabía? El novio secreto de Viktoria no era un dhampir. Yo supuse que no era tan sorprendente, en realidad, aunque la forma en que se había vestido esa noche aún me molestaba. Ella le dio un fuerte abrazo y nos presento. El amigo de él se llamaba Sergey, quien sonrió amablemente antes de apresurarse al interior donde aparentemente, también lo
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esperaba una chica Tenía que dar crédito a Viktoria: Ronal era sexy. Su cabello castaño obscuro, suave y ondulado. El verde de sus ojos me recordaron --dolorosamente--- a los de Adrian. Y cuando el sonrió a Viktoria, eso fue deslumbrante. La mirada del rostro de ella era exactamente como el de Nikolai cuando ella estaba cerca. Ronald tomo las manos de Viktoria y las llevo a sus labios, besando cada una. Esos verdes, verdes ojos mirándola y murmurando algo que yo no pude oir. Ella se sonrrojo y contesto en ruso. Yo no necesitaba ninguna traducción para saber que el contenido era sexy y coqueto. Aún sonriendo, el miró hacia mi, y aunque ella ya nos había presentado, fue como si se estuviera percatando de mi presencia por primera vez—y estaba interesado. -¿Tú eres nueva aquí, o no?- el pregunto Viktoria lo envolvió sus brazos a su alrededor y descanso su cabeza en su pecho. – Rose esta de visita. Ella es una amiga de la familia.-Ah.- el dijo.- Ahora recuerdo haber escuchado hablar de ti. Yo no tenía idea de que una feroz asesina de Strigoi podía ser tan hermosa – -Es parte de la descripción del puesto.- Le dije secamente. - ¿Vas a regresar a la escuela con Viktoria?- pregunto. - No. Me quedare aquí un poco más- Aún no tenía idea si “un poco más” era una hora o un año. -Hmm,- dijo pensativamente. El miró hacia abajo a Viktoria y presiono un beso en su cabello, pasando sus dedos por su garaganta. Sus siguientes palabras fueron para ella. – Me alegra que pudieras venir antes de irte. Yo no sé como lograré estar aquí estando tú tan lejos.Ella estaba radiante. - No había manera de que pudiera irme sin verte una vez más…- Se interrumpió, demasiado superada por la emoción, y él se inclinaba, con su mano aún en su garganta, yo pensé por un terrible momento que ellos empezarían a hacerlo allí mismo. Afortunadamente, la aparición de una niña dhampir aproximándose los interrumpió. Viktoria se separó de Roland y abrazó a la otra chica. Ellas aparentemente no se habían visto en un tiempo y comenzaron a charlar rápidamente en ruso, ignorándonos a Roland y a mí. Libre de ella por un momento, él se inclinó junto a mí. - Una vez que Viktoria haya regresado a la escuela, estarás sola por aquí. ¿Quizá podría mostrarte los alrededores entonces?-
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- Gracias, pero ya lo he visto todo.El mantenía esa gran sonrisa. –Por supuesto. Bueno, entonces, tal vez podríamos simplemente reunirnos y… hablar?No lo podía creer. Este chico tenía sus manos sobre Viktoria hace apenas treinta segundos y estaba tratando de trabar planes conmigo para el momento en que ella deje la ciudad. Yo estaba disgustada y tuve que resistirme de no hacer nada estúpido. - Perdón, pero no creo estar por aquí el tiempo suficiente.Tenía la impresión de que las mujeres no lo rehusaban muy a menudo. Él frunció el seño y comenzó a protestar, pero Viktoria regresó y se envolvió a su alrededor de nuevo. Él me estudio por varios más segundos claramente desconcertados y después dirigió su atención a ella, sonriendo y encendiendo su encanto. Ella se lo creyó todo, y mientras los dos trataban de incluirme en su conversación, estaba clara que estaban absortos el uno en el otro. Roland podría estar interesado en mí, pero por ahora, ella era un objetivo fácil--- y uno que no iba a estar disponible por mucho más tiempo. Sentí ese asco recorrer por mi otra vez. Cuanto más tiempo me quedaba ahí, más cuenta me daba de lo que estaba pasando. Todas las personas que entraban eran chicos Moroi o chicas Dhampir. Y las chicas estaban todas vestidas como Viktoria. Este era un lugar de putas de sangre. De pronto, el mundo dhampir secreto de Baia parecía incuestionable. Lo odiaba. No quería nada más que salir de ahí. No, espera. No quería nada más que salir de ahí y arrastrar a Viktoria lejos, incluso pataleando y gritando. Roland era un imbécil, sin duda, y yo no la quería ella en ningún lugar cerca de él. Entonces pronto se hiso claro que ellos no iban a estar parados en el callejón toda la noche. Ellos querían entrar y sólo Dios sabe que más. - Viktoria- jije, tratando de ser razonable, - ¿estás segura que no quieres regresar a casa y salir?, es decir. Yo no te veré mañana.Ella vaciló, entonces sacudió su cabeza.- Tampoco veré a Roland. Pero te prometo que vendré a verte tan pronto como pueda, ni bien llegue a casa más tarde. Nos quedaremos despiertas toda la noche. A mama no le importará.Yo no sabía cual otra protesta hacer. La impaciencia de Roland, ahora que yo me había negado, estaba empezando a mostrarse. Él quería ir dentro. Me preguntaba que había ahí dentro… una pista de baile?...habitaciones? Probablemente yo podría ir con ellos para verlo por mí misma, a pesar de ir poco vestida para eso--- o, bueno,
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demasiado vestida, en la medida en cantidades de prendas de vestir. Sin embargo, yo no me atrevía ahacerlo. Toda mi vida, me habían enseñado a cerca de las putas de la sangre y porque su estilo de vida estaba equivocado. Yo no sabía si Viktoria se estaba convirtiendo en una--- y yo esperaba que no--- pero no había manera que pusiera un pie ahí. Esto era un asunto de principios. Los vi irse con el corazón apesadumbrado, preguntándome hacia qué había dejado a mi amiga caminar. Viéndola en un vestido ultra pegadito, aplastada contra él, de pronto me hizo reevaluar todo. ¿Qué tanto de esta pacífica vida en Baia era una farsa? Era Viktoria---la chica que me había llamado hermana--- realmente la persona que yo creí que era? Confundida, Y llevé mi cabeza de vuelta a casa----- y casi entro en Abe. Otra vez. - ¿Qué demonios?- exclame. Él usaba un esmoquin esta noche, completo con cola y una bufanda de seda plateada. - ¿Me estas acechando?Pregunta estúpida. Claro que lo estaba haciendo. Esperaba que su vestimenta formal significara que no me arrastraría fuera esta noche. Sus guardias iban igualmente iban vestidos. Sin saber nada, me preguntaba si un lugar como este tenía algo que ver con sus negocios ilegales. ¿Estaba traficando con putas de la sangre?¿ Cómo una clase de padrote?. Poco probable, ya que la mayoría de éstas niñas no se hacían mucho del rogar. Abe me dio esa molesta conocida sonrisa de él.- Veo que tu amiga está pasando una noche interesante. No tenía idea de que Viktoria tuviera unas piernas tan encantadoras. Ahora todo el mundo lo sabe, gracias a ese vestido.Apreté los puños y me incline hacia él.- No te atrevas a hablar así de ella, viejo.- No estoy diciendo nada que no sea obvio para todo el mundo. Seguramente va a ser obvio para el joven Rolan pronto.- Tú no sabes nada a cerca de ellos!- Sin embargo, ni yo creía mis propias palabras, no después de verlos caminado juntos. Abe, podía decir, sabía lo que estaba pensando. - Todas estas chicas dicen que no saben lo que pasa con ellos. Pero siempre lo hacen. Esto es lo que va a pasar contigo si te quedas.-
Oh, aquí vamos,- Digo burlonamente. – Yo sabía que una amenaza tendría que estar por llegar. La parte en la que tú me
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ordenas otra vez que deje el país o de otro modo algo malo, cosas malas van a suceder.Gesticulo hacia la puerta, donde más Moroi y Dhampir estaban yendo. – Ni siquiera necesito hacer que nada malo pase. Tú lo harás por ti misma quedándote aquí. Desperdiciaras tu vida, haciendo recados para Olena Belikova. Poner cerraduras se convertirá en la cosa más excitante del mundo.- Ellos son buenas personas,- gruñí. –No te burles de ellos.- Oh, no lo niego- Dijo ajustándose la bufanda de seda. – Ellos son buenas personas. Pero no son tu gente. Esto es una fantasía. Te estás haciendo ilusiones tú sola.- Él era todo rigor ahora. – Tu dolor te ha enviado hasta aquí. Tu hombre ha sido arrancado de tu lado, y tú te has arrancado a ti misma de lado de tus viejos amigos. Estas tratando de compensarte por ello, convenciéndote a ti misma de que esta es tu familia, de que éste es tu hogar. Ellos no son tu familia. Éste no es tu hogar.- Yo podría hacer éste mi hogar.- Aún no estaba segura de esto, pero mi naturaleza obstinada me hizo querer contradecirlo. - Tú no estás hecha para Baia,- dijo, con sus ojos obscuros brillando. -Tú estás destinada para cosas mejores. Necesitas regresar a casa, regresar a la escuela y con la princesa Dragomir.- ¿Cómo demonios sabes acerca de ella?... ¿Quién eres?... ¿Cuándo vas a decirme para quién trabajas?... ¿Qué es lo que quieres con migo?- Yo tenía un presentimiento de que estaba al borde de la histeria. Escucharlo referirse a Lissa rompió algo dentro de mí. - Soy simplemente un observador que te puede decir que estás perdiendo tu tiempo aquí. Ésta no es vida para ti, Rose. Tu vida está de vuelta en los Estados Unidos. Ellos dicen que estabas en camino de ser una guardiana genial. ¿Sabes qué honor es, el ser asignada a la última de los Dragomir? Tú podrías pasar tu vida en la élite, en círculos más poderosos. La reputación que ya te has ganado te elevara en estatus y consideración. Tienes una carera impresionante delante de ti, y no es demasiado tarde para volver a ella. No aún.- ¿Quién eres para hablarme de cómo debería vivir mi vida? He oído que tus manos están llenas de sangre---Zmey. No eres exactamente un buen modelo a seguir. De cualquier manera, ¿en que estas involucrado?
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- Mis propios asuntos. Y es exactamente a causa de la vida que llevo que deberías escucharme cuando digo: “abandona éste camino y regresa a casa.”Sus palabras eran urgentes y autoritativas, y yo no lo podía creer que tuviera la audacia de hablar con migo de ese modo. – Esa ya no es mi vida, no más.- dije fríamente. Soltó una gran carcajada y gesticulo a nuestro alrededor una vez más. – ¿Qué, y esto lo es?... ¿Quieres perderte y ser una puta de la sangre como tu amiga ahí dentro? - No la llames así- grite – No me importa si tienes guardaespaldas o no. Te voy a herir, viejo, si dices alguna otra cosa a cerca de Viktoria.El no se inmuto por mi explosión. –Eso fue duro, lo reconozco. Ella no es una puta de la sangre. No aún. Pero esta a un paso de eso. Como dije, eso siempre pasa al final. Incluso si tú no eres usada por alguien como Rolan Kislyak--- y créeme, la va a usar, justo como lo hizo con su hermana--- Terminarás sola con un bebé estas aún muy joven para eso.- Ella… espera.- Me congele. – Estas diciendo que él es el chico que embarazo a Sonya?... ¿Por qué querría Viktoria involucrarse con él después de que el hizo eso y dejo a su hermana?- Porque ella no lo sabe. Sonya no habla a cerca de eso, y el Señor Kislyak piensa que es un juego, meter dos hermanas en la cama. Lástima por él que Karolina es más inteligente que las otras o pudo haberlas tenido a todas. ¿Quién sabe?- Me dio una sonrisa burlona.- Quizá te considere lo suficientemente parte de la familia para ir tras de ti después.- Como el infierno. Yo nunca me voy a involucrar con nadie así. Yo nunca me voy a involucrar con nadie más otra vez. No después de Dimitri.La severidad de Abe dio paso a la diversión momentánea. – Oh, Rose. Eres joven, apenas has vivido. Todos piensan que su primer amor será el único que jamás tendrán.Éste tipo realmente me estaba fastidiando, pero gané suficiente control para decidir que no lo iba a golpear. Al menos, no le creía. Me recargue un poco tocando el edificio. – No voy a jugar tu juego aquí. Y puedes decirle a quién quiera que sea para quién trabajes que no jugaré el suyo tampoco --- y que no voy a volver.- De una u otra manera ya sea para herir a Dimitri o para vivir con su
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familia. Yo estaba quedándome en Rusia. – Vas a tener que empaquetarme dentro de una caja y embarcarme hasta allá.No era que yo quisiera darle a Abe ninguna idea. Sospechaba que podía hacer eso si él quería. Demonios!!!. ¿Quién estaba detrás de esto?... ¿Quién quería encontrarme suficientemente mal para enviar a éste tipo detrás de mí?... Más raro aún, quienquiera que sea ese alguien que se preocupa lo suficiente por mi por alguna razón. Si Abe hubiera querido secuestrarme, ya lo habría hecho. El pudo haberlo hecho la noche que me trajo a Baia. Todo lo que tendría que haber hecho era seguir manejando hasta el aeropuerto más cercano. El cual necesitaríamos eventualmente para resolver esto, pero primero necesitaba alejarme de Abe. Yo me volvía más lejos. –Me estoy yendo y no puedes detenerme. Y no me espíes más. Esto se termina ahora.Abe me estudio durante varios segundos, sus ojos se redujeron pensativamente. Podía prácticamente ver girar los engranes y la dominación del mundo girando en su cabeza. Al final dijo, en una voz tan baja que difícilmente podía oírlo, -Aunque, eso no acabará con ellos.¿Quién? El apunto hacia la puerta. – Viktoria y Rolan- ¿A qué quieres llegar?- Sabes a donde quiero llegar. Ella cree que lo ama. Él sabe que ella estará de regreso en la escuela mañana. Esta noche es su última oportunidad con ella, y no la va a desperdiciar. Hay muchas habitaciones dentro. Probablemente ellos estén en una de ellas ahora.Trataba de controlar mi respiración. –Entonces voy a decirle a su madre.- Eso sería muy tarde, nunca la encontraría a tiempo, y mañana, Viktoria estará de camino a la escuela --- y él no estará más interesado. ¿Qué puede hacer su madre después del hecho?... ¿encerrarla? Me estaba poniendo furiosa más que nada porque tenía el presentimiento de que él estaba en lo correcto. –Bien. Entonces voy a sacarla a rastras yo misma.-Eso nunca sucederá. Ella quiere hacerlo. Ella no se irá contigo. E incluso si lo hace sólo lo encontrará de nuevo.Yo lo miré. –Suficiente. Obviamente estas insinuando algo, así que sólo dilo.Él sonrio, aparentemente complacido con mi astucia--- o quizá mi franqueza. – Si tu quieres salvarla, tendrás que ir por él, a través de Rolan.-
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Me burlé. – No es posible. La única manera de que él la deje en paz es si yo me ofresco a tomar su lugar.- Y oye, la amistas sólo fue demasiado lejos(ironía). - No si yo hablo con él - ¿Qué se supone que vas a hacer, darle una charla sobre moralidad y el dominio de su razón? - Oh, Voy a influir en él, está bien. Pero créeme, no lo voy a hacer con razón--- bien, por lo menos no con el tipo en el que estas pensando. Si yo le digo que la deje en paz, él la dejará en paz. Por su bien.Yo di un paso atrás sin darme cuenta y pegué contra el muro. Abe se veía aterrador como el infierno. Zmey. Yo no dudaba de sus palabras para nada. Él podía conseguir que Rolan dejara en paz a Viktoria. De hecho, el probablemente nisiquiera necesitara a sus dhampirs. Abe podía infundir suficiente terror --- y probablemente un buen golpe --para hacer que sucediera. - ¿Por qué harías eso por mí?- pregunte. - Como un signo de buena fe. Promete dejar Baia y yo trataré con él – Sus ojos brillaban Ambos podíamos sentir el cierre neto a mi alrededor. - ¿Esa es tu táctica ahora?... ¿Me ofreces un trato? Mi salida no vale realmente tu trabajo de asustar a un imbécil Moroi – Lo neto creció aún más ajustado. – ¿No lo vale Rose? Frenéticamente, Pensaba a cerca de qué hacer. Una parte de mi pensaba que Viktoria era libre de tomar sus propias decisiones, de amara quien le viniera en gana… pero sabía, de hecho, que él no la amaba a ella. Ella era una conquista para él. Como lo mostraba al haber ido tras de mí --- y Sonya aparentemente. ¿Qué pasaría con Viktoria?... ¿Se convertiría como el resto de mujeres ahí?... ¿Sería la siguiente Belikov en tener un bebé? Incluso si no tenía intenciones de convertirse en una guardiana, esa no era la parte correcta para ella. Karolina había declinado la oferta de unirse a los guardianes y ahora vivía una vida respetable con sus hijos y un trabajo que --- si no emocionante --era constante y le permitía mantener su dignidad. No podía dejar a Viktoria andar un camino que podría arruinar el resto de su vida. No podía dejar que eso le pasara a la hermana de Dimitri.
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Dimitri… Lo conocía. Conocía su naturaleza protectora. El nunca permitiría que nada les pasara a aquellos que le importan. Yo odiaba el pensamiento de ese tugurio de putas de la sangre, pero aún quería correr tener que correr a buscarla --- porque eso es lo que Dimitro habría hecho. Pero yo no sabía si la encontraría a tiempo. Sabía, como sea, que Abe podía --- y que podía mantener a Rolan. Y así, yo hablaba sin entender completamente las consecuencias de mis palabras. - Dejaré Baia-
CAPITULO 15 Abe le echo una mirada a uno de sus guardianes y asintió con la cabeza rápidamente. El hombre de inmediato se alejo. “Esta hecho,” Dijo Abe. “Solo así?” Pregunte con incredulidad. Sus labios se arquearon en una sonrisa. “Rolan sabe quien soy yo. El conoce quien trabaja para mí. Una vez que Pavel hace…ah conocer mis deseos, se dan por terminados.” Me estremecí, sabiendo que Abe decía la verdad. Considerando lo malditamente sabionda que había sido con Abe todo este tiempo, lo que realmente era un milagro que no hubiera tenido mis pies clavados en el cemento y haber sido arrojada al océano. “Entonces porque no estas arrastrándome a la fuerza fuera de aquí?” “Nunca me gusta obligar que alguien haga algo que no quieren hacer. Incluso a Rolan. Es mucho mas fácil si las persona simplemente entra en razón y hacen lo que yo pido, sin hacer uso de la fuerza.” “Y por entrar en razón” Quieres decir, -Chantajear-”, le dije pensando en lo que yo había aceptado. “Hicimos un negocio,” dijo. “Eso es todo. No olvides el fin del trato. Prometiste irte de aquí y no pareces del tipo de persona que no cumple con su palabra.” “No lo soy.” “Rose!” Viktoria de repente apareció en la puerta. Wow, eso fue rápido. Pavel estaba tranquilamente arrastrándola por el brazo. Su cabello estaba revuelto y una tira de su vestido estaba resbalándose por su hombro. Su cara era una mezcla de incredulidad y rabia. “Que hiciste? Ese tipo vino y le dijo a Rolan que se largara de aquí y que nunca jamás me volviera a ver! Y luego…Rolan acepto. Y se fue.” Me pareció ligeramente gracioso que Viktoria inmediatamente me culpo por eso. Cierto, yo era la responsable, pero Abe estaba parado justo allí. Y no era un secreto quienes eran sus empleados. Aun así, defendí mis acciones. “El te estaba usando,” le dije.
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Había lágrimas en sus ojos color marrón. “El me ama.” “Si el te ama, entonces porque se me insinuaba tan pronto dabas la espalda?” “No lo hizo.” “El es el que embarazo a Sonya.” Incluso con la poca luz del callejón, vi su pálida cara. “Eso es una mentira” Tire mis manos hacia arriba. “Porque te haría eso? El quería hacer planes conmigo tan pronto tu estuvieras fuera de la ciudad!” “Si el lo hizo,” Dijo, con voz temblorosa, “Fue porque tu lo llevaste a eso.” Me quede boquiabierta. A mi lado, Abe escuchaba en silencio, con una mirada de arrogancia en su cara. El estaba tan satisfecho e si mismo y probablemente pensó que estaba demostrando lo correcto. Yo quería golpearlo, pero Viktoria era mi preocupación. “Como puedes pensar eso? Soy tu amiga” le dije. “Si fueras mi amiga, no estarías actuando así. No tratarías de ser un obstáculo en mi camino. Actúas como si amaras a mi hermano, pero no hay forma en la que lo hagas- de ninguna manera verdaderamente entiendes el amor!” No entendía el amor? Estaba loca? Si solo ella sabia lo que había sacrificado por Dimitri, lo que había hecho para estar donde ahora me encontraba…todo por el amor. Ella era la única que no lo podía entender. El amor no era una aventura en la última habitación de una fiesta. Era algo por lo que vivías o morías. Mis emociones resurgieron, y la oscuridad que brotaba dentro de mi me hizo querer repartir golpes en regreso de su horrible acusación. Fue solo a través de mis más grandes esfuerzos que recordé que ella estaba sufriendo, y que solo decía esas cosas porque estaba confundida y enojada. “Viktoria, lo entiendo y lo siento. Solo estoy haciendo esto porque tu eres mi amiga. Me preocupo por ti.” “No eres mi amiga,” Dijo entre dientes. “No eres parte de esta familia. No entiendes nada acerca de nosotros o como vivimos! Desearía que nunca hubieras venido aquí.” Ella se dio la vuelta y tomo distancia, empujándose de regreso a través de la larga fila de asistentes a la fiesta. Me dolió el corazón cuando la mire. Me volví hacia Abe. “Ella va a tratar de encontrarlo.” Todavía llevaba esa detestable expresión. “Eso no importa. El no tendrá nada que hacer con ella ya más. No si el valora su propia cara.” Estaba preocupada por Viktoria pero de alguna manera tuve la sensación de que Abe tenia la razón acerca de Rolan. Así que Rolan ya no seria un problema. En cuanto al siguiente chico de Viktoria…bueno, esa era una preocupación para otro día. “Bien. Pues terminamos aquí. No me sigas nunca más,” gruñí.
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“Cumple tu promesa de irte de Baia y no tendré que hacerlo.” Entrecerré mis ojos. Ya te lo dije: Yo siempre cumplo mis promesas.” Me apresure de regreso a la casa de los Belikov, de repente me pregunte si eso era verdad. La ruptura con Abe y Viktoria era como agua fría en mi cara. Que estaba haciendo aquí? Hasta cierto punto, Abe había tenido la razón…me había estado engañando a mi misma, pretendiendo que la familia de Dimitri era mía, con el propósito de aliviar mi sufrimiento por el. Pero ellos no lo eran. Este no era mi hogar. La Academia tampoco era mi hogar, ya no. La única cosa que había dejado era mi promesa- mi promesa a Dimitri. La promesa que de alguna manera había perdido de vista desde que llegue aquí. Algunos de los Belikov estaban en la cama cuando llegué a casa, pero otros estaban todavía en la sala de estar. Subí las escaleras hasta mi habitación, esperando ansiosamente que Viktoria llegara. Media hora mas tarde oí pasos en la escalera y el sonido de su puerta cerrándose. Toque la puerta gentilmente. “Viktoria,” Dije en voz baja. “Soy yo. Por favor háblame.” “No!” Fue la respuesta. “No quiero volverte a hablar.” “Viktoria-” “Vete!” “Solo estoy preocupada por ti.” “No eres mi hermano! Ni siquiera eres mi hermana. No tienes lugar aquí!” Ouch. Su voz era ahogada por la puerta, pero no quería arriesgarme a una pelea en la pasillo y dejar que lo otros oigan. Yendo a mi habitación, mi corazón se rompió, me pare en frente del espejo. Fue entonces que supe que ella tenía razón. Incluso Abe tenia la razón. Baia no era mi lugar. En un instante, mis escasas pertenencias estuvieron empacadas, pero vacile antes de bajar las escaleras. La puerta cerrada de Viktoria se encontraba en frente mío y tuve que luchar con el deseo de tocar otra vez. Si lo hacia, eso solo daría inicio a otra pelea. O, tal vez pero aun, ella me perdonaría- y lego me querría quedarme por siempre, perdida en el bienestar de la familia Belikov y de su simple vida. Tomando un profundo respiro, me dirigí escaleras abajo y salí por la puerta principal. Quería decirles adiós a los demás, pero me preocupaba que lo mismo pudiera pasar, que vería sus cara y cambiaria de opinión. Tenia que irme, me di cuenta. Estaba enojada con Viktoria y con Abe. Sus palabras me habían lastimado, pero había verdad en ellas. Esta no era mi mundo. Yo tenía otras cosas que hacer con mi vida. Y tenía muchas promesas por cumplir. Cuando estuve a ocho cuadras de distancia, disminuí el paso, no porque estuviera cansada pero si porque no estaba segura de a donde estaba yendo. Dejar esa casa había sido un paso muy grande. Me hundí en la acera en frente del oscuro y silencioso jardín de un vecino. Quería
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llorar sin saber porque. Quería mi antigua vida. Quería a Dimitri y a Lissa. Oh Dios, los quería. Pero Dimitri se había ido y la única manera de verlo era si verdaderamente partía para matarlo. Y en cuando a Lissa…ella más o menos se había ido también. Incluso si sobrevivía a esto, no creía que ella podría perdonarme. Sentada allí, sintiéndome perdida y sola, trate de llegar a ella una vez más. Yo sabía que eso era tonto, considerando lo que había visto antes, pero tenía que intentarlo una vez más. Tenia que saber si realmente tenía mi antiguo lugar de regreso. Me deslice al interior de su mente al instante, mis desembocadas emociones hicieron la transición mas fácil. Ella estaba en un jet privado. Si Jill había estado sorprendida por el encuentro con los estudiantes Elite de St. Vladimir, ir con ellos en un viaje la hacia sentirse totalmente en estado de coma. Ella miro todo con los ojos bien abiertos y a penas dijo una palabra durante todo el vuelo a la Corte Real. Cuando Avery le ofreció una copa de champán, Jill apenas podía balbucear “N- no gracias.” Después de eso, los demás parecieron olvidarse de ella y se entusiasmaron con sus propias conversaciones. Lissa noto a Jill intranquila pero no hizo mucho para remediarlo. Eso me sorprendió. La Lissa que yo había conocido habría hecho que Jill se sintiera cómoda e incluida. Afortunadamente, la joven chica parecía perfectamente entretenida viendo las payasadas de los demás. También me sentí mas relajada al saber que Jill estaría bien una vez ella se reuniera con Mia. Lissa había enviado un recado dirigido a Mia para que recogiera a Jill cuando aterrizaran, viendo como Lissa y los demás tenían que atender una de las funciones de Tatiana de inmediato. Mia le había dicho que ella tomaría a Jill bajo su ala por el fin de semana y le mostraria algunas cosas innovadoras que había aprendido hacer con su magia del agua. Lissa se alegro por eso, feliz de que ella no seria la niñera de una estudiante de primer año todo el fin de semana. Incluso si Jill estaba totalmente fuera del radar de Lissa una persona no lo estaba: Reed el hermano de Avery. Su padre había decidido que seria una buena idea para Reed ir con ellos, y viendo como el señor. perdón- el Director Lazar había desempeñado un papel clave trabajando con Tatiana al organizar este viaje, había un pequeño argumento. Avery rodo sus ojos y hablando con Lissa acerca de eso secretamente, justo antes de el abordaje. “Estamos montando tu reputación,” Dijo Avery. “Parte de la razón que mi Papa me dejara venir era porque tienes buenas relaciones con la reina, y el quiere que eso se le prenda a Reed-y al resto de la familia”. Lissa trato de no ponerle demasiada lógica. Principalmente, ella estaba molesta porque Reed Lazar era todavía tan desagradable como había sido el primer día que ellos se conocieron. Verdaderamente el era el polo opuesto de Avery. El no era mezquino o algo; solamente se sentía incomoda estando alrededor de el. En vista de que ella siempre estaba
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animada y podía entablar una conversación, el se quedo con la boca cerrada y solo hablo cuando le hablaban. Lissa no podía realmente decir si eso era timidez o arrogancia. Cuando Lissa había tratado de preguntarle si estaba entusiasmado con ir a la Corte, Reed se había simplemente encogido de hombros. “Lo que sea. No me importa.” El tono de su voz había sido casi hostil, como si estuviera resentido con la pregunta, así que ella renuncio a todos los intentos de entablar una conversación. La única persona, aparte de su hermana, que Lisa vio a Reed alguna vez hablando fue a Simon el guardián de Avery. El también había venido. Cuando el avión aterrizo, Mia era tan buena como sus palabras. Saludo con entusiasmo cuando Lissa bajo del avión, sus rubios risos se sacudían en el viento. Lissa le devolvió la sonrisa y se dieron la una a la otra un abrazo de lado, algo que nunca fallaba en divertirme dado su antiguo estado de enemigas. Lissa hizo las presentaciones para aquellos que lo necesitaban cuando una escolta de guardianes los llevó fuera de la pista de aterrizaje hacia la parte interior de la Corte. Mia le dio a Jill una bienvenida tan calurosa que la intranquilidad de la joven chica se desvaneció y el entusiasmo brillo en sus verdes ojos. Sonriendo afectuosamente, Mia desvió su mirada de Jill hacia Lissa. “Donde esta Rose?” Se hizo silencio, seguido por las miradas incomodas. “Que?” Demando Mia. “Que dije?” “Rose de fue,” Dijo Lissa. “Lo siento….pensé que tu lo sabias. Ella se retiro y se fue después del ataque porque habían algunas cosas…cosas personales...de las que ella necesitaba encargarse.” Lissa temía que Mia le preguntara sobre las cosas personales. Solo pocas personas sabían acerca de la mi búsqueda de Dimitri y Lissa quería mantenerlo de esa manera. La mayoría creían que yo solo había desaparecido por el trauma postbatalla. La siguiente pregunta de Mia sorprendió completamente a Lissa. “Porque no fuiste con ella?” “Que?” Lissa balbuceo. “Porque haría eso?” Rose se retiro. De ninguna manera me iría.” “Si, supongo.” Mia se volvió especulativa. “Ustedes son tan unidas- aun sin estar pegadas. Asumí que se seguirían la una a la otra hasta el fin de la tierra y descubrirían los detalles después.” La propia vida de Mia había pasado a través de tanta agitación que ella tomo las cosas con calma. Era rara, la fluctuante ira que había sentido aparecer de repente en Lissa de vez en cuando, ella irguió su cabeza y se dio la vuelta a Mia. “Si, bueno, si éramos tan cercanas, al parecer no me habría dejado en primer lugar. Ella es la egoísta, no yo.”
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Las palabras me atravesaron y claramente conmocionaron a Mia. Ella tenía su propio carácter, y simplemente alzo sus manos en forma de disculpa. Verdaderamente había cambiado. “Lo siento. No estaba tratando de acusarte de nada.” Lissa no dijo nada más. Desde mi partida, ella se echaba la culpa por muchas cosas. Ella había reconsiderado una y otra vez las cosas que pudo haber hecho por mí antes o después del ataque, las cosas que podría haber echo que me quedara. Pero nunca se le había ocurrido irse conmigo y esa revelación la golpeo como una bofetada en la cara. Las palabras de Mia la hacían sentir culpable y enojada al mismo tiempo- ella no estaba segura con quien estaba más furiosa: conmigo o con ella misma. “Se lo que estas pensando,” Dijo Adrian unos minutos mas tarde una vez que Mia había llevado a Jill lejos y le prometió que se encontrarían mas adelante. “Que, ahora lees mentes?” Pregunto Lissa. “No tengo que hacerlo. Esta escrito sobre tu cara. Y Rose nunca te hubiera dejado ir con ella, así que deja de sufrir por eso.” Entraron el la vivienda de huéspedes reales, la cual era tan exuberante y opulenta como había sido cuando me había quedado allí. “No sabes eso. Pude haberla convencido.” “No,” Dijo Adrian cortantemente. “No hubieras podido. Lo digo en seriono te des a ti misma una cosa mas por la cual estar deprimida.” “Hey, quien dijo que estoy deprimida? Como dije, ella me abandono.” Adrian se sorprendió. Desde mi partida, Lissa había estado más triste que nada. De ves en cuando se había enojado por mi decisión, pero ni Adrian y yo habíamos visto tanta vehemencia por parte de ella. Sentimientos oscuros hervían en su corazón. “Pensé que lo entendías,” Dijo Adrian, con un pequeño gesto desconcertado. “Pensé que habías dicho que tu-“ Avery de repente interrumpió, dándole a Adrian una mirada penetrante. “Hey, hey. Déjala en paz, de acuerdo? Te veremos en la recepción.” Ellos estaban a un punto en donde los grupos tenían que dividirse, las chicas iban a una parte del hospedaje y los chicos al otro. Adrian parecía como si se quisiera decir algo mas, pero en vez de eso el asintió y se dirigió afuera con Reed y un par de guardianes. Avery puso gentilmente un brazo alrededor de Lissa mientras la figura de Adrian se retiraba. “Estas bien? La normal sonrisa en la cara de Avery estaba llena de preocupación. Eso sobresalto a Lissa de la misma manera en la que los momentos de seriedad de Adrian me sorprendían. “Supongo, No lo se.” “No te culpes por lo que pudiste o debiste haber hecho. El pasado es pasado. Sigue adelante hacia el futuro.”
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El corazón de Lissa estaba todavía pesado, su humor era mas negro de lo había estado en mucho tiempo. Consiguió dar una sonrisa. “Creo que eso es lo mas sabio que jamás hayas dicho.” “Lo se, puedes creerlo. Crees que impresionara a Adrian?” Ellas se fundieron en una sonrisa, pero a pesar de su apariencia alegre, Lissa estaba todavía clavada por los bruscos comentarios de Mia. Habían herido a Lissa de una manera que no hubiera pensado posible. Lo que verdaderamente más le molestaba no era la idea de que si habría venido conmigo, ella podía haberme mantenido fuera de problemas. No. Su principal problema era que no había pensado venir conmigo en primer lugar. Yo era su mejor amiga. Y si ella estaba preocupada, debería de haber sido una reacción inmediata por mi partida. Y no lo había sido y ahora Lissa estaba atormentada con más culpa de lo usual. La culpa estaba consumiéndolo todo, y ella ocasionalmente la transformaba en ira para hacer el dolor mas fácil. Pero eso no ayudaba mucho. Su estado de ánimo no mejoraba tampoco, mientras que la noche avanzaba. No mucho después de la llegada del grupo, la reina ofreció una pequeña recepción para todos los visitantes de la elite que habían llegado a la Corte. Lissa fue descubriendo rápidamente que la reina siempre parecía ser la anfitriona de una que otra fiesta. En un punto en su vida, Lissa hubiera considerado esa diversión. Ya no lo hacia, al menos no cuando se trataba de este tipo de fiestas. Pero manteniendo sus oscuros sentimientos bajo llave, Lissa quedaba bien jugando al papel de una agradable chica real. La reina parecía feliz de que Lissa tenía una “apropiada” amiga real y estaba igual de contenta cuando Lissa impresiono a los otros de la realiza y dignatarios a los que ella estaba presentando. Por un momento, sin embargo la determinación de Lissa casi tambaleo. “Antes de salir,” Dijo Tatiana, “Deberíamos ver de cerca de tus guardianes.” Ella y Lissa se quedaron con un grupo de admiradores y seguidores los cuales se mantenían una distancia respetuosa. Lissa había estado mirando distraídamente las burbujas de su intacto champán, así que se levanto la mirada de inmediato. “Guardianes, su majestad?” “Bueno, no hay una manera delicada de decirlo, pero ahora, para bien o para mal, usted esta sin ninguna protección.” La reina hizo una pausa respetuosamente. “Belikov era un buen hombre.” Mi nombre naturalmente no salió de sus labios. Yo también podría no haber existido. Ella nunca me había agradado, particularmente desde que pensó que yo me iba a escapar con Adrian. Así fue, Lisa había notado a Tatiana mirando con alguna consideración mientras Avery y Adrian coqueteaban. Era difícil decir si la reina lo desaprobaba. En otro lado de la fiesta, Avery parecía una modelo- salvo que Tatiana había querido eventualmente que Lissa y Adrian se juntaran.
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“No necesito protección en este momento,” Dijo Lissa cortésmente, apretando su corazón. “No, pero estarás fuera de la escuela muy pronto. Creemos que hemos encontrado algunos candidatos excelentes para ti. Uno de ellos es una mujer- fue una suerte encontrarla.” “Janine Hathaway se ofreció para ser mi guardián,” Dijo Lissa de repente. Yo no sabía eso, pero mientras ella hablaba, leí la historia en su mente. Mi Mama se había acercado a ella no mucho después de que me fui. Estaba un poco sorprendida. Mi Mama era muy leal a su asignación actual. Eso seguramente había sido un gran traslado para ella. “Janine Hathaway?” las cejas de Tatiana subieron casi hasta la línea de su cabello. “Estoy segura que ella tiene otros compromisos. No, nosotros tenemos mejores opciones. Esta joven chica apenas es dos años mayor que usted.” Una opción mejor que Janine Hathaway? No es posible. Antes de Dimitri, mi Mama había sido el estándar de oro por el cual yo media todas las habilidades en diferentes áreas. La “Joven” de la que hablaba Tatiana, era sin duda alguien bajo el control de la reina- y lo mas importante, no era una Hathaway. A la reina no le agradaba mi madre más que lo que yo le agradaba. Una vez, cuando Tatiana había estado regañándome por algo, ella había hecho referencia de un hombre con el que mi mama había estado involucradaalguien a quien se sospecha podría ser mi padre, un tipo llamado Ibrahim. Lo curioso fue, que la reina había casi sonado como si ella alguna vez se había interesado en ese tipo también, y me pregunte si esa era una parte del desagrado por mi familia. Lissa le dio una sonrisa forzada a la reina y le agradeció por la consideración. Lissa y yo entendíamos lo que estaba pasando. Este era el juego de Tatiana. Todo el mundo era parte de su plan y no había manera para ir en contra de su voluntad. Por un breve momento, Lissa tuvo ese extraño pensamiento de nuevo, de algo que Victor Dashkov le había dicho una vez. Aparte de sus locos asesinatos y planes de secuestros, Victor había también querido comenzar una revolución entre los Moroi. El creía que la distribución del poder estaba mal- algo que Lissa ocasionalmente creía también- y que eso era manejado de manera injusta por aquellos que tenían demasiado control. El momento se había ido casi tan pronto como llegó. Victor Dashkov estaba loco villano cuyas ideas no merecían ningún reconocimiento. Entonces, con la cortesía permitida, Lissa se excusó con la reina y se dirigió a través de la habitación, sintiendo que estaba a punto de explotar con el dolor y la ira. Ella por poco sale corriendo hacia Avery cuando ella lo hizo. “Dios,” Dijo Avery. “Crees que Reed podría avergonzarme mas? Dos personas han tratado de entablar una conversación con el y continua
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asustándolos. En realidad le dijo a Robin Badica que se callara. Quiero decir, si, ella seguía y seguía hablando, pero aun así, eso no esta bien.” La mirada dramática de Avery se desvaneció cuando ella tomaba la cara de Lissa. “Hey, que pasa?” Lissa miro a Tatiana y luego se dio vuelta de nueva a Avery, tomando el bienestar de los ojos azules-grisáceos de su amiga. “Necesito salir de aquí.” Lissa tomo un profundo respiro para calmarse. “Recuerda todas esas cosas buenas que decías sabe? Cuando van a ocurrir?” Avery sonrió. “Tan pronto como tu quieras.” Regrese a mi misma, sentada en la acera. Mis emociones me estaban todavía volviendo loca, y mis ojos estaban luchando contra mis lágrimas. Mis dudas interiores estaban confirmadas: Lissa no me necesitaba mas…y sin embargo, todavía tenia la sensación de que había algo raro ocurriendo y que no pude dar en el clavo. Supuse que su culpa por el comentario de Mia o los efectos secundarios podían afectarla, pero aun así…Ella no era la misma Lissa. Los pasos en la acera me hicieron mirar hacia arriba. De todas las personas que podrían haberme encontrado, hubiera esperado a Abe o tal vez a Viktoria. Pero ellos no eran. Era Yeva. La anciana se quedo allí parada, con un manto sobre sus estrechos hombros, y con sus cortantes y astutos ojos mirándome con desaprobación. Suspiré. Que paso? Me le parecí a su hermana?” Le pregunte. Tal vez había un beneficio en nuestra barrera idiomática. Ella frunció los labios. “No puedes quedarte aquí mas tiempo,” Dijo. Quede boquiabierta. “Usted…usted habla Español? Ella resoplo. “Por supuesto”. Me quede paralizada. “Todo este tiempo había estado fingiendo que no sabia? Esta haciendo a Paul jugar como traductor?” “Es mas fácil,” Dijo simplemente. “ Evitas muchas conversaciones molestas cuando no hablas el idioma. Y he encontrado a los Americanos teniendo las conversaciones mas molestas de todas.” Yo todavía estaba horrorizada. “Usted ni siquiera me conoce! Pero desde el primer día, me lo ha estado haciendo un infierno. Porque? Porque me odia?” “No te odio. Pero estoy decepcionada.” “Decepcionada? Como?” “Soñé que vendrías.” “Ya oí eso. Usted sueña mucho?” “Algunas veces,” Dijo ella. La luz de la luna brillaba en sus ojos, dándole la una apariencia de otro mundo. Un escalofrió recorrió mi espina dorsal. “Algunas veces mis sueños son ciertos. Algunas veces no. Soñé que Dimka estaba muerto, pero no quise creerlo, no hasta que
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tuve pruebas. Tu eras mi prueba.” “Y por eso usted esta decepcionada?” Yeva apretó la manta con mas fuerza a su alrededor. “No. En mis sueños, brillabas, ardías como una estrella y te vi como un guerrero, alguien que podría hacer grandes cosas. En su lugar? Te has sentado alrededor y has andado abatida. No has hecho nada. No has hecho lo que viniste a hacer.” La estudié, preguntándome si ella realmente sabia de lo que estaba hablando. “Y que es eso exactamente?” “Tu sabes que es. Soñé eso, también.” Espere que dijera mas, cuando no lo hizo, me reí. “Vaga respuesta. Eres tan mala como cualquier estafador adivino.” Aun en la oscuridad, pude ver la ira encendiéndose en sus ojos. “Has venido aquí a buscar a Dimka. Para tratar de matarlo. Tiene que encontrarlo.” “Que quiere decir con intentar?” no quería creerle, no quería creer que ella podría conocer mi futuro. Sin embargo, quede atrapada. “Has visto lo que sucede? Lo mato?” “No puedo verlo todo.” “Oh. Fantástico.” “Solo vi que tienes que encontrarlo.” “Pero eso es todo lo que tienes? Yo ya sabia eso!” “Eso es lo que vi.” Gemí. “Maldición, no tengo tiempo para estas enigmáticas pistas. Si no me puede ayudar, entonces no diga nada.” Ella se quedo en silencio. Colgué mi mochila sobre mi hombro. “Bien. Me voy entonces.” Y así, yo sabia a donde iría. “Dile a los demás..Bueno, diles que gracias por todo. Y que lo siento mucho.” “Estas haciendo lo correcto,” Dijo. “Aquí no es donde deberías estar.” “Eso he oído,” mascullé, alejándome. Me pregunte si ella diría algo más: castígame, maldíceme, dame mas misteriosas palabra de “sabiduría”. Pero ella se quedo en silencio y yo no mire hacia atrás. No tenía un hogar, ni aquí ni en América. La única cosa que me quedo era hacer lo que había venido a hacer. Le había dicho a Abe que cumplo mis promesas. Lo haría. Dejaría Baia como le dije. Y mataría a Dimitri, como me había prometido a mi misma que lo haría. Sabía a donde iría ahora. La dirección nunca había salido de mi mente: 83 Kasakova. No sabia donde era, pero una vez llegue al centro de la ciudad, encontré a un tipo caminando por la calle que me dio las direcciones. La dirección estaba cerca, solo cerca de una milla y me dirigí a cabo a un ritmo completamente acelerado. Cuando llegue a la casa, estaba contenta de ver que las luces seguían
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encendidas. A pesar de estar molesta y furiosa, no quería despertar a nadie. Además no quería hablar con Nikolai y me sentí aliviada cuando Denis abrió la puerta. Su expresión fue de asombro cuando me vio. A pesar de sus palabras atrevidas en la iglesia, no pensé que el en realidad creyera que yo me asociaría con el y con los otros no-prometidos. El se quedo mudo, asi que inicié la conversación. “He cambiado de idea. Voy con ustedes.” Tome un gran respiro, preparándome para lo que vendría después. Le había prometido a Abe irme de Baia- Pero no había prometido regresar a los Estados Unidos. “Llévame a Novosibirsk.”
CAPITULO 16
DENIS Y SUS DOS AMIGOS NO PROMETIDOS, Artur y Lev estaban dichosos de que fuera a ser parte de su grupo. Pero si ellos esperaban que compartiera su loco entusiasmo por la cacería sin sentido de Strigois, estaban a punto de ser decepcionados. De hecho, no paso mucho tiempo antes de que se dieran cuenta que yo me tomaba la cacería de una forma muy diferente a ellos. Lev, el amigo de Denis tenia un auto, e íbamos a conducir por turnos hacia Novosibirsk. El viaje duraba quince horas, y a pesar de que paramos en un hotel para pasar la noche, aun era demasiado tempo para pasar apretados en un pequeño espacio con tres chicos que no podían dejar de hablar sobre matar Strigois. En particular, ellos seguían tratando de sacarme información. Querian saber con cuantos Strigoi iba a acabar, Ellos querian saber como habia sido la batalla en la academia. Querian conocer mis métodos. Cualquier momento en que mi mente se concentraba en esos topicos, todo lo que venia a mi cabeza eran la pena y la sangre. No era nada en lo que quisiera pensar, y les tomo a cerca de seis horas en el camino darse finalmente cuenta de que no iban a obtener mucha informacion de mi. En lugar de eso, ellos me entretuvieron con historias de sus propias aventuras. Para ser justos, ellos habian matado unos cuantos Strigoipero habian perdido a algunos de sus amigos, todos ellos adolescentes, como es tos chicos. Mis experiencias no eran tan diferentes; yo también habia perdido amigos. Mis perdidas habian sido el resultado de ser superados en número, a pesar de todo. Las perdidas del grupo de Denis tenian mas que ver con el hecho de acelerarse sin pensar. De hecho, su plan una vez que llegaramos a Novosibirsk no era realmente sólido... Ellos reiteraban que a los Strigoi les gustaba cazar en lugares con muchas personas en la noche, como discotecas, o en remotos lugares 151
como callejones, que facilitaba las cosas. Nadie notaba mucho cuando la gente desaparecia de ese tipo de lugares. Asi que el plan de Denise involucraba mayormente buecar en esos lugares con la esperanza de encontrarnos un Strigoi. Mi plan inicial fue deshacerme inmediatamente del grupo y salir a cazar sola. Despues de todo mi meta principal era simplemente llegar a Novosibirsk. Con todo lo uqe habia aprendido hasta ahora, parecía lógico que la ciudad mas grande de Siberia fuera el primer lugar para empezar a buscarlos. Entonces, entre mas pensaba en ello, mas me daba cuenta que salir de caza en territorio Strigoi sola era tan estupido como los planes de las pandillas de no prometidos. Realmente podia usar su respaldo. Ademas, realmente no tenia idea de donde podia estar Dimitri, aun tenia que idear algun plan para obtener información. Necesitaba ayuda para eso. Llegamos a Novosibirsk al final del segundo dia de conducir,. A pesar de haber oido sobre su tamaño, no me había imaginado que pudiera ser como Moscu o San Petersburgo. Y de verdad, no resulto ser tan grande como las anteriores, pero aun asi era toda una ciudad, completa con rascacielos, teatros, oficinas y la misma hermosa arquitectura. Nos quedamos con una de sus amigas que tenia un apartamento en el centro, una dhampir llamada Tamara. Su ingles no era tan bueno, pero por como sonaba, ella era otra no prometida y estaba tan emocionada como todos los demas por librar al mundo de los Strigois. Ella era un poco mayor que el resto de nosotros, lo que explicaba porque vivia sola, y era una linda chica de pelo oscuro con pecas. Sonaba como si esperara hasta que los chicos llegaran para ir al pueblo a cazar, lo que yo tome como una pequeña bendición. Al menos ella no salia sola. Ella parecia particularmente emocionada de tener otra chica al rededor, pero como los otros, rápidamente se dio cuenta de que yo no compartia su entusiasmo. Cuando nuestra primera noche de caceria de Strigois comenzo, finalmente tome la posicion de liderazgo. El cambio repentino de comportamiento los sorprendio a todos al principio, pero ellos rápidamente me escucharon con atencion, aun deslumbrados por mi reputacion de superestrella. "ok" dije, mirandolos a la cara. Cuando estabamos en la pequeña sala de Tamara, sentados en un semicirculo. "Asi es como vamos a trabajar, vamos a patrullar en las discotecas como un grupo, patrullando adentro y en los callejones alrededor para–" "Espera" interrumpio Denis "Nosotros normalmente nos dividimos" "Lo que explica por que los estan matando" respondi yo. "Vamos a ir como un grupo" "No has matado Strigois tu sola?" pregunto Lev. El era el mas alto del grupo, con una larga y definida figura que lo hacia parecer casi Moroi. "Si, pero yo tuve suerte" Eso, y seguramente el hecho de que yo era mejor peleadora que ellos. Llámenme arrogante, pero era una guardiana
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malditamente buena. O casi-guardiana. "Bien, nos ira mejor a nosotros cinco. Cuando encontremos Strigois nos aseguraremos de que podemos vencerlos en un lugar desolado" No habia olvidado las advertencias de Sidney. "Pero antes de matarlos, necesito hablar con ellos. Su deber sera mantenerlos calmados" "Por que?" Pregunto Denis. "Que quieres decirles tu a ellos?" "De hecho, es que tienen ellos que decirme a mi. Mira, no me tomara mucho tiempo. Y ustedes van a poder matarlos al final, asi que no se preocupen por eso, pero..." La siguiente parte iba en contra de mis planes a gran escala, pero sabia que tenia que decirlo. No iba a ser la culpable de que los mataran por conseguir mi meta. " Si nos metemos en una situaci贸n en la que estan atrapados o en peligro inmediato, olviden la conversaci贸n. Asesinen. Salvense como puedan" Aparentemente yo parecia lo suficientemente confiada y malvada, porque ellos decidieron aceptar lo que dijera. Parte de nuestro plan incluia ir "cubiertos" por decirlo de algun modo. Cualquier Strigoi que se encontrara cerca o tuviera una buena vista dde nosotros nos reconoceria inmediatamente como dhampirs. Era importante que no llamaramos la atencion. Necesitabamos que los Strigoi estuvieran buscando victimas y que pasaran cerca de nosotros. Necestabamos parecer humanos fiesteros. Asi que nos vestimos para la ocasion, y yo esta un poco sorprendida de lo bien que se arreglaron todos los chicos. Denis, tan loco como suena, era particularmente apuesto, compartiendo el mismo cabello dorado oscuro y ojos marr贸n que su hermano Nikolai tenia. Mis pocos cambios de ropa no alcanzaban los estandares del adolescente fiestero, asi que Tamara me ofrecio su guardarropa. Ella parecia divertirse mucho encontrando cosas para que yo usara. De hecho nuestro tama帽o era bastante similar, lo que era grandioso. Con su constitucion alta y super delgada, Lissa y yo nunca habiamos podido compartir ropa. Tamara era de mi misma altura y tenia un tipo de cuerpo muy similar. Ella me ofrecio primero un corto y apretado vestido, que era similar al que Viktoria habia usado asi que solo sacudi mi cabeza y se lo entregue de nuevo. Tamara se conformo con vestirme con unos jeans negros y una camisa sin tiras negra. Le permiti arreglarme el cabello y maquillarme tambien, y estudiandome a mi misma en el espejo, tuve que admitir que habia hecho un gran trabajo. Tan vano como suena, me gusta verme bien. Especialmente me gusta que los chicos me miren en una forma en la que me admiran, pero al mismo tiempo me respetan- no como si se tratara de un trozo de carne. Tamara tambien me ofrecio algunas joyas, pero la unica que pensaba usar era el nazzar al rededor de mi cuello. Mi estaca requeria una chaqueta, pero ella encontro una muy sexy de cuero que no le quitaba el atractivo al resto del look. Organizandonos al rededor de la media noche, no pude evitar sacudir
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mi cabeza. "Somos los cazadores de vampiros mas jodidamente calientes de la historia" les dije. Denis nos dirigio hacia un club en el que habian encontrado antes Strigois. Tambien era el lugar donde uno de sus amigos no prometidos habia sido asesinado. El club estaba en una parte fea de la ciudad, lo que supongo que era lo que atraia a los Strigoi. Muchas de las personas que habían en el lugar eran jovenes de clase alta y media-alta, aparentemente atraídos por el aspecto "peligroso" del lugar. Si ellos supieran lo peligroso que era en realidad. Yo le habia hecho muchas bromas a Dimitri a cerca de como Rusia y los paises del este de Europa estaban atrazados diez años en su musica, pero cuando entramos descubri que la cancion techno que sonaba haciendo templar el piso, era una que habia escuchado en los Estados Unidos justo antes de irme. El lugar estaba repleto y oscuro, con luces parpadeantes que eran de hecho bastante molestas para los ojos dhampir. Nuestra vision nocturna se adaptaba a la oscuridad y entonces era atacada cuando una de las luces estroboscopicas entraba en accion. En este caso no necesitaba la vista. Mis sentidos Shadow-kissed no sentian ningun Strigoi en el area. "Vamos" les dije a los otros. "Vamos a bailar por un rato y a esperar. No hay Strigois cerca" "Como lo sabes?" pregunto Denis mirandome con curiosidad. "Simplemente lo se. Mantenganse juntos" Nuestro pequeño circulo se movio hacia la pista de baile. Habia pasado mucho tiempo desde la ultima vez que baile, y me sorprendi un poco de lo rapido que me encontre a mi misma siguiendo el ritmo. Una parte de mi me decia que deberia permanecer siempre vigilante, pero mi sistema de alarma Strigoi me haria entrar en accion si algun peligro se acercaba. Las nauseas eran un poco dificiles de ignorar. Pero despues de una hora de baile, ningun Strigoi habia aparecido. ”Hay algun otro club cerca?” Pregunte. ”Seguro” dijo Artur. El era encantador. Con el cabello rapado y una sonrisa siempre lista. ” A un par de cuadras de aqui”. Lo seguimos y encontramos una escena similar, otro club nocturno escondido en un edificio abandonado. Mas luces cegadoras. Mas multitudes. Mas musica ensordecedora. Preocupantemente, lo que comenzo a molestarme primero fue el olor. Tanta gente junta generaba un monton de sudor. Yo no dudaba que incluso los humanos pudieran oler eso. Para nosotros era insoportable. Tamara y yo intercambiamos miradas y arrugamos las narices, sin necesitar palabras para describir nuestro asco. Nos acercamos a la pista de baile de nuevo, y Lev se alejo para comprar
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un trago. Yo lo golpee en el brazo. El exclamo algo en Ruso que distingui como una mala palabra. ”Por que hiciste eso?” pregunto. ”Por ser tan estupido! como esperas matar algo que es dos veces mas rapido que tu mientras estas borracho” El se encogio de hombros, sin preocuparse y yo me tuve que aguantar las ganas de golpearlo en la cara esta vez. ”Uno no hara daño, ademas ni siquiera hemos encontrado ningun-” ”Quédate callado” Estaba recorriendome, ese retorcijon extraño en mi estomago. Olvidandome de mi cubierta, deje de bailar, escaneando la multitud en busca de la fuente. Mientras me confiaba en mis sentidos para sentir los Strigoi, distinguirlos en la multitud era un poco mas dificil. Me tomo unos cuantos pasos hacia la entrada para que mis nauceas disminuyeram. Me movi hacia el bar y aumentaron de nuevo. ”Por aqui” les indique. ”Actuen como su siguieran concentrados en la musica” Mi tension era contagiosa, y vi la anticipación en sus caras- mezclada con un poco de miedo. Mientras nos acercabamos a la barra, trate de mantener mi lenguaje corporal orientado hacia ella, como si fuera a comprar un trago. Todo el tiempo mis ohos seguian buscando entre la multitud de la periferia. Ahi. Lo tenia. Un Strigoi macho estaba parado en una esquina, con sus brazos alrededor de una chica de mi edad. Con esta iluminación, incluso se veia atractivo. Sabia que examinandolo mas de cerca revelaria su piel mortalmente blanca y los ojos rojos que todos los Strigoi tenian. Los Strigoi eran capaces de usar la compulsión en otros al igual que un usuario del espíritu como Lissa. Mejor, incluso. Ante nuestros ojos, vi al Strigoi llevar a la chica hacia un pequeño callejon en la parte de atrás, donde ellos dejaban la basura. Al final, yo podia ver el signo de salida brillando. Por lo menos me maginaba que era el signo de salida. Las letras estaban en Cirilico. ”Alguna idea de a donde puede llevar esa puerta?” Los chicos se encogieron de hombros, y Denis le repitio mi pregunta a Tamara. Ella respondio y el tradujo para mi. ”Hay un pequeño callejon atras donde ellos tiran la basura. Esta en medio de un edificio y una fabrica. Nadie pasa por ahi” ”Podemos llegar ahi rodeando el club?” Denis espero que Tamara respondiera. ”Si, esta abierto a ambos lados” ”Perfecto” Nos apresuramos a salir del club por la puerta delantera, y yo dividi el grupo en dos. El plan era acorralar el Strigoi por ambos lados y atraparlo en el medio-suponiendo que el y su victima siguieran alli atras. Era posible que el la hubiera llevado a alguna otra parte, pero yo pensaba que lo mas probable era que quisiera subyugarla y tomar su sangre ahi mismo, particularmente si estaba tan desierto como Tamara decia que permanecia.
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Yo tenia razon. Una vez que mi grupo se dividio y nos acercamos rodeando el club, vi el Strigoi y la chica recostados entre una sombra detras de un bote de basura. El se estaba inclinando sonre ella, su boca sobre su cuello y yo jure silenciosamente. Ellos no desperdiciaban el tiempo. Esperando que la chica siguiera con vida, me acerque corriendo por el callejon, con los otros tras de mi. Desde el otro lado del callejon, Denis y Lev tambien venian corriendo. Tan pronto como escucho la primera pisada, el Strigoi reacciono instantaneamente, sus increiblemente rapidos reflejos entrando en accion. Inmediatamente dejo caer a la chica, y en el espacio de un latido, escogí a Denis y a Lev sobre Artur, Tamara y yo. No era una mala estrategia, realmente. Ellos eran solo dos. Como era tan rapido, probablemente esperaba incapacitarlos antes de que lo acorralaramos. Y casi funciono. Un poderoso golpe envio a Lev volando. Para mi tranquilidad, un par de canecas de basura bloquearon su camino hacia la pared. Golpearlas no se sentiria bien, pero yo definitivamente preferia botes de metal que ladrillos solidos. El Strigoi se acerco despues a Denis, pero Denis probo ser remarcablemente rapido. Injustamente, yo habia asumido que ninguno de estos no prometidos tenia ninguna habilidad real para pelear. Deberia haberlo sabido mejor. Ellos tenian el mismo entrenamiento que yo, simplemente les faltaba disciplina. Un flash plateado brillo en las manos de Denis, y el se las arreglo para herir parcialmente al Strigoi en la mejilla antes de que una cachetada de lado enviara el dhampir volando hacia mi. Un corte como ese no seria letal para el Strigou, pero la plata doleria, y lo escuche gruñir. Sus colmillos brillaban con saliva. Yo esquive rapidamente a Denis evitando que me tirara. Tamara lo tomo del brazo, sosteniéndolo para que el tampoco se cayera. Ella era rapida tambien, y apenas lo habia equilibrado antes de que empezara a correr hacia el Strgoi. El corrio hacia ella pero no pido empujarla lo suficientemente fuerte para tirarla lejos. Artur y yo estabamos sobre el a esas alturas, nuestra fuerza combinada lo acorralo en la pared. De cualquier modo el era mas fuerte que nosotros y el aprisionamiento fue breve antes de que se soltara de nuevo. Una voz respondio en mi cabeza -una voz que sonaba sorpresivamente parecida a la de Dimitri- me advirtio que esa habia sido mi oportunidad para matarlo. Hubiera sido la cosa mas inteligente y segura de hacer. Si mi loco plan de interrogarlo fallaba, yo seria la culpable de la muerte de los demas. Como uno, Artur y yo lo atacamos de nuevo. ”Ayúdennos” grite. Tamara se tiro sobre el Strigoi, alcanzandolo con una patada en su estomago. Podia sentirlo comenzando a sadudirse de nosotros, pero entonces Denis se unio tambien. Entre los cuatro, luchamos por mantener abajo al Strigoi para que
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aterrizara de espaldas al piso. Pero lo peor no habia pasado. Mantenerlo presionado no era facil. El se movia con increible fuerza, sus miembros retorciéndose por todas partes. Yo me acomode mas arriba, tratando de presionar su torso con el peso de mi cuerpo para mantener presionadas sus piernas. Otro par de manos se nos unio y mire a Lev prestándonos tambien su fuerza. Sus labios estaban sangrando, pero su cara se veia determinada. El Strigoi no dejaba de moverse, pero yo me sentia satisfecha sabiendo que no se podria escapar, no con nosotros cinco sosteniendolo. Corriendome hacia adelante, puse la punta de mi estaca en su cuello. Le di un momento, pero casi inmediatamente comenzo a luchar de nuevo. Me acerque a su cara. ”Conoces a Dimitri Belikov?” demande. El grito algo incomprensible que no sono nada amigable. Yo presione la estaca mas fuerte y dibuje una larga raya a través de su garganta. El grito de dolor, la malicia pura y demoníaca brillaba en sus ojos mientras continuaba jurando en Ruso. ” Traduce” exigi, sin importarme quien lo hiciera. ” Lo que acabo de decir” Un momento después Denis dijo algo en Ruso, presumiblemente mi pregunta, dado que escuche el nombre de Dimitri mencionado. El Strigoi respondio algo, y Denis sacudio su cabeza. ” El dice que no va a jugar ningun juego con nosotros” Tome la estaca y corte la cara del Strigoi, ampliando la herida que Denis le habia hecho antes. De nuevo, el Strigoi grito de dolor, y yo rece para que la seguridad del club no escuchara nada de esto. Le di una sonrisa lleba con suficiente malicia para igualar la suya. ” Dile que vamos a seguir jugando con el hasta que hable. De una forma u otra el muere esta noche. Depende de el si pasa muy lentamente o rápido.” Honestamente no podia creer que esas palabras hubieran salido de mi boca. Eran tan duras.. tan, bueno, crueles. Nunca en toda mi vida me habia imaginado torturando a alguien, ni siquiera un Strigoi. El Strigoi le dio a Denis otra respuesta desafiante para que tradujera, y yo segui con la estaca, haciendo heridas y cortes que hubieran matado a cualquier humano, Moroi o dhampir. Finalmente, el solto un montón de palabras que no sonaron como sus insultos usuales. Denis inmediatamente tradujo. ” Dice que nunca ha oido de nadie llamado asi, y que si ese Dimitri es un amigo tuyo, el se asegurara de matarlo lenta y dolorosamente. El esfuerzo del Strigoi por retarme casi me hizo sonreir. El problema con mi estrategia era que los Strigoi podian estar mintiendo. No tenia forma e saber. Algo en su respuesta me hizo pensar que el no lo hacia. El sonaba como si pensara que yo me referia a un humano o un dhampir, no un Strigoi. “Es inutil entonces,” dije. Me incline y eche un vistazo a Denis. “Ve y matalo.” Era lo que Denis habia estado muriendo por hacer. No vacilo, su estaca
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golpeo con fuerza y rapidamente el Corazón del Strigoi. La lucha frenetica que se había llevado se termino. La luz demoniaca desapareció de los ojos rojos. Nos detuvimos,y vi la cara de mis compañeros observarme con aprension y miedo. “Rose,” pregunto por fin Denis. “Que estas esperando para—” “no importa,” lo interrumpi, moviendome al lado de la inconciente humana. Me arrodille, examine su cuello. La mordio, pero no tomo mucha sangre. La herida era pequeña y sangro un poco. Se movio un poco y se quejo lo tome como Buena señal. Con cuidado, la arrastre lejos del cubo de basura hacia la luz donde ella seria notada. el Strigoi, sin embargo, lo arrastre a un lugar mas oscuro, casi ocultandolo. Después de eso, le pedi prestado su telefono celular a Denis y marque el numero que habia mantenido guardado en mi bolsillo la ultima semana. Despues de un par de tonos, Sydney contesto en ruso. Parecía dormida. ¿“Sydney? soy Rose.” Hubo una pausa. ¿“Rose? ¿Que esta sucediendo?” “¿Estas devuelta en San Petesburgo?” “si . . . ¿Donde estas?” “Novosibirsk. ¿Tienes a los agentes ahi?” “Por supuesto,” ella dijo con cautela. “¿Por que?” “Mmm . . .tengo algo para que limpies.” “Oh Dios mio.” “Hey, al menos estoy llamando. y no es como si librar al mundo de los strigoi fuera algo malo. además, ¿no quieres saber donde estamos?” “si, si. ¿Donde estas?” Puse Denis al telefono y que le explicara nuestra localizacion exacta. Cuando termino me lo devolvio y le conte a Sydney sobre la chica. “¿Es grave la herida?” “no parece,” dije. “¿Que hacemos?” “dejenla. El chico que va a llegar se encargara que este bien y que no decida contar historias. El te explicara cuando este ahi.” “Whoa, hey. No voy a estar aqui cuando el llegue.” “Rose—” “me voy,” le dije. “y realmente te agradeceria que no le dijeras a nadie que te llame ---alguien, como, Abe.” “Rose—” “por favor, Sydney. No le digas. O sino . . .” vacile. “si lo haces, dejare de llamarte cuando esto vuelva a pasar. Vamos hablar unas cuantas veces mas.” Dios, ¿y ahora que mas? Primera tortura, ahora amenazas. peor, yo tratando de amenazar a alguien me gusto. Desde luego, menti. Entiendo lo que el grupo de Sydney hacen y que no se arriesgaran a ser expuestos. Espero que ella no lo supiera, además , rezaba para que pensara que estaba lo bastante inestable para arriesgarme a revelar nuestro secreto al mundo. “Rose—” tratando una vez mas. No le di la oportunidad. “Gracias, Sydney. Estaremos en contacto.” Colgué y entregue a Denis el telefono. “vamos chicos. No haremos nada hoy.” Esta claro que pensaban que estaba loca por interrogar a un Strigoi ,
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pero considerando lo imprudente que son a veces, y aunque mi conducta era rara no era lo suficientemente extraño para que perdieran su fe en mi. Luego ellos se pusieron entusiastas de nuevo, con la idea de nuestra primera matanza en este viaje. Mi misteriosa habilidad para seguir a los Strigoi hizo que me vieran con ojos frios, y me dieron la suficiente confianza para seguirme a todas partes. Capturamos a dos Strigoi mas esa noche y repetimos el mismo procedimiento. El resultado fue el mismo. Muchos insultos en ruso. Ninguna información nueva. Una vez que me convencí que un Strigoi no tenia nada, ya les había prometido quien lo iba a matar. Les encanto, pero después de la tercera vez me encontré cansada física y mentalmente. Les dije al grupo que nos vamos a casa—y en eso, al pasar una fabrica , lo vi un cuarto Strigoi. Saltamos a él. Otra pelea se produjo, pero eventualmente logramos acorralarlo como a los demas. “adelante,” le dije a Denis. “tu sabes como—” “voy a rasgarle la garganta!” el Strigoi gruño. Whoa. Este habla ingles Denis abrio su boca para comenzar el interrogatorio, pero sacudi mi cabeza. “lo hare yo.” Como los otros Strigoi, el juro y lucho, aun con la estaca en su pecho, haciéndolo hablar por la fuerza. “mira,” dije con un creciente impaciencia y cansancio, “dinos lo que necesitamos saber, buscamos a un dhampir, llamado Dimitri Belikov.” “lo conosco” la voz del Strigoi era de satisfaccion. “y el no es un dhampir.” Sin comprenderlo habia llamado a Dimitri un dhampir. Realmente estaba cansada y había metido la pata. Nada de asombro para este Strigoi esta complasido de hablar. El no sabia que nosotros sabiasmos sobre la tranformacion de Dimitri. Y como todo Strigoi arrogante, estaba feliz de decirnos mas, claramente con la esperanza de causar dolor. “su amigo ha despertado. El ronda la noche ahora con nosotros, bebe la sangre de muchachas tontas como tu.” En una fracción de segundo, mil pensamientos se cruzaron por mi cabeza. Mierda santa. Vine a Rusia pensando que seria facil encontrarlo Dimitri. Mis esperanzas se rompieron en su ciudad natal, haciendo casi que me rindiera, y había tomado otro camino, devatiendome en la imposibilidad de lograr mi tarea. El pensamiento de que estaba cerca se tambaleaba. “mientes,” dije. “nunca lo has visto.” “lo veo todo el tiempo. He matado con él.” Mi estomago se revolvio, y no tenia nada que ver con la aproximidad del Strigoi. Nunca pensé en Dimitri matando gente. No pienses en Dimitri matando personas. Me dije una y otra vez en mi cabeza, forzándome a calmarme. “si es verdad,” me susurro de nuevo, “entonces tengo un mensaje que quiero que le des. Dile que Rose Hathaway lo busca.” “no soy tu chico de los recados,” dijo , ceñudo. Mi estaca clavándosela, y dibujando su sangre y el gimiendo de dolor .”si no quieres que te haga algo. Ve y dile a Dimitri lo que te dije Rose Hathaway. Rose Hathaway lo
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busca. dicelo.” Presionando su cuello. “dime mi nombre asi tu podras recordarlo.” “lo recordare asi podre matarte.” La estaca presionada mas duro, desangrandolo. “Rose Hathaway,” dijo. Me escupio pero fallo. satisfecha, me hago hacia tras. Denis me mira especulando, preparado y con la estaca lista. “¿Lo matamos?” Muevo mi cabeza. “ahora lo dejamos ir.” CAPITULO 17 CONVENCERLOS DE LIBERAR A UN STRIGOI – en particular después de haberlos atrapado – no era fácil. Mi interrogatorio no había tenido sentido para ellos tampoco, pero ellos habían ido junto con ello. ¿Dejar ir a un Strigoi? Eso era una locura – hasta para el no prometido. Ellos cambiaron vistazos inquietos entre uno y otro, y me pregunté si ellos desobedecerían. Al final, mi dureza y autoridades ganaron. Ellos me quisieron como su líder y pusieron su fe en mis acciones no importaba cuan insanas parecieran. Por supuesto, una vez que realmente dejáramos al Strigoi ir, teníamos el nuevo problema de asegurarnos que él realmente se fuera. Al principio, él comenzó a atacar otra vez, y luego, se dio cuenta que probablemente el perdería, entonces, finalmente se escondió lejos. Él nos dio una última mirada amenazante cuando él desapareció en la oscuridad. No pensaba bajar con un grupo de adolescentes que había hecho mucho por su amor propio. El me dio en particular una mirada de odio, y me estremecí en la idea de él sabiendo mi nombre. No había nada para hacer sobre ello ahora; yo sólo podría esperar que mi plan tuviera una posibilidad de funcionar. Denis y los demás terminaron dejando al Strigoi ir, una vez que matáramos unos cuantos esa semana. Nos caímos en una rutina, investigando clubes y las partes peligrosas de la ciudad, confiando en que mis sentidos nos dijeran cuando el peligro estaba cerca. Fue gracioso para mí cuando el grupo pronto comenzó a confiar en mi mando. Ellos afirmaron que ellos no querían ninguna parte de alguna regla de guardianes o autoridades, pero ellos respondieron sorprendente bien a mí, cuando les decía que hacer. Bien, más o menos. De vez en cuando, yo vería un poco de aquella imprudencia trastornada. Uno de ellos trataría de jugar al héroe, subestimar un Strigoi, o entrar sin el resto de nosotros. Artur casi terminó con una conmoción cerebral yendo por ese camino. Como el más grande de todos nosotros, él se había vuelto un poco creído y fue por lo tanto atrapado con la guardia baja cuando un Strigoi le lanzó por una pared. Había sido un momento despejado para todos nosotros. Durante unos momentos
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atormentadores, yo había temido que Artur estuviera muerto — y que era mi falta como su líder. Uno de los Alquimistas de Sydney había venido — aunque me hubiera asegurado que no estuviera alrededor, no sea que Abe me encontrara — y había tratado a Artur. El tipo dijo que Artur estaría bien con un poco de resto de cama, suponiendo que él tenía que dejar de cazar un rato. Era difícil para él para hacerlo — y tuve que gritarle cuando él trató de seguirnos una noche, recordándole todos sus amigos que habían muerto antes debido a tal estupidez. En el mundo humano, los dhampirs usaban los horarios humanos. Ahora me puse en el horario nocturno, justo como yo había estado en la Academia. Los demás siguieron con sus horarios, excepto Tamara, ya que ella tenía un trabajo de día. No quería estar dormida durante el tiempo que los Strigois merodeaban las calles. Yo había llamado a Sydney cada vez que terminabamos de matar, y se hablo por alrededor de la comunidad Strigoi de alguien que hacía mucho daño. Y si el Strigoi que habíamos soltado había llevado mi mensaje, algunos de aquellos Strigoi podrían venir expresamente buscándome. Cuando los días pasaron, nuestras muertes cayeron un poco, haciéndome pensar que los Strigois en efecto eran cautelosos ahora. Yo no podía decidirme si era bueno o malo, pero impulsé a los demás a tener cuidado extra. Ellos comenzaban a reverenciarme como una diosa, pero no tomé ninguna satisfacción en su adoración. Mi corazón todavía dolía de todo lo que había pasado con Lissa y Dimitri. Me envolví en mi tarea, tratando sólo de pensar en trabajar con la comunidad Strigoi para estar más cerca de Dimitri. Pero cuando no cazábamos Strigoi, yo tenía mucho tiempo para no hacer nada. Y entonces seguí visitando Lissa. Yo sabia que había muchos niños – como Mia – que vivia en la Corte Real porque su padre vivía en el tribunal. No me di cuenta cuantos había, sin embargo. Avery naturalmente sabía de todos ellos, y para la sorpresa de nadie (al menos no mía), la mayor parte de ellos eran ricos y mimados. El resto de la visita de Lissa había sido una serie de otras funciones y partidos formales. Más ella escuchaba conversaciones de negocios de Morois Reales, más irritada se ponía. Ella vio los mismos abusos del poder que ella había notado antes, el mismo modo injusto de distribuir a guardianes como si ellos fueran de su propiedad. La cuestión polémica de si los Morois deberían aprender a luchar junto a los guardianes también todavía era un tema caliente. La mayor parte de la gente que Lissa conocía de la Corte era de la Vieja Escuela: Dejar a los guardianes luchar y mantener a los Morois protegidos. Después de ver los resultados de aquella política — y los sucesos sucedidos cuando Christian y yo tratamos de cambiarlo – oír a los egoístas de la élite Moroi enfurecía a Lissa. Ella dio la bienvenida a sus fugas de estos acontecimientos siempre que ella pudiera, deseosa de correr hacía Avery. Avery siempre era capaz de encontrar a alguien para salir y atender fiestas de una naturaleza
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diferente a las de Tatiana. Hablar sobre la política de la Corte nunca pasó en esas fiestas, pero todavía había muchas cosas que bajaban el humor de Lissa. En particular, Lissa sentía culpa, cólera, y depresión sobre mí moviéndose en un espiral profundo y más profundo cada vez. Ella había visto bastantes de los efectos del espíritu en sus humores para no reconocer signos de advertencia potenciales, aunque ella no hubiera estado usando activamente el espíritu por este viaje. Sin tener en cuenta la causa de los humores, ella todavía seguía haciendo todo lo posible buscando distracción y ahogar su depresión. “Míra,” advirtió Avery una tarde. Ella y Lissa estaban en una fiesta la noche antes de que ellos tuvieran que volar a la Academia. Muchos de aquellos que vivian en la Corte tenían alojamiento permanente, y esta fiesta se hacía en la casa de Szelsky quien sirvió como un ayudando te de un comité que Lissa no conocía. Lissa realmente no conocía a su anfitrión tampoco, pero esto no importaba, salvo que sus padres estaban fuera de la ciudad. ¿"Mirar qué?” preguntó Lissa, mirando fijamente alrededor de las vistas. La casa urbana tenía un patio atrás, iluminado por antorchas tiki y series de luces centellantes. Había bebidas y la comida en mucha cantidad, y algún tipo Moroi tenía una guitarra y trataba de impresionar a muchachas con sus habilidades musicales — que eran inexistentes. De hecho, su música era tan horrible que él podría haber descubierto un nuevo modo de matar Strigois. Él era bastante lindo, por eso, sus admiradoras no parecía preocuparles que estaba tocando. “Esto,” dijo Avery, señalando el martini de Lissa. ¿"Sabes cuántos te has tomado?” “No, por lo que puedo decir,” dijo Adrian. Él estaba tumbado en una silla de salón cerca, una bebida en su propia mano. Lissa se sintió un poco aficionada comparada con ellos. Mientras Avery todavía tenía su naturaleza y su coqueteo, ella no tenía el aire enloquecido o estúpido de alguien completamente borracho. Lissa no sabía cuánto la otra muchacha había estado bebiendo, pero era probablemente mucho, ya que Avery siempre tenía una bedida en su mano. Igualmente, nunca se veía a Adrian sin una bebida, los efectos de ella sobre todo maduraron él. Lissa supuso que ellos tenían mucha más experiencia que ella. Ella había ido suave durante los años. “Estoy bien,” mintió Lissa, que miraba sus alrededores girar un poco y seriamente se proponía a unirse a algunas muchachas que bailaban en una mesa a través el patio. Los labios de Avery formaron una sonrisa, aunque sus ojos mostraran un poco de preocupación. “Seguro. Sólo no te marees o algo Aquella clase de la cosa se pone alrededor, y la última cosa que necesitamos es cada uno sabiendo que la muchacha Dragomir no puede sostener su licor. Su familia tiene una reputación feroz para mantener.” Lissa derribó la bebida. “De alguna manera, dudo que el consumo de
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alcohol sea la parte de la ascendencia ilustre de mi familia.” Avery empujó a Adrian y se sentó al lado de él en el sillón. “Oye, deberías sorprenderte. En diez años, este grupo será sus pares en el consejo. ¿Y usted tratará de pasar alguna resolución, y ellos empezaran, ‘Recuerdas cuando ella estaba alcoholizada y vomitó en aquella fiesta?” Lissa y Adrian ambos se rieron de esto. Lissa no pensó que ella iba a marearse, pero como todo lo demás, ella se preocuparía de ello más tarde. El punto brillante de todo esto era que la bebida ayudaba a entumecer las memorias de lo que había pasado antes en el día. Tatiana le había presentado en sus futuros guardianes: un tipo sazonado llamado Grant y la “joven señorita,” llamada Serena. Ellos habían sido bastante agradables, pero sus similitudes a Dimitri y a mí habían sido aplastantes. La toma de ellos le había parecido a una traición a nosotros, aún Lissa había saludado con la cabeza simplemente y había agradecido a Tatiana. Más tarde, Lissa había aprendido que Serena había sido al principio elegida para ser guardián de una muchacha que ella había conocido su vida entera. La muchacha no era real, pero a veces, según los números de guardianes, hasta una Familia no Real conseguían guardianes asignados — aunque nunca más que uno. Cuando las posiciones de protección para Lissa se abrieron, sin embargo, Tatiana había tirado a Serena del trabajo con su amiga. Serena había sonreído y había dicho a Lissa que esto no le importaba. El deber estaba primero, ella dijo, y ella estaba contenta de servirla. Aún Lissa se sintió mal, sabiendo que tuvo que haber sido duro con ambas muchachas — y terriblemente injusto. Pero allí estaba otra vez: un equilibrio de fuerzas injusto sin nadie que lo mantenga en línea. Dejando aquel encuentro, Lissa había blasfemado su propia docilidad. Si ella no hubiera tenido el coraje para seguirme, ella pensó, ella debería haber puesto al menos su pie abajo y exigido que Tatiana le diera a mi madre en cambio. Entonces Serena podría haber vuelto con su amiga, y ver que la amistad se mantenía intacta en el mundo. Pareció que el martini simultáneamente entumeció el dolor e hizo su sensación peor, que francamente no tenía sentido para Lissa. Independientemente de eso, ella pensó. Y cuando ella vislumbró a un servidor que pasaba, ella le agitó para pedir más. ¿"Oye, puedo —Ambrose?” Ella miró fijamente la sorpresa del tipo que está de pie frente a ella. Si hubiera un calendario de bañador para los tipos dhampirs más calientes, éste hubiera sido el modelo de portada (aparte de Dimitri-pero solo influía en mí). El nombre de este tipo era Ambrose, y ella y yo lo habíamos encontrado en nuestro viaje allí juntas. Él tenía una piel profundamente bronceada y músculos gramaticalmente correctos debajo de su camisa de botón abajo de gris. Él era una singularidad particular en la Corte, un dhampir quién había rechazado ser guardián y realizaba toda clase de tareas aquí, como dar masajes y
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— si el rumor fuera verdadero “encuentros románticos con la reina”. Eso todavía me daba nauseas, y yo había visto algunas cosas bastante asquerosas en mi vida. “La princesa Dragomir,” él dijo, dirigiéndole una de sus sonrisas blancas perfectas. “Una sorpresa inesperada.” ¿"Como has estado?” ella preguntó, de verdad contento de verlo. “Bien, bien. Tengo el mejor trabajo en el mundo, después de todo. ¿Y a usted?” “Genial,” ella contestó. Ambrose hizo una pausa, observándola. Él no dejó caer aquella sonrisa magnífica, pero Lissa podría decir que él no estuvo de acuerdo con ella. Ella podría ver la desaprobación en su cara. Avery que la acusaba de beber demasiado era una cosa. ¿Pero de un criado Dhamphir? Inaceptable. El comportamiento de Lissa se puso frío, y sostuvo su vaso. “Necesito otro martini,” dijo ella, su voz tan arrogante como aquella de cualquier persona real perfecta. Él sintió el cambio de ella, y su sonrisa amistosa giro a una de indiferencia cortés. “En seguida.” Él le dio una pequeña reverencia y se marchó a la barra. “¡Santo Dios!,” dijo Avery, mirando admirativamente cuando él se alejó. ¿"Por qué no nos presentaste a tu amigo?” “Él no es mi amigo,” se rompió Lissa. “Él no es nadie.” “Concuerdo,” dijo Adrian, poniendo un brazo alrededor de Avery. ¿"Por qué mirar a otra parte si tienes lo mejor aquí mismo?” Si yo no lo hubiera conocido un poco mejor, yo habría jurado que había una indirecta de celos legítimos debajo de su tono jovial. ¿"No te invite a desayunar con mi tía?” Avery le dio una sonrisa perezosa. “Eso es un buen principio. Pero todavía tienes que conseguir otros modos para impresionarme, Ivashkov.” Su mirada fija fue a la deriva sobre la cabeza de Lissa y giro sorprendido. “Oye, Jailbait está aquí.” Mia, con Jill en el remolque, vino andando a zancadas por el jardín, indiferente a las miradas sobresaltadas que ella recibió. Ellos estaban claramente fuera de lugar. “Oye,” dijo Mia cuando ella alcanzó el grupo de Lissa. “Mi papá fue llamado, y tengo que ir con él. Tengo que devolver a Jill.” “Ningún problema,” dijo Lissa automáticamente, aunque ella claramente no fuera feliz sobre Jill estando allí. Lissa todavía seguía preguntándose Christian tenía un interés especial en ella. ¿" todo bien?” “Sí, sólo negocios.” Mia hizo sus despedidas a cada uno y abandonó la fiesta tan rápidamente como ella había venido, haciendo rodar sus ojos en caras de desprecio de las otras Familias Reales y las caras de shock mientras pasaba. Lissa concentró su atención en Jill, que se había sentado cautelosamente en una silla cercana y miraba fijamente alrededor de ella en la maravilla. ¿"Cómo has estado? ¿Te diviertes con Mía?”
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Jill se volvió hacía Lissa, mejorando su cara. “Ah sí. Ella es realmente genial. Ella ha hecho tanto trabajo con el agua. ¡Es una locura! Y ella me enseñó unos cuantos de movimientos de enfrentamientos, también. Puedo lanzar un gancho correcto... aunque no con mucha fuerza.” Ambrose volvió entonces con la bebida de Lissa. Él le dio a ella mudamente y se ablandó un poco cuando él vio a Jill. ¿"Usted, quiere algo?” Ella afectó a su cabeza. “No, gracias.” Adrian miraba a Jill con cuidado. ¿"Estás bien aquí? ¿Quieres que te lleve a los alojamientos de invitados? Como antes, sus intenciones no eran románticas en lo más mínimo. Parecia que él la consideraba como una pequeña hermana, y pensé que eso era lindo. Yo no lo había pensado capaz de aquella clase de comportamiento protector. Ella afectó a su cabeza otra vez. “Estoy bien. No quiero que tengas que marcharte... a menos que...” Su expresión se puso preocupada. ¿"Quieres que yo me vaya?” “Nah,” dijo Adrian. “Es agradable tener a alguien responsable alrededor en medio de toda esta locura. Deberías probar algo de comida, si estás hambrienta.” “Usted es tan maternal,” embromó Avery, repitiendo mis pensamientos. Por cualesquiera motivos, Lissa tomó el comentario "responsable" de Adrian personalmente, como si el golpe fuera para ella. No pensé que ese era el caso en absoluto, pero ella realmente no pensaba todo esto claramente. Ella quiso un poco de comida, ella se levantó y vagó a la mesa en el jardín que tenía bandejas de aperitivos en ello. Bien, esto tenía antes. Ahora la mesa estaba siendo usada por las muchachas que bailan que Lissa había notado antes. Alguien había limpiado el espacio moviendo todas las bandejas de la comida a la tierra. Lissa se inclinó y recogió un bocadillo mini, mirando a las muchachas y preguntándose como ellos podrían encontrar cualquier clase del latido en la música horrible de aquel tipo real. Una de las muchachas vió a Lissa y sonrió abiertamente. Ella abrió una mano. “Oye, ven.” Lissa la había encontrado una vez, pero no podía recordar su nombre. El baile de repente parecía a una gran idea. Lissa terminó el bocadillo y, con la bebida en la mano, se permitió ser levantada. Esto consiguió unas aclamaciones de la gente que estaba juntada al lado. Lissa descubrió que la música malísima era irrelevante y se encontro a ella misma en ella. Ella y los movimientos de las otras muchachas varió de abiertamente sexual a burlas de la discoteca. Era toda la diversión, y Lissa se preguntó si Avery afirmaría que esto la frecuentaría en diez años también. Al ratito, ella y los demás realmente intentaron algunos movimientos sincronizados. Ellos comenzaron moviendo sus brazos en el aire y luego circularon a algunos puntapiées de línea de coro. Aquellos puntapiées resultaron desastrosos. Un paso-en-falso-Lissa se gastaba los talones de repente le enviaron sobre el borde de la mesa. Ella perdió el equilibrio y casi cayó antes de que un par de brazos la agarrara y la pusieran derecha. “Mi héroe,” refunfuñó ella. Entonces ella consiguió
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una mirada buena a la cara de su salvador. ¿"Aaron?” El "ex novio" de Lissa y - el primer tipo con el que ella había dormido alguna vez — la miró abajo con una sonrisa y la liberó una vez que él pareció seguro que ella podría soportarse. Con el pelo rubio y de ojos azules, Aaron era guapo en una clase de surfista del camino. Yo no podía menos que preguntarme lo que habría pasado si Mia lo había visto a él. Ella, Aaron, y Lissa habían estado implicados una vez en un triángulo digno de cualquier telenovela. ¿"Qué haces aquí? Pensabamos que habías desaparecido,” dijo Lissa. Aaron había abandonado la Academia hace unos meses. “Voy a la escuela en New Hampshire,” contestó él. “Visitamos aquí a la familia.” “Bien, es estupendo verte,” dijo Lissa. Las cosas no se habían terminado bien entre ellos, pero en su estado corriente, ella quiso decir sus palabras. Ella había tenido bastante bebida para pensar que era genial de ver a cada uno en la fiesta. “Para mi también,” dijo él. “Te ves asombrosa.” Sus palabras la golpearon más que ella habría esperado, probablemente porque todos los demás aquí habían implicado que ella pareció destrozada e irresponsable. Y desintegrada o no, ella no podía menos de recordar como atractivo ella le había encontrado una vez. Francamente, ella todavía lo encontraba atractivo. Ella sólo no lo amaba más. “Deberías mantener el contacto,” dijo ella. “Avísanos que haces.” Durante un momento, ella se preguntó si ella debería haber dicho que, en la luz de tener a novio. Entonces ella rechazó sus preocupaciones. No había nada incorrecto con andar con otros tipos en particular ya que Christian no se había preocupado en venir con ella a este viaje. “Me gustaría eso,” dijo Aaron. Había algo en sus ojos que ella encontró agradablemente desconcertante. “Supongo que no conseguiré un beso de despedida por haberte salvado?” La idea era absurda entonces, desde un momento, Lissa se rió. ¿Qué importaba eso? Ella amaba a Christian y un beso entre amigos no significaría nada. Alzando la vista, ella dejó a Aaron acercarse y ahuecar su cara. Sus labios se encontraron, y no se podia negar: el beso duró un poco más largo que uno amistoso. Cuando esto se terminó, Lissa se encontró sonriendo como una colegiala aturdida — que, técnicamente, ella lo era. “Te veo,” dijo ella, dirigiéndose atrás hacia sus amigos. Avery tenía una mirada que la castigaba, pero no era sobre Aaron y el beso. ¿"Estás loca? Casi te rompes una pierna. No puedes hacer esas cosas.” “Se supone que tu eres divertida” indicó Lissa. “No fue una gran cosa.” “La diversión no es lo mismo que ser estúpido,” replicó Avery, con cara seria. “Tu no puedes ir haciendo esas cosas estúpidas. Pienso que
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deberíamos volver a casa.” “Estoy bien,” dijo Lissa. Ella tercamente miró lejos de Avery y en cambio se concentró en algunos tipos que hacían tiros de tequila. Ellos parecían tener alguna clase de concurso — y mitad de ellos parecían idos. “Define‘bien,’” dijo Adrian irónicamente. Aún él parecia preocupado. “Estoy bien,” repitió Lissa. Su mirada fija rota atrás a Avery. “No me hice daño en absoluto.” Ella había esperado la pena sobre Aaron y estuvo sorprendida que ellos no lo había dado a ella — que lo hizo aún más sorprendente cuando esto vino de otra fuente. ¡"Tu besaste a aquel tipo!” exclamó Jill, inclinándose adelante. Su cara era horrorizada, y ella no mostró ninguna de su reticencia habitual. “No fue nada,” dijo Lissa, que estaba molesta por tener a Jill que la reprende de toda la gente. “Seguramente no es tu problema.” ¡"Pero tu estas con Christian! ¿Cómo podrías hacerlo eso a él?” “Relájate, Jailbait,” dijo Avery. “Un beso borracho no es nada comparado con una caída borracha. Dios sabe que he besado a muchos tipos bebidos.” “Y aún, no fui besado esta noche,” reflexionó Adrian, con una sacudida de su cabeza. “No importa.” Jill realmente fue trabajado. Ella había crecido para gustar y respetar a Christian. “Tu lo engañaste.” Con aquellas palabras, Jill podría haber practicado también su gancho correcto en Lissa. ¡"No lo hice!” Lissa exclamó. “No arrastre tu amor hacía el e imagines cosas que no están allí.” “No imaginé aquel beso,” dijo Jill, enrojeciendo. “Aquel beso es la menor parte de nuestras preocupaciones,” suspiró Avery. “En serio, dejenlo por ahora, chicas. Hablaremos en la mañana.” “Pero —” comenzó a Jill. “Ya la oíste. Déjalo,” una nueva voz gruñó. Reed Lazar apareció de la nada y surgió sobre Jill, su cara más asustada como nunca antes. Los ojos de Jill fueron amplios. “Dije sólo la verdad....” Tenía que admirar su coraje aquí, considerando su naturaleza normalmente tímida. “Usted está molestandolos,” dijo Reed, inclinándose más cerca y apretando sus puños. “Y también me estas molestando a mí.” Yo estaba bastante segura que esto era lo máximo que alguna vez había oído decir. Siempre pensé que él era como un cavernícola, tratando de unir tres palabras juntas. “Whoa.” Adrian se levantó de un salto y se precipitó al lado de Jill. “Tienes que dejar pasar esto. ¿Qué, vas a comenzar una lucha con una muchacha?” La caña giró su luz deslumbrante en Adrian. “Quedate lejos de esto.” ¡"No hay forma, tu estás loco.” Si alguien me hubiera pedido arreglar una lista de la gente con la mayor probabilidad para arriesgar una lucha en la defensa del honor de una señora, Adrian Ivashkov habría sido colocado debajo de aquella lista. Aún así, él estuvo de pie, con cara ruda y su mano que apoyada
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protectoramente en el hombro de Jill. Yo estaba intimidada. E impresionado. “Reed,” gritó Avery. Ella también se había levantado y ahora estaba de pie en el otro lado de Jill. “Ella no quiso decir nada. Vete.” Los dos hermanos estuvieron de pie allí, ojos cerrados con llave en una especie de enfrentamiento silencioso. Avery llevó la mirada más áspera que yo había visto alguna vez en ella, y por fin, él con el ceño fruncido retrocedió. “Bien. Como quieras.” El grupo miró fijamente en el asombro cuando él anduvo repentinamente lejos. La música era tan fuerte que sólo algunos de los asiduos a fiestas tenían arriba el argumento. Ellos se pararon y miraron fijamente, y Avery pareció avergonzado cuando ella se hundió atrás en su silla. Adrian todavía apoyaba a Jill. ¿"Qué demonios fue eso?” Adrian exigio. “No sé,” confesó Avery. “Él se vuelve extraño y demasiado protector a veces.” Ella dio a Jill una sonrisa compungida. “Realmente lo siento.” Adrian afectó a su cabeza. “Pienso que es el tiempo de que nos vayamos.” Incluso en su estado borracho, Lissa tuvo que estar de acuerdo. La confrontación con Reed la había impresionado en la sobriedad, y ella tenía de repente inquietud de la evaluación de sus acciones esta noche. Las luces brillantes y los cócteles de fantasía de la fiesta habían perdido su encanto. Las payasadas borrachas de la otras Familias Reales parecían torpes y estúpidas. Ella tenía el presentimiento de que ella lamentaría esta fiesta mañana. Una vez atrás en mi propia cabeza, sentí que el miedo empezaba. Bien. Algo estaba muy malo con Lissa, y pareció que nadie más notó de ello pues no era el grado que ellos deberían tener. Adrian y Avery realmente parecieron preocupados, pero yo tenía el sentimiento que ellos culpaban su comportamiento a la bebida. Lissa estaba todavía recordándome mucho de como ella había sido cuando habíamos vuelto primero a San Vladimir, cuando el espíritu había estado deteniéndola y ensuciando su mente. Excepto... Yo sabía bastante sobre mí ahora para darme cuenta que mi cólera y obsesión en el castigo de Strigoi eran bajo la influencia del lado oscuro del espíritu también. Eso significaba que yo lo vaciaba de ella. Esto debería haber dejado Lissa, no aumentar. ¿Entonces qué estaba mal con ella? Donde estaba ese ¿personaje de genio vivo, loco, y celoso? ¿Crecía simplemente la oscuridad del espíritu en la intensidad de modo que esto se extendiera a nosotras dos? ¿Estábamos nosotras dividiendo eso? ¿”Rose?” ¿“¡Eh!?” Eché un vistazo de donde yo había estado mirando fijamente sin expresión la TV. Denis miraba abajo mí, su teléfono celular en su mano. “Tamara tuvo que trabajar tarde. Ella está lista para irse ahora, pero...” Él saludó con la cabeza hacia la ventana. El sol estaba casi abajo, el cielo morado, con sólo una pequeña naranja en el horizonte. Tamara
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trabajaba dentro de una distancia para caminar, y mientras probablemente no habría ningún verdadero peligro, no la quise sola después de la puesta del sol. Me levanté. “Venga, iremos a buscar.” A Lev y a Artur les dije, “Ustedes, quedense aquí.” Denis y yo anduvimos la medio milla a la pequeña oficina donde Tamara trabajaba. Ella hacía tareas administrativas clasificadas, como clasificar y copiar, y debería haber, por lo visto, algún proyecto que la guardó allí tarde esta noche. La encontramos en la puerta y anduvimos de vuelta al piso sin incidentes, conversando animadamente sobre nuestra plan de caza para la tarde. Cuando alcanzamos el edificio de Tamara, oí llorar a un extraño a través de la calle. Dimos vuelta, y Denis se rió entre dientes. “Dios Bendito, es la mujer loca otra vez,” refunfuñé. Tamara no vivia en una parte mala de la ciudad, pero, como en ninguna ciudad, había personas sin hogar y mendigos. La mujer que miramos era casi tan vieja como Yeva, y ella con regularidad andaba de arriba abajo la calle, refunfuñando. Hoy, ella estaba acostada boca arriba en la acera, haciendo extraños ruidos agitando sus miembros como una tortuga. ¿"Hace daño?” Pregunté. “¡No!. Sólo está loca,” dijo Denis. Él y Tamara dieron vuelta para ir dentro, pero alguna parte suave de mí no podía abandonarla. Suspiré. “Estaré enseguida.” La calle estaba tranquila (aparte de la vieja señora) y corté a través sin el miedo del tráfico. Alcanzando a la mujer, le di mi mano para ayudarla, sin la tentativa de pensar sobre que sucia estaba la suya. Como Denis había dicho, ella simplemente parecia estar de un humor loco hoy. No le hicieron daño a ella; ella, por lo visto, sólo había decidido acostarse. Me estremecí. Sacudí la palabra loca alrededor cuando vino a mi mente Lissa y yo, pero esta estaba realmente loca. Yo realmente, realmente esperaba que el espiritú no nos tomara así. La señora sin hogar pareció sorprendida por la ayuda, pero tomó mi mano y comenzó a hablar con excitación en Ruso. Cuando ella trató de abrazarme en la gratitud, retrocedí y me mantuve firme con mis manos en la internacional señal “mantente lejos”. Ella realmente en efecto se echó atrás, pero siguió charlando felizmente. Ella agarró los lados de su abrigo largo y los ofreció como una falda de sala de baile y comenzó a girar alrededor y cantar. Me reí, sorprendiendo esto en mi mundo severo, esto me animaría. Comencé a atravesar atrás al lugar de Tamara. La anciana dejó de bailar y comenzó a hablar felizmente conmigo otra vez. “Lamentablemente, tengo que irme,” le dije. No parecia que ella lo había registrado. Entonces ella se congeló a mediados de la oración. Su expresión me advirtió sólo medio milisegundo antes de que mi náusea lo hiciera. En un movimiento fluido, giré alrededor a ver la cara de que estaba detrás de mí, sacando mi estaca cuando me moví. Había un Strigoi allí, alto e imponente, habiéndose movido sigilosamente mientras yo estaba
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distraída. Estúpida, estúpida. Yo había rechazado dejar a Tamara pasear a casa sola, pero yo nunca había considerado que el peligro fuera hacia mi — “No...” Yo no estaba segura si había dicho la palabra o lo pensara. Esto no importó. La única cosa que importó en ese momento consistía en lo que mis ojos no vieron antes de mí. O, mejor dicho, lo que mis ojos pensaban que veían. Porque seguramente, seguramente, tenía que imaginar esto. No podía ser verdadero. No después de todo este tiempo. Dimitri. Yo lo conocí al instante, aunque él estaba... cambiado. Pienso que en una muchedumbre de un millón de personas, yo le habría reconocido. La conexión entre nosotros no permitiría nada más. Y siendo privada de él por tan largo tiempo, bebí de cada rasgo. Su oscuro pelo largo hasta la barbilla, que lo llevaba suelto esta noche, y se rizaba ligeramente alrededor de su cara. El juego familiar de labios, vuelta ahora en una divertida sonrisa aún glacial. Él hasta llevaba su abrigo, el abrigo de cuero largo que podría haber venido directamente de una película de vaquero. Y luego... había rasgos de Strigoi. Sus ojos oscuros — los ojos que yo había amado-vueltos en rojo. La piel pálida, pálida, blanca como la muerte. En vida, su cutis había sido tan bronceado como el mío, gracias a tanto tiempo al aire libre. Si él abriera su boca, yo sabía que yo vería colmillos. Mi evaluación entera ocurrió en el parpadeo de un ojo. Yo había reaccionado rápido cuando yo lo había sentido — más rápido de lo que él había esperado probablemente. Yo todavía tenía el elemento sorpresa, mi estaca equilibrada y lista. Fue perfectamente alineada a su corazón. Yo podría decir, en el mismo momento, que yo podría hacer el golpe más rápido que él podría defender. Pero... Los ojos. Ah Dios, los ojos. Incluso con aquel anillo rojo alrededor de sus pupilas, sus ojos todavía me recordaban del Dimitri que yo había conocido. La mirada en sus ojos — el desalmado, malévolo el destello — que no era nada como él. Pero había sido lo suficiente parecido para mover mi corazón, abrumar mis sentidos y sentimientos. Mi estaca estaba lista. Todo lo que tenía que hacer era el movimiento para matarlo. Yo tenía el ímpetu en mi lado.... Pero yo no podría. Sólo necesité unos segundos más, unos segundos más para apreciarlo antes de que yo le matara. Y ahí fue cuando él habló. “Roza.” Su voz tenía ese mismo maravilloso toque bajo, el mismo acento... eso era sólo más frío. “Olvidaste mi primera lección: no vacilar.” Sólo apenas vi su puño emprender el camino hacia mi cabeza... y luego no vi nada en absoluto.
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CAPITULO 18
SIN SORPRENDERME DESPERTE CON DOLOR DE CABEZA. Por unos confusos segundos, no tenia idea de lo que había pasado o en donde estaba. Conforme el adormecimiento pasaba, los acontecimientos en la calle regresaron violentamente. Me senté verticalmente, con todas mis defensas en acción para patear, desafiando los ligeros mareos en mi cabeza. Era tiempo de descifrar donde estaba. Me senté en una enorme cama en un cuarto obscuro. No—no solo un cuarto. Mas como una suite o un estudio. Creí que el hotel en San Petersburgo era opulento, pero esta la derrotaba totalmente. La mitad del estudio contenía la cama donde me senté y accesorios de dormitorio comunes: un tocador, mesas de noche, etc. La otra mitad se veía como un área de estancia con un sofá y una televisión. Los estantes estaban construidos en la pared, todos ellos llenos con libros. A mi derecha había un pequeño vestíbulo con una puerta al final. Probablemente el baño. A mi otro lado había una larga ventana, tintada, como la usan los Moroi. Esta estaba mas teñida que ninguna que allá visto. Casi imposible de ver atreves de ella. Solo el hecho de que podía diferenciar el cielo del horizonte— después de entre cerrar los ojos una cantidad justa—pude saber que afuera era de día. Me resbale fuera de la cama, alerta con mis sentidos elevados, tratando de calcular el peligro. Mi estomago se sentía bien; no había Strigois en el área. Esa no era una regla necesaria para otra persona, sin embargo. No podía tomarlo por sentado--- eso fue lo que me metió en problemas en la calle. No era tiempo de considerar eso, sin embargo. Aun no todavía. Si lo hacia mi solución aquí iba a vacilar. Deslizándome fuera de la cama, llegue dentro los bolsillos de mi abrigo por la estaca. Ausente, por supuesto. No vi nada más cercano que pasara como un arma, significa que tendré que confiar en mi cuerpo para pelear. Fuera del ángulo de mi ojo, percibí la presencia de luz interrumpiendo en el muro. Me lance y me inmovilice, esperando ver que--- o quien--- podrían descubrir las luces de arriba. Nada inusual. Nadie más. Inmediatamente hice la cosa mas obvia cheque la puerta. Estaba, cerrada, como esperaba, y la única manera de abrirla era un teclado numérico. Además era pesada y hecha de algo que se veía como acero. Me hizo recordar las puertas de fuego. No conseguiría pasar, así que regrese a continuar mi exploración. Era de alguna forma irónico. Muchos de mi clase se hubieran detenido a checar el lugar. Siempre odiaba eso; yo quería aprender acerca de peleas. Ahora aparentemente esas lecciones parecen útiles al tiempo tiene un propósito real. La luz trajo a los objetos de la suite un alivio estafador. La cama estaba cubierta con un edredón de satín en marfil, rellenado con máxima suavidad plumosa. Avanzando sobre la estancia, vi que la televisión era linda--- realmente linda. Pantalla grande de plasma. Se veía completamente nueva. Los sofás también eran lindos, cubiertos con cuero verde mate. Era un color inusual para el cuero. Pero funcionaba. 171
Todo el mobiliario en el lugar---mesas, escritorio, tocador--- estaban hechos con pulida y refinada madera negra. En una esquina de la estancia, vi un pequeño refrigerador. Me arrodille, y lo abrí para encontrar botellas de agua y jugo, diversas frutas, y bolsas de queso perfectamente cortado. En la sima del refrigerador había más tipos de comida: nueces, galletas y algún tipo de repostería glaseada. Mi estomago gruño en señal de eso, pero de ninguna manera comería nada en este lugar. El baño estaba hecho en el mismo estilo que el estudio. La regadera y la larga tina del jacuzzi de pulido mármol negro, y un mostrador forrado de pequeños jabones y shampos. Un enorme espejo colgaba sobre el lavabo excepto…que no estaba realmente colgado. Estaba incrustado tan apretadamente en la pared que no había forma de poder ser removido. El material era extraño. Se veía mas como metal reflector que como espejo. Al principio creí que era algo extraño, hasta que retrocedí aceleradamente al cuarto principal y vi alrededor. No había absolutamente nada que pudiera convertir en arma. La televisión era muy grande para mover o romper una pequeña grieta en la pantalla, la cual se veía como si hubiera sido hecha con un plástico de alta tecnología. No había cristales en ninguna mesa. Los estantes eran incrustados. Las botellas del refrigerador eran todas de plástico. Y la ventana… corrí sobre de ella, empujando ligeramente sintiéndola a lo largo. Como el espejo, estaba perfectamente incrustada en la pared. No había panel. Era una pieza lisa. De nuevo viendo de reojo, y finalmente una vista detallada del exterior, los alrededores y vi… nada. La tierra al parecer tenía rodadas planas, con solo algunos arboles dispersos. Me recordaba la tierra salvaje viaje hace un tiempo a Baia. Aparentemente, ya no estaba mas en Novosibirsk. Y mire fijamente abajo, y vi que estaba bastante alto. Cuatro pisos tal vez. Lo que sea era, era muy alto para saltar sin romperme alguna extremidad. A pesar de eso, tenía que tomar una clase de acción. No solo podía quedarme aquí sentada. Tome la silla del escritorio y la golpe fuertemente con la ventana---y no conseguí pequeños efectos ni en la silla ni en el cristal. “Cristo Jesús” murmure. Lo intente otras tres veces y aun así no tenia suerte. Era como si las dos estuvieran hechas de acero. Tal vez era algún tipo de cristal antibalas cosas de fuerza industrial. Y la silla… bueno, demonios como si lo supiera. Era solo un pedazo de madera que no muestra señal de estar astillado, incluso después solo la puse a lo largo. Pero como me e pasado la visa haciendo cosas que no eran así de razonables, seguí tratando de romper el vidrio. Estaba en mi quinto intento cuando mi estomago mi alerto de la proximidad de un Strigoi. Dando vueltas alrededor yo sostuve la silla y embestí la puerta. Estaba abierta, y la cerré de golpe contra el intruso, con las piernas de la silla apuntando afuera. Era Dimitri. Esos mismos sentimientos conflictivos que sentí en la calle regresaron a mi, amor mezclado con terror. Esta vez, empuje completamente el amor, no acobardarse en el ataque. No eso no hizo mucho bien. Pegarle era como pegarle a la ventana. El me empujo hacia tras, y yo me tambalee,
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aun sosteniendo la silla. Yo mantuve mi balance y embestí una vez más. Esta vez, cuando chocamos el sujeto la silla y la arrebato de mis manos rasgándola. Entonces el la arrojo contra la pared, como si no pesara nada. Sin esa miserable arma, tenia que respaldar mi confianza en la fuerza de mi cuerpo. Lo había estado haciendo las últimas semanas con nuestro interrogativo Strigoi. Esto debía ser lo mismo por supuesto, tenía otras cuatro personas de respaldo. Y ninguno de esos Strigois era Dimitri. Aun como Dhampire, era difícil de vencer. Ahora el era experto-- solamente rápido y fuerte. El también sabia todo mis movimientos, viendo como el me los enseñaba. Era casi imposible sorprenderlo. Pero justo como con la ventana, no podía quedarme inactiva. Estaba atrapada en el cuarto----el factor de que fuera un lujosos y grande cuarto no importaba---con un Strigoi. Un Strigoi. Eso era lo que tenía que seguir diciéndome. Había un Strigoi aquí. No Dimitri. Todo lo que le dije a Denis y a los demás aplica aquí. Se inteligente. Se vigilante. Defiéndete a ti mismo. “Rose.” Dijo, desviando sin fuerza una de mis patadas. “Estas desaprovechando el tiempo. Detente.” Oh esa voz. La voz de Dimitri. La voz que escuchaba cuando me dormía en la noche, la voz que una vez me dijo que me amaba… ¡No! no es el. Dimitri se fue. Esto es un monstruo. Desesperadamente, trate de pensar como podría ganarle. Incluso, pensé en los fantasmas que convoque en el camino. Mark dijo que podía hacerlo en momento de emociones salvajes y que ellos podrían pelear por mí. Esto era lo mas salvaje que las emociones podían llegar, aun así parece que no puedo llamarles. Honestamente no tenia pista de cómo lo había hecho antes, y no todos los deseos del mundo podrían hacer que pasara ahora. Maldición. ¿Qué de bueno tiene el tener aterradores poderes si no puedes usarlos para tu beneficio? En cambio, jale el reproductor de DVD fuera del estante, desgarre las cuerdas atadas desde la pared. No era tanto como un arma, pero ahora estaba desesperada. Escuche un extraño y primitivo grito de pelea, y una parte distante de mi se percato que era yo la que lo hacia. De nuevo, corrí hacia Dimitri, balanceando el reproductor de DVD lo más fuerte que podía. Probablemente lo hubiera lastimado un poco--- si le hubiera pegado. No lo hizo. El lo intercepto de nuevo, quitándomelo, y tirándolo estrellado en el suelo en pedazos. En el mismo movimiento me agarro y sujeto mis brazos para detenerme de golpear o alcanzar algo más. Su agarre era fuerte, y como si pudiera romper mis huesos, pero yo seguí forcejeando. El trato de razonar de nuevo. “No voy a lastimarte. Roza, por favor detente.” Roza. Mi viejo sobrenombre. El nombre con el que me llamo por primera vez cuando caímos victimas del hechizo de lujuria de Víctor, los dos desnudos envueltos uno en los brazos del otro… Este no es el Dimitri que tú conoces. Mis manos estaban incapacitadas, así que trate de herirlo con mis piernas y pies lo mejor que pude. Eso no hizo mucho. Sin el completo uso de mi cuerpo para balancearme, no
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tenia fuerza para lanzar patadas. Por su parte, se veía mas molesto que realmente afectado o enojado. Con un ruidoso suspiro, me agarro de los hombros y me lazo, presionándome contra la pared e inmovilizándome con toda la fuerza de su cuerpo. Luche un poco pero era como estar clavada, como si el Strigoi hubiera estado cuando los otros y yo fuimos a cazar. El universo tiene un enfermo sentido del humor. “Deja de pelear conmigo.” Su aliento era cálido contra mi cuello, su cuerpo contra el mío. Sabía que su boca estaba a unas cuantas pulgadas. “No te voy a lastimar.” Di otro infructífero empujón. Mi aliento fue llegando en derrotados jadeos, y la herida de mi cabeza comenzó a palpitar. “Tu tienes que comprender si tengo un mal tiempo creyendo eso.” “Si te quisiera muerta, estarías muerta ahora, si vas a seguir peleando, voy a tener que atarte. Si te detiene voy a dejar que te quedes incontenible.” “¿No tienes miedo que me escape?” “No” Su voz estaba perfectamente calmada, y un escalofrió corrió por mi columna vertebral. “No lo estoy.” Nos quedamos parados así casi un minuto, punto muerto, mi mente acelero. Era verdad que probablemente ya me hubiera matado si esa fuera su intención, a un así eso no me dio razón para creer que estaba remotamente segura. No obstante, éramos como un dibujo en esta pelea. De acuerdo, dibujo no era enteramente preciso. Yo era el dibujo. El estaba jugando conmigo. Mi cabeza estaba latiendo donde su resoplido aterrizo, y en este punto pelear solo tomaría mas bajas. Tenia que recuperar mis fuerzas en orden de encontrar una forma de escapar--si vivía tanto. También necesitaba dejar de pensar en lo cercanos que estaban nuestros cuerpos. Después de nuestros meses de ser tan cuidadosos de no tocarnos, tanto contacto era embriagador. Me relaje en su agarre. “De acurdo.” El dudo antes de soltarme, probablemente preguntándose si podía confiar en mí. Todo el momento me recordó cuando estuvimos juntos en la pequeña cabaña en la periferia del terreno de la Academia. Había estado enfurecida y alterada, lleno de espíritus obscuros. Dimitri me había ayudado a derribarlos también, me hablo y me saco de ese horrible estado. Nosotros nos besamos, entonces sus manos alzaron mi camisa, y -----no, no. No aquí. Dimitri finalmente se aligero, liberándome de la pared. Me gire, y todos mis sentidos querían azotarlo y atacarlo severamente, me recordé aguardar mi tiempo así podría ganar mas fuerza e información. Aunque el me dejo ir, no se había movido. Solo nos separaba u paso. En contra de mi mejor juicio, me encontré hablándole de nuevo, como andar en la calle. ¿Cómo podría ser el mismo y a la vez diferente? Trate lo más que pude de no enfocarme en las similitudes----su cabello, la diferencia en nuestra altura, la forma de su cara. En lugar de eso, me concentre en destacar al Strigoi, el rojo de sus ojos y la piel pálida. Estaba tan obsesionada en mi cometido que me tomo un momento darme cuenta que el tampoco decía nada. El estaba estudiándome fijamente, como si sus ojos pudieran ver atreves de mí. Temblé. Casi---casi! --- parecía como si yo lo hubiera cautivado en la misma forma en que el me había
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cautivado. Eso era imposible, sin embargo. Los Strigoi no poseen ese tipo de emociones, además, el concepto de el aun teniendo un afecto por mi son probablemente deseos pensados por mi parte. Su cara siempre a sido difícil de leer, y ahora estaba revestida con una mascara de engaño y frialdad eso hacia realmente imposible saber que había en su mente. “¿Por qué viniste aquí?” Al final el pregunto. “Por que tu me pegaste en la cabeza y me arrastraste aquí.” Si yo iba morir, me iba ir en el verdadero estilo de Rose. El viejo Dimitri hubiera quebrado una sonrisa o dado un señal exasperante. Este permanece impasible. “Eso no es a lo que me refiero, y lo sabes. ¿Por qué estas aquí?” su voz era baja y peligrosa. Creí que Abe era espeluznante, pero no había competencia del todo. Incluso Zmey hubiera retrocedido. “¿En Siberia? Vine para encontrarte” Estaba en shock dije algo completamente ridículo. “¿Por qué? ¿Para poder matarte?” La mirada que el medio mostro que el pensaba que ciertamente era una cosa ridícula que decir. “No, nosotros no queríamos llegar a esta situación. Ahora lo estamos y la elección es inevitable.” No estaba completamente segura que era esta situación. “Bueno, pues déjame ir si quieres evitarla.” El escaloneo fuera y camino hacia la estancia sin voltear a mirarme. Estaba tentada a tratar de moverme para atacarlo, pero algo me dijo que probablemente solo habría efectuado cuatro pasos antes de conseguir mi doble intención. El se sentó en uno de los lujosos sillones cubiertos de cuero, plegando sus dos metros enmarcado graciosamente como siempre lo hacia. Dios, ¡por que el tenia que ser tan contradictorio? El tenía los viejos hábitos de Dimitri mezclados con esos de monstro. M e quede donde estaba, acaparada contra la pared. “Mas ya no es posible. No después de haberte visto…” De nuevo, me estudio. Me sentía extraña. Una parte de mi se excitaba con su intensa mirada, amando la forma en que examinaba mi cuerpo de mi cabeza a el dedo del pie. La otra parte de mi se sentía sucia, como si mi piel estuviera cubierta de fango y sudando mientras el me estudiaba. “Sigues estando hermosa como recordaba. Roza. No debería esperar algo diferente.” No sabia que decir a eso. Yo nunca tuve realmente una conversación con un Strigoi, una pequeña comercialización algunos insultos y amenazas en medio de la pelea. Lo más cercano fue cuando Isaiah me mantuvo prisionera. En realidad estaba atada, y la mayoría de las conversaciones habían sido acerca de matarme. Esto… bueno, no era como eso, pero aun así era definitivamente escalofriante. Cruce mis brazos sobre mi pecho y me respalde contra la pared. Era lo mas cerca que podía acudir algún semblante de defensa. El inclino la cabeza, viéndome cuidadosamente. Una sombra cruzo por su cara en una forma que hizo el rojo de sus ojos difícil de ver. En lugar de eso, se veían oscuros. Solo como solían ser, infinitos y maravillosos, llenos con amor y valentía… “Puedes sentarte.” Dijo “Estoy bien aquí.” “¿Hay algo mas que quieras?” “¿Que tu me dejes ir?” Me pareció haber visto en su rostro un poco de su viejo humor, del tipo que el tenia cuando hago bromas. Estudiándolo, decidí que lo había imaginado. “No, Roza. Me refiero ¿a que si necesitas algo aquí?, ¿diferente comida?, ¿libros?, ¿entretenimiento? Me quede incrédula.
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“¡Lo haces sonar como un lujoso hotel!” “Lo es, en cierta magnitud. Puedo hablar con Galina, y ella conseguirá lo que desees.” “¿Galina?” Los labios de Dimitri se convirtieron en una sonrisa. Bueno de algún tipo. Creo que sus pensamientos eran tiernos, pero su sonrisa no transmitía eso. Era fría, oscura y llena de secretos. Solo me rehusaba a mostrar mi debilidad antes de que el me detuviera de encogerme del temor. “Galina, es mi antigua instructora de cuando estaba en la escuela.” “¿Ella es un Strigoi?” “Si, Ella fue despertada hace varios años, en una pelea en Praga. Ella es relativamente joven para un Strigoi, pero ella ascendió en poder. Todo esto es de ella.” Dimitri hizo un gesto alrededor de nosotros. “¿Y tu vives con ella?” Pregunte curiosa y molesta conmigo misma. Me preguntaba exactamente que tipo de relación tenían, y para mi sorpresa, sentí… celos. No que tuviera razón para estarlo. El era un Strigoi, ahora más allá de mí. Y no seria la primera vez que un maestro y un estudiante estuvieran juntos… “Trabajo para ella. Ella es otra razón por la que regrese aquí cuando fui despertado. Sabia que ella era un Strigoi, y quería que ella me guiara.” “Y querías alejarte de mí. ¿Esa es la otra razón verdad?” El solo respondió con un asentimiento de cabeza. Sin elaboración. “¿Dónde estamos?” ¿Estamos lejos de Novosibirsk, verdad?” “ Si la propiedad de Galina esta fuera de la ciudad.” “¿Qué tan lejos?” Esa sonrisa se torio un poco. “Se lo que estas haciendo, y no voy a darte ese tipo de información.” “¿Entonces que estas haciendo?” demande, todo mi acorralamiento y temor se desbordo como enojo. “¿Por qué sigues reteniéndome aquí? Mátame o déjame ir. Y si me vas a tener aquí encerrada torturándome con tus juegos mentales o lo que sea, entonces prefiero que me mates.” “ Valientes palabras.” El se puso de pie y comenzó a caminar una vez mas “casi te creo.” “Son verdad”, replique desafiante. “Vine aquí para matarte. Y si no puedo hacer eso, entonces mejor morir.” “Tu fallaste, lo sabes. En la calle.” “Si. De alguna forma figure eso cuando me desperté aquí.” Dimitri dio la vuelta abruptamente y repentinamente estaba parado frente a mí, moviéndose con esa velocidad como rayo la velocidad Strigoi. Mis nauseas de Strigoi nunca se fueron, pero cuando mas tiempo pasaba con el, mas se desvanecías a un nivel bajo como algún tipo de trasfondo ruidoso que podía mas o menos ignorar. “Estoy un poco decepcionado. Tú eres tan buena, Rose. Muy, muy buena. Tu y tus amigos iban alrededor derrumbando Strigois causando bastante revuelo, lo sabes. Incluso algunos Strigois tenían miedo.” “¿Pero tu no?” “Cuando escuche que eras tu… hmm.” El se volteo pensativo, con sus ojos estrechos. “No. Yo tenía curiosidad. Alerta. Si alguien podía matarme, hubieras sido tú. Pero como dije, tú dudaste. Era tu ultimo examen de mis lecciones, y tu fallaste.” Mantuve mi rostro en blanco. Interiormente, Yo estaba golpeándome por ese momento de debilidad en la calle. “No voy a dudar la próxima vez.” “No habrá una próxima vez, y de cualquier forma, así como estoy decepcionado de ti, estoy alegre de seguir con vida, por supuesto.” “Tu no estas vivo.” Dije atreves de mis dientes apretados. Dios, el estaba tan, tan cerca de mi de nuevo. Incluso con los cambios en su rostro, el delgado y musculoso cuerpo era el mismo. “Tu estas muerto. Innatural.
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Tú me dijiste hace tiempo que preferías morir que estar así. Es por eso que voy a matarte.” “Tu solo dices eso por que no sabes nada mejor. Yo tampoco lo sabia.” “Mira, con lo que dije no me refiero. Aquí no estoy jugando tu juego, si no puedo salir de aquí, entonces solo mátame, ¿de acuerdo? Sin ninguna advertencia el con sus dedos corrió a lo largo de un lado de mi rostro. Yo me quede sin aliento. Su mano era frio hielo, pero la forma en que me toco… de nuevo, era lo mismo. Exactamente lo mismo que recordaba. ¿Cómo era esto posible? Tan similar… y aun así tan diferente. De repente, otra de sus lecciones se me vino a la mente, acerca de cómo los Strigoi podían lucir así, así que tú eres como ellos ahora. Era eso por lo que estaba vacilando tan fácilmente. “Matarte… bueno, no es así de simple.” Dijo. De nuevo su voz callo a un susurro bajo, como una serpiente arrastrándose contra mi piel. “Hay tres opciones, podría convertirte.” Me congele y deje de respirar al mismo tiempo. “No.” Era la única cosa que podía decir. Mi cerebro no podía salir con alguna cosa más compleja. Nada ocurrente o astuto. Sus palabras eran tan aterradoras incluso para ser pensadas. “No.” “Tu no sabes como es. Es…increíble. Trascendente. Todos tu sentidos están vivos, el mundo esta mas vivo---“ “Si, pero tu estas muerto,” “¿Lo estoy?” El atrapo y sujeto mis manos y las coloco sobre su pecho. En el, yo podía sentir un constante palpitar. Mis ojos, se ampliaron. “Mi corazón palpita, Estoy respirando.” “Si, pero…” Trate desesperadamente de pensar en todo lo que alguna vez me ensañaron acerca de un Strigoi. “No es realmente estar vivo. Es… es magia negra reanimándote. Es una ilusión de vida.” “Es mejor que vivir.” Sus manos se movieron y ahuecaron mi rostro. Los latidos de su corazón estaban estabilizados, pero los míos estaban a la carrera. “Es como ser un Dios, Rose. Fuerza. Velocidad. Capaza de percibir el mundo en una forma que nunca has imaginado. Y…inmortalidad. Podríamos estar juntos por siempre.” Una vez, eso era todo lo que buscaba. Y profundo dentro de mi, una parte aun deseaba eso, deseaba desesperadamente estar con el todo el tiempo. Aun…no era la forma en la que yo quería. No seria como solía ser. Esto seria algo diferente. Algo incorrecto. Y engullido. “No…”apenas y pude escuchar mi voz, apenas forme las palabras con el tocándome así. Las yemas de sus dedos eran tan ligeras y gentiles. “No podemos.” “Nosotros podemos.” Uno de sus dedos se arrastro bajo el lado de mi barbilla y vino a detenerse en la arteria de mi cuello. “Puedo hacerlo rápido. No habrá dolor. Estaría hecho antes que te dieras cuenta.” El probablemente tenía razón. Si tu eres forzado a convertirte en Strigoi, Tienes la sangre drenada. Después el Strigoi usualmente se corta y traería la sangre a tus labios. De alguna forma, yo imagine pasar fuera antes de estar aun media drenada. Juntos para siempre. El mundo se nublo un poco. No se si fue por el trauma en mi cabeza o por el terror que recorría atreves de mi cuerpo. Visualice un centenar de escenarios antes de colocarme fuera de Dimitri. No era adecuado convertirse en un Strigoi. Muerte--- suya o mía--- era el único pensamiento que me consumía, lo cual era estúpido de mi parte. Mis lentos pensamientos fueron interrumpidos cuando repentinamente se abrió la puerta. Dimitri se volteo, empujándome fuera difícilmente así que se paro
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protectoramente frente a mí. Dos personas entraron, cerrando la puerta antes incluso de considerar correr. Uno de los recién llegados era un Strigoi, un chico. El otro era una mujer humana cargando una bandeja, y su cabeza curveaba abajo. Inmediatamente reconocí al Strigoi. Era difícil no hacerlo. Su cara embrujaba mis sueños. Cabello rubio, de la longitud de Dimitri, colgaba sobre el lado de su cara se veía como si el había sido transformado cerca de los veinte. Aparentemente el nos había visto a Lissa y a mi cuando éramos mas jóvenes, pero yo solo lo e visto dos veces antes. Una fue cuando pele con el en los terrenos de la Academia. La otra vez lo encontré en la cueva que los Strigois usaban como guarida. El era el que había mordido a Dimitri. El chico apenas me escatimo un vistazo y en lugar de eso giro lleno de fuerza por su enojo sobre Dimitri. “¿Qué demonios esta pasando?” No tenía problema en entenderlo. El es americano. “¿Estas quedándote con alguna mascota aquí?” “No es de tu incumbencia, Nathan.” La voz de Dimitri era hielo. Anteriormente, pensaba que no transmitía emociones en sus palabras. Ahora me percato que solo era más difícil de detectar. Ahora hablaba con un claro desafío en su voz, una advertencia para que ese chico retrocediera. “Galina me dio permiso.” Los ojos de Nathan se abatieron de Dimitri a mí. Su enojo cambio a shock. “¿Ella?” Dimitri cambio de posición ligeramente, poniéndose ahora directamente frente a mí. Una parte rebelde de mi quería romper eso, yo no necesitaba la protección de un Strigoi, excepto…bueno, de alguna forma lo hice. “Ella estaba en la escuela en Montana…nosotros peleamos…” Sus labios se encresparon, mostrando sus colmillos. “Hubiera probado sus sangre si ese Moroi maleducado que usa el fuego no hubiera estado alrededor.” “Esto no tiene nada que ver contigo” respondió Dimitri. Los ojos rojos de Nathan estaban extensos y anhelantes.”¿Estas bromeando? Ella podría guiarnos con la niña Dragomir! Si terminamos esa línea, nuestros nombres serán leyenda. ¿Por cuánto tiempo la vas a conservar aquí?” “Lárgate” gruño Dimitri.”Eso no es una petición.” Nathan me apunto. “Ella es valiosa. Si la vas a conservar aquí como una puta de sangre para jugar, mínimo comparte. Entonces consigues la información y acabas con ella.” Dimitri llevo un paso adelante. “lárgate de aquí. Y si pones una mano en ella, te voy a destruir. Voy a desgarrar tu cabeza fuera con mi mano desnuda y observare como la quema el sol.” La furia de Nathan creció. “Galina no te permitirá jugar a la casita con esta niña. Incluso tu no tienes tantos privilegios.” “No me hagas decirte que te vayas de nuevo. Hoy no estoy en un estado paciente.” Nathan no dijo nada, y los dos Strigois de pie hay mirándose fijamente confrontándose. Yo sabia que el poder de un Strigoi era parcialmente relacionado con la edad. Nathan obviamente fue convertido primero. No sabia por cuanto, pero viéndolo, tuve la sensación que Dimitri puede ser fuerte o eso era como mínimo un combate muy, muy, muy parejo. Podría jurar que vi un atisbo de miedo en los ojos rojos de Nathan, pero el volteo fuera antes de conseguir ver
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bien. “Esto no a terminado.” Contesto bruscamente, moviéndose hacia la puerta. “Voy hablar con Galina.” Se fue, y por un momento, nadie se movió o hablo. Entonces Dimitri vio a la mujer humana y dijo algo en ruso. Ella había estado hay de pie, paralizada sobre su inclinación, cuidadosamente acomodo su bandeja en la mesa del café cerca del sofá. Ella alzo una tapadera plateada, revelando un plato con pizza de peperoni cargada con queso. De acuerdo en cualquier otra circunstancia, alguien trayéndome pizza en la casa de un Strigoi hubiera sido ridículo y gracioso. Ahora, en el despertar de Dimitri amenazando con transformarme en un Strigoi y Nathan deseando usarme para conseguir a Lissa, nada era gracioso. Incluso Rose Hathaway tiene límites cuando llega hacer bromas. Junto ala pizza había un enorme brownie, con grueso betún. La comida que amo, como Dimitri bien lo sabe. “Almuerzo,” dijo “No esta envenenado.” Todo en la bandeja se veía estupendo pero sacudí mi cabeza. “No voy a comer.” El arqueo una ceja. “¿Quieres algo mas?” “No quiero nada mas por que no voy a comer nada del todo. Si tu no me vas a matar, entonces lo voy hacer yo misma.” Se me estaba ocurriendo que la falta de armas en la suite era probablemente para mi propia protección a lo mucho como ellos. “¿Hambrienta hasta morir? había una obscura diversión en sus ojos. “Te transformare mucho antes.” ¿Por qué no simplemente lo haces ahora?” “Por que prefiero esperar por ti, para que sea tu voluntad.” Hombre el realmente sonó como Abe, excepto que la ruptura de alguna rodillera parecería una forma de suave—corazón en comparación. “Tu vas estar esperando un largo tiempo.” Dije. Dimitri rio en voz alta. Sus risas eran raras como Dhampir, y escucharlas siempre me emocionaba. Ahora ya no tenía mas esa rica calidez que envolvía todo mi alrededor. “veremos.” Y antes de que pudiera formar alguna respuesta, el de nuevo se movió frente a mí. Su mano se arrastro tras mi cuello, empujándome contra el, y el inclino mi rostro hacia riba. Presionando sus labios con los míos. Eran fríos como el resto de su piel…y aun así también había algo cálido en ellos. Alguna voz en mi grito que esto era horrible y enfermo… pero al mismo tiempo, perdí la pista del mundo a mi alrededor como si nosotros nos besáramos y poder casi pretender retroceder a la cabaña juntos. El me jalo fuera tan rápido como el se había movido, dejándome jadeando y con los ojos muy abiertos. Casualmente, como si nada hubiera pasado, el gesticulo con la mujer. “Esta es Inna.” Ella miro arriba al sonido de su nombre, y vi que no era mayor que yo.”Ella también trabaja para Galina ella te checara. Si necesitas cualquier cosa , deja que ella lo sepa. Ella no habla mucho ingles, pero ella lo resolverá.” El le dijo algo más, y ella dócilmente lo siguió a la puerta. “¿Adonde vas?” pregunte. “Tengo cosas que hacer. Además, tu necesitas tiempo para pensar.” “No hay nada que pensar.” Forcé tanto desafío en mis palabras como pude. Eso no debió haber sonado muy feroz, sin embargo, por todo mi discurso anterior había una sonrisa burlona antes de que se fuera con Inna, dejándome sola en mi lujosa prisión.
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CAPITULO 19 Para alguien que había predicado a Denis, sobre controlar el impulso, yo no era un ejemplo muy bueno, una vez sola en la suite hice todo lo posible en tratar y probar como salir. Nathan había actuado como si el mantener a un recluso fuera cosa rara, pero podía decir, que este lugar había sido construido para recluir personas, y por mucho que golpeara, la puerta y la ventana permanecían sin salida. Esta vez no me incomode con la silla en lugar de esta, utilizo una tabla del extremo de la sala de estar, pero no hizo nada. Cuando esto no funciono trate de entrar en el teclado de la puerta códigos al azar. También inútil. Finalmente agotada me derrumbe en el sofá de cuero y trate de evaluar mis opciones, el proceso no tomo mucho tiempo. Esta atrapada en una casa llena de Strigoi. ¡Bien!, no estaba segura, pero si sabia que al menos habían como tres, y eso era demasiado para mi. Dimitri se había referido a este lugar como “estado”, que no encontré confortable. Los estados eran grandes, el hecho de que pareciera estar en el cuarto piso, era prueba de ello. Un lugar grande quiere decir que podría haber mucho espacio para los vampiros. El único consuelo que tenia era que el Strigoi no coopero muy bien. El encontrar grandes grupos de ellos trabajando juntos era raro. Había observado un par de veces en el ataques de la academia, ellos habían venido porque las salas de la escuela se habían caído y había sido un incentivo bastante grande para que los Strigoi se reunieran. Incluso cuando ellos trataron realmente en trabajar juntos, las uniones eran por lo general efímeras. La fricción que había observado entre Dimitri y Nathan era prueba de esta. Cerré los ojos. Dimitri era la razón por la que estaba aquí, había venido a liberarlo de ese estado entre vida y muerte, tal como lo he dicho no había demora.Ahora parece que podría estar a punto de unirme a el. ¡Si! Buen trabajo Rose. Me estremecí, al imaginarme como uno de ellos. Anillos rojos alrededor de mis pupilas, mi piel bronceada puesta pálida. ¡No podía imaginarlo! Y supuse que nunca tendría que verme si eso pasara.Ninguna reflexión de Strigoi, haria que mi cabello fuera un verdadero dolor en el traseroEl cambio más espantoso, seria perder la conexión interna con mi alma. Tanto Dimitri como Nathan habían sido crueles y antagónicos. Incluso si yo no hubiera estado alrededor para empezar la lucha, éstos probablemente no habrían tomado mucho tiempo para tener una razón y conectarse el uno al otro. Yo era de combate, pero siempre fui impulsada por una pasión por los demás, los Strigois luchaban porque disfrutaban el derramar sangre. No quería ser así, porque disfrutar la búsqueda de sangre y violencia. No quise creer que Dimitri también lo era, pero sus acciones ya lo habían marcado como un strigoi. Yo sabía lo que el tenia que a ver estado comiendo para sobrevivir todo este tiempo. Los strigois, podrían ir mas tiempo sin sangre que los Moroy, pero el fue convertido y no había
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preguntas sobre que le habían dado de comer. Los strigoi siempre mataban a sus victimas para comer. Yo no podía imaginarme a Dimitri… no el hombre que yo había conocido. Abrí los ojos. El tema de la comida había traído mi almuerzo a la mente. Pizza y Browne, dos de los alimentos más perfectos del planeta. La pizza se había enfriado durante mis esfuerzos por escapar, pero cuando mire fijamente el plato, tanto la pizza como el Browne se veían deliciosos. Si la luz fuera de alguna indicación, no había pasado veinticuatro horas desde que Dimitri me había capturado, pero estaba bastante cerca. Eso era mucho tiempo para estar sin alimento y quería comer aquella pizza, fría o no. No querría morirme realmente de hambre. Por supuesto, no quería convertirme en strigoi, pero esta situación se escapaba rápidamente lejos de mis manos. El hambre tardaría mucho, y sospeche que Dimitri tenia razón: el me convertiría mucho antes de que tuviera la posibilidad de pasar hambre. Yo tendría que encontrar algún otro camino a morir. ¡Dios no querían todo esto! Y mientras tanto, decidí que podría mantener mi fuerza bien, con la posibilidad débil de poder escapar. Una vez tomada la decisión. Trague los alimentos en aproximadamente, tres minutos. No tenia idea que los strigoi usaran su cocina infierno. Los strigoi no podían comer, comida normal, pero era fantástico a diferencia de los Moroi.De forma irónica noto que me habían dado alimentos que no necesitaran ninguna vajilla de plata. Ellos realmente habían pensado en todos los medios posibles en el que pudiera tener un arma en mis manos. Mi boca estaba llena de mi última mordedura de Browne, cuando la puerta se abrió de repente. Inna se deslizo hábilmente en el interior, y la puerta se cerró casi de inmediato. ¡Maldición! O por lo menos eso trate de decir con mi boca llena de comida. Mientras había estado discutiendo en comer o no, debí haber estado estacando la puerta. Dimitri había dicho que Inna entraría. Debería haber estado esperando para dormirla, en cambio ella había llegado mientras no prestaba atención. ¡Otra vez había metido la pata! Justo como cuando ella estaba alrededor de Dimitri y Nantan. Inna hizo muy poco contacto con los ojos, ella sostenía un montón de ropa en sus brazos e hizo una pausa ante mí, presentándola. ¡Umm, gracias, dije! Señalando la bandeja vacía, me miro con timidez y con una pregunta en sus ojos marrones. Al verla de frente me sorprendió lo bonita que era, incluso podía ser mas joven que yo.( Me pregunte, Cómo había sido obligada para terminar trabajando aquí). Entendiendo su pregunta asentí con la cabeza. ¡GRACIAS! Ella recogió la bandeja de arriba y espero un momento. No estaba segura porque, entonces se me ocurrió que esperaba por si yo necesitaba algo más. No se traducía muy bien la combinación de la cerradura, agite mi mente cuando mire su acercamiento a la puerta. Yo debería esperar a que abra la puerta y luego asaltarla, pensé. Inmediatamente una reacción visceral surgió en mi, la vacilación de meterme contra una inocente. Otro pensamiento aplasto ese: es ella o yo, me puse tensa. Inna se presionó cerca de la puerta cuando ingreso la combinación, bloqueando
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por completo mi vista. Juzgando, por cuanto tiempo se demoro hundiendo números, el código parecía bastante largo. La puerta se abre, y me prepare para actuar, pero decidí no hacerlo en el último momento. Por todo lo que sabía, podría haber un ejército de strigoi allá, y si iba a usar a Inna para escaparme, probablemente solo tenia una oportunidad. ¡Necesitaba la cuenta!, así que, en lugar de saltar, me moví un poco para poder ver mas allá. Ella fue tan rápida como antes, escapando en cuanto la puerta abrió. Pero en ese momento, alcance a ver un corto pasillo y lo que parecía ser otra puerta. ¡Interesante, doble puerta en mi prisión!Si realmente la siguiera, me impediría hacer una fuga inmediata. Hasta que la reserva de seguridad strigoi apareció, esto hace las cosas más difíciles, pero el entendimiento del sistema, al menos me dio una chispa de esperanza. Solo necesitaba averiguar qué hacer con esta información, a condición de que me había jodido por no actuar. Por todo lo que sabía, Dimitri estaba a punto de entrar y convertirme en strigoi.Suspire, Dimitri, Dimitri, Dimitri. Mirando hacia abajo. Tome el tiempo para ver que me había traído Inna en realidad. Mi atuendo actual no me molestaba, pero si me quedaba aquí mucho tiempo, mis vaqueros y mi camiseta iban a estar bastante mal. Alguien quería vestirme igual que Tamara, la ropa y los vestidos que me había llevado, eran todos de mi talla. Una vaina tejida de forma afilada encajaban en el sostén y en la manga del vestido rojo. Un imperial vestido de gasa hasta los tobillos. ¡Oh genial! Soy una muñeca. Indagando más al fondo del montón, descubrí que había camisetas de dormir, así como alguna ropa interior y sostenes de seda. El artículo más casual de todo ese montón, era un dulce vestido verde forestal, hecho de la cachemira más suave. Lo sostuve, tratando de imaginarme, haciendo una fuga atrevida con él. Con un movimiento en mi cabeza sacudí, toda la ropa al piso. Parecía que iba a usar ropa grunge por un tiempo. Después de eso, pasaron un millón de veces dando vueltas en mi cabeza planes inútiles para escapar. Al caminar, me di cuenta lo cansada que estaba. Aparte del apagón, cuando Dimitri me golpeo, yo no había dormido en más de un día. La decisión de cómo manejar esto, era igual que la de los alimentos.Bajo la guardia o no? Necesitaba fuerzas, pero cada conexión me ponía en peligro. Por fin me rendí y me acosté en la enorme cama, ¡se me ocurrió una idea! No estaba totalmente sola, si Adrian viniera a visitarme en mis sueños, yo podría decirle lo sucedido.¡Es cierto! Yo le dije la última vez que se mantuviera alejado, pero él nunca me había escuchado, ¿Por qué sería diferente ahora? Me concentre tan fuerte en el, mientras esperaba que el sueño viniera y mi señal lo convocara, pero no funciono.
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No había vista en mi sueño y cuando desperté, me sorprendí al ver lo mucho que me dolió.A pesar del enamoramiento de Adrián con Avery, no podía dejar de recordar lo amable que fue Jill la última vez que lo vi. Estaba también muy preocupado por Lissa, pero no había mostrado su alarde habitual de preocupación. El había sido serio y…bien, dulce. Tuve un nudo en mi garganta, sino tenía un interés romántico por él, porque le trataba mal. Había perdido tanto nuestra amistad, como la posibilidad de pedirle ayuda. El suave crujido del papel me despertó de mis reflexiones, y me retire en posición vertical. Alguien estaba en la sala de estar. Estaba de espaldas, sentado en el sofá. Me tomo un momento el reconocer. OMG. Dimitri. ¿Qué estás haciendo aquí? le pregunte. El era demasiado confiado en mi incapacidad para infligir daño. ¡Sonó un poco aburrido! Anduve en la sala de estar moviéndome lejos de él y apoyándome contra la pared, cruce mis brazos sobre mi pecho. Otra vez tomando la posición cómoda y protectora.¡No es tan aburrido tener compañía!El me hecho un vistazo y levanto un libro. Una novela de vaqueros. Creo que me impacto tanto, como su cambio de aspecto. Había algo tan… normal, sobre todo esto. El amaba las novelas del oeste cuando era dhampir y a menudo le tomaba del pelo sobre el deseo de ser un Baquero. De alguna manera, yo había pensado que sus aficiones se habían ido cuando lo convirtieron. Irracionalmente esperanzada, estudie su cara, como si pudiera notar algún cambio radical. Tal vez el había vuelto a su modo normal mientas dormía. O tal vez el último mes y medio había sido un completo sueño. Me miro seriamente con sus ojos rojos. Mis esperanzas estaban destrozadas.¡As dormido durante mucho tiempo! Agrego. Di un vistazo rápido a la ventana. Totalmente negra. Era de noche. ¡Maldición! Solo quería una siesta de dos horas.¡Comió! El entretenimiento de su voz rallaba en mi, ¡sí, bueno! Soy una tonta con los peperonis. ¿Qué quieres? Coloco un marcador en el libro y lo puso sobre la mesa. Para verme.El no reconoció que era un poco frustrante. Odiaba sentir que lo que decía era ignorado. En cambio el trato de cogerme para sentarme. ¿No estás cansado de estar siempre de pie? " "Me desperté. Además, si puedo pasar una hora tirando los muebles de lugar, estar un poco de pie no es la gran cosa. " Yo no sé por qué me estaba tirando mis habituales bromas ingeniosas. Sinceramente, teniendo en cuenta la situación, yo debería ignorarlo y permanecer en silencio en vez de jugar a este juego. Me gustaría obtener algún tipo de respuesta del viejo Dimitri del de mi edad. Reprimí un suspiro. Allí estaba yo de nuevo, olvidando las enseñanzas propias de Dimitri. Los Strigoi no eran la gente que parecía ser. “La sesión no es la gran cosa tampoco", él contestó. "Te lo dije antes, yo no voy a hacerte daño." Entonces, en una decisión repentina de parecer valiente, me senté en el sillón frente a él. Feliz ahora? "Él inclinó su cabeza, y unos pedazos de cabello castaño escaparon de donde él lo
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había tirado hacia atrás en una pequeña cola de caballo. “tu todavía te ves hermosa, aún después del dormir y la lucha. " Sus ojos miraron abajo a la ropa que yo había sacudido en el suelo. ¿" No le gustan ningunos de ellos? ""No estoy aquí para jugar a disfrazarme contigo. La ropa de diseñador no va a lograr hacerme unir al club Strigoi. Me dio una larga y penetrante mirada. "¿Por qué no confías en mí?" Miré hacia atrás, sólo mi mirada era de incredulidad. "¿Cómo puedes preguntarme eso? Ustedes me secuestraron. Ustedes matan a personas inocentes para sobrevivir. Tu no eres el mismo”. “Soy mejor, te lo dije. Y en cuanto a inocentes. . . Se encogió de hombros. "Nadie es realmente inocente. Además, el mundo está compuesto de depredadores y presas. Los que son fuertes conquistan los que son débiles. Es parte del orden natural. Tú solías estar en esto, si mal no recuerdo.Miré a otro lado. De regreso a la escuela, recordando que mi clase favorita había sido la biología. Me gustaba leer sobre el comportamiento animal, sobre la supervivencia del más apto. Dimitri había sido mi macho alfa, el más fuerte de todos los otros competidores. "Es diferente", le dije."Pero no en la forma de pensar. ¿Por qué el beber la sangre de alguien te suena tan extraño? Tu ha visto a los Moroi hacerlo. Te has dejado a un Moroi hacerlo”.Me estremecí, realmente no quería hablar extensamente sobre como solía dejar beber a Lissa de mí mientras vivimos entre los seres humanos. Por supuesto, no quiero pensar en el torrente de endorfinas que había llegado con eso y cómo casi me había convertido en un adicto. “Ellos no matan. "“Ellos lo omiten. Es increíble, " respiró él. Cerró sus ojos durante un momento, luego los abrió. “Beber la sangre de otro... y ver la vida desaparecer frente de ellos y sentir como se vierte en ti... eso es la mayor experiencia en el mundo. "Escuchando la conversación sobre la matanza de otros aumentó mi náusea. “Es enfermo y equivocado". Ocurrió tan rápido que no tuve tiempo para reaccionar. Dimitri saltó y me agarró, tirándome hacia el, fusionándonos sobre el sofá.Con Su brazo me envolvió, posicionándose de modo que fuera la mitad al lado de mí y la mitad encima de mí. Yo estaba demasiado aturdida para moverme... "No, no lo es. Y ahí es donde tú tienes que confiar en mí. Te encantará. Quiero estar contigo, Rose. Realmente estar contigo. Seremos libres de las normas que otros ponen sobre nosotros. Podemos estar juntos, ahora—los mas fuertes con el fuerte, teniendo todo lo que queramos. Eventualmente podemos ser tan fuertes como Galina. Nosotros podríamos tener un lugar justo como este, o propio. " Mientras su piel desnuda todavía estaba fría, la prensa del resto de su cuerpo contra el mío estaba caliente. El rojo en sus ojos brillaban prácticamente al mismo tiempo tan cerca, y mientras hablaba, vi los colmillos en su boca. Yo estaba acostumbrado a ver en los colmillos Moroi, pero en él. . . era repugnante. Brevemente jugué con la idea de tratar de liberarme, pero rápidamente lo desestime. Si Dimitri quería
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dominarme, yo no me levantaría."No quiero nada de esto," dije.¿" No me quieres? “preguntó con una sonrisa maliciosa "tu dijiste que me querías una ves." "No", dije, sabiendo que mentía."¿Qué quieres entonces? ¿Volver a la Academia? Para servir a los Moroi que se te tiran en peligro sin pensarlo dos veces? Si quieres ese tipo de vida, ¿por qué viniste aquí? " “Vine para liberarle.”"Soy libre", respondió. "Y si realmente hubieras tenido la de matarme, ya lo habrías hecho." Se movió un poco, descansando su cara cerca de mi cuello. "tu no podías. " " lo Estropeé. No pasará otra vez.""Supongamos que fuera cierto. Supónganos fue fueses capaz de matarme ahora. Supónganos que aún seas capaz de escaparte. ¿Entonces qué? ¿Vas a volver a casa? ¿Volverás a Lissa y le dejarás seguir sangrando la oscuridad del espíritu en ti?" No sé", respondió secamente. Y era la verdad. Mis planes no habían ido más allá de encontrarlo. "Se consume, tu sabes. Mientras ella sigue usando su magia, no importa lo lejos que vaya, siempre sentiré los efectos secundarios. En lo menos mientras ella este viva. " Me puse rígido en sus brazos y alejé mi cara. "¿Qué significa eso? ¿Vas a unirte a Nathan e iras a perseguirla? " "¿Qué pasa con ella es no me concierne", dijo. Si te dejases despertar, Lissa ya no sería una amenaza para ti. Serías libre. El vínculo se rompiera. ""¿Y qué pasaría con ella? Ella seria abandonada sola. " "Como dije, eso no es asunto mío. Estando contigo". "¿Sí? Bueno, pero yo no quiero estar contigo” Él giró mi cara hacia él de modo que nosotros miráramos el uno al otro otra vez. Una vez más, yo tenía aquel sentimiento extraño de estar con Dimitri y no con Dimitri. Amor y miedo. Él entrecerró los ojos. "No lo creo." "Cree lo que quieras. No te quiero más”. Sus labios se arquearon en una de esas sonrisas asustadizas, sonriendo con satisfacción "Estás mintiendo. Puedo dnotarlo. Yo siempre he sido capaz de hacerlo.” "Es la verdad. te quise antes. No te quiero ahora. " Si siguiera diciéndolo, sería verdadero. Se acercó a mí, y me congele. Si cambiara de puesto incluso mitad de la pulgada, nuestros labios se tocarían. ”Mi... Exterior mi poder, sí, esto es diferente. Mejor. Pero de otra manera, soy el mismo, Roza. Mi esencia no ha cambiado. La conexión entre nosotros no ha cambiado. Tú solamente no puedes verlo aún. " "Todo ha cambiado." Con sus labios tan cerca, todo en el que seguí pensando era aquel beso breve, apasionado él me había dado a última vez que estuvo aquí. No, no, no. No pienses en eso. "Si soy tan diferente, entonces ¿por qué no te obligo a un despertar? ¿Por qué estoy dándote la opción?“ Una réplica ágil estaba en mis labios, pero luego falleció. Esa fue una excelente pregunta. ¿Por qué se me daba la opción? Los Strigoi no dan a sus víctimas opción. Ellos matan despiadadamente y toman lo que ellos quieren.
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Si Dimitri realmente quisiera que yo me uniera a el, entonces él debió haberme despertado tan pronto cuando me tenía. Más de un día había pasado, y él me inundaba con lujo. ¿Por qué? Si él me diera vuelta, no tenía ninguna duda que me convertiría en alguien tan torcido como él. Haría todo mucho más simple. Él siguió cuando estuve callada. ¿" Y si soy tan diferente, entonces ¿por qué me has besado antes?" todavía no sabía que decir, y esto hizo su risa crecer. “Ninguna respuesta. Tú sabes que tengo razón.” Sus labios se encontraron de repente los míos. Hice un pequeño sonido de protesta y traté en vano de evitar su abrazo. Él era demasiado fuerte, y después de un momento, yo no quería escapar. Aquella misma sensación que antes me inundo. Sus labios eran fríos, pero el beso quemaba entre nosotros. Fuego y hielo. Y estaba en lo cierto--- me dio un beso de vuelta. Desesperadamente, aquella parte racional de mí gritó esto era equivocado, La vez pasada, él había roto el beso antes de que demasiado pudiera pasar. No esta vez. Y como seguimos besándonos ahora, que la voz racional en mí se puso más pequeña y más pequeña. La parte de mí que siempre amaría a Dimitri se hizo cargo, regocijándose en la forma en que su cuerpo estaba contra el mío, el modo que él enrolló mi pelo alrededor de una de sus manos, dejando a los dedos enredarse. Su otra mano se deslizó por mi camisa, hasta la parte posterior de mi espalda, el frío contra mi piel caliente. Me empuje más cerca de él y sentí la presión del aumento de beso como su propio deseo reprimido. Entonces, en medio de todo esto, mi lengua rozó ligeramente la punta afilada de uno de sus colmillos. Fue como si me arrojaran un balde agua fría. Con tanta fuerza como podría reunir, moví de un tirón mi cabeza lejos, sacando el beso. Yo sólo podría adivinar que su guardia había estado momentáneamente abajo, permitiéndome la pequeña fuga. Mi respiración era pesada, mi cuerpo entero todavía lo quería. Mi mente, sin embargo, era la parte de mí en el control ahora, al menos. ¿Dios, qué había estado haciendo yo? Esto no es el Dimitri que yo conocía. No es él. Yo había estado besando un monstruo. Pero mi cuerpo no estaba tan seguro."No", murmure, sorprendida por la manera patética y suplicante como me sonaba. "No. No podemos hacer esto”. " estas segura? " él preguntó. Su mano estaba todavía en mi pelo, y él enérgicamente giró mi cabeza de modo que yo estuviera cara a cara con él otra vez. “A ti no pareció importarte. Todo puede ser como era antes. . . como lo fue en la cabaña. . . tu lo querías entonces...” La cabaña.. " No, " repetí. " No quiero esto.” Apretó sus labios contra mi mejilla y luego hizo un recorrido sorprendentemente suave de besos hasta el cuello. Una vez más, sentía el deseo vivo de mi cuerpo para él, y me odiaba a mí misma por la
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debilidad."¿Y esto?", Preguntó, su voz apenas en un susurro. "¿Quieres esto?" "Wh-" Lo sentí. La mordida de los dientes afilados en mi piel mientras cerraba su boca en mi cuello. Por medio segundo, era angustioso. Doloroso y horrible. Y entonces, al igual que, el dolor desapareció. Una oleada de felicidad y alegría vertía a través de mí. Era tan dulce. Nunca me había sentido tan maravilloso en mi vida. Esto me recuerda un poco de cómo había sido cuando Lissa bebió de mí. Que había sido impresionante, pero esto. . . Esto fue diez veces mejor. Un centenar de veces mejor. El subidón de una mordedura de Strigoi fue mayor que el de un Moroi. Era como estar enamorado por primera vez, lleno de esa sensación de alegría. Cuando se apartó, se sentía como toda la felicidad y la maravilla en el mundo había desaparecido. Mi instinto inicial fue a preguntar por qué se había detenido, pero luego, lentamente, llegué a mi interior para combatir pasado el aturdimiento feliz en el cual su mordedura me había enviado. “Por qué... que…” Mis palabras pronunciaron mal un poco. " Dijiste que esto sería mi decisión.... " "Todavía lo es," dijo. Sus ojos estaban muy abiertos, su respiración pesada también. Estaba tan afectado como yo. "No estoy haciendo esto para despertarte, Roza. Una mordedura como esto no te convertirá. Este... bien, esto es solamente para la diversión.... Luego, su boca se movía de nuevo a mi cuello para beber otra vez, y perdí la pista del mundo. CAPITULO 20 Los días después de ese fueron como un sueño. De hecho, honestamente no puedo decir cuántos días igual pasaron. Tal vez uno. Tal vez cien.Perdí la noción del día y de la noche también. Mi tiempo se dividía en el Dimitri o el no –Dimitri. El era mi mundo. Cuando no estaba allí, los momentos eran una agonía. Los pase lo mejor que pude, pero ellos parecía prolongarse para siempre. La televisión era mi mejor amigo durante esos momentos. Me tendía en el sofá por horas, solo medio siguiendo lo que estaba pasando. Siguiendo con el resto de la suite de lujo, tenía acceso a la televisión satelital, que significaba que en realidad estábamos con algunos de los programas de América. La mitad del tiempo, sin embargo, no estaba segura de que realmente hiciera una diferencia para mí si el idioma fuera en ruso o en ingles. Inna continúo sus visitas sobre mí. Trajo mis comidas e hizo de mi lavandera - estaba usando los vestidos ahora – y espero de aquel modo silencioso suyo para ver si necesitaba algo más. Nunca lo hice - al menos no de ella. Solo necesitaba a Dimitri. Cada vez que ella salía, una parte distante de mi recordaba que se suponía que tenía que hace algo…. Seguirla, eso era todo.
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Habia tenido algún plan para verificar la salida y usarla como una manera de escape, verdad? Ahora, ese plan ya no tenía el recurso de apelación. Parecía como un montón de trabajo.Y entonces, finalmente, Dimitri me visitaría, y la monotonía se acabaría. Nos quedaríamos juntos en mi cama, envueltos en los brazos del uno al otro. Nunca teníamos sexo, pero nos besábamos y nos tocábamos y los nos perdíamos en la maravilla de los cuerpos de ambos – a veces con muy poca ropa. Después de un tiempo, me resultaba difícil de creer que alguna vez habia tenido miedo de su nuevo aspecto. Seguramente, los ojos eran un poco terribles, pero el todavía era grandioso…todavía increíblemente atractivo. Y después de que habíamos hablado y durante un tiempo – por horas, a veces – lo dejaba morderme. Entonces tenía esa prisa… ese maravilloso, exquisito diluvio de químicos que me dispersaron de todos mis problemas. Cualquier duda que habia tenido a cerca de la existencia de dios se desvanecía en esos momentos porque seguramente, seguramente estaba tocando a dios cuando me perdía en esa mordida. Este era el cielo.“Déjame ver tu cuello,” dijo él un día. Estábamos acostados juntos como de costumbre. Yo estaba en mi lado, y el estaba acurrucado contra mi espalda, un brazo envuelto alrededor de mi cintura. Di la vuelta y aparte mi cabello de donde habia caído sobre mi cuello y escote. El vestido que llevaba hoy era un vestido para tiempo caliente muy corto, hecho de un material ligero y ceñido. “Ya?” pregunte. Usualmente no me mordía hasta el final de sus visitas. Mientras parte de mi deseaba eso y esperaba anticipadamente sentir esa fuerza de nuevo, lo hice con cierta clase de disfrute de antemano en estos momentos. Era cuando las endorfinas en mi sistema estaban en su más bajo estado, así que fui capaz de manejar algún tipo de conversación. Hablaríamos sobre peleas en las que habíamos estado o la vida que el imaginaba para nosotros cuando fuera un Strigoi. Nada demasiado sentimental – excepto agradable sin embargo. Me prepare para la mordida ahora, arqueándome anticipadamente. Para mi sorpresa, el no se inclino y hundió sus dientes en mi. Metió una mano en su bolsillo y saco un collar. Era oro blanco o plata – no tenía la habilidad para decir que – y tenía tres zafiros azul oscuro del tamaño de una moneda. El me había traído una cantidad de joyas esta semana, y jure que cada pieza era más bella que la ultima. Mire sorprendida su belleza, la manera en que las piedras azules brillaron en la luz. El puso el collar contra mi piel y lo sujeto detrás de mi cuello. Pasando sus dedos por los bordes del collar, asintió en señal de aprobación. “Hermoso.” Sus dedos fueron a la deriva de uno de los tirantes (tiritas) del vestido. Deslizo su mano bajándola, enviando una emoción a través de mi piel. “Combina” Sonreí. En los viejos tiempo, Dimitri casi nunca me habia hecho regalos. No habia tenido los medios, y sin embargo no los había querido.
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Ahora, estaba continuamente deslumbrada por los regalos que el parecía tener en cada visita. “De donde lo sacaste?” pregunte. El metal era frio contra mi piel carmesí pero no tan frío como sus dedos. El sonrió con picardía. “Tengo mis fuentes,” Esa voz castigando en mi cabeza que a veces logra penetrar a través de la niebla destacaba que vivía y estaba involucrada con alguna clase de vampiro gángster. Sus advertencias fueron inmediatamente aplastadas y hundidas de vuelta en mi nube soñadora de la existencia. Como podría estar molesta cuando el collar era tan hermoso? Algo de repente me parecía como gracioso. “Eres igual que Abe.” “Quien?” “Este hombre que conocí. Abe Mazur. Es una especie de jefe de la mafia…el mantenía siguiéndome.” Dimitri se puso rígido. “Abe Mazur estaba siguiéndote?” No me gusta la mirada oscura que de repente habia caído sobre sus facciones. “Si, y?” “Por qué? Que quería contigo?” “No lo sé. Seguía queriendo saber por qué estaba en Rusia pero finalmente se rindió y solo quería que me fuera. Creo que alguien de casa lo contrato para encontrarme.” “No quiero que estés cerca de Abe Mazur. Es peligroso.” Dimitri estaba enojado, y odiaba eso. Un momento después, esa furia se desvaneció, y pasó sus dedos a lo largo de mi brazo una vez más, bajando el tirante más allá. “Por supuesto, que gente como esa no será un problema cuando te despiertes.” En algún lugar, en la parte de atrás de mi cabeza, me preguntaba si Dimitri tenia las respuestas que quería sobre Abe – sobre lo que Abe hacia. Pero hablar sobre Abe había hecho que Dimitri se disgustara, y me abatí en eso, queriendo apresuradamente cambiar de tema. “Que has estado haciendo hoy?” pregunte, impresionada por mi habilidad de hacer una pequeña charla. Entre las endorfinas y el tocándome, la coherencia era difícil. “Recados para Galina. La cena.” La cena. Una víctima. Fruncí el ceño. Las sensaciones que inspiraron en mi no fueron de repulsión tanto como…celos. “Bebes de ellos…..por diversión?” Paso sus labios por mi cuello, los dientes tocando mi piel pero no mordiendo. Jadeé y me apreté más cerca a él. “No. Roza. Ellos son la comida; eso es todo. Se termina rápidamente. Tu eres la única con la que siento placer.” Me sentí realmente satisfecha por eso, y esa molesta voz mental señalo que eso era increíblemente enfermo y una visión muy retorcida de mi parte. Como esperaba que el me mordiera pronto. Eso usualmente callaba la voz racional de arriba.
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Extendí la mano y toque su cara, luego pase mi mano por ese maravilloso, y sedoso pelo que siempre habia amado. “sigues queriendo despertarme…pero no podremos hacer esto mas. Los Strigoi no beben uno del otro, no?” “No.” Estuvo de acuerdo. “Pero valdrá la pena. Podemos hacer mucho mas….” Dejo el “mucho mas” a mi imaginación. Y un escalofrió agradable me atravesó. Los besos y la toma de sangre eran embriagantes, pero había algunos días en que quería…..bueno, más. Los recuerdos de un tiempo en que habíamos hecho el amor me frecuentaban cuando estábamos tan cerca, y muchas ganas de hacerlo de nuevo. Por alguna razón, el nunca insistió en el sexo, no importaba cuan de apasionadas las cosas se ponían. No estaba segura si él estuviera usando eso como un atractivo hacia mí para dar marcha a atrás o si habia alguna incompatibilidad entre un Strigoi y un dhampir. Podrían un vivo y un muerto hacer eso?.Una vez, habia encontrado la idea de que el sexo con uno de ellos absolutamente repulsiva. Ahora…simplemente no pensaba en las complicaciones tanto. Pero aunque él no intento tener sexo, solía burlarse de mí con sus caricias, tocando mis muslos, esternón, y otros lugares peligrosos. Además, el me recordaba lo que había sido eso aquel tiempo, como de sorprendente habia sido, como nuestros cuerpos se habia sentido… hablaba de tales cosas más como una burla que con afecto, aunque. En mis momentos semi – claros, honestamente pensaba que era extraño que aun no habia considerado convertirme en Strigoi. Las nieblas de endorfinas me hicieron aceptar casi todo lo que él quería. Habia caído cómodamente en vestirme elegante para él, estando en mi prisión dorada, y aceptando que él me tomara como una víctima cada dos días. Incluso aun en mis momentos más incoherente, incluso aun cuando lo quería tan seriamente, no podría aceptar convertirme, habia alguna parte complicada de mi que se negaba a ceder. La mayoría de las veces, el se encogía de hombros por mi rechazo, como si fuera una broma. Pero de vez en cuando, cuando me negaba, veía una chispa de cólera en sus ojos. Aquellos momentos me asustaron. “Aquí viene,” me burle. “El argumento de convencimiento. Vida eterna, invencible, nada en nuestro camino.” “No es una broma.” Dijo él, Oops. Mi ligereza habia traído de vuelta esa rudeza en el. El deseo y el cariño que acababa de ver ahora fluctuaron en un millón de pedazos y se esparcieron. Las manos que me habían estado acariciando de repente agarraron mis muñecas y me sostuvieron en su lugar mientras él se inclino hacia abajo. “No podemos quedarnos así para siempre. No puedes quedarte aquí para siempre.” Whoa. Esa voz dijo. Ten cuidado. Eso no sonaba bien. Su apretón dolía, y a menudo me preguntaba si esa era su intención y solamente no podría dejar su violencia. Cuando finalmente me soltó, envolví mi brazo alrededor de su cuello e intente besarlo.
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“No podemos hablar sobre esto después?” nuestros labios se encontraron, el fuego floreciendo entre nosotros y la urgencia atravesando mi cuerpo. Podría decir que el tenia un deseo semejante. Pero unos segundos después, se separo. La fría molestia todavía estaba sobre su rostro.“Vamos,” dijo él, jalando de mí. “Salgamos.” Se levanto y mire estúpidamente. “A donde vamos?” “Afuera.” Me senté en la cama, estupefacta. “Afu…afuera? Pero….eso no está permitido. No podemos.” “Podemos hacer lo que yo quiera.” Espetó. Extendió su mano y me ayudo a levantarme. Lo seguí a la puerta. Era tan experto como Inna en bloquearme el teclado numérico, eso no importaba ahora. No había manera de que pudiera recordar esa larga secuencia ya. La puerta accedió abriéndose, y él me llevo afuera. Me quede maravillada, mi celebro aturdido todavía intentando procesar esta libertad. Como me habia fijado en aquel día, la puerta conducía a un pequeño pasillo bloqueado por otra puerta. También era pesada y tenía un teclado numérico bloqueándola. Dimitri la abrió, y estaba dispuesta a aportar que las dos puertas tenían códigos diferentes. Tomando mi brazo, él me dirigió por aquella puerta y en otro vestíbulo. A pesar de su firme agarre, yo no podía dejar de llegar a un punto muerto. Tal vez yo no debería haber estado sorprendida en la opulencia que de repente afronté. Después de todo, yo vivía en la suite de este ático. Pero el pasillo que conduce fuera de mi cuarto había sido como duro e industrial, y de alguna manera había imaginado el resto de la casa igualmente de institucional o carcelario. No fue así. En cambio, me sentí como si estuviera en alguna película de edad, el tipo donde la gente tomaba el té en el salón. La alfombra lujosa estaba cubierta por un patrón de oro decorando el corredor que se estiraba de en ambas direcciones del pasillo. Pinturas antiguas punteado las paredes, mostrando a la gente de hace años con ropa complicada que hizo que mis vestidos pareciera baratos y ordinarios. Todo el lugar estaba iluminado por candelabros pequeños que estaban separados lo largo del límite máximo a cada seis pies o menos. Los cristales en forma de gotas de agua en sus facetas, dispersando en las paredes pequeñas manchas de arco iris. Me quedé encantada por el brillo y el color, que es probablemente por qué fallé en notar un otro adorno en el pasillo. "¿Qué están haciendo?" El sonido áspero de la voz de Nathan me tiró de mi mirada fija en el cristal. Se había apoyado en la pared frente a mi puerta y se enderezó de inmediato al vernos. Tenía esa misma expresión cruel en su rostro
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que es tan característico de Strigoi, el que de vez en cuando veía en Dimitri, no importa cuán encantador y amable, parecía a veces. La postura de Dimitri se volvió rígida y defensiva. "Yo la llevo de paseo." Él pareció como si le estuviera hablado de un perro, pero mi temor a Nathan encima de cualquier ofensa que podría tomar."Eso va contra las reglas", dijo Nathan. "Bastante malo que todavía la tienes aquí. Galina dio órdenes para que tú mantengas su encierro. No necesitamos algunos Dhampir pícaros corriendo."Dimitri asintió hacia mí. "¿Te parece que ella es una amenaza?" Los ojos de Nathan se posaron en mí. Yo no estaba completamente segura de lo que él vio. No pensé que lucía diferentes, pero una pequeña sonrisa apareció en sus labios que pronto desapareció cuando se volvió a Dimitri. "No, pero me ordenaron cuidar esta puerta, y yo no voy a tener problemas para que tú puedas hacer un viaje de campo.” "Yo tratare con Galina. Le diré que te vencí." Dimitri dio una sonrisa, llena de colmillos. "No debería ser tan difícil para ella creer." La mirada que Nathan le dio Dimitri me hizo inconscientemente distanciarme hasta que yo golpeara la pared. "Estás tan lleno de ti mismo. Yo no te desperté para que puedas actuar como si estuvieras al mando aquí. Lo hice para que pudiéramos utilizar tu fuerza y tu conocimiento interior. Tú deberías obedecerme." Dimitri se encogió. Tomando mi mano, él comenzó a dar la vuelta. "No es mi culpa que tú no seas bastante fuerte como para que yo lo haga." Fue entonces cuando Nathan se lanzó en Dimitri. Dimitri respondido tan rápidamente a los ataques que creo que él sabía que iba a suceder. Inmediatamente me soltó la mano, se volvió a agarrar a Nathan, y tiró al Strigoi otros contra la pared. Nathan inmediatamente se levantó, tomó más que aquella clase de golpe para desconcertar a alguien como él pero Dimitri estaba listo. Él perforó a Nathan en la nariz una vez, dos veces, y luego una tercera vez, todo uno tras otro. Nathan se cayó, la sangre cubriendo su cara. Dimitri le dio una patada fuerte en el estómago y se cernía sobre él." No lo intentes", dijo Dimitri. "Vas a perder". Él se limpio la sangre de Nathan de su mano y luego entrelazo sus dedos en los mío otra vez. "Te lo dije, yo me ocupo de Galina. Pero gracias por tu reocupación." Dimitri se giro otra vez, aparentemente sintiendo que no habría más ataques. No había. Pero cuando empecé a seguirlo, eché un rápido vistazo por encima del hombro en donde Nathan se sentó en el suelo. Sus ojos fulminaron a Dimitri, y yo estaba bastante segura de que nunca había visto una mirada de odio tan puro, por lo menos hasta que volvió su mirada hacia mí. Sentí frío en todo y me tropecé para mantenerme con Dimitri.
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La voz de Nathan resonó detrás de nosotros. "¡No estás a salvo! Ninguno de los dos lo está. Ella es el almuerzo, Belikov. El almuerzo." La mano de Dimitri se apretó sobre la mía, y cogió el ritmo. Yo podría sentir la furia que irradiaba de él y de repente no estaba segura de quien yo debería tener más miedo: de Nathan o Dimitri. Dimitri era asombroso, vivo o no-muerto. En el pasado, yo lo había visto atacar a enemigos sin miedo o la vacilación. Él siempre era magnífico, como le había dicho su familia. Pero en todas aquellas veces, él siempre había tenido una razón legítima para luchar - por lo general en mí la defensa. Su enfrentamiento con Nathan en ese momento había sido algo más, sin embargo. Esto había sido una confirmación de predominio y una oportunidad para extraer la sangre. Dimitri parecía disfrutar de ello. ¿Y si él decide convertirme así? ¿Qué pasa si mi constante negativa de lo empujó a la tortura, y me hace daño, hasta que finalmente este acuerdo?"Nathan me asusta", le dije, sin querer que Dimitri supiera que yo le temía demasiado. Me sentía débil y completamente indefensa, algo que no me sucede muy a menudo. Por lo general, yo estaba lista para asumir cualquier reto, no importa cuán desesperada."Él no te tocará", dijo Dimitri con dureza. "Tú no tienes nada de qué preocuparte." Llegamos a un conjunto de escaleras. Después de unos pasos, se hizo claro que yo no iba a ser capaz de maniobrar cuatro tramos. Aparte el drogado estupor de sus mordeduras me mantuvo, la pérdida de sangre frecuente me debilitaba y cobrando su tributo. Sin decir una palabra, Dimitri me barrió en sus brazos y me llevó escaleras abajo sin esfuerzo, suavemente dejándome en el piso cuando alcanzamos la escalera inferior. El piso principal de la finca tenía el mismo sentido magnifico que el pasillo de arriba. La entrada tenía un enorme techo abovedado con una lámpara de araña elaborada que pesaban más que los más pequeños que había visto. Puertas dobles ante nosotros, conjunto de ventanas de vidrieras. Lo que también nos enfrentábamos era a otro Strigoi, un hombre sentado en una silla y al parecer de guardia. Cerca de él estaba un juego de panel en la pared con botones y luces intermitentes. Un juego de sistema de seguridad moderno entre todo este encanto tradicional. Su postura se puso rígida cuando nos acercamos, y al principio, pensé esto era un instinto de guardaespaldas natural - hasta que vi su cara. Este era el Strigoi que yo había torturado aquella primera noche en Novosibirsk, el que yo había enviado para que le dijera a Dimitri que yo lo buscaba. Sus labios se curvearon hacia atrás ligeramente mientras él encontraba mis ojos. "Rose Hathaway," dijo el Strigoi. "Recuerdo tu nombre - justo como tú me dijiste."
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No dijo nada más que eso, pero apreté mi agarre a la mano de Dimitri mientras pasamos. Los ojos del Strigoi nunca me dejaron hasta que nosotros hubiéramos dado un paso fuera y hubiéramos cerrado la puerta detrás de nosotros. "Él quiere matarme", le dije a Dimitri. "Todos los Strigoi quieren matarte", Dimitri respondió. "Él realmente quiere.... Yo lo torturé." "Lo sé. Él ha estado en la desgracia después entonces y ha perdido un poco de su status aquí." "Esto no me hace sentir nada mejor." Dimitri pareció indiferente. "Marlen no es nadie de que necesites preocuparte. Tú lucha con el sólo le demostró a Galina que eres un buena adición por aquí. Él es inferior a ti." No encontré esto demasiado tranquilizador. Yo estaba haciendo demasiados enemigos personales Strigoi, pero entonces, no era como si realmente se puede esperar hacer amigos Strigoi. Era de noche, desde luego. Dimitri no me habría llevado afuera de otra manera. El hall de entrada me había hecho pensar que estamos al frente de la casa, pero los extensos jardines que se extienden alrededor de nosotros hacían preguntarme si estábamos en la parte de atrás ahora. O tal vez toda la casa estaba envuelta en este tipo de vegetación. Estábamos rodeados de un laberinto de setos cortados con bellos acabados. Dentro del laberinto había pequeños patios, decorados con fuentes o estatuas. Y en todas partes había flores y más flores. El aire estaba cargado con su olor, El aire era pesado con su olor, y me había dado cuenta de que alguien había conseguido un montón de problemas para encontrar los que florece de noche. El único tipo que inmediatamente reconocí fue el jazmín, es larga, una blanca flor enredadera que suben sobre enrejados y estatuas en el laberinto. Caminamos en silencio por un rato, y me encontré perdida en el romance de todo esto. Todo el tiempo que Dimitri y yo habíamos estado juntos en la escuela, había sido consumido por el temor de cómo íbamos a hacer malabares nuestra relación y nuestro deber. Un momento como este, caminando en un jardín en una noche de primavera iluminado de estrellas, parecía a una fantasía demasiado loca para aún comenzar a considerar. Incluso sin la dificultad de escalera, demasiado paseo cultivó el agotamiento en mi estado. Hice un alto y suspiré. "Estoy cansada," dije. Dimitri se detuvo también y me ayudó a sentarme. La hierba era seca y cosquilleaba contra mi piel. Me recosté en él, y un momento después, se unió a mí. Tuve un momento de pavoroso de déjà vu, recordando la tarde había hecho ángeles en la nieve. "Esto es increíble", dije, mirando al cielo. Estaba claro, sin nubes a la vista. "¿Cómo es para ti?"
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“Hmm?” "Hay suficiente luz y puedo ver muy claramente, pero todavía es débil en comparación con los días. Tus ojos son mejores que los míos. ¿Qué ves?" "Para mí, es tan brillante como el día." Cuando yo no respondí, añadió, "Podría ser así para ti, también." Traté de imaginar eso. ¿Que las sombras parecen tan misteriosa? ¿La luna y las estrellas brillan tanto? "Yo no lo sé. Me gusta la oscuridad." "Sólo porque no conoces nada mejor." Suspiré. "Eso sigues diciendo." Se volvió hacia mí y me apartó el pelo de mi cara. "Rose, esto me está volviendo loco. Estoy cansado de esta espera. Quiero que estemos juntos. ¿No te gusta esto? ¿Lo que tenemos? Podría ser aún mejor." Sus palabras parecieron románticas, pero no el tono. Realmente me gustó esto. Me encantó la bruma en que vivía, la bruma en la que todas las preocupaciones desaparecieron. Me encanta estar cerca de él, amaba la forma en que me dio un beso y me dijo que me quería. . . ."¿Por qué?" Le pregunté. "¿Por qué, qué?" Parecía desconcertado, algo que yo no me había enterado aún en un Strigoi. "¿Por qué me quieres?" No tenía ni idea de por qué ni siquiera le había preguntado eso. Al parecer tampoco lo sabía." ¿Por qué no te querría?" Habló de una manera tan evidente, como si fuera la pregunta más estúpida del mundo. Probablemente lo era, me di cuenta, y sin embargo. . . De alguna manera había estado esperando otra respuesta. En ese momento, mi estómago se retorció. Con todo el tiempo que había pasado con Dimitri, yo realmente había logrado impulsar la náusea a los Strigoi fuera de mi radar. La presencia de otro Strigoi lo aumentó, aunque Yo lo había sentido alrededor de Nathan, y lo sentí ahora. Me senté, y Dimitri lo hizo también, casi al mismo tiempo. Él probablemente estaba alerta por su oído superior. Una forma oscura surgió sobre nosotros, borrando las estrellas. Era una mujer, y Dimitri se paró. Me quedé donde yo estaba, sobre la tierra. Ella era sorprendentemente hermosa, de un modo difícil y terrible. Su apariencia era similar a la mía, lo que indica que no había sido un Moroi cuando se convirtió. Isaiah, el Strigoi que me había capturado, había sido muy viejo, y el poder había irradiado de él. Esta mujer no había estado alrededor casi tanto tiempo, pero yo podría sentir que ella era más vieja que Dimitri y mucho más fuerte.Ella dijo algo en ruso a él, y su voz era tan fría como su belleza. Dimitri respondió de nuevo, su tono confiado pero cortés. Oí el nombre de Nathan mencionado un par de veces mientras hablaban. Dimitri se agachó y me ayudó a levantarme, y me sentí avergonzado por la frecuencia con que necesitaba su ayuda, cuando yo solía ser casi un partido para él."Rose",
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dijo, "esta es Galina. Ella es la que ha tenido la amabilidad de que te permitan quedarte."La cara de Galina no pareció tan amable. Era desprovisto de toda la emoción, y parecía que mi alma entera le fue expuesta. Mientras yo estaba seguro de un montón de cosas por aquí, Yo he aprendido por mi oído lo suficiente como para darme cuenta de que mi residencia permanente aquí era una cosa rara y frágil. Yo tragué."Spasibo," dije. Yo no sabía decirle que era agradable encontrarla - y francamente, yo no estaba seguro si fuera - pero calculé que las palabras de gratitud simples estaban bastante bien. Si ella hubiera sido su antiguo instructor y se hubiera entrenado en una Academia normal, ella probablemente conocía el inglés y lo falsificaba como Yeva. Yo no tenía ninguna pista por qué ella haría esto, pero si tú pudieras romper el cuello de una adolescente Dhampir, tú tienes el derecho de hacer independientemente lo que tú quisieras. La expresión de Galina - o carece de eso - no se cambió con mis gracias, y ella giró su atención hacia Dimitri. Ellos conversaron sobre mí, y Dimitri me hizo un gesto de un par de veces. Reconocí la palabra fuerte.Por último, Galina emitió algo que sonaba final y nos dejó sin ningún tipo de despedida. Ni Dimitri ni yo me moví hasta que sentí que la náusea se disipo."Vamos", dijo. "Tenemos que volver."Caminamos de regreso a través del laberinto, aunque yo no tenía idea de cómo sabía a dónde ir. Fue divertido. La primera vez que había llegado, mi sueño había sido el de salir y escapar. Ahora que estuve aquí. . . Bueno, no parecía tan importante. La cólera de Galina lo hizo."¿Qué dijo ella?" Pregunté."No le gusta esto que tú estés todavía aquí. Ella quiere que yo te convierta o te mate." "Ah. ¿Um, qué vas a hacer?"Se quedó en silencio durante unos segundos. "Voy a esperar un poco más y, a continuación. . . Voy a hacer una elección para ti." Él no especificó cuál de las opciones él haría, y casi comencé mis súplicas más tempranas para morir antes hacerme Strigoi. Pero de repente en cambio, dije, "¿Cuánto tiempo?""No mucho tiempo, Roza. Tú tiene que escoger. Y hacer la elección correcta." "¿Cuál es?" Él sostuvo mis manos. "Todo esto. Una vida juntos." Salimos del laberinto. Miré fijamente en la casa - que era loco enorme cuando era visto del exterior - y en los jardines hermosos alrededor de nosotros. Era como algo de un sueño. Más allá de eso, en el campo sin fin rodó, llegando a ser perdido en la oscuridad y la mezcla en el cielo negro, a excepción de una pequeña parte que había un resplandor suave color púrpura en el horizonte. Fruncí el ceño, estudiándolo y luego se volví mi atención a Dimitri. "¿Y luego qué? Entonces, ¿yo trabajaría para Galina también?" Llegamos a un punto fuera de la casa. Dimitri me miró a los ojos, su rostro encendido con una mirada que me hizo dar un paso atrás. "Hasta que la matemos, Rose. Hasta que la matemos y tomemos todo esto para nosotros mismos."
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CAPITULO 21 Dimitri no elaboro. Yo estaba demasiado asombrada por sus palabras y el resto de los eventos de la noche como para siquiera comenzar a nombrarlos. Él me llevo de nuevo adentro, pasando los Strigoi de guardia, y arriba a mi suite. Nathan ya no estaba afuera. Por unos breves momentos, esa molesta voz en mi cabeza hablo lo suficientemente fuerte para alzarse por mis demás pensamientos. Si no había guardias en el hall e Inna volvía pronto, tenia una buena chance de amenazarla lo suficiente como para llegar acá afuera. Aunque, eso iba a significar que tendría que lidiar con una casa que solo Dios sabia cuantos Strigoi tenia, pero mis chances de escapar eran mejores en la casa que en este cuarto. Y entonces, en cuanto los pensamientos se formaron, se desvanecieron. Dimitri puso el brazo en mí y me acercó a él. Hacia frío afuera, y aun cuando su cuerpo estaba frío, su ropa y campera proveían algo de calor. Me acomode mas cerca de él mientras sus manos corrían por mi cuerpo. Creí que él iba a morderme, pero fueron nuestras bocas las que se encontraron, de manera fuerte y furiosa. Entrelace mis dedos en su cabello, tratando de acercarlo lo más posible. Mientras tanto, sus dedos corrían por mi pierna desnuda, empujando mi pollera casi hasta mi cadera. Anticipación y ansia prendieron cada parte de mi cuerpo. Había soñado con la cabina tanto tiempo, recordándolo con tanto anhelo. Nunca había esperado que algo así volviera a suceder, pero ahora podía, y me sorprendí de cuanto lo quería. Mis manos se movieron bajando por su remera, deshaciendo los botones para poder tocar su pecho. SU piel se sentía como el hielo, un contraste asombroso con el calor que corría por dentro de mí. Saco sus labios de los míos, pasando por mi cuello y hombro, empujando la manga del vestido mientras cubría mi piel con besos hambrientos. Si mano estaba aun al lado de mi cadera desnuda, y yo frenéticamente intentaba sacarle la remera del todo. De repente, con una brusquedad asombrosa, se alejo y me empujo. Al principio pensé que era solo más juego previo, hasta que me di cuenta que me estaba empujando adrede. “No,” Dijo, la voz dura. “No aun. No hasta que seas despertada.” “¿Por qué?” Pregunte desesperadamente. No podía pensar en nada mas que en que me tocara –y, bueno, otra mordida. “¿Por qué importa? ¿Hay alguna… razón por la que no podamos?” Hasta que había venido aquí, sexo con Strigoi nunca se me había ocurrido… quizás no era posible. Se inclino hacia mí, poniendo los labios cerca de mi oreja. “No, pero va a ser mucho mejor si te despertamos. Déjame hacerlo… déjame hacerlo, y entonces podemos hacer lo que queramos…” Era una forma de negociar, me di cuenta vagamente. Me deseaba – estaba escrito en él—Pero estaba usando el sexo para que me entregue. ¿Y honestamente? Estaba así de cerca de aceptar. Mí cuerpo estaba ganándole a mi mente –casi.
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“No,” Lloriquee. “Yo… yo tengo miedo…” La mirada peligrosa se suavizo, y mientras que no se veía exactamente como el Dimitri de antes, había algo menos Strigoi sobre él. “Rose, ¿Crees que haría algo para lastimarte?” En algún momento, ¿No había habido una discusión sobre que las opciones eran o convertirse o morir? La última sonaba como que iba a doler, pero no mencione eso. “La mordida…la conversión va a doler…” “Ya te lo dije: Va a ser como la que ya hicimos. Vas a disfrutarlo. No va a doler, te lo juro.” Mire a otro lado. Diablos. ¿Por qué no podía seguir siendo siniestro y dar miedo? Era mucho más fácil resistirme entonces. Aún en el calor de la pasión, yo podía resistir. Pero de algún modo… verlo así, calmo y razonable… bueno, estaba demasiado cerca al Dimitri que yo amaba. Y eso era Difícil de rechazar. Por primera vez, hizo que el convertirse en Strigoi no pareciera… tan malo. “No lo sé.” Dije lamentando. Me soltó y se sentó, frustración en sus rasgos. Era casi un alivio. “La paciencia de Galina se esta acabando. La mía también.” “Dijiste que teníamos tiempo… sólo necesito pensarlo mas…” ¿Por cuánto más podría usar esa excusa? La expresión de sus ojos me decía que no mucho mas. “Me tengo que ir,” Dijo abruptamente. No habría más besos o caricias, podía darme cuenta. “Tengo que encargarme de algunas cosas.” “Lo siento,” Dije, confundida y con miedo. No sabía que Dimitri quería. El terrorífico, el sensual, o el que casi –pero aun así no del todo—gentil. No dijo nada. Sin otro aviso, se agacho y mordió la parte suave de mi cuello. Cualquier estrategia para escapar que tenía se fue. Cerré los ojos, casi cayéndome, y solo su calido brazo a mí alrededor me impidió caer. Justo como cuando nos besamos, su boca era tibia contra mi piel, y sus dientes y lengua mandaban electricidad a través de mí. Y así como así, se termino. Él se alejo, lamiendo sus labios mientras seguía manteniéndome en pie. La neblina volvió. El mundo era hermoso y feliz y yo no tenía preocupaciones. Cualquier preocupación que el tuviese sobre Nathan o Galina no significaban nada para mi. El miedo que había sentido antes… mi decepción sobre el sexo… mi confusión –no tenía tiempo para preocuparme por nada de eso, no cuando la vida era tan hermosa y yo amaba a Dimitri tanto. Sonreí y lo abrace nuevamente, pero él ya estaba dirigiéndome al sillón. “Te veré mas tarde.” En un segundo, él estaba en la puerta, lo que me entristeció. Quería que se quedara. Que se quedara para siempre. “Recuerda, te quiero –y nunca dejaría que algo te pase. Te protegeré. Pero… no puedo esperar mucho mas.” Con eso, se fue. Sus palabras me hicieron sonreír ampliamente. Dimitri me quería. Vagamente, recordé haberle preguntado afuera por que me quería. ¿Por qué diablos lo había preguntado? ¿Que respuesta había esperado? ¿Por qué importaba? Me quería. Eso era lo que contaba. Ese pensamiento y las maravillosas endorfinas me acogieron mientras me acostaba en el sillón, y sentí la somnolencia ganándome. Caminar
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hasta la cama parecía demasiado trabajo, así que me quede ahí y deje que el sueño viniera a mí. E, inesperadamente, me encontré a mi misma en uno de los sueños de Adrian. Yo ya me había dado por vencida con él. Después de mis primeros intentos desesperados de escapar de la suite, finalmente me había convencido de que Adrian no volvería, que lo había alejado para siempre. Aun así, aquí estaba, parado frente a mí –o, bueno, al menos en el sueño lo estaba. Generalmente estábamos en el bosque o en n jardín, pero hoy estábamos donde nos habíamos visto por primera vez, en el porche de el complejo de ski d Idazo. El sol brillaba bajo, y había montañas a uno de nuestros lados. Sonreí ampliamente. “¡Adrian!” Creo que nunca lo vi tan sorprendido como entonces. Considerando cuan malvada era yo con él generalmente, podía entender sus sentimientos. “Hola, Rose,” Él dijo. Su voz sonaba incierta, como si estuviese preocupado de que yo le estuviera jugando una mala pasada a él. “Te ves bien hoy,” Le dije. Era verdad. Usaba jeans oscuros y una remera abotonada en gamas azules y turquesas que se veían fantásticas con sus ojos verdes. Esos ojos, sin embargo, se veían preocupados. Cansados. Eso era algo raro. En estos sueños, él podía cambiar el mundo e incluso nuestras apariencias a su antojo, con sólo poco esfuerzo. Podría haberse visto perfecto, pero sin embargo, parecía estar mostrando la fatiga que llevaba en el mundo real. “Tu también.” Su voz seguía dudosa, mientras me observaba de pies a cabeza. Todavía estaba en el vestido de verano, mi pelo suelto, los zafiros alrededor de mi cuello. “Eso parece algo que yo te pondría. ¿Te dormiste con eso puesto?” “Sip.” Alise la pollera del vestido, pensando cuan lindo se veía. Me preguntaba si a Dimitri le había gustado. No había dicho eso específicamente, pero había insistido en que yo era hermosa. “No pensé que volverías.” “Yo tampoco lo creí.” Lo mire nuevamente. No parecía ser él mismo. “¿Estas tratando de ver donde estoy?” “No. Eso ya no me importa.” Suspiro. “Lo único que me importa es que no estas aquí. Tienes que volver Rose.” Cruce mis brazos sobre el pecho y me acosté sobre la pared del porche. “Adrian, no estoy preparada para nada romántico—“ “No por mi,” Él exclamo. “Por ella. Tienes que volver por Lissa. Por eso estoy aquí.” “Lissa…” Mi yo del mundo real estaba llena de endorfinas, y se trasladaban a mi yo aquí. Trate de recordar por qué debía estar preocupada por Lissa. Adrian dio un paso hacia adelante y me estudio cuidadosamente. “Si, ya sabes, Lissa? ¿Tu mejor amiga? ¿Con la que estas conectada y juraste proteger?” “Nunca hice ningún juramento.” “¿Que diablos te pasa?”
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No me gustaba su tono agitado. Estaba arruinando con mi buen humor. “¿Qué te pasa a ti?” “No estas actuando como tu misma. Tu aura…” Su ceño se frunció, sin poder continuar. Me reí. “Oh si. Aquí viene. La mágica y misteriosa aura. Déjame adivinar. Esta negra, ¿Verdad?” “No… esta…” Continuo escrudiñando por algunos minutos mas. “Casi no puedo verla. Esta toda desparramada. ¿Qué sucede Rose?” ¿Qué esta pasando contigo en el mundo cuando estas despierta?” “Nada sucede,” Dije. “Nada excepto yo siendo feliz por primera vez en mi vida. ¿Por qué actúas extraño de repente? Solías ser divertido. La primera vez que yo me estoy divirtiendo, vos te volver todo aburrido y extraño.” ÉL se arrodillo frente a mi, sin humor en su cara. “Hay algo mal en ti. No puedo decir qué—“ “Ya te lo dije, estoy bien. ¿Por qué tienes que seguir viniendo a arruinarme las cosas?” Verdad, había querido desesperadamente que venga un tiempo antes, pero ahora… bueno, eso ya no era tan importante. Tenia algo bueno con Dimitri, si solo podía encontrar alguna manera de corregir las partes no tan buenas. “Ya te lo dije, no estoy aquí por mi. Estoy por Lissa.” Me miro, con los ojos grandes y honestos. “Rose, te estoy rogando que vuelvas a casa. Lissa te necesita. No se que es lo que esta mal, y no sé como ayudarla. Nadie lo sabe. Creo… creo que tu puedes. Quizás el estar separadas es lo que la esta lastimando. Quizás eso es lo que te pasa a ti también, por lo que estas actuando tan extraña- Vamos. Por favor. Vamos a curarlas a ambas. Vamos a encontrar una solución todos juntos. Ella esta actuando de forma tan extraña. Es descuidada y no le importa nada ya.” Meneé la cabeza. “Estar alejadas no es lo que esta mal conmigo. Probablemente no es lo que le pasa a ella tampoco. Si ella esta realmente preocupada por espíritu, debería volver a los medicamentos “Ella no esta preocupada; ese es el problema. Demonios.” Se paro, paseándose de un lado al otro. “¿Qué les pasa a ustedes dos? ¿Por qué no pueden ver que hay un problema?” “quizás no somos nosotras,” Dije. “quizás estas imaginando cosas.” Adrian se dio vuelta a mirarme. “No. No soy yo.” No me gustaba nada de esto –ni su tono, ni su expresión, ni sus palabras. Había estado contenta de verlo, pero ahora lo resentía por arruinar mi buen humor. No quería pensar en nada de esto. Era demasiado difícil. “Mira,” Dije. “Estaba feliz de verte hoy, pero ya no mas, no si vas a seguir acusándome y haciendo demandas.” “No estoy intentando hacer eso.” Su voz era gentil –el enojo se había ido. “Lo ultimo que quiero es hacerte infeliz. Me importas. Me importa Lissa, también. Quiero que ambas sean felices y vivan sus vidas como quieran… pero no cuando ambas están en caminos de
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autodestrucción.” Casi tenia sentido. Casi parecía razonable y sincero. Menee la cabeza. “Mantente fuera de esto. Estoy donde quiero estar, y no voy a volver. Lissa esta en la suya.” Salte fuera de la baranda. El mundo giro un poco, y yo me tropecé. Adrian tomo mi mano, y yo me aleje. “Estoy bien.” “No lo estas. Cristo. Podría jurar que estas ebria, excepto… el aura sigue sin estar bien para eso. ¿Qué es?” Corrió sus manos por el pelo negro. Era un típico signo de agitación. “He terminado aquí,” Dije, tratando de ser lo mas educada posible. ¿Por qué diablos había querido verlo de nuevo? había sido tan importante cuando había llegado. “Devuélveme a mi sueño, por favor.” Abrió la boca para decir algo. Luego se congelo por unos momentos. “¿Qué es eso en tu cuello?” Se inclino, y mareada o no, me las arregle para evitarlo eficazmente. No tenia idea de que había visto en mi cuello, y no quería averiguarlo. “No me toques.” “Rose, eso parece—“ “¡Devuélveme Adrian!” Tanto por ser educada. “Rose, déjame ayudarte—“ “¡De-vuel-ve-me!” Yo grite las palabras, y despues, por primera vez, me las ingenie para salirme del sueño de Adrian. Deje de dormir por completo y desperté en el sofa. La habitación todavía estaba silenciosa, el unico sonido era mi rapida respiracion. Yo me sentía toda enredada en el interior. Usualmente, fresca por una mordida, yo estaria flotando y alegre. Sin embargo, el encuentro con Adrian dejo una part de mi preocupada y triste. levantandome, me las ingenie para caminar hacia el baño. Yo encendí la luz y me estremeci. No habia estado tan brillante en el otro cuarto. Una vez que mis ojos se ajustaron, yo me incline hacia el espejo y empuje mi cabello fuera del camino. Yo jadee por lo que vi. Habian moretones por todo mi cuello, asi como signos de heridas mas frescas. Alrededor de donde Dimitri acababa de morderme, yo podia ver sangre seca. Yo lucia. . . como una prostituta de sangre. ¿como yo nunca habia notado esto antes? Yo moje un paño me lo restregué por el cuello, tratando de quitarme la sangre. Yo me restregué y me restregué hasta que la piel se volvio rosa. ¿era eso todo? ¿habian mas? Esos Lucian como lo peor de todo. Me pregunto cuanto de esto habrá visto Adrian. Mi cabello habia estado abajo, y yo estaba segura que la mayoria de el habia cubierto mi cuello. Un pensamiento rebelde vino a mi cabeza. ¿que importaba si Adrian lo había visto o no?l no entendia. No había
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manea de que el siquiera pudiera acercarse a mi. Yo estaba con Dimitri. Si, el era diferente. . . pero no tan diferente. Y yo estaba segura de que podría encontrar una manera de hacer esto sin convertirme en un Strigoi. Yo solo no sabía como todavía. Yo trate de asegurarme una y otra vez, pero esos moratones seguían mirándome. Yo deje e baño y regrese al sofá. Yo encendí la TV sin mirarla de verdad, y después de algún rato, la neblina feliz reinaba sobre mi otra vez. Yo rápido apague la TV y regrese a dormir. Esta vez, mis sueños eran míos propios. Le tomo un tiempo a Dimitri venir otra vez. Y por “un tiempo,” me refiero a casi un dia. En ese puno ya me esaba poniendo nerviosa, por ambas cosas porque lo extrañaba y porque extrañaba la mordida. El usualmente me visitaba dos veces al dia, asi que esto era el tiempo mas largo que yo he estadi sin endorfinas. Necesitando algo que hacer, yo me preocupe por hacerme lo mas Hermosa posible. Yo vi a través de los vestidos en mi armario, escogiendo uno largo de seda color marfil y tenia flores que estaban pintadas delicadamente pintadas en la tela. Se amoldaba como un guante. Yo queria llevar mi cabello arriba, pero despues de mirar las magulladuras otra vez, yo decidi usarlo abajo. Yo había sido provehida con un risador y con maquillaje recientemente, asi que trabaje mi cabello con cuidado, volteandolos al final en pequeñas curvas perfectas. Una vez arreglada, yo me le quede mirando felizmente a mi reflejo, ciertamente Dimitri tambien estaria feliz. Todo lo que necesitaba ahora era ponerme algo de la exquisita joyería que el me dio. Pero cuando me voltee para irme, yo vi que me faltaba un broche de cierre. Yo me estire para cerrarlo pero no podía alcanzarlo. Estaba en ese perfecto lugar fuera de mi alcanse. “maldicion,” yo murmure, todavia peleando con el broche. La falla en mi perfeccion. Solo entonces, yo escuche la puerta abrirse en el otro cuarto, seguida por el sonido de una bandeja poniendose en una mesa de cafe. Un golpe de suerte. “Inna!” yo llame, caminando fuera del baño. “necesito que tu—” Nausea retumbo a traves de mi, y mientras caminaba hacia la sala, yo vi que Dimitri no era la fuente. Nathan lo era[b] Mi mandibula callo abierta. Inna estaba cerca de el, esperando pacientemente por la bandeja, con los ojos bajos como siempre. Yo
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inmediatamente la ignore y mire de vuelta a Nathan. Probablemente, el todavia estaba de guardia, pero eso de verdad nunca había incluido a el entrando. Por la primera vez en un tiempo, algunos de mis instintos de batalla patearon dentro, evaluando opciones de escape. Mi miedo me insto a retroceder, pero eso me atraparia en el baño. Lo mejor era quedarme donde estaba. Incluso sino podia dejr el cuarto, esto me daba mejor espacio para maniobrar. “¿que estas haciendo aqui?”Yo pregunte, sorprendida de cuan calmada yo sonaba. “encargandome de un problema.” Yo de verdad no necesita de ningun punter para averiguar el subtexto aqui. Yo era el problema. Otra vez, yo luche contra el impulse de retroceder. “yo nunca te he hecho nada a ti” era una lógica defectuosa para un Strigoi. Ninguna de sus víctimas les hacían nada a ellos. “tu existes,” el dijo. “tu abarcas espacio aqui, desperdiciando el tiempo de todo el mundo. Tu sabes como encontrarla—la chica Dragomir—sin embargo tu no ofreces nada remotamente util hasta que Belikov levante su trasero y te despierte. Y mientras tanto, Galina me obliga a perder el tiempo vigilándote y sigue promocionándolo porque él la convenció de que tu eres de magnifico valor para nosotros. Era un conjunto interesante de quejas. “Entonces... um, ¿Qué es lo que vas a hacer?” En un instante, se paro frente a mí. Verlo tan cerca activo la memoria en mi mente –él golpeando a Dimitri y empezando todo esto. Una chispa de enojo quemaba en mí pero no hizo mucho en cuanto a desarrollarse. “Voy a obtener la información de un modo u otro,” Bufo. “Dime donde esta.” “Ya sabes donde esta. Esta en la escuela.” No había nada que pudiera usar de esa infamación. ÉL sabía que estaba ahí. Sabia donde quedaba la escuela. La mirada que me dirigió mostraba que no estaba feliz con lo que yo le había dicho ya que ya lo sabía. Tomo mi pelo y tiro de él, haciendo que mi cabeza se mueva dolorosamente. Usar mi pelo suelto no había servido de mucho al final. “¿Dónde va a ir? No se va a quedar ahí para siempre. ¿Va a ir a la universidad? ¿La corte? Deben de haber hecho planes para ella.” “No se cuales son. He estado lejos por un tiempo.”
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“No te creo,” Él se quejo. “Ella es demasiado valiosa. Su futuro debió de haber sido planeado por un tiempo ya “Si así es, nadie me lo dijo. Me fui demasiado pronto.” Me encogí como forma de respuesta. Furia lleno sus ojos, y puedo jurar, que se volvieron más rojos. “¡Están conectadas! Lo sabes. Dímelo ahora, y te matare rápido. Si no lo haces, te transformare para obtener la información, y luego te matare. Te voy a encender como una fogata.” “Tu…tu, ¿me matarías una vez que fuese una de ustedes?” Pregunta tonta. Los Strigoi no sentían lealtad entre ellos. “Si. Lo destruiría, y una vez que Galina vea lo desquiciado que esta, voy a volver a mí puesto original a su lado –especialmente luego de que destruya la línea de Dragomir. “el infierno que lo harás.” El sonrió y toco mi cara, pasando sus dedos a lo largo de mi cuello y de los moretones por todas partes. “Oh, Yo lo hare. Eso verdaderamente hará las cosas más fácil si solo tú me lo dices ahora. Morirás en el éxtasis, en lugar de ser quemada viva. Lo disfrutaremos.” El envolvió su mano delicadamente alrededor de mi garganta. “Eres definitivamente un problema, pero eres hermosa- especialmente tu garganta. Puedo ver porque el te quiere….” Emociones encontradas se reprodujeron dentro de mí. Lógicamente, sabía que este era Nathan-Nathan, a quien odiaba por haber convertido a Dimitri en primer lugar. Sin embargo la necesidad de mi cuerpo por endorfinas Strigoi estaba aumentando también y escasamente importaba si este era Nathan. Lo que importaba era que sus dientes estaban a solo un suspiro de mi cuello, prometiéndome ese dulce, dulce delirio. Y mientras una de sus manos sujetaba mi garganta, la otra corrió por mi cintura, hasta la curva de mi cadera. Había un tono sensual en la voz de Nathan, como si el quería hacer algo mas que solo morderme. Y después de tantos encuentros cargados de sensualidad con Dimitriencuentros que nunca resultaron en nada- a mi cuerpo casi no le importaba quien lo tocaba. Podía cerrar mis ojos y no importaría que dientes me mordían o cuales manos retiraban de mi piel la ropa. Solo la próxima situación importaría. Podía cerrar mis ojos y pretender que era Dimitri, perdida en todo cuando los labios de Nathan rozaron mi piel… Excepto, que una pequeña parte razonable de mi me recordó que Nathan no solo quería sexo y sangre. El finalmente quería matarme. Lo cual era un poco irónico. Me habría jugado la vida-literalmente- en matarme a mi misma cuando llegara a este punto antes de convertirme en Strigoi. Nathan me estaba ofreciendo eso ahora. Incluso si el me convirtiera primero, el planeaba matarme inmediatamente después. De cualquier manera, no tendría que pasar la eternidad como una Strigoi. Yo debería de haber aceptado esto.
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Pero justo entonces, cuando la adicción de mi cuerpo gritaba por su mordida y ese éxtasis, me di cuenta de algo con una claridad sorprendente: No quería morir. Tal vez era porque había pasado casi un día sin una mordida, pero algo pequeño y rebelde, se despertó en mí. No lo dejaría a él hacerme esto. No le dejaría ir después de Dimitri. Y asegure que no lo iba a dejar perseguir a Lissa. Abriéndome paso entre la nube de endorfinas que todavía colgaban a mi alrededor, hice un llamado a la fuerza de voluntad como pude. Cave profundo, recordando mis años de entrenamiento y todas las lecciones que Dimitri me había dado. Era difícil acceder a todos esos recuerdos y solo los alcance a tocar un poco. Aun así, fue suficiente para estimularme a la acción. Me lancé hacia delante y golpee a Nathan. Y no logre nada. El no se movió. Caray, ni siquiera supe si el sintió el golpe. La sorpresa en su cara de repente se convirtió en diversión y el se rio en esa horrible manera que los Strigoi lo hacían- cruelmente y sin ningún regocijo real. Luego, con la mayor facilidad, el me dio una abofeteada y me golpeo a través de la habitación. Dimitri había hecho lo mismo cuando yo había llegado y lo había atacado. Solo que no había volado tan lejos o tenido un efecto tan minúsculo de el. Impacte en la parte trasera del sofá y gracias a Dios, no me dolió. Una ola de vértigo se apodero de mí y me di cuenta de la idiotez que era luchar con alguien mas fuerte que yo cuando había estado perdiendo sangre toda la semana. Me las arregle para enderezarme y buscar desesperadamente mi próximo plan de acción. Nathan, por su parte, parecía no tener prisa para responder a mi ataque. De hecho, el todavía continuaba riéndose. Mirando alrededor, me pegue a un plan de acción verdaderamente lamentable. Inna se paro cerca de mí. Moviéndome con una velocidad que fue dolorosamente lenta-pero mejor de lo que esperaba manejar la situación- la alcance y envolví mi brazo alrededor de su cuello. Ella grito con sorpresa y la sacudí con más fuerza contra mí. “Fuera de aquí,” Le dije a Nathan. “Lárgate o la mato.” El dejo de reir, me miro por un momento y luego rio aun más fuerte.”Hablas en serio? Honestamente crees que yo no puedo detenerte si yo quiero? Y sinceramente crees que me importa? Adelante. Mátala. Hay docenas como ella.” Si, eso tampoco deberia ser una sorpresa, pero incluso yo estaba un poco sorprendida por la facilidad de cómo el podía tirar la vida de un fiel sirviente. Bien. Tiempo de ir al plan B. ¿O tal vez era el plan J? Francamente, yo estaba perdiendo la pista, y ninguno de ellos eran muy Buenos así que—
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“¡Ow!” Inna de repente me dio un codazo en el estomago. Yo la libere en mi sorpresa. Ella se dio la vuelta y con un grito ahogado y me dio un puñetazo en la cara. El golpe no fue tan duro como el de Nathan, pero aun asi me noqueo. Yo trate de agarrarme de algo—cualquier cosa— mientras caia pero falle. Yo golpee el piso y mi espalda contra la puerta. Yo espere que ella viniera hacia mi, pero en vez de eso, ella atravesó la habitación—dios nos ayude— y se coloco en una posición defensiva enfrente de Nathan. Antes de que pudiera procesar completamente la raresa de ella tratando de proteger a alguien que estaba dispuesto a dejarla morir, la puerta se abrio de repente. “¡Ow!” yo dije otra vez, mientras esta me golpeaba y me empujaba al otro lado Dimitri entro rapidamente. El miro de cara a cara, y yo no tenia que la mia mostraba signos de los ataques de ambos los de Nathan y los de Inna. Los puños de dimitri se cerraron, y se volteo hacia Nathan. Esto me recordó a su pelea en el pasillo, todo ira rancor y sed de sangre. Yo me encogi, preparandome para una confrontacion horrible. “no,” advirtio Nathan, la cara con suficiencia. “tu sabes lo que dijo Galina. Tocame y estaras fuera de aqui.” Dimitri cruzo la habitación y vino a pararse delante de Nathan, tirando a Inna a un lado como si fuese muñeca de trapo. “Va a valer la pena enfrentar su furia, particularmente cuando le diga que vos atacaste primero. Rose tiene las marcas de eso.” “No lo harías.” Apunto a Inna, que estaba sentada aturdida en el suelo donde Dimitri la había empujado. A pesar de mis propias heridas, empecé a moverme hacia ella. Tenia que saber si estaba bien. “Ella dirá la verdad.” Ahora Dimitri parecía petulante. “¿Realmente crees que Galina le creería a un humano? No. Cuando le diga como nos atacaste a mi y a Rose por celos, ella me va a dejar en paz. El hecho de que vayas a ser tan fácil de vencer va a ser prueba de tu debilidad. Voy a cortarte la cabeza y sacar la estaca de Rose del baúl. Con tu último respiro, puedes ver como la clavo en tu corazón.” Diablos. Eso era un poco peor que Nathan amenazándome con quemarme –espere. ¿Mi estaca? La cara de Nathan todavía denotaba arrogancia –al menos para mi. Pero creo que Dimitri debe de haber visto algo que lo satisfizo, algo que lo hizo pensar que tenia la ventaja. Se relajo visiblemente, si sonrisa haciéndose mas ancha. “Dos veces,” Dijo Dimitri suavemente. “Dos veces te deje ir. La próxima… la próxima desapareces.” Llegue hasta Inna y le tendí la mano gentilmente. “¿Estas bien?” Murmure. Con una mirada de odio, ella se retiro. Los ojos de Nathan se
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posaron en mi, y comenzó a dirigirse hacia la puerta. “No,” Dijo. “Dos veces la deje vivir. La siguiente ella desaparece. Yo soy e que tiene el control aquí, no tu.” Nathan abrió la puerta e Inna se levanto, caminando detrás de él. Yo me quede mirando, con la boca abierta por los eventos que habían tenido lugar. No sabia cual encontraba mas desconcertante. Mirando a Dimitri, luche tratando de encontrar que preguntarle primero. ¿Qué es lo que ibas a hacer? ¿Por qué Inna defendió a Nathan? ¿Por qué Dimitri lo había dejado ir? Ninguna de estas preguntas me vino a los labios. En cambio, me eche a llorar. CAPITULO 22 Yo no lloraba muy a menudo. Y lo odie cuando lo hice. La última vez que lo había hecho en presencia de Dimitri, me había rodeado inmediatamente con sus brazos. Esta vez, todo lo que conseguí fue una mirada de frialdad y ira. ‘Esto es tu culpa!” grito él, con los puños apretados. Yo di un pasa otras con los ojos bien abiertos. “Pero él… él me ataco…” “Si. Y Inna. Un humano! Dejaste que un humano te atacara.” No podía ocultar la sonrisa burlona en su voz. “Tu estas débil. Tu eres incapaz de defenderte – todo porque te niegas a ser despertada!” Su voz era terrible y la mida que me dio… bueno, me asusto casi más que la que tenía Nathan. Cortando la distancia entre nosotros el me levanto. “Si hubieras sido asesinada, habría sido culpa tuya,” dijo él. Sus dedos apretaron mi muñeca mientras él me sacudía. “Tu tienes la oportunidad de la inmortalidad, de una fuerza increíble! Y tu eres demasiado siega y obstinada para verlo.’ Me trague mis lágrimas y el resto que tenía en mis mejillas me las limpie con mi mano libre. No cavia duda que me estaba arruinando el maquillaje que me había puesto con tanto esfuerzo. Mi corazón estaba a punto de estallar fuera de mi pecho, tenia tanto miedo. Yo espera rabia y amenazas de Nathan – pero no de Dimitri. Se te olvida que él es un Stridoi, le susurro una voz en su mente. Ya había paso suficiente tiempo sin una mordida y tenía suficiente adrenalina para sentir las patadas de alerta de mi molesta voz que me
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hablaba alto hacia demasiado tiempo que no la escuchaba. Dimitri dijo que yo estaba débil porque no era Strigoi, pero había algo más que eso. Yo estaba débil y había sido sometida por Nathan y Inna porque era adicta, porque estaba viviendo una vida de ignorancia feliz que estaba tomando un peaje en mi cuerpo y mi mente. El pensamiento fue sorprendente y apenas pude sostenerlo. Mi anhelo por endorfinas del vampiro estallo, y las dos facciones pelearon en mi mente. Tuve el suficiente sentí común para no decir mis pensamientos en voz alta. Trate algo mejor para tranquilizar a Dimitri. “No creo que yo seria mas fuerte que Nathan, aunque me despertaras.” El paso una mano por mi pelo, su voz era fría y pensativa. Perecía estar calmado, pero en sus ojos se podía ver que todavía estaba enojado e impaciente. “Quizás no al principio, pero tu fuerza de cuerpo y se traslada con el cambio. Él no es mucho mayor que cualquiera de nosotros – no suficientemente para hacer una diferencia notable, por eso el se hace para atrás cuando nosotros peleamos.” “Porque tu te sigues haciendo para atrás?” Sentí como su cuerpo se ponía rígido, y me di cuenta que mi pregunta quizás se pudiera leer como un golpe contra sus proezas. Trague, mi miedo regresaba. El no había soltado mi muñeca y me estaba empezando a dolor. “Porque el tiene razón en una cosa,” dijo Dimitri secamente. “Matarlo traería la ira de Galina sobre nosotros. Y eso no es algo que nos podamos permitir. Por el momento.” “Tu dijiste antes que tu… que nosotros… teníamos que matarla.’ “Si, y una vez que lo hagamos, será fácil tomar el control de sus activos y la organización.” “Cual su organización, exactamente?” si lo seguía distrayendo, la ira quizás desaparecería. El monstruo podría desaparecer también. El se encogió de hombros. “Todo tipi de cosas. Esta riqueza no se logra sin esfuerzo.” “Esfuerzo que es ilegal y que daña a los humanos?” “Acaso importa?” No me molesto con una respuesta. “Pero Galina fue tu maestra. Puedes realmente matarla? Y no me refiero a físicamente… quiero decir, no te molesta?” El lo considero. “Ya te lo dije antes. Todo es cuestión de fuerza y
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debilidad. Presa y depredador. Si somos capases de matarla y no tengo dudas de que podemos, entonces ella es la presa. Fin de la historia.” Me estremecí. Era muy duro, una manera muy dura de ver el mundo. Dimitri soltó mi muñeca en ese momento y una oleada de alivio me recorrió el cuerpo. Con la piernas temblorosas, camine con seguridad y me senté en el sofá. Por un momento, temí que me agarrara de nuevo, pero el se sentó a mi lado. “Porque Inna me ataco? Porque ella defendió a Nathan?” “Porque ella lo amaba.”Dimitri no se molesto en ocultar su disgusto. “Pero como…?” “Quien sabe? En parte porque el le prometió despertarla si ella pasaba un tiempo aquí.” Las advertencias de Sydney volvieron a mi, acerca de porque los alquimistas temían que los humano pudieran aprender acerca de vampiro – porque los seres humanos podrían desear convertirse. “Eso es lo que les dicen a la mayoría de los sirvientes humanos.” “Dicen?” “La mayoría son indignos. O, mas a menudo no, si alguien tiene hambre termina con el humano.” Me estaba enfermando del estomago, independientemente de la proximidad de Dimitri. “Todo esto es un desastre.” “No tiene porque serlo.” Yo no creía que el me sacudiera de nuevo, pero hubo un destello peligroso en sus ojos. El monstruo estaba a solo un latido de distancia. ‘El tiempo se acaba. He sido muy paciente, Roza. Mucho más paciente de lo que he sido con nadie más.” “Porque? Porque lo ha hecho?” yo quiera – necesitaba – entonces oírle decir que era porque él me amaba y que por ese amor, el nunca pudo obligarme a hacer nada que yo no quisiera. Yo necesitaba oírlo para que yo pudiera borrar a esa criatura terrible y furiosa que yo había visto hace solo unos minutos. “Porque yo sé lo que tu piensa. Y se que despertarte por tu propia voluntad te convierte en aliado más importante. Eres independiente y fuerte de mente, eso es lo que te hace valiosa.” “Una aliada, eh?” No la mujer que el amaba.
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Se movió de modo que su rostro se cernía sobre el mío. “No te dije que yo siempre estaría allí para ti? Estoy aquí. Yo te protegeré. Vamos a estar juntos. Estamos destinados a estar juntos. Tu lo sabes.” Había más fiereza en su voz que afecto. Me beso en los labios, acercándome más. El calor me inundo como de costumbre, mi cuerpo responde al instante al suyo. Pero aun cuando mi cuerpo quiere una cosa, otros pensamientos giran en mi mente. Yo siempre había pensado que estábamos destinados a estar juntos. Yo siempre quise eso también – pero yo quería estar allí con en el cambio. Yo quería que fueras iguales, siempre mirándonos las espaladas. Hoy no había sido así. Había sido incapaz de defenderme. Débil. Nunca, nunca en mi vida había sido así. Incluso en los momentos horribles, momentos en gran desventaja, había tenido una pelea decente. Por lo menos, yo había tenido la voluntad de luchar. Ahora no. Me había aterrorizado. Había sido inútil. Yo no había podido hacer otra cosa que sentarme allí patéticamente y esperando que alguien me rescatara. Deje que un humano obtuviera lo mejor de mí. Dimitri dijo que convertirme en un Strigoi era la solución. Durante la última semana, el lo había dicho una y otra vez, y aunque no estaba de acuerdo con él, no había sido tan repulsivo como esta vez. Últimamente, se había convertido en un pensamiento flotando por ahí, lejos de camino de nosotros para estar juntos. Y yo quería que estuviéramos juntos, especialmente en momentos como este, cuando no besamos y el deseo crujía entre los dos Pero en esta ocasión… el deseo no era tan intenso como de costumbre. Todavía estaba allí, pero no podía deshacerme de la imagen que tenia de cómo había estado él. Eso vino a mí con una claridad sorprendente que yo lo estaba haciendo con un Strigoi. Y eso fue… extraño. Respirando pesadamente, Dimitri se aparto de mis labios por un momento y me miro. Incluso con esa expresión Strigoi, pude ver que el me quería en muchos sentidos. Era confuso. Era Dimitri y no era Dimitri. Inclinándose hacia abajo, el beso mi mejilla, y a continuación, la barbilla, y luego mi cuello. Su boca se abrió, y comencé a sentir la punta de sus colmillos. “No,” yo espete. El quedo paralizado. “Que dijiste?” mi corazón empezó a palpitar de nuevo, mientras yo me preparaba para más rabia. “Um…no. No esta vez.” El se retiro y me miro, parecía sorprendido y también molesto. Cuando el no respondió, empecé a divagar.
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“No me siento bien…estoy herida. Tengo miedo de perder sangre, a pesar de que quiero…” Dimitri siempre dijo que yo no le podía mentir, pero tenia que probar. Puse mi mejor cara, mas apasionada y inocente. “Lo quiero … quiero sentir la mordedura…pero quiero descansar primero, hacerme mas fuerte…” “Déjame despertarte, y tu serás fuerte otra vez.” “Yo sé,” dije, manteniendo aun la voz un poco desesperada. Mire a otro lado, con la esperanza de aumentar la fachada de confusión. Bueno, con mi vida últimamente, fingiendo confusión no fue tan difícil. “Yo estoy empezando a pensar…” Oí una profunda respiración. “Empezaste a pensar en qué?” Me volví hacia él, esperando que lo pudiera convencer de que estaba considerando seriamente la posibilidad de cambiar. “Estoy empezando a pensar que yo no quiero volver a ser débil otra vez.” Lo pude ver en su rostro. El me creyó. Pero entonces, la última parte no era una mentira. Yo no quería ser débil. “Por favor…solo quiero descansar. Tengo que pensar un poco mas.” Allí estaba, en el momento en que todo estaba sobre la mesa. La verdad era que no le estaba mintiendo a él. Me estaba mintiendo a mí misma. Porque en serio? Yo quería que me mordiera. Mal. Ya había pasado mucho tiempo sin una, y mi cuerpo estaba gritando por ella. Yo necesitaba las endorfinas, las necesitaba más que el aire o los alimentos. Y sin embargo, en solo un día sin ellas, yo había ganado un fragmento de claridad. La parte de mi que no quería nada más que el éxtasis de la alegría no se preocupaba por que mi mente estuviera clara, sin embargo, yo sabía en el fondo, que tenía que intentarlo un poco más, incluso si eso significaba privarme de lo que yo mas quería. Después de pensar mucho, Dimitri asintió con la cabeza y se levanto. El había leído mis palabras como si yo hubiera llegado a un punto y estuviera a punto de aceptar. “Descansa, entonces,” dijo él. “Y vamos hablar mas tarde. Pero Rose… nosotros solo tenemos dos días.” “Dos días?” “Hasta la fecha límite de Galina. Ese es el tiempo que nos dio. Luego yo tomare la decisión por ti.” “Tú me vas a despertar?” Yo no estaba segura del todo si la muerte estaba en la mesa. “Si. será mejor para todos nosotros si no llegamos a ese punto.” Se
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levanto de la cama y se fue. Se detuvo un momento y metió la mano en el bolsillo. “Oh. Te he traído esto.” Me entrego un brazalete con incrustaciones de ópalos y diamantes diminutos, casi como si fuera la gran cosa. El brazalete era deslumbrante, y cada unos de los ópalos brillaba con miles de colores. “Wow. Es… precioso.” Me lo puse en mi muñeca, pero de alguna manera, los regalos como este no significa mucho. Con una mirada satisfecha, se inclino y me beso en la frente. Se dirigió a la puerte y me dejo tumbada en el sofá, tratando desesperadamente en otra cosa, excepto que yo deseaba que regresara y me mordiera. El resto del día fue angustioso. Siempre había leído acerca de los adictos, de lo difícil que se hacia la ruptura con el alcohol o drogas ilegales. Incluso una vez había sido testigo de cómo un alimentador se había vuelto loco cuando fue retirado del servicio. Se había hecho demasiado viejo, y consideraban peligroso para su salud seguir donando sangre a los Monroi. Había visto con asombro como el rogo y rogo que el permitieran quedarse, como había jurado que no le importaba arriesgarse. Aunque yo sabía que él era un adicto, yo no podía entender como era capaz de arriesgar su vida así. Ahora lo entendía. Es esas horas que pasaron, yo habría arriesgado mi vida por ser mordida de nuevo. Eso fue realmente gracioso porque si yo dejaba que me mordiera otra vez estaría arriesgando mi vida. No me cavia duda de que el pensamiento mas turbio me llevaría a una aceptación de la oferta de Dimitri. Pero con cada miserable, segundo que pasaba sin una mordía, mis pensamientos crecieron progresivamente y nítidamente. Oh, yo todavía estaba lejos de sentirme libre de la bruma de sueños que provocaban las endorfinas de vampiro. Cuando había sido capturada en Spokane, Eddie había sido utilizado como fuente de sangre de un Strigoi, y le había llevado varios días para recuperarse. Cada segundo de claridad me hizo darme cuenta de lo importante que era quedarme libre de otra mordedura. No es que ese conocimiento lo hiciera mas fácil para mi cuerpo. Tenía serios problemas aquí. Parecía como si de cualquier manera, estuviera destinada a convertirme en Strigoi. Dimitri quería cambiarme para que pudiéramos estar juntos como el equivalente a Bonnie y Clyde. Nathan quería cambiarme, con la esperanza de cazar a Lissa, y luego me mataría. Evidentemente, la opción de Dimitri era más atractiva, pero no mucho. Ya no.
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Ayer, yo habría dicho que ser Strigoi no era algo que me fuera a preocupar mucho. Ahora, la dura realidad de lo que realmente eso significaba me golpeo, y mi viejos sentimientos regresaron. Suicidio antes que convertirme en es una creatura del mal. Por supuesto, siendo una creatura del mal podría estar con Dimitri… Excepto que no era Dimitri. Lo era? Todo era confuso. Una vez más trato de recordarme a mi misma de lo que él había dicho hacía mucho tiempo, que no importa cuánto un Strigoi se pareciera a la persona que había sido, no lo eran. Sin embargo, este Dimitri dijo que se había equivocado el respecto. “Son las endorfina, Rose. Son como las drogas…” Gemí y hundí mi cara en mis manos cuando me senté en el sofá, escuchando el zumbido de la Tv detrás de ella. Lindo. Yo estaba hablando con migo misma ahora. Supongamos que puedo romper este dominio que Dimitri tiene sobre mí, y este estado podrido me mantuvo pensando mal de los Strigoi… bueno entonces qué? Estaba de vuelta al dilema original. No hay armas para luchar contra los Strigoi. Estaba de regreso a su merced, pero al menos ahora estaba cerca de ofrecer una buena pelea. Claro, sería una batalla perdida, pero yo sentía que si me mantenía fuera de las endorfinas un poco más, yo por lo menos podría ser capaz de poder con Inna. Eso tenía que contar algo. Y allí estaba. Fuera de las endorfinas. Cada vez pasaban por mi mente la opciones que tenia chocaban contra un muro, me gustaría girar en espiral y volver a la realidad que tenía enfrente de mí. Yo quería la adrenalina de vuelta. Yo quería eso de regreso. Yo quería la bruma de la alegría de nuevo. Yo necesitaba volver, o seguramente me iba a morir. Eso seria lo que me mataria y me libraría de ser un Strigoi…. “Maldita sea!” Me puse de pie y comencé a caminar alrededor, esperando que eso me distrajera. La TV no lo estaba haciendo, eso era seguro. Si tan solo pudiera aguantar un poco más, podría hacer que la droga saliera de mi sistema, podría encontrar la manera de salvarme a mi misma y a Lissa y – Lissa! Sin ningún debate, me sumergí en ella. Si yo estuviera en su cuerpo y alma entonces tal vez no tendría que hacer frente a lo que estaba a haciendo. Me retiro y se me pasa más rápido. Lissa y su grupo habían regresado de la Corte Real un poco sombríos cuando llegaron. La fría luz de la mañana había hecho que Lissa se sintiera estúpida por los acontecimientos de la fiesta. Bailar sobre una mesa no fue la peor cosa del mundo, pero mirando hacia tras otras partes de la fiesta que habían pasado ese fin de semana en su vida social con Avery le hizo preguntarse que se le había metido a ella. A
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veces, ni siquiera se sentía como ella. Y el beso con Aaron…bueno, eso era una culpa completamente diferente-consecuencias de la materia. “No te preocupes,” le dijo Avery en el avión. “Todos hacemos cosas estúpidas cuando estamos borrachos.” “Yo no,” se quejo Lissa. “Esta no soy yo.” A pesar de esta afirmación, Lissa había estado de acuerdo con tomar mimosas con champan mezclado con jugo de naranja en el viaje de vuelta. Avery sonrió. “Yo no tengo nada con que compararlo. Tu te veías bien para mí. Pero entonces, tu no estás tratando de escapar con un humano o un tipo no real.” Lissa le devolvió la sonrisa, y sus fueron a Jill, sentada un poco por delante de ella en el avión. Adrian había hablado con la muchacha antes, pero ella estaba ocupada con libro ahora, su mayor preocupación era la ser mantenida alejada de Reed. El se sentó de nuevo con Simonn, y Lissa se sorprendió un poco al ver al guardián mirando con recelo a Jill. Tal vez Reed le dijo a Simon que la joven era algún tipo de amenaza. “Estas preocupada por ella?” pregunto Avery, después de seguir la mirada de Lissa. “No es eso… no puedo quitarme de la mente la forma en la que ella me miro anoche.” “Ella es joven. Creo que es fácil de asombrar.” Lissa suponía que era cierto. Sin embargo, joven o no, había algo claro y honesto en lo que le había dicho Jill. Le recordó a Lissa algo que haría yo. Y Lissa no podía estar tranquila sabiendo que alguien pensaba mal de ella. Lissa se puso de pie. “Ya vuelvo,” le dijo a Avery. “Voy hablar con ella.” Jill estaba obviamente sorprendida cuando Lissa se sentó a su lado. La joven muchacha puso en marcador en lo que estaba leyendo, y no importaba con ella se sintiera la sonrisa que le dio a Lissa era autentica. “Hey.” “Hey,” dijo Lissa. Ella no había tenido muchos mimos en su vida y aun no controlaba el espíritu suficientemente bien como para ver el aura de Jill. Era como una cerceta azul, con intercalados con purpura y azul más oscuro. Bueno, colores fuertes. “Mira, yo quería disculparme por lo que paso anoche… lo que dije…” “Oh,” dijo Jill ruborizándose. “Está bien, de verdad. Quiero decir, las
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cosas se pusieron un poco lacas, y sé que no estabas pensando correctamente. Al menos, yo no creo que fueron. Realmente no lo sé. En realidad nunca he tomado, así que no puedo decir.” Jill estaba nerviosa como siempre haciendo que ella asilara entre el senderismo y el silencio. “Si, bueno, debería de haber pensado bien las cosas antes de llegar a esta situación. Y de verdad lo siento mucho por lo que sucedió con Reed.” Lissa bajo la voz. “No tengo ni idea de lo que paso allí…, pero se que no estaba bien, lo que hizo y te dijo.” Las dos chavas se encontraron estudiándolo. El estaba profundamente metido en su libro, pero de repente, como si pudiera sentir que alguien lo miraba, su mirada se volvió hacia Jill y Lissa. Las mira y de inmediato desvió la mirada. “Eso definitivamente no fue tu culpa,” dijo Jill. “Y, sabes, Adrian estaba allí y todo. Asi que resulto todo bien.” Lissa estaba trabajando para mantener una cara seria. Adrian estaba sentado fuera de su vista, pero si no hubiera sido así, Lissa tenía la sensación de que Jill lo estaría mirando. Adrian estaba haciendo lo suyo mirando un poco a Avery últimamente, y Lissa podía ver que Jill no iba a dejar el papel de pequeña hermana de él. Sin embargo, parecía evidente que Jill estaba desarrollando un pequeño flechazo. Era lindo, y aunque Lissa sabía que era estúpido por su parte, no podía de dejar de sentir un poco de alivio de que Adrian fuera el objeto del afecto de Jill y no Christian. “Bueno, tengo esperanza de tener mejores opciones,” dijo Lissa. “Y espero que nadie piense mal de mí.” “Yo no,” dijo Jill. “Y estoy segura de que Christian tampoco.” Lissa frunció el ceño, confundida por un momento. “Bueno…no hay razón en hacer que el sienta mal. Fue un estúpido error, voy a tratar con él.” Ahora Jill frunció el ceño. Ella dudo antes de hablar, el viejo nerviosismo regreso. “Pero tienes que hacerlo. Tu tienes que decirle la verdad, cierto?” “No es una gran cosa,” dijo Lissa, sorprendida por lo defensiva que se sentía de repente. Una ira imprevisible comenzó a levantar en su cabeza. “Pero… ustedes tienen una relación seria… ustedes tienen que se siempre honestos, no? Quiero decir, no puedes mentirle a él.”
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Lissa izo rodar sus ojos. “Jill, no has estado en una relación seria o bien, verdad? Has incluso alguna vez tenido una cita? No le estoy mintiendo. Solamente no le estoy diciendo cosas que van hacer que el de vuelva loco sin ningún motivo. No es lo mismo.” “Lo es,” argumento Jill. Me di cuenta de lo mucho que le costó a ella contestarle a Lissa, pero admitiré su valentía. “El tiene derecho a saber.” Lissa suspiro irritada y se levanto. “Olvídalo. Pensé que podíamos tener una conversación de adultos, pero aparentemente no.”La mirada fulminante que le dio a ella hizo que Jill se encogiera de hombros. De vuelta en la Academia, Lissa sentía culpa. Christian la saludo a su regreso súper feliz, besándola y abrazándola. Ella creía que Jill había tenido una reacción exagerada, pera cada vez que Lissa miraba a Christian pensaba en el beso de Aaron. Era tan malo como Jill le había dado a entender? Había sido casual y bajo la influencia del alcohol. Lissa sabia que contárselo a Christian, a él le molestaría mucho, sin embargo odiaba mentirle. Avery, escuchaba las deliberaciones de Lissa, y estuvo de acuerdo que no tenía ninguna necesidad de preocuparse. Sin embargo, como yo miraba a ella a través de los ojos de Lissa, me dio la impresión de que Avery estaba más preocupada de la reacción emocional de Lissa si ella y Christian rompían. La moral parecía fuera de lugar, Avery quería proteger a Lissa. Parecía que todo iba a volar otra vez… hasta más tarde en el día, cuando Lissa se reunió con Christian para ir a la cena. Su rostro era una nube de tormenta cuando se acercaba a Lissa por el vestíbulo de su dormitorio, sus ojos azul pálido parecían que podrían disparar rayos. Cuando me lo ibas a decir?” el exigió. Su voz era fuerte, y varias personas que iban pasando miraban con sorpresa. Lissa lo hizo hacia la esquina, hablando en voz baja. “De que estás hablando?” “Tu sabes de lo que estoy hablando. Usaste tu fin de semana con una oportunidad de conocer a otros chicos.” Ella lo miro durante varios segundos, entonces la verdad la golpeo. “Jill te lo dijo.” “Si. Tuve que sacárselo a ella. Ella me pregunto que si podíamos practicar y estaba al borde de las lagrimas.” De repente la ira quemo a través de Lissa. “Ella no tenía ningún derecho!” “Tu tampoco no tenias el derecho. De veras creías que podías hacer algo
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así no decírmelo?” “Christian, fue un beso estúpido estaba borracha, por el amor de Dios. Una broma, porque me salvo de caerme de una mesa. Eso no se significa nada.” La cara se Christian era pensativa, y Lissa estaba segura de que iba a estar de acuerdo con ella. “Hubiera sido nada,” dijo el al fin, “Si me lo hubieras dicho tu misma. Y yo lo hubiera tenido que escuchar de alguien más.” “Jill –“ “- no es el problema. Tu lo eres.” Lissa se quedo aturdida por un momento. “Que estas diciendo?” “Yo…”Christian de repente parecía cansado. Se froto los ojos. “Yo no lo se. Es solo… las cosas han sido difíciles últimamente. Yo solo…yo solo no estoy seguro de si puedo liar con todo esto. Tu estabas buscando pelea conmigo antes de que te fueras y ahora esto?” “Porque no me escuchas? No fue nada! Incluso Avery esta de acuerdo.” “Oh,” dijo Christian sarcásticamente, “Si Avery está de acuerdo, entonces tiene que estar bien.” El carácter en Lissa se elevo. “Que se supone que significa eso? Pensé que te gustaba ella.” “Me gusta. Pero no me gusta como estas confiando mas en ella últimamente que en mi.” “Tu no tenias problemas conmigo confiando en Rose.” “Avery no es Rose.” “Christian…” El sacudió la cabeza. “Mira, yo realmente no quiero ir a cenar ya. Solo necesito pensar.” “Cuando voy a verte de nuevo?” ella pregunto frenéticamente. Su ira se había convertido en miedo. “Yo no lo sé. Más tarde.” El se fue sin decir palabra. Lissa se le quedo mirando, atónica cuando él salió del vestíbulo. Ella quería arrogarse a él, rogarle que volviera y la
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perdonara. Había demasiada gente alrededor, sin embargo ella se negó a hacer una escena- o una intrusión en su espacio. En su lugar, se quito al único recurso que le quedaba: Avery. “No esperaba verte de nuevo,” dijo Avery, abriendo la puerta de su habitación. “Que estas- Jesucristo. Que te pasa?” Lissa entro y le conto toda la historia. Con un montón de lagrimas y casi histérica, Lissa le conto todo lo que había sucedido con Christian. “Yo no sé lo que quería decir. Quiere el romper? Va ha venir hablar conmigo más tarde? Debo ir a él?” Lissa se cubrió la cara con las manos. “Oh, Dios. Tu no crees que hay algo entre él y Jill, verdad?” “Jailbait? No,” exclamo Avery. “Por supuesto que no. Mira, tienes que calmarte. Estas enloquecida.” La ansiedad en las líneas de la cara de Avery, y ella fue a buscar un vaso de agua. Entonces, reconsiderando, se sirvió un vaso de vino en su lugar. Sentada sola, Lissa sintió sus emociones silvestres atormentándola. Odiaba lo que había echo. Se sentía como que algo andaba mal con ella. Primero me había alejado a mi, y ahora a Christian. Porque no podía mantener a sus amigos? Que necesitaba? Se estaba volviendo loca realmente? Se sentía fuera de control y desesperada. Y ella – Bam! De repente y sin previo aviso, fui empujada fuera de la cabeza de Lissa. Sus pensamientos desaparecieron por completo. Yo no la había dejado por elección, ni había sido hecho por algo de mi cuerpo. Me quede en la habitación sola, volviendo a mis pensamientos. Nunca, nunca me había pasado eso. Esto había sido como….como una fuerza física. Al igula que la pared que una pared de vidrio o deun campo se fuerza que de repente de cierra delante de mí y me empuja hacia atrás. Había sido una potencia exterior. Ho había venido de mí. Pero que había sido? Habría sido Lissa? Que yo supiera, ella nunca había sido capaz de sentirme en su cabeza. Había cambiado eso? Ella me había echado? Tenia sus sentimientos girando tan fuerte que no tenía lugar para mí? Yo no sabia, y no me gusto nada de eso. Lo que había ocurrido, además de la sensación de ser empujada, había experimentado otra sensación extraña. Era como un aleteo, como si alguien hubiera llegado y me hubiera
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hecho cosquillas en mi mente. Había tenido breves momentos de destellos cálidos y fríos, y entonces todo se había detenido una vez que estaba fuera de su cabeza. Me había sentido invadida. Y también lo había sentido … familiar.
CAPITULO 23 Desafortunadamente, no podía recordar donde lo había sentido antes. Considerando todo lo demás que me había pasado, el simple recordar que lo había sentido era remarcable. Mis memorias estaban un poco deshechas, pero hice mi mejor esfuerzo para buscar entre ellas, preguntándome donde había experimentado ese cosquilleo en el cerebro. No recibí respuestas, e intentar reflexionar se volvió casi tan frustrante como tratar de idear un plan de escape. Y mientras mas tiempo pasaba, me di cuenta que realmente necesitaba un plan de escape. La falta de endorfinas me estaba matando, pero estaba pensando cada vez mas claramente mientras los efectos dejaban mi sistema. Me asombraba de cómo había dejado que me pasara esto. En cuanto había dejado que Dimitri me mordiera… me había desarmado. Había perdido la capacidad de razonar. Había perdido mi fuerza y habilidades. Me había vuelto floja y tonta. Bueno, no enteramente. Si lo hubiese perdido por completo, seria un Strigoi ahora. Había un alivio, al menos, en saber que aun con las mordidas, una parte de mi había seguido luchando y se había rehusado a sucumbir. Sabiendo que no era enteramente débil como había creído me ayudaba a seguir adelante. Había mas fácil el ignorar el pedido de mi cuerpo, distraerme con televisión mala y comiendo comida del pequeño refrigerador. Incluso me quede despierta por un largo tiempo queriendo extenuarme a mi misma. Funciono, y me dormí en cuanto toque la almohada, durmiéndome sin soñar y sin efectos colaterales. Me desperté mas tarde cuando un cuerpo se metió en la cama a mi lado. Abrí los ojos y mire justo a los ojos rojos de Dimitri. Por primera vez en días, lo mire con miedo y no amor. No deje que eso se viera en mi expresión, y le sonreí. Estire la mano y toque su cara. “Volviste. Te extrañé.” Tomo mi mano y beso la palma. “Tenia cosas que hacer.” Su cara se ensombreció, y vi una pequeña mancha de sangre seca cerca de su boca. Haciendo una mueca, se lo limpie con el dedo. “Eso veo.” “Es el orden natural Rose. ¿Cómo te sientes?” “Mejor. Excepto…” “¿Qué?” Mire a lo lejos, conflictuada de nuevo. La mirada en sus ojos entonces era más que simple curiosidad. Había preocupación –Solo un poco— pero estaba ahí. Preocupación por mí. Y aun así, solo un momento antes, había limpiado sangre de su cara – Sangre de alguna pobre
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persona cuya vida había sido robada en las ultimas horas, seguramente. “Estuve en la cabeza de Lissa,” Dije a lo ultimo. No había daño en decirle esto. Como Nathan, él sabia que estaba en la Academia. “Y… me sentí sacada a la fuerza.” “¿Sacada a la fuerza?” “Si… estaba viendo a través de sus ojos como generalmente hago, y luego una fuerza… no lo se, una mano invisible me saco. Nunca había sentido nada como eso.” “Quizás es una nueva habilidad de espíritu.” “Quizás. Excepto, la he estado observando regularmente, y nunca la vi practicar o siquiera considerar nada como eso.” Él se encogió y puso un brazo a mí alrededor. “Ser despertada te da mejores sentidos y accesibilidad al mundo. Pero no te hace omnisciente. No sé por que eso te paso.” “Claramente no omnisciente, o sino Nathan no querría tanto información sobre ella. ¿Por que es eso? ¿Por qué los Strigoi están tan empecinados en matan líneas de realeza? Sabemos que ellos han – ustedes han—estado haciéndolo, pero, ¿Por qué? ¿Qué importa? ¿No es una victima una victima –especialmente cuando muchos Strigoi solían ser Moroi reales? “Eso requiere una respuesta compleja. Una gran parte de cazar la realeza Moroi es por el miedo. En tu mundo, la realeza esta por encima de los demás. Tienen los mejores guardianes, la mejor protección.” Si, eso era verdad. Lissa había descubierto eso en la corte. “Si podemos pasar por eso, ¿Entonces que quiere decir? Significa que nadie esta a salvo. Crea miedo, y el miedo hace que la gente haga cosas tontas. Los hace presas mas fáciles.” “Eso es horrible.” “Presa o—“ “Si, si, lo se. Presa o predador.” Sus ojos se achicaron un poco un poco, aparentemente disgustados pro la interrupción. Lo dejo pasar. “Esta también el beneficio de destruir a los lideres Moroi. Eso crea inestabilidad también.” “O quizás estén mejor con un cambio de lideres,” Dije. Me dio otra mirada rara, y yo me sorprendí un poco a mi misma. Ahí estaba yo, pensando como Viktor Dashkov de nuevo. Me di cuenta que me debía quedar callada. No me estaba comportando como usualmente lo hacia. “¿Qué hay del resto?” “El resto…” Una sonrisa curvo sus labios. “El resto es prestigio. Lo hacemos por la gloria. Por la reputación que nos da y la satisfacción de saber que somos responsables de destruir eso que otros no fueron capaces de destruir por siglos.” Simple naturaleza Strigoi. Malicia, cazar, y muerte. No necesitaba haber ninguna otra razón. La mirada de Dimitri se movió de mí a la mesita de luz. Era donde yo dejaba las joyas cuando me las sacaba para dormir. Todos sus regalos
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estaban ahí, brillando como un tesoro pirata. Estirándose hacia mí, levanto el nazar en su cadena. “Todavía lo tienes.” “Sip. No es tan lindo como lo que tu me diste, sin embargo.” Viendo el ojo azul me recordó a mi madre. No había pensado en ella en un largo tiempo. En Baia, había empezado a ver a Olena como una segunda madre, pero ahora… ahora medio que deseaba a la mía. Janine Hathaway podría no cocinar o limpiar, pero era inteligente y competente. Y en algunas cosas, me di cuenta con un sobresalto, pensábamos igual. Mis rasgos venían de ella, y sabía con certeza que en esta situación, ella no habría dejado de pensar en un plan de escape. “Esto no lo he visto antes,” Dimitri dijo. Dejo el Nazar y tomo el anillo de plata de Mark. No lo había usado desde la ultima vez en la casa Belikov 7y lo había dejado e la mesita junto al nazar. “Lo obtuve mientras estaba—“ Frene, dándome cuenta que nunca había sacado el tema de los viajes antes de Novosibirsk. “¿Mientras estabas que?” “Mientras estaba en tu pueblo natal. En Baia.” Dimitri estaba jugando con el anillo, moviéndolo de dedo a dedo, pero hizo una pausa y me miro cuando dije el nombre. “¿Estuviste ahí?” Extrañamente, no habíamos hablado mucho de esto. Había mencionado Novosibirsk un par de veces, pero eso era todo. “Pensé que estarías ahí,” Explique. “No sabia que los Strigoi cazaban en las ciudades aquí. Me quede con tu familia.” Sus ojos retornaron al anillo. Continúo jugando con él. “¿Y?” “Y… fueron amables. Me agradaron. Pase mucho tiempo con Viktoria.” “¿Por qué ella no estaba en la escuela?” “Era Pascuas.” “Ah, claro. ¿Cómo estaba ella?” “Bien,” Dije rápido. No podía contarle lo de la última noche con Rolan. “Carolina esta bien también. Me recuerda a ti. Ella realmente le puso los puntos a un grupo de damphir que estaban causando problemas.” Sonrió nuevamente, y fue… lindo. Quiero decir, los colmillos seguían haciéndolo pavoroso, pero no tenia ese borde siniestro que esperaba ver. Había cariño en su cara, verdadero afecto que me asombro. “Puedo ver a Carolina haciendo eso. ¿Ya tuvo a su bebe?” “Si…” Todavía estaba algo desconcertada opio esa sonrisa. “Fue una niña. Zoya.” “Zoya,” Repitió, todavía sin mirarme. “no es un mal nombre. ¿Cómo estaba Sonya?” “Bien. No la vi mucho. Esta algo delicada… Viktoria dice que es por el embarazo.” “¿Sonya esta embarazada también?” “Oh. Si. 6 meses, creo.” Su sonrisa se desarmo un poco, y casi parecía preocupado. “Supongo que tenia que pasar tarde o temprano. Sus desiciones no siempre son como las de Karolina. Los hijos de ella fueron por elección… supongo que el de Sonya fue una sorpresa.” “Si, tuve esa sensación.” Pregunto por el resto de su familia. “¿Mi madre y abuela?”
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“Eh, bien. Ambas.” Esta conversación se estaba volviendo cada vez más rara. No solo era la más normal que había tenido desde mi llegada, era también la primera vez que él realmente interesado en algo que no fuese relacionado con Strigoi o que no incluyese besarse y morder, además de algún recuerdo de nuestras viejas peleas juntos –y las cargadas sobre el recuerdo del sexo en la cabina. “Tu abuela me asusto un poco.” Él rió, y yo me encogí. Era tan, tan parecida a su vieja risa. Más cerca que lo que me había imaginado. “Si, ella logra eso con la gente.” “Y pretendió no hablar ingles.” Ese era solo un pequeño detalle en el gran esquema de cosas, pero todavía seguía molestándome. “Si, suele hacer eso también.” Continúo sonriendo, con la voz afectuosa. “¿Todavía viven todos juntos? ¿En la misma casa?” “Sip. Vi los libros que me dijiste. Los lindos –pero no pude leerlos.” “Ahí es donde me encariñe por primera vez con las novelas americanas del lejano oeste.” “Me encantaba cargarte con eso.” Él soltó una risa. “Su, entre eso, tu esteriotipo de música de Europa de este, todo el asunto de camarada, tenias material suficiente.” Yo me reí también. “Camarada y la música estaban un poco fuera de lugar.” Casi había olvidado el apodo que le había puesto. Ya no servia. “Pero lo de cowboy te lo buscaste, entre el cuero y…” Frene. Estaba por nombrar su necesidad por ayudar a otros en peligro, pero eso ya no era el caso. Él no noto mi incertidumbre. “¿Y luego los dejaste y viniste a Novosibirsk?” “Si. Vine con esos damphir con los que estaba cazando… esos que tampoco estaban prometidos. Casi no lo hago. Tu familia quería que me quedara. Pensé en hacerlo.” Dimitri levantó el anillo hacia la luz, su cara ensombrecida por el pensamiento. Suspiro. “Probablemente deberías haberlo hecho.” “Son buena gente.” “Lo son,” Dijo suave. “Hubieras sido feliz ahí.” Puso el anillo de nuevo en la mesa y se giro, poniendo su boca en la mía. Fue el beso más suave y dulce que me dio siendo Strigoi, y mi shock se incremento. La delicadeza fue fugaz, unos segundos mas tarde, el beso se torno a lo que generalmente era, con fuerza y hambriento. Tuve la sensación que estaba hambriento de más que un beso, a pesar de haberse alimentado hace poco. Haciendo a un lado mi confusión de cómo… bueno, normal y dulce había parecido mientras hablaba de su familia, me trate de imaginar como iba a hacer para esquivar la mordida sin sonar sospechosa. Mi cuerpo estaba aun débil y lo quería, pero mi cabeza se sentía mas como yo misma. Dimitri se alejo del beso, y yo dije lo primero que se me vino a la mente antes de que él pudiera hacer algo. “¿Cómo se siente?” “¿Cómo se siente que?” “Besar.” Me miro ceñudo. Un punto para mí. Había momentáneamente desconcertado a una criatura de la noche. Sydney estaría orgullosa. “¿Qué quieres decir?”
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“Dijiste que el ser despertado agudiza todos los sentidos. ¿El besar es diferente entonces?” “Ah.” Comprensión paso por cara. “Lo es, algo así. Mi olfato más fuerte de lo que solía ser, así que siento tu olor con más intensidad… tu dulzura, tu shampoo… va mas allá de lo que puedes imaginarte. Intoxicante. Y por supuesto, el gusto es mas agudo y el tacto lo hace mejor.” Se agacho y me beso nuevamente, algo en su descripción me hizo marear –en un buen sentido. Eso no tenía que pasar. Yo quería distraerlo –no distraerme. “Cuando estábamos afuera la otra noche, las flores estaban realmente fuertes. Si yo las sentía fuertes, ¿No eran demasiado para ti? O sea, ¿Puede llegar a ser demasiado?” Y así empezó. Lo bombardee con tantas preguntas como podía, preguntando sobre todos los aspectos de la vida de un Strigoi. Quería saber como era, como se sentía… pregunte todo con curiosidad y entusiasmo, mordiéndome el labio y poniéndome pensativa en todos los lugares correctos. Podía ver su interés crecer mientras hablaba, aunque su actitud era vigorosa y efectiva –nada que ver con la conversación anterior. El estaba deseando que yo estuviera a punto de consentir el ser transformada. Mientras las preguntas continuaron, también incrementaron mis signos de fatiga. Bostezaba mucho, perdía mi tren de pensamiento. Finalmente, me frote los ojos con las manos y bostece de nuevo. “había tanto que no sabia… todavía no sé---“ “Te dije que es asombroso.” Honestamente, parte lo era. La mayor parte era pavorosa, pero si dejabas de lado la parte de los muertos y la maldad, había algunas cosas buenas en ser Strigoi. “Tengo mas preguntas,” Murmure. Cerré mis ojos y suspire, luego los abrí como forzándome a estar despierta. “Pero… estoy tan cansada… todavía no me siento bien. No crees que tenga una contusión, ¿o si?” “No. Y una vez que seas despertada, no va a importar siquiera.” “Pero no antes de que contestes todas mis preguntas.” Las palabras estaban entrelazadas con un bostezo, pero él entendió. Le tomo un tiempo responder. “Bueno. NO hasta entonces. Pero el tiempo se esta acabando. Ya te lo dije antes.” Deje que mis parpados se cerrasen entonces. “Pero no es el segundo día aun…” “No,” Dijo. “No aun.” Me quede acostada, respirando lo más regular que podía. ¿Funcionaria mi acto? Era muy posible que él me mordiera aun cuando estaba dormida. Estaba tomando un riesgo. Una mordida, y todo el trabajo estarían perdidos. Estaría como al principio. Como era, no tenia idea de cómo iba a evitar una mordida la próxima vez… pero, no creía que fuese a haber una próxima vez. Seria un Strigoi para entonces. Dimitri se acostó a mi lado un par de minutos más, y entonces sentí que se movía. Por dentro, tome fuerzas. Diablos. Aquí venia. La mordida. Estaba segura que los besos eran parte del acto previo a
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morderme y tomar mi sangre y que si yo me quedaba dormida, no me iba a morder. Aparentemente no era así. Todo mi acto fue en vano. Todo se había acabado. Pero no fue así. Se levanto y se fue. Cuando escuche que la puerta se cerraba, casi creí que era una emboscada. Creí que seguramente el estaba tratando de hacerme caer y que todavía estaba en la habitación. Aun así, cuando sentí que las nauseas provocadas por Strigoi se iban, me di cuenta de la verdad. Realmente se había ido, pensando que necesitaba dormir. Mi acto había sido convincente. Inmediatamente me senté, dando vueltas algunas cosas en mi mente. En el último pedazo de su visita él había parecido… bueno, me había recordado más al viejo Dimitri. Seguro, seguía siendo Strigoi, pero había habido algo más. Algo de calidez en su risa. Interés sincero y afección por saber sobre su familia. ¿Eso había sido todo? ¿Había sido el escuchar las noticias de su familia lo que había despertado un pedazo de su alma encerrada dentro del monstruo? Confieso que, me sentía un poco celosa de que ellos pudieran traer un cambio en él que yo no podía. Pero él había tenia la misma calidez al hablar de nosotros, solo un poco… No, no. Tenia que parar esto. No había cambio. No se podía revertir su estado. Era solo un deseo, y cuanto mas volvía a ser yo misma, más me daba cuenta de la verdad de la situación. Las acciones de Dimitri me recordaron algo. Me había olvidado por completo del anillo de Oksana. Lo levante de la mesa y me lo puse en el dedo. No note cambio alguno, pero si la magia curativa seguía ahí, podría ayudar. Podía ayudar a mi cuerpo y mente a curarse por la falta de endorfinas. Si algo de la oscuridad de Lissa estaba en mi, el anillo podía ayudar a disminuir eso también. Suspire. No importaba cuanto me dijera a mi misma que estaba libre de ella, nunca lo estaría. Ella era mi mejor amiga. Estábamos conectadas en una forma que pocos podían entender. La negación bajo la que había estado viviendo desapareció. Lamentaba mis acciones con Adrian. Había venid a mi en busca de ayuda, y yo se lo había echado en cara. Ahora estaba sin comunicación con el mundo exterior. Y pensando en Lissa me recordó de nuevo lo que había pasado antes cuando había estado en su mente. ¿Qué me había sacado de ahí? Dudé, preguntándome que iba a hacer ahora. Lissa estaba lejos y posiblemente en problemas. Dimitri y los otros Strigoi estaban aquí. Tenia que echarle otra mirada a ella, solo una rápida… La encontré en un lugar inesperado. Estaba con Daidre, la consultora. Lissa había estado viendo a un consultor desde que el espíritu se había empezado a manifestar, pero había sido alguien diferente. Expandiendo mis sentidos a los pensamientos de Lissa, leí la historia: Su consultor se había ido después del ataque a la escuela. Lissa había sido reasignada a Deidre –quien había sido una vez mi consultora cuando todos pensaban que yo me estaba volviendo loca por la muerte de Mason. Deidre era una bien arreglada Moroi, siempre meticulosamente
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vestida con su cabello rubio estilizado perfectamente. No se veía mucho mayor que nosotras, y conmigo su método se había parecido al de un interrogatorio policial. Con Lissa, ella era más gentil. 2Lissa, estamos un poquito preocupados por ti. Normalmente, habrías sido suspendida. De hecho yo hice que no lo hagan. Sigo sintiendo que hay algo que sucede y no me estas diciendo. Algún otro problema.” ¿Lissa suspendida? De nuevo me expandí para conocer la situación y lo encontré. Anoche, Lissa y otros habían sido encontrados tratando de irrumpir en la biblioteca después de una fiesta completa con alcohol incluido además de haber causado daños a algunas propiedades. Dios mío. Mi mejor amiga necesitaba unirse a A.A. Los brazos de Lisa estaban cruzados delante del cuerpo, su actitud casi combativa. “No hay problema. Simplemente intentábamos divertirnos. Lo siento por el daño. Si querré suspenderme, hágalo.” Deidre negó con la cabeza. “Esa no es mi decisión. Mi preocupación es por lo que estas aquí. Se que solías sufrir de depresión otros problemas por tu, eh, magia. Pero esto parece algún tipo de rebelión.” ¿Rebelión? Oh, era más que eso. Desde la pelea, Lissa no había podido encontrar a Christian, y la estaba matando. No podía estar sin hacer nada. Todo en lo que podía pensar era en él –o en mi. Festejando y tomando riesgos eran las únicas cosas que podían distraerla de eso. “Los estudiantes hacen esto todo el tiempo,” Argumento Lissa. “¿Por qué es tan grave en mi?” “Bueno, porque te estas poniendo en peligro. Después de la biblioteca, estaban a punto de entrar en una pileta. Nadar mientras intoxicados es definitivamente una causa de alarma.” “Nadie se ahogo. Aun si alguno se hubiese hundido, estoy segura que entre todos, podríamos haberlo sacado.” “Es solo alarmante, considerando algunas de los comportamientos autodestructivos que has tenido, como cortarte…” Y así seguí por la siguiente hora, y Lissa hizo un buen trabajo como yo solía hacer al esquivar las preguntas de Deidre. Cuando la sesión termino, Deidre dijo que no iba a recomendar acciones disciplinarias. Quería que Lissa haga terapia. Lissa hubiese preferido detención o limpiar pizarrones. Mientras cruzaba el campus furiosa, encontró a Christian yendo en dirección contraria. La esperanza ilumino la negrura de su mente como el sol. “¡Christian!” Grito, corriendo a su lado. Él freno, mirándola con cuidado. “¿Qué quieres?” “¿Qué quieres decir con que quiero?” quería tirarse en sus brazos y que él le dijese que todo estaría bien. Ella estaba disgustada y abrumada y llena de oscuridad… pero había un pedazo de vulnerabilidad que desesperadamente lo necesitaba. “No he podido encontrarte.” “Solo he estado…” Su cara se oscureció. “No lo sé. Pensando. Además, por lo que escuche, no has estado muy aburrida.” No era de sorprenderse que todos supieran sobre lo de anoche. Ese tipo de cosas se esparcían como el fuego en la Academia.
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“No fue nada,” Ella dijo. La manera en que la miro hizo que su corazón se encoja. “Ese es el problema,” ÉL dijo. “Todo es nada últimamente. Todas las fiestas. Besarte con otros chicos. Mintiendo.” “No he estado mintiendo!” Exclamo ella. “¿Y cuando vas a superar lo de Aaron?” “No me estas diciendo la verdad. Es lo mismo.” Era un eco de lo que Hill pensaba. Lissa apenas la conocía y ya estaba empezando a odiarla. “Simplemente o puedo con esto. No puedo ser parte de ti volviendo a la niña real haciendo locuras con tus amigos reales.” Aquí esta el problema. Si Lissa hubiese elaborado sus sentimientos mas, en cuanto su culpa y depresión la estaban comiendo y haciéndola girar fuera de control… bueno, creo que Christian hubiese estado ahí para ella en un instante. A pesar de su exterior cínico, tenía un buen corazón –y Lissa era dueña de la mayor parte. O al menos así solía ser. Ahora todo lo que él podía ver era a ella siendo tonta y vacía, y volviendo a un estilo de vida que él desaprobaba. “¡No soy así!” Exclamo ella. “Es solo que… no lo sé. Se siente bien dejarse llevar.” “No puedo hacerlo,” Dijo él. “No puedo estar contigo si esa es tu vida ahora.” Sus ojos se agrandaron. “¿Estas rompiendo conmigo?” “Yo… no lo sé. Si, supongo que si.” Lissa estaba tan consumida por el shock y el horror de esto que no veía a Christian como yo, no veía la agonía en sus ojos. Lo destruya tener que hacer esto. A él le dolía también, y todo lo que podía ver era a la chica que él amaba cambiando y convirtiéndose en alguien con quien no podía estar. “Las cosas no son como solían ser.” “No puedes hacer eso,” Ella lloro. Ella no veía su dolor. Lo veía como cruel e injusto. “Necesitamos hablar de esto –encontrar una solución—“ “El momento de hablar paso,” ÉL argumento. “deberías de haber estado lista para hablar antes –no ahora, no cuando las cosas no están saliendo como tu quieres.” Lissa no sabia si queria gritar o llorar. Solo sabía que no podía perder a Christian –no después de perderme a mí, también. Si nos perdía a ambos, no había nada m{as para ella en el mundo. “Por favor, no hagas esto,” Rogó. “Puedo cambiar.” “Lo siento. Simplemente no veo evidencia de eso.” Se volvió abruptamente y se alejo caminando. Para ella, su partida era dura y fría. Pero de nuevo, yo había visto angustia en sus ojos. Creo que se fue porque sabía que si se quedaba, no iba a poder continuar con su decisión –esta decisión que dolía pero él sentía que era correcta. Lissa empezó a seguirlo cuando una mano la trajo de vuelta. Se dio media vuelta y vio a Avery y Adrian parados ahí. Por la expresión de sus caras, habían escuchado todo. “Déjalo ir,” Dijo Adrian. Él había sido quien la tomo. Dejo caer su mano y enlazo sus dedos con los de Avery. “Seguirlo ahora solo lo va a hacer peor. Dale espacio.” “No puede hacer esto,” Dijo Lissa. “No me puede hacer esto.”
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“Esta enojado,” Dijo Avery, su preocupación igual a la de Adrian. “No esta pensado. Espera a que se enfrié, y va a volver.” Lissa dirigió una mirada a la figura de Christian retirándose, su corazón rompiéndose. “No lo sé. No se si lo hará. Oh Dios. No puedo perderlo.” Mi propio corazón se rompió. Quería ir a ella, confortarla y estar para ella. Resentía tan sola, y yo me sentía horrible por dejarla. Algo la había empujado en el espiral autodestructivo y yo tendría que haber estado ahí para ayudarla. Eso era lo que las mejores amigas hacían. Tenia que estar ahí. Lissa se volvió y miro a Avery. “Estoy tan confundida… No sé que hacer.” Avery encontró sus ojos, pero cuando lo hizo… la cosa mas extraña sucedió. Avery no la estaba mirando a ella. Me estaba mirando a mí. Oh Dios, No tu de nuevo. La voz sonó en mi cabeza, y snap! Estaba fuera de Lissa. Ahí estaba, el cosquilleo en la mente y las olas de frío y calor. Mire alrededor de mi cuarto, shockeada de cuan abrupta la transición había sido. Aun así, había aprendido algo. Sabía que Lissa no había sido la que me saco de ahí. Lissa había estado demasiado distraída. La voz? No era de ella tampoco. Y luego, finalmente recordé donde había sentido el cosquilleo en la mente. Oksana. Era la misma sensación que había experimentado cuando ella había entrado en mi mente, tratando de saber mis intenciones y ánimos, una acción que tanto Mark como ella admitían que era invasiba y que estaba mal si no estabas conectado con alguien. Despacio, volví a repasar lo que había pasado con Lissa. Una vez más, vi esos últimos momentos. Ojos azul-grisáceos mirándome a mí –a mi, no a Lissa. Lissa no me había sacado de su mente. CAPITULO 24 AVERY ERA UN USUARIO DEL ESPIRITU “OH mierda” Me senté en el espaldar de la cama, mi mente estaba dando vueltas. Yo nunca lo había visto llegar. El infierno, nadie teía. Avery había hecho un buen espectáculo de ser a un usuario de aire. Cada Moroi tenía un nivel muy bajo de control en cada elemento. Ella solamente apenas hecho lo suficiente con el aire para hacerlo parecer que era su especialización. ¿Nadie le había preguntado honestamente, quién alguna vez habría esperado a otro usuario de espíritu alrededor? Y ya que ella estaba fuera de la escuela, ella no tenía ninguna razón para ser probada más o forzado demostrar su habilidad. Nadie estaba allí para llamarla sobre esto. Más pensé en ello, más de los pequeños signos que estaban allí. La personalidad encantadora, la manera que ella podría hablarles a las personas de cualquier cosa. ¿Cuántos de sus interacciones estaban controlados por el espíritu? ¿Y era posible ... era posible que la
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atracción de Adrián hubiera sido la compulsión de su parte? Yo no tenía ninguna razón de sentirme feliz acerca de esto, pero ...bien, lo hice. ¿un punto mas, qué queria Avery con Lissa? Avery le gustaba la atracción de Adrián ella no estaba demasiado ahí. Él era apuesto y venia de una familia importante. Él era el sobrino nieto de la reina, y aunque los miembros de una familia monarca corriente nunca pudieran heredar el trono después inmediatamente, él tendría un buen futuro, uno que siempre lo mantendría en los círculos más altos de la sociedad. ¿Pero Lissa? ¿Cuál era el juego de Avery allí? ¿Qué tenia ella que ganar? El comportamiento de Lissa tenia sentido ahora - las fiestas desacostumbradas, caprichos extraños, celos, peleas con Christian... Avery empujaba a Lissa sobre el borde, haciéndola que ella haga cosas horribles. Avery usaba algún tipo de compulsión para hacer girar a Lissa fuera de control, alineándola y poniendo su vida en peligro. ¿Por qué? ¿Qué queria Avery? Esto no me importó. El por qué no era importante. De que manera, yo iba a salir aquí y regreser donde mi mejor amiga. Miré hacia abajo a mi misma, al vestido delicado de seda que llevaba. Inmediatamente, lo odié. Esto era un signo de como yo había sido, débil e inútil. A toda prisa lo tomé y saqueé mi armario. Ellos se habían llevado mis vaqueros y mis camisetas, pero al menos me habían permitido para guardar mi hoodie. Yo me puse el buzo verde, mientras miraba como esto era la cosa más fornida que yo tenía, mientras me sentia ligeramente más capaz. Resbalé el hoodie sobre esto. Esto apenas me hizo parecer a un guerrero badass, pero realmente me sentí más competente. Suficientemente vestida para la acción, volví a la sala de estar y comencé a meditar esto tendió a ayudarme a pensar mejor – no es yo tendría razones para creer que yo conseguir nuevas ideas . Yo había estado intentando esto durante días y días con nada de suerte. Nada iba a cambiar. ¡" Maldita sea! " Grité, sintiéndome mejor con la ira . Enfadada, me moví para desahogarme con la silla de escritorio, me asombró que yo simplemente no la huebiera lanzado contra la pared en mi frustración La silla se bamboleó, ligeramente. Frunci el ceño, me levanté y la miré. Todo lo demás en este lugar era innovador .Raro que yo tuviera una silla defectuosa. Me arrodillé y la examiné más estrechamente. Allí, sobre una de las piernas, estaba cerca una grieta donde la pierna se unia con el asiento La miré fijamente. Todos los muebles de aquí eran de la fibra industrial, sin las uniones obvias. Yo debería haber mirado cuanto tiempo yo había estado golpeado esta silla contra la pared cuando llegué por primera vez. Yo aún no la había abollado. ¿De dónde había venido esta grieta? Golpeándola una y otra vez no había hecho nada. Pero yo no había sido la única que la golpeo. Aquel primer día, yo había luchado con Dimitri y vine después a él con la silla. Él me la habia cogido y la había lanzado contra la pared. Yo nunca le había prestado atención otra vez, habiendo desistido de romperla. Cuando yo había intentado más tarde agrietar la ventana, yo había usado el final de una mesa porque esto era más pesado. Mi fuerza
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no había sido capaz de dañar la silla - pero ella estaba. Recogí la silla e inmediatamente la golpee en aquella ventana de duro diamante, medio esperando yo podría matar dos pájaros con una piedra. Nope*. Ambos permanecieron intactos. Entonces lo hice otra vez. Y otra vez. Perdí la pista de cuantas veces golpee aquella silla en el cristal. Mis manos me dolían, y yo sabía que a pesar de mi recuperación, yo todavía no estaba con toda mi fuerza. Esto me enfurecía. Finalmente, sobre lo que pareció ser mi intento de ser chorrocientos *, yo miré la silla y vi que la grieta se había puesto más grande. El progreso renovó mi voluntad y fuerza. Golpeé y golpeé, no haciendo caso del dolor como la madera mordía mis manos. Al fin y al cabo, oí una grieta, y la pierna se desprendió. La recogí y la miré fijamente asombrada. La rotura no había estado limpia. Estaba astillada y aguda. ¿Bastante agudo para ser una estaca? Yo no estaba segura. Pero yo sabía que era un hecho que la madera era dura, y si lo usara con bastante fuerza, yo podría ser capaz de golpear el corazón de un Strigoi. Esto no mataría un, pero el golpe lo atontaría. Yo no sabía fuera bastante para conseguir salir de aquí, pero era todo lo que yo tenía ahora. Y esto era una mierda mucho mejor que yo había tenido hace una hora. Me en el espaldar de la cama, reponiéndome de mi batalla con la silla y sacudiendo mi estaca provisional adelante y atrás. Bien. Yo tenía un arma ahora. ¿Pero qué podría yo hacer con ello? La cara de Dimitri se dirigía hacia mi imaginación. Maldita sea. No había ninguna pregunta sobre esto. Él era el objetivo obvio, y con el que tendría que tratar primero. La puerta de repente se abrió , y mire con alarma. Rápidamente, empujé la silla hacia una esquina oscura como el pánico compitiendo conmigo . No, no. Yo no estaba lista. Yo totalmente no me había convencido de estacarlo - era Inna. Ella llevaba una bandeja, pero no llevaba su habitual expresión subordinada. La breve mirada que ella me dio estuvo llena de odio. Yo no sabía de qué ella estaba cabreada . No era como si yo hubiera causado algún daño. Aún. Yo anduve encima como si yo iba a examinar la bandeja. Levantando la tapa, yo vi un emparedado de jamón y patatas fritas. Se Miraba bien – yo no había comido hace rato - pero la adrenalina que me atravesaba rápidamente había empujado cualquier apetito que yo podría tener. Eché un vistazo hacia ella, riendo dulcemente. Ella disparo mi violencia . No vasiles, decía siempre Dimitri. No lo hice. No salte sobre Inna, lanzándola duramente contra el piso que su cabeza se golpeo fuertemente. Ella me miró aturdida, pero rápidamente se recuperó y trató de soportar. Esta vez no estaba drogada -bueno no mucho- y mis años de entrenamiento y la fuerza natural finalmente se mostró otra vez. Presioné mi cuerpo contra ella, manteniéndola firmemente en el lugar. Entonces, mostre la estaca que yo había tenido oculta y había presionado aquellos puntos afilados contra su cuello. Era como retroceder a los días en que fijaba Strigoi en los callejones. Ella no podía ver que mi arma era una pierna de silla, pero los puntos afilados consiguieron su atención como yo los cavé en su garganta. "
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El código, " dije. ¿" Cuál es el código? " Su única respuesta era una cuerda de obscenidades en ruso. Bien, no es una sorpresa, considerando que ella no me entendio probablemente. Hojeé el diccionario pobre de ruso-inglés en mi cabeza. Yo había estado en el país bastante tiempo para recoger algún vocabulario. Reconociendolo, yo era equivalente a un niño de dos años, pero aún ellos podían comunicarse. " Números, " dije en ruso. "Puerta". Al menos, esto es lo que esperé que yo señalara Ella me dijo cosas más descorteses, su expresión era desafiante. Realmente había terminado la interrogación Strigoi. Mi estaca la mordió más duramente, dibujando sangre, y enérgicamente me refrené. ¿Yo podría hacer preguntas si yo tenía la fuerza para perforar un corazón Strigoi con esto, pero cortando la vena de un humano? Bingo . Ella vaciló un poco, al parecer comprendiendo la misma cosa. Otra vez, intenté a mi ruso roto. " Matanza usted. Ningún Nathan. Nunca... ¿" Cuál era la palabra? El servicio de iglesia vino a mi , y yo esperé que yo lo hiciera correcto. " nunca Vida eterna. " Esto consiguió su atención. Nathan y vida eterna. Las cosas más importantes para ella. Ella muerdio su labio, todavía enfadado, pero su diatriba se había parado. " Números. La puerta, " repetí. Empujé la estaca duramente, y ella gritó de dolor. Por fin ella habló, recitando a toda prisa una serie de dígitos. Números rusos eran algo que yo había memorizado bastante, al menos. Ellos eran esenciales para direcciones y números de teléfono. Ella citó siete números. " Otra vez, " dije. La hice decirlo tres veces y esperé que yo lo tuviera. Pero había más. Yo estaba bastante segura que la puerta externa tenía un código diferente. " Números. Puerta. Dos. " Parecía un troglodita. Inna me miró fijamente, no exactamente consiguiéndolo. " Puerta. Dos. " Entendi el destello en sus ojos, y ella parecía enfadada. Pienso que ella había esperado que yo no comprendiera que la otra puerta tenía su propio código. Más empuje la estaca y el grito siete números mas . Otra vez, la hice repetirlos, comprendiendo que yo no tenía ningún modo de saber si ella me estuviera diciéndome la verdad - hasta al menos que yo probara los números. Por eso, decidí mantenerla alrededor. Me sentí culpable sobre lo que hice después, pero estos eran tiempos desesperadas. En el entrenamiento de guardian, me habían enseñado tanto matar como incapacitar. Yo hice esta vez, golpeando la parte trasera de su cabeza contra el piso y dejándola inconsciente. Su expresión fue debil, sus parpados se cerraron. Maldicion. me redujo herir a los chicos adolescentes Poniendome de pie , me dirigi hacia la puerta y presione el primer juego de números, esperando yo lo hiciera correcto. Para mi asombro completo y absoluto, lo hice. La cerradura electrónica hizo clic, pero antes de que yo pudiera abrir la puerta, apenas distinguí otro clic. Alguien había abierto la puerta externa. " Mierda, " refunfuñé. Empuje la puerta inmediatamente, recogi el cuerpo inconsciente de Inna, y me apresuré al cuarto de baño. Yo la puse en la tina con tanto
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cuidado como era posible y acababa de cerrar la puerta del cuarto de baño cuando oí abrir la puerta principal. Yo Sentí la náusea reveladora que señalaba que un Strigoi estaba cerca. Yo sabía que un Strigoi podían oler a un humano, y que esperé dejar bastante lejos el olor de Inna. Me dirigi hacia el pasillo y encontré a Dimitri en la sala de estar. Sonreí abiertamente hacia él y entré corriendo a sus brazos. " Regresaste, " dije felizmente. Él me sostuvo brevemente y luego se distanció. "Sí". Él pareció ligeramente contento con el saludo, pero pronto su cara era todo negocio. ¿" Haz hecho tu decisión? " nada de ¡hola!. ¿nada de cómo estas? Mi corazón se hundió. Esto no era Dimitri. " Tengo más preguntas. " Me acerqué a la cama y me acosté de un modo ocasional, justo como nosotros siempre hacíamos. Él me siguió unos momentos más tarde y sentó en el borde, mirándome de arriba abajo ¿" Cuánto tiempo tomará esto? " Pregunté. ¿" Cuándo me despiertes? ¿Es instantáneo? " Una vez más, me lancé a una sesión de interrogación. Francamente, yo me quedaba sin preguntas, y en este punto, realmente no quería conocer las complejidades de hacerme Strigoi. Yo me inquietaba cada vez más con cada momento que pasaba . Tuve que actuar. Tuve que aprovechar de mi oportunidad fugaz de salir de aquí. Y aún ... antes de que yo pudiera actuar, tuve que tranquilizarme que este realmente no era Dimitri. Era estúpido. Yo debería saber ahora. Yo podía ver los cambios físicos. Yo había visto su frialdad, la brutalidad. Yo lo había visto venir fresco de una matanza. Esto no era el hombre que yo había amado. Y aún ... para aquel breve momento antes... Con un suspiro, Dimitri se estiró al lado de mí. "Rose", él interrumpió, " si yo no te conociera mejor, yo diría que tu estas alargando el tiempo. " Sí, aún siendo un Strigoi, Dimitri conocía como pensaba y formaba planes . comprendi que si quería que si yo estuviera convencida ,tenia que detener el mudo jugueteo y acordarme de ser Rose Hathaway. Puse una mirada de ultraje. ¡" Por supuesto que estoy! Esto es un gran trato. Vine aquí para matarte, y ahora me pides que me una. ¿piensas que es fácil para mi hacerlo? ¿Piensas que es fácil para mi haber esperado tanto tiempo? “él preguntó. " Los únicos que consiguen opciones son Moroi quien de buen grado matan, como el Ozeras. Nadie más consigue una opción. No conseguí una opción. ¿Y lamentas ahora esto? " No, no ahora. Ahora que soy quién me propuse para ser. " Él frunció el ceño. " La cosa único que daño es mi orgullo - que Nathan me forzó y que él actúa como si yo estuviera endeudado con él. Que es por qué soy bastante amable para darte una opción ahora, por tu orgullo. ¿" Amable, huh? Lo miré y sentí que mi corazón se rompía una vez más. Estaba como una vez mas escuchar las noticias de su muerte. De poronto me asuste de que podría llorar. No no nada de lagrimas. Dimitri siempre hablaba de la presa y depredadores. Tenia que ser el depredador. " Estas sudando, " dijo él de repente
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. ¿" Por qué? " Maldición maldición maldición . Desde luego yo sudaba. Yo contemplaba de estacar l hombre que amaba - o pensaba que yo había amado. Y con el sudor, estuva segura que yo emitía Feromonas de mi agitación. Los Strigoi podían oler todas aquellas cosas, también. " Estoy asustada, " susurré. Me apoyé y acaricié el borde de su cara, tratando de memorizar todos sus rasgos. Los ojos. El pelo. La forma de sus pómulos. En mi imaginación, cubrí las cosas que recordé. Ojos oscuros. Piel bronceada. Risa dulce. " Yo... Pienso que estoy listo, pero es... No lo sé. Esto algo grande . " Esta será la mejor decisión de tu vida, Roza. " Mi respiración se ponía rápida, y recé que él pensara que era debido a mi miedo. " Dime otra vez. una vez mas. ¿Por qué quiere usted despertarme a la maldad? " Una mirada ligeramente cansada cruzó su cara. " Porque yo lo quiero. Yo siempre lo he querido. " Y es cuando yo supe. Finalmente comprendí el problema. Él había dado aquella misma respuesta una y otra vez, y cada vez, algo sobre el me había molestado. Yo nunca había sido capaz de señalarlo, aunque Ahora yo podría. Él me quiso. El me quería de las personas que quieren posesiones o colecciones. El Dimitri que yo conocía ... el que yo me había enamorado y había dormido con ... que Dimitri habría dicho que él quería que nosotros estuviéramos juntos porque él me amaba. No había nada de amor aquí. Yo le sonreí. Inclinandome hacia abajo, lo besé con suavidad. Él probablemente pensó que yo hacía por esto por los motivos que yo siempre lo hacía, por la atracción y el deseo. De verdad, era un beso de ¡adiós! . Su boca contestó la mia, sus labios calientes e impacientes. Yo Alargue un poco mas el beso tratando de aguantar las lagrimas que salina de mis ojos como calmándolo a un estado confiado. Mi mano cerro alrededor de la pierna de la silla, que yo había ocultado en el bolsillo de mi sudadera deportiva . Yo jamás olvidaría Dimitri, nunca por el resto de mi vida. Y esta vez, yo no olvidaría sus lecciones. Con una velocidad él no estaba listo para, lo golpee y sumergí la estaca en su pecho. Mi fuerza estaba allí-deslizando la estaca por delante de las costillas y directamente en su corazón. Y cuando yo lo hice, era estar agujereando mi propio corazón al mismo tiempo.
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CAPITULO 25 SUS OJOS SE ENSANCHARON EN SHOCK, despidiéndome de labios. Incluso aunque yo supiera que esto no era una estaca de plata, podría haber sido también. Dirigirlo por su corazón, yo había tenido que actuar con tanta decisión cuando yo tendría entregando un golpe de matanza. Yo había tenido que aceptar finalmente la muerte de mi Dimitri. Éste era un Strigoi. Allí no había ningún futuro con él. Yo no me afiliaría a él. Esto todavía no hacía alguna parte de mí querer pararse y acostarse al lado de él, sin embargo, o por lo menos ver lo que pasó después. Después de aquella inicial sorpresa, sus rasgos y la respiración se habían ido de todos modos, dando la ilusión de muerte. Esto es todo que lo que fue, sin embargo — una ilusión. Yo lo había visto antes. Yo probablemente tenía cinco minutos como máximo antes de que él se curara y se quitara esto. No tuve tiempo afligirme por lo que fue y lo que podría haber sido. Tenía que actuar ahora. Sin vacilar. Dirigí mis manos sobre él, buscando su ropa algo que podría ser de uso. Encontré un juego de llaves y algún dinero en efectivo. Metí en el bolsillo las llaves y comence a dejar el dinero en efectivo pero me di cuenta de que yo realmente podría necesitarlo por si acaso evitaba este lugar. Mi propio dinero había sido tomado cuando yo había llegado. También me llevé un poco de la joyería de la mesa. Descubrir compradores para aquella clase de cosas en grandes ciudades rusas no era demasiado difícil. Si yo lo hiciera a la ciudad dicha. Me levanté de la cama y di a Dimitri una última mirada afligida. Algunos de los rasgones que yo había escondido de él antes ahora se agotaron en mi cara. Era todo lo que yo podría permitirme a mi misma. Si yo tuviera un posterior, yo me afligiría entonces. Antes de la salida, mi mirada fija tardó en la estaca. Quise tomarla conmigo; era mi única arma. Sacándola significaría que él se despertaría en aproximadamente un minuto. Necesitaba el tiempo. Con un suspiro, volví la espalda a él, esperando que yo encontrara un arma en otra parte. Atravese la puerta de la suite y puse en el código otra vez. Este abrió, y anduve en el pasillo. Antes de ir a la casa de al lado, yo había examinado el que yo acababa de usar. Para entrar en la suite, había otro teclado numérico. La entrada también requiria un código. Sosteniendo un poco, golpeé y dio un puntapié al teclado numérico con tanta fuerza como yo podría. Lo hice dos veces más, hasta que la luz roja diminuta en ello saliera. Yo no sabía si esto afectaría la cerradura en el interior de la suite, pero en las películas, dañando cerraduras electrónicas siempre funcionaba. Concentrando mi atención en la siguiente cerradura, traté de recordar los números que Inna me había dicho. Ellos no estaban grabados tan fuertemente en mi cabeza como el primero. Marqué siete números. La pequeña luz se quedó roja.
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“Maldita.” Era posible que ella hubiera mentido sobre este juego, pero de alguna manera, sospeché que mi memoria era la culpable aquí. Intenté otra vez, sabiendo que el reloj estaba haciendo tictac en cuanto yo tenía hasta que Dimitri viniera después de mí. La luz roja destelló otra vez. ¿Cuáles eran aquellos números? Traté de visualizarlos en mi cabeza y finalmente decidi que yo no estaba completamente segura de los últimos dos. Invertí su orden la próxima vez que puse en el código. La luz destelló verde, y la puerta estaba abierta. Por supuesto, había un sistema de seguridad de una clase diferente fuera. Un Strigoi. Y no sólo cualquier Strigoi: era Marlen. El que yo había torturado en el callejón. El que me odiaba porque yo le había deshonrado delante de Galina. Él estaba claramente de guardia el deber y miró como si él hubiera esperado una noche aburrida. Pero yo saliendo de la puerta era un shock. Esto me dio mí, aproximadamente un milisegundo de sorpresa. Mi primer pensamiento debía correr sólo en él con tanta fuerza bruta como yo podría. Yo sabía que él iba a hacer lo mismo a mí. De hecho... era exactamente lo que él haría. Me quedé donde yo estaba, estando de pie de modo que yo pudiera guardar la puerta apoyada abierto. Él vino a mí para parar mi fuga, y me aparté, tirando el puerta abierta más amplio. Ahora, yo no era ni bastante experta tampoco él era bastante inepto para ser simplemente atraído. Él se paró en la entrada, tratando de ponerse delante de mí. Esto me dio la tarea difícil de la intención de arrastrarle en el pasillo detrás de la puerta. Retrocedí en la entrada, esperando que él seguiría. Todo el rato, tuve que guardar la puerta abierta. Fue todo complicado, y yo no tendría tiempo de poner el código otra vez. Luchamos en el espacio encajonado. La cosa más grande que yo tenía a mi favor consistía en que Marlen pareció ser un Strigoi joven, que tenía sentido. Galina querría conservarse alrededor de secuaces que ella podría controlar. Por supuesto, la fuerza del Strigoi y la velocidad compensaron una inexperiencia. El hecho estaba en que él había sido un Moroi una vez también significó que él probablemente tenía muy poca formación. También era un sobresueldo para mí. Dimitri era un maldito Strigoi porque él había sido entrenado como un luchador antes de ser convertido. Este tipo no lo tenía. De este modo, Marlen puso un par de ganchos hacía mí, una llegada peligrosamente cerca de mi ojo. Otro me golpeó en el estómago, quitandome el aire durante medio segundo. Pero la mayor parte del tiempo, yo era capaz de esquivarme de él bastante bien. Pareció que esto le enfurecia. El ser golpeado por una jovencita realmente no le marcaba puntos a favor cuando eras un Strigoi. En cierta ocasión, hasta lo engañe en una dirección y lo golpeé con un puntapié sorpresa – más fácil de lo que pense que sería con ese maldito vestido – que lo empujo unos pasos atrás. Sólo apenas logré guardar mi mano en la puerta cuando lo hice, pero era todo que necesitaba. Su tropezón me dio unos segundos para escaparme de la puerta y en el pasillo
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principal. Lamentablemente, cuando intenté cerrarlo, él trataba ya de llegar. De mis manos, traté de tirar la puerta cerrada dándole un puntapié atrás. Luchamos este camino un rato, y gracias a cualquier suerte yo me había marchado, me puse la puerta se cerró bastante de modo que sólo su brazo pasara. Vigorizándome, tiré la puerta hacia mí en un movimiento enorme, poderoso. Esto se cerró de golpe en la muñeca de Marlen. A mitad esperé ver su mano separar y caer en el pasillo, pero él lo había sacudido atrás. Incluso los Strigois tenían ciertos instintos para evitar el dolor. Jadeando — mi fuerza física todavía no era todo que podría ser — sostuve. Si él supiera el código, esto no había servido para nada. Un momento después, la puerta el mango tembló, pero no se abrió. Oí un grito de rabia, y luego sus puños dan golpes en la puerta. Marque un punto para mí. No, marque uno para la suerte. Si él hubiera sabido el código, yo habría sido — Ruido sordo. Marlen todavía daba golpes en la puerta, y vi la abolladura más diminuta aparecer en la superficie metálica. “Ah, mierda,” dije. No me quedé para ver cuantos golpes le tomaban para dividirlo. También me di cuenta de que si yo fuera incapacitar la primera cerradura, Dimitri era capaz de dividirla también. Dimitri… No. Yo absolutamente no podía pensar en él ahora. Cuando termine el pasillo, que me dirigia hacia la escalera de Dimitri y viajé antes, una memoria inesperada de repente reventó en mi cabeza. Cuando Dimitri tenía a Nathan amenazado, él había mencionado conseguir mi estaca de una bóveda. ¿Qué bóveda era esta exactamente? ¿Estaba esto aquí dentro del local? Si, yo seguramente no tenía el tiempo para mirar. Cuando estaba entre elegir en registrar una casa de cuatro pisos llena de vampiros o escaparse en el campo antes de que ellos le encontraran... bien, la opción estaba clara. Y estaba en medio de aquel proceso de pensamiento que entró corriendo un humano en lo alto de la escalera. Él era más viejo que Inna y transportaba de una pila de los linos que él dejó caer cuando chocamos. Con casi ninguna pausa, lo agarré y lo balancee contra la pared. Yo no tenía ninguna arma para amenázarle y me pregunte como yo afirmaría mi voluntad ahora. Aún tan pronto como le hice fijar, él lanzó sus manos en un gesto defensivo y comenzó a gemir en ruso. No había ningún ataque hacía mí. Por supuesto, ahora yo tenía el problema de comunicar lo que necesitaba. Marlen todavía daba golpes en la puerta, y Dimitri despertaría en un par de minutos. Fulminé con la mirada al humano, esperando que yo pareciera aterradora. Por su expresión, lo hice. Intenté la conversación de cavernícola que yo tenía con Inna... sólo que ahora el mensaje era un poco más difícil. “Stick,” dije en ruso. Yo no tenía ninguna pista cual era la palabra para la estaca. Señalé el anillo de plata que llevaba e hice un movimiento que acuchilla. “Stick.
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¿Dónde?” ¿Él me contempló con una mirada de confusión completa y luego preguntó, en el inglés perfecto, “Por qué hablas así?” “Ah por Dios,” exclamé. ¿"Dónde está la bóveda?” ¿"Bóveda?” ¿"Un lugar donde ellos guardan armas?” Él siguió mirando fijamente. “Busco una estaca de plata.” “Ah,” él dijo. "Esto". Con inquietud, él echó sus ojos en dirección a los golpes. Le empujé más difícil contra la pared. Mi corazón sintió que él se reventaría de mi pecho, pero traté de esconderlo. Quise que este tipo pensara que yo era invencible. “No le hagas caso a él. Llevame a la bóveda. ¡Ahora!” Con un gañido asustado, él saludó con la cabeza con impaciencia y me llevó con secas abajo la escalera. Descendimos al primer piso e hicimos una curva cerrada. Los pasillos aquí eran tan tortuosos como el laberinto de seto que Dimitri me había mostrado, todos decorados en aquel oro y estilo de araña de luces, y me pregunté si yo sería hasta capaz de salir de la casa. El intento de este desvío era un riesgo, pero yo no estaba seguro si yo pudiera salir afuera sin ser seguido. Si yo me fuera, habría una confrontación. Yo tendría que defenderme. El humano me condujo abajo a otro pasillo y luego a otro. Finalmente, alcanzamos una puerta que pareció a alguno otro. Él se paró y miró detenidamente a mí con expectación. “Ábralo,” le dije. Él afectó a su cabeza. “No tengo la llave.” “Bien, seguramente no — espera.” Metí la mano en mi bolsillo y saqué las llaves que yo había levantado de Dimitri. Había cinco llaves en el anillo. Intenté ellos uno por uno, y en el tercero, conseguí un golpe. La puerta se abrió. Mientras tanto, mi guía echaba vistazos precipitados detrás de él y pareció listo para escaparse. “No pienses en ello,” advertí. Él palideció y se quedó quieto. El cuarto antes de nosotros no era muy grande, y mientras su alfombra blanca afelpada y los plateados marcos de las pinturas lo hicieron parecer elegante, el cuarto era... bien, básicamente, esto pareció a una chatarrería. Cajas y objetos extraños de artículos personales como relojes y anillos en particular — no están alrededor en ninguna orden. ¿"Qué es esto?” “Magia,” él dijo, todavía obviamente asustado loco. “Artículos mágicos guardados aquí para descolorarse o ser destruidos.” Magia... ah. Éstos eran artículos encantados por la magia Moroi. Los encantos siempre tenían una especie de efecto en Strigoi-por-lo-general desagradable — con apuestas ser el peor, ya que ellos usaron cuatro elementos físicos. Tuvo sentido que los Strigois querrían aislar objetos dañinos y deshacerse de — ¡”Mi estaca!”
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Corrí adelante y lo recogí, casi dejándolo caer porque mis manos estaban tan sudorosas. La estaca estaba encima de una caja con una longitud de la tela y algunas piedras extrañas. Estudiándolo, me di cuenta que no era realmente mi estaca— no que esto hiciera una diferencia para matar Strigois. Esta estaca era casi idéntico, excepto por un pequeño modelo geométrico que corría alrededor de su base. Era algo que los guardianes hacían de vez en cuando si ellos se sintieran en particular atado a su estaca: tenga un diseño o iniciales grabadas fuertes en ello. Sosteniendo esta apuesta, sentí una punzada momentánea de la tristeza. Esta había pertenecido a alguien que la había manejado orgullosamente una vez, alguien que era ahora estaba muerto más probablemente. Dios sólo sabía unas cuántas otras docenas de estacas que estaban aquí, agarrado de otros presos desafortunados, pero no tuve tiempo a buscar o afligirme de aquellos que habían muerto. “Bien, ahora quiero que usted me lleve a...” Vacilé. Incluso con una estaca, debía ser mucho mejor para mí si yo no afrontara más Strigoi. Yo supongía que había todavía un guardia más en la puerta principal. “Hay... Algún cuarto en este suelo con una ventana que realmente se abra. Y esté lejos de la escalera.” El tipo pensó durante un momento y luego dio una cabezada rápida. “Por este camino.” Le seguí por otro laberinto de pasillos que se enroscan. ¿"Cómo te llamas?” “Oleg.” “Sabes,” dije. “Si salgo de aquí… si quieres… si quieres, yo podría llevarte conmigo.” Teniendo alguien-más-humano, en particular — me haría más lento definitivamente. Aún, mi conciencia no me dejaría dejar a alguien en este lugar. Él me dio un vistazo incrédulo. ¿"Por qué querría yo hacer esto?” Sydney había estado definitivamente correcta sobre la gente que hace grandes sacrificios a favor de la inmortalidad. Oleg e Inna eran la prueba. Doblamos sobre una esquina y vinimos cara a cara con un juego complicado de puertas francesas. Por el cristal grabado, yo podría ver anaqueles llenos de libros, llenaban todas las paredes. La enorme biblioteca se extendia sin cesar, de mi vista. Todavía mejor, vi una ventana saliente grande enfrente de mí, enmarcada en satén pesado de color sangre, que hacía de cortina. “Perfecto,” dije, empujando abierto las puertas. Fue cuando la náusea me golpeó. No estábamos solos en el cuarto. Galina apareció de una silla cerca de la chimenea en el lado opuesto del cuarto. Un libro se cayó de su regazo. No tuve tiempo de hablar extensamente de la singularidad de la lectura de Strigoi de un hogar, porque ella venía directamente hacia mí. Yo casi podría haber pensado que Oleg me había engañado, pero él se encogía en una esquina, su
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cara que reflejaba el shock que sentí. A pesar del tamaño enorme de la biblioteca, ella me alcanzó en segundos. Esquivé su ataque inicial — o intenté, al menos. Ella era rápida. Aparte de Dimitri, otros Strigoi en esta casa eran claramente el equipo B, y yo había olvidado sólo como los malditos Strigois realmente expertos eran. Ella me agarró de mi brazo y me balanceó hacia ella, boca abierta y colmillos que van directamente hacía mi cuello. Yo tenía la estaca en mi mano y traté torpemente de rasguñarla al menos con ella, pero ella me sostenía demasiado fuertemente. Por fin, pude esquivarla un poco y mover mi garganta de sus colmillos, pero todo esto hizo que le diera la oportunidad de agarrarme de mi pelo. Ella me sacudió, y grité de dolor. Como ella logró creer en mi pelo sin rasgarlo era notable. Todavía agarrándolo, ella me empujó hacía una pared. Cuando yo había luchado primero con Dimitri a mi llegada, él había sido áspero, pero no había querido matarme. Galina quería. Ella me había tomado en la fe de Dimitri que yo sería un activo, pero era obvio ahora que yo era un verdadero dolor en el culo. Su amnistía se había terminado, y ella estaba decidida a matarme. Yo al menos tenía la comodidad de saber que ella probablemente no me convertiría en un Strigoi. Yo sería el almuerzo. Un grito de repente llamó mi atención hacia la puerta. Dimitri estaba de pie allí, con su cara que ardía con la cólera. Independientemente de las ilusiones yo había abrigado de él siendo el viejo, desaparecieron. Aquella furia irradiaba alrededor de él, sus ojos se estrecharon y expuso sus colmillos. La piel pálida y los ojos rojos contrastaron bruscamente el uno contra el otro. Él parecia un demonio enviado directamente del infierno para destruirme. Él anduvo a zancadas hacia nosotros, y el pensamiento inmediato en mi cabeza fue: Bien, al menos esto terminará las cosas mucho más rápido. Excepto... que no fue a mí a quien él ataco. Fue a Galina. No estoy seguro cual de nosotras estaba más sorprendida, pero en aquel momento, fui totalmente olvidada. Los Strigois corrieron el uno hacia el otro, y me helé, atontada en la belleza terrible de su lucha. Había casi una elegancia del modo en que ellos se movieron, el modo que ellos emprendieron el camino y hábilmente esquivaron cada uno al otro. Miré fijamente un poco más y luego mentalmente me di palmadas. Esta era la posibilidad de salir aquí. Yo no podía estar distraída. Di vuelta a la ventana saliente, buscando frenéticamente un medio de abrirlo. No había ninguno. “¡Hijo de puta!” Tal vez Oleg me había engañado después de todo. O tal vez había sólo algún mecanismo que no entendía. Igualmente, me sentí bastante confiada en que había un modo de conseguir abrirla. Corrí al lado del cuarto donde Galina estaba sentada y había una silla de madera ornamentada. Era obvio que esta ventana no era hecha del núcleo del cristal que había estado en mi cuarto. Esta materia era similar a las puertas francesas de la biblioteca, delicada y grabada con diseños imaginarios, aunque enigmáticamente teñida. Esto no podía requerir que mucha fuerza la rompiera. Después de todo que redoble
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infructuoso en mi cuarto, recogí una especie de satisfacción que hizo que lanzara la silla con tanta fuerza como me sea posible. El impacto hizo un agujero enorme en un lado de la ventana, el cristal que rocía en todas partes. Unos pedazos golpearon mi cara, pero no era nada para concernirme ahora. Detrás de mí, los sonidos de batalla rabiaron. Había gruñidos y amortiguaron gritos cuando ellos lucharon, así como el sonido ocasional de alguna pieza de mobiliario roto. Anhelé girar y ver lo que estaba pasando, pero yo no podría. Tomé la silla y me balanceé otra vez, rompiendo la otra mitad de la ventana. Había ahora un agujero enorme, perfecto para mí para salir. ¡”Rose!” La voz de Dimitri provocó un poco de respuesta instintiva en mí. Eché un vistazo atrás y le vi todavía luchando cuerpo a cuerpo con Galina. Ellos estaban ambos agotados, pero estaba claro que él conseguía lo peor de ello. Pero en sus enfrentamientos, él siguió tratando de retenerla en un modo de que expuso su pecho a mí. Sus ojos se encontraron con los míos. Antes cuando él había sido un dhampir, habíamos necesitado raramente palabras para comunicar nuestros pensamientos. Este era uno de aquellos tiempos. Yo sabía lo que él me pedía hacer. Él quería que yo la estacara. Yo sabía que yo no debería. Yo tenía que saltar aquella ventana ahora mismo. Yo tenía que dejarles seguir luchando, aunque pareciera que Galina obvio estaba sobre ganar. Y aún... a pesar de mis dudas, alguna fuerza me atrajo a través del cuarto, con la estaca equilibrada y lista. Tal vez era porque yo nunca iba a perder totalmente mi amor hacia Dimitri, a pesar de el monstruo en el que se había convertido. Tal vez era un sentido del deber inconsciente, ya que yo sabía que él sólo estaba salvado mi vida. O tal vez era porque yo sabía que un Strigoi iba a morir esta noche, y ella era la más peligrosa. Pero ella no era fácil de sostener. Ella era rápida y fuerte, y él tenía un tiempo difícil con ella. Ella siguió moviéndose alrededor, tratando de renovar su ataque. Todo lo que ella tendría que hacer era incapacitarlo como yo lo había hecho; entonces solo necesitaba decapitarlo o quemarlo para terminarlo. Yo sin duda sabía que ella podría hacerlo. Él logró girarla ligeramente, dándome la mejor vista de su pecho que yo había tenido. Me moví adelante — y luego Dimitri se tiró de golpe sobre mí. Yo me quede quieta durante un momento, preguntándome por qué él me atacaría después de salvarme, hasta que yo me di cuenta que él había sido empujado — por Nathan. Nathan acababa de entrar en la biblioteca, junto con Marlen. Esto distrajo a Dimitri, pero no a mí. Yo todavía tenía la estaca que él me había dado en Galina, y sumergí mi estaca en su pecho. Esto no hizo lo entró tan profundamente como me habría gustado, y ella todavía lograba luchar contra mí, resistiendo con fuerza. Empuje adelante, sabiendo que la plata tenía que aféctarla. Un momento después, vi el dolor enroscar su cara. Ella vaciló, y aproveche mi ventaja, empujando la estaca lo más que pude. Esto tomó varios segundos, pero ella finalmente dejó de moverse, su cuerpo que se arruga a la tierra.
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Si otro Strigoi noto su muerte, ellos no prestaron la atención. Nathan y Marlen fueron fijados en Dimitri. Otra mujer Strigoi—que no conocía se unió a la confrontación. Sacudí mi estaca de Galina y despacio comencé a caminar hacia la ventana, esperando que yo no atrajera también mucha atención. Mi corazón salió a Dimitri. Él era superado en número. Yo podría prestar posiblemente mi fuerza y ayudarle a luchar.... Por supuesto, mi fuerza se descoloraba. Yo todavía sufría a partir de días de mordeduras de vampiro y pérdida de sangre. Yo había luchado contra dos Strigoi esta noche y había matado a el más potente. Había sido mi buena acción, quitándola del mundo. La siguiente mejor cosa que yo podría hacer sería dejar y dejar que estos Strigois terminen con Dimitri. Los sobreviviente serían líderes y menos de una amenaza. Dimitri sería sin este malo estado, su alma finalmente capaz de circular a mejores sitios. Y yo viviría (con esperanza), habiendo ayudado al mundo matando más Strigois. Choqué contra el alféizar y miré fuera. Noche — no era bueno. El lado escarpado del lugar no era ideal para el montañismo, tampoco. Podría hacerlo, pero esto llevaría mucho tiempo. Yo no tenía más el tiempo. Directamente debajo de la ventana había un arbusto densamente hojeado de alguna clase. Yo no podría verlo claramente y sólo esperaba que no fuera un rosal o algo igualmente agudo. Una caída de primer piso no me mataría, sin embargo. Probablemente no iba hasta hacerme mucho daño. Subí sobre la repisa, brevemente encontrando la mirada fija de Dimitri cuando otro Strigoi se acercó en él. Las palabras vinieron a mí otra vez: no vacilar. La lección más importante de Dimitri. Pero no había sido su primera. Su primera había sido sobre que hacer si yo fuera superada en número y de opciones: Correr. Mi tiempo para correr. Salté la ventana.
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CAPITULO 26
CREO QUE LAS BLASFEMIAS QUE salieron de mi boca cuando choque contra el suelo habrían sido comprensibles en cualquier idioma. Esto dolió. El arbusto no era particularmente puntiagudo, pero no era nada suave por cualquier tramo de la imaginación. Este se rompió con mi caída, aunque esto no me salvo de torcerme el tobillo. ¡" Mierda! “Dije apretando mis dientes y poniéndome sobre mis pies. Rusia seguro que me hacía jurar demasiado. Probé el peso sobre mi tobillo y sentí una punzada de dolor pero nada que me impidiera estar de pie sobre. Un esguince, gracias a Dios. El tobillo no estaba roto, y yo los había tenido peores. De todos modos esto iba a reducir la velocidad de mi huida. Me aleje cojeando del arbusto, tratando de tomar el paso y no hacer caso del dolor. Lo que único que se extendía ante mi era el laberinto de setos, que estúpida fui al pensar que era genial la noche anterior. El cielo estaba nublado, pero dudaba que la luz de la luna hubiera hecho más fácil mi recorrido. De ninguna manera iba a luchar contra aquel lío frondoso. Yo no encontraría en donde terminaba y así poder escapar por ahí. Lamentablemente, cuando rodeé la casa, descubrí la triste verdad: El seto estaba por todas partes. Este rodeaba la propiedad como una especie de trinchera medieval. La parte que mas me molestaba era que estaba segura que Galina no lo hizo como medida de seguridad. Probablemente lo había hecho por la misma razón que tenía candelabros de cristal y antiguas pinturas en los pasillos: Genial. Bien, no hay nada que hacer, entonces. Decidí abrir el laberinto al azar y comencé mi camino por el laberinto. No tenía ni idea de adonde ir, ninguna estrategia para salir. Las sombras estaban al acecho por todas partes, yo a menudo no veía venir los callejones sin salida, hasta que yo miraba sobre la cima de ellos. Los arbustos eran bastante altos y yo sólo había recorrido una pequeña parte del camino en el laberinto, perdí completamente de vista la punta de la casa. Si tan solo yo la hubiera tenido como un punto de referencia.
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Si pudiera ser capaz solamente de moverme lejos en una la línea directa. Pero en cambio, yo no estaba realmente segura si estaba retrocediendo o iba en círculos o que. Una vez, que yo estuve muy segura de haber pasado la misma enredadera de jazmínes tres veces. Traté de pensar en las historias que yo había leído sobre la gente que cruzaba laberintos. ¿Qué usaron ellos? ¿Migas de pan? ¿Hilo? Yo no lo sabía y cuanto más tiempo pasado mi tobillo estaba más adolorido, comencé a sentirme desalentada. Yo había matado un Strigoi en un estado tan debili, pero no podía con unos arbustos. Que vergüenza, realmente. ¡"Roza!" La voz era llevada distantemente por el viento, y me paralice. No puede ser el. Dimitri había sobrevivido. "Roza, sé que estás ahí" el me llamó. "Puedo olerte." Yo tenía un sentimiento sobre que él me mentía. Él no estaba lo bastante cerca para que yo me sintiera enferma y con todo el empalagoso perfume de las flores, dudaba que él aun pudiera olerme, incluso si yo estuviera sudando mucho. Él trataba de adivinar mi posición. Con nueva determinación, me dirigí por el siguiente giro en la maleza, rezando por encontrar la salida. Muy bien, Dios, pensé. ¡Sácame de esta y voy a frenar mi indiferencia por asistir a la iglesia, pensé. Tú me conseguiste esta noche este paquete de Strigoi. Significa que estoy atrapada en esta puerta y realmente no debería haber funcionado así claramente tus estas al mando. Déjame salir de aquí, y voy a... No lo sé. Donar el dinero de Adrián a los pobres. Conseguiré entrar a un convento. Bien, no, eso último. No. Dimitri siguió jugando. "No voy a matarte, si te entregas. Yo estoy en deuda. Tú acabaste con Galina por mí, y ahora soy el que está al mando. Substituyéndola, un poco a la cabeza claro, pero esto no es un problema. Desde luego, no hay muchas personas para controlar ahora que Nathan y los demás están muertos. Pero esto se puede arreglar." Increíble. Él realmente había sobrevivido a las adversidades. Yo lo había dicho anteriormente: Vivo o inmuerto, el amor de mi vida era un badass No había ninguna forma en que él pudiera haber derrotado a los tres... y sin embargo, bien... Yo lo había visto tomar locas expectativas antes. Y claramente el hecho de estar aquí era la prueba de sus capacidades. 242
El camino delante de mi tenía una grieta, y al azar elegí un camino. Este se extendió en la oscuridad, y respiré con un gran de alivio. Punto para mí. A pesar tener la ventaja de oír sus comentarios, yo sabía que él se movía por el laberinto, consiguiendo estar más y más cerca. Y a diferencia mía, él conocía los caminos muy bien y como salir de aquí. "No estoy molesto por qué me atacaste. Yo lo habría hecho en tu lugar. Esa es justo otra razón, por la qué nosotros deberíamos estar juntos." Mi siguiente giro me llevo a un callejón sin salida lleno de flores de luna. Mantuve mi juramento a mí misma y retrocedí. "Tu aun eres un peligro, aunque Si te encuentro, probablemente voy tener que matarte. No quiero, pero comienzo a pensar que no hay ninguna forma de que ambos podamos vivir en este mundo. Ven a mí por tu propia elección, y te despertaré. Controlaremos el Imperio de Galina juntos." Casi me reí. Yo no podía haberlo encontrado aunque quisiera dentro de este lío. Si yo hubiera tenido esa clase de capacidad yo... Mi estómago se revolvió un poco. Oh no. Él se había acercado más. ¿Él lo sabe? No entendía totalmente como se relacionaba la cantidad de náuseas con la distancia, pero esto no importaba. Él estaba muy cerca. ¿Cuán cerca necesitaba estar él para realmente olerme? ¿Oírme caminar por la hierba? Cada segundo lo llevaba más cerca del éxito. Una vez que él consiguiera mi rastro, yo estaba totalmente jodida. Mi corazón comenzó a correr aún más, como si fuera posible aun en este punto y la adrenalina me bombeaba a través de mí entumecido tobillo, aun cuando este me hacia más lenta. Otro callejón sin salida me hizo girar alrededor, e intenté tranquilarme a mí misma, sabiendo que el pánico me haría descuidada. Todo el tiempo, aquella náusea crecía incrementándose. ¿"Incluso si tu escapas, adónde irías?" él me llamó. "Estamos en medio de la nada." Sus palabras eran veneno, que se filtraban en mi piel. Si me concentrara, en mi miedo el ganaría, y yo me rendiría. Yo me enroscaría y le dejaría venir por mí y yo no tenía ninguna razón para creer que él me dejaría vivir. Mi vida podría terminar en los siguientes pocos minutos. Al dar la vuelta hacia mi izquierda llegue a otra pared de brillantes hojas verdes. El se desvió rápidamente y se dirigió en dirección contraria y luego vi los campos. Extensos y largos, eran enormes, la hierba se extendida delante de mí, dándole paso a los árboles dispersados en la distancia. Aunque parezca increíble, yo había logrado salir.
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Lamentablemente, las náuseas estaban más fuertes ahora. Finalmente, él tenía que saber donde estaba yo. Miré detenidamente alrededor, comprendiendo la verdad de sus palabras. Nosotros realmente estábamos en medio de la nada. ¿Adónde podría ir? No tenía ni idea de adonde nosotros estábamos. A mi izquierda, yo vi el débil brillo púrpura sobre el horizonte que había notado la otra noche. Yo no había comprendido lo que era entonces, pero ahora lo sabía. Lo más probable es que aquellas eran las luces de la ciudad, Novosibirsk, ese era el lugar donde las pandillas de Galina hicieron la mayoría de sus obras. Incluso si no fuera Novosibirsk, La civilización seria más segura. Yo podría conseguir ahí ayuda. Salí corriendo tan rápido como yo podía, mis pies que golpeaban con fuerza contra la tierra. Incluso con toda la adrenalina no podía bloquear el impacto y mandar fuera el dolor que crujió encima por toda mi pierna con cada paso. Mi tobillo se mantuvo, aunque No me caí. Mi aliento era difícil y desigual, el resto de mis músculos todavía débiles por todo lo que yo había pasado. Incluso con un objetivo, yo sabía que la ciudad estaba a millas lejos. Y mientras tanto, las náuseas crecían y crecían. Dimitri estaba cerca. Tenía haber salido ya del laberinto, pero no podía arriesgarme a mirar atrás. Me limité a correr hacia ese resplandor púrpura en el horizonte, a pesar de que significaba que estaba a punto de entrar en un grupo de árboles. Tal vez, estos me podrían cubrir. Eres es una idiota, en alguna parte me lo susurraba a mí misma. No hay ninguna parte en donde pueda ocultarme de él. Alcancé la delgada línea de árboles y fui más despacio, jadeando y apoyándome contra un robusto tronco . Finalmente me atreví a dar una mirada atrás de mí, pero no vi nada. La casa brillaba en la distancia, rodeada por la oscuridad del laberinto. Mi estómago ya no se sentía mas enfermo, entonces será posible que yo pudiera tener ventaja sobre él. El laberinto tenía varias salidas; él no sabía por donde yo había salido. Es mi momento de respirar, yo seguí moviéndome, guardando el suave brillo de las luces de la ciudad a la vista por entre las ramas. Esto era sólo cuestión de tiempo antes de que Dimitri me encontrara. Mi tobillo no iba a dejarme hacer mucho más que esto. Exceder el tiempo se convertía en una fantasía. Las hojas sobrantes del otoño pasado crujían cuando me movía, pero no podía permitirme el lujo de pasar a su alrededor Dudaba en preocuparme más por ser descubierta por Dimitri y que el ruido me delataría.
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Roza! Te juro que no es demasiado tarde." Maldición, su voz sonaba cerca. Mire a mí alrededor frenéticamente. No podía verlo, pero si él todavía me llamaba, él probablemente aun no podía verme tampoco. La neblina de la ciudad todavía era mi estrella de dirección, pero había árboles y oscuridad entre ella y yo. De repente, una inesperada persona me vino a la memoria. Tasha Ozera Ella era la tía de Christian, una mujer formidable que fue uno de los precursores de la enseñanza Moroi , sobre luchar contra los Strigoi. "Podemos elegir retirarnos o encontrarnos con el enemigo y enfrentarlo pero que siempre sea nuestra decisión no la de ellos" Bien, Tasha, pensé. Vamos a ver si tu consejo no consigue matarme. Miré alrededor y encontré un árbol con ramas que podía alcanzar Empuje mi estaca atrás en mi bolsillo, me agarré de la rama más baja y me balanceé sobre mi misma y mi tobillo dolió todo el tiempo, pero aparte de eso, había bastantes ramas para que conseguir con mi mano el equilibrio. Seguí avanzando hasta que encontré una rama que sostuviera todo mi peso. Me cambie hacia en ella, permanencia cerca del tronco y con cuidado probé su solidez. Este si me sostenía. Tomé la estaca de mi bolsillo y esperé. Un minuto más tarde, escuche agitarse débilmente las hojas cuando Dimitri se acerco. Él estaba mucho más tranquilo. Su forma alta y oscura apareció a la vista, era una sombra siniestra en la noche. Él se movía muy despacio, con mucho cuidado, sus ojos se desviaban por todas partes y el resto de sus sentidos sin duda trabajan también. "Roza..." Él habló suavemente." Sé que estas aquí. Tú no tienes ninguna posibilidad de correr. Ninguna posibilidad de escapar." Su mirada fija iba bajando. Él pensaba que yo me ocultaba detrás de un árbol o que estaba en cunclillas. Unos pasos más. Era todo lo que necesitaba de él. Pero no podía sacar la estaca. Yo estaba congelada, sosteniéndola de una manera que aun no se atrevía ni a respirar. "Roza… ". Su voz fría y mortal acariciaba mi piel. Todavía estudiando su entorno, Dimitri dio uno un paso adelante. Entonces dio otro. Y luego otro. Pienso que cuando a él se le ocurrió buscar fue en el instante que yo salté. Mi cuerpo se estrelló contra él, tirándolo al suelo. Él inmediatamente trató de tirarme cuando traté de conducir la estaca por su corazón. Los signos de fatiga y de lucha estaban por todas partes sobre él. El derrotar a otro Strigoi había cobrado su precio, aunque dudaba que yo estuviera en mejor forma. Luchamos cuerpo a cuerpo, y
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una vez, logré arañar su mejilla con la estaca. Él gruñó de dolor, pero mantuvo su pecho bien protegido, yo podía ver donde le había rasgado su camisa la primera vez que se la había enterrado. La herida ya se había sanado. "Eres. Asombrosa," él dijo, en sus palabras llenas tanto por la furia de la batalla como de orgullo. Yo no tenía fuerzas para una respuesta. Mi único objetivo era su corazón. Luché por lograrlo, y por fin, mi estaca perforó su pecho pero él era demasiado rápido. Él lanzó mi mano lejos antes de que yo pudiera conducir la estaca por el pecho. En el proceso, él me lanzo lejos de él. Volé a varios pies de distancia, Afortunadamente no me lastime contra los árboles. Me puse de pie, aturdida, y lo mire venir hacia mí. Era rápido pero no tan rápido como lo había estado en las luchas anteriores. Nos íbamos a matar a nosotros mismos tratando de acabar uno con el otro. Había perdido mi ventaja, así que salí corriendo hacia los árboles, sabiendo que estaría detrás de mí. ¡Yo estaba segura que él podría escapar, pero si tan solo yo pudiera tener una pequeña ventaja, entonces tal vez yo podría intentar asegurarme de un buen ataque "Ahhh!" Mi grito sonó en la noche, sacudiendo el silencio en la tranquila oscuridad. Mi pie se había dislocado, y yo me resbalé rápidamente por una ladera empinada, incapaz de detenerme. Habían pocos árboles, pero las rocas y mi posición desgarbada hicieron de la caída algo más doloroso, particularmente por que yo llevaba un abrigo sport. Cuando logré mantener la estaca lejos de mí. Golpeé contra el interior, logre brevemente estar de pie, y luego me tropecé y caí en el agua. Miré fijamente alrededor. En ese momento, la luna se asomaba entre las nubes, mandando la suficiente luz para mostrarme una enorme extensión de agua negra, que corría rápida delante de mí. Me quede asombrada, totalmente confundida, y luego volví a mirar en dirección a la ciudad. Este era el río que corría a través de Novosibirsk, El río se dirigía justo hacia ella. Echando un vistazo detrás de mí, mire a Dimitri en la cima. A diferencia de algunos de nosotros, al parecer él había estado observando hacia dónde iba. O era eso, o mi grito le advirtió que algo estaba mal. Le iba a llevar menos de un minuto venir corriendo detrás de mí, sin embargo. Miré hacia ambos lados y luego al frente. Muy bien. Aguas 246
rápidas. Posiblemente profundas. Muy amplias. Tomaban la presión de mi tobillo, pero no estaba emocionada sobre mis posibilidades de no ahogarme. Las leyendas de vampiros sobre que no podían cruzar por el agua con corrientes. Deseaba que no solo fueran mito del hombre. Yo miré dos veces hacia mi izquierda y solamente apenas pude ver una forma oscura sobre el agua. ¿Un puente? Era la mejor oportunidad que tenía. Dudé antes de ir hacia él, Dimitri comenzaría a venir hacia acá. Yo no iba a correr y dejar que me pasara por encima de la cumbre. Necesitaba obtener tiempo para estar sobre la pendiente en la colina. Él tomó un paso por la cuesta, y me solté de la orilla, sin mirar hacia atrás. El puente estaba más y más cerca de mí, y cuando lo estuvo comprendí cuan alto era. Yo Había calculado mal desde donde yo había aterrizado. Las cuestas alrededor del puente quedaron más lejos y corrí río abajo. Yo iba a vivir un infierno con la subida. No hay problema. Yo me preocuparía más tarde de ello, lo cual quería decir en aproximadamente treinta segundos, ya que era probablemente el tiempo que le tomaría a Dimitri para ponerse al día conmigo. Podía escuchar sus pies chapoteando en el agua que ya era poco profunda, el sonido estaba cada vez más cerca. Si tan solo pudiera alcanzar el puente, si yo tan solo pudiera llegar a tierras altas al otro lado, las náuseas crecían dentro de mí. Una mano se cerró alrededor de la parte trasera de mi chaqueta, tirándome hacia atrás. Caí contra Dimitri e inmediatamente comencé a luchar, tratando de liberarme. Pero Dios, estaba tan cansada. Cada parte en mí dolía, y no importaba cuan cansado estuviera él, yo estaba peor. ¡"Basta! “él gritó, agarrando mis brazos. "No lo entiendes? Tu no puede ganar!" "Entonces mátame!" Me sacudí, pero su agarrare en mis brazos era demasiado fuerte, y aún teniendo la estaca, yo no podía hacer nada con ella. "Tu dijiste que si yo no me entregaba verdad. Bueno, ¿adivina qué? Yo no. No lo haré. Así que acaba de una vez." Aquella luz fantasmal de luna encendió su cara, eliminando las sombras y haciendo su piel completamente blanca contra el telón de la noche parecía que todos los colores en el mundo había sido echados hacia fuera. Sus ojos simplemente se miraban oscuros, pero en mi imaginación, ellos brillaban como el fuego. Su expresión era fría y calculadora. No es mi Dimitri. "Haría falta mucho más que esto para matarte, Rose," dijo él. "Esto no es suficiente." No estaba convencida. Todavía me sosteniendo con aquella opresión irrompible, él se inclinó hacia mí. Él iba a morderme. Aquellos dientes perforarían mi piel, y él me convertiría en un monstruo como él o bebería hasta que yo estuviera muerta. Era uno o el otro
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camino, yo estaría demasiado drogada y estúpida para darme cuenta. La persona que era Rose Hathaway dejaría este mundo sin aún comprenderlo. Se disparo el pánico en mi e incluso esa parte de mí que aún estaba ya extinguida pedía a gritos mas de aquellas gloriosas endorfinas. No, no. Yo no podía Yo quería hacer algo para salvarme. Todo mi ser fue consumido con aquel impulso. Yo podía sentirlo preparado para exclamar. Mis manos podían tocarse una con otro, pero no a Dimitri. Con un poco de maniobra, usé los dedos de mi mano izquierda para descubrir el anillo de Oksana. Esto se me escabulló en el fango, igual que los colmillos de Dimitri cuando tocaron mi piel. Se pareció a una de explosión nuclear. Los fantasmas y espíritus que yo había convocado por el camino en una explosión que venía entre nosotros. Ellos estaban por todo alrededor, translúcidos y brillantes en las sombras, pálidos verde, azul, amarillo, y plateados. Yo había aflojado a toda mi defensa, me rindo a mis emociones de un modo que yo no había sido capaz cuando Dimitri me tomo al principio. El poder sanador del anillo apenas me mantenía, me había guardado comprobando este momento, pero se fue. Yo no tenía ningún escudo sobre mi poder. Dimitri saltó hacia atrás, con los ojos muy abiertos. Igual al Strigoi en el camino, él agitó sus manos alrededor, espantando a los espíritus como a mosquitos. Sus manos pasaron directamente inútil a través de ellos. Su ataque era más o menos inútil también. Ellos físicamente no podían hacerle daño, pero ellos podían afectar la mente, pero estaban condenados a distraer. ¿Qué había dicho Mark? Los muertos odiaban a los inmuertos. Y por la forma en que estos fantasmas invadieron a Dimitri, era claro que ellos lo odiaban. Me aleje, explorando la tierra debajo de mí. La plata del anillo brillaba en un charco. Me agache y lo alcancé, luego corrí abandonando a Dimitri a su suerte. Una impresión de caras y cráneos. Y un dolor palpitante detrás de mi cabeza. Oh no. Esto ya me había pasado anteriormente también. En este estado de pánico, yo no podía tener la defensa que por lo general mantenía ante los muertos y alejarlos de mí. Ellos ahora se acercaban a mí, más por curiosidad que por combate. Pero como crecían numerosamente, todo se volvió desorientado igual como experimentaba Dimitri ahora. Ellos no podían hacerme daño, pero ellos me desesperaban, y el dolor de cabeza se desarrollo y vino con ellos este comenzaba a hacer que me mareara. Echando un vistazo atrás hacia él, yo vi algo asombroso.
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Dimitri todavía me seguía. Él realmente era un dios, un dios que llevaba la muerte más cerca con cada paso y los fantasmas todavía lo invadían como una nube, aún él manejaba bien el hecho, con un paso atormentado a la vez. Volviendo hacia atrás, continué mi ascenso, haciendo caso omiso de mis brillantes compañeros lo mejor que pude. Por fin, llegué a la cima del banco de tierra y me tope con el puente. Yo apenas podía soportarlo, mis músculos estaban tan débiles.., Di unos pasos más y luego me derrumbé junto con mis manos y rodillas. Los espíritus giraban cada vez más alrededor, y mi cabeza estaba a punto de explotar. Dimitri todavía avanzaba lentamente. Traté de estar de pie otra vez, usando los carriles del puente para apoyarme, y fracase. La rejilla era áspera sobre el puente y raspó mis piernas desnudas. "Maldición." Yo sabía lo que tenía que hacer para salvarme, aunque esto seguro podría terminar por matarme, también. Con mis manos temblando, metí una en mi bolsillo y saqué el anillo. Yo temblaba tanto que estaba segura de que me caería. De alguna manera, logre deslizarlo en mi dedo. Un pequeño aumento de calor irradiaba de él hacia mí y sentí en un minuto el control adaptarse a mi cuerpo. Lamentablemente, los fantasmas aun estaban ahí. Los restos de aquel miedo por morir o convertirme en Strigoi, seguían todavía en mí, habían disminuido hasta ahora que yo estaba fuera del peligro inmediato. Sintiéndome menos inestable, busqué el control que yo por lo general mantenía, estaba desesperada por sacarlos de golpe y ahuyentar del lugar a todos mis visitantes. "Fuera, fuera, fuera," susurré, apretando mis ojos. El esfuerzo era como seguir adelante sobre una montaña, con obstáculos imposible con los que nadie tendría la fuerza para hacerlo. Esta era la Señal sobre la que marcos me había advertido, por la qué yo no debería haber hecho esto. Los muertos eran un activo poderoso, pero una vez se convocaran, era difícil deshacerse de ellos. ¿Qué había dicho él? Los que bailaron sobre el borde de oscuridad y la locura no deberían arriesgarse hacer esto. "Fuera! " Grité, lanzando mi último trozo de fuerza por el esfuerzo. Uno por uno, los fantasmas alrededor mío desaparecieron. Sentí mi mundo establecerse de nuevo en el orden que le correspondía. Sólo que, cuando miré hacia abajo, vi que los fantasmas había dejado a Dimitri también. Tal y como yo lo había sospechado. Y justo entonces, él se movió otra vez. "Maldición." Esa era mi palabra de la noche. Logré subir mis pies esta vez, él salió corriendo por la pendiente. Una vez más, iba más lento de lo habitual, pero lo suficientemente rápido. Comencé a no despegar mi vista de él.
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Deshacerse de los fantasmas me había dado más fuerza, pero no era lo que necesitaba para escapar. Dimitri había ganado. ¿"Otro efecto de besada por la sombra?" él preguntó, dando un paso en el puente. "Sí " Tragué. " Resulta que los fantasmas no les agradan los Strigoi. " "Tu no pareces agradarles tampoco. " Tomé un paso lento hacia atrás. ¿Adónde podría yo ir? En cuanto me giré para correr, él estará sobre mí. ¿"Y, fui ya lo suficientemente lejos para que no quieras convertirme? “Pregunté tan alegremente como yo pude. Él me dio una risa torcida y sarcástica. "No. tus capacidades de Shadow Kiss tienen su habilidad....Que mal que desaparecerán cuando tú te hallas despertado." Que! Este aun era su plan. A pesar de cuanto yo lo había enfurecido, él todavía quería guardarme a su alrededor para toda la eternidad. "No vas a despertarme", le dije. "Rose, no hay manera que puedas..," "No." Me subí a la barandilla del puente, balanceando una pierna por encima. Yo sabía lo que tenía que pasar ahora. Se quedó paralizado. "¿Qué estás haciendo?" "Te lo dije. Voy a morir antes de convertirme en Strigoi. No voy a ser como tú o los demás. Yo no quiero eso… tu una vez no querías esto." Mi cara se sentía fría cuando la brisa de la noche soplaba en ella, resultado de las lágrimas que caían sobre mis mejillas. Balanceé mi otra pierna y miré detenidamente hacia abajo rápidamente el movimiento del agua yo estaba mucho más de dos pisos. Si yo golpeaba contra el agua con fuerza, e incluso si sobrevivía, yo no tenía la fuerza suficiente para salir de la corriente. Mientras miraba hacia abajo, contemplando mi muerte, pensé de nuevo " Por favor," él suplico. Había una nota de sollozo en su voz, una que me asustó. Esta torció mi corazón. Esto me recordó demasiado al Dimitri que estaba vivo, el que no era un monstruo. El que se había preocupado por mí y me había amado, que había creído en mí y me había hecho el amor. Este otro Dimitri, que no era ninguna de aquellas cosas, tomó con cuidado dos pasos adelante, y luego se detuvo para decir una vez más. "Tenemos que estar juntos". ¿"Por qué?" Pregunté suavemente. Las palabras fueron llevadas por el viento, pero él las escucho. "Porque te deseo." Le mostré una triste sonrisa, preguntándome si nosotros nos encontraríamos otra vez en la tierra de los muertos. "Respuesta equivocada", le dije. Me dejé caer. Y él estaba allí, corriendo hacia mí con esa alocada velocidad Strigoi, cuando empecé a caer. Él extendió la mano y atrapó uno de mis brazos,
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arrastrando y devolviéndome a la barandilla. Más bien sólo a una parte de mía, el resto aún colgaba sobre el río. ¡"Deja de pelear conmigo! “él dijo, tratando de mantener el brazo con que me sostenía. Él mismo estaba en una frágil posición, mientras trataba de inclinarse lo suficiente como para sostenerse a el mismo y, de hecho a mí. "¡Suéltame!" Le grite Pero él era demasiado fuerte y logró arrastrar la mayor parte de mí sobre el carril, de manera que yo no estuviera en total peligro de caer otra vez. Viendo las cosas desde aquí. Antes en aquel momento, yo realmente había estado contemplando mi muerte. Y yo la había aceptado también, sin embargo, sabía que Dimitri podría hacer algo exactamente como esto. Él era solamente mas rápido y qué bueno que lo fue, por qué yo guardaba mi estaca en la mano que tenia libre. Lo miré a los ojos. Y le dije "Siempre te amaré". Entonces sumergí la estaca en su pecho. Este no fue exactamente el golpe que me habría gustado darle, no de forma calificada. Luche por conseguir meterla profundamente en su corazón, insegura de poder hacerlo desde este ángulo. Luego, su lucha se detuvo. Sus ojos me miraron fijamente, sorprendido, y sus labios entreabiertos, casi con una espantosa y dolorosa sonrisa, dijo. "Eso es lo que se suponía, que diría ...." él dijo entrecortado. Aquellas fueron sus últimas palabras. Su fallido intento por eludir la estaca le había hecho perder el equilibrio sobre el borde. La magia de la estaca hizo el resto más fácil y con sus confundidos reflejos Dimitri se cayó. Él casi me llevo con él, y apenas logré liberarme y agarrarme al pasamanos. Él se dejo caer abajo en la oscuridad del rio. Poco después él desapareció de mi vista. Quise apartar la vista después de él, preguntándome si yo lo pudiera ver en el agua que se miraba que llevaba bastante fuerza. Pero no hice. El río estaba muy oscuro y demasiado a lo lejos. Las nubes se movían hacia atrás sobre la luna, y la oscuridad cayó nuevamente. Durante un momento, aparte la vista y comprendí lo que yo acababa de hacer, yo quería tirarme detrás de él porque seguramente no había manera de que yo pudiera seguir viviendo ahora...
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Tienes que hacerlo. Mi voz interior estaba mucho más tranquila y más segura de lo que debería haber sido antes. El antiguo Dimitri hubiera querido que vivieras. Si en verdad lo amaba, entonces tú tienes que seguir adelante. Con mi aliento temblando, subí sobre el carril y me puse sobre el puente, sorprendentemente agradecida por su seguridad. Yo no sabía cómo seguir viviendo, pero yo sabía que quería hacerlo. Yo no iba a sentirme totalmente a salvo hasta que yo estuviera en tierra firme, con mi cuerpo, cayéndose a pedazos, empecé a cruzar elpuente paso a paso. Cuando estaba en el otro lado, yo tenía una opción. Seguir el río o la carretera? ligeramente ellos se apartaban el uno del otro, pero ambos me llevaban aproximadamente en la misma dirección hacia las luces de la ciudad. Opté por el camino. No quise estar en cerca del río. Ya no pensaría mas en todo lo que acababa de pasar. Yo no podía pensar en ello. Mi cerebro lo rechazaba. Preocúpate primero de sobrevivir. Y luego de cómo seguir viviendo. El camino, era claramente rural, plano y facilitaba el paseo para alguien más. Una leve lluvia comenzó a caer, esta solamente le añadió más dolor a la herida. Seguí adelante deseando sentarme y descansar, enroscarme como una pelota y no pensar en nada más. No, no, no. La luz. Tenía que ir hacia la luz. Esto casi me hacía reír a carcajadas. Era realmente gracioso. Cuando yo era alguien que tuvo una experiencia cercana a la muerte. Entonces realmente me reí. La noche entera había estado llena de experiencias cercanas a la muerte. Esta era la menor parte de ella. Era también la última, y añoré llegar la ciudad, estaba demasiado lejos. No estoy segura de cuánto tiempo camine antes de que yo finalmente me detuve y me senté. Decidí solamente un minuto. Yo descansaría durante un minuto y luego seguiría adelante. Tenía que seguir moviéndome. Si por alguna loca razón me arriesgara y si yo había olvidado darle bien en su corazón, Dimitri podría subir del río en cualquier momento. O tal vez algún sobreviviente Strigoi podría venir. Pero no me levanté en un minuto. Pienso que me quede dormida, y francamente no sé por cuánto tiempo yo había estado sentada ahí cuando unos faroles de repente despertaron mi atención. Un coche redujo la velocidad e hizo una parada. Logré ponerme de pie yo misma. No era un Strigoi el que había bajado de él. En cambio, un hombre viejo lo hizo. Él me miró detenidamente y dijo algo en ruso. Sacudí mi cabeza y di un paso. Él se inclinó en el coche y dijo algo, y poco después, una mujer más vieja se le unió. Ella me miró y sus ojos se ensancharon, con cara
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compasiva. Ella dijo algo que sonaba apacible y me ofreció su mano, cautelosa en la forma que uno se acercaría a un animal salvaje. La miré fijamente durante varios segundos y luego señalé hacia el horizonte púrpura. "Novosibirsk," dije. Ella siguió mi gesto y asintió. "Novosibirsk". Ella me indicó y luego subió al coche. Vacilé un poco y luego la deje conducirme en el asiento de atrás. Ella se quito su abrigo y lo puso sobre mí, y entonces noté que estaba empapada por la lluvia. Tenía que ser un desastre andando después de que todo por lo que yo había pasado esta noche. Era maravilloso que ellos se detuvieran. El anciano comenzó a conducir y se me ocurrió que yo podría acabar de adquirir un coche con asesinos en serie. ¿Pero entonces, cuál sería la diferencia del resto de mi noche? El dolor mental y físico comenzaba a arrastrarme hacia abajo, y con mi último esfuerzo, yo moje mis labios y ahogadamente lance afuera otra joya de mi vocabulario ruso. ¿"Pazvaneet?" La mujer miró hacia atrás para verme con sorpresa. Yo no estaba segura si yo pronunciaba las palabras correctas. Yo podía acabar de pedirle una cabina telefónica en vez de un teléfono de celular, o tal vez yo había pedido una jirafa, pero el mensaje llego con esperanza a pesar de todo. Poco después, ella metió la mano en su cartera y me dio un teléfono móvil Incluso en Siberia, cada quien estaba conectado. Con las manos temblorosas, marqué el número que ahora había aprendido de memoria. Una voz femenina contestó. "Alló ". ¿"Sydney? Es Rose.... "
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CAPITULO 27
NO RECONOCI AL SUJETO QUE Sydney había enviado a encontrarse con nosotras cuando llegamos a Novosibirsk, pero tenía el mismo tatuaje dorado que ella. Su cabello era igual al color de la arena y andaba por los treinta – y por supuesto era humano. Parecía ser alguien competente y confiable, y mientras me recostaba en el auto, el reía y le hablaba a la pareja de ancianos como si fuesen viejos amigos. Había un aire profesional y tranquilizador a su alrededor, y pronto ellos estaban sonriendo también. No estoy segura que les dijo, tal vez que yo era su hija rebelde o algo así, pero aparentemente ellos se sentían con la suficiente confianza de dejarme en sus manos. Supuse que con su trabajo, había usado el encanto alquimista. Cuando el anciano y la anciana se fueron en su auto, su modo cambio ligeramente. El no lucia tan frio como Sydney al principio, pero no había risas y chistes conmigo. El se puso claramente en modo de trabajo, y no pude más que recordar las historias de los hombres de negro, las personas que limpiaban después de los encuentros extraterrestres para mantener al mundo ignorante de la verdad. “¿puedes caminar?” pregunto, mirándome de arriba abajo. “no lo se,” respondí. Resulto que si podía, solo que no muy bien. Con su ayuda, eventualmente termine en una casa de pueblo en la parte residencial de la ciudad. Mi vista era borrosa y apenas podía mantenerme de pie en ese momento. Había más gente ahí, pero ninguno de ellos registrado. Lo único que importaba era la habitación a la que alguien me llevo. Hice acopio de la suficiente fuerza para poder librarme del brazo que me soportaba y acosté boca abajo justo en la mitad de la cama. Me dormí instantáneamente. Me desperté con la brillante luz del sol llenando mi cuarto y con voces hablando en susurrantes tonos. Considerando por todo lo que había pasado, no me habría sorprendido ver a Dimitri, Tatiana, o incluso al Dr. Olendzki de la Academia aquí. Pero en su lugar, era el rostro barbudo de Abe el que miro hacia abajo, la luz hacia que brillaran todas sus joyas. Por un momento, su rostro se volvió borroso, y todo lo que vi fue oscuridad, agua negra—agua que amenazaba con llevarme en sus corrientes. Las últimas palabras de Dimitri resonaron en mi cabeza: eso era lo que se suponía que yo tenía que decir. . . . El había entendido que yo quería escuchar que me amaba. ¿Que habría pasado si hubiésemos tenidos unos minutos más? ¿Habría dicho esas palabras? ¿Las abría realmente sentido? ¿Y hubiese importado? Con la misma convicción de la que había hecho acopio antes, aparte las aguas arremolinándose en mi cabeza, ordenándome a mi misma el olvidar la noche anterior por tanto tiempo como me fuera posible. Me ahogaría si pensase al respecto. Ahora tenía que nadar. El rostro de Abe volvió a enfocarse. “saludos, Zmey,” dije débilmente. De alguna manera, el que el estuviese
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aquí no me sorprendía. Sydney tendría que haberle dicho a sus superiores sobre mí, quienes a su vez le habrían dicho a Abe. “bueno de tu parte el haberte deslizado hasta aquí (dijo slither que es el deslizado de una serpiente).” El movió su cabeza, mostrando una triste sonrisa. “creo que me ganas cuando se trata de ser sigilosa en las oscuras esquinas. Creí que ibas camino a Montana.” “La próxima vez, asegúrate de escribir unos cuantos detalles más en tus tratos. O simplemente empaca mis cosas y mándame a los Estados Unidos tu mismo.” “Oh,” dijo, “eso es justamente lo que pienso hacer.” El siguió sonriendo mientras lo decía, pero de alguna manera, tenía el presentimiento que no estaba bromeando. Y repentinamente, ya no le temía a ese destino. El ir a casa estaba comenzando a oírse bien. Mark y Oksana se acercaron hasta estar a mi lado. Su presencia era inesperada pero bienvenida. Ellos también sonrieron, sus rostros melancólicos pero aliviados. Me senté en la cama, sorprendida de poder moverme en absoluto. “me curaste,” le dije a Oksana. “Aun me duele, pero ya no me siento como si fuese a morirme, lo que creo es una mejora.” Ella asintió. “Hice lo necesario para que no estuviera en peligro inminente. Pensé que podría hacer el resto cuando despertaras.” Menee la cabeza. “No, no. Me recuperare por mí misma.” Siempre odie cuando Lissa me curaba. No quería que ella gastase su energía en mí así como tampoco quería que invitara los efectos secundarios del espíritu. Lissa. …… Me quite de un solo las sabanas que me cubrían. “Oh Dios mío! Tengo que llegar a casa. Ahora.” Inmediatamente, tres pares de brazos bloquearon mi salida. “Espera,” dijo Mark. “No iras a ningún lado. Oksana solo te curo un poco. Te falta mucho para que estés completamente recuperada.” “y aun no nos has dicho que paso,” dijo Abe, sus ojos tan penetrantes como siempre. Era alguien que siempre necesitaba saberlo todo, y los misterios a mi alrededor probablemente lo volvían loco. “No hay tiempo! Lissa está en problemas. Tengo que regresar a la escuela.” Estaba recordándolo todo. El comportamiento errático de Lissa y sus locos y peligros actos de alarde, dirigida por alguna clase de compulsión—o súper compulsión, supuse, viendo como Avery había sido capaz de lanzarme fuera de la cabeza de Lissa. “Oh, ¿AHORA quieres volver a Montana?” exclamo Abe. “Rose, incluso si hubiese un aeroplano en el otro cuarto esperando por ti, es un viaje de veinte horas, mínimo. Y no estás en condición alguna de viajar.” Negué con la cabeza, aun tratando de ponerme de pie. Después de lo que enfrente anoche, este grupo no era una gran amenaza—bueno, tal vez Mark lo era—pero yo difícilmente podía comenzar a lanzar puñetazos. Y yeah, aun no estaba segura de lo que Abe podía hacer. “¡No lo entienden! Alguien está tratando de matar a Lissa o herirla o . . .”
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Bueno, realmente no entendía que era lo que Avery quería. Todo lo que sabía era que Avery de alguna manera había obligado a Lissa a hacer todo tipo de cosas temerarias. Ella tenía que ser increíblemente fuerte de espíritu para no solo lograr esas cosas sino que también mantenerlo oculto de Lissa y Adrian. Incluso había creado una aura falsa para esconder la dorada suya. No tenía idea de cómo esa magnitud de poder era posible, particularmente considerando que la personalidad alegre – amorosa de Avery difícilmente podía ser llamada loca. Cualquiera que fuera su plan, Lissa estaba en peligro. Tenía que hacer algo. Quitando a Abe de la ecuación, mire a Mark y Oksana suplicantemente. “ella es la que está unida a mi alma,” explique. “esta en problemas. Alguien está tratando de lastimarla. Debo ir a ella—tu entiendes por qué debo hacerlo.” Y vi en sus rostros que si entendían. También sabía que en mi situación, ellos intentarían lo mismo el uno por el otro. Mark suspiro.“Rose. . . te ayudaremos a llegar a ella, pero no lo podemos hacer ahora.” “contactaremos a la escuela,” dijo Abe como un hecho. “ellos se encargaran.” Seguro. ¿Y como exactamente haríamos eso? Llamaríamos al Director Lazar y le diríamos que su fiestera hijita estaba corrompiendo y controlando a la gente con poderes psíquicos y ¿que era necesario encerrarla por el bien de Lissa y el de todos los demás? Mi silencio pareció hacerlos pensar que me habían convencido, en particular a Abe. “Con la ayuda de Oksana, probablemente estarás en condiciones para irte mañana,” añadió. “puedo anotarte para el vuelo de la mañana el día siguiente.” “¿crees que ella estará bien hasta entonces?” Oksana me pregunto gentilmente. “Yo . . . no lo se . . .” ¿que podía hacer Avery en dos dias? ¿Enajenar y avergonzar a Lissa aun mas? Cosas horribles, pero no permanentes o de muerte. ¿Seguramente, seguramente. . . ella estaría bien hasta entonces, verdad? “déjame ver. . . .” Vi los ojos de Mark agrandarse ligeramente cuando comprendió que era lo que estaba a punto de hacer. Después no vi más del cuarto porque ya no estaba ahí. Estaba en la cabeza de Lissa. Un nuevo ambiente se creó a mi alrededor, y por medio segundo, pensé que me encontraba nuevamente de pie en el puente y estaba viendo hacia abajo, a las oscuras aguas y a una muerte fría. Luego entendí lo que veía—o más bien, lo que Lissa veía. Ella estaba parada en la orilla de una ventana en algún edificio del campus. Era de noche. No pude reconocer que edificio era, pero no importaba. Lissa estaba en lo que parecía ser el sexto piso, parada ahí en tacones altos, riéndose sobre algo mientras que el oscuro suelo se encontraba amenazante debajo de ella. Detrás de ella, escuche la voz de Avery. “Lissa, ten cuidado! No deberías estar ahí.” Pero tenía el mismo doble sentido que permitía todo lo que Avery hacia.
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Incluso cuando decía esas palabras de advertencia, yo podía sentir un deseo osado dentro de Lissa, algo que le estaba diciendo que estaba bien el estar donde ella se encontraba y que no se preocupase demasiado. Era la compulsión de Avery. Entonces, sentí ese rose en mi mente, y la molesta voz. ¿Tu otra vez? Fui forzada a regresar, de vuelta a la habitación en Novosibirsk. Abe se estaba casi histérico, aparentemente pensaba que avía entrado en algún tipo de estado catatónico, y Mark y Oksana estaban tratando de explicarle que era lo que había pasado. Parpadee y frote mi cabeza en lo que arreglaba mis pensamientos, y Mark respiro aliviado. “es mucho más extraño ver a alguien hacer eso, de lo que es hacerlo por mi mismo.” “esta en problemas,” dije, tratando de levantarme nuevamente. “ella está en problemas. . . y no sé qué hacer. . . .” Ellos tenían razón al decir que no había forma humanamente posible en la que yo pudiera llegar pronto hasta donde Lissa. E incluso si seguía la sugerencia de Abe y contactaba a la escuela. . . no estaba segura donde estaba Lissa o incluso si alguien de ahí me creería. Pensé en volver y tratar de leer la mente de Lissa para saber su localización, pero lo más seguro es que Avery me volvería a sacar. Por lo que brevemente había sentido, Lissa no llevaba su celular— ninguna sorpresa ahí. Había reglas estrictas acerca de andarlos en clase, por lo que ella usualmente lo dejaba en su habitación. Pero sabía de alguien que tendría el suyo. Y quien me creería. “¿Alguien tiene un teléfono?” pregunte. Abe me dio el suyo, y le marque a Adrian, me sorprendí de tenerlo memorizado. Adrian estaba molesto conmigo, pero se preocupaba por Lissa. El la ayudaría, sin importar su resentimiento hacia mí. y me creería cuando le tratase de explicar un loco, plan inducido por el espíritu. Pero cuando contestaron al otro lado, era su buzón de voz, no él. “se lo devastada que estarás extrañándome,” su feliz voz dijo, “pero deja un mensaje, y tratare de aliviar tu agonía lo antes posible.” Colgué, sintiéndome perdida. Repentinamente, mire a Oksana mientras una de mis locas ideas me vino a la cabeza. “Tu . . . Tu puedes hacer esa cosa . . . ¿donde activamente entras en la mente de alguien más y tocas sus pensamientos, verdad? Como lo hiciste conmigo?” Ella hizo una ligera mueca. “Si, pero no es algo que me guste hacer. No creo que sea correcto.” “¿los puedes influenciar una vez que estas dentro?” Ella lucia aun mas asqueada. “Bueno, si, por supuesto. . . las dos cosas son en realidad muy similares. Pero entrar en la mente de alguien es una cosa y el forzarlos a un comportamiento no deseado es otra cosa totalmente diferente.” “Mi amiga esta a punto de hacer algo peligroso,” dije. “podría matarla. Ella está siendo controlada, pero no puedo hacer nada al respecto. El vinculo no me deja alcanzarla. Solo puedo mirar. Su pudieras entrar en su cabeza y ordenarle que se alejara del peligro. . .”
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Oksana negó con la cabeza. “suponiendo que la moral no fuera un problema, no puedo influenciar a alguien que no esta aquí—mucho menos a alguien que nunca he conocido.” Pase una mano por mi cabello, el pánico estaba apoderándose de mí. Desearía que Oksana supiera como caminar en los sueños. Al menos eso le daría capacidad a larga distancia. Todos estos poderes del espíritu parecían estar unidos uno al otro, cada uno con una molesta adición. Alguien que pudiera caminar en los sueños podría ir un paso más adelante y visitar a alguien que se encontrara despierto. Una idea incluso más descabellada se me vino a la cabeza. Esta era un día de romper reglas. “Oksana . . . ¿tú puedes entrar en mi mente, verdad?” “Si,” confirmo ella. “¿Si yo . . . si yo me encontrara en la cabeza de ella en ese momento, podrías entrar en mi y luego en ella? ¿Podría yo, digamos, ser como un enlace entre ustedes?” “Nunca he oído de algo como eso,” murmuro Mark. “eso es porque nunca antes se han tenidos tantos usuarios del espíritu y besos de las sombras,” señale. Abe, entendiblemente, lucia completamente perdido. Una sombra cayó sobre el rostro de Oksana. “No lo se. . . .” “Una de dos o funciona o no funciona,” dije. “Si no funciona, entonces no se ha hecho ningún daño. Pero si lo hace tú podrías llegar hasta ella a través de mi . . . Tu puedes influenciarla.” Ella comenzó a hablar, pero la corte. “Lo sé, lo sé. . . piensas que está mal. Pero y ¿este otro usuario del espíritu? Ella es la que está mal. Todo lo que tienes que hacer es influenciar a Lissa a modo que se aleje del peligro. ¡Ella esta lista a saltar por una ventana! Detenla ahora; luego yo llegare hasta ella de una forma u otra y arreglare las cosas.” Y por arreglar las cosas, me refiero a arruinar el hermoso rostro de Avery con ojo morado. En mi bizarra vida, me e acostumbrado a que personas—especialmente adultos— rechacen mis extrañas ideas y proclamaciones. Tuve un tiempo muy duro convenciendo a las personas de que Víctor había secuestrado a Lissa y un tiempo igualmente difícil haciendo que los guardias me creyesen que la escuela estaba siendo atacada. Así que cuando situaciones de este tipo ocurrían, parte de mi casi esperaba alguna resistencia. Pero la cosa era, tan estable como ellos eran, Oksana y Mark habían estado peleando con espíritus la mayor parte de sus vidas. Loco era casi normal para ellos, y después de un momento, ella no me discutió más. “De acuerdo,” dijo. “Dame tus manos.” “¿Que está sucediendo?” pregunto Abe, aun sin pista de lo que ocurría. Tome un poco de satisfacción en el hecho verlo por una vez estaba fuera de su liga. Mark murmuro algo a Oksana en Ruso y la beso en la mejilla. Le estaba advirtiendo de que fuese cuidadosa, no condenándola por su decisión. Sabía que el querría lo mismo si ella estuviese en el lugar de Lissa. El amor que se reflejaba entre ellos era tan profundo y tan fuerte que casi perdí mi resolución de hacer esto. Ese tipo de amor me recordaba a Dimitri, y si yo me permitía pensar en el siquiera un momento más, iba
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a revivir la noche de ayer. . . . Tome las manos de Oksana, un nudo de miedo se enrollo en mi estomago. No me gustaba la idea de alguien en mi cabeza, incluso cuando ese era un sentimiento hipócrita viniendo de que constantemente se encontraba viajando dentro de la cabeza de su mejor amiga. Oksana me dio una pequeña sonrisa, incluso cuando era obvio que ella estaba tan nerviosa como yo. “Lo lamento,” dijo. “odio hacerle esto a la gente. . . .” Y luego lo sentí, la misma cosa que cuando Avery me sacaba. Era como la sensación física de alguien tocando mi cerebro. Jadee, mirando dentro de los ojos de Oksana mientras olas de calor y frio me recorrían. Oksana estaba en mi cabeza. “Ahora ve a tu amiga,” dijo. Lo hice. Concentre mis pensamientos en Lissa y la encontré aun parada en la orilla de la ventana. Mejor ahí que en el suelo, pero aun así la quería abajo y devuelta en el cuarto antes de que algo malo pasara. Aunque eso, no me tocaba hacerlo a mí. Yo era el Taxi, por decirlo así. Oksana era la que literalmente tenía que hacer que Lissa se bajara de la repisa. Solo que no tenía ninguna indicación de que la otra mujer hubiese venido conmigo. Cuando salte a la mente de Lissa, perdí esa sensación de que Oksana estaba ahí. No más rose en mi mente. ¿Oksana? ¿Pensé. Estas ahí? No había ninguna respuesta—no de Oksana, al menos. La respuesta vino de una muy inesperada fuente. ¿Rose? Era la vos de Lissa la que hablo dentro de mi mente. Ella se congelo en su posición en la ventana y abruptamente corto lo que fuera de lo que se estaba riendo con Avery. Sentí el terror y la confusión de Lissa al preguntarse si me estaba imaginando. Ella miro alrededor del cuarto, sus ojos pasaron por alto a Avery. Avery reconoció que algo estaba pasando, y su rostro se endureció. Sentí su presencia en la mente de Lissa y no me sorprendí cuando Avery trato de sacarme otra vez. Excepto—que no funciono. Antes cuando Avery me avía sacado se había sentido como un empujón real. Tuve la impresión de que cuando lo intento esta vez, ella lo sintió como si pateara una pared de ladrillos. Yo ya no era tan fácil de empujar. Oksana estaba conmigo de alguna manera, dándome su fuerza. Avery aun estaba a la vista de Lissa, y vi esos adorables ojos azules-grises agrandarse por la sorpresa de que ella ya no podía controlarme. Oh, pensé. ¡Es la hora, perra! ¿Rose? La vos de Lissa estaba ahí nuevamente. ¿Me estoy volviendo loca? Aun no. Pero tienes que bajarte, ahora. Creo que Avery está tratando de matarte. ¿Matarme? Podía sentir y escuchar la incredulidad de Lissa. Ella nunca haría eso. Mira, no vamos a discutirlo por ahora. Solo bájate de la ventana. Sentí el impulso en Lissa, la sentí moverse y comenzar a poner un pie abajo.
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Y luego fue como si alguna parte de ella la detuviera. Su pie se quedo donde estaba. . . y lentamente comenzó a volverse inestable. . . . Ese era el trabajo de Avery. Me pregunte si Oksana, encontrándose en la parte trasera de esta unión, podría ganarle a esa compulsión. No, Oksana no estaba activa aquí. Los poderes de su espíritu de alguna manera me habían metido en una activa comunicación con Lissa, pero ella permanecía pasiva. Había esperado ser el puente y que otra vez del que Oksana saltaría a la mente de liza y la haría bajar. La situación se había revertido, y yo no tenía exactamente poderes de compulsión. Todo lo que tenia era una astucia legendaria y el poder de la persuasión. Lissa, tienes que pelear contra Avery, dije. Ella es una usuaria del espíritu, y lo está usando sobre ti. Eres una de las más fuertes usuarias de la compulsión que conozco. Debes ser capaz de contrarrestarla. Primero fue mi respuesta. No puedo . . . No puedo usar la compulsión en estos momentos. ¿Por qué no? Porque he estado bebiendo. Gruñí mentalmente. Por supuesto. Eso era por lo que Avery siempre era tan rápida en darle alcohol a Lissa. Eso dormía el espíritu, tal como lo demostraban las frecuentes indulgencias de Adrian. Avery había animado el hecho de beber para que las habilidades del espíritu de Lissa se debilitaran y así tener menos resistencia. Habían veces en las que Lissa no había podido decir exactamente cuánto esta bebiendo Avery; en retrospectiva, Avery debe de haber estado fingiendo mucho. Entonces usa el ordinario poder de la voluntad, le dije. Es posible resistirse a la compulsión. Era cierto. La compulsión no era un pase automático a la dominación mundial. Algunas personas eran mejores resintiéndolo que otras, aunque un Strigoi o un usuario del espíritu ciertamente complicaban las cosas. Sentí a Lissa aumentar su resolución, la senti repetir mis palabras una y otra vez, que ella tenía que ser fuerte y bajarse de la repisa. Ella trato de quitarse el impulso que Avery avía plantado, y sin saber cómo, repentinamente me encontré haciendo lo mismo. Lissa y yo unimos nuestras fuerzas y comenzamos a sacar a Avery. En el mundo físico, las miradas de Avery y Lissa se encontraban fijas mientras la lucha psíquica continuaba. El rostro de Avery mostraba una gran concentración la cual prontamente se convirtió en shock. Ella había notado que yo también estaba peleando en su contra. Sus ojos se estrecharon, y cuando hablo, fue a mí a quien se dirigió y no a Lissa. “Oh,” Avery silbo, “no te quieres meter conmigo.” ¿Qué no? Otra vez esa sensación de calor y de alguien metiéndose en mi mente. Solo que no se trataba de Oksana. Era Avery, y estaba asiendo una gran investigación de mis pensamientos y de mi memoria. Ahora entendí lo que Oksana quería decir acerca de que era algo invasivo y una violación. No era solo ver a través de los ojos de alguien más; era espiar en sus más íntimos pensamientos. y luego, el mundo a mi alrededor se disolvió. Me encontré en un cuarto que no conocía. Por un momento, pensé en la mansión de Galina. Este lugar ciertamente tenía
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esa sensación de dinero y cosas costosas. Pero no. Después de un momento de exanimación, me di cuenta que no era lo mismo en absoluto. Los muebles eran diferentes. Incluso la vibra era diferente. La casa de Galina era hermos, pero había un sentido de impersonalidad. Este lugar era invitante y claramente amado. El acogedor sofá tenía una pluma tirada al azar en una esquina, como si alguien-o tal vez dos personashabían estado abrazándose debajo. Y aun cuando el cuarto no lucia exactamente desordenado, había cosas desparramadas— libros, fotografías enmarcadas—lo que indicaba que este cuarto era usado y no estaba solo de muestra. Camine hacia un pequeño estante y recogí una de las fotos enmarcadas. Casi la bote cuando vi lo que era. Era una foto de Dimitri conmigo—pero no me acordaba de ello. Estábamos brazo con brazo, con nuestros rostros juntos a modo de que ambos saliéramos en la foto. Yo reía de oreja a oreja, y el también lucia una jovial sonrisa, una que difícilmente yo había visto en su rostro. Eso suavizaba parte de la ferocidad protectora que usualmente llenaba los rasgos de su rostro y lo hacía ver aun mas sexi de lo que yo me hubiese imaginado. Una porción de ese cabello castaño se había salido de su cola de caballo y caía sobre su mejilla. Detrás de nosotros estaba una ciudad que inmediatamente reconocí: San Petesburgo. Fruncí el seño. No, está definitivamente era una foto que no podía existir. Aun me encontraba estudiándola cuando escuche a alguien entrar a la habitación. Cuando vi quien era, mi corazón se detuvo. Puse la foto devuelta en su estante con manos temblorosas y me aleje unos cuantos pasos. Era Dimitri.
El estaba usando jeans y una camiseta roja que le definía perfectamente los músculos de su cuerpo. Su cabello estaba suelto y ligeramente húmedo, como si acabase de salir de la ducha. Sostenía dos tasas y rio al verme. “¿aun no estás vestida?” pregunto, meneando su cabeza. “estarán aquí en cualquier minuto.” Me mire y vi que llevaba puesta unos normales pantaloncillos de pijama y un top. El me pasó la taza, yo estaba demasiado sorprendida para hacer algo más que tomarla. Mire que contenía-chocolate caliente—y luego voltee hacia él. Sus ojos no estaban rojos, no había maldad en su rostro. Solo preciosa calidez y afecto. Era mi Dimitri, el que me había amado y protegido. El que tenía un corazón y una alma puros.. “¿Quien. . . quien vendrá?” pregunte. “Lissa y Christian. Ellos vendrán a desayunar.” Me miro desconcertado. “¿te encuentras bien?” Mire a mí alrededor, nuevamente observando la confortable habitación. A través de una ventana, vi un patio trasero lleno de arboles y flores. La luz del sol caía sobre la alfombra. Me volví hacia él y menee la cabeza. “¿Qué es esto? ¿Dónde estamos?”
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Frunció el ceño. Dando un paso adelante tomo nuevamente la taza de mis manos, y puso ambas en un estante. Sus manos se posaron en mis caderas, di un pequeño salto pero no me aleje—¿como podría cuando el lucia tanto como mi Dimitri? “Esta es nuestra casa,” dijo, acercándome a él. “en Pensilvania.” “¿Pensilvania. . . estamos en la Corte Real?” Se encogió de hombros. “esta a unas cuantas millas de aquí.” Lentamente menee mi cabeza. “No. . . eso es imposible. No podemos tener un hogar junto. Y definitivamente no cerca de los demás. Ellos nunca nos dejarían.” Si en algún desquiciado mundo Dimitri y yo vivíamos juntos, tendríamos que hacerlo en secreto—en algún lugar remoto, como Siberia. “Tu insististe,” dijo con una pequeña sonrisa. “y a ninguno de ellos le importa. Lo aceptaron. Además, tu dijiste que teníamos que vivir cerca de Lissa.” Mi mente se tambaleo. ¿Que estaba sucediendo? ¿Cómo era posible esto? ¿Cómo podía estar viviendo con Dimitri—especialmente tan cerca de los Moroi? Esto no estaba bien. . . y aun así, se sentía…correcto. Mirando a mí alrededor, podía ver como esta era mi casa. Podía sentir el amor en ella, sentir la conexión que Dimitri y yo teníamos con ella. Pero. . . ¿cómo podía estar en realidad con Dimitri? ¿No se suponía que yo estaba haciendo algo más? ¿No se suponía que estaba en otro lugar? “Eres un Strigoi,” dije al fin. “No . . . estas muerto. Te mate.” El deslizo un dedo por mi mejilla, aun dándome esa triste sonrisa. “¿Parezco muerto? ¿Luzco como un Strigoi?” No. El lucia maravilloso y sexi y fuerte. Eran todas las cosas que yo recordaba, todas las cosas que amaba. “Pero tú estabas . . .” me detuve, aun confusa. Esto no estaba bien. Había algo que tenía yo a qué hacer, pero aun no podía recordar que. “¿Que sucedió?” Su mano regreso a mi cintura, y me halo en un fuerte abrazo. “Me salvaste,” murmuro en mi oído. “Tu amor me salvo, Roza. Tú me trajiste devuelta para que pudiésemos estar juntos.” ¿Lo había hecho? Tampoco tenía recuerdos al respecto. Pero todo esto parecía tan real, y se sentía tan maravilloso. Extrañaba sus brazos alrededor mio. El me había sostenído siendo un Strigoi, pero nunca se sintió como esto. Y cuando él se agacho y me beso, supe con seguridad que no era un Strigoi. No sé cómo pude haberme engañado cuando estuve donde Galina. Este beso estaba vivo. Ardía dentro de mi alma, y mientras mis labios presionaron tan ansiosamente contra los suyos, sentí esa conexión, la que me decía que no había nadie más en el mundo para mi, solo él. Solo que, no podía quitarme esa sensación de que no se suponía que yo estuviera aquí. ¿Pero donde se suponía que debía estar? Lissa . . . tenía que ver con Lissa . . . Rompí el beso pero no el abrazo. Mi cabeza descanso sobre su pecho. “¿realmente te salve?” “Tu amor era demasiado fuerte. Nuestro amor era demasiado fuerte. Ni siquiera los muertos vivientes pudieron separarnos.”
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Quería creerlo. Desesperadamente. Pero esa vos aun estaba en mi cabeza. . . . Lissa. ¿Que con Lissa? Entonces, vino a mí. Lissa y Avery. Tenía que salvar a Lissa de Avery. Me aleje de golpe de Dimitri, y me miro sorprendido. “¿Que estas asiendo?” “esto no es real,” dije. “Es un truco. Aun eres un Strigoi. No podemos estar juntos—no aquí, no entre los Moroi.” “Por supuesto que podemos.” Había dolor en sus profundos ojos café, y eso partía mi corazón. “No quieres estar conmigo?” “Tengo que volver con Lissa. . . .” “Déjala ir,” dijo, acercándoseme nuevamente. “Deja todo. Quédate conmigo—podemos tener todo lo que alguna vez quisimos, Rose. Podemos estar juntos todos los días, despertar uno al lado del otro todas las mañanas.” “No.” Dio un paso atrás. Sabía que si no lo hacía, el me besaría nuevamente, y entonces realmente estaría perdida. Lissa me necesitaba. Lissa estaba atrapada. Con cada segundo que pasaba, los detalles sobre Avery estaban regresándome. Todo esto era una ilusión. “¿Rose?” pregunto. Había tanto dolor en su vos. “¿Que estás haciendo?” “lo siento,” dije, sintiéndome al borde de las lagrimas. Lissa. Tenía que ir con Lissa. “Esto no es real. Te has ido. Nosotros nunca podremos estar juntos, pero aun puedo ayudarla.” “La amas más que a mí?” Lissa me había preguntado casi lo mismo cuando me fui para cazar a Dimitri. Mi vida estaba condenada a siempre tener que escoger entre ellos. “Los amo a los dos,” conteste. Y con eso, use toda mi voluntad para regresar con Lissa, donde quera que ella estuviera, y elevarme de esta fantasía. Honestamente, podía pasar el resto de mis días en ese mundo de ilusión, viviendo con Dimitri en esa casa, despertando con el cada mañana como él lo había dicho. Pero no era real. Era demasiado fácil, y si estaba aprendiendo algo era que la vida no era fácil. El esfuerzo era insoportable, pero de pronto, me encontré viendo el cuarto en Vladimir’s. me concentre en Avery quien estaba mirándonos a Lissa y a mí. ella había sacado el recuerdo que mas me atormentaba, tratando de confundirme y alejarme de Lissa con una fantasía que yo deseaba más que nada en este mundo. Había luchado contra la trampa mental de Avery y me sentía bastante petulante al respecto—a pesar del dolor en mi corazón. Desearía poder comunicarme con ella y hacerle unos comentarios respecto a lo que pensaba de ella y de su jueguito. Como eso no se podía, agregue mi voluntad a la de Lissa una vez más, y juntas, bajamos de la repisa al piso de la habitación. Avery estaba sudando visiblemente, y cuando comprendió que había perdido la competencia psíquica, su hermoso rostro se volvió bastante feo. “Bien,” dijo. “hay maneras más fáciles de matarte.” Reed entro repentinamente a la habitación, luciendo tan hostil como
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siempre. No tenía idea de donde había llegado o como sabia que debía aparecer justo en ese momento, pero se dirigió directamente hacia Lissa, sus manos tratando de alcanzarla. Esa ventana abierta justo tras ella, y no era necesario ser un genio para determinar sus intenciones. Avery había tratado de hacer que Lissa saltara por la ventana usando la compulsión. Reed iba a tirarla de un solo. Una conversación mental voló entre Lissa y yo en el tiempo en que dura un latido. De acuerdo, le dije. Esta es la situación. Vamos a tener que hacer un pequeño cambio de papeles. ¿De que estás hablando? Miedo la lleno, lo que era entendible, viendo como las manos de Reed estaban a segundos de agarrarla. Bueno, dije, acabo de tener una lucha por el poder psíquicamente. Lo que significa que tu vas a tener que pelear. Y te mostrare como. CAPITULO 28 Lissa no tuvo que decir nada para expresar su shock. Los sentimientos de asombro absoluto derramándose en mí dijeron más de lo que podría cualquier palabra. Yo, sin embargo, tenía una importante palabra para ella: Agáchate! Pienso que fue su sorpresa la que la hizo responder tan rápido. Ella cayó al piso. El movimiento fue torpe, pero quitó su cuerpo del ataque directo de Reed y la puso (en su mayor parte) fuera del alcance de la ventana. Él todavía colisionó con el hombro de ella y con el costado de su cabeza, pero sólo la golpeó y le causó un pequeño dolor. Por supuesto, “un pequeño dolor” significaba cosas totalmente diferentes para nosotras. Lissa había sido torturada un par de veces, pero la mayoría de sus batallas eran mentales. Ella nunca había estado en una confrontación física de uno-contra-uno. Ser arrojada contra paredes era un acontecimiento normal para mí, pero para ella, un pequeño golpe en la cabeza era monumental. Gatea lejos, ordené. Aléjate de él y de la ventana. Encamínate hacia la puerta si es posible. Lissa empezó a moverse sobre sus manos y pies, pero fue demasiado lenta. Reed la tomó del pelo. Yo medio me sentía como si estuviéramos jugando el juego del teléfono. Con el retraso mío en darle directivas y ella en entender cómo responder, yo podría bien haber estado pasándoles el mensaje a cinco personas antes de que llegara a ella. Deseé poder controlar su cuerpo como una marioneta, pero yo no era usuaria del espíritu. Va a doler, pero gira lo mejor que puedas y golpéalo. Oh, eso sí dolió. Tratar de girar su cuerpo significaba que el agarre de él en su pelo jalara mucho más dolorosamente. Ella lo manejó razonablemente bien, sin embargo, y se sacudió fuera de Reed. Sus golpes no eran tan coordinados, pero lo sorprendieron bastante como para que dejara ir su cabello y tratara de eludirla. Ahí fue cuando me di cuenta que él
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tampoco era totalmente coordinado. Él era más fuerte que ella, verdad, pero él obviamente no tenía entrenamiento de combate fuera de golpes básicos y lanzar su peso por todos lados. Él no había venido aquí por una pelea verdadera, él había venido simplemente a lanzarla por la ventana y estar hecho con eso. Escápate si puedes, escápate si puedes. Ella gateó por el piso, pero desafortunadamente su camino de escape no le dio acceso a la puerta. En lugar de eso, ella retrocedió más lejos dentro de la habitación hasta que su espalda chocó contra una silla rodante de escritorio. Agárrala, pégale con ella. Más fácil decirlo que hacerlo. Él estaba justo allí, todavía tratando de agarrarla y tirarla a sus pies. Ella sostuvo la silla y trató de rodarla contra él. Yo había querido que ella la levantara y le pegara con la silla, pero eso no era lo bastante fácil para ella. Ella puso, sin embargo, logró conseguir ponerse de pie y poner la silla entre ellos dos. Yo la dirigí para que siguiera pegándole con la silla en un esfuerzo de hacerlo replegarse. Funcionó un poco, pero no tenía la suficiente fuerza para dañarlo realmente. Mientras tanto, yo medio esperaba que Avery se uniera a la pelea. No hubiera tomado mucho esfuerzo asistir a Reed para doblegar a Lissa. En lugar de eso, por el costado del ojo de Lissa, vi a Avery sentada perfectamente quieta, sus ojos desenfocados y ligeramente vidriosos. Okey, eso era extraño, pero yo no tenía quejas a cerca de ella estando fuera del conflicto. Como estaban las cosas, Lissa y Reed estaban en un punto muerto, uno del que tenía que sacarla a ella. Tú estás a la defensiva, dije. Necesitas tomar el ataque hacia él. Finalmente recibí una respuesta de regreso. Qué? Yo no puedo hacer nada como eso! No tengo ninguna pista de cómo! Te mostraré. Patéalo, preferentemente entre las piernas. Eso derriba a la mayoría de los tipos. Sin palabras, traté de enviarle los sentimientos dentro de ella, enseñándole el modo correcto de tensar los músculos y lanzar un golpe fuerte. Armándose de valor, ella empujó la silla lejos, para que no hubiera nada ente ella y Reed. Esto lo tomó por sorpresa, dándole a ella una breve abertura. Su pierna arremetió. Perdió el objetivo de oro, pero si golpeó su rodilla. Eso fue casi tan bueno. Él tropezó hacia atrás mientras su pierna colapsaba debajo de él y sólo consiguió agarrar la silla como soporte. Ésta intentó rodar, lo cual no lo ayudó a él en nada. Lissa no necesitó ningún impulso para correr hacia la puerta en este punto, excepto que estaba cerrada. Simón acababa de entrar. Por un momento, ambas, Lissa y yo nos sentimos aliviadas. Un guardián! Los guardianes eran seguros. Los guardianes nos protegían. El caso era, éste guardián trabajaba para Avery, y pronto estuvo claro que sus servicios iban más allá de mantener a los Strigoi lejos de ella. Él entró a zancadas, y sin vacilación agarró a Lissa y la arrastró severamente de regreso a la ventana.
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Mi directiva flaqueó en ese momento. Había sido una buena coach en mostrarle a ella como eludir a un maleducado adolescente. Pero un guardián? Y ese maleducado adolescente se había recobrado y unido a Simon para terminar el trabajo. Compélelo! Era mi último desesperado intento. Ésa era la fuerza de Lissa. Desafortunadamente, mientras que el alcohol que había consumido más temprano se había metabolizado para mejorar su coordinación, todavía estaba afectando su control del espíritu. Ella podía tocar el poder- pero no mucho de éste. Su control era torpe también. No obstante, su determinación era fuerte. Ella arrastró tanto del espíritu como pudo, canalizándolo en compulsión. No pasó nada. Entonces, sentí ese cosquilleo extraño en mi cabeza. Al principio pensé que Avery estaba de regreso en la escena, sólo que más que alguien alcanzándome dentro, era más como que ellos me alcanzaban a través mío. El poder de Lissa surgió, y me dí cuenta lo que había pasado. Oksana estaba todavía allí, en algún lugar en el fondo, y ella estaba prestando su fuerza nuevamente, canalizándola a través mío y dentro de Lissa. Simón se congeló, y fue casi divertido. Él se crispó ligeramente, balanceándose de aquí para allá mientras trataba de avanzar hacia ella y finalizar su letal tarea. Era como que estaba suspendido en gelatina. Lissa estaba insegura de moverse, por temor a romper su control. También estaba el asunto que Reed no estaba siendo compelido, pero por el momento, él parecía demasiado confundido por lo que le estaba pasando a Simon para reaccionar. “Tú no puedes simplemente matarme!” Lissa soltó fuera. “No piensas que la gente va a hacer preguntas cuando encuentren mi cuerpo empujado por una ventana?” “Ellos no lo notarán,” dijo Simon rígidamente. Hasta las palabras requerían esfuerzo. “No cuando estés resucitada. Y si no puedes estarlo, entonces sólo será un trágico accidente que le ocurrió a una chica preocupada.” Lentamente, lentamente él empezó a salir de su compulsión. El poder de ella, si bien seguía allí, estaba debilitándose un poco- había una fisura en alguna parte y se estaba derramando fuera. Sospeché que podría ser la influencia de Avery ó simplemente la fatiga mental de Lissa. Tal vez ambas. Una suprema mirada de satisfacción cruzó las facciones de Simon mientras él se abalanzaba hacia adelante, y luego – Él se congeló nuevamente. Un aura dorada resplandeciente se iluminó en la periferia de Lissa. Ella miró por arriba sólo lo suficiente para ver a Adrián en la puerta. La mirada en su cara fue cómica, pero shockeado ó no, él había captado lo suficiente para hacer a Simon su objetivo. Era la compulsión de Adrián la que sujetaba al guardián en su sitio ahora. Lissa se retorció fuera, aun de nuevo tratando de no exponerse a la abertura de esa maldita ventana. “Sujétalo!” gritó Lissa.
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Adrián hizo una mueca. “No…puedo. Qué diablos? Es como que hay alguien más allí…” “Avery”, dijo Lissa, dándole una pequeña mirada a la otra chica. La cara de Avery se había vuelto pálida incluso para un Moroi. Su respiración fue pesada, y su sudor se había incrementado. Ella estaba luchando la contra compulsión de Adrián. Después de algunos segundos, Simon se liberó aún otra vez. Él avanzó hacia Lissa y Adrián, aunque sus movimientos parecían lerdos. Hijo de puta, pensé. Ahora qué? demandó Lissa. Reed. Ve por Reed. Sácalo del cuadro. Reed había estado congelado durante la lucha con Simon, observando con fascinación. Y como aquellas del guardián, las acciones de Reed parecían un poco lerdas. Todavía, él estaba moviéndose hacia Lissa nuevamente. Simon había aparentemente decidido que la amenaza inmediata era Adrián y se estaba dirigiendo en ese camino. Tiempo de ver si divide y conquistarás funcionaría. Qué acerca de Adrián? Preguntó Lissa. Nosotras vamos a tener que dejarlo por las suyas por un minuto. Alcanza a Reed. Noquéalo. Qué??? Pero ella avanzó hacia él de cualquier manera, moviéndose con una determinación que me llenó de orgullo. La cara de él se curvó en un gruñido. Él estaba frenético y demasiado confiado, sin embargo- no pensando claramente y todavía moviéndose en una manera desgarbada. Una vez más, traté de enseñarle a Lissa sin palabras. No podía hacerla hacer nada, pero traté de hacerla sentir cómo era dar un golpe a alguien. Cómo traer de regreso su brazo, doblar sus dedos en el modo apropiado, aumentar la fuerza. Después de lo que la había visto hacer más temprano, lo mejor que podía esperar era una decente aproximación a un golpe, lo suficiente como para mantenerlo fuera de ella y crear un retraso mayor. Y ahí fue cuando algo realmente hermoso pasó. Lissa le dio un puñetazo en la nariz. Y quiero decir, puñetazo. Las dos escuchamos el impacto, escuchamos la nariz romperse. La sangre salía. Él voló hacia atrás, ambos, él y Lissa mirando con ojos-bien-abiertos. Nunca, nunca hubiera creído que Lissa era capaz de algo como eso. No la dulce, delicada, y hermosa Lissa. Quería gritar y bailar de alegría. Pero esto no estaba terminado todavía. No pares! Pégale de nuevo. Tú tienes que noquearlo! Lo hice! Chilló ella, horrorizada por lo que había hecho. Su puño también estaba en agonizante dolor. Yo no había realmente mencionado esa parte durante su entrenamiento. No, tú tienes que incapacitarlo, le dije. Creo que él y Avery tienen un vínculo, y creo que ella está sacando su poder de él. Tiene sentido ahora, el porqué él se había congelado cuando Avery extrajo poder para usar la compulsión, el porqué él había sabido aparecer cuando lo había hecho. Ella había usado su vínculo para llamarlo.
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Y así Lissa fue tras Reed nuevamente. Ella le entró dos golpes más, uno de los cuales noqueó su cabeza contra la pared. Los labio de él se partieron y sus rasgos se aflojaron. Él cayó al piso, los ojos quedándose ausentes. No estaba segura si él estaba enteramente inconsciente, pero él estaba fuera de esto por el momento. Fuera hacia un lado, escuché un pequeño chillido de Avery. Lissa se volvió hacia Adrián y Simon. Adrián había cesado cualquier intento de compulsión, porque Simon estaba involucrado en un ataque extremo. La cara de Adrián mostraba que él había tomado algunos pequeños golpes por él mismo, y me imaginé que, como Lissa, él nunca se había involucrado en esta clase de combate físico. Sin ninguna necesidad de directivas mías, Lissa avanzó a zancadas y encendió su compulsión. Simon se agitó por la sorpresa, sin detener su ataque, pero tomado fuera de guardia. Lissa estaba todavía débil, pero las paredes alrededor de él habían caído un poco, justo como yo sospeché que lo harían. Ayúdame! gritó Lissa. Con el momentáneo lapso de parte de Simon, Adrián trató de ejercer su espíritu también. Lissa sintió y vio el cambio en su aura mientras la magia fluía a través de él. Ella lo sintió unírsele en el ataque psíquico de ellos a Simon, y un momento después, yo detecté a Oksana unirse a la refriega. Quise jugar al general y gritar órdenes, pero ésta ya no era mi batalla. Los ojos de Simon se abrieron amplios, y cayó sobre sus rodillas. Lissa pudo sentir a los otros dos usuarios del espíritu- y estuvo un poco sorprendida por la presencia de Oksana- y tuvo la vaga impresión que todos le estaban haciendo cosas ligeramente diferentes a Simon. Lissa estaba tratando de compelerlo a detener su ataque, para simplemente sentarse quieto. Su breve roce con la magia de Adrián le dijo que él estaba tratando de hacer dormir al guardián, y Oksana estaba intentando obligar a Simon a salir corriendo del cuarto. Los mensajes conflictivos y todo ese poder fue demasiado. Lo último de las defensas de Simon cayó cuando todos esos mensajes mezclados estallaron en él, creando un maremoto de espíritu. Él colapsó hacia el piso. Con toda su magia combinada, los usuarios del espíritu lo habían dejado inconsciente. Lissa y Adrián voltearon hacia Avery, preparándose a ellos mismos, pero no hubo necesidad. Tan pronto como todo ese espíritu había estallado dentro de Simon, Avery había comenzado a gritar. Y a gritar y a gritar. Ella agarró los costados de su cabeza, el sonido de su voz horrible y crispante. Lissa y Adrián intercambiaron miradas, inseguros de cómo manejar este nuevo suceso. “Por el amor de Dios,” jadeó Adrián, extenuado. “Cómo la callamos?” Lissa no lo sabía. Ella consideró acercarse a Avery y tratar de ayudarla, a pesar de todo lo que había pasado. Pero unos segundos más tarde, Avery se calmó. Ella no se desmayó como lo hicieron sus compañeros. Ella se sentó allí, mirando fijamente. Su expresión ya no parecía a la mirada aturdida que ella había tenido mientras ejercía el espíritu. Estaba sólo…en blanco. Como si no hubiera nada en ella en absoluto.
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“Qu-qué pasó?” preguntó Lissa. Yo tenía la respuesta. El espíritu había inundado desde Simon dentro de ella. La fritó. Lissa estaba espantada. Cómo pudo ir de Simon hacia ella? Porque ellos estaban vinculados. Tú dijiste que ella estaba vinculada a Reed! Ella lo está. Ella está vinculada a ambos. Lissa había estado demasiado distraída mientras estaba peleando por su vida, pero yo fui capaz de notar las auras de todos a través de sus ojos. Avery-ya no enmascarando la suya- había poseído una dorada, justo como Adrián y Lissa. Simon y Reed casi unas idénticas, con colores comunes-anillados en negro. Ellos eran besados-por-la-sombra, ambos habían sido traídos de la muerte por Avery. Lissa no hizo más preguntas y simplemente se dejó caer en los brazos de Adrián. No hubo nada romántico en esto, sólo una desesperada necesidad en ambas partes de estar cerca de un amigo. “Por qué viniste?” le preguntó ella a él. “Estás bromeando? Cómo podría no haberlo hecho? Ustedes chicos eran como una hoguera con todo el espíritu que estaban ejerciendo. Lo sentí todo el camino a través del campus.” Él miró todo alrededor. “Hombre, tengo un montón de preguntas.” “Tú y yo, ambos,” masculló ella. Me tengo que ir, le dije a Lissa. Me sentí un poco melancólica al tener que dejarlos. Te extraño. Cuando volverás? Pronto. Gracias. Gracias por estar allí para mí. Siempre. Sospeché que le estaba sonriendo en mi propio cuerpo. Oh, y Lissa? Dile a Adrián que estoy orgullosa de él. El cuarto de la Academia se desvaneció. Yo estaba una vez más sentada en una cama al otro lado del mundo. Abe estaba mirándome con preocupación. Marc también estaba preocupado pero él tenía ojos sólo para Oksana, quien yacía al lado mío. Ella lucía un poco como Avery, pálida y sudando. Marc sujetó su mano frenéticamente, miedo por todo su ser. “Estás bien?” Ella sonrió. “Sólo cansada. Estaré bien.” Yo quería abrazarla. “Gracias,” respiré. “Muchas gracias.” “Me alegro de haber ayudado,”dijo ella. “Pero espero no tener que hacerlo de nuevo. Fue… extraño. No estoy segura de qué rol jugué allí.” “Yo tampoco.” Había sido raro. A veces fue como que Oksana hubiera estado realmente allí, luchando todo el tiempo con Lissa y los otros. Otras veces, había sentido como si Oksana se hubiera fusionado conmigo. Me estremecí. Demasiadas mentes conectadas juntas. “La próxima vez, tú tienes que estar al lado de ella,” dijo Oksana. “En el mundo real.” Miré abajo a mis manos, confundida e insegura de que pensar. El anillo plateado destelló hacia mí. Me lo saqué y se lo entregué a ella.
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“Este anillo me salvó. Puede sanarte aunque tú lo hayas hecho?” Ella lo sostuvo en su mano por un momento y luego me lo devolvió. “No, pero como dije, me recuperaré. Yo me sano rápidamente por mi misma.” Era cierto. Yo había visto a Lissa sanarse notablemente rápido en el pasado. Era parte de siempre tener espíritu en ti. Clavé los ojos en el anillo, y algo molesto vino a mi mente. Era un pensamiento que me había golpeado cuando manejaba con la pareja vieja hacia Novosibirsk, cuando había entrado y salido de la conciencia. “Oksana… un Strigoi tocó este anillo. Y por unos pocos momentosmientras que lo hizo- fue como si…bueno, él todavía es un Strigoi, sin duda. Pero cuando lo sostuvo, fue casi como él solía ser antes también.” Oksana no respondió de inmediato. Ella contempló a Marc, y ellos se mantuvieron la mirada por un largo tiempo. Él mordió su labio y negó con la cabeza. “No” dijo él. “Es un cuento de hadas.” “Qué?” exclamé. Miré de acá para allá entre él. “Si tú sabes algo acerca de esto-acerca de Strigoi- tú tienes que decirme! Marc habló bruscamente en ruso, una voz de advertencia. Oksana miró igualmente determinada. “No es nuestro lugar el guardar información”, respondió ella. Ella se volteó hacia mí, con cara grave. “Te dijo Marc acerca de los otros Moroi que conocimos tiempo atrás…los otros usuarios del espíritu? Asentí. “Si” “Él solía contar un montón de historias- las cuales yo pensaba que en su mayoría no eran ciertas. Pero una de ellas…bueno, el afirmaba que restauró a un Strigoi a la vida.” Abe, silencioso hasta ahora, se burló. “Ése es un cuento de hadas”. “Qué?” mi mundo entero se tambaleó. “Cómo?” “No lo se. Él nunca lo elaboró mucho, y los detalles a menudo cambiaban. Su mente estaba ida, y pienso que la mitad de lo que dijo era imaginario,” explicó ella. “Él estaba loco,” dijo Marc. “No fue cierto. No te enganches en la fantasía de un demente. No te obsesiones con esto. No dejes que esto se convierta en tu próxima búsqueda vigilante. Tú necesitas regresar con tu pareja de vínculo.” Tragué, cada emoción en el mundo agitándose en mi estómago. Era cierto? ¿Había restaurado un usuario del espíritu a un Strigoi a la vida? Teóricamente…bueno, si los usuarios del espíritu podían curar y traer de vuelta a los muertos, ¿por qué no a los no muertos? Y Dimitri…Dimitri había parecido definitivamente cambiado mientras sostenía el anillo. ¿Lo había afectado el espíritu y le había tocado algunas partes de su viejo él? En ese momento, yo simplemente asumí que eran los cariñosos recuerdos de su familia afectándolo… “Necesito hablar con este tipo,” murmuré. No que supiese porque. Cuento ó no, era demasiado tarde. Yo lo había hecho. Yo había matado a Dimitri. Nada lo traería de regreso ahora,
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ningún milagro del espíritu. El ritmo de mi corazón se aceleró, y yo apenas podía respirar. En mi mente, lo veía caer, caer…caer para siempre con la estaca en su pecho. ¿Hubiera dicho él que me amaba? Me preguntaría eso por el resto de mi vida. La agonía y la pena me inundaron, aunque al mismo tiempo, el alivio estaba también allí. Había liberado a Dimitri de un estado de maldad. Le había traído paz, enviándolo hacia la felicidad. Tal vez él y Mason estuvieran juntos en alguna parte del cielo, practicando algunos movimientos de guardianes. Yo había echo lo correcto. No debería haber arrepentimientos aquí. Ajena a mis emociones, Oksana se dirigió a mi última declaración. “Mark no estaba bromeando. Este hombre está loco-si él todavía está vivo. La última vez que lo vimos, él apenas podía mantener una conversación ó aun usar su magia. Él corrió a esconderse. Nadie sabe dónde está- excepto tal vez su hermano”. “Suficiente”, advirtió Marc. La atención de Abe estaba picada, sin embargo. Él se inclinó hacia delante, sagaz, como siempre. “¿Cual es el nombre de este hombre?” “Robert Doru”, dijo Mark después de algunos momentos de indecisión. No era uno que yo conociera, y me di cuenta de que tan inútil era todo esto. Este tipo era un caso perdido y seguramente había imaginado toda la historia de salvar a un Strigoi en un ataque de locura. Dimitri se había ido. Esta parte de mi vida estaba acabada. Yo necesitaba regresar con Lissa. Luego noté que Abe se había quedado muy quieto. “¿Tú lo conoces?” pregunté “No. ¿Tu si?” “No.” Escudriñé la cara de Abe. “Tú seguro pareces saber algo, Zmey.” “Yo lo conozco,” aclaró Abe. “Él es un miembro ilegítimo de la realeza. Su padre tuvo un amorío, y Robert fue el resultado. Su padre en realidad lo incluyó como parte de la familia. Robert y su medio hermano crecieron bastante cercanos, aunque pocos supieron acerca de eso.” Por supuesto que Abe estaría al tanto, sin embargo. “Doru es el apellido materno de Robert.” Ninguna sorpresa. Doru no era un nombre de la realeza. “¿Cuál es el apellido de su padre?” “Dashkov. Trenton Dashkov.” “Ése”, le dije, “es un nombre que conozco.” Yo había conocido a Trenton Dashkov años atrás mientras que acompañaba a Lissa y a su familia a una fiesta de la realeza en un día festivo. Trenton había sido un hombre viejo y encorvado, por ese entonces, amable pero al borde de la muerte. Los Moroi a menudo vivían por encima de los cien años, pero el estaba llegando a los ciento veite- lo que era anciano incluso para sus estándares. No había habido señal ó cuchicheos de él teniendo un hijo ilegítimo, pero el hijo legítimo de Trenton había estado allí. Ése hijo incluso bailó conmigo, mostrando una gran cortesía hacia una humilde chica dhampir.
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“Trenton es el padre de Victor Dashkov”, dije. “Tú estás diciendo que Robert Doru es el medio hermano de Victor Dashkov”. Abe asintió, aun observándome de cerca. Abe, como yo había notado, sabía todo. Él probablemente sabía mi historia con Victor. Oksana frunció el seño. “Victor Dashkov es alguien importante, ¿no?” En su casa de campo en las afueras de Siberia, ella estaba retirada del revuelo de la Política Moroi, ignorante de que el hombre que habría sido rey, había sido encerrado en prisión. Comencé a reírme-pero no porque encontré algún humor en la situación. Todo esto era increíble, y mi histeria era el único camino para dejar salir todos los sentimientos locos de dentro mío. Exasperación. Resignación. Ironía. “¿Qué es tan gracioso?” preguntó Mark, sobresaltado. “Nada”, dije, sabiendo que si no paraba de reírme, empezaría probablemente a llorar. “Ésa es la cosa. Esto no es gracioso para nada.” Qué maravilloso giro para mi vida. La única persona viva que podría saber algo acerca de salvar a un Strigoi era el medio hermano de mi más grande enemigo vivo, Victor Dashkov. Y la única persona que podría saber donde estaba Robert era el propio Victor. Victor había conocido un montón acerca del espíritu, y ahora yo tenía una buena idea de donde él lo había aprendido primero. No que importara. Nada de esto importaba ya. El mismo Victor podría haber sido capaz de convertir Strigoi por todo el bien que me hubiera hecho. Dimitri estaba muerto por mi mano. Él se había ido, salvado en el único modo que yo sabía hacerlo. Había tenido que elegir entre él y Lissa anteriormente, y lo había elegido a él. Ahora no podría haber preguntas. La había elegido a ella. Ella era real. Ella estaba viva. Dinitri era el pasado. Había estado distraídamente mirando la pared, y ahora levante la mirada y encontré a Abe mirándome directo a los ojos. “Está bien, viejo,” dije. Empácame y envíame a casa.”
CAPITULO 29
EL VUELO DURÓ MÁS DE TREINTA HORAS. Llegar desde el centro de Siberia hasta el centro de Montana, no fue fácil. Volé de Novosibirsk a Moscú a Amsterdam a Seattle a Missoula. Cuatro vuelos diferentes. Cinco diferentes aeropuertos. Una gran cantidad que correr. Esto se agotador, aún cuando entregué mi pasaporte para regresar a EE UU a Seattle, sentí una oleada extraña de emoción en mí la alegría... y el alivio. Antes de salir de Rusia, yo había pensado que Abe podría volver conmigo y terminar su tarea él mismo, entregándome a quien lo había
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contratado. “De verdad vas a volver ahora, ¿no?", El pregunta en el aeropuerto. "¿A la escuela? ¿Tú no te vas a bajar en una de tus paradas y desaparecer?" Yo sonrío. "No. Voy a regresar a St. Vladimir." "¿Y tú te quedaras ahí?" Insistió él. Su mirada no tan peligrosa como la que tenía en Baia, pero podía ver un destello de la dureza en sus ojos. Mi sonrisa se deslizó. "Yo no sé qué va a suceder. Yo no tengo un lugar allí." “Rose—” Levanté la mano para detenerlo, sorprendido por mi propia determinación. "Basta. No después de las especialidades extraescolares. Tú me dijiste que fueron contratados para que yo volviera allí. No es tu trabajo decir lo que hacer después de eso." Por lo menos, yo que no esperaba. Quien quería volviera tenía que ser alguien en la Academia. Yo estaría allí pronto. Ellos habían ganado. Los servicios de Abe ya no eran necesarios. A pesar de su victoria, no parecía feliz de renunciar a mí. Echando un vistazo encima de a una de la pasarela de la salida, él suspiró. "Hay que pasar por seguridad, o vas a perder tu vuelo." Yo asentí. "Gracias por…" ¿Qué es exactamente? ¿Su ayuda? “...Por todo." Comencé a dar vuelta pero él me tocó el hombro. "¿Es todo lo que llevas?" La mayoría de mi ropa había sido esparcida alrededor de Rusia. Uno de otros Alquimistas había localizado zapatos, vaqueros, y un suéter, pero de otra manera, Yo estaba volando hasta que regresé a los EE.UU. "Yo realmente no necesité nada más", le dije. Abe arqueó una ceja. Dando vuelta a uno de sus guardas, él hizo un pequeño gesto hacia mí. Inmediatamente, el guarda se quitó su abrigo y se lo entregó. El tipo era flaco, pero el abrigo era todavía demasiado grande para mí. "No, yo no necesito-" “Tómalo”, Ordenó Abe. Lo tomé, y para mi sorpresa mayor, Abe empezó a desenrollar la bufanda alrededor de su cuello. Fue uno de sus más agradables, también: cachemir, tejido con una gran variedad de colores brillantes, más adecuados para el Caribe que aquí o de Montana. Comencé a protestar esto también, pero la expresión de su rostro me hizo callar. Me puse la bufanda alrededor de mi cuello y le agradecí, preguntándome si yo alguna vez lo viera otra vez. No me molesté en preguntar porque tenía la sensación de que no me diría de todos modos. Cuando por fin aterrizó en Missoula treinta horas más tarde, yo estaba bastante segura de que no quería volar en un avión en el corto plazocomo en, como, en los próximos cinco años. Quizá diez. Sin equipaje, salir del aeropuerto fue fácil. Abe se había comunicado antes de mi llegada, pero no tenía idea de quién mandarían a buscarme. Alberta, que controla a los guardas en St. Vladimir, pareció una opción probable. O tal vez sería mi madre. Yo nunca sabía donde ella estaba en cualquier momento dado, y de repente, yo realmente quería verla. Ella
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sería una opción lógica también. Entonces fue una cierta sorpresa cuando vi que la persona que me esperaba en la salida del aeropuerto era Adrián. Una sonrisa se dibujó en mi cara, y cogí el paso. Tiré mis brazos alrededor de él, impresionados de nosotros dos. "Nunca en la vida he estado más feliz de verte", le dije Él me apretó con fuerza y luego me dejó ir, me miraba con admiración. "Los sueños nunca hacen justicia a la vida real, pequeña Dhampir. Te ves increíble." Yo me había limpiado después de las experiencias penosas con los Strigoi, y Oksana habían seguido curándome a pesar de mis protestas, incluso los golpes en el cuello, que ella nunca me había preguntado. Yo no quería que nadie más supiera sobre ellos. "Y tú te ves..." Lo estudié. Estaba muy bien vestido, como siempre, con tres cuartos de largo abrigo de lana y bufanda verde a juego con sus ojos. Su cabello castaño oscuro desordenados que había elaborado que a él le gustaba, pero su rostro-Ah, bueno. Como había señalado antes, Simón había dado algunos buenos golpes en él. Uno de los ojos de Adrián estaba hinchado y rodeado de cardenales. Sin embargo, pensando en él y todo lo que había hecho..., así, ninguno de los defectos importó. "...Magnífico." "Mentirosa," él dijo. "¿No podría Lissa haberte curado ese ojo morado?" "Es una insignia de honor. Me parece varonil. Vamos, tu coche te espera." "¿Por qué te mandaron?" Le pregunté mientras caminábamos hacia el estacionamiento. "Tú estás sobrio, ¿no?" Adrian no se molestó con una respuesta. "Bueno, la escuela no tiene ninguna responsabilidad oficial contigo, ya tú abandonaste la escuela y todo. Así que en realidad no estaban obligados a venir por ti. Ninguno de tus otros amigos pueden salir de la escuela... ¿pero a mí? Sólo soy un espíritu libre, colgando. Así que pedí prestado un coche, y aquí estoy." Sus palabras provocaron reacciones encontradas en mí. Me conmovió que había tomado la molestia de venir aquí, pero me molestó por la parte en que la escuela no tiene responsabilidad en mí. A lo largo de todos mis viajes, yo había vuelto y en adelante en pensar en St. Vladimir como a casa… Sin embargo, en los términos más técnicos, que realmente no lo era más. Yo solamente sería un visitante. Mientras nos adaptamos al paseo, Adrián se me puso al corriente de la secuela en la escuela. Después de la gran confrontación psíquica, no había profundizado mucho en la mente de Lissa. Oksana había sanado mi cuerpo, pero mentalmente, yo todavía estaba agotado y en duelo. Incluso aunque yo hubiera logrado lo que intenté hacer, la imagen de Dimitri cayendo y cayendo aún me persigue. "Resulta que tenías razón acerca de la vinculación entre Avery Simon y Reed," dijo Adrian. "De la información que pudimos reunir, esto suena a que Simon fue matado en una lucha que Avery atestiguó hace años. Todo el mundo pensó que era un milagro que haya sobrevivido, en
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realidad sin darse cuenta de la verdad." "Ella mantuvo sus poderes ocultos, como el resto de ustedes", reflexioné. "¿Y entonces Reed murió más tarde?" "Bueno, eso es lo extraño", dijo Adrian, con el ceño fruncido. "Nadie puede saber cuando murió. Quiero decir, él es real. Ha sido mimado toda su vida, ¿verdad? Pero basándonos sobre lo que podía salir de él que no era mucho, puesto que están todos en mal estado ahora, esto suena a que Avery intencionadamente pudo haberlo matado y luego lo trajo de regreso.” "Al igual que con Lissa," le dije, recordando las palabras de Simón durante la lucha. "Avery quería matarla, traerla de vuelta, y vincularla. ¿Pero por qué Lissa de toda las personas?" "¿Mi Suposición? Como ella es un usuario de espíritu. Ahora que el espíritu no un secreto más, fue sólo una cuestión de tiempo antes de Avery haya oído hablar de Lissa y yo. Pienso que Avery pensaba que al vincular a Lissa aumentaría su propio poder. Como era, ella fue absorbiendo una gran cantidad de energía de los otros dos." Adrian sacudió la cabeza. "Yo no estaba bromeando sobre el sentir aquel espíritu todas maneras a través del campus. Las cantidades que Avery tuvo que manejar para obligar a tantas personas, enmascaran su aureola, y quien sabe que más... Bueno, fue realmente sorprendente.” Miré fijamente en la autopista delante de nosotros, considerando las consecuencias de las acciones de Avery "Y es por eso que Reed era un caos - por qué él estaba tan enfadado y listo para una lucha. Él y Simon absorbían toda la oscuridad que ella producía por usar el espíritu. Justo como hago con Lissa." "Sí, excepto que tú no eras nada como estos tipos. No era tan obvio con Simon - que era mejor para mantener la seriedad - pero ambos estaban totalmente sobre el borde. ¿Y ahora? Ellos están sobre el borde. Los tres de ellos lo están." Me acordé de Simón mirando a la nada y Avery gritando. Me estremeció. "¿Cuando tú dices sobre el borde...?" "Quiero decir total y completamente loco. Estos tres van a ser institucionalizado por el resto de sus vidas." "¿De lo que tú... lo que hicimos todos?" Le pregunté, atónita. "En parte", aceptó. "Avery estaba tirando todo ese poder en nosotros, y cuando lo tiró hacia atrás y entonces algunos... Bueno, creo que era como una sobrecarga a sus mentes. Y para ser honesto, considerando cómo Reed y Simon ya lo eran, el escenario fue probablemente establecido para ello. Con Avery también." "Mark tenía razón", murmuré. "¿Quién?" "El otro chico bendecido por las sombras que yo he conocido Él hablaba sobre como Lissa y yo podríamos ser capaces de curar la oscuridad de uno u otro día. Se necesita un cuidadoso equilibrio de poder entre el usuario espíritu y el bendecido por las sombras. Todavía totalmente no lo consigo, pero adivino que el pequeño círculo de Avery de tres no habría sido capaz de manejar aquella clase de equilibrio”. "Ha" Adrián no dijo nada durante un tiempo y simplemente medito todo
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esto. Por último, se rió. "Hombre, yo no puedo creer que hayas encontrado otro usuario espíritu ya otra persona bendecida por las sombras. Es como encontrar una aguja en un pajar, pero ese tipo de cosas siempre te sucede a ti. No puedo esperar a oír el resto de lo que has estado haciendo." Miré a otro lado y apoyé la mejilla contra el cristal. "En realidad no es muy interesante." Ninguno de los funcionarios de la Academia sabía de mi papel en el enfrentamiento con Avery. Así que no fue como si todos me interrogaron cuando llegamos. Todavía estaban haciendo la limpieza y pidiendo Adrian y Lissa un montón de preguntas. Espíritu era todavía un fenómeno tan nuevo que nadie sabía qué pensar de lo que había sucedido. Avery y su bondmates habían sido llevados para ayudarlos, y su padre ya se había ido en una licencia temporal. Adrian me firmó en calidad de huésped, que me consiguió pasar en el campus. Al igual que todos los visitantes, también me dio una lista de donde me quedaba y lo que podía y no podía hacer. Pronto lo ignoré. "Tengo que ir", le dije a Adrián inmediatamente. Me dio una sonrisa de complicidad. "Me di cuenta". "Gracias... para venir a buscarme. Lo siento, tengo que dejarte-" Hizo un gesto de mis preocupaciones. "Tú nono me vas a dejar. Estás de vuelta, eso es lo que cuenta. He sido paciente este tiempo, puedo aguantar un poco más." Le mantuve los ojos por un momento, sorprendida por los cálidos sentimientos que de pronto brotaban en mí. Los guardé para mí, sin embargo, solo le di a Adrian una sonrisa rápida antes de ponerme en camino en todo el campus. Tuve un montón de miradas extrañas cuando fui al dormitorio de Lissa. Fue justo después de que las clases hubieran terminado, por lo que el tráfico de los estudiantes fue muy ocupado con gente corriendo dentro o fuera para llegar a alguna parte. Sin embargo, cuando pasaba, el silencio calló y la gente dejó de moverse y de hablar. Me recordó cuando Lissa y yo habíamos sido devueltas a la escuela después de huir. Habíamos estado marchando a través de la cafetería y habíamos recibido el mismo trato de nuestros compañeros. Tal vez fue sólo mi imaginación, pero me pareció mal esta vez. El aspecto más sorprendido. El silencio más pesado. La última vez, creo que la gente creía que había sido como una especie de broma. Esta vez, nadie sabía por qué me había ido. Había salido de un ataque de la escuela como un héroe, que abandona y desaparece. Creo que algunos de sus compañeros de dormitorio de Lissa pensaron que estaban viendo un fantasma. Haciendo caso omiso de los rumores y las opiniones de los demás era algo que tenía mucha práctica con él, y yo pasé por delante de los espectadores sin mirar hacia atrás, subiendo las escaleras de dos en dos. Me encerré frente a los sentimientos de Lissa mientras caminaba por su sala. Me pareció una tontería, pero yo quería ser sorprendida. Yo sólo quería abrir los ojos y verla en persona, sin advertencias en cuanto a cómo se sentía o lo que estaba pensando. Llamé a la puerta.
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Adrián había dicho que al verme en los sueños no se podía comparar a verme en persona. Lo mismo ocurrió con Lissa. Estar en su cabeza no era nada comparado con estar cerca de ella en la realidad. La puerta se abrió, y fue como una aparición materializándose delante de mí, una especie de mensajero celestial que desciende de por encima. Yo nunca había estado lejos de ella por mucho tiempo, y después de todo este tiempo, una parte de mí se preguntaba si estaba imaginando esto. Su mano a la boca, y ella me miró con los ojos abiertos. Creo que ella sentía lo mismo y ella ni siquiera había tenido aviso de mi visita. Ella sólo había sabido que iba a venir "pronto". Sin duda, me parecía como un fantasma para ella, también. Y con esa reunión... fue como si me estuviera saliendo de una cueva en la que yo había estado en casi cinco semanas - en la luz brillante del día. Cuando Dimitri se había convertido, me sentí como si hubiera perdido parte de mi alma. Cuando yo había dejado Lissa, otra pieza se había ido. Ahora, al verla... Empecé a pensar que quizá mi alma podría ser capaz de curarse. Tal vez podría seguir después de todo. No me siento 100 por ciento del todo bien todavía, pero su presencia llenó la parte faltante de mí. Me sentía más como yo, de lo que había tenido en años. Un mundo de preguntas y confusión, colgaron en el silencio entre nosotros. A pesar de todo lo que había pasado con Avery, todavía había un montón de cosas sin resolver desde que me había ido de la escuela. Por primera vez desde que había puesto el pie en los terrenos de la Academia, sentí miedo. Miedo de que Lissa me rechazara o me gritara por lo que había hecho. En su lugar, ella me atrajo en un abrazo gigante. "Yo sabía", dijo. Ya estaba ahogándose en sollozos. "Yo sabía que ibas a volver." "Por supuesto", murmuré en su hombro. "Dije que lo haría." Mi mejor amiga. Tuve mi mejor amiga de regreso. Si yo la tenía, yo podría reponerme de lo que había pasado en Siberia. Yo podría seguir con mi vida. "Lo siento", dijo. "Lo siento mucho por lo que hice". Me aparté de sorpresa. Entrando en la habitación, cerré la puerta detrás de nosotros. "¿Perdón? ¿Qué tienes que lamentar?" A pesar de mi alegría por verla, yo había venido aquí esperando que todavía esté enojada conmigo por dejarla. Ninguno de ese lío con Avery habría pasado si me hubiera quedado a su alrededor. Me culpaba a mí misma. Se sentó en su cama, los ojos húmedos. "Por lo que te he dicho... cuando te fuiste. Yo no tenía derecho a decirte las cosas que te dije. No tengo derecho de controlarte. Y me siento muy mal, porque..." Ella pasó una mano por los ojos, tratando de secar la peor de las lágrimas. "Me siento horrible porque te dije que yo no devolvería Dimitri. Quiero decir, sé que no me importaba, pero yo todavía debería haberte ofrecido a-" "No, ¡no!" Me dejé caer delante de ella y le agarré las manos, todavía asombrada de estar con ella de nuevo. "Mírame a mí. Tú no tiene nada que lamentar. Dije cosas que no debería decir, también. Esto ocurre cuando la gente está molesta. Ninguno de nosotros debió pelearnos por ello. Y como para traerlo de vuelta... "suspiré. "Tú hiciste lo correcto al negarte. Incluso si lo hubiera encontrado antes de que él fuera
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convertido, no habría importado. Tú no puedes vincular a más de una persona. Eso es lo que salió mal con Avery." Bueno, eso fue en parte lo que había ido mal con Avery. La manipulación y el abuso de poder han desempeñado un papel muy importante también. El sollozo de Lissa calló. "¿Cómo hiciste eso, Rose? ¿Cómo estuviste allí al final cuando te necesitaba? ¿Cómo lo sabes?" "Yo estaba con otro usuario de espíritu. La encontré en Siberia. Ella activamente puede llegar a las mentes de las personas - de cualquier persona, no solamente aquellos que ella está vinculada para comunicarse. Como Avery podría, en realidad. Oksana tendió la mano mientras me comunicaba contigo, Es realmente extraño cómo todo se fue abajo." Para decir lo menos que pudiera. "Otro poder que no tengo", dijo Lissa con tristeza. Sonreí abiertamente. "¡Eh!, aún tengo que encontrar a cualquier usuario de espíritu que puede lanzar una perforadora como tú puedes. Era la poesía en el movimiento, Lissa.” Ella gemía, pero yo sentía placer en mi uso del apodo. "Espero que no siempre tenga que hacer eso de nuevo. No estoy destinada a ser una luchadora, Rose. Tú eres el que cobra por ahí. Yo soy el que espera con el apoyo moral y después la curadora de la batalla." Levantó las manos y miró. "Uf. No. Definitivamente no quieren hacer nada más ni golpear o empujar.” "Pero al menos ahora tú sabes que puedes. Si alguna vez quieres practicar…” "¡No!" Ella se rió. "Tengo demasiadas cosas de practicar con Adrián ahora - sobre todo después de que tú sigues diciéndome sobre cada vez más cosas que todos los demás pueden hacer con el espíritu." "Bien. Tal vez es mejor si las cosas vuelven a cómo estaban. " Su rostro se puso serio. "Dios, eso espero. Rose... Hice tantas cosas estúpidas mientras que Avery estaba alrededor.” A través del vínculo, sentí que su mayor arrepentimiento: Christian. Su corazón sufría por él, y había derramado muchas lágrimas. Dimitri, después de haber sido arrancado de mí, yo sabía cómo se sentía al perder esa clase de amor, y me juré a mí misma que tendría que hacer algo para ayudarla. Pero ahora no era el momento. Ella y yo tenemos que volver a conectarnos primero. "No lo podías evitar, sin embargo," señalé. "Ella era demasiado fuerte con su obligación - especialmente cuando ella se puso a beber y mató su defensa." "Sí, pero no todo el mundo sabe eso o lo entiende.” "Lo van a olvidar", le dije. "Siempre lo hacen." Yo entendía su angustia por su reputación, pero dudaba que hubiera algún daño realmente permanente, aparte de Christian. Adrián y yo habíamos analizado la manipulación de Avery Adrián y yo habíamos analizado la manipulación de Avery y habíamos entendido cosas una vez que nosotros lo habíamos unido con el comentario de Simon sobre Lissa que tiene un accidente desafortunado. Avery había querido hacer que Lissa pareciera inestable en el caso Avery de algún modo no tuviera
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la fuerza para resucitarla. Si Lissa en realidad muriera, nadie investigaría mucho. Después de las semanas de comportamiento loco, borracho, su control vencido y por casualidad cayera de una ventana sería trágico, pero no completamente fuera del reino de posibilidad. "El espíritu de dolor en el culo", declaró Lissa. "Todo el mundo quiere aprovecharse de uno -no-usuarios como Víctor y usuarios como Avery. Juro, yo volvería a tomar mi medicación si yo no fuera paranoica ahora sobre la protección de mi mismo de personas del tipo de Avery. ¿Por qué quieren matarme a mí y no Adrián? ¿Por qué siempre soy el objetivo?" No pude evitar una sonrisa a pesar del tema sombrío. "Porque ella te quería que para ser un siervo, y él para un novio. Probablemente ella quería a alguien que pudiera ayudar a escalar su lugar en la sociedad y no podía arriesgarse a matarlo en un intento de unión. ¿O quién sabe? Tal vez ella hubiese intentado con él también. Sinceramente, no me sorprendería si se sintiera amenazado por ti y quería asegurarse de que tenía el único otro usuario espíritu femenino conocido bajo su control. Acéptalo, Liss. Podríamos pasar horas tratando de averiguar cómo Avery Lazar piensa y llegaremos a ninguna parte." “Cierto, cierto." Ella se deslizó en la cama y se sentó a mi lado en el suelo. "Pero ¿sabes qué? Me siento como si pudiéramos hablar de todo durante horas. Tú has estado aquí diez minutos, y es... Bueno, es como si nunca te fuiste. " "Sí," estuve de acuerdo. Antes de que él fuera un Strigoi, estar con Dimitri siempre había sentido natural y justo. Estar con Lissa también se sentía natural y correcto, aunque se trataba de un tipo diferente de corrección. En mi dolor por Dimitri, casi me había olvidado lo que había con ella. Eran dos partes de mí. De esa manera misteriosa que tenía de adivinar los pensamientos, Lissa dijo, "Me refería a lo que dije antes. Lo siento por lo que he dicho - en actuar como si tuviera algún derecho a dictar tu vida. Yo no. Si tú decides quedarte o ser mi guardia, lo haces por tu elección y tu amabilidad. Quiero asegurarme que tú vivas y escoge tu propia vida." "No hay nada 'elección' sobre ello. Yo siempre quise protegerte. Todavía lo quiero.” Yo solo... Yo solo tenía cosa que cuidar. Tuve que ponerme así - y lo siento yo no lo manipule con las que muy bien." Había mucho de por qué seguir pidiendo perdón, pero comprendí que era como era con la gente que se preocupaba. Tú perdonas el uno al otro y sigue adelante. Lissa dudó antes de preguntar la siguiente pregunta, pero yo ya sabía que iba a venir. "Así que... ¿Qué pasó? ¿Tú... lo encontraste...?" Al principio, no pensé que quería hablar de ello, pero entonces comprendí que lo necesitaba. Y la cosa era, un par de cosas diferentes habían salido mal con Lissa y yo antes. Una había sido que ella me había dado por sentado. El otro había sido que yo no le diría la verdad y luego yo me molestaría con ella más tarde. Si se va a arreglar esta amistad y perdonarnos una a otra, teníamos que asegurarnos de que no se repita el pasado. "Realmente lo encontré," dije por fin. Y la puse en marcha en la historia, diciéndole todo lo que había
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sucedido a mí: mis viajes, los Belikovs, los alquimistas, Oksana y Mark, lo aprometido, y, por supuesto, Dimitri. Al igual que Lissa había bromeado antes, hablábamos durante horas. Yo abrí mi corazón a ella, y ella escuchó sin juzgar. Su rostro era compasivo todo el tiempo, y cuando llegué a la final, yo estaba llorando, todo el amor y la rabia y la angustia que yo había estado conteniendo desde aquella noche sobre el puente que explotando fuera de mí. Yo no había dicho nadie más en Novosibirsk exactamente donde yo había estado durante mi tiempo con Dimitri. Yo no me había desafiado a decir a alguien que yo había sido una puta de sangre para un Strigoi. Yo me había quedado vaga, con la esperanza si no hablar de eso, entonces tal vez no sería real. Ahora, con Lissa, tuve que aceptar la realidad de todo, y sinceramente pienso: yo había matado al hombre que amaba. Un golpe en la puerta nos sacudió de un mundo que conteníamos sólo ella y yo. Miré el reloj y se sorprendida al ver que era casi el toque de queda. Me preguntaba si estaba siendo expulsada. Pero cuando Lissa abrió la puerta - después de que yo a toda prisa hubiera secado mis ojos - la trabajadora de dormitorio que esperaba tenía un mensaje de un tipo diferente. "Alberta quiere verte", la mujer me dijo. "Ella pensó que podrías estar aquí." Lissa y yo nos miramos. "¿Cuándo? ¿Ahora?" Le pregunté. La mujer se encogió de hombros. "¿De la manera en que sonaba? Sí, yo diría que ahora. O antes." Cerró la puerta. Alberta, era la capitana de los guardianes en el campus, y cuando hablaba, la gente actuaba. "¿Me pregunto de qué se trata?", Preguntó Lissa. Me levanté, lamentando marcharme. "Cualquier número de cosas, me imagino. Iré a verla y luego se dirigiré de nuevo al alojamiento de invitado. No es que yo duerma. No es que voy a dormir. No tengo idea de qué zona horaria estoy ya." Lissa me dio un abrazo de despedida, una de las dos nos costó mucho dejar ir. "Buena suerte". Comencé a girar la manija de la puerta y luego pensé en algo. Resbalé anillo de plata cuelga de mi dedo y se lo entregue a Lissa. "¡Es este el anillo que-oh!" Se envolvió la mano alrededor de ella, su rostro cada vez más cautivada. "¿Puedes sentir la magia en él?", Le pregunté. “Sí... es débil, pero está ahí." Sostuvo el anillo a la luz y lo miró. Ella probablemente no iba a notar cuando me fui porque tenía la sensación de que estaría estudiando el anillo toda la noche. "Es tan extraño. Puedo sentir casi de inmediato cómo se hizo esto." "Mark dijo que nosotros probablemente teníamos tiempo para ir antes de que nosotros pudiéramos hacer la curación que ellos hacen... ¿pero tal vez usted podría entender cómo hacer encantos mientras esperamos?" Sus ojos verde jade todavía estaban en el anillo. “Sí… Pienso que puede ser." Le sonreí entusiasmada y traté de salir de nuevo, pero me cogió del brazo. "Hey... Rose... Sé que nos vemos mañana, pero…"
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“¿Pero qué?” "Yo sólo quería decir, después de todo lo que ha sucedido... bueno, no quiero que alguna vez estemos de ningún tipo separadas de nuevo. Quiero decir, sé que no podemos estar juntas todos y cada uno de los segundos y eso es un poco escalofriante, pero de todos modos estamos en condiciones de servidumbre por una razón. Estamos destinados a mirar hacia fuera para los demás y ser la una para la otra." Sus palabras enviaron un escalofrío a través de mí, como si estuviéramos envueltas en un mayor poder que nosotras mismas. "Vamos a estar". "No, quiero decir... siempre estás ahí para mí. Cada vez que estoy en peligro, y vienes corriendo para salvarme. Ya no." "¿Tú no quieres que te salve más?" "¡Eso no es lo que quise decir! Quiero estar allí para ti también, Rose. Si puedo tirar un golpe, puedo hacer cualquier cosa. A pesar de que realmente duela." Ella suspiró con frustración. "Dios, No tengo ningún sentido. Mira, el punto es, si alguna vez tiene que ir sola, llévame contigo. No me dejes atrás." “Liss—” "Hablo en serio." Su belleza luminosa quemado con determinación y propósito. "Independientemente del obstáculo que tú tengas que ir en contra, yo voy a estar allí para ti. No vayas sola. Júrame que si alguna vez decide a despegar de nuevo, tú me llevarás. Lo haremos juntas." Comencé a protestar, como un millón de temores vinieron a mi mente. ¿Cómo iba a arriesgar su vida? Sin embargo, la miraba, yo sabía que ella tenía razón. Para bien o para mal, teníamos un vínculo que no podía escapar. Lissa era de hecho vinculada a este pedazo de mi alma, y que eran más fuertes que luchábamos juntas que por separado. "Muy bien", le dije, apretando su mano. "Te lo juro. La próxima vez vaya a hacer algo estúpido que pueden que me maten, puede venir."
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CAPITULO 30
ALBERTA ME ESTABA ESPERANDO en la oficina principal del edificio administrativo de los guardianes. El papel de Alberta como capitana era impresionante considerando el bajo número de mujeres en nuestras filas. Ella estaba en sus cincuentas y era una de las mujeres más duras que yo conocía. Su cabello arena mostraba un poco de gris, y los años de trabajar a la intemperie se notaban en su piel.
“Bienvenida de nuevo, Rose” dijo ella, parándose mientras me acercaba. Ella obviamente no iba a abrazarme, y tenía una actitud de trabajo, pero el hecho de que me llamara por mi nombre era un gesto generoso viniendo de ella. Eso y la pequeña chispa de alivio y felicidad que me pareció ver en sus ojos. “Vamos a mi oficina” Nunca había estado allí. Cualquier asunto disciplinario en el que me había visto envuelta con los guardianes era discutido usualmente en comité. Para nada sorprendente, la oficina estaba impecable, todo arreglado con eficiencia militar. Nos sentamos en lados opuestos del escritorio, y me prepare a mi misma para su interrogatorio. “Rose” dijo ella, inclinándose hacia mi. “Voy a ser bastante cruda contigo. No te voy a dar ninguna lección ni a exigir explicaciones. Honestamente, como ya ni siquiera eres mi estudiante, no tengo derecho de decirte ni de preguntarte nada.” Era tal y como Adrian había dicho. “Usted puede decirme lo que quiera” le dije. “Yo siempre la he respetado y quiero escuchar lo que tiene para decirme” El fantasma de una sonrisa apareció en su cara. “Esta bien, aquí voy, Tu la cagaste” “Wow. No estaba de broma con lo de la crudeza” “Las razones no importan. Tú no deberías haberte ido. Tú no deberías haber dejado la escuela. Tu educación y entrenamiento son muy valiosas- sin importar lo mucho que pienses que sabes- y tu eres demasiado talentosa para arriesgarte a tirar por la borda tu futuro” Casi me río. “Le digo la verdad? A estas alturas ya no se donde está mi futuro” “Razón por la cual tu necesitas graduarte” “Pero yo dejé la escuela” Ella resopló. “Entonces vuelve!”
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“Yo-Que? Como?” “Con papeleo. Como todo lo demás en este mundo” Para ser honesta, ni siquiera había pensado que iba a hacer cuando volviera aquí. Mi preocupación inmediata era Lissa- Estar con ella y asegurarme de que estaba bien. Yo sabia que ya no podía ser su guardiana oficialmente, pero esperaba que una vez estuviéramos juntas, pudiera impedirle de pasar tiempo con una amiga. Yo sería su guardaespaldas contratada, por decirlo de algún modo, justo como los que tenía Abe. Y mientras tanto yo me quedaría alrededor del campus, justo como Adrian. Pero volver a la escuela? “Yo... yo perdí un mes. Tal vez más.” Mis días estaban desorientados. Era la primera semana de Mayo, y yo me había ido cerca al final de Marzo, en mi cumpleaños. Cuanto tiempo es eso? Cinco semanas? Casi seis? “Tu perdiste dos años y te las arreglarte para desatrazarte. Tengo fe en ti. E incluso si tienes problemas, graduarse con notas bajas es mejor que no graduarse” Trate de imaginarme de nuevo en este mundo. De verdad había sido apenas un poco más de un mes? Clases... la intriga del día a día... como podía simplemente regresar a todo esto? Como podía regresar a mi vida después de ver la forma en que vivía la familia de Dimitri, después de estar con Dimitri y perderlo- de nuevo. Hubiera dicho el que me amaba? “No se que responder” le dije a Alberta. “Esto es como mucho para procesar” “Bien, deberías decidir rápido. Entre más pronto regreses a clases, mejor” “Y ellos realmente me dejarán?” Esa era la parte que yo encontraba ligeramente increíble. “Yo te dejaré” dijo ella. “De ningún modo voy a permitir que alguien como tu se desperdicie. Ahora que ese Lazar se ha ido... bien, las cosas están un poco locas por aquí. Nadie va a poner mucho problema en que hagamos el papeleo” Su sonrisa lista desapareció un poco. “Y si ellos nos dan algún problema... he sido informada de que tienes un benefactor que puede mover sus influencias para facilitarlo todo.” “Un benefactor” repetí planamente. “Un benefactor que usa bufandas vistosas y joyas de oro?” Ella encogió los hombros. “Nadie que yo conozca. Ni siquiera se su nombre- sólo que el amenazó con retener una considerable donación a la escuela si tu no eras admitida de nuevo. Si tu querías ser admitida de nuevo.” Si. Tratos y amenazas. Estaba bastante segura de quien era mi
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benefactor. “Déme un poco de tiempo para pensarlo. Me decidiré pronto - lo prometo” Ella frunció el seño, pensativa, y entonces asintió enérgicamente. “Está bien” Ambas nos pusimos de pie, y ella me acompaño hasta la entrada principal del edificio. La mire de nuevo. “Hey, si me gradúo... crees que hay alguna posibilidad de que sea considerada como guardiana de Lissa de nuevo? Yo se que ya escogieron a alguien para ella y que yo estoy en, ah, desgracia” Nos detuvimos en las puertas exteriores, y Alberta puso una mano en su cadera. “No lo se. De verdad podemos tratar de lograrlo. La situación se ha vuelto un poco más complicada.” “Si, lo se” dije tristemente, recordando las acciones comandadas por Tatiana. “Pero, como dije, haremos lo que podamos. Eso que dije a cerca de graduarte con bajas calificaciones? No lo harás. Bueno, tal vez en matemáticas y ciencias- pero eso se me sale de las manos. Tu serás la mejor entre los novatos. Yo misma trabajaré contigo.” “Está bien” dije, apreciando el tipo de concesión que estaba recibiendo de su parte. “Gracias” Apenas había dado un paso cuando ella me llamo de nuevo. “Rose?” Detuve la puerta y la mire “Si?” La cara de Alberta era amable... algo que no había visto nunca antes. “Lo siento” dijo ella. “Siento mucho todo lo que pasó. Y que ninguno de nosotros pudiera hacer nada para salvarlo” Vi en sus ojos que ella sabía a cerca de Dimitri y yo. No estaba segura como. Tal vez ella lo había escuchado después de la batalla. Tal vez se había dado cuenta mucho antes. Sin importar como, no había ningún juicio en su mirada, solo pena sincera y empatía. Le di un corto asentimiento de comprensión y salí. Encontré a Christian el día siguiente, pero nuestra conversación fue breve. El iba camino a encontrarse con algunos de sus aprendices y estaba llegando tarde. Pero me abrazó y parecía genuinamente feliz de tenerme de regreso. Eso demostraba lo mucho que habíamos progresado, considerando la relación antagónica que tuvimos cuando nos conocimos al principio. “Ya era hora” dijo el. “Lissa y Adrian tienen el record en preocuparse por ti, pero ellos no eran los únicos. Y alguien necesita poner a Adrian en su lugar, tú lo sabes. Yo no puedo hacerlo todo el tiempo” “Gracias. Me mata decir esto, pero también te extrañé. No hay sarcasmo Ruso que se compare al tuyo” Mi emoción se disolvió. “Pero ahora que mencionas a Lissa-” “No, no” el levantó sus manos para protestar, su cara se endureció. “Sabía que ibas a querer hablar de eso”
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“Christian! Ella te ama. Tu sabes que lo que pasó no fue su culpa-” “Eso lo se” me interrumpió el. “Pero eso no significa que deje de doler. Rose, yo se que apresurarte a decir lo que todos temen está en tu naturaleza, pero por favor... no esta vez. Necesito tiempo para pensar las cosas” Tuve que contener un montón de comentarios. Lissa había mencionado a Christian en nuestra conversación ayer. Lo que había pasado entre ellos era uno de sus más grandes arrepentimientos - probablemente era su mayor razón para odiar a Avery. Lissa quería acercarse a el y reconciliarse, pero el se había mantenido distanciado. Y si, el tenía razón. No me correspondía meterme en esto - aún. Pero si necesitaba que ellos arreglaran esto. Así que respeté sus deseos y simplemente asentí. “Esta bien. Por ahora” Mi última palabra hizo que su sonrisa se retorciera un poco. “Gracias. Mira, de verdad tengo que irme. Si alguna vez quieres mostrarles a estos chicos como patear culos como en los viejos tiempos, estás invitada. Jill se desmayaría si te ve de nuevo” Le dije que iría y lo dejé continuar su camino, dado que yo también tenia lugares en los que me esperaban. Tenía una cita para almorzar con Adrian y Lissa, arriba en uno de los lounge de la casa de huéspedes. Hablar con Christian me había retrazado, y me apresure a través del lobby del edificio, apenas notando lo que me rodeaba. “Siempre apurada” dijo una voz. “Es una maravilla que alguien pueda detenerte” Paré bruscamente y me volteé, abriendo los ojos. “Mamá...” Ella estaba recostada contra la pared, con los brazos cruzados, con su corto cabello cobrizo tan rizado y revuelto como siempre. Su cara, maltratada como la de Alberta por trabajar al aire libre, estaba llena de alivio y- amor. No había rabia, ni condenas. Nunca me había sentido tan feliz de verla en mi vida. En un instante estaba entre sus brazos, apoyando mi cabeza en su pecho, a pesar de que ella era más bajita que yo. “Rose, Rose” dijo ella contra mi cabello. “No vuelvas a hacer esto. Por favor” Yo me aleje y miré su cara, sorprendida al ver lágrimas derramándose de sus ojos. Había visto a mi madre llorando un poco el día después del ataque en la escuela, pero nunca la había visto llorando de verdad. Mucho menos por mí. Me hacía querer llorar también, e inútilmente traté de secar su cara con la bufanda de Abe. “No, no. Está bien. No llores” le dije, en un extraño momento de intercambio de papeles. “Lo siento. No lo volveré a hacer. Te extrañé tanto”
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Era verdad. Yo amaba a Olena Belikova. Pensaba que ella era amable y maravillosa y atesoraría siempre los recuerdos de ella tranquilizándome sobre Dimitri y preocupándose siempre por alimentarme. En otra vida ella podría haber sido mi suegra. En esta vida, siempre la recordaría como una especie de madre adoptiva. Pero ella no era mi verdadera madre. Janine Hathaway si. Y parada allí con ella, me sentía feliz - tan, tan feliz - de ser su hija. Ella no era perfecta, pero nadie lo era, como estaba comenzando a aprender. De cualquier forma, ella era buena y valiente y feroz y apasionada - y creo que ella me comprende más de lo que me daba cuenta a veces. Si yo llegará a ser la mitad de la mujer que ella era, mi vida estaría bien invertida. “Estaba tan preocupada” me dijo ella, recuperándose un poco. “A donde fuiste - quiero decir, se que estuviste en Rusia... pero por que?” “Yo pensé...” yo tragué, y de nuevo vi a Dimitri con mi estaca en su pecho. “Bien, había algo que tenia que hacer. Pensé que tenía que hacerlo sola” Ahora no estaba segura de esa última parte. La verdad, había logrado lo que me había propuesto yo sola, pero me estaba dando cuenta de que habían muchas personas que me querían y que estaban aquí, conmigo. Quien sabe lo diferente que hubieran podido ser las cosas si yo hubiera pedido ayuda? Tal vez hubieran sido más fáciles. “Tengo muchas preguntas” advirtió ella. Su voz se había endurecido, y yo sonreí a pesar de mi misma. Por un aterrador momento, me pregunté si Oksana había olvidado sanar una de las marcas de mordida en mi cuello. El pensamiento de mi madre viendo el nivel al que me había degradado en Siberia hizo que mi corazón se detuviera. En lugar de eso, ella se acercó y toco los ricos colores de la bufanda de cachemira, su cara llena con anticipación tanto como con impresión. “Esta... esta es la bufanda de Ibrahim... es una herencia familiar...” “No, esto pertenece a un mafioso llamado Abe...” Me detuve tan pronto el nombre salio por mi boca. Abe, Ibrahim. Escuchándolos juntos me hizo notar lo similares que eran. Abe... Abe era el diminutivo de Abraham en inglés. Abraham, Ibrahim. Apenas había una pequeña variación en las vocales. Abraham era un nombre lo suficientemente común en los Estados Unidos, pero sólo había oído Ibrahim una vez antes, dicho con asco por la Reina Tatiana cuando se refería a alguien con quien mi madre había tenido una relación... “Mamá” dije incrédulamente. “Tu conoces a Abe”
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Ella estaba aún tocando la bufanda, sus ojos de nuevo llenos de emoción - una de un tipo diferente de la que sentía por mi. “Si, Rose. Yo lo conozco.” “Por favor no me digas que...” Oh, hombre. Por qué no podía ser la hija ilegítima de algún noble como Robert Doru? O incluso la hija del cartero? “Por favor, no me digas que Abe es mi padre...” Ella no tenía que decírmelo, estaba escrito en su cara, su expresión soñadora mientras recordaba algún otro tiempo y lugar - tiempo y lugar que sin duda alguna incluía el momento en que yo fui concebida. Ugh. “Oh Dios” dije. “Soy la hija de Zmey. Zmey Junior. Peor aún, Zmeyette” Eso me devolvió su atención. Ella me miro. “De que diablos estás hablando?” “Nada” dije. Estaba impresionada, tratando desesperadamente de acomodar esta nueva pieza de información en mi visión del mundo. Invoqué una imagen de esa delgada, barbada cara, tratando de reconocer algún tipo de parecido familiar. Todos decían que mi cara era igual a la de mi madre cuando era más joven... pero el color de mi piel, el cabello y los ojos oscuros... si, eran iguales a los de Abe. Siempre supe que mi padre era turco. Ese era el acento misterioso de Abe. El que no era ruso, pero aún era extranjero para mis oídos. Ibrahim debía ser la versión Turca de Abraham. “Como?” pregunté. “Como en el mundo terminaste involucrada con una persona como el?” Ella me miro ofendida. “Ibrahim es un hombre maravilloso. Tu no lo conoces tan bien como yo” “Obviamente” Entonces dude. “Mamá... tu debes saber. Como se gana la vida Abe?” “El es un hombre de negocios. Y el conoce y le hace favores a muchas personas, esa es la razón por la que es tan influyente.” “Pero que tipo de negocios? Yo he escuchado que son cosas ilegales. No es... oh Dios. Por favor no me digas que es un vendedor de putas de sangre o algo así” “Que?” Ella se veía impactada. “No, por supuesto que no” “Pero el está haciendo cosas ilegales” “Y quien puede probarlo? El nunca ha sido atrapado haciendo nada ilegal” “Lo juro, casi sonaste como si estuvieras tratando de hacer una broma” Nunca hubiera esperado que ella defendiera un criminal, pero yo sabia mejor que la mayoría, como el amor nos hacia actuar cometer actos
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locos. “Si el quiere decírtelo, te lo dirá. Fin de la historia, Rose. Además, tú has probado tener tu buena cantidad de secretos guardados. Ustedes dos tienen mucho en común” “Estás bromeando? El es arrogante, sarcástico, le gusta intimidar a las personas, y - oh” Está bien. Tal vez ella tenía razón. Una media sonrisa se dibujó en sus labios. “De verdad nunca esperé que ustedes se conocieran de esta forma. Nunca me imagine que se fueran a conocer y punto. Los dos pensamos que tu estarías mejor sin el en tu vida” Un nuevo pensamiento se me ocurrió. “Fuiste tu, verdad? Tu lo contrataste para que me buscara” “Que? Yo lo contacte cuando te escapaste... pero yo nunca lo contraté” “Entonces quien lo hizo?” Me pregunte. “El dijo que estaba trabajando para alguien más” La sonrisa llena de amor que permanecía en su cara se tornó burlona. “Rose, Ibrahim Manzur no trabaja para nadie. EL no es el tipo de persona que se puede contratar” “Pero el dijo que... espera. Porque me estaba siguiendo? Estás diciendo que me mintió?” “Bien” Ella admitió. “No sería la primera vez. Si el te estaba siguiendo, no fue porque alguien lo estuviera obligando o pagándole por hacerlo. Si lo hizo fue porque quería. El quería encontrarte y asegurarse de que estuvieras bien. El se aseguro de que todos sus contactos te buscaran también.” Yo recordé mi breve historia con Abe. Misterioso, intrigante, desesperante. Pero el había conducido en plena noche para recogerme cuando fui atacada, fue insistente en su meta de hacerme regresar a la escuela de forma segura, y aparentemente me regalo una herencia porque pensó que podría darme frío camino a casa. El es un hombre maravilloso, había dicho mi madre. Supongo que había peores padres en el mundo. “Rose, allí estás. Por que te tardaste tanto?” Mi mamá giró mientras Lissa entraba al Lobby, su cara iluminándose cuando me vio. “Vamos- las dos. La comida se está enfriando. Y tu no vas a creer lo que consiguió Adrian” Mi mamá y yo intercambiamos una mirada, sin necesidad de palabras. Teníamos una larga conversación por delante, pero tendría que esperar. No tenía idea de como lo había logrado Adrian, pero cuando llegamos al lounge, había comida china servida. La academia casi nunca la servía, e incluso cuando lo hacían, nunca
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sabia.... bien. Pero esta era de la buena. Tazones y tazones de Pollo agridulce y rollitos de huevo. En un bote de basura en una esquina, vi algunas cajas de un restaurante con una dirección en Missoula impresa a un costado. “Como diablos trajiste esto hasta aquí?” demande. No solo eso, aún estaba caliente. “No cuestiones estas cosas Rose.” dijo Adrian, cargando su plato con arroz frito con cerdo. El parecía bastante satisfecho consigo mismo. “Simplemente acostúmbrate. Una vez que Alberta arregle tus papeles comeremos así todos los días” Yo me detuve en medio mordisco. “Como sabes eso?” El parpadeó inocentemente. “Cuando no tienes nada que hacer, excepto pasar tiempo en el campus de la escuela, tu te enteras de este tipo de cosas” Lissa nos miro a los dos. Ella había estado en clases todo el día y nosotras no tuvimos mucho tiempo para hablar. “Que es esto?” “Alberta quiere que me inscriba de nuevo y me gradúe” le expliqué. Lissa casi deja caer su plato “Entonces hazlo!” Mi madre se veía igual de emocionada. “Ella te dejará hacerlo?” “Eso es lo que ella me dijo” respondí. “Entonces hazlo!” Exclamo mi mamá“Sabes?” dijo Adrian. “Yo de verdad prefiero la idea de nosotros dos yendo juntos por la carretera” “Si, claro” dije yo. “Tu probablemente ni siquiera me dejarías conducir” “Detengan esto” Mi mamá estaba firmemente de regreso a la normalidad, sin pena por la partida de su hija, ni ensoñación por su amante perdido. “Necesitas tomarte esto en serio. Tu futuro está en riesgo” Ella miró a Lissa. “Su futuro está en riesgo. Terminar tu educación aquí y convertirte en guardiana es la única-” “Si” dije yo. “Si?” pregunto ella, confundida. Yo sonreí. “Si, estoy de acuerdo” “Estás de acuerdo... conmigo?” No creo que mi mamá recordara otra ocasión en la que esto hubiera pasado. Yo tampoco podía. “Sip. Tomaré las pruebas, me graduaré, y llegaré a ser un miembro tan responsable de la sociedad como pueda. Y no es que eso suene muy divertido. Bromeé. Mantuve mi tono ligero, pero por dentro, sabía que necesitaba esto. Necesitaba estar de nuevo con las personas que me aman. Necesitaba un nuevo propósito o nunca podría superar a Dimitri. Nunca dejaría de
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ver su cara o de oír su voz. A mi lado, Lissa se reía y aplaudía. Su dicha fluía dentro de mi. Adrian no mostraba sus emociones tan abiertamente, pero podía ver que el también estaba contento de tenerme cerca. Mi mamá aún se veía sorprendida. Creo que ella estaba acostumbrada a que yo fuera poco razonable- lo que realmente era lo mas común. ”De verdad te vas a quedar?” pregunto ella. “Dios santo” Me reí. “Cuantas veces tengo que decírtelo? Si, voy a volver a la escuela” “Y a quedarte?” dijo ella. “Los dos meses y medio completos?” “No esta eso implícito?” Su cara era dura- y bastante maternal. “Quiero estar segura de que no vas a huir de nuevo. Te quedarás y terminarás la escuela sin importar lo que pase? Te quedarás hasta que te gradúes? Lo prometes?” La mire a los ojos, sorprendida con su intensidad. “Si, si. Lo prometo” “Excelente” dijo ella. “Te alegrarás de haber hecho esto más adelante” Sus palabras eran bastante “guardianescas” y formales, pero en sus ojos, vi amor y alegría. Terminamos de cenar y ayudamos a juntar los platos para el servicio de limpieza del edificio. Mientras limpiaba las sobras y las tiraba a un bote, sentí a Adrian acercarse a mi lado. “Esto es bastante doméstico de tu parte” dijo. “De hecho, es bastante sexy. Me vienen a la cabeza todo tipo de fantasías contigo en delantal aspirando mi casa” “Oh, Adrian, te extrañé tanto!” le dije, rodando los ojos. “Supongo que no me vas a ayudar” “Nah. Yo ayudé comiéndome todo lo que había en mi plato. De esa forma no hay desorden” El se detuvo. “Y si, de nada” “Sabes, ya es bastante bueno que no hayas dicho nada cuando le prometí a mamá que me quedaría aquí. Yo hubiera podido tomar otra decisión” “No estoy seguro de que te hubieras podido enfrentar a ella. Tu mamá parece una de esas personas que consigue siempre que las cosas se hagan a su modo” El miró disimuladamente hacia donde estaban Lissa y mi madre conversando, al otro lado de la habitación. Bajó el volumen de su voz. “Debe ser mal de familia. De hecho, tal vez debería tratar de convencerla para que me ayude con algo” “A conseguir cigarrillos ilegales?” “A invitar a salir a su hija”
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Casi dejo caer el plato que tenía en mis manos. “Tu me has invitado a salir millones de veces” “No realmente. He hecho sugerencias inapropiadas que frecuentemente involucran desnudez. Pero nunca te he invitado a una verdadera cita. Y, si mi memoria funciona, tu dijiste que me darías una verdadera oportunidad si te dejaba ir a gastarte mi fideicomiso” “Yo no lo gasté” respondí ofendida. Pero allí parada, mirándolo, recordé que había prometido que si sobrevivía mi búsqueda de Dimitri, le daría una oportunidad a Adrian. Yo hubiera dicho cualquier cosa para conseguir el dinero que necesitaba en ese momento, pero ahora, veía a Adrian de una manera diferente. No es que estuviera lista para casarme con el, ni siquiera en el rincón más lejano de mi imaginación, y tampoco lo consideraba material confiable para novio. Ni siquiera sabía si alguna vez iba a volver a tener un novio. Pero el había sido un buen amigo conmigo y con los demás durante todo este caos. El había sido amable y sólido, y si, no lo podía negar... incluso con un ojo morado empezándose a curar, era extraordinariamente apuesto. Y aunque no debería importarme, Lissa realmente se había esforzado por explicarme que su enamoramiento con Avery había sido inducido con compulsión. Avery le gustaba, pero el no tenía ningún lazo romántico con ella. Habían sido sus poderes que habían incrementado la intensidad de lo que el realmente sentía. O eso era lo que el decía. Si yo fuera un chico y me hubiera pasado todo eso, probablemente también hubiera dicho que estaba bajo la influencia de la magia. Aún así, por la forma en que el me miraba ahora, encontraba difícil creer que alguien había ocupado mi lugar en su vida durante el último mes. “Hazme una oferta” le dije finalmente. “Escríbela y entrégame un informe punto a punto de las razones por las que serías un buen candidato” El comenzó a reírse, entonces vio mi cara. “De verdad? Eso parece tarea. Hay una razón por la que no estoy en la Universidad” Yo hice sonar mis dedos. “A la carga, Ivashkov. Quiero ver en que resulta para ti un buen día de trabajo” Yo esperaba una broma o algún tipo de sarcasmo que lo sacara del aprieto, pero en cambio el dijo “Está bien” “Está bien?” Ahora me sentía como debió sentirse mamá hace un rato, cuando le di la razón rápidamente.
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“Sip. Voy a regresar ahora mismo a mi habitación para comenzar a hacer mi tarea” Yo lo mire llena de incredulidad mientras el tomaba su abrigo. Nunca había visto a Adrian moverse tan rápido cuando había algún tipo de trabajo involucrado. Oh no. En que me metí esta vez? De repente el se detuvo y busco algo en el bolsillo de su abrigo con una sonrisa desesperante. “De hecho, ya te escribí prácticamente un ensayo. Casi me olvido” El sacó un papel doblado y lo movió en el aire. “Tienes que conseguirte un teléfono. No voy a seguir siendo tu secretaria” “Qué es eso?” “Un tipo extranjero me llamó más temprano... dijo que mi número estaba en la memoria de su teléfono” De nuevo, Adrian miró a Lissa y a mamá, ellas seguían concentradas en su conversación. “El dijo que tenía un mensaje para ti y que no quería que se lo dijera a nadie más. Me obligó a escribirlo y a leérselo de nuevo. Tu eres la única persona por la que haría algo así, lo sabes? Creo que voy a mencionar esto cuando escriba mi propuesta para salir contigo.” “Podrías simplemente entregármelo?” El me entregó la nota con un guiño, me hizo una reverencia, y se despidió de Lissa y mi mamá. Yo me preguntaba si de verdad iba a escribir una propuesta para salir conmigo. Mayormente, mi atención estaba en la nota. No tenía dudas de quien lo había llamado. Había usado el teléfono de Abe para llamar a Adrian en Novosibirsk y más tarde le había contado a Abe sobre el apoyo financiero que Adrian me había dado. Aparentemente mi padre- ugh, ese seguía siendo un pensamiento irrealhabía decidido que eso hacía de Adrian una persona confiable, aunque yo me preguntaba por qué mi madre no había sido utilizada como mensajera. Desdoblé la nota, y me tomo unos cuantos segundos descifrar la letra de Adrian. Si de verdad me escribía una propuesta para que saliéramos, de verdad esperaba que la imprimiera. La nota decía:
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Le envié un mensaje al hermano de Robert. El me dijo que no había nada que pudiera ofrecerle que lo convenciera de revelar el paradero de Robert - y créeme, tengo mucho para ofrecer. Pero el dijo que mientras tuviera que pasar el resto de su vida allí, la información se quedaría con el. Pensé que te gustaría saberlo. Difícilmente se trataba del ensayo del que había hablado Adrian. También era bastante críptico, pero bien, Abe no hubiera querido que su contenido fuera fácilmente descifrable por Adrian. Para mí, el significado era claro. El hermano de Robert era Víctor Dashkov. Abe le había hecho llegar de alguna forma un mensaje hasta la horrible y remota prisión en la que debía encontrarse. (De algún modo no me sorprendía que Abe pudiera lograr algo así). Abe sin duda intentó uno de sus intercambios con Victor para averiguar el paradero de Robert, pero Victor lo rechazó. Eso tampoco me sorprendía. Victor no era la persona más colaboradora y realmente no podía culparlo por eso ahora. El hombre estaba encerrado por el resto de su vida allí - en prisión. Que podía uno ofrecerle a un hombre condenado que hiciera alguna diferencia real en su vida? Suspiré y puse a un lado la nota, de algún modo enternecida de ver que Abe había hecho esto por mi, tan insignificante como era. Y de nuevo, el mismo argumento volvió a mi cabeza. Incluso si Victor hubiera confesado la ubicación de Robert, de que me servía? Entre más recordaba los eventos de Rusia, más ridícula me parecía la idea de siquiera considerar convertir un Strigoi a su forma original. Sólo la verdadera muerte los podía liberar, sólo la muerte... La voz de mi mamá me salvó antes de que reviviera la escena del puente una vez más en mi cabeza. Ella me dijo que se iba, pero prometió que hablaríamos después. Tan pronto ella se fue, Lissa y yo nos aseguramos de que todo estuviera arreglado en el lounge antes de dirigirnos hacia mi habitación. Ella y yo aún teníamos mucho que hablar. Fuimos arriba, y me pregunte cuando me habían pasado de la casa de invitados a los dormitorios de nuevo. Probablemente tan pronto como Alberta termino con el papeleo. Aún parecía imposible asimilar que me iban a permitir regresar a mi antigua vida y a continuar después de todo lo que había pasado durante el último mes. “Te dio Adrian una carta de amor?” Lissa preguntó. Por su voz, supe que estaba bromeando, pero por el lazo, sabía que ella seguía preocupada por mi luto por Dimitri. “Aún no” le dije. “Te lo explicaré después” Afuera de mi cuarto, una de las asistentes del personal del edificio estaba a punto de tocar la puerta. Cuando me vio, me entregó un paquete con una dura cubierta.
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“Sólo venía a dejarte esto. Llego hoy con el correo” “Gracias” le dije. Recibí el paquete y lo observé. Mi nombre y la dirección de San Vladimir estaban impresas en una clara tipografía, lo que me pareció extraño, ya que mi llegada había sido tan repentina. No tenía la dirección del destinatario, pero tenia estampillas Rusas y marcas del correo nocturno global. “Sabes quien pudo haberlo enviado?” Preguntó Lissa, una vez se fue la mujer. “No lo se, conoci muchas personas en Rusia” Podría ser de Olena, Mark o Sydney. Sin embargo... algo que no podía explicar puso mis sentidos en alerta máxima. Abrí el paquete por un lado y saque algo. Mi mano se cerró alrededor de algo frío y metálico. Sabía que era antes de sacarlo. Una estaca de plata. “Oh Dios” dije. Giré la estaca alrededor pasando mis dedos sobre el grabado de patrones geométricos en su base. No quedaba duda. Era única en su tipo. Esta era la estaca que había tomado del almacén en la casa de Galina. La misma estaca que yo- “Por qué alguien te enviaría una estaca?” pregunto Lissa. No le contesté y en lugar de eso, saque el siguiente objeto del empaque: Una pequeña tarjeta con una nota. Allí, en una letra que yo conocía muy bien, decía: Olvidaste otra lección: Nunca le des la espalda a tu enemigo hasta que te asegures de que está muerto. Parece que vamos a tener que repetir esa lección la próxima vez que nos veamos - que va a ser pronto. Con amor, D. “Oh” dije yo, casi tirando la tarjeta al suelo. “Esto no es nada bueno” El mundo giro por un momento, y yo cerré mis ojos, respirando profundamente. Por centésima vez, recordé los eventos de la noche en que escapé de Dimitri. Cada vez que lo hacía, mis emociones y mi atención se concentraban siempre en la mirada en su cara cuando le clave la estaca, la visión de su cuerpo sumergido en esas aguas negras. Ahora mi mente invocaba los detalles de esa lucha. Recordé como en el último minuto me esquivó, interfiriendo con mi golpe a su corazón. Por un momento, ahí afuera, pensé que no había clavado la estaca lo suficientemente fuerte - hasta que su cara perdió la emoción y lo vi caer. Pero realmente no había clavado la estaca lo suficientemente fuerte. Mi primer instinto había sido correcto, pero las cosas pasaron demasiado rápido. El cayó... y entonces que? La estaca había quedado lo
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suficientemente floja para salirse sola? Había sido el capaz de sacársela? La había sacado el impacto de caer al río? “Todos esos muñecos de práctica, todo para nada.” dije silenciosamente, recordando como Dimitri me había obligado una y otra vez a practicar clavando mi estaca en el pecho para que pasara las costillas y perforara el corazón. “Rose” dijo Lissa. Tenía el presentimiento de que no era la primera vez que decía mi nombre. “Que está pasando? La clavada de estaca más importante de mi vida... y la había arruinado. Que iba a pasar ahora? Parece que vamos a tener que repetir esa lección la próxima vez que nos veamos - que va a ser pronto. No sabía que sentir. Desesperación, porque no había liberado el alma de Dimitri ni cumplido la promesa que le había hecho en secreto? Alivio por no haber matado al hombre al que amo? Y siempre, siempre la misma pregunta: Hubiera dicho que me amaba de haber tenido unos segundos más? Seguía sin respuestas. Mis emociones estaban como locas, y necesitaba detenerlas y analizar primero lo que sabía. Primero: Dos meses y medio. Le había prometido a mi madre dos meses y medio. No podía hacer nada hasta que pasara ese tiempo. Mientras tanto, Dimitri seguía afuera, seguía siendo un Strigoi. Mientras el estuviera libre en el mundo, no habría paz para mi. Ningún tipo de final. Mirando de nuevo la tarjeta, me di cuenta que no tendría paz ni aunque tratara de ignorarlo. Comprendí el mensaje de la tarjeta. El iba a venir a matarme. Que había dicho cuando me escapé de la mansión? Que no había manera de que los dos pudiéramos estar vivos en este mundo? Y aún así, tal vez podríamos... Cuando no le respondí de inmediato, la preocupación de Lissa aumentó. “Tu cara me está asustando un poco. Que estás pensando?” “Crees en cuentos de hadas?” Pregunté, mirándola a los ojos. Incluso mientras pronunciaba las palabras, podía imaginarme la desaprobación de Mark. “Que... qué tipo de cuentos de hadas?” “Del tipo de cuentos en los que no se supone que uno desperdicie su vida” “No comprendo” dijo ella. “Estoy totalmente perdida. Dime que está pasando. Qué puedo hacer?” Dos meses y medio. Tenía que quedarme aquí dos meses y medio parecía una eternidad. Pero le había hecho una promesa a mi mamá, y me negaba a apresurarme de nuevo- particularmente cuando los riesgos eran tan altos. Promesas. Me estaba ahogando en mis promesas. Incluso le había prometido algo a Lissa.
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“Hablabas en serio antes? Cuando dijiste que me ibas a acompañar en mi próxima loca aventura? Sin importar de que se trate?” “Si” No había incertidumbre ni duda en la palabra, ninguna vacilación en la seguridad de sus verdes ojos. Por supuesto, yo me preguntaba si seguiría siendo así más tarde cuando se enterara de lo que íbamos a hacer. Que puedes ofrecerle a un condenado que realmente haga una diferencia en su vida? Había pensado en eso más temprano, tratando de averiguar que podría hacer que Victor Dashkov hablara. Victor le había dicho a Abe que no había nada que nadie pudiera ofrecerle que lo hiciera darnos la información sobre la supuesta habilidad que tenía su hermano para curar a los Strigoi. Victor estaba cumpliendo cadena perpetua; nada que le ofrecieran importaba ahora. Tan sólo una cosa, me di cuenta. Libertad. Y había solo una forma de conseguirla. Nosotras tendremos que liberar a Victor de la prisión. Pero decidí no mencionárselo aún a Lissa. Todo lo que sabía por ahora, es que tenía una fugaz oportunidad de salvar a Dimitri. Mark había dicho que era un cuento de hadas, pero tenía que correr el riesgo. La pregunta era: Cuanto tiempo tenía antes de que Dimitri viniera a matarme? Cuanto tiempo tenia para descubrir si lo imposible era realmente posible? Ese era el verdadero problema. Por qué si Dimitri venía antes de que yo tuviera la oportunidad de encontrar el dragón de esta historia -Victorlas cosas se iban a poner feas. Tal vez todo este asunto de Robert era una gran mentira, pero incluso si no lo era… bueno, el reloj estaba corriendo. Si Dimitri venia por mi antes de que pudiera encontrar a Victor y a Robert, tendría que luchar con el de nuevo. Sin dudas. No habría tiempo de esperar por esta cura mágica. Tendría que matar de verdad a Dimitri esta vez y perder cualquier posibilidad que tuviera de recuperar a mi príncipe. Maldición. Afortunadamente trabajo bien bajo presión.
FIN
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Y en Marzo del 2010‌ Spirit Bound, el quinto libro de Vampire Academy.
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