Maria Zapater Mata
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Dossier de teoría (VII) Línea editorial y coberturas fotográficas Análisis comparativo de la cobertura de un hecho noticioso -con fuerte componente ideológico- en, cuando menos, tres cabeceras/medios distintos. Ámbito nacional y/o internacional. El hecho noticioso escogido para comparar la cobertura de un hecho noticioso es la manifestación en contra de la reforma laboral francesa, que tuvo lugar el pasado sábado 9 de abril. Los tres medios escogidos para la comparativa entre cabeceras son el Diari Ara, El País y ABC. Ara
“És per a la joventut del nostre país que vull presidir França”, va dir François Hollande en un dels últims discursos abans de ser elegit president de la República el 2012. La mateixa joventut que ahir va sortir al carrer contra el seu govern i el projecte de llei de la reforma laboral de la ministra Myriam El Khomri. “Aquesta reforma està plena de mesures que degraden les condicions laborals”, va explicar a l’ARA la Cécile, que -com 27.000 persones més- va anar fins a la plaça de la República de París per manifestar-se contra el projecte de llei. “Ens la presenten com la llei del progrés i no és res més que una regressió social”, deia indignada. Si bé els estudiants -que ahir portaven les regnes de la manifestació enmig de sindicats, aturats, treballadors i curiosos- no es veuen afectats directament per aquesta reforma de llei, sí que els perjudicaria el dia que accedeixin al mercat laboral. Molt criticada pels sindicats, militants i simpatitzants d’esquerra, la reforma té, en canvi, una bona acollida entre un sector de la dreta francesa i el Medef, l’organització de la patronal. De fet, la d’ahir va ser una manifestació de l’esquerra contra el govern d’esquerres d’Hollande. “El que no va gosar fer Sarkozy, ara ho vol imposar Hollande”, deia un dels lemes divulgats pel partit comunista Lluita Obrera. L’ajornament, primera victòria La manifestació es va convocar ahir perquè era el dia previst inicialment per presentar el text al consell de ministres. Però en vista de l’allau de crítiques i la forta mobilització virtual -la petició Llei del treball: no, gràcies recull més d’un milió de firmes al portal Change.org-, el primer ministre, Manuel Valls, va decidir ajornar la presentació del projecte de llei -ara prevista per al 24 de març-“per millorar-ne el text”. Des de dilluns, la ministra de Treball, Myriam El Khomri, el ministre d’Economia, Emmanuel Macron, i el mateix Valls han rebut a Matignon els principals representants empresarials i els sindicats de treballadors per acostar posicions. L’ajornament de la presentació del text representa una primera victòria per als sindicats de treballadors i d’estudiants, malgrat que les posicions de les agrupacions s’han dividit després de la primera declaració intersindical del 23 de febrer, on es denunciava la falta de diàleg en l’elaboració del projecte de llei d’El Khomri, que farà “canviar profundament la legislació laboral, i comportarà riscos per als treballadors i els joves que aspiren a accedir al mercat laboral”. Per una banda, hi ha els sindicats que s’oposen completament al projecte de llei i en demanen la retirada. Entre aquests hi ha la CGT, el Front Obrer,
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Solidàries i la Federació Sindical Unitària (FSU). Per l’altra, hi ha els anomenats reformistes -com la CFDT i l’UNSA-, que reclamen modificacions en diversos punts del text.
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París no va ser l’única ciutat francesa que va reclamar la retirada d’aquest projecte de llei. Segons els sindicats, fins a 500.000 persones -24.000 segons la policia- van concentrar-se ahir en les 200 manifestacions que s’havien convocat arreu de França. Una forta mobilització ciutadana que està previst que continuï durant aquest mes de març amb altres concentracions ja programades- per aturar la reforma laboral. El movimiento se «extiende» y se «prolonga», pero la movilización de ayer fue mucho más baja que la del pasado 31 de marzo, cuando los sindicatos consiguieron reunir entre 390.000 y 1.200.000 manifestantes. En la manifestación de París, la más emblemática, tradicionalmente, solo participaron decenas de miles de sindicalistas y estudiantes, cuando es tradicional que las grandes protestas nacionales movilicen a centenares de miles de personas. La escasa movilización de París terminó con provocaciones y violencias físicas que las fuerzas anti disturbios sofocaron expeditivamente al final de una modestísima manifestación sin pena ni gloria. Los fotógrafos de las agencias de prensa habían sido «prevenidos» por los expertos en «agit-prop» de los grupúsculos estudiantiles anunciándoles «enfrentamientos espectaculares». Conseguidas las fotos publicitarias, los enfrentamientos se disolvieron bajo una finísima y fría lluvia primaveral. Los cuatro grandes sindicatos mayoritarios (CGT, FO, Solidaires, FSU) y tres organizaciones estudiantiles (UNEF, UNL, FIDL), habían anunciado grandes manifestaciones en 200 ciudades de toda Francia. Al final, solo hubo manifestaciones en unas 60 grandes y medianas ciudades. Según la agencia “France Press”, las manifestaciones solo reunían a millares de manifestantes. Cifra que suele se la traducción oficiosa de una participación modesta. Anunciada a bombo y platillo como una «prueba de fuerza» contra el gobierno de François Hollande, la sexta jornada de manifestaciones de protesta no cumplió ayer las promesas anunciadas. El presidente de la República, por su parte, hace días que hace «gestos» en dirección de los sindicatos, desguazando un proyecto de Ley que ha quedado «desnaturalizado» antes de iniciarse su discusión parlamentaria. Un millar de enmiendas En la Asamblea Nacional (AN) el proyecto de Ley de reforma laboral ya está precedido por un millar de enmiendas. En la calle, los sindicatos no tiran la toalla de la protestas. Antes siquiera de conocerse las cifras oficiosas de la movilización a la baja, los sindicatos anunciaron ayer una nueva jornada de manifestaciones el próximo día 28 de este mismo mes de abril, en vísperas de los primeros debates parlamentarios. A quince meses de la primera vuelta de la próxima elección presidencial, la «bajada de pantalones» del jefe del Estado y la «prueba de fuerza» sindical tienen el tono esperpéntico de un melancólico «fin de reino». El noveno proyecto plan de Hollande para «combatir el paro» se está deshilachando antes de ser realidad, tras la aparición de 600.000 parados
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y el incremento de 60.000 millones de nuevos impuestos durante los últimos tres años. Unas 120.000 personas, según las autoridades, han vuelto a manifestarse este sábado por sexta vez en apenas un mes en contra de la reforma laboral del ejecutivo francés. Las marchas han acabado con enfrentamientos entre encapuchados y policías antidisturbios en París y en otras ciudades y se han saldado con al menos 26 detenciones en todo el país. La policía ha informado de que tres agentes y un manifestante han resultado heridos de carácter leve. Durante las marchas se ha visto a grupos de encapuchados, que la policía tenía controlados y se han registrado momentos de tensión esporádicos, pero ha sido al final del recorrido, en la plaza de la Nación cuando los encapuchados han comenzado a lanzar botellas y piedras a los agentes, que han respondido con gases lacrimógenos. No solo ha habido disturbios en la capital francesa, también en Rennes y en Nantes. Las siete organizaciones y los sindicatos opuestos a la reforma laboral del Gobierno francés habían convocado manifestaciones en todo el país. En Lyon han manifestado unas 4000 personas, 3.800 en Marsella, 2.500 en Grenoble y unas 1.700 en Lille, según Interior. La de este sábado es la sexta vez en un mes que las organizaciones estudiantiles y los sindicatos han convocado manifestaciones. Unas 200 ciudades han registrado protestas. Se trata de la primera jornada de este tipo que se ha celebrado un sábado, por lo que los organizadores esperaban superar la movilización del pasado 31 de marzo, cuando se echaron a la calle 1,2 millón de personas, según los sindicatos, 390.000, según la policía. Sin embargo, el Ministerio del Interior ha informado de que este sábado han participado 120.000 personas en toda Francia. Sin dar cifras, los organizadores han reconocido una caída de la movilización, que han explicado, en parte, porque en muchas regiones ha comenzado un periodo de vacaciones escolares. Después de los desfiles, el movimiento de los indignados de #NuitDebout, que en París lleva más de una semana acampado en la Plaza de la República, y que está creciendo en todo el país alimentado por las protestas contra la reforma laboral, ha llamado a ocupar las plazas de las grandes ciudades francesas y europeas. “Espero que la noche de a luz algo de esperanza”, explicaba así Anne, una mujer de unos 40 años sin trabajo, que se reconoce “al 200% en el movimiento” de los que ocupaban la plaza. Pese a las modificaciones del borrador inicial de la reforma laboral —oficialmente denominada proyecto de ley de "nuevas libertades y nuevas protecciones para las empresas y activos"— y los esperados anuncios del Gobierno la semana que viene para calmar al movimiento juvenil, el frente unido contra la reforma sigue denunciando el “espíritu” mismo de la ley y reclama su retirada. La ley permite, por ejemplo, acuerdos dentro de cada empresa para flexibilizar la jornada laboral y permite despedir empleados por motivos económicos, aunque deben justificarse por una caída de los pedidos o del volumen de negocio de cuatro trimestres consecutivos, o unas pérdidas de explotación durante un semestre. Con su última gran reforma antes de las presidenciales de 2017, el presidente socialista François Hollande afirma tratar de buscar fórmulas para luchar contra el desempleo (en febrero
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alcanzó su nivel récord de 3,59 millones de personas, más del 10% de la población activa). El Gobierno de Hollande se toma muy en serio la movilización juvenil. Por eso ha multiplicado durante la semana los contactos con los representantes de las organizaciones estudiantiles, sin éxito. El próximo lunes, el primer ministro, Manuel Valls, recibe en persona a ocho representantes de estas organizaciones. Se espera que anuncie medidas para facilitar la incorporación al mercado laboral de los más jóvenes. Entre las que se barajan, está la creación de una ayuda económica para los menores de 25 entre el momento en el que se diploman y el primer trabajo. Para el líder del sindicato estudiantil Unef, William Martinet, “las propuestas del Gobierno dependerán de la importancia de la movilización del sábado”, según ha estimado a la radio France Info. Tras las manifestaciones, cientos de personas se han sumado al movimiento de #NuitDebout en decenas de ciudades en todo el país, decididas a alargar los debates hasta entrada la noche. En poco más de una semana ha pasado de reunir a unos escasos centenares a más de 2.000 personas de forma asidua en París. Sobre todo, se ha extendido ya a más de una veintena de ciudades del país, a las que debían añadirse otra veintena durante el fin de semana. Este sábado, el movimiento llama a extender las ocupaciones a toda Europa. Mientras tanto, el proyecto de ley de la reforma laboral se encuentra ya en la Asamblea Nacional. Será debatido a partir de mayo, por lo que podría todavía ser sometido a varias modificaciones. Los sindicatos, pese a todo, ya han convocado una nueva jornada de huelga y de manifestaciones para el próximo 28 de abril.
La principal diferencia de cobertura periodística entre Ara, El País y ABC es que la noticia del primero (Ara) se centra más en el trasfondo, en el contexto de la noticia, se preocupa de darle profundidad al tema, mientras que El País y ABC le dan menos contexto a la noticia y, en su lugar, dan luz a los disturbios que sucedieron en la manifestación. Esta diferencia se puede observar tanto entre las líneas del texto como en las imágenes de cada noticia. Mientras que Ara publica una fotografía de tres chicas gritando en la manifestación, símbolo del empoderamiento de la mujer y sinónimo de progreso, en El País y ABC las imágenes de portada las protagonizan los disturbios: en una, dos jóvenes a punto de tirar una basura; y en la otra, un enfrentamiento entre manifestantes y la policía francesa.